Semana 9

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Lectura Semanal - Semana 9 Día 57 - Lunes 23.03.15: Mateo 6:19-34 / Éxodo 35-36 / Proverbios 16 Día 58 - Martes 24.03.15: Mateo 7 / Éxodo 37-38 / Proverbios 17 Día 59 - Miércoles 25.03.15: Mateo 8:1-22 / Éxodo 39-40 / Proverbios 18 Día 60 - Jueves 26.03.15: Mateo 8:23-34 / Levítico 1-2 / Proverbios 19 Día 61 - Viernes 27.03.15: Mateo 9:1-17 / Levítico 3-4 / Proverbios 20 Día 62 - Sábado 28.03.15: Mateo 9:18-38 / Levítico 5-6 / Proverbios 21 Día 63 - Domingo 29.03.15: Mateo 10:1-25 / Levítico 7-8 / Proverbios 22


Día 57 - Lunes 23.03.15:

Mateo 6:19-34 (NVI) Tesoros en el cielo 19»No acumulen para sí tesoros en la tierra, donde la polilla y el óxido destruyen, y donde los ladrones se meten a robar. 20Más bien, acumulen para sí tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el óxido carcomen, ni los ladrones se meten a robar. 21Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón. 22»El ojo es la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz. 23Pero si tu visión está nublada, todo tu ser estará en oscuridad. Si la luz que hay en ti es oscuridad, ¡qué densa será esa oscuridad! 24»Nadie puede servir a dos señores, pues menospreciará a uno y amará al otro, o querrá mucho a uno y despreciará al otro. No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas. De nada sirve preocuparse 25»Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? 26Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas? 27¿Quién de ustedes, por mucho que se preocupe, puede añadir una sola hora al curso de su vida? 28»¿Y por qué se preocupan por la ropa? Observen cómo crecen los lirios del campo. No trabajan ni hilan; 29sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. 30Si así viste Dios a la hierba que hoy

está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¿no hará mucho más por ustedes, gente de poca fe? 31Así que no se preocupen diciendo: “¿Qué comeremos?” o “¿Qué beberemos?” o “¿Con qué nos vestiremos?” 32Porque los paganos andan tras todas estas cosas, y el Padre celestial sabe que ustedes las necesitan. 33Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas. 34Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propios afanes. Cada día tiene ya sus problemas.

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Éxodo 35-36 (NVI) Normas para el sábado 1Moisés reunió a toda la comunidad israelita, y les dijo: «Éstas son las órdenes que el Señor les manda cumplir: 2Trabajen durante seis días, pero el séptimo día, el sábado, será para ustedes un día de reposo consagrado al Señor. Quien haga algún trabajo en él será condenado a muerte. 3En sábado no se encenderá ningún fuego en ninguna de sus casas.» Materiales para el santuario 4Moisés le dijo a toda la comunidad israelita: «Esto es lo que el Señor les ordena: 5Tomen de entre sus pertenencias una ofrenda para el Señor. Todo el que se sienta movido a hacerlo, presente al Señor una ofrenda de oro, plata y bronce; 6lana púrpura, carmesí y escarlata; lino, pelo de cabra, 7pieles de carnero teñidas de rojo y pieles de delfín, madera de acacia, 8aceite de oliva para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático, 9y piedras de ónice y otras piedras preciosas para engastarlas en el efod y en el


pectoral. 10»Todos los artesanos hábiles que haya entre ustedes deben venir y hacer todo lo que el Señor ha ordenado que se haga: 11el santuario, con su tienda y su toldo, sus ganchos, sus tablones, sus travesaños, sus postes y sus bases; 12el arca con sus varas, el propiciatorio y la cortina que resguarda el arca; 13la mesa con sus varas y todos sus utensilios, y el pan de la Presencia; 14el candelabro para el alumbrado y sus accesorios, las lámparas y el aceite para el alumbrado; 15el altar del incienso con sus varas, el aceite de la unción y el incienso aromático, la cortina para la puerta a la entrada del santuario, 16el altar del los holocaustos con su enrejado de bronce, sus varas y todos sus utensilios, el lavamanos de bronce con su pedestal, 17las cortinas del atrio con sus postes y bases, la cortina para la entrada del atrio, 18las estacas del toldo para el santuario y para el atrio, y sus cuerdas; 19y las vestiduras tejidas que deben llevar los sacerdotes para ministrar en el santuario, tanto las vestiduras sagradas para Aarón como las vestiduras para sus hijos.» 20Toda la comunidad israelita se retiró de la presencia de Moisés, 21y todos los que en su interior se sintieron movidos a hacerlo llevaron una ofrenda al Señor para las obras en la Tienda de reunión, para todo su servicio, y para las vestiduras sagradas. 22Así mismo, todos los que se sintieron movidos a hacerlo, tanto hombres como mujeres, llevaron como ofrenda toda clase de joyas de oro: broches, pendientes, anillos, y otros adornos de oro. Todos ellos presentaron su oro como ofrenda mecida al Señor, 23o bien lleva-

ron lo que tenían: lana púrpura, carmesí y escarlata, lino, pelo de cabra, pieles de carnero teñidas de rojo, y pieles de delfín. 24Los que tenían plata o bronce los presentaron como ofrenda al Señor, lo mismo que quienes tenían madera de acacia, contribuyendo así con algo para la obra. 25Las mujeres expertas en artes manuales presentaron los hilos de lana púrpura, carmesí o escarlata que habían torcido, y lino. 26Otras, que conocían bien el oficio y se sintieron movidas a hacerlo, torcieron hilo de pelo de cabra. 27Los jefes llevaron piedras de ónice y otras piedras preciosas, para que se engastaran en el efod y en el pectoral. 28También llevaron especias y aceite de oliva para el alumbrado, el aceite de la unción y el incienso aromático. 29Todos los israelitas que se sintieron movidos a hacerlo, lo mismo hombres que mujeres, presentaron al Señor ofrendas voluntarias para toda la obra que el Señor, por medio de Moisés, les había mandado hacer. 30Moisés les dijo a los israelitas: «Tomen en cuenta que el Señor ha escogido expresamente a Bezalel, hijo de Uri y nieto de Jur, de la tribu de Judá, 31y lo ha llenado del Espíritu de Dios, de sabiduría, inteligencia y capacidad creativa 32para hacer trabajos artísticos en oro, plata y bronce, 33para cortar y engastar piedras preciosas, para hacer tallados en madera y realizar toda clase de diseños artísticos y artesanías. 34Dios les ha dado a él y a Aholiab hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, la habilidad de enseñar a otros. 35Los ha llenado de gran sabiduría para realizar toda clase de artesanías, diseños y recamados en lana púrpura, carmesí y escarlata, y lino.


Son expertos tejedores y hábiles artesanos en toda clase de labores y diseños. Bezalel y Aholiab 1»Así, pues, Bezalel y Aholiab llevarán a cabo los trabajos para el servicio del santuario, tal y como el Señor lo ha ordenado, junto con todos los que tengan ese mismo espíritu artístico, y a quienes el Señor haya dado pericia y habilidad para realizar toda la obra del servicio del santuario.» 2Moisés llamó a Bezalel y a Aholiab, y a todos los que tenían el mismo espíritu artístico, y a quienes el Señor había dado pericia y habilidad y se sentían movidos a venir y hacer el trabajo, 3y les entregó todas las ofrendas que los israelitas habían llevado para realizar la obra del servicio del santuario. Pero como día tras día el pueblo seguía llevando ofrendas voluntarias, 4todos los artesanos y expertos que estaban ocupados en la obra del santuario suspendieron su trabajo 5para ir a decirle a Moisés: «La gente está trayendo más de lo que se necesita para llevar a cabo la obra que el Señor mandó hacer.» 6Entonces Moisés ordenó que corriera la voz por todo el campamento: «¡Que nadie, ni hombre ni mujer, haga más labores ni traiga más ofrendas para el santuario!» De ese modo los israelitas dejaron de llevar más ofrendas, 7pues lo que ya habían hecho era más que suficiente para llevar a cabo toda la obra. El santuario 8Todos los obreros con espíritu artístico hicieron el santuario con diez cortinas de lino fino y de lana púrpura, carmesí y escarlata, con querubines artísticamente bordados en ellas. 9Todas las cortinas medían lo mismo, es decir, doce

metros y medio de largo por un metro con ochenta centímetros de ancho. 10Cosieron cinco cortinas una con otra, e hicieron lo mismo con las otras cinco. 11En el borde de la cortina, en el extremo del primer conjunto, hicieron presillas de lana púrpura; lo mismo hicieron con la cortina que estaba en el extremo del otro conjunto. 12También hicieron cincuenta presillas en una cortina, y otras cincuenta presillas en la cortina del extremo del otro conjunto, quedando las presillas unas frente a las otras. 13Después hicieron cincuenta ganchos de oro y los usaron para sujetar los dos conjuntos de cortinas, de modo que el santuario tenía unidad de conjunto. 14Hicieron un total de once cortinas de pelo de cabra para cubrir el santuario a la manera de una tienda de campaña. 15Las once cortinas tenían las mismas medidas, es decir, trece metros y medio de largo por un metro con ochenta centímetros de ancho. 16Cosieron dos conjuntos de cortinas, uno de cinco y otro de seis; 17hicieron cincuenta presillas en el borde de la cortina del extremo de uno de los conjuntos, y también en el borde de la cortina del extremo del otro conjunto, 18e hicieron cincuenta ganchos de bronce para unir la tienda en un solo conjunto. 19Luego hicieron para la tienda un toldo de pieles de carnero teñidas de rojo, y sobre ese toldo pusieron otro de pieles de delfín. 20Hicieron tablones de madera de acacia para el santuario, y los colocaron en posición vertical. 21Cada tablón medía cuatro metros y medio de largo por setenta centímetros de ancho, 22con dos ranuras paralelas entre sí. Todos los tablones del santuario


los hicieron así: 23Veinte tablones para el lado sur del santuario, 24con cuarenta bases de plata que iban debajo de ellos, dos por cada tablón, una debajo de cada ranura; 25veinte tablones para el lado opuesto, el lado norte del santuario, 26con cuarenta bases de plata que iban debajo de ellos, dos por cada tablón, una debajo de cada ranura; 27seis tablones para el extremo occidental del santuario, que era el más distante, y 28dos tablones más para las esquinas del santuario en el extremo opuesto. 29En estas dos esquinas los tablones eran dobles de abajo hacia arriba, pero quedaban unidos por un solo anillo. En ambas esquinas se hizo lo mismo, 30de modo que había ocho tablones y dieciséis bases de plata, dos debajo de cada tablón. 31También hicieron travesaños de madera de acacia: cinco para los tablones de un costado del santuario, 32cinco para los tablones del costado opuesto, y cinco para los tablones del costado occidental, en la parte posterior del santuario. 33El travesaño central lo hicieron de tal modo que pasaba de uno a otro extremo, a media altura de los tablones. 34Recubrieron de oro los tablones, e hicieron unos anillos de oro para que los travesaños pasaran por ellos. También recubrieron de oro los travesaños. 35La cortina la hicieron de lana púrpura, carmesí y escarlata, y de lino fino, con querubines artísticamente bordados en ella. 36Le hicieron cuatro postes de madera de acacia y los recubrieron de oro, les pusieron ganchos de oro, y fundieron para ellos cuatro bases de plata. 37Para la entrada de la tienda hicieron una cortina de lana teñida de púrpura,

carmesí y escarlata, y de lino fino, recamada artísticamente, 38y cinco postes con ganchos, para los que hicieron cinco bases de bronce; también recubrieron de oro los capiteles y los empalmes de los postes.

