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DEL DESARROLLO SUSTENTABLE …. A LA DEFORESTACION Y LOS TIBURONES

Revista Polémika Director: Pablo Lucio-Paredes

Coordinador Diego Cisneros-Heredia

Apoyo Editorial: Priscila Vera, estudiante de Economía de la USFQ

Diseño: GyR / USFQ POLEMIKA es una publicación cuatrimestral del Instituto de Economía de la Universidad San Francisco de Quito

ISBN: 978-9978-68-030-8

Por favor enviar sus comentarios a: pabloluc@uio.satnet.net 2




Editorial E

stamos ante un tema de civilización, es decir de vida. Que se enfoca desde múltiples aristas, empezando por una reflexión ética (Germán Maldonado): ¿cuál es nuestra visión esencial del hombre y su relación con el entorno? ¿cómo superar esa visión pasada en la que el hombre era el fin de la vida, y ahora debe relocalizarse como una parte, importante por cierto, pero solo parte de un ecosistema?, hasta el otro extremo enfocando y reenfocando la educación sobre el medio ambiente (Tracey Tokuhama), pasando por la reflexión de cómo adaptarnos o mitigar (Santiago Bucaram V.) Todo está por plantearse y replantearse, es decir por entender en el sentido científico y también en el más terreno alrededor de la manera (errada hasta ahora) como hemos hecho comunicación (Diego Cisneros-Heredia). Y hay mucho por discutir, desde el mismo concepto de desarrollo sustentable (Ródny Peñafiel y Esteban Suárez) hasta temas más específicos como agrodiversidad (María de Lourdes Torres), el turismo (Gunther Reck y Stella de la Torre), la deforestación (Carlos Mena), los ríos (Andrea Encalada) o los tiburones (Kelly Swing). Mientras se evalúan temas de actualidad como el Yasuní (David Romo) y su entorno de las comunidades nativas (Diego Quiroga). Con satisfacción presentamos una amplísima reflexión sobre este tema de actualidad, pero que debe pasar de la simple actualidad a un plano más profundo de reflexión y decisiones. Debemos preocuparnos pero también confiar, plantear cifras que generan dudas sobre nuestro compromiso no solo con el futuro sino con futuras generaciones y a la vez recordar que problemas sino similares por lo menos parecidos, ya han sido enfrentados con éxito en el pasado. Pero como la historia no siempre se repite ni los desafíos son similares, empecemos meditando. Eso es lo que les ofrecemos.

Director Pablo Lucio-Paredes

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La diversidad biológica es vida… ¡La diversidad biológica es nuestra vida! Publicación especial por el Año Internacional de la Diversidad Biológica Participando del espíritu del 2010, declarado por las Naciones Unidas como el Año Internacional de la Biodiversidad, la revista POLEMIKA de la Universidad San Francisco de Quito ha publicado este número especial donde se tratan temas relacionados con la biodiversidad, desde una perspectiva crítica y aplicada a la relación ambiente-sociedad. Con este número especial, la Universidad San Francisco de Quito USFQ se une a las celebraciones por la vida en la Tierra y del valor de la biodiversidad para nuestras vidas, contribuyendo con difusión y acciones que nos permitan salvaguardar la variedad de vida en el planeta, incluyendo la vida humana. “Usted forma parte integral de la naturaleza; su destino está estrechamente unido a la diversidad biológica, a la gran variedad de los otros animales y plantas, al lugar donde viven y a los entornos que los rodean en todo el mundo. Usted depende de esta diversidad de la vida para obtener el alimento, el combustible, las medicinas y los demás elementos esenciales sin los que no podría vivir. Sin embargo, esta rica diversidad se está perdiendo a una gran velocidad debido a la actividad humana. Esto nos empobrece y mina la capacidad de los sistemas de vida, de los que dependemos, para resistir a las crecientes amenazas como, por ejemplo, el cambio climático. Las Naciones Unidas proclamaron 2010 el Año Internacional de la Diversidad Biológica y la gente de todo el mundo está trabajando para salvaguardar esta riqueza natural insustituible y para reducir su pérdida. Es vital para el bienestar humano presente y futuro. Necesitamos hacer más. Ahora es el momento de actuar. El Año Internacional de la Diversidad Biológica es una oportunidad única para aumentar la comprensión de la función vital que tiene la biodiversidad en el mantenimiento de la vida en la Tierra”. 2010 Año Internacional de la Biodiversidad http://www.cbd.int/ Este número especial es publicado por el Instituto de Economía en colaboración con el Colegio de Ciencias Biológicas y Ambientales de la Universidad San Francisco de Quito.

Todas las imágenes fueron tomadas del archivo de Wikimedia Commons (http://commons.wikimedia.org) y son de dominio público o están bajo licencias de Creative Commons. A menos que se indique lo contrario, las imágenes fueron publicadas originalmente en el libro: “Brehms Tierleben” (= La Vida de los Animales de Brehm) publicado a finales del siglo 19 por Edmund Brehm.

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Santiago Bucaram Villacís

Mitigación vs. adaptación Un dilema de supuestos y sentido común

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Entre los medios de comunicación y la objetividad científica: un tortuoso camino para la conservación de la biodiversidad

Uso de la biodiversidad por las sociedades nativas

Diego F. Cisneros-Heredia

Diego Quiroga

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Stella de la Torre

Gunther Reck y Paulina Martínez

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Funciones ecosistémicas y diversidad de los ríos Reflexiones sobre el concepto de caudal ecológico y su aplicación en el Ecuador

Lo bueno, lo malo y lo feo de la propuesta Yasuní-itt

Turismo comunitario, ¿otro sueño inalcanzable?

Áreas protegidas: ¿turismo para la conservación o conservación para el turismo?

Andrea Encalada

David Romo,

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Esteban Suárez R.

Germán Maldonado

La falacia del desarrollo sustentable

Ante el precipicio. La vida y el discurso ético en el siglo XXI

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Kelly Swing

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¿Estamos acabando con los tiburones?

Carlos F. Mena

Deforestación en el Norte de la Amazonía Ecuatoriana: del patrón al proceso

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Tracey Tokuhama-Espinosa y Daniela Bramwell

Es el Desarrollo Sustentable una Utopía Consideraciones de los límites energéticos y ambientales al crecimiento

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Ródny Peñafiel

Educación Ambiental y Desarrollo Sostenible

Tracey Tokuhama-Espinosa y Daniela Bramwell

Educación Ambiental y Desarrollo Sostenible

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Santiago Bucaram Villacís

Ph.D. Candidate, Department of Agricultural and Resource Economics, University of California-Davis sjbucaram@ucdavis.edu

Mitigación vs. adaptación

Un dilema de supuestos y sentido común

... hasta el día de hoy se cree que existe una disyuntiva entre las acciones destinadas a preservar el estado del medio-ambiente y aquellas acciones enfocadas a promover un continuo crecimiento y desarrollo (económico).

¿Mitigación o Adaptación? Este es el principal dilema en la prescripción de políticas destinadas a enfrentar el cambio climático. La Economía y las ciencias Socio-ambientales han dado predominio a las medidas de mitigación; no obstante, dichas prescripciones se encuentran sustentadas en análisis que usan supuestos irreales con referencia al comportamiento del ser humano. A continuación expongo la necesidad de revisar los supuestos en los cuales subyace la praxis de dichas ciencias, y a la vez la importancia de incluir dentro de las opciones de políticas las medidas de adaptación (las cuales analizo en términos generales), consideradas por muchos un tabú, ya que se cree que representan el pesimismo del hombre sobre su capacidad para resolver el problema del cambio climático. 8


INTRODUCCIÓN El cambio climático se vislumbra como el mayor desafío que la humanidad deberá enfrentar a lo largo del siglo XXI. El futuro y la supervivencia de la humanidad están íntimamente ligados a la manera en que enfrentemos dicho problema. Dada la importancia y complejidad de este tema, científicos de todas las áreas del conocimiento se encuentran trabajando activamente para hallar soluciones eficaces y eficientes que permitan resolver y/o atenuar sus diversos efectos. Es así que, las ciencias naturales tratan de descubrir en qué grado los fenómenos naturales y las acciones humanas contribuyen a la emisión de gases invernaderos a la atmósfera, así como cuáles son sus efectos en el mediano y largo plazo sobre los seres vivos. Las ingenierías intentan identificar y desarrollar innovaciones tecnológicas que permitan tanto mitigar la emisión de contaminantes al ambiente así como limpiar gradualmente la atmósfera de dichos contaminantes. En tanto que las ciencias sociales, entre ellas la Economía, se han enfocado en diseñar políticas y regulaciones que preserven la salud del planeta pero a su vez que fomenten el desarrollo de la sociedad, y así evitar, ya sea la generación de distorsiones que pudieren afectar perniciosamente los incentivos de los individuos o la concepción de sistemas socioeconómicos que fomenten la pobreza y sus males. Esto último parece ser el mayor desafío que el cambio climático ha impuesto a la humanidad, ya que hasta el día de hoy se cree que existe una disyuntiva entre las acciones destinadas a preservar el estado del medio-ambiente y aquellas acciones enfocadas a promover un continuo crecimiento y desarrollo (económico) de la humanidad. Por esta razón, la economía se ha convertido en la ciencia social por excelencia para resolver dichos problemas de política pública, ya que su marco teórico ofrece herramientas adecuadas que permiten valorar bajo una métrica estándar y comprensible los diversos efectos que el cambio climático impone a la humanidad. De igual manera la preponderancia de la economía se da también, porque a través de su metodología es posible evaluar, en base a costos y beneficios, las distintas alternativas de acción en contra del cambio climático y con esto establecer una comparación transparente de dichas políticas para elegir aquellas que maximicen el bienestar de la sociedad. Este proceso de análisis y decisión, bajo la guía predominante de la ciencia económica (y como veremos, más adelante, con la influencia de las ciencias socio-ambientales también), ha privilegiado, en los últimos años, a las acciones (o políticas) de mitigación (que analizo con profundidad) por encima de las acciones (o políticas) de adaptación1 (que evalúo en términos generales por falta de espa1 Es verdad que los esfuerzos del “Panel Intergubernamental para el Cambio Climatico” (con sus siglas en ingles IPCC) y el reciente Stern Review of the Economics of Climate Change han destinado espacio para analizar la importancia y la necesidad de implementar medidas de adaptación en conjunto a las clásicas medidas de mitigación de emisión de

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cio). Las acciones de mitigación se definen como aquellas medidas tendientes a reducir la acumulación de gases invernaderos en la atmósfera; y, las acciones de adaptación se definen como las medidas enfocadas en ajustar el estilo de vida de las sociedades en respuesta a los cambios actuales y esperados del clima, asumiendo a su vez que dichos cambios son irreversibles e incontrolables. No obstante, los resultados obtenidos a partir de las medidas de mitigación adoptadas hasta el día de hoy, han sido decepcionantes; es así que, la tendencia de la temperatura superficial y marina no se ha revertido, por el contrario sigue en su curso ascendente con valores record observados a lo largo del 2010 (véase Figura 1).

DEFINICIONES:

* Las acciones de mitigación se definen como aquellas medidas tendientes a reducir la acumulación de gases invernaderos en la atmósfera * Las acciones de adaptación se definen como las medidas enfocadas en ajustar el estilo de vida de las sociedades en respuesta a los cambios actuales y esperados del clima, asumiendo a su vez que dichos cambios son irreversibles e incontrolables En mi opinión, la principal razón detrás de la decepcionante discrepancia entre los resultados esperados y los obtenidos a partir de estas políticas de mitigación es la falta de realismo de muchos de los modelos económicos en los cuales se han sustentado el diseño e implementación de dichas políticas. Esta falta de realismo, desde mi punto de vista, se ha dado porque dichos modelos aún fundamentan su estructura teórica en los supuestos básicos de la economía neoclásica, los cuales asumen que el individuo es un ser racional, egoísta, maximizador de sus utilidades y con preferencias estables (Homo economicus); lo cual es una abstracción muy simplista y extrema del ser humano (Rabin, 1998) equivalente al vacío en las ciencias físicas2. Sin embargo, todo esto no implica que la economía haya gases invernaderos. No obstante, es verdad también que en dichos documentos se propone a las medidas de adaptación como acciones marginales y complementarias a las de mitigación. Es decir, las definen como acciones contingentes a la posibilidad de que el peor escenario ocurra, negando con esto la relevancia que dichas medidas deberían tener. Es así que, aunque estos informes enfaticen la necesidad de no dejar a un lado las medidas de adaptación, paradójicamente tampoco las definen como esenciales a incluir de manera inmediata dentro del portafolio de políticas climáticas de los gobiernos. 2 La diferencia está en que mientras para las ciencias físicas el vacío se lo define como una abstracción extrema de la realidad con fines puramente pedagógicos y no prácticos (para la praxis se han desarrollado modelos sumamente complejos sustentados en supuestos que reflejan muy cercanamente la realidad) para la economía, su análogo, los supuestos neoclásicos, son el fundamento de la práctica económica diaria e incluso de los modelos más complicados que a través de ella se realizan.


perdido su valor en la búsqueda de soluciones al problema del cambio climático; sino que, por el contrario, implica la urgente necesidad de mejorar la estructura de los modelos aplicados para el análisis del problema a través de la inclusión de supuestos que estén más acordes con la realidad (Rabin, 2002).

Figura 1. Desviación en grados Celsius de la temperatura anual mundial (superficial y marina) con respecto a la temperatura promedio mundial registrada durante el periodo 1901-2000

Fuente: NOAA

En este artículo intentaré explicar de qué manera los supuestos de la economía neoclásica fallan en explicar el comportamiento del ser humano (y sus decisiones), una situación que ha impactado negativamente en el análisis socioeconómico del problema del cambio climático. Consecuentemente mostraré cómo esta distorsión en el análisis económico ha generado la formulación de políticas inefectivas enfocadas exclusivamente en la implementación de medidas destinadas a la mitigación del problema del cambio climático. Expondré también cómo estos errores en el análisis, producto de supuestos cuestionables

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sobre el comportamiento humano, no son exclusivos de las ciencias económicas sino que son extendidos también hacia las ciencias socio-ambientales, las cuales proponen una medida similar a la propuesta por los economistas (cambiar el comportamiento humano, como única solución al problema del cambio climático) pero sustentada en supuestos diametralmente opuestos a los de la economía (i.e. suponen la existencia de un ser híper-altruista con preferencias sociales extremas al cual pudiera llamárselo como el Homo altruisticus). Finalmente, basado en la evidencia presentada, concluiré con la idea de que en el tema de cambio climático las medidas de mitigación solas no podrán solucionar dicho problema y por el contrario son una apuesta peligrosa para la humanidad; es así que, propongo la adopción inmediata de políticas de adaptación que complementen o reemplacen las de mitigación debido a su mayor consistencia con la realidad, al punto que en ciertos casos estas políticas de adaptación serian las únicas que se pudieren aplicar con éxito dada la tendencia del humano de tener comportamientos contraproducentes (Fehr y Zych, 1994; Rabin, 1998; Zafirovski, 2003).

Homo economicus vs Homo sapiens La literatura económica, en la mejor tradición literaria, ha creado un personaje fabuloso que nada tiene que envidiarle a los cíclopes, hadas y sirenas que plagan las mitologías ancestrales. Este personaje se lo conoce como el Homo economicus, el cual a simple vista, parece un ser humano común y corriente; no obstante, es un ser con cualidades cognitivas prodigiosas, las cuales pueden resumirse en su capacidad de tomar decisiones a través de procesos mentales racionales, coherentes, libres de cualquier influencia afectiva y/o emocional, con el único objetivo de maximizar su satisfacción�. En otras palabras, este ser posee la habilidad sobrehumana de ser infalible en sus cálculos cognitivos, de aprender de sus errores y de aislarse completamente de su entorno para tomar decisiones en función de su satisfacción únicamente. Este ser reacciona inmediatamente (y de forma predecible) a los distintos estímulos a los cuales se ve enfrentado. Su carácter y por ende sus preferencias son estables a lo largo del tiempo, no es volátil. En su mundo las palabras depresión y euforia no poseen ningún significado. Su motivación es puramente egoísta. En ciertos casos podemos catalogarlo como un hedonista razonado, quien busca la satisfacción de sus deseos pero bajo un marco de racionalidad extraordinario, a través del cual él (o ella) toma en cuenta todos los factores existentes y por existir para la toma de sus decisiones. Este ser desatiende cualquier tipo de motivación moral (amoral) en sus acciones; así para él (o ella) las palabras altruismo, envidia y desprecio carecen de significado. Finalmente su capacidad de raciocinio no se ve afectado por sesgos de percepción y compilación, sin importar la cantidad de información que requiera procesar.

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Por otro lado, en el mundo real existe otro ser, el Homo sapiens (o sea nosotros), cuyo comportamiento es muy diferente al del Homo economicus. Así el comportamiento del Homo sapiens se caracteriza por ser emocional, autodestructivo, cortoplacista, inconsistente, contraproducente y volátil, en definitiva lo que se conoce como irracional. Sus procesos de toma decisión se ven afectados continuamente por diversos sesgos de percepción producto de su posición en la senda evolutiva (Evans y Cruse, 2004), la cual es muy tempranera todavía (los procesos cognitivos son relativamente nuevos para la raza humana si los comparamos con los procesos de tipo emocional). En otras palabras, el Homo sapiens es un ser que se siente más cómodo cuando tiene que recurrir a sus emociones para tomar una decisión que cuando requiere establecer procesos de decisión basados puramente en el raciocinio ya que, estos últimos, aún se encuentran en su juventud evolutiva (Frank, 1988). Y aunque lo que argumente Immanuel Kant (que la razón es el verdadero camino a la felicidad) sea verdad, se necesitarán muchos años (miles diría yo) de selección natural y procesos evolutivos para poder arribar a una sociedad cuya población sea capaz de fundamentar su destino estrictamente sobre la razón, tal como lo hacen los Homo economicus en el mundo ficticio descrito por la Economía. Pero hasta que ese tiempo de las luces llegue, el Homo sapiens seguirá presentando sesgos claros y (¡por suerte!) sistemáticos en sus procesos mentales (véase Tabla 1), que si se los llegaran a entender de una manera más profunda pudieran favorecer a diversas ciencias entre ellas la Economía. Pero no solo estos problemas en la racionalidad distancian al Homo economicus del Homo sapiens, sino también el supuesto de que los individuos viven exclusivamente para maximizar sus utilidades, basados únicamente en sus propios intereses y en los bienes que consume. Supuesto

Expondré también cómo estos errores en el análisis, producto de supuestos cuestionables sobre el comportamiento humano, no son exclusivos de las ciencias económicas sino que son extendidos también hacia las ciencias socioambientales.


que no es muy realista ya que si fuera totalmente cierto sería muy difícil encontrar individuos (Homo sapiens) que: den propinas, donen dinero a caridades, voten, trabajen voluntariamente, entre otras acciones. Es más, la sicología ha llegado a comprobar que muchas de nuestras acciones están impulsadas por dos emociones primarias y opuestas entre sí: el altruismo y el rencor (Reeve, 2005); lo cual implica que muchas de las decisiones humanas se las toman pensando meramente en su efecto en los demás. Pero no solo eso, incluso el tipo de bienes que decidimos consumir se ve afectado por el entorno en que vivimos; es decir, consumimos no sólo por la utilidad que nos genera sino

por el efecto que este consumo genera en las emociones de los demás (Ackerman, 1997; Corneo y Jeanne, 1997; Mason, 2000 ). Por lo que el concepto de preferencias sociales es un concepto importante para nosotros, Homo sapiens, que no somos seres aislados sino que somos animales sociales, quienes necesitamos de un entorno para establecer conexiones afectivas y con esto generar emociones en aquellos que nos rodean para satisfacer nuestra necesidad de sentirnos aceptados, realizados, felices y superiores (Frank, 1985; Frank, 1999; Clark y Oswald, 1996; Coleman, 1990; Fershtman y Weiss, 1993; Fehr y Falk, 2002).

Tabla 1. Sesgos Cognitivos del Homo sapiens Sesgo de disponibilidad: lo cual produce que basemos nuestras decisiones en información que se encuentra más disponible en nuestras memorias, en lugar de aquella que realmente se necesita. Sesgo a posteriori: lo cual hace que atribuyamos a un evento una probabilidad de ocurrencia mucho más alta después de que los mismos han ocurrido comparado (ex post) con antes de que los mismos ocurran (ex ante). El problema de la inducción (o generalización): el cual hace que los individuos formulen reglas generales basada en información insuficiente o incompleta. La falacia de la conjunción: Es una falacia lógica a través de la cual asumimos que condiciones específicas son más probables que aquellas de tipo general. El ejemplo más famoso de esta falacia es el siguiente: Linda es una mujer de 31 años, soltera, elocuente y muy inteligente. Ella se graduó en filosofía. Como estudiante, ella estuvo muy preocupada de asuntos relacionados a discriminación y justicia social. Adicionalmente en este tiempo ella participó en muchas marchas demostrativas en contra de la proliferación nuclear. ¿Qué es más probable? a.

Que Linda sea una cajera de un banco; o

b. Que Linda sea una cajera de un banco y a su vez sea una miembro activa del movimiento feminista. De acuerdo a un estudio conducido por Tversky y Kahneman (1983) 85% de las personas, a quienes se les hizo esta pregunta, respondieron que la opción 2 era la más probable. Eso pese a que la ley de probabilidades nos indica que la probabilidad que dos eventos ocurran al mismo tiempo es siempre menor o igual a la probabilidad de que solo uno de ellos ocurra. Sesgo de confirmación: lo cual nos empuja a buscar evidencia que confirme la hipótesis inicial, en lugar de evidencia que refute dicha hipótesis. Este es el sesgo más común en los académicos, quienes son considerados racionales por excelencia. Efectos de contaminación: A través del cual permitimos que el marco contextual en el cual un problema es planteado afecte nuestro proceso de toma de decisiones. Los afectos heurísticos: problema cognoscitivo por medio del cual valores o afectividades preconcebidas (paradigmas y prejuicios) interfieren con nuestra determinación de costos y beneficios de una acción. Negligencia de ámbito: lo cual evita que realicemos ajustes proporcionales de lo que estamos dispuestos a sacrificar para evitar daños de distintas magnitudes. Sobre-confianza en la calibración: lo cual nos induce a subestimar los intervalos de confianza dentro de los cuales nuestras estimaciones pudieran considerarse robustas. En otras palabras confundir el escenario más probable con el mejor escenario posible (o viceversa, cuando se confunde el escenario menos probable con el peor escenario posible). La falacia del apostador: Cuando esperamos que un resultado es más probable cuando el opuesto ha ocurrido varias veces de forma sucesiva. Apatía del transeúnte: lo cual nos incita a abdicar nuestra responsabilidad individual cuando actuamos en conjunto.

Fuente: Wilkinson (2008)

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En definitiva el Homo economicus dista mucho de nosotros, los Homo sapiens, de ahí que cualquier ciencia que base sus análisis exclusivamente en el comportamiento de un ser ficticio como el Homo economicus está condenada a equivocarse más de una vez. No obstante, como indiqué anteriormente, este problema tiene solución ya que, ventajosamente, las desviaciones del comportamiento humano con respecto al estándar impuesto por la racionalidad son sistemáticas y por lo tanto modelables. Claro que, a medida que los modelos económicos se tornen más realistas (i.e. tengan una mayor concordancia con la sicología humana) estos inexorablemente se tornarán más complejos. Pues si la realidad es compleja, es lógico esperar que los modelos que la expliquen sean igual de complejos. No obstante, el beneficio obtenido a través de predicciones cada vez más correctas y cercanas a la realidad superan cualquier costo que nazca de una creciente complejidad en los análisis y modelos a utilizar. Sin embargo, hasta hace algunos años los economistas han discrepado con este argumento y han preferido favorecer la simplicidad por sobre la exactitud (Rabin, 2002; Friedman, 1996). Solo en esta última década y media, la preocupación por mejorar los supuestos en los modelos económicos (para hacerlos más realistas) se ha vuelto un tema central para las ciencias económicas; lo cual se demuestra en el auge de investigaciones de primer nivel, en áreas tales como la Economía Experimental y la Economía del Comportamiento. Este es un buen paso hacia una ciencia económica más útil y realista, y ofrece una perspectiva alentadora del futuro académico de la misma. Este cambio era necesario, ya que seguir postergándolo era equivalente a vivir en un mundo en donde si ustedes padecieran de un dolor muy fuerte en su cabeza y acudieran a un doctor(a), él (o ella) les diría que trataría de buscar la solución a su problema médico, pero bajo el supuesto de que dicho dolor es provocado por trastornos de tipo digestivos; un supuesto adoptado debido a que los fenómenos gástricos son más fáciles de diagnosticar y tratar que los neurológicos. ¿Qué dirían ustedes ante esta situación? ¿Aceptarían este justificativo y se pondrían en las manos de dicho doctor(a)? o ¿les parecería un absurdo? Si este argumento nos parece risible bajo un contexto médico ¿por qué no bajo un contexto económico? Solo basta recordar que la Economía se la usa para desarrollar diversos tipos de políticas públicas (tales como aquellas destinadas a combatir el cambio climático) que si son erradas pudieran conducir a la pobreza, el hambre y hasta la muerte (lenta y penosa) de centenares y quien sabe miles de personas.

Economía neoclásica, cambio climático y mitigación (alias: la comedia de los errores) El problema del cambio climático es un reto para la mayoría de las ciencias y en especial para la economía. La

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razón de esto es porque es un problema que se caracteriza por ser de largo plazo, y tal como se dijo anteriormente, nosotros los Homo sapiens nos enfocamos en lo inmediato (esto explica por qué la mayoría de las personas no pueden cumplir sus promesas de fin de año o por qué los ahorros de la mayoría de los individuos son negativos en gran parte de sus vidas). Además el cambio climático se da por la emisión de gases invernadero que son agentes químicos invisibles; muy diferente a otros agentes contaminantes, como aquellos que afectan los ecosistemas marinos los cuales son visibles incluso a millas de distancia (es muy visible e impactante un derrame de petróleo en alguna costa marina, por el contrario los “derrames” de CFC u otros contaminantes en la atmosfera son difíciles de percibir). Esta invisibilidad de los contaminantes que afectan la atmósfera hace que sea muy complicado obtener una reacción visceral por parte de la sociedad en contra de este problema. Adicionalmente, está también el hecho de que el impacto de las acciones de cada persona sobre este problema es imposible o muy difícil de determinar. En definitiva, el problema del cambio climático es uno de los más complejos que la humanidad se ha enfrentado en muchos siglos, siendo incluso un reto enorme para nuestra naturaleza humana. Sin embargo, si buscamos en cualquier libro de texto de Economía cual es la explicación propuesta por esta ciencia a este problema (y las consecuentes soluciones) lo encontraremos en el capítulo de “externalidades”. ¿Qué es una externalidad? Una externalidad es un costo (externalidad negativa) o un beneficio (externalidad positiva) que es experimentado por alguien que no forma parte de la transacción que lo produce. En otras palabras una externalidad aparece cuando alguien toma una acción cuyos costos (beneficios) son pagados (recibidos) parcial o totalmente por otras personas, sin que estos estén de acuerdo en participar en la transacción. En términos coloquiales es una “interdependencia no compensada”. El proceso de emisión de gases invernaderos a la atmósfera es un ejemplo claro de lo que es una externalidad. De ahí que para solucionar este problema y otros en la categoría de externalidades, la economía propone dos tipos de soluciones. La primera, señalada inicialmente por Ronald Coase en 1960, es la asignación de derechos de propiedad. En base a esto los economistas han propuesto un mecanismo innovador para controlar la emisión de gases invernaderos a la atmósfera, este es el sistema conocido como “cap-and-trade” (limite y comercio). Esto no es otra cosa que una mezcla de una regulación prohibitiva sustentada en un cap o máximo nivel de contaminación, y la asignación de derechos de propiedad sobre dichos niveles (o cuotas) específicos de contaminación que se caracterizan por ser transables (trade).


El problema del cambio climático es un reto para la mayoría de las ciencias y en especial para la economía. La razón de esto es porque es un problema que se caracteriza por ser de largo plazo, y nosotros los Homo sapiens nos enfocamos en lo inmediato (esto explica por qué la mayoría de las personas no pueden cumplir sus promesas de fin de año o por qué los ahorros de la mayoría de los individuos son negativos en gran parte de sus vidas).

No obstante, esta medida es absurda en su concepción e inaplicable para el problema de gases invernadero; y, desde mi punto de vista, fue desarrollada por economistas que desconocen la física y la química del problema. Este desconocimiento hace que se proponga al cap-and-trade como la panacea para el cambio climático, lo cual no lo es. Por el contrario, un sistema de esta índole es altamente problemático y costoso y requiere algo que nunca en la historia de la humanidad ha existido: “continua coordinación mundial” o por lo menos que todos y cada uno de los países del mundo se pongan de acuerdo “un día” para firmar un documento que establezca el límite de emisiones por país (y ¿cuántas veces hemos intentado eso ya? no solo con emisiones atmosféricas pero con armas de destrucción masiva, por ejemplo). No obstante, aún si lográramos la firma de dicho acuerdo, este sistema requeriría una institución con autoridad internacional que controle el cumplimiento de las regulaciones establecidas en dicho acuerdo, y hemos visto que estas instituciones, tipo ONU, no cumplen un buen papel en ese tipo de funciones. Pero, inclusive si existiera dicha institución internacional, sus costos de operación serían prohibitivamente altos y sus mecanismos para hacer cumplir la ley serían muy difíciles de establecer (¿qué sanciones se aplicaría a un país que no cumpla?, bloqueos comerciales, invasiones militares; si esto es así, la negociación y la firma del convenio inicial sería mucho más difícil). Es así, que la falta de mecanismos para hacer cumplir los acuerdos bajo un sistema de cap-and-trade, sus costos y la física del problema (un problema que nace de sustancias gaseosas que son altamente dinámicas y erráticas) harían que, si se establece un sistema como éste, se generen incentivos muy fuertes para hacer trampa y ganar al sistema. Además este sistema impone una pregunta adicional de tipo moral y de justicia social, que consiste en cómo exigirle a los países menos desarrollados un control en sus emisiones y un recorte en su producción a favor de un mejor planeta, si los países desarrollados tomaron la ventaja contaminándola en décadas anteriores y a través de este proceso productivo contaminante, generaron un crecimiento y desarrollo sin precedentes en la historia de la humanidad. En otras palabras cómo pedir a los países empobrecidos que paren su crecimiento y sustituyan pobreza por salud ambiental. En definitiva un sistema capand-trade es inaplicable (y en cierta medida inmoral) y de nada sirve analizar una solución inaplicable e inviable desde los puntos de vista técnico, político y social. La segunda solución propuesta por los economistas consiste en establecer un sistema de incentivos monetarios negativos (i.e. impuestos) que afecten el comportamiento de las personas disuadiéndolos de manera inmediata a detener sus acciones contaminantes y con esto lograr que se atenúen o eliminen los problemas de externalidad genera-

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dos por estas acciones sobre los demás3. Esta política de establecer impuestos a través de los cuales se internalicen los efectos de las externalidades en aquellos que las provocan es una medida pura de mitigación, y ha sido la prescripción más aceptada hasta el día de hoy. Esta medida espera lograr dos objetivos: 1) disuadir a los individuos a realizar acciones que generen externalidades ambientales; y 2) redistribuir el dinero obtenido a través de los impuestos para compensar a aquellos afectados por las externalidades. Sin embargo estos dos objetivos son difíciles de alcanzar a través de la solución impositiva sugerida por los economistas. Esta dificultad se da tanto por la característica del problema, así como los supuestos en los que se fundamenta dicha solución. Desde el punto de vista de las dificultades que nacen de la característica del problema, debemos recordar que el problema de cambio climático se distingue por estar matizado por altos niveles de incertidumbre. Esta incertidumbre aparece en varios aspectos del problema, tales como en qué medida el problema es debido a la acción del hombre y en qué medida es debido a ciclos naturales de nuestro planeta. Luego, también hay incertidumbre sobre qué acciones específicas del hombre son más perjudiciales para el ambiente4. Pero una incertidumbre mucho más fuerte aparece cuando se tiene que determinar quienes exactamente fueron los afectados por nuestras acciones y en qué medida y cómo compensarlos. Recordemos que el problema del cambio climático aparece por la emisión de gases invernadero a la atmósfera y, dadas las características físicas de estos contaminantes, los mismos no reconocen límites en su expansión y en su rango de afectación. A esto debemos sumarle el hecho de que la atmósfera se encuentra en un movimiento constante y en ella se dan procesos químicos y físicos muy complejos, de ahí que es difícil determinar el origen de los contaminantes en la misma.

imposible de satisfacer. Por lo que solo nos queda esperar que esta política impositiva cumpla con el primer objetivo; esto es, de afectar el comportamiento de las personas y disuadirlos de acciones en contra del ambiente. No obstante, volvemos al problema presentado por el punto dos de este artículo; esto sucedería si el comportamiento del hombre fuese predeciblemente afectado por incentivos económicos (medidas tipo zanahoria y palo para el burro) y no por factores ambientales y culturales. Pero el hombre no es un Homo economicus, y por ende sus decisiones no se basan exclusivamente en criterios de maximización utilitaria, de ahí que la probabilidad de éxito de la solución impositiva (enmarcada en una política de mitigación) se ve seriamente afectada por los supuestos errados con respecto al comportamiento humano en los cuales se sustenta dicha solución. Es más, existe amplia evidencia empírica de dicho problema al demostrar que los incentivos financieros (positivos o negativos) generan los efectos opuestos a los esperados por los economistas, ya que exterminan los sentimientos de responsabilidad social de los individuos (Frey, 1997; Frey and Oberholtzer-Gee, 1997) y disuaden el tipo de comportamiento que es necesario para resolver problemas de decisión colectiva tales como el cambio climático. Incluso diversos experimentos enfocados en analizar el comportamiento humano (Titmuss, 1971; Vohs et al. 2006; Bowles y Reyes, 2009) han demostrado cómo el civismo puede ser socavado con el simple hecho de nombrar la palabra dinero. No obstante, pese a esta evidencia empírica, los economistas siguen prescribiendo el uso de incentivos económicos para resolver problemas como el cambio climático, lo cual ha demostrado ser un error5.

En otras palabras, tomando en cuenta los fenómenos que ocurren en la atmósfera, no es absurdo pensar que la contaminación que quizás el día de hoy me esté afectando haya sido generada en una pequeña aldea de Ghana a través de la quema de arbustos y carbón y que, la contaminación por encender mi A/C esté afectándole a alguien en Lituania. En definitiva la dificultad en determinar quién debe compensar a quién y en qué medida, hace que el segundo objetivo a cumplir a través una política impositiva enfocada a solucionar el problema del cambio climático sea muy difícil o 3 Un mecanismo causa-efecto que teoréticamente es inmediato bajo el supuesto de que somos Homo economicus 4 La cultura popular nos ha enseñado que emitimos gases invernaderos al ambiente a través del continuo uso de energía ya sea para transportarnos, para calentarnos, para enfriarnos, en fin, para vivir. Pero pocos saben que producir media libra de carne genera emisiones de gases invernadero equivalentes a la emisión que aparece al recorrer 10 millas con un auto de 3.000 libras (Fiala, 2009). Esto se percibe aún más grave cuando se ha estimado que el consumo mundial de carne del planeta tiene un efecto cinco veces más perjudicial que nuestras decisiones diarias de transporte (Fiala, 2009). Es por esta razón que al planeta le convendría mucho más que comamos nuestras ensaladas en un Hummer que nuestras hamburguesas en una bicicleta.

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5 La idea de que políticas basadas en incentivos económicos explícitos son contraproducentes, ya que inducen a las personas a adoptar una mentalidad de mercado y así comprometer sus valores cívicos pre-existentes, no es nueva y data desde 1971. En este año Richard Titmuss publicó su libro “The Gift Relationship: From Blood Donations to Social Policy” y expuso por primera vez dicha idea. Desde ese tiempo hasta mediados de los 90’s la idea quedó olvidada y fue retomada por Ernst Fher con sus estudios relacionados al efecto de incentivos monetarios sobre acciones altruistas y participación de bienes públicos.


Esta solución se la conoce también en el mundo ecologista como la política del retroceso sostenible y requiere que los humanos se restrinjan de todas las acciones que le producen satisfacción. En otras palabras requiere que consumamos menos y por ende que se produzca menos bienes, que usemos cada vez menos recursos naturales, que nos desplacemos menos, e incluso que reduzcamos nuestros patrones reproductivos (y así controlar el crecimiento poblacional).

De ahí que, quizás la solución al cambio climático la tengan los científicos socio-ambientalistas; quienes afirman (O’Neill, 1993; O’Neill y Spash, 2000; Norton, 2005) que proveer responsabilidad compartida a los individuos y apelar a un sentimiento de bien común puede que sea la solución para controlar las acciones que exacerban dicho problema. Pero esto es asumir que el humano se encuentra al otro lado del espectro en el cual la Economía lo concibe; es decir, que lo individuos no son Homo economicus calculadores sino que son seres desinteresados con un amplio deseo de satisfacer las necesidades de la sociedad tanto o más que las suyas (i.e. Homo altruisticus). En otras palabras los ambientalistas proponen una estrategia diferente a la de los economistas pero igual de extrema e igual de errada (por el carácter utópico de sus supuestos). De ahí que, como generalmente sucede en nuestro Planeta Tierra (un planeta muy diferente al Planeta Economía y al Planeta Hippie) la solución de muchos de los problemas que sufre la humanidad se encuentra en el centro del espectro, o dicho de otra manera, en lo que algunos llamamos el punto de neutralidad pragmática.

La solución ambientalista: algo más de lo mismo La solución ambientalista, es simple de resumir: “tratar de persuadir a la humanidad que cambie su comportamiento de consumo” (i.e. una medida de mitigación fundamentada en la voluntad y la bondad del hombre). Una estrategia sencilla, directa y muy fácil de entender. No obstante por más sencilla que parezca dicha solución es la más compleja y quimérica de todas las soluciones propuestas para combatir el cambio climático. Esta solución se la conoce también en el mundo ecologista como la política del retroceso sostenible y requiere que los humanos se restrinjan de todas las acciones que le producen satisfacción. En otras palabras requiere que consumamos menos y por ende que se produzca menos bienes, que usemos cada vez menos recursos naturales, que nos desplacemos menos, e incluso que reduzcamos nuestros patrones reproductivos (y así controlar el crecimiento poblacional). En otras palabras, requiere que cambiemos radicalmente nuestro estilo de vida, y nosotros bien sabemos qué tan fácil es esto ¿verdad? Sino recordemos cuántas personas conocemos o hemos conocido a lo largo de nuestra vida (incluyéndonos a nosotros mismos, por supuesto) que se han puesto como propósito: bajar de peso, dejar de fumar, dejar de tomar bebidas alcohólicas, dejar de apostar, dejar de endeudarse y/o gastar superfluamente, entre otras cosas, y no han podido lograrlo. Pero esta inhabilidad de cumplir nuestros propósitos no es por falta de percepción de las consecuencias de dichas acciones, ya que conocemos que muchas de las acciones antes mencionadas (i.e. tomar alcohol, comer

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demasiado, fumar) imponen un costo en nuestra vida, sino que se da por nuestra dificultad de dejar atrás patrones de comportamiento establecidos; y además por la satisfacción que estas actividades producen al llenar vacios sicológicos y/o emocionales en los individuos, lo cual las convierten en decisiones razonablemente irracionales. De ahí que, si acciones perjudiciales a nuestra calidad de vida no las podemos dejar a un lado, cómo podemos esperar que tengamos cambios más drásticos en nuestro estilo de vida, con el fin único de ayudar a solucionar un problema, como el del cambio climático, del cual desconocemos en qué medida nuestras acciones individuales contribuyen marginalmente a su exacerbación o contracción6 y cuyos efectos no son inmediatos sino de largo plazo. Es por esto, que considero muy iluso el poner nuestras esperanzas en medidas de mitigación de emisiones de gases invernaderos, basadas en estrategias enfocadas exclusivamente en el cambio del comportamiento de las personas (ya sea voluntariamente o por incentivos monetarios). Pero alguien pudiera argumentar que quizás a través de regulaciones fuertes se podría inducir (un eufemismo para el verbo obligar) a dicho cambio de comportamiento. No obstante, para probar la falencia de esta idea podemos recurrir a uno de muchos ejemplos que existen en la vida diaria; en este caso específico me referiré al uso obligatorio de cinturones de seguridad. Por ejemplo, en Ecuador, en los últimos tres años se ha incrementado la exigencia del uso de cinturones de seguridad en carreteras y ciudades; no obstante, su uso aún no es extendido entre todos los conductores7. Las razones por lo cual el uso de este dispositivo no es ampliamente aceptado en el Ecuador son muy variadas. Es así que, hay quienes no han percibido los beneficios claros de los cinturones de seguridad y por el contrario lo ven como un estorbo. Incluso hay los que argumentan que no entienden claramente las consecuencias de la negligencia de no usar cinturón de seguridad, argumento interesante debido a la enorme cantidad de ejemplos sobre las consecuencias del no uso de cinturones de seguridad8. Hasta existen aquellos que dudan de su efectividad, poniendo en tela de juicio los resultados de pruebas en laboratorio que indican que una persona que usa cinturón de seguridad reduce su probabilidad de muerte en un 50 % en caso de un accidente automovilístico grave (NHTSA, 2009). Pero este no es un fenómeno exclusivamente del Ecuador; en EE.UU., por ejemplo, aún existe la idea (pese a toda la evidencia disponible) que el uso de los cinturones 6 Por lo menos cuando alguien fuma, sabe con algo de certeza como lentamente se está matando; en el caso del cambio climático la incertidumbre científica es tan alta que no nos permite establecer relaciones claras de causa y efecto entre nuestras acciones y el problema. 7 Hay muchos que bromean con respecto al contenido de esta ley indicando que es una ley por medio de la cual los conductores deben colocarse los cinturones de seguridad cada vez que haya un vigilante de transito cerca. 8 La crónica roja que plaga los televisores y periódicos de nuestro país, muestran un sin número de muertes que se hubieran evitado si la gente usara los cinturones de seguridad, pero aun así la gente no acepta fácilmente su uso

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de seguridad en lugar de ser una ayuda para las personas en caso de un accidente grave, es perjudicial y podría aumentar el riesgo de muerte (Allee, 2005), lo cual es un absurdo empírico. Es más, hay quienes afirman, (entre ellos grupos organizados en pro de las libertades individuales) que el uso de cinturones de seguridad y las leyes que obligan su uso son una afrenta perversa de los gobiernos a las libertades del individuo (la libertad de morir creo yo). Lo cual nos deja pensando, ¿Es a estas personas a las que le vamos a pedir que cambien su comportamiento en pro del medioambiente? ¿Cómo se lo podrá hacer, si estas mismas personas demuestran una capacidad inmensa de oposición a medidas (como las que promueven y controlan el uso de cinturones de seguridad) destinadas a preservar sus vidas y la de los suyos? ¿Cómo hacerlo, si aunque incluso con un problema de causalidad clara como en el caso del no uso de cinturones de seguridad y muerte, la gente se niega a seguir las regulaciones? Bajo esta perspectiva y sustentándome en el ejemplo anterior, auguro que tratar de cambiar el comportamiento a favor de actitudes más ambientalistas será (y es) una tarea titánica de lograr. No obstante, muchos podrían indicar que la educación es la causa detrás de la renuencia de las personas para ajustar o cambiar su comportamiento, y, de esta manera, lo único que se necesita es una buena campaña de concienciación y solucionado el problema. Sin embargo, existen muchas instancias en las cuales dichas campañas han fallado tales como aquellas enfocadas a detener: el SIDA, la conducción bajo estado etílico, el tabaquismo, entre otros fenómenos sociales. Entonces otros podrían argumentar, que no es la educación per se la causa de la inercia en el comportamiento de los individuos sino problemas en sus capacidades cognitivas para procesar la información que se les presenta. No obstante, John Levitt y Stephen Dubner en su libro Superfreakonomics nos presentan un ejemplo claro del por qué incluso ese argumento es incorrecto. Ellos nos presentan evidencia obtenida de dos estudios, el primero conducido en el Hospital Cedars-Sinai de Los Angeles y el otro efectuado en Australia, donde se encontró que el porcentaje de doctores que se lavaban las manos antes de un proceso médico llegaba a un valor tan bajo como el 9%. Una cifra sorprendente, aún después de que en 1999 un reporte titulado “Errar es Humano” estimó que entre 44.000 y 98.000 pacientes en EE.UU. morían debido a negligencia médica, entre las cuales la más importante era la infección por descuido en los procedimientos de higiene médica; en otras palabras, por falta de esterilización de los instrumentos y falta de higiene en las manos de los médicos y enfermeras.


… Igualmente demuestran cómo los humanos fallamos en realizar nuestras cuentas mentales de costo y beneficio y muchas veces cómo nuestros sentimientos (o razones, hasta ahora desconocidas) influencian nuestras decisiones, lo que complica el establecer los incentivos adecuados para lograr el cambio requerido para solucionar un problema.

Algo que es de sorprender (y asustar) ya que el requerimiento de lavarse las manos no es nuevo, data desde 1860, momento en el cual Louis Pasteur propuso su teoría de los gérmenes en la cual afirmaba que muchas enfermedades, entre estas las infecciosas, aparecían por microorganismos que se encontraban en nuestro alrededor y en gran medida en nuestras manos (ya que es la parte del cuerpo que tiene mayor contacto con el exterior). En fin, lavarse las manos antes de un procedimiento médico es un precepto básico muy antiguo que todos los doctores lo conocen; e incluso que sus madres de manera coloquial les enseñaron en sus hogares (supongo yo). Como todos bien sabemos, los médicos son personas sumamente preparadas, que para haber llegado a donde están deben poseer una capacidad cognitiva por encima del promedio de la población, de ahí que no se podría usar como justificativo, para su error sistemático de no lavarse las manos antes de un procedimiento, la existencia de falencias cognitivas. Adicionalmente en ambos estudios citados por Levitt y Dubner se reportaron varias estrategias para cambiar ese comportamiento nocivo, muchas de las cuales fueron un fracaso, demostrando una inercia increíble para lograr proporciones aceptables de doctores que se laven las manos. Esto nos hace preguntar ¿Por qué fue tan difícil persuadir a los doctores que hagan lo que ellos saben que tienen que hacer desde hace siglos atrás y desde niños? ¿Por qué fue tan difícil lograr que estos individuos sumamente preparados e inteligentes cambien su comportamiento cuando el precio por cumplir la norma es tan bajo (lavarse las manos) y el costo potencial (la muerte de un paciente y el fin de su carrera) es tan alto? Estas interrogantes son difíciles de explicar, pero demuestran lo difícil que es lograr un cambio en el comportamiento incluso entre aquellos más inteligentes y más educados de nuestra población. Igualmente demuestran cómo los humanos fallamos en realizar nuestras cuentas mentales de costo y beneficio y muchas veces cómo nuestros sentimientos (o razones, hasta ahora desconocidas) influencian nuestras decisiones, lo que complica el establecer los incentivos adecuados para lograr el cambio requerido para solucionar un problema; y lo cual sustenta, mi idea anteriormente referida, de que políticas tipo palo-zanahoria o aquellas que apelen a la conciencia humana no servirían (y en el mejor de los casos no serian sostenibles en el tiempo) con nosotros los Homo sapiens puesto que nuestras reacciones no son lineales y/o predecibles como las del Homo economicus (o incluso el Homo altruisticus). De ahí que, asumir que podemos lograr resolver el problema de cambio climático con medidas de mitigación, basadas en gran medida en los supuestos de que el comportamiento del hombre es predecible y lineal, y que incentivos económicos o la educación (i.e. propagandismo) cambiarán el comportamiento humano en la dirección que deseamos, es muy incauto e inocente. Consecuentemen-

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te, poner el destino de la humanidad bajo el paraguas de políticas como las de mitigación es una aventura muy peligrosa con consecuencias tan graves como el exterminio de la raza humana. En mi opinión, el ser humano y su volatilidad sicológica son muy difícilmente afectados por los incentivos prescritos por la Economía y las ciencias Socio-ambientales y quizás sería mejor considerar que el peor escenario es también el más probable y por lo tanto estar preparado para eso con medidas de adaptación. No estoy siendo fatalista, sino realista ante la evidencia presentada, y no estoy defendiendo una idea de eliminar de nuestro abanico de posibilidades las medidas de mitigación sino, por el contrario, estoy defendiendo la idea de ampliar dicho abanico e incluir las medidas de adaptación en él, las cuales han sido vistas como un tabú en los últimos años, ya que éstas han sido relacionadas con un pesimismo en el poder de la raza humana para cambiar su destino. No obstante, al pensar así nos olvidamos del gran Charles Darwin quien afirmó en su libro “El origen de las Especies” que “Las especies que sobreviven no son las más fuertes ni las más inteligentes, sino aquellas que se adaptan mejor al cambio”, y es así como debemos pensar si queremos sobrevivir el posible cataclismo climático que se nos avecina.

