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Estos estilos se pueden clasificar en cuatro diferentes:

• Dominantes • Influyentes • Estables (cumplidores de normas) • Concienzudos (meticulosos)

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Ninguno de estos estilos de personalidad es mejor que el otro, cada uno tiene áreas en las que son más fuertes y áreas de oportunidad. Me voy a permitir hacer un breve resumen:

ESTILO DE PERSONALIDAD FORTALEZAS ÁREAS DE OPORTUNIDAD

DOMINANTES

INFLUYENTES

‘ Asumen el liderazgo ‘ Cumplen los objetivos ‘ Son tenaces ‘ No se desaniman fácilmente ‘ Son impositivos ‘ No miden las consecuencias de sus acciones con tal de lograrlo ‘ Su opinión es la más importante ‘ Minimizan los problemas de los demás

‘ Convencen a la gente ‘ Son carismáticos ‘ Cuentan buenas historias ‘ Conectan con otros ‘ Son manipuladores ‘ Son volátiles ‘ Tienden a cambiar de una tarea a otra sin haber terminado ‘ Quieren figurar

ESTABLES

‘ Son excelentes trabajando en equipo. ‘ Tienen un interés genuino por la gente. ‘ Siguen procesos y normas. ‘ Asumen roles que nadie más haría ‘ Son inseguros por naturaleza ‘ Les cuesta decir que no ‘ No son competitivos ‘ Le cuesta retar las ideas de los demás

CONCIENZUDOS

‘ Alta atención al detalle ‘ Calculan bien los riesgos ‘ Respeta los derechos de los demás ‘ Trabaja con excelente calidad ‘ Tienden a ser en exceso perfeccionistas ‘ No muestran entusiasmo ni energía ‘ Es percibido como frío ‘ Se le reconoce como una persona cerrada en sí misma

Normalmente aquellos que dirigimos grupos o ministerios somos o dominantes (personas que buscan lograr los objetivos, tienen determinación para lograr las cosas, ordenan y reparten tareas) o influyentes (personas que tienen altísima capacidad para formar relaciones y conseguir cosas a través de ellas, convencer a los demás y generar confianza), sin embargo, aquellos que llegan a nuestras actividades o reuniones no son necesariamente como nosotros.

85% del factor de éxito de un individuo tiene que ver con la forma en la que se relaciona con los demás y de qué forma interpreta sus emociones y las de otros con el fin de sacar lo mejor de ellas

Según un estudio efectuado por el Instituto de Investigación de Stanford, la Universidad de Harvard y la Fundación Carnegie, el 85% del factor de éxito de un individuo tiene que ver con la forma en la que se relaciona con los demás y de qué forma interpreta sus emociones y las de otros con el fin de sacar lo mejor de ellas, misma que refuerza la teoría de Daniel Goleman de Inteligencia Emocional. En términos prácticos esto quiere decir que debemos de desarrollar la capacidad empática de reconocer que no todos son como nosotros y que lo que para mí puede ser una excelente noticia, puede ser similar al fin del mundo para otra persona.

Una buena manera de explicar esto es con el ejemplo de las bienvenidas en las Iglesias. Las personas con personalidad influyente tienen la necesidad de ser reconocidas públicamente, por lo que un fuerte aplauso o que lo pasen adelante en medio de toda la congregación es un gran aliciente para ellos. Una persona concienzuda no quiere que esto suceda, ya que su intención no es relacional y hacerle esto representa una verdadera incomodidad. La clave es desarrollar varios «cómo» que apliquen para todos y que puedan adaptarse según aquellos que tenemos en frente.

Reflexiona bien si lo que llamamos «personas no comprometidas» o «personas apáticas» realmente pueden ser individuos que resisten nuestros planes porque son desarrollados para nuestra comodidad y no pensados para cada tipo de persona.

Cómo vencer la resistencia en los seres humanos:

El cerebro está diseñado para que el ser humano se encuentre cómodo. Te acostumbra a cosas para que te sientas bien, le gusta la rutina (por más explorador que seas, si exploras todos los fines de semana ya eso es una rutina de explorador) y cualquier modificación o cambio representa una pérdida para él.

Teniendo en cuenta que no todos somos iguales desde nuestra personalidad, sumemos que no todos tenemos las mismas historias, ni los mismos gustos… eso convierte al ser humano en algo muy complejo que debemos de trabajar de forma muy inteligente.