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Proverbios 16 (NVI) 1El hombre propone y Dios dispone. 2A cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los motivos. 3Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán. 4Toda obra del Señor tiene un propósito; ¡hasta el malvado fue hecho para el día del desastre! 5El Señor aborrece a los arrogantes. Una cosa es segura: no quedarán impunes. 6Con amor y verdad se perdona el pecado, y con temor del Señor se evita el mal. 7Cuando el Señor aprueba la conducta de un hombre, hasta con sus enemigos lo reconcilia. 8Más vale tener poco con justicia que ganar mucho con injusticia. 9El corazón del hombre traza su rumbo, pero sus pasos los dirige el Señor. 10La sentencia está en labios del rey; en el veredicto que emite no hay error. 11Las pesas y las balanzas justas son del Señor; todas las medidas son hechura suya. 12El rey detesta las malas acciones, porque el trono se afirma en la justicia. 13El rey se complace en los labios honestos; aprecia a quien habla con la verdad. 14La ira del rey es presagio de muerte, pero el sabio sabe apaciguarla. 15El rostro radiante del rey es signo de vida; su favor es como lluvia en primavera. 16Más vale adquirir sabiduría que oro; más vale adquirir inteligencia que plata. 17El camino del hombre recto evita el mal; el que quiere


salvar su vida, se fija por dónde va. 18Al orgullo le sigue la destrucción; a la altanería, el fracaso. 19Vale más humillarse con los oprimidos que compartir el botín con los orgullosos. 20El que atiende a la palabra, prospera. ¡Dichoso el que confía en el Señor! 21Al sabio de corazón se le llama inteligente; los labios convincentes promueven el saber. 22Fuente de vida es la prudencia para quien la posee; el castigo de los necios es su propia necedad. 23El sabio de corazón controla su boca; con sus labios promueve el saber. 24Panal de miel son las palabras amables: endulzan la vida y dan salud al cuerpo. 25Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte. 26Al que trabaja, el hambre lo obliga a trabajar, pues su propio apetito lo estimula. 27El perverso hace planes malvados; en sus labios hay un fuego devorador. 28El perverso provoca contiendas, y el chismoso divide a los buenos amigos. 29El violento engaña a su prójimo y lo lleva por mal camino. 30El que guiña el ojo trama algo perverso; el que aprieta los labios ya lo ha cometido. 31Las canas son una honrosa corona que se obtiene en el camino de la justicia. 32Más vale ser paciente que valiente; más vale dominarse a sí mismo que conquistar ciudades. 33Las suertes se echan sobre la mesa, pero el veredicto proviene del Señor.

Día 58 - Martes 24.03.15:

Mateo 7 (NVI) El juzgar a los demás 1»No juzguen a nadie, para que nadie los juzgue a ustedes. 2Porque tal como juzguen se les juzgará, y con la medida

que midan a otros, se les medirá a ustedes. 3»¿Por qué te fijas en la astilla que tiene tu hermano en el ojo, y no le das importancia a la viga que está en el tuyo? 4¿Cómo puedes decirle a tu hermano: “Déjame sacarte la astilla del ojo”, cuando ahí tienes una viga en el tuyo? 5¡Hipócrita!, saca primero la viga de tu propio ojo, y entonces verás con claridad para sacar la astilla del ojo de tu hermano. 6»No den lo sagrado a los perros, no sea que se vuelvan contra ustedes y los despedacen; ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen. Pidan, busquen, llamen 7»Pidan, y se les dará; busquen, y encontrarán; llamen, y se les abrirá. 8Porque todo el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abre. 9»¿Quién de ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? 10¿O si le pide un pescado, le da una serpiente? 11Pues si ustedes, aun siendo malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más su Padre que está en el cielo dará cosas buenas a los que le pidan! 12Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho, esto es la ley y los profetas. La puerta estrecha y la puerta ancha 13»Entren por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella. 14Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran. El árbol y sus frutos 15»Cuídense de los falsos profetas. Vienen a ustedes disfrazados de ove-


jas, pero por dentro son lobos feroces. 16Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los cardos? 17Del mismo modo, todo árbol bueno da fruto bueno, pero el árbol malo da fruto malo. 18Un árbol bueno no puede dar fruto malo, y un árbol malo no puede dar fruto bueno. 19Todo árbol que no da buen fruto se corta y se arroja al fuego. 20Así que por sus frutos los conocerán. 21»No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino sólo el que hace la voluntad de mi Padre que está en el cielo. 22Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre expulsamos demonios e hicimos muchos milagros?” 23Entonces les diré claramente: “Jamás los conocí. ¡Aléjense de mí, hacedores de maldad!” El prudente y el insensato 24»Por tanto, todo el que me oye estas palabras y las pone en práctica es como un hombre prudente que construyó su casa sobre la roca. 25Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa; con todo, la casa no se derrumbó porque estaba cimentada sobre la roca. 26Pero todo el que me oye estas palabras y no las pone en práctica es como un hombre insensato que construyó su casa sobre la arena. 27Cayeron las lluvias, crecieron los ríos, y soplaron los vientos y azotaron aquella casa, y ésta se derrumbó, y grande fue su ruina.» 28Cuando Jesús terminó de decir estas cosas, las multitudes se asombraron de su enseñanza, 29porque les enseñaba como quien tenía autoridad, y no como los maestros de la ley.

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Éxodo 37-38 (NVI) El arca 1Bezalel hizo el arca de madera de acacia, de un metro con diez centímetros de largo por setenta centímetros de ancho y setenta centímetros de alto. 2La recubrió de oro puro por dentro y por fuera, y puso en su derredor una moldura de oro. 3Fundió cuatro anillos de oro para el arca, y se los ajustó a sus cuatro patas, colocando dos anillos en un lado y dos en el otro. 4Hizo luego unas varas de madera de acacia, las recubrió de oro, 5y las pasó a través de los anillos en los costados del arca para poder transportarla. 6El propiciatorio lo hizo de oro puro, de un metro con diez centímetros de largo por setenta centímetros de ancho. 7Para los dos extremos del propiciatorio hizo dos querubines de oro trabajado a martillo. 8Uno de ellos iba en uno de los extremos, y el otro iba en el otro extremo; los hizo de modo que en ambos extremos los dos querubines formaran una sola pieza con el propiciatorio. 9Los querubines tenían las alas extendidas por encima del propiciatorio, y con ellas lo cubrían. Quedaban el uno frente al otro, mirando hacia el propiciatorio. La mesa 10Bezalel hizo la mesa de madera de acacia, de noventa centímetros de largo por cuarenta y cinco centímetros de ancho y setenta centímetros de alto. 11La recubrió de oro puro y le puso en derredor una moldura de oro. 12También le hizo un reborde de veinte centímetros de ancho, y alrededor del reborde le puso una moldura de oro. 13Fundió cuatro anillos de oro para la mesa y se los


sujetó a las cuatro esquinas, donde iban las cuatro patas. 14Los anillos fueron colocados cerca del reborde para pasar por ellos las varas empleadas para transportar la mesa. 15Esas varas eran de madera de acacia y estaban recubiertas de oro. 16Los utensilios para la mesa, y sus platos, bandejas, tazones, y jarras para derramar las ofrendas de libación, los hizo de oro puro. El candelabro 17Bezalel hizo el candelabro de oro puro labrado a martillo. Su base y su tallo, y sus copas, cálices y flores formaban una sola pieza con él. 18De los costados del candelabro salían seis brazos, tres de un lado y tres del otro. 19En cada uno de los seis brazos del candelabro había tres copas en forma de flores de almendro, con cálices y pétalos. 20El candelabro mismo tenía cuatro copas en forma de flor de almendro, con cálices y pétalos. 21Debajo del primer par de brazos que salía del candelabro había un cáliz; debajo del segundo par de brazos había un segundo cáliz, y debajo del tercer par de brazos había un tercer cáliz. 22Los cálices y los brazos formaban una sola pieza con el candelabro, el cual era de oro puro labrado a martillo. 23Hizo también de oro puro sus siete lámparas, lo mismo que sus cortapabilos y braseros. 24Para hacer el candelabro y todos sus accesorios, usó treinta y tres kilos de oro puro. El altar del incienso 25Bezalel hizo de madera de acacia el altar del incienso. Era cuadrado, de cuarenta y cinco centímetros de largo por cuarenta y cinco centímetros de ancho y noventa centímetros de alto. Sus cuernos formaban una sola pieza con el altar.

26Recubrió de oro puro su parte superior, sus cuatro costados y sus cuernos, y en su derredor le puso una moldura de oro. 27Debajo de la moldura le puso dos anillos de oro, es decir, dos en cada uno de sus costados, para pasar por ellos las varas empleadas para transportarlo. 28Las varas eran de madera de acacia, y las recubrió de oro. 29Bezalel hizo también el aceite de la unción sagrada y el incienso puro y aromático, como lo hacen los fabricantes de perfumes. El altar de los holocaustos 1Bezalel hizo de madera de acacia el altar de los holocaustos. Era cuadrado, de dos metros con treinta centímetros por lado, y de un metro con treinta centímetros de alto. 2Puso un cuerno en cada una de sus cuatro esquinas, los cuales formaban una sola pieza con el altar, y el altar lo recubrió de bronce. 3Hizo de bronce todos sus utensilios: sus portacenizas, sus tenazas, sus aspersorios, sus tridentes y sus braseros. 4Hizo también un enrejado para el altar —una rejilla de bronce—, y la puso bajo el reborde inferior del altar, a media altura del mismo. 5Fundió cuatro anillos de bronce para las cuatro esquinas del enrejado de bronce, para pasar por ellos las varas; 6hizo las varas de madera de acacia, las recubrió de bronce 7y las introdujo en los anillos, de modo que quedaron a los dos costados del altar para poder transportarlo. El altar lo hizo hueco y de tablas. 8Además, con el bronce de los espejos de las mujeres que servían a la entrada de la Tienda de reunión, hizo el lavamanos y su pedestal. El atrio 9Después hicieron el atrio. El lado sur


medía cuarenta y cinco metros de largo, y tenía cortinas de lino fino, 10veinte postes y veinte bases de bronce, con ganchos y empalmes de plata en los postes. 11El lado norte medía también cuarenta y cinco metros de largo, y tenía veinte postes y veinte bases de bronce, con ganchos y empalmes de plata en los postes. 12El lado occidental medía veintidós metros y medio de ancho, y tenía cortinas y diez postes y diez bases, con ganchos y empalmes de plata en los postes. 13Por el lado oriental, hacia la salida del sol, medía también veintidós metros y medio de ancho. 14A un lado de la entrada había cortinas de siete metros de largo, tres postes y tres bases, 15y al otro lado de la entrada había también cortinas de siete metros de largo, tres postes y tres bases. 16Todas las cortinas que rodeaban el atrio eran de lino fino. 17Las bases para los postes eran de bronce, los ganchos y los empalmes en los postes eran de plata, y sus capiteles estaban recubiertos de plata. Todos los postes del atrio tenían empalmes de plata. 18La cortina a la entrada del atrio era de lana teñida de púrpura, carmesí y escarlata, y de lino fino, recamada artísticamente. Medía nueve metros de largo por dos metros con treinta centímetros de alto, como las cortinas del atrio, 19y tenía cuatro postes y cuatro bases de bronce. Sus ganchos y sus empalmes eran de plata, y sus capiteles estaban recubiertos de plata. 20Todas las estacas del toldo para el santuario y del atrio que lo rodeaba eran de bronce. Los materiales usados 21Éstas son las cantidades de los materiales usados para el santuario del

pacto. Los levitas hicieron este registro por orden de Moisés y bajo la dirección de Itamar, hijo del sacerdote Aarón. 22Bezalel, hijo de Uri y nieto de Jur, de la tribu de Judá, hizo todo lo que el Señor le ordenó a Moisés. 23Con él estaba Aholiab hijo de Ajisamac, de la tribu de Dan, que era artesano, diseñador y recamador en lana teñida de púrpura, carmesí y escarlata, y en lino. 24El total del oro dado como ofrenda y empleado en toda la obra del santuario era de una tonelada, según la tasación oficial del santuario. 25La plata entregada por los miembros de la comunidad contados en el censo llegó a tres toneladas y media, según la tasación oficial del santuario. 26Todos los mayores de veinte años de edad que fueron censados llegaron a un total de seiscientos tres mil quinientos cincuenta, y cada uno de ellos dio seis gramos de plata, según la tasación oficial del santuario. 27Tres mil trescientos kilos de plata se emplearon en las cien bases fundidas para el santuario y para la cortina, de modo que cada base pesaba treinta y tres kilos. 28La plata restante se empleó en hacer los ganchos para los postes y recubrir los capiteles de los postes, y para hacer sus empalmes. 29El total del bronce dado como ofrenda fue de dos mil trescientos cuarenta kilos, 30y se empleó en las bases para la entrada de la Tienda de reunión, en el altar de bronce con su enrejado de bronce y todos sus utensilios, 31en las bases para el atrio y la entrada al atrio, y en todas las estacas del toldo para el santuario y para el atrio que lo rodeaba.