La adaptación como una alternativa pragmática – Reflexiones Generales En las primeras discusiones multilaterales que se realizaron en la década de los 80’s, se estableció que las medidas de adaptación eran una opción importante para combatir el problema del cambio climático en la sociedad. No obstante, en los últimos años, los científicos sociales, entre ellos muchos economistas y ambientalistas, han puesto su énfasis en el diseño e implementación de políticas de mitigación, al punto que la mera idea de proponer estrategias de adaptación al cambio climático era y es aún vista por muchos como una idea desagradable, ya que implica la inhabilidad del hombre para resolver el problema a través de cambios en su comportamiento. No obstante, tal cual como lo he expuesto anteriormente, esta inhabilidad del hombre para ajustar su comportamiento para reducir la emisión de gases invernadero a la atmósfera, más que una idea pesimista, aparentemente representa la realidad en la cual nos desenvolvemos. De ahí la necesidad imperante de eliminar nuestros paradigmas y tabúes, y aceptar las medidas de adaptación como una alternativa viable y preponderante para salvar la humanidad de los efectos del cambio climático. En mi opinión aquellas medidas tendientes a impulsar la adaptación de la humanidad a un clima cada vez más cambiante, a través de la construcción de sociedades más

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resistentes mientras fomentamos el desarrollo sostenible de dichas sociedades, tendría un impacto más duradero e importante que las medidas tendientes simplemente a reducir los gases emitidos a la atmósfera. Cada hora que perdamos discutiendo sobre medidas de mitigación, que fundamenten su éxito (o fracaso) en la quimérica idea de que es posible un cambio en el comportamiento de la humanidad entera, es un paso más hacia nuestra aniquilación. El planeta está urgido de políticas realistas que tomen en cuenta todos los factores en sus análisis, incluso aquellos que algunos ambientalistas extremos consideran heréticos, como el suponer que el problema del cambio climático se debe en gran parte a los ciclos naturales del planeta. Las medidas de adaptación son aquellas que mejor se ajustan a todo este tipo de factores ya que, en vez de tratar de revertir el problema, se enfocan en preparar al humano a vivir en un mundo diferente al que conocemos el día de hoy. Para algunos esto es lo desagradable de éstas medidas de adaptación, ya que las mismas se adoptan bajo el supuesto de que no seremos capaces de cambiar “por completo” nuestro comportamiento y por lo tanto, al aceptar estas medidas, estaríamos hipotecando el mundo como lo conocemos hoy en día por uno diferente (peor) en el futuro. Pero el problema es que en el futuro, no importa lo que hagamos, el mundo será diferente; ya que no somos ni la primera ni la ultima especie en enfrentarse a la posibilidad de extinguirse por cambios en el clima y, como Darwin lo abogó, las opciones de las especies en un ambiente cambiante se reducen a dos: adaptarse o morir.

Para concluir Es necesario aceptar nuestra realidad, somos humanos volátiles, más emocionales que racionales y por ende muchas de nuestras acciones se definen por nuestro humor del día a día (Evans y Cruse, 2004). Exigir al ser humano acciones ya sean puramente racionales (deseo de los economistas) o puramente altruistas (deseo de los ambientalistas) es una tarea imposible de lograr. Dichas estrategias son equivalentes a endeudarse enormemente con bienes superfluos basados en la esperanza de que el boleto de lotería que compramos la semana pasada sea el ganador. Esta lógica absurda nos está llevando a la destrucción. No digo que debamos dejar a un lado las medidas de mitigación, por el contrario, tal como Pielske et.al. (2007) lo afirmó, para sobrevivir al dilema climático que estamos sufriendo es necesario que aceptemos en nuestras opciones de acción tanto las políticas de mitigación así como aquellas de adaptación, pero definiendo estas últimas en términos de estrategias de desarrollo sostenible (i.e. mucho más allá de la definición dada por el IPCC, el que las explica como estrategias de cobertura contingentes que se activarían si y solo si el peor escenario se da). Solo así po-


dremos enfocarnos en reducir tanto las emisiones de gases invernadero así como la vulnerabilidad de las poblaciones con respecto a la variación climática. Es por esta razón que lo que invoco es dejar de pensar que la mitigación es nuestra única opción, porque quizás el hombre nunca cambie, quizás el cambio climático sea producto de ciclos naturales invariables, quizás el daño que hemos hecho a la Tierra sea tan grande que los efectos sean irreversibles y quizás el futuro sea oscuro sin importar lo que hagamos. Por lo tanto, considero que es importante entender cómo vivir bajo este nuevo escenario climático y al final, establecer estrategias apropiadas para lograr satisfacer el que debe ser el objetivo número uno de todas las políticas ambientales: la supervivencia de la raza humana.

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Diego F. Cisneros-Heredia Colegio de Ciencias Biológicas y Ambientales Universidad San Francisco de Quito, Ecuador dcisneros@usfq.edu/ec

Entre los medios de comunicación y la objetividad científica: un tortuoso camino para la conservación de la biodiversidad

“La Tierra es el único mundo conocido hasta el momento que alberga vida; no hay ningún otro lugar, al menos en el futuro cercano, al cual nuestra especie pudiera migrar. ¿Visitar? Sí. ¿Colonizar? Aún no. Nos guste o no, por el momento la Tierra es donde tenemos que quedarnos. Se ha dicho que la astronomía es una humilde experiencia constructora del carácter y quizás no exista mejor demostración de la tontería de los prejuicios humanos que esta distante imagen de nuestro diminuto mundo. Para mi recalca nuestra responsabilidad de tratarnos más amablemente los unos a los otros y preservar y cuidar este punto pálido azul, el único hogar que conocemos.” Carl Sagan

A pesar de la gran cobertura mediática que reciben los problemas ambientales, la biodiversidad sigue siendo destruida extensivamente. El flujo de conocimiento entre científicos, medios de comunicación y el público se ve obstaculizado por diferentes barreras que previenen la toma de conciencia social sobre la magnitud de los problemas ambientales. Es vital que los humanos internalicemos nuestra pertenencia y dependencia con la biodiversidad. Los científicos y los medios de comunicación deben empezar a trabajar en sinergia a través de un verdadero proceso de difusión científica que entregue información significativa al público, construyendo así una sociedad proactiva. 22


Los humanos nos originamos hace 200 mil años y siempre hemos dependido de la biodiversidad1 para sobrevivir. A lo largo de nuestra evolución biológico-cultural hemos acumulado conocimientos, destrezas y creatividad. Esto ha motivado el desarrollo de ciencias y tecnologías que han cambiado radicalmente nuestras relaciones con el mundo natural. Hoy en día, somos capaces de identificar los genes que nos hacen humanos2; construir células vivas sintéticas3; producir maíz multivitamínico genéticamente modificado4 e incrementar nuestra expectativa de vida gracias a los avances de las ciencias de la salud5. La especie humana, una entre millones, ha sido capaz de cambiar la faz del planeta de manera significativa. Hemos convertido cerca del 12% de la superficie terrestre en zonas agrícolas (más de 17,3 millones de kilómetros cuadrados)6; modificado o eliminado casi el 50% de los bosques originales del planeta7,8; generado tasas de extinción de plantas y animales 100 a 1000 veces mayores que las normalmente observadas9; y estos son solo algunos de los frenéticos efectos que hemos tenido sobre la biósfera planetaria10. Debido a la magnitud de los cambios que hemos provocado, la naturaleza se encuentra envuelta en amplios proce1 La biodiversidad (= diversidad biológica) comprende el vasto conjunto de seres vivos que han evolucionado sobre nuestro planeta, su amplia variabilidad y las relaciones que entre ellos y su medio físico se originan. La biodiversidad es un concepto que funciona a diferentes niveles, ya que incluye en su definición a los ecosistemas, a las especies y a su diversidad genética (definición basada en el Convenio sobre Diversidad Biológica de 1993. Disponible en: http://www.cbd.int/convention/convention.shtml). El desarrollo de los diferentes niveles de biodiversidad sobre el planeta Tierra se explica de manera real, clara y objetiva a través de los procesos de evolución biológica. En este sentido, la evolución se refiere a dos conceptos. (1) El proceso natural de cambios en las características heredadas por poblaciones de organismos a través de generaciones. Este proceso es el resultado de interacciones genéticas que introducen diferentes grados de variabilidad en la población y que junto a interacciones ambientales eventualmente producen que ciertas características se vuelvan más comunes en la población. Este proceso puede desembocar en especiación, donde la acumulación y concentración de la variabilidad conduce a que diferentes poblaciones diverjan lo suficiente como para ser consideradas especies diferentes (Futuyma. 2009. Evolution. 2ª edición. Sinauer Associates Inc. Sunderland, Massachusetts, EE.UU.). (2) La Síntesis Evolutiva Moderna, teoría aplicable a los procesos descritos en el primer concepto y que es el principio central de las ciencias biológicas. Esta teoría provee de una explicación real, basada en evidencias, unificada y secular de la historia y diversidad de la vida sobre la Tierra (basado en IAP Statement on the Teaching of Evolution, una declaración del Interacademy Panel on International Issues, red global de academias de ciencias de 67 países, disponible en: http://www.interacademies. net/CMS/6159.aspx). 2 Proyecto Genoma Humano, más información: http://www.nature.com/nature/supplements/collections/humangenome/ 3 First Self-Replicating Synthetic Bacterial Cell. Disponible en: http://www.jcvi.org/ cms/press/press-releases/full-text/article/first-self-replicating-synthetic-bacterial-cellconstructed-by-j-craig-venter-institute-researcher/ 4 Naqvi et al. 2009. Transgenic multivitamin corn through biofortification of endosperm with three vitamins representing three distinct metabolic pathways. PNAS 106(19): 7762– 7767. Disponible en: DOI:10.1073/pnas.0901412106. 5 MMWR. 1999. Ten Great Public Health Achievements—United States, 1900-1999. Journal of the American Medical Association 281 (16): 1481. Disponible en: http://jama. ama-assn.org/cgi/reprint/281/16/1481 6 CIA. 2009. World. The World Factbook 2009. Central Intelligence Agency. Washington, D.C., EE.UU. Disponible en: https://www.cia.gov/library/publications/the-worldfactbook/geos/xx.html 7 Ibid. 8 Bryant et al. 1997. The Last Frontier Forests: Ecosystems y Economies on the Edge. World Resources Institute. Washington, D.C., EE.UU. Disponible en: http://www.wri.org/ publication/last-frontier-forests 9 Lawton y May. 1995. Extinction rates. Oxford University Press, Oxford, Reino Unido. 10 Biósfera es el ecosistema global formado por la biodiversidad y por el mundo físico donde ésta vive y se desarrolla.

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sos de desequilibrio. Dado que los humanos somos parte de la biodiversidad del planeta y dependemos de ella, sus problemas nos afectan también a nosotros. La gravedad e impacto de estos problemas ambientales ha provocado que sean frecuentemente mencionados por los medios de comunicación y prácticamente se han convertido en temas de moda. Esta exposición mediática ha promovido que muchas personas conozcan de ciertos aspectos, como la contaminación ambiental, el ahorro de energía, los cambios climáticos y la extinción de especies carismáticas como pandas y tigres. Más aún, los temas ambientales se han vuelto parte de discusiones globales, han influido en las políticas públicas y han producido un flujo de fondos hacia iniciativas gubernamentales y privadas que buscan la conservación de la naturaleza. ¿Significa esto que las personas sabemos cuál es la importancia de la biodiversidad para nuestras vidas? ¿Acaso entendemos en realidad, por qué es importante la biodiversidad que habita en el Yasuní y por qué es válido conservarla en lugar de extraer el petróleo del ITT? ¿Hemos llegado a comprender que cada ser vivo del planeta es importante y tiene el derecho de vivir, sin importar que sea un panda, un ratón, un mosquito o una bacteria? ¿Hemos llegado a entender que los humanos somos solo un engranaje más de los complejos sistemas de la biodiversidad y no sus amos y dominadores? ¿Entendemos que la destrucción de la biodiversidad es el camino más seguro para condenar a la humanidad a la extinción?.

LO SUCEDIDO EN LOS ÚLTIMOS 10 AÑOS *Cerca de 13 millones de hectáreas de bosques en todo el planeta se han destruido *17934 especies de seres vivos están en peligro de extinción y al menos 14 animales y plantas se han declarado extintos entre 2000 y 2010 *El 65% de los hábitats ribereños mundiales se encuentran en riesgo Lamentablemente, la evidencia muestra que NO. Estrategias de conservación de la biodiversidad y de comunicación ambiental se han vuelto cada vez más comunes desde finales del siglo 19. Sin embargo, las personas no hemos tomado verdadera conciencia sobre el valor de la vida y la magnitud de los problemas ambientales que hemos causado. Aquí algunos datos de lo que ha sucedido en los últimos 10 años, la primera década del siglo 21:


Cerca de 13 millones de hectáreas de bosques en todo el planeta se han destruido11. La pérdida neta anual de bosques entre los años 2000 y 2010 es equivalente a un área de tamaño similar a Costa Rica. América tropical, África y el sudeste de Asia tienen la mayor pérdida de bosques. Ecuador ha perdido más de 50 mil hectáreas por año en ese período y países como Brasil, Venezuela, Bolivia, Nigeria, Indonesia o Myanmar han perdido entre 250 mil hasta más de 500 mil hectáreas de bosques por año12. Todos estos países se encuentran entre los más biodiversos del planeta13. 17934 especies de seres vivos están en peligro de extinción y al menos 14 animales y plantas se han declarado extintos entre 2000 y 2010 (número que se incrementaría a 25 si se suman las especies que ahora son consideradas como “posiblemente extintas”)14. Entre 2007 y 2010, el estado de conservación de más de 200 especies ha empeorado, pasando a estar más amenazadas. En ese mismo período, solo 43 especies han mejorado su estado y están menos amenazadas15,16. En total, hoy en día el 34% de las especies se encuentran amenazadas por la extinción (ver Tabla 1). En los últimos 500 años, 706 especies de animales y 85 especies de plantas se han extinto, mientras que 63 especies de plantas y animales han desaparecido de la naturaleza y hoy en día solo sobreviven en jardines botánicos y zoológicos17. La mayor parte de las especies que se han extinto o que están peligro de extinción han sido afectadas por actividades humanas directa y fatalmente. Estos números se vuelvan más preocupantes si se tiene en cuenta que solo se han evaluado el estado de conservación del 3% de las 1,7 millones de especies descritas. Y el panorama se vuelve peor, si consideramos que solo se ha descrito cerca del 10% de las especies que existen realmente sobre la Tierra. Dado que la mayor parte de especies se encuentran afectadas por los mismos factores que han causado la extinción o amenazado a las especies evaluadas, es factible estimar que un alto porcentaje de toda la biodiversidad del planeta Tierra está amenazada de extinción o ya ha desaparecido.

11 FAO. 2010. Evaluación de los recursos forestales mundiales – informe principal. Estudio FAO Montes 163. Roma, Italia. Disponible en: http://www.fao.org/forestry/fra/ fra2010/es/ 12 Ibid. 13 Brooks et al. 2006. Global Biodiversity Conservation Priorities. Science 313: 58–61. 14 IUCN. 2010. IUCN Red List of Threatened Species. Versión 2010.3. International Union for Conservation of Nature, Cambridge, Reino Unido. Disponible en: http://www. iucnredlist.org. 15 Ibid. 16 CSE–IUCN. 2008. El estado de las especies del mundo. Comisión de Supervivencia de Especies, International Union for Conservation of Nature. Cambridge, Reino Unido. Disponible en: http://iucn.org/about/work/programmes/species/red_list/review/ 17 IUCN, op. cit.

El 65% de los hábitats ribereños mundiales se encuentran en riesgo18. En general ríos, lagunas y mares, así como la vida que depende de ellos, se encuentran en alto riesgo debido a la sobreexplotación de las aguas, la contaminación, la introducción de especies exóticas, y la sobrepesca19. Cerca del 70% del agua extraída se utiliza de manera ineficiente en prácticas agrícolas20. Más del 80% de las aguas servidas e industriales producidas en Ecuador, Perú y Chile son descargadas a los ríos y mares sin ningún tratamiento, lo que ha causado una extensa contaminación microbiana y química21. Más del 20% de la producción pesquera mundial se origina en las costas de Ecuador, Perú y Chile; sin embargo, las numerosas plantas procesadoras de pescado que descargan sus desechos al mar causan eutrofización y anoxia22, creando “zonas muertas”. Las zonas muertas en las costas marinas han aparecido exponencialmente desde la década de 1960. Hasta el año 2008 se reportaron más de 400 zonas muertas distribuidas en todos los océanos del planeta, que afectaban un área total de más de 245 mil kilómetros cuadrados23. En el 2007, el 52% de las reservas pesqueras marinas mundiales han sido completamente explotadas, el 19% están siendo sobreexplotadas y el 8% están agotadas24. El 70% de los arrecifes de coral del planeta se encuentran amenazados o ya han sido destruidos25, principalmente debido al efecto de contaminantes, eutrofización, prácticas destructivas de pesca, y en especial, cambios climáticos que han producido el incremento de las temperaturas oceánicas superficiales causando el blanqueamiento de corales26. Desde 1980 se han destruido el 20% de los manglares del planeta, principalmente con la creación de piscinas camaroneras y el relleno para reclamación de tierras27. 18 Vörösmarty et al. 2010. Global threats to human water security and river biodiversity. Nature 467: 555–561. Disponible en: DOI:10.1038/nature09440 19 UNEP. 2006. Challenges to International Waters: Regional Assessments in a Global Perspective. Global International Waters Assessment, United Nations Environment Programme–UNEP, Nairobi, Kenya. Disponible en: http://www.unep.org/dewa/giwa/ publications/finalreport/ 20 Ibid. 21 Ibid. 22 La eutrofización es un proceso que inicia cuando se elevan las concentraciones de nutrientes en los sistemas acuáticos. Este incremento resulta de la sobre-aplicación de fertilizantes, la descarga de desechos domésticos, industriales, agrícolas y ganaderos, la combustión de combustibles fósiles y la movilización de nutrientes debido a la deforestación. Los nutrientes adicionales estimulan el crecimiento de algas y alteran el balance entre la producción y la descomposición de la materia orgánica. La explosión de algas provoca un enturbiamiento del agua que impide que la luz penetre y se bloquea el proceso de fotosíntesis (productor de oxígeno) pero aumenta el consumo de oxígeno por parte de los organismos descomponedores que empiezan a recibir los excedentes de materia orgánica producidos cerca de la superficie. En poco tiempo, el oxígeno se agota y el ambiente se vuelve anóxico (carente de oxígeno). La radical alteración del ambiente que suponen estos cambios hace inviable la existencia de la mayoría de especies que previamente formaban el ecosistema (Ibid.; Eutrofización. 2010. Wikipedia, La enciclopedia libre. Disponible en: http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Eutrofizaci%C3%B3nyo ldid=38892989 23 Díaz y Rosenberg. 2008. Spreading Dead Zones and Consequences for Marine Ecosystems. Science 321(5891): 926–929. Disponible en: DOI: 10.1126/science.1156401 24 FAO. 2008. The state of world fisheries and aquaculture. FAO Fisheries and Aquaculture Department, Rome, Italy. Disponible en: http://www.fao.org/docrep/011/i0250e/i0250e00.htm 25 IUCN, op. cit. 26 UNEP, op. cit. 27 Spalding et al. 2010. World Atlas of Mangroves. ISME, ITTO, FAO, UNESCOMAB, UNEP-WCMC, UNU-INWEH. Earthscan Publications Ltd., Londres, Reino Unido.

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Tabla 1. Especies de seres vivos amenazadas de extinción14. Especies descritas

Especies evaluadas hasta 2010

Especies amenazadas de extinción

Número de especies amenazadas como % de las especies evaluadas

Mamíferos

5490

5490

1130

21%

Aves

10027

10027

1240

12%

Reptiles

9084

1672

467

28%

Anfibios

6638

6285

1895

30%

Peces

31600

6894

1771

26%

Subtotal

62839

30368

6503

21%

Insectos

1000000

3021

733

24%

Moluscos

85000

2629

1114

42%

Crustáceos

47000

2152

596

28%

Corales

2175

856

235

27%

102248

33

19

58%

165

11

9

82%

Vertebrados

Invertebrados

Arácnidos Gusanos terciopelo Cangrejos cacerola

4

4

0

0%

68658

52

24

46%

1305250

8758

2730

31%

Musgos

16236

101

80

79%

Helechos y aliados

12000

243

148

61%

Gimnospermas

1052

926

371

40%

Plantas con flor

Otros Subtotal Plantas

268000

11543

8084

70%

Algas verdes

4242

2

0

0%

Algas rojas

6144

58

9

16%

307674

12873

8692

68%

Líquenes

17000

2

2

100%

Hongos

31496

1

1

100%

Algas cafés

3127

15

6

40%

Subtotal

51623

18

9

50%

1727386

52017

17934

34%

Subtotal Hongos y Protistas

TOTAL

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El estado de conservación de la biodiversidad sigue empeorando a pesar de todo el barullo mediático, ¿qué pasa? Es claro que la situación de nuestro planeta no ha mejorado y por el contrario sigue empeorando, incluso a pesar de la gran exposición mediática. Una posible respuesta, podría ser que básicamente a los humanos no nos interesa lo que le pase al planeta. Podríamos pensar que el egoísmo humano ha superado todo parámetro lógico y no nos importa nada excepto lograr objetivos cortoplacistas, independientemente de si en el camino condenamos nuestra propia existencia. Sin embargo, y confiriendo el beneficio de la duda a los humanos, creo que hay una explicación más fuerte: las personas no hemos tomado conciencia de la magnitud de los problemas ambientales porque existen graves fallas en la comunicación. Las personas siguen sin entender la importancia de la biodiversidad porque no es explicada adecuadamente y con la potencia necesaria. Puede que existan seres humanos que entren de plano en la primera opción del egoísmo, pero creo que la población humana en general no ha cambiado sus actitudes porque sigue sin internalizar que los humanos somos solo una parte de la biodiversidad de este planeta y dependemos enteramente de ella.

POR QUÉ FALLA LA INFORMACIÓN Y COMUNICACIÓN * Los humanos solo percibimos al mundo parcialmente. * Los humanos percibimos e interpretamos la realidad con errores y sesgos * Las actividades humanas parecen pequeñas e inocuas en comparación con los cambios que el planeta ha sufrido a lo largo de su historia. ¡ pero no lo son! * La exposición mediática no llega a todos los humanos por igual * Nuestro conocimiento científico sobre la biodiversidad es incompleto * Los temas científicos son la comida chatarra de los medios de comunicación * Los científicos no se involucran en la comunicación y no explican al público en términos claros y aplicables ¿por qué conservar la biodiversidad? Las razones para las fallas de información y comunicación son múltiples y sinérgicas. El flujo del conocimiento se ve obstaculizado por barreras biológicas, psicológicas, socioculturales, logísticas, tecnológicas, contextuales y temporales. Estas barreras producen problemas no solo con los medios de comunicación que transmiten la información; sino también con los científicos que deberían generar y compartir la información y con el público que recibe e interpreta las noticias:

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Los humanos solo percibimos al mundo parcialmente. Esto es innato, inconsciente e involuntario, no se relaciona con ningún tipo de invalidez o problema psicológico y le ocurre a todos los seres humanos. Nuestro cerebro, a pesar de su maravillosa red de conexiones neuronales, no es perfecto y tiene limitaciones orgánicas. El cerebro obtiene información parcializada, la cual percibe por medio de los diferentes sentidos. Los cinco sentidos humanos (vista, oído, olfato, tacto y gusto) tienen limitaciones y no detectan todas las señales a nuestro alrededor. Por ejemplo; de todo el espectro de ondas de luz (que abarca longitudes entre 10-15 y 107 m), los humanos solo podemos ver una pequeña fracción entre 3,8 x 10-7 y 7 x 10-7 m (= 380–700 nm). De igual forma, los humanos solo escuchamos una fracción del rango total de frecuencias sonoras, entre 20 y 20000 Hz. Los humanos percibimos e interpretamos la realidad con errores y sesgos28,29,30. Existen muchos fenómenos cerebrales y prejuicios cognitivos que pueden afectar la forma como los humanos percibimos nuestro mundo. Por ejemplo, las ilusiones ópticas son errores en la percepción cerebral de la realidad que se ocasionan por sobre-estimulación de los sentidos o por la producción de inferencias inconscientes. El cerebro puede verse engañado por estímulos que a pesar de ser vagos y aleatorios son percibidos como reconocibles y que forman patrones significativos o conexiones31. Las creencias pueden alterar las observaciones y llevar a las personas a ver cosas que refuerzan sus creencias, incluso si otros observadores no encuentran evidencia de ello32. Las personas preferimos, incluso de manera inconsciente, los beneficios inmediatos en lugar de beneficios que toman más tiempo en ser obtenidos33, y nos despreocupamos de las consecuencias de nuestras acciones porque asumimos que la conservación de la naturaleza es la responsabilidad de agentes externos como el gobierno o “dios”34. Es común que las personas pensemos que nuestras actitudes, valores y creencias están extendidos en toda la sociedad y justificamos nuestras acciones porque “todos lo hacen” (“todos botan basura”, “todos cortan los árboles”, “todos matan animales”35). Estos sesgos y errores afectan a científicos, comunicadores y público.

28 Zusne y Jones. 1989. Anomalistic Psychology: A Study of Magical Thinking. 2ª Edición. Lawrence Erlbaum Associates, Hillsdale, New Jersey, EE.UU. 29 Gilovich. 2009. Convencidos, pero equivocados. Milrazones, Barcelona, España. 30 Más información: http://www.gold.ac.uk/apru/; http://www.gold.ac.uk/psychology/ staff/french/ 31 Fenómeno psicológico conocido como apofenia (Giloivh op. cit.) 32 Sesgo de la creencia (Gilovich op. cit.) 33 Fenómeno conocido como descuento hiperbólico (Shane et al. 2002. Time Discounting and Time Preference: A Critical Review. Journal of Economic Literature 40(2): 351–401. Disponible en: http://www.nyu.edu/econ/user/bisina/FredLoew.pdf) 34 Sesgo de la responsabilidad externa (Gilovich op. cit.) 35 Sesgo del falso consenso, Ibid.

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Las actividades humanas parecen pequeñas e inocuas en comparación con los cambios que el planeta ha sufrido a lo largo de su historia. ¡pero no lo son! La Tierra se formó hace unos 4,5 mil millones de años atrás, e imponentes procesos astronómicos y geológicos han provocado cambios que van desde la unión y separación de continentes hasta el paso por eras glaciares. Frente a esos procesos, las actividades humanas podrían concebirse insignificantes, sin embargo, todo se debe analizar en contexto y perspectiva. Los humanos, gracias a los múltiples avances tecnológicos, hemos cambiado la forma como nos enfrentamos al mundo. La velocidad de las interacciones se ha acelerado (nos transportamos más rápido, construimos megaestructuras en tiempos record, podemos comunicarnos inter-continentalmente en tiempo real). Los cambios han pasado de ser cuestión de crones36, milenios o siglos a ser evaluados en días, horas o minutos. En cuestión de horas, los humanos hemos transformado bosques en pastizales y en algo más de un año podemos provocar la extinción de una especie37. Nuestras actividades son de alto impacto porque provocan grandes cambios en períodos de tiempo muy corto. La exposición mediática no llega a todos los humanos por igual38. Las diferencias socio-económicas generan variación en el acceso de las personas a la información, en cómo reciben las noticias, cómo las interpretan y qué grado de importancia les dan. Solo una proporción de la población humana tiene acceso a los servicios básicos y vive en la era digital. De las 7 mil millones de personas que habitan el planeta, 1,7 mil millones viven en la pobreza absoluta, es decir que carecen de acceso a las necesidades humanas básicas (agua limpia, nutrición, cuidados médicos, educación, vestimenta y vivienda)39 y solo el 24% de los humanos tienen acceso a internet40. Además, la mayor parte de información sobre la biodiversidad y su conservación se produce y transmite en inglés, aunque la mayoría de países megadiversos41 no hablan ese idioma. La pobreza y la destrucción de la biodiversidad están relacionadas y vinculadas en un círculo vicioso, por lo que fueron consideradas temas de vital importancia en la Declaración del Milenio y sus Objetivos de Desarrollo42. Es necesario 36 El cron es una unidad de tiempo geológico. Un cron es equivalente a un millón de años (Cron. 2001. Diccionario de la Lengua Española. 22ª Edición. Real Academia Española. Disponible en: http://buscon.rae.es/draeI/). 37 Galbreath y Brown. 2004. The tale of the lighthouse-keeper’s cat: Discovery and extinction of the Stephens Island wren (Traversia lyalli). Notornis 51(4): 193–200. 38 Viswanath y Kreuter. 2007. Health Disparities, Communication Inequalities, and e-Health: A Commentary. American Journal of Preventive Medicine 32(5 Suppl): S131– S133. Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2043145/ 39 Haughton y Khandker. 2009. Handbook on Poverty and Inequality. World Bank Publications, Washington, D.C., EE.UU. Disponible en: http://go.worldbank. org/4WJH9JQ350 40 CIA. 2009. The World Factbook 2009. Central Intelligence Agency, Washington, D.C., EE.UU. Disponible en: https://www.cia.gov/library/publications/the-worldfactbook/index.html 41 Brooks et al. 2006. Global Biodiversity Conservation Priorities. Science 313: 58–61. 42 Ash y Jenkins. 2007. Biodiversity and Poverty Reduction. UNEP-WCMC, Cambridge, Reino Unido. Disponible en: http://www.unep-wcmc.org/latenews/Biodiversity%20and%20Poverty%20Reduction%20UNEP-WCMC.pdf


que se identifiquen estas diferencias y se utilicen las herramientas y los métodos más óptimos de comunicación para maximizar la recepción de la información a lo largo de diferentes gradientes socio-económicos. Nuestro conocimiento científico sobre la biodiversidad es incompleto. Solo hemos descubierto una pequeña fracción de la biodiversidad del planeta (cerca del 10%). Tan básico es nuestro conocimiento sobre algunos grupos de seres vivos que su estado de conservación no ha sido evaluado (97%, ver Tabla 1). Incluso entre aquellas especies que han sido evaluadas, la información disponible es tan pobre que se han clasificado como especies con “Datos Deficientes” (7438 especies de plantas y animales43). Grandes áreas del planeta permanecen inexploradas, y apenas si estamos empezando a conocer la complejidad de muchos ecosistemas terrestres y marinos. Por ejemplo, la primera fase del programa científico Census of Marine Life reveló que la vida en los océanos del planeta es más rica, está más interconectada y ha sido más impactada por los humanos de lo que se esperaba. Luego de 10 años de exploración, 2700 científicos de 80 países presentaron el primer reporte del programa donde se revela el descubrimiento de más de 6000 potencialmente nuevas especies de seres vivos marinos44. Los temas científicos son la comida chatarra de los medios de comunicación. Para la mayor parte de medios, los temas científicos son un contenido barato, entregado de manera rápida, tratado a la ligera, ubicado como relleno, de perspectiva inmediatista, con tintes sensacionalista y que no genera reflexión y discusión. Las noticias científicas son manejadas por periodistas con poca o ninguna experiencia en difusión de la ciencia, que no entienden los temas más allá de los boletines de prensa que reciben y que no consultan fuentes válidas adicionales (o se basan únicamente en fuentes secundarias o compilaciones pero no en literatura primaria). El público recibe una imagen errónea de la ciencia, pues se proyecta como un mero devaneo continuo de curiosidades ingeniosas, tecnológicas e incluso contradictorias. Nuestros periódicos y revistas se ven inundados de noticias insulsas, escuetas y mal comunicadas donde un día nos dicen que exponerse al sol y tomar vino es beneficioso para la salud, mientras que poco tiempo después indican todo lo contrario. El público no aprende nada del verdadero proceso científico, no capta su objetividad, apertura y desarrollo. Por el contrario, pierde la confianza en los procesos generadores del conocimiento, tomando una actitud de cinismo, desconfianza y ligereza frente a la ciencia y siendo mucho más propenso a dejarse llevar por pseudociencias, charlatanerías y dogmas. 43 IUCN. 2010. Summary Statistics: Tables 3a/3b. IUCN Red List of Threatened Species. Versión 2010.3. International Union for Conservation of Nature, Cambridge, Reino Unido. Disponible en: http://www.iucnredlist.org/about/summary-statistics. 44 Más información: http://www.coml.org/

El manejo de los temas relacionados con el cambio climático son el mejor ejemplo de la mala práctica mediática. Estos temas han sido la comidilla de los medios de comunicación en los últimos años. Lamentablemente, en lugar de tomar perspectivas claras y objetivas, los medios han apostado por el alarmismo, la controversia destructiva y el sensacionalismo. Por años, casi todo fenómeno climático que sucede en el planeta ha sido atribuido al “calentamiento global” (término erróneamente tratado por los medios como sinónimo de “cambio climático”). Fotos de personas y ciudades afectadas por huracanes, terremotos, inundaciones, sequías, tifones y marejadas aterrorizan al público y son ligadas irresponsablemente y sin evidencia al “calentamiento global”, el cual se transformó en el cuco de todas nuestras pesadillas. Pero en noviembre 2009, los medios cambiaron de discurso y desenfrenados dieron rienda suelta a su imaginación con el incidente “Climategate”45. Medios de comunicación impresa y digital difundieron que los documentos infiltrados probaban que los datos de las investigaciones sobre cambio climático habían sido manipulados y que se había bloqueado a los científicos contrarios a la teoría del cambio climático antropogénico. El escándalo provocó una ruptura de la frágil confianza que el público tenía en la ciencia del cambio climático. Sin embargo, durante el primer semestre del año 2010, investigaciones independientes que examinaron el caso declararon que en la información infiltrada no hay evidencia de mala práctica científica deliberada y no hay evidencias que impugnen las investigaciones sobre cambio climático antropogénico46,47. Los científicos no se involucran en la comunicación y no explican al público en términos claros y aplicables ¿por qué conservar la biodiversidad? A pesar de ser quienes generan y desarrollan todo el torrente de conocimientos sobre la biodiversidad, muchos investigadores ven a los medios exactamente como los describí en el párrafo anterior y por eso desconfían de ellos y se mantienen alejados (mientras que a otros de plano no les interesa participar en la comunicación). Los científicos comunican sus descubrimientos al resto de académicos a través de la publicación de artículos científicos en revistas especializadas48. Esos artículos, si bien describen todo el método científico involucrado en el desarrollo del descubrimiento, suelen ser técnicos y de difícil acceso para el público. Para mejorar el intercambio de información, muchas revistas científicas han empezado a generar secciones de difusión o boletines de prensa que 45 Filtración de más de 160 MB de información digital de la Unidad de Investigación Climática de la Universidad de East Anglia. 46 House of Commons, Science and Technology Committee. 2010. The disclosure of climate data from the Climatic Research Unit at the University of East Anglia. HC 387-I. The Stationery Office Limited, Londres, Reino Unido. Disponible en: http://www.publications.parliament.uk/pa/cm200910/cmselect/cmsctech/387/387i.pdf 47 Reporte del Panel Internacional establecido por la Universidad de East Anglia para examinar la investigación de la Unidad de Investigación Climática. Disponible en: http:// www.uea.ac.uk/mac/comm/media/press/CRUstatements/SAP 48 Revistas académicas que utilizan el sistema de revisor por pares o peer-review.

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presentan de forma más digerible los descubrimientos publicados49. Sin embargo, esto ha demostrado no ser suficiente para generar una adecuada difusión científica. La impavidez y sigilo de los científicos no se puede justificar solo por la mala funcionalidad de los medios de comunicación. Es vital que los científicos se involucren de manera constructiva y directa en la comunicación pública del progreso científico, explicando objetivamente a cerca de sus fortalezas, debilidades y avances. La participación con editoriales en diarios impresos o en programas de radio y televisión, si es bien manejada y consensuada con los productores, es una herramienta muy útil de difusión científica50. Además, si bien el internet no llega a todas las personas es un útil difusor de noticias y más importante aún, es un difusor directo. Los científicos ya no dependen únicamente de los medios de comunicación privados para informar al público. La revolución Web 2.0 ha generado aplicaciones en línea que facilitan la interacción directa entre quienes generan la información y el público. Las redes sociales, los blogs, los wikis, los sitios de intercambio de videos, entre otras aplicaciones, permiten a los usuarios interactuar y colaborar de manera activa51. Si bien los científicos difícilmente podemos llenar los zapatos de los medios de comunicación masiva, podemos empezar a generar información que al menos llegue a la población con acceso a internet. Esto puede producir una difusión exponencial de la información y mientras más personas conozcan objetivamente de los temas ambientales, mayor será la posibilidad de que los tomadores de decisiones (gubernamentales y privados) tomen conciencia, decisiones y acciones sobre estos temas.

Entonces, ¿qué podemos hacer? La conservación de la biodiversidad implica el tomar decisiones prácticas y políticas en relación a los cursos de acción apropiados frente a una amplia variedad de opciones y tomando en cuenta las incertidumbres propias de los sistemas naturales y de las sociedades humanas. La difusión científica permite la entrega eficiente, no sesgada y sistemática de evidencia científica. Esto provee un marco de acción independiente y objetivo para los tomadores de decisiones cuando existen diferentes acciones alternativas. Así mismo, es un claro estándar de buenas prácticas en la transferencia del conocimiento y permite identificar donde se requieren fondos y recursos de tal forma que se armen agendas de desarrollo basadas en necesidades y no en subjetivismos. 49 Un excelente ejemplo de esto son las revistas de acceso abierto del grupo PLoS. Más información: http://www.plos.org/ 50 Muchos científicos han logrado dar este paso exitosamente, por ejemplo Carl Sagan, Stephen Hawking, Isaac Asimov, Eduardo Punset. 51 Eduardo Punset y PZ Myers son dos científicos con influyentes blogs de difusión científica: http://www.eduardpunset.es/, http://scienceblogs.com/pharyngula

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Los científicos y los medios de comunicación deben aliarse estratégicamente, dejando de lado la táctica de asustar a la gente con catástrofes ambientales o solo entretenerla con curiosidades momentáneas. En su lugar, debemos explicar el valor de la biodiversidad, la importancia de los servicios que provee a los humanos y las consecuencias de las perturbaciones ambientales que estamos provocando. Estas noticias no deben ser meras declaraciones, sino que tienen que proveer evidencias y datos reales que permitan a las personas diversificar sus opiniones, analizar críticamente los hechos y entender los procesos científicos que dieron origen a estas aseveraciones. Es importante que dejemos de dar órdenes (“hay que conservar las especies”, “no hay que cortar los bosques”) y empecemos a educar. Para que las políticas relacionadas al uso y conservación de la biodiversidad sean efectivas y creíbles, los tomadores de decisión necesitan saber que cursos de acción tomar y cuáles no. El público debe apoyar esas decisiones de manera crítica y reflexiva, estando adecuadamente informados; de tal manera, que si los tomadores de decisiones no toman el camino óptimo, sea el público quien demande la rectificación. La calidad de las decisiones refleja una relación entre la información que se tiene a la mano y la suma total de la información relevante que está potencialmente disponible. Sin embargo, los procesos actuales de toma de decisiones relacionados con el uso y conservación de biodiversidad, en general carecen de una racionalidad objetiva o de una evaluación de su efectividad. En ausencia de evidencia accesible, los tomadores de decisiones inevitablemente confían en métodos subjetivos combinados con la experiencia personal (lo cual no es lo más eficiente y seguro dado los múltiples sesgos y errores que podemos cometer). Cientos de estudios científicos desarrollados en las últimas dos décadas proveen evidencia concluyente de que la pérdida de la biodiversidad impacta negativamente a los servicios ambientales de los que dependemos los humanos. La extinción de las especies reduce la habilidad de la naturaleza para mantener el balance ecológico y servicios como la filtración del agua, el reciclaje de nutrientes, la polinización, el control de plagas y enfermedades y la producción de alimentos en los sistemas terrestres, dulceacuícolas y marinos52,53,54,55,56. La destrucción y frag52 Cardinale et al. 2002. Species diversity enhances ecosystem functioning through interspecific facilitation. Nature 415: 426-429. Disponible en: DOI: doi:10.1038/415426a 53 Hooper et al. 2005. 2005. Effects of biodiversity on ecosystem functioning: a consensus of current knowledge. Ecological Monographs 75: 3–35. Disponible en: DOI:10.1890/04-0922 54 Dudgeon et al. 2006. Freshwater biodiversity: importance, threats, status and conservation challenges. Biological Reviews 81(2): 163–182. Disponible en: DOI:10.1017/ S1464793105006950 55 FAO. 2010. Evaluación de los recursos forestales mundiales – informe principal. Estudio FAO Montes 163. Roma, Italia. Disponible en: http://www.fao.org/forestry/fra/ fra2010/es/ 56 Vörösmarty et al. 2010. Global threats to human water security and river biodiversity. Nature 467: 555–561. Disponible en: DOI:10.1038/nature09440

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mentación de los hábitats, la introducción de especies invasoras y los cambios climáticos están entre los principales factores de extinción de las especies57. El concepto de biodiversidad se debe relacionar no solo con su valor intrínseco de vida (expresado en la primera parte de este artículo) sino que debe ponerse en perspectiva con todos los valores aditivos que representa para la supervivencia y desarrollo humano. La biodiversidad no es solo un tema de biólogos y personas interesadas en la naturaleza, sino que tiene fuertes implicaciones éticas, económicas, sociales, legales, políticas, estéticas y de auto-preservación58.

Los humanos nos curamos con biodiversidad. Cerca del 50% de los compuestos farmacéuticos disponibles en el mercado se derivan de compuestos encontrados en seres vivos61,62. La Organización Mundial de la Salud reportó que alrededor del 80% de la población mundial depende de medicinas derivadas de la biodiversidad para cuidar su salud 63,64. Solo una pequeña porción de la diversidad de seres vivos se ha investigado en relación a su potencial médico. En particular, los ambientes marinos tienen quizás el mayor repertorio de sustancias químicas con inmenso potencial como medicinas65.

Los humanos dependemos enteramente de la biodiversidad para nuestra supervivencia y no tenemos ningún sustituto para ella. Los humanos somos una más de las especies que han evolucionado en este planeta y como tal formamos parte de las cadenas tróficas/ecológicas que regulan la existencia de todos los seres vivos. Pertenecemos a la misma familia de los chimpancés, gorilas y orangutanes, aunque obviamente a lo largo de nuestra historia hemos adquirido características propias. Entre esas características está nuestra capacidad para moldear el mundo a nuestro gusto. Sin embargo, seguimos dependiendo de la naturaleza para poder sustentar nuestra vida.

Las industrias humanas dependen de la biodiversidad. Un sin fin de materiales usados en procesos industriales se derivan de recursos biológicos, incluyendo fibras, maderas, pigmentos, aceites, caucho, entre otros. A nivel mundial, la industria de la construcción es una de las que más recursos naturales utiliza, siendo responsable de cerca del 40% del flujo total de materias primas cada año66. Los avances tecnológicos basados en procesos biológicos, es decir biotecnología, han abierto un nuevo nicho en la industria que ha sido ampliamente aprovechado por industrias farmacéuticas (actualmente con más de 250 productos, incluyendo vacunas para enfermedades previamente incurables), industrias alimenticias (más de 13,3 millones de agroempresas alrededor del mundo usan procesos o derivados biotecnológicos para incrementar sus cultivos, evitar plagas y reducir su impacto ambiental) e industrias de producción energética y de biocombustibles (más de 50 biorefinerías ya se están construyendo en Estados Unidos)67.

Los humanos comemos biodiversidad. La provisión mundial de alimentos depende de unas 150 especies de plantas. De ellas, 12 brindan tres cuartos del alimento consumido en el mundo. La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación—FAO estima que existe casi un cuarto de millón de plantas disponibles para la agricultura. El potencial productivo de las áreas agrícolas donde cultivamos nuestros alimentos es protegido por la biodiversidad. Los ciclos tróficos de la biodiversidad permiten que las poblaciones de herbívoros sean controladas por los carnívoros. Si un desequilibrio ambiental provoca la extinción de predadores, como por ejemplo las mariquitas, sus presas empiezan a crecer exponencialmente; y si son plagas, como los pulgones, pueden afectar significativamente a la industria agrícola produciendo grandes pérdidas económicas y una escasez de alimentos59. Los humanos nos vestimos con biodiversidad. A pesar del desarrollo de fibras sintéticas, un alto porcentaje de humanos sigue usando vestimentas confeccionadas con textiles de origen natural. Cada año se produce cerca de 35 millones de toneladas de fibras naturales extraídas de una amplia gama de seres vivos (incl. ovejas, conejos, cabras, camellos, alpacas, gusanos de seda, cuero de vaca, algodón, abacá, coco, yute, lino)60. 57 IUCN. 2010. IUCN Red List of Threatened Species. Versión 2010.3. International Union for Conservation of Nature, Cambridge, Reino Unido. Disponible en: http://www. iucnredlist.org. 58 Ehrlich y Ehrlich. 1992. The Value of Biodiversity. Ambio, 21(3): 219–226. 59 Más información en: Cardinale op. cit. y Hooper et al. op. cit. 60 Descubra las fibras naturales. 2009 Año Internacional de las Fibras Naturales. Dis-

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Todos los recursos indispensables para la vida humana vienen de la biodiversidad, usualmente producidos por especies de las que nunca hemos escuchado. El agua, el aire, el suelo y la energía son el resultado directo de procesos biológicos. El nitrógeno, compuesto indispensable para la fertilidad de los suelos, se fija en la tierra casi en su totalidad gracias a microorganismos, como las bacterias Rhizobia. El 20% del oxígeno que respiramos los humanos es producido por un pequeña cianobacteria lla-

ponible en: http://www.naturalfibres2009.org 61 Chivian, E. y Bernstein, A. 2008. Sustaining Life: How Human Health Depends on Biodiversity. UNDP, UNEP, Convention on Biological Diversity Secretariat, IUCN. Oxford University Press, New York, EE.UU. 62 Grifo et al. 1997. The origins of prescription drugs. En: Grifo y Rosenthal (Eds.). Biodiversity and human health. Island Press, Washington, D.C., EE.UU. 63Chivian y Bernstein op. cit.; Grifo et al. op. cit. 64 Farnsworth et al. 1985. Medicinal plants in therapy. Bull. World Health Organization 63: 965–981. Disponible en: http://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC2536466/ pdf/bullwho00089-0002.pdf 65 Thoms y Schupp .2005. Biotechnological potential of marine sponges and their associated bacteria as producers of new pharmaceuticals. Journal of International Biotechnology Law 2(5). 66 Construction. Business and Biodiversity Resource Center, disponible en: http://www. businessandbiodiversity.org/construction.html 67 Biotechnology Industry Organization. Disponible en: http://www.bio.org/


mada Prochlorococcus68,69. Esta cianobacteria es el ser vivo fotosintético más abundante del planeta, habita en los océanos con una concentración de más de 100 mil células por mililitro de agua de mar superficial. Cerca de 330 millones de hectáreas de bosques cumplen funciones de protección del agua y el suelo, control de avalanchas, estabilización de dunas de arena, control de la desertificación y protección de las costas70. Los bosques del planeta almacenan 289 gigatoneladas de carbono en su biomasa solamente. La deforestación, degradación, fragmentación y mal manejo de los bosques reducen su potencial. Entre 2005 y 2010, la destrucción de los bosques significó un decremento de 0,5 gigatoneladas de carbono almacenado en los bosques71. Las culturas y las sociedades humanas entrelazan su pasado, su presente y su futuro con la biodiversidad. Importantes valores sociales y culturales provistos por la biodiversidad han moldeado el desarrollo de las sociedades humanas; desde nuestros ancestros cazadores-recolectores hasta nuestras sociedades globalizadas actuales que usufructúan de recursos a nivel planetario. Junto a valores utilitarios directos, la biodiversidad nos entrega invaluables beneficios que afectan nuestra psiquis individual y nuestro comportamiento social: la disponibilidad de un ambiente saludable y agradable donde podamos vivir, donde desarrollemos actividades de recreación y que nos inspire espiritual y artísticamente. La impresionante diversidad de la naturaleza produce en los humanos sensaciones de paz, belleza, felicidad, asombro… ese también es un servicio que nos provee. Para obtener una visión clara del papel e impacto que los humanos tenemos en nuestro mundo, es necesario objetivar nuestras apreciaciones, eliminando o limitando los paradigmas y sesgos que bloquean nuestra evaluación. Al hacer esto y ponernos en perspectiva, será fácil evidenciar que los humanos somos una importante fuerza global de cambio sobre todos los niveles de la biodiversidad. La ventaja es que podemos transformar esa fuerza en un cambio positivo y no solo destructivo. Es de vital importancia para la vida humana que internalicemos el lazo cercano y vital que tenemos con la biodiversidad, que entendamos cómo nuestras actividades afectan al sistema biodiverso planetario, que preveamos los efectos de nuestras actividades, evitemos causar daños irreversibles y mitiguemos los efectos ambientales negativos para la supervivencia de la biodiversidad y por ende de nuestra especie.

68 Chisholm et al. 1992. Prochlorococcus marinus nov. gen. nov. sp.: an oxyphototrophic marine prokaryote containing divinyl chlorophyll a and b. Archives of Microbiology 157: 297–300. Disponible en: DOI:10.1007/BF00245165 69 Partensky et al. 1999. Prochlorococcus, a marine photosynthetic prokaryote of global significance. Microbiology and Molecular Biology Reviews 63: 106–127. Disponible en: http://mmbr.asm.org/cgi/reprint/63/1/106.pdf 70 FAO op. cit. 71 Ibid.

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POR QUÉ LA BIODIVERSIDAD ES TAN IMPORTANTE * Los humanos dependemos enteramente de la biodiversidad para nuestra supervivencia y no tenemos ningún sustituto para ella * Los humanos comemos biodiversidad * Los humanos nos vestimos con biodiversidad * Los humanos nos curamos con biodiversidad * Las industrias humanas dependen de la biodiversidad * Todos los recursos indispensables para la vida humana vienen de la biodiversidad, usualmente producidos por especies de las que nunca hemos escuchado. * Las culturas y las sociedades humanas entrelazan su pasado, su presente y su futuro con la biodiversidad.

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Stella de la Torre

Turismo comunitario, ¿otro sueño inalcanzable?

Colegio de Ciencias Biológicas y Ambientales Universidad San Francisco de Quito Fundación VIHOMA stella@usfq.edu.ec

“El turismo comunitario será el vehículo para proteger el hábitat, la naturaleza y la pacha mama”… Es evidente, sin embargo, que para lograr estos objetivos es necesario trabajar en varios frentes sobre la base de información concreta y no de estereotipos que no van a dejar de ser irreales aunque se repitan hasta el cansancio.

