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JORGE PÉREZ SALGADO, de Haras El Candil
Entrevista a Jorge Pérez Salgado, socio de Haras El Candil
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Jorge Pérez Salgado, Ingeniero Agrónomo y Juez Nacional de salto hípico, nos brinda detalles sobre la actividad de Haras El Candil. Afirma que existen grandes perspectivas sobre la cría de caballos en el Alto Valle y nos cuenta cómo se trabaja en la realidad económica del país y la zona.
¿Cuáles son las actividades que se desarrollan en El Candil?
En el Candil tenemos dos actividades principales, dos haras: El Candil y Quimey Cahuel. El objetivo es la cría del caballo deportivo, desde su inicio con la selección de las madres y los padres, al desarrollo de un producto, es decir al nacimiento. Por “deportivo” me refiero al caballo de salto específicamente. El Candil del Valle, en Fernández Oro, es el brazo deportivo de desarrollo de esos productos que nacen en el haras Lozada (uno está ubicado en Tapalqué y el otro en Cipolletti). Sería lo que llamamos la incorporación de valor agregado: transformar un caballo cuyo origen genético es el de uno de salto, en un caballo que termina desarrollando una actividad deportiva tras finalizar el proceso.
¿Quiénes son los socios de Haras El Candil?
Uno de ellos es Carlos Belloso, mi mentor, una de las personas que más conoce de genética y cría en Argentina. Con sus 94 años sigue viviendo en el campo; se dedica a la cría desde los 18 años. Walther Tkaczyk es quien aporta el criterio empresarial, le da a nuestra actividad el formato de empresa. Mi hijo Nahuel Pérez Salgado también es socio y es quien se encarga del desarrollo deportivo. Yo me enfoco en el desarrollo genético.
¿Cuáles son las claves de éxito para criar un caballo que sea apto para la competencia deportiva?
Las claves son difíciles de definir porque el éxito es escaso, pero lo que se intenta hacer es seleccionar la mejor carga genética tanto paterna como materna. Para eso se realiza un proceso de selección e investigación, no sólo teniendo en cuenta combinaciones que hayan sido previamente exitosas sino también otros parámetros. Y a partir de ahí se obtiene un producto que pueda cumplir con el resto de la carrera. Después viene un procedimiento más largo, el de desarrollo. Acá el éxito depende de muchísimas variables y riesgos, que hoy no están todos acotados, pero tratamos de minimizarlos. Uno de ellos es desde que nace la cría hasta los tres años. Luego, el amanse de ese animal; y después el ingreso a la actividad deportiva de salto con un instructor, que lo lleve a cumplir su objetivo deportivo.
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¿Cuántas personas practican salto en el Alto Valle aproximadamente?
Hoy tenemos alrededor de 200 jinetes que se dedican a la actividad de salto. Teniendo en cuenta los concursos, debe haber más de 100 jinetes compitiendo regularmente. Y hasta diría que el doble, considerando a los que no compiten, los que están iniciando y los que alternan entre los concursos. Unas 200 personas como mínimo. Hay alrededor de 200 caballos registrados entre los distintos clubes de salto que componen la región del Comahue.
¿Qué tan importante es esta actividad en la generación de puestos de trabajo?
Es una actividad económica sumamente importante. Para mantener 30 a 35 caballos se requieren 5 o 6 personas trabajando permanentemente. Además de otros trabajadores que se relacionan con la actividad, como el proveedor de pasto, avena, viruta, los veterinarios, herreros y transportistas, entre otros. Es una actividad que genera mucho trabajo directo e indirecto y que en ocasiones no es valorada de la forma que merece. Además, se necesita mano de obra muy especia-
lizada. Por ello, y volviendo a las claves de éxito, un factor determinante es el talento humano especializado, que es lo más difícil de conseguir. Se debe hacer una fuerte inversión en capacitaciones ya que debemos velar por que quienes cuidan de los caballos tengan la mejor formación posible. Cualquier error en ese punto, significa un fracaso en toda la línea de producción.