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Proverbios 17 (NVI) 1Más vale comer pan duro donde hay concordia que hacer banquete donde hay discordia. 2El siervo sabio gobernará al hijo sinvergüenza, y compartirá la herencia con los otros hermanos. 3En el crisol se prueba la plata y en el horno se prueba el oro, pero al corazón lo prueba el Señor. 4El malvado hace caso a los labios impíos, y el mentiroso presta oído a la lengua maliciosa. 5El que se burla del pobre ofende a su Creador; el que se alegra de verlo en la ruina no quedará sin castigo. 6La corona del anciano son sus nietos; el orgullo de los hijos son sus padres. 7No va bien con los necios el lenguaje refinado, ni con los gobernantes, la mentira. 8Vara mágica es el soborno para quien lo ofrece, pues todo lo que emprende lo consigue. 9El que perdona la ofensa cultiva el amor; el que insiste en la ofensa divide a los amigos. 10Cala más un regaño en el hombre prudente que cien latigazos en el obstinado. 11El revoltoso siempre anda buscando camorra, pero se las verá con un mensajero cruel. 12Más vale toparse con un oso enfurecido que con un necio empecinado en su necedad. 13Al que devuelve mal por bien nunca el mal se apartará de su familia. 14Iniciar una pelea es romper una represa; vale más retirarse que comenzarla. 15Absolver al culpable y condenar al inocente son dos cosas que el Señor aborrece. 16¿De qué le sirve al necio poseer dinero? ¿Podrá adquirir sabiduría si le faltan sesos? 17En todo tiempo ama el amigo; para ayudar en la adversidad nació el hermano. 18El que es imprudente se compromete por otros, y sale fiador de

su prójimo. 19Al que le gusta pecar, le gusta pelear; el que abre mucho la boca, busca que se la rompan. 20El de corazón perverso jamás prospera; el de lengua engañosa caerá en desgracia. 21Engendrar a un hijo necio es causa de pesar; ser padre de un necio no es ninguna alegría. 22Gran remedio es el corazón alegre, pero el ánimo decaído seca los huesos. 23El malvado acepta soborno en secreto, con lo que tuerce el curso de la justicia. 24La meta del prudente es la sabiduría; el necio divaga contemplando vanos horizontes. 25El hijo necio irrita a su padre, y causa amargura a su madre. 26No está bien castigar al inocente, ni azotar por su rectitud a gente honorable. 27El que es entendido refrena sus palabras; el que es prudente controla sus impulsos. 28Hasta un necio pasa por sabio si guarda silencio; se le considera prudente si cierra la boca.

Día 59 - Miércoles 25.03.15:

Mateo 8:1-22 (NVI) Jesús sana a un leproso 1Cuando Jesús bajó de la ladera de la montaña, lo siguieron grandes multitudes. 2Un hombre que tenía lepra se le acercó y se arrodilló delante de él.—Señor, si quieres, puedes limpiarme —le dijo. 3Jesús extendió la mano y tocó al hombre.—Sí quiero —le dijo—. ¡Queda limpio!Y al instante quedó sano de la lepra. 4—Mira, no se lo digas a nadie —le dijo Jesús—; sólo ve, preséntate al sacerdote, y lleva la ofrenda que ordenó Moisés, para que sirva de testimonio. La fe del centurión 5Al entrar Jesús en Capernaúm, se le acercó un centurión pidiendo ayuda.


6—Señor, mi siervo está postrado en casa con parálisis, y sufre terriblemente. 7—Iré a sanarlo —respondió Jesús. 8—Señor, no merezco que entres bajo mi techo. Pero basta con que digas una sola palabra, y mi siervo quedará sano. 9Porque yo mismo soy un hombre sujeto a órdenes superiores, y además tengo soldados bajo mi autoridad. Le digo a uno: “Ve”, y va, y al otro: “Ven”, y viene. Le digo a mi siervo: “Haz esto”, y lo hace. 10Al oír esto, Jesús se asombró y dijo a quienes lo seguían:—Les aseguro que no he encontrado en Israel a nadie que tenga tanta fe. 11Les digo que muchos vendrán del oriente y del occidente, y participarán en el banquete con Abraham, Isaac y Jacob en el reino de los cielos. 12Pero a los súbditos del reino se les echará afuera, a la oscuridad, donde habrá llanto y rechinar de dientes. 13Luego Jesús le dijo al centurión:—¡Ve! Todo se hará tal como creíste.Y en esa misma hora aquel siervo quedó sano. Jesús sana a muchos enfermos 14Cuando Jesús entró en casa de Pedro, vio a la suegra de éste en cama, con fiebre. 15Le tocó la mano y la fiebre se le quitó; luego ella se levantó y comenzó a servirle. 16Al atardecer, le llevaron muchos endemoniados, y con una sola palabra expulsó a los espíritus, y sanó a todos los enfermos. 17Esto sucedió para que se cumpliera lo dicho por el profeta Isaías: «Él cargó con nuestras enfermedades y soportó nuestros dolores.» Lo que cuesta seguir a Jesús 18Cuando Jesús vio a la multitud que lo rodeaba, dio orden de pasar al otro lado del lago. 19Se le acercó un maestro de la ley y le dijo:—Maestro, te seguiré a

dondequiera que vayas. 20—Las zorras tienen madrigueras y las aves tienen nidos —le respondió Jesús—, pero el Hijo del hombre no tiene dónde recostar la cabeza. 21Otro discípulo le pidió:—Señor, primero déjame ir a enterrar a mi padre. 22—Sígueme —le replicó Jesús—, y deja que los muertos entierren a sus muertos.

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Éxodo 39-40 (NVI) Las vestiduras sacerdotales 1Las vestiduras tejidas para ministrar en el santuario se hicieron de lana teñida de púrpura, carmesí y escarlata. También se hicieron vestiduras sagradas para Aarón, como se lo mandó el Señor a Moisés. El efod 2El efod lo hizo Bezalel de oro, lana teñida de púrpura, carmesí y escarlata, y lino fino. 3Martillaron finas láminas de oro, y las cortaron en hebras para entretejerlas artísticamente con la lana teñida de púrpura, carmesí y escarlata, y con el lino. 4Se hicieron hombreras para el efod, las cuales se sujetaron a sus dos extremos. 5Su cinturón tenía la misma hechura que el efod, y formaba una sola pieza con él; estaba hecho de oro, lana teñida de púrpura, carmesí y escarlata, y lino fino, como se lo mandó el Señor a Moisés. 6Las piedras de ónice se engarzaron en los engastes de filigrana de oro, y en ellas se grabaron, a manera de sello, los nombres de los hijos de Israel. 7Luego las sujetaron a las hombreras del efod para recordar a los hijos de Israel, como se lo mandó el Señor a Moisés. El pectoral 8Bezalel hizo también el pectoral, bordado artísticamente, como el efod, con hilo


de oro, lana teñida de púrpura, carmesí y escarlata, y lino fino, 9doble y cuadrado, de veinte centímetros por lado. 10En él se engastaron cuatro filas de piedras preciosas. En la primera fila había un rubí, un crisólito y una esmeralda; 11en la segunda hilera, una turquesa, un zafiro y un jade; 12en la tercera hilera, un jacinto, un ágata y una amatista; 13en la cuarta hilera, un topacio, un ónice y un jaspe. Estaban engarzadas en engastes de filigrana de oro, 14y eran doce piedras, una por cada uno de los hijos de Israel, grabada a manera de sello con el nombre de cada una de las doce tribus. 15Para el pectoral se hicieron cadenillas de oro puro, a manera de cordón. 16Se hicieron dos engastes en filigrana de oro y dos anillos de oro, y se sujetaron los anillos en los dos extremos del pectoral; 17luego se sujetaron las dos cadenillas de oro en los anillos a los extremos del pectoral, 18y los otros dos extremos de las cadenillas en los dos engastes, asegurándolos a las hombreras del efod por la parte delantera. 19Se hicieron otros dos anillos de oro, y los sujetaron a los otros dos extremos del pectoral, en el borde interior, junto al efod. 20Además, se hicieron otros dos anillos de oro, los cuales sujetaron la parte inferior de las hombreras, por delante del efod y junto a la costura, exactamente encima del cinturón del efod. 21Con un cordón de lana púrpura ataron los anillos del pectoral a los anillos del efod, a fin de unir el pectoral al cinturón para que no se desprendiera del efod, como se lo mandó el Señor a Moisés. Otras vestiduras sacerdotales 22Bezalel hizo de lana teñida de púrpu-

ra, y tejido artísticamente, todo el manto del efod. 23Lo hizo con una abertura en el centro, como abertura para la cabeza, y con un refuerzo alrededor de la abertura, para que no se rasgara. 24En todo el borde inferior del manto se hicieron granadas de lana púrpura, carmesí y escarlata, y de lino fino, 25lo mismo que campanillas de oro puro, las cuales se colocaron en todo el borde inferior, entre las granadas. 26Las campanillas y las granadas se colocaron, en forma alternada, en todo el borde inferior del manto que debía llevarse para ejercer el ministerio, como se lo mandó el Señor a Moisés. 27Para Aarón y sus hijos se hicieron túnicas de lino tejidas artísticamente, 28las mitras y el turbante de lino, y la ropa interior de lino fino. 29La faja era de lino fino y de lana teñida de púrpura, carmesí y escarlata, recamada artísticamente, como se lo mandó el Señor a Moisés. 30La placa sagrada se hizo de oro puro, y se grabó en ella, a manera de sello, Santo para el Señor. 31Luego se le ató un cordón de lana teñida de púrpura para sujetarla al turbante, como se lo mandó el Señor a Moisés. Moisés inspecciona el santuario 32Toda la obra del santuario, es decir, la Tienda de reunión, quedó terminada. Los israelitas lo hicieron todo tal y como el Señor se lo mandó a Moisés, 33y le presentaron a Moisés el santuario, la tienda y todos sus utensilios, sus ganchos, tablones, travesaños, postes y bases, 34el toldo de pieles de carnero teñidas de rojo, el toldo de pieles de delfín y la cortina que resguardaba el arca, 35el arca del pacto con sus varas y el propiciatorio, 36la mesa con todos sus