El modelo de turismo comunitario se caracteriza porque las comunidades rurales (indígenas o mestizas) se encargan de al menos una parte del control de esta actividad y reciben también una parte de sus beneficios económicos. Es una de las estrategias de conservación más aplicadas en el Ecuador y en otros países tropicales, al considerársela una alternativa económica que podría frenar la deforestación y otras formas de sobre-explotación de recursos en las comunidades, contribuyendo además al rescate de las culturas locales. Sin embargo, hay varios problemas que afectan al desarrollo de esta actividad. En este artículo presento un análisis simple y objetivo de algunos de los factores que influyen en el éxito o fracaso de estos programas. Este análisis incluye una caracterización de la oferta, demanda, seguridad y facilidad de acceso de los programas, y una evaluación de la gestión de sus principales actores. Con ello espero motivar al lector a cuestionar la efectividad de las estrategias de conservación que están en boga y a proponer nuevas alternativas que las reemplacen o complementen. 34


“El turismo comunitario será el vehículo para proteger el hábitat, la naturaleza y la pacha mama”. Con estas palabras, el Ministro de Turismo, Freddy Ehlers, expuso hace poco lo que podría ser una línea de acción del actual gobierno, que ve al turismo como un sector estratégico que se enmarca dentro de los objetivos del plan nacional para el buen vivir. Esta línea de acción parecería estar bien sustentada si se considera que el turismo es una actividad que está experimentando un crecimiento continuo en todo el mundo, incluyendo el Ecuador. Es evidente, sin embargo, que para lograr estos objetivos es necesario trabajar en varios frentes sobre la base de información concreta y no de estereotipos que no van a dejar de ser irreales aunque se repitan hasta el cansancio. En este artículo presento datos bastante simples y objetivos para tratar de evaluar la factibilidad de los programas de turismo comunitario, una de estrategias de conservación más difundidas y aplicadas en el Ecuador y otros países tropicales afectados por la pobreza y el mal manejo de los recursos. La diversidad biológica y cultural del Ecuador es, sin duda, un atractivo potencial para el turismo; los 256 000 km2 de nuestro territorio representan apenas el 0,17% de la superficie de la Tierra, pero en ellos habitan cerca del 12% de todas las especies de vertebrados terrestres (mamíferos, aves, anfibios y reptiles), 16.000 especies de plantas vasculares y un número enorme y todavía desconocido de invertebrados. Un breve cálculo matemático nos permite concluir que, considerando su extensión, nuestro país tiene la mayor diversidad biológica por kilómetro cuadrado en el mundo. Esta diversidad de ambientes, especies y recursos, fue la base para el desarrollo de la también alta diversidad de culturas que, en la actualidad, incluye a 27 nacionalidades y pueblos indígenas y afroecuatorianos (Ministerio del Ambiente et al. 2001). El turismo en el Ecuador empezó a desarrollarse en la década de los 80s y ha tenido un crecimiento relativamente constante hasta constituirse en una de las actividades económicas más importantes del país. En sus inicios, la mayor parte del turismo podía calificarse como “convencional” en el sentido de que sus programas y actividades eran diseñados, operados y promocionados por empresas privadas de turismo. Sin embargo, a finales de esa misma década (los 80s) algunas comunidades empezaron a incursionar en la actividad turística desarrollando una nueva propuesta: el turismo comunitario (FEPTCE 2010). El turismo comunitario es un modelo de turismo que se caracteriza porque las comunidades rurales (indígenas o mestizas) se encargan de al menos una parte de su control y reciben también una parte de sus beneficios económicos (Ruiz et al. 2008). En este contexto, esta actividad ha sido propuesta como una alternativa económica que podría frenar la deforestación y otras formas de sobre-explotación de recursos en las comunidades, contribuyendo además al rescate de las culturas locales, al ser éstas uno de los atractivos de este tipo de programas.

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La diversidad biológica y cultural del Ecuador es, sin duda, un atractivo potencial para el turismo; los 256 000 km2 de nuestro territorio representan apenas el 0,17% de la superficie de la Tierra, pero en ellos habitan cerca del 12% de todas las especies de vertebrados terrestres (mamíferos, aves, anfibios y reptiles), 16.000 especies de plantas vasculares y un número enorme y todavía desconocido de invertebrados.


Investigadores como el ecólogo Agnes Kiss (2004), han evaluado programas de turismo comunitario y concluido que muchos de estos programas tienen un impacto mínimo o nulo en las prácticas locales de uso de recursos, mejoran sólo modestamente los ingresos familiares y dependen excesivamente de ayudas externas no solo a corto, si no a largo plazo (y en algunos casos, indefinidamente). Al menos parte de estas limitaciones tiene su base en una concepción errada de lo que es la vida en una comunidad …

En otras palabras, el turismo comunitario ha sido visto como una panacea del desarrollo y tiene el apoyo de estados, ONGs, agencias de cooperación y organizaciones internacionales. Sin embargo, este modelo de operación turística tiene algunos problemas; una breve búsqueda de bibliografía sobre el tema le permitirá al lector encontrar varios artículos que los analizan. Investigadores como el ecólogo Agnes Kiss (2004), han evaluado programas de turismo comunitario y concluido que muchos de estos programas tienen un impacto mínimo o nulo en las prácticas locales de uso de recursos, mejoran sólo modestamente los ingresos familiares y dependen excesivamente de ayudas externas no solo a corto, si no a largo plazo (y en algunos casos, indefinidamente). Al menos parte de estas limitaciones tiene su base en una concepción errada de lo que es la vida en una comunidad; muchas de las organizaciones que apoyan programas de desarrollo comunitario idealizan las relaciones que existen entre los comuneros, sin considerar que en cualquier grupo humano las personas tienen intereses distintos y, muchas veces, opuestos y difícilmente compatibles (Blackstock 2005); sobre todo si es que en la comunidad no existen líderes honestos y capaces (una rareza en cualquier comunidad humana en el planeta) que tomen a su cargo el minimizar los desacuerdos y logren la cooperación de la gente en este tipo de iniciativas. En mis investigaciones sobre la ecología de los bosques amazónicos y de otros ecosistemas en el país, he visitado y conocido de cerca algunos programas de turismo comunitario. Recientemente, incluso he apoyado activamente al programa de turismo comunitario Sieco pai de la nacionalidad Secoya, una minoría étnica de apenas 500 personas que viven en el nororiente del Ecuador y que en los últimos años han experimentado una rápida inserción en el mundo occidental y el consiguiente proceso de aculturación de las nuevas generaciones. Durante algo más de 20 años he visto cómo unos pocos programas de turismo comunitario se han mantenido y afianzado, mientras que otros no han terminado de despegar y, otros más, se han extinguido. Al estar apoyando con todo mi contingente al desarrollo de un programa de turismo, tengo la esperanza de que éste contribuya significativamente a la conservación de los bosques y las culturas ancestrales, por lo que la variabilidad en el destino final de este tipo de programas no ha dejado de preocuparme. ¿Cuáles son los factores que determinan su éxito o fracaso? En los siguientes párrafos, trato de responder a esta pregunta de la manera más objetiva posible, resaltando lo que creo que son incongruencias y errores en la concepción y ejecución de estos programas en el país. Mi análisis dista mucho de ser completo, pero espero que motive al lector a cuestionar la efectividad de las estrategias de conservación que están en boga.

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Comienzo, entonces, haciendo un breve cálculo de la oferta y la demanda de este modelo de turismo. La Organización Mundial de Turismo (OMT), registró en el 2008 alrededor de 924 millones de turistas internacionales en todo el mundo, este número bajó a 880 por la crisis del 2009 pero en el primer semestre del 2010 se incrementó en un 7%, llegando nuevamente a los niveles del 2008 (OMT 2010). Según datos proporcionados por la FEPTCE (Federación Plurinacional de Turismo Comunitario del Ecuador), a escala mundial, el turismo comunitario representa un mercado aproximado de entre 7 y 10 millones de turistas por año (Ministerio de Turismo 2010); es decir, el 1% del total. Si asumimos que este porcentaje se mantiene en el Ecuador, país que registra un ingreso de algo más de 1 millón de turistas por año (Ministerio de Turismo 2010), podemos deducir que aproximadamente 10 000 de esos turistas son usuarios potenciales de los programas de turismo comunitario. La lista de los programas de turismo comunitario que se ofrecen para ese mercado de 10.000 turistas en el país es bastante larga; solo en la FEPTCE están registradas 101 comunidades con programas en diferentes etapas de implementación, 16 comunidades en la Costa, 33 en la Amazonía y 52 en la Sierra (FEPTCE 2010). En otro portal de turismo comunitario, de la Redturs (Red de Turismo Comunitario de América Latina), se presenta una lista de 52 comunidades, muchas de las cuales no están incluidas en la lista de la FEPTCE (Redturs 2010). En conclusión, actualmente existen más de 100 programas reconocidos de turismo comunitario en el Ecuador y, de mi experiencia, muchos más en proceso de formación. Un simple cálculo matemático evidencia que el número de turistas que en promedio debería recibir cada uno de estos programas, considerando la demanda actual, es de alrededor de 100 por año u 8 turistas por mes. Claramente, este número es insuficiente para mantener un programa de turismo por más simple que éste sea; más todavía si se considera que la distribución de los turistas no es equitativa pues existe en el mercado una preferencia por programas que ofrezcan experiencias únicas y que satisfagan los requisitos mínimos de seguridad y de facilidad de acceso para los turistas. Según un análisis realizado por técnicos de la FEPTCE (2010), la variedad de actividades que se ofrecen a los turistas en los diferentes programas de turismo comunitario del país es baja; en resumen, todos los programas ofrecen caminatas, visitas a bosques, observación de fauna y participación en eventos con la gente de la comunidad, incluyendo curaciones con plantas medicinales. Pocos programas ofrecen atractivos adicionales, como visitas a termas o sitios arqueológicos y, con ello, podríamos asumir que tienen una cierta ventaja competitiva sobre los demás.

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En este punto, habrá quien diga que las comunidades que manejan cada programa tienen culturas diferentes y que esto es suficiente para dar a cada una un carácter único que sea atractivo en el mercado. Sin embargo, la mayoría de los turistas internacionales conoce poco sobre las particularidades de las diferentes culturas por lo que difícilmente van a usar este criterio para su selección. A esto se suma el que varias comunidades que realizan turismo comunitario pertenecen a una misma cultura o nacionalidad, sin mencionar los efectos ya comentados de la aculturación que se da en muchas de estas comunidades y que, en cierta forma, tiende a homogenizar las manifestaciones culturales que se presentan a los turistas. Considerando, entonces, la baja variedad en la oferta de los programas, la seguridad de los turistas, la facilidad de acceso y las estrategias de promoción se perfilan como los criterios más importantes en el momento en que los turistas eligen el programa de su preferencia. Los niveles de seguridad en todo el país están disminuyendo en forma alarmante, con lo cual podría pensarse que todas las áreas en donde ahora se hace turismo comunitario son igualmente inseguras; sin embargo, existen regiones, como las que están en la frontera norte, que tradicionalmente han estado en “desventaja” pues han sido consideradas como zonas de más alto riesgo. Indudablemente, las comunidades que desarrollan sus programas de turismo comunitario en estas zonas han tenido que dedicar un esfuerzo extra para reducir los riesgos y para convencer a sus usuarios potenciales de que son efectivas en eso. Por otro lado, con algunas excepciones, los turistas tienden a escoger programas a los que es más fácil llegar, no solo porque los costos de transporte son menores sino también porque esos programas son usualmente más conocidos que aquellos que operan en áreas alejadas. Al analizar, bajo estos parámetros, la ubicación geográfica de los programas de turismo comunitario en la página de la FEPTCE, es evidente que, desde sus inicios, algunos programas tendrán más dificultades que otros en atraer turistas, si alguna vez lo consiguen… Si la demanda es baja, la oferta poco variada y la seguridad y el acceso, limitantes de importancia, ¿por qué entonces cada vez más comunidades incursionan en este modelo de turismo? Es posible que todos estemos, de alguna manera, embarcados en un sueño que ha funcionado pocas veces, con la esperanza de que nos funcione una siguiente vez. Sin embargo, sin excluir esta posibilidad, creo que este patrón obedece también a otras causas más concretas y que involucran a los intereses de dos de los principales actores del turismo comunitario: los dirigentes de las comunidades, y las organizaciones que dan apoyo externo usualmente fundaciones y/o instituciones de los gobiernos locales y regionales.


Según datos proporcionados por la FEPTCE, a escala mundial, el turismo comunitario representa un mercado aproximado de entre 7 y 10 millones de turistas por año; es decir, el 1% del total. Si asumimos que este porcentaje se mantiene en el Ecuador … podemos deducir que aproximadamente 10.000 turistas anuales son usuarios potenciales de los programas de turismo comunitario.

Al incorporar al turismo comunitario en los planes de vida de las comunidades, los dirigentes han encontrado una forma relativamente fácil de incluir, al menos en papel, a una buena parte de la comunidad. En otras palabras, estos proyectos son una herramienta comúnmente usada por los dirigentes para demostrar su gestión. Pero, en la práctica, el nivel de compromiso, responsabilidad y participación de los comuneros en los programas de turismo comunitario es muy variable y no siempre se corresponde con el patrón de distribución de los ingresos provenientes del programa (ya sea durante su desarrollo o su ejecución). Esta inequidad es el resultado del juego de intereses contrapuestos que existe en todas las comunidades humanas y que sólo un liderazgo fuerte, sabio y honesto puede controlar. La profusión de proyectos para capacitar, diseñar y evaluar programas de turismo comunitario por parte de fundaciones y organizaciones afines es sorprendente si se contrasta con la escasez de proyectos y actividades que efectivamente lleven turistas a los programas. El mismo Ministerio de Turismo no se escapa de esta tendencia, tres de los cuatro componentes de su programa Consolida - Turismo Comunitario, son de asistencia técnica, capacitación e implementación de estándares de calidad, solo el último componente es de promoción (Ministerio de Turismo 2010). A nadie se le ocurriría negar la necesidad de la capacitación, evaluación y desarrollo de estándares adecuados para el éxito de un programa de turismo.

…. mi impresión es que muchas de las fundaciones y agencias de cooperación se quedan en la asistencia técnica, capacitación e implementación de estándares de calidad, porque es una forma mucho más fácil de demostrar gestión, que el abrir y efectivizar nuevos mercados, llevando turistas a un programa … ¿cuándo los comuneros van a aplicar sus extensos conocimientos teóricos si ninguna de estas organizaciones contribuye a aumentar el número de visitantes? ¿A qué tiempo los comuneros van a mantener la infraestructura existente y a atender turistas si la mayor parte de su tiempo la dedican a asistir a nuevos talleres de capacitación que les dan más de lo mismo?.

Sin embargo, mi impresión es que muchas de las fundaciones y agencias de cooperación se quedan allí porque es una forma mucho más fácil de demostrar gestión al presentar un informe con los resultados de una evaluación de unos pocos días o de un típico taller de capacitación (de dudosos resultados, considerando las metodologías modulares antipedagógicas que utilizan), que el abrir y efectivizar nuevos mercados, llevando turistas a un programa. En este afán de capacitar y continuar capacitando suelen darse solapamientos entre las actividades de distintas organizaciones con efectos contraproducentes; lo que está sucediendo con el programa de turismo comunitario Sieco pai es un ejemplo. Cuando comenzamos a diseñar este programa con la nacionalidad Secoya, teníamos ya algunos años trabajando en un programa de investigación, rescate cultural y educación ambiental por lo que muchos de los comuneros tenían un nivel de capacitación por sobre el promedio. Al incursionar en el turismo comunitario reforzamos la capacitación y la enfocamos hacia esta actividad para formar guías y personal administrativo, y para facilitar el involucramiento y la cooperación de los comuneros en esta iniciativa. Trabajamos en ello intensamente durante dos años mientras construíamos la infraestructura turística, diseñábamos los productos y el plan de negocios del turismo, y establecíamos alianzas para promocionar y posicionar el programa. Durante ese tiempo y, sobre todo al

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final de esos dos años, nuevas organizaciones, incluyendo gobiernos locales y regionales, ofrecieron su apoyo a esta iniciativa; sin embargo, ese apoyo, en su mayoría, ha sido para capacitación en los mismos temas que ya fueron cubiertos. Me pregunto, ¿cuándo los comuneros van a aplicar sus extensos conocimientos teóricos si ninguna de estas organizaciones contribuye a aumentar el número de visitantes? ¿A qué tiempo los comuneros van a mantener la infraestructura existente y a atender turistas si la mayor parte de su tiempo la dedican a asistir a nuevos talleres de capacitación que les dan más de lo mismo?.

Referencias

La falta de coherencia entre las acciones y políticas de desarrollo del gobierno central es otro gran problema. Por un lado se habla de apoyar a los programas de turismo comunitario y se gasta en esto recursos económicos y humanos (aunque muchos de ellos se diluyan en las capacitaciones y diagnósticos ya analizados) pero, por otro, se prioriza la explotación petrolera y minera en las áreas donde se desarrollan estos programas. Es indudable que las actividades de explotación, sobre todo a gran escala, tienen impactos serios sobre los ambientes y las culturas, aun cuando se realicen bajo los más altos estándares de calidad (cosa que lamentablemente todavía no sucede). Estos impactos son desastrosos para el turismo comunitario que basa su oferta en permitir que el turista experimente la vida de una comunidad rural, con una cultura particular - diferente a la que existe en buena parte del mundo globalizado -, en ecosistemas naturales relativamente bien conservados.

Ministerio del Ambiente, Ecociencia, UICN. 2001. La Biodiversidad del Ecuador, Informe 2000. C. Josse (ed). Ministerio del Ambiente, Ecociencia, UICN. Quito

¿Qué hacer, entonces, ante todos estos problemas y obstáculos para el desarrollo del turismo comunitario? Para comenzar, creo que es hora de poner los pies sobre la tierra y aceptar que muchos de los programas propuestos de turismo comunitario no tienen los atributos y fortaleza necesarios para despegar, mantenerse y crecer. Esta aceptación debe significar el destinar a otros fines los fondos y esfuerzos que les eran asignados. Es hora también de usar nuestra imaginación y originalidad para proponer otras alternativas de producción y desarrollo sustentable en las comunidades. Esa es una tarea de todos, pero quienes tienen la responsabilidad final de evaluarlas y ponerlas en práctica deben ser los miembros de las comunidades sin la influencia de organizaciones externas que, en algunos casos, se han beneficiado de mantener el status quo o han demostrado no tener la capacidad de cambiarlo. Las comunidades tienen un gran reto por delante y sólo podrán afrontarlo con éxito si se preocupan lo más pronto posible por mejorar sus sistemas de educación. Este es un proceso complejo y a largo plazo que no se basa en hacer los talleres relámpago de siempre; su objetivo final debe ser enseñarnos aquello que no nacimos sabiendo: que debemos respetar a nuestro prójimo - no haciéndole lo que no queremos que nos hagan a nosotros - y que nuestro prójimo son todas las criaturas vivas del planeta. Esa es, en mi opinión, la principal y tal vez la única regla del buen vivir.

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Blackstock, K. 2005. A critical look at community based tourism. Community Development Journal 40: 39-49 FEPTCE. 2010. www.feptce.org/images/stories/contenido/ pdfs/estadistico-feptce.pdf (consultado Sept. 10 2010). Kiss, A. 2004. Is community-based ecotourism a good use of biodiversity conservation funds? Trends in Ecology and Evolution 18: 222-237

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Andrea Encalada

Funciones ecosistémicas y diversidad de los ríos

Laboratorio de Ecología Acuática, Colegio de Ciencias Biológicas y Ambientales Universidad San Francisco de Quito aencalada@usfq.edu.ec

Reflexiones sobre el

concepto de caudal ecológico y su aplicación en el ecuador Los seres humanos hemos usado los ríos, y otras fuentes de agua dulce, como ejes para el desarrollo de nuestras civilizaciones. A pesar de todos los servicios que nos han proporcionado, hemos contaminado sus cauces y transformado su morfología a través de grandes obras de infraestructura (e.g. diques, canalizaciones, reservorios, tomas de agua, hidroeléctricas). La sociedad ha cosechado grandes beneficios económicos a partir de estas transformaciones de los ríos, sin embargo, esta fragmentación ha producido graves efectos en la biodiversidad acuática y en las funciones y servicios ecosistémicos que los ríos proveen. Los ríos son ecosistemas dinámicos, complejos e integradores, con múltiples conexiones con otros ecosistemas: longitudinales (conexión río arriba - río abajo), laterales (conexión con la cuenca hidrográfica y vegetación de la ribera) y verticales (conexión con las aguas subterráneas y la precipitación). El caudal, es posiblemente la variable más importante de los ríos puesto que define su morfología, estructura, diversidad biológica y las tasas de sus procesos ecosistémicos. La diversidad y abundancia de formas de vida en ríos, reflejan millones de años de evolución y adaptación a estos ciclos naturales y a las fluctuaciones del caudal. Obras de infraestructura que rompen ésta conectividad y el régimen de caudal natural de los ríos tienen consecuencias graves para la biodiversidad y el funcionamiento ecológico de estos ríos. En este ensayo, se resalta la importancia de estos ecosistemas, su diversidad, funcionamiento y sus procesos ecológicos claves para la sostenibilidad de la especie humana y otras especies en el mundo. Además, se hace una reflexión sobre la inclusión del concepto de “caudales ecológicos” en la Constitución de la República del Ecuador y en la Propuesta del Ley Orgánica de los Recursos Hídricos, Usos y Aprovechamiento de Agua. ¿A qué nos referimos con el término caudales ecológicos? ¿Por qué el caudal ecológico tiene un orden de prelación?. 40


Históricamente los seres humanos han utilizado los ríos como recursos indispensables para su desarrollo. Así, por ejemplo, las grandes civilizaciones antiguas como los Egipcios y Sumerios crecieron y prosperaron a lo largo de ríos enormes como el Nilo, el Trigis y el Éufrates, que les proveían agua para servicios básicos como la agricultura y el transporte (Adams, 2001). Pero a pesar de su importancia, los ríos también han sido utilizados como caños de desperdicios y, como consecuencia, ríos como el Támesis, el Rin y otros grandes ríos Europeos se convirtieron en basurales y caños de aguas negras, por lo que finales del siglo XIX, especialmente en Europa, se dejó de utilizar estas fuentes de agua putrefactas y contaminadas que generaban malos olores y enfermedades graves para la población. En Londres, el río Támesis estaba tan contaminado que el año 1858, justo después de una epidemia de cólera, fue declarado como el año del “Great Stink”. Los ciudadanos Londinenses no podían transitar por las calles y aquellos que pudieron migraron al campo para escapar de la insalubridad (Abel, 1996). Ya en ese entonces, por lo menos en Europa, donde la contaminación de los ríos era más grave, científicos de las ciencias biológicas comprendieron que esta degradación se debía a que los ríos no eran solo “tuberías llenas de agua” que cómodamente transportan la basura y la contaminación al mar, sino que además del H2O y otros químicos disueltos, había en los ríos un millar de organismos que habitaban y habían evolucionado en este ecosistema. Estos organismos, que pudieron sobrevivir a la contaminación (i.e. hongos, bacterias y algunos invertebrados), estaban descomponiendo el material orgánico y desechos que los seres humanos echaron en su cauce. Es decir, recién a final del siglo XIX, se empezó a considerar a los ríos, y otros cuerpos de agua dulce, como ecosistemas únicos, con un ensamblaje de especies diverso, y donde se realizaban procesos ecosistémicos cruciales para el funcionamiento del planeta. Siendo los ríos ecosistemas y recursos tan importantes para los seres humanos, en muchos países del mundo se han elaborado legislaciones claras y estrictas sobre el tratamiento, la conservación y gestión de estos cuerpos de agua. Pero en el Ecuador, al igual que en otros países, aún tenemos un entendimiento incipiente sobre la importancia de estos ecosistemas y, por tanto, la actual legislación regula a estos cuerpos de agua solo desde el punto de vista de la demanda (como recursos) y no como ecosistemas (desde el punto de vista de su funcionamiento). En este ensayo, trato de resaltar la importancia de estos ecosistemas, su diversidad, funcionamiento y sus procesos ecológicos claves para sostenibilidad de la especie humana y otras especies en el mundo. Además, hago una reflexión sobre ciertos aspectos de la nueva Constitución y la propuesta de Ley de los Recursos Hídricos recientemente discutida y “olvidada” por la Asamblea Nacional y por el Gobierno Ecuatoriano. Específicamente analizo la inclusión del concepto de “caudales ecológicos” en ambos documentos. ¿A qué nos

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Aunque aún muy inexplorados, los ríos son uno de los ecosistemas más diversos del planeta, sobre todo considerando que la Tierra tiene un 97% de agua y que solo el 0.0009% es agua dulce de ríos y riachuelos (Allan y Castillo 2008). En términos de diversidad de peces de agua dulce, se estima que hay más de 14.000 especies, y más de 3.000 en aguas Amazónicas. Además, se cree que aproximadamente unas 500 a 1000 especies de peces aún no han sido identificadas en ríos enormes como el Amazonas (el más grande del mundo) o el Congo (el más profundo) (Dodds, 2002).


Como consecuencia de esta utilización agresiva, ríos como el Colorado, Ganges, Indus, Amarillo, Amu Dar´ya y SyrDar´ya son algunos de los grandes ríos que actualmente ya no llegan a su desembocadura debido a obras de infraestructura y al desvío de sus aguas. Por otro lado, ríos como el Rin y el Mississippi han perdido 90% de su conexión con la zona de inundación por canalización y modificación de la ribera.

referimos con este término? ¿Por qué el caudal ecológico tiene un orden de prelación?. Mi objetivo después de este ensayo es promover una discusión sobre la conservación de los ecosistemas de agua dulce y los recursos hídricos, valorar su importancia y tratar de reconocer estos valores dentro de nuestra legislación nacional.

Los ríos, su diversidad y funcionamiento Los ríos se forman en las altas montañas, bajan por valles empinados y recorren llanuras extensas y zonas de inundación hasta llegar a su desembocadura en el mar. A su paso río abajo drenan los terrenos de las cuencas hidrográficas por donde cruzan, y acarrean la signatura química de la geología de los suelos que lavan y erosionan. A lo largo de este continuo, desde su origen hasta su desembocadura, el caudal del río se incrementa. El caudal, es posiblemente la variable más importante de los ríos puesto que define su morfología, estructura, diversidad biológica y las tasas de sus procesos ecosistémicos. Los ríos son ecosistemas dinámicos, complejos e integradores, con múltiples conexiones con otros ecosistemas: longitudinales (conexión río arriba - río abajo), laterales (conexión con la cuenca hidrográfica y vegetación de la ribera) y verticales (conexión con las aguas subterráneas y la precipitación). Las conexiones longitudinales y laterales se reflejan en uno de los principales procesos ecosistémicos de los ríos, que es el transporte y procesamiento de materiales en suspensión, químicos y otros nutrientes que mantienen los ciclos biogeoquímicos del planeta. Por otro lado, los ríos constantemente reciben material orgánico, ya sea de origen antropogénico (como la basura) o de origen natural (como la hojarasca), y a lo largo de este continuo se da el procesamiento de materia orgánica (o descomposición) principalmente a cargo de organismos heterótrofos acuáticos, como bacterias saprofíticas y hongos. De esta manera, los ríos, a través de su flujo de corriente, turbulencia y procesos de descomposición, tienen la capacidad de autopurificar sus aguas. Así mismo, las complejas redes tróficas en estos ecosistemas son mantenidas por organismos fotosintéticos, la mayoría de ellos microscópicos, como algas perifíticas. En resumen, en su estado natural, los ríos cumplen diversas funciones ecosistémicas como provisión de agua para los seres humanos, autopurificación, control de inundaciones y sequías, mantenimiento de hábitat para peces, aves y otra vida silvestre, mantenimiento de los flujos de sedimento, nutrientes y salinidad de estuarios. Los ríos reciben, almacenan y transportan el agua lluvia y este caudal, tanto en riachuelos de montaña como en grandes planicies de inundación, fluctúa de acuerdo a ciclos naturales y a la estacionalidad de cada región. La diversidad y abundancia de formas de vida en los ecosistemas lóticos, o ríos, refle-

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jan millones de años de evolución y adaptación a estos ciclos naturales y a las fluctuaciones del caudal. Aunque aún muy inexplorados, los ríos, son uno de los ecosistemas más diversos del planeta, sobre todo considerando que la tierra tiene un 97% de agua y que solo el 0.0009% es agua dulce de ríos y riachuelos (Allan y Castillo 2008). En términos de diversidad de peces de agua dulce, se estima que hay más de 14.000 especies y más de 3.000 en aguas Amazónicas. Además, se cree que aproximadamente unas 500 a 1000 especies de peces aún no han sido identificadas en ríos enormes como el Amazonas (el más grande del mundo) o el Congo (el más profundo); (Dodds, 2002). En referencia a otros organismos menores como insectos, hongos, algas y bacterias, se sabe muy poco de su biodiversidad, sobre todo en ríos tropicales donde faltan estudios sistemáticos y continuos para revelar la heterogeneidad y complejidad de estos ecosistemas.

Fragmentación de los ríos y sus consecuencias Fue el presidente Theodore Roosevelt quien en su discurso inaugural de 1901 dijo: “Se necesita mucho trabajo para almacenar agua, para igualar el flujo de los ríos y guardar aguas de inundación” (Postery Richter 2003). Así, los Estados Unidos abrieron un nuevo capítulo en la historia de la humanidad en relación a la gestión del agua. A partir de este período, se dieron transformaciones profundas y sin precedente en la morfología de muchos ríos alrededor del mundo. Se construyeron embalses, reservorios y se canalizó ríos para irrigación, “control” de inundaciones, generación hidroeléctrica y provisión de agua. Como consecuencia de esta utilización agresiva, ríos como el Colorado, Ganges, Indus, Amarillo, Amu Dar´ya y SyrDar´ya son algunos de los grandes ríos que actualmente ya no llegan a su desembocadura debido a obras de infraestructura y al desvío de sus aguas. Por otro lado, ríos como el Rin y el Mississippi han perdido 90% de su conexión con la zona de inundación por canalización y modificación de la ribera. Se estima que más de 60% de los 227 ríos más grandes del mundo han sido fragmentados por diques, reservorios, e infraestructura para irrigación y agua potable (Postel y Richter 2003). La sociedad ha cosechado grandes beneficios económicos a partir de estas transformaciones de los ríos. Sin embargo, la fragmentación de la continuidad longitudinal, lateral y vertical de los ríos ha producido graves efectos en la biodiversidad acuática y en las funciones y servicios ecosistémicos que los ríos proveen. Los ríos ya no pueden ejecutar muchos de los roles y servicios ecológicos de los cuales dependen las sociedades humanas. Muchas especies de agua dulce, incluyendo un 20% de especies de peces de agua dulce, están en riesgo de extinción o ya extintas. La autodepuración, filtración y limpieza que eje-

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…. Actualmente se estima que la pérdida de los servicios provistos por los humedales llega a más de USD 20.000 por hectárea por año.


En el Ecuador también hemos tenido esta oportunidad histórica de reescribir nuestra constitución y nuestras leyes, pero ¿hemos hecho bien nuestra tarea? El proceso de construcción de la propuesta de ley de aguas fue, a mi parecer, apresurado, poco crítico, parcializado para ciertos grupos de la población y no incorpora criterios técnicos que sean ecológicamente defendibles.

cutaban los ríos en las zonas de inundación y humedales se ha perdido con la canalización, rellenos y pérdida de estos ecosistemas. Actualmente se estima que la pérdida de los servicios provistos por los humedales llega a más de USD 20.000 por hectárea por año (Constanza 1997). En resumen, estas alteraciones de los ríos tienen un alto costo para la humanidad, y las aparentes ganancias económicas muchas veces representan pérdidas graves para la sociedad y para los ecosistemas.

Caudal ecológico, su definición e importancia Hasta ahora, los esfuerzos por recuperar a los ríos se han enfocado en dos metas específicas: 1) mejorar la calidad del agua y 2) establecer un caudal mínimo para que ríos y riachuelos no queden completamente secos. A pesar de estos esfuerzos, la mayoría de ecosistemas lóticos transformados no han recuperado las funciones y los procesos que sostienen la integridad de estos ríos. La razón principal para esta dificultad de restaurar los ríos es que, más allá del caudal total, muchos estudios han demostrado que la estabilidad y funcionamiento de los ecosistemas acuáticos dependen del régimen temporal que caracteriza al flujo de ese caudal. Desde esta perspectiva, el cambio en el régimen natural de caudales afecta la salud de los ecosistemas acuáticos y ribereños, sugiriendo que un enfoque integral de manejo de los ríos también debería incorporar el mantenimiento del régimen de caudales. Una alteración en el régimen de caudales—por ejemplo la reducción de caudal aguas abajo de una represa—podría interrumpir el comportamiento migratorio de varias especies. Peces como el bocachico en Ecuador (Prochilodus nigricans), usan el cambio de caudales que ocurre entre épocas lluviosas y épocas de estiaje como indicador para empezar las migraciones relacionadas con sus ciclos de reproducción (Anderson et al. 2009). Así mismo, alteraciones hidrológicas podrían facilitar la invasión y establecimiento de especies exóticas, tanto de plantas como de animales. Una reducción de caudales—por ejemplo en un río aguas abajo de una desviación de agua a un canal de riego—crea condiciones de hábitat diferentes a las que están adaptadas especies nativas. La sociedad humana también se beneficia del dinamismo y de la variabilidad natural de los ríos. Muchos de los servicios y bienes del ecosistema están directamente vinculados con el régimen natural de caudales. Por ejemplo, los ríos grandes proveen vías de comunicación y transporte entre poblaciones humanas. Los caudales elevados ayudan a mantener estas vías abiertas para la navegación por medio de la remoción de sedimentos y otros materiales que ocurre durante un caudal elevado. Los peces migratorios proveen una fuente importante estacional de proteína para las comunidades locales y también una fuente de ingresos económicos. Este fenómeno es particularmente

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evidente en la Amazonía, en donde peces como los bagres migratorios (p.ej., Pseudoplatystoma spp., Brachyplatystoma spp.) y el bocachico (Prochilodus nigricans) dominan en las pesquerías comerciales y artesanales (Barthem y Goulding 1997; Anderson et al. 2009). El ciclo de vida y la sobrevivencia de estos peces depende de la régimen natural de caudales. A la luz de estas evidencias, el manejo integrado de los recursos hídricos y de los ecosistemas lóticos, debería tomar en cuenta la naturaleza longitudinal de los ríos, su dinamismo, y el régimen natural de caudales que determina las condiciones adecuadas que sostienen a los ecosistemas acuáticos y satisfacen a las necesidades básicas humanas. Hacia este fin, los estudios de caudal ecológico han sido reconocidos internacionalmente como una herramienta clave para el manejo de los recursos hídricos (Anderson et al. 2010). El término caudal ecológico se refiere a la cantidad, calidad, y régimen de caudales necesarios para sostener a los ecosistemas acuáticos y también para mantener a los servicios y bienes de ecosistema de los cuales depende la sociedad humana (Poff et al. 2010). Otros términos que también se refieren a este mismo concepto son caudal ambiental, caudal mínimo, y la reserva ecológica. Desde esta perspectiva, manejar y restaurar ríos significa mucho más que dejar pasar algo de agua por el canal del río; por el contrario, es necesario recrear (hasta donde sea posible) el régimen natural del río, tomando en cuenta la variabilidad espacial y temporal, lo que a su vez restauraría sus funciones y procesos ecológicos. Una restauración del caudal del río podría involucrar operar las represas y reservorios de manera que simule las épocas de caudal alto y bajo del río. Así mismo, en países menos desarrollados como el nuestro, donde aún los ríos no han sufrido tantas modificaciones, el reto es preservar un patrón de flujo natural para mantener las funciones ecosistémicas de los ríos, aún cuando el río sea utilizado para otros propósitos económicos.

Marco legal para el caudal ecológico En varios países del mundo, donde hay una extensa evidencia de la alteración de los caudales, se ha desarrollado legislación específica que no solo tiene que ver con la calidad del agua, sino también con el mantenimiento del régimen de los caudales de los ríos. Los países pioneros con este tipo de legislación fueron Sudáfrica y Australia y más tarde Nueva Zelandia y Estados Unidos. De hecho la iniciativa de los dos primeros países es en parte responsable de la “nueva filosofía del manejo del agua” que se está difundiendo internacionalmente. Estos países, además de ser pioneros en una nueva legislación para el agua, también han elaborado una diversidad de métodos y enfoques para calcular y recomendar el caudal ecológico. En la actualidad existen más de 200 métodos para estimar el caudal

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ecológico de los ríos pero, hoy por hoy, lo más recomendados son los métodos holísticos que pretenden integrar las necesidades de los diferentes usuarios del agua y las necesidades del ecosistema (Tharme, 2003). El caso de Sudáfrica es particularmente interesante y vale la pena revisarlo. Después del colapso del Apartheid y de la elección de un nuevo gobierno democrático, el gobierno de Nelson Mandela tuvo una oportunidad histórica de reescribir su constitución, leyes y políticas. La “South Africa’s Nacional Water Act” aprobada en 1998 (después de un proceso de mas de tres años), se ha convertido en un hito en las políticas internacionales del agua. Esta ley integra principios de confianza pública, el reconocimiento de los valores del ecosistema y el paradigma del caudal natural para la conservación de la salud de los ríos. Específicamente esta ley establece una “reserva” para mantener las funciones del ecosistema, la biodiversidad y asegurar servicios ecosistémicos para la sociedad. Aunque el cumplimiento de esta ley enfrenta muchos retos y dificultades, científicos, gente del gobierno y usuarios están colaborando activamente para su implementación. Esta nueva ley traza un sendero prometedor para intentar equilibrar las necesidades humanas y las del ecosistema. En el Ecuador, tal vez también hemos tenido esta oportunidad histórica de reescribir nuestra Constitución y nuestras leyes, pero ¿hemos hecho bien nuestra tarea? El proceso de construcción de la propuesta de ley de aguas fue, a mi parecer, apresurado, poco crítico, parcializado para ciertos grupos de la población y no incorpó criterios técnicos que sean ecológicamente defendibles. La incorporación del término caudales ecológicos, en ambos documentos, la Constitución (Asamblea Nacional Constituyente, 2008) y la propuesta de ley de aguas (SENAGUA, 2010) es un gran avance, pero la manera en que el concepto es utilizado en la ley sugiere que en realidad no entendemos su verdadero significado. La nueva Constitución contiene varios artículos en relación al agua y al concepto de caudales ecológicos (p.ej., Art. 3, 12, 14, 71, 83, 313, 318, 411, y 412). Entre estos, los más relevantes son: Art. 318, Inciso 4. El Estado, a través de la Autoridad Única del Agua, será el responsable directo de la planificación y gestión de los recursos hídricos que se destinarán a consumo humano, riego que garantice la soberanía alimentaria, caudal ecológico y actividades productivas, en este orden de prelación. Se requerirá autorización del Estado para el aprovechamiento del agua con fines productivos por parte de los sectores público, privado y de la economía popular y solidaria, de acuerdo con la ley. Art. 411. El Estado garantizará la conservación, recuperación y manejo integral de los recursos hídricos, cuencas hidrográficas y caudales ecológicos asociados al ciclo hidrológico. Se regulará toda actividad que pueda afectar la calidad y cantidad del agua, y el equilibrio de los ecosistemas, en especial en las fuentes y zonas de recarga de


El análisis de estos artículos, y otros de la propuesta de ley, revela una confusión fundamental que limita la aplicación del concepto de caudal ecológico para el manejo de los ecosistemas acuáticos en el país, y se refiere a lo que es un “uso” y a lo que es una “estrategia o enfoque” de manejo.

agua. La sustentabilidad de los ecosistemas y el consumo humano serán prioritarios en el uso y aprovechamiento del agua. De la nueva propuesta de Ley Orgánica de Recursos Hídricos, Uso y Aprovechamiento del Agua, los artículos 17 al 19 son los más relevantes a este tema. El artículo 18, por ejemplo, señala que “El caudal ecológico no es susceptible de autorización para su uso o aprovechamiento. La autoridad administrativa que no lo considere en sus decisiones o que autorice su utilización, temporal o permanente, será responsable de los daños ambientales que genere y de los daños y perjuicios que ocasione a terceros, al patrimonio natural del Estado o a los derechos de la naturaleza”. Este artículo de la propuesta de ley contradice el artículo 318 de la Constitución, que especifica un orden de prelación para el “uso” de caudales ecológicos. El análisis de estos artículos, y otros de la propuesta de ley, revela una confusión fundamental que limita la aplicación del concepto de caudal ecológico para el manejo de los ecosistemas acuáticos en el país, y se refiere a lo que es un “uso” y a lo que es una “estrategia o enfoque” de manejo. Desde mi punto de vista, el agua destinada para riego (soberanía alimentaria), necesidades básicas y para la industria son en efecto USOS del agua. En otras palabras, son actividades humanas que requieren agua que proviene de nuestros ecosistemas acuáticos y que influyen tanto en la calidad como en la cantidad de agua de esos cuerpos de agua. Por el contrario, el concepto del caudal ecológico se refiere a un enfoque de manejo del agua, que pretende hacer una evaluación integral de las necesidades de agua de los diferentes actores sociales de una cuenca, y trata de compatibilizarlos con el mantenimiento de las funciones y la integridad ecológica de los ecosistemas acuáticos que la alimentan. Específicamente, el enfoque de caudal ecológico trata de regular equitativamente el rol social del agua, pero reconoce explícitamente que el mantenimiento de ese rol social depende del mantenimiento de la salud y la funcionalidad de los ríos como ecosistemas. Desde este punto de vista, ningún régimen de uso del agua puede ser considerado como “sustentable”, si su resultado final es el deterioro de la funcionalidad ecológica de los ríos, u otros cuerpos de agua que alimentan ese régimen. Aunque esto parecería una idea radical, pensemos que esto es como si quisiéramos construir el piso 4 y 5 de un edificio utilizando los mismos ladrillos que se utilizaron para los cimientos de la construcción. Es decir, una supuesta ganancia de agua o crecimiento económico que destruye el soporte ecológico del sistema, ni es sustentable, ni apoya verdaderamente al “progreso”. En este contexto, el concepto del caudal ecológico no debe tener un lugar en el orden de prelación de uso del agua, sino que debería ser adoptado como el enfoque que guíe la distribución del agua entre los diferentes usuarios. En

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otras palabras, el uso y la repartición de agua entre las diferentes demandas de los actores sociales, debería estar limitada por la necesidad de mantener los procesos ecológicos que, a su vez, sustentan el caudal y la calidad de agua en los ecosistemas acuáticos de los que dependemos. Este enfoque de manejo integral implica no solo la determinación de los caudales y los regímenes naturales que deberían ser mantenidos al diseñar el uso de las fuentes de agua, sino también un reconocimiento de la conectividad longitudinal, lateral y vertical de los ríos. Estas características determinan que los ríos funcionen como arterias que llevan materiales y procesos desde las partes altas de las cuencas, hasta sus desembocaduras. Al hacerlo, los ríos conectan procesos ecológicos y dinámicas socioeconómicas a lo largo de todo su trayecto, determinando que la cantidad y calidad de agua en un nivel de la cuenca dependa estrictamente del manejo del agua y los ecosistemas en los niveles superiores de la misma. En este contexto, el manejo del agua no solo debe enfocarse en el mantenimiento de caudales, sino que al mismo tiempo debe considerar la conectividad que existe a lo largo de las cuencas hidrográficas. En conclusión, el reto para el siglo XXI es manejar los ríos de tal manera que equilibremos las demandas humanas con las demandas ecológicas. Superar estos retos requiere una nueva filosofía para valorar y evaluar los ríos, que nos mueva desde la visión tradicional que considera a los ríos solo como recursos, hacia una visión más equilibrada que reconozca su condición de sistemas ecológicos complejos. Esta nueva visión necesita combinar el conocimiento científico, las prácticas de manejo y las herramientas políticas con la noción de que los ríos son ecosistemas con una diversidad única que cumplen funciones ecológicas y ofrecen servicios indispensables para la sustentabilidad de nuestra sociedad.

Referencias Abel, P. D. 1996. Water Pollution Biology. Taylor y Francis Ltd. Second Edition. Sunderland. Adams, W.M. 2001. Integrate driver basin planning in SubSaharanAfrica. En: Biswas, A.K. y Torajada, C. 2001. Integrate driver basin Management. Oxford University Press. New Delhi. Allan D. y Castillo, M.M. 2007. Stream Ecology Structure and Function of Running Waters. Springer. Dordrecht. Anderson, E.P., M. Montoya, A. Soto, H. Flores y M.E. McClain. 2009. Challenges and opportunities for co-management of a migratory fish, Prochilodus nigricans, in the Peruvian Amazon. American Fisheries Society Symposium 69:741756. Anderson E.P., Encalada A.C., Maldonado-Ocampo J.A., McClain M.E., Ortega H, y Wilcox B.P. In press. Environmental flows: a tool for addressing effects of river alterations and climate change in the Andes. En: Climate Change Effects on the Biodiversity of the Tropical Andes: An Assessment of the Status of Scientific Knowledge. IAI-SCOPE publication. Asamblea Nacional Constituyente, 2008. Constitución de la República del Ecuador. (página web). Barthem, R. y M. Goulding. 1997. The cat fish connection. Ecology, migration and conservation of Amazon predators. Columbia University Press, New York. Constanza, R. y Folke Carl. 1997. The Value of the World Ecosystems Services and Natural Capital, Nature 387: 254260. Dodds, W.K. 2002. Fresh water Ecology Concepts and Environmental applications. Academic Press. San Diego California. Postel, S. y Brian Richter. 2003. Rivers for Life, Managing water for people and nature. Island Press. Washington. Poff et al. 2010. The ecological limits of hydrologic alteration (ELOHA): a new framework for developing regional environmental flow standards. Fresh water Biology 55:147170. SENAGUA, 2010. Propuesta de “Ley Orgánica de Recursos Hídricos, Uso y Aprovechamiento del Agua”. Secretaria Nacional del Agua. República del Ecuador. (página web). Tharme, R.E. 2003. A global perspective on environmental flow assessment: emerging trends in the development and application of environmental flow methodologies for rivers. River Research and Applications 19:397-441.

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Germán Maldonado

Colegio de Artes Liberales Universidad San Francisco de Quito gmaldonado@usfq.edu.ec

Ante el precipicio. La vida y el discurso ético en el siglo XXI La vida se vuelve un tema a pensarse y una preocupación apremiante para la ética. El discurso ético tiene nuevas interrogantes y nuevas direcciones que buscan decisiones y cambios radicales en el modo de pensar y asumir la vida diaria de cada ser humano: sus formas de prevalecer en el mundo y en la historia son una amenaza para la vida. Si no hay un cambio cultural, no hará falta ser apocalíptico para ver cómo se destruye el medio ambiente y que el protagonista de esta destrucción es el hombre: precursor de su propia destrucción. Tampoco podemos detener la industria cultural sino buscar la viabilidad en la dependencia humana del progreso. Entendemos los giros en la ética desantropologizada, para vislumbrar lo que sucederá y los caminos que se le exige al pensamiento sobre el hombre y su supervivencia en el siglo XXI. 48


Introducción Sin ser apocalípticos ni pensar en un futuro de cemento y smog al puro estilo de las películas de ficción contemporáneas, o avizorar tan solo un destino con el ecosistema destruido y la biodiversidad anulada por el progreso rampante, tampoco es complicado entender una intuición básica que materializa la amenaza real en que vivimos. Es parte de la cultura contemporánea en su autocomprensión, la generación de discursos atemorizantes que nos muestran a la humanidad al borde del abismo de la aniquilación. El ser humano, más allá de comportarse como un mamífero, ha generado una cultura consumidora de recursos y energía que va más allá de lo sustentable y manejable: parece un virus destructor que no cohabita con su ecosistema1, que no es generador de pervivencia de los recursos, que no lleva a crear condiciones de posibilidad y supervivencia, sino que lo transforma al punto de perder su sostenibilidad y lleva al conjunto vital, del que es parte él mismo, a la destrucción. Pero más allá de la devastación alarmante de los nichos ecológicos (por la contaminación, la explotación irracional, etc), de las guerras sin fin alrededor del planeta, del uso indiscriminado de recursos no renovables, del advenimiento de nuevas epidemias, amanece un problema novedoso, que tiene dimensiones diferentes y posibilidades nunca antes pensadas: la vida en su conjunto está en peligro. Si bien, cada uno de los hechos enumerados antes requiere un análisis ético profundo y decisiones urgentes, el hombre comienza a plantearse interrogantes acuciantes sobre su destino como especie, como ser individual. Esta nueva luz lo lleva a un cruce de coordenadas nunca antes pensadas: no se había detenido a pensar en la vida misma y a él como parte de una realidad más grande amenazada por él mismo. Es la vida como tal que está en peligro de extinguirse: la de todas las especies y la humana solo como un elemento más. Tal vez por primera vez en la historia de la humanidad se piensa en la posibilidad de la desaparición de la vida en su conjunto y no solo la vida humana, o mejor, la del hombre se pierde y no es el problema central. Lo que no lograron agentes externos o sujetos diferentes al ser humano -como epidemias, catástrofes-, lo ha logrado el mismo sujeto amenazado: el ser humano como agente. La amenaza del ecosistema y la biodiversidad no es un hecho tangencial a la cultura humana, sino ella misma es agente activo de las amenazas.

1 Escuche el diálogo del agente Smith con Morfeo en la película Matrix y comprenderá el sentido del metáfora usada.

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…. el hombre comienza a plantearse interrogantes acuciantes sobre su destino como especie, como ser individual. Esta nueva luz lo lleva a un cruce de coordenadas nunca antes pensadas: no se había detenido a pensar en la vida misma y a él como parte de una realidad más grande amenazada por él mismo.


… Pero nunca se pensó la ética en un medio en el que la vida en su conjunto pueda desaparecer. ¿De qué sirve plantear un modo de vida, si no puede llevarse a cabo?.

Se ha hablado del progreso sin control que exige sacrificios ingentes; o también de los criterios antropocéntricos impuestos religiosamente en la cosmovisión occidental y que ha hecho creer a la especie humana que es dueña del planeta; incluso que el calentamiento global o la desaparición de ciertas especies es solo un proceso inherente a la misma evolución y a la selección natural. Las razones pueden –y son en efecto- muchas. Pero la responsabilidad del hombre en la generación de riesgo afecta la vida en su conjunto. Como una consecuencia no deseada, pero lógica -como un efecto de boomerang-, ha puesto su propia vida en peligro por el modo en el que desarrolla su cultura. Por tanto, esta realidad escapa al alcance de todo discurso ético; y las decisiones en el siglo XXI al respecto adquieren un carácter apremiante. Así la amenaza que no es solo a la vida humana, sino la vida misma, ha hecho del discurso ético un constructo insuficiente, complicado y lejano. La ética fue pensada para que busque una coherencia racional en el cómo vivir, cómo decidir un proyecto de realización y felicidad. El corazón de la discusión ética siempre fue la posibilidad de convertir y validar ciertos tipos de vida humana como respuestas aceptables de lo que significa ser humano. Incluso, se lo hizo para proteger a ciertos modos esporádicos o excéntricos de vida que no acababan de convertirse en modos de ser humano. Pero nunca se pensó la ética en un medio en el que la vida en su conjunto pueda desaparecer. ¿De qué sirve plantear un modo de vida, si no puede llevarse a cabo?. Intentaré en este artículo proveer de una visión sobre el discurso ético de la vida en el inicio del siglo XXI y las posibilidades reales de plantearlo, no como ancla ni como sustento, sino como camino nuevo de obtener una decisión adecuada y acorde a lo planteado: no voy a estructurar una ética de la vida, sino los puntos centrales que tendrá que asumir su elaboración.