¿Qué tan escasos son estos perfiles especializados en el Alto Valle?
Son perfiles muy escasos y muy demandados a nivel local y nacional. El sector agropecuario es muy particular porque se nutre del mismo sector. Los hijos de los trabajadores son los que luego deciden seguir en el rubro o migrar a la ciudad. Por el contrario, no hay migraciones de la ciudad al campo. Por eso, brindar capacitaciones permite a esos chicos formarse en los trabajos específicos de un haras, si es que así lo desean. Hay gran demanda de perfiles especializados en caballos de polo, de carrera, de salto. Me atrevo a decir que hasta son personas que ya salen con un trabajo fijo. Los buenos petiseros son muy demandados, son la mano derecha del jinete, viajan con él y en muchos casos lo hacen por el mundo. No olvidemos que son las personas y su grado de profesionalismo lo que garantiza el éxito o que, al menos, disminuye la posibilidad de fracaso.
¿Cuántos caballos y yeguas hay en El Candil?
En este momento hay 35 caballos en box y unos 50 más en el campo entre madres y crías. De los 35 que hay, no todos son nuestros. Hay clientes que estabulan sus caballos, montan y trabajan acá. Con esto podemos ver otra arista del rubro, que incluye la prestación de servicios.
¿Qué significa estabular?
Estabular viene de “establo”. Significa poner los caballos en un box, darles un espacio físico para que permanezcan. Los clientes pueden venir y entrenar, por lo que, además, incluye las pistas y toda la infraestructura necesaria para su desarrollo.
¿Cuál es el modelo de ingresos de El Candil?
El modelo de ingreso hoy, en la economía que estamos viviendo, se relaciona principalmente a la prestación de servicios, no tanto de productos. Se apunta más a los servicios para clientes que vienen a tomar clases, que traen sus caballos. Hoy está muy limitado el tema de la comercialización. Tiempo atrás teníamos un modelo en el que la venta de caballos era una constante más marcada. Hoy es más puntual: la venta de un caballo determinado para un cliente específico. La situación económica va cambiando el modelo continuamente.
¿Cómo se logró mejorar la calidad de los caballos en Argentina?
El caballo deportivo en Argentina, particularmente el de salto, debe su desarrollo a lo realizado en la década del 60’. La Dirección de Remonta y Veterinaria viajó a Europa en busca de líneas sanguíneas modernas (para esa época), las incorporó a los caballos que teníamos en el país, que eran principalmente mestizos: cruza de pura sangre con criollos o algún otro tipo. Las principales líneas eran alemanas y francesas. La Dirección de Remonta y Veterinaria trajo padrillos de esta última, los incorporó a su línea de cría y se fueron transfiriendo hijos de ellos a los distintos criadores para mejorar la raza. De ahí nació el llamado Silla Argentino, que es un caballo específicamente de salto.
¿Qué resultados han obtenido los jinetes de El Candil en competencias nacionales e internacionales?
Hemos tenido muy buenos resultados a lo largo del tiempo. En competencias nacionales e internacionales ha participado mi hijo Nahuel, que también es uno de los socios. Compitió en Brasil, donde ganó pruebas importantes hace dos años. Además, salió campeón nacional en saltos de 1.40 de altura en Argentina. Y ahora está compitiendo en las clasificatorias de los ODESUR. Muchos de nuestros alumnos también han tenido una destacada participación en los campeonatos nacionales, en pruebas clave. La alta temporada de las actividades se desarrolla principalmente en Buenos Aires pero también hay lugares fuertes como Córdoba y Rosario.
En cuanto a los caballos criados en El Candil, ¿cómo ha sido su desempeño en competencias?
Hemos tenido muy buen desempeño en la serie de caballos nuevos. Hemos ganado en varias oportunidades: la serie 1, la Serie 2. El año pasado ganamos la serie 1 de caballos nuevos de Fomento Equino, que es una prueba nacional que se desarrolla a fin de año pero se va clasificando en los meses previos. Poder tener ese desempeño nos va posicionando como marca, al estar produciendo caballos que dan resultados.
