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Año 4, número 55 nueva época • Febrero 2013
Conversando con las FARC en Cuba
6
Ecuador elige presidente
LE MONDE
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¿Qué hace Francia en Malí?
19
Separata Santa Cruz. Nº6
diplomatique Edición boliviana
EE UU ha transformado la web en una “máquina de vigilancia”
¿ Internet
Quién controla
¿
WAshington implementa una “globalización unilateral”
2 | Le Monde diplomatique | el Dipló 55 | febrero 2013
LE MONDE
diplomatique Edición boliviana
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3
Correa y su “socialismo de buen vivir”
4
Ulcuango: “El desgaste de Correa es inexistente”
6
Conversando con las FARC en La Habana
10 12
por Juan Carlos Vásquez
por Ricardo Bajo H.
por Hernando Calvo Ospina
Río de Janeiro se pone su uniforme olímpico por Jacques Denis
Se desacelera la economía chilena por Hugo Fazio
Los Cuadernos de Clacso volverán en la próxima edición del mes de marzo del Le Monde Diplomatique - Bolivia. Rogamos disculpas.
Cartas de los lectores A partir del mes de marzo Le Monde Diplomatique - Bolivia recibirá y publicará en esta sección cartas de nuestros lectores recepcionadas en nuestro e-mail: diplobolivia@gmail.com. O a la casilla de correos 485, oficina central La Paz, Bolivia.
Calendario de fiestas nacionales
Del 1 al 28 de febrero 4 Sri Lanka Independencia 6 Nueva Zelanda
Fiesta Nacional
7 Granada Independencia 11 Irán
Fiesta Nacional
Separata Santa cruz
16 Lituania
Independencia
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Algunos apuntes sobre el debate del incremento salarial para el 2013
18 Gambia
Independencia
14
Vivir para el carnaval
por Mariano Teruggi por Edson Hurtado
22 Santa Lucía Fiesta Nacional 23 Brunei Independencia Guyana
24 Estonia Independencia 25 Kuwait
17
La mala elección
18
¿Quién controla internet?
19
¿Qué hace Francia en Malí?
22
Monarquías árabes: ¿el próximo punto de mira?
24
Cómo España se inclina ante Alemania
25
El Picasso que conocí
27
Obsesión por la velocidad
por Serge Halimi
por Dan Schiller
por Ignacio Ramonet
por Hicham Ben Abdallah El Alaqui
por Joan E. Garcés
por Ramón Chao
por Mona Chollet
Fiesta Nacional Fiesta Nacional
27 República Independencia Dominicana
Le Monde diplomatique | el Dipló 55 | febrero 2013 | 3
Ecuador elige presidente este 17 de febrero por Juan Carlos Vásquez *
Correa y su “socialismo de buen vivir” Este 17 de febrero en Ecuador se enfrentan dos proyectos de país y de continente. Correa apuesta por profundizar la “Revolución Ciudadana”, por un horizonte emancipatorio representado en el ALBA. La derecha busca un realineamiento de Ecuador en el marco de la Alianza del Pacífico. Un nuevo triunfo de Correa (acumularía 10 años en el poder) sería otro claro golpe a la política de EE UU en nuestro continente, tras la rotunda victoria de la Revolución Bolivariana y de Hugo Chávez en octubre pasado.
L
as elecciones en Ecuador del próximo 17 de febrero vienen –si no hay sorpresas- con el nombre del triunfador anticipado: Rafael Correa Delgado. Para nadie será novedad si el actual presidente –victorioso en dos elecciones anteriores, las de 2006 y la de 2009- sale reelecto nuevamente y mantiene su popularidad ante una mayoría de la población que lo apoya incondicionalmente, al haber cumplido con soluciones inmediatas a los sectores más necesitados, realizando obras sociales que dieron respuesta a las exigencias del electorado, pese a los escándalos de corrupción, autoritarismo, descontento en los medios de comunicación… Incluso Correa ha tenido que soportar un largo enfrentamiento con su hermano Fabricio Correa al haberse descubierto negociados que éste realizó con el sector petrolero y adjudicaciones directas en proyectos viales. Los logros obtenidos por el presidente Rafael Correa junto al cambio de timón que dio a la política y la economía ecuatoriana le dan nuevamente las posibilidades de poder salir triunfador de estas elecciones, lo que garantizaría un periodo de 10 años consecutivos desde 2007 para profundizar la “Revolución Ciudadana”. La ausencia de una oposición fuerte -con una participación parlamentaria reducida- se visibiliza en unos partidos tradicionales que dejaron de existir.
El fenómeno Correa Muy pocos recuerdan cuando Rafael Correa era un candidato desconocido en las elecciones de 2006, a pesar de haber sido ministro de Economía durante cuatro meses en el gobierno de Alfredo Palacio (renunció al no estar de acuerdo con la firma del Tratado de Libre Comercio con EE UU). Correa era un economista nacido en Guayaquil con títulos académicos obtenidos en Bélgica (Universidad Católica de Lovaina) y Estados Unidos donde se doctoró en 2011 (Universidad de Illinois)
Entonces, funda el Movimiento Alianza País (Alianza Patria Altiva y Soberana) con un entorno intelectual de izquierdas; se postula a las elecciones de 2006 en alianza con diferentes agrupaciones de izquierda como el Partido Socialista Frente Amplio, el Partido Comunista del Ecuador, el Movimiento Popular Democrático, el Movimiento indigenista Pachakutik y la Izquierda Democrática. En la primera vuelta de las elecciones presidenciales, celebrada el 15 de octubre de 2006, Correa consiguió quedar en segundo lugar detrás del empresario bananero Álvaro Noboa. Y gana en segunda vuelta en noviembre al obtener el 56,67 % de los votos, frente al 43,33 % conseguido por Noboa. Tras convocar a una Asamblea Constituyente en 2007 y elaborar una nueva Constitución aprobada por el 82% del pueblo ecuatoriano, diferentes sectores de clases medias, algunos partidos de izquierda y el movimiento indigenista Pachakutik acusan a Correa de continuista y se alejan del gobierno al no haber –supuestamente- realizado las reformas que se comprometió en su programa de gobierno. A pesar de todas las críticas de sectores de la derecha y de parte de la izquierda apoyados por una fuerte oposición mediática, las elecciones realizadas en 2009 vuelven a reflejar el apoyo del pueblo ecuatoriano, dándole a Correa un 51,99% de los votos seguido por el coronel ex golpista Lucio Gutiérrez con 28,24%; y Álvaro Noboa, con un 11,41% Después de seis años de gobierno, el presidente, Rafael Correa se ha convertido en una figura política alabada y cuestionada (según algunos sondeos de opinión); una figura política, apoyada por sus programas sociales y criticada por los que lo tildan de concentrador de poderes y poco tolerante.Aún así, a seis años de gobierno, Correa posee un espectacular 80,5% de calificación positiva, según una encuesta realizada por la firma Perfiles de Opinión.
Las obras viales, la reforma del sector financiero, la revisión de los contratos petroleros (con mayor participación estatal), el trabajo a favor de los pobres y los discapacitados, las mejoras en el sector de salud y educación junto a la defensa del medio ambiente (proyecto Yasuni IIT) son algunos de los aspectos más representativos que pesan en el electorado al momento de evaluar positivamente el trabajo realizado por Correa. En el programa de gobierno 20132017 de Correa se pueden ver las “35 propuestas para el Socialismo del Buen Vivir”, cuyo lema principal es “gobernar para profundizar el cambio”. Así, desde la presentación de ese extenso documento (139 páginas), se anuncia que “la Revolución Ciudadana promete profundizar y radicalizar su programa: un canto a la justicia, a la dignidad, a la soberanía, al socialismo y a la verdad”. De esta manera se retoma un ideario independentista con origen en Bolívar, Sucre, Manuela Saenz y Eloy Alfaro Delgado (a quien se cita en la introducción con su “Nada para nosotros, todo para la patria, para el pueblo que se ha hecho digno de ser libre”).
Una oposición débil y desunida En las elecciones de este 17 de febrero (con segunda poco probable para el 7 de abril), Correa se enfrenta a siete candidatos. Ellos son el banquero Guillermo Lasso, el ya citado Álvaro Noboa, el ex golpista Lucio Gutiérrez, el izquierdista (ex presidente de la Asamblea Constituyente) Alberto Acosta junto a Mauricio Rodas, Nelson Zavala y Norman Wray, todos ellos con porcentajes menores a 5%. Con un Correa rodando el 60% en las encuestas (ninguna le da menos de un 50%), el segundo candidato favorito es el banquero Guillermo Lasso por el movimiento político Creo (Creando Oportunidades) con un 20%. Tras 42 años trabajando en banca, es la apuesta de la derecha con un perfil de empresario exitoso, al estilo de Piñera. Lasso declaró recientemente a EFE que el ALBA (Alianza Bolivariana para los pueblos de Nuestra América) constituye un “imperio del tercer mundo”, tras lo cual afirmó que, en caso de
ganar, impulsará el ingreso de Ecuador a la Alianza del Pacífico. Luego aseguró que en materia comercial dará prioridad a la firma de acuerdos con EEUU y la Unión Europea. Similar postura tiene el ex presidente Lucio Gutiérrez, quien señaló al canal Ecuavisa que el ALBA es un “club ideológico” y “chistoso”, calificando además a Correa de “títere” de Hugo Chávez. El tercero en los sondeos es el ínclito Alvaro Noboa, magnate bananero que ya perdió la disputa electoral en 2006 frente a Rafael Correa. Será la quinta vez que Noboa aspire a mudarse al Palacio de Carondelet, la sede del ejecutivo. En tres elecciones pasó a la segunda vuelta en 1998, 2002 y 2006, derrotado en la segunda vuelta, por Jamil Mahuad, Gutiérrez y Correa, respectivamente. El cuarto en las preferencias es Alberto Acosta, ex ministro de de Energía y Minas y luego presidente de la Asamblea Nacional Constituyente. Acérrimo crítico de Correa, postula por la Unidad Plurinacional de las Izquierdas, una colación de partidos políticos y movimientos sociales progresistas que no ha conseguido cautivar al electorado pues bordea el 5% en las encuestas. Su campaña ha pasado por reivindicar los valores y postulados de la Constitución de Montecristi, supuestamente traicionada por Correa. En definitiva, se dará una batalla crucial el 17 de febrero próximo en Ecuador. Se enfrentarán dos proyectos de país y de continente: uno de horizonte emancipatorio –representado en el ALBA, experiencia clave para entender el cambio político, económico y social ecuatoriano–, contra una hipotética nueva sumisión a los capitales norteamericanos y europeos, y un realineamiento en el marco de la Alianza del Pacífico (como hemos visto con las declaraciones de Lasso y Gutiérrez). Un nuevo triunfo de Correa, con un programa como el que se presenta, sería otro claro golpe a la política de EE UU en nuestro continente, tras la rotunda victoria de la Revolución Bolivariana y de Hugo Chávez en octubre pasado.n *Economista boliviano residente en Ecuador. © Le Monde diplomatique, Bolivia.
4 | Le Monde diplomatique | el Dipló 55 | febrero 2013
Entrevista con el embajador ecuatoriano en Bolivia por Ricardo Bajo H.*
Ulcuango: “El desgaste de Correa es inexistente” rán. Por lo mismo, la derecha no tiene ni una cabeza visible ni un proyecto que pueda contrarrestar a lo actuado por el gobierno desde el 2007. Nuestros países viven procesos democráticos, incluyentes y participativos que nunca antes habían sido ni siquiera imaginables. El principal beneficiario es ahora el pueblo y no los banqueros, el poder es del pueblo, no de las élites, y la esperanza en ese Ecuador digno y soberano es la legítima bandera de lucha de nuestra Revolución.
El embajador ecuatoriano en La Paz, Ricardo Ulcuango, habló con Le Monde DiplomatiqueBolivia. Cree que Correa no ha sentido el desgaste de 6 años en el poder. Y lo atribuye a la mejora de los índices sociales y económicos de los sectores más desfavorecidos. Nos habla de los retos de la “Revolución Ciudadana” para la gestión 2013-2017. Espera una victoria de Correa en primera vuelta.
L
a popularidad de Rafael Correa se mantiene tanto en la expectativa electoral –cara al 17 de febrero- como en sus índices de popularidad muy por encima del 50%. ¿A qué se debe esta amplia confianza del pueblo ecuatoriano? Sencillo: cumplió lo que ofreció. Cuando el presidente Rafael Correa llegó al poder en 2007, su plan de gobierno giraba en torno a un objetivo fundamental: devolverle a la patria la dignidad y la soberanía que había perdido producto de gobiernos que privilegiaron los intereses particulares por sobre el bien común. A pesar de los ataques de las élites, otrora acostumbradas a mover los hilos del poder, el pueblo no se engaña y ha reconocido en la figura de Rafael Correa el Presidente que tanto había esperado y que ha cumplido firmemente con las propuestas que le llevaron al poder; de ahí que a pesar del natural desgaste de un Presidente que lleva cinco años en el poder, el apoyo y la aprobación de la gestión del primer mandatario se mantiene en índices muy altos y ese aparente desgaste es inexistente. El gobierno del presidente Rafael Correa ha logrado reducir la pobreza por ingresos en 12 puntos entre 2006 y 2012. Adicionalmente, por primera vez en la historia del Ecuador, la pobreza extrema por ingresos llegó a un dígito (9%) en junio de 2012. De la misma manera, la desigualdad por
ingresos medida por el coeficiente de Gini ha caído 7 puntos desde el inicio del gobierno de la Revolución Ciudadana. Mientras que en 2006, el 10% más rico percibía 28 veces más ingresos que el 10% más pobre, en 2011 esta brecha se redujo en 10 veces. Estos logros han sido producto del cambio de prioridades de gobiernos anteriores subordinados a los mandatos de los países del norte y que siempre privilegiaron al capital financiero por sobre el capital humano. La derecha tiene como candidato a un banquero, entre otros. ¿El análisis que se puede hacer de la oposición es similar a las oposiciones -fragmentadas y débiles- que tenemos en otros países que afrontan procesos de cambio como Venezuela, Nicaragua o Bolivia? Sin lugar a dudas. Al momento en el Ecuador no existe una oposición que brinde una alternativa a la Revolución Ciudadana que no sea volver a la dictadura del dinero y de los mercados, a la preponderancia del capital por sobre la gente, al temible neoliberalismo y a la componenda política. Los tiempos han cambiado y gracias al gobierno del presidente Rafael Correa esos aciagos años de confiscación de depósitos, de entreguismo internacional, de crisis financiera donde los más perjudicados no eran los banqueros sino sus cuenta ahorristas ya no volve-
¿Cuáles son los retos a cumplir por la Revolución Ciudadana en un posible segundo mandato del presidente Correa? Bajo el lema “patria para siempre” que lleva la actual campaña electoral, se busca consolidar la revolución pacífica que empezó hace cinco años. Ahora que la patria ya es de todos y de todas, queremos que los logros del gobierno y los nuevos cimientos que hemos construido en la sociedad y en la conciencia colectiva sean irreversibles e indestructibles. Por esta razón, el nuevo período de gobierno velará por la consolidación y la radicalización de la Revolución Ciudadana. El programa de gobierno para el período 2013-2017 contempla diez revoluciones que se han ido construyendo desde el 2006. Para este nuevo período se han incluido tres nuevas revoluciones: la revolución del conocimiento, la revolución urbana y la revolución cultural. Al respecto, el Ecuador, como otros países del Sur también ha vivido atado a una forma de dependencia al conocimiento que proviene del Norte, sin opción de emancipación del pensamiento. Es decir, se ha pasado del capitalismo industrial al capitalismo cognitivo. Por esta razón, nos hemos decidido a avanzar con la revolución del sistema educativo y científico, lo cual implica una revolución de las ideas. Esto lo lograremos fomentando el desarrollo de la industria local de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), mediante el uso del software libre, que puede convertirse en un motor importante de innovación para el país. En segundo lugar, la revolución urbana busca el reordenamiento de un crecimiento poblacional y urbano desordenado, sin planificación y sin regulación ni control; con carencias en las prestaciones de servicios básicos y con profundas asimetrías territoriales (barrios de extrema riqueza y barrios de extrema pobreza). El reto es conseguir que la gente se adueñe de sus ciudades y haga de la urbe el escenario de encuentro de la vida colectiva en el marco del Buen Vivir. Esto se logrará combatiendo las invasiones de tierras y la creación de barriadas ilegales en zonas de riesgo o no habitables; garantizando el acceso al suelo urbano y a la vivienda digna; creando espacio públicos equitativamente distribuidos e incluyentes como parques, centros comu-
nitarios, canchas deportivas y bibliotecas; incrementando la inversión del gobierno central y de los gobiernos locales para la dotación de servicios de agua potable, alcantarillado, alumbrado público, recolección de desechos; y, construyendo un ambiente urbano libre de contaminación. La batalla mediática es uno de los campos de lucha en Ecuador y Correa se ha caracterizado a nivel nacional e internacional por denunciar de frente los intereses y privilegios que defienden los grandes medios y sus latifundios mediáticos. Observando el apoyo popular que tiene Correa, ¿no había sido cierto que esos medios son tan poderosos ¿o sí? El poder del pueblo legitimado en su gobierno es invencible, inclusive frente al poder acumulado durante años por un sector de los medios de comunicación que igualmente privilegiaron los intereses de las élites económicas que los dirigían por sobre el elemental derecho de la ciudadanía a ser informados con veracidad y objetividad. Por esta razón, el gobierno del Presidente Rafael Correa se decidió enfrentar a los monopolios mediáticos que negociaban con la información, convirtiendo a la libertad de expresión en libertad de empresa. Este fenómeno produjo la privatización de la opinión pública y el uso del poder informativo para volverse actores políticos ilegítimos. Asimismo, con ello se hizo una práctica socialmente aceptada la creación de un grupo económico y usar los medios de comunicación no para informar sino para defender sus intereses. Sin embargo, en un proceso abiertamente democrático, mediante una Consulta Popular, se prohibió la oprobiosa relación entre la actividad mediática y otras actividades económicas, para que la comunicación y la información sean un derecho de la ciudadanía y sean ajenas a los intereses económicos. Igualmente, estamos democratizando la información, no solamente con la creación de medios públicos, sino de medios comunitarios. Pero cuán difícil es la lucha frente a los intereses económicos encubiertos de medios de comunicación, que hasta el momento no ha sido posible aprobar una Ley de Comunicación que, respondiendo al clamor ciudadano reflejado en las urnas, no sólo busca asegurar una verdadera libertad de expresión, sino que, entre otros beneficios, defiende los derechos laborales de los comunicadores, regula los contenidos que puedan ser discriminatorios o difamatorios, y sobre todo, impulsa la democratización del espectro radioeléctrico y de las frecuencias, distribuyéndolas en proporciones iguales para el Estado, los medios privados y los medios comunitarios, iniciativa nunca antes promovida en el Ecuador. A esto se oponen ciertos medios de comunicación privados que se dicen defensores de la “libertad de expresión” pero que solamente defienden una suerte de falso corporativismo. No obstante, el pueblo no es tonto y ha sabido distinguir entre la verdadera información y la campaña diaria de desprestigio al gobierno. Así, nos estamos convencidos de que cada vez son menos los ciudadanos que creen lo que esta prensa publica, demostrando a su vez que estos medios no son tan poderosos como parecen.n *Director de Le Monde diplomatique - Bolivia. © Le Monde diplomatique, Bolivia.
