EMPRESAS ADRIÁN LEBENDIKER
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MARCA ARGENTINA Sobrevivir, crecer y ser competitivo en el escenario actual requiere la planificación táctica y estratégica, y la apertura a la innovación tecnológica. Pero además, la ampliación de nuevos mercados a través del modelo de franquicias. Las empresas locales y su proyección extramuros.
Con frecuencia, se acepta que una economía de empresa tienda hacia la innovación de manera automática: “Esto no es así”, explica Eric Hobsbawm en Industria e Imperio al estudiar el origen de la Revolución industrial. Estímulo y demanda del mercado interno, ampliación del mercado externo y un gobierno dispuesto a financiar el desarrollo de ambos: allí están los tres factores principales que —según el historiador inglés— han sido determinantes para producir las innovaciones necesarias en el sistema industrial. Estas innovaciones dieron por cerrado el período de la economía basada en la producción artesanal y campesina para finalmente dar inicio a la producción en masa y a la nueva sociedad capitalista. Dos siglos nos separan de ese suceso que estudió Hobsbawm. Y una nueva “clase” —la de los emprendedores— pareciera que está siendo llamada a refundar el capitalismo apoyándose en el crecimiento exponencial que ofrece el conocimiento, en la velocidad ultra98
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rápida con el que este se comparte gracias a la explosión de las redes sociales y, por último, en la disponibilidad de los financiadores que entendieron que vale la pena apostar a diferentes proyectos de crecimiento potencial y no solo al casino de las especulaciones. Hoy hablamos de “ecosistemas emprendedores” como un “conjunto de actores, factores y procesos interconectados en una región geográfica específica que de manera formal o informal se conectan, arbitran y gobiernan el ambiente emprendedor local, con el fin de fomentar el espíritu, la innovación y el crecimiento empresarial determinando la creación de empresas innovadoras y de rápido crecimiento”.1 Ahora bien ¿qué sucede cuándo el mercado interno y su demanda muestran signos de caída o los mercados externos no presentan el dinamismo de otrora, dado que también las economías de aquellos países exhiben síntomas de fatiga?2 Buena parte de los emprendimientos sufren por la
caída de la demanda interna, ya que es en ella en la que se apoyan para lograr sus primeras ventas, incorporar los aprendizajes lógicos de cada negocio y sumar capital para expandirse. La crisis del período 2000-2003 dio cuenta de ello: el flujo de aperturas de nuevas empresas por año cayó a 5400 frente a las 19.000 registradas en 1996 y a las 17.000 en 2004. En la actualidad, vuelven a aparecer síntomas alarmantes en esta dirección. De acuerdo al Informe Preliminar de Condiciones Sistémicas para el Emprendimiento Dinámico (2016) que realiza anualmente el Programa de Desarrollo Emprendedor (PRODEM), la Argentina descendió tres puestos en el ranking de países latinoamericanos respecto del 2015 y descendió cinco respecto del global. De este modo, quedó por debajo de Chile (que está primero), Brasil, México, Uruguay, Colombia y Costa Rica. A partir del 2000, los diferentes Gobiernos de la Ciudad de Buenos Aires fueron implementando políticas de apoyo a los emprendedores. Complementariamente, tanto emprendedores con experiencias exitosas en su haber como nuevos actores, como las aceleradoras de inversión, aportaron nuevos componentes al ecosistema local. No obstante los avances logrados en este sentido, un período de falta de crecimiento económico, sin duda, impactará negativamente en el surgimiento de nuevas empresas. Aunque será diferente dependiendo del segmento en el que se encuentren ubicadas. Aquellas que prioricen la innovación tecno-
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Adrián Lebendiker Director de Arte Publicitario. Docente en la Maestría de Diseño de la Universidad de Palermo y coordinador académico de la Escuela de Emprendedores Creativos de dicha Universidad. Fundador del CMD y titular de Gloc.
