Lectura Semanal - Semana 8 Día 50 - Lunes 16.03.15: Mateo 1 / Éxodo 20-21 / Proverbios 9 Día 51 - Martes 17.03.15: Mateo 2 / Éxodo 22-23 / Proverbios 10 Día 52 - Miércoles 18.03.15: Mateo 3 / Éxodo 24 / Proverbios 11 Día 53 - Jueves 19.03.15: Mateo 4 / Éxodo 25-27 / Proverbios 12 Día 54 - Viernes 20.03.15: Mateo 5:1-20 / Éxodo 28-29 / Proverbios 13 Día 55 - Sábado 21.03.15: Mateo 5: 21-48 / Éxodo 30-32 / Proverbios 14 Día 56 - Domingo 22.03.15: Mateo 6:1-18 / Éxodo 33-34 / Proverbios 15
Día 50 - Lunes 16.03.15:
Mateo 1 (NVI) 1Tabla genealógica de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham: 2Abraham fue el padre de Isaac; Isaac, padre de Jacob; Jacob, padre de Judá y de sus hermanos; 3Judá, padre de Fares y de Zera, cuya madre fue Tamar; Fares, padre de Jezrón; Jezrón, padre de Aram; 4Aram, padre de Aminadab; Aminadab, padre de Naasón; Naasón, padre de Salmón; 5Salmón, padre de Booz, cuya madre fue Rajab; Booz, padre de Obed, cuya madre fue Rut; Obed, padre de Isaí; 6e Isaí, padre del rey David. David fue el padre de Salomón, cuya madre había sido la esposa de Urías; 7Salomón, padre de Roboán; Roboán, padre de Abías; Abías, padre de Asá; 8Asá, padre de Josafat; Josafat, padre de Jorán; Jorán, padre de Uzías; 9Uzías, padre de Jotán; Jotán, padre de Acaz; Acaz, padre de Ezequías; 10Ezequías, padre de Manasés; Manasés, padre de Amón; Amón, padre de Josías; 11y Josías, padre de Jeconías y de sus hermanos en tiempos de la deportación a Babilonia. 12Después de la deportación a Babilonia, Jeconías fue el padre de Salatiel; Salatiel, padre de Zorobabel; 13Zorobabel, padre de Abiud; Abiud, padre de Eliaquín; Eliaquín, padre de Azor; 14Azor, padre de Sadoc; Sadoc, padre de Aquín; Aquín, padre de Eliud; 15Eliud, padre de Eleazar; Eleazar, padre de Matán; Matán, padre de Jacob; 16y Jacob fue padre de José, que fue el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado el Cristo. 17Así que hubo en total catorce generaciones desde Abraham hasta David, catorce desde David hasta la de-
portación a Babilonia, y catorce desde la deportación hasta el Cristo. Nacimiento de Jesucristo 18El nacimiento de Jesús, el Cristo, fue así: Su madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero antes de unirse a él, resultó que estaba encinta por obra del Espíritu Santo. 19Como José, su esposo, era un hombre justo y no quería exponerla a vergüenza pública, resolvió divorciarse de ella en secreto. 20Pero cuando él estaba considerando hacerlo, se le apareció en sueños un ángel del Señor y le dijo: «José, hijo de David, no temas recibir a María por esposa, porque ella ha concebido por obra del Espíritu Santo. 21Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.» 22Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: 23«La virgen concebirá y dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»). 24Cuando José se despertó, hizo lo que el ángel del Señor le había mandado y recibió a María por esposa. 25Pero no tuvo relaciones conyugales con ella hasta que dio a luz un hijo, a quien le puso por nombre Jesús.
________________________
Éxodo 20-21 (NVI) Los Diez Mandamientos 1Dios habló, y dio a conocer todos estos mandamientos: 2«Yo soy el Señor tu Dios. Yo te saqué de Egipto, del país donde eras esclavo. 3»No tengas otros dioses además de mí. 4»No te hagas ningún ídolo, ni nada que guarde semejanza con lo que hay arriba en el cielo, ni con lo que hay abajo en la tierra,
ni con lo que hay en las aguas debajo de la tierra. 5No te inclines delante de ellos ni los adores. Yo, el Señor tu Dios, soy un Dios celoso. Cuando los padres son malvados y me odian, yo castigo a sus hijos hasta la tercera y cuarta generación. 6Por el contrario, cuando me aman y cumplen mis mandamientos, les muestro mi amor por mil generaciones. 7»No pronuncies el nombre del Señor tu Dios a la ligera. Yo, el Señor, no tendré por inocente a quien se atreva a pronunciar mi nombre a la ligera. 8»Acuérdate del sábado, para consagrarlo. 9Trabaja seis días, y haz en ellos todo lo que tengas que hacer, 10pero el día séptimo será un día de reposo para honrar al Señor tu Dios. No hagas en ese día ningún trabajo, ni tampoco tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tus animales, ni tampoco los extranjeros que vivan en tus ciudades. 11Acuérdate de que en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, el mar y todo lo que hay en ellos, y que descansó el séptimo día. Por eso el Señor bendijo y consagró el día de reposo. 12»Honra a tu padre y a tu madre, para que disfrutes de una larga vida en la tierra que te da el Señor tu Dios. 13»No mates. 14»No cometas adulterio. 15»No robes. 16»No des falso testimonio en contra de tu prójimo. 17»No codicies la casa de tu prójimo: No codicies su esposa, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su burro, ni nada que le pertenezca.» Reacción temerosa de los israelitas 18Ante ese espectáculo de truenos y relámpagos, de sonidos de trompeta y de la montaña envuelta en humo, los israelitas temblaban de miedo y se mante-
nían a distancia. 19Así que le suplicaron a Moisés:—Háblanos tú, y te escucharemos. Si Dios nos habla, seguramente moriremos. 20—No tengan miedo —les respondió Moisés—. Dios ha venido a ponerlos a prueba, para que sientan temor de él y no pequen. 21Entonces Moisés se acercó a la densa oscuridad en la que estaba Dios, pero los israelitas se mantuvieron a distancia. El altar de piedra 22El Señor le ordenó a Moisés:«Diles lo siguiente a los israelitas: “Ustedes mismos han oído que les he hablado desde el cielo. 23No me ofendan; no se hagan dioses de plata o de oro, ni los adoren. 24Háganme un altar de tierra, y ofrézcanme sobre él sus holocaustos y sacrificios de comunión, sus ovejas y sus toros. Yo vendré al lugar donde les pida invocar mi nombre, y los bendeciré. 25Si me hacen un altar de piedra, no lo construyan con piedras labradas, pues las herramientas profanan la piedra. 26Y no le pongan escalones a mi altar, no sea que al subir se les vean los genitales.” Esclavos hebreos 1»Éstas son las leyes que tú les expondrás: 2»Si alguien compra un esclavo hebreo, éste le servirá durante seis años, pero en el séptimo año recobrará su libertad sin pagar nada a cambio. 3»Si el esclavo llega soltero, soltero se irá.»Si llega casado, su esposa se irá con él. 4»Si el amo le da mujer al esclavo, como ella es propiedad del amo, serán también del amo los hijos o hijas que el esclavo tenga con ella. Así que el esclavo se irá solo. 5»Si el esclavo llega a declarar: “Yo no quiero recobrar mi libertad, pues les tengo cariño a mi
amo, a mi mujer y a mis hijos”, 6el amo lo hará comparecer ante los jueces, luego lo llevará a una puerta, o al marco de una puerta, y allí le horadará la oreja con un punzón. Así el esclavo se quedará de por vida con su amo. 7»Si alguien vende a su hija como esclava, la muchacha no se podrá ir como los esclavos varones. 8»Si el amo no toma a la muchacha como mujer por no ser ella de su agrado, deberá permitir que sea rescatada. Como la rechazó, no podrá vendérsela a ningún extranjero. 9»Si el amo entrega la muchacha a su hijo, deberá tratarla con todos los derechos de una hija. 10»Si toma como esposa a otra mujer, no podrá privar a su primera esposa de sus derechos conyugales, ni de alimentación y vestido. 11»Si no le provee esas tres cosas, la mujer podrá irse sin que se pague nada por ella. Injurias personales 12»El que hiera a otro y lo mate será condenado a muerte. 13»Si el homicidio no fue intencional, pues ya estaba de Dios que ocurriera, el asesino podrá huir al lugar que yo designaré. 14»Si el homicidio es premeditado, el asesino será condenado a muerte aun cuando busque refugio en mi altar. 15»El que mate a su padre o a su madre será condenado a muerte. 16»El que secuestre a otro y lo venda, o al ser descubierto lo tenga aún en su poder, será condenado a muerte. 17»El que maldiga a su padre o a su madre será condenado a muerte. 18»Si en una riña alguien golpea a otro con una piedra, o con el puño, y el herido no muere pero se ve obligado a guardar cama, 19el agresor deberá indemnizar al herido por daños y perjuicios. Sin em-
bargo, quedará libre de culpa si el herido se levanta y puede caminar por sí mismo o con la ayuda de un bastón. 20»Si alguien golpea con un palo a su esclavo o a su esclava, y como resultado del golpe él o ella muere, su crimen será castigado. 21Pero si después de uno o dos días el esclavo se recupera, el agresor no será castigado porque el esclavo era de su propiedad. 22»Si en una riña los contendientes golpean a una mujer encinta, y la hacen abortar pero sin poner en peligro su vida, se les impondrá la multa que el marido de la mujer exija y que en justicia le corresponda. 23»Si se pone en peligro la vida de la mujer, ésta será la indemnización: vida por vida, 24ojo por ojo, diente por diente, mano por mano, pie por pie, 25quemadura por quemadura, golpe por golpe, herida por herida. 26»Si alguien golpea en el ojo a su esclavo o a su esclava, y se lo saca, en compensación por el ojo los pondrá en libertad. 27»Si alguien le rompe un diente a su esclavo o a su esclava, en compensación por el diente los pondrá en libertad. 28»Si un toro cornea y mata a un hombre o a una mujer, se matará al toro a pedradas y no se comerá su carne. En tal caso, no se hará responsable al dueño del toro. 29»Si el toro tiene la costumbre de cornear, se le matará a pedradas si llega a matar a un hombre o a una mujer. Si su dueño sabía de la costumbre del toro, pero no lo mantuvo sujeto, también será condenado a muerte. 30»Si a cambio de su vida se le exige algún pago, deberá pagarlo. 31»Esta misma ley se aplicará en caso de que el toro cornee a un muchacho o a una muchacha. 32»Si el toro cornea a un
esclavo o a una esclava, el dueño del toro deberá pagarle treinta monedas de plata al amo del esclavo o de la esclava. El toro será apedreado. 33»Si alguien deja abierto un pozo, o cava un pozo y no lo tapa, y llegan a caerse en él un buey o un asno, 34el dueño del pozo indemnizará al dueño del animal, y podrá quedarse con el animal muerto. 35»Si un toro cornea a otro toro, y el toro corneado muere, se venderá el toro vivo, y los dos dueños se repartirán por partes iguales el dinero y el animal muerto. 36»Si el toro tenía la maña de cornear, y su dueño le conocía esta maña pero no lo mantuvo amarrado, tendrá que pagar por el animal muerto con un animal vivo, pero podrá quedarse con el animal muerto.
________________________
Proverbios 9 (NVI) Invitación de la sabiduría y de la necedad 1La sabiduría construyó su casa y labró sus siete pilares. 2Preparó un banquete, mezcló su vino y tendió la mesa. 3Envió a sus doncellas, y ahora clama desde lo más alto de la ciudad. 4«¡Vengan conmigo los inexpertos! —dice a los faltos de juicio—. 5Vengan, disfruten de mi pan y beban del vino que he mezclado. 6Dejen su insensatez, y vivirán; andarán por el camino del discernimiento. 7»El que corrige al burlón se gana que lo insulten; el que reprende al malvado se gana su desprecio. 8No reprendas al insolente, no sea que acabe por odiarte; reprende al sabio, y te amará. 9Instruye al sabio, y se hará más sabio; enseña al justo, y aumentará su saber. 10»El comienzo de la sabiduría es el temor del Señor; co-
nocer al Santo es tener discernimiento. 11Por mí aumentarán tus días; muchos años de vida te serán añadidos. 12Si eres sabio, tu premio será tu sabiduría; si eres insolente, sólo tú lo sufrirás.» 13La mujer necia es escandalosa, frívola y desvergonzada. 14Se sienta a las puertas de su casa, sienta sus reales en lo más alto de la ciudad, 15y llama a los que van por el camino, a los que no se apartan de su senda. 16«¡Vengan conmigo, inexpertos! —dice a los faltos de juicio—. 17¡Las aguas robadas saben a gloria! ¡El pan sabe a miel si se come a escondidas!» 18Pero éstos ignoran que allí está la muerte, que sus invitados caen al fondo de la fosa.