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En febrero se abrió la cuarta etapa de negociación entre la guerrilla colombiana y el gobierno de Santos
por Hernando Calvo Ospina, enviado especial*
Conversando con las FARC en La Habana A principios de septiembre pasado, el presidente de Colombia Juan Manuel Santos anunció públicamente, por sorpresa, que su Gobierno iniciaría negociaciones de paz con los insurgentes de las Fuerzas Armadas Revolucionaria de Colombia (FARC). Primero en Oslo y luego en La Habana, con el apoyo de los Gobiernos de Cuba y Noruega como “garantes”; y de los Gobiernos de Venezuela y Chile, como “acompañantes”. Nuestro enviado especial ha podido reunirse, en La Habana, con los principales representantes de las FARC. Estas son las reflexiones de los comandantes guerrilleros a la hora de su cita con la historia.
C
asi siempre fueron jóvenes mujeres las que hacían guardia ante la enrejada puerta de ingreso, vestidas en uniforme verde olivo, aunque rara vez con arma al cinto. Durante los metros que recorría nuestro vehículo bordeando un pequeño lago se veían varias casas, casi todas de dos pisos y separadas por árboles y jardines. Rodeado de un alto muro, sin presencia notoria de centinelas, ni cercas eléctricas o cámaras de vigilancia, aparecía el complejo residencial El Lagito, en La Habana. Aquí, el Estado cubano suele hospedar a personalidades del mundo. Desde noviembre pasado, en este sereno entorno se llevan a cabo las negociaciones de paz entre representantes del gobierno colombiano y delegados de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) (1). Entre febrero y octubre de 2012, llegaron allí 13 mujeres y 17 hombres: los representantes de las FARC. Vinieron para adelantar los diálogos de que esta organización está teniendo con el Gobierno colombiano. Su traslado desde diversas regiones de Colombia fue asegurado por representantes de la Cruz Roja Internacional y del Gobierno de Cuba. El Laguito se convirtió en un obsesión para muchos de los casi sesenta corresponsales extranjeros acreditados para dar seguimiento a las negociaciones. Además de entrevistar a los guerrilleros, querían saber como vivían. Al no lograr el ingreso, empezaron a tejer historias sobre los presuntos lujos que los rodean. Y aunque las casas son modernas (se terminaron de construir en los años 1950), la ostentación no es lo que resalta. Claro, para casi todos esos combatientes
resultaban palacios, pues sólo habían conocido humildes viviendas, además de selvas y montañas. “No fue fácil adaptarme a dormir encerrado en una habitación, sin los ruidos del campo. Nunca había tenido un colchón tan cómodo”, me dice Miguel Pascuas, uno de los campesinos fundadores de las FARC en 1964. Mientras se fuma un cigarrillo y toma café, Ricardo Téllez, más conocido como el “canciller Rodrigo Granda” por su trabajo diplomático, me cuenta que, a diario, reciben correos pidiendo entrevistas: “ Poco a poco los iremos encontrando en algún hotel, o en sus oficinas “. La reticencia la tienen con los grandes medios de comunicación colombianos, porque tememos que sirva para hacer escándalo en contra nuestra”, me precisa Téllez, miembro del Secretariado de las FARC, la máxima instancia de dirección de esa guerrillera. Marcos Calarcá, otro ducho en las relaciones internacionales, pone un ejemplo del comportamiento de la prensa colombiana. El 18 de octubre pasado, durante la inauguración oficial de los diálogos en Oslo, las dos principales cadenas informativas, Caracol y RCN, cortaron la transmisión cuando Iván Márquez, el segundo al mando en las FARC y jefe de la delegación guerrillera, empezaba su intervención. ”La mayoría de colombianos sólo pudo escuchar y ver el delegado gubernamental, Humberto De La Calle Lombana”, dice Calarcá.
¿Por qué la lucha armada? En uno de los almuerzos que los guerrilleros me invitaron a compartir, quise continuar con mis preguntas. Justo en ese momento llegaron dos
de los cocineros cubanos preguntando si era de nuestro agradado el plato. Y aquello se convirtió en una amena charla. Al hacérselo notar, un cocinero me dijo que era imposible aplicar las reglas de protocolo como se hace muy regularmente con otros visitantes, porque “se comportan como si fuéramos su familia”. Al escuchar esto, pregunto a los demás comensales sin no se reúnen con los enviados del gobierno por fuera de la mesa de negociaciones, aunque sea para hablar de fútbol. El guerrillero que se había ofrecido a servir la carne de cerdo en salsa me responde que rara vez los ven a pesar de no pernoctar lejos. “Parece que no somos de su nivel por no poseer título universitario o fortuna. Son muy prepotentes”. Lo que si es fácil de constatar que casi ningún medio de prensa extranjero se interesa por los representantes gubernamentales. A finales de noviembre llegaron fuertes lluvias. El ciclón Sandy estaba pronto a pasar por la isla. Supe que los guerrilleros ofrecieron al gobierno cubano para participar en las labores de apoyo que sena necesarias; cuando los miembros de la otra delegación insistieron cerca de sus jefes para que les permitieran refugiarse en Bogotá. Otra sesión de entrevistas. Mientras preparo mi material observo a los cinco guerrilleros que me acompañan. Se me ocurre decir que nunca he estado rodeado de tanto dinero. Me miran intrigados. Es que, por ellos, por los negociadores de la FARC, el gobierno colombiano y el de Estados Unidos ofrecen recompensas que van desde 500.000 mil a los 5 millones de dólares. Márquez, Téllez y Pascuas son los mas “cotizados, vivos o muertos. Pascuas que está mi lado bebiendo un
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jugo, me dice: “imagínese para salir del país hacia Cuba y después a Oslo el gobierno le pidió a la Interpol retirar las órdenes de captura que tenemos varios de nosotros. Al volver de Oslo, dos días después, el gobierno colombiano volvió a pedir nuestra captura: tan solo en Cuba y en Noruega no son efectivas.¿Tiene eso lógica?”. Le pregunto a Calarcá si aceptaron las negociaciones por sentirse cerca de la derrota: “Nos han golpeado y hemos golpeado, pero, a pesar de los miles de millones que han invertido en el armamento y alta tecnología, seguimos con la presencia en casi todo el país. Por eso estamos dialogando y no claudicando”. Sentados bajo un frondoso árbol, quiero seguir el tema con “Granda”. Lo cuestiono sobre la validez de la lucha armada, en una Latinoamérica donde han llegado al gobierno fuerzas de izquierda por la vía electoral. Aspira el cigarro y responde: “quién no conozca la historia del terrorismo en el Estado de Colombia no podrá entender su vigencia. Y nuestra lucha tendría validez mientras la oligarquía continúe siendo violenta e intolerante como pocas han existido en el mundo, por que toda señal del inconformismo es reprimida. Históricamente, cada proyecto político o social que ha intentado disputar el poder ha sido masacrado. Y todas las estructura del Estado sirven a ello”. “Granda” pasa a contarme que fue el presidente Manuel Santos, recién elegido, quién aceptó la persistente propuesta de las FARC de buscar una solución política al conflicto. Santos le envió el mensaje a la organización por medio de uno de sus principales dirigentes, Jorge Briceño, más conocido como “Mono Jojoy”. Lo hizo a pesar de considerar a “Jojoy” como el “principal enemigo de Colombia”. Propuso un diálogo sin publicidad. La dirigencia guerrillera aceptó. “Estábamos en ello, cuando, el 22 de septiembre de 2010 , cayeron sobre el campamento del Mono 30 toneladas de bombas y misiles de las cuales 7 dieron en el lugar donde “Jojoy” dormía. Fue la “operación Sodoma “. 20 días antes Briceño había expresado en una revista: la guerra “no se termina a tiros ni a bombas, ni a misilazos ni con aviones. Se termina con cabeza pensante, con política, resolviendo lo que necesita el pueblo”. Ante tal hecho Fidel Castro expresaría: “fue un burdo y bochornoso asesinato (…) esas acciones están lejos de llevar la paz con Colombia” (2).
Cuando se esperaba una fuerte reacción militar de la FARC, la dirección insurgente en un comunicado dijo: “no es por la vía de la exterminación del contrario que Colombia encontrará la paz y la reconciliación. (…) el único camino es la solución política y pacífica para el conflicto social y armado interno”. La dirigencia decidió continuar los diálogos secretos, pero el presidente Santos ordenó abatirlos sino se rendían. El 4 de noviembre de 2011, el jefe máximo de las FARC, Alfonso Cano, fue cercado por 800 soldados de las fuerzas especiales apoyados por aviones y helicópteros. Él estaba acompañado de 4 hombres y un perro. “Su asesinato fue un golpe muy duro, pero decidimos seguir siendo consecuentes con nuestro pensamiento: la bandera de la paz es nuestra. Y tampoco rompimos los encuentros con los enviados de Santos”, me precisa “Rodrigo Granda”. Entonces el nuevo jefe de las FARC, Timoléon Jiménez, “Timochenko”, le envió una carta pública que terminaba diciendo: “Así no es, Santos, así no es”. Como respuesta el presidente ordenó intensificar las operaciones militares. A Pascuas le pregunto que estaba haciendo para enfrentar a la aviación y a la alta tecnología que poseen esas naves. Pues con ellas les habían propinado fuertes golpes en los últimos años: “Estamos desarrollando nuestra propia tecnología por eso ya les hemos tumbado o averiado muchos de sus helicópteros y aviones, aunque tratan de ocultarlo”, me responde. Rubén Zamora, comandante del frente 33 de las FARC, uno de los más fuertes y ubicados en la frontera con Venezuela, me cuenta que ellos se ríen cuando leen o escuchan de las FARC sobre la compra de misiles a los talibanes en Afganistán: “¿Usted se puede imaginar a uno de nosotros haciendo ese tipo de negocios en ese país invadido? También piense lo que sentimos cuando interceptamos las comunicaciones de las naves, y escuchamos que las órdenes de bombardear las dan en inglés. Por eso nuestros rústicos “misiles” salen disparados con más potencia”. Zamora comanda en una de las regiones más militarizadas: “en algunas zonas existen un soldado por cada tres habitantes, sin contar con sus fuerzas paramilitares, por que la estrategia es acabar con la resistencia para entregar las inmensas reservas de carbón y petróleo a las transnacionales”. “Tecnología propia y de la mejor”, me dice otro día Viviana Hernández,
una mujer que tiene bajo su mando a una buena cantidad de combatientes. “En nuestros hospitales de campaña ya hemos hecho cirugías a corazón abierto”. Me quedo mirándola. Cómo me notaba incrédulo, pide que una joven me muestre las fotos y un video. “La mayoría de los médicos y enfermeros que tenemos, han sido formados por profesionales que prefirieron pones sus conocimientos a nuestro servicio”. Sandra Ramírez, la viuda del dirigente histórico Manuel Marulanda “Tirofijo”, completa las palabras de Viviana y me cuenta que ella tubo que dejar los estudios de primaria por falta de dinero. Al ingresar a la guerrilla se hizo enfermera, pero también se especializó con comunicaciones: “La oportunidad de superación es para hombres y mujeres por igual porque en las FARC se lucha por la igualdad de género y su bienestar”. Ellas me aseguran que, por lo menos, el 40% de combatientes son mujeres, por que el “respeto por la mujer y la posibilidad que avancemos como personas, combatientes y profesionales es que es lo que ha hecho que tantas ingresen”. (3).
¿Y el narcoterrorismo? Unas horas antes de que empezaran las negociaciones en la capital de Noruega, las Fuerzas Armadas de Colombia hicieron público un video musical. Este comienza con palabras de “Timochenko”. “Llegamos a la mesa del diálogo sin rencores ni arrogancias”. E inmediatamente se ve a varios jóvenes interpretando un rap sin portar armamento o traje camuflado. Este tuvo un gran impacto; la prensa colombiana lo consideró como un manifiesto político, ya que la letra dice “Ay, me voy para La Habana, esta vez a conversar, el burgués que nos buscaba no nos pudo derrotar; ay, me voy para La Habana, esta vez a conversar con aquel que me acusaba de mentir sobre la paz (…) Ay, me voy para La Habana, supieran con qué emoción, me voy a conversar la suerte de mi nación”. Me encuentro al hombre que compuso esa canción. Está acariciando las cuerdas de su guitarra. “Trabajar con la juventud en cuestiones culturales me hace sentir muy joven”, dice Jaime Nevado, quién se acerca a los 70 años de edad y es el cantautor más destacado de las FARC. “Yo le canto a la vida, a la libertad, a la lucha revolucionaria, a lo que vive el pueblo”. Le pregunto si no cree que es contradictorio hablar de ello cuando están
catalogados de “narcoterroristas”. Y él con la calma de un poeta, me responde: ”Odio a los narcoterroristas porque son los que torturan, bombardean, asesinan al pueblo, a los niños. Hemos cometido errores, pero terroristas no somos, menos narcos. Los narcoterroristas son los que nos quieren hacer aparecer como ellos”. Y sin más me pone a cantar. “De la mesa de negociaciones no nos vamos a levantar. No seremos nosotros quienes rompamos los diálogos”, me asegura el comandante Iván Márquez. Estamos sentados en el muro de un jardín, a la sombra de palmeras y de un florido árbol. “Sabemos que se intentará provocarnos, agrediéndonos, buscarán un pretexto o lo crearán, pero seguiremos insistiendo en la necesidad de la paz. Eso sí, la paz con justicia social para la mayoría de colombianos. Porque la paz no es solo el silencio de los fusiles”. Tres días antes, Pascuas me había dicho: ”Conozco bien al enemigo y a su amo. Estados Unidos. Ellos sólo quieren nuestra rendición de rodillas, pero no la van a lograr. Estamos aquí para negociar otra Colombia, no para entregarnos ni vendernos”(4). El 18 de noviembre de 2012, el Estado Mayor de las FARC ordenó a todas sus estructuras un cese de operaciones ofensivas hasta el 20 de enero de 2013. En el comunicado, le pedía al Gobierno que hiciera lo mismo para que los colombianos pasaran una “Navidad en tregua”. Además de rechazar la petición, las autoridades ordenaron multiplicar las operaciones militares. Paralelamente, el delegado De La Calle Lombana seguía repitiendo: “Ni el modelo económico, ni la doctrina militar, ni la inversión extranjera están en discusión…”. La tregua terminó el 20 de enero y mientras la guerrilla y el gobierno de Santos siguen negociando –ya van por la cuarta ronda de diálogos, en especial sobre el tema de acceso a la tierra y la reforma agraria-, los combates continúan en las selvas de Colombia.n 1 Léase Ignacio Ramonet, ¿Paz en Colombia ?, Le Monde diplomatique en español, diciembre de 2012. 2 Fidel Castro: “Piedad Córdoba y su lucha por la paz”, La Habana, 30 de septiembre 2010. 3 Leer la entrevista completa con Sandra Ramírez:http://hcalvospina.free.fr/spip.php... 4 Leer la entrevista completa con Miguel Pascuas:http://hcalvospina.free.fr/spip.php... *Enviado especial de Le Monde diplomatique a La Habana. © Le Monde diplomatique, España.
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Represión y renovación urbana en las favelas de la “ciudad maravillosa” por Jacques Denis, enviado especial*
Río de Janeiro se pone su uniforme olímpico “Permita usted que ruja el espíritu animal del sector privado”, aconsejaba recientemente el semanario británico The Economist a la presidenta brasileña Dilma Rousseff, enfrentada a una ralentización del crecimiento en su país. En Río de Janeiro, el objetivo es hacer desaparecer a las favelas. El bufido de los inversores- especialmente del sector inmobiliario y especulador – se ha visto estimulado por la preparación de acontecimientos deportivos de ámbito mundial como el Mundial de fútbol y los Juegos Olímpicos.