utensilios y el pan de la Presencia, 37el candelabro de oro puro con su hilera de lámparas y todos sus utensilios, y el aceite para el alumbrado; 38el altar de oro, el aceite de la unción, el incienso aromático y la cortina para la entrada de la tienda, 39el altar de bronce con su enrejado de bronce, sus varas y todos sus utensilios; el lavamanos y su pedestal, 40las cortinas del atrio con sus postes y bases, y la cortina para la entrada del atrio; las cuerdas y las estacas del toldo para el atrio; todos los utensilios para el santuario, la Tienda de reunión, 41y las vestiduras tejidas para ministrar en el santuario, tanto las vestiduras sagradas para el sacerdote Aarón como las vestiduras sacerdotales para sus hijos. 42Los israelitas hicieron toda la obra tal y como el Señor se lo había ordenado a Moisés. 43Moisés, por su parte, inspeccionó la obra y, al ver que la habían hecho tal y como el Señor se lo había ordenado, los bendijo. Se levanta el santuario 1El Señor habló con Moisés y le dijo: 2«En el día primero del mes primero, levanta el santuario, es decir, la Tienda de reunión. 3Pon en su interior el arca del pacto, y cúbrela con la cortina. 4Lleva adentro la mesa y ponla en orden. Pon también dentro del santuario el candelabro, y enciende sus lámparas. 5Coloca el altar del incienso frente al arca del pacto, y cuelga la cortina a la entrada del santuario. 6»Coloca el altar de los holocaustos frente a la entrada del santuario, la Tienda de reunión; 7coloca el lavamanos entre la Tienda de reunión y el altar, y pon agua en él. 8Levanta el atrio en su derredor, y coloca la cortina

a la entrada del atrio. 9»Toma el aceite de la unción, y unge el santuario y todo lo que haya en él; conságralo, junto con todos sus utensilios, para que sea un objeto sagrado. 10Unge también el altar de los holocaustos y todos sus utensilios; conságralo, para que sea un objeto muy sagrado. 11Unge además, y consagra, el lavamanos y su pedestal. 12»Lleva luego a Aarón y a sus hijos a la entrada de la Tienda de reunión, haz que se bañen, 13y ponle a Aarón sus vestiduras sagradas. Úngelo y conságralo, para que ministre como sacerdote mío. 14Acerca entonces a sus hijos, ponles sus túnicas, 15y úngelos como ungiste a su padre, para que ministren como mis sacerdotes. La unción les conferirá un sacerdocio válido para todas las generaciones venideras.» 16Moisés hizo todo tal y como el Señor se lo mandó. 17Fue así como el santuario se instaló el día primero del mes primero del año segundo. 18Al instalar el santuario, Moisés puso en su lugar las bases, levantó los tablones, los insertó en los travesaños, y levantó los postes; 19luego extendió la tienda de campaña sobre el santuario, y encima de ésta puso el toldo, tal y como el Señor se lo mandó. 20A continuación, tomó el documento del pacto y lo puso en el arca; luego ajustó las varas al arca, y sobre ella puso el propiciatorio. 21Llevó el arca al interior del santuario, y colgó la cortina para resguardarla. De este modo protegió el arca del pacto, tal y como el Señor se lo había ordenado. 22Moisés puso la mesa en la Tienda de reunión, en el lado norte del santuario, fuera de la cortina, 23y puso el pan en orden ante el Señor, como el Señor se lo había orde-


nado. 24Colocó luego el candelabro en la Tienda de reunión, frente a la mesa, en el lado sur del santuario, 25y encendió las lámparas ante el Señor, como el Señor se lo había ordenado. 26Puso también el altar de oro en la Tienda de reunión, frente a la cortina, 27y sobre él quemó incienso aromático, tal y como el Señor se lo había ordenado. 28Después de eso colgó la cortina a la entrada del santuario. 29Moisés puso también el altar de los holocaustos a la entrada del santuario, la Tienda de reunión, y sobre él ofreció holocaustos y ofrendas de grano, tal y como el Señor se lo había ordenado. 30Colocó luego el lavamanos entre la Tienda de reunión y el altar, y echó en ella agua para lavarse, 31y Moisés, Aarón y sus hijos se lavaron allí las manos y los pies. 32Siempre que entraban en la Tienda de reunión o se acercaban al altar se lavaban, tal y como el Señor se lo había ordenado. 33Después levantó Moisés el atrio en torno al santuario y al altar, y colgó la cortina a la entrada del atrio. Así terminó Moisés la obra. La gloria del 34En ese instante la nube cubrió la Tienda de reunión, y la gloria del Señor llenó el santuario. 35Moisés no podía entrar en la Tienda de reunión porque la nube se había posado en ella y la gloria del Señor llenaba el santuario. 36Siempre que la nube se levantaba y se apartaba del santuario, los israelitas levantaban campamento y se ponían en marcha. 37Si la nube no se levantaba, ellos no se ponían en marcha. 38Durante todas las marchas de los israelitas, la nube del Señor reposaba sobre el santuario durante el día, pero durante la noche había

fuego en la nube, a la vista de todo el pueblo de Israel.

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Proverbios 18 (NVI) 1El egoísta busca su propio bien; contra todo sano juicio se rebela. 2Al necio no le complace el discernimiento; tan sólo hace alarde de su propia opinión. 3Con la maldad, viene el desprecio, y con la vergüenza llega el oprobio. 4Las palabras del hombre son aguas profundas, arroyo de aguas vivas, fuente de sabiduría. 5No está bien declarar inocente al malvado y dejar de lado los derechos del justo. 6Los labios del necio son causa de contienda; su boca incita a la riña. 7La boca del necio es su perdición; sus labios son para él una trampa mortal. 8Los chismes son deliciosos manjares; penetran hasta lo más íntimo del ser. 9El que es negligente en su trabajo confraterniza con el que es destructivo. 10Torre inexpugnable es el nombre del Señor; a ella corren los justos y se ponen a salvo. 11Ciudad amurallada es la riqueza para el rico, y éste cree que sus muros son inexpugnables. 12Al fracaso lo precede la soberbia humana; a los honores los precede la humildad. 13Es necio y vergonzoso responder antes de escuchar. 14En la enfermedad, el ánimo levanta al enfermo; ¿pero quién podrá levantar al abatido? 15El corazón prudente adquiere conocimiento; los oídos de los sabios procuran hallarlo. 16Con regalos se abren todas las puertas y se llega a la presencia de gente importante. 17El primero en presentar su caso parece inocente, hasta que llega la otra parte y lo refuta. 18El echar suertes pone fin a los litigios y decide entre las partes en


pugna. 19Más resiste el hermano ofendido que una ciudad amurallada; los litigios son como cerrojos de ciudadela. 20Cada uno se llena con lo que dice y se sacia con lo que habla. 21En la lengua hay poder de vida y muerte; quienes la aman comerán de su fruto. 22Quien halla esposa halla la felicidad: muestras de su favor le ha dado el Señor. 23El pobre habla en tono suplicante; el rico responde con aspereza. 24Hay amigos que llevan a la ruina, y hay amigos más fieles que un hermano.

Día 60 - Jueves 26.03.15:

Mateo 8:23-34 (NVI) Jesús calma la tormenta 23Luego subió a la barca y sus discípulos lo siguieron. 24De repente, se levantó en el lago una tormenta tan fuerte que las olas inundaban la barca. Pero Jesús estaba dormido. 25Los discípulos fueron a despertarlo.—¡Señor —gritaron—, sálvanos, que nos vamos a ahogar! 26— Hombres de poca fe —les contestó—, ¿por qué tienen tanto miedo?Entonces se levantó y reprendió a los vientos y a las olas, y todo quedó completamente tranquilo. 27Los discípulos no salían de su asombro, y decían: «¿Qué clase de hombre es éste, que hasta los vientos y las olas le obedecen?» Liberación de dos endemoniados 28Cuando Jesús llegó al otro lado, a la región de los gadarenos, dos endemoniados le salieron al encuentro de entre los sepulcros. Eran tan violentos que nadie se atrevía a pasar por aquel camino. 29De pronto le gritaron:—¿Por qué te entrometes, Hijo de Dios? ¿Has venido aquí a atormentarnos antes del tiempo seña-

lado? 30A cierta distancia de ellos estaba paciendo una gran manada de cerdos. 31Los demonios le rogaron a Jesús:—Si nos expulsas, mándanos a la manada de cerdos. 32—Vayan —les dijo.Así que salieron de los hombres y entraron en los cerdos, y toda la manada se precipitó al lago por el despeñadero y murió en el agua. 33Los que cuidaban los cerdos salieron corriendo al pueblo y dieron aviso de todo, incluso de lo que les había sucedido a los endemoniados. 34Entonces todos los del pueblo fueron al encuentro de Jesús. Y cuando lo vieron, le suplicaron que se alejara de esa región.

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Levítico 1-2 (NVI) El holocausto 1El Señor llamó a Moisés y le habló desde la Tienda de reunión. Le ordenó 2que les dijera a los israelitas: «Cuando alguno de ustedes traiga una ofrenda al Señor, deberá presentar un animal de ganado vacuno u ovino. 3»Si el animal que ofrece en holocausto es de ganado vacuno, deberá presentar un macho sin defecto, a la entrada de la Tienda de reunión. Así será aceptable al Señor. 4Pondrá su mano sobre la cabeza de la víctima, la cual le será aceptada en su lugar y le servirá de propiciación. 5Después degollará el novillo ante el Señor, y los hijos de Aarón, los sacerdotes, tomarán la sangre y la derramarán alrededor del altar que está a la entrada de la Tienda de reunión. 6Luego desollará la víctima del holocausto y la cortará en trozos. 7Los hijos de Aarón, los sacerdotes, harán fuego sobre el altar y le echarán leña; 8después acomodarán los trozos sobre la leña encendida del altar, junto


con la cabeza y el sebo. 9Las entrañas y las patas se lavarán con agua, y el sacerdote lo quemará todo en el altar. Es un holocausto, una ofrenda presentada por fuego de aroma grato al Señor. 10»Si alguien ofrece un holocausto de ganado ovino, sea de corderos o de cabras, deberá presentar un macho sin defecto. 11Lo degollará ante el Señor, en el costado norte del altar, y los hijos de Aarón, los sacerdotes, derramarán la sangre alrededor del altar. 12Luego lo cortará en trozos, los cuales el sacerdote acomodará sobre la leña encendida del altar, junto con la cabeza y el sebo. 13Las entrañas y las patas se lavarán con agua, y el sacerdote lo tomará todo y lo quemará en el altar. Es un holocausto, una ofrenda presentada por fuego de aroma grato al Señor. 14»Si alguien ofrece al Señor un holocausto de ave, deberá presentar una tórtola o un pichón de paloma. 15El sacerdote llevará el ave al altar y le arrancará la cabeza, y luego la quemará en el altar. Después exprimirá la sangre en un costado del altar, 16y le quitará también el buche y las entrañas, y los arrojará hacia el costado oriental del altar, donde se echa la ceniza. 17Después la desgarrará por las alas, pero sin arrancárselas. Entonces el sacerdote la quemará en el altar, sobre la leña encendida. Es un holocausto, una ofrenda presentada por fuego de aroma grato al Señor. La ofrenda de cereal 1»Si alguien presenta al Señor una ofrenda de cereal, ésta será de flor de harina, sobre la cual pondrá aceite e incienso. 2Luego la llevará a los hijos de Aarón, los sacerdotes; allí tomará un pu-

ñado de flor de harina con aceite, junto con todo el incienso, y el sacerdote quemará esa ofrenda memorial en el altar. Es una ofrenda presentada por fuego de aroma grato al Señor. 3El resto de la ofrenda de cereal será para Aarón y sus hijos. Entre las ofrendas por fuego que se presentan al Señor, ésta es sumamente sagrada. 4»Si presentas una ofrenda de cereal cocida al horno, ésta será de panes de flor de harina sin levadura, amasados con aceite, o de obleas sin levadura untadas con aceite. 5»Si presentas una ofrenda de cereal cocida en la sartén, la ofrenda será de flor de harina sin levadura, amasada con aceite. 6La partirás en pedazos y le echarás aceite. Es una ofrenda de cereal. 7»Si presentas una ofrenda de cereal cocida a la olla, la ofrenda será de flor de harina con aceite. 8Así preparada la ofrenda de cereal, se la llevarás al Señor, es decir, se la llevarás al sacerdote, quien la presentará en el altar. 9El sacerdote, luego de tomar una parte como ofrenda memorial, la quemará en el altar. Es una ofrenda presentada por fuego de aroma grato al Señor. 10El resto de la ofrenda de cereal será para Aarón y sus hijos. Entre las ofrendas por fuego que se presentan al Señor, ésta es sumamente sagrada. 11»Ninguna ofrenda de cereal que ustedes presenten al Señor se hará de masa fermentada, porque en una ofrenda al Señor presentada por fuego no se deben quemar ni miel ni levadura. 12Llevarán al Señor levadura y miel como ofrenda de primicias, pero no las pondrán sobre el altar como aroma grato. 13Todas las ofrendas de cereal las sazonarán con sal, y no dejarán que les


falte la sal del pacto de su Dios. A todas las ofrendas deberán ponerles sal. 14»Si le presentas al Señor una ofrenda de las primicias de tus cereales, ésta será de trigo nuevo, molido y tostado al fuego. Es la ofrenda de cereal de tus primicias. 15Le pondrás aceite e incienso; es una ofrenda de cereal. 16El sacerdote quemará parte del trigo nuevo y molido como ofrenda memorial, junto con todo el incienso y el aceite. Es una ofrenda al Señor presentada por fuego.