La Ética del siglo XXI. Definir la humanidad es en sí misma siempre fue un problema para los sistemas religiosos, filosóficos, etc. Pero en el siglo XX estaba latente la herencia medieval que constituía una preconcepción natural en la época y el espacio sobre lo que era la humanidad. Se utilizaba un sentido casi intrínseco a la cultura sobre el ser humano como la creación de Dios, a su imagen y semejanza, en un mundo hecho para su servicio, con la capacidad humana de cambiar su entorno como dueño absoluto. Esto proveía de una teleología a la cultura, a los derroteros individuales de cada ser humano y sobre todo, un destino más o menos fijo al que iba se encaminaba el movimiento de la historia: el progreso humano era el destino del planeta.

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Pero hoy “las masas de seres humanos, de los convertidos en superfluos por el triunfo del capitalismo global crece sin parar y, ahora, está a punto de superar la capacidad del planeta para gestionarlos; existe una perspectiva plausible de que la modernidad capitalista (o el capitalismo moderno) se atragante con sus productos residuales, que no puede volver a asimilar, aniquilar o desintoxicar (hay numerosos indicios de la creciente toxicidad de los residuos, que se acumulan a toda prisa).”2 Se produce una transfiguración de lo que significa ser humano, de lo que puede entrar en el ámbito de lo humano y la cultura que lo agrupa en busca del supuesto bien común. Así, la humanidad se vuelve casi etérea, casi indefinible, casi adicional. O incluso más, lo humano es innecesario para pensar el tiempo y el espacio del planeta. Esta nueva concepción del hombre muestra como la misma Ética se ha desantropologizado. Los nuevos problemas de la Ética: preocupación por la ecología, la bioética, los derechos humanos, la polémica dignidad humana son planteamientos que le quedan a la filosofía del siglo XXI para tratar. Una ética que no tiene al hombre en sí misma como razón de ser, sino intuye que hay problemas más complejos, más grandes e incluyentes.

a. Ecología El final del siglo pasado y el principio del siglo XXI están marcados por una inquietud fundamental del ser humano, nunca antes preocupante: el futuro del planeta como un sistema vivo. Si bien los sistemas religiosos, occidentales en especial, han introducido en el imaginario el antropocentrismo fuerte, se despierta una conciencia desde la aceptación del nicho: “La función de cada especie no viene dictada por la lucha titánica de los genes, sino por las exigencias de un sistema global, que desde Tansley recibe el nombre de ‘ecosistema’. No existe sino una especie por nicho. Ello quiere decir que en la formación de los nichos no interviene la competencia darwiniana o su papel se reduce significativamente. Más aun, al parecer de muchos ecólogos, la evolución no ha ido en el sentido de fomentar la competencia, sino en establecer la complementariedad entre las especies”3; es decir, el ser humano juega un papel colaborativo con las demás especies del planeta, como una parte integrante de un ecosistema. Ya no se considera dueño y señor de la creación, ni mucho menos el centro y pieza clave: solo es un miembro más del organismo vivo. El progreso de la ciencia y la cultura abre un debate que 2 BAUMAN, Zygmunt (2009) Tiempos líquidos. Vivir en una época de incertidumbre. Barcelona: Paidos, 45. 3 “Conceptos básicos de ética ambiental y desarrollo sustentable” en ÁNGEL,Augusto ÁNGEL, Felipe (2005) La ética de la Tierra. Ética y medio ambiente” de del Instituto de Estudios Ambientales, IDEA, Universidad Nacional, Colombia y Universidad Autónoma de Occidente <oficinaverde.org.mx/documentos/cap_hum/E4_La_tierra.pdf> 01 octubre 2010.

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… Así, la humanidad se vuelve casi etérea, casi indefinible, casi adicional. O incluso más, lo humano es innecesario para pensar el tiempo y el espacio del planeta. Esta nueva concepción del hombre muestra como la misma Ética se ha desantropologizado.


Si bien los derechos humanos son un proceso de humanización ante la catástrofe de las guerras del siglo XX, también es uno de los momentos en los que el ser humano sale del centro de la reflexión y pensamiento, y crea una nueva racionalidad en el discurso en el que los derechos son los que se piensan y no el poseedor de los mismos. No se discute la humanidad en tanto tal, sino los derechos que un ser puede alcanzar.

se caracteriza por una tensión que diverge en dos direcciones que aparecen como inconciliables: salvar el ecosistema o seguir en la carrera del progreso. La dimensión real se oculta en la “medioambientalización de nuestra sociedad”4, es decir, introducir el debate ambiental como clave de la discusión y de las decisiones políticas del planeta y asumir su legado como clave en la compresión del ser humano contemporáneo, pero quedándose casi en un momento no práctico ni eficaz. Al mismo tiempo la profundización de la oleada científico técnica que enfrenta el progreso como la opción máxima. “La primera definición del concepto ecología la dio Ernst Haeckel en 1906 en su obra Prinzipien der generelle Morphologie der Organismen (Principios de la morfología general de los organismos) o sea la parte de la biología que estudia las interrelaciones de los seres vivos entre sí y con su medio”5. Pero desde allí, el concepto de medio ambiente adquiere plena carta de naturalización en el mundo occidental. El medio ambiente se convertía en la emergencia de una nueva necesidad que unía el conjunto de las condiciones naturales (físicas, químicas y biológicas) con las culturales –esa era la gran novedad– y su influencia en los organismos vivos y en las actividades humanas. Es decir, se vuelve real y evidente la relación cultura y vida en el planeta como una interacción que provoca cambios a veces más allá de lo esperado o incluso sospechado. El ser humano adquiere la conciencia de la fragilidad del planeta que le había dado vida y que hoy le da cobijo. Paralelamente fueron surgiendo voces que se convirtieron en precursoras del movimiento ecológico y ecologista. La ecología es un tema nunca antes pensado, y fundamental para los estudios y decisiones, y en especial la teoría biológica del equilibrio, que el siglo XX no pudo resolver, queda pendiente para el siglo XXI. La ecología –como tema ético- ya no es un conjunto de buenas intenciones que deberían realizarse cuando haya oportunidad, sino una emergencia y advertencia apremiantes.

b. Bioética Dice Zimmer: “hay de hecho posibilidades vertiginosas que se abren a la humanidad con el acelerado desarrollo científico en los campos de la biología molecular y de la medicina de la reproducción. Detener enfermedades desde el código genético y no cuando ya están en vía de manifestarse. Extirpar desde un principio enfermedades hereditarias. Determinar el sexo de quienes no han nacido. Predecir el destino biológico de cada uno todavía antes de su nacimiento. Poner bajo control el proceso de procreación, embarazo y nacimiento. Bíblicamente prolongar 4 “Medio ambiente y comunicación. Profusión y confusión de ideas” <http://www.prbb. org/quark/8/editorial.htm> 01 octubre 2010 5 Idem, 20 septiembre 2010.

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la vida; quizá alcanzar la inmortalidad”6. Cada tema más fascinante que el anterior a los ojos de los que vivimos el progreso de la ciencia médica y la ingeniería genética, pero al mismo tiempo, un nuevo capítulo que pensar: el ser humano puede alterar los ordenamientos genéticos, es decir, puede influir en qué tipo de hombre y qué tipo de vida llevar, si bien aún tiene camino que recorrer en tanto ciencia y técnica, como intención de futuro es evidente: el intento de control y dominio absoluto sobre esquemas humanos pero de carácter eugenésico, que en su intención benigna, oculta pretensiones totalitarias y absurdas. No hay opinión ni acuerdo con las demás formas de vida del planeta sobre los derroteros que toma la especie humana. Si bien es la vida humana la que cobra nuevas dimensiones, no es por su situación de aptitud que cobra predominio en el conjunto orgánico, sino como un nuevo modo de control, de ubicación en el planeta: su modo de ser y sus posibilidades vuelven a estar sobre cualquier proceso orgánico aparte, sin medir ni consecuencias ni resultados. Solo la opinión humana cuenta, y ésta es científica, nunca más ética. Estas nuevas posibilidades son las que requieren un análisis más preciso y adecuado, un discurso que las pueda contemplar. La bioética intenta una acción directa y reflexiva sobre esta serie de posibilidades de la ciencia del hombre. Pero no solo ante el pasado, sino que ante lo que viene: es casi imposible predecir con lo que se enfrentará dado el ritmo de la ciencia y de la técnica genética.

c. Derechos humanos Los derechos humanos operan como ética en el individuo y en la opinión pública por primera vez, pero surgen en el foro interno y se apoyan en lo jurídico y lo político (en tanto conciencia generalizadora). Tienen fuerza política y de vinculación internacional. Recordemos que la Declaración de los derechos humanos de las Naciones Unidas dice en su artículo II:

risdicción dependa una persona, tanto si se trata de un país independiente, como de un territorio bajo administración fiduciaria, no autónomo o sometido a cualquier otra limitación de soberanía7. Los derechos fundamentales surgen como un producto occidental, pero desbordan los límites de la humanidad occidental, y se asientan en la universalidad: descubre la relatividad de las culturas, de las formas de vida, pero desde el intento de imponer una sola forma de vida como la válida y adecuada. La aceptación de la diferencia es fundamental y fundante en los derechos, pero ni siquiera se plantea qué hace humano a un ser o cómo entender otras formas de humanidad que pueden ser tan válidas como la predominante: constituye la exploración de la respuesta por la posibilidad de convivencia de formas de vida: unas con otras, no unas sobre otras. Dice Rodrigo Uprimny: “en ese orden de ideas, la utopía del consenso no coactivo, la idea de una comunidad de hombres libres e iguales, la noción de auditorio universal, son todos conceptos que permiten fundar los derechos humanos como presupuesto y resultado del discurso moral moderno, como una forma de ética ciudadana y un marco de entendimiento entre las culturas”.8 En medio del debate de su fundamentación y del discurso del multiculturalismo, los derechos humanos aún no han alcanzado un consenso suficiente para establecer un fundamento ético-jurídico universal fuerte, que satisfaga a todos los estamentos de la sociedad. Si bien los derechos humanos son un proceso de humanización9 ante la catástrofe de las guerras del siglo XX, también es uno de los momentos en los que el ser humano sale del centro de la reflexión y pensamiento, y crea una nueva racionalidad en el discurso en el que los derechos son los que se piensan y no el poseedor de los mismos. No se discute la humanidad en tanto tal, sino los derechos que un ser puede alcanzar. La sociedad humana al menos intenta proteger una ética mínima basada en derechos preestablecidos y no una reflexión sobre la humanidad; intenta establecer barreras legales y no un respeto al dignidad humana como tal. ¿Estamos tan perdidos que reconocer al otro como vivo y existente necesita de leyes? Y, si nos pasa eso con el reconocimiento de otro ser humano, ¿estamos peor en reconocer la vida en otras especies?.

· Toda persona tiene los derechos y libertades proclamados en esta Declaración, sin distinción alguna de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política o de cualquier otra índole, origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición. · Además, no se hará distinción alguna fundada en la condición política, jurídica o internacional del país o territorio de cuya ju6 CB 35, 3º 1998, PP. 600-605 Dieter E. Zimmer en “DIE ZEIT”, NI, 8, 12 de febrero de 1998. DEBATE EN TORNO A LA CLONACION. Dieter E. Zimmer y Jürgen Habermas (Traducción de los originales del Profesor Guillermo Hoyos Vásquez, del Departamento de Filosofía de la Universidad Nacional de Colombia, Bogotá)

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7 Declaración Universal de los Derechos Humanos. Adoptada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948 8 DOMÍNGUEZ PRADA, Luis Carlos (1996). “Derechos humanos: violación y fundamentación” en PAZ: Democracia, Justicia y Desarrollo. Comité Permanente por la defensa de los Derechos Humanos. VIII Foro Nacional. Bogotá. 9 BAUMAN, Tiempos liquidos, 89ss.


Los cambios en el hombre, en la razón, se enmarcan dentro de un proceso mucho más complejo y estructural, en el que el mundo se ha transformado y lo sigue haciendo, pero en este momento de caos (o de nuevo orden aun no comprendido) es hora de la responsabilidad (no como respuesta a jueces, sino como una interrogante que se abre hacia la misma existencia).

Nueva clave de comprensión de la Ética Los derechos humanos, la bioética, la ecología nos revelan lo que constituye una ética desantropologizada, que se entiende desde una desantropologización de la comprensión del mundo, de la realidad. Además de la ética, la política, el derecho se revelan en un mundo que no tiene al hombre como el centro del universo. El ser humano se desplaza al lugar de cualquier vida y en un mundo en el que la vida está amenazada. Incluso se abre la posibilidad en la ética como ya no el único camino ni la manera de construir un sentido: “ésta es una cara de la historia: su lado luminoso. Sin embargo hallarse en la presencia de otro puede ser una promesa, pero también una amenaza. Puede despertar tanto desprecio como respeto, tanto temor como admiración. La pregunta es: ¿cuál de esas dos cosas es más probable que ocurra?”10 Ese nuevo hombre que habitará el siglo XXI se aproxima a un mundo en el que deben cohabitar muchos tipos de racionalidad, en el que se apela a formas de racionalidad no positivadas y diferentes. La clave desde donde se puede entender cómo es posible la propuesta de una postura ética y cómo debe ser en el sistema mundo vigente que está siendo reemplazado por algo distinto: “Porque nosotros estamos viviendo en medio de una transmisión concreta de un tipo de mundo-sistema, a otro. Nosotros somos moralmente responsables de proporcionar profundidad histórica a las decisiones prácticas contemporáneas. Para hacer esto, sugiero, que necesitamos revisar nuestra metahistoria “11 Entonces es el momento y el lugar para decidir y construir esa nueva Ética: “El kairos es Tiempo-Espacio de la voluntad, es Tiempo-Espacio donde, en palabras de Prigogine, ‘cascadas de bifurcaciones ‘ aseguran la ‘transición al caos’, y fuera de este caos, un nuevo, pero no fácilmente predecible, orden surgirá”.12 Es el momento de la creatividad, de tomar o asumir una posición ética, no normativa, que pueda dar algo de sentido al caos en el que cae una sociedad sin una estructura conocida ni difundida. Sin posición, la vida puede terminar por perderse. Incluso parece que no importa qué decisión se tome, pero lo importante es tomarla.

El yo pienso cartesiano, con todas las innovaciones modernas posteriores, comienza a disiparse y disolverse en el siglo presente. Sujeto, individuo, libertad, autonomía, son ideas que caen desde posiciones casi absolutas a la total contingencia y falta de consistencia.

10 BAUMAN, Zygmunt (2010) Mundo consumo. Ética del individuo en la aldea global. Barcelona: Paidos, 57. 11 WALLERSTEIN, Immanuel. Unthinking Social Science: the limits of NineteenthCentury Paradigms. Cambridge. Polity Press. 1991. P. 63: “For we are living in the midst of a concrete transmission from one kind of world-system, to another. We are morally responsible for providing historical depth to contemporary practical decisions. To do this, I suggest, we need to revise our metahistory. “. 12 Ídem. P.147: “Kairos is the TimeSpace of human choice, It is the rare moment when free will be possible. It is the TimeSpace where, in Prigogine’s language, ‘cascading bifurcations’ ensure the ‘transition to chaos’, and out of this chaos, a new but not easily predictable order will emerge “

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Los cambios en el hombre, en la razón, se enmarcan dentro de un proceso mucho más complejo y estructural, en el que el mundo se ha transformado y lo sigue haciendo, pero en este momento de caos (o de nuevo orden aun no comprendido) es hora de la responsabilidad (no como respuesta a jueces, sino como una interrogante que se abre hacia la misma existencia). Nunca van a ser válidas todas las posturas éticas, pero es importante es asumir el proceso de validación y tolerancia sociales de las mismas. En el tiempo del volcán civilizatorio13, y con los elementos de una cultura sueltos, es momento de que la nueva concepción del hombre piense la ética que lo ha de llevar y debe regir. Es el momento del surgimiento de una nueva ética en el siglo XXI que no rescate solo al hombre, sino la vida: que piense un paradigma vital que provea de condiciones de posibilidad a todos los modos de vida, a todas las vidas en tanto tales. Es el momento de no sentirse ni centro ni dueño de la reflexión ni el único dueño de los recursos del planeta y salvar la vida y salvarse en ella.

El nuevo hombre y la vida El hombre tiene una nueva concepción de su vida y de su existencia, que plantea toda una serie de interrogantes para el siglo XXI, en diferentes campos como la ética. La pregunta primera es por el hombre mismo y su representación. El yo pienso cartesiano, con todas las innovaciones modernas posteriores, comienza a disiparse y disolverse en el siglo presente. Sujeto, individuo, libertad, autonomía, son ideas que caen desde posiciones casi absolutas a la total contingencia y falta de consistencia. El hombre no es un hecho, no es un estado de cosas. Es la condición de posibilidad del mundo, de aquellos estados de cosas. Trata de darle sentido al mundo, porque tal vez el mismo no lo tiene. El hombre es una realidad mixta, un interface que no está dentro ni fuera: “decir que el hombre está situado entre el ser y la nada equivale ya a tratar la realidad humana como una zona, como un lugar ontológico, como un sitio colocado entre sitios ... es intermediario en sí mismo, entre su yo y su yo .. es mixto”14. La conciencia de la patética de la miseria del hombre lo lleva a pensar en algo totalmente distinto, a ser cabeza y fin de la creación. El individuo, construcción moderna, como tal es confrontado y se disuelve en su inconsistencia. Dice Michel Foucault que “es el cuerpo el que lleva, en su vida y en su muerte, en su fuerza y debilidad, la sanción de toda verdad y todo error... El cuerpo: superficie de inscripción de los acontecimientos..; lugar de disociación del yo...; volumen 13 Cf. BECK, Ulrich (1998) La sociedad de riesgo. Hacia una nueva modernidad. Barcelona: Paidos, 57-92 14 RICOEUR, Paul. (1982) Finitud y culpabilidad. Madrid. Taurus, 26-27.

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en perpetuo desmoronamiento”.15 En las prácticas que introducen los mecanismos de poder16 (desde la descripción del devenir de los procesos de las relaciones de poder), se ataca al cuerpo, se lo individualiza y se pretende crear la ilusión de la subjetividad en el ser humano, de ser individuo, desde la considerada “sana” disciplina. La acción disciplinaria realiza inscripciones en el cuerpo de tal manera que crea que hay un yo que construye, cuando lo que subyace es un Yo producto de fuerzas de todo tipo, como una cosa más del sistema. El sujeto deja de existir. La ética constituirá un intento distinto sin sujeto que la realice o sin referencia a un solo yo responsable de todas las acciones. “Nuestro intento de escapar a la locura de un solipsismo normativo de la pasión actual, para construir y conservar nuestro sentido de ser uno mismo en nuestros yos sucesivos”.17 Es el momento de un hombre que no tiene un más allá de su máscara: es solo su máscara y nada más. El mismo hombre pierde su fundamentación existencial absoluta. Dice Jon Elster citando a Jacques Monod: “la selección opera por azar y necesidad. Aunque las mutaciones sean al azar, el proceso de selección es determinista, en el sentido que la máquina en cualquier momento tiene normas bien definidas para aceptar o rechazar cualquier mutación dada”18. Los seres humanos somos bacterias con suerte que sobrevivimos al proceso de selección natural. Este hecho no nos puede decir que debemos vivir, o que nuestra existencia es indispensable, o que somos el centro del universo. Ni siquiera podemos considerar que la vida racional que hemos fabricado sea una forma superior de vida. De este modo, se piensa algo absolutamente sin precedentes en la historia del mundo: la necesariedad de la existencia del hombre, en tanto debe fabricarse una nueva autorepresentación, y ella en el contexto de todo lo vivo, como un organismo vivo en medio de los demás. Desde los tiempos de Galileo, o ya con Darwin, o Freud, el pensamiento giró sobre la idea de que el hombre es una parte más del universo, de Gaia, que comparte muchas cualidades con los demás seres vivientes, que esa “bacteria triunfante”, pudo no haber existido. Y aunque fue perseguido por instituciones poderosas como la Iglesia, el legado para la ética de la vida es significativo en la pregunta por la existencia del hombre: ¿Es necesario que el hombre exista? ¿Su existencia es la cumbre del proceso evolutivo del universo? El ser humano es ahora parte del todo y es contingente en su existencia hasta como especie. Queda 15 Ídem. P. 31-32 16 “Los cuerpos dóciles” en FOUCAULT, Michel. (1981) Vigilar y castigar. México. Siglo XXI Editores. 17 GUISÁN, Esperanza. (1986) Razón y pasión en la ética. Los dilemas de la ética contemporánea. Barcelona: Anthropos, 30. 18 ELSTER, Jon. (1980) Ulises y las sirenas. Estudios sobre racionalidad e irracionalidad. México. Fondo de Cultura Económica, 18-19.


muy atrás la imagen del hombre como cabeza y señor de la creación del Génesis. Encontramos a un hombre que es pluridimensional en un mundo que no es unívoco, en una realidad que es una para sí y al mismo tiempo plural19. El agnóstico siglo de la muerte de Dios tiende a una exaltación de la existencia del hombre, pero desde el cuestionamiento del antropocéntrico de los siglos pasados. El ser humano se integra en una cosmovisión más universal, más grande, como un elemento más. Ya no es centro ni se dirigen hacia él las investigaciones de la filosofía como meta última directamente.

Conclusión Solo este nuevo hombre puede comprender la vida como un proyecto que lo incluye como parte no como conductor ni encargado. Solo relativizando su posición en el mundo, puede dar espacio a que otras vidas fluyan y se concentren. Solo así puede hacer uso racional de los bienes y recursos. Solo así podría buscar opciones al desarrollo desproporcionado y buscar caminos de sostenibilidad y bien que sostengan la vida. Ahora bien, el camino de la ética de la vida está por hacerse. En el momento mismo del precipicio y la caída, llevan a repensar y tomar opciones. Implica crear nuevos modos de decidir y de sentirse humano de nuevo, con herramientas apropiadas, con esquemas de razonamiento a medida. Nada está hecho, queda todo por hacerse. La ciencia, la técnica, el arte tienen que reconstruir sus sistemas de lógica y crear un estilo nuevo que permita captar la importancia de “la vida primero”. Aún hay tiempo de salvar la vida como tal. Pero no se podrá mientras no haya la disposición de entendernos en un nuevo esquema. Solo siendo mesurado el desarrollo del ser humano puede garantizar su vida y la del planeta. Hay que decidir en clave de responsabilidad con la vida en la tierra. Aunque el progreso no puede detenerse tal vez el consumo lo puede. Y esperemos que aunque estamos frente al precipicio, aunque las opciones parecen escasas o no hay opciones, estemos aún a tiempo. La vida siempre prevalece, pero intentemos ser parte de la vida que continua como especie humana.

19 Y eso que no hemos pensado en todo lo que acarrea la novísima realidad virtual.

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Bibliografía · BAUMAN, Zygmunt (2009) Tiempos líquidos. Vivir en una época de incertidumbre. Barcelona: Paidos, · BAUMAN, Zygmunt (2010) Mundo consumo. Ética del individuo en la aldea global. Barcelona: Paidos. · BECK, Ulrich (1998) La sociedad de riesgo. Hacia una nueva modernidad. Barcelona: Paidos. · DOMÍNGUEZ PRADA, Luis Carlos (1996). “Derechos humanos: violación y fundamentación” en PAZ: Democracia, Justicia y Desarrollo. Comité Permanente por la defensa de los Derechos Humanos. VIII Foro Nacional. Bogotá. · DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS. Adoptada y proclamada por la Asamblea General de las Naciones Unidas en su resolución 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948 · ELSTER, Jon (1980). Ulises y las sirenas. Estudios sobre racionalidad e irracionalidad. México. Fondo de Cultura Económica. · FOUCAULT, Michel. (1981) Vigilar y castigar. México. Siglo XXI Editores. · GUISÁN, Esperanza. (1986) Razón y pasión en la ética. Los dilemas de la ética contemporánea. Barcelona. Anthropos. · RICOEUR, Paul (1982) Finitud y culpabilidad. Madrid. Taurus. · WALLERSTEIN, Immanuel (1991) Unthinking Social Science: the limits of NineteenthCentury Paradigms. Cambridge. Polity Press <oficinaverde.org.mx/documentos/cap_hum/ E4_La_tierra.pdf> <http://www.prbb.org/quark/8/editorial.htm>

CB 35, 3º 1998, PP. 600-605 Dieter E. Zimmer en “DIE ZEIT”, NI, 8, 12 de febrero de 1998.

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Carlos F. Mena

Colegio de Ciencias Biológicas y Ambientales Universidad San Francisco de Quito cmena@usfq.edu.ec

Deforestación en el Norte de la Amazonía Ecuatoriana: del patrón al proceso Este artículo trata primero de definir deforestación y explora brevemente algunos acercamientos teóricos que explican sus causas. Luego usa al Nororiente Ecuatoriano para explicar las complejidades de este proceso. Finalmente, hace una reflexión para los que no vivimos dentro de la selva Amazónica desde la teoría de sistemas dinámicos. “La velocidad del cambio en la Amazonía tiene que ser visto para ser apreciado: pocos años en la frontera pueden transformar una área tanto como otras áreas se transforman en décadas o siglos” [1]. 58


En ningún otro lugar de la Amazonía se ilustra mejor el conflicto entre conservación y desarrollo como en la Nororiente Ecuatoriano. Décadas de explotación petrolera y colonización agrícola en uno de los lugares de más alta riqueza biológica del mundo nos ha demostrado nuestra capacidad para destruir ecosistemas y hábitats, comunidades y pueblos.

Cualquier simplificación es problemática. Representar a la Amazonía Ecuatoriana como un área prístina, de naturaleza virgen, y por otro lado, al ser humano como ente destructor, es engañoso.

Pero cualquier simplificación es problemática. Representar a la Amazonía Ecuatoriana como un área prístina, de naturaleza virgen, y por otro lado, al ser humano como ente destructor, es engañoso. Primero, que la Amazonía ha sido un espacio social por siglos, diferentes grupos étnicos han formado un estilo de vida logrando adaptaciones culturales que les permitieron una permanencia más o menos equilibrada con el ambiente [2], demuestra que armonía entre humano y ambiente es posible. Y segundo, que los mecanismos causales de la deforestación en la Amazonía Ecuatoriana se relacionan a procesos demográficos, socioeconómicos y geográficos y no con factores únicos como la explotación petrolera o el crecimiento poblacional [3-6].

¿Qué es deforestación y cuáles son sus causas? Deforestación es el cambio, la degradación o la completa eliminación de los bosques. Además, es una actividad humana tan vieja como la civilización misma. Desde el aparecimiento de la agricultura, la gente ha reemplazado la vegetación nativa con cultivos y espacios para vivir. El problema es que en un espacio de 10.000 años (apenas 500 generaciones) los humanos hemos tenido un impacto en la vegetación global comparable, en dramatismo y extensión, al de la edad de hielo ocurrida en los 100.000 años anteriores [7]. El World Resources Institute estima que cada año se cortan 16 millones de hectáreas de bosque tropical, un poco menos que el área de Uruguay. Pero la deforestación, más que la tala de árboles, es un proceso emergente resultado de un conjunto de interacciones entre factores ecológicos, sociales, económicos, y culturales a varios niveles o escalas (desde local pasando por lo nacional hasta lo global). Como tal, solo puede ser analizada con profundidad con una visión integrativa e interdisciplinaria. Tradicionalmente, sin embargo, se ha visto la deforestación con un sesgo disciplinario. A continuación se exploran brevemente algunos de estos acercamientos teóricos que tratan de explicar la deforestación tropical. Uno de los paradigmas más importantes en ecología es el de escala-patrón-proceso [8]. Dentro de este paradigma, el proceso es inferido desde un patrón visible, siendo este espacial o temporal y la escala define la extensión del patrón.

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El problema es que en un espacio de 10.000 años (apenas 500 generaciones) los humanos hemos tenido un impacto en la vegetación global comparable, en dramatismo y extensión, al de la Edad de Hielo ocurrida en los 100.000 años anteriores.


En la deforestación, el patrón espacial, definido como el tamaño y la forma de la deforestación es muy importante. Por ejemplo, como la Figura 1 ilustra, no es lo mismo tener un área deforestada en forma de (a) un cuadrado de 10 x 10 Km (100 Km2), que (b) la misma área deforestada distribuida en 10 rectángulos de 1x10 Km. Si asumimos un efecto de borde (degradación en el borde del bosque remanente) de 1 Km, el área afectada en el primer caso es 143 Km2 y en el segundo caso es 350 Km2. Implicaciones negativas de la fragmentación del bosque para las especies y poblaciones animales son enormes.

FIGURA 1 Ejemplos de patrones espaciales de de-

forestación

Desde la dimensión social, los efectos negativos de la población humana sobre el ambiente han sido reportados en distintos puntos de la historia. La conexión entre crecimiento población y cambio de cobertura vegetal ya fue reportada por Malthus doscientos años atrás (1803). Teorías neo-Malthusianas que explican la deforestación están construidas sobre la suposición de que la productividad de la tierra es fija y que los retornos a la inversión son cada vez menores [9] y por consiguiente es necesario expandir (extensificar) tierras agrícolas para alimentar a la creciente población. A pesar de que algunos estudios a nivel global [10] asocian crecimiento poblacional con crecientes tasas

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de deforestación, se sabe que el crecimiento poblacional, por sí solo, no es un factor que determina mayor deforestación, he incluso puede generar intensificación del uso del suelo, contrario a extensificación [11, 12]. Los detractores de las teorías que ven a la demografía humana como factor central en la deforestación tropical, argumentan que estas ignoran los contextos históricos y políticos-económicos que rodean la pobreza rural, exclusión y degradación ambiental incluyendo deforestación [13, 14]. Se puede establecer una compleja relación entre pobreza y deforestación desde dos perspectivas contrastantes: primero, que las poblaciones rurales son usualmente empobrecidas por un recurso natural base que va en declive por su continua explotación y que eso les lleva a las poblaciones rurales a degradar nuevas áreas y las induce en un ciclo de explotación-degradación-pobreza. Tienen en consecuencia una visión de los recursos naturales de muy corto plazo [15]. Por otro lado, los pobladores rurales que han deforestado más y tienen más tierra cultivada tienen más capital, ingresos, acceso a tecnología y educación [16]. Otro acercamiento teórico, más institucional, que es usado frecuentemente para explicar deforestación, está relacionado con los regímenes de propiedad, o las relaciones institucionales entre el estado, comunidades locales, individuos y los recursos naturales. Aquí, un régimen de propiedad es una estructura de derechos sobre los recursos naturales y el conjunto de reglas bajo las cuales esto derechos son ejercidos [17]. Es importante, porque el cambio de los derechos de propiedad es la alternativa preferida por los gobiernos y los organismos internacionales para evitar la deforestación. En Ecuador, en relación a los recursos naturales se puede simplificar los tipos de derecho de la propiedad en la siguiente tabla:

Tabla 1: Tipos de Regímenes de Propiedad en Ecuador

Regímenes de Derecho de Propiedad

Dueño

Derechos

Deberes

Ejemplos en Ecuador

Privado

Individuo

Uso socialmente aceptable y control de acceso

Evitar usos noaceptables

Fincas

Propiedad común

Colectivo

Exclusión de nodueños

Mantenimiento y sustentabilidad

Algunos territorios indígenas

Estatal

Ciudadanos

Creación de deberes

Mantener los objetivos Parques sociales Nacionales y subsuelo

Acceso Abierto

Ninguno

Captura o explotación

Ninguno

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Cuencas hidrográficas, aire


A pesar de que reportes oficiales de Ecuador culpan a la colonización y la expansión agrícola, la extracción de madera, los monocultivos, programas débiles de legalización de la tierra y pobreza como los causantes de la deforestación [22], estudios más detallados indican que la deforestación se produce en fincas con hogares que tienen mayor capital humano (miembros de la familia que trabajan) [23], duración del asentamiento, calidad de la tierra, accesibilidad (cercanía a vías) y nivel de educación [3, 24, 25].

Un nuevo suceso, dentro de la cantidad de acercamientos teóricos que tratan de entender deforestación, es el aparecimiento de la de facto Ciencia del Cambio del Uso de la Tierra (LCS – Land Change Science) que busca entender las causas y consecuencias del proceso de cambio de cobertura de la tierra dentro del sistema humano-ecológico integrado y por último a través del modelamiento crear implicaciones para las políticas y para el manejo [18]. No proviene de una sola disciplina pero toma prestado de todas (incluyendo métodos) que se adaptan a las condiciones locales.

El caso del Norte de la Amazonía Ecuatoriana En Nororiente Ecuatoriano, que incluye las provincias de Sucumbíos, Orellana y Napo, contiene una de las áreas biológicamente más diversas del mundo, es un hotspot de biodiversidad [19, 20], una área de alta biodiversidad bajo intensa presión humana. Además de su biodiversidad, su diversidad cultural es impresionante, es hogar de aproximadamente 30 mil indígenas de ocho grupos étnicos (Quichua, Shuar, Ashuar, Huaorani, Cofán, Siona, Secoya, y Saparo) cada uno con su propia historia de adaptación al ambiente, tradiciones, lengua, etc. El descubrimiento del petróleo marco una división entre dos períodos de la historia del Nororiente. Antes de la explotación del petróleo, el paisaje natural tenía un mínimo impacto humano. La segunda etapa es después de 1967 cuando Texaco perforó su primer pozo petrolero, caminos y vías fueron abiertos, oleoductos generados y los colonos comenzaron a poblar el bosque. La industria petrolera ha sido un imán que atrae fuerza laboral, servicios, infraestructura y genera necesidades que alimentan la expansión de la frontera agrícola. Por décadas el crecimiento poblacional del Nororiente ha sido el doble que el promedio nacional [21]. El Nororiente ha recibido migrantes del sur de la Sierra y la Costa y últimamente, recibe refugiados Colombianos que huyen de la guerrilla y de los paramilitares. A pesar de que reportes oficiales de Ecuador culpan a la colonización y la expansión agrícola, la extracción de madera, los monocultivos, programas débiles de legalización de la tierra y pobreza como los causantes de la deforestación [22], estudios más detallados indican que la deforestación se produce en fincas con hogares que tienen mayor capital humano (miembros de la familia que trabajan) [23], duración del asentamiento, calidad de la tierra, accesibilidad (cercanía a vías) y nivel de educación [3, 24, 25]. Estos estudios indican que la deforestación en el Nororiente es producida por un conjunto de factores, no por una única variable.

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La deforestación como un proceso emergente La noción de que los ciclos naturales (como hidrológico o de carbono), a escalas planetarias, funcionan como un sistema no es nueva. Sin embargo, es mucho más nueva la noción de que estos ciclos están íntimamente enlazados, que la Tierra se comporta como un único sistema, conectado, que se autoregula (prueba irrefutable es el record de hielo Vostok de 420.000 años tomado en la Antártica y que ilustra, la correlación entre los cambios de temperatura, CH4 y CO2). A escalas más locales, desde el hogar hasta las regiones, la conexión entre factores bióticos, socioeconómicos y geoquímicos también es evidente, desde la óptica de los sistemas complejos, la interacción humana con la naturaleza crean estructuras o entidades emergentes, que se

auto-organizan y auto-regulan a través de feedbacks o retroalimentación [26-28] (Figura 2). La deforestación en la Amazonía Ecuatoriana es un buen ejemplo de este tipo de sistemas complejos. Miles de interacciones entre entidades a un nivel local (agricultores, mercados, compañías, gobiernos, etc), que crean entidades emergentes, (por ejemplo, un drástico cambio del uso de la tierra y la consecuente deforestación) que afectará a otras entidades a una escala más alta. Lo que esta breve exploración de sistemas dinámicos y deforestación nos quiere decir es que la deforestación producida en el Nororiente, o en cualquier otro bosque tropical, afecta directamente el bosque, el hábitat, la biodiversidad existente in situ, pero también afectará a otras entidades (comunidades, mercados, clima) aunque no exista proximidad geográfica pero que están conectadas, gracias a que vivimos en un sistema integrado que se autoregula y se adapta a los cambios.

Figura 2: Patrones emergentes en un Sistema Complejo

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Ródny Peñafiel

Director Académico Maestría en Desarrollo Energético Sustentable Universidad San Francisco de Quito – Universidad de Calgary (Canadá) rpeñafiel@usfq.edu.ec

Es el Desarrollo Sustentable una Utopía Consideraciones de los

límites energéticos y ambientales al crecimiento

El presente artículo discute el concepto del Desarrollo Energético Sustentable en términos de limitaciones energéticas y ambientales al crecimiento de la población humana. Inicialmente se presenta un análisis de la influencia del acceso a recursos energéticos en el crecimiento poblacional. A continuación se describen las restricciones a la disponibilidad de energía y su efecto sobre la sostenibilidad* Finalmente se trata sobre la problemática ambiental, en particular en términos de contaminación generada en la producción de energía y los límites ambientales al crecimiento. * Para este documento los términos sostenible y sustentable se consideran idénticos.

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El crecimiento de la población mundial: la explosión demográfica Ya en 1968 Garrett Hardin en su artículo The Tragedy of the Commons para la revista Science discutió sobre las limitaciones del crecimiento poblacional en un planeta de recursos finitos, destacando que este no es un problema con soluciones tecnológicas (o no únicamente) sino que conlleva implicaciones de tipo moral (conciencia ambiental). Según la División de Población de las Naciones Unidas, la población mundial se mantuvo prácticamente invariable entre el año 0 y el año 1000 en una cifra alrededor de 300 millones de habitantes, entre el año 1000 y 1600 la población mundial aumentó a aproximadamente a 600 millones. Se requirieron otros 250 años más para llegar a una cifra cercana a 1200 millones en el año 1850. El tiempo de duplicación de la población disminuyó a 100 años hacia 1950 con cerca de 2400 millones de habitantes, luego a alrededor de 34 años con 4800 millones de habitantes en 1984. En 1999 se superó la cifra de 6000 millones de habitantes y hacia el año 2010 la población mundial se acercaría a los 6800 millones. Se espera una considerable desaceleración del crecimiento poblacional, llegando sin embargo a los cerca de 9000 millones para el año 2050 y una estabilización en cerca de 10 000 millones hacia el año 2150.

El consumo de energía del mundo: los combustibles fósiles Según la Agencia Internacional de Energía1, el consumo de combustibles fósiles (petróleo, gas y carbón) en el año 1980 fue de 85% del consumo mundial de energía primaria, sorprendentemente treinta años después este patrón de consumo no ha variado sustancialmente, así pues durante el 2010 los fósiles corresponden al 81% del total de la energía primaria consumida globalmente. Sin embargo el consumo total de energía primaria aumentó en un 66% durante el mismo período correspondiendo a un incremento de 12% en el consumo de energía primaria por habitante. La energía como recurso cumple tres funciones principales para el ser humano2: 1) La necesidad biológica (requerimiento metabólico) que en una persona adulta es de aproximadamente 2500 a 3000 kilocalorías diarias; 2) La utilización de energía para tener acceso a las fuentes de recursos y para poder cambiar nuestro entorno (recursos culturales); 3) Uso de recursos energéticos con fines culturales, científicos, de recreación y esparcimiento.

1 Energy Information Agency, World Energy Outlook 2009. ���������������������������������������������������������������������������� Información adaptada de Ian G. Simmons (1993): Ressourcen und Umweltmanage� ment, Eine Einführung für Geo- Umwelt und Wirtschaftswissenschaftler; Spektrum Akademischer Verlag; Heidelberg.

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Fanchi (2004) relaciona el Índice de Desarrollo Humano (HDI) con el consumo de energía anual per capita, y se puede observar que el HDI aumenta linealmente con el consumo energético hasta cerca de 50 GJ/año … Por otro lado se observa que a valores superiores a 200 GJ/año el HDI no aumenta perceptiblemente, evidenciando el hecho que los recursos energéticos pueden ser despilfarrados sin contribuir al desarrollo.

LA ENERGÍA CUMPLE TRES FUNCIONES: * biológica * para acceder a fuentes de recursos y cambiar el entorno * fines culturales, científicos o de esparcimiento

Fanchi (2004)3 relaciona el Índice de Desarrollo Humano (HDI)4 con el consumo de energía anual per capita, y se puede observar que el HDI aumenta linealmente con el consumo energético hasta cerca de 50 GJ/año. Es claro de es que el consumo energético viabiliza el desarrollo humano y puede explicar el explosivo crecimiento demográfico durante los últimos 200 años como una consecuencia de la disponibilidad a una gran cantidad de energía proveniente de los combustibles fósiles. Por otro lado se observa que a valores superiores a 200 GJ/año el HDI no aumenta perceptiblemente, evidenciando el hecho que los recursos energéticos pueden ser despilfarrados sin contribuir al desarrollo.

Hacia una sociedad sin gasolina: El Peak Oil En 1956 el Dr. M. Hubbert predijo que la máxima producción de petróleo en EE.UU. ocurriría en 1970, lo cual efectivamente aconteció. Esto dio una gran relevancia al término del Peak Oil, que se refiere al hecho físico que el petróleo es un recurso natural finito, que su consumo genera agotamiento y a que para cada pozo existe una tasa de producción máxima después de la cual esta siempre disminuirá. La discusión del Peak Oil va más allá de considerar pozos individuales y se extrapola a nivel global, siendo la tasa de producción global máxima una que estaría por ocurrir en un futuro cercano. Collin Campbell, fundador de la Asociación para el Estudio del Peak Oil y Gas ASPO5, menciona que si bien existen varios pronósticos para la fecha cuando ocurrirá el Peak Oil lo realmente fundamental es el hecho que durante el presente siglo el petróleo se agotará y que el ser humano deberá enfrentar el inmenso reto de reemplazar la principal fuente de energía que viabilizó el desarrollo de la actual sociedad.

3 Fanchi (2004), Energy: Technology and Directions for the Future, Elsevier Academic Press. ���������������������������������������������������������������������������������� El HDI es un índice desarrollado por el Programa de Naciones Unidas para el Desa� rrollo y que indica la calidad de vida humana de las naciones como una función de la expectativa de vida, el grado de educación y el producto interno bruto per cápita. 5 Ver www.peakoil.net.

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La salvación, las energías renovables: ¿es realmente suficiente? Los combustibles fósiles se originaron a partir de materia orgánica acumulada hace cientos de millones de años6, representa energía almacenada por el planeta tierra durante un período muy extenso y concentrada en un material intensamente energético. De allí que su uso como recurso energético ha sido sumamente exitoso, viabilizando el desarrollo de la tecnología, la agricultura intensiva, la construcción de ciudades, es decir viabilizó a la sociedad humana en su estado actual de modernidad. A pesar que las energías renovables son el evidente reemplazo de los combustibles fósiles, las diferentes fuentes de recursos renovables se han desarrollado lentamente en comparación con el dominio actual de los recursos fósiles. Según la Agencia Internacional de Energía de EE.UU. en los últimos 24 años el porcentaje del consumo global de energía primaria correspondiente a energía renovables es apenas del 13% y prácticamente no ha variado durante este período a pesar de la cada vez mayor conciencia ambiental y certeza del agotamiento de los recursos fósiles. Esto puede entenderse por un lado al hecho de la gran concentración de energía en los combustibles fósiles y su gran versatilidad de uso. La gran mayoría de recursos energéticos renovables se derivan de la energía solar. La potencia que se puede recuperar de sistemas energéticos en base de energía solar está limitada por la energía irradiada por el sol, por ejemplo para el caso de un país como el Ecuador puede ser alrededor de 213 W/m2 (promedio diario)7, si se considera la eficiencia de sistemas fotovoltaicos actuales de alrededor del 15%, esto generaría una potencia de alrededor de 32 W/m2, si comparamos la potencia generada por un motor de un vehículo particular de unos 100 kW, se obtiene que para generar una potencia equivalente a partir de sistemas fotovoltaicos se requería un área sobre los 3000 m2. Por otro lado, se debe considerar la cantidad energía recuperada por cada unidad de energía invertida en el sistema energético. Así pues para el petróleo, I.G. Simmons8 indica que la ganancia de energía es de 23,0 mientras que para la obtención de etanol a partir de residuos vegetales se obtiene una ganancia de apenas 2,6. Estos ejemplos evidencian el hecho de que las energías renovables se encuentran por lo general diluidas en el medio ambiente, y que se requiere de un considerable gasto energético para recuperarlas, concentrarlas y almacenarlas 6 Spiro Th., Stigliani W. (2003): Chemistry of the environment, Prentice Hall Inc., 2da Ed. 7 Henry y Heinke (1999): Ingeniería Ambiental; PEARSON Prentice Hall 8 Ian G. Simmons (1993): Ressourcen und Umweltmanagement, Eine Einführung für Geo- Umwelt und Wirtschaftswissenschaftler; Spektrum Akademischer Verlag; Heidelberg

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La potencia que se puede recuperar de sistemas energéticos en base de energía solar está limitada por la energía irradiada por el sol …. También hay que considerar la cantidad energía recuperada por cada unidad de energía invertida en el sistema energético. Así pues para el petróleo, I.G. Simmons indica que la ganancia de energía es de 23,0 mientras que para la obtención de etanol a partir de residuos vegetales se obtiene una ganancia de apenas 2,6 …. todo esto evidencia el hecho que las energías renovables se encuentran por lo general diluidas en el medio ambiente, y que se requiere de un considerable gasto energético para recuperarlas, concentrarlas y almacenarlas con el fin de un uso equivalente al de combustibles fósiles.


Un análisis de la evaluación de la huella ecológica para el planeta Tierra elaborada por Global Footprint Network indica que en el año 1986 la demanda de recursos sobrepasó la biocapacidad del planeta Tierra, evidenciando que el manejo de recursos naturales es de forma global altamente insostenible. Esto significa que el actual estado de bienestar de la sociedad humana se fundamenta en la explotación y agotamiento de recursos naturales, en especial recursos energéticos no renovables.

con el fin de un uso equivalente al de combustibles fósiles. En principio el origen último de los combustibles fósiles es también solar (energía solar almacenada en forma de biomasa) sin embargo este proceso ocurrió hace cientos de millones de años, mientras que en el caso de las energías renovables la energía se consume al mismo tiempo que se recolecta, no existe proceso geológico de almacenamiento de energía. El reemplazo de los combustibles fósiles por energías renovables está limitado por la habilidad tecnológica de la sociedad humana para colectar, almacenar, transportar energía renovable primaria (principalmente energía solar) de una manera eficiente, de tal manera que la ganancia de energía sea la máxima posible. Cabe sin embargo anotar que la cantidad de energía renovable disponible para ser usada en sistemas humanos es limitada y por lo tanto no puede de ninguna manera sostener un crecimiento poblacional ilimitado. Mientras más rápido se estabilice la población mundial, mejores oportunidades se generarán para ajustar los sistemas energéticos para la transición hacia las renovables.

Contaminación Ambiental del Desarrollo Energético: el impacto de los fósiles Con la utilización de combustibles fósiles obtuvo la sociedad un gran excedente en energía la cual aumentó considerablemente su capacidad de influir sobre el ambiente. Los inmensos excesos de energía provenientes de la explotación del carbón, petróleo y gas natural facilitó la obtención de gran cantidad de recursos antes inaccesibles, con lo cual la influencia de la sociedad sobre la naturaleza se amplió sustancialmente9. Una de las principales preocupaciones ambientales respecto a la generación de energía a partir de combustibles fósiles, en particular durante la extracción de petróleo, constituyen los derrames y fugas que pueden contaminar aguas superficiales y subterráneas así como agua del mar10. Resulta emblemático el reciente desastre ambiental generado por el inmenso derrame de petróleo ocurrido en el Golfo de México. Otro problema es el inmenso impacto ambiental consecuencia de la construcción de oleoductos, construcción de vías, deforestación, colonización de las zonas aledañas y sus correspondientes conflictos sociales11. La refinación de petróleo también puede contaminar el ambiente, especialmente el aire (debido a la emisión de compuestos de azufre, óxidos de nitrógeno, partículas sólidas, cenizas, compuestos orgánicos volátiles, etc.) y el 9 Ian G. Simmons (1993): Ressourcen und Umweltmanagement, Eine Einführung für Geo- Umwelt und Wirtschaftswissenschaftler; Spektrum Akademischer Verlag; Heidelberg ���������������������������������������������� Rebhan E., (2002): Energiehandbuch, Springer 11 John Reis (1996): Environmental Control in Petroleum Industry, Gulf Publishing Company

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agua residual de una refinería puede contener contaminantes como hidrocarburos, amoníaco, fenoles, etc.12 Se debe por otro lado considerar que muchas regiones de extracción y transporte de petróleo son asimismo lugares de gran biodiversidad y de delicados ecosistemas (región amazónica, costas, etc.). Medidas extremas de cuidado ambiental, prevención de la contaminación y remediación deben ser tomadas en cuenta para la explotación petrolera en estos lugares. Con la quema de combustibles fósiles para la generación de energía se liberan un sinnúmero de contaminantes, la mayoría de los cuales son emitidos a la atmósfera. Los más importantes son: CO, SOx, NOx, compuestos orgánicos volátiles, metales y partículas sólidas (como humo y cenizas)13. La cantidad particular de contaminantes que se emiten al medio ambiente depende del tipo de combustible, de la temperatura de quemado, del proceso de quemado en sí y de todos los dispositivos de prevención de contaminación. Por ejemplo, el gas natural tiene en comparación con el resto de combustibles, un contenido relativamente bajo de azufre, mientras que el petróleo y el carbón tienen un contenido de azufre de hasta el 4%. El destino de estos contaminantes en la atmósfera es variado. El CO se transforma en CO2, mientras que los SOx, NOx y compuestos orgánicos volátiles son transportados a grandes distancias de su lugar de origen. Esto hace que el problema de la contaminación atmosférica adquiera un carácter global. Estas substancias se pueden combinar con el agua de la atmósfera produciendo así la denominada lluvia ácida14. Por otro lado las reacciones de los óxidos de nitrógeno, NOx, con compuestos orgánicos generan bajo la acción de la luz solar el llamado smog fotoquímico. Este contiene entre otros contaminantes el ozono (O3) y oxidantes fotoquímicos. Como efecto del smog fotoquímico se forma una nube opaca sobre la ciudad, que puede disminuir la intensidad de la luz solar hasta un 10% de su valor original15. El smog fotoquímico se puede esparcir varios cientos de kilómetros de la ciudad de donde se originan. Así pues sus efectos, enfermedades bronquiales y respiratorias pueden ser regionales. Los efectos sobre bosques son asimismo graves, y los componentes del smog fotoquímico pueden dañar las hojas de los árboles y hacerlos más sensibles al ataque de enfermedades.

