ELEPHANTIDAE
“LA OBRA MAESTRA DE LA NATURALEZA ES EL ELEFANTE” John Donne. Por: Cristina Rodrigo Directora en España de ProVeg
Cuando a mis 29 años decidí hacer el típico viaje transformador, elegí Tailandia como destino. Lo hice porque quería cuidar elefantes, y no se me ocurrió mejor lugar para hacerlo que este país asiático. Tailandia y su cultura están tan fuertemente ligadas a los elefantes que hasta 1917 aparecían en su bandera. Por desgracia, actualmente en TAILANDIA HAY MENOS DE 10.000 ELEFANTES Y LA MAYORÍA VIVE EN CAUTIVERIO. El principal motivo de su desaparición es la destrucción de
su hábitat. Irónicamente, fueron los propios elefantes quienes destruyeron su hogar, pues durante años la industria maderera los explotó como mano de obra. En 1989 el gobierno tailandés prohibió la tala y los elefantes y sus propietarios tuvieron que buscar otras formas de subsistir. Muchos de ellos se trasladaron a las ciudades a pedir dinero en las calles. Esta situación resultaba muy estresante para unos animales tan sensibles como los elefantes, lo que provocaba que causaran numerosos incidentes. Por eso, también se prohibió limosnear con elefantes en ciudades, dejando de nuevo a elefantes y propietarios sin saber cómo ganarse el pan. Fue entonces cuando los santuarios de elefantes comenzaron a popularizarse. Pero, este este futuro que a priori parecía esperanzador, se truncó en el camino. Proliferaron los falsos santuarios, una forma más de explotar a estos bellos paquidermos con fines turísticos. Y reconocerlos no es tarea fácil. Así lo pude comprobar en mi viaje a Tailandia, donde fui voluntaria en uno de estos falsos santuarios de elefantes. Nada más llegar, me llevé el primer bofetón de realidad. Centenares de turistas se agolpaban para alimentar a las elefantas que esperaban su turno encadenadas. Mientras las elefantas esperaban a ser alimentadas por los turistas, observé que muchas de las elefantas presentaban movimientos repetitivos (estereotipias), consecuencia no solo
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