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Proverbios 19 (NVI) 1Más vale pobre e intachable que necio y embustero. 2El afán sin conocimiento no vale nada; mucho yerra quien mucho corre. 3La necedad del hombre le hace perder el rumbo, y para colmo se irrita contra el Señor. 4Con las riquezas aumentan los amigos, pero al pobre hasta su amigo lo abandona. 5El testigo falso no quedará sin castigo; el que esparce mentiras no saldrá bien librado. 6Muchos buscan congraciarse con los poderosos; todos son amigos de quienes reparten regalos. 7Si al pobre lo aborrecen sus parientes, con más razón lo evitan sus amigos. Aunque los busca suplicante, por ninguna parte los encuentra. 8El que adquiere cordura a sí mismo se ama, y el que retiene el discernimiento prospera. 9El testigo falso no quedará sin castigo; el que difunde mentiras perecerá. 10No va bien con el necio vivir entre lujos, y menos con el esclavo gobernar a los príncipes. 11El buen juicio hace al hombre paciente; u gloria es pasar por alto la ofensa. 12Rugido de león es la ira del rey; su favor es como rocío sobre el pasto. 13El hijo necio es la ruina del padre;

la mujer pendenciera es gotera constante. 14La casa y el dinero se heredan de los padres, pero la esposa inteligente es un don del Señor. 15La pereza conduce al sueño profundo; el holgazán pasará hambre. 16El que cumple el mandamiento cumple consigo mismo; el que descuida su conducta morirá. 17Servir al pobre es hacerle un préstamo al Señor; Dios pagará esas buenas acciones. 18Corrige a tu hijo mientras aún hay esperanza; no te hagas cómplice de su muerte. 19El iracundo tendrá que afrontar el castigo; el que intente disuadirlo aumentará su enojo. 20Atiende al consejo y acepta la corrección, y llegarás a ser sabio. 21El corazón humano genera muchos proyectos, pero al final prevalecen los designios del Señor. 22De todo hombre se espera lealtad. Más vale ser pobre que mentiroso. 23El temor del Señor conduce a la vida; da un sueño tranquilo y evita los problemas. 24El perezoso mete la mano en el plato, pero es incapaz de llevarse el bocado a la boca. 25Golpea al insolente, y se hará prudente el inexperto; reprende al entendido, y ganará en conocimiento. 26El que roba a su padre y echa a la calle a su madre es un hijo infame y sinvergüenza. 27Hijo mío, si dejas de atender a la corrección, te apartarás de las palabras del saber. 28El testigo corrupto se burla de la justicia, y la boca del malvado engulle maldad. 29El castigo se dispuso para los insolentes, y los azotes para la espalda de los necios.

Día 61 - Viernes 27.03.15: Mateo 9:1-17 (NVI) Jesús sana a un paralítico


1Subió Jesús a una barca, cruzó al otro lado y llegó a su propio pueblo. 2Unos hombres le llevaron un paralítico, acostado en una camilla. Al ver Jesús la fe de ellos, le dijo al paralítico:—¡Ánimo, hijo; tus pecados quedan perdonados! 3Algunos de los maestros de la ley murmuraron entre ellos: «¡Este hombre blasfema!» 4Como Jesús conocía sus pensamientos, les dijo:—¿Por qué dan lugar a tan malos pensamientos? 5¿Qué es más fácil, decir: “Tus pecados quedan perdonados”, o decir: “Levántate y anda”? 6Pues para que sepan que el Hijo del hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados —se dirigió entonces al paralítico—: Levántate, toma tu camilla y vete a tu casa. 7Y el hombre se levantó y se fue a su casa. 8Al ver esto, la multitud se llenó de temor, y glorificó a Dios por haber dado tal autoridad a los mortales. Llamamiento de Mateo 9Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos. «Sígueme», le dijo. Mateo se levantó y lo siguió. 10Mientras Jesús estaba comiendo en casa de Mateo, muchos recaudadores de impuestos y pecadores llegaron y comieron con él y sus discípulos. 11Cuando los fariseos vieron esto, les preguntaron a sus discípulos:—¿Por qué come su maestro con recaudadores de impuestos y con pecadores? 12Al oír esto, Jesús les contestó:—No son los sanos los que necesitan médico sino los enfermos. 13Pero vayan y aprendan lo que significa: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios.” Porque no he venido a llamar a justos sino a pecadores.

Le preguntan a Jesús sobre el ayuno 14Un día se le acercaron los discípulos de Juan y le preguntaron:—¿Cómo es que nosotros y los fariseos ayunamos, pero no así tus discípulos?Jesús les contestó: 15—¿Acaso pueden estar de luto los invitados del novio mientras él está con ellos? Llegará el día en que se les quitará el novio; entonces sí ayunarán. 16Nadie remienda un vestido viejo con un retazo de tela nueva, porque el remiendo fruncirá el vestido y la rotura se hará peor. 17Ni tampoco se echa vino nuevo en odres viejos. De hacerlo así, se reventarán los odres, se derramará el vino y los odres se arruinarán. Más bien, el vino nuevo se echa en odres nuevos, y así ambos se conservan.

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Levítico 3-4 (NVI) El sacrificio de comunión 1»Si alguien ofrece ganado vacuno al Señor como sacrificio de comunión, deberá presentarle un animal sin defecto, sea macho o hembra. 2Pondrá su mano sobre la cabeza del animal, al que degollará a la entrada de la Tienda de reunión. Luego los hijos de Aarón, los sacerdotes, derramarán la sangre alrededor del altar. 3El oferente le presentará al Señor, como ofrenda por fuego, las siguientes partes del sacrificio de comunión: la grasa que recubre los intestinos y la que se adhiere a éstos, 4los dos riñones y la grasa que los recubre, la grasa que recubre los lomos, y también el lóbulo del hígado, el cual se extraerá junto con los riñones. 5Entonces los hijos de Aarón quemarán todo esto en el altar, encima del holocausto que está sobre la leña encendida. Es una ofren-


da presentada por fuego de aroma grato al Señor. 6»Si el sacrificio de comunión es de ganado ovino, el oferente deberá presentarle al Señor un animal sin defecto, sea macho o hembra. 7Si la ofrenda es un cordero, lo presentará ante el Señor 8y le impondrá la mano sobre la cabeza, degollando luego al animal ante la Tienda de reunión. Luego los hijos de Aarón derramarán la sangre alrededor del altar. 9El oferente le presentará al Señor, como ofrenda por fuego, las siguientes partes de este sacrificio: la grasa, la cola entera (la cual cortará desde el espinazo), la grasa que recubre los intestinos y la que se adhiere a éstos, 10los dos riñones y la grasa que los recubre, la grasa que recubre los lomos, y también el lóbulo del hígado, el cual se extraerá junto con los riñones. 11Entonces el sacerdote quemará todo esto en el altar. Es una comida, una ofrenda presentada por fuego al Señor. 12»Si la ofrenda es una cabra, la presentará ante el Señor 13poniendo la mano sobre la cabeza del animal, al que degollará ante la Tienda de reunión. Luego los hijos de Aarón derramarán la sangre alrededor del altar. 14El oferente le presentará al Señor, como ofrenda por fuego, las siguientes partes del animal: la grasa que recubre los intestinos y la que se adhiere a éstos, 15los dos riñones y la grasa que los recubre, la grasa que recubre los lomos, y también el lóbulo del hígado, el cual se extraerá junto con los riñones. 16Entonces el sacerdote quemará todo esto en el altar. Es una comida, una ofrenda presentada por fuego de aroma grato. Toda la grasa pertenece al Señor. 17»Éste será un estatuto perpetuo para

los descendientes de ustedes, dondequiera que habiten: No se comerán la grasa ni la sangre.» El sacrificio expiatorio 1El Señor le ordenó a Moisés 2que les dijera a los israelitas: «Cuando alguien viole inadvertidamente cualquiera de los mandamientos del Señor, e incurra en algo que esté prohibido, se procederá de la siguiente manera: El sacrificio expiatorio por el pecado del sacerdote 3»Si el que peca es el sacerdote ungido, haciendo con ello culpable al pueblo, deberá ofrecer al Señor, como sacrificio expiatorio por su pecado, un novillo sin defecto. 4Llevará el novillo ante el Señor, a la entrada de la Tienda de reunión, e impondrá la mano sobre la cabeza del novillo, al que degollará en presencia del Señor. 5El sacerdote ungido tomará un poco de la sangre del novillo y la llevará a la Tienda de reunión. 6Mojará el dedo en la sangre, y rociará con ella siete veces en dirección a la cortina del santuario, en presencia del Señor. 7Después el sacerdote untará un poco de la sangre en los cuernos del altar del incienso aromático, que está ante el Señor, en la Tienda de reunión. El resto de la sangre del novillo la derramará al pie del altar del holocausto, que está a la entrada de la Tienda de reunión. 8Luego, al novillo del sacrificio expiatorio le sacará toda la grasa que recubre los intestinos, y la que se adhiere a éstos, 9los dos riñones y la grasa que los recubre, la grasa que recubre los lomos, y también el lóbulo del hígado, el cual se extraerá junto con los riñones. 10Esto se hará tal y como se saca la grasa de la res para el sacrifi-


cio de comunión. Entonces el sacerdote quemará todo esto en el altar del holocausto, 11pero sacará del campamento la piel y toda la carne del novillo, junto con la cabeza, las patas, los intestinos y el excremento. 12Todo esto, es decir, el resto del novillo, lo sacará del campamento y lo llevará a un lugar ritualmente puro, al vertedero de la ceniza, y dejará que se consuma sobre la leña encendida. Sobre el vertedero de la ceniza se consumirá. El sacrificio expiatorio por el pecado de la comunidad 13»Si la que peca inadvertidamente es toda la comunidad de Israel, toda la asamblea será culpable de haber hecho algo que los mandamientos del Señor prohíben. 14Cuando la asamblea se dé cuenta del pecado que ha cometido, deberá ofrecer un novillo como sacrificio expiatorio. Lo llevarán a la Tienda de reunión, 15y allí, en presencia del Señor, los ancianos de la comunidad impondrán las manos sobre la cabeza del novillo y lo degollarán. 16Luego el sacerdote ungido tomará un poco de la sangre del novillo y la llevará a la Tienda de reunión. 17Mojará el dedo en la sangre, y rociará con ella siete veces en dirección a la cortina en presencia del Señor. 18Después untará un poco de la sangre en los cuernos del altar, que está ante el Señor, en la Tienda de reunión. El resto de la sangre la derramará al pie del altar del holocausto, que está a la entrada de la Tienda de reunión, 19y sacará del animal toda la grasa, quemándola en el altar. 20Se hará con este novillo lo mismo que se hace con el de la ofrenda expiatoria. Así el sacerdote hará