¿Todos los haras trabajan de la misma manera?
Hay que diferenciar la producción extensiva en caballos deportivos de la producción intensiva. De la extensiva, hoy son muy pocos los haras que producen más de 40 a 50 productos por año. Y la segunda engloba a los que producen menor cantidad, buscando mayor calidad e incorporar valor agregado.
¿Desde qué edad se puede comenzar a practicar equitación para salto?
Desde los 6 o 7 años. A los 8 años, los chicos ya están aprendiendo a montar y haciendo sus primeras experiencias. Es algo que termina transformándose en una forma de vida más que en una actividad deportiva. Porque establece un vínculo con otro ser vivo que tiene sus necesidades, sus requerimientos y les ocupa mucho tiempo. Lo vemos generalmente con todos los chicos que han pasado por acá. Hay veces que su día entero transcurre acá con su caballo, trabajando, evaluando.
Es una actividad que implica una disciplina y una constancia importante…
Si, totalmente. Tengamos en cuenta que es un deporte de riesgo, eso es sabido. La disciplina, el control y automanejo de los factores de riesgo son lo primero que se inculca y que, además, sirven para toda la vida. Quizás hasta repercutan en la manera de trabajar a futuro de cada uno.
El salto es uno de los deportes olímpicos…. Sí, son deportes olímpicos tanto el salto como el adiestramiento. Y tiene algunas características que son sumamen-
te interesantes, como por ejemplo que es el único deporte olímpico en el que tanto mujeres como varones compiten en igualdad. Además, es el único que se realiza con otro ser vivo. Y por último, registra un dato curioso: el adiestramiento registra el deportista olímpico de mayor edad con 75 años. Es un deporte que te permite empezar muy joven y continuarlo a lo largo de toda tu vida.
¿Qué tan importante es la pasión en la actividad de cría de caballos?
Considero que el 80% es pasión y el 20% técnico. La pasión es fundamental en la cría, en el desarrollo del deporte. Una persona para criar puede, científicamente, sentarse y elegir la mejor combinación genética posible, establecer un proceso sistemático para poder obtener el producto, pero si no le agregas un poco de arte a eso no vas a obtener el mejor resultado. Es un trabajo que lleva mucho tiempo y mucha ilusión porque cuando se decide tener un potrillo de determinadas características, entre que se seleccionan el padre y la madre hasta que el potrillo crece y el anhelo se vuelve realidad, pasan no menos de 10 a 12 años. La pasión es la gran impulsora. Quien se involucra en el negocio, sea un cliente, un socio o quien fuere, lo tiene que hacer desde la pasión también, porque sino no estaría entendiendo el negocio.
¿Cuáles son las perspectivas futuras de esta actividad en el Alto Valle?
En mi opinión las perspectivas son muy buenas. Esta no es una zona con tradición hípica pero hoy encontrás que en el último nacional, que es la prueba de tres días más importante que se desarrolla en Argentina, dos jinetes de Neuquén participaron y ganaron. Uno de ellos salió en segundo lugar el primer día y ganó en el tercero, y el otro ganó el segundo día. La gente de nuestra zona está teniendo un desempeño destacado. Estamos escribiendo la historia de nuestra zona. Creo que hay un gran futuro porque hay muchos apasionados que sustentan la actividad y continuamente están incentivando a que los chicos se involucren. La pasión es contagiosa.
¿Se podría decir que es una actividad alternativa?
Si, en definitiva es una actividad agropecuaria alternativa, al menos acá en el valle. Una chacra de cuatro hectáreas con producción no tradicional en forma rentable. Y lo importante es involucrarse para conocerla. Es una actividad no tradicional, de larga duración, difícil y costosa. Por eso encontrarte con alguien no solo que participa sino que se compromete, hace que el proceso sea más llevