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Sry Lanka

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Marta Poveda

Marta Poveda

SRI LANKA SALVAJE

Texto y Fotos: María Rosselló

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Creo firmemente que todos los viajes cambian algo en tu interior. Conocer otra manera de vivir, otros paisajes, otras culturas es enriquecedor en todos los sentidos. Pero puedo decir, sin ninguna duda, que Sri Lanka ha sido y será siempre el viaje de mi vida.

Esta pequeña isla al sur de la India es un paraíso y cumple expectativas muy diversas para el viajero. Si te gusta el surf, en el sur y sureste de este atolón disfrutarás. Si eres una persona espiritual y/o amas el trekking, las ciudades antiguas como Polonnaruwa, Anuradhapura y Sigirifue en esta maravillosa isla donde realmente los pude observar en plenitud y me sentí totalmente conectada y muy afortunada. La gran diferencia es poder ver a

los animales en libertad. Sri Lanka

ofrece infinitas posibilidades, pero he aquí mis imprescindibles.

Pinnawala, una aldea cercana a la capital, famosa por albergar un orfanato de elefantes que cuida a casi 100 elefantes huérfanos o heridos en la selva. Se puede visitar el centro, demasiado turístico, por lo que quisimos ver exclusivamente el baño de los elefantes en el río Ma Oya (todos los elefantes del orfanato se desplazan cada mañana al río

SRI LANKA ESTÁ CONSIDERADO COMO EL SEGUNDO MEJOR DESTINO PARA SAFARIS DESPUÉS DE ÁFRICA Y CUENTA CON 100 ÁREAS DE ESPACIO PROTEGIDO

ya llenarán tus anhelos. Y así podría seguir con cada zona de la isla, porque cada rincón tiene algo especial y sus gentes y su cultura no te dejarán indiferente.

De momento voy a contaros el regalo que me ofreció Sri Lanka, y no es otro que su abundante, exótica y

salvaje fauna.

Profeso un gran amor y respeto por los animales y la naturaleza desde niña pero, como muchos europeos, no había visto gran variedad de especies en libertad hasta que empecé a viajar a países más lejanos. Y cercano y puedes verles disfrutar de su paseo, su baño y sus juegos a muy poca distancia). Sin duda fue el mejor momento del viaje. La experiencia de poder ver a una

treintena de elefantes en libertad,

dejándose bañar y cepillar por sus cuidadores, echándose agua con la trompa, jugando entre ellos... te hace sentir muy pequeña y a la vez inmensamente afortunada por permitirte ser un espectador en primera fila. Incluso pude tocar la trompa de varios porque se acercaban sin miedo. ¡Es un lujo verles libres, felices y sanos! ¡Son enormes y preciosos!

Os recomiendo que en algún momento de vuestra vida podáis deleitaros con esta estampa.

La lágrima de la India (así se la denomina a Sri Lanka) es conocida además por sus numerosos parques

naturales. Se la considera como el segundo mejor destino para safaris después de África y cuenta con 100 áreas de espacio protegido. Qué parque elegir dependerá de la especie que tengas mayor interés en contemplar y también de la zona en la que te encuentres (ya que aunque la isla no es muy grande, las distancias sí son muy largas). El parque nacional Yala es famoso por el leopardo, Minneriya por los elefantes, Wilpattu por sus lagos... Mi elección fue el parque nacional

Udawalawe.

Existen varias maneras de realizar el safari, pero recomiendo previamente reservar con un guía, de esta forma él se encargará de las entradas, de conducir y de ir narrando lo que vamos viendo, además de conocer perfectamente el terreno.

La salida se realiza antes del amanecer, aún de noche nos adentramos en la reserva en un 4 x 4. Es un gran privilegio ver a los animales; tú eres el visitante, tú estás en su hogar y según la suerte de ese día verás más o menos cantidad y diversidad. Resulta muy emocionante observar la vegetación, escuchar los sonidos,

NO SÓLO ES UN PAÍS CON UNA FAUNA MUY RICA, SINO TAMBIÉN CON UNA GRAN CONCIENCIA DE LA IMPORTANCIA DE SU SUPERVIVENCIA Y CALIDAD DE VIDA

buscar entre los árboles... nos agasajaron una gran variedad de aves, lagartos, pavos reales, elefantes, búfalos de agua y cocodrilos. Todos ellos conviven y sobreviven en la naturaleza. Sus colores te maravillan…Fue como disfrutar de un parque de atracciones... aunque en realidad fueron 5 horas de baches, saltos, polvo...pero eso queda en un segundo plano.

En plena selva, rodeada de animales salvajes sólo sentía paz y felicidad.

No olvidemos la pluralidad marina de Sri Lanka, y no sólo me refiero a la inmensidad de peces que puedes ver al hacer esnórquel, sino al placer de nadar junto a tortugas gigantes en la zona de rocas de Hikkaduwa, donde puedes caminar por la orilla y tener al lado a una tortuga de más de 50 años de edad y de un metro de largo, buscando algas flotantes para alimentarse. En la isla hay varios voluntariados

y centros de protección de tortugas marinas, que protegen su

deshueve y el crecimiento de las crías hasta que sea seguro que se adentren en el mar. No sólo es un país con una fauna muy rica, sino también con una gran conciencia de la importancia de su supervivencia y calidad de vida.

Y siguiendo en el mar, mi última sugerencia es el avistamiento de cetáceos en Mirissa. Al amanecer salen varias embarcaciones que se adentran buscando especialmente la ballena azul, una de las criaturas más grandes de la tierra, así como ballenas de aleta, cachalotes, delfines... al igual que con los parques, dependerá de la fortuna de ese día. El simple hecho de navegar en las aguas de la antigua Ceilán y contemplar el amanecer ya vale la pena. Pero si ya tienes la suerte de ver a estos cetáceos asomar partes de su cuerpo a la superficie y volverse a sumergir…eso ya te llenará de júbilo.

Existen infinidad de opciones para disfrutar de la fauna salvaje en su hábitat en Sri Lanka, aunque para mí es muy importante buscar información antes de contratar una empresa. Por desgracia, también es un reclamo turístico y hay que informarse bien del respeto y la distancia que se mantiene con los animales y con las zonas protegidas en las páginas de cualquier empresa de safaris, avistamientos, parques...y como particulares debemos pasar desapercibidos en nuestro paso por su hogar, sabiéndonos afortunados por ser partícipes de tal obsequio y nunca contribuyendo a prácticas que puedan alterar su hábitat y su vida.

Deseo de corazón que este viaje te remueva y te aporte tanto como a mí. Como dirían en Sri Lanka:

Ayubowan (que puedas disfrutar de una larga vida).

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