P
rincipios de septiembre. Es la “Gran Misa” del Brasil católico: cada tarde, el país vibra con los enredos de “Avenida Brasil”, la telenovela que, desde hace seis meses, enfrenta a la morena Rita con su madrastra, la rubia Carminha. La primera creció en la zona periférica popular de Río, abandonada por la otra que vendió la casa del padre, muerto sobre la Avenida Brasil, símbolo de ese país desigual. Detrás de esta intriga, de las más básicas, se trama en una historia muy diferente: “Es la preparación psicológica de una parte de la población, la clase media de los bellos barrios de la zona sur de Río, para el hecho de que pronto van a tener que mudarse a la zona Norte”, analiza Eduardo Granja Coutinho, profesor en Ciencias de la Comunicación de la universidad Federal de Río. Si esto es verdad, entonces un fenómeno de la sociedad televisiva puede esconder otro, menos virtual: la explosión de precios que hace de Río un inmenso Monopoly. ¿ Una de las canciones –faro de la serie– no se llama acaso Meu Lugar, mi lugar? Instalarse es el tema del momento en Río. En la playa, en el autobús, en las cenas, no se habla de otra cosa. Desde hace varios años, la fiebre especulativa hace subir los precios poco a poco y de paso, la presión sobre los cariocas (gentilicio de los habitantes de Río) que ahora destinan gran parte de su presupuesto a ello. Entre enero de 2008 y julio de 2012, Río sufrió un alza de los precios del 380% en la venta y un 108% en el alquiler. Algunos a quienes no le alcanza los medios piensan incluso en mudarse a barrios donde antes no se atrevían a poner los pies, esas favelas que las autoridades se propusieron “pacificar” metódicamente. Y con firmeza ya que hay que preparar la Copa del Mundo de fútbol de 2014 y los Juegos Olímpicos de 2016, los dos eventos que Río acogerá. Vidigal es un morro muy conocido por todo carioca porque está situado frente al mar, en la continuidad de Leblon e Ipanema; el 13 de noviembre
de 2010, las Unidades de la Policía de Pacificación (UPP) tomaron posesión del lugar. Desde entonces, la situación ha cambiado. Hace un año los chicos andaban con pistolas de calibre grueso; en la actualidad, uno se cruza todo el tiempo con policías sobre la Estrada do Tamba, la arteria principal y la única vía de acceso a esta maraña de vericuetos asfaltados, de callecitas imbricadas. No es el único cambio visible: “La recogida de basura funciona, la electricidad también, y hay incluso un cajero automático en tres lenguas… han vuelto los servicios públicos”, constata el capitán Favio, responsable de la UPP local. Y, de acuerdo con los carteles que anuncian demoliciones y trabajos también se anuncian otros cambios en esta fiebre de expansión inmobiliaria. En la asociación de habitantes del barrio, la gente se alegra por esta vuelta al orden. Pero el presidente Sebastiao Alleluia señala otros peligros: “Hoy nos movemos en una nueva realidad, ya que nuestros terrenos son codiciados por los inversores; actualmente la presión es inmobiliaria y la especulación, nuestra realidad. Pero esto no es sino el principio: desembarcan brasileños y extranjeros, sobre todo impulsados por la crisis europea y atraídos por el potencial de nuestros barrios. Un apartamento dúplex, situado en el bajo Vidigal que hace un año se estimaba en 50.000 reales (alrededor de 22.000 dólares) se vende hoy en ¡250.000 reales¡”. Una investigación de la Fundación Getulio Vargas indicaque, desde el primera año de la pacificación, las subida de los alquileres fue de un 6.8% superior a la de otros barrios de Río. Vidigal es el último lugar de moda, un poco como lo fue el morro Santa Teresa a principios de los años de LuLa (2003-2010), un barrio ocupado ahora por artistas llegados de todo el mundo, de quintas super protegidas, de “posusadas” ( casas de huéspedes parecidas a hoteles) calificadas como de calidad sostenible, y de restaurantes modernos. Menos de un año
después de la pacificación, la favela en la que no era bueno transitar recibe ahora a los hijos e hijas de buenas familias que vienen aquí a descarriarse. Organizan, por ejemplo las noches “Luv”. El término (cercano a “love”, ”amor” en ingles) permite adivinar el programa de estas citas de clubbers noctámbulos: DJ hacen temblar el recintos en lugares contratados para la ocasión y todo el mundo se junta en la puerta. Nada que ver con los bailes funk de antes de la pacificación a los que la juventud dorada no se aventuraba. Hoy es a la inversa: la entrada de hasta 80 reales, alrededor de 45 dólares -oséa un séptimo del salario mínimo mensual- es prohibitiva para muchos bolsillos. Guti Fraga, el director de teatro de la asociación Nos de Morro (literalmente,”nosotros del morro”) que en 1986 se estableció el mismo sobre esta colina para desarrollar ahí un proyecto de integración por medio de la cultura, conoció estos años en que cohabitaban el barrio, -que se reconocía por su servicio de vías públicas y sus viviendas legales, y que estaba autentificado como tal por la municipalidad-, y la favela zona fuera de catastro cuyas chapas rojas poco a poco despojaron del verde al morro. Al lado de Leblon, la favela Praia de Pinto fue incendiada en 1969 para expurgar a lo cerca de 20.000 pobres que vivían ahí, reubicados en complejos de viviendas sociales como la siniestra Ciudade de Deus (ciudad de Dios). En Vidigal, volvió la amenaza y su caballo de Troya se llama pacificación, y Fraga señala el restaurante francés que abrirá aquí próximamente :”¿Sera para gente de aquí?” El proyecto de hotel cinco estrellas, ¿recibirá a la gente del Nordeste (la región pobre de donde es originaria la mayoría de los habitante de Vidigal)? ¿Y el albergue de la juventud, situado en la cima y mantenido por un austríaco, “está destinado a la gente de Alemanao (la gran favela a mas de una hora de carretera) que quiere ir a la playa en fin de semana? Como lo confiesa un capitán de
policía, “Vidigal se ha convertido en una atracción turística donde los europeos vienen a tomar lindas fotos”. O a invertir para siempre en este terreno en el que la cotización está en alza… “En Río, más de dos millones de personas viven en más de 900 favelas: todo esto constituye un buen negocio para la aventura, para el que tiene la capacidad de anticipar el camino estructural de una ciudad en plena mutación”, observa Luiz Cesar Quiroz Riveiro, director del Instituto de Investigación y Amplificación Regional (IPPUR), el observatorio se interesó en los conflictos de la propiedad e inmuebles en Río, un caso de estudio para todo el país donde muchos, ricos o pobres están alojados sin base legal a merced de la expoliación (un rico se apodera de un terreno por la fuerza) o de invasiones ( un número de pobres invade un espacio). “Brasil es la actual “bola da vez” (la pelota del partido). Toda esta especulación inmobiliaria que se desplazó por el mundo del sudeste asiático y España, se instala hoy aquí. La economía – que parece estable comparada con la tempestad que atraviesan “el centro”- atrae mucho a los inversores ya que el sector inmobiliario sigue siendo barato. “A partir del 2005 se instala este movimiento de fondo- prosigue Queiroz Riveiro - , apoyándose en el turismo y en la perspectiva de eventos como la Copa del Mundo y los Juegos Olímpicos. En un contexto como éste de especulación urbanaclásica, controlar el territorio es también garantizar el capital. Por eso, hay que regularizar y regular la ocupación de los suelos”. ¿La apuesta principal?: “permitir al mercado acceder a estas zonas informales y establecer así las bases jurídicas de la propiedad del inmueble”: o, para decirlo de otra manera, modernizar el país para permitir a los inversores expandirse mejor. De este modo, para favorecer futuras transacciones, las autoridades instalaron en estas favelas (que en el catastro ignoraba pura y simplemente desde
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una ley de 1937 -derogada en 1984 sin que la situación de los terrenos se aclarará verdaderamente) un programa de regularización inmobiliaria. El semanario Veja (1) con fecha de 4 de julio de 2012 se alegraba así de que “en una radio de 500 metros alrededor de la UPP de Vidigal, los precios hubieran aumentado en un 28 % más que en el resto de la ciudad”. A tal punto que, para los cariocas de la clase B, a pesar de que son acomodados (2), es cada vez maás difícil instalarse o, incluso permanecer ahí. “Durante mucho tiempo las favelas fueron consideradas como áreas provisionales. Se admitía que desaparecían con el desarrollo. Pero cómo este tardó en llegar, el gobierno decidió en algunos casos hacerlas desaparecer, en otros dejarlas surgir aquí o allí”. Sergio Magalhaes, director de Vivienda de la ciudad de Río entre 1993 y 2000 (actualmente presidente del Instituto de los Arquitectos) fue el creador del programa “Favela Bairro” que concernía a 155 favelas, citado con frecuencia a modo de ejemplo. “En 1993, tres o cuatro había crecido en estos terrenos: claramente la situación ya no era transitoria. Era necesario reconocer este estado de hecho y de hacer de las favelas, verdaderos barrios”. Por último después de haber alentado el desplazamiento de la población a la periferia -entre 1962 y 1974, más de 140.000 habitantes fueron enviados a la periferia y 80 favelas derribadas en Río-, los poderes públicos encararon la construcción del futuro en el
lugar, teniendo en cuenta la historia y la opinión de los habitantes. El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) consagró 600 millones de dólares al proyecto a los cuales se agregaron 250 millones del gobierno federal y una ayuda de la ciudad. 20 años después de la tentativa de reorganización, seguida de otros programas (como “Bairinho”, “Morar Legal” y también “Novas Alternativas”), algunas asociaciones y particulares iniciaron conversaciones para obtener títulos de propiedad oficial. Más de 200 habrían sido librados oficialmente mientras se esperaban los otros miles. Nadie sabe cuántos, puesto que nadie sabe cuanta gente vive allí ¿Veinte, cuarenta, sesenta mil habitantes? Todos hablan de cifras diferentes. Uno de ellos llamado Roque, forma parte de ellos, desde 1976. Este nativo de Bahía se alegra por los intereses crecientes de los “gringos” (los extranjeros llegados del norte), fuente de ganancias: una vecina multiplicó por 5 su inversión inicial. Por lo tanto, ni hablar de ceder su casa sencilla de dos habitaciones construida con sus manos en 1995. El septuagenario hace valer su derecho al suelo: quiere defender un sentimiento de pertenencia a una comunidad que no tiene precio. “En esa época, yo tenía un recibo de parte de la Asociación de Habitantes, hoy, espero el último de la propiedad oficial. Eso dará un poco de dinero a mis hijos cuando yo muera, pero yo no quiero dejar mi barrio; es mi vida”.
Esta regularización es también sinónimo de integración ideológica de estas zonas parceladas, antes regidas por otras leyes inmobiliarias que fueron establecidas por los propios habitantes. El sociólogo Jailson de Souza e Silva, cabeza pensante del observatorio de favelas, ve en ello “la base de una gentrificación”. “Muchos están tentados de vender bienes que tienen ahora un verdadero valor. Yo sostengo que la última cosa que se debe dar a los habitantes de las favelas es un título de propiedad”. Para él, poseer un título oficial es acceder a la posibilidad de cederlo, y por lo tanto de hacerle, a su vez, el juego “del mercado”. “Eike Batista, el hombre más rico del Brasil que invirtió millones a título gratuito en el equipamiento de la UPP, es propietario de grandes grupos inmobiliarios. Batista tiene interés en financiar esta política, acaparando una parte de estos territorios, cuyos dividendos obtendrá en un segundo tiempo”. Para de Souza e Silva, la solución está en otra parte, fuera de las lógicas especulativas… No es el punto de vista del alcalde, Eduardo Paes, que fue reelegido en la primera vuelta, el 7 de octubre de 2012, con cerca del 65 % de los votos. Un pueblecito para este centrista que, además del apoyo del Partido de los Trabajadores, gracias a un balance favorable, obtuvo el voto de las favelas: Paes seguirá siendo el alcalde de la pacificación y el artífice de las grandes obras urbanísticas.
Entre ellas, el ejemplar proyecto “Port Maravilha” que apunta a transformar todo el barrio portuario, no lejos del centro histórico; el objetivo: convertir este barrio durante mucho tiempo desaconsejado por la noche en una gigantesca zona comercial y turística, con viviendas nuevas y talleres de artistas. Su próximo mandato terminará felizmente con los Juegos Olímpicos, que volverán a colocar en primer plano la antigua capital de Brasil, destronada por el dinamismo económico de Sao Paolo. Río de Janeiro -centro de servicios y principal polo naval, en particular por el petróleo- encarnaba más que otra ciudad la identidad brasileña a los ojos del mundo entero. Una visión que confirma la clasificación de Patrimonio de la Humanidad de la UNESCO al distinguir a la ciudad “ciudad maravillosa” en julio de 2012. “Río va a convertirse en el escaparate comercial del marketing brasileño”, explica Queiroz Ribeiro. “Será la carta de presentación del país”. Desde el 2011, a la salida del aeropuerto, un gran muro antiruido permite esconder la miseria sobre la avenida Brasil.n 1 Véase Carla Luciana Silva, “Veja´, revista importante en Brasil”, Le Monde diplomatique en español, diciembre de 2012. 2 La estadística brasileña divide la sociedad en cinco clases: A (cuyos ingresos superan los 30 salarios mínimos).B (de 15 a 30). C(de 6 a 15), D (de 2 a 6) y E (hasta dos salarios mínimos). *Periodista. © Le Monde diplomatique, Francia.
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Impacto de la crisis internacional por Hugo Fazio*
Se desacelera la economía chilena descenso, haciendo la misma comparación, de 16,5 puntos porcentuales y las no mineras su rentabilidad disminuyó desde mediados de 2011 en 3,1 puntos porcentuales. “No es brusca la caída para ellas -manifestó el gerente de Gerens, Rodrigo Prialé-, pero refleja las menores exportaciones y un tipo de cambio más bajo” (5). Efectos ambos también expresados en la economía nacional. Las similitudes en la desaceleración de ambas economías son muy grandes.
Como en el conocido cuento del lobo, los anuncios de que la economía chilena absolutamente abierta al mundo tanto en el plano comercial como en el movimiento de capitales debía desacelerarse como consecuencia de las repercusiones del proceso global en esa dirección, se cumplieron. No estaba ni “blindada” ni “desacoplada”.
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aradojalmente los datos estadísticos lo confirmaron cuando el indicador mensual de octubre de actividad económica (Imacec) del Banco Central informaba de un crecimiento en doce meses de un elevado 6,7% y en los diez primeros meses del año se registraba un incremento de 5,7% con relación a los mismos meses de 2011. Sin duda aumentos altos. Rápidamente las manifestaciones de euforia se hicieron escuchar. “Con alborozo -editorializó El Mercurio- fue recibido por las autoridades de gobierno el 6,7% de crecimiento (…). Los personeros oficiales -agregó- se han apresurado a destacar que la buena marcha de la economía no es fruto de la casualidad y que es prueba de que sí importa quién gobierne” (1). El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, también modificó su discurso hasta ese momento cauteloso. “(…) podemos -expresó textualmente- mirar con optimismo 2013. Esta economía va a seguir creciendo aunque permanezcan los problemas en el mundo, lo que debe ser motivo de orgullo. La base de este crecimiento -subrayó- está en la inversión y en el consumo, y por tanto en la confianza” (2). Sin embargo, si se penetraba en la información se encontraba una realidad diferente. El Imacec desestacionalizado, que excluye el efecto estacional y la variación en los días trabajados, mostró una disminución en octubre con relación a septiembre de 0,5%, mientras que el indicador de tendencia cíclica acumulada en doce meses era de 4,3%, descendiendo ininterrumpidamente desde marzo-abril de 2011 cuando alcanzó su punto más alto, 7,7%, Por tanto, la desaceleración no es ni mucho menor. “El dato más relevante para la política monetaria -afirmó Esteban Yadresic, economista jefe de Moneda Asset Management- es que la actividad
IPC a la baja
económica se ha desacelerado sustancialmente (…) el crecimiento anualizado y debidamente desestacionalizado de agosto-octubre, respecto al trimestre previo, fue de sólo 2,6% anual”. Lo más probable es que no sea sólo un tema coyuntural, dado que la crisis en economías desarrolladas, que impacta internamente -como señaló el ex director de Presupuestos Mario Marcel-, “puede prolongarse por varios años, por lo que hay que ver que pasará en la economía chilena más allá de los resultados en 2012 y 2013. Tenemos que mirar nuestra capacidad para crecer, hasta donde la demanda interna pueda seguir tirando el carro de la economía chilena en un contexto deteriorado externo y sin empeorar la cuenta corriente”, cuyo déficit tiene un curso creciente.
Políticas anticíclicas Ahora bien, la tardanza en manifestarse la desaceleración no era demostración en lo fundamental de “sí importa quien gobierne” y de la “confianza”, sino en gran medida de hechos externos, en este caso favorables para la economía nacional, como lo constató el propio presidente del Banco Central, Rodrigo Vergara. Los efectos de la crisis, expresó, “han sido acotados”, entre otras razones porque socios comerciales “siguen con crecimiento importantes, en especial China” (3). El punto más bajo de la tendencia descendente de su economía se produjo en el tercer trimestre, pero dando ya claras señales que este proceso se detenía, como consecuencia de políticas anticíclicas puestas en práctica tanto a nivel central como local. Los hechos vuelven a mostrar que la política acertada en momentos de reducción del crecimiento es impulsar acciones reactivadoras.
Otro factor favorable, en el contexto de la crisis, han sido las bajas tasas de interés predominantes en mercados de países desarrollados, por las políticas con propósitos anticíclicos de sus bancos centrales. Lo que acontezca en China seguirá influyendo directamente sobre Chile, ya que repercute en la cotización del cobre y, como consecuencia de ello en los términos de intercambio, que al incidir en el Ingreso Nacional Bruto Disponible Real, que mide en último término la cuantía de recursos que quedan en el país, afecta positivamente en la demanda interna. En Perú se dan igualmente situaciones muy parecidas a las registradas en Chile, constituyendo otra demostración de los impactos en países de la región de fenómenos externos. El crecimiento de su producto en el año a octubre fue superior al de Chile, 6,5%. Por tanto, el crecimiento del país, no es en consecuencia un hecho regional único, que en palabras de Felipe Larraín revelaría “la enorme resiliencia de la economía chilena frente a un escenario externo adverso” (4). Pues bien, ¿qué está aconteciendo en el vecino país? La Escuela de Economía y Negocios Gerens constató que las empresas peruanas igualmente están sintiendo los rigores de las caídas de las exportaciones, consecuencia de las menores cotizaciones de los metales, particularmente también del cobre. De otra parte, en septiembre pasado la rentabilidad patrimonial anualizada de las 272 sociedades listadas en el mercado bursátil descendió en ocho puntos porcentuales, baja que se produjo por quinto mes consecutivo. El nivel alcanzado no se registraba desde septiembre de 2009, es decir en un año de recesión en la economía mundial. Las empresas mineras tuvieron un
Poco después de informarse el Imacec de octubre, el INE entregó el IPC de noviembre, con una disminución de 0,5% en relación a septiembre y un aumento en doce meses de sólo 2,1%, colocándose por debajo de las estimaciones precedentes. En ello influyeron factores de fondo y hechos transitorios. Los temas centrales explicativos de la baja inflación están en la revaluación del peso, que reduce el costo en moneda nacional de las importaciones; los bajos niveles de inflación externa, incluso con reducciones en doce meses de algunos bienes fundamentales, como la gasolina que cayó 2,6%; y la propia desaceleración económica ya analizada. Subsistían, eso sí, incrementos fuertes y de elevado impacto social como los alimentos, que acumularon en cifras anualizadas un 6,8%. La baja del IPC demuestra que las presiones inflacionarias temidas por el Banco Central son desmentidas de atenernos a los hechos. Poco antes de entregarse las cifras del índice de precios, Rodrigo Vergara consultado en entrevista de prensa por qué el instituto emisor mantenía inalterable desde enero su tasas de interés de política monetaria, en 5% nominal anual, sostuvo que para modificarla se enfrentan “dos fuerzas, una externa, que significa una contracción en la actividad (…) y una fuerza interna que crece muy por sobre lo esperado (…). Hoy no vemos que una fuerza predomine sobre la otra, por tanto no tenemos sesgo en una ni en otra dirección” (02/12/12). Sin embargo, los hechos mostraban otra cosa. No sólo por el IPC de noviembre, sino también por las cifras de importaciones de ese mes inferiores a las de octubre e incluso a las del mismo mes en 2011. Ellas constituyen una evidencia de lo que está ocurriendo en la demanda interna. En noviembre, las importaciones alcanzaron a US$ 6.112 millones un 21% menos que en octubre y más significativo aún fueron un 4,7% menor que el mismo mes del año anterior (US$ 6.416 millones).n 1 El Mercurio, 09/12/12. 2 El Mercurio, 06/12/12. 3 El Mercurio, 02/12/12. 4 El Mercurio, 06/12/12. 5 Diario Financiero, 07/12/12. *Economista, director del Centro de Estudios Nacionales de Desarrollo Alternativo (Cenda), www.cendachile.cl. © Le Monde diplomatique, edición chilena.