Día 51 - Martes 17.03.15:
Mateo 2 (NVI) Visita de los sabios 1Después de que Jesús nació en Belén de Judea en tiempos del rey Herodes, llegaron a Jerusalén unos sabios procedentes del Oriente. 2—¿Dónde está el que ha nacido rey de los judíos? —preguntaron—. Vimos levantarse su estrella y hemos venido a adorarlo. 3Cuando lo oyó el rey Herodes, se turbó, y toda Jerusalén con él. 4Así que convocó de entre el pueblo a todos los jefes de los sacerdotes y maestros de la ley, y les preguntó dónde había de nacer el Cristo. 5—En Belén de Judea —le respondieron—, porque esto es lo que ha escrito el profeta: 6»“Pero tú, Belén, en la tierra de Judá, de ninguna manera eres la menor entre los principales de Judá; porque de ti saldrá un príncipe que será el pastor de mi pueblo Israel.” 7Luego Herodes llamó en secreto a los sabios
y se enteró por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella. 8Los envió a Belén y les dijo:—Vayan e infórmense bien de ese niño y, tan pronto como lo encuentren, avísenme para que yo también vaya y lo adore. 9Después de oír al rey, siguieron su camino, y sucedió que la estrella que habían visto levantarse iba delante de ellos hasta que se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. 10Al ver la estrella, se llenaron de alegría. 11Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra. 12Entonces, advertidos en sueños de que no volvieran a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. La huida a Egipto 13Cuando ya se habían ido, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.» 14Así que se levantó cuando todavía era de noche, tomó al niño y a su madre, y partió para Egipto, 15donde permaneció hasta la muerte de Herodes. De este modo se cumplió lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi hijo.» 16Cuando Herodes se dio cuenta de que los sabios se habían burlado de él, se enfureció y mandó matar a todos los niños menores de dos años en Belén y en sus alrededores, de acuerdo con el tiempo que había averiguado de los sabios. 17Entonces se cumplió lo dicho por el profeta Jeremías: 18«Se oye un grito en Ramá, llanto y
gran lamentación; es Raquel, que llora por sus hijos y no quiere ser consolada; ¡sus hijos ya no existen!» El regreso a Nazaret 19Después de que murió Herodes, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José en Egipto 20y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y vete a la tierra de Israel, que ya murieron los que amenazaban con quitarle la vida al niño.» 21Así que se levantó José, tomó al niño y a su madre, y regresó a la tierra de Israel. 22Pero al oír que Arquelao reinaba en Judea en lugar de su padre Herodes, tuvo miedo de ir allá. Advertido por Dios en sueños, se retiró al distrito de Galilea, 23y fue a vivir en un pueblo llamado Nazaret. Con esto se cumplió lo dicho por los profetas: «Lo llamarán nazareno.»
________________________
Éxodo 22-23 (NVI) Protección de la propiedad 1»Si alguien roba un toro o una oveja, y lo mata o lo vende, deberá devolver cinco cabezas de ganado por el toro, y cuatro ovejas por la oveja. 2»Si a alguien se le sorprende robando, y se le mata, su muerte no se considerará homicidio. 3»Si se mata al ladrón a plena luz del día, su muerte se considerará homicidio.»El ladrón está obligado a restituir lo robado. Si no tiene con qué hacerlo, será vendido para restituir lo robado. 4»Si el animal robado se halla en su poder y todavía con vida, deberá restituirlo doble, ya sea que se trate de un toro, un asno o una oveja. 5»Si alguien apacienta su ganado en un campo o en una viña, y por dejar a sus animales sueltos ellos pastan en campo ajeno, el dueño
del animal deberá reparar el daño con lo mejor de su cosecha. 6»Si se prende fuego en pasto seco, y el fuego se propaga y quema algún trigal, o el trigo ya apilado, o algún campo sembrado, el que haya comenzado el fuego deberá reparar el daño. 7»Si alguien deja dinero o bienes en la casa de un amigo, y esos bienes le son robados, el ladrón deberá devolver el doble, en caso de que lo atrapen. 8»Si no se atrapa al ladrón, el dueño de la casa deberá comparecer ante los jueces para que se determine si no dispuso de los bienes del otro. 9»En todos los casos de posesión ilegal, las dos partes deberán llevar el asunto ante los jueces. El que sea declarado culpable deberá restituir el doble a su prójimo, ya sea que se trate de un toro, o de un asno, o de una oveja, o de ropa, o de cualquier otra cosa perdida que alguien reclame como de su propiedad. 10»Si alguien deja al cuidado de algún amigo suyo un asno, un toro, una oveja, o cualquier otro animal, y el animal muere, o sufre algún daño, o es robado sin que nadie lo vea, 11el amigo del dueño jurará ante el Señor no haberse adueñado de la propiedad de su amigo. El dueño deberá aceptar ese juramento, y el amigo no deberá restituirle nada. 12»Si el animal le fue robado al amigo, éste deberá indemnizar al dueño. 13»Si el animal fue despedazado por una fiera, el amigo no tendrá que indemnizar al dueño si presenta como evidencia los restos del animal. 14»Si alguien pide prestado un animal de algún amigo suyo, y el animal sufre algún daño, o muere, no estando presente su dueño, el que lo pidió prestado deberá restituirlo. 15»Si el dueño
del animal estaba presente, el que pidió prestado el animal no tendrá que pagar nada.»Si el animal fue alquilado, el precio del alquiler cubrirá la pérdida. Responsabilidades sociales 16»Si alguien seduce a una mujer virgen que no esté comprometida para casarse, y se acuesta con ella, deberá pagarle su precio al padre y tomarla por esposa. 17Aun si el padre se niega a entregársela, el seductor deberá pagar el precio establecido para las vírgenes. 18»No dejes con vida a ninguna hechicera. 19»Todo el que tenga relaciones sexuales con un animal será condenado a muerte. 20»Todo el que ofrezca sacrificios a otros dioses, en vez de ofrecérselos al Señor, será condenado a muerte. 21»No maltrates ni oprimas a los extranjeros, pues también tú y tu pueblo fueron extranjeros en Egipto. 22»No explotes a las viudas ni a los huérfanos, 23porque si tú y tu pueblo lo hacen, y ellos me piden ayuda, yo te aseguro que atenderé a su clamor: 24arderá mi furor y los mataré a ustedes a filo de espada. ¡Y sus mujeres se quedarán viudas, y sus hijos se quedarán huérfanos! 25»Si uno de ustedes presta dinero a algún necesitado de mi pueblo, no deberá tratarlo como los prestamistas ni le cobrará intereses. 26»Si alguien toma en prenda el manto de su prójimo, deberá devolvérselo al caer la noche. 27Ese manto es lo único que tiene para abrigarse; no tiene otra cosa sobre la cual dormir. Si se queja ante mí, yo atenderé a su clamor, pues soy un Dios compasivo. 28»No blasfemes nunca contra Dios, ni maldigas al jefe de tu pueblo. 29»No te demores en presentarme las ofrendas de tus grane-
ros y de tus lagares.»Tus hijos primogénitos serán para mí. 30»También serán para mí tus toros y tus ovejas. Los dejarás con sus madres siete días, pero al octavo día me los entregarás. 31»Ustedes serán mi pueblo santo.»No comerán la carne de ningún animal que haya sido despedazado por las fieras. Esa carne se la echarán a los perros. Leyes de justicia y de misericordia 1»No divulgues informes falsos.»No te hagas cómplice del malvado ni apoyes los testimonios del violento. 2»No imites la maldad de las mayorías.»No te dejes llevar por la mayoría en un proceso legal.»No perviertas la justicia tomando partido con la mayoría. 3»No seas parcial con el pobre en sus demandas legales. 4»Si encuentras un toro o un asno perdido, devuélvelo, aunque sea de tu enemigo. 5»Si ves un asno caído bajo el peso de su carga, no lo dejes así; ayúdalo, aunque sea de tu enemigo. 6»No tuerzas la justicia contra los pobres de tu pueblo en sus demandas legales. 7»Manténte al margen de cuestiones fraudulentas.»No le quites la vida al que es inocente y honrado, porque yo no absuelvo al malvado. 8»No aceptes soborno, porque nubla la vista y tuerce las sentencias justas. 9»No opriman al extranjero, pues ya lo han experimentado en carne propia: ustedes mismos fueron extranjeros en Egipto. Leyes sabáticas 10»Seis años sembrarás tus campos y recogerás tus cosechas, 11pero el séptimo año no cultivarás la tierra. Déjala descansar, para que la gente pobre del pueblo obtenga de ella su alimento, y para que los animales del campo se co-
man lo que la gente deje.»Haz lo mismo con tus viñas y con tus olivares. 12»Seis días trabajarás, pero el día séptimo descansarán tus bueyes y tus asnos, y recobrarán sus fuerzas los esclavos nacidos en casa y los extranjeros. 13»Cumplan con todo lo que les he ordenado.»No invoquen los nombres de otros dioses. Jamás los pronuncien. Las tres fiestas anuales 14»Tres veces al año harás fiesta en mi honor. 15»La fiesta de los Panes sin levadura la celebrarás en el mes de aviv, que es la fecha establecida. Fue en ese mes cuando ustedes salieron de Egipto. De acuerdo con mis instrucciones, siete días comerán pan sin levadura.»Nadie se presentará ante mí con las manos vacías. 16»La fiesta de la cosecha la celebrarás cuando recojas las primicias de tus siembras.»La fiesta de recolección de fin de año la celebrarás cuando recojas tus cosechas. 17»Tres veces al año todo varón se presentará ante mí, su Señor y Dios. 18»No mezcles con levadura la sangre del sacrificio que me ofrezcas.»No guardes hasta el día siguiente la grasa que me ofreces en las fiestas. 19»Llevarás a la casa del Señor tu Dios lo mejor de tus primicias.»No cocerás ningún cabrito en la leche de su madre. El ángel del 20»Date cuenta, Israel, que yo envío mi ángel delante de ti, para que te proteja en el camino y te lleve al lugar que te he preparado. 21Préstale atención y obedécelo. No te rebeles contra él, porque va en representación mía y no perdonará tu rebelión. 22Si lo obedeces y cumples con todas mis instrucciones, seré enemigo de tus enemigos y me opondré
a quienes se te opongan. 23Mi ángel te guiará y te introducirá en la tierra de estos pueblos que voy a exterminar: tierra de amorreos, hititas, ferezeos, cananeos, heveos y jebuseos. 24»No te inclines ante los dioses de esos pueblos. No les rindas culto ni imites sus prácticas. Más bien, derriba sus ídolos y haz pedazos sus piedras sagradas. 25»Adora al Señor tu Dios, y él bendecirá tu pan y tu agua.»Yo apartaré de ustedes toda enfermedad. 26»En tu país ninguna mujer abortará ni será estéril. ¡Yo te concederé larga vida! 27»En toda nación donde pongas el pie haré que tus enemigos te tengan miedo, se turben y huyan de ti. 28»Delante de ti enviaré avispas, para que ahuyenten a los heveos, cananeos e hititas. 29Sin embargo, no los desalojaré en un solo año, no sea que, al quedarse desolada la tierra, aumente el número de animales salvajes y te ataquen. 30Los desalojaré poco a poco, hasta que seas lo bastante fuerte para tomar posesión de la tierra. 31»Extenderé las fronteras de tu país, desde el Mar Rojo hasta el mar Mediterráneo, y desde el desierto hasta el río Éufrates. Pondré bajo tu dominio a los que habitan allí, y tú los desalojarás. 32»No hagas ningún pacto con ellos ni con sus dioses. 33»Si los dejas vivir en tu tierra, te pondrán una trampa para que adores a sus dioses, y acabarás pecando contra mí.»