expiación por ellos, y serán perdonados. 21Luego sacará del campamento el resto del novillo y dejará que se consuma en el fuego, como el otro. Éste es el sacrificio expiatorio por la asamblea. El sacrificio expiatorio por el pecado de un gobernante 22»Si el que peca inadvertidamente es uno de los gobernantes, e incurre en algo que los mandamientos del Señor su Dios prohíben, será culpable. 23Cuando se le haga saber que ha cometido un pecado, llevará como ofrenda un macho cabrío sin defecto, 24pondrá la mano sobre la cabeza del macho cabrío, y lo degollará en presencia del Señor, en el mismo lugar donde se degüellan los animales para el holocausto. Es un sacrificio expiatorio. 25Entonces el sacerdote tomará con el dedo un poco de la sangre del sacrificio expiatorio y la untará en los cuernos del altar del holocausto, después de lo cual derramará al pie del altar del holocausto el resto de la sangre. 26Toda la grasa del animal la quemará en el altar, tal como se hace con el sacrificio de comunión. Así el sacerdote hará expiación por el pecado del gobernante, y su pecado le será perdonado. El sacrificio expiatorio por el pecado de un miembro del pueblo 27»Si el que peca inadvertidamente es alguien del pueblo, e incurre en algo que los mandamientos del Señor prohíben, será culpable. 28Cuando se le haga saber que ha cometido un pecado, llevará como ofrenda por su pecado una cabra sin defecto. 29Pondrá la mano sobre la cabeza del animal, y lo degollará en el lugar donde se degüellan los animales para el holocausto. 30Entonces el


sacerdote tomará con el dedo un poco de la sangre y la untará en los cuernos del altar del holocausto, después de lo cual derramará el resto de la sangre al pie del altar. 31Luego le sacará al animal toda la grasa, tal y como se le saca la grasa al sacrificio de comunión, y el sacerdote la quemará toda en el altar, como aroma grato al Señor. Así el sacerdote hará expiación por él, y su pecado le será perdonado. 32»Si la persona ofrece como sacrificio expiatorio un cordero, deberá presentar una hembra sin defecto. 33Pondrá la mano sobre la cabeza del animal, y lo degollará como sacrificio expiatorio en el lugar donde se degüellan los animales para el holocausto. 34Entonces el sacerdote tomará con el dedo un poco de la sangre del sacrificio expiatorio y la untará en los cuernos del altar del holocausto, después de lo cual derramará al pie del altar el resto de la sangre. 35Luego le sacará al animal toda la grasa, tal y como se le saca la grasa al cordero del sacrificio de comunión, y el sacerdote la quemará en el altar sobre la ofrenda presentada por fuego al Señor. Así el sacerdote hará expiación por esa persona, y el pecado que haya cometido le será perdonado.

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Proverbios 20 (NVI) 1El vino lleva a la insolencia, y la bebida embriagante al escándalo; ¡nadie bajo sus efectos se comporta sabiamente! 2Rugido de león es la furia del rey; quien provoca su enojo se juega la vida. 3Honroso es al hombre evitar la contienda, pero no hay necio que no inicie un pleito. 4El perezoso no labra la tierra en otoño; en tiempo de cosecha buscará y no ha-

llará. 5Los pensamientos humanos son aguas profundas; el que es inteligente los capta fácilmente. 6Son muchos los que proclaman su lealtad, ¿pero quién puede hallar a alguien digno de confianza? 7Justo es quien lleva una vida sin tacha; ¡dichosos los hijos que sigan su ejemplo! 8Cuando el rey se sienta en el tribunal, con su sola mirada barre toda maldad. 9¿Quién puede afirmar: «Tengo puro el corazón; estoy limpio de pecado»? 10Pesas falsas y medidas engañosas: ¡vaya pareja que el Señor detesta! 11Por sus hechos el niño deja entrever si su conducta será pura y recta. 12Los oídos para oír y los ojos para ver: ¡hermosa pareja que el Señor ha creado! 13No te des al sueño, o te quedarás pobre; manténte despierto y tendrás pan de sobra. 14«¡No sirve, no sirve!», dice el comprador, pero luego va y se jacta de su compra. 15Oro hay, y abundan las piedras preciosas, pero aún más valiosos son los labios del saber. 16Toma la prenda del que salga fiador de un extraño; reténla en garantía si la da en favor de desconocidos. 17Tal vez sea agradable ganarse el pan con engaños, pero uno acaba con la boca llena de arena. 18Afirma tus planes con buenos consejos; entabla el combate con buena estrategia. 19El chismoso traiciona la confianza; no te juntes con la gente que habla de más. 20Al que maldiga a su padre y a su madre, su lámpara se le apagará en la más densa oscuridad. 21La herencia de fácil comienzo no tendrá un final feliz. 22Nunca digas: «¡Me vengaré de ese daño!» Confía en el Señor, y él actuará por ti. 23El Señor aborrece las pesas falsas y reprueba el uso de medidas en-


gañosas. 24Los pasos del hombre los dirige el Señor. ¿Cómo puede el hombre entender su propio camino? 25Trampa es consagrar algo sin pensarlo y más tarde reconsiderar lo prometido. 26El rey sabio avienta como trigo a los malvados, y los desmenuza con rueda de molino. 27El espíritu humano es la lámpara del Señor, pues escudriña lo más recóndito del ser. 28La misericordia y la verdad sostienen al rey; su trono se afirma en la misericordia. 29La gloria de los jóvenes radica en su fuerza; la honra de los ancianos, en sus canas. 30Los golpes y las heridas curan la maldad; los azotes purgan lo más íntimo del ser.

Día 62 - Sábado 28.03.15:

Mateo 9:18-38 (NVI) Una niña muerta y una mujer enferma 18Mientras él les decía esto, un dirigente judío llegó, se arrodilló delante de él y le dijo:—Mi hija acaba de morir. Pero ven y pon tu mano sobre ella, y vivirá. 19Jesús se levantó y fue con él, acompañado de sus discípulos. 20En esto, una mujer que hacía doce años padecía de hemorragias se le acercó por detrás y le tocó el borde del manto. 21Pensaba: «Si al menos logro tocar su manto, quedaré sana.» 22Jesús se dio vuelta, la vio y le dijo:—¡Ánimo, hija! Tu fe te ha sanado.Y la mujer quedó sana en aquel momento. 23Cuando Jesús entró en la casa del dirigente y vio a los flautistas y el alboroto de la gente, 24les dijo:— Váyanse. La niña no está muerta sino dormida.Entonces empezaron a burlarse de él. 25Pero cuando se les hizo salir, entró él, tomó de la mano a la niña, y ésta se levantó. 26La noticia se divulgó

por toda aquella región. Jesús sana a los ciegos y a los mudos 27Al irse Jesús de allí, dos ciegos lo siguieron, gritándole:—¡Ten compasión de nosotros, Hijo de David! 28Cuando entró en la casa, se le acercaron los ciegos, y él les preguntó:—¿Creen que puedo sanarlos?—Sí, Señor —le respondieron. 29Entonces les tocó los ojos y les dijo:—Se hará con ustedes conforme a su fe. 30Y recobraron la vista. Jesús les advirtió con firmeza:—Asegúrense de que nadie se entere de esto. 31Pero ellos salieron para divulgar por toda aquella región la noticia acerca de Jesús. 32Mientras ellos salían, le llevaron un mudo endemoniado. 33Así que Jesús expulsó al demonio, y el que había estado mudo habló. La multitud se maravillaba y decía: «Jamás se ha visto nada igual en Israel.» 34Pero los fariseos afirmaban: «Éste expulsa a los demonios por medio del príncipe de los demonios.» Son pocos los obreros 35Jesús recorría todos los pueblos y aldeas enseñando en las sinagogas, anunciando las buenas nuevas del reino, y sanando toda enfermedad y toda dolencia. 36Al ver a las multitudes, tuvo compasión de ellas, porque estaban agobiadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. 37«La cosecha es abundante, pero son pocos los obreros —les dijo a sus discípulos—. 38Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que envíe obreros a su campo.»

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Levítico 5-6 (NVI) El sacrificio expiatorio por diversos pecados


1»Si alguien peca por negarse a declarar bajo juramento lo que vio o escuchó, sufrirá las consecuencias de su pecado. 2»Si alguien sin darse cuenta toca alguna cosa ritualmente impura, tal como el cadáver de un animal impuro, sea o no doméstico, o el cadáver de un reptil impuro, se vuelve impuro él mismo y es culpable. 3»Si alguien sin darse cuenta toca alguna impureza humana, cualquiera que ésta sea, se vuelve impuro él mismo. Pero al darse cuenta, será culpable. 4»Si alguien hace uno de esos juramentos que se acostumbra hacer a la ligera, y sin saberlo jura hacer bien o mal, ha pecado. Pero al darse cuenta, será culpable de haber hecho ese juramento. 5»Si alguien resulta culpable de alguna de estas cosas, deberá reconocer que ha pecado 6y llevarle al Señor en sacrificio expiatorio por la culpa del pecado cometido, una hembra del rebaño, que podrá ser una oveja o una cabra. Así el sacerdote hará expiación por ese pecado. El caso del pobre 7»Si a alguien no le alcanza para comprar ganado menor, entonces le llevará al Señor, como sacrificio por la culpa del pecado cometido, dos tórtolas o dos pichones de paloma, una de las aves como sacrificio por el pecado y la otra como holocausto. 8Se las llevará al sacerdote, quien primero ofrecerá el ave para el sacrificio expiatorio. Para esto, le retorcerá el cuello, pero sin desprenderle del todo la cabeza. 9Luego rociará un poco de la sangre del sacrificio expiatorio en un costado del altar, y al pie del altar exprimirá el resto de la sangre. Es un sacrificio expiatorio. 10Con la se-

gunda ave hará un holocausto, como ya ha sido prescrito. Así el sacerdote hará expiación por el pecado cometido, y ese pecado le será perdonado. 11»Si a esa persona tampoco le alcanza para comprar dos tórtolas o dos pichones, presentará entonces en sacrificio expiatorio, como ofrenda por el pecado cometido, dos litros de flor de harina. Como se trata de un sacrificio expiatorio, no se le pondrá aceite ni incienso. 12Llevará este sacrificio al sacerdote, quien tomará un puñado de la ofrenda memorial y lo quemará en el altar junto con los sacrificios presentados por fuego al Señor. Es un sacrificio expiatorio. 13Así el sacerdote hará expiación por el pecado cometido en alguna de estas cosas, y ese pecado le será perdonado. El resto de la ofrenda será para el sacerdote, como sucede con la ofrenda de cereal.» El sacrificio por la culpa 14El Señor le dijo a Moisés: 15«Si alguien comete una falta y peca inadvertidamente contra lo que ha sido consagrado al Señor, le llevará al Señor un carnero sin defecto como sacrificio por la culpa. Su precio será tasado en plata, según la tasación oficial del santuario. Es un sacrificio por la culpa. 16Además, el culpable hará restitución por haber pecado contra lo consagrado, añadiendo la quinta parte, la cual entregará al sacerdote. Así el sacerdote hará expiación por él mediante el carnero del sacrificio por la culpa, y ese pecado le será perdonado. 17»Si alguien peca inadvertidamente e incurre en algo que los mandamientos del Señor prohíben, es culpable y sufrirá las consecuencias de su pecado. 18Le llevará al sacerdote