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Editorial
por Serge Halimi*
Francia, otra vez “obligada” a elegir el mal menor en Malí
La mala elección ¿Cómo ignorar que la invocación de móviles humanitarios y la propensión a criminalizar a los enemigos políticos –los talibanes afganos fueron asociados al tráfico de opio; las FARC a la venta de cocaína o la toma de rehenes- sirven a menudo de pretexto para operaciones militares occidentales que reavivan las sospechas de neocolonialismo y, en definitiva, terminan mal?
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uando es demasiado tarde, porque les hemos dado la espalda a las mejores opciones, nos vemos obligados a elegir el mal menor. Nueve días después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 el presidente George W. Bush amenazaba “urbi et orbi”: “O están con nosotros o están con los terroristas”. Siguieron dos guerras, la primera en Afganistán y la segunda, en Irak, con los resultados que conocemos. Una vez más en Malí, habría
que optar, urgente, entre los dos posiciones de una alternativa execrable. Porqué, ¿cómo resignarse a que bandas armadas portadoras de una ideología y prácticas oscurantistas puedan amenazar a poblaciones del Sur después de haber aterrorizado a las del Norte? Pero al mismo tiempo, ¿cómo ignorar que la invocación de móviles humanitarios y la propensión a criminalizar a los enemigos políticos –los talibanes afganos fueron asociados al tráfico de opio; las
FARC a la venta de cocaína o la toma de rehenes- sirven a menudo de pretexto para operaciones militares occidentales que reavivan las sospechas de neocolonialismo y, en definitiva, terminan mal? Veinte años meses después del asesinato de Osama Bin Laden, el cuerpo de Al Qaeda aún se mueve. Los talibanes, por su parte, se encuentran mejor que nunca. Tal y como lo señaló el ex primer ministro francés, Dominique de Villepin, “los centros neurálgicos del terrorismo –Afganistán, Irak, Mali y Libia- tienden a ampliarse y a estrechar los lazos unos con otros, unen sus fuerzas, conjugan algunas acciones. Cada intervención occidental parece hacerles el juego a los grupos yihadistas más radicales quienes conducen a sus adversarios a conflictos interminables en los que terminan agotados. Los arsenales libios alimentaron la guerra en Malí, el día de mañana esta puede equipar a los próximos frentes africanos con armas recuperadas y con ex combatientes. Para justificar la intervención militar de su país, Francois Hollande anunció que “Francia estará siempre presente cuando se trate de los derechos de una población, la de Malí, que quiere vivir libre y en democracia”. Una hoja de ruta tan poco razonable que no puede sino chocar sobre el problema que no es tanto el de reconquistar el norte de Malí sino
de garantizar allí una seguridad duradera que tenga en cuenta las reivindicaciones legítimas de los tuaregs. Y esto, sólo para empezar… Y luego, en efecto, habrá que preocuparse por las alianzas militares tejidas en las sombras, por la disolución de las fronteras africanas. Habrá que reconocer que ésta fue (y sigue siendo) alentada por prescipciones neoliberales que arruinaron la confianza en los Estados, pauperizaron a sus agricultores y a sus soldados y alentaron la sobreexplotación de los recursos naturales y minerales del continente negro por empresas occidentales o chinas. Después habrá también que admitir que el tráfico transnacional de drogas, armas y rehenes existe sólo porque cuenta con proveedores y con consumidores no africanos. Por último habrá que conceder que la caída de la cotización mundial del algodón arruinó a los campesinos malíes y que la sequía del Sahel se acentúa con el calentamiento climático. Muy parcial, este inventario de temas que en general no interesan a nadie, sugiere que la liberación de Malí por ejércitos extranjeros dejaría intactas las causas del próximo conflicto. En este momento, podemos apostar, se nos obligará a elegir, después de habernos explicado que ya no queda otra opción.n *Director de Le Monde Diplomatique, Francia.
18 | Le Monde diplomatique | el Dipló 55 | febrero 2013
La red esconde intereses políticos-económicos y EE UU es el policía mundial por Dan Schiller*
¿Quién controla internet?
Desde las relaciones comerciales entre los servicios de Internet y las grandes redes de telecomunicaciones a la supervisión de la red informática mundial, los debates entre Estados respecto de la “libertad” de la web y la tutela de EE.UU. sobre su integración a la economía capitalista transnacional están al rojo vivo. En la Conferencia de Dubai de diciembre pasado, el gran asunto fue la tutela estadounidense sobre la red mundial. Y su derrota.
L
a geopolítica de Internet fue el tema de debate durante la primera quincena de diciembre en una conferencia internacional en Dubai convocada por la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT), organismo afiliado a la ONU con 193 miembros nacionales. En estas reuniones, los estados (atestados por asesores de empresa) forjan acuerdos que permiten las comunicaciones internacionales a través de cables y satélites. Estas reuniones, aunque aburridas y burocráticas, son cruciales debido a la enorme importancia de las redes en el funcionamiento de la economía política transnacional. La Conferencia Mundial de Telecomunicaciones Internacionales (CMTI) de diciembre de 2012, en Dubai, produjo una gran controversia: ¿Los miembros de la UIT deberían conferir a la agencia las responsabilidades de supervisión de Internet? ¿Responsabilidades que han ejercido durante décadas para forjar otras formas de comunicación internacional? Estados Unidos dijo que no. Y su posición se impuso: el documento del nuevo tratado de la UIT no dio a la agencia un papel formal en lo que se ha dado en llamar la “gobernanza global Internet”. Sin embargo, la mayoría de los países votaron a favor de adjuntar una resolución invitando a que los estados miembros expongan su posición respectiva relacionada con la técnica de Internet, el desarrollo y las
cuestiones de política pública dentro del mandato de la UIT en los diversos foros de la UIT. Oposición tajante a la “supervisión global, incluso simbólica”, tal y como un escritor del periódico New York Times lo describió (1): EE UU se negó a firmar el tratado y se fue. Lo mismo hicieron Francia, Alemania, Japón, India, Kenia, Colombia, Canadá, Gran Bretaña y otras naciones. Sin embargo, más de dos tercios de los países asistentes -89 en total aprobaron el documento. (Y algunas de las naciones que no firmaron el tratado podrán aceptarlo más adelante.) Para entender lo que está en juego tenemos que volver nuestro camino a través de la “retórica niebla”. Durante los meses anteriores a la CMTI, la prensa euro-norteamericana pregonó las advertencias de que la cumbre de Dubai iba a ser un choque trascendental entre defensores de una Internet abierta y aspirantes a usurpadores del gobierno, encabezados por estados autoritarios como Rusia, Irán y China. Los términos de referencia se fijaron con tal rigor que un ejecutivo de la empresa europea de telecomunicaciones llamó a la campaña como la “guerra de propaganda” (2). La libertad de expresión no es un problema trivial. No importa dónde vivamos; hay motivos para preocuparnos porque la apertura relativa de Internet está siendo usurpada, corroída o canalizada.
Esto no implica, necesariamente, a los ejércitos de los censores estatales o “firewalls” (cortafuegos). Los EE UU, mediante la Agencia de Seguridad Nacional, por ejemplo, tamiza y controla las transmisiones electrónicas que transitan las redes de satélite y cable, a través de sus extensos “puestos de escucha” y su gigantesco nuevo centro de datos en Bluffdale (estado deUtah) (3). Y no olvidemos que el propio gobierno de los EE UU ha ido a por un verdadero defensor de la libertad de expresión - WikiLeaks . Las compañías estadounidenses de Internet, como Facebook y Google, han transformado la web en una “máquina de vigilancia” para aspirar datos comercialmente rentables sobre el comportamiento de los usuarios.
Intereses ocultos Sin embargo, durante la década de 1970, la retórica del “libre flujo de información” funcionó por mucho tiempo como un principio central de la política exterior de EE UU. Durante la época de la descolonización y la guerra fría, la doctrina que pretendía ser un faro de luz iluminando el camino del mundo hacia la emancipación del imperialismo y la represión estatal, hoy en día se ha convertido en una doctrina que refleja unos arraigados intereses económicos y estratégicos; escondiéndose detrás de un lenguaje atractivo sobre los derechos humanos universales. “La libertad en Internet”, la “libertad de conectarse”, la “libertad net” … fueron términos que difundía la secretaria de Estado Hillary Clinton, en reuniones con ejecutivos de Google en el período previo a la CMTI. Son la versión actual del antiguo “flujo libre”. Pero al igual que antes, la “libertad en Internet” es una pista falsa. Calculadamente manipuladora. El término viene a confiar un derecho humano fundamental en un par de poderosos actores sociales con intereses propios: son empresas y son estados. Las deliberaciones de la CMTI fueron multifacéticas y abarcaron temas transversales. Uno de ellos fue la relación de intercambio entre los servicios de Internet como Google y las empresas que transportan sus flujos de datos voluminosos; operadores de red y proveedores de Internet como Verizon Telecom, Deutsche o Libre. Esta pelea dentro del negocio conlleva implicaciones para una cuestión política más general e importante: ¿Quién debe pagar las modernizaciones continuas de la infraestructura de red de la que los aumentos recurrentes y mejoras de servicio de Internet dependen? Un ataque audaz de Xavier Niel sobre los ingresos franceses de Google (cuando implementó un bloqueador de anuncios como configuración predeterminada de su red libre) colocó este tema en relieve ante el público. Sin embargo, los términos de intercambio en la industria global de Internet también son importantes. Pues, cualquier decreto general
de que los proveedores de contenido deben pagar por los operadores de redes (objetivo Niel, de forma similar a la de otras empresas de telecomunicaciones) llevaría a graves consecuencias para las políticas de neutralidad de la red que ha sido tan vital para los usuarios de Internet. Hasta ahora, este poder ha sido ejercido de manera desproporcionada por los EE UU (4). Durante la década de 1990, cuando Internet, centrado en la web, irrumpió en la escena mundial, los EE.UU. hicieron intensos esfuerzos para institucionalizar su función directiva. Los nombres de dominio liderados por las punto.com y las direcciones numéricas web e identificadores de red, deben ser únicos para que el sistema funcione. Y la capacidad para asignarlos establece un punto desde el cual se puede tener poder institucional, proyectado a través de Internet extraterritorial. La gestión de estos recursos críticos de Internet es ejercida por una agencia de EE UU llamada: Internet Assigned Numbers Authority (IANA), bajo contrato del Departamento de Comercio de EE UU. La IANA funciona aparentemente como una unidad independiente y aparentemente más responsable, con sede en California, sin fines de lucro que la llamada Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números de Internet (ICANN). Las normas técnicas para Internet son desarrolladas por la Internet Engineering Task Force (IETF) y la Internet Architecture Board (IAB) englobadas dentro de otra corporación sin fines de lucro: la Internet Society. La composición y el financiamiento de estas organizaciones las hacen más sensibles a las “preferencias” de Estados Unidos que a la demanda de los usuarios (5). Los principales sitios de Internet comerciales globales no son operados por los chinos o los rusos, y mucho menos por Kenia o México. Como todo el mundo sabe, los principales sitios son: Google, Facebook, Microsoft, Apple y Amazon; son los que han creado los servicios punto.com utilizados por personas de todo el mundo. Y un conjunto cada vez mayor de proyectos de mercantilización y cadenas corporativas de los productos básicos siguen basándose en los flujos transfronterizos de datos de Internet. La transición en curso de hoy para los servicios “cloud computing” ensancha aún más esta dependencia. La estructura de control de Internet proporciona una base esencial para la supremacía de un EE UU corporativo y militar en el ciberespacio. Mientras que el gobierno de los EE UU ejerce un papel descomunal, otros estados tienen escasas oportunidades - individual o colectivamente - para regular el sistema. Mediante el establecimiento de diversas medidas técnicas y legales, por supuesto, podrán ejercer la soberanía sobre sus Internets nacionales, pero incluso cuando intentan replantear estas jurisdicciones meramente nacionales, son atacados por los políticos estadounidenses.
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Milton Mueller acertadamente captura esta asimetría en la observación de que, tal como está actualmente constituida, Internet representa una política de EE UU de “globalización unilateral” (6).
Propiedad lógica El ejercicio de esta función de gestión ha permitido que EE UU pueda inculcar propiedad de lógica en el corazón del sistema de desarrollo de Internet a través de la ICANN (Corporación de Internet para la Asignación de Nombres y Números de Internet). Aunque se trata de una compleja y semiautónoma institución, el poder de la ICANN sobre el sistema de nombres de dominio se desplegó para conferir ventajas extraterritoriales a los titulares de marcas corporativas y otros intereses de propiedad ante las protestas de las organizaciones no comerciales que, a pesar de estar representados en la ICANN, se encuentran incapaces de prevalecer sobre Coca-Cola, Procter & Gamble y otras grandes empresas. La ICANN sigue utilizando su derecho contractual privado para llamar a unirse a sus normas a organizaciones lejanas que administran dominios genéricos y de código de país de nivel superior en todo el mundo. Los proveedores nacionales de diversas aplicaciones de Internet controlan sus mercados internos en varios países, entre ellos Rusia, China y la República de Corea. Sin embargo, los servicios de Internet transnacionales - los puntos más rentables y estratégicos en este sistema extraterritorial - son ciudadelas construidas por EE UU con capital y poder estatal.
Casi desde el principio, otros países se han resistido a esta situación de subordinación, demostrando que EE UU no estaba ni está dispuesto a renunciar a su control; este control ha crecido así como la oposición a las normas estadounidenses. Esta pelea ayudó a realizar una serie de reuniones de alto nivel; entre ellas, la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información, organizada por la UIT, celebrada en Ginebra y en Túnez entre 2003 y 2005. Esta Cumbre Mundial fue un precursor explícito de la polémica acontecida en la reunión de Dubai del pasado diciembre de 2012, en la que se estableció al menos un cupo para los “estados pequeños” (al lado de la de EEUU) para la gobernanza global de Internet. La ICANN y el Comité Asesor Gubernamental, a cargo de proveer entrada a la organización, otorgó a los gobiernos el mismo estatus formal que tienen las empresas y los grupos de la sociedad civil. Mu c h o s e s t a d o s e n re a l i d a d podrían haber estado contentos con este curioso arreglo, pero solamente por un hecho: el logro de cierto control. No obstante, para todos la idea seguía siendo la misma: la estructura de abajo hacia arriba sobre la diversidad en Internet. La gobernanza global de Internet no es una sociedad igualitaria; ni siquiera es una empresa pluralista. Era evidente que el principal interesado en mantener el “status quo” fue el poder ejecutivo de EE UU. La desaparición del mundo unipolar -seguida por una depresión económica mundial de largo alcance- ha traído un muy acentuado y ampliado
conflicto interestatal sobre la economía política del ciberespacio. Algunos gobiernos –al margen de Estados Unidos- han continuado buscando un punto de apoyo para intentar abrir la coordinación global de Internet y su gestión. Durante 2010 y 2011 incluso se apeló directamente al Departamento de Comercio de EE UU, cuando comenzó un proceso para evaluar la renovación de contrato con la IANA (la Autoridad para la Asignación de Números en Internet) para la gestión de las direcciones de Internet. Extraordinariamente, varios países y una organización internacional (la UIT, Unión Internacional de Telecomunicaciones) presentaron observaciones formales. El gobierno de Kenia propuso una “transición” de distancia de la gestión de las funciones de la IANA por el Departamento de Comercio de EE UU, para caminar hacia un gobierno multilateral. El control de EE UU debe ser modificado para globalizar los arreglos y toda la superestructura institucional que se había construido en torno a los nombres y direcciones de Internet. India, México, Egipto y China presentaron sorprendentemente observaciones similares. EE.UU. respondió hasta el cansancio con la retórica de la “libertad en Internet”, como un intento de repeler la creciente amenaza a su control de gestión. No cabe duda de que se ha intensificado la presión bilateral para inducir a algunos de los estados disidentes a que vuelvan al redil. Los efectos se hicieron evidentes en la Conferencia de Dubai cuando India y Kenia se unieron a los EE.UU. para rechazar el tratado.
