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Gestión Óptica La resiliencia en una nueva realidad en nuestras

Gestión Óptica Gestión Óptica Gestión Óptica

Por: Ivonne Vargas Hernández

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La resiliencia en una nueva realidad en nuestras vidas

Sólo entre 35 y 65% de las personas son resilientes, con capacidad de cambiar después de la adversidad.

arlos y Verónica, dos profesionales con un cargo de gerencia, fueron despedidos por sus empresas hace siete meses, como producto del impacto económico por la pandemia. Ambos se preguntaron ¿qué pasó? Estaban tristes, apáticos, ansiosos por perder sus salarios y -de alguna manera- la vida laboral a la que estaban acostumbrados.

Para Verónica, tal estado de ánimo ha sido pasajero. Después de un mes se dijo a sí misma: “No eres tú, es la economía, la situación en México y en muchos otros países. Soy buena en lo que hago, estoy segura de que alguien requerirá mis habilidades y es el momento de buscar ayuda”. Recurrió a su red de contactos, ha presentado más de 10 proyectos como independiente y algunos han sido aprobados.

Carlos, por su parte, ha tenido varios episodios de ansiedad. Repite con frecuencia que el mercado de trabajo es injusto porque exige trayectorias sobresalientes, pero mal salario y mucha exigencia. Carlos y Verónica (dos personas de la vida real) están en extremos opuestos sobre cómo reaccionar a una dificultad. En el primer caso hubo una recuperación rápida después de un período de crisis.

Ella ocupó esta vivencia para llevar su experiencia y formación al trabajo independiente. Él aún desconfía del mercado, casi al grado de paralizarse para compartir su currículum en otras industrias.

¿CÓMO FUNCIONA LA RESILIENCIA?

Formación, edad y puestos similares. La diferencia está en cómo enfrentaron la situación. Centrarse en el enfoque de cómo reaccionar es la base para tener la capacidad de interiorizar aprendizajes para salir adelante de un trauma. Eso es la resiliencia, tener actitud enfocada en bienestar, dice Ilona Boniwell, directora de la maestría en Psicología Positiva en la Universidad Anglia Ruskin, en el Reino Unido.

SE TRATA DE CAMBIAR, NO SÓLO DE SUBSISTIR

Boniwell, también profesora de gestión positiva en la Escuela de Negocios Hec, en Francia, acota sobre la resiliencia que suele pasarse por alto su dualidad. Esto significa que se asocia esta destreza a salir de una crisis como mejor podamos, no con una intención real de transformarnos.

De acuerdo con investigaciones de la académica, sólo entre 35 y 65% de las personas tienen la capacidad de cambiar después de la adversidad. Bajo este entendido, la resiliencia se queda ‘trunca’.

¿CÓMO DAR EL SALTO HACIA LA TRANSFORMACIÓN?

Me atrevo a decir que no hay persona que, de una u otra forma, no haya tenido el impacto de la pandemia. Como referencia lo que sucede en América Latina; en México suman más de 12 millones los empleos perdidos por Covid-19. Mientras en Latinoamérica, al menos 34 millones de puestos se han perdido por esta causa, según un informe realizado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Veamos esto en cifras: (Ver imagen en la siguiente columna). Bajo este tipo de impactos, puede decirse que la mayoría de las empresas y muchas personas, han pasado por la primera fase de la resiliencia, que consiste en mantener a los colaboradores seguros en cuestión de salud, incorporando nuevos modelos de trabajo y en la resolución de problemas operativos para evitar interrupciones en la cadena de suministro.

Sin embargo, el paso que sigue, que es reinventarse, no siempre se cumple. Para ello es importante identificar acciones sostenibles, que podamos aplicar una y otra vez para desafiar las crisis que se presenten y, tener como meta última, cambiar. Las herramientas para llegar a este punto son varias, una de ellas es abordar las dificultades desde la perspectiva de cómo generar bienestar tras momentos difíciles.

Conozco casos de empresas que optan por aplicar una herramienta de la psicología positiva, un enfoque científico para estudiar la felicidad y el bienestar, que consiste en crear una ‘caja de herramientas emocionales”. Literal, se pide a todos los colegas que en un buzón virtual coloquen ideas sobre qué puede funcionar para sentirse mejor tras un período de crisis, o, sencillamente, mejorar su estado de ánimo. Otras acciones que han sido documentadas en organizaciones y no requieren un gran desembolso económico, pero sí tiempo y un cambio de mentalidad, son las siguientes: • Subdividir un objetivo en submetas semanales ayuda a generar una estructura más fluida de trabajo en un momento VUCA como el que se vive (acrónimo en inglés que representa Volatility (Volatilidad), Uncertainty (Incertidumbre), Complexity (Complejidad) y Ambiguity (Ambiguedad). El efecto de trabajar así es mejorar la habilidad de priorizar y, por consiguiente, de enfrentar un problema. • Hay que “reenfocar la situación”, esto implica imaginar la mejor respuesta para el problema y comparar eso con el peor escenario que se pueda vivir. Para ello, se pueden utilizar herramientas como el método ABC (Activación, creencia, consecuencia), de la psicóloga Karen Reivich. A. Identificar lo que acciona un hecho. B. Cuál es el pensamiento, la creencia que viene de momento. C. Analizar cómo las creencias dan forma a la calidad de los sentimientos que presenta la persona (ansiedad). • Es muy valioso cuestionarse, con más frecuencia , ¿puedo poner mi mente en otra cosa?

Es una herramienta conocida como ‘distanciamiento del problema’. La idea es que la persona olvide, en apariencia y por un tiempo, la dificultad que vive concentrándose en nuevos propósitos y herramientas (mindfullnes, por ejemplo) para enfrentar el problema. Para entender con más detalle el fenómeno del cambio en la resiliencia, recomiendo la siguiente lectura: Mindset: The New Psychology of Success (Dweck, Carlos).

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