________________________
Proverbios 10 (NVI) 1Proverbios de Salomón: El hijo sabio es la alegría de su padre; el hijo necio es el pesar de su madre. 2Las riquezas mal habidas no sirven de nada, pero la justicia libra de la muerte. 3El Señor no deja
sin comer al justo, pero frustra la avidez de los malvados. 4Las manos ociosas conducen a la pobreza; las manos hábiles atraen riquezas. 5El hijo prevenido se abastece en el verano, pero el sinvergüenza duerme en tiempo de cosecha. 6El justo se ve coronado de bendiciones, pero la boca del malvado encubre violencia. 7La memoria de los justos es una bendición, pero la fama de los malvados será pasto de los gusanos. 8El de sabio corazón acata las órdenes, pero el necio y rezongón va camino al desastre. 9Quien se conduce con integridad, anda seguro; quien anda en malos pasos será descubierto. 10Quien guiña el ojo con malicia provoca pesar; el necio y rezongón va camino al desastre. 11Fuente de vida es la boca del justo, pero la boca del malvado encubre violencia. 12El odio es motivo de disensiones, pero el amor cubre todas las faltas. 13En los labios del prudente hay sabiduría; en la espalda del falto de juicio, sólo garrotazos. 14El que es sabio atesora el conocimiento, pero la boca del necio es un peligro inminente. 15La riqueza del rico es su baluarte; la pobreza del pobre es su ruina. 16El salario del justo es la vida; la ganancia del malvado es el pecado. 17El que atiende a la corrección va camino a la vida; el que la rechaza se pierde. 18El de labios mentirosos disimula su odio, y el que propaga calumnias es un necio. 19El que mucho habla, mucho yerra; el que es sabio refrena su lengua. 20Plata refinada es la lengua del justo; el corazón del malvado no vale nada. 21Los labios del justo orientan a muchos; los necios mueren por falta de juicio. 22La bendición del Señor trae riquezas, y
nada se gana con preocuparse. 23El necio se divierte con su mala conducta, pero el sabio se recrea con la sabiduría. 24Lo que el malvado teme, eso le ocurre; lo que el justo desea, eso recibe. 25Pasa la tormenta y desaparece el malvado, pero el justo permanece firme para siempre. 26Como vinagre a los dientes y humo a los ojos es el perezoso para quienes lo emplean. 27El temor del Señor prolonga la vida, pero los años del malvado se acortan. 28El futuro de los justos es halagüeño; la esperanza de los malvados se desvanece. 29El camino del Señor es refugio de los justos y ruina de los malhechores. 30Los justos no tropezarán jamás; los malvados no habitarán la tierra. 31La boca del justo profiere sabiduría, pero la lengua perversa será cercenada. 32Los labios del justo destilan bondad; de la boca del malvado brota perversidad.
Día 52 - Miércoles 18.03.15:
Mateo 3 (NVI) Juan el Bautista prepara el camino 1En aquellos días se presentó Juan el Bautista predicando en el desierto de Judea. 2Decía: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca.» 3Juan era aquel de quien había escrito el profeta Isaías: «Voz de uno que grita en el desierto: “Preparen el camino para el Señor, háganle sendas derechas.” » 4La ropa de Juan estaba hecha de pelo de camello. Llevaba puesto un cinturón de cuero y se alimentaba de langostas y miel silvestre. 5Acudía a él la gente de Jerusalén, de toda Judea y de toda la región del Jordán. 6Cuando confesaban sus pecados, él los bautizaba en
el río Jordán. 7Pero al ver que muchos fariseos y saduceos llegaban adonde él estaba bautizando, les advirtió: «¡Camada de víboras! ¿Quién les dijo que podrán escapar del castigo que se acerca? 8Produzcan frutos que demuestren arrepentimiento. 9No piensen que podrán alegar: “Tenemos a Abraham por padre.” Porque les digo que aun de estas piedras Dios es capaz de darle hijos a Abraham. 10El hacha ya está puesta a la raíz de los árboles, y todo árbol que no produzca buen fruto será cortado y arrojado al fuego. 11»Yo los bautizo a ustedes con agua para que se arrepientan. Pero el que viene después de mí es más poderoso que yo, y ni siquiera merezco llevarle las sandalias. Él los bautizará con el Espíritu Santo y con fuego. 12Tiene el rastrillo en la mano y limpiará su era, recogiendo el trigo en su granero; la paja, en cambio, la quemará con fuego que nunca se apagará.» Bautismo de Jesús 13Un día Jesús fue de Galilea al Jordán para que Juan lo bautizara. 14Pero Juan trató de disuadirlo.—Yo soy el que necesita ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? —objetó. 15—Dejémoslo así por ahora, pues nos conviene cumplir con lo que es justo —le contestó Jesús.Entonces Juan consintió. 16Tan pronto como Jesús fue bautizado, subió del agua. En ese momento se abrió el cielo, y él vio al Espíritu de Dios bajar como una paloma y posarse sobre él. 17Y una voz del cielo decía: «Éste es mi Hijo amado; estoy muy complacido con él.»
________________________
Éxodo 24-25 (NVI) Ratificación del pacto
1También le dijo el Señor a Moisés: «Sube al monte a verme, junto con Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel. Ellos podrán arrodillarse a cierta distancia, 2pero sólo tú, Moisés, podrás acercarte a mí. El resto del pueblo no deberá acercarse ni subir contigo.» 3Moisés fue y refirió al pueblo todas las palabras y disposiciones del Señor, y ellos respondieron a una voz: «Haremos todo lo que el Señor ha dicho.» 4Moisés puso entonces por escrito lo que el Señor había dicho.A la mañana siguiente, madrugó y levantó un altar al pie del monte, y en representación de las doce tribus de Israel consagró doce piedras. 5Luego envió a unos jóvenes israelitas para que ofrecieran al Señor novillos como holocaustos y sacrificios de comunión. 6La mitad de la sangre la echó Moisés en unos tazones, y la otra mitad la roció sobre el altar. 7Después tomó el libro del pacto y lo leyó ante el pueblo, y ellos respondieron:—Haremos todo lo que el Señor ha dicho, y le obedeceremos. 8Moisés tomó la sangre, roció al pueblo con ella y dijo:—Ésta es la sangre del pacto que, con base en estas palabras, el Señor ha hecho con ustedes. 9Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y los setenta ancianos de Israel subieron 10y vieron al Dios de Israel. Bajo sus pies había una especie de pavimento de zafiro, tan claro como el cielo mismo. 11Y a pesar de que estos jefes de los israelitas vieron a Dios, siguieron con vida, pues Dios no alzó su mano contra ellos. 12El Señor le dijo a Moisés: «Sube a encontrarte conmigo en el monte, y quédate allí. Voy a darte las tablas con la ley y los mandamientos
que he escrito para guiarlos en la vida.» 13Moisés subió al monte de Dios, acompañado por su asistente Josué, 14pero a los ancianos les dijo: «Esperen aquí hasta que volvamos. Aarón y Jur se quedarán aquí con ustedes. Si alguno tiene un problema, que acuda a ellos.» 15En cuanto Moisés subió, una nube cubrió el monte, 16y la gloria del Señor se posó sobre el Sinaí. Seis días la nube cubrió el monte. Al séptimo día, desde el interior de la nube el Señor llamó a Moisés. 17A los ojos de los israelitas, la gloria del Señor en la cumbre del monte parecía un fuego consumidor. 18Moisés se internó en la nube y subió al monte, y allí permaneció cuarenta días y cuarenta noches. Ratificación del pacto 1También le dijo el Señor a Moisés: «Sube al monte a verme, junto con Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel. Ellos podrán arrodillarse a cierta distancia, 2pero sólo tú, Moisés, podrás acercarte a mí. El resto del pueblo no deberá acercarse ni subir contigo.» 3Moisés fue y refirió al pueblo todas las palabras y disposiciones del Señor, y ellos respondieron a una voz: «Haremos todo lo que el Señor ha dicho.» 4Moisés puso entonces por escrito lo que el Señor había dicho.A la mañana siguiente, madrugó y levantó un altar al pie del monte, y en representación de las doce tribus de Israel consagró doce piedras. 5Luego envió a unos jóvenes israelitas para que ofrecieran al Señor novillos como holocaustos y sacrificios de comunión. 6La mitad de la sangre la echó Moisés en unos tazones, y la otra mitad la roció sobre el
altar. 7Después tomó el libro del pacto y lo leyó ante el pueblo, y ellos respondieron:—Haremos todo lo que el Señor ha dicho, y le obedeceremos. 8Moisés tomó la sangre, roció al pueblo con ella y dijo:—Ésta es la sangre del pacto que, con base en estas palabras, el Señor ha hecho con ustedes. 9Moisés y Aarón, Nadab y Abiú, y los setenta ancianos de Israel subieron 10y vieron al Dios de Israel. Bajo sus pies había una especie de pavimento de zafiro, tan claro como el cielo mismo. 11Y a pesar de que estos jefes de los israelitas vieron a Dios, siguieron con vida, pues Dios no alzó su mano contra ellos. 12El Señor le dijo a Moisés: «Sube a encontrarte conmigo en el monte, y quédate allí. Voy a darte las tablas con la ley y los mandamientos que he escrito para guiarlos en la vida.» 13Moisés subió al monte de Dios, acompañado por su asistente Josué, 14pero a los ancianos les dijo: «Esperen aquí hasta que volvamos. Aarón y Jur se quedarán aquí con ustedes. Si alguno tiene un problema, que acuda a ellos.» 15En cuanto Moisés subió, una nube cubrió el monte, 16y la gloria del Señor se posó sobre el Sinaí. Seis días la nube cubrió el monte. Al séptimo día, desde el interior de la nube el Señor llamó a Moisés. 17A los ojos de los israelitas, la gloria del Señor en la cumbre del monte parecía un fuego consumidor. 18Moisés se internó en la nube y subió al monte, y allí permaneció cuarenta días y cuarenta noches.
________________________
Proverbios 11 (NVI) 1El Señor aborrece las balanzas adulteradas, pero aprueba las pesas exactas.
2Con el orgullo viene el oprobio; con la humildad, la sabiduría. 3A los justos los guía su integridad; a los falsos los destruye su hipocresía. 4En el día de la ira de nada sirve ser rico, pero la justicia libra de la muerte. 5La justicia endereza el camino de los íntegros, pero la maldad hace caer a los impíos. 6La justicia libra a los justos, pero la codicia atrapa a los falsos. 7Muere el malvado, y con él su esperanza; muere también su ilusión de poder. 8El justo se salva de la calamidad, pero la desgracia le sobreviene al malvado. 9Con la boca el impío destruye a su prójimo, pero los justos se libran por el conocimiento. 10Cuando el justo prospera, la ciudad se alegra; cuando el malvado perece, hay gran regocijo. 11La bendición de los justos enaltece a la ciudad, pero la boca de los malvados la destruye. 12El falto de juicio desprecia a su prójimo, pero el entendido refrena su lengua. 13La gente chismosa revela los secretos; la gente confiable es discreta. 14Sin dirección, la nación fracasa; el éxito depende de los muchos consejeros. 15El fiador de un extraño saldrá perjudicado; negarse a dar fianza es vivir en paz. 16La mujer bondadosa se gana el respeto; los hombres violentos sólo ganan riquezas. 17El que es bondadoso se beneficia a sí mismo; el que es cruel, a sí mismo se perjudica. 18El malvado obtiene ganancias ilusorias; el que siembra justicia asegura su ganancia. 19El que es justo obtiene la vida; el que persigue el mal se encamina a la muerte. 20El Señor aborrece a los de corazón perverso, pero se complace en los que viven con rectitud. 21Una cosa es segura: Los malvados no quedarán im-
punes, pero los justos saldrán bien librados. 22Como argolla de oro en hocico de cerdo es la mujer bella pero indiscreta. 23Los deseos de los justos terminan bien; la esperanza de los malvados termina mal. 24Unos dan a manos llenas, y reciben más de lo que dan; otros ni sus deudas pagan, y acaban en la miseria. 25El que es generoso prospera; el que reanima será reanimado. 26La gente maldice al que acapara el trigo, pero colma de bendiciones al que gustoso lo vende. 27El que madruga para el bien, halla buena voluntad; el que anda tras el mal, por el mal será alcanzado. 28El que confía en sus riquezas se marchita, pero el justo se renueva como el follaje. 29El que perturba su casa no hereda más que el viento, y el necio termina sirviendo al sabio. 30El fruto de la justicia es árbol de vida, pero el que arrebata vidas es violento. 31Si los justos reciben su pago aquí en la tierra, ¡cuánto más los impíos y los pecadores!