un carnero sin defecto, cuyo precio será fijado como sacrificio por la culpa. Así el sacerdote hará expiación por el pecado que esa persona cometió inadvertidamente, y ese pecado le será perdonado. 19Es un sacrificio por la culpa, de la que se hizo acreedor por pecar contra el Señor.» 1El Señor le dijo a Moisés: 2«Si alguien comete una falta y peca contra el Señor al defraudar a su prójimo en algo que se dejó a su cuidado, o si roba u oprime a su prójimo despojándolo de lo que es suyo, 3o si encuentra algo que se perdió y niega tenerlo, o si comete perjurio en alguna de las cosas en que se acostumbra pecar, 4será culpable y deberá devolver lo que haya robado, o quitado, o lo que se le haya dado a guardar, o el objeto perdido que niega tener, 5o cualquier otra cosa por la que haya cometido perjurio. Así que deberá restituirlo íntegramente y añadir la quinta parte de su valor. Todo esto lo entregará a su dueño el día que presente su sacrificio por la culpa. 6Le llevará al Señor un carnero sin defecto, cuyo precio será fijado como sacrificio por la culpa. Lo presentará al sacerdote, 7quien hará expiación ante el Señor por esa persona, y cualquier cosa por la que se haya hecho culpable le será perdonada.» El holocausto 8El Señor le dijo a Moisés 9que les ordenara a Aarón y a sus hijos: «Ésta es la ley respecto al holocausto: El holocausto se dejará arder sobre el altar toda la noche hasta el amanecer, y el fuego del altar se mantendrá encendido. 10El sacerdote, vestido con su túnica de lino y su ropa interior de lino, removerá las ce-

nizas del holocausto consumido por el fuego sobre el altar, y las echará a un lado del altar. 11Luego se cambiará de ropa y sacará del campamento las cenizas, llevándolas a un lugar ritualmente puro. 12Mientras tanto, el fuego se mantendrá encendido sobre el altar; no deberá apagarse. Cada mañana el sacerdote pondrá más leña sobre el altar, y encima de éste colocará el holocausto para quemar en él la grasa del sacrificio de comunión. 13El fuego sobre el altar no deberá apagarse nunca; siempre deberá estar encendido. La ofrenda de cereal 14»Ésta es la ley respecto a la ofrenda de cereal: Los hijos de Aarón la presentarán ante el Señor, delante del altar. 15El sacerdote tomará de la ofrenda un puñado de flor de harina con aceite, así como todo el incienso que está sobre la ofrenda de cereal. Todo esto lo quemará en el altar, como ofrenda memorial de aroma grato al Señor. 16Aarón y sus hijos se comerán el resto de la ofrenda, pero sin levadura y en un lugar santo, que podrá ser el atrio de la Tienda de reunión. 17No se cocerá con levadura, porque esa es la porción que les doy de mis sacrificios presentados por fuego. Es una porción sumamente sagrada, como lo son el sacrificio expiatorio y el sacrificio por la culpa. 18Todos los hijos varones de Aarón podrán comer de ella. Es un estatuto perpetuo para los descendientes de ustedes, respecto a los sacrificios presentados por fuego al Señor. Cualquier cosa que toque los sacrificios quedará consagrada.» La ofrenda de los sacerdotes 19El Señor le dijo a Moisés: 20«Ésta es


la ofrenda que Aarón y sus hijos deben presentar al Señor el día en que sean ungidos: dos kilos de flor de harina, como ofrenda regular de cereal. Una mitad de la ofrenda se presentará por la mañana, y la otra mitad por la tarde. 21Se preparará con aceite en una sartén, y se llevará amasada y se presentará en porciones, como una ofrenda de cereal de aroma grato al Señor. 22La preparará el hijo de Aarón que lo suceda como sacerdote ungido. Éste es el estatuto perpetuo del Señor: La ofrenda se quemará completamente. 23No se comerá ninguna de las ofrendas que presenten los sacerdotes; todas deberán quemarse por completo.» El sacrificio expiatorio 24El Señor le ordenó a Moisés 25que les dijera a Aarón y a sus hijos: «Ésta es la ley respecto al sacrificio expiatorio: La víctima deberá ser degollada ante el Señor, en el mismo lugar donde se degüellan los animales para el holocausto. Es algo sumamente sagrado. 26El mismo sacerdote que ofrezca el sacrificio expiatorio deberá comérselo. Se lo comerá en un lugar santo, que podrá ser el atrio de la Tienda de reunión. 27Cualquier cosa que toque la carne del sacrificio quedará consagrada. Si su sangre llega a salpicar algún vestido, éste deberá lavarse en un lugar santo. 28Además, deberá romperse la vasija de barro en que se haya cocido el sacrificio; pero si se cuece en una vasija de bronce, ésta se restregará y se enjuagará con agua. 29Todo varón entre los sacerdotes podrá comer del sacrificio. Es algo sumamente sagrado. 30Pero no se comerá ningún sacrificio expiatorio cuya sangre

haya sido llevada a la Tienda de reunión para hacer propiciación en el santuario; este sacrificio se consumirá en el fuego.

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Proverbios 21 (NVI) 1En las manos del Señor el corazón del rey es como un río: sigue el curso que el Señor le ha trazado. 2A cada uno le parece correcto su proceder, pero el Señor juzga los corazones. 3Practicar la justicia y el derecho lo prefiere el Señor a los sacrificios. 4Los ojos altivos, el corazón orgulloso y la lámpara de los malvados son pecado. 5Los planes bien pensados: ¡pura ganancia! Los planes apresurados: ¡puro fracaso! 6La fortuna amasada por la lengua embustera se esfuma como la niebla y es mortal como una trampa. 7La violencia de los malvados los destruirá, porque se niegan a practicar la justicia. 8Torcido es el camino del culpable, pero recta la conducta del hombre honrado. 9Más vale habitar en un rincón de la azotea que compartir el techo con mujer pendenciera. 10El malvado sólo piensa en el mal; jamás se compadece de su prójimo. 11Cuando se castiga al insolente, aprende el inexperto; cuando se instruye al sabio, el inexperto adquiere conocimiento. 12El justo se fija en la casa del malvado, y ve cuando éste acaba en la ruina. 13Quien cierra sus oídos al clamor del pobre, llorará también sin que nadie le responda. 14El regalo secreto apacigua el enojo; el obsequio discreto calma la ira violenta. 15Cuando se hace justicia se alegra el justo y tiembla el malhechor. 16Quien se aparta de la senda del discernimiento irá a parar entre los muertos. 17El que ama el placer se quedará en la pobreza; el que ama


el vino y los perfumes jamás será rico. 18El malvado pagará por el justo, y el traidor por el hombre intachable. 19Más vale habitar en el desierto que con mujer pendenciera y de mal genio. 20En casa del sabio abundan las riquezas y el perfume, pero el necio todo lo despilfarra. 21El que va tras la justicia y el amor halla vida, prosperidad y honra. 22El sabio conquista la ciudad de los valientes y derriba el baluarte en que ellos confiaban. 23El que refrena su boca y su lengu se libra de muchas angustias. 24Orgulloso y arrogante, y famoso por insolente, es quien se comporta con desmedida soberbia. 25La codicia del perezoso lo lleva a la muerte, porque sus manos se niegan a trabajar; 26todo el día se lo pasa codiciando, pero el justo da con generosidad. 27El sacrificio de los malvados es detestable, y más aún cuando se ofrece con mala intención. 28El testigo falso perecerá, y quien le haga caso será destruido para siempre. 29El malvado es inflexible en sus decisiones; el justo examina su propia conducta. 30De nada sirven ante el la sabiduría, la inteligencia y el consejo. 31Se alista al caballo para el día de la batalla, pero la victoria depende del Señor.

Día 63 - Domingo 29.03.15:

Mateo 10:1-25 (NVI) Jesús envía a los doce 1Reunió a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar a los espíritus malignos y sanar toda enfermedad y toda dolencia. 2Éstos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado Pedro, y su hermano Andrés; Jacobo y su hermano Juan, hijos de

Zebedeo; 3Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el recaudador de impuestos; Jacobo, hijo de Alfeo, y Tadeo; 4Simón el Zelote y Judas Iscariote, el que lo traicionó. 5Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: «No vayan entre los gentiles ni entren en ningún pueblo de los samaritanos. 6Vayan más bien a las ovejas descarriadas del pueblo de Israel. 7Dondequiera que vayan, prediquen este mensaje: “El reino de los cielos está cerca.” 8Sanen a los enfermos, resuciten a los muertos, limpien de su enfermedad a los que tienen lepra, expulsen a los demonios. Lo que ustedes recibieron gratis, denlo gratuitamente. 9No lleven oro ni plata ni cobre en el cinturón, 10ni bolsa para el camino, ni dos mudas de ropa, ni sandalias, ni bastón; porque el trabajador merece que se le dé su sustento. 11»En cualquier pueblo o aldea donde entren, busquen a alguien que merezca recibirlos, y quédense en su casa hasta que se vayan de ese lugar. 12Al entrar, digan: “Paz a esta casa.” 13Si el hogar se lo merece, que la paz de ustedes reine en él; y si no, que la paz se vaya con ustedes. 14Si alguno no los recibe bien ni escucha sus palabras, al salir de esa casa o de ese pueblo, sacúdanse el polvo de los pies. 15Les aseguro que en el día del juicio el castigo para Sodoma y Gomorra será más tolerable que para ese pueblo. 16Los envío como ovejas en medio de lobos. Por tanto, sean astutos como serpientes y sencillos como palomas. 17»Tengan cuidado con la gente; los entregarán a los tribunales y los azotarán en las sinagogas. 18Por mi causa los llevarán ante gobernadores y reyes


para dar testimonio a ellos y a los gentiles. 19Pero cuando los arresten, no se preocupen por lo que van a decir o cómo van a decirlo. En ese momento se les dará lo que han de decir, 20porque no serán ustedes los que hablen, sino que el Espíritu de su Padre hablará por medio de ustedes. 21»El hermano entregará a la muerte al hermano, y el padre al hijo. Los hijos se rebelarán contra sus padres y harán que los maten. 22Por causa de mi nombre todo el mundo los odiará, pero el que se mantenga firme hasta el fin será salvo. 23Cuando los persigan en una ciudad, huyan a otra. Les aseguro que no terminarán de recorrer las ciudades de Israel antes de que venga el Hijo del hombre. 24»El discípulo no es superior a su maestro, ni el siervo superior a su amo. 25Basta con que el discípulo sea como su maestro, y el siervo como su amo. Si al jefe de la casa lo han llamado Beelzebú, ¡cuánto más a los de su familia!

