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Carretera Y Canta By Izaskun Zubillaga

CARRETERA Y MANTA

BY IZASKUN ZUBILLAGA

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UN ROAD-TRIP POR ESTADOS UNIDOS, PARTE I. FLORIDA Y GEORGIA

Los Estados Unidos de América tienen algo especial. Posiblemente, el hecho de haber visto sus ciudades y su cultura plasmadas en las obras cinematográficas que tanto hemos disfrutado tenga mucho que ver. Si no hubiera sido por series como Full House (Padres Forzosos) o Charmed (Embrujadas), quizá no habría tenido tantas ganas de visitar la ciudad de San Francisco desde que tengo uso de razón (¡y qué ciudad más bonita!). Además, como actriz y cinéfila me llama la atención poder conocer los lugares en los que se han rodado algunas obras o en las que se inspiraron algunos artistas. Eso, unido a que viajar a Estados Unidos es como entrar en una película con sus escenas cómicas, espectaculares y de acción (ya te contaré algún día sobre estas últimas que viví en Los Ángeles hace unos años), hace que nos atraiga aún más.

Hasta la fecha, he tenido la suerte de poder realizar dos road-trips en Estados Unidos y, en mi opinión, es la mejor manera de conocer este país y sus rincones más hermosos. Voy a empezar por el último. En esta ocasión, mi familia y yo llegamos al aeropuerto de Miami debido a que los billetes de avión eran mucho más asequibles. Ahí, alquilamos un coche y aprovecha-

mos para hacer un par de paradas en Florida antes de llegar a Georgia, donde nos quedaríamos aproximadamente un mes. Por supuesto, planeamos alguna excursión de un día por Atlanta y alrededores, y alguna escapada más larga a Nashville y Chattanooga en Tennessee, antes de recorrer la costa caribeña de vuelta a Miami. ¿Hacemos un road-trip?

Everglades

Después de un buen desayuno americano consistente en tortitas con fruta y chocolate para los golosos como yo y huevos, bacon y hash browns para quienes prefieren lo salado, nos dirigimos a los Everglades. Si alguna vez has visto CSI: Miami seguramente recuerdes los humedales y los airboats o hidrodeslizadores (embarcaciones propulsadas por una hélice de aviación) en los que se desplazaban. A nosotros nos hacía mucha ilusión un paseo en airboat, así que, después de asegurarnos de que era seguro para un bebé de ocho meses, nos acercamos a una de las empresas que

los oferta. ¡Fue una experiencia inolvidable! Al llegar, un experto nos explicó curiosidades sobre los caimanes que habitan en los Everglades mientras nos mostraba una cría que tenían protegida y a la que dejarían en libertad cuando adquiriera el tamaño adecuado, y nos permitió acariciarla respetuosamente (nos dijo cómo hacerlo para no molestarla ni dañarla). Después, nos enseñó una pitón y una tortuga carnívora. Resultó impresionante verlos tan de cerca, pero lo más sorprendente para mí fue ser testigo de la confianza mutua que tenían aquel hombre y los reptiles.

Entonces, llegó el momento del paseo en airboat. Nos ofrecieron algodones para los oídos y unos cascos anti ruido para el bebé, ya que es increíblemente ruidoso, y nos adentramos en los humedales. De vez en cuando, el guía paraba el motor para explicarnos alguna curiosidad, ver algún caimán descansando a la sombra o disfrutar de las hermosas vistas y las aves. ¡Y cuánto nos alegramos de habernos aplicado repelente de mosquitos!