¿Qué va a pasar ahora? Es cierto que las agencias del gobierno de EE UU y las unidades principales de capital de Internet, como Google, seguirán proyectando todo el poder a su alcance para fortalecer la Internet centrada en Estados Unidos; y para desacreditar a sus oponentes. El desafío político de EEUU es mantener este “unilateralismo global”. Sin embargo, la ruptura de este control es posible y acabar así con esa cuando certeza de permanencia. Un editorialista del periódico Wall Street Journal no dudó en llamar a la conferencia de Dubai como la “primera gran derrota del Estados Unidos digital” (7).n 1 Eric Pfanner, «Message, if murky, from US to the world », The NewYork Times, 15 diciembre 2012. 2 Rachel Sanderson y DanielThomas, «US under fire after telecoms treaty talks fail », Financial Times, Londres, 17 diciembre 2012. 3 James Bamford, «The NSA is building the country’s biggest spy center », Wired, San Francisco, abril 2012. 4 Herbert I. Schiller, «Libre circulation de l’information et domination mondiale », Le Monde diplomatique, Francia, septiembre 1975. 5 DwayneWinseck, «Big new global threat to the Internet or paper tiger : The ITU and global Internet regulation», 10 junio 2012, http://dwmw.wordpress.com 6 Harold Kwalwasser, « Internet governance », en Franklin D. Kramer, Stuart H. Starr y LarryWentz (sous la dir. de), Cyberpower and National Security, National Defense University Press - Potomac Press, Washington-Dulles (Virginia), 2009. 7 Milton L. Mueller, Networks and States : The Global Politics of Internet Governance, TheMIT Press, Cambridge (Massachusetts), 2010. *Dan Schiller es profesor de Comunicación en la Universidad Urbana-Champaign (Illinois), autor de “Cómo pensar acerca de la información”, Prensa de la Universidad de Illinois. © Le Monde diplomatique, Francia .
Los objetivos verdaderos de la ocupación francesa permanecen confusos
por Ignacio Ramonet *
¿Qué hace Francia en Malí? Los fines de la presencia militar de Francia en Mali y el Sahel no son sólo acabar con “el terrorismo” sino impedir el control duradero de Azawad por organizaciones salafistas y una ofensiva sobre el norte de Níger, donde se hallan las principales reservas de uranio explotadas por la empresa gala Areva y de las cuales depende todo el sistema nuclear civil de Francia. El otro fin es simplemente sentirse otra vez una potencia en sus viejas colonias africanas.
E
l año 2013 ha comenzado, en Francia y en la región del Sahel, al son de los cañones. El 11 de enero, el presidente François Hollande, envió urgentemente a Malí un cuerpo expedicionario para detener un ofensiva yihadista que amenazaba con abalanzarse sobre Bamako. De manera simultánea, en Somalia, las fuerzas especiales francesas lanzaban una operación para intentar rescatar a un agente secreto tomado como rehén desde
hacía tres años por las milicias islamistas shabab, que terminó en fiasco. Unos días más tarde, cerca de la ciudad argelina de In Amenas, en la frontera con Libia, un comando salafista ocupaba un complejo gasístico y ejecutaba a varias decenas de extranjeros antes de que Ejército argelino lo aniquilara. De un extremo al otro, repentinamente, el Sahara está ardiendo. ¿Cuáles son las causas de tal situación? En primer lugar se halla la reivindicación
nacionalista tuareg. Los tuaregs, u “hombres azules”, no son ni árabes ni bereberes. Son los habitante históricos del Sahara, del que controlan, desde hace miles de años, las rutas caravaneras. Pero el reparto entre las potencias coloniales fragmentó su territorio a finales del siglo XIX. Y cuando las independencias, en los años 1960, los nuevos Estados saharauis les negaron el reconocimiento, aunque sólo fuera el de una autonomía territorial. Razón por la cual, concretamente en el norte de Malí (denominado Azawad por los tuaregs) y en Níger, los dos países donde se sitúan las principales comunidades tuaregs, aparecieron muy pronto movimientos armados de reivindicación nacional. Se produjeron grandes rebeliones tuaregs en 1960-1962, después en 1990-1995, en 2006 y de nuevo en 2007. En cada ocasión, conducidas por los Ejércitos maliense y nigerino, las represiones fueron feroces. Huyendo de las masacres, numerosos combatientes tuaregs se enrolaron entonces, en Libia, en el seno de la Legión tuareg del coronel Muamar el Gadafi… La segunda causa de la situación actual se encuentra en la guerra civil
argelina de principios de los años 1990. Tras la anulación de las elecciones de diciembre de 1991, virtualmente ganadas por los islamistas del Frente Islámico de Salvación (FIS), esta guerra vio enfrentarse a las Fuerzas Armadas argelinas contra los insurgentes del Grupo Islámico Armado (GIA). Una organización muy aguerrida en la que había numerosos combatientes que volvían de Afganistán –Ronald Reagan los calificó de “Freedom fighters”– donde, junto a los muyaidines, habían hecho la guerra a los soviéticos con el apoyo de Estados Unidos… El conflicto argelino costó la vida a unas 100.000 personas. Terminó con la victoria de las autoridades argelinas y la rendición de las guerrillas islamistas. Sin embargo, una fracción disidente, el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC), decidió proseguir la lucha armada. Acosado por las fuerzas argelinas, buscó entonces refugio en la inmensidad del Sahara, prestó lealtad a Osama Ben Laden y a Al Qaeda en 2007, y adquirió el nombre de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI). Sus principales acciones consisten, desde entonces, en secuestrar a extranjeros a cambio de importantes
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rescates. Su terreno de caza se sitúa en el Sahel, región árida y semidesértica que se extiende desde Senegal hasta Chad, pasando por Mauritania, Malí, Burkina Faso y Níger. De hecho, fue una katiba (brigada) del grupo Al Muwakaún Bidam (“los que firman con su sangre”), fundado por un exdirigente de AQMI, el argelino Mojtar Belmojtar, alias “el Tuerto”, quien atacó el complejo gasístico de In Amenas y asesinó a decenas de extranjeros. Por último, la tercera causa es el ataque de las fuerzas de la OTAN contra Libia, en 2011, y el derrocamiento del coronel Gadafi. Para conseguir este objetivo, Francia y sus aliados (en concreto Qatar) no dudaron en armar a los movimientos islamistas hostiles a Gadafi. Movimientos que obtuvieron la victoria sobre el terreno. Con tres consecuencias: 1/ el desmoronamiento y la descomposición del Estado libio, que sigue siendo presa, hoy en día, de las luchas mortíferas entre provincias, milicias y clanes; 2/ la distribución del arsenal militar de Gadafi entre los movimientos yihadistas del conjunto del Sahel; 3/ la vuelta a Malí de una parte de la Legión tuareg sobrearmada y entrenada. También hay que tener en cuenta el telón de fondo socioeconómico. Malí, al igual que los demás países del Sahel, figura entre los Estados más pobres del mundo. La mayoría de su población vive de la agricultura. Durante estos últimos años, las reducciones de las ayudas al desarrollo decididas por los países ricos han afectado particularmente al país. Su principal producción, el algodón, se derrumbó a causa de las políticas de dumping que practica el primer exportador mundial, Estados Unidos, así como por las sequías que sufre de manera regular el Sahel a causa del calentamiento global. Por otra parte, las políticas neoliberales y las privatizaciones impuestas por el Fondo Monetario Internacional (FMI) han conducido a la reducción de los presupuestos sociales destinados a educación y sanidad. La pobreza y el malestar social se han agravado. Esto ha presionado particularmente a una parte de los jóvenes a buscar una vía de salvación en la emigración, mientras que otros, ante tanta angustia social, son más sensibles a las llamadas de los salafistas que les ofrecen, sin mayor dificultad, armas, poder y dinero. Este es el contexto que hallaron los tuaregs de la antigua Legión de Gadafi a su retorno al norte de Malí provenientes de Libia. Por eso no tuvieron dificultades para reclutar. Y decidieron integrarse en el Movimiento Nacional para la Liberación de Azawad (MNLA). De enero a abril de 2012, lanzaron ataques contra las guarniciones malienses de las principales ciudades de la región (Tombuctú, Gao y Kidal). Mal equipado, el Ejército maliense se descompuso y se batió en retirada. Humillados y exasperados por el abandono del Gobierno, un grupo de jóvenes oficiales dirigidos por el capitán Sanogo se sublevaron. Tomaron el poder en Bamako el 22 de marzo de 2012. Pero, boicoteados por los países vecinos y las grandes cancillerías internacionales, estos golpistas se mostraron incapaces de enderezar la situación. De hecho, Malí, como Estado, se desmoronó. Mientras tanto, en el norte de Malí, el MNLA proclamaba la “independencia” de Azawad y se aliaba con dos organizaciones islamistas radicales
–provenientes de AQMI– que preconizaban la instauración de la sharia: el grupo salafista Ançar Dine y el Movimiento para la Unicidad y la Yihad en África Occidental (MUYAO). Estas dos organizaciones –que disponen de muchos más medios financieros gracias a la ayuda que les aportaría Qatar (1), a los rescates pagados (entre otros por España) a cambio de rehenes occidentales y tráficos diversos (droga, contrabando)– terminaron por apartar a los tuaregs del MNLA. Naciones Unidas condenó la secesión de Azawad, pero se movilizó con demasiada lentitud. Hubo que esperar al 20 de diciembre de 2012 para que, a petición de Francia, la ONU decidiera finalmente crear la Misión Internacional de Apoyo a Malí bajo Liderato Africano (AFISMA, por sus siglas en inglés), la cual se ha confiado a los países de la Comunidad Económica de Estados de África del Oeste (CEDEAO, por sus siglas en francés), que deberá “reconstituir la capacidad de las Fuerzas Armadas malienses” para recuperar el control del norte de Malí. Francia aseguró que sostendría este proyecto, pero François Hollande se comprometió a no enviar tropas: “Soy terminante –declaró el presidente francés–, no tendremos tropas de tierra” (2). Por su parte, los representantes de las fuerzas políticas, sociales y religiosas de Malí, reunidos en Uagadugú (Burkina Faso) para entablar conversaciones sobre el futuro de su país, se opusieron a la intervención de fuerzas militares de la CEDEAO. De todas formas, una eventual reactivación de la reconquista militar del norte de Malí no estaba prevista antes de septiembre de 2013… Este dato no escapa a los salafistas de Ançar Dine. No sólo son, sobre el terreno, los más fuertes, sino que tienen ahora la certeza de que nadie los atacará en los próximos nueve meses. Así pues, deciden aprovechar la oportunidad. Y lanzan una operación de una temeraria audacia. Varios miles de ellos, poderosamente armados, a bordo de unas 300 furgonetas pick-up, se abalanzan por sorpresa, el 9 de enero de 2013, sobre la ciudad de Konna, cerrojo estratégico en el camino hacia Bamako. Vencen al Ejército maliense,
que se bate en retirada dejándoles el campo libre hacia la ciudad de Mopti. Y, sobre todo, hacia el cuartel general de operaciones del Ejército de Malí que se halla instalado en el aeropuerto de Sevaré, el único donde pueden aterrizar aviones de gran capacidad, indispensables para una eventual reconquista del norte. Ahí es cuando Francia, sin esperar la llamada de auxilio del presidente interino maliense Dioncunda Traoré, decide intervenir. François Hollande ordena que las tropas de elite del Ejército francés situadas previamente en Níger intervengan inmediatamente. Transportadas en aviones Transall C-160 y apoyadas por helicópteros de combate, estas tropas atacan inmediatamente a las columnas islamistas y detienen en seco su avance hacia Mopti y Bamako. Así comienza la operación Serval, con la participación de unos 2.500 soldados franceses calurosamente acogidos por una gran parte de la población maliense. El objetivo declarado de esta operación ha evolucionado a lo largo de los días. Antes de su puesta en marcha, François Hollande afirmaba, tal y como vimos, que Francia no intervendría “en ningún caso” (3). Al haber intervenido finalmente desde el 11 de enero, el presidente minimizó el alcance de la operación explicando que se trataba “esencialmente de bloquear la progresión hacia el sur de terroristas criminales” y, factor determinante, de “proteger a los aproximadamente 6.000 residentes franceses en Malí”. Pero después, el 18 de enero, François Hollande reconoció una intención mucho más ambiciosa: darse “el tiempo necesario para que el terrorismo sea vencido en esta parte de África”. Por último, el 20 de enero, el ministro francés de Defensa admitió claramente: “El objetivo es la reconquista total de Malí” (4). En realidad, los verdaderos objetivos de Francia permanecen confusos. En efecto, París ha explicado que la operación Serval no hace sino responder a una llamada de ayuda por parte de Bamako. Pero, dado que el Gobierno maliense procede de un golpe de Estado, su legitimidad para requerir ayuda es discutible (5).
El otro argumento es que los salafistas de Ançar Dine aplican la sharia en Tombuctú, destruyen monumentos antiguos y “cortan manos”. Y que eso es “intolerable”. Cierto. Pero, cuando los salafistas se comportan de ese modo simplemente obedecen a la doctrina wahabí que el “gran aliado de Occidente”, Arabia Saudí, difunde, con la ayuda de Qatar –país igualmente wahabí–, en el conjunto del mundo musulmán, y particularmente en el Sahel, a golpe de millones de euros... Sin embargo, Francia tiene las mejores relaciones del mundo con Arabia Saudí y Qatar, que incluso son sus aliados actualmente en Siria para apoyar a los insurgentes islamistas y salafistas… París no dice palabra de otros dos argumentos que probablemente hayan contado a la hora de activar la operación Serval. Uno es económico y estratégico: el control duradero de Azawad por organizaciones salafistas habría entrañado, en mayor o menor plazo, una ofensiva sobre el norte de Níger, donde se hallan las principales reservas de uranio explotadas por la empresa gala Areva y de las cuales depende todo el sistema nuclear civil de Francia. París no puede permitirlo. El otro es geopolítico: cuando, por primera vez en la historia, Alemania domina Europa y la dirige con mano de hierro, Francia, al exhibir su fuerza en Malí, quiere mostrar que continúa siendo, por su parte, la primera potencia militar europea. Y que hay que contar con ella.n 1 Léase el artículo “Notre ami’ du Qatar’ finance les islamistes du Malí”, Le Canard enchaîné, París, 6 de junio de 2012. Léase asimismo: Ségolène Allemandou, “Le Qatar a-t-il des intérêts au Mali ?”, France 24, París, 21 de enero de 2013 www.france24. com/ fr/20130121-qatar-nord-mali-groupes-islamistes 2 Entrevista con François Soudan, Jeune Afrique, París, 22 de octubre de 2012. http://www.jeuneafrique.com/Article/ JA2701p010-011.xml1/ 3 Cf. France Info, 13 de noviembre de 2012. http:// www.franceinfo.fr/economie/les-principales-declarations-de-la-conference-de-presse-de-francoishollande-801247-2012-11-13 4 Declaraciones de Jean-Yves Le Drian, 19 de enero de 2013, en la emisión televisiva “C politique” de la cadena France 5. 5 Cf. Le Monde, París, 23 de enero de 2013. * Ignacio Ramonet es director de Le Monde diplomatique, España.
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Es la hora ideal para las transiciones democráticas de los reyes y jeques árabes por Hicham Ben Abdallah El Alaqui*
Monarquías árabes: ¿el próximo punto de mira?
Mientras que en Túnez, Egipto, Libia y Yemen comienza una caótica transición democrática, los combates se intensifican en Siria. Menos relevantes, las protestas se arraigan contra las monarquías, ya sea en Jordania, Marruecos o los países del Golfo. La Primavera Árabe dejó tantos vencedores como perdedores. Entre estos últimos, están los movimientos juveniles, las elites intelectuales y paradójicamente las monarquías árabes.
