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ESTRUCTURA
La construcción de la Torre Eiffel implementó todo avance tecnológico, estructural y de ingeniería de la época, siendo todo un hito en la historia de la arquitectura estructural. Levantada en un tiempo récord de dos años, dos meses y 5 días, la torre más alta del mundo hasta entonces deleitó e impresionó a los parisinos y visitantes extranjeros durante la última década del siglo XIX. Compuesta de hierro en toda su estructura, la torre implementó dentro de su composición diversos espacios y tecnologías para hacer aún más innovadora su naturaleza, y a futuro, convertirse en un atractivo turístico bastante rentable para la ciudad.
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Contrario a muchas otras obras construidas para las exposiciones universales, la Torre Eiffel permaneció intacta después de su gran debut. El tiempo haría que diversas amenidades fuesen apareciendo dentro de su estructura, así como que su altura incrementara mediante el cambio de antenas hasta alcanzar los 330 metros de altura, siendo la estructura más alta del mundo por alrededor de 40 años. Hoy la estructura cuenta con tres niveles, siendo los dos primeros de acceso turístico con amenidades como bares y restaurante de fama parisina, y en la cima, un mirador con faro que ofrece una vista increíble panorámica de la capital parisina.
Otro de sus atractivos es su espectacular vista nocturna, revestida de luces en toda su estructura, resaltando del panorama nocturno y urbano de la ciudad como una estela brillante, naturaleza luminosa que le daría fama a comienzos del siglo XX. Como dato curioso destaca que la torre no puede ser filmada o fotografiada de noche hoy en día debido a cuestiones de derechos de autor sobre la estructura y su imagen recubierta de luces durante la noche.
La Torre Eiffel es hoy el atractivo turístico más visitado no solamente de París sino de todo el mundo, atrayendo a 7 millones de visitantes al año, una cifra récord que se justifica debido a la magnificencia de la estructura, su tamaño, diseño que transporta al pasado mismo de París y las posibilidades de ver la ciudad desde sus múltiples niveles en una experiencia fascinante.
París es reconocida por su gran afición a las artes, la cultura y la historia, siendo los franceses ávidos amantes de la preservación de objetos de gran importancia cultural como artística. No por nada la capital de Francia es una urbe repleta de arquitectura, escultura y arte por donde se mire, todo lo anterior en perfecto estado de conservación, demostrando que el pueblo parisino procura mantener su legado cultural en óptimas condi- ciones. Y no solamente en sus calles podemos apreciar su ímpetu por las artes y la arquitectura, sino también en sus múltiples museos distribuidos a lo ancho de la zona urbana parisina, destacando de todos ellos el museo nacional de Francia, mejor conocido como el Louvre, el famoso museo que alberga las obras más importantes del arte anterior al impresionismo, una gran legado arqueológico, y claro, la joya de su corona: la Gioconda.
Reuniendo la mayor colección de arte del mundo en un palacio de proporciones monárquicas, el Louvre es el museo más importante de toda Europa, y tal vez del mundo, tanto por las obras que en sus galerías se exhiben como por su importancia cultural e histórica, siendo este museo el precursor mismo de la exposición de arte de manera pública, teniendo como antecedente la propia revolución francesa que propició la exhibición de las colecciones privadas de manera libre, algo poco común en la Europa dominada por las monarquías. Siendo hoy el museo más visitado de todo el mundo, modelo para la museología, y todo un deleite cultural, arquitectónico e histórico, conozcamos el porqué el Louvre se ha ganado a pulso su lugar en la historia de la cultura universal.