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Levítico 7-8 (NVI) El sacrificio por la culpa 1»Ésta es la ley respecto al sacrificio por la culpa, el cual es sumamente sagrado: 2La víctima deberá ser degollada en el mismo lugar donde se degüellan los animales para el holocausto, y su sangre será derramada alrededor del altar. 3Luego se ofrecerá toda su grasa: la cola, la grasa que recubre los intestinos, 4los dos riñones y la grasa que los recubre, la grasa que recubre los lomos, y también el lóbulo del hígado, el cual se extraerá junto con los riñones. 5El sacerdote quemará todo esto en el altar como ofrenda presentada por fuego

al Señor. Es un sacrificio por la culpa. 6Todo varón entre los sacerdotes podrá comer del sacrificio, pero deberá comerlo en un lugar santo. Es algo sumamente sagrado. Derechos de los sacerdotes 7»La misma ley se aplica tanto al sacrificio expiatorio como al sacrificio por la culpa: El animal pertenecerá al sacerdote que haga propiciación con él. 8La piel de la víctima del holocausto también será para el sacerdote que la ofrezca. 9Así mismo, toda ofrenda de cereal cocida al horno, a la olla o a la sartén, será del sacerdote que la ofrezca. 10Toda ofrenda de cereal, ya sea seca o amasada con aceite, pertenecerá a todos los hijos de Aarón, por partes iguales. Diversos sacrificios de comunión 11»Ésta es la ley respecto al sacrificio de comunión que se ofrece al Señor: 12Si se ofrece en acción de gracias, entonces se ofrecerán también panes sin levadura amasados con aceite, obleas sin levadura untadas con aceite, o panes de flor de harina amasados con aceite. 13Junto con el sacrificio de comunión en acción de gracias, se deberá presentar una ofrenda de pan con levadura. 14De toda ofrenda deberá presentarse una parte como contribución al Señor, y se destinará al sacerdote a quien le corresponda derramar la sangre del sacrificio de comunión. 15La carne de este sacrificio deberá comerse el día en que se ofrezca, sin dejar nada para el día siguiente. 16»Si el sacrificio tiene que ver con un voto, o si se trata de una ofrenda voluntaria, no sólo se comerá en el día que se ofrezca el sacrificio, sino que podrá comerse el resto al día siguiente. 17Pero


toda la carne que quede hasta el tercer día se quemará en el fuego. 18»Si alguna carne del sacrificio de comunión llega a comerse al tercer día, tal sacrificio no será válido ni se tomará en cuenta, porque la carne ya está descompuesta. El que la coma sufrirá las consecuencias de su pecado. 19»No deberá comerse la carne que haya tocado alguna cosa ritualmente impura, sino que se quemará en el fuego. En cuanto a otra carne, toda persona pura podrá comerla. 20»Si una persona impura come la carne ofrecida al Señor en el sacrificio de comunión, será eliminada de su pueblo. 21»Si alguien toca cualquier clase de impureza humana, o de animal o de algo detestable, y luego come la carne ofrecida al Señor en el sacrificio de comunión, será eliminado de su pueblo.» Prohibiciones acerca de la grasa y de la sangre 22El Señor le ordenó a Moisés 23que les dijera a los israelitas: «Ustedes no comerán grasa de ganado vacuno, ovino o cabrío. 24La grasa de un animal muerto o destrozado podrá usarse con cualquier otro fin, menos para comerla. 25Todo el que coma grasa de animales presentados como ofrenda por fuego al Señor, será eliminado de su pueblo. 26Vivan donde vivan, ustedes no comerán grasa ni sangre alguna, sea de ave o de otro animal. 27Todo el que coma cualquier clase de sangre, será eliminado de su pueblo.» La porción de los sacerdotes 28El Señor le ordenó a Moisés 29que les dijera a los israelitas: «El que ofrezca al Señor un sacrificio de comunión deberá presentar al Señor parte de ese

sacrificio, 30y presentarle también una ofrenda por fuego. Llevará la grasa y el pecho, y mecerá ante el Señor el pecho de la víctima como ofrenda mecida. 31El sacerdote quemará la grasa en el altar, pero el pecho será para Aarón y sus hijos. 32Al sacerdote se le dará, como contribución, el muslo derecho del sacrificio de comunión. 33El muslo derecho será la porción del sacerdote a quien le toque ofrecer la sangre y la grasa del sacrificio. 34Porque de los sacrificios de comunión que ofrecen los israelitas, yo he tomado el pecho mecido y el muslo para dárselos, como contribución, al sacerdote Aarón y a sus hijos. Éste será un estatuto perpetuo entre los israelitas.» 35De las ofrendas presentadas por fuego al Señor, ésa es la porción consagrada para Aarón y sus hijos desde el día en que Moisés se los presentó al Señor como sacerdotes. 36El día en que fueron ungidos, el Señor ordenó a los israelitas darles esa porción. Es un estatuto perpetuo para sus descendientes. 37Ésta es la ley respecto a los holocaustos, las ofrendas de cereales, los sacrificios expiatorios, los sacrificios por la culpa, los sacrificios de ordenación y los sacrificios de comunión. 38El Señor se la dio a Moisés en el monte Sinaí el día en que mandó a los israelitas presentarle ofrendas en el desierto de Sinaí. La ordenación de Aarón y sus hijos 1El Señor le dijo a Moisés: 2«Toma a Aarón y a sus hijos, junto con sus vestiduras, el aceite de la unción, el novillo para el sacrificio expiatorio, los dos carneros y el canastillo de los panes sin levadura, 3y congrega a toda la comunidad a la entrada de la Tienda de re-


unión.» 4Moisés llevó a cabo la orden del Señor, y congregó a la comunidad a la entrada de la Tienda de reunión. 5Allí Moisés les dijo: «Esto es lo que el Señor nos ha ordenado hacer.» 6Acto seguido, Moisés hizo que se acercaran Aarón y sus hijos, y los lavó con agua. 7A Aarón le puso la túnica y se la ciñó con la faja; luego lo cubrió con el manto, y encima le puso el efod, ciñéndoselo con la cinta del mismo. 8En seguida, le colocó el pectoral, y sobre éste puso el urim y el tumim. 9Por último, le colocó la tiara en la cabeza, y en la parte delantera puso la placa de oro, símbolo de su consagración, tal como el Señor se lo había mandado. 10Después Moisés tomó el aceite de la unción, y ungió el santuario y todo lo que había en él, para consagrarlos. 11Siete veces roció el aceite sobre el altar, para ungirlo y consagrarlo junto con el lavamanos y su base, y todos sus utensilios. 12Luego, para consagrar a Aarón, lo ungió derramando sobre su cabeza el aceite de la unción. 13Acto seguido, Moisés hizo que los hijos de Aarón se acercaran, y los vistió con las túnicas; se las ciñó con la faja, y les sujetó las mitras, tal como el Señor se lo había mandado. 14Luego hizo traer el novillo del sacrificio expiatorio, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del novillo. 15Después Moisés lo degolló, y tomando un poco de sangre con el dedo, la untó en los cuernos alrededor del altar para purificarlo. El resto de la sangre la derramó al pie del altar, y así lo consagró e hizo propiciación por él. 16Luego Moisés tomó toda la grasa que recubre los intestinos, el lóbulo del hígado, los dos riñones y su

grasa, y los quemó en el altar. 17Pero el resto del novillo, es decir, la piel, la carne y el excremento, lo quemó en el fuego, fuera del campamento, tal como el Señor se lo había mandado. 18Moisés mandó traer el carnero del holocausto, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del carnero. 19Moisés lo degolló, y derramó la sangre alrededor del altar. 20Cortó luego el carnero en trozos, y quemó la cabeza, los trozos y el sebo. 21Lavó con agua los intestinos y las patas, y luego quemó todo el carnero en el altar como holocausto de aroma grato, como ofrenda presentada por fuego al Señor, tal como el Señor se lo había mandado. 22Después Moisés mandó traer el otro carnero, el del sacrificio de ordenación, y Aarón y sus hijos pusieron las manos sobre la cabeza del carnero. 23Moisés lo degolló, y tomando un poco de la sangre, se la untó a Aarón en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho. 24Además, hizo que los hijos de Aarón se acercaran, y les untó sangre en el lóbulo de la oreja derecha, en el pulgar de la mano derecha y en el dedo gordo del pie derecho. Luego derramó la sangre alrededor del altar. 25Tomó la grasa y la cola, y toda la grasa que recubre los intestinos, el lóbulo del hígado, los dos riñones y su grasa, y el muslo derecho, 26y tomando del canastillo que estaba colocado ante el Señor un pan sin levadura, una oblea y una torta de pan amasada con aceite, lo puso todo sobre la grasa y el muslo derecho. 27Todo esto lo puso sobre las manos de Aarón y de sus hijos, y Aarón lo ofreció ante el Señor como


ofrenda mecida. 28Después se lo entregaron a Moisés, quien lo quemó en el altar, junto con el holocausto, como un sacrificio de ordenación de aroma grato, como una ofrenda presentada por fuego al Señor. 29Luego, de la parte de la ofrenda que le pertenecía, Moisés tomó el pecho de la víctima y se lo presentó al Señor como ofrenda mecida, tal como el Señor se lo había mandado. 30Moisés tomó un poco del aceite de la unción y de la sangre del altar, y roció a Aarón y a sus hijos, junto con sus vestiduras. Así consagró Moisés a Aarón y a sus hijos, junto con sus vestiduras. 31Luego les dijo Moisés a Aarón y a sus hijos: «Cuezan la carne a la entrada de la Tienda de reunión, y cómanla allí junto con el pan del sacrificio de ordenación, tal como lo ordené cuando dije: “Aarón y sus hijos se lo comerán.” 32Quemen después en el fuego el resto de la carne y del pan. 33Quédense siete días a la entrada de la Tienda de reunión, hasta que se complete el rito de su ordenación, que dura siete días. 34El Señor mandó que se hiciera propiciación por ustedes, tal como se ha hecho hoy. 35Así que siete días con sus noches se quedarán a la entrada de la Tienda de reunión, cumpliendo con lo que el Señor ha prescrito, para que no mueran. Así me lo ha mandado el Señor.» 36Y Aarón y sus hijos hicieron todo lo que el Señor había mandado por medio de Moisés.

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Proverbios 22 (NVI) 1Vale más la buena fama que las muchas riquezas, y más que oro y plata, la buena reputación. 2El rico y el pobre tienen esto en común: a ambos los ha

creado el Señor. 3El prudente ve el peligro y lo evita; el inexperto sigue adelante y sufre las consecuencias. 4Recompensa de la humildad y del temor del son las riquezas, la honra y la vida. 5Espinas y trampas hay en la senda de los impíos, pero el que cuida su vida se aleja de ellas. 6Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará. 7Los ricos son los amos de los pobres; los deudores son esclavos de sus acreedores. 8El que siembra maldad cosecha desgracias; el Señor lo destruirá con el cetro de su ira. 9El que es generoso será bendecido, pues comparte su comida con los pobres. 10Despide al insolente, y se irá la discordia y cesarán los pleitos y los insultos. 11El que ama la pureza de corazón y tiene gracia al hablar tendrá por amigo al rey. 12Los ojos del Señor protegen el saber, pero desbaratan las palabras del traidor. 13«¡Hay un león allá afuera! —dice el holgazán—. ¡En plena calle me va a hacer pedazos!» 14La boca de la adúltera es una fosa profunda; en ella caerá quien esté bajo la ira del Señor. 15La necedad es parte del corazón juvenil, pero la vara de la disciplina la corrige. 16Oprimir al pobre para enriquecerse, y hacerle regalos al rico, ¡buena manera de empobrecerse! Los treinta dichos de los sabios 17Presta atención, escucha mis palabras; aplica tu corazón a mi conocimiento. 18Grato es retenerlas dentro de ti, y tenerlas todas a flor de labio. 19A ti te las enseño en este día, para que pongas tu confianza en el Señor. 20¿Acaso no te he escrito treinta dichos que contienen sabios consejos? 21Son para enseñarte palabras ciertas y con-


fiables, para que sepas responder bien a quien te pregunte. 22No explotes al pobre porque es pobre, ni oprimas en los tribunales a los necesitados; 23porque el Señor defenderá su causa, y despojará a quienes los despojen. 24No te hagas amigo de gente violenta, ni te juntes con los iracundos, 25no sea que aprendas sus malas costumbres y tú mismo caigas en la trampa. 26No te comprometas por otros ni salgas fiador de deudas ajenas; 27porque si no tienes con qué pagar, te quitarán hasta la cama en que duermes. 28No cambies de lugar los linderos antiguos que establecieron tus antepasados. ¿Has visto a alguien diligente en su trabajo? Se codeará con reyes, y nunca será un Don Nadie.

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