Cabo Cañaveral. Kennedy Space Center

Rumbo al norte por la costa este de Florida llegamos a Cabo Cañaveral, lugar escogido por la NASA para realizar lanzamientos espaciales. Algo que yo desconocía es que a lo largo del año hay bastantes lanzamientos programados y se pueden presenciar. A nosotros no nos coincidió ninguno durante nuestra visita, por lo que

disfrutamos del Kennedy Space Center, uno de los museos de la NASA. Me impactó poder ver una réplica a tamaño real del famoso transbordador Atlantis y aprender muy detalladamente sobre la vida de los astronautas en el espacio. Además, tienen actividades interactivas divertidas para niños y adultos. Por otro lado, algunas partes del museo nos decepcionaron, y es que no esperábamos que el jardín botánico estuviera repleto de plantas falsas, ni que la experiencia del entrenamiento de los astronautas no estuviera incluida con la entrada. De todas formas, me resultó muy interesante. Cuando ya estábamos terminando nuestra visita, se desató una tormenta de esas en las que ni un paraguas te salva de calarte hasta los huesos, así que corrimos al coche y fuimos a disfrutar de una comida típica sureña. Como persona que apenas come carne ni pescado, reconozco que los platos veganos que preparan son una delicia.

RUMBO AL NORTE POR LA COSTA ESTE DE FLORIDA LLEGAMOS A CABO CAÑAVERAL, LUGAR ESCOGIDO POR LA NASA PARA REALIZAR LANZAMIENTOS ESPACIALES

Savannah y Typee Island. Georgia

Continuando con nuestro viaje hacia Atlanta, nos despedimos de Florida y nos adentramos en Georgia donde disfrutamos de Savannah. Conocida por haber sido escenario de películas como Forrest Gump (aunque sustituyeron el banco por un cartel) o The Last Song (La Ultima Canción), Savannah es una de las

ciudades más antiguas y diversificadas de Georgia gracias a la llegada de judíos portugueses y españoles huyendo de la inquisición, así como de inmigrantes irlandeses y franceses hacia el siglo XIX. Esta mezcla cultural se aprecia claramente en la arquitectura de la ciudad con sus luces en la puerta de algunas casas, como marca la tradición irlandesa, los parques y las banderas europeas izadas al viento. Por otro lado, ha sido apodada “la ciudad más hechizada” de Estados Unidos con sus más de 80 cementerios y sus 50 edificios encantados.

Sin embargo, Savannah se quedó guardada en mi corazón al descubrir que fue donde nació y vivió Johnny Mercer, compositor de innumerables piezas musicales para cine, muchas de ellas premiadas, como Moon River para Breakfast at Tyffany’s (Desayuno con diamantes) con Audrey Hepburn. Sin duda, mi película favorita de todos los tiempos.

Paseando por su calles y escuchando música de artistas callejeros, llegamos al río. Mientras cruzaba un barco de vapor, al estilo de los que navegaban por el Mississippi, nosotros descansábamos y sacábamos fotografías. Esa zona estaba llena de locales artísticos, vintage y bohemios, así como de bares y restaurantes. Sin embargo, no nos quedamos a comer en Savannah.

Con hambre y muchas ganas de pisar la playa, decidimos acercarnos a Tybee Island, a unos 28km de distancia. Se trata de un pueblo costero con casas realmente coloridas y decoración marítima y surfera en su mayoría. Igualmente, predominan las tiendas de material para realizar deportes acuáticos, así como bares y restaurantes con ambiente veraniego. Debido a que viajábamos con

Trixie, la perra que tiene mi hermana, y en esa playa no están permitidos los perros, buscamos un restaurante con terraza en primera línea de playa y nos turnamos para refrescarnos los pies en el océano Atlántico mientras nos servían la comida. Cabe mencionar que las playas que he visitado en Estados Unidos son inmensas, de esas en las que no se puede ver dónde empiezan ni si tienen un fin.

Ya con el estómago contento y arena y sal en los pies, seguimos nuestro camino hasta Atlanta, donde vive mi hermana y, por lo tanto, donde nos quedaríamos aproximadamente un mes haciendo excursiones por la ciudad y alrededores, y escapadas a Tennessee.

Pero eso te lo cuento en el próximo número de la revista Fetén.

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