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Visión para crecer/No dejes para mañana lo que puedes hacer pasado mañana

Visión para crecer

NO DEJES PARA MAÑANA LO QUE PUEDES HACER PASADO MAÑANA

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Por: Emilio Pineda Sotelo

uando escuché por primera vez el verbo “procrastinar”, me pareció una palabra horrible. Demasiadas consonantes juntas, de difícil pronunciación y con una sonoridad más adecuada para un término relacionado con el funcionamiento de una máquina o algo así. Pero no es así. Esta palabra tiene relación con un mal hábito que tenemos la gran mayoría de las personas en el mundo y que es responsable, en muchas ocasiones, de nuestro fracaso en la solución de problemas o en el alcance de nuestras metas. Veamos de qué se trata: Procrastinar es el acto voluntario de postergar cualquier actividad; es dejar las cosas para después, es el mexicanísimo “ahorita” que alude a una temporalidad indefinida y que hasta puede convertirse en un plazo infinito. En pocas palabras, es ese acto que se traduce en un lema deformado que reza: “no dejes para mañana lo que puedes hacer pasado mañana”.

Aunque se han hecho estudios superficiales sobre la procrastinación no existen datos contundentes, sin embargo, algunas aproximaciones señalan que este mal hábito se presenta en el 95% de las personas. No obstante, el 20% de las personas pueden ser consideradas procrastinadoras frecuentes o crónicas. La estadística también ha mostrado que este fenómeno se presenta con mucha mayor frecuencia en el género masculino.

Es importante recordar este elemento de la definición: es un acto voluntario de postergación de las actividades. Es decir, que la gente decide de manera consciente dejar para después lo que tiene que hacer. Junto con ello elabora una serie de argumentos que buscan justificar ese aplazamiento, aunque en la mayoría de las ocasiones sólo se trata de pretextos. Hay quienes afirman que trabajan mejor bajo presión, que si se dan tiempo les llegarán mejores ideas, que ese no es el momento para hacer las cosas y es mejor esperar, y muchos argumentos más que pueden ir de lo creativo a lo absurdo.

¿Pero qué es lo que origina el mal hábito de la procrastinación?

Desde un punto de vista externo a la persona que procrastina podemos hablar de una falta de organización. La persona no es capaz de poner orden entre sus tiempos y sus actividades, por lo tanto vive en un permanente caos que le satura mentalmente y que le quita la motivación para hacer cualquier cosa.

Desde un punto de vista más metabólico podemos afirmar que la procrastinación tiene que ver con el cansancio o el agotamiento de la persona, lo que hace que prefiera dejar las cosas para después, ya que no se siente con deseos o ánimos de hacer nada por el momento. Aquí puede estar presente una enfermedad.

Así pues podemos darnos cuenta que las raíces fundamentales de la procrastinación tienen que ver con la organización y con la motivación, un asunto externo que quita orden a las actividades y un asunto interno que tiene que ver con la esencia misma de la persona.

Evidentemente este es uno de los mayores problemas en el ámbito de la educación, ya que los estudiantes no progresan en su aprendizaje debido a este tipo de malos hábitos. También afecta de una manera importante al trabajo en las empresas y organizaciones, retrasando el cumplimiento de objetivos y reduciendo los índices de productividad.

Los psicólogos también plantean que la procrastinación es esencialmente un problema de autorregulación, ya que no fuimos enseñados a manejar nuestras prioridades, objetivos y tiempos en la cotidianidad. La autorregulación también tiene que ver con el aspecto emocional, ya que el reconocimiento y la gestión adecuada de las emociones están íntimamente relacionados con la regulación de muchos aspectos de nuestra vida cotidiana.

Ya hemos visto la problemática que presenta la procrastinación en nuestra vida personal y la vida de las organizaciones, por lo que es momento de preguntarnos qué podemos hacer para alejarnos de este mal hábito y ser mucho más eficientes.