12 Wong y Hung (2006): Treatment of Oil Field and Refinery Wastes, in Waste Treat� ment in Process Industries Chp. 6., CRC Press 13 Spiro Th., Stigliani W. (2003): Chemistry of the environment, Prentice Hall Inc., 2da Ed. �������������������������������������������������������������������� Henry y Heinke (1999): Ingeniería Ambiental; PEARSON Prentice Hall 15 Wark K. y Warner C., Davis W. (1997): Air Pollution: Its Origin and Control, Prentice Hall

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La huella ecológica: los límites del planeta Tierra La huella ecológica es una medida de la cantidad de Tierra y agua natural que se requiere para suministrar suficientes recursos energéticos, alimenticios, naturales, de agua y capacidad de asimilación de residuos de una manera sostenible, de tal manera que los sistemas naturales no se vean sensiblemente afectados y se puedan mantener con el tiempo16. Un análisis de la evaluación de la huella ecológica para el planeta Tierra elaborada por Global Footprint Network indica que en el año 1986 la demanda de recursos sobrepasó la biocapacidad del planeta Tierra, evidenciando que el manejo de recursos naturales es de forma global altamente insostenible. Esto significa que el actual estado de bienestar de la sociedad humana se fundamenta en la explotación y agotamiento de recursos naturales, en especial recursos energéticos no renovables. Según este análisis se puede concluir de los límites ambientales del planeta Tierra para mantener una sociedad humana de una manera sostenible se han sobrepasado y que aún en la población actual es muy grande para poder ser mantenida con los recursos naturales del planeta sosteniblemente.

Conclusiones finales: encaminándonos hacia la utopía 1. Reconocer que el primer límite del planeta Tierra es el límite energético: sin energía no hay desarrollo

2. Usar los recursos no renovables (escasos) a un paso razonable tal que permita reemplazarlos más adelante por recursos renovables

3. Usar recursos renovables de tal manera que estos logren regenerarse en la naturaleza: no abusar del ambiente

4. No emitir contaminantes al ambiente más rápidamente de lo que este los pueda asimilar

5. La sostenibilidad energética y sus impactos ambien-

tales son y serán temas de fundamental importancia para las presentes y futuras generaciones.

������������������������������� Ver: www.footprintnetwork.org


Diego Quiroga

Vicepresidencia de Investigación Universidad San Francisco de Quito dquiroga@usfq.edu.ec

Uso de la biodiversidad por las sociedades nativas En este artículo examinaremos la manera en la cual la biodiversidad, una característica fundamental de muchos ecosistemas tropicales, ha sido utilizada y en cierta manera generada por los grupos indígenas en su proceso de adaptación a dichos ecosistemas. En este proceso los grupos han desarrollado prácticas y conocimientos complejos sobre el medio ambiente y las funciones y relaciones que los distintos animales y plantas tienen. La diversidad en la zona andina y amazónica se la puede observar en el uso de una gran variedad de plantas y de ecosistemas para las actividades agrícolas, medicinales y constructivas entre otras. El estudio y el conocimiento de estos elementos es útil no solamente para las personas que viven en y de los distintos ecosistemas, pero también para la industria moderna, como la farmacéutica que los ha utilizado. Esta utilización ha sido cuestionada en algunos casos por los grupos indígenas, quienes sienten que sus conocimientos y aportes no han sido debidamente valorados. Examinaremos algunos de los principales convenios internacionales y nacionales que buscan defender estos conocimientos utilizando distintas estrategias. 72


Introduccion Las sociedades tradicionales que han vivido durante milenios en medio ambientes diversos, han desarrollado conocimientos y estrategias productivas que se basan, en gran parte, en la utilización de la diversidad del medio en el que viven. La investigación de antropólogos, geógrafos, ecólogos humanos y otros especialistas nos permiten entender la manera en la cual dichos sistemas socio-ambientales han co-evolucionado. Las nuevas investigaciones no solamente explican los cambios que las culturas tradicionales están experimentando, sino que también nos llevan a entender mejor la manera en la cual las culturas tradicionales han transformado el medio ambiente en el que viven, de tal manera que escenarios naturales que se los consideraba antes prístinos y primarios, como es el caso de la selva tropical amazónica, ahora parecerían ser el resultado de siglos e incluso milenios de intervención humana. Se han generado de esta manera paisajes culturales y una biodiversidad producida por el ser humano. La mayoría de estas culturas que hasta hace poco parecían ser inmutables, sin historia y milenarias, son ahora parte de una realidad globalizada. La expansión de la cultura occidental durante el siglo XX determinó la transformación de visiones y conocimientos tradicionales. Este proceso de transformación de las culturas locales es no-lineal y, lejos de representar una pérdida constante de las características culturales, han surgido híbridos culturales, mezclas entre lo tradicional y lo moderno. En este proceso de crear nuevos híbridos las culturas tradicionales incorporan elementos de la cultura moderna y viceversa.

Territorio Existen comunidades indígenas en 75 de los 184 países del mundo y algunos autores han notado que existe una gran coincidencia entre los territorios en los cuales viven las comunidades indígenas y los territorios donde se encuentra la mayor biodiversidad del planeta (Oviedo et. al. 2007, Toledo 2001). Tal es el caso de muchos lugares en África, América Latina y el sudeste Asiático en donde se halla la mayor cantidad de selva tropical del mundo. En parte, esta correspondencia entre las áreas donde viven los indígenas y la biodiversidad se debe a que esta biodiversidad se mantiene, e incluso en ciertos lugares se crea, por la intervención humana. Los métodos que estos grupos utilizan para la producción de alimentos son en muchos casos los que mantienen e inclusive generan la biodiversidad. Algunos autores como Pretty and Smith (2004) consideran que las áreas de mayor biodiversidad biológica también corresponden a la gran diversidad cultural.

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Algunos autores como Pretty and Smith (2004) consideran que las áreas de mayor biodiversidad biológica también corresponden a la gran diversidad cultural.


A pesar de que los grupos indígenas constituyen al momento el 4% de la población mundial, sus territorios constituyen el 22% de la superficie terrestre del planeta, y son las áreas en las cuales se encuentra el 80% de la biodiversidad

Al momento existen unas 10.000 áreas protegidas en más de 160 países, cubriendo alrededor de 650 millones de hectáreas, las cuales representan un 5% de la superficie de la Tierra. En muchas de estas áreas vive gente indígena, como es el caso del 80% de esta áreas en América Latina, (Toledo 2001). Además, en muchos lugares del mundo los indígenas controlan una importante parte del territorio. En el caso de los Inuit, por ejemplo, éstos gobiernan una región equivalente a una quinta parte el territorio de Canadá, y los indigenas Australianos controlan hasta unos 90 millones de hectáreas. En Nueva Guinea, en cambio, controlan el 97% del territorio de este país. En el caso de Brasil, éstos poseen un área de 100 millones de hectáreas, a pesar de que son únicamente alrededor de 250,000 personas (Toledo 2001). En muchos casos estas zonas donde existen los grupos tradicionales y las áreas protegidas son frágiles y de alta biodiversidad y endemismo. De igual manera, se calcula que existen unos 5.000 grupos indígenas a nivel mundial que habitan en todo tipo de clima, desde el círculo Ártico hasta la selva tropical (Toledo 2001). A pesar de que estos grupos constituyen al momento el 4% de la población mundial, los territorios pertenecientes a las sociedades indígenas tradicionales constituyen el 22% de la superficie terrestre del planeta, y son las áreas en las cuales se encuentra el 80% de la biodiversidad del mundo. Estos grupos en su mayoría son grupos con escasos recursos económicos, pero que poseen un increíble conocimiento de su medio y de la selva que les rodea. A continuación analizaremos la manera en la cual los pueblos tradicionales utilizan la diversidad biológica en dos territorios: los Andes y la Amazonía. En cada uno de estos territorios, de diferente manera, la diversidad utilizada por las personas es el producto tanto de procesos naturales como de origen antropogénico.

Andes Las comunidades nativas que viven en los Andes han utilizado de manera intensiva su medio ambiente, y lo han transformado significativamente, de tal manera que la diversidad biológica que estos grupos utilizan es en gran medida el resultado de factores geográficos y bióticos, así como de la intervención humana. Uno de las características más importantes del medio geográfico es la diversidad generada por las distintas alturas. Alexander Von Humboldt, Celestino Mutis y otros científicos describieron hace ya doscientos años la manera en la cual las diferencias de altura, precipitación y de otros factores, varían de un lugar a otro en espacios relativamente pequeños, estableciendo microclimas y determinando los diferentes ecosistemas, y generando así la gran diversidad biológica que encontramos en los Andes.

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Además de ser de interés para la ecología, el concepto de la verticalidad andina es clave para entender la adaptación del ser humano al medio ambiente diverso. Este concepto se refiere a la utilización, por parte de los grupos indígenas Quechuas, Quichuas y Aymaras, de esa gran diversidad generada por la elevación de las montañas. Los grupos humanos han sabido adaptarse y utilizar esta variación. Fue el profesor John Murra, de la Universidad de Cornell, quien a mitades del siglo XX describió el sistema por medio del cual los grupos indígenas, desde épocas remotas, utilizan la diversidad andina. Los grupos andinos envían colonos, familias enteras o individuos para dominar y explotar los distintos pisos ecológicos. De esa manera tienen acceso a una variedad de productos provenientes de las zonas más diversas. En el caso de los Andes Peruanos se han descritos 18 zonas agroecológicas (Tapia y Torres 1996). Frutas como lúcumo, chirimoya o tomate de árbol se encuentran en las zonas más bajas, denominadas yunga (de 1500 a 2500 msnm). El maíz, en cambio, es típico de la zona llamada quechua (de 2500 a 3200 msnm). Dada las variaciones de climas que hay en esta zona, a algunas variedades de maíz les va mejor en los ecosistemas secos mientras que a otras en los más húmedos. Entre los 3600 y los 3900 msnm encontramos variedades aclimatadas a las zonas frías, donde predominan las papas y otros tubérculos como los mellocos, mashua y amarantáceas como la quinua.

LA DIVERSIDAD ESPACIAL Y TEMPORAL TIENE VARIAS FUNCIONES: * disminución de plagas * la mejor utilización de nutrientes * produce una dieta balanceada

Además de esta diversidad vertical e interzonal, la agricultura andina utiliza y genera diversidad en cada una de las zonas, que tiene elementos espaciales y temporales, pues se basa en el uso del policultivo dentro de la chacra así como en diferentes chacras, y en la rotación de cultivos. En cada una de las chacras diferentes tipos de granos, de tubérculos y de frejoles comparten una misma chacra. Esta diversidad espacial y temporal tiene varias funciones, como la disminución de plagas, puesto que algunas de las variedades parece ser que combaten nematodos, insectos, hongos o bacterias. Otra función de esta variedad es la mejor utilización de nutrientes; lo que se consigue, por ejemplo, al poner fijadores de nitrógeno como distintos tipos de frejoles y los chochos, junto a plantas que requieren nitrógeno como el maíz. Esta diversidad también produce una

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En el caso de muchos pueblos, tanto andinos como amazónicos, son las mujeres quienes manejan gran parte de la producción agrícola. En varias zonas andinas las mujeres trabajan de manera intensa en las chacras y muchas veces son ellas las responsables de mantener la agricultura activa. Son ellas, por lo tanto, las responsables de gran parte del manejo de la biodiversidad de los cultivos.

dieta balanceada, pues cuando se unen ciertos alimentos como el tostado y los chochos, se consigue una mejor calidad de proteína, ya que entre ellos complementan sus aminoácidos. Entre los cultivos utilizados destacan frutales y granos y particularmente nueve especies de “raíces y tubérculos andinos,” cada una perteneciente a una familia botánica distinta. Estas especies son: la achira (Canna edulis), la ahipa (Pachyrhizus ahipa), la arracacha (Arracacia xanthorrhiza), la maca (Lepidium meyenii), la mashua o el isaño (Tropaeolum tuberosum), la mauka (Mirabilis expansa), la oca (Oxalis tuberosa), el melloco, ulluco o papalisa (Ullucus tuberosus) y el yacón (Smallanthus sonchifolius). Existe además un gran número de fabáceas como son las habas y chochos. Algunos especialistas mantienen que existen unas 300 variedades de maíz en América (Oviedo et al. 2007). Otra fuente de diversidad es la variación temporal que se consigue con la rotación de cultivos. En cada chacra se rotan los cultivos, y en cada temporada se produce un cultivo distinto, o una combinación de cultivos (Mayer 2002). A nivel de la diversidad, en Perú y Bolivia se han encontrado 53 variedades de maíz y 247 variedades de papas, pero no todas las casas pueden mantener esa diversidad. Existen unas ocho especies de papas y entre 70 a 100 variedades que son cultivadas por algunas comunidades, aunque otros autores hablan de más de 200 variedades (Helling 2003, Brush 1991). Esta gran diversidad de especies y variedades se debe tanto a condiciones naturales como al constante manejo por parte de las personas. Se conoce de un sitio en Perú, Moray, donde parece ser que los Incas construyeron terrazas para producir distintas variedades. En las zonas altas, sobre los 3900 msnm, encontramos las papas amargas (Solanum juzepczukii y S. curtilobum), variedades que pueden resistir temperaturas de hasta tres grados bajo cero. Esta gran variedad de plantas se mantiene viva gracias a la existencia de muchas comunidades y familias que siguen practicando la agricultura tradicional en toda la región andina (se estima que hay unas 2.000 comunidades en Ecuador, 3.000 en Bolivia y 5.000 en Perú).

De los 16 millones de kilómetros cuadrados de selva tropical que en algún momento existían, hoy día tenemos únicamente unos 9 millones, que en muchos lugares están fragmentadas y transformadas.

Además de las papas, las personas conocen y utilizan un número alto de variedades de oca, melloco, quinua y maíz. De esa manera pueden mantener una alta y variada productividad en sus parcelas pequeñas de menos de dos hectáreas. Gran parte de la diversidad, como Mario Tapia y Ana de la Torre resaltan en el libro Women Farmers and Andean Seeds 1998, es el resultado del constante esfuerzo por parte de las mujeres de mantener la diversidad. En el caso de muchos pueblos, tanto andinos como amazónicos, son las mujeres quienes manejan gran parte de la producción agrícola. En varias zonas andinas las mujeres trabajan de manera intensa en las chacras y muchas veces son ellas las responsables de mantener la agricultura activa. Son ellas, por lo tanto, las responsables de gran parte del manejo de la biodiversidad de los cultivos. Regina Harrison, en su estudio de la papa, habla sobre la importancia de este pro-

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ducto y de la manera en la cual las mujeres seleccionan las variedades de la misma. La decisión de qué variedad utilizar en un lugar y momento determinados es compleja y muchos factores entran en la fórmula. Esta gran variedad de tipos de papas evita que los cultivos de agricultores andinos sean víctimas de hongos y otras enfermedades, como lo fueron los irlandeses durante el siglo XIX. Hoy en día las papas son producidas por institutos de desarrollo agrícola, los cuales han aumentado la productividad de las personas pero han disminuido la diversidad de los sistemas agrarios y, por ende, los cultivos cada vez son más vulnerables y dependientes de métodos artificiales para mantener su salud. Vlastimil Zak es el curador del Herbario de Botánica Económica de la USFQ (QUSFQ). Vlastimil ha estado estudiando plantas y su aplicación durante varios años y logrado realizar una colección importante de plantas que tienen algún uso. Ha colectado unas 29000 plantas, el 80% han sido ya identificadas a nivel de especies y vemos todo tipo de uso. Algunas son insecticidas y se las utiliza en las chacras junto con los cultivos. Otras son repelentes de las plagas, como Tagetes spp., Asteracea, una hierba pequeña que usan los indígenas y los mestizos para repeler los nematodos. El camacho (Xanthosoma undipes) se usa en las estribaciones de los Andes para controlar los hongos en las plantas (Vlastimil Zak está haciendo ahora pruebas científicas para comprobar su eficacia). El marco (Artemisia sodiroi) sirve para repeler las pulgas en las casas. Algunas plantas como los fréjoles sirven para mejorar los suelos pues incrementan la cantidad de nitrógeno o fósforo por medio de las bacterias asociadas que viven en sus raíces. Otras como el aliso y la chilca producen humus en gran cantidad y sirven para recuperar suelos erosionados.

El uso de la biodiversidad en la Amazonía Las selvas tropicales son uno de los más complejos y biodiversos ecosistemas en la Tierra. En la actualidad solamente queda un poco más de la mitad de la extensión de selva tropical original en 37 diferentes países en América Latina, África, Asia y Australia. De los 16 millones de kilómetros cuadrados de selva tropical que en algún momento existían, hoy día tenemos únicamente unos 9 millones, que en muchos lugares están fragmentados y transformados. La Amazonia, con sus 6,5 millones de km2 es la foresta tropical más extensa del mundo. Ocupa el 50% del territorio de América del Sur y la comparten nueve países, aunque más del 50% se encuentra en Brasil. La gran diversidad de los bosques tiene importantes implicaciones para la vida de las personas en esas zonas. Esta diversidad implica que debe existir un gran conocimiento de la selva y sus especies. Quiere decir también que es más difícil la explotación intensa de la foresta.

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Hoy en día algunos investigadores piensan que gran parte de las selvas no son ambientes prístinos, sino el resultado de un largo proceso de intervención humana. Las comunidades indígenas tanto de los Andes como de la Amazonía transformaron su medio ambiente y lo convirtieron en un sistema productivo. Un ejemplo es la construcción en distintos sitios de América de sistemas de camellones, sistemas agrícolas que permiten la utilización de zonas inundadas por medio de la creación de áreas elevadas, utilizando los suelos contiguos y dejando canales de agua entre las áreas elevadas. Este era un sistema eficiente de producción agrícola que servía diferentes funciones. Era también una forma de controlar el exceso o la falta de agua, evitar las heladas y un excelente método para mantener la fertilidad de la tierra cultivada y su diversidad. Otro ejemplo de la intensa intervención humana en ciertos ecosistemas son las zonas del bosque cerrado en Brasil. Quizás una de las más importantes pruebas de la utilización intensa de las selvas en el pasado son las zonas de terra preta (lugares donde la tierra de origen antropogénico es especialmente rica y negra). Estas zonas parecen indicar la existencia de una alta densidad poblacional en el pasado y de la utilización intensiva de la foresta tropical. La distribución y la densidad de palmeras, árboles de nueces nativas y árboles frutales en la Amazonia, podrían ser otro ejemplo de los procesos de cambio en la diversidad amazónica generado por la milenaria utilización y producción de la diversidad tropical de los indígenas amazónicos. William Balée ha descrito la dinámica relación entre la foresta tropical y la gente. Balée, junto a otros investigadores (Sponsel 1986), han documentado cómo es que la selva amazónica es en gran medida un producto humano. Para Balée, los amazónicos han creado nichos bióticos desde las épocas ancestrales. Su hipótesis es que los nichos bióticos se han convertido en forestas vivas (Balée 2010). Ha demostrado el enorme conocimiento y aprovechamiento de la biodiversidad de la selva, pues describe como entre los Ka’apor de Venezuela se utiliza el 76.8% de las plantas de la foresta mientas que los Tembé utilizan el 61.3. Balée (1988) considera que entre el siglo XVII y XIX, debido a la dominación política, algunos de los grupos indígenas cambiaron a sistemas menos intensivos de agricultura o se escondieron en la selva. Laura Rival, en sus estudios sobre los Huaorani, documentó cómo estos grupos utilizan sus conocimientos sobre la selva para realizar un manejo de la biodiversidad. Por ejemplo, ciertos tipos de palmeras (Rival 2002) son sembradas por los Huaorani y de no ser por el constante manejo de las áreas en las cuales éstas viven, la selva crecería y las palmeras se perderían. Rival cuestiona entonces la dicotomía occidental entre lo silvestre y lo cultivado y dice que en la amazonia muchas plantas que consideramos silvestres no existirían de no ser por este manejo.


Hoy en día algunos investigadores piensan que gran parte de las selvas no son ambientes prístinos, sino el resultado de un largo proceso de intervención humana. Las comunidades indígenas tanto de los Andes como de la Amazonía transformaron su medio ambiente y lo convirtieron en un sistema productivo …. Balée, junto a otros investigadores (Sponsel 1986), han documentado cómo la selva amazónica es en gran medida un producto humano. Para Balée, los amazónicos han creado nichos bióticos desde las épocas ancestrales. Su hipótesis es que los nichos bióticos se han convertido en forestas vivas (Balée 2010) … Laura Rival cuestiona entonces la dicotomía occidental entre lo silvestre y lo cultivado y dice que en la amazonia muchas plantas que consideramos silvestres no existirían de no ser por este manejo.

La diversidad que mantiene al sistema nativo es una protección para los cultivos y para la vida de la cual dependen los grupos, pues los patógenos, que son también muy diversos, no pueden trasmitirse con facilidad. Esta lección la han aprendido muchos que han tratado de practicar agricultura en la selva importando técnicas que funcionan en otros climas y otros suelos.

Desde los años cincuenta, antropólogos han estado analizando la manera en la cual grupos aparentemente sencillos logran sobrevivir en un medio tan paradójico como es la Amazonia; muy diverso y productivo, pero frágil y pobre a la vez. En lugares como la Amazonia donde la calidad de los suelos es baja, los grupos indígenas han aprendido a utilizar la selva y su diversidad a su favor. Una de las claves de esta adaptación es el sistema de cultivos rotativos de tala y quema, o, tala y rastrojo. Se tala un área relativamente pequeña, no más de un par de hectáreas y se logra mantener lo que algunos ecólogos denominan la “memoria” de la foresta, lo cual le permite a ésta regenerarse con facilidad. Luego, dependiendo el lugar, se quema lo talado o, en el caso del sistema de rastrojo utilizado en muchos lugares donde la lluvia es constante y la humedad es alta, se deja que se descomponga. De esta manera cuando el tipo de cultivo es extensivo, se logra mantener la estructura básica de la foresta tropical. Este tipo de agricultura genera una gran heterogeneidad. Los grupos indígenas en la Amazonia ecuatoriana denominan a sus huertos, chacras. Algunas están cercanas a sus casas mientras que otras requieren de largas caminatas para poder acceder a ellas. En el caso de los grupos que viven en Pastaza, éstos mantienen las purinas, que son chacras de menos de una hectárea y que son la fuente de recursos alimentarios, medicinas, combate de plagas, utilizacion de nutrientes, etc. Las chacras son huertos que miden hasta una hectárea, las cuales son cultivadas por un par de años y luego son cultivadas de una manera más distante. Las chacras aparentan ser lugares anárquicos y sin orden, pero en realidad son lugares manejados sobretodo por las mujeres del grupo. Se ha dicho que la diversidad de cultivos ayuda a utilizar mejor los pocos nutrientes del suelo, disminuir la cantidad de plagas y diversificar la dieta de las personas. Una vez abandonadas las chacras, las personas siguen cosechando en ellas ya que han sembrado una serie de árboles medicinales y otras plantas. Este manejo de las chacras durante años, incluso después de haber sido abandonadas, cuestionan la distinción que hacemos entra lo domesticado y lo silvestre. Los Shuar en sus huertos llegan a sembrar unas 100 diferentes variedades de plantas (During 1992). Sus parientes, los Achuar, fueron estudiados por Phillipe Descola, cuyo libro “La Selva Culta,” describe su relación con el medio ambiente. Este clásico de los estudios de la relación entre el ser humano y el medio ambiente, describe la manera en la cual en los huertos existe una impresionante cantidad de especies e incluso algunas de éstas tienen algunas variedades. Al igual que en otras áreas de la Amazonia, en el caso de los Achuar existe una importante variedad de cultivos que se utilizan. Por ejemplo en el caso de la papa dulce (Ipomea batata) los Achuar cultivan unas 22 variedades, mientras que de yuca (Manihot sp.) cultivan unas 17, y de plátano unas 15 variedades (Musa spp.) (Descola 1996).

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Asimismo, los Quichuas de Pastaza tienen dos tipos de áreas: la llacta y la purina. Mientras que la llacta es la zona de las viviendas y los cultivos que crecen cerca de éstas, las purinas son zonas agrícolas más distantes. La sacha, por otro lado, es el ecosistema de la selva donde la influencia humana es menor y, al igual que el yacu agua, constituyen áreas donde habitan los espíritus principales. Además, cerca de sus casas, los indígenas mantienen pequeños huertos que cultivan con plantas medicinales, alimentos y venenos. En estas áreas cultivan más de 50 especies de plantas. Las chacras “abandonadas” son constantemente visitadas por los indígenas. En ellas no solamente encuentran frutas, nueces y palmeras o productos de los árboles que no talaron o que en algunos casos sembraron, sino que también son excelentes lugares en donde encontrar animales para cazar. Muchos de estos animales traen las semillas que permiten a la chacra regenerarse con rapidez. Además de los cultivos, los grupos amazónicos dependen de actividades de recolección, de caza y pesca. Utilizando su gran conocimiento de la selva ellos identifican una gran diversidad de animales (Descola 1996). Usan el olor y el sonido para poder saber dónde encontrar estos animales y se comunican con ellos utilizando sonidos que los cazadores emiten. La diversidad que mantiene al sistema nativo es una protección para los cultivos y para la vida de la cual dependen los grupos, pues los patógenos, que son también muy diversos, no pueden trasmitirse con facilidad. Esta lección la han aprendido muchos que han tratado de practicar agricultura en la selva importando técnicas que funcionan en otros climas y otros suelos. Uno de los casos mejor conocidos fue el de Henry Ford quien intentó cultivar caucho para satisfacer la demanda creciente de este producto, generada por su exitosa industria automovilística. Entre 1928 y 1944 creó dos plantaciones con ciudades modernas donde vivían los trabajadores, llamadas Forlandia y Belterra. Llegó a tener miles de trabajadores y a plantar millones de árboles de caucho. Sin embargo, el poco conocimiento de la cultura, sociedades amazónicas y del funcionamiento de la selva, llevó a que sus ingenieros, expertos en la fabricación de automóviles, llevaran el proyecto al fracaso. Plagas como hormigas, arañas, hongos y bacterias que en su estado natural no son un problema debido a que los árboles están protegidos por el aislamiento que genera la biodiversidad, afectaron de manera intensa a las plantaciones. Las lluvias tropicales intensas e incesantes que en una selva primaria son distribuidas y neutralizadas por los diferentes niveles del dosel, en el caso de estos monocultivos del caucho, pierden su capacidad de proteger el suelo, generando erosión.

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Conocimiento tradicional El manejo de la biodiversidad que observamos en los sistemas agrícolas y productivos utilizados por las sociedades indígenas no sería posible de no ser por el increíble conocimiento que estas sociedades tienen de su medio ambiente. El conocimiento tradicional ha sido visto como la base de la adaptación de muchas sociedades a su medio. Antropólogos, lingüistas, geógrafos, ecólogos humanos, sicólogos y otros especialistas han estudiado la diversa riqueza del conocimiento tradicional de los grupos indígenas que viven tanto en la Foresta Amazónica, como en los Andes. En el caso de los Andes, los antropólogos han estudiado cómo los grupos tradicionales conocen y clasifican las papas. Por ejemplo, Hawkes (1974, 1990) argumenta que se las clasifica en base a principios agrícolas (cuán rápido maduran, a qué altura se las puede cultivar), y a características físicas (color, textura, tamaño, sabor y otras características). De manera similar, Stephen Bush (1980) quien trabajó en el Perú, determinó que se las clasificaba en base a aspectos agrícolas, como cuán comestibles pueden ser, el tipo de procesamiento (por ejemplo, aquellas que son congeladas y deshidratadas para ser convertidas en chuño y de esta manera guardadas por largos períodos de tiempo), y la resistencia a las heladas. Estos sistemas de clasificación son dinámicos y cambiantes, pues la utilización de variedades poliploides y procesos de generación de híbridos significa que los agricultores andinos son parte activa de la evolución de las variedades de papas. En el caso de la foresta tropical, donde las plantas constituyen un elemento esencial del mundo de las poblaciones nativas, este conocimiento se ha desarrollado de manera compleja. Por ejemplo los Ka‘apor de Brasil, reconocen 768 especies de plantas. Sin embargo, no solamente reconocen una gran diversidad de plantas y animales sino que también tienen sistemas de clasificación de esta variedad que en cierta manera son similares a los de la taxonomía moderna. Los estudios de Brent Berlin (1966, 1977) nos demuestran la manera sofisticada en la cual los grupos clasifican su mundo vegetal. La ciencia de la etnobotánica ha descubierto que un indígena tiene taxonomías botánicas complejas iguales a las que mantienen los científicos modernos. Por ejemplo, en el caso de los Aguaruna, Berlin (1977) ha demostrado que los términos de la clasificación utilizados por algunos grupos amazónicos corresponden, en gran medida, a las categorías utilizadas por la nomenclatura botánica y zoológica occidental. A pesar de su importancia para producir alimentos y otras necesidades, las clasificaciones de plantas y animales de las culturas indígenas no se pueden reducir simplemente a funciones utilitarias. Descola (1996)relata que de las 262 plantas silvestres identificadas por los achuar, solamente la mitad tienen un uso determinado.


Los estudios de Brent Berlin (1966, 1977) nos demuestran la manera sofisticada en la cual los grupos clasifican su mundo vegetal. La ciencia de la etnobotánica ha descubierto que un indígena tiene taxonomías botánicas complejas iguales a las que mantienen los científicos modernos …. Sin embargo, existen importantes diferencias en cuanto a la concepción de la naturaleza entre las comunidades indígenas y la visión occidental. El pensamiento occidental se basa en un proceso denominado por algunos como el “desencantamiento de la naturaleza” (Botkin 1990) que nos conduce a ver la naturaleza como un ente físico y mecánico, que es entendible utilizando las ciencias como la física, la química y la biología. En cambio, para los grupos nativos la foresta está viva y llena de poderes y seres espirituales.

A pesar de las similitudes entre los dos sistemas de clasificación, existen importantes diferencias en cuanto a la concepción de la naturaleza entre las comunidades indígenas y la visión occidental. El pensamiento occidental se basa en un proceso denominado por algunos como el “desencantamiento de la naturaleza” (Botkin 1990) que nos conduce a ver la naturaleza como un ente físico y mecánico, que es entendible utilizando las ciencias como la física, la química y la biología. En cambio, para los grupos nativos la foresta está viva y llena de poderes y seres espirituales. Algunos estudiosos (Descola 1996) mantienen que existe un continuo entre entes que tienen un espíritu (de manera muy similar a los humanos) como es el caso de algunos animales, y de objetos como las piedras, que si bien es cierto les son atribuidos poderes espirituales, no son considerados seres vivos. En el caso de los Quichuas de Pastaza, los pájaros son considerados seres que poseen espíritu y, a su vez, a la gente se la compara con ciertos pájaros, considerando así que comparte sus características. Tal es el caso de algunos animales como el tucán o sicuanga en quichua, que es considerado el guerrero ancestral (Whitten 1995). Los sonidos y los cantos de los pájaros son analizados para entender lo que pasa en su medio. Tanto en la Sierra como en la Amazonia, las piedras tienen poderes y fuerzas espirituales asociadas. Las piedras o rumis en quichua, sirven para curar y cazar o para que el huerto sea más productivo. Espíritus, como el de Nunkui entre los Canelos Quichuas, ayudan al cultivo de la yuca y son parte esencial en la relación de los indígenas con su medio. En el caso de los grupos indígenas que viven en los Andes también ocurre algo similar. Muchas de las plantas que son de utilidad para la agricultura se las llama mamas. Ese es el caso del maíz o sara mama, de la papa o mama acxo, de la oca o mama oca, y de la coca que es la mama coca. En el Perú cantos y plegarias se realizan a las plantas cultivadas para asegurarse su crecimiento. La biodiversidad conlleva a una diversidad conceptual asociada con un rico mundo simbólico y metafórico.

Plantas medicinales Gran parte del conocimiento tradicional proviene y se utiliza para la curación de enfermedades. Vlastimil nos cuenta que, en la zona de las estribaciones, utilizan las Oxalidacea como es el caso del chulco (Oxalis repens) para el dolor de cabeza, debido a que tiene acido oxálico que funciona como analgésico. Otra planta interesante es la portulaca (Verdolaga oleracea), una hierba utilizada en la Sierra por los indígenas como diurético. En la Amazonía, nos dice Vlastimil, existen miles de plantas medicinales, por ejemplo un tipo de ortiga, Urera caracasana de la familia de las urticaceas, se utiliza entre los Quichuas del Napo para combatir el dolor de los oídos.

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La contribución de los productos naturales a las ventas de las diez empresas farmacéuticas más grandes del mundo está entre 20% y 50% (Newman y Laird 1999). Se calcula que un 25% de las medicinas tienen por lo menos un ingrediente que ha sido derivado de substancias fotoquímicas que se encuentran en las plantas y un 10% de las medicinas tienen un compuesto importante que es directamente extraído de plantas (Duke 1993). En 1980 se calculó que las personas en Estados Unidos habían pagado unos 8.000 millones de dólares por medicinas que se derivaban de las plantas. Entre 1976 y 1990 el costo de desarrollar un compuesto farmacéutico en los Estados Unidos se incrementó de $54 millones a $231 millones (Duke 1993). Solamente uno de cada 4,000-10,000 compuestos descubiertos puede ser comercializado con éxito. Estos costos de la industria hacen que solamente ciertas empresas muy grandes y exitosas puedan dedicarse a la investigación y a la producción de la biodiversidad con fines médicos (Duke 1993). En otras palabras, el obtener una medicina en base a una planta es un proceso largo y complicado que requiere de mecanismos sofisticados y empresas solventes. Se conoce que un setenta por ciento de las plantas que tienen poder anti-cancerígeno son extraídas de la foresta tropical.

Derechos de propiedad intelectual Uno de los aspectos más controversiales relacionados a la biodiversidad y su utilización es la bioprospección y los derechos de las comunidades indígenas sobre el conocimiento tradicional. Desde plantas medicinales y diseños de ropa, hasta sus tipos de sangre, los grupos indígenas se han sentido amenazados por los científicos y empresarios modernos quienes han tomado sus conocimientos sin que ellos hayan recibido ninguna contribución a cambio, como en el caso del curare (Strychnos toxifera). El problema tiene que ver con el hecho de que el sistema occidental de patentes no tiene mecanismos para reconocer lo que son procesos tradicionales de creación de ideas e inventos. Solamente los procesos de creación de nuevos inventos realizados por individuos o entes legales son reconocidos como tal, por lo que el conocimiento comunitario de pueblos indígenas no puede ser protegido bajo las leyes de propiedad intelectual existentes. Sin embargo, muchos de los artefactos que utilizamos son el resultado de procesos tradicionales de invención de comunidades indígenas en todo el mundo. La controversia se genera cuando los conocimientos y las invenciones realizadas por grupos indígenas en base a la biodiversidad de su medio es después patentada por individuos o empresas occidentales, quienes se han beneficiado de distintas maneras de los mismos. La bioprospección es el proceso por medio del cual investigadores buscan de manera sistemática clasificar e investigar, para fines comerciales u holísticos, nuevas fuentes de compuestos químicos que puedan tener propiedades de interés para la industria occidental

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... el sistema occidental de patentes no tiene mecanismos para reconocer lo que son procesos tradicionales de creación de ideas e inventos. Solamente los procesos de creación de nuevos inventos realizados por individuos o entes legales son reconocidos como tales, por lo que el conocimiento comunitario no puede ser protegido.


La Bioprospección ha sido criticada por aquellos que sienten que es injusto que se beneficien otros de los conocimientos locales, sin que los grupos indígenas que han venido utilizando esos compuestos se beneficien. Las ventajas se han dado a varios niveles, desde el reconocimiento y consagración de carreras de científicos que han usado el conocimiento tradicional como suyo para patentar sus inventos, hasta el enriquecimiento de empresas, sobre todo farmacéuticas, gracias a los productos creados en base al conocimiento tradicional que luego son vendidos en el mercado mundial y que le ahorran tiempo a la industria en investigación y desarrollo. Se ha estimado que de 119 plantas que al momento tienen un uso comercial como medicamentos, el 74% fueron inicialmente utilizadas por las comunidades indígenas (Oviedo et al. 2007). Algunos autores han determinado que el valor anual del uso de la biodiversidad es entre 500 y 800 billones de dólares, incluyendo productos farmacéuticos, cosméticos y agrícolas (Oviedo et. al. 2007). En algunos casos estos conflictos entre comunidades y científicos han terminado en juicios y procesos legales. Quizás uno de los más conocidos es el que ocurrió en 1999 cuando la COICA (Confederación de Organizaciones Indígenas de la Cuenca Amazónica) consiguió que la oficina de Patentes de los Estados Unidos anulara la patente del ayahuasca que fue concedida a Loren Miller de California. De igual manera, en 1994 investigadores de la Universidad de Colorado obtienen una patente de la quinua para combatir la esterilidad masculina, sin reconocer a un pueblo indígena como el lugar de origen. La bioprospección y el uso de los conocimientos locales han sido defendidos como una manera de proteger la biodiversidad, pues se empieza a dar valor al conocimiento local y a la biodiversidad en general. Al otorgar concesiones en grandes extensiones de selvas como lo ha hecho Belice, se busca que exista un incentivo para el estado o para la empresa de defender la biodiversidad. La idea es generar además fuente de trabajo pues muchas de las personas locales pueden trabajar como paracientíficos para las empresas farmacéuticas. El proyecto ha sido criticado por el hecho de que a pesar de que si se paga el trabajo de los paracientíficos, no se reconoce nada a ellos ni a las comunidades, por su conocimiento tradicional sino que se paga simplemente por su trabajo. En 1992 la Merck firmó un contrato con el Instituto Biológico de Costa Rica (INBIO) por el cual se vendieron servicios de recolectar plantas, comerciando la biodiversidad de Costa Rica. Para el país, el hacer estas concesiones a empresas farmacéuticas representa una manera de defender la selva. INBIO ha reconocido la importancia del conocimiento local en el proceso. Los acuerdos establecen algunos puntos que buscan asegurar una relación equitativa. Tiene que existir un pago directo a Costa Rica de parte de la empresa farmacéutica en términos de dinero

o de conocimiento. Se pagará un porcentaje cuando se comercialice los productos. Se creará un cronograma que permita el traspaso de la empresa a Costa Rica. Un proceso de patentes que beneficie a Costa Rica. Se buscará generar los recursos en laboratorio para evitar tener que extraer los recursos (Reid et. al. 1994). Existen varios ejemplos en los cuales se han realizado convenios directamente entre las empresas y los indígenas. Una de las más conocidas ocurrió en nuestro país cuando una empresa de California realizó un convenio con comunidades indígenas para el desarrollo de medicinas en base a sus conocimientos, como analgésicos y para la diabetes. Su idea de expandir estos acuerdos a otros lugares fue frustrada por los problemas económicos de la empresa. Un ejemplo de estas patentes es lo que ocurre con la “sangre de drago” (Croton lechleri), cuyo principio activo ha sido identificado por una empresa farmacéutica y cuya savia ha sido utilizada por muchos años por los indígenas. Algunos venenos utilizados para la pesca y la cacería entre los grupos amazónicos, como es el caso del curare y del barbasco (veneno de peces), también han sido luego utilizados por la industria occidental en base a los usos tradicionales. Con el afán de defender las comunidades de la expropiación por parte de las empresas internacionales, se han firmado varios tratados. El Convenio sobre Diversidad Biológica (CBD) es uno de los más importantes sobre los recursos genéticos. Antes del convenio los recursos eran considerados patrimonio de la humanidad y de libre acceso. Con el CBD, los recursos pasaron a ser patrimonio de los países y su acceso debía estar regulado y condicionado. Otra legislación importante es la Decisión Andina sobre Acceso a los Recursos Genéticos, que entró en vigencia, en julio de 1996, y que fortalece el derecho de los países miembros sobre sus recursos genéticos. Indica que solamente el estado podrá negociar regalías sobre dichos recursos. Actualmente, el debate dentro del campo del Derecho Internacional y Derechos Humanos, está en buscar mecanismos legales existentes que puedan proteger el conocimiento tradicional de comunidades como propiedad intelectual, buscando retribución y remedio (inclusive retroactivo) por la apropiación inescrupulosa de dicho conocimiento. Entre ellos, se encuentra poder catalogar al conocimiento tradicional como “secreto comercial” o trade secret (como el de la receta de la Coca-Cola), argumentando que gran parte del conocimiento de las propiedades de las plantas medicinales así como su uso práctico, es parte de la sabiduría de chamanes y otros líderes espirituales de comunidades indígenas, que por razones culturales ancestrales, se ha pasado por generaciones como un secreto que sólo aquellos que son escogidos pueden poseer (para evitar su mal uso). Las consecuencias de este u otros intentos por defender o legalizar el conocimiento tradicional, todavía forman parte de un controversial conflicto por resolver.

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Las sociedades nativas del país han vivido durante milenios en distintos medio ambientes, desarrollando adaptaciones específicas a dichos medios. Hemos visto la manera en la cual estos pueblos, desde época ancestral, han utilizando e incluso generado la diversidad biológica. Una serie de conocimientos les permite a estas sociedades clasificar y utilizar la gran variedad de especies y ecosistemas que les rodean. Los sistemas productivos tradicionales que son el resultado de largos procesos adaptativos se basan en la elaboración de conocimientos, prácticas y relaciones sociales, que permiten la utilización de la biodiversidad que se encuentra tanto en los Andes como en la Amazonía.

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Actualmente, el debate dentro del campo del Derecho Internacional y Derechos Humanos, está en buscar mecanismos legales existentes que puedan proteger el conocimiento tradicional de comunidades como propiedad intelectual, buscando retribución y remedio (inclusive retroactivo) por la apropiación inescrupulosa de dicho conocimiento. Entre ellos, se encuentra poder catalogar al conocimiento tradicional como “secreto comercial” o trade secret (como el de la receta de la CocaCola)…


Bibliografia

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Gunther Reck y Paulina Martínez

Instituto de Ecología Aplicada ECOLAP Universidad San Francisco de Quito greck@usfq.edu.ec

Áreas protegidas: ¿turismo para la conservación o conservación para el turismo?

Dichas áreas protegidas fueron separadas del resto del territorio como enclaves para la naturaleza, y no fueron integradas inicialmente en los proyectos de desarrollo … actividades económicas como el turismo, no fueron consideradas como objetivos esenciales en la gestión, sino solamente como una potencial fuente de ingresos para el mantenimiento de las áreas.

Ecuador es un país megadiverso y una parte significativa de esta riqueza se protege dentro del Patrimonio de Áreas Protegidas del Estado. Si bien el objetivo principal de estas areas es la protección de su biodiversidad, también concentran muchos de los atractivos naturales y paisajísticos que son parte esencial de las estrategias de desarrollo turístico del país. El aprovechamiento turístico de las Áreas Protegidas no debe ser solamente un instrumento para su sostenibilidad económica y el bienestar de las poblaciones circundantes, sino un objetivo de su manejo. Por medio de instrumentos como el Sistema de Manejo de Visitantes, desarrollado por el Instituto de Ecología Aplicada de la Universidad San Francisco de Quito se puede controlar los impactos ambientales y a la vez optimizar la satisfacción de los visitantes. 86


Ecuador es un país con una diversidad sobresaliente de paisajes, ecosistemas y especies, una diversidad que sostiene culturas y étnias distintas. Por otra parte, la presión demográfica, la expansión de la frontera agrícola y una creciente demanda de recursos naturales renovables y no renovables reducen los espacios disponibles y ocupan una creciente porción de lo que aún queda en condiciones naturales. Para contrarrestar la tendencia hacia una pérdida mayor, el Estado Ecuatoriano, en los últimos 50 años, ha desarrollado una red extensa de áreas protegidas, que al momento, cubre alrededor de un 25 % de la superficie terrestre del país. Estas áreas son los principales espacios geográficos, en los cuales se espera garantizar las condiciones necesarias para la supervivencia a largo plazo, de esta extraordinaria biodiversidad. A diferencia de los motivos por los cuales fueron instituidos los primeros parques nacionales en América del Norte, en el siglo 19 – principalmente por razones de protección de paisajes silvestres y bellezas escénicas, para el disfrute de las poblaciones urbanas, los objetivos iniciales para la creación del Patrimonio de Áreas Protegidas del Ecuador y de otras naciones latino-americanas desde los años 50 del siglo pasado, se centraron en la protección de la biodiversidad. Dichas áreas protegidas por lo tanto, fueron separadas del resto del territorio como enclaves para la naturaleza, y no fueron integradas inicialmente en los proyectos de desarrollo. Las actividades económicas consideradas como potencialmente compatibles con los objetivos de protección de la biodiversidad, como el turismo, no fueron consideradas como objetivos esenciales en la gestión, sino solamente como una potencial fuente de ingresos para el mantenimiento de las áreas. El turismo, como un sector significativo para el desarrollo nacional, no fue una de las razones para la creación de las áreas protegidas (con excepción de las Áreas Nacionales de Recreación). Aún en Galápagos, donde la actividad turística ha tenido un desarrollo vertiginoso, la gestión siempre giró alrededor de dos objetivos: minimizar los impactos ambientales, y lograr ingresos para el Estado y la conservación del área. Debido a la importancia innegable del turismo, la administración del Parque Nacional pronto estableció un departamento y actividades y normativas dedicadas específicamente al control de esta actividad, incluyendo el acompañamiento obligatorio por guías entrenados, pero a pesar de esto el personal dedicado al control y mantenimiento de los sitios de visita, siempre estuvo en minoría en relación con las demás actividades de manejo. Como ya se ha mencionado, el desarrollo turístico no compartió los niveles de importancia en la gestión del áreas protegida, consideración fundamental para ofrecer, por ejemplo, los mejores servicios. Su inserción se debió a la necesidad de contar con una fuente de ingresos para de-

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Otra razón por la que se estima no se han logrado los avances necesarios, es la incertidumbre y la falta de consenso que se genera entorno a la compatibilidad del turismo en áreas de conservación (Áreas Protegidas).

dicarse a la misión fundamental de “conservar a la biodiversidad y restaurar los ecosistemas alterados por la presencia humana”. Esto no quiere decir que no haya habido un buen manejo y una mejora permanente de servicios y equipamiento, empero, hemos creído importante insistir, que aún en este caso no fue la calidad de la oferta turística el primer motivo sino el control de los impactos y la generación de ingresos. En el resto de las Áreas Protegidas del Ecuador, por años dependientes fundamentalmente de los ingresos provenientes del turismo en Galápagos, la situación fue y sigue siendo más crítica. El mejoramiento de la infraestructura y de los servicios turísticos en la parte continental del país ha tardado muchísimo y con dificultades ha llegado a formar parte del pensamiento de los manejadores como un asunto de prioridad. Inclusive en el último Plan Estratégico del SNAP (Sistema Nacional de Áreas Protegidas) apenas se lo menciona como fuente de sostenibilidad financiera. La inclusión de técnicos especializados en turismo en el ministerio responsable de la gestión de las Áreas Protegidas (desde hace 13 años el Ministerio de Ambiente) es reciente. Las iniciativas para el desarrollo turístico del patrimonio de las áreas protegidas siguen estando bajo el criterio fundamental de generar ingresos, tanto para la gestión del área, como para las poblaciones locales (elemento importante en la definición de turismo sostenible). Aunque esto es positivo, no es suficiente para el óptimo aprovechamiento del potencial que los espacios protegidos nacionales ofrecen, en cuanto a su riqueza de paisajes, biodiversidad y significado cultural.

En Galápagos se esperaba cambios radicales en la presencia y comportamiento de los animales en los diferentes sitios de visita, por la presencia de turistas. La historia de los últimos 30 años nos enseñó algo diferente … Sin desmerecer los méritos históricos de la Capacidad de Carga, se ha podido comprobar que su aplicabilidad para orientar o manejar al turismo y su crecimiento en forma efectiva y contundente ha sido muy reducida.