Las personas se comprometen con las causas en las que encuentran una ganancia, esto quiere decir que si el individuo encuentra que hay para él (What´s in it for me) muy probablemente ejecute o se comprometa con la causa.

En los ambientes organizacionales algunas personas vienen obligadas a entrenamientos, comités y reuniones, a generar resistencia y mal ambiente. Otras traen la mejor actitud del mundo y llegan a sumar. La gran diferencia entre una y otra es el beneficio que perciben. Este beneficio puede ser: experiencia para su carrera, un nuevo logro, trabajar con gente que aprecia, un beneficio grupal para su organización, etc.

En nuestros ambientes eclesiales tenemos que la gran mayoría de nuestros asistentes van a nuestras

OJO

Aburrirse un poco es bueno para el cerebro

Aburrirse estimula la creatividad. Y estar siempre «ocupados» la aniquila. Es la conclusión de un estudio realizado recientemente por Teresa Belton y Esther Priyadharshini, de la Universidad de East Anglia (Reino Unido).

Según concluyen las investigadoras, sobre todo durante los primeros años de la vida es imprescindible que permanezcamos «ociosos» durante un tiempo. Esto nos permite desarrollar la imaginación y la creatividad, y aprender a «valernos por nosotros mismos. Lo malo es que en la sociedad actual los padres proporcionan a sus hijos actividad constante, gratificación instantánea y entretenimiento sofisticado, que son enemigos del potencial creativo y la libertad de pensamiento de los más pequeños.

Por eso, en la revista The Cambridge Journal of Education, Belton reclama «que el aburrimiento sea reconocido como una emoción humana legítima con un papel central en el aprendizaje y la creatividad».

Fuente: https://muyinteresante.es reuniones porque quieren, y sí… probablemente nos encontremos con uno que otro feligrés que viene arrastrado por su pareja o por sus padres, dependiendo del grupo generacional que estemos trabajando. Hablemos entonces de cómo podemos comprometerlos a ellos.

El trabajo con personas no es improvisado, requiere tiempo y dedicación, preguntas clave y escucha activa. Algo que debemos preguntarnos lo que la persona está ganando al participar de nuestros ministerios. Algunos podrían tender a responder «esto es sobre Jesús y nada más» y esto es correcto. Todo lo que hacemos se trata de Jesús, pero el concepto de iglesia tiene implícita la comunión con otros y lo que hacemos juntos, por lo que las personas ganan en muchas otras áreas que necesitamos entender para poder hacer un correcto manejo de aquellos que no se comprometen a la causa (o con nosotros, por más que duela escribirlo) y que eso facilite nuestra función de discipular correctamente, y todo lo que eso implica.

Por ejemplo, nuestros adolescentes además de ganar lo espiritual que tanto defendemos, están con sus amigos, forman relaciones y eso suma desde sus cerebros para escoger si vienen a la congregación o se quedan jugando videojuegos en su casa. Esto quiere decir que en ciertas actividades que nosotros les pedimos que ejecuten, pueden estarse cuestionando de forma consciente o inconsciente de qué manera los verán los otros haciendo esto, si quedarán en ridículo frente a los demás o qué opinará la chica que le gusta si lo ve corriendo con un globo amarrado en la parte baja de su espalda.

Todo esto pasa por su cabeza cuando les pedimos ejecutar algo, y puede ser que para un dominante que disfruta el reto lo vea como la oportunidad de demostrar que nadie es mejor que él y para un estable que disfruta los procesos se convierta en un atentado directo contra la calma con la que intenta vivir a cada momento.

¿Qué deberíamos hacer?

Deberíamos mapear a nuestros feligreses. Este entendimiento general nos permitirá hacer mejores estrategias, tanto en planificación como en movilización del compromiso. Preguntas como: • ¿Cuáles son sus nombres completos? • ¿Qué cosas les podría preocupar? • ¿Cuáles son sus intereses principales? • ¿Quiénes son sus principales influencias? • ¿Cuál es su círculo de personas? • ¿Qué cosas les parecen atractivas? • ¿Qué cosas no les parecen atractivas? •

Si logramos consolidar esto de cada individuo podemos desarrollar estrategias y diálogos inteligentes para generar el resultado esperado con aquellos a quienes pastoreamos.

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