L
a Primavera Árabe no es un acontecimiento, es un proceso. Para los países más comprometidos en el camino de la emancipación política, la pregunta crucial es: ¿Puede institucionalizarse la democracia? Aun cuando los progresos siguen siendo frágiles y las relaciones entre sociedades y Estados sean conflictivas, la pregunta reclama un sí cauteloso. En algunos de los países implicados, asistimos al establecimiento de instituciones democráticas. Respecto de si el proceso de reforma y mutación todavía puede extenderse a otros países de Oriente Próximo, esto dependerá de una larga serie de factores: tensiones religiosas, movilización política, capacidad de adaptación de los regímenes gobernantes y cuestiones geopolíticas. Donde las perspectivas de futuro parecen más prometedoras es en el norte de África. La institucionalización de la democracia supone una convergencia de la vida política en torno a los tres ejes que sustentan el Estado de derecho, a saber: las elecciones, el Parlamento y la Constitución. Cuando estos ejes son sólidos y duraderos, los Gobiernos generalmente quedan protegidos de los grupos radicales, de las fuerzas reaccionarias y de un eventual retorno al autoritarismo del pasado. Las democracias que aprecian el respeto por el derecho y la equidad electoral reclaman la alternancia en el poder entre partidos rivales. En Túnez, Libia y Egipto, este proceso de institucionalización está en marcha, aunque sea un camino inestable (1). Cada uno de estos tres países tuvo elecciones legislativas marcadas
por una competencia y un pluralismo inconcebibles durante el régimen anterior. En Túnez, la Asamblea constituyente surgida de las urnas está terminando de redactar una constitución. La crisis tiene dos dimensiones: la larga pasividad del nuevo Gobierno frente a la violencia salafista (que terminó después del ataque a la embajada estadounidense en Túnez) y la demora en la implementación de las reformas económicas, en particular en las zonas más desfavorecidas. A pesar de estas tensiones, en ocasiones muy activas, y de los conflictos que imponen a los diversos intereses políticos, nadie, salvo una pequeña minoría, está cuestionando las reglas del juego democrático. No sucede lo mismo en Libia, donde el orden político nacido del derrumbe del régimen de Muamar Gadafi se debilitó por el poder de los grupos armados. (2) En Egipto, el ganador de las elecciones presidenciales fue el candidato de los Hermanos musulmanes, Mohamed Morsi. Al asumir su cargo, el nuevo jefe de estado afirmó la autoridad del poder civil por sobre el ejercito, al ordenar el retiro del Mariscal Hussein Tantawi. Este primer paso hacia una redefinición de las relaciones de civiles y militares rompe con la larga historia pretoriana del aparato de Estado. En estos regímenes de transición, la mayoría de los actores políticos – excepto, por supuesto, algunos grupos radicales, como los salafistas o nostálgicos de la autocracia del pasado- tomó nota de la nueva situación. La cual no necesariamente implica
que las democracias en vías de institucionalización se vuelvan liberales. Los demócratas de la Primavera Árabe no han abrazado la revolución para que sus sociedades se adecuen a los puntos de vista Occidentales (que, en el contexto árabe, incluye la igualdad entre sexos, el levantamiento de la censura sobre las producciones “inmorales”, como la pornografía, la libertad de expresión y de blasfemia). El liberalismo político, como doctrina política, donde se sacraliza los derechos individuales, sólo puede surgir de una fase posterior de la consolidación democrática. Es poco probable que la etapa actual, marcada por el enfrentamiento entre laicos y fundamentalistas religiosos, pueda culminar en un marco normativo “a la Occidental” o incluso den un compromiso sobre los valores. Las manifestaciones de ira provocadas por una película estadounidense islamófoba ilustran la creciente normalización de los actores del islamismo. En efecto, el episodio obligó a las grandes formaciones fundamentalistas a distanciarse de modo muy claro de los grupos más radicales. Además, muchos líderes protestaron contra la película invocando argumentos de derecho común, como la difamación, en lugar de apelar a las prescripciones de la ley coránica –los Hudud– contra la blasfemia. No es necesario plegarse a la ideología liberal Occidental para construir democracia. España y Portugal no disponían de este tipo de marco de pensamiento cuando se democratizaron en la época de 1970, al igual que América Latina en la década de 1980 quedó sumergida en que Samuel Huntington llamo “la tercera ola de democratización “ (3). La lógica de la democracia consiste en aceptar los desacuerdos que oponen a unos y otros en un marco constitucional basado en el pluralismo y la necesidad de rendir cuentas. La alternativa se resume en inestabilidad, conflicto y déficit. Los jóvenes que participaron en las protestas árabes- en su mayoría urbanos, miembros de las clases medias y decididamente laicos en el sentido de que no pertenecen a grupos islamistas- estaban a la vanguardia de la ola revolucionaria, hoy, sin embargo, esta juventud se ve marginada en Túnez, Libia y Egipto, y con ella su visión del futuro más secular y democrática, porque no ha logrado construir en frente político coherente cuando los regímenes autoritarios contra los que luchaban se derrumbaron. Mientras que los islamistas si que han sabido sacar ventaja del vacío que se produjo, movilizando sus tropas- con mayor o menos éxito en términos electorales-, los movimientos juveniles se llegaron a entrar en la arena de la política institucional. Esta ausencia ha mostrado tener grandes consecuencias. A privilegiar
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la calle como un espacio de expresión política y centrarse en la protesta directa y espontánea, en detrimento de los caminos más tibios y estructurados de la política electoral, los jóvenes revolucionarios se privaron de todo poder y de toda representación en las nuevas instituciones democráticas, como en los parlamentos y los consejos populares. Como todos los grandes cataclismos históricos, la Primavera Árabe dejó tantos vencedores como perdedores. Además de los movimientos juveniles, las elites intelectuales claramente permanecen a la segunda categoría. Repitieron los errores de sus predecesores, al no poder unir sus ideologías académicas a las preocupaciones prácticas de la población. El tercer grupo de perdedores está compuesto por las monarquías árabes. Esta afirmación puede parecer sorprendente en un primer momento a sabiendas de que la Primavera Árabe no destituyó a ninguna cabeza coronada. Según el paradigma de análisis comúnmente aceptado en Europa, esta situación puede ser explicada por dos factores. Por un lado, las dinastías gobernantes gozarían de una legitimidad profundamente arraigada en el sustrato cultural árabe: los pueblos son quienes sostiene a sus reyes y en principio es por apego a una historia gloriosa, forjada antes o durante las luchas anticoloniales. Por otro lado, estos regímenes cuasi absolutistas están en mejores condiciones de adaptarse a las situaciones de crisis, a causa de las herramientas institucionales extraordinariamente flexibles de que disponen para manipular a la opinión pública a su favor, más allá de la simple represión. Sin ser del todo falsa, esta interpretación pasa por alto el hecho de que las monarquías árabes se están debilitando. Su base en menos sólida que hace una década. En Bahrein, por ejemplo, el levantamiento de un amplio sector de la población solo pudo ser contenido por la intervención combinada y sangrienta de las fuerzas armadas nacionales y de las tropas enviadas por el Consejo de Cooperación del Golfo (CCG). En Marruecos también se han producido manifestaciones de gran magnitud; la promesa de una enmienda constitucional ha calmado momentáneamente la cólera popular, pero la ausencia de reformas radicales preanuncia un mañana inquietante. Al aceptar formar el gobierno sin una contrapartida real por parte del rey Mohamed VI, los islamistas del Partido de la Justicia y el Desarrollo (TJD) corren el riesgo de perder su credibilidad, al igual que el resto de la clase política. A esto se suma que la división entre los habitantes de medios rurales y medios urbanos no es tan radical como en otro tiempo: el descontento se ha generalizado y las aspiraciones de cambio trascienden las viejas divisiones entre clases y territorios. En Arabia Saudí, también la dinastía gobernante domina con todo su peso en la sociedad. Bendecida por los azares de la geología, ha utilizado sus vastas riquezas para ahogar todo atisbo de oposición bajo un diluvio de petro-dólares y
programas de desarrollo, que ha permitido al régimen posponer indefinidamente las reformas estructurales necesarias. En el vecino emirato de Kuwait, que desde hace tiempo cuenta con una tímida experiencia parlamentaria, se está observando el proceso inverso. Las protestas contra la corrupción y la autoridad socavaron la autoridad de la familia Al-Sabah y la oposición boicoteó las elecciones de diciembre de 2012. El conflicto entre la monarquía y la oposición ha alcanzado su punto de ebullición entorno a una lección fundamental: o bien el Emir acepta nombrar a un primer ministro que no sea de sangre real, o bien disuelve el Parlamento e inicia un retorno al autoritarismo que podría costarle muy caro. En Jordania, la monarquía se ahoga en la convergencia de dos dinámicas complementarias. Los islamistas quieren preservar al rey, porque temen que el fin de la tutela hachemita ofrezca una coartada a Israel para designar la orilla oriental del río Jordan como patria natural de todos los palestinos y así justificar la anexión completa de Cisjordania. No obstante, reclaman una monarquía constitucional y más libertades políticas. La dinastía hachemita se enfrenta a una exasperación creciente, atizada por el aumento del desempleo y los casos de corrupción.
Arabia Saudí, Turquía, Estado Unidos e Israel comparten la misma preocupación por limitar la esfera de influencia de Irán, Siria y Hezbolá. Para las monarquías, entonces, es el momento de actuar y salir de estas redes de intereses inextricables, dado que las dinastías tuvieron cuidado de tejer conexiones con un amplio abanico de grupos sociales y políticosempresarios, comerciantes, agricultores, tribus, ulemas- que les brindan su apoyo a cambios de ventajas y subsidios. Si se implementaran reformas drásticas que remplazaran el régimen absolutista por un sistema parlamentario, no solo se perjudicarían las familias reales, sino también sus clientes plebeyos. Además, la historia de la región- ya sea poscolonial o pos Guerra Fríademuestra que las monarquías son reacias a cambiar su poder ejecutivo por autoridad moral. Sin una represión popular severa, los príncipes no tienen ningún interés en tomar la iniciativa para una reforma seria. Las monarquías árabes, durante mucho tiempo elogiadas por su moderación y su capacidad de adaptación, ahora corren el riesgo de arruinar una oportunidad única. Se niegan a poner en marcha la transición democrática, cuando el espíritu de preservación les ordena disponer de todos sus esfuerzos para unir a sus sociedades frente a
la crisis y ahorrarles un futuro de conflictos e inestabilidad. La dimensión geopolítica de la Primavera Árabe ha puesto de relieve una extraña paradoja. Recordemos cómo comenzó todo: la protesta, que surgió a escala local, resuena primero a nivel nacional como un llamamiento a la justicia, la dignidad y la resistencia contra la brutalidad y un régimen. En pocos meses, la Primavera Árabe se convierte en oleada regional, llevando más allá de las fronteras un “corpus” común de exigencias y valores esta propagación supera el “efecto Al Jazeera”, tantas veces invocado, y que no transmite solamente formas modernas de comunicación, sino también y sobre todo una concepción radicalmente nueva de militancia política. Amplificado por las redes sociales y los medios de comunicación tradicionales, el movimiento toma parte de su impulso del concepto de “unidad panárabe”, pero rechaza toda forma de coloración ideológica para fusionar mejor las frustraciones en contra del despotismo y reivindicar con una fuerza ensordecedora en derecho a la ciudadanía. Hoy, ese impulso ha llegado a su tercera etapa, la de institucionalización. La Primavera Árabe ya no es sólo una exigencia nacional supranacional, sino que ha creado un espacio para confrontación internacional. El levantamiento en Bahrein inauguró este proceso en la Primavera del 2011, cuando, en nombre de la naturaleza confesional de la oposición dominada por los chiíes, la monarquía suní reforzó su alianza con sus vecinos de la misma confesión, así como con las potencias occidentales, dentro de un frente estratégico liderado por Arabia Saudí, Estados Unidos y Turquía, sin contar la intervención más discreta de Israel. Los movimientos populares que luchan contra el rey de Bahrein han sido satanizados como secuaces del bloque chií “radical” encarnado por Irán, Siria y Hezbolá .La guerra civil siria aceleró este proceso pero según una dinámica inversa. Esta vez fue la oposición popular la que se vio asociada al campo “moderado” de las potencias suníes y sus aliados occidentales, mientras que el régimen autocrático de Bashar al-Asaad reforzó su alianza con el bloque chií. Estas dimensiones confesionales y geopolíticas se han alimentado mutuamente. Arabia Saudí, Turquía, Estado Unidos e Israel comparten la misma preocupación por limitar la esfera de influencia de Irán, Siria, y Hezbolá. Estas rivalidades han transformado una división confesional de baja intensidad en una guerra abierta de consecuencias potencialmente exclusivas. Las caracterizaciones más maniqueas se erigen en verdades indiscutibles, pues los estados suníesen particular las monarquías- se muestran en los medios de comunicación occidentales como refugios de moderación y estabilidad, mientras que los chiíes son descritos como extremistas y agitadores. Paralelamente, el conflicto también sirve a algunos regímenes como coartada para mantener el propio statu quo frente a las amenazas de agitación social. Una vez proyectaba a la arena mundial, la Primavera Árabe no podía sino
volver como un boomerang a los países en vías de transición, de donde había partido. Irán, Siria y Hezbolá intentaron sumar a su causa a los nuevos líderes de Túnez, Libia y Egipto, aunque la alianza suní pro-Occidente hacía lo mismo. Sin embargo, estas precisiones acumuladas solo tuvieron como efecto estimular a Túnez, Trípoli y El Cairo a adoptar una política exterior de estricta neutralidad y a acelerar el proceso de institucionalización en sus propios territorios. El fantasma de la inestabilidad regional los consolida en el interés de asegurar primero su propia estabilidad interna. La notable presencia de Morsi en la Cumbre de Países No Alineados en Teherán en agosto del 2012 es parte de este juego de equilibrios. Los nuevos regímenes de Túnez, Libia y Egipto están intentando desarrollar una política de moderación, entre flexibilidad y pragmatismo, que tiene por objeto vital evitar los conflictos confesionales, las interpretaciones religiosas y los alineamientos geopolíticos. Preocupados sobre todo por consolidar su propia estabilidad interna, consideran a ambas partes beligerantes de la sangrienta guerra civil siria como obstáculos para la construcción de un nuevo orden democrático. Esta paradoja, según la cual un conflicto internacional contribuye a la estabilización del proceso democrático a nivel nacional, abre una nueva página en la historia moderna de Oriente Próximo. Hasta hace poco, un cara a cara sistémico oponía a Occidente y sus aliados árabes con coaliciones ideológicas percibidas como subversivas y destructivas, como por ejemplo la amenaza comunista representada por la alianza Brejnev-Nasser o la revolución islámica del ayatolá Jomeini o el “eje del mal” encarnado por Osama Bin Laden. El actual realineamiento regional quizá podría estar anunciando posiciones más matizadas. Incluso en el apogeo de la Primavera Árabe, ningún observador se habría atrevido a colocarle una etiqueta ideológica, a identificarla con un imperio, una super potencia o una organización radical. El movimiento obedeció a sus propias fuerzas antes de dejarse capturar en las redes de la geopolítica. El choque confesional será determinante para el futuro. Por más que se lo alimente e instrumentalice desde el exterior, el enfrentamiento entre chiíes y suníes corren el riesgo de multiplicar las fracturas y oscurecer de modo duradero el horizonte de la Primavera Árabe.n 1 Philippe Pelletier, Le Japon, géographie, géopolitique et géohistoire, Sedes, 2007. 2 La isla fue ocupada por Japón al término de la guerra sinojaponesa, en 1895. 3 Serita Kentarô, Nihon no ryôdo (el territorio japonés), Tokio, Chûôkôronshinsha, 2002 4 Jean-Pierre Cabestan, La politique internationale de la Chine, Presses de Sciences Po, 2010. 5 Philippe Pelletier, ibíd. *Hicham Ben Abdallah El Alaqui es miembro del consejo consultivo de Human Rights Watch, investigador en el Freeman Spogli Institute for International Studies de la Universidad de Stanford (California); es primo de Mohamed VI, rey de Marruecos. © Le Monde diplomatique, Francia.
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“Soberanos” e intervenidos por Joan E. Garcés*
Cómo España se inclina ante Alemania El 14 de noviembre de 2011, la canciller de Alemania Angela Merkel, en el congreso de su partido democristiano, reclamó la creación de una “nueva Europa” donde los Estados transferirían competencias presupuestarias y fiscales a la Zona Euro, elegirían a un presidente permanente por sufragio universal y en cuyo Banco Central el voto, hasta ahora igual, sería reemplazado por otro ponderado según el volumen de la economía de cada Estado. Es decir, una UE que, bajo la hegemonía de Alemania, país con mayor población y recursos económicos, pudiese bloquear la libertad de los ciudadanos de cambiar su sistema socio-económico y/o político. Nadie, en la clase política española, se ha opuesto a que España sea absorbida en esa “nueva Europa” y desposeída, también, de la decisión última en materia de soberanía presupuestaria, fiscal y financiera.