Antes de ver las claves principales tenemos que decir que si cumplimos las metas en tiempo y forma adecuadamente, no importa si se trata de metas personales o de la organización en la que nos encontramos, lo que vamos a lograr es que seremos mucho más productivos, lograremos objetivos en menos tiempo, tendremos aprendizajes sumamente valiosos para todo lo que nos proponemos, y lo más importante: que nuestro cerebro empezará a entender y a sentir lo que significa terminar una meta. Esto último es sumamente motivacional, ya que una vez que nuestro cerebro y nuestras emociones se dan cuenta que somos capaces de alcanzar metas, entonces nos llega una gran motivación y queremos más de este estímulo, por lo tanto planteamos nuevas metas y las cumplimos con mayor eficiencia. Si podemos darnos cuenta, esto es justamente el inicio de un círculo virtuoso. Ahora sí veamos una estrategia interesante para cumplir adecuadamente nuestras metas:

El Plan de Vuelo.

En el libro El Plan de Vuelo del autor Brian Tracy, se plantea una metáfora que tiene que ver con lo que hacen los pilotos antes de iniciar un viaje. Supongamos que un piloto quiere volar de la Ciudad de México hasta la ciudad de Nueva York, esta es una forma muy interesante de mirar nuestro objetivo más importante. Del mismo modo nosotros visualizamos aquello que queremos alcanzar, esa meta lejana que tenemos muchos deseos de ver cristalizada. Bien, pues a diferencia de nosotros, un piloto no se queda simplemente con la ilusión de algún día llegar a Nueva York. No, tiene que llegar en una fecha y hora perfectamente determinadas, y si no cumpliera con esa meta obviamente el piloto se quedaría sin trabajo. Así que lo que se necesita hacer es un plan de vuelo.

Antes siquiera de avanzar unos metros con el avión, el piloto tiene que desarrollar una serie de procedimientos. Primero tiene que hacer una revisión completa de la aeronave, junto con los especialistas correspondientes, para asegurarse que será un viaje seguro y confortable para la tripulación y los pasajeros; después tendrá que verificar junto con su copiloto la ruta que debe seguir, tan simple como iniciar el trayecto hacia la pista principal y pedir autorización a la torre de control para despegar. Todo esto debe estar planteado desde mucho antes de que el avión comience a moverse. Mientras todo esto pasa, los pasajeros empiezan a abordar la aeronave y con la ayuda de los sobrecargos podrán verificar que todos se encuentran a bordo.

El avión ni siquiera se ha movido y el piloto ya tiene que verificar que todo está listo para iniciar el viaje. Se ha capacitado para ello, tiene el conocimiento, va acompañado de otras personas que tienen funciones específicas durante el proceso, la aeronave se encuentra en óptimas condiciones y los pasajeros ya están a bordo. Una vez que todo esto ha sido verificado ahora sí se tiene que dar el primer paso. El avión se aleja de la zona de abordaje y empieza a “carretear” por una pista secundaria para acercarse a la cabecera de la pista principal. Todo esto ocurre junto con las instrucciones que la torre de control le va dando para que ningún avión sufra un percance o un encuentro con otra aeronave.

Listo, el avión ha llegado a la cabecera de la pista. La torre de control es informada y ésta da la instrucción para que el avión despegue. El piloto pone su mano en el acelerador de los motores y éstos rugen con fuerza. ¡Con toda su potencia inicia el despegue!

Con este ejemplo lo que queremos dar a entender es que también en nuestra vida podemos fijarnos una meta lejana, pero tenemos que planear adecuadamente desde el primer paso que vamos a dar para alcanzar dicha meta. No se trata solamente de ver el destino, también es importante mirar todos los pasos que ocurrirán durante el viaje.

Nuestro plan de vuelo ante cualquier objetivo tiene que ser justamente un análisis de los plazos en los que queremos cumplir nuestra meta y los pasos que debemos dar para llegar a ella. Desde el paso número uno hasta el último de ellos. Teniendo todo esto claro estaremos mucho más motivados para alcanzar las metas. ¿Estamos listos para despegar? Todos sus comentarios son bienvenidos en comunicreando@gmail.com

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