Día 53 - Jueves 19.03.15:
Mateo 4 (NVI) Tentación de Jesús 1Luego el Espíritu llevó a Jesús al desierto para que el diablo lo sometiera a tentación. 2Después de ayunar cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. 3El tentador se le acercó y le propuso:—Si eres el Hijo de Dios, ordena a estas piedras que se conviertan en pan. 4Jesús le respondió:—Escrito está: “No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios.” 5Luego el diablo lo llevó a la ciudad santa e hizo que se pusiera de pie sobre la parte más alta del templo, y le dijo: 6—Si
eres el Hijo de Dios, tírate abajo. Porque escrito está: “Ordenará que sus ángeles te sostengan en sus manos, para que no tropieces con piedra alguna.” 7—También está escrito: “No pongas a prueba al Señor tu Dios” —le contestó Jesús. 8De nuevo lo tentó el diablo, llevándolo a una montaña muy alta, y le mostró todos los reinos del mundo y su esplendor. 9—Todo esto te daré si te postras y me adoras. 10—¡Vete, Satanás! —le dijo Jesús—. Porque escrito está: “Adora al Señor tu Dios y sírvele solamente a él.” 11Entonces el diablo lo dejó, y unos ángeles acudieron a servirle. Jesús comienza a predicar 12Cuando Jesús oyó que habían encarcelado a Juan, regresó a Galilea. 13Partió de Nazaret y se fue a vivir a Capernaúm, que está junto al lago en la región de Zabulón y de Neftalí, 14para cumplir lo dicho por el profeta Isaías: 15«Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí, camino del mar, al otro lado del Jordán, Galilea de los gentiles; 16el pueblo que habitaba en la oscuridad ha visto una gran luz; sobre los que vivían en densas tinieblas a luz ha resplandecido.» 17Desde entonces comenzó Jesús a predicar: «Arrepiéntanse, porque el reino de los cielos está cerca.» Llamamiento de los primeros discípulos 18Mientras caminaba junto al mar de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: uno era Simón, llamado Pedro, y el otro Andrés. Estaban echando la red al lago, pues eran pescadores. 19«Vengan, síganme —les dijo Jesús—, y los haré pescadores de hombres.» 20Al instante dejaron las redes y lo siguieron. 21Más adelan-
te vio a otros dos hermanos: Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que estaban con su padre en una barca remendando las redes. Jesús los llamó, 22y dejaron en seguida la barca y a su padre, y lo siguieron. Jesús sana a los enfermos 23Jesús recorría toda Galilea, enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y dolencia entre la gente. 24Su fama se extendió por toda Siria, y le llevaban todos los que padecían de diversas enfermedades, los que sufrían de dolores graves, los endemoniados, los epilépticos y los paralíticos, y él los sanaba. 25Lo seguían grandes multitudes de Galilea, Decápolis, Jerusalén, Judea y de la región al otro lado del Jordán.
________________________
Éxodo 26-27 (NVI) El santuario 1»Haz el santuario con diez cortinas de lino fino y de lana teñida de púrpura, carmesí y escarlata, con dos querubines artísticamente bordados en ellas. 2Todas las cortinas deben medir lo mismo, es decir, doce metros y medio de largo por un metro con ochenta centímetros de ancho. 3»Cose cinco cortinas, uniendo la una con la otra por el borde, y haz lo mismo con las otras cinco. 4En el borde superior del primer conjunto de cortinas pon unas presillas de lana teñida de púrpura, lo mismo que en el borde del otro conjunto de cortinas. 5En las cortinas del primer conjunto pon cincuenta presillas, lo mismo que en las cortinas del otro conjunto, de modo que cada presilla tenga su pareja. 6Haz
luego cincuenta ganchos de oro para que las cortinas queden enganchadas una con otra, de modo que el santuario tenga unidad de conjunto. 7»Haz once cortinas de pelo de cabra para cubrir el santuario a la manera de una tienda de campaña. 8Todas ellas deben medir lo mismo, es decir, trece metros y medio de largo por un metro con ochenta centímetros de ancho. 9Cose cinco cortinas en un conjunto, y las otras seis en otro conjunto, doblando la sexta cortina en la parte frontal del santuario. 10»Haz cincuenta presillas en el borde de la cortina con que termina el primer conjunto, y otras cincuenta presillas en el borde de la cortina con que termina el segundo. 11Haz luego cincuenta ganchos de bronce y mételos en las presillas para formar el santuario, de modo que éste tenga unidad de conjunto. 12Las diez cortinas tendrán una cortina restante, que quedará colgando a espaldas del santuario. 13A esta cortina le sobrarán cincuenta centímetros en cada extremo, y con esa parte sobrante se cerrará el santuario. 14»Haz para el santuario un toldo de piel de carnero, teñido de rojo, y para la parte superior un toldo de piel de delfín. 15Prepara para el santuario unos tablones de acacia, para que sirvan de pilares. 16Cada tablón debe medir cuatro metros y medio de largo por setenta centímetros de ancho, 17y contar con dos ranuras para que cada tablón encaje con el otro. Todos los tablones para el santuario los harás así. 18Serán veinte los tablones para el lado sur del santuario. 19»Haz también cuarenta bases de plata para colocarlas debajo de los tablones, dos bases por tablón, para que
las dos ranuras de cada tablón encajen en cada base. 20Para el lado opuesto, es decir, para el lado norte del santuario, prepararás también veinte tablones 21y cuarenta bases de plata, y pondrás dos bases debajo de cada tablón. 22Pondrás seis tablones en el lado posterior, que es el lado occidental del santuario, 23y dos tablones más en las esquinas de ese mismo lado. 24Estos dos tablones deben ser dobles en la base, quedando unidos por un solo anillo en la parte superior. Haz lo mismo en ambas esquinas, 25de modo que haya ocho tablones y dieciséis bases de plata, es decir, dos bases debajo de cada tablón. 26»Prepara también unos travesaños de acacia: cinco para los tablones de un costado del santuario, 27cinco para los del costado opuesto, y cinco para los del costado occidental, es decir, para la parte posterior. 28El travesaño central deberá pasar de uno a otro extremo, a media altura de los tablones. 29Recubre de oro los tablones, y haz unos anillos de oro para que los travesaños pasen por ellos. También debes recubrir de oro los travesaños. 30Erige el santuario ciñéndote al modelo que se te mostró en el monte. 31»Haz una cortina de púrpura, carmesí, escarlata y lino fino, con querubines artísticamente bordados en ella. 32Cuélgala con ganchos de oro en cuatro postes de madera de acacia recubiertos de oro, los cuales levantarás sobre cuatro bases de plata. 33Cuelga de los ganchos la cortina, la cual separará el Lugar Santo del Lugar Santísimo, y coloca el arca del pacto detrás de la cortina. 34Pon el propiciatorio sobre el arca del pacto, dentro del Lugar San-
tísimo, 35y coloca la mesa fuera de la cortina, en el lado norte del santuario. El candelabro lo pondrás frente a la mesa, en el lado sur. 36»Haz para la entrada del santuario una cortina de púrpura, carmesí, escarlata y lino fino, recamada artísticamente. 37Para esta cortina prepara cinco postes de acacia recubiertos de oro, con sus respectivos ganchos de oro, y funde para los postes cinco bases de bronce. El altar de los holocaustos 1»Haz un altar de madera de acacia, cuadrado, de dos metros con treinta centímetros por lado, y de un metro con treinta centímetros de alto. 2Ponle un cuerno en cada una de sus cuatro esquinas, de manera que los cuernos y el altar formen una sola pieza, y recubre de bronce el altar. 3Haz de bronce todos sus utensilios, es decir, sus portacenizas, sus tenazas, sus aspersorios, sus tridentes y sus braseros. 4Hazle también un enrejado de bronce, con un anillo del mismo metal en cada una de sus cuatro esquinas. 5El anillo irá bajo el reborde del altar, de modo que quede a media altura del mismo. 6Prepara para el altar varas de madera de acacia, y recúbrelas de bronce. 7Las varas deberán pasar por los anillos, de modo que sobresalgan en los dos extremos del altar para que éste pueda ser transportado. 8El altar lo harás hueco y de tablas, exactamente como el que se te mostró en el monte. El atrio 9»Haz un atrio para el santuario. El lado sur debe medir cuarenta y cinco metros de largo, y tener cortinas de lino fino, 10veinte postes y veinte bases de bronce.
Los postes deben contar con empalmes y ganchos de plata. 11También el lado norte debe medir cuarenta y cinco metros de largo y tener cortinas, veinte postes y veinte bases de bronce. Los postes deben también contar con empalmes y ganchos de plata. 12»A todo lo ancho del lado occidental del atrio, que debe medir veintidós metros y medio, habrá cortinas, diez postes y diez bases. 13El lado oriental del atrio, que da hacia la salida del sol, también deberá medir veintidós metros y medio. 14Habrá cortinas de siete metros de largo, y tres postes y tres bases a un lado de la entrada, 15lo mismo que del otro lado. 16»A la entrada del atrio habrá una cortina de nueve metros de largo, de púrpura, carmesí, escarlata y lino fino, recamada artísticamente, y además cuatro postes y cuatro bases. 17Todos los postes alrededor del atrio deben tener empalmes y ganchos de plata, y bases de bronce. 18El atrio medirá cuarenta y cinco metros de largo por veintidós metros y medio de ancho, con cortinas de lino fino de dos metros con treinta centímetros de alto, y con bases de bronce. 19Todas las estacas y los demás utensilios para el servicio del santuario serán de bronce, incluyendo las estacas del atrio. El aceite para el candelabro 20»Ordénales a los israelitas que te traigan aceite puro de oliva, para que las lámparas estén siempre encendidas. 21Aarón y sus hijos deberán mantenerlas encendidas toda la noche en presencia del Señor, en la Tienda de reunión, fuera de la cortina que está ante el arca del pacto. Esta ley deberá cumplirse entre los israelitas siempre, por todas las generaciones.
________________________
Proverbios 12 (NVI) 1El que ama la disciplina ama el conocimiento, pero el que la aborrece es un necio. 2El hombre bueno recibe el favor del Señor, pero el intrigante recibe su condena. 3Nadie puede afirmarse por medio de la maldad; sólo queda firme la raíz de los justos. 4La mujer ejemplar es corona de su esposo; la desvergonzada es carcoma en los huesos. 5En los planes del justo hay justicia, pero en los consejos del malvado hay engaño. 6Las palabras del malvado son insidias de muerte, pero la boca de los justos los pone a salvo. 7Los malvados se derrumban y dejan de existir, pero los hijos de los justos permanecen. 8Al hombre se le alaba según su sabiduría, pero al de mal corazón se le desprecia. 9Vale más un Don Nadie con criado que un Don Alguien sin pan. 10El justo atiende a las necesidades de su bestia, pero el malvado es de mala entraña. 11El que labra su tierra tendrá abundante comida, pero el que sueña despierto es un imprudente. 12Los malos deseos son la trampa de los malvados, pero la raíz de los justos prospera. 13En el pecado de sus labios se enreda el malvado, pero el justo sale del aprieto. 14Cada uno se sacia del fruto de sus labios, y de la obra de sus manos recibe su recompensa. 15Al necio le parece bien lo que emprende, pero el sabio atiende al consejo. 16El necio muestra en seguida su enojo, pero el prudente pasa por alto el insulto. 17El testigo verdadero declara lo que es justo, pero el testigo falso declara falsedades. 18El charlatán hiere con la lengua como con una espada, pero la lengua
del sabio brinda alivio. 19Los labios sinceros permanecen para siempre, pero la lengua mentirosa dura sólo un instante. 20En los que fraguan el mal habita el engaño, pero hay gozo para los que promueven la paz. 21Al justo no le sobrevendrá ningún daño, pero al malvado lo cubrirá la desgracia. 22El Señor aborrece a los de labios mentirosos, pero se complace en los que actúan con lealtad. 23El hombre prudente no muestra lo que sabe, pero el corazón de los necios proclama su necedad. 24El de manos diligentes gobernará; pero el perezoso será subyugado. 25La angustia abate el corazón del hombre, pero una palabra amable lo alegra. 26El justo es guía de su prójimo, pero el camino del malvado lleva a la perdición. 27El perezoso no atrapa presa, pero el diligente ya posee una gran riqueza. 28En el camino de la justicia se halla la vida; por ese camino se evita la muerte.