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esde las elecciones de 1977, los partidos españoles con representación parlamentaria se financian con subvenciones de los presupuestos públicos, con préstamos de entidades financieras privadas cuyos intereses cautelan y con donaciones en gran medida opacas (las cuotas de los afiliados representan un porcentaje irrelevante de su presupuesto). En el año 2006, los principales partidos recibieron 193,1 millones de euros en subvenciones públicas y reconocían acumular, con entidades bancarias, deudas por un total de 155,8 millones. Los favores gubernamentales a las entidades financieras exteriorizan la continuada dependencia de los principales grupos políticos. En paralelo, mientras los partidos mayoritarios bloquean, en el Congreso de los Diputados, legislar que las formaciones políticas no puedan aceptar o recibir, directa o indirectamente, donaciones de empresas privadas o fundaciones que presten servicios o contraten con las administraciones públicas, los bancos condonan de manera opaca y sin explicación conocida préstamos a los partidos después de que los gobiernos de Felipe González (PSOE) y José María Aznar (PP) privatizaran la totalidad de la banca de propiedad pública, desguazando también al Estado de este neurálgico instrumento de defensa del interés colectivo. El sistema establecido, a partir de 1977 en España, ha adoptado políticas propias del capitalismo financiero: privar al Estado de medios de producción y cambio en áreas estratégicas, y de excedentes que le aporten recursos
para sostener inversiones productivas y redistributivas; desindustrialización y deslocalización industrial, explotación del “ejército laboral de reserva” local y planetario, debilitamiento de los sindicatos y de los partidos obreros; reducción de impuestos a las mayores empresas y fortunas individuales, con la consiguiente reducción de ingresos del Estado compensada con endeudamiento; desregulación del movimiento de capitales; incremento de la concentración de los principales medios de producción, financieros y de información, en empresas privadas que desestabilizan las estructuras políticas y/o socioeconómicas que no controlan. Entre 2007 y 2012, los principales partidos políticos del postfranquismo han aceptado que el Estado asuma las consecuencias de las especulaciones de la banca privada (incluida la inmobiliaria). Lo que ha disminuido los ingresos del Estado –que han pasado desde casi un 3% del PIB de superávit en 2007 a un 8,5% de déficit en 2011– y aumentado la tasa de desempleo desde el 8% de 2007 al 24,6% de mayo de 2012 (52,1% la juvenil). Lo que el capital financiero ha aprovechado, a su vez, para especular ampliando el diferencial de la prima de riesgo de la deuda pública española con la del bono alemán, en desmedro de España –debe pagar mayor interés para obtener nuevos préstamos– y provecho de Alemania. Los referidos partidos políticos lo han aceptado sin reservas, dando la espalda a las enseñanzas de la historia. El patrón que emerge de la especulación articulada entre agencias de
calificación, capital financiero y medidas sociales represivas es conocido: constreñir la autonomía general del Estado en todas sus estructuras (central, regional/autonómica y municipal), en particular en relación con el capital financiero; transferir a empresas privadas patrimonio y servicios públicos; restringir los derechos laborales y las prestaciones a los trabajadores, y ciudadanos en general, en materia de cultura, educación, salud pública, pensiones, servicios sociales, etc. Tal articulación es indisimulada: el lunes 5 de diciembre de 2011, cinco minutos después de que la canciller de Alemania y el presidente de Francia anunciaran las medidas políticas y económicas que deseaban que aceptara el Consejo Europeo convocado para el viernes 9 de diciembre de 2011, la agencia Standard & Poor’s publicitaba que ponía bajo “observación negativa” a 15 Estados del euro para rebajarles la calificación según se portaran ese viernes. El martes 6, con gran gozo, el ministro alemán de Hacienda declaraba: “Se trata de la mejor incitación posible para la cumbre de esta semana. No puedo imaginar nada más eficaz”. Al tiempo que el entonces presidente del Gobierno español (José Luis Rodríguez Zapatero, del PSOE) y el presidente del Partido Popular (Mariano Rajoy) avanzaban su incondicional respaldo a lo que les pidieran Alemania y Francia. El euro, como moneda, y el eurosistema no reposan en un poder político federal ni confederal. Las estructuras de la UE carecen de instrumentos jurídicos y políticos que la defiendan de la especulación cuando grupos finan-
cieros dirigidos por comités centrales privados y estructurados desplazan electrónicamente de un país a otro, sin barrera ni restricción alguna, masas de capitales superiores a las que disponen los Estados. El Banco Central Europeo (BCE) es una institución de la UE, pero sus decisiones no responden ante ningún organismo representativo de los pueblos europeos, de sus Parlamentos o Gobiernos. En los hechos, en cada ocasión, el BCE ha actuado según interesaba a los principales organismos financieros privados, en desmedro de los ciudadanos y de los recursos públicos. Desde el 9 de diciembre de 2011, el BCE ha estado ofreciendo préstamos en cuantía ilimitada (1,3 billones de euros hasta abril de 2012) al 1% de interés durante tres años a bancos privados, que los prestaban a España, Italia y otros Estados a un interés hasta un 700% más alto. Los centros del capital financiero han hecho su lectura de este proceso y sus especulaciones medran, anticipando la explosión del sistema en torno del euro y la quiebra de algunos Estados. Han creado una dinámica que, en Alemania, algunos piensan que abre la oportunidad de modificar los tratados en orden a institucionalizar mayor subordinación de los pueblos, en los términos propuestos el 14 de noviembre de 2011 por la canciller Angela Merkel al congreso de su partido democristiano: una “nueva Europa” donde los Estados transferirían competencias presupuestarias y fiscales a la Zona Euro, un presidente permanente sería elegido por sufragio universal y en cuyo Banco Central
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el voto, hasta ahora igual, sería reemplazado por otro ponderado según el volumen de la economía de cada Estado. Es decir, una UE que bajo la hegemonía del país con más población y recursos económicos bloquea la libertad de los ciudadanos de cambiar su sistema socio-económico y/o político. Nadie en el establishment postfranquista se ha opuesto a que el Reino de España sea absorbido en esa “nueva Europa” y desposeído, también, de la decisión última en materia presupuestaria, fiscal y financiera. El propio Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, el 6 de junio de 2012 ofrecía por escrito a los Presidentes de la Unión Europea y del Consejo Europeo “mayor cesión de soberanía, en particular en los ámbitos fiscal y económico; crear una autoridad fiscal en Europa que oriente la política fiscal en la zona euro, armonice las políticas fiscales de los Estados Miembros, permita un control de las finanzas centralizado, ser gestora de su deuda; la supervisión comunitaria del sistema bancario y de un fondo de garantía de depósitos común; una ‘Unión fiscal y bancaria’”. Ello a pesar de las previsibles consecuencias socio-económicas negativas de enajenar los instrumentos financieros, fiscales y presupuestarios a organismos sobre los que no existe control democrático, aumentando el desguace de los instrumentos del Estado y la consiguiente legitimación de su desintegración territorial. Tampoco se conoce de responsable alguno que, en España, haya propuesto alianzas –dentro y fuera de la UE–
en defensa de intereses específicos de los ciudadanos no subordinados necesariamente a los de Alemania y/o EEUU. Tras el pronunciamiento militar contra la I República española en 1874, las políticas internas, la integridad territorial de la monarquía restaurada quedaron en parte en manos de Alemania; también las de la dictadura fascista y la monarquía instauradas tras la intervención alemana contra la II República. La envergadura de la desconfianza en la capacidad de las estructuras político-económicas y sus dirigentes parecía llevar a la mayoría de españoles a aceptar, en diciembre de 2011, que su economía fuera directamente dirigida desde fuera de España, sin advertir que éste era uno de los fines del Gobierno alemán publicitado un mes antes, ni tampoco las consecuencias que de ello derivan. Estos hechos reafirman la precariedad de los valores democráticos si no cuentan con voluntad y medios de defensa frente a quienes los consideran prescindibles, en particular ante recetas económicas ya experimentadas antes: extraer la mayor ganancia posible de países a cuyo endeudamiento han contribuido; “capitalizar” la deuda cuando no pueden pagarla, es decir, que el capital recupere parte de sus créditos quedándose con empresas y otros bienes que previamente han depreciado. Pero se niegan a aceptar este criterio “de mercado” cuando son los Estados quienes compran sus propias deudas depreciadas. La meta no es mantener o lograr mayor igualdad social, industrialización o autonomía para decidir el pre-
sente y futuro de los ciudadanos, sino aplicar directrices del capital especulativo sobre el equilibrio fiscal –excepto cuando los bancos privados piden financiarse con el déficit fiscal– como medio para privatizar empresas de servicios básicos, disminuir la participación de los asalariados y ciudadanos en la renta nacional, reducir a su mínima expresión la capacidad del Estado para intervenir en el sistema económico y, en consecuencia, su capacidad de defender los intereses generales de su población. Los pueblos iberoamericanos de uno y otro hemisferio ni se han resignado en otras coyunturas, ni se resignarán a s ufrir las perversas consecuencias del juego de las Potencias y del capital especulativo. En España, pondrán en cuestión los pilares de las estructuras socioeconómicas, políticas y concepciones geoestratégicas que se suceden sin solución desde 1939 hasta hoy, construirán otras en las que participen de forma activa los ciudadanos y los trabajadores, con mayor igualdad social, vigencia efectiva de los valores democráticos y ecológicos, inversiones productivas en innovación y formación, articuladas con la realidad internacional que se aleja de los supuestos de la Guerra Fría sobre los que se construyeron el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), la Organización de Estados Americanos (OEA), la OTAN y la UE. Que no aceptarán, en suma, las seculares concepciones estratégicas teorizadas por el geopolítico británico Halford J. Mackinder (18611947) que, en 1997, el ex consejero de
Comunista hasta su muerte en 1973 resumía su credo en “paz y socialismo” por Ramón Chao*
El Picasso que conocí El periodista y literato gallego Ramón Chao, padre del músico Manu Chao, es autor de varias novelas inolvidables (El lago de Como, La pasión de Carolina Otero, Las travesías de Luis Gontán). Fue también, durante décadas, en París donde reside, director de las emisiones en castellano y portugués de Radio France Internationale. A lo largo de esas experiencias conoció a numerosos creadores. En una serie de textos cuya publicación iniciamos este mes, Ramón Chao irá recordando para nuestros lectores algunos de sus encuentros con genios de las artes como Pablo Ruiz Picasso, del que nos habla esta vez, Luis Buñuel, Alejo Carpentier, Jorge Luis Borges, Juan Carlos Onetti, Joan Miró, José Bergamín, Juan Rulfo, Julio Cortázar, Carlos Velo, Gabriel García Márquez, y un larguísimo etcétera.
E
n 1951 tenía yo 16 años. Interno en un colegio de curas (el Apóstol Santiago de Madrid), practicaba la comunión diaria (obligatoria) y, con todos los alumnos del colegio, asistía de claque (llevados por fuerza) a los actos franquistas. Por ejemplo, a las manifestaciones pro-Gibraltar. Una vez me llevaron a una célebre conferencia de Salvador Dalí, titulada ‘Picasso y yo’. Ante la presencia de un nutrido auditorio, Dalí se presentó en el teatro María Guerrero, el 11 de noviembre de aquel 1951. El organizador fue Manuel Fraga. El acto se enmarcaba dentro de la I Bienal Hispanoamericana de Arte. También asistió a ese acto el periodista Emilio Romero. En su libro Testigo de la Historia, cuenta: “Después de haberse retrasado cuarenta y cinco minutos, Salvador Dalí salió al escenario. Las ovaciones y los silbidos se mezclaron de manera horrísona. Dalí esperó el final de la tormenta con impavidez desafiadora. Cuando el público dio por terminado su caluroso recibimiento, se puso en pie como un autómata, puesto que el temporal lo había soportado sentado estoicamente. Sus primeras palabras fueron éstas: “Picasso es español; yo también. Picasso es un genio; yo, también. Picasso tendrá unos 72 años; yo unos 48. Picasso es conocido en todos los países del
Seguridad Nacional estadounidense Zbigniew Brzezinski actualizaba así: “En pocas palabras, la geoestrategia euroasiática de Estados Unidos debe incluir un control resuelto de los Estados dinámicos desde el punto de vista geoestratégico [...] Para usar una terminología propia de la era más brutal de los antiguos imperios, los tres grandes imperativos de la geoestrategia imperial son los de impedir confabulaciones entre los vasallos y mantener su dependencia en términos de seguridad, mantener a los tributarios obedientes y protegidos e impedir la unión de los bárbaros”. Esos denominados “bárbaros” incluye a Rusia, la India y China, y en el altar de la preservación de tales imperativos los actuales discípulos de Mackinder s acrifican los intereses y derechos de “vasallos” y “tributarios” –entre los que sitúan a los iberoamericanos y a las instituciones democráticas que les son d isfuncionales. Constatar las manifestaciones de este proceso en la Europa de hoy día, como hace Jürgen Habermas, no basta. Concebir y crear medios legítimos de autodefensa requiere tomar consciencia de las causas de las interacciones, de sus medios, fines y consecuencias, humanas y ecológicas.n *Doctor en Ciencias Políticas. Fue asesor político personal del presidente chileno Salvador Allende. Premio Nobel Alternativo 1999. Autor de varios libros. Este texto es un extracto, sin notas bibliográficas, del epílogo a la 4ª edición de su ensayo más reciente: Soberanos e Intervenidos. Estrategias globales, americanos y españoles, Siglo XXI, Madrid, diciembre de 2012.. © Le Monde diplomatique, España.
mundo; yo también. Picasso es comunista; yo, tampoco”. Aquí empezaron las primeras ovaciones”. Añade Romero que Dalí buscaba los motivos del “comunismo” de Picasso, y los halló “en la devoción de éste por la miseria. Posiblemente, la representación más viva de la miseria es un dibujo del propio Picasso que se encuentra en el Museo de Arte de Cataluña, en Barcelona. Es un hombre increíblemente harapiento, con restos de ropas que semejan una túnica corta, como si fuera un homenaje a la dignidad de la miseria”. Por mi parte, recuerdo que Dalí contó la anécdota de aquel requerimiento que se le hizo a Picasso para ir a América, “a través de un puente de oro”. Y Picasso respondió que lo que a él le interesaba era la posibilidad de dormir debajo de ese puente. Recuerdo también que, el 2 de abril de 1964, Franco le concedió a Dalí la Gran Cruz de Isabel la Católica. Y cuando le sondearon para saber si la aceptaría, contestó: “¡Quiero dos!”. Los últimos meses de su vida transcurrirían en viajar de su cama a un butacón y viceversa. Eso sí, con música: el himno nacional de España. A Picasso tuve la suerte de conocerle en 1962 en una exposición de la pintora austríaca Soshana Afroyim, en el castillo Grimaldi en Antibes (hoy museo Picasso). Le rodeaban Jacqueline, su esposa, el pintor Édouard Pignon y el poeta y también pintor André Verdet. Gran resistente antinazi, Verdet había sido internado en los campos de concentración de Auschwitz y de Buchenwald, debiendo su liberación, en 1945, a Picasso. Ese día, le hice una corta entrevista para Radio Francia Internacional, en la que el pintor malagueño me habló de sus
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infantiles años gallegos, de su primera exposición en la casa de un sastre y de la Escuela de Artes y Oficios donde había aprendido a dibujar, al carboncillo y a la plumilla, modelos encontrados en las calles, especialmente bañistas de Riazor y estibadores del muelle de A Coruña, en cuyo Instituto su padre era profesor de dibujo. También recordaba Picasso con nostalgia la “Torre de Caramelo”, nombre con que padre e hijo designaban a la Torre de Hércules. Conocida es la precocidad de Picasso: con catorce años, en 1895, pintó “La niña de los pies descalzos”, una de sus obras maestras que predice algunos de sus cuadros más famosos de los periodos rosa y azul. “Sí, me dijo con una sonrisa irónica, a los 12 años sabía dibujar como Rafael, pero necesité toda una vida para aprender a pintar como un niño”. Cuatro años después, el 19 de noviembre de 1966, volví a ver a Picasso en la doble retrospectiva que de él se hizo en el Grand Palais y en el Petit Palais de París. ¡Qué alegría! ¡Me reconoció! Nos saludamos en medio de la barahúnda, me preguntó si la Torre de Caramelo no se había caído pero no quiso que grabara la conversación. Acosado por decenas de periodistas, me dijo: “Si lo hago contigo, no paro”. Yo siempre había oído hablar de Picasso. Sobre todo cuando llegué a Paris a finales de los años 1950. Porque tuve la suerte de residir en el Colegio de España gracias a una “beca verbal” de Fraga Iribarne, como digo siempre. Allí vivían los más destacados artistas españoles del momento: Joan Llorens Artigas, Antonio Saura, Eusebio Sempere, Chillida y Palazuelo. Estos dos últimos intentaron, una vez, arrojar por la ventana a Xavier Valls (padre de Manuel Valls, el actual ministro del Interior de Francia) y Jordi, el yerno del escultor Gargallo, quienes, con ocasión de la Diada, se disponían a izar la bandera catalana. Al escultor Chillida le pesó toda la vida y se disculpaba: “Es que mi padre era Guardia civil y yo portero de la Real Sociedad…”Mi amigo el gran ceramista Llorens Artigas moldeaba barro para que los pintores Chagall, Braque, Miró y Picasso estamparan dibujos en sus jarros. Por él logré descubrir a Picasso, tan opuesto a Dalí. Pronto vi que tenía una gran capacidad para captar movimientos y convertirlos en propios. Hoy no hay quien distinga un cuadro cubista de Braque o de Picasso. Por eso, muchos ignoran quién fue el inventor del cubismo. “¿Braque?” – le preguntaron al malagueño: “Lo mandaron al servicio militar y que yo sepa no volvió”, contestó pérfidamente Picasso dando a entender que después de su época cubista, Braque nunca volvió a ser el creador que había sido. Entonces ¿de dónde salió el cubismo? En 1907, un tal Pieret, amigo de Apollinaire, le preguntó a Marie Laurencin, pintora y amante del poeta: “Esta tarde voy al Louvre; ¿quieres que te traiga algo de allí?” Marie Laurencin pensó que se trataba de los grandes almacenes Le Louvre, y que le proponía comprarle algo. Poco después, el dicho Pieret volvió con dos cabecillas fenicias de piedra que había robado en el museo. Se las vendió a un Picasso desorientado y en plena mutación artística, que no sabía cómo terminar su lienzo El burdel de Aviñón, también llamado Las señoritas de Avignó y más conocido por su título francés: Les Demoiselles d’Avignon. En 1915, Apollinaire escribió a un amigo: “Traté de persuadir a Picas-
so para que devolviera las estatuas al Louvre. Me dijo que se habían roto, y parecía muy apenado. Le dije que el deterioro de las estatuas era un asunto gravísimo. Aterrorizado, me confesó que me había mentido: las tenía él, intactas. Le convencí para que las llevara al periódico Paris Jour bajo secreto”. Las estatuillas volvieron al Louvre ¿pero quién las devolvió? Nunca se sabrá. Apollinaire asegura que Picasso, de unos treinta años a la sazón, las llevó de forma anónima al diario Paris Jour. En las dos figuras centrales de Las señoritas de Avignó destacan dos orejas puntiagudas, calcadas de las estatuillas fenicias devueltas. Hasta entonces, y durante años, Picasso manifestaba ideas progresistas que resumía en la expresión “Paz y Socialismo”. Luego efectuó una paulatina politización debido al estallido de la Guerra Civil española en 1936 y por su relación con la artista Dora Maar. En esas estaba cuando el general carlista Mola embistió contra Euskadi. Con cincuenta años, rico y famoso, Picasso presagiaba las tinieblas que se cernían sobre España. Y el lunes 26 de abril de 1937, día de mercado, los Henkel 51 y los Junker 52 de la Legión Cóndor arrojaron sobre Guernica cerca de 50.000 kilos de bombas incendiarias y ocasionaron 1.654 muertos y 889 heridos. Desde entonces, Picasso acentuó su apoyo a la lucha contra el fascismo, facilitando la compra de armas para la II República, además de financiar comedores infantiles, tanto en Madrid como en Barcelona. Antes de la caída de Barcelona en enero de 1939, se organizó en el Ateneo de la capital catalana una conferencia dedicada al artista. La encargada de la misma fue la crítica de arte y diputada Margarita Nelken quien tituló su ponencia “La voz colectiva de Picasso”. A través del análisis de Guernica y de Sueño y Mentira de Franco, trató de insuflar aliento a unas tropas republicanas ya exhaustas y conscientes de su fatal final. Pero la solidaridad del pintor malagueño con la República se mantuvo: junto al escritor Max Aub, el arquitecto José Luis Sert y Josep Romeu, Picasso aceptó el encargo de una obra destinada al Pabellón español en la exposición Universal de París. Cuando los nazis ocuparon París en 1940, algunos oficiales de la Kommandantour se presentaban en su taller. Él les regalaba tarjetas del Guernica: “Llévensela de recuerdo”. “¿Lo ha hecho usted?” preguntaban los oficiales: “¡No: lo han hecho ustedes!”. Y los otros se largaban con el rabo entre las piernas. Me contaba Llorens Artigas que nada irritaba más a Picasso que la gente de cabeza cuadrada. Cierta vez fue a verle un ricachón alemán dispuesto a comprarle un cuadro. Picasso le muestra diez o doce. No le parecieron rostros normales al cliente que no
llegó a serlo. “La gente no es así, con la boca aquí y la nariz allá”. El pintor le requirió una foto de su esposa: “¿Y usted la encuentra normal, así de pequeñita?”. En septiembre de 1936, el artista malagueño también había mostrado su apoyo asumiendo el cargo de director del Museo del Prado, y de modo más directo y decisivo ayudando a artistas, intelectuales y familiares a salir de los campos de concentración que se crearon en Francia tras finalizar la guerra española. Los pintores Luis Fernández (1900-1973), Manuel Ángeles Ortiz (1895-1984), Pedro Flores (1897-1967) y Antonio Rodríguez Luna (1910-1985) gozaron de su ayuda participando, entre otras cosas, en el Pabellón republicano de 1937 en París. Picasso también rescató a sus sobrinos, los pintores Xavier y Josep Vilató Ruiz, sacándolos del campo francés de Argelés-sur-Mer, del que habría de liberar también al escultor Baltasar Lobo, a Apel·les Fenosa, Antoni Clavé, Carles Fontseré, Miguel Prieto o al mismísimo Josep Renau, pintor, fotomontador y Director General de Bellas Artes. No sólo consiguió sacarles de aquel infierno mediante sus contactos y gastando ingentes cantidades de dinero, sino que les hacía llegar una mensualidad para que pudiesen vivir dignamente hasta que se instalaran y consiguieran recursos. Casi todos ellos tenían mujer e hijos a los que mantener. En el caso de los miembros del Consejo Editorial de la revista valenciana Hora de España y a la Junta de Cultura Española, los ayudó a todos.Juan Larrea, autor de la primera publicación razonada dedicada íntegramente al Guernica, comentó en el primer número de la revista España Peregrina, publicado en México en 1940 por los exiliados españoles: “Picasso será siempre para nosotros un símbolo primordial en este filo en el que estamos. Su triunfo actual es considerado para nosotros como nuestro”. Por meritos propios, Picasso se ganó este reconocimiento por parte de sus compatriotas porque su actividad prosiguió durante los años de la primera posguerra: formó parte del Comité de Ayuda a los Intelectuales Españoles en Francia, organización a la que donó el 25 % de lo que sacaba de la venta de sus obras en Estados Unidos; participó en gran cantidad de muestras antifascistas, unas a favor de los niños españoles y otras para recaudar dinero y poder liberar a la gente de los campos de concentración franceses. En los años 1940, colaboró financieramente con el hospital de guerrilleros españoles de Toulouse. El peregrinaje de su mítico lienzo con el fin de recaudar fondos para los refugiados españoles también contribuyó a que el Guernica y su autor se convirtieran en símbolos del exilio español.