A pesar de lo expuesto, es imperante recalcar que el objetivo principal de creación de las áreas protegidas es el resguardo de la biodiversidad, y que, cualquier actividad económica y/o forma de utilización de los recursos, incluyendo al mismo turismo, deben someterse a este mandato, por tanto deben ser manejados y controlados por la autoridad ambiental. Analizando desde la perspectiva de la entidad gubernamental dedicada al desarrollo del turismo y a cargo de la custodia de la calidad de los servicios turísticos, se puede establecer que en todas las estrategias nacionales de mercadeo turístico, los paisajes y la megadiversidad, insumos básicos para el turismo de naturaleza son prioritarios. Las mejores condiciones para observar y disfrutar esta riqueza se dan con mayor seguridad y calidad en las áreas protegidas del país. Pese a esto, aun no se ha logrado definir hasta donde llega su papel en la gestión del turismo en áreas protegidas y en cuales campos de gestión existen sobreposiciones con los otros organismos del estado involucrados. Es evidente además, que donde debería prevalecer una actitud de cooperación y complementación en las tareas que corresponde a cada una de estas entidades, ha predo-

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minado la rivalidad y la falta de concertación, dada ciertamente por la inseguridad sobre los motivos y prioridades de cada una de ellas Aunque existen algunos avances en este sentido, aún no se logra una gestión gubernamental consecuente y sistemática, en la cual se aúnen esfuerzos tanto para conservar la naturaleza y ofrecer oportunidades variadas de recreación y turismo donde es aplicable, como controlar y mejorar los servicios turísticos que brindan empresas y comunidades. Otra razón por la que se estima no se han logrado los avances necesarios en este campo, es la incertidumbre y la falta de consenso que se genera entorno a la compatibilidad del turismo en áreas de conservación (Áreas Protegidas). Por parte de la autoridad ambiental y también las organizaciones privadas y no gubernamentales de conservación, existe preocupación sobre los impactos del turismo, no solamente por la perturbación que causan los visitantes a la vida silvestre, sino también por los impactos indirectos vinculados con el desarrollo económico y el crecimiento poblacional en las áreas de influencia. Existen dudas, quizás justificadas, sobre la voluntad y el compromiso de los promotores turísticos de garantizar las conservación y de favorecer las mejores prácticas. No obstante, cabe preguntarse ¿Cuánta participación de las empresas operadoras y de las comunidades locales es aceptable? ¿Cuál es el compromiso por precautelar la naturaleza por parte de los guías y otros usuarios? ¿Cuántos visitantes podrían recibir las áreas antes de que se produzcan daños irreversibles? Por otro lado, los actores y entes gubernamentales de turismo, enfatizan que el manejo de las áreas protegidas es demasiado restrictivo y no permite su inserción clara en las políticas de desarrollo. De lo expuesto, podemos concluir que es evidente, que no se puede eliminar al turismo de las actividades que se realizan en las áreas protegidas. Cada día aumentan las presiones para encontrar nuevos espacios que amplíen la oferta turística y recreacional, tanto para los mismos ecuatorianos como para los visitantes de todo el mundo, ávidos por experiencias en ambientes naturales. Una visión integral del manejo de las áreas protegidas debería considerar equilibradamente dos objetivos fundamentales: 1. Conservar los recursos naturales y culturales que forman parte de la oferta de atractividad y que son el insumo para el desarrollo turístico, y 2. Proporcionar una gama de experiencias de calidad al público, que pueden o no tener relación directa con la observación de la vida silvestre. Es decir, actividades como el disfrute de paisajes o deportes de aventura que también son motivos importantes

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para la visita en áreas protegidas, para quienes al igual que los “ecoturistas”, la calidad ambiental y un bajo nivel de perturbación es parte integral del atractivo.

¿Existen formas para lograr ambos objetivos de manera complementaria? El turismo, como cualquier actividad humana produce impactos en el ambiente. Por décadas se ha atribuido al turismo gran parte de la responsabilidad de los efectos negativos sobre los espacios para la conservación, como consecuencia de la acumulación de visitantes en los sitios de atractivo. Esto llevó al concepto de Capacidad de Carga (CC) que se basó en la consideración de que los impactos ambientales estarían directamente proporcionados al número de visitantes, y que, su control debía ser el principal método para garantizar la sostenibilidad de las condiciones ambientales y de los atractivos naturales. La metodología correspondiente, desarrollada por Cifuentes en Galápagos (1982), pretendía controlar la cantidad acumulativa de turistas en cada sitio, para evitar daños irreversibles sobre la biodiversidad del lugar. En la actualidad, muchos manejadores y planificadores de las áreas protegidas siguen considerando a la CC, como única herramienta aplicable para el control del turismo en la Áreas Protegidas. (Reck y Bustos, 2008) En Galápagos se esperaba cambios radicales en la presencia y comportamiento de los animales en los diferentes sitios de visita por la presencia de turistas. La historia de los últimos 30 años nos enseñó algo diferente: debido a una visionaria cooperación entre manejadores, científicos y empresarios desde sus inicios, y la consecuente aplicación de claras reglas de conducta, los cambios no son muy significativos, más allá de algún acostumbramiento, en la presencia y abundancia de los organismos que se pueden relacionar directamente con el impacto turístico. Sin desmerecer los méritos históricos de la CC, se ha podido comprobar que su aplicabilidad para orientar o manejar al turismo y su crecimiento en forma efectiva y contundente ha sido muy reducida (vea la capacidad de carga para Galápagos calculada en 42.000 en 1986, con la realidad de más de 170.000 turistas actualmente.) aunque ayudó en los esfuerzos para lograr una mejor distribución de visitantes entre las áreas (Reck y Bustos, 2008). Es obvio que ciertos impactos, como la erosión por pisoteo, pérdida de la capa vegetal en el sitio de visita o afectación de los fondos marinos en las áreas de anclaje, tienen directa relación con el número de los visitantes. La presencia y comportamiento de animales silvestres, y la acumulación de basura, dependen más de la conducta de los turistas que de su número, un factor que puede influenciar modificando las actitudes. Los animales y/o plantas


Como guía para el ordenamiento, se recomienda que hasta una cuarta parte (25%) de tierras o aguas dentro de un área protegida pueda gestionarse con otros fines, siempre y cuando el resto sea manejado de acuerdo a su objetivo principal, y los actividades humanas en este cuarto sean manejadas y controladas.

introducidos tampoco están en función de la cantidad de visitantes, si no de la ausencia de medidas de prevención. Para manejar los impactos físicos existen estrategias y métodos bien establecidos, como aquel de concentrar las visitas en senderos o superficies reducidas, para que allí se focalice todo el impacto. En Galápagos, el total de la superficie de los senderos de visita no supera más que los 2 km2 (0.03 % de la superficie total de las islas, Reck G. y Bustos W. 2008). Se puede crear senderos alternativos o equipar a los sitios con senderos adoquinados, de madera elevada, con pasarelas, plataformas y muelles, o se puede limitar el acceso a sitios considerados más frágiles con características especiales. La educación e información de los visitantes antes de su llegada al sitio, el acompañamiento por guías, el uso de vehículos de baja contaminación y las reglas de conducta frente a la vida silvestre, además del tamaño de grupos, y su distribución en el tiempo y el espacio, son herramientas que han proporcionado excelentes resultados y han contribuido a la reducción de las alteraciones de vida silvestre. Estas medidas aplicadas en forma consecuente, no solamente ayudan a conservar las condiciones ambientales sino que mantienen altos niveles de satisfacción entre los turistas, Sería peligroso, sin embargo, generalizar el manejo de los impactos de los turistas a todas las situaciones. Con seguridad, existen ecosistemas y especies muy sensibles que reaccionan en forma diferente a las perturbaciones, por ejemplo, el bosque húmedo tropical.

… de tal manera que la idea que el “turismo no es compatible en áreas con alta calidad ecosistémica” se deseche, dejando paso a un nuevo enfoque en el que el manejo turístico juega un papel importante.La sudivisión del territorio de las áreas protegidas o zonas caracterizadas con una función determinada, en diferentes grados de accesibilidad, naturalidad, y tolerancia para la concentración de visitantes, es una respuesta a potenciales conflictos entre la conservación y el turismo (Reck, 2008).

Es la habilidad concertada, la cooperación de todos los actores, la educación para lograr un comportamiento y prácticas adaptadas a la sensibilidad de cada ecosistema, las que garantizan la sostenibilidad de las visitas en sistemas naturales. Un aspecto importante en el análisis de la compatibilidad del turismo en Áreas Protegidas es la comparación internacional. En muchos países, el turismo es un componente esencial en la planificación y el manejo de las Áreas Protegidas y en algunos países incluso su manejo está a cargo de agencias responsables también del desarrollo turístico (en Argentina, por ejemplo). Las categorías internacionales, propuestas por la UICN (Unión Mundial de Conservación) y reconocidas en la actualidad por muchos países (incluyendo al Ecuador), establecen claramente que no todas las áreas son iguales. Únicamente la categoría Ia (Reserva estricta), excluye el uso turístico o la presencia humana en general. Aunque en realidad, solamente pocas reservas coinciden con estos criterios y las otras categorías consideran al turismo como una actividad compatible e importante. Mientras la categorías 1b (Reserva de áreas silvestres) invita a un turismo muy selectivo, y la categoría

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VI determina al turismo como aceptable, si no está en conflicto con los otros objetivos (explotación sustentable de recursos naturales), las categorías II (Parques Nacionales), III (Monumentos naturales), IV (Reservas para manejo de especies y ecosistemas ) y V ( Reservas de paisaje con presencia humana) incluyen al turismo no solamente como actividad compatible sino como uno de los objetivos principales de manejo (Dudley 2008).

Distribución del uso en el espacio protegido para un mejor manejo: “La regla del setenta y cinco por ciento” La UICN reconoce también que por causas sociales, políticas y ecológicas por lo general no es ni factible, ni deseable que la totalidad de la superficie de las áreas protegidas deba cumplir con el objetivo principal de manejo. Las áreas protegidas muchas veces (incluido Ecuador) contienen poblaciones humanas, sitios con diferentes niveles de explotación de recursos, asentamientos, minas y campos petroleros. Deseable o no, esto es una realidad. Como guía para el ordenamiento se recomienda que hasta una cuarta parte (25%) de tierras o aguas dentro de un área protegida pueda gestionarse con otros fines, siempre y cuando el resto sea manejado de acuerdo a su objetivo principal, y los actividades humanas en este cuarto sean manejadas y controladas (Dudley 2008). En el Ecuador, el espacio dedicado al uso turístico, por lo general no ocupa más que una pequeña fracción del área (con excepción quizás de las áreas dedicadas a la recreación) y, en muchos casos, se concentra en menos que un diez por ciento de la superficie, especialmente a lo largo de rutas o vías de penetración (Reck et al 2010). Si se logra que la mayor superficie se gestione adecuadamente, bajo objetivos de conservación, no habría que preocuparse por algunas actividades secundarias como la turística, usando criterios como manejo alternado gradual, con muchas restricciones para áreas de mayor fragilidad y menos restringido para espacios mucho mas intervenidos. La aplicación de la “Regla del Setenta y Cinco por Ciento” a nivel nacional, significaría que las tres cuartas partes de las áreas protegidas nacionales, deben ser manejadas bajo condiciones restrictivas, como zonas intangibles o de mayor protección, mientras que el remanente podría encajarse bajo un esquema de uso especial, es decir de recuperación, de turismo o de extracción, sin afectar los objetivos de creación. Bajo esta consideración, sería aceptable y hasta conveniente destinar hasta diez o quince por ciento de la superficie de un área protegida para el desarrollo turístico, con preferencia en áreas marginales y en pocos sitios núcleo,

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lo cual sería suficiente para satisfacer a todos los perfiles de demanda (Reck et al 2010). El ordenamiento de las actividades turísticas en las áreas protegidas se hace a través de su zonificación.Todas las áreas protegidas tienen zonas intangibles, en las cuales las actividades humanas deben ser restringidas o muy estrictamente controladas. Las zonas, en las cuales se permiten diferentes formas de presencia humana, son zonas de uso especial, de recuperación, de manejo de recursos o de uso público (incluyendo el turístico). En realidad pueden existir muchas diferentes zonas y nombres para ellas. Lo importante es el arreglo espacial que debe apoyar a que los objetivos de protección, puedan ser cumplidos en la superficie más restringida. La zonificación turística de áreas protegidas propone un manejo enfocado a la reducción de la presión en zonas frágiles, satisfacción de las demandas con mínimos impactos ambientales negativos y mejoramiento de la calidad de la experiencia en un entorno natural, de tal manera que la idea que el “turismo no es compatible en áreas con alta calidad ecosistémica” se deseche, dejando paso a un nuevo enfoque en que el manejo turístico juega un papel importante (Reck y Martínez, 2009). Una microzonificación adaptada a las condiciones de las áreas protegidas incorpora situaciones de uso y manejo en sitios, que no se contraponen al sistema global de gestión determinada por los planes de manejo. Aunque recomienda ajustes significativos, que responden a los criterios como niveles de conservación exigidos o deseados, tipos e intensidades de uso exigidos o deseados, niveles de naturalidad exigidos o deseados, niveles de calidad social exigidos o deseados.

Sistemas de manejo de visitantes: Manejo en base de las experiencias deseadas El Instituto de Ecología Aplicada (ECOLAP) de la USFQ, en los últimos diez años ha estado involucrado en estudios sobre el potencial turístico de varias áreas protegidas del país. En el 2008 el Instituto fue contratado para revisar la “capacidad de carga turística” de los sitios de visita del Parque Nacional Galápagos. Esta resultó ser una buena oportunidad para analizar varias décadas de manejo turístico, que confluyeron en las siguientes reflexiones • Galápagos es un Parque Nacional, y entre los objetivos de esta categoría se encuentra brindar oportunidades compatibles con el turismo y recreación. • Una combinación particular de medidas de manejo puede lograr el mantenimiento de la vida silvestre única de las islas en todos los sitios de visita.


Esta metodología desarrollada por el Instituto de Ecología Aplicada de la USFQ, en conjunto con Conservación Internacional, y con y para el Parque Nacional Galápagos (PNG), se denomina Sistema de Manejo de Visitantes (SIMAVIS). Actualmente se sigue aplicando con éxito en las islas.

Existen métodos de manejo dinámicos que consideran más la buena conducta de los turistas y el monitoreo de cambios para la aplicación de medidas correctivas en caso de alteraciones inaceptables que el número de los visitantes exclusivamente.

• El ordenamiento de las visitas en el tiempo, el establecimiento de turnos, itinerarios, guianza, interpretación, oferta de senderos variados, a la vez de reducir la presión (no-lineal) sobre los recursos conduce a una mayor satisfacción entre los diferentes perfiles de turistas. • Una gran mayoría estará contenta con los atractivos paisajísticos y el avistamiento de ciertos elementos de vida silvestre carismáticos y particularmente resistentes a la presencia humana, combinado con servicios y facilidad de movilización. La naturalidad no tocada del lugar no es prioritaria. • Una cantidad mucho menor de visitantes tiene mayores exigencias en cuanto a naturalidad, soledad, primitividad de los sitios y ellos podrían acceder a las áreas de mayor fragilidad bajo condiciones de control estricto (Reck y Bustos, 2008). Como resultado de estas consideraciones se desarrolló una metodología que aprovecha las buenas prácticas establecidas por el Parque Nacional Galápagos y las interrelaciona, que toma en cuenta diferentes perfiles y expectativas de visita en un esquema de zonificación, adaptando métodos ya desarrollados en otras partes del continente, bajo el nombre de ROS, LAC, VIM, VERP y otros1. Esta metodología desarrollada por el Instituto de Ecología Aplicada de la USFQ, en conjunto con Conservación Internacional, y con y para el Parque Nacional Galápagos (PNG), se denomina Sistema de Manejo de Visitantes (SIMAVIS). Actualmente se sigue aplicando con éxito en las islas. Considerando condiciones particulares tanto en ecosistemas como antecedentes sociales, económicas y políticas, hemos podido adaptar la metodología para el Parque Nacional Machalilla (PNM) y la Reserva Ecológica Cotacachi - Cayapas, específicamente la Laguna de Cuicocha, dos de las áreas protegidas más visitadas del país. La parte medular de la metodología sigue siendo una zonificación turística de las áreas protegidas, con un enfoque en la disminución de la presión en zonas frágiles, consideranso la satisfacción de las demandas con mínimos impactos ambientales negativos y el mejoramiento de la calidad de la experiencia en un entorno natural (Reck et al 2010). 1 (ROS) Recreational Opportunities Spectrum, (LAC) Limited of Acceptable Change, (VIM) Visitor Impact Management (VERP), Visitor Experience and Resources Protection,

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El Sistema que ECOLAP está aplicando identifica un turismo en áreas protegidas que no es exclusivamente “ecoturismo” dedicado al aprecio de la naturaleza, si no aquel que con una adecuada planificación, permite arreglos, y distribución de visitantes para satisfacción de muchas expectativas y perfiles. A través del manejo de un rango de entornos, ámbitos o zonas diversas, es posible que el visitante pueda encontrar el ambiente conforme a sus expectativas, que facilite las experiencias deseadas. Aunque no se puede asegurar que el visitante va a lograr realizar esas experiencias en su totalidad, existen diferentes opciones de manejo turístico que pretenden facilitar la consecución de estas aspiraciones ofreciendo un rango de entornos u oportunidades para materializarlas (Reck y Martínez, 2009).

Para SIMAVIS, los turistas deben realizar una gama de actividades (compatibles con un área protegida) que involucra: • Un entorno esperado (muy natural y biodiverso) pero que incluye sitios con mayores niveles de alteración, (criterio ambiental). • Diversos niveles de interactuación entre los visitantes (existen muchas diferencias culturales en este aspecto), que va desde un alto nivel de soledad para quienes quieren observar la vida silvestre con ciertas exigencias hasta aquellos que solamente buscan diversión o observación de paisajes (criterio social). • Inserción gradual de comodidades, senderos arreglados y señales, limitadas o inexistentes para segmentos de demanda que quieren realizar caminatas trekking en paisajes muy naturales, a quienes quizás le moleste el “exceso”, en contraposición a visitantes ocasionales que ven este equipamiento como una ayuda bienvenida (Wallace et al , Manual ROVAP, Criterio de manejo). Un buen ejemplo comparativo para aclara este aspecto, puede ser el visitante para un picnic dominical, que espera basureros para disponer de los restos de su comida, mientras el aventurero consciente produce poca basura que lleva consigo de regreso.

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No podemos ignorar que el turismo, mas allá de las actividades dentro de las áreas protegidas requiere de toda una cadena de servicios e interacciones culturales y económicas en las zonas circundantes, y que puede generar impactos negativos en el orden cultural y social sobre las comunidades locales y una fuerte competencia por los recursos naturales básicos. Estos impactos deben ser considerados y manejados a través de políticas de desarrollo regional fundamentales, para que prevalezcan los efectos positivos y se refuerce la sostenibilidad en los ámbitos social y económico. Aquí nos concentramos únicamente al manejo de los impactos turísticos al interior de las áreas y las oportunidades para ofrecer visitas de la mas alta calidad recreacional. En conclusión, un turismo bien concebido, conducido y controlado es compatible con una amplia gama de ecosistemas dentro de las áreas protegidas. A la vez de generar beneficios directos para el mantenimiento de las reservas y para su conservación, puede mejorar el bienestar de las poblaciones cercanas y para la industria del turismo en general. Con un adecuado manejo, las áreas protegidas por lo tanto pueden jugar un rol importante en el desarrollo turístico del país en general, como motivo principal de la visita al país, o como oferta complementaria en la gama de oportunidades culturales, naturales y de diversión que ofrece el Ecuador.


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David Romo,

Profesor del Colegio de Ciencias Biológicas y Ambientales, dromo@usfq.edu.ec

…. el petróleo que está en el bloque ITT sería consumido por los Estados Unidos en apenas una semana, sin embargo, al Ecuador le tomaría más o menos 20 años extraerlo y generaría cerca de 7 mil millones de dólares (este valor ha sido estimado en función del precio neto actual).

Lo bueno, lo malo y lo feo de la propuesta Yasuní-ITT

La propuesta de mantener el crudo bajo tierra en el bloque ITT dentro de la Reserva de Biósfera Yasuní representa un gran oportunidad para demostrar al planeta que los ecuatorianos estamos dispuestos a cambiar nuestro actual modelo de desarrollo. La falta de una decisión política firme hace tambalear a la propuesta. ¿Quiénes perdemos o ganamos con esto?. 96


El Parque y la Reserva de Biosfera Yasuní encierran la mayor concentración de biodiversidad por kilómetro cuadrado de todos los lugares del planeta. Varios científicos que han venido trabajando desde los años noventa en las estaciones Yasuní de la PUCE, pero sobre todo en la Estación de Biodiversidad Tiputini de la USFQ, plasmaron esta conclusión en un artículo científico publicado en la revista científica PLoSONE a finales del 2009. En una hectárea de bosque se pueden encontrar más del doble de especies de árboles que en el territorio de los Estados Unidos continental o toda Europa. Aquí habita la mayor diversidad registrada de anfibios y reptiles de ningún otro lugar de la Amazonía. Con sus más de 630 especies de aves, representa casi la mitad de la diversidad de aves del Ecuador y no tiene igual en el mundo. Sin embargo, esta millonaria fortuna muy difícilmente ha podido competir con la riqueza material que genera el petróleo que está encapsulado en su subsuelo. A más del petróleo del bloque ITT, están los bloques 14, 15, 16, 17 que ya están produciendo y el 31 que sólo tiene sentido si se extrae el crudo del ITT. Debe quedarnos claro que la importancia económica de este recurso sólo es relevante para el Ecuador, pues en el contexto mundial, dicho petróleo representa una muy pequeña proporción de los volúmenes que consumen diariamente los países desarrollados. Para comprender la relación, el petróleo que está en el bloque ITT sería consumido por los Estados Unidos en apenas una semana, sin embargo, al Ecuador le tomaría más o menos 20 años extraerlo y generaría cerca de 7 mil millones de dólares (este valor ha sido estimado en función del precio neto actual). Carlos Larrea, economista de la Universidad Andina Simón Bolívar junto con un equipo nacional e internacional, han pulido este cálculo para tomar en cuenta los costos de producción, los potenciales cambios del mercado a futuro, los descuentos por transporte, etc. Se podría argumentar aquí que es posible que este valor esté subdimensionado, pero tanto Petroecuador como el Presidente de la República (un economista), han avalado el cálculo. La creación del parque y la posterior declaratoria de una extensión mayor como reserva de biósfera, han sido los mecanismos usados por grupos ambientalistas para tratar de alguna manera de proteger este tesoro natural incomparable que poseemos. Si a esto le sumamos que allí habitan Kichwas, Shuar, y Waorani, con una fracción de su población aún en estado de aislamiento voluntario, la complejidad social aumenta. Desde el punto de vista de la Biología de la Conservación, este lugar representa una mezcla tan interesante que podría ser presentada como un estudio de caso con todos los ingredientes para hacerlo único. Aquí están conjugándose los intereses nacionales por la necesidad del dinero del petróleo, las visiones de desarrollo de los consejos provinciales, municipios, parroquias y los grupos humanos que allí habitan, la pérdida acelerada de

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… Aquí están conjugándose los intereses nacionales por la necesidad del dinero del petróleo, las visiones de desarrollo de los consejos provinciales, municipios, parroquias y los grupos humanos que allí habitan, la pérdida acelerada de los conocimientos ancestrales, procesos ecológicos importantes no sólo para los organismos que allí habitan, sino para el clima local, regional y mundial. También está el potencial turístico, genético, farmacológico y desde mi punto de vista, un laboratorio natural ….

los conocimientos ancestrales, procesos ecológicos importantes no sólo para los organismos que allí habitan, sino para el clima local, regional y mundial. También está el potencial turístico, genético, farmacológico y desde mi punto de vista, un laboratorio natural cuyos textos apenas si estamos empezando a desempolvar. El parque fue declarado en 1979 y desde entonces varios han sido los intentos por parar la explotación petrolera en esta zona de la Amazonía. Ninguno ha tenido el potencial real de competir con el petróleo, hasta ahora que tenemos la propuesta del ITT. Resumir todos los aspectos en unas pocas palabras es un reto pero lo intentaré. El crudo contenido en el bloque ITT, al ser usado generaría 407 millones de toneladas métricas de CO2, uno de los principales gases invernadero. El mercado del carbono creado por las Naciones Unidas no contempla la posibilidad de vender CO2que no ha sido emitido. Tampoco existe un antecedente en el mercado paralelo. La mayoría de países del mundo han firmado acuerdos internacionales para reducir sus emisiones de gases invernadero, ya que hemos aceptado que el cambio climático actual es consecuencia de nuestras actividades cotidianas. Cada país es responsable por reducir un porcentaje de sus emisiones anualmente. Si no logra cumplir con su cuota, puede comprar bonos de los países que están haciendo un mejor trabajo. Los bonos a su vez son negociados con las industrias de cada nación que no cumplieron sus metas de reducción y así evitan ser multadas por dicho país. El mercado paralelo fue creado por organismos no gubernamentales en conjunción con la Naciones Unidas como respuesta a las fallidas medidas del protocolo de Kioto ofreciendo mecanismos más versátiles, la posibilidad de que las empresas negocien directamente y acuerdos bilaterales (más información en la página web de REDD+). La propuesta del ITT es tan original que el mecanismo no existía en ninguno de los mercados de carbono, pero abre una posibilidad que no sólo estará disponible para Ecuador, sino para muchos países tropicales cuya diversidad está amenazada por actividades como el petróleo y la minería. No existiendo una compensación al Ecuador por no explotar el crudo, hemos creado un nuevo producto de venta, CO2 no emitido, y si las cosas van como hasta ahora, existe una posibilidad real de generar más dinero con este mecanismo que con el petróleo. Uno de los argumentos de los opositores de la propuesta fue la creación del fondo fiduciario. El presidente Correa, lo utilizó para deslegitimizar a la comisión negociadora original conformada por Fander Falconí, Yolanda Kakabadse, Roque Sevilla, Francisco Carrión y Carlos Larrea. Para que la propuesta tenga un real asidero internacional era necesario que un organismo internacional neutro sea el depositario del dinero. Originalmente se le había pedido a la CAF, pero luego se logró el aval y deseo de apoyo de las Naciones Unidas.

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El compromiso de manejar este fondo es realmente grave pues implica asegurarse del cumplimiento mutuo de todas las partes involucradas. Al ser un dinero generado para beneficio de Ecuador y con el “aporte” de otros países, existía la posibilidad de que los aportantes puedan sugerir en la forma como debía ser invertido dicho dinero. Aquí es dónde entra la propuesta de Ecuador de invertir sólo los intereses del fondo en líneas “verdes”. La primera y por lógica, es aportar a la consolidación de las áreas protegidas. Excepto por Galápagos, la inversión en el manejo de las áreas protegidas es casi nulo. Yasuní no ha superado un presupuesto de 8.000 dólares anuales, llegando a la patética situación de por más de 4 años ser apenas de 1.000 dólares. La planta de guardaparques para cerca de un millón de hectáreas no ha sido mayor a 5 personas y el total del personal hasta la fecha no supera a 10. Y la situación es mucho peor para la mayoría de áreas protegidas del Ecuador continental. La segunda línea de inversión corresponde a los territorios de los pueblos indígenas. Parte de dichos territorios está dentro o alrededor de las áreas protegidas. Si ellos no tienen fuentes de financiamiento y propuestas de desarrollo sustentable, poco o nada se logrará en los esfuerzos de conservación de lugares tan excepcionales como Yasuní, Cuyabeno, los Ilinizas, Cotopaxi, Machalilla, Cayambe Coca, Chimborazo, Mache Chindul, el territorio Tzachila, Chachi, Awa, por nombrar algunos. Al sumar la superficies de las áreas protegidas y los territorios ancestrales, se llega a cubrir casi el 50% del territorio nacional. Si la propuesta del ITT canaliza este dinero para la protección de la biodiversidad de la mitad de nuestro país y de los pueblos ancestrales que dependen de ella, ¿dónde está lo ilógico de las reglas del fondo fiduciario?. El tercer campo de inversión es la conversión de nuestra matriz energética. Ya el estado ha diseñado un plan para recobrar nuestra capacidad de generar energía a partir de plantas hidroeléctricas. Irresponsablemente, varios gobiernos anteriores al actual, dejaron que el Ecuador pase de generar el 90% de su energía de manera renovable para pasar a gastarnos el petróleo en plantas termoeléctricas para generar el 50% de la energía. Proyectos como Toachi Pilatón y Coca-Codo-Cinclair servirán para recuperar esa capacidad pero no tienen financiamiento. En la propuesta consta que se gastará parte del capital para dichas inversiones pero que el estado pagará el capital y seguiremos luego usando los intereses. Esto se debe a que estos proyectos requieren de fuertes inversiones iniciales, pero su tasa de retorno es alta. La cuarta línea está ligada a las hidroeléctricas pues se trata de recuperar y proteger las cuencas hidrográficas. Según versiones de la comisión negociadora original, este

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El crudo contenido en el bloque ITT, al ser usado generaría 407 millones de toneladas métricas de CO2, uno de los principales gases invernadero. El mercado del carbono creado por las Naciones Unidas no contempla la posibilidad de vender CO2 que no ha sido emitido. Tampoco existe un antecedente en el mercado paralelo….


La aceptación a la propuesta fue posiblemente hecha con el cálculo político de que fallase para poder increpar públicamente a los países desarrollados de que son ellos los que no están dispuestos a cambiar sus modelos en favor de la humanidad ….

fue un pedido del mismo Presidente de la República. Y como ecólogo, no puedo estar en más acuerdo. Si existiese la posibilidad de enjuiciar por crímenes ambientales, aquí habrían algunos condenados. Incluso cuando aún no se requerían estudios de impacto ambiental, represas como la del Agoyán y Paute, en sus estudios de factibilidad, insistían en que paralelo a la construcción del proyecto se genere un plan de manejo de la cuenca tendiente a reducir la deforestación. Una cuenca sin árboles o la cobertura vegetal adecuada, se erosiona y por lo tanto la cantidad de sedimentos aumenta. Para que quede claro, ¿cuántos millones de dólares gastamos dragando los embalses? Si vamos a construir más proyectos de esta naturaleza, sería demasiado irresponsable no precautelar las cuencas que los alimentan.

LAS CUATRO LINEAS DE INVERSIÓN PRIORITARIAS: * la consolidación de las áreas protegidas * los territorios de los pueblos indígenas * la conversión de nuestra matriz energética * recuperar y proteger las cuencas hidrográficas Después de varios ajustes pequeños, finalmente se firmó el fideicomiso. Aquí estamos dando un salto gigantesco puesto que el dinero del petróleo solo lo tendremos mientras vendamos petróleo, pero el dinero del CO2 generará intereses por siempre. Noruega, el mayor productor de petróleo de Europa, decidió crear un fondo similar con el dinero de su crudo. Hoy en día sus habitantes gozan de una serie de beneficios que incluyen educación gratuita en todos los niveles incluyendo becas para que estudiantes universitarios viajen a cursos en otros continentes, servicio de salud gratuito, pensiones de jubilación, entre otros. ¿Qué habría sido de Ecuador si habríamos hecho lo mismo cuando iniciamos la explotación petrolera? Este recurso que ha sido declarado como de todos los ecuatorianos, no ha servido sino para hacer más pobres a los pobres y crear nuevos ricos, entre los que se cuenta una burocracia que hoy protesta porque ve que su futuro se extingue. ¿Si todo lo anterior es bueno, que podría ser lo malo? La respuesta viene de un análisis de la posición presidencial. Si el Presidente de la República ofreció darle prioridad a la propuesta, ¿por qué no es él quien la lidera? ¿Por qué permite que el representante máximo de Petroecuador y ahora ministro de Minas y Petróleos, insulte nuestro intelecto diciendo que se explotaría una T del ITT porque esto no le afecta a la propuesta? ¿Por qué no estuvo para la firma del fideicomiso? Desde mi humilde punto de vista, creo que la principal razón es política. El presidente no se imaginó que habría tanta acogida a la propuesta. El gobierno

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Alemán ofreció 50 millones de Euros anuales por 10 años. Con este fondo semilla, no sería nada difícil convencer a otros países europeos e incluso a los Estados Unidos. Algo ya se había hecho en ese sentido. La aceptación a la propuesta fue posiblemente hecha con el cálculo político de que fallase para poder increpar públicamente a los países desarrollados de que son ellos los que no están dispuestos a cambiar sus modelos en favor de la humanidad. Países pobres como el Ecuador estaríamos dispuestos a ciertos sacrificios, grandes sacrificios en aras del bien común, pero al momento de la praxis, los países desarrollados no estarían dispuestos a ejecutar su discurso. Y esto me atrevo a conjeturar en base al comportamiento que hemos tenido en nuestras relaciones internacionales. Si esto pensé cuando renunció la Comisión Negociadora, ahora estoy más seguro, pues fuimos a pedir apoyo y dinero a Irak, sabiendo de antemano que esto generaría malestar en la mayoría de potenciales países aportantes. Debemos estar claros, la propuesta del ITT no es un negocio cualquiera. Es una propuesta política y como tal debe ser manejada con mucha diplomacia, mística y visión de querer lograr algo de lo que estamos convencidos que vale la pena. Si bien es cierto que la campaña de promoción ha logrado que varios sectores ciudadanos al menos sepan de la existencia del Yasuní, el nivel de desinformación es tan grande, que la mayoría de ecuatoriano aún no entienden lo que estamos proponiendo. Al menos se ha logrado que en el conciente popular esté presente por algún tiempo la existencia del Yasuní y eso es ya bastante bueno. Es imperiosamente necesario que haya una campaña de información intensa y clara. La mayoría de la población del Yasuní no tiene ni idea de que se está proponiendo dejar el crudo bajo tierra y menos aún el mecanismo. Esto no es nuevo, pues la declaratoria del parque y la reserva, así como la explotación petrolera, han sido siempre inconsultas. Pero la realidad actual es otra. Existe una población crítica que ha comprendido que el petróleo es un negocio que crea la ilusión falsa de la opulencia, sube el costo de vida, contamina, acelera los procesos de aculturación y corrompe a todo nivel. Si se están planteando alternativas al manejo petrolero del Yasuní, la población local es la que mejor informada debe estar de cuáles son las alternativas y las consecuencias de cada una. Al hablar de tanto dinero, los líderes locales y las autoridades seccionales, automáticamente empiezan a demandar que esto sea invertido allí, pues la razón de la propuesta está allí. Esto genera temor y aquí está una falla garrafal de la propuesta: no está claro como las líneas de inversión empatarán con cada región. Desgraciadamente esto no tiene solución inmediata porque es la consecuencia de una falta total de planificación a largo plazo. La SENPLADES está trabajando en esto, pero hasta la fecha no ha convocado a un proceso participativo de información y planificación. Tampoco está actualizado un plan de manejo para el Parque Nacional Yasuní y no se

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ha fortalecido al Comité de Gestión de la Reserva de Biósfera para que puedan generar un plan para toda la zona de influencia externa al parque. Lo feo de la propuesta es que ni antes ni ahora, ésta ha sido liderada por el Ministerio del Ambiente. La ministra no es parte de la comisión negociadora, rara vez hace declaratorias en relación a la propuesta, no tienen una oficina que coordine los aspectos técnicos, ni coordina la difusión de la propuesta en la reserva. Se podría argumentar que algunas de estas tareas han recaído a un nivel más alto de decisión como son la vicepresidencia y el Ministerio Coordinador. Pero entonces, ¿por qué no aprovechar la coyuntura para promover finalmente el despegue del parque nacional Yasuní? ¿Cómo puede ser posible que el MAE, que ahora es capaz de sacar a los invasores de manglar con la Ministra rompiendo cercos en persona, no salga a defender los derechos de los pueblos en aislamiento cuando un funcionario estatal aduce que no está seguro de su existencia? Si bien es cierto que durante esta administración se ha elevado el nivel de los funcionarios a cargo de la Dirección Provincial de Orellana y el Parque Nacional Yasuní, los mecanismos operativos no han cambiado mucho. Personas jóvenes con mística de trabajo, con ganas de generar cambio, no pueden actuar si no tienen recursos económicos y humanos suficientes, si están más ocupados de producir informes, dependen de decisiones burocráticas intermedias que no son rápidas y que parecieran estar diseñadas para hacer todo más lento. No hay procesos, ni registros de la información. La propuesta del ITT le ha dado visibilidad nacional al Yasuní. Es crucial que se aproveche este fenómeno para al menos apuntalar con decisión tanto al Parque como a la Reserva. Si no logramos que la propuesta salga adelante, al menos deberíamos asegurarnos que, dentro del marco legal y constitucional vigente, el futuro del Yasuní deje de pender de un hilo. Al fin y al cabo, ¡es uno de los lugares más maravillosos del mundo! La propuesta del ITT no sólo es sobre la conservación del Yasuní. Se trata de proponer un nuevo modelo de desarrollo que, a más de salvaguardar la biodiversidad de la que podremos usufructuar de manera sustentable, nos posicione como un país responsable, una sociedad visionaria y comprometida con las presentes y futuras generaciones. Pasaremos de un pueblo inactivo y supuestamente incapaz de incidir sobre el efecto invernadero, a un país responsable, creativo, realmente comprometido con el valor de una naturaleza a la que fuimos capaces de otorgarle derechos en la Constitución.


Esteban Suárez R.

La falacia del desarrollo sustentable

Colegio de Ciencias Biológicas y Ambientales Maestría en Ecología Universidad San Francisco de Quito esuarez@usfq.edu.ec

Desde el punto de vista de la biodiversidad y el medio ambiente, la segunda mitad del siglo XX ha pasado a la historia como uno de los períodos más críticos e intensos de nuestra civilización. Por un lado, este período nos llevó a la realización brutal de los gigantescos impactos que nuestras sociedades tienen sobre los recursos naturales, la biodiversidad y el medio ambiente en general, no solamente a la escala local, sino a nivel del planeta. La extinción de centenares de especies, la destrucción casi total de muchos ambientes silvestres y la alteración global del clima son los principales síntomas de esos impactos, y su alcance y magnitud nos golpearon con la misma velocidad con la que comprendíamos que carecíamos de conocimiento y estrategias adecuadas para enfrentarlos. Al mismo tiempo, ante la comprensión de la crisis, surgía un nuevo paradigma “el desarrollo sustentable” que prometía una convivencia fácil y armoniosa entre el ser humano y el mundo silvestre, en la que la pobreza sería reducida, la naturaleza florecería y el bienestar de las sociedades se multiplicaría no solo para las generaciones presentes, sino también para las que vendrían más tarde. Este paradigma se basó fundamentalmente en la premisa de que la tecnología y el mercado, diversificados y utilizados “racionalmente”, facilitarían un crecimiento sostenido de las economías que, a su vez, permitirían reducir la pobreza sin alterar significativamente los ambientes naturales. Pero hoy, 30 años después de la inserción formal del concepto, la promesa del desarrollo sustentable parece mayormente incumplida y, en medio de una crisis ambiental más vigente que nunca, cabe preguntarnos sobre la utilidad real de este paradigma y de su uso futuro. En este ensayo presento una breve revisión acerca de la historia del concepto del desarrollo sustentable y de las falencias que, a mi parecer, lo han convertido en un paradigma mayormente inútil y casi en una amenaza para la conservación de la biodiversidad y los ambientes naturales del planeta. Hacia el final, esbozo una posible alternativa que podría remplazar en términos más prácticos, la utopía algo inútil del desarrollo sustentable.

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Breve historia del concepto del desarrollo sustentable Las raíces del concepto del desarrollo sustentable quizás pueden encontrarse en las estrategias de la industria maderera Alemana del siglo XIX en donde se propone por primera vez la idea de normar la explotación de un recurso -los bosques-, de tal manera que se permita su recuperación y, consecuentemente, su utilización por un tiempo indefinido. Este concepto, el de la utilización limitada y sostenida de un recurso, fue formalizándose en prácticas como la rotación de plantaciones forestales y de cultivos agrícolas, pero tenía una reducida aplicación en la conservación de los recursos naturales o la biodiversidad. Al mismo tiempo, durante la segunda mitad del siglo XX, el mundo se enfrentaba a una creciente crisis ambiental y a la percepción de que esta crisis estaba fatalmente ligada al crecimiento poblacional desmesurado, y a los patrones de consumo y “desarrollo” que se estaban promoviendo en el mundo. Dejando de lado los matices que existían, la coyuntura de ese momento estaba caracterizada por dos posiciones principales. Por un lado, la visión desarrollista y extractivista que justificaba la explotación agresiva de los recursos naturales y la biodiversidad como requisito para generar riqueza y reducir los niveles de pobreza en el mundo y, especialmente, en los países en desarrollo. Por otro lado, la urgencia del movimiento conservacionista por encontrar nuevas alternativas viables de conservación que se aparten del paradigma de la preservación estricta de la biodiversidad y los ecosistemas (vista como extremista), pero que al mismo tiempo permitan su persistencia indefinida. Este es el contexto general en el que, en 1987, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció la Comisión Mundial sobre Ambiente y Desarrollo (más conocida como la Brundtland Commission). Esta comisión, con el lema de “Nuestro futuro común”, declara formalmente al desarrollo sustentable como meta y lo define como el desarrollo que “satisface las necesidades presentes, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades”. La definición formal del concepto por la Comisión Brundtland desató un intenso movimiento ambiental que, por primera vez, contemplaba en el desarrollo sustentable la posibilidad de incluir a la conservación de la biodiversidad en la agenda mundial de desarrollo. Este anhelo llegó a su punto máximo en una nueva cumbre mundial organizada por la ONU, la cumbre de Río de 1992, cuyo principal producto con implicaciones reales fue la Agenda 21, que pretendía establecer una serie de principios y objetivos que aseguren un desarrollo más sustentable de los países. Entre estos principios, los tres más relevantes fueron: i) ubicar al ser humano como centro y como la principal preocupación del desarrollo sustentable; ii) reconocer la soberanía de los estados y su derecho a explotar sus recursos naturales de acuerdo a sus propias políticas ambientales y de desarrollo; y iii) establecer que

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el derecho al desarrollo debe ser perseguido de una forma que no comprometa la capacidad de las generaciones futuras para perseguir su propio desarrollo en condiciones similares. La aplicación de la Agenda 21 resultó en un fuerte flujo de recursos económicos para programas de conservación, el fortalecimiento de grandes organizaciones no gubernamentales de conservación y, principalmente, el aparecimiento de los grandes proyectos integrados de conservación y desarrollo que se multiplicaron en muchos países en desarrollo. Más allá de los variados resultados que se obtuvieron en la aplicación de los principios de la Agenda 21, los siguientes años significaron un recrudecimiento de la preocupación mundial por la extrema pobreza en el mundo, con el consiguiente cambio en el tono del discurso sobre medio ambiente y desarrollo. Así, mientras que la cumbre de Río tuvo aun un fuerte carácter ambiental, la nueva cumbre mundial del año 2000 (la cumbre del Milenio) puso énfasis casi exclusivo en la reducción de la pobreza, que no solo es vista como un objetivo en sí mismo, sino como un requisito indispensable para reducir la presión sobre la biodiversidad y los ecosistemas silvestres. Este énfasis, reflejado en los “Objetivos del Milenio” fue posteriormente reforzado en la cumbre mundial del año 2005, que los mantuvo vigentes como conceptos que deberían guiar las estrategias de desarrollo y cooperación de los países.


De esta manera, sociólogos, economistas, antropólogos, ecólogos y lingüistas, han propuesto sus propias definiciones sobre el desarrollo sustentable, al mismo tiempo que, manoseada y sobre utilizada por políticos y ambientalistas, la noción se iba convirtiendo en cliché y en muletilla para adornar discursos y promocionar imágenes corporativas.

A pesar de su rápida difusión en los foros internacionales, la noción del desarrollo sustentable jamás fue incorporada en las agendas nacionales o internacionales de desarrollo en alguna manera que no fuera puramente retórica. Más aun, ante la ausencia de definiciones claras y de mecanismos para traducir la idea de la sustentabilidad en acciones concretas, la discusión sobre el desarrollo sustentable se ha estancado en una búsqueda interminable de definiciones, cada cual marcada más intensamente por el sesgo de la disciplina que la propone (Fergus y Rowney 2005). De esta manera, sociólogos, economistas, antropólogos, ecólogos y lingüistas han propuesto sus propias definiciones sobre el desarrollo sustentable (Cernea 1993, Aarts y Nienhuis 1999, Dasgupta 2010), al mismo tiempo que, manoseada y sobre-utilizada por políticos y ambientalistas, la noción se iba convirtiendo en cliché y en muletilla para adornar discursos y promocionar imágenes corporativas. Pero más allá de la falta de definiciones claras, el principal problema del concepto de desarrollo sustentable es que ha sido fundamentalmente inefectivo en términos de reducir la presión y los impactos del desarrollo sobre la biodiversidad. A pesar de haberse convertido en el paradigma predominante en la gran mayoría de los proyectos de conservación y en el discurso preferido de políticos, empresarios y gestores de recursos naturales, el desarrollo sustentable hoy parece un intento fallido. Por ejemplo, evidenciando nuestro rotundo fracaso en términos de conservar la biodiversidad bajo el paradigma de la sustentabilidad, uno de los últimos informes de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) califica como “en peligro de extinción” a un mínimo de 16.928 especies (Vié et al. 2009), que representan un tercio de las casi 50 mil especies que fueron incluidas en el análisis. Si consideramos que este reporte solo evaluó a un 2,7% del total de 1,8 millones que han sido científicamente descritas, es fácil concluir que la cantidad de especies en peligro de extinción se cuenta en centenas de miles. Más aun, si extrapolamos estas figuras al total de especies que aun no han sido descubiertas, o que no han sido descritas por la ciencia, esta crisis de biodiversidad asume magnitudes catastróficas. Otro ejemplo, incluso más preocupante por venir directamente de la ONU, es el más reciente análisis presentado por la Convención sobre Diversidad Biológica (CBD). Habiendo suscrito esta convención, los países signatarios acordaron una serie de metas de conservación de la biodiversidad, reducción de amenazas, integridad ecosistémica, y desarrollo sustentable que debían cumplirse hasta este año (2010). De los 15 indicadores que se acordaron para evaluar el cumplimiento de esas metas, solamente dos mostraron avances positivos, relacionados con la cantidad de apoyo oficial a la CBD, y a la cobertura de áreas protegidas (CDB 2010). De los indicadores restantes, nueve mostraron claras tendencias negativas o retrocesos, tres

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no exhibieron tendencias concluyentes, y uno no pudo ser evaluado. A pesar de la intensificación de los esfuerzos de conservación y del incremento en la disponibilidad de fondos –el informe concluye- “no se puede afirmar que se haya logrado en el plano mundial ninguna de las 21 submetas incluidas en la meta general de lograr, para el año 2010, una reducción significativa del ritmo de pérdida de la biodiversidad”(CDB 2010). Ante este panorama, cabe preguntarse ¿cuáles son los factores que siguen impidiendo que logremos la conservación de la biodiversidad bajo el paradigma del desarrollo sustentable?. A mi parecer, las razones para el fracaso del desarrollo sustentable están inmersas en la naturaleza misma del concepto. A pesar de los matices que caracterizan a las diferentes definiciones del desarrollo sustentable, todas ellas comparten tres características que han limitado su utilidad como estrategia para lograr la conservación de la biodiversidad. En primer lugar, todas estas definiciones son marcadamente antropocéntricas y reconocen a la vida silvestre y los ecosistemas naturales solamente como recursos indispensables para el desarrollo (ver también Dawe y Ryan 2003). Esta visión instrumentalista de la naturaleza trae implícita la idea de que las especies y los ecosistemas silvestres tienen valor o sentido de existir solamente en términos de su utilidad para los seres humanos. Por otro lado, el concepto de desarrollo sustentable ha estado permanentemente marcado por la suposición no probada de que la conservación de la naturaleza (que es una condición deseable), es una consecuencia inescapable del desarrollo económico (que es una prioridad), si este es cuidadosamente planeado. Así, desde su misma concepción, el desarrollo sustentable ha sido una continuación de visiones arcaicas en las que el ser humano es el “centro de la creación” y las demás especies justifican su existencia solo a partir de su valor o utilidad para la especie humana. La tercera falencia del concepto del desarrollo sustentable merece una sección aparte y se refiere a la ausencia de una definición explícita acerca de los límites que deberían existir para el crecimiento de nuestras sociedades y las demandas que imponemos sobre el medio ambiente (ver también Pelletier 2010). En la base de esta falencia se encuentra la suposición infundada de que existe alguna fórmula de desarrollo casi mágica que permitirá que nuestras sociedades sigan creciendo y consumiendo de acuerdo a los modelos prevalentes, sin menoscabar significativamente la biodiversidad y los ambientes naturales. Esta falacia ignora el hecho de que, incluso si tal fórmula existiera, incluso si encontráramos una forma mágica en que nuestros patrones de desarrollo y consumo no erosionen la biodiversidad y el medio ambiente, sería solo cuestión de tiempo hasta que el crecimiento poblacional nos obligue a acorralar o extirpar a todas las especies y los ecosistemas silvestres. No importa que tan efectivas sean las

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… la IUCN califica como “en peligro de extinción” a un mínimo de 16.928 especies, que representan un tercio de las casi 50 mil especies que fueron incluidas en el análisis. Si consideramos que este reporte solo evaluó a un 2,7% del total de 1,8 millones que han sido científicamente descritas, es fácil concluir que la cantidad de especies en peligro de extinción se cuenta en centenas de miles.

… –el informe concluye- “no se puede afirmar que se haya logrado en el plano mundial ninguna de las 21 submetas incluidas en la meta general de lograr, para el año 2010, una reducción significativa del ritmo de pérdida de la biodiversidad”.


… si el interés de nuestras sociedades en la biodiversidad es real, necesitamos nuevos mecanismos que aseguren su persistencia. Una posible guía para desarrollar esos mecanismos podría encontrarse en la aplicación de dos conceptos ecológicos simples: la integridad ecológica y la salud ecosistémica.

estrategias de conservación y desarrollo porque el espacio y los recursos del planeta son finitos y, bajo el paradigma imperante del desarrollo económico sin límites, más tarde o más temprano chocaremos contra las barreras muy reales de la falta de espacio y la escasez de recursos. Aunque imaginarse este escenario a nivel global aun suena improbable, países pequeños como el Ecuador seguramente lo vivirán en muy pocos años. Basta imaginarse lo que pasará en la Amazonía ecuatoriana, cuando áreas como el Parque Nacional Yasuní, nuestro último gran reducto del bosque tropical amazónico, se conviertan en islas de bosque rodeadas de poblaciones en expansión, llenas de gente con necesidades reales y persiguiendo modelos de desarrollo basados en el consumo ilimitado. Cuando lleguemos a ese estado, cada casa, hospital, o carretera nueva, cada necesidad de expansión o desarrollo que nuestras sociedades tengan, sin importar lo “verdes” o sustentables que sean, vendrán al costo inevitable del limitado espacio remanente que estamos dejando para la biodiversidad y los ambientes silvestres.