Día 54 - Viernes 20.03.15:
Mateo 5:1-20 (NVI) Las bienaventuranzas 1Cuando vio a las multitudes, subió a la ladera de una montaña y se sentó. Sus discípulos se le acercaron, 2y tomando él la palabra, comenzó a enseñarles diciendo: 3«Dichosos los pobres en espíritu, porque el reino de los cielos les pertenece. 4Dichosos los que lloran, porque serán consolados. 5Dichosos los humildes, porque recibirán la tierra como herencia. 6Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. 7Dichosos los compasivos, porque serán tratados con compasión. 8Dichosos los de corazón limpio,
porque ellos verán a Dios. 9Dichosos los que trabajan por la paz, porque serán llamados hijos de Dios. 10Dichosos los perseguidos por causa de la justicia, porque el reino de los cielos les pertenece. 11»Dichosos serán ustedes cuando por mi causa la gente los insulte, los persiga y levante contra ustedes toda clase de calumnias. 12Alégrense y llénense de júbilo, porque les espera una gran recompensa en el cielo. Así también persiguieron a los profetas que los precedieron a ustedes. La sal y la luz 13»Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal se vuelve insípida, ¿cómo recobrará su sabor? Ya no sirve para nada, sino para que la gente la deseche y la pisotee. 14»U stedes son la luz del mundo. Una ciudad en lo alto de una colina no puede esconderse. 15Ni se enciende una lámpara para cubrirla con un cajón. Por el contrario, se pone en la repisa para que alumbre a todos los que están en la casa. 16Hagan brillar su luz delante de todos, para que ellos puedan ver las buenas obras de ustedes y alaben al Padre que está en el cielo. El cumplimiento de la ley 17»No piensen que he venido a anular la ley o los profetas; no he venido a anularlos sino a darles cumplimiento. 18Les aseguro que mientras existan el cielo y la tierra, ni una letra ni una tilde de la ley desaparecerán hasta que todo se haya cumplido. 19Todo el que infrinja uno solo de estos mandamientos, por pequeño que sea, y enseñe a otros a hacer lo mismo, será considerado el más pequeño en el reino de los cielos; pero el que los practique y enseñe será con-
siderado grande en el reino de los cielos. 20Porque les digo a ustedes, que no van a entrar en el reino de los cielos a menos que su justicia supere a la de los fariseos y de los maestros de la ley.
________________________
Éxodo 28-29 (NVI) Las vestiduras sacerdotales 1»Haz que comparezcan ante ti tu hermano Aarón y sus hijos Nadab, Abiú, Eleazar e Itamar. De entre todos los israelitas, ellos me servirán como sacerdotes. 2Hazle a tu hermano Aarón vestiduras sagradas que le confieran honra y dignidad. 3Habla con todos los expertos a quienes he dado habilidades especiales, para que hagan las vestiduras de Aarón, y así lo consagre yo como mi sacerdote. 4»Las vestiduras que le harás son las siguientes: un pectoral, un efod, un manto, una túnica bordada, un turbante y una faja. Estas vestiduras sagradas se harán para tu hermano Aarón y para sus hijos, a fin de que me sirvan como sacerdotes. 5Al efecto se usará oro, púrpura, carmesí, escarlata y lino. El efod 6»El efod se bordará artísticamente con oro, púrpura, carmesí, escarlata y lino fino. 7En sus dos extremos tendrá hombreras con cintas, para que pueda sujetarse. 8El cinturón bordado con el que se sujeta el efod deberá ser del mismo material, es decir, de oro, púrpura, carmesí, escarlata y lino fino, y formará con el efod una sola pieza. 9»Toma dos piedras de ónice, y graba en ellas los nombres de los doce hijos de Israel 10por orden de nacimiento, seis nombres en una piedra, y seis en la otra. 11Un joyero grabará los nombres en las dos piedras, como los
orfebres graban sellos: engarzará las piedras en filigrana de oro 12y las sujetará a las hombreras del efod. Así Aarón llevará en sus hombros los nombres de los hijos de Israel, para recordarlos ante el Señor. 13Haz también engastes en filigrana de oro, 14y dos cadenillas de oro puro, a manera de cordón, para fijar las cadenillas en los engastes. El pectoral 15»El pectoral para impartir justicia lo bordarás artísticamente con oro, púrpura, carmesí, escarlata y lino fino, como hiciste con el efod. 16Será doble y cuadrado, de veinte centímetros de largo por veinte de ancho. 17Engarzarás en él cuatro hileras de piedras preciosas. En la primera pondrás un rubí, un crisólito y una esmeralda; 18en la segunda, una turquesa, un zafiro y un jade; 19en la tercera, un jacinto, un ágata y una amatista, 20y en la cuarta, un topacio, un ónice y un jaspe. Engárzalas en filigrana de oro. 21Deben ser doce piedras, una por cada uno de los doce hijos de Israel. Cada una de las piedras llevará grabada como un sello el nombre de una de las doce tribus. 22»Haz unas cadenillas de oro puro, en forma de cordón, para el pectoral. 23Ponle al pectoral dos anillos de oro, y sujétalos a sus dos extremos. 24Sujeta las dos cadenillas de oro a los anillos del pectoral, 25y une los extremos de las cadenillas a los dos engastes, para fijarlos por la parte delantera a las hombreras del efod. 26»Haz otros dos anillos de oro, y fíjalos en los extremos del pectoral, en su borde interno cercano al efod. 27Haz dos anillos más, también de oro, para fijarlos por el frente del efod, pero por debajo de
las hombreras, cerca de la costura que va justamente arriba del cinturón. 28Los anillos del pectoral deberán sujetarse a los anillos del efod con un cordón azul, trabándolo con el cinturón para que el pectoral y el efod queden unidos. 29De este modo, siempre que Aarón entre en el Lugar Santo llevará sobre su corazón, en el pectoral para impartir justicia, los nombres de los hijos de Israel para recordarlos siempre ante el Señor. 30Sobre el pectoral para impartir justicia pondrás el urim y el tumim. De esta manera, siempre que Aarón se presente ante el Señor, llevará en el pecho la causa de los israelitas. Otras vestiduras sacerdotales 31»Haz de púrpura todo el manto del efod, 32con una abertura en el centro para meter la cabeza. Alrededor de la abertura le pondrás un refuerzo, como el que se pone a los chalecos, para que no se desgarre. 33En torno al borde inferior del manto pondrás granadas de púrpura, carmesí y escarlata, alternándolas con campanillas de oro. 34Por todo el borde del manto pondrás primero una campanilla y luego una granada. 35Aarón debe llevar puesto el manto mientras esté ejerciendo su ministerio, para que el tintineo de las campanillas se oiga todo el tiempo que él esté ante el Señor en el Lugar Santo, y así él no muera. 36»Haz una placa de oro puro, y graba en ella, a manera de sello: Consagarado al Señor. 37Sujétala al turbante con un cordón púrpura, de modo que quede fija a éste por la parte delantera. 38Esta placa estará siempre sobre la frente de Aarón, para que el Señor acepte todas las ofrendas de los israelitas, ya que
Aarón llevará sobre sí el pecado en que ellos incurran al dedicar sus ofrendas sagradas. 39»La túnica y el turbante los harás de lino. El cinturón deberá estar recamado artísticamente. 40A los hijos de Aarón les harás túnicas, cinturones y mitras, para conferirles honra y dignidad. 41Una vez que hayas vestido a tu hermano Aarón y a sus hijos, los ungirás para conferirles autoridad y consagrarlos como mis sacerdotes. 42»Hazles también calzoncillos de lino que les cubran el cuerpo desde la cintura hasta el muslo. 43Aarón y sus hijos deberán ponérselos siempre que entren en la Tienda de reunión, o cuando se acerquen al altar para ejercer su ministerio en el Lugar Santo, a fin de que no incurran en pecado y mueran. Ésta es una ley perpetua para Aarón y sus descendientes. Consagración de los sacerdotes 1»Para consagrarlos como sacerdotes a mi servicio, harás lo siguiente: Tomarás un novillo y dos carneros sin defecto, 2y con harina fina de trigo harás panes y tortas sin levadura amasadas con aceite, y obleas sin levadura untadas con aceite. 3Pondrás los panes, las tortas y las obleas en un canastillo, y me los presentarás junto con el novillo y los dos carneros. 4Luego llevarás a Aarón y a sus hijos a la entrada de la Tienda de reunión, y los bañarás. 5Tomarás las vestiduras y le pondrás a Aarón la túnica, el efod con su manto, y el pectoral. El efod se lo sujetarás con el cinturón. 6Le pondrás el turbante en la cabeza, y sobre el turbante, la tiara sagrada. 7Luego lo ungirás derramando el aceite de la unción sobre su cabeza. 8Acercarás entonces a sus hijos y les pondrás las túnicas
9y las mitras; a continuación, les ceñirás los cinturones a Aarón y a sus hijos. Así les conferirás autoridad, y el sacerdocio será para ellos una ley perpetua. 10»Arrimarás el novillo a la entrada de la Tienda de reunión para que Aarón y sus hijos le pongan las manos sobre la cabeza, 11y allí, en presencia del Señor, sacrificarás al novillo. 12Con el dedo tomarás un poco de la sangre del novillo y la untarás en los cuernos del altar, y al pie del altar derramarás la sangre restante. 13Al hígado y a los dos riñones les quitarás la grasa que los recubre, y la quemarás sobre el altar; 14pero la carne del novillo, su piel y su excremento los quemarás fuera del campamento, pues se trata de un sacrificio por el pecado. 15»Tomarás luego uno de los carneros para que Aarón y sus hijos le pongan las manos sobre la cabeza; 16lo sacrificarás, y con la sangre rociarás el altar y sus cuatro costados. 17Destazarás el carnero y, luego de lavarle los intestinos y las piernas, los pondrás sobre los pedazos y la cabeza del carnero, 18y quemarás todo el carnero sobre el altar. Se trata de un holocausto, de una ofrenda presentada por fuego, de aroma grato al Señor. 19»Tomarás entonces el otro carnero para que Aarón y sus hijos le pongan las manos sobre la cabeza, 20y lo sacrificarás, poniendo un poco de su sangre en el lóbulo de la oreja derecha de Aarón y de sus hijos, lo mismo que en el pulgar derecho y en el dedo gordo derecho. Después de eso rociarás el altar y sus cuatro costados con la sangre, 21y rociarás también un poco de esa sangre y del aceite de la unción sobre Aarón y sus hijos, y sobre
sus vestiduras. Así Aarón y sus hijos y sus vestiduras quedarán consagrados. 22»De este carnero, que representa la autoridad conferida a los sacerdotes, tomarás la cola, la grasa que recubre las vísceras, el hígado, los dos riñones y el muslo derecho. 23Del canastillo del pan sin levadura que está ante el Señor, tomarás uno de los panes, una torta hecha con aceite y una oblea, 24y meciéndolos ante el Señor los pondrás en las manos de Aarón y de sus hijos. Se trata de una ofrenda mecida. 25Luego ellos deberán devolverte todo esto para que tú, en presencia del Señor, lo quemes sobre el altar, junto con el holocausto de aroma grato. Ésta es una ofrenda presentada por fuego en honor del Señor. 26Después de eso, tomarás el pecho del carnero que representa la autoridad conferida a Aarón, y lo mecerás ante el Señor, pues se trata de una ofrenda mecida. Esa porción será la tuya. 27»Aparta el pecho del carnero que fue mecido para conferirles autoridad a Aarón y a sus hijos, y también el muslo que fue presentado como ofrenda, pues son las porciones que a ellos les corresponden. 28Éstas son las porciones que, de sus sacrificios de comunión al Señor, les darán siempre los israelitas a Aarón y a sus hijos como contribución. 29»Las vestiduras sagradas de Aarón pasarán a ser de sus descendientes, para que sean ungidos y ordenados con ellas. 30Cualquiera de los sacerdotes descendientes de Aarón que se presente en la Tienda de reunión para ministrar en el Lugar Santo, deberá llevar puestas esas vestiduras durante siete días. 31»Toma el carnero con que se les confirió autoridad, y
cuece su carne en el lugar sagrado. 32A la entrada de la Tienda de reunión, Aarón y sus hijos comerán la carne del carnero y el pan que está en el canastillo. 33Con esas ofrendas se hizo expiación por ellos, se les confirió autoridad y se les consagró; sólo ellos podrán comerlas, y nadie más, porque son ofrendas sagradas. 34Si hasta el otro día queda algo del carnero con que se les confirió autoridad, o algo del pan, quémalo. No debe comerse, porque es parte de las ofrendas sagradas. 35»Haz con Aarón y con sus hijos todo lo que te he ordenado. Dedica siete días a conferirles autoridad. 36Para hacer expiación, cada día ofrecerás un novillo como ofrenda por el pecado. Purificarás el altar haciendo expiación por él y ungiéndolo para consagrarlo. 37Esto lo harás durante siete días. Así el altar y cualquier cosa que lo toque quedarán consagrados. 38»Todos los días ofrecerás sobre el altar dos corderos de un año. 39Al despuntar el día, ofrecerás uno de ellos, y al caer la tarde, el otro. 40Con el primer cordero ofrecerás, como ofrenda de libación, dos kilos de harina fina mezclada con un litro de aceite de oliva, y un litro de vino. 41El otro cordero lo sacrificarás al caer la tarde, como ofrenda presentada por fuego de aroma grato al Señor, junto con una ofrenda de libación como la presentada en la mañana. 42»Las generaciones futuras deberán ofrecer siempre este holocausto al Señor. Lo harán a la entrada de la Tienda de reunión, donde yo me reuniré contigo y te hablaré, 43y donde también me reuniré con los israelitas. Mi gloriosa presencia santificará ese lugar. 44»Consagraré la Tienda de reunión y
el altar, y consagraré también a Aarón y a sus hijos para que me sirvan como sacerdotes. 45Habitaré entre los israelitas, y seré su Dios. 46Así sabrán que yo soy el Señor su Dios, que los sacó de Egipto para habitar entre ellos. Yo soy el Señor su Dios.
