5 minute read

Construyamos organizaciones habitables

INFO COVID-19

LC Melissa Díaz Barriga Rodríguez

Advertisement

UNAM

urante mucho tiempo, el mundo laboral vivió una situación crítica en la que el factor humano había perdido toda importancia y la productividad se convirtió en el mantra de una sociedad sometida al rendimiento y a la producción. En este escenario, hablar de una organización habitable pareciera una utopía. Sin embargo, el panorama actual que ha resultado de la pandemia por COVID-19 nos lleva a reflexionar acerca de las prácticas organizacionales del país y a preguntarnos de qué manera podría darse un cambio.

El paradigma predominante en el ámbito empresarial es el de la gestión de estilo piramidal, es decir, un estilo de poder caracterizado por el verticalismo y la obediencia ciega. En este modelo, cada elemento de la organización está mirando hacia la casilla de arriba, hacia el jefe. (Hunter, 1996). Es importante que recordemos que la organización, entendida como un espacio de producción, es el lugar en donde transcurre una buena parte, sino es que la mayor parte, de la existencia del hombre (Ávila, 2006). He aquí la importancia de crear dentro de las organizaciones un ambiente adecuado cuyas condiciones permitan al trabajador laborar no sólo productivamente, sino, simultáneamente, satisfaciendo sus necesidades personales. Los tiempos han cambiado, y los conceptos de éxito y productividad, también. Ahora las personas buscan trabajar en una organización que satisface sus necesidades.

No cabe duda que es necesario revalorar a los colaboradores dentro de las organizaciones, darles la importancia que se merecen y hacer a la organización habitable, en el sentido de crear un entorno en el que las necesidades del trabajador cobran relevancia, pero ¿de qué manera es esto posible?

Es necesario un cambio de práctica, y de pensamiento. Los empleados y clientes, que antes no figuraban en la estructura jerárquica, se vuelven ahora un pilar importante de los procesos y la generación de ideas.

Asimismo, es necesario replantearse el papel de la comunicación dentro de las organizaciones mexicanas. La comunicación en la empresa está marcada por el mandato y se utiliza, en muchas ocasiones, como un medio de control, más que como un medio de interacción que propicia la formulación de propuestas. A pesar de que toda organización humana está por naturaleza, dotada de la capacidad comunicativa, en México pocas, muy pocas hacen un uso consciente y eficaz de esta capacidad (Ávila, 2006). Es tiempo de darle a la comunicación una función verdaderamente estratégica y mediadora, que permita crear las condiciones necesarias para mejorar y salir victoriosos. Optimizar los procesos de comunicación es una necesidad en tiempos en los que humanizar a las empresas e instituciones es una exigencia.

Pero esta optimización incluye cambios estructurales. Las organizaciones mexicanas deben cambiar, necesitan cambiar; aquella empresa que no revisa sus planteamientos y sus métodos, queda desfasada. La mejora continua es crucial tanto para las personas como para las organizaciones, porque nada en esta vida es permanente. Esto nos lleva por caminos difíciles pues dentro de la organización confluyen una serie interminable de intereses, percepciones, valores, experiencias y hábitos; cada una de las personas que la conforman ejerce su influencia sobre todo el conjunto y es, a la vez, influenciado, y la mayoría de las veces estos intereses se contradicen y se enfrentan. De ahí, que los procesos de cambio sean traumáticos para las organizaciones y para las sociedades.

Es aquí donde podemos hablar de una organización habitable. Y por organización habitable no nos referimos a un lugar siempre feliz y tranquilo, sino a un espacio de interacción común, de desencuentros y desgastes, pero que está siempre abierto al cambio. En su apertura radica su habitabilidad. La habitabilidad radica en entenderse abierta al futuro, al cambio. (Serrano, et.al., 2001)

Si vemos a la organización habitable como una organización abierta, flexible y que, además, es capaz de generar las condiciones necesarias para satisfacer las necesidades de sus trabajadores, podemos darnos cuenta de la encrucijada a la que nos enfrentamos. Pues si bien las organizaciones pueden declararse abiertas al cambio, en la práctica encontramos que muchas veces sus acciones no concuerdan con los ideales que proponen; por ello podríamos pensar que la construcción de una organización habitable es casi una utopía.

Pero no lo es. Es momento de que jefes y directores comprendan que los hombres pasan una gran parte de su vida en el mundo laboral y sin embargo, no son felices. Es importante construir una organización donde unos y otros convivan (aún dentro del conflicto) con el objetivo de alcanzar el bien común.

Sin duda, la pandemia ha traído desafíos y efectos negativos para muchos negocios y personas, pero también nos ha dado la oportunidad de detenernos un momento a reflexionar acerca de lo que hemos venido haciendo y cómo lo hemos estado haciendo; pero, sobre todo, nos ha despertado. Hemos abierto los ojos y nos hemos preguntado: ¿qué es necesario cambiar? ¿Qué puedo hacer mejor?

Es momento de un cambio que debe empezar por los mismos profesionales. No podemos continuar con la idea de que las empresas o negocios se componen por personas que trabajan para un jefe. Es necesario humanizarnos y conectar nuevamente con nuestras necesidades. Es momento también de revalorar el papel de la comunicación como mediadora entre los intereses de la empresa y del trabajador. La comunicación une a la empresa y al trabajador, y debe hacerlo de tal manera que ambos subsistan y encuentren satisfechas sus necesidades (Juárez, 2006). De este modo, la comunicación no será más un mero instrumento para lograr la eficiencia, sino una herramienta de unión y gratificación humana.

Bibliografía

Hunter, James C. La paradoja, relato sobre la esencia del liderazgo, México, Ediciones Urano, 2013. Mayntz, Renate. Sociología de la organización, Madrid, Alianza

Universidad, 1990. Ávila Guzmán, Javier. “La comunicación organizacional en

México: situación retos y perspectivas”, en Antología de

Textos de Comunicación Organizacional, 2006. Juárez, C. Diego. “Atisbos y Abismos para investigar la

Comunicación Organizacional desde una perspectiva ecológico- existencial”, en Antología de Textos de Comunicación Organizacional, 2006. Serrano, Rafael, et.al. La organización habitable, 2ª edición,

México, SyG, 2011. Etzioni, Amitai. Organizaciones modernas, México, UTHEA, 1986. Crozier y Friedberg. El Actor y el Sistema, México, Alianza Editorial Mexicana, 1990.

This article is from: