Reflexiones La devolución del dinero

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Por: Redacción

LA DEVOLUCIÓN DEL DINERO

“Al cambiar los tiempos, ha cambiado el modo de hacer negocios” Imagen Óptica

i su óptica todavía maneja el antiquísimo y odioso lema de: “Salida la mercancía no se admiten devoluciones”, déjenos decirle (con todo el respeto que nos merece) que: Se quedó usted anclado en el pasado.

Ya hace algunos años que, en México, una gran tienda departamental (que sobrevive a pesar de la feroz competencia actual) rompió el viejo paradigma, al adoptar un lema revolucionario para esa época: “Su completa satisfacción o la devolución de su dinero”.

Estamos seguros de que a miles de clientes les pasó con otras empresas: adquisición de productos de mala calidad, que frustraban al comprador mientras engordaban la caja de empresarios mañosos. Y no había forma de defenderse.

Tuvieron que pasar los años para que, los mexicanos bien intencionados, contáramos con un organismo oficial que nos defendiera de los mexicanos abusadores. Es cuando surge la Profeco.

Nos están poniendo la muestra las empresas que venden productos por televisión: si después de equis tiempo el producto no te satisface, lo devuelves y punto, ellos te devuelven tu dinero. Y, por si fuera poco, le advierten a uno que no investigarán el porqué de la devolución.

Es obvio que esta postura genera con- fianza hacia el proveedor y, de seguro, invita al cliente a seguir comprando.

La pregunta obligada es: ¿Cuál es la política de su óptica? ¿Ganar mucho con clientes insatisfechos o rodearse de clientes que le dejen poco o mucho, pero que vuelvan a comprarle y –lo mejor– que lo recomienden?

Dejemos en el pasado el viejo paradigma y subámonos al carro de la modernidad.

Sea empático. Si usted es el cliente, en igualdad de circunstancias, a dónde prefiere acudir: ¿a un negocio que, en caso de insatisfacción, le niega la oportunidad de devolverle su dinero o a uno que da prioridad a la satisfacción del comprador y pone en segundo plano su ganancia como empresa?