LAS RAZONES PARA EL FRACASO DEL DESARROLLO SUSTENTABLE • todas estas definiciones son marcadamente antropocéntricas y reconocen a la vida silvestre y los ecosistemas naturales solamente como recursos indispensables para el desarrollo • el concepto de desarrollo sustentable ha estado permanentemente marcado por la suposición no probada de que la conservación de la naturaleza (que es una condición deseable), es una consecuencia inescapable del desarrollo económico (que es una prioridad), si este es cuidadosamente planeado

La destrucción de los tabúes religiosos, la educación integral, y la eliminación de patrones culturales que incentivan la formación de familias numerosas, son algunos de los pasos urgentes que nos permitirían estabilizar la población humana. Pero, al mismo tiempo, necesitamos discutir los patrones de consumo o “desarrollo” que se deberían promover en la sociedad.

• la ausencia de una definición explícita acerca de los límites que deberían existir para el crecimiento de nuestras sociedades y las demandas que imponemos sobre el medio ambiente

Una visión alternativa al desarrollo sustentable En la medida en que el desarrollo sustentable implique una definición del desarrollo basada en el crecimiento económico y el consumo, las perspectivas de este concepto para garantizar la conservación de la biodiversidad son nulas. De hecho, cualquier paradigma de desarrollo que no incorpore explícitamente la noción de límites a nuestro crecimiento en términos de consumo y población, agra-

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vará inevitablemente la crisis de biodiversidad y medio ambiente que ya vivimos. En este contexto, si el interés de nuestras sociedades en la biodiversidad es real, necesitamos nuevos mecanismos que aseguren su persistencia. Una posible guía para desarrollar esos mecanismos podría encontrarse en la aplicación de dos conceptos ecológicos simples: la integridad ecológica y la salud ecosistémica. Para efectos de esta discusión, definimos a la integridad ecológica como el conjunto de poblaciones de especies nativas en su abundancia y variedad históricas, que interactúan en comunidades bióticas naturalmente establecidas (Callicott y Mumford 1997, Callicott et al. 1999). Desde el enfoque de la integridad ecológica, la identidad de las especies que habitan un ecosistema es de especial importancia porque cada una representa una única solución evolutiva al problema de la supervivencia, independientemente de su potencial importancia para el ser humano, o de su rol en términos de contribuir a las funciones ecosistémicas que valora la sociedad. La salud ecosistémica, por su parte, se define como la capacidad de un ecosistema para mantener procesos ecosistémicos regulares, de manera que sigan prestando servicios ambientales trascendentales para la sociedad como la polinización de cultivos, el control de inundaciones, la regulación hidrológica, o la estabilización de suelos (Callicott y Mumford 1997, Callicott et al. 1999). En el contexto de la salud ecosistémica, la identidad de las especies, y la estructura y diversidad de las comunidades bióticas es irrelevante, en la medida que el ecosistema conserve su capacidad para proveer los servicios ambientales por los que se lo valora (Suárez 2009).

DEFINICIONES CLAVES • la integridad ecológica es el conjunto de poblaciones de especies nativas en su abundancia y variedad históricas, que interactúan en comunidades bióticas naturalmente establecidas • La salud ecosistémica es la capacidad de un ecosistema para mantener procesos ecosistémicos regulares, de manera que sigan prestando servicios ambientales trascendentales para la sociedad como la polinización de cultivos, el control de inundaciones, la regulación hidrológica, o la estabilización de suelos

Mi planteamiento parte de la evidencia de que estos dos atributos ecológicos no siempre pueden ser alcanzados en una misma área. Así, mientras que un área natural bien conservada mantiene tanto su integridad ecológica como su salud ecosistémica, un área moderadamente alterada perderá su integridad, pero quizás podría mantener aun su

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salud ecosistémica. En el extremo de esa gradiente, se encuentran las áreas altamente degradadas en las que ambas cualidades se extinguen, con el consiguiente agravamiento de la crisis de biodiversidad y el aparecimiento de conflictos sociales generados por la escasez de recursos. En este contexto, una posible alternativa de manejo, que no depende de la suposición infundada de que el desarrollo económico ilimitado y la conservación son posibles al mismo tiempo y en el mismo espacio, es la segregación espacial de diferentes objetivos de manejo. De esta manera, áreas ecológicamente importantes en donde el objetivo primordial sea el mantenimiento de la integridad ecológica, deberían ser efectivamente protegidas mediante una exclusión estricta de toda actividad extractivista. Por el contrario, en áreas mediana o altamente modificadas y en las que la ocupación humana ya es intensa, el manejo debería centrarse solamente en el mantenimiento o restauración de la salud ecosistémica. Es estos casos, las consideraciones sobre la biodiversidad deberían pasar a un segundo plano y el manejo debería concentrarse en un ordenamiento territorial y uso del suelo que sean compatibles con la preservación de determinados servicios ambientales. Así, el manejo de los paisajes podría estar dictado por esquemas de zonificación que designen explícitamente los objetivos de manejo (integridad o salud ecosistémica) para cada elemento del paisaje, de acuerdo a sus características socio-ambientales y a la vocación que los usuarios designen para cada área. Aunque mecanismos similares de zonificación existen en todas las formas imaginables, aquí sugiero que la utilización de los conceptos de integridad y salud ecosistémica podrían ayudar a transparentar el manejo, especialmente por la necesidad de definir explícitamente el objetivo que se persigue en cada unidad del paisaje y por la eliminación de la suposición de que ambos objetivos siempre pueden ser alcanzados en una misma área. Pero este ensayo estaría incompleto sin una última mención a la cuestión de los límites al crecimiento. Sin importar que tan eficientes sean las estrategias de manejo que implementemos de ahora en adelante, es indispensable que nuestras sociedades inicien un debate serio sobre los mecanismos que detengan el crecimiento y estabilicen la población mundial en niveles que permitan una existencia digna para la gente, y garanticen espacio suficiente para los ecosistemas naturales. La destrucción de los tabúes religiosos, la educación integral, y la eliminación de patrones culturales que incentivan la formación de familias numerosas, son algunos de los pasos urgentes que nos permitirían estabilizar la población humana. Pero, al mismo tiempo, necesitamos discutir los patrones de consumo o “desarrollo” que se deberían promover en la sociedad. Si el ideal que perseguimos es que toda la humanidad goce un ni-


vel de vida como el que actualmente viven las sociedades del primer mundo, entonces el tamaño poblacional que podrá sustentar la tierra será necesariamente menor. En este sentido, las instituciones educativas y los foros académicos deberían promover discusiones sobre estrategias reales que nos permitan estabilizar la población mediante mecanismos dignos y humanos, al mismo tiempo que promuevan una distribución más equitativa de los recursos y, especialmente, de las oportunidades.

más en el planeta y no como tiranos de la naturaleza, arrogantes y convencidos de que todos el resto de los millones de especies en el mundo están allí solamente para permitirnos cubrir nuestras necesidades. Si no lo logramos, es fácil imaginarse que muy pronto estos hermosos bosques estarán también acosados por gente como nosotros, en busca de un poco más de espacio, un poco más de alimento, o quizás solamente un poco más de recursos para seguir subsidiando el desarrollo.

Conclusión Más allá de esta crítica sobre el desarrollo sustentable, es importante reconocer que este concepto al menos ha servido para posicionar el tema ambiental en sectores mucho más amplios de la sociedad, y ha promovido una discusión extensa sobre las perspectivas de conservación de la biodiversidad en el contexto de los patrones de desarrollo que predominan en el mundo. Además, se debe destacar que el fracaso de este paradigma no tiene nada que ver con ideologías políticas, como lo evidencia el extenso deterioro ambiental y ecológico que se observa en países gobernados por la más contrastante gama de sistemas políticos. Independientemente de las ideologías, la razón fundamental para este fracaso está en nuestra incapacidad para reconocernos como parte integral de la naturaleza y definir límites a nuestro crecimiento que nos permitan seguir compartiendo el mundo con los millones de especies que llegaron mucho antes que nosotros. Un nuevo humanismo es lo que necesitamos… Uno que nos devuelva el respeto por el mundo natural y nos ayude a utilizar nuestra conciencia para buscar equidad y justicia no solo dentro de nuestras sociedades, sino también en nuestra relación con la naturaleza. Termino este ensayo una tarde de septiembre, sentado en el muelle de la Estación de Biodiversidad Tiputini, con la imponente selva del Parque Nacional Yasuní llenándome la vista y el río Tiputini reflejando nubes extravagantes, encendidas con los últimos colores del día. Es difícil describirlo, pero el atardecer en la selva tiene una calma profunda y extraña. Una calma que sella el final del calor denso del día y de la actividad frenética de los monos, las loras y los guacamayos. Una calma que al mismo tiempo se va convirtiendo en el caos del canto de miles de ranas, cigarras y grillos que se intensifica en la noche pero que realmente nunca se detiene. Y entonces, extasiado y feliz por tanta belleza y sintiéndome el más infantil de los ecologistas, me acuerdo de que debo terminar mi ensayo. ¡Ojalá que me equivoque! ¡Ojalá que todo lo que escribí estuviera errado y que el desarrollo sustentable sea posible después de todo! Y si no lo es, ojalá que encontremos pronto nuevas alternativas para un desarrollo que nos reconozcan como una especie

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Referencias Aarts, B. G. W., y P. H. Nienhuis. 1999. Ecological sustainability and biodiversity. International Journal of Sustainable Development and World Ecology 6:89-102. Callicott, J. B., L. B. Crowder, y K. Mumford. 1999. Current normative concepts in conservation. Conservation Biology 13:22-35. Callicott, J. B., y K. Mumford. 1997. Ecological sustainability as a Conservation concept. Conservation Biology 11:32-40. CDB. 2010. Perspectiva Mundial sobre la Diversidad Biológica 3. Secretaría del Convenio sobre la Diversidad Biológica, Montreal. Cernea, M. M. 1993. The sociologist´s approach to sustainable development. Finance and Development December 1993:11-13. Dasgupta, P. 2010. Nature’s role in sustaining economic development. Philosophical Transactions of the Royal Society of London (Biology) 365:5-11. Dawe, N. K., y K. L. Ryan. 2003. The Faulty Three-Legged-Stool Model of Sustainable Development. Conservation Biology 17:1458-1460. Fergus, A. H. T. y J. I. A. Rowney. 2005. Sustainable Development: Lost meaning and opportunity. Journal of Business Ethics 60:17-27. Pelletier, N. 2010. Of laws and limits: An ecological economic perspective on redressing the failure of contemporary global environmental governance. Global Environmental Change 20:220-228. Suárez, E. 2009. Integridad ecológica o salud ecosistémica: reflexiones sobre enfoques de conservación en ecosistemas de páramo. Pages 39-51 Gente y Ambiente de Páramo: Realidades y Perspectivas en el Ecuador. EcoCiencia - Abya-Yala, Quito. Vié, J. C., C. Hilton, y S. N. Stuart. 2009. Wildlife in a Changing World: An Analysis of the 2008 IUCN Red List of Threatened Species. IUCN, Gland.

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Kelly Swing

Colegio de Ciencias Biológicas y Ambientales / Universidad San Francisco de Quito Director Fundador, Estación de Biodiversidad Tiputini kswing@usfq.edu.ec

¿Estamos acabando con los tiburones?

…. una de cada 13 personas en el mundo tiene fuertes conexiones con el recurso pesquero. La proporción en Ecuador es semejante.

Los tiburones han experimentado un aumento en la presión de la pesca durante las últimas décadas como consecuencia de la globalización de mercados. Hace 20 años, Ecuador no explotaba este recurso pero ahora el gobierno estima una cosecha que se acerca a un cuarto de millón de animales anuales. Algunos conservacionistas sugieren que el número es mucho mayor y afirman que la situación no es sostenible. Mientras la controversia sigue sobre la definición de lo que es la pesca “incidental” y por ende legal, se requiere más atención a las condiciones actuales del recurso con visión hacia su futuro. 110


Introducción Considerando que una proporción grande de los humanos piensan que los tiburones son unos monstruos malévolos (por las imágenes que se ven en las películas como “Tiburón” y por algunos “documentales” en el “Discovery Channel” o “Animal Planet”), existe la idea que deberíamos matarlos antes que nos coman a nosotros. Por lo tanto hay poca compasión por estos peces (Gilbert et al. 1995). Pero los tiburones tienen papeles importantes en los ecosistemas marinos, y estamos obligados a reconocer esta situación tarde o temprano; pues ya estamos impactándolos hasta el punto de provocar cambios negativos que afectan la productividad del océano entero (Moyle y Cech 2004, Ward y Myers 2005, Myers et al. 2007).

… hemos dejado de depender de la naturaleza terrestre hace miles de años cuando empezamos a manejar algunas especies bien escogidas en cautiverio para proveer la carne tan codiciada. ¿Por qué no somos capaces de reconocer esta verdad y aplicarla para estas especies marinas?. ¿Dado este contexto, por qué manejamos este recurso como si fuera ilimitado?.

Desde nuestros orígenes, hemos consumido pescados y mariscos según su disponibilidad. En la historia más reciente, con un aumento en la población humana ya acercándose a los 7 mil millones, y nuestras necesidades de alimento, hemos llegado a depender de los recursos marinos más y más (Nybakken 2001). Hay 35 millones de pescadores en el mundo y 170 millones de trabajos dependen directa o indirectamente de la pesca, implicando que financieramente, unas 520 millones de personas están vinculadas a esta actividad. Esto quiere decir que una de cada 13 personas en el mundo tiene fuertes conexiones con este recurso (página web, Smith citando datos del Green Economy Report, UNEP). La proporción en Ecuador es semejante. En este momento, cosechamos más de 100 millones de toneladas de pescado desde los mares y ríos cada año (página web, ONU/FAO). Aunque los tiburones representan una porción relativamente pequeña de esta cantidad, el presente nivel de cosecha no es sostenible (página web, Pew Trusts). Desde la Segunda Guerra Mundial, la pesca en general ha crecido con una tasa especialmente alta. Aunque el volumen total de pescados capturados es mayor que nunca, las poblaciones de muchas especies explotadas han colapsado o desaparecido, y hemos pasado a explotar otras. Durante las décadas desde los 1940 hasta los 1980, era común pensar que el océano podría proveer toda la proteína animal que se necesite en el mundo entero para siempre (Hardin 1968). Empezando en los años 1990, se hizo muy evidente que los recursos marinos no son infinitos. En la última década, la ONU ha declarado que la mayoría de las especies cosechadas a nivel industrial-comercial demuestra indicios de sobre-explotación en alguna parte de su distribución. Más allá de unos grupos pequeños de indígenas (muchas veces llamados culturas primitivas), la raza humana hoy en día, no cosecha una proporción sustancial de sus alimentos de la naturaleza. Esto es aún más verídico en el caso de lo que consumimos en la forma de productos animales. La gran excepción son los pescados. La cosecha de los tiburones es ecológicamente equivalente a la cosecha de animales como los jaguares, los leones o los tigres en tie-

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Ilustración histórica de delfines


rra. Sabemos muy bien que estos animales no aguantan ninguna cosecha sostenida y que son fácilmente extinguidos. Por eso, hemos dejado de depender de la naturaleza terrestre hace miles de años cuando empezamos a manejar algunas especies bien escogidas en cautiverio para proveer la carne tan codiciada. ¿Por qué no somos capaces de reconocer esta verdad y aplicarla para estas especies marinas?. ¿Dado este contexto, por qué manejamos este recurso como si fuera ilimitado?. Durante la mayor parte de nuestra historia, los tiburones en particular no han sido una parte importante de nuestras vidas. Originalmente, no fuimos en busca de ellos y la mayoría de especies no ocupan las aguas de poca profundidad que frecuentábamos. Con los avances tempranos en la tecnología (canoas, veleros.), nuestros ancestros iban más lejos de los continentes y habían más encuentros. El hombre capturaba unos individuos de vez en cuando y los tiburones se comieron también algún humano de vez en cuando. Hasta hace poco, nunca dirigimos la pesca hacia estos animales. Ciertamente su carne puede llenar un estómago hambriento pero no es especialmente apetitosa, y siempre habían otras opciones. Algunas culturas usaban la piel de tiburón secada como lija pero siempre existían alternativas. Simplemente no hubo mucha presión sobre las poblaciones de estos animales por parte de los humanos. Una pequeña excepción se halla entre algunas antiguas culturas asiáticas entre las cuales se consume una sopa basada en las aletas de tiburón secadas. Tradicionalmente, esta sopa era disponible solamente para los nobles en ocasiones especiales. Como habían poquísimos consumidores y la materia prima podía guardarse durante meses, era fácil satisfacer la demanda sin aplicar mucha presión a las poblaciones naturales. Simplemente, el mercado para este extravagante producto era mínimo. En el mundo moderno, con los cambios en la economía global, una proporción más grande de estas sociedades ya puede costear este lujo. Actualmente la sopa de aleta de tiburón puede costar hasta más de $100 por plato pero es común en China ofrecerla a todos los invitados en las bodas como un símbolo de poder y prosperidad. El mercado ha crecido enormemente y por lo tanto, la demanda empuja una cosecha cada día más exagerada, dando fuertes incentivos para la captura de cualquier miembro de la clase Chondrichthyes en cualquier parte del mundo (página web, MAGAP). Todos los condrictios tienen, en sus aletas, cartílago en una forma utilizable para la preparación de esta sopa tradicional. Aunque hay preferencias, para satisfacer la creciente demanda, todos los condrictios (tiburones y sus parientes incluyendo los peces martillo, peces guitarra, peces zorro, angelotes, mantas, rayas.) han llegado a ser parte de esta misma cosecha. La inclusión de un extracto de las aletas de tiburón en esta sopa no es para dar sabor sino más bien textura. Esta sopa es ligeramente gelatinosa, un efecto que se puede lograr con otros ingredientes como la maicena,

pero el atractivo se basa en la conexión con lo exótico y misterioso de estos animales feroces y no se aceptan sustitutos a pesar que el nivel actual de pesca no sea sostenible. La demanda para la carne de tiburón nunca fue especialmente importante porque se la considera de pobre calidad y en general, esta situación sigue igual. El valor por kilogramo en cualquier parte del mundo es relativamente bajo, característica que la hace alcanzable/codiciada por los pobres que viven cerca a los puertos pesqueros. Una porción se vende disfrazada con otros nombres a los consumidores que no saben distinguirla, y una porción es consumida por curiosidad o por supuestos valores medicinales o hasta mágicos.

Contexto biológico/ecológico Los tiburones, más o menos 350 especies (Helfman et al. 1997) en los mares del globo, son los representantes vivientes de un linaje mucho más antiguo que los dinosaurios. Evolutivamente, ya era un grupo exitoso hace 250 millones de años. Según los fósiles, las especies que nadan en los océanos de hoy son casi iguales a aquellas de hace eones (Moyle y Cech 2004). Su longevidad sin cambios notables confirma un diseño eficaz y funcionalmente pulido ante los retos naturales desde temprano en su historia. Casi todos los tiburones son depredadores pero las varias especies tienen modificaciones en su anatomía y comportamiento para poder explotar distintos tipos de recursos. Algunos de los más familiares pasan nadando en las aguas abiertas en búsqueda de cardúmenes de peces mientras otros, camuflados y sentados en el fondo, esperan el acercamiento de algún crustáceo. Algunos de los más grandes patrullan en los alrededores de las colonias de focas y unos pequeños husmean en el fondo para comer los invertebrados escondidos allí. Las pocas especies que no son predadores, algunas de las más grandes, comen plancton. Ninguna especie evolucionó para comer humanos; asomamos muy tarde en la historia del planeta para estar en el menú de alimentos preferidos por los tiburones. A pesar de tener acceso a millones de bañistas cada día, el número de ataques reportados/documentados en el mundo cada año suma apenas unas docenas (página web, International Shark Attack File). Los recursos disponibles para los organismos que ocupan la cúspide de las cadenas alimenticias siempre son limitados (Nybakken 2001). Por lo tanto, las densidades poblacionales de estos predadores son relativamente bajas. Una lección básica de la ciencia de la ecología nos indica que el ser depredador significa no tener muchos depredadores. Como no desaparecen muchos individuos en un ecosistema equilibrado, no existe la necesidad de reponerlos. Por

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haber evolucionado en un escenario así, la mayoría de especies tienen poca capacidad de reproducción y poca capacidad de sostener sus poblaciones ante un aumento de pérdidas por la pesca. Entre las especies de tamaños medianos o grandes, lo más típico es la producción de solo 2 crías por camada cada 2 años. Ciertamente hay excepciones; unas pocas especies paren docenas de crías a la vez (Dando et al. 1996). La mayoría de especies toman entre 6 y 18 años para alcanzar su madurez sexual, la capacidad de reproducirse (Helfman et al. 1997). Se sabe que algunas viven más de 100 años (página web, Pew Trusts). Los tiburones nunca eran tan abundantes en los mares como los otros peces. En la práctica, estos detalles significan que ellos no son capaces de aguantar mucha cosecha.

Los datos sobre la pesca de tiburones A nivel mundial, la captura total de tiburones por año se estima entre 73 y 100 millones de individuos (páginas web, Pew Trusts, Sea Shepherd) pero muchos expertos piensan que tales números no son confiables, debido a los sesgos en la colección de datos provocados por el mercado negro de aletas en algunas regiones. Según algunos estudios, las poblaciones de tiburones han sido diezmadas en los últimos 30 años; algunas especies demuestran decrementos poblacionales de entre 70% y 98% desde sus niveles anteriores (página web, Sea Shepherd, Hopkin 2004). De todas las 591 especies de condrictios evaluadas, el 21% se incluyen en la categoría de amenazadas, 18% son casi amenazadas y 35% caen en la categoría limbo de “datos insuficientes” (páginas web, IUCN, MAGAP, Pew Trusts, Sea Shepherd). Esto quiere decir que ya reconocemos que cuatro de cada diez especies están en problemas. Encima de esto, no conocemos la situación para más de la tercera parte de estos animales aunque seguimos viéndolos como un recurso “renovable”. ¿Cómo podemos pretender manejarlos si ni tenemos datos sobre sus poblaciones históricas o actuales?.

Evolutivamente, los tiburones ya eran un grupo exitoso hace 250 millones de años. Según los fósiles, las especies que nadan en los océanos de hoy son casi iguales a aquellas de hace eones. Su longevidad sin cambios notables confirma un diseño eficaz y funcionalmente pulido ante los retos naturales desde temprano en su historia … Por haber evolucionado en un escenario así, tienen poca capacidad de reproducción y poca capacidad de sostener sus poblaciones ante un aumento de pérdidas por la pesca.

El rescate de docenas de cadáveres desde el mar hasta 9 días después del accidente del vuelo 447 de Air France en junio del 2009 en el Atlántico tropical indica que las poblaciones de tiburones son diminutas comparado a las condiciones del pasado, especialmente cuando citamos las historias de los náufragos de la Segunda Guerra Mundial. Hace unos meses, Ecuador estaba celebrando el hecho de que su sistema de colección de datos vinculados con la captura de tiburones, según el biólogo estadounidense Dr. Todd Capson, es el mejor en la región y que éste debería servir como un modelo para los países vecinos. La verdad, Ecuador es el único país en la región con datos sobre la cosecha de tiburones que son sustanciales.

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Ilustración histórica de ballena


Desde septiembre del año 2007, se colectan estos datos en los puertos pesqueros artesanales del país, 8 sitios principales (Manta, Santa Rosa, Esmeraldas, Pedernales, Puerto López, Puerto Bolívar, Anconcito y Bahía de Caráquez en orden de importancia) que se reportan con acceso libre en la página web de la Subsecretaria de Pesca, dependencia del Ministerio de Agricultura. Según el representante de los comerciantes de aletas de tiburón, Jorge Chiriboga (El Comercio 25 agosto 2007), la cosecha para el año 2007 era de 140000 individuos. Como el programa para colectar datos recién empezó después de la mitad del año, el Ministerio no obtuvo datos para todo el año 2007 pero extrapolando desde los cuatro meses incluidos se puede estimar el número en 125000 para comparar a groso modo. No se incluyen números para Galápagos para ningún año pero de vez en cuando se reportan incautaciones (El Universo 25 de abril 2010) en el archipiélago. Para la colección de datos, habían 8 inspectores del Ministerio hasta 2006; en el 2008, el número aumentó a 30 (El Comercio 3 febrero 2008). Jimmy Martínez, Director Nacional de Pesca, señala que son 163 caletas de pescadores en total en el país, pero los inspectores están posicionados en aquellas con mayor flujo de tiburones y acopio de aletas. Para el año 2009, el número total de tiburones oficialmente comercializados era aproximadamente 229000 animales; Manta registró 185000 individuos mientras los otros puertos en combinación registraron unos 44000. El website de MAGAP indica que el 75% de los tiburones capturados pertenece a solo 3 especies. ¿Este aumento desde 140000 en 2007 hasta 229000 tiburones registrados en 2009 representa un indicio del crecimiento de una pesca dirigida como respuesta al cambio en estrategias de reglamentación después del decreto del 30 de julio 2007? Parece que la eliminación de la prohibición a la comercialización de estos animales ha dado mucha apertura para la pesca de ellos. ¿O es qué simplemente ya podemos cosechar datos más confiables después de haber eliminado al mercado negro? La explicación, muy probablemente, debería incluir las dos posibilidades. El gobierno no tiene datos que demuestran la situación antes del aumento en la demanda mundial para las aletas de tiburón. El pulso de incremento en la pesca del tiburón ocurrió mucho antes de la toma de datos en Ecuador. Esto significa que no es posible hacer una comparación directa “antes - después”. En general, se cree que el incentivo del mercado ha provocado una tasa de crecimiento significativa en la captura de tiburones pero la falta de datos a nivel mundial complica nuestro entendimiento del proceso. Sin duda, la pesca de tiburones en Ecuador ha crecido comparada a lo que era hace veinte años. Los pueblos con pesca artesanal en ese entonces típicamente tenían un solo día de mercado a la semana; hoy el mercado es todos los días. Aunque el número de pescadores activos no es igual todos

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los días de la semana, esta situación significa un aumento en la pesca en general, incluyendo la cantidad de tiburones que caen incidentalmente. Puede que la cantidad de pescados (incluyendo tiburones) que lleguen al mercado por semana no sea 7 veces más de lo que era antes, pero el total por semana tiene que representar, por lo menos, alguna multiplicación de la cantidad - base por día. La población humana local, como en todo el mundo, crece. Hoy en día, hay más pescadores, más demanda para sus productos (dentro y fuera del país), más flujo de caja y más presión sobre los recursos. Los pescadores tienen que ir más lejos para capturar suficiente mercancía para costear sus operaciones, se agotan algunas especies y, para mantener los ingresos, van por especies que antes tenían poco valor o ninguno – es el caso de los tiburones y, más recientemente, de las manta rayas. La falta de alternativas empuja al pescador a comercializar todo lo que caiga de la especie que sea, con un verdadero riesgo de comprometer la pesca en el futuro. Si lo capturado no es consumido por humanos, se lo vende por unos centavos la libra a las fábricas de harina de pescado para hacer balanceado animal. Según mis datos del mercado de Puerto López, empezando con observaciones en el año 1992, algunos cambios son notables. Sin duda los datos que yo he podido colectar durante estos años son limitados por la cantidad de días que yo he pasado en el mercado. Por lo tanto, no hay cómo hacer comparaciones a nivel de estadísticas pero unas tendencias son aparentes. No puedo extrapolar directamente a todos los mercados del país pero es probable que haya similitudes en la historia de varios sitios y seguramente, deberíamos acceder más frecuentemente a la sabiduría de los pescadores veteranos para algo de perspectiva histórica. Nuestras entrevistas con gente que trabaja en las pesquerías artesanales confirman que, comparado a los tiempos pasados, hay incrementos en la pesca y en las capturas de todo, no solamente los tiburones. De mis experiencias personales principalmente en Puerto López, un mercado de tamaño mediano, hay una media docena de especies que asoman con regularidad y otra media docena que asoman esporádicamente. Además, hay cambios importantes en la composición de las especies que asoman entre las capturas. Anteriormente, algunas especies representaban una mayor proporción de las capturas. Hace 10 años, algunas especies del género Carcharhinus (especialmente C. limbatus y C. falciformis) asomaban comúnmente. En los últimos 5 años, casi no se ven. La única interpretación es que, a nivel local por lo menos, hemos extirpado estas especies mientras dos especies de Mustelus (M. henlei y M. lunulatus), sin competencia por parte de estas especies más grandes, han aumentado sus números en el ecosistema y entre las capturas. El número de ejemplares del género Alopias, los tiburones zorro (A. pelagicus y A. superciliosus), han fluctuado drásticamente con

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un declive en general. El tamaño promedio de estos peces entre mis datos ha ido desde 305cm a 210cm. Los peces martillo, género Sphyrna, siguen asomando regularmente pero cada vez con menos individuos que exceden 130cm. Estos últimos géneros son particularmente vulnerables por ser gregarios; en general, caen en grupos enteros. A nivel mundial, los “cachudos” como se llaman localmente, son parte de la lista de especies amenazadas o en peligro de extinción (páginas web, UICN, Pew Trusts). El angelote (Squatina) ha pasado por épocas de extrema abundancia y escasez en los mercados. La explicación puede ser difícil en un caso así; lo más probable es que el esfuerzo de pesca dirigido hacia ciertos hábitats y las distribuciones de esta especie se cambian estacionalmente. Los tintos (Isurus oxyrhinchus) siempre han sido raros, igual a los tiburones tigre (Galeocerdo cuvieri); los pocos tiburones tigre que asoman en el mercado suelen ser juveniles o neonatos. Para todas las especies, la proporción de individuos en el mercado que han alcanzado su madurez sexual es cada vez menor.

Unas verdades sobre la pesquería sostenible La primera lección en el ámbito de las extracciones de recursos es que algunas especies son abundantes y disponibles para la cosecha mientras otras simplemente no son aptas. Esto depende de muchos factores incluyendo su capacidad reproductora y la accesibilidad a los recursos necesarios. A la vez, todas las especies del mundo no tienen las características que permiten su explotación de una forma sostenida. Cualquier especialista en el manejo de las pesquerías nos diría que existen algunos indicios lógicos de la sobreexplotación. Si tenemos acceso a los números a lo largo de la historia de una pesquería, un análisis puede decirnos bastante sobre el futuro de un recurso. Si no tenemos tales datos, estamos trabajando a ciegas (Everhart et al. 1975). Cualquier persona puede ver que un declive en las capturas probablemente refleja un declive en la población explotada. Si esto pasa con cualquier especie ante un incremento en el número de pescadores que van por ella (una situación típica en el mundo y en el país), no hay dónde confundirse. Otro indicio es el tamaño promedio de los individuos capturados. Si hemos mantenido un cierto número de individuos capturados a través de los años, o si hemos podido mantener el tonelaje total de capturas a lo largo, pero experimentamos un decremento en el tamaño de individuos, algo pasa en la población explotada. Por tanta presión, pocos individuos o ninguno pueden escapar durante el tiempo suficiente para alcanzar ese tamaño promedio de antes. Con una presión continua a este nivel, podemos eliminar la posibilidad de que haya individuos que alcanzan la madurez sexual – y podemos efectivamente apagar la reproducción de una especie para llegar al punto en que el


Con una presión continua a este nivel, podemos eliminar la posibilidad de que haya individuos que alcanzan la madurez sexual – y podemos efectivamente apagar la reproducción de una especie para llegar al punto en que el reemplazo de individuos sea imposible. El resultado es la eliminación de esa especie del ecosistema y de las capturas, de las ventas y de la economía local.

reemplazo de individuos sea imposible. El resultado es la eliminación de esa especie del ecosistema y de las capturas, de las ventas y de la economía local (Orstrom 2008). En muchos casos, no se eliminan totalmente sino bajamos las poblaciones hasta el punto de extinción comercial, el punto en que el costo de búsqueda y captura excede su valor en el mercado. Llegamos a ese punto con la langosta hace algunos años. Uno puede argumentar que todavía las langostas siguen asomando en los mercados pero la captura de estos animales ya es llanamente incidental o producto de un trabajo dirigido por parte de individuos que por desesperación, van específicamente por ellas para lograr unos ingresos de alguna forma. El alivio de la presión tan intensiva sobre cualquier especie podría proveer una oportunidad de recuperación del recurso pero en muchos casos, la economía y los incentivos monetarios, y el resultante comportamiento humano local, no permite el lujo de tomar una decisión de no explotar el recurso durante un tiempo.

El valor de los tiburones

¿Los tiburones tienen algún valor vivos? Los conservacionistas hablan de los servicios que proveen los escualos para los ecosistemas y las operadoras turísticas de un valor como atractivo para los buzos deportivos pero es difícil aplicar un número real a este tipo de valor. ¿Cuánto pagaría un turista para ver un tiburón en la naturaleza?.

Cuando se expidió el decreto 486 que permite la comercialización de aletas resultantes de la pesca incidental, varias estimaciones del valor del producto por cada tiburón y para el país entero salieron en la prensa. El Presidente Correa estimaba que el cambio de estrategia en el manejo de este producto podría beneficiar a 200000 familias en Manabí (el número de pescadores) y generaría $170 millones al año. Los precios reportados por la prensa desde 2007 hasta 2010 varían entre $5 por par de aletas y $100 por cada aleta antes de salir del país. Estos números son basados en entrevistas con pescadores y otro personal que trabajan en los mercados y se nota que no sabemos con certeza cuales precios son reales. Sin duda hay personas que quieren dar la impresión de que este recurso es muy lucrativo mientras hay otras que quieren mantener la imagen del clásico hombre explotado, que trabaja duro pero percibe poco. Es más probable que el valor promedio por animal entero, carne y aletas, antes de la salida del país de las aletas alcance los $100 (El Comercio 3 de febrero 2008). Una fuente sugiere que el valor al nivel del consumidor final en Asia puede alcanzar $200 hasta $400 por aleta (El Universo 25 de abril 2010). De todas maneras, si utilizamos el valor de $100 por tiburón como una base para unos cálculos informales, resulta que se requiere la captura de 1,7 millones de tiburones al año para producir el impacto económico proyectado. Por el argumento, si aumentamos el valor hasta $170 por tiburón, todavía estamos hablando de un millón de tiburones que tienen que morir cada año. A la final, por varias complicaciones entre las empresas artesanales, no se sabe con certeza cuánto dinero pasa por los mercados a lo largo de

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la costa ecuatoriana pero es dudoso que los ingresos producidos por esta pesquería se acerquen a las proyecciones. Como casi todo este flujo de caja es a nivel informal, no se producen facturas ni ingresos para el estado a través de impuestos. ¿Los tiburones tienen algún valor vivos? Los conservacionistas hablan de los servicios que proveen los escualos para los ecosistemas y las operadoras turísticas de un valor como atractivo para los buzos deportivos pero es difícil aplicar un número real a este tipo de valor. ¿Cuánto pagaría un turista para ver un tiburón en la naturaleza?. No se sabe porque los turistas no pagan por animal observado sino por un paquete que incluye los servicios de transporte, estadía, comida y guía por lo común. A la final, un valor conocido y real siempre gana sobre un valor supuesto y sin cuantificar.

Los Reglamentos El Presidente Correa justificaba el cambio de estrategias argumentando que ya existía la pesca incidental, no había cómo evitar estas capturas y que el reglamento anterior simplemente provocó un mercado negro imposible de controlar. Con el sistema que se implementó en 2007, por lo menos, podríamos saber cuántos tiburones son capturados cada año. El reemplazo del Decreto 486, el 902 en el Art. 6, prohíbe la práctica del aleteo, definida como la captura del tiburón para la extracción exclusiva de sus aletas y el descarte del cuerpo al mar (El Comercio 3 febrero 2008). Las recomendaciones por parte de la UICN incluyen (3.116) una exigencia “que todos los cuerpos de los tiburones sean descargados con las aletas adheridas a los cuerpos y que garanticen la plena utilización de las capturas de tiburón”. Estos reglamentos tienen un efecto al nivel de consumo porque nadie va a botar los cuerpos después de haberlos cargado hasta tierra, pero no se puede cuantificar el efecto al momento de captura. La intención es de minimizar las capturas por ocupar el espacio de almacenamiento en los barcos con los cuerpos enteros en vez de solamente guardar las partes más valiosas, las aletas. Si solamente se llevan las aletas, habría por qué matar más tiburones de los que caben dentro del barco, pero si no hay dónde meter el producto de las labores, no hay por qué cosecharlo.

Artes de pesca en el caso de los tiburones Toda captura dirigida o intencional se considera ilegal, mientras que la comercialización de los tiburones caídos incidentalmente en la redes está permitida. La discusión ahora se centra en cómo se define la captura “incidental”. El reglamento (Decretos 486 y 902) elimina el uso del cable

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acerado o cadena en la parte terminal de los reinales. ¿Es posible conocer las intenciones de un pescador por el arte que emplea, o por los equipos que muestra al inspector?. En teoría, sí es posible, pero en la práctica no es un conocimiento totalmente confiable. De todas maneras, se nota que las artes de pesca no son muy específicas en su mayoría (Ricker 1975) pero generalmente se reconoce que el palangre (longline) es una de las menos específicas, y muchas veces descrita como una de las más destructivas (página web, Global Response). Cuando uno va por atunes, no hay ninguna garantía que solamente caigan atunes. Según los reportajes en la página web del MAGAP, en la pesquería de dorado, se produce la captura de tiburones en menos de 5% de las capturas totales. “Sin embargo, en la época de la pesquería del atún, picudo, pez espada y especies afines, el rango de incidencia puede superar al 50%.” Bajo la actual perspectiva, hasta tres cuartas partes de la pesca artesanal (sin incluir los moluscos y crustáceos), podría etiquetarse como “incidental”. A la final, lo que cae es lo que cae, y esta etiqueta no cambia los impactos ecológicos. La sobreexplotación es un hecho comprobado por números y tendencias, no por definiciones ambiguas. La pregunta relevante sería: ¿es esta cosecha sostenible? – para el bien de los tiburones (o los atunes o las corvinas…) y para el bienestar de los pescadores, ahora y en el futuro. Los dilemas de la industria pesquera son mucho más cruciales que si lo que hacen es coyunturalmente legal o ilegal. Lo que tiene que preguntarse es si sigue protegiendo sus intereses actuales o si puede proteger sus intereses pensando en sus hijos y nietos. Aunque la pesca sea verdaderamente incidental, y por lo tanto, difícil de manejar, este hecho no significa que la actividad es sostenible.

Conclusiones Sin duda, el Ecuador, como el mundo entero, ha incrementado su cosecha de tiburones en los últimos años ante una creciente demanda para sus aletas en los mercados de Asia. Se sabe que muchas especies han sufrido decrementos importantes en sus poblaciones y que los datos desde varias fuentes confirman que esta situación no es sostenible. Las artes de pesca no son suficientemente específicas para evitar la captura de los tiburones con otros predadores grandes. La sobre-explotación de estas especies está cambiando el equilibrio del ecosistema marino y la productividad de él en general, se ve impactada negativamente (Myers y Worm 2003). La polémica del tiburón no es una situación aislada; lo que pasa con estos animales en la cúspide de las cadenas alimenticias tiene repercusiones para todos los niveles, inclusive para otras especies de mucho interés económico. Por lo tanto, existen fuertes incentivos para manejar las pesquerías de una forma más integrada, para proteger todos los recursos marinos en este momento y que preserven sus sostenibilidad.


Referencias

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Tracey Tokuhama-Espinosa y Daniela Bramwell

Instituto IDEA / Universidad San Francisco de Quitotracey. tokuhama@gmail.com

Educación Ambiental y Desarrollo Sostenible La educación ambiental es un desarrollo de hábitos a lo largo de la vida que permiten contribuir a la sostenibilidad, a desarrollar una afinidad por el mundo natural, promover una mayor comprensión de los sistemas naturales, físicos y sociales de nuestro mundo, y tiene como propósito motivar a las personas a tomar acción para mejorar el ambiente. En este artículo ofrecemos evidencia acerca de cómo una buena formación sobre temas del ambiente en niños y jóvenes impacta la sociedad a largo plazo. Además, argumentamos que no son los reglamentos de un país los que mejoran los conocimientos ambientales, sino una buena educación de cada niño en su casa y la escuela. Finalmente, sugerimos qué acciones, concretamente, se pueden implementar en el Ecuador a fin de mejorar el nivel de conocimiento, el poder de acción, y la actitud necesaria para responsabilizarnos por el ambiente. 120


La educación ambiental no es Alianza Ecológica, ni Greenpeace, ni las Naciones Unidas, ni Fundación Natura o el gobierno. No son reglamentos, ni leyes, ni amenazas. La educación ambiental es la enseñanza de un conjunto de hábitos y acciones a individuos, principalmente a los niños. En el Ecuador existe una comunidad llamada Puerto López en el área suroeste de la provincia de Manabí. Esta comunidad cuenta con una gran fuente de riqueza natural y biodiversidad. Se pueden observar ballenas, delfines, tiburones y tortugas marinas, además de una gran variedad de peces en las aguas alrededor de este pueblo. Adicionalmente, la adjunta Isla de la Plata cuenta con un ecosistema muy similar al de las islas Galápagos. Estas maravillas no tienen comparación en el mundo y, aún así, sufren de la consecuencia del mal manejo de recursos, contaminación, y un cierto nivel de ignorancia que vienen acompañados de costumbres y malos hábitos no corregidos a lo largo de los años. No es raro ver que los animales se entremezclan con aceite en las playas, botes de pesca, ratas y basura, mucha basura. ¿Qué hacer para preservar estos hitos turísticos y ecológicos? ¿Cómo lograr que el país tenga más conciencia de la importancia del ambiente? Preguntas semejantes pueden ser aplicadas a la situación en la Amazonía ecuatoriana, los Andes, las ciudades y el campo. La educación ambiental existe a través de una variedad de acciones. Existen varias posibles soluciones, comprendidas entre políticas, leyes, campañas sociales, proyectos y más. Pero al considerar qué acción es más adecuada, es importante recordar que no son los países los que toman una conciencia ambiental. Un país no es conciente; cada uno de sus miembros, cada individuo, sí lo es. Son las acciones individuales, realizadas de manera colectiva, las que cambian la sociedad. Por consecuente, este artículo concierne no solo a los grandes esquemas o leyes. Más bien pregunta: ¿cómo lograr que los individuos tomen conciencia sobre temas ambientales? O sencillamente: ¿qué rol juego yo?.

¿Qué es la educación ambiental? ¿Salvar especies en peligro de extinción es tarea de los humanos? ¿Existe el calentamiento global, y los humanos son responsables de ello? ¿Se debería realizar clonaciones de animales (o humanos)? ¿La investigación sobre células madre es beneficiosa o perjudicial para la sociedad? ¿Qué problemas puede acarrear la sobrepoblación? ¿Qué fuentes de energía son las más apropiadas? ¿A quién le pertenece las fuentes naturales de agua? Las respuestas deberán ser consideradas a fondo por cada individuo, por cada ecuatoriano. Para hacerlo, se requiere de un amplio conocimiento de los temas y de las mejores soluciones a nivel mundial. Por lo tanto, volvemos a la necesidad de una educación ambiental.

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… es importante recordar que no son los países los que toman una conciencia ambiental. Un país no es conciente; cada uno de sus miembros, cada individuo, sí lo es. Son las acciones individuales, realizadas de manera colectiva, las que cambian la sociedad.


… la educación ambiental es un proceso que involucra un aprendizaje a lo largo de la vida, por medio del cual se llega a comprender la complejidad del mundo natural y temas ambientales, utilizando varias estrategias para la toma de decisiones individuales y sociales basadas en conocimientos integrados de varias disciplinas, llevando a una variación en las actitudes y acciones para realizar un cambio en el mundo.

Educación ambiental puede referirse a una amplia gama de temas, la mayoría de los cuales extrañamente han sido estudiados solamente en las últimas décadas: ecología, desarrollo sustentable, biodiversidad, contaminación, derechos sobre fuentes naturales de agua dulce, administración de desechos, minería, administración de recursos naturales, administración de alimentos, estudios poblacionales, energía alternativa, cambios climáticos, ingeniería genética, ecoturismo… y más. Todos estos temas tienen aún grandes preguntas que exigen respuestas complejas. Con estos temas y preguntas en mente se podría decir que la educación ambiental se refiere a la educación en, sobre y para el ambiente. Educación en el ambiente ayuda a las personas a desarrollar una afinidad por el mundo natural. Educación sobre el ambiente promueve la mayor comprensión de los sistemas naturales, físicos y sociales de nuestro mundo. Finalmente, educación para el ambiente tiene como propósito motivar a las personas a tomar acción para mejorar el ambiente. En una definición más concreta, la educación ambiental es un proceso que involucra un aprendizaje a lo largo de la vida, por medio del cual se llega a comprender la complejidad del mundo natural y temas ambientales, utilizando varias estrategias para la toma de decisiones individuales y sociales basadas en conocimientos integrados de varias disciplinas, llevando a una variación en las actitudes y acciones para realizar un cambio en el mundo. Se observa esto en el niño que ha adoptado el hábito de no botar papeles en el piso, o en el anciano que sabe elegir una botella retornable en lugar de una de plástico.

Una breve historia Los seres humanos comenzamos con lo que es más obvio, y poco a poco refinamos nuestro entendimiento de temas menos aparentes. Por ejemplo, no es difícil entender por qué la conciencia sobre el ambiente comenzó con iniciativas en torno a parques nacionales (algo tangible) y solo recién se están considerando temas como la clonación, los alimentos transgénicos, o las energías alternativas (que son relativamente menos tangibles). Por consiguiente, solo hace poco tiempo existe una conciencia, mayormente enfocada en lo tangible, sobre la importancia de manejar de mejor manera los recursos del planeta.

… pero muchos se despertaron cuando entendieron que “la Tierra no es un regalo de tus abuelos, sino algo que te prestan tus hijos.”

Hace aproximadamente 140 años surgió el primer movimiento ambiental cuando John Muir ayudó a que Yellowstone se convirtiera en el primer parque nacional del mundo (1872). En el Ecuador, Galápagos fue el primer parque nacional, y éste se estableció en 1959. Hoy en día, existen más de 7.000 parques alrededor del mundo. Aunque hace más de un siglo comenzaron las “iniciativas ambientales” relevantes a un aspecto de la educación ambiental (par-

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ques nacionales y la naturaleza que contienen), todavía no se consideraba la educación ambiental de manera formal, y no llegaba a todos los aspectos del tema. Por ejemplo, en el transcurso del siglo XIX pocos imaginaron las posibilidades de la manipulación de genes, especies en riesgo, o energías alternativas, y las controversias que se generarían. A decir verdad, solo en la década pasada se empezaron a desarrollar programas de educación ambiental.

Hace aproximadamente 20 años, las personas comenzaron a poner en práctica las tres Rs, reciclar, reducir y reutilizar, pero todavía sin una frecuencia regular a nivel mundial. Esto, hasta cierto punto, ha sido un progreso, pero la complejidad de las preguntas está sobrepasando el ritmo de los avances;(estamos avanzando a un paso menos lento de lo que se necesita porque los problemas son más grandes que antes.

En los años 1960 empezaron a surgir ambientalistas, quienes señalaban cada vez más que el planeta se destruía para dar paso a las construcciones humanas. Los famosos “tree huggers”, ambientalistas que abrazaban y se amarraban a los árboles para llamar la atención frente a la necesidad de “amar” la biodiversidad, despertaron curiosidad, pero no impulsaron muchas políticas públicas respecto al ambiente. Libros como Silent Spring de Rachel Carlson explicaban el impacto de los químicos en el ambiente, y el mundo empezó a entender que las acciones de los humanos, por más pequeñas e insignificativas que fueran, podrían afectar el ambiente. En el Ecuador, los movimientos indígenas llamaron la atención respecto al abuso de la tierra por algunas empresas mineras y petroleras, y pidieron ayuda para regular estas intervenciones, mientras que la sobrepesca de las islas Galápagos empezó a ser noticia en los periódicos. Todas estas acciones indicaron que poco a poco, las sociedades estaban comenzando a notar que no solo las cosas visibles (los parques nacionales), sino las menos obvias pero igual de trascendentes (calidad de agua y cadena alimenticia, por ejemplo), tienen impacto. Aún así, llegó a ser evidente que los individuos carecían de información que les permitiera tomar mejores decisiones sobre sus ambientes. De ahí se observa la importancia de una mejor educación ambiental.

Anteriormente, la discusión ambiental era más sencilla: nos preocupábamos por los árboles que estaban a nuestros alrededores. Ahora, estamos enfrentados a debates éticos sobre temas menos tangibles: causas de ciertos cánceres y el posible uso de células madre para tratar esta enfermedad; el choque de hábitos culturales, como es comer pepino de mar o aletas de tiburón, versus el invisible manejo de la biodiversidad del mar; o saber si es legítimo modificar genéticamente algunos granos para poder abastecer a sociedades en necesidad. Las soluciones a estos retos solo pueden venir con el ingenio de individuos preparados, informados y educados. Si esto pretende ser un desafío en la educación ambiental, empezando por los más jóvenes de la sociedad, y un empoderamiento a través de información de calidad a nivel de cada persona, es necesario entonces mejorar la educación.

En 1972, las Naciones Unidas realizó por primera vez una conferencia sobre el ambiente en donde se reconoció que …en la larga y tortuosa evolución de la raza humana en el planeta, se ha llegado a una etapa en donde, a causa de los avances en la ciencia y tecnología, el hombre ha adquirido el poder de transformar su ambiente de incontables maneras y en una escala sin precedentes…1

Sin embargo, si todos esperamos a que “alguien” decida cuáles deben ser las líneas de acción a tomar respecto a los problemas a los que nos enfrentamos, igual perderemos. Cada persona tiene que tomar sus propias iniciativas para hacer una diferencia.

¿Por qué educación ambiental? En el reporte de Environmental Literacy in America2 se indica que el 56% de los estadounidenses señalan que quisieran realizar más acciones en favor del ambiente, pero que desconocen cómo hacerlo. Es decir, que se les podría enseñar cómo hacerlo a través de la educación ambiental. Si hubiera una encuesta similar en el Ecuador, ¿cuáles serían los resultados?

Este evento intentó, a nivel de naciones, llamar la atención frente al hecho de que los humanos no solo tienen el derecho, sino también la obligación de manejar el ambiente. Sin embargo, no fue sino hasta que dejó de ser solo un mensaje y que empezó a ser asimilado a nivel individual, que éste tuvo impacto. Pocas personas conocieron o prestaron atención a la conferencia de las Naciones Unidas, pero muchas se despertaron cuando entendieron que “la Tierra no es un regalo de tus abuelos, sino algo que te prestan tus hijos.”