________________________
Proverbios 13 (NVI) 1El hijo sabio atiende a la corrección de su padre, pero el insolente no hace caso a la reprensión. 2Quien habla el bien, del bien se nutre, pero el infiel padece hambre de violencia. 3El que refrena su lengua protege su vida, pero el ligero de labios provoca su ruina. 4El perezoso ambiciona, y nada consigue; el diligente ve cumplidos sus deseos. 5El justo aborrece la mentira; el malvado acarrea vergüenza y deshonra. 6La justicia protege al que anda en integridad, pero la maldad arruina al pecador. 7Hay quien pretende ser rico, y no tiene nada; hay quien parece ser pobre, y todo lo tiene. 8Con su riqueza el rico pone a salvo su vida, pero al pobre no hay ni quien lo amenace. 9La luz de los justos brilla radiante, pero los malvados son como lámpara apagada. 10El orgullo sólo genera contiendas, pero la sabiduría está con quienes oyen consejos. 11El dinero mal habido pronto se acaba; quien ahorra, poco a poco se enriquece. 12La esperanza frustrada aflige al corazón; el deseo cumplido es un árbol de vida. 13Quien se burla de la instrucción tendrá su merecido; quien respeta el mandamiento tendrá su recompensa. 14La enseñanza de los sabios es fuente de vida, y libera de los lazos de la muerte. 15El buen juicio redunda en aprecio,
pero el camino del infiel no cambia. 16El prudente actúa con cordura, pero el necio se jacta de su necedad. 17El mensajero malvado se mete en problemas; el enviado confiable aporta la solución. 18El que desprecia a la disciplina sufre pobreza y deshonra; el que atiende a la corrección recibe grandes honores. 19El deseo cumplido endulza el alma, pero el necio detesta alejarse del mal. 20El que con sabios anda, sabio se vuelve; el que con necios se junta, saldrá mal parado. 21Al pecador lo persigue el mal, y al justo lo recompensa el bien. 22El hombre de bien deja herencia a sus nietos; las riquezas del pecador se quedan para los justos. 23En el campo del pobre hay abundante comida, pero ésta se pierde donde hay injusticia. 24No corregir al hijo es no quererlo; amarlo es disciplinarlo. 25El justo come hasta quedar saciado, pero el malvado se queda con hambre.
Día 55 - Sábado 21.03.15:
Mateo 5:21-48 (NVI) El homicidio 21»Ustedes han oído que se dijo a sus antepasados: “No mates, y todo el que mate quedará sujeto al juicio del tribunal.” 22Pero yo les digo que todo el que se enoje con su hermano quedará sujeto al juicio del tribunal. Es más, cualquiera que insulte a su hermano quedará sujeto al juicio del Consejo. Pero cualquiera que lo maldiga quedará sujeto al juicio del infierno. 23»Por lo tanto, si estás presentando tu ofrenda en el altar y allí recuerdas que tu hermano tiene algo contra ti, 24deja tu ofrenda allí delante del altar. Ve primero y reconcíliate con
tu hermano; luego vuelve y presenta tu ofrenda. 25»Si tu adversario te va a denunciar, llega a un acuerdo con él lo más pronto posible. Hazlo mientras vayan de camino al juzgado, no sea que te entregue al juez, y el juez al guardia, y te echen en la cárcel. 26Te aseguro que no saldrás de allí hasta que pagues el último centavo. El adulterio 27»Ustedes han oído que se dijo: “No cometas adulterio.” 28Pero yo les digo que cualquiera que mira a una mujer y la codicia ya ha cometido adulterio con ella en el corazón. 29Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al infierno. 30Y si tu mano derecha te hace pecar, córtatela y arrójala. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él vaya al infierno. El divorcio 31»Se ha dicho: “El que repudia a su esposa debe darle un certificado de divorcio.” 32Pero yo les digo que, excepto en caso de infidelidad conyugal, todo el que se divorcia de su esposa, la induce a cometer adulterio, y el que se casa con la divorciada comete adulterio también. Los juramentos 33»También han oído que se dijo a sus antepasados: “No faltes a tu juramento, sino cumple con tus promesas al Señor.” 34Pero yo les digo: No juren de ningún modo: ni por el cielo, porque es el trono de Dios; 35ni por la tierra, porque es el estrado de sus pies; ni por Jerusalén, porque es la ciudad del gran Rey. 36Tampoco jures por tu cabeza, porque no puedes hacer que ni uno solo de
tus cabellos se vuelva blanco o negro. 37Cuando ustedes digan “sí”, que sea realmente sí; y cuando digan “no”, que sea no. Cualquier cosa de más, proviene del maligno. Ojo por ojo 38»Ustedes han oído que se dijo: “Ojo por ojo y diente por diente.” 39Pero yo les digo: No resistan al que les haga mal. Si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. 40Si alguien te pone pleito para quitarte la capa, déjale también la camisa. 41Si alguien te obliga a llevarle la carga un kilómetro, llévasela dos. 42Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no le vuelvas la espalda. El amor a los enemigos 43»Ustedes han oído que se dijo: “Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo.” 44Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen, 45para que sean hijos de su Padre que está en el cielo. Él hace que salga el sol sobre malos y buenos, y que llueva sobre justos e injustos. 46Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa recibirán? ¿Acaso no hacen eso hasta los recaudadores de impuestos? 47Y si saludan a sus hermanos solamente, ¿qué de más hacen ustedes? ¿Acaso no hacen esto hasta los gentiles? 48Por tanto, sean perfectos, así como su Padre celestial es perfecto.
________________________
Éxodo 30-32 (NVI) El altar del incienso 1»Haz un altar de madera de acacia para quemar incienso. 2Hazlo cuadrado, de cuarenta y cinco centímetros de largo por cuarenta y cinco centímetros de an-
cho y noventa centímetros de alto. Sus cuernos deben formar una pieza con el altar. 3Recubre de oro puro su parte superior, sus cuatro costados y los cuernos, y ponle una moldura de oro alrededor. 4Ponle también dos anillos de oro en cada uno de sus costados, debajo de la moldura, para que pasen por ellos las varas para transportarlo. 5Prepara las varas de madera de acacia, y recúbrelas de oro. 6Pon el altar frente a la cortina que está ante el arca del pacto, es decir, ante el propiciatorio que está sobre el arca, que es donde me reuniré contigo. 7»Cada mañana, cuando Aarón prepare las lámparas, quemará incienso aromático sobre el altar, 8y también al caer la tarde, cuando las encienda. Las generaciones futuras deberán quemar siempre incienso ante el Señor. 9No ofrezcas sobre ese altar ningún otro incienso, ni holocausto ni ofrenda de grano, ni derrames sobre él libación alguna. 10Cada año Aarón hará expiación por el pecado de las generaciones futuras. Lo hará poniendo la sangre de la ofrenda de expiación sobre los cuernos del altar. Este altar estará completamente consagrado al Señor.» Dinero para la expiación 11El Señor habló con Moisés y le dijo: 12«Cuando hagas el censo y cuentes a los israelitas, cada uno deberá pagar al Señor rescate por su vida, para que no le sobrevenga ninguna plaga durante el censo. 13Cada uno de los censados deberá pagar como ofrenda al Señor seis gramos de plata, que es la mitad de la tasación oficial del santuario. 14Todos los censados mayores de veinte años deberán entregar esta ofrenda al Señor.