NOTAS
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01.03 Gastón Silberman y Esteban Brenman crearon Tril, una app que brinda las sugerencias de las personas “más confiables” de cada rubro. 04 Chungo, local Arribeños. 05 Filial chilena de la firma Jazmín Chebar. 06 Café Martínez abrió una sede en Arabia Saudita, la primera cafetería argentina atendida por mujeres.
lógica —aplicaciones para celulares, finanzas, agronegocios, nanotecnología, por ejemplo— tienen mejores oportunidades para escalar sus proyectos más allá de las fronteras locales. En cambio, los emprendimientos orientados a la manufactura —mucho de los cuales suelen hacer un uso intensivo del diseño, como los de indumentaria, calzado, accesorios, muebles, juguetes, entre otros—, así como los de retail y todos los que dependen directamente del mercado interno, seguramente se verán afectados —por lo menos— en la misma proporción que las pymes de esos sectores. El diseño es un factor clave para estas últimas empresas. La identidad, marca, diferenciación de producto y experiencia de compra son centrales para atemperar el impacto de una merma en el consumo. En ese sentido, en los últimos años se destacan las acciones de un grupo de empresas en nuestro país que, a partir del modelo de franquicias y luego de consolidar una fuerte red comercial, se lanzaron a tomar posi-
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ciones en diferentes mercados latinoamericanos. Tal es el caso de Jazmín Chebar, Las Pepas, Akiabara, Mimo&Co, GdeB, La Martina.Y en el rubro gastronómico: Freddo, Chungo, Café Martínez y Havanna. En todos los casos, se trata de emprendimientos que tuvieron la posibilidad de construir una fuerte identidad de marca y una importante plataforma comercial a escala local en períodos de bonanza. Basta decir que la Argentina lidera el ranking de marcas regionales que cuentan con franquicias en el extranjero. Esto demuestra que la salida a Latinoamérica fue una estrategia exitosa y digna de ser estudiada con mayor detenimiento por parte de las nuevas empresas. Una mirada a los caminos que siguieron empresas y emprendedores en la crisis del 2001 nos puede sumar algunas otras pistas. Mientras las industrias y los comercios orientados al mercado interno cerraban de manera brusca, algunos emprendimientos dirigidos al
1 Spilling (1996), Neck (2004), Isenberg (2011), Mason y Brown (2014); citados por Paola Álvarez Martínez, Sabrina Ibarra García, Cecilia Menéndez, Juan Federico y Hugo Kantis en “El ecosistema emprendedor de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Una mirada exploratoria”, Revista Pymes, Innovación y Desarrollo, vol. 4, nro. 1, págs. 145-173, Universidad Nacional de Córdoba, 2016. 2 Según la Consultora ABECEB (agosto, 2016), los pronósticos para el mundo avanzado son más pesimistas que a principio de año. Esto se debe a la leve desaceleración de los Estados Unidos y al aparente fracaso de la política de estímulos económicos de Japón. Además, debido al brexit, los riesgos son mayores en Europa.
sector externo —que en aquella época mostraba un dinamismo que no encontramos hoy— lograban sostenerse. Y los microemprendimientos de diseño hacían su aparición en escena con mínimas estructuras, ventas informales y canales comerciales inmaduros (por ejemplo, las ferias en bares). Lograron sobrevivir gracias a que, a los pocos años —a partir de 2003, aproximadamente—, se disparó el consumo interno y el turismo receptivo. No es posible pensar, entonces, en acciones “micro” a escala de las empresas y emprendedores, tales como las que aporta el diseño, si ellas no son parte de estrategias “macro” impulsadas por el sector público, orientadas a proteger el mercado interno y la producción local en un contexto donde los productos internacionales intentan de forma desesperada introducirse en nuevos mercados. Estrategias que, al mismo tiempo, faciliten las condiciones para la expansión de nuestros productos con mayor valor hacia el mercado regional. 99