El 4 de octubre de 1944, menos de seis semanas después de la liberación de París –donde se había exiliado–, Pablo Picasso sorprendió al mundo con su anuncio de que se afiliaba al Partido Comunista francés. Paradójicamente, Estados Unidos, el país que custodiaba al Guernica en el Museum of Modern Art (MOMA) de Nueva York , le vetó la entrada a su autor. Y desde ese momento Picasso fue espiado por la CIA. El escritor catalán Josep Plá, en sus Notas del crepúsculo, cuenta que poco después de terminar la Segunda Guerra Mundial, se hallaba en París cuando se topó con Picasso. Se conocían y mantuvieron una conversación. “Gano mucho dinero, soy multimillonario y al mismo tiempo me han hecho del partido comunista. Ha sido el escritor Aragon. No creo que un artista pueda pedir más”. En 1949, Aragon visitó a Picasso en su estudio y le solicitó un dibujo que pudiera servir como logotipo del Congreso Mundial por la Paz. Será la famosa Paloma de la Paz. Una de las cosas que resultaba curiosa de la asociación entre Picasso y los comunistas era que el partido adoptaba oficialmente la escuela de realismo social, en oposición al movimiento moderno del cual el “decadente” Picasso era el mayor exponente. Pero su largo exilio de la España natal por su oposición al régimen del general Franco, combinado con las brutales experiencias de la vida durante la ocupación nazi de París, llevaron a que viera al comunismo como un ideal de paz y la llave para un mundo libre de fascismo. Desde entonces, Picasso comenzó a presentarse por primera vez en conferencias públicas, realizando donaciones a causas varias, incluyendo el regalo de un millón de francos a los mineros de carbón franceses en huelga. Se unió a protestas contra la Guerra de Corea y contra la ejecución de Nikos Beloyannis, comunista griego y líder de la resistencia. Como presidente de Spanish Refugee Appeal, Picasso obtuvo el apoyo de los antifascistas Albert Einstein, Orson Welles, Yehudi Menuhín y otros. Recibió el Premio Stalin de la Paz y el Premio Mundial de la Paz, que compartió con el cantante estadounidense Paul Robeson y el poeta chileno Pablo Neruda. Aunque luego rechazó la Legión de Honor francesa. Los acontecimientos de 1956 en Hungría enfriaron la relación con el partido, pero Picasso, a pesar de sus crecientes reservas, nunca lo abandonó y mantuvo su fidelidad hasta su muerte en 1973. Lo volví a ver un poco antes. En Vallauris, donde tenía su taller de cerámica. Estaba cenando con su última esposa y unos amigos. Me reconoció y nos saludamos. Recuerdo que, mientras yo charlaba con él, se nos acercó el mesonero y, dirigiéndose a Picasso con cierta petulancia, le pidió: “Maestro, ¿podría hacerme un dibujo para tenerlo como recuerdo?” Ahí mismo, en el mantel de papel blanco, el genio improvisó, de un solo trazo, la silueta de un toro bravo enlazando a una sensual doncella. Quedamos todos embelesados de tanta facilidad y de tanta belleza. Luego rasgó con cuidado el papel y le tendió el dibujo al hombre, diciéndole: “Son veinte mil francos.” “¿Cómo? ¡Si lo ha hecho usted en dos minutos!” “Sí, le contestó Picasso, dos minutos... más setenta años”.n *Es periodista y escritor. © Le Monde diplomatique, España.
Le Monde diplomatique | el Dipló 55 | febrero 2013 | 27
Sorda lucha por el tiempo por Mona Chollet*
Obsesión por la velocidad
A
la vez economista y novelista, el español Fernando Trías de Bes sabe que la gente tiene tan poco tiempo para leer como el que él tiene para escribir. Así pues, hace unos años publicó un relato que tiene el buen gusto de ser a la vez breve y lleno de abreviaturas (1). Allí conocemos las tribulaciones de un personaje llamado TC, por “tipo común”. Empleado en una multinacional, TC tiene allí una función crucial: es el encargado de esconder en los armarios las facturas de los proveedores, para que estos se vean obligados a enviarlas de nuevo. Esta tarea absorbente, así como el crédito contraído para comprar la vivienda familiar, casi no le deja tiempo (T) para dedicarse a la pasión secreta que lo habita desde la infancia: el estudio de las hormigas de cabeza roja (Hrm Cab Rj). Una vez, cuando para su gran pesar calculó que necesitaría treinta y cinco años para pagar su deuda y dedicarse por fin a sus amadas Hrm Cab Rj, TC decidió renunciar y probar suerte. Se le ocurrió, entonces, una idea genial: vendería todo lo que sus contemporáneos, como él, buscaban con más ardor: T. Empezó lanzando al mercado frascos de cinco minutos, que se agotan inmediatamente. Sube la apuesta y ofrece cajas de dos horas... Su genio comercial deriva en cambios sociales y políticos que él no previó en absoluto. La fábula de Trías de Bes tiene el mérito de ilustrar el mecanismo de la deuda como “robo de tiempo” (2) y, más en general, el estado de “hambruna temporal” (3) que padecen las sociedades occidentales modernas. ¿Podría ser que estas últimas, cegadas por el prestigio que confiere un ritmo de vida frenético, presas de cierta concepción de la actividad y el destino humanos, subestimen el bien esencial que es el tiempo, al punto de degradarlo descaradamente? Sin embargo, detrás de lo que cada cual ve como un dato natural, o como las vicisitudes de su existencia individual, hay un “régimen de tiempo” que nada debe al azar, señala el sociólogo alemán Hartmut Rosa.
Aceleración Rosa distingue tres formas de aceleración que últimamente se combinan: aceleración técnica (internet, trenes de alta velocidad, horno microondas), aceleración social (se cambia más a menudo de puesto de trabajo y de cónyuge, se reemplazan los objetos con mayor frecuencia) y aceleración del ritmo de vida (se duerme menos, se habla más rápido, se pasa menos tiempo con los seres queridos, todo se hace hablando por teléfono o mirando televisión). Es cierto que, por lógica, la aceleración técnica debería garantizarnos a todos una cotidianeidad tranquila y relajada. Pero ocurre que, aunque reduce la duración de cada proceso, también multiplica su número. Es más rápido escribir un e-mail que una carta, pero uno escribe muchos e-mails más que las cartas que solía escribir; el auto puede ir más rápido, pero como también origina más viajes, no reduce el tiempo que uno dedica al transporte…
La explosión en el número de invitaciones y oportunidades –consumo, industria del ocio, internet, televisión, etc.– también obliga a llevar a cabo intervenciones permanentes y cronófagas. La tesis de Rosa es que el fenómeno histórico de la aceleración al principio estuvo apoyado por las sociedades occidentales, que lo pedían a gritos porque veían en él una promesa de progreso y autonomía. Pero ahora la aceleración se salta las instituciones y los marcos políticos gracias a los cuales pudo desplegarse. Se convierte así en una “fuerza totalitaria interior a la sociedad moderna”, en el sentido de un principio abstracto y generalizado al que nadie puede escapar. En su vida diaria, el individuo tiene la impresión de que apenas “apaga incendios”, sin jamás ser capaz de tomar distancia y observar su propia vida. Las comunidades políticas, por su parte, pierden el control de su destino. Paradójicamente, esta loca carrera va acompañada de una sensación de inercia y fatalismo. Aunque los ámbitos progresistas no siempre identifican claramente la cuestión del tiempo como el botín de una batalla estratégica, evidentemente se ha convertido en un recurso que se ha vuelto muy disputado y mal distribuido. En Francia, las leyes Aubry sobre la reducción del tiempo de trabajo, en 1999 y 2002, ofrecieron vacaciones adicionales a los gerentes, pero alteraron el ritmo de los trabajadores poco calificados, a quienes se impuso una flexibilidad mayor. Las agencias de “servicios para la persona” –una de las cuales se llama, simplemente, Tiempo para Mí– permiten que las clases adineradas se desentiendan del cuidado del hogar o de los niños, y proporcionan una mano de obra a menudo femenina, pobre y/o inmigrante para trabajos tan ingratos como mal pagados (4). El tiempo de estos “trabajadores manuales” recibe un maltrato soberano, al igual que el de los desempleados y los pobres, condenados a hacer colas en las ventanillas de la ayuda social (5): “Vuelva mañana”. La misma desigualdad afecta al “derecho a la desconexión”: “Como es el jefe, el responsable de mantenimiento de la construcción está autorizado a desconectar el teléfono cuando le viene bien –dice un empleado–. En cambio, las personas que están bajo sus órdenes, los obreros, reciben retos y gritos cuando apagan su celular” (6).
Mujeres Las mujeres en general están sometidas a presiones especiales. En julio de 2012, el movimiento feminista belga Vida Femenina dedicó a este problema su semana de estudio anual. Con el título “Recuperemos el poder sobre el tiempo” (www.viefeminine. be), la nota de intención señala que, además de asumir la mayor parte de las tareas domésticas, ellas desempeñan el papel de “amortizadoras de tiempo”, tanto en la empresa –donde suelen trabajar part time– como en el ámbito privado, donde llevan “la carga mental de organizar los diversos momentos de la vida
familiar”. También son víctimas de “las mentalidades sexistas que todavía asocian la feminidad con la devoción por los demás”. Haciéndose eco de esto último, una enfermera dice: “Siempre que hago algo para mí, tengo la sensación de estar descuidando a alguien” (7). Si bien durante las últimas décadas el trabajo se ha intensificado y hoy tiende, para determinadas categorías de trabajadores, a invadir la esfera personal, su duración oficial se ha ido reduciendo desde el comienzo de la era moderna. Así pues, las personas tienen más tiempo libre, pero no por ello se ven menos arrastradas en el ritmo infernal de la vida colectiva (8). Además, dice Rosa, a menudo dedican su tiempo de ocio a actividades que a sus propios ojos tienen poco valor, como ver la televisión: padecen una especie de inhibición para hacer lo que realmente quieren hacer. No hay nada sorprendente en ello, pues el problema del tiempo no es sólo cuantitativo –siempre nos hace falta–, sino también cualitativo: ya no sabemos habitarlo. La concepción que hoy tenemos del tiempo fue forjada por la ética capitalista, originalmente de inspiración protestante, pero ampliamente secularizada (9): es un recurso abstracto que hay que “aprovechar del modo más intenso posible” (10). El historiador británico Edward P. Thompson relató la resistencia que opusieron las primeras generaciones de obreros cuando vieron que se les imponía un trabajo definido por el reloj, la sirena o la máquina para fichar, y no por la tarea que debían llevar a cabo (11). Con esta regularidad se pierde la costumbre espontánea de alternar períodos de trabajo intenso y períodos de inactividad, costumbre que según Thompson corresponde al ritmo natural del ser humano. La división estricta del tiempo regula la disciplina, en la fábrica pero también en la escuela, institución que apunta a domar precozmente la futura mano de obra: en 1775, en Manchester, el reverendo J. Clayton se preocupa al ver las calles invadidas por niños ociosos vestidos con harapos, que no sólo pierden su tiempo, sino que además adquieren el hábito de jugar”. La dimensión represiva de la empresa se hace evidente cuando el teólogo puritano Richard Baxter sugiere, antes de que se generalizara el uso de los relojes de bolsillo, guiarse por el “reloj moral interno”. Más recientemente, en 2005, en Alemania, el ministro de Justicia democristiano de Hesse sugirió “monitorear a los desempleados” a través de “esposas electrónicas” para enseñarles a “vivir a horas normales” (12)… La lógica de la rentabilidad y la competitividad, propia de la actividad económica (“la competencia nunca duerme”), se extiende a todos los ámbitos de la vida. El tiempo libre, más valioso en la medida en que se lo ha ganado, también debe administrarse de manera eficaz. Pero esta renuencia a correr el riesgo de malgastarlo se paga muy caro: da lugar a una discapacidad que, por una vez, se comparte desde lo más alto hasta lo más bajo de la escala social. “En la misma medida que el
explotador, el explotado tiene pocas oportunidades de dedicarse sin reservas a los placeres de la pereza”, escribe Raoul Vaneigem. Ahora bien, “bajo la aparente languidez del sueño despierta una conciencia que el martilleo diario del trabajo excluye de su realidad rentable” (13). Lo que hay que cuestionar, agrega, es la posibilidad de “apropiarse del mundo”, sin la cual este se vuelve “silencioso, frío, indiferente e incluso hostil”. Él habla de un “desastre de la resonancia en la modernidad tardía”. La investigadora Alice Médigue, por su parte, también apunta a un “fenómeno de desapropiación” que mantiene al sujeto contemporáneo en un estado de extrañeza frente al mundo y a su propia existencia (14). Antes del reinado del reloj –que los campesinos cabilas de los años 50, según informa Pierre Bourdieu, llaman “molino del diablo”–, las maneras de medir el tiempo, naturalmente, conectaban a los seres humanos con su cuerpo y su entorno específico. Los monjes birmanos, dice Thompson, se levantaban a la hora en que “hay suficiente luz para ver las venas de la mano”. En Madagascar, un instante se medía según la vara de “la fritura de un saltamontes”… Debido a que está profundamente arraigada en la historia de la modernidad, la crisis del tiempo no se contentará con soluciones superficiales. De allí la cautela con la que deben tenerse en cuenta iniciativas como Movimiento Europeo Slow (“lento”): Slow Food para la gastronomía (15), Show Media para el periodismo, Cittaslow para la planificación urbana, etc. En Estados Unidos, el pensador Stewart Brand supervisa, en el desierto de Texas, la construcción de un “Reloj del Largo Ahora”, que debería funcionar durante diez mil años y así devolverle a la humanidad un sentido del largo plazo. Sin embargo, el proyecto pierde toda su poesía cuando uno se entera de que es financiado por Jeff Bezos, el fundador de Amazon: dudamos de que sus empleados, que deben correr todo el día en locales sobrecalefaccionados, encuentren la obra existencialmente reconfortante….n 1 Fernando Trías de Bes, El vendedor de tiempo, Empresa Activa, Madrid, 2005. 2 Maurizio Lazzarato “La dette ou le vol du temps”, Le Monde diplomatique, febrero de 2012. 3 Hartmut Rosa, Aliénation et accélération. Vers une théorie critique de la modernité tardive, La Découverte, col. “Théorie critique”, París, 2012. 4 Dossier “Mirage des services à la personne”, Le Monde diplomatique, septiembre de 2011. 5 Alice Médigue, Temps de vivre, lien social et vie locale. Des alternatives pour une société à taille humaine, Yves Michel, col. “Société civile”, Gap, 2012. 6 Citado en Francis Jaureguiberry, Les Branchés du portable. Sociologie des usages, Presses universitaires de France, col. “Sociologie d’aujourd’hui”, París, 2003. 7 Citado en Paul Bouffartigue, Temps de travail et temps de vie. Les nouveaux visages de la disponibilité temporelle, Presses universitaires de France, col. “Le travail humain”, 2012. 8 Serge Halimi, “Ya no hay tiempo”, Le Monde diplomatique, octubre de 2012. 9 Ver “Aux sources morales de l’austérité”, Le Monde diplomatique, marzo de 2012. 10 Hartmut Rosa, Accélération. Une critique sociale du temps, La Découverte, París, 2010. 11 Edward P. Thompson, Temps, discipline du travail et capitalisme industriel, La Fabrique, París, 2004. 12 Le Canard enchaîné, París, 4-5-05. 13 Raoul Vaneigem Eloge de la paresse affinée, Ed. Turbulentes, www.infokiosques.net 14 Alice Médigue, Temps de vivre, lien social et vie locale, op. cit. 15 Carlo Petrini, “Por una gastronomía militante”, Le Monde diplomatique, agosto de 2006. *De la redacción de Le Monde diplomatique, Francia. © Le Monde diplomatique, Francia.
Ministerio de Obras Públicas, ServicIOs y Vivienda Viceministerio de Telecomunicaciones
INSTALACIÓN
317
9.839
VIVIENDAS CONSTRUIDAS
antenas
EJECUCIÓN
$us
600
79
telecentros
millones POLIDEPORTIVOS
INVERSIÓN
3.379
INVERSIÓN El Alto
Bs.
77 millones
Bs
millones
Quillacollo
INVERSIÓN
77 millones
$us
Bs
41,8 millones
Inversión total: $us 234,6 millones
RESULTADOS DE GESTIÓN
O T S E U P U S E PR O D A T EJECU bs.10.832 millones invertIdos el 2012
CONSULTA - TIPNIS
% 8 8
INGRESOS
Bs.
807,1
2012 AEROPUERTOS
INVERSIÓN
163,4
Bs.
millones
millones 269 radiobases de internet 182 radiobases de telefonía 339 municipios con cobertura de telefonía movil
55
comuinidades aceptaron la construcción de la carretera
INVERSIÓN Estado Plurinacional de Bolivia
Ministerio de Obras Públicas, Servicios y Vivienda
$us
98 millones