15Al entregar la ofrenda alzada para el Señor, ni el pobre dará menos. 16Tú mismo recibirás esta plata de manos de los israelitas, y la entregarás para el servicio de la Tienda de reunión. De esta manera el Señor tendrá presente que los israelitas pagaron su rescate.» El lavamanos 17El Señor habló con Moisés y le dijo: 18«Haz un lavamanos de bronce, con un pedestal también de bronce, y colócalo entre la Tienda de reunión y el altar. Échale agua, 19pues con ella deben lavarse Aarón y sus hijos las manos y los pies. 20Siempre que entren en la Tienda de reunión, o cuando se acerquen al altar y presenten al Señor alguna ofrenda por fuego, deberán lavarse con agua 21las manos y los pies para que no mueran. Ésta será una ley perpetua para Aarón y sus descendientes por todas las generaciones.» El aceite de la unción 22El Señor habló con Moisés y le dijo: 23«Toma las siguientes especias finas: seis kilos de mirra líquida, tres kilos de canela aromática, tres kilos de caña aromática, 24seis kilos de casia, y cuatro litros de aceite de oliva, según la tasación oficial del santuario. 25Con estos ingredientes harás un aceite, es decir, una mezcla aromática como las de los fabricantes de perfumes. Éste será el aceite de la unción sagrada. 26Con él deberás ungir la Tienda de reunión, el arca del pacto, 27la mesa y todos sus utensilios, el candelabro y sus accesorios, el altar del incienso, 28el altar de los holocaustos y todos sus utensilios, y el lavamanos con su pedestal. 29De este modo los consagrarás, y serán ob-
jetos santísimos; cualquier cosa que toque esos objetos quedará también consagrada. 30»Unge a Aarón y a sus hijos, y conságralos para que me sirvan como sacerdotes. 31A los israelitas les darás las siguientes instrucciones: “De aquí en adelante, éste será mi aceite de la unción sagrada. 32No lo derramen sobre el cuerpo de cualquier hombre, ni preparen otro aceite con la misma fórmula. Es un aceite sagrado, y así deberán considerarlo. 33Cualquiera que haga un perfume como éste, y cualquiera que unja con él a alguien que no sea sacerdote, será eliminado de su pueblo.” » El incienso 34El Señor le dijo a Moisés: «Toma una misma cantidad de resina, ámbar, gálbano e incienso puro, 35y mezcla todo esto para hacer un incienso aromático, como lo hacen los fabricantes de perfumes. Agrégale sal a la mezcla, para que sea un incienso puro y sagrado. 36Muele parte de la mezcla hasta hacerla polvo, y colócala en la Tienda de reunión, frente al arca del pacto, donde yo me reuniré contigo. Este incienso será para ustedes algo muy sagrado, 37y no deberá hacerse ningún otro incienso con la misma fórmula, pues le pertenece al Señor. Ustedes deberán considerarlo como algo sagrado. 38Quien haga otro incienso parecido para disfrutar de su fragancia, será eliminado de su pueblo.» Bezalel y Aholiab 1El Señor habló con Moisés y le dijo: 2«Toma en cuenta que he escogido a Bezalel, hijo de Uri y nieto de Jur, de la tribu de Judá, 3y lo he llenado del Espíritu de Dios, de sabiduría, inteligencia y capacidad creativa 4para hacer trabajos
artísticos en oro, plata y bronce, 5para cortar y engastar piedras preciosas, para hacer tallados en madera y para realizar toda clase de artesanías. 6»Además, he designado como su ayudante a Aholiab hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, y he dotado de habilidad a todos los artesanos para que hagan todo lo que te he mandado hacer, es decir: 7la Tienda de reunión, el arca del pacto, el propiciatorio que va encima de ella, el resto del mobiliario de la Tienda, 8la mesa y sus utensilios, el candelabro de oro puro y todos sus accesorios, el altar del incienso, 9el altar de los holocaustos y todos sus utensilios, el lavamanos con su pedestal, 10las vestiduras tejidas, tanto las vestiduras sagradas para Aarón el sacerdote como las vestiduras sacerdotales de sus hijos, 11el aceite de la unción, y el incienso aromático para el Lugar Santo. »Todo deberán hacerlo tal como te he mandado que lo hagas.» El sábado 12El Señor le ordenó a Moisés: 13«Diles lo siguiente a los israelitas: “Ustedes deberán observar mis sábados. En todas las generaciones venideras, el sábado será una señal entre ustedes y yo, para que sepan que yo, el Señor, los he consagrado para que me sirvan. 14» ”El sábado será para ustedes un día sagrado. Obsérvenlo.» ”Quien no lo observe será condenado a muerte.» ”Quien haga algún trabajo en sábado será eliminado de su pueblo. 15» ”Durante seis días se podrá trabajar, pero el día séptimo, el sábado, será de reposo consagrado al Señor.» ”Quien haga algún trabajo en sábado será condenado a muerte.” 16»Los israelitas deberán observar el
sábado. En todas las generaciones futuras será para ellos un pacto perpetuo, 17una señal eterna entre ellos y yo.»En efecto, en seis días hizo el Señor los cielos y la tierra, y el séptimo día descansó.» 18Y cuando terminó de hablar con Moisés en el monte Sinaí, le dio las dos tablas de la ley, que eran dos lajas escritas por el dedo mismo de Dios. El becerro de oro 1Al ver los israelitas que Moisés tardaba en bajar del monte, fueron a reunirse con Aarón y le dijeron:—Tienes que hacernos dioses que marchen al frente de nosotros, porque a ese Moisés que nos sacó de Egipto, ¡no sabemos qué pudo haberle pasado! 2Aarón les respondió:—Quítenles a sus mujeres los aretes de oro, y también a sus hijos e hijas, y tráiganmelos. 3Todos los israelitas se quitaron los aretes de oro que llevaban puestos, y se los llevaron a Aarón, 4quien los recibió y los fundió; luego cinceló el oro fundido e hizo un ídolo en forma de becerro. Entonces exclamó el pueblo: «Israel, ¡aquí tienes a tu dios que te sacó de Egipto!» 5Cuando Aarón vio esto, construyó un altar enfrente del becerro y anunció:—Mañana haremos fiesta en honor del Señor. 6En efecto, al día siguiente los israelitas madrugaron y presentaron holocaustos y sacrificios de comunión. Luego el pueblo se sentó a comer y a beber, y se entregó al desenfreno. 7Entonces el Señor le dijo a Moisés:—Baja, porque ya se ha corrompido el pueblo que sacaste de Egipto. 8Demasiado pronto se han apartado del camino que les ordené seguir, pues no sólo han fundido oro y se han hecho un ídolo en forma de becerro, sino que se
han inclinado ante él, le han ofrecido sacrificios, y han declarado: “Israel, ¡aquí tienes a tu dios que te sacó de Egipto!” 9»Ya me he dado cuenta de que éste es un pueblo terco —añadió el Señor, dirigiéndose a Moisés—. 10Tú no te metas. Yo voy a descargar mi ira sobre ellos, y los voy a destruir. Pero de ti haré una gran nación. 11Moisés intentó apaciguar al Señor su Dios, y le suplicó:— Señor, ¿por qué ha de encenderse tu ira contra este pueblo tuyo, que sacaste de Egipto con gran poder y con mano poderosa? 12¿Por qué dar pie a que los egipcios digan que nos sacaste de su país con la intención de matarnos en las montañas y borrarnos de la faz de la tierra? ¡Calma ya tu enojo! ¡Aplácate y no traigas sobre tu pueblo esa desgracia! 13Acuérdate de tus siervos Abraham, Isaac e Israel. Tú mismo les juraste que harías a sus descendientes tan numerosos como las estrellas del cielo; ¡tú les prometiste que a sus descendientes les darías toda esta tierra como su herencia eterna! 14Entonces el Señor se calmó y desistió de hacerle a su pueblo el daño que le había sentenciado. 15Moisés volvió entonces del monte. Cuando bajó, traía en sus manos las dos tablas de la ley, las cuales estaban escritas por sus dos lados. 16Tanto las tablas como la escritura grabada en ellas eran obra de Dios. 17Cuando Josué oyó el ruido y los gritos del pueblo, le dijo a Moisés:—Se oyen en el campamento gritos de guerra. 18Pero Moisés respondió: «Lo que escucho no son gritos de victoria, ni tampoco lamentos de derrota; más bien, lo que escucho son canciones.» 19Cuando Moisés se acercó al campamento y vio el becerro
y las danzas, ardió en ira y arrojó de sus manos las tablas de la ley, haciéndolas pedazos al pie del monte. 20Tomó entonces el becerro que habían hecho, lo arrojó al fuego y, luego de machacarlo hasta hacerlo polvo, lo esparció en el agua y se la dio a beber a los israelitas. 21A Aarón le dijo:—¿Qué te hizo este pueblo? ¿Por qué lo has hecho cometer semejante pecado? 22—Hermano mío, no te enojes —contestó Aarón—. Tú bien sabes cuán inclinado al mal es este pueblo. 23Ellos me dijeron: “Tienes que hacernos dioses que marchen al frente de nosotros, porque a ese Moisés que nos sacó de Egipto, ¡no sabemos qué pudo haberle pasado!” 24Yo les contesté que todo el que tuviera joyas de oro se desprendiera de ellas. Ellos me dieron el oro, yo lo eché al fuego, ¡y lo que salió fue este becerro! 25Al ver Moisés que el pueblo estaba desenfrenado y que Aarón les había permitido desmandarse y convertirse en el hazmerreír de sus enemigos, 26se puso a la entrada del campamento y dijo: «Todo el que esté de parte del Señor, que se pase de mi lado.» Y se le unieron todos los levitas. 27Entonces les dijo Moisés: «El Señor, Dios de Israel, ordena lo siguiente: “Cíñase cada uno la espada y recorra todo el campamento de un extremo al otro, y mate al que se le ponga enfrente, sea hermano, amigo o vecino.” » 28Los levitas hicieron lo que les mandó Moisés, y aquel día mataron como a tres mil israelitas. 29Entonces dijo Moisés: «Hoy han recibido ustedes plena autoridad de parte del Señor; él los ha bendecido este día, pues se pusieron en contra de sus propios hijos y hermanos.» 30Al día
siguiente, Moisés les dijo a los israelitas: «Ustedes han cometido un gran pecado. Pero voy a subir ahora para reunirme con el Señor, y tal vez logre yo que Dios les perdone su pecado.» 31Volvió entonces Moisés para hablar con el Señor, y le dijo:—¡Qué pecado tan grande ha cometido este pueblo al hacerse dioses de oro! 32Sin embargo, yo te ruego que les perdones su pecado. Pero si no vas a perdonarlos, ¡bórrame del libro que has escrito! 33El Señor le respondió a Moisés:—Sólo borraré de mi libro a quien haya pecado contra mí. 34Tú ve y lleva al pueblo al lugar del que te hablé. Delante de ti irá mi ángel. Llegará el día en que deba castigarlos por su pecado, y entonces los castigaré. 35Fue así como, por causa del becerro que había hecho Aarón, el Señor lanzó una plaga sobre el pueblo.
________________________
Proverbios 14 (NVI) 1La mujer sabia edifica su casa; la necia, con sus manos la destruye. 2El que va por buen camino teme al Señor; el que va por mal camino lo desprecia. 3De la boca del necio brota arrogancia; los labios del sabio son su propia protección. 4Donde no hay bueyes el granero está vacío; con la fuerza del buey aumenta la cosecha. 5El testigo verdadero jamás engaña; el testigo falso propaga mentiras. 6El insolente busca sabiduría y no la halla; para el entendido, el conocimiento es cosa fácil. 7Manténte a distancia del necio, pues en sus labios no hallarás conocimiento. 8La sabiduría del prudente es discernir sus caminos, pero al necio lo engaña su propia necedad. 9Los necios hacen mofa de sus propias
faltas, pero los íntegros cuentan con el favor de Dios. 10Cada corazón conoce sus propias amarguras, y ningún extraño comparte su alegría. 11La casa del malvado será destruida, pero la morada del justo prosperará. 12Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte. 13También de reírse duele el corazón, y hay alegrías que acaban en tristeza. 14El inconstante recibirá todo el pago de su inconstancia; el hombre bueno, el premio de sus acciones. 15El ingenuo cree todo lo que le dicen; el prudente se fija por dónde va. 16El sabio teme al Señor y se aparta del mal, pero el necio es arrogante y se pasa de confiado. 17El iracundo comete locuras, pero el prudente sabe aguantar. 18Herencia de los inexpertos es la necedad; corona de los prudentes, el conocimiento. 19Los malvados se postrarán ante los buenos; los impíos, ante el tribunal de los justos. 20Al pobre hasta sus amigos lo aborrecen, pero son muchos los que aman al rico. 21Es un pecado despreciar al prójimo; ¡dichoso el que se compadece de los pobres! 22Pierden el camino los que maquinan el mal, pero hallan amor y verdad los que hacen el bien. 23Todo esfuerzo tiene su recompensa, pero quedarse sólo en palabras lleva a la pobreza. 24La corona del sabio es su sabiduría; la de los necios, su necedad. 25El testigo veraz libra de la muerte, pero el testigo falso miente. 26El temor del Señor es un baluarte seguro que sirve de refugio a los hijos. 27El temor del Señor es fuente de vida, y aleja al hombre de las redes de la muerte. 28Gloria del rey es gobernar a muchos; un príncipe sin
súbditos está arruinado. 29El que es paciente muestra gran discernimiento; el que es agresivo muestra mucha insensatez. 30El corazón tranquilo da vida al cuerpo, pero la envidia corroe los huesos. 31El que oprime al pobre ofende a su Creador, pero honra a Dios quien se apiada del necesitado. 32El malvado cae por su propia maldad; el justo halla refugio en su integridad. 33En el corazón de los sabios mora la sabiduría, pero los necios ni siquiera la conocen. 34La justicia enaltece a una nación, pero el pecado deshonra a todos los pueblos. 35El rey favorece al siervo inteligente, pero descarga su ira sobre el sinvergüenza.
Día 56 - Domingo 22.03.15:
Mateo 6:1-18 (NVI) El dar a los necesitados 1»Cuídense de no hacer sus obras de justicia delante de la gente para llamar la atención. Si actúan así, su Padre que está en el cielo no les dará ninguna recompensa. 2»Por eso, cuando des a los necesitados, no lo anuncies al son de trompeta, como lo hacen los hipócritas en las sinagogas y en las calles para que la gente les rinda homenaje. Les aseguro que ellos ya han recibido toda su recompensa. 3Más bien, cuando des a los necesitados, que no se entere tu mano izquierda de lo que hace la derecha, 4para que tu limosna sea en secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. La oración 5»Cuando oren, no sean como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les
aseguro que ya han obtenido toda su recompensa. 6Pero tú, cuando te pongas a orar, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está en lo secreto. Así tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará. 7Y al orar, no hablen sólo por hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas palabras. 8No sean como ellos, porque su Padre sabe lo que ustedes necesitan antes de que se lo pidan. 9»Ustedes deben orar así: »“Padre nuestro que estás en el cielo, santificado sea tu nombre, 10venga tu reino, hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo. 11Danos hoy nuestro pan cotidiano. 12Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores. 13Y no nos dejes caer en tentación, sino líbranos del maligno.” 14»Porque si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. 15Pero si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas. El ayuno 16»Cuando ayunen, no pongan cara triste como hacen los hipócritas, que demudan sus rostros para mostrar que están ayunando. Les aseguro que éstos ya han obtenido toda su recompensa. 17Pero tú, cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara 18para que no sea evidente ante los demás que estás ayunando, sino sólo ante tu Padre, que está en lo secreto; y tu Padre, que ve lo que se hace en secreto, te recompensará.