Muchas veces, los individuos solamente tienen una vaga idea acerca de temas ambientales en lugar de un conocimiento profundo de los principios y la evidencia científica existente que proveerían una educación ambiental. Así, estos individuos basan sus acciones en estos conocimientos mínimos, a veces con resultados alarmantes. Lo cual confirma el lema en inglés “a little knowledge is a dangerous thing” (poco conocimiento es peligroso). ¿Por qué? Al tener información incompleta, tomamos decisiones no informadas. Por ejemplo, al conocer que los pañales desechables son “malos para el ambiente,” podríamos tomar la decisión de

1 Naciones Unidas. (1972). United Nations Conference on the Human Environment

2 Coyle, K. (2005). Environmental literacy in America. The National Environmental Education y Training Foundation: Washington, D. C.

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Anteriormente, la discusión ambiental era más sencilla: nos preocupábamos por los árboles que estaban a nuestros alrededores. Ahora, estamos enfrentados a debates éticos sobre temas menos tangibles: causas de ciertos cánceres y el posible uso de células madre para tratar esta enfermedad; el choque de hábitos culturales, como es comer pepino de mar o aletas de tiburón, versus el invisible manejo de la biodiversidad del mar; o saber si es legítimo modificar genéticamente algunos granos para poder abastecer a sociedades en necesidad.

utilizar pañales de tela en lugar de los desechables. Pero esto sería un error, porque al analizar el impacto ambiental, se encontrará que los pañales de tela causan más daño al ambiente ya que al lavarlos se utiliza agua, se introduce cloro en el sistema, se utiliza bastante electricidad (al calentar el agua o utilizar máquinas), etc., etc. Es necesario por lo tanto estar mejor informados para tomar mejores decisiones. En un informe de los Estados Unidos del 20013 se concluyó que las personas que tenían más conocimiento sobre temas ambientales eran más propensas a realizar acciones para cuidar el ambiente. Por ejemplo, 47% de ellos pensaban que solamente las grandes empresas industriales deben tomar acción y que los individuos no tienen mucho impacto. Al tener conciencia de que los individuos sí tienen impacto, las personas cambian de actitud. Se detectó que, cuando las personas son más conocedoras en temas ambientales, tenían:

• 10% más probabilidad de ahorrar energía en sus hogares • 50% más probabilidad de reciclar • 10% más probabilidad de comprar artículos favorables al ambiente • 50% más probabilidad de evitar el uso de químicos en sus jardines • 31% más probabilidad de conservar agua • 50% más probabilidad de donar recursos a iniciativas de conservación

… los individuos basan sus acciones en conocimientos mínimos, a veces con resultados alarmantes … ¿Por qué? Al tener información incompleta, tomamos decisiones no informadas. Por ejemplo, al conocer que los pañales desechables son “malos para el ambiente,” podríamos tomar la decisión de utilizar pañales de tela en lugar de los desechables. Pero esto sería un error, porque al analizar el impacto ambiental, se encontrará que los pañales de tela causan más daño al ambiente ya que al lavarlos se utiliza agua, se introduce cloro en el sistema, se utiliza bastante electricidad.

En adición a la necesidad de la educación ambiental y los beneficios arriba explicados, existen otras consecuencias favorables. En Estados Unidos se observó por ejemplo que los niños y jóvenes que participaron en un excelente programa de educación ambiental tuvieron beneficios en otras áreas: mejores calificaciones (que el grupo control) en lectura, escritura y matemáticas en exámenes estandarizados del estado y mejorías en lenguaje, destrezas de pensamiento, motivación y comportamiento. Es difícil determinar la razón exacta de estos beneficios, pero es probable que, al ser más reflexivo sobre su entorno, involucre más metacognición sobre las acciones: algo que tiene beneficios a lo largo del aprendizaje en todas las áreas. Algunas teorías señalan que los mayores beneficios se observan al emprender la educación sobre temas ambientales, de biodiversidad y desarrollo sustentable con niños 3 Idem

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menores. Una razón es que los hábitos se desarrollan con el tiempo hasta convertirse en actos cuasi automáticos. Al practicar el reciclaje una y otra vez, estas acciones se convierten en hábitos, y el reciclaje a su vez en una primera reacción. En cambio, cuando los adultos intentan reducir el uso del agua, reciclar, evitar el uso de químicos en su jardín, etc., tienen que romper con hábitos ya existentes, logrando así un aprendizaje más lento que con los niños. Lo cual lleva nuestra atención a un curso de acción muy claro: educar a niños pequeños sobre el ambiente es mejor inversión que tratar de cambiar las costumbres de los adultos.

Prácticas apropiadas en la educación ambiental Los mejores programas de educación ambiental tratan de ir más allá del mero hecho de repartir información. Entre sus objetivos están: lograr que los alumnos tengan un profundo conocimiento práctico de temas ambientales, conocimientos específicos de cómo abordar estos temas, habilidad para tomar decisiones apropiadas y, finalmente, que haya una valoración y presten atención a temas ambientales.

Prácticas apropiadas

teorías o iniciativas en espera de evidencia científica, habrá que presentar la información de manera equilibrada y sin prejuicios, considerando toda la evidencia y teorías disponibles. • Realizarse al aire libre. Cuando sea posible y apropiado, el ambiente de aprendizaje debería ser en exteriores, al aire libre, en contacto con la naturaleza.

Objetivos específicos de la educación ambiental Objetivos de educación ambiental en la etapa de educación inicial • Desarrollar una conciencia y apreciación por la belleza y la maravilla del mundo natural • Entender conceptos básicos tales como ciclos, diversidad y conectividad en la naturaleza • Desarrollar un sentimiento de apreciación y respeto por la integridad del mundo natural • Desarrollar un sentimiento de apreciación por el mundo y un entendimiento de cómo diferentes tipos de contaminación podrían perjudicarlo • Entender que las personas son parte del mundo natural, no un elemento separado • Saber cómo contribuir al bienestar del planeta

Un extenso estudio sobre educación ambiental determinó las siguientes prácticas, donde se recomienda que la educación debería: • Tener relación con temas ambientales. La educación ambiental debería mostrar una clara conexión con temas ambientales en el entorno del niño. • Ser interdisciplinaria. La educación ambiental debería poner énfasis en la integración de temas y disciplinas para poder considerar los temas en toda su magnitud y proveer soluciones eficaces. • Tener relevancia frente a necesidades, intereses y motivaciones del estudiante. Los estudiantes deberían sentir una conexión personal con los temas tratados a fin de entender su relevancia e importancia. • Proveer educación a lo largo de la vida. La educación ambiental debería proveer a los estudiantes de destrezas para que puedan continuar aprendiendo a lo largo de su vida. • Estar basada en información objetiva. La enseñanza ambiental tiene que necesariamente basarse en información y evidencia precisa, objetiva, confiable, creíble y científica, a fin de no causar daño. • Mantener información con un balance de perspectivas y sin prejuicios. Al momento que existen ideas,

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Objetivos de educación ambiental - Educación General Básica, Bachillerato y Universitarios Lineamiento 1: cuestionamiento y destrezas de análisis • Cuestionar • Diseñar investigaciones • Recolectar información • Evaluar confiabilidad y veracidad • Organizar información • Trabajar con modelos o simulaciones • Desarrollar explicaciones Lineamiento 2: conocimiento de procesos y sistemas ambientales • El planeta como un sistema físico • Los seres y ecosistemas vivientes • Los humanos y la sociedad • El ambiente y la sociedad


Lineamiento 3: destrezas para entender y abordar temas ambientales • Destrezas necesarias para analizar e investigar temas ambientales • Destrezas para la toma de decisiones y ciudadanía Lineamiento 4: responsabilidad personal y cívica • Entender valores y principios de la sociedad • Reconocer deberes y responsabilidades de los ciudadanos • Poder reconocer la eficacia • Aceptar la responsabilidad personal Se puede y se debe tratar a la educación ambiental a nivel de conocimiento del individuo. A nadie le gusta tareas demasiado “fáciles” porque se aburren; pero tampoco les gusta sentir que no entienden o no pueden cumplir. Por ende, un buen diagnóstico del nivel del conocimiento y destrezas de los niños es importante antes de estructurar un programa de educación ambiental.

Tres niveles de educación ambiental Se pueden describir tres niveles básicos en la educación ambiental, que ayudan a determinar parámetros para evaluar a los alumnos, así como lineamientos generales para programas de educación ambiental. Primer nivel Las personas que están en este nivel saben que el tema existe y es importante, pero desconocen los pormenores y toman pocas acciones ambientales. Estas personas: • Pueden reconocer y proveer definiciones rudimentarias de términos básicos. • Poseen una conciencia y apreciación por el ambiente, respeto por los sistemas naturales y preocupación por la naturaleza y por los impactos que los humanos puedan tener en ella. • Tienen un conocimiento básico sobre los sistemas naturales y cómo los humanos interactúan con ellos. Segundo nivel Las personas que se encuentran en este nivel tienen un conocimiento básico de temas ambientales fáciles de entender, y toman acciones que no requieren de una comprensión detallada del tema.

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Las personas en este nivel:

• Mapeo y estudio de especies en un área

• Poseen un conocimiento más avanzado de la interacción de los humanos con los sistemas naturales, y conocen una o más interacciones negativas.

• Estudio de factores que impactan la supervivencia de una especie de determinada área

• Pueden analizar, sintetizar y evaluar información sobre temas ambientales utilizando fuentes primarias y secundarias. • Comunican hallazgos a otros. • Demuestran una motivación para trabajar hacia soluciones de problemas ambientales utilizando estrategias básicas para cambios sociales o tecnológicos.

• Diagnóstico del estado de contaminación de un área o elemento • Iniciativas o campañas al aire libre, tales como recolección de basura • Entrevistas, encuestas o charlas con personas locales o expertos en el área • Creación de manualidades u objetos con elementos reciclados

Tercer nivel

• Clases informativas con profesores

En este nivel, las personas tienen un conocimiento profundo del tema y destrezas refinadas, y logran tomar acciones significativas a favor del ambiente.

• Conferencias, talleres y seminarios • Exhibiciones • Simulaciones y juegos de roles

Específicamente:

• Estudio de casos

• Tienen conocimientos y destrezas avanzadas. • Evalúan los impactos y las consecuencias de las acciones. • Recogen y sintetizan información pertinente, eligen alternativas, abogan por posturas y acciones que favorecen al ambiente. • Demuestran un gran sentimiento de responsabilidad al tomar acciones para prevenir o remediar la degradación ambiental. • Actúan a varios niveles, de local a global, y frecuentemente tratan problemas a nivel mundial. Después de un buen diagnóstico de lo que saben y no saben los niños, hay que desarrollar actividades apropiadas para ellos.

Actividades Existe un sinnúmero de actividades que se pueden realizar, con variaciones para todas las edades, a fin de lograr una educación ambiental de calidad, en la casa o en la escuela. Algunos ejemplos: • Recolección de información al aire libre • Observación de animales o insectos

• Artículos u otros productos escritos informativos • Páginas Web y programas interactivos

Guías pedagógicas Un programa de educación ambiental, además de considerar conocimientos, destrezas y actitudes que sus estudiantes deberían aprender desde el aspecto ambiental, también debe tener sólidas bases pedagógicas a fin de tener éxito. El estudio mencionado anteriormente determinando mejores prácticas en educación ambiental4 también define bases pedagógicas necesarias para la efectividad de las iniciativas. En el Ecuador se podría combinar los esfuerzos del Ministerio de Educación y el Ministerio del Ambiente para sustentar la educación ambiental con firmes bases pedagógicas. En cuanto a guías pedagógicas, se recomienda considerar los siguientes factores: El conocimiento se construye de manera individual basado en conocimientos previos. Es necesario considerar que los estudiantes deben construir su propio entendimiento haciendo conexiones entre lo que anteriormente sabían con lo nuevo que están aprendiendo. Por lo tanto, es muy recomendable determinar de antemano cuáles son los conocimientos previos de los alumnos y trabajar en base a ellos, además de proveer varias oportunidades para que los estudiantes integren, apliquen y sinteticen lo que aprenden.

• Excursiones, viajes 4 Meredith, J. (2000). Best practices for environmental education: Guidelines for success. Ohio, EEUU.

• Mapeo y estudios de áreas

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El alumno aprende haciendo. Se recomienda que el estudiante sea activo en su aprendizaje, resolviendo problemas, tomando decisiones, razonando, creando y realizando actividades físicas. El alumno no se puede distraer si él es el centro de atención. A medida que el estudiante sea el que trabaja, que está involucrado y activo, estará más concentrado en su aprendizaje, que si se dedica a escuchar pasivamente.

se encarga de recogerlos y reciclar su contenido5. Otros proyectos existen para educar a los ciudadanos a fin de crear estilos de vida más saludables y sustentables en términos ambientales, sociales y económicos6. Es de suma importancia que los proyectos del gobierno se basen en datos objetivos y confiables y sean parte de una estrategia integrada de mejora del país a fin de no tener consecuencias indeseadas.

Además, se recomienda: • Utilizar a estudiantes líderes como facilitadores y mentores. • Promover el aprendizaje cooperativo y colaborativo cuando los estudiantes trabajen en grupos. • Variar los grupos de aprendizaje, a manera de contar con actividades de todo el grupo, actividades con grupos pequeños e instancias de trabajo individual. • Tener grupos con niños y jóvenes de varias edades trabajando juntos. • Incluir una gran variedad de estrategias, metodologías y actividades. • Considerar las necesidades de cada persona. • Asegurarse de tener procesos de evaluación apropiados para el programa, que pongan énfasis en la evaluación para mejorar el aprendizaje y la enseñanza, y no para premiar o castigar al alumno.

Ejemplos de iniciativas de educación ambiental en el Ecuador y el mundo En universidades A nivel universitario, los programas normalmente se dedican a investigar la biodiversidad del país, evaluar el impacto ambiental de industrias o ciudades, administrar recursos naturales renovables, determinar estrategias efectivas de conservación, entre otros. Los programas universitarios suelen ser una gran fuente de información objetiva y científica. Sin embargo, es necesario tener cuidado con programas en los que se realizan acciones sin los apropiados fundamentos teóricos o científicos.

Iniciativas del estado En algunos países, el estado toma liderazgo en la implementación de proyectos ambientales. Por ejemplo, en Toronto, Canadá, se proveen basureros con tres compartimientos separados para el reciclaje, y la municipalidad

Organizaciones no gubernamentales Es posible que las organizaciones no gubernamentales sean las mayores propagadoras de iniciativas relacionadas con la educación ambiental, la biodiversidad y el desarrollo sostenible. Una institución líder en educación ambiental es la Unión Internacional de Conservación de la Naturaleza (IUCN), que ha tenido grandes impactos a nivel mundial. Otra institución interesante es Rainforest Alliance, la cual realiza iniciativas para educar a las empresas privadas y al público en general sobre el desarrollo sustentable, la conservación de la biodiversidad y la habilidad de la naciones para progresar sin perjudicar el ambiente7. En el Ecuador existen varias, de las cuales se puede mencionar a Fundación Natura como líder en iniciativas de educación ambiental. Independientemente de si es una iniciativa del estado o no gubernamental, es vital que la educación ambiental se enfoque en un niño a la vez. Los grandes esquemas dirigidos a audiencias dispersas no son tan eficientes como los proyectos dirigidos a cambiar los hábitos de los niños a lo largo de sus vidas.

Tecnología y medios de comunicación Los medios de comunicación y la tecnología han tenido un gran impacto en la educación ambiental de la humanidad. Las personas alrededor del mundo obtienen información sobre el ambiente a través de medios de comunicación como televisión, radio, Internet y otros. Por ejemplo, Animal Planet™, producido por Discovery Networks desde 1996, se transmite a 70 países alrededor del mundo y enseña sobre animales únicos de diferentes regiones del planta. El impacto de estos medios es grande. Incluso en Estados Unidos en el año 2005, observaron que los niños obtienen 83% de sus conocimientos del tema a través de los medios, y que para la mayoría de los adultos los medios son su única fuente de información8. Esto tiene grandes beneficios, 5 http://www.google.com.ec/#hl=esylr=lang_esytbs=lr%3Alang_1esyq=recycling+proje cts+around+the+worldyaq=oyaqi=yaql=yoq=ygs_rfai=yfp=3a95d9d30d581c4 6 http://www.greenmap.org/greenhouse/es/map/user 7 http://www.rainforest-alliance.org/ 8 Coyle, K. (2005). Environmental literacy in America. The National Environmental Education y Training Foundation: Washington, D. C.

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ya que los medios han ayudado a crear una conciencia y una concientización acerca de la importancia de temas ambientales. Sin embargo, el mismo estudio señaló que 80% de los estadounidenses se encuentran fuertemente influenciados por información antigua o incorrecta, hecho que tiene conexión con su fuente de información. Si los medios se utilizan para la educación ambiental, la información y los programas deben ser de la más alta calidad, fundada científicamente y dirigida a la audiencia precisa, en este caso, los niños y jóvenes.

Para niños y jóvenes alrededor del mundo Tristemente, en el Ecuador en general, no existe mucha educación sobre el ambiente desde la casa ni las escuelas, y tampoco existen muchos modelos o ejemplos en la sociedad. Más grave aún, muchas veces las iniciativas de individuos se ven perjudicadas por leyes o normas o, simplemente, no existen los procesos necesarios. Para dar un ejemplo, en un conjunto habitacional cerca de Quito, varias familias empezaron a separar sus desechos a fin de reciclarlos, y una familia se encargaba de llevarlos a fin de que se realizara el proceso de reciclaje. Esta iniciativa colapsó cuando el municipio cambió el horario de recolección de la basura: llegaba, recogía la basura y la mezclaba nuevamente. De esta manera empieza un círculo vicioso, dado que el individuo se ve afectado por el gobierno, y el gobierno por el individuo. En varios países del mundo se empieza la educación referente a temas de desarrollo sustentable y biodiversidad cuando los niños son jóvenes y pueden adquirir rápidamente hábitos positivos. Por ejemplo, en Alemania, Estados Unidos y Japón se enseña a los niños la importancia de las tres “Rs”: reduce, recicla y reutiliza9. Estas enseñanzas no se quedan únicamente en la escuela, ya que toda la comunidad suele apoyar los esfuerzos para proteger el ambiente. Por ejemplo, en Japón, los niños llevan sus refrigerios a la escuela en loncheras obento, lavables y reutilizables, en lugar de utilizar fundas de papel o plástico, y en algunas escuelas crean su propio fertilizante orgánico con los desechos. Los niños del Ecuador no están solos en su búsqueda de información de calidad. Existen algunos programas escolares a nivel mundial10 que permiten a los estudiantes de diferentes países intercambiar ideas acerca de cómo reducir el uso de papel, lograr que las personas conduzcan menos y cómo educar a sus padres en hábitos ecológicos. Por otro lado, sí surgen algunas iniciativas de calidad a nivel de país. En Puerto López, mencionado al inicio del 9 http://www.youtube.com/watch?v=2XWXH0IqBPM 10 Por ejemplo “www.cleanuptheworld.org

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artículo, se cuenta con un Club Ecológico para niños con edades de 7 a 14. Al comienzo, los niños, siguiendo el ejemplo de sus alrededores, botaban basura en sus jardines, las calles, los parques, la playa… no importa donde se encontraran en ese momento. Muchos de estos niños, nunca habían visitado la famosa playa “Los Frailes”, ni el Parque Nacional Machalilla. Nunca habían visto a las ballenas que nadaban muy cerca de sus casas. Desde que ha empezado esta iniciativa, ha habido muchos cambios. Los niños realizan excursiones: ahora conocen el Parque Nacional Machalilla, han visto nadar a las ballenas y han apreciado varias riquezas más de sus alrededores que les hace sentir responsables, a cierto nivel, por el bienestar del ambiente en su entorno. Estos niños, por su propia iniciativa, crearon carteles y marcharon en la playa, clamando la necesidad de cuidar de ella. Pero no pararon allí. Empezaron a realizar un proyecto para hacer abono orgánico y tienen un huerto. Han realizado billeteras con empaques de leche, lámparas con papel maché y arena teñida de colores y portalápices con tubos de papel higiénico. Cuando se van de paseo, no hace falta que los adultos digan una palabra. Los niños se organizan para crear un basurero común, hacen mingas de recolecta de basura ajena que contamina su preciada playa o parque, y se la llevan consigo. Ahora, ellos son los que reclaman a sus padres cuando botan basura en las playas o calles. Los grandes cambios empiezan con acciones individuales. Los niños y jóvenes ecuatorianos tienen excelentes oportunidades y grandes retos. Los ecosistemas y la biodiversidad son únicos en el mundo, y aún así, existe poca instrucción formal en cuanto a cómo preservar esta riqueza. Cada problema es una oportunidad, y en este caso, hoy por hoy, al vivir en una época de vital importancia de la historia humana, contamos con más intereses (y más recursos) dedicados al mejoramiento de la educación ambiental dirigida a cada individuo.

El impacto de estos medios es grande. Incluso en Estados Unidos en el año 2005, observaron que los niños obtienen 83% de sus conocimientos del tema a través de los medios, y que para la mayoría de los adultos los medios son su única fuente de información …. Sin embargo, el mismo estudio señaló que 80% de los estadounidenses se encuentran fuertemente influenciados por información antigua o incorrecta, hecho que tiene conexión con su fuente de información.


María de Lourdes Torres

Colegio de Ciencias Biológicas y Ambientales Universidad San Francisco de Quito ltorres@usfq.edu.ec

Agrobiodiversidad y Biotecnología

Un sitio determinado es biodiverso si es rico en ecosistemas, especies y genes. Es conocido que nuestro país es privilegiado en este sentido y es considerado como el país más megadiverso por Km2 en el mundo.

Este artículo describe los fundamentos básicos de la agrobiodiversidad, haciendo especial énfasis en la diversidad agrícola vegetal del país y su contribución al desarrollo de la agricultura y producción de alimentos. Resalta los principales campos de desarrollo biotecnológico que tienen relación con la conservación y el uso sustentable de esta biodiversidad específica. Finalmente, comenta sobre la importancia de poder conjugar inteligentemente diversidad genética, conservación y tecnología para alcanzar una agricultura más sustentable y ecológicamente responsable. 130


Introducción

Tabla 1. Datos sobre diversidad biológica del Ecuador

Hoy en día, en diversos contextos se escucha hablar sobre agrobiodiversidad. Parecería ser que en el mundo actual, este término toma importancia porque nos encontramos en un momento crucial donde alimentación, pobreza, deterioro ambiental, cambio climático ya no son conceptos vacíos sino que nos llaman la atención, nos preocupan y quizás, principalmente, nos interesan.

Especies presentes en el Ecuador

No. total de especies descritas en el mundo

Mamíferos

407

4629

8,79%

Aves

1593

9040

17,62%

Reptiles

414

6458

6,41%

Grupo

Porcentaje del total de especies en el mundo

Anfibios

479

4222

11,35%

Peces

1375

18910

7,27%

Plantas

15901

233950

6,80%

En efecto, luego de tantas décadas de explotar nuestros recursos biológicos sin reflexión ni planificación, es hora de tomar conciencia, conocer sobre nuestras riquezas y debilidades y tratar de seguir adelante de forma más organizada y coherente con todos los componentes del ambiente que nos rodea. Sí, esto definitivamente es un reto cuya consecución no es fácil, pero es posible si nos esforzamos de verdad.

Fuentes: Coloma L., 2000, 2005, Jørgensen M. et al, 1995, Remsen J., et al 2010, Tirira D., 2010, Countdown - Cuenta Atrás 2010

Biodiversidad

Desde hace varios años, la agrobiodiversidad ocupa un sitio relevante cuando se habla de conservación, manejo de recursos y seguridad alimentaria. Según Lobo (2008):

En la actualidad, cuando se habla de biodiversidad hay que entender que ésta abarca tres niveles: • Nivel de especies que implica la diversidad de éstas en una región determinada (número de especies de aves en Quito). • Nivel de ecosistemas que indica la variedad de éstos en una región dada (diferentes ecosistemas que encontramos en la Región Interandina), y • Nivel de genes que abarca la diversidad genética entre especies y dentro de una misma especie, es decir la riqueza de alelos (polimorfismos) que se puede encontrar en una población determinada (diferentes colores de flores de margaritas), (Valdebenito, 2008). Un sitio determinado es biodiverso, entonces, si es rico en ecosistemas, especies y genes. Es conocido que nuestro país es privilegiado en este sentido y es considerado como el país más megadiverso por Km2 en el mundo. Basta considerar algunas cifras para comprobar esta realidad (Ver tabla 1). Condición que demanda de cada uno de nosotros el compromiso de conservar esta megadiversidad y usarla inteligentemente. Para esto debemos conocer acerca de esta riqueza, educarnos en la importancia de su conservación y reconocer en ella su valor estratégico, en un planeta que se debate en la actualidad entre el manejo racional de los recursos, su sobreexplotación o destrucción.

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Agrobiodiversidad

“la agrobiodiversidad es la variedad y variabilidad de animales, plantas y microorganismos que son importantes para la alimentación y la agricultura, y que implica una interacción entre recursos genéticos y los sistemas de manejo, que abarcan las prácticas utilizadas para tal fin por los agricultores desde hace miles de años en todas las regiones agrícolas del planeta”. Los sistemas agrícolas productivos dependen de la agrobiodiversidad para dar respuestas al desarrollo y demanda de la agricultura y por lo tanto a la necesidad actual de tener alimentos en cantidad y calidad necesarios debido al constante crecimiento poblacional humano (Salvatore et al, 2005). La agrobiodiversidad, por lo tanto, abarca la riqueza de plantas, animales y microorganismos que juegan un rol principal en el desarrollo de los diferentes sistemas agrícolas que se llevan a cabo en un determinado lugar. Para fines de este artículo vamos a concentrarnos en la agrobiodiversidad relacionada a plantas, para que luego de su análisis podamos identificar la importancia de este tema en nuestra realidad particular. La agrobiodiversidad vegetal abarca los cultivos comestibles, las variedades tradicionales, los materiales desarrollados por los mejoradores, los parientes silvestres, los organismos del suelo importantes para su fertilidad, estructura y calidad, los insectos, las bacterias y los hongos que controlan pestes y enfermedades y los componentes físicos de los agroecosistemas indispensables para que se lleven a cabo los ciclos de los nutrientes (Lobo, 2008).


En este contexto, es esencial conocer que aproximadamente el 35% de la producción mundial de alimentos proviene o se origina de los recursos genéticos de la Región Andina y Amazónica y que los conocimientos tradicionales asociados a estos recursos son componentes determinantes e integrantes de esta diversidad.

El Manual del Convenio de la Diversidad Biológica (citado en González, 2002) reconoce la naturaleza especial de la agrobiodiversidad ya que, entre otros factores: • Sirve para satisfacer las necesidades esenciales del género humano de alimentación y bienestar social • Es manejada por campesinos • Su conservación está ligada definitivamente al uso sostenible • Gran parte de la diversidad biológica de las plantas está guardada en bancos de germoplasma • La interacción entre el medio ambiente, los recursos genéticos y las prácticas de manejo agrícola son la base de la conservación in situ dentro de los agrosistemas de producción que permiten mantener un proceso dinámico de conservación de la agrobiodiversidad. En este contexto, es esencial conocer que aproximadamente el 35% de la producción mundial de alimentos proviene o se origina de los recursos genéticos de la Región Andina y Amazónica y que los conocimientos tradicionales asociados a estos recursos son componentes determinantes e integrantes de esta diversidad. Los conocimientos sobre los cultivos, el uso de alimentos, la culinaria asociada a éstos, las tecnologías de conservación tanto de alimentos como de fertilidad de los suelos y las técnicas de riego e infraestructura de manejo, drenaje y uso del clima son tan importantes como los propios recursos genéticos asociados a estos cultivos y técnicas (González, 2002).

Tabla 2. Especies utilizadas en la agricultura Descritas hasta la actualidad Utilizadas

Es interesante conocer que de las 511 familias de plantas identificadas hasta el momento, sólo 173 tienen representantes domesticados … Aparte de las especies ya domesticadas, más de 10.000 plantas se conocen como comestibles o útiles; éstas constituyen una reserva potencial para el desarrollo de futuros cultivos y para una posible diversificación de fuentes alimenticias …

Domesticadas % utilizadas

Especies de plantas 270000

Especies de animales 45000 Mamíferos

Aves

300 - 400

1070 - 1750

3000

30 - 40

2500 15 - 20

10 5

3 2

Fuente: Modificado de Spedding (1979)

Una fracción muy pequeña de las especies ha sido domesticada y contribuye efectivamente a la alimentación del ser humano (Spedding, 1979) (Ver tabla 2). Noventa por ciento del consumo de alimentos se sustenta en 15 plantas de las aproximadamente 270.000 existentes y en siete animales (cinco mamíferos y dos aves) (González Jiménez, 1994 citado en González 2002). Seguramente, nuevas descripciones

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de especies tanto de plantas y animales que se realizan constantemente modificarán las cifras mencionadas en cuanto al número de especies existentes pero no necesariamente al número de especies utilizadas o domesticadas. Sin lugar a dudas, el análisis de estos datos refleja claramente que la base alimenticia de la humanidad es muy estrecha y vulnerable. La domesticación se refiere al proceso mediante el cual plantas o animales seleccionados de la naturaleza se adaptan a ciertas condiciones creadas por el ser humano (González, 2002). Estos organismos se reproducen en cautiverio y bajo estricto control. Muchas de las plantas domesticadas fueron escogidas por sus características culinarias, de sabor y olor, por sus poderes curativos, sus usos ornamentales, o como fibras, entre otros (Hawksworth y Kalin-Arroyo, 1995). La biodiversidad domesticada incluye entones la variación genética existente entre especies, razas, cultivares, variedades e individuos principalmente de las especies animales y plantas que son utilizadas para actividades agronómicas. Los parientes silvestres de cultivos que incluyen tanto a los antepasados de los cultivos como a otras especies más o menos vinculadas con ellos contribuyen a esta biodiversidad como fuente de genes de resistencia contra enfermedades, plagas y factores de estrés como las sequías y las temperaturas extremas. Los parientes silvestres también han sido empleados para aumentar el valor nutricional de algunos cultivos, como por ejemplo el contenido de calcio de la papa. Estos materiales amplían y enriquecen la diversidad genética de un cultivo en particular y deben ser conservados para enfrentar posibles riesgos que abarca la creciente uniformidad genética de las variedades cultivadas (Bioversity Internacional, 2006). Es interesante conocer que de las 511 familias de plantas identificadas hasta el momento, sólo 173 tienen representantes domesticados. Por ejemplo, la familia de las Poaceae (antiguamente llamadas gramíneas) abarca el mayor número de especies domesticadas (370 especies), las leguminosas tienen 337 especies domesticadas de muy diferente origen, aunque fundamentalmente amazónico y mediterráneo y las Solanaceae contienen 115 especies domesticadas, provenientes principalmente de Ecuador, Perú, Bolivia y Chile (Hawksworth y Kalin-Arroyo,1995). Es importante analizar los datos presentados en la tabla 3 para conocer acerca de la contribución de las regiones geográficas para la producción agroalimentaria e industrial basada en la riqueza de sus recursos genéticos. Aparte de las especies ya domesticadas, más de 10000 plantas se conocen como comestibles o útiles; éstas constituyen una reserva potencial para el desarrollo de futuros cultivos y para una posible diversificación de fuentes alimenticias en un planeta donde la capacidad para producir suficientes alimentos de calidad para la población mundial tiende a disminuir por varias razones. Entre ellas se puede mencionar a la erosión genética, los costos crecientes de

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los alimentos y la disminución de la fertilidad de la tierra (desertificación) (González, 2002). Según Balakrishna (2001, citado en González, 2002), la disminución del poder adquisitivo y el crecimiento de las ciudades lleva a un incremento en la demanda de alimentos. Demanda que debe ser “saciada” a través de estrategias basadas en principios ecológicos esenciales que guíen una producción agrícola sustentable que permita una mayor disponibilidad de alimentos tanto de origen vegetal como animal.

Tabla 3. Contribución de las regiones en la diversidad de recursos genéticos para la producción agroalimentaria e industrial Región

Producción

Cultivos

Agroalimentaria

Industriales

(% de

(% de área

producción)

cubierta)

Chino-japonesa

12,9

2,1

Indochina

7,2

13,7

Indostana

5,7

2,0

Asia centro-occidental

30,0

10,8

Mediterránea

1,4

18,2

Africana

4,0

8,3

Eurosiberiana

2,9

0,0

Andino-amazónica

35,6

34,5

Norteamericana

0,0

10,5

Fuente: González Rosquel (1997)

El reto actual, a nivel mundial y local, es sin duda alguna mejorar los índices productivos de cultivos. En el caso particular del país, esto se debería lograr aprovechando las ventajas comparativas de una diversidad agroecológica con multiplicidad de opciones basadas en su posición geográfica, gama altitudinal, pluviometría y evolución edafológica (González, 2002). Para ello hay que tomar decisiones adecuadas en el manejo y conservación de recursos naturales, conjuntamente con la implementación de técnicas modernas apropiadas. En Ecuador existe una gran diversidad de recursos vegetales útiles, muchos de los cuales son utilizados a la vez por diferentes grupos sociales. González (2002) menciona el ejemplo de un estudio que resalta que las principales especies consumidas por diez pueblos indígenas y una comunidad rural de colonos mestizos son el achiote (Bixa orellana), ají (Capsicum annuum), papaya (Carica papaya), guaba (Inga edulis), yuca (Manihot esculenta) y guayaba (Psidium guajava). Asimismo, al comparar las plantas medicinales empleadas por nueve pueblos indígenas y una comunidad rural de colonos mestizos, se determinó el uso común


del paico (Chenopodium ambrosioides), hierbaluisa (Cymbopogon citratus), tía Tina (Scoparia dulcis), ortiga (Urera baccifera) y verbena (Verbena litoralis). En la tabla 4 se resaltan algunos usos de ciertas especies en la Costa ecuatoriana. Entre la vegetación natural del país, las diversas regiones geográficas son muy ricas en parientes silvestres afines a las especies cultivadas. Algunos ejemplos, son los materiales silvestres de la papa, fréjol, tomate, frutales tropicales y frutales subtropicales. También los bosques naturales del país contienen parientes silvestres de especies como el aguacate (Persea spp.) y la papaya (Carica spp.). Un caso muy conocido es el del uso del germoplasma de los tomates silvestres de Ecuador (Lycopersicum esculentum cerasiforme, L. hirsutum y L. pimpinellifolium), que ha sido utilizado para mejorar el contenido de vitamina C y de sólidos solubles, así como para ampliar el rango de cultivo de las variedades domesticadas. Lycopersicum cheesmani, endémico de las Islas Galápagos, tolera altos niveles de salinidad del suelo y sequía, características que han sido aprovechadas para el fitomejoramiento de variedades comerciales. Las especies medicinales representan otro grupo de interés por su amplia variedad biológica y de usos (González 2002).

Tabla 4. Usos de algunas especies en la Costa ecuatoriana Nombre local

Nombre científico Usos

Achiotes

Bixa orellana

Colorante, condimento

Ajíes

Capsicum spp.

Anonas, chirimoya Annona spp.

Condimentos Refrescos, consumo directo

Caimito, cauje

Pouteria caimito

Consumo directo

Granadilla Guaba (varias especies)

Passiflora spp.

Consumo directo

Inga spp.

Consumo directo

Maracuyá

Passiflora edulis

Jugos, consumo directo

Papaya

Carica papaya

Consumo directo, jugos

Pitajaya Tomate de árbol silvestre

Hylocereus sp.

Consumo directo

Cyphomandra spp.

Consumo directo

Tomate silvestre

Lycopersicoum spp. Medicinal, mejoramiento

Yuca

Manihot esculenta

Cocido, sopas

Fuente: Modificado de Castillo (1998).

Ecuador no cuenta con información detallada sobre la distribución y estado actual de las especies silvestres y cultivares locales. Es evidente, que diversos factores como: la destrucción de hábitats, la explotación forestal, los cambios en los hábitos alimenticios, la conversión de bosques en pastizales y/o plantaciones, la inseguridad en la tenencia de la tierra que promueve la deforestación, la

conversión de los bosques y la destrucción de otros hábitats naturales causen la pérdida irreparable de especies y variedades, incrementando así la erosión genética de estos materiales vegetales (Josse, 2000). El desplazamiento de los cultivos autóctonos, tales como papas nativas (Solanum spp.), melloco (Ullucus tuberosus), oca (Oxalis tuberosa), mashua (Tropaoeloum tuberosum), jícama (Polymnia sonchifolia), miso (Mirabilis expansa) y jíquima (Pachyrhizus tuberosus) es un hecho indiscutible. Sin embargo, es válido mencionar también que existen todavía algunos ejemplos de comunidades indígenas y asentamientos rurales que continúan sembrando y conservando variedades tradicionales de algunos cultivos, como: maíz, papa, camote (Ipomoea batatas), melloco, oca, zanahoria blanca (Arracacia xanthorriza) y otros tubérculos y raíces andinos, con fines de autoconsumo y mercado (González 2002). Instituciones nacionales como el Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (INIAP) llevan a cabo proyectos dirigidos a lograr la conservación in situ de los recursos genéticos de interés agrícola. Estos esfuerzos deben ser complementados con proyectos orientados a la conservación ex situ, que se orienta a la conservación de los recursos genéticos agrícolas fundamentalmente a través de la constitución y manejo de bancos de germoplasma. Ecuador cuenta con varias colecciones nacionales de recursos fitogenéticos que se mantienen en entidades públicas y privadas, universidades y centros e instituciones de investigación. El Instituto Nacional Autónomo de Investigaciones Agropecuarias (INIAP), a través del Departamento Nacional de Recursos Fitogenéticos (DENAREF) maneja un banco de germoplasma nacional por mandato del Estado que ejecuta y coordina las acciones en materia de conservación ex situ (González 2002). Este banco de germoplasma cuenta con aproximadamente 17920 accesiones provenientes de colectas, intercambio y custodia, de las cuales aproximadamente 13711 se almacenan como semillas, 4209 en campo o duplicadas en colecciones in vitro. Esta banco incluye colecciones de un sinnúmero de cultivos relevantes para la agrobiodiversidad ecuatoriana como son una variedad de tubérculos andinos, maíz, quinua, chocho, fréjol, haba, arveja, lenteja, maní, ají, naranjilla, chirimoya, arroz, yuca, cacao, tomate de árbol, uvilla, amaranto, entre otros. (Tapia, et al, 2008). Dentro de este contexto, es importante mencionar que el Ecuador ha ratificado el Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y Agricultura de la FAO. Los objetivos principales de este Tratado son la conservación y utilización sostenible de los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura, y la distribución justa y equitativa de los beneficios derivados de su utilización en armonía con el Convenio sobre la Diversidad Biológica, para una agricultura sostenible y la seguridad alimentaria. Este acuerdo internacional establece un sistema multilateral para facilitar el acceso a los recursos fitogenéticos para la alimentación y la agricultura, y para

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compartir los beneficios de manera justa y equitativa. El sistema multilateral se aplica a más de 64 cultivos y forrajes principales claramente especificados en el texto del Tratado (Anexo 1 de FAO, 2009). Al momento, se está trabajando para la implementación de este Sistema, que sin lugar a dudas representa un reto para todos los países que forman parte de este instrumento internacional.

va varios siglos, solo pensemos en la elaboración de vinos donde interviene un ser vivo (la levadura) para darnos un producto altamente apreciado por las sociedades desde hace algunos siglos. Por lo tanto, la biotecnología no es un descubrimiento de hace un par de años sino una tecnología utilizada por el ser humano desde hace mucho tiempo y en diferentes campos.

Los países como el Ecuador, que han ratificado el Tratado, apuestan a que la implementación del mismo conlleve al beneficio de varios sectores como:

Pero ¿por qué hablar de biotecnología en relación a la agrobiodiversidad? ¿Contribuye esta disciplina positiva o negativamente a la conservación y uso racional de la misma?

• Los agricultores y sus comunidades, a través del fortalecimiento de los derechos de los agricultores; • Los consumidores, debido a la mayor variedad de alimentos disponibles, así como de productos agrícolas, junto con el aumento de la seguridad alimentaria; • La comunidad científica, mediante el acceso facilitado a los recursos fitogenéticos, de importancia fundamental para la investigación y la mejora de las plantas; • Los sectores público y privado, a quienes se asegura el acceso a una amplia gama de diversidad genética para mejorar el desarrollo agrícola; y • El medio ambiente y las futuras generaciones, puesto que el Tratado ayudará a conservar la diversidad genética necesaria para afrontar los cambios imprevisibles del medio ambiente y las necesidades humanas futuras (FAO, 2009). Este instrumento internacional obviamente tiene relación con la agrobiodiversidad, su conservación y uso sustentable considerando temas muy relevantes como son los de propiedad intelectual, distribución de beneficios derivados del uso de estos recursos fitogenéticos, conocimientos ancestrales, derechos colectivos, entre otros. Temas que son de difícil manejo a nivel mundial y especialmente en el Ecuador donde hasta el momento no existen lineamientos claros que guíen el camino a seguir.

Biotecnología La definición tradicional de biotecnología plantea que es la disciplina que utiliza seres vivos o partes de ellos para la elaboración de nuevos productos o para el mejoramiento de plantas o animales o para la creación de nuevos microorganismos con usos específicos. La biotecnología es multidisciplinaria porque se fundamenta en el avance de ciencias como la biología, bioquímica, genética, biología molecular, química, informática, entre otras, para su desarrollo (Torres, 2008). La historia de la biotecnología conlle-

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Para poder contestar estas inquietudes debemos revisar brevemente algunos campos de la biotecnología que seguramente hay que considerar cuando hablamos de agrobiodiversidad: Cultivo in vitro de plantas: abarca una serie de técnicas enfocadas a la propagación de plantas en condiciones controladas en el laboratorio (Pierik, 1987). Todas estas técnicas se basan en una propiedad que tienen las células vegetales, la totipotencia (Echenique et al., 2004). Esta consiste en que cualquier célula vegetal diferenciada puede reprogramarse (si tiene los estímulos adecuados y crece con los nutrientes necesarios) y dar origen a una nueva planta. Obviamente este tipo de propagación es asexual y las plantas nuevas que se obtienen son clones de la planta de la que se derivaron, en otras palabras son genéticamente idénticas. Las aplicaciones de este tipo de cultivo son varias, como la propagación de material vegetal a gran escala para su uso en prácticas agrícolas, propagación clonal de plantas que no presentan estos mecanismos de forma natural, propagación de material vegetal con fines de conservación y desarrollo de bancos de germoplasma, entre otras. Claramente podemos darnos cuenta de la importancia de esta herramienta tecnológica para establecer programas de conservación, propagación de material vegetal para siembra, desarrollo de nuevos cultivares, desarrollo de colecciones de germoplasma de materiales nativos infrautilizados, que se van perdiendo, entre otras aplicaciones. Marcadores Moleculares: dentro de los avances de la biología molecular en los últimos años se encuentra el desarrollo de una serie de marcadores moleculares que permiten tener una huella de los individuos para que éstos puedan ser caracterizados molecularmente. A través de este tipo de identificación específica de individuos y/o poblaciones se puede conducir una serie de estudios enfocados a analizar diferentes estructuras poblacionales, determinar la diversidad genética de diferentes grupos, realizar estudios filogenéticos, identificar individuos con características claves y establecer relaciones entre diversos materiales dependiendo de diversos factores, como por ejemplo, su distribución geográfica. Por lo tanto a través de esta tecnología podemos conocer más acerca de los


La historia de la biotecnología conlleva varios siglos, solo pensemos en la elaboración de vinos donde interviene un ser vivo (la levadura) para darnos un producto altamente apreciado por las sociedades desde hace algunos siglos. Por lo tanto, la biotecnología no es un descubrimiento de hace un par de años sino una tecnología utilizada por el ser humano desde hace mucho tiempo y en diferentes campos.

materiales vegetales relevantes para la agrobiodiversidad y establecer prioridades de conservación, de fitomejoramiento, y de uso adecuado de recursos genéticos (Nuez y Carrillo, 2000). Selección asistida por marcadores moleculares: una aplicación del uso de los marcadores moleculares es el desarrollo de programas de fitomejoramiento. A través de la identificación molecular de individuos con características agronómicas deseadas, se pueden conducir cruces específicos y obtener variedades mejoradas de forma más eficiente y en menor tiempo. Un ejemplo práctico de la utilización de esta metodología fue el desarrollo de una nueva variedad de fréjol (Phaseolus vulgaris) resistente a dos enfermedades producidas por virus (virus del mosaico común y necrótico), que afectan a este cultivo (Nuez y Carrillo, 2000). Transformación genética: metodología basada en la técnica del ADN recombinante que permite introducir nueva información (nuevos genes de la misma especie o de otra) en una especie determinada. El resultado es un organismo genéticamente modificado ya que en su genoma existe información proveniente de otro origen. El ejemplo más clásico de la aplicación de esta tecnología, en el campo agrícola, es la soya tolerante al glifosato (herbicida), la misma que se obtuvo al introducir este gen de tolerancia de una bacteria a la soya (Padgette et al., 1995).

La realidad es que en el 2009 se cultivaron 134 millones de hectáreas, en 25 países (10 Latinoamericanos), con un incremento del 7% anual (9 millones de hectáreas) en relación con el 2008 lo que demuestra que es una tecnología en crecimiento. Los principales cultivos biotecnológicos a nivel mundial son la soya, el maíz, el algodón y la canola …

Las implicaciones de esta tecnología han desencadenado una serie de discusiones y debates a nivel mundial sobre la pertinencia o no del uso de esta tecnología y su productos. La realidad, sin embargo, es que en el 2009 se cultivaron 134 millones de hectáreas, en 25 países (10 Latinoamericanos), con un incremento del 7% anual (9 millones de hectáreas) en relación con el 2008 lo que demuestra que es una tecnología en crecimiento. Los principales cultivos biotecnológicos a nivel mundial son la soya, el maíz, el algodón y la canola (James, 2009). A estos datos hay que añadir un número cada vez más creciente de investigaciones que intentan desarrollar plantas genéticamente modificadas que presenten características mejoradas para conseguir mejores niveles de producción, mejoras nutricionales, o plantas que produzcan nuevos productos, como medicamentos o vacunas. El 2002, DaSilva reporta que en algunos países como Bélgica, Francia, Italia, Holanda y el Reino Unido se llevan a cabo proyectos que implican modificaciones genéticas en al menos 27 especies diferentes de plantas. Sin lugar a dudas, el desarrollo, uso y comercialización de estos nuevos cultivos debe ser llevado a cabo siguiendo normas de bioseguridad adecuadas que garanticen la seguridad alimentaria, la inocuidad de los productos y el bienestar ambiental. Después de más de 15 años del uso de estos productos, no existen pruebas sustentadas de efectos adversos ni para el ambiente, ni para la salud hu-

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mana ni animal derivados directamente de la transgénesis. Esta realidad permite afirmar que si esta tecnología es utilizada apropiadamente, representa una alternativa, entre otras, para obtener nuevas variedades que contribuyan a desarrollar una agricultura más sustentable.

Comentario final Por lo expuesto anteriormente, es claro que la Biotecnología debe ser considerada como una herramienta que, a través de las diversas metodologías que maneja, puede contribuir sólidamente a la conservación y uso de la diversidad agrícola. El Tratado Internacional sobre los Recursos Fitogenéticos para la Alimentación y Agricultura hace hincapié del uso de germoplasma para el mejoramiento y obtención de nuevas variedades. ¿Cómo entender, en el siglo 21, estos procesos de fitomejoramiento sin la aplicación de tecnologías como el empleo de marcadores moleculares y diversos métodos de cultivo in vitro? Inclusive la aplicación de la transformación genética puede aportar a la obtención de variedades con características deseadas y que contribuyan a la alimentación y agricultura de una determinada región. La brecha que existe actualmente, por la poca comprensión sobre temas de desarrollo tecnológico, seguramente se superará en un futuro y finalmente se podrá conjugar adecuadamente conservación, desarrollo tecnológico responsable, conocimientos ancestrales e innovación para alcanzar una agricultura verdaderamente sustentable que dé respuestas a las necesidades del mundo actual. En el contexto actual de las discusiones sobre agrobiodiversidad, su valor y potencialidades, parece que se olvida una realidad importantísima: la diversidad agrícola abarca especies de interés para la alimentación y agricultura, consta de una serie de variedades locales que forman una invalorable riqueza de genes que son la base para poder mejorar las especies de cultivo de importancia en este sector. Muchos son los puristas que proponen “no topar” esta agrobiodiversidad. En algunos escenarios mejoramiento genético es considerado una mala palabra, un proceso que hay que desechar; entonces es válido preguntarse si no se pueden usar las valiosas características que contienen los materiales que constituyen la agrobiodiversidad con el fin de obtener nuevas variedades, ¿de qué nos sirve tenerlas? Solo como una colección intocable para enseñar esta maravillosa riqueza? Estos argumentos son un sinsentido, el mejoramiento genético es la base de la agricultura, de su historia y evolución. Por supuesto que en el momento actual debemos enfocarnos en el uso adecuado de esta diversidad. ¿Cómo? Desarrollando programas responsables de uso del germoplasma valioso y reconociendo la importancia de su conservación.

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Si, por un lado, existen variedades locales de un cultivo de interés, con características deseadas pero dispersas en diferentes accesiones, y por otro lado, hay variedades de poco rendimiento que por eso dejan de ser utilizadas por campesinos y agricultores; ¿no será estratégico establecer programas de fitomejoramiento para obtener líneas vegetales más productivas? Este debe ser el papel real de la agrobiodiversidad, ser utilizada responsablemente, con sólidos principios de conservación pero con una firme decisión de uso que implique mejorar las condiciones agrícolas y por lo tanto de producción de alimentos de una región determinada. Quizás no nos quedemos en la oscuridad por miedo de “arriesgarnos” a innovar. Quizás el país logre valorar lo que tenemos y lo utilice inteligentemente.

Quizás no nos quedemos en la oscuridad por miedo de “arriesgarnos” a innovar. Quizás el país logre valorar lo que tenemos y lo utilice inteligentemente.


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