________________________
Éxodo 33-34 (NVI) 1El Señor le dijo a Moisés: «Anda, vete
de este lugar, junto con el pueblo que sacaste de Egipto, y dirígete a la tierra que bajo juramento prometí a Abraham, Isaac y Jacob que les daría a sus descendientes. 2Enviaré un ángel delante de ti, y desalojaré a cananeos, amorreos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos. 3Ve a la tierra donde abundan la leche y la miel. Yo no los acompañaré, porque ustedes son un pueblo terco, y podría yo destruirlos en el camino.» 4Cuando los israelitas oyeron estas palabras tan demoledoras, comenzaron a llorar y nadie volvió a ponerse sus joyas, 5pues el Señor le había dicho a Moisés: «Diles a los israelitas que son un pueblo terco. Si aun por un momento tuviera que acompañarlos, podría destruirlos. Diles que se quiten esas joyas, que ya decidiré qué hacer con ellos.» 6Por eso, a partir del monte Horeb los israelitas no volvieron a ponerse joyas. La Tienda de reunión 7Moisés tomó una tienda de campaña y la armó a cierta distancia fuera del campamento. La llamó «la Tienda de la reunión con el Señor». Cuando alguien quería consultar al Señor, tenía que salir del campamento e ir a esa tienda. 8Siempre que Moisés se dirigía a ella, todo el pueblo se quedaba de pie a la entrada de su carpa y seguía a Moisés con la mirada, hasta que éste entraba en la Tienda de reunión. 9En cuanto Moisés entraba en ella, la columna de nube descendía y tapaba la entrada, mientras el Señor hablaba con Moisés. 10Cuando los israelitas veían que la columna de nube se detenía a la entrada de la Tienda de reunión, todos ellos se inclinaban a la entrada de su carpa y adoraban al Señor. 11Y hablaba
el Señor con Moisés cara a cara, como quien habla con un amigo. Después de eso, Moisés regresaba al campamento; pero Josué, su joven asistente, nunca se apartaba de la Tienda de reunión. La gloria del 12Moisés le dijo al Señor:—Tú insistes en que yo debo guiar a este pueblo, pero no me has dicho a quién enviarás conmigo. También me has dicho que soy tu amigo y que cuento con tu favor. 13Pues si realmente es así, dime qué quieres que haga. Así sabré que en verdad cuento con tu favor. Ten presente que los israelitas son tu pueblo. 14—Yo mismo iré contigo y te daré descanso — respondió el Señor. 15—O vas con todos nosotros —replicó Moisés—, o mejor no nos hagas salir de aquí. 16Si no vienes con nosotros, ¿cómo vamos a saber, tu pueblo y yo, que contamos con tu favor? ¿En qué seríamos diferentes de los demás pueblos de la tierra? 17—Está bien, haré lo que me pides —le dijo el Señor a Moisés—, pues cuentas con mi favor y te considero mi amigo. 18—Déjame verte en todo tu esplendor —insistió Moisés. 19Y el Señor le respondió:—Voy a darte pruebas de mi bondad, y te daré a conocer mi nombre. Y verás que tengo clemencia de quien quiero tenerla, y soy compasivo con quien quiero serlo. 20Pero debo aclararte que no podrás ver mi rostro, porque nadie puede verme y seguir con vida. 21»Cerca de mí hay un lugar sobre una roca —añadió el Señor —. Puedes quedarte allí. 22Cuando yo pase en todo mi esplendor, te pondré en una hendidura de la roca y te cubriré con mi mano, hasta que haya pasado. 23Luego, retiraré la mano y podrás verme la es-
palda. Pero mi rostro no lo verás. Las nuevas tablas de piedra 1El Señor le dijo a Moisés: «Labra dos tablas de piedra semejantes a las primeras que rompiste. Voy a escribir en ellas lo mismo que estaba escrito en las primeras. 2Prepárate para subir mañana a la cumbre del monte Sinaí, y presentarte allí ante mí. 3Nadie debe acompañarte, ni debe verse a nadie en ninguna parte del monte. Ni siquiera las ovejas y las vacas deben pastar frente al monte.» 4Moisés labró dos tablas de piedra semejantes a las primeras, y muy de mañana subió con ellas al monte Sinaí, como se lo había ordenado el Señor. 5El Señor descendió en la nube y se puso junto a Moisés. Luego le dio a conocer su nombre: 6pasando delante de él, proclamó:—El Señor, el Señor, Dios clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor y fidelidad, 7que mantiene su amor hasta mil generaciones después, y que perdona la iniquidad, la rebelión y el pecado; pero que no deja sin castigo al culpable, sino que castiga la maldad de los padres en los hijos y en los nietos, hasta la tercera y la cuarta generación. 8En seguida Moisés se inclinó hasta el suelo, y oró al Señor 9de la siguiente manera:—Señor, si realmente cuento con tu favor, ven y quédate entre nosotros. Reconozco que éste es un pueblo terco, pero perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y adóptanos como tu herencia. 10—Mira el pacto que hago contigo —respondió el Señor —. A la vista de todo tu pueblo haré maravillas que ante ninguna nación del mundo han sido realizadas. El pueblo en medio del cual vives verá
las imponentes obras que yo, el Señor, haré por ti. 11Por lo que a ti toca, cumple con lo que hoy te mando. Echaré de tu presencia a los amorreos, cananeos, hititas, ferezeos, heveos y jebuseos. 12Ten mucho cuidado de no hacer ningún pacto con los habitantes de la tierra que vas a ocupar, pues de lo contrario serán para ti una trampa. 13Derriba sus altares, y haz pedazos sus piedras sagradas y sus imágenes de la diosa Aserá. 14No adores a otros dioses, porque el Señor es muy celoso. Su nombre es Dios celoso. 15»No hagas ningún pacto con los habitantes de esta tierra, porque se prostituyen por ir tras sus dioses, y cuando les ofrezcan sacrificios a esos dioses, te invitarán a participar de ellos. 16Y si casas a tu hijo con una de sus mujeres, cuando ella se prostituya por ir tras sus dioses, inducirá a tu hijo a hacer lo mismo. 17»No te hagas ídolos de metal fundido. 18»Celebra la fiesta de los Panes sin levadura, y come de ese pan durante siete días, como te lo he ordenado. Celebra esa fiesta en el mes de aviv, que es la fecha señalada, pues en ese mes saliste de Egipto. 19»Todo hijo primogénito me pertenece, incluyendo las primeras crías de tus vacas y de tus ovejas. 20Deberás rescatar a todos tus primogénitos. Al asno primogénito podrás rescatarlo a cambio de un cordero; pero si no lo rescatas, tendrás que romperle el cuello.»Nadie se presentará ante mí con las manos vacías. 21»Trabaja durante seis días, pero descansa el séptimo. Ese día deberás descansar, incluso en el tiempo de arar y cosechar. 22»Celebra con las primicias la fiesta de las Semanas, y también la fiesta de
la cosecha de fin de año. 23»Todos tus varones deberán presentarse ante mí, su Señor y Dios, el Dios de Israel, tres veces al año. 24Entonces yo echaré de tu presencia a las naciones, ensancharé tu territorio y nadie codiciará tu tierra. 25»Cuando me ofrezcas un animal, no mezcles con levadura su sangre.»Del animal que se ofrece en la fiesta de la Pascua no debe quedar nada para el día siguiente. 26»Lleva tus mejores primicias a la casa del Señor tu Dios.»No cuezas ningún cabrito en la leche de su madre. 27El Señor le dijo a Moisés:— Pon estas palabras por escrito, pues en ellas se basa el pacto que ahora hago contigo y con Israel. 28Y Moisés se quedó en el monte, con el Señor, cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber nada. Allí, en las tablas, escribió los términos del pacto, es decir, los diez mandamientos. El rostro radiante de Moisés 29Cuando Moisés descendió del monte Sinaí, traía en sus manos las dos tablas de la ley. Pero no sabía que, por haberle hablado el Señor, de su rostro salía un haz de luz. 30Al ver Aarón y todos los israelitas el rostro resplandeciente de Moisés, tuvieron miedo de acercársele; 31pero Moisés llamó a Aarón y a todos los jefes, y ellos regresaron para hablar con él. 32Luego se le acercaron todos los israelitas, y Moisés les ordenó acatar todo lo que el Señor le había dicho en el monte Sinaí. 33En cuanto Moisés terminó de hablar con ellos, se cubrió el rostro con un velo. 34Siempre que entraba a la presencia del Señor para hablar con él, se quitaba el velo mientras no salía. Al salir, les comunicaba a los israelitas
lo que el Señor le había ordenado decir. 35Y como los israelitas veían que su rostro resplandecía, Moisés se cubría de nuevo el rostro, hasta que entraba a hablar otra vez con el Señor.
________________________
Proverbios 15 (NVI) 1La respuesta amable calma el enojo, pero la agresiva echa leña al fuego. 2La lengua de los sabios destila conocimiento; la boca de los necios escupe necedades. 3Los ojos del Señor están en todo lugar, vigilando a los buenos y a los malos. 4La lengua que brinda consuelo es árbol de vida; la lengua insidiosa deprime el espíritu. 5El necio desdeña la corrección de su padre; el que la acepta demuestra prudencia. 6En la casa del justo hay gran abundancia; en las ganancias del malvado, grandes problemas. 7Los labios de los sabios esparcen conocimiento; el corazón de los necios ni piensa en ello. 8El Señor aborrece las ofrendas de los malvados, pero se complace en la oración de los justos. 9El Señor aborrece el camino de los malvados, pero ama a quienes siguen la justicia. 10Para el descarriado, disciplina severa; para el que aborrece la corrección, la muerte. 11Si ante el Señor están el sepulcro y la muerte, ¡cuánto más el corazón humano! 12Al insolente no le gusta que lo corrijan, ni busca la compañía de los sabios. 13El corazón alegre se refleja en el rostro, el corazón dolido deprime el espíritu. 14El corazón entendido va tras el conocimiento; la boca de los necios se nutre de tonterías. 15Para el afligido todos los días son malos; para el que es feliz siempre es día de fiesta. 16Más vale tener poco, con temor del
Señor, que muchas riquezas con grandes angustias. 17Más vale comer verduras sazonadas con amor que un festín de carne sazonada con odio. 18El que es iracundo provoca contiendas; el que es paciente las apacigua. 19El camino del perezoso está plagado de espinas, pero la senda del justo es como una calzada. 20El hijo sabio alegra a su padre; el hijo necio menosprecia a su madre. 21Al necio le divierte su falta de juicio; el entendido endereza sus propios pasos. 22Cuando falta el consejo, fracasan los planes; cuando abunda el consejo, prosperan. 23Es muy grato dar la respuesta adecuada, y más grato aún cuando es oportuna. 24El sabio sube por el sendero de vida, para librarse de caer en el sepulcro. 25El Señor derriba la casa de los soberbios, pero mantiene intactos los linderos de las viudas. 26El Señor aborrece los planes de los malvados, pero le agradan las palabras puras. 27El ambicioso acarrea mal sobre su familia; el que aborrece el soborno vivirá. 28El corazón del justo medita sus respuestas, pero la boca del malvado rebosa de maldad. 29El Señor se mantiene lejos de los impíos, pero escucha las oraciones de los justos. 30Una mirada radiante alegra el corazón, y las buenas noticias renuevan las fuerzas. 31El que atiende a la crítica edificante habitará entre los sabios. 32Rechazar la corrección es despreciarse a sí mismo; atender a la reprensión es ganar entendimiento. 33El temor del Señor es corrección y sabiduría; la humildad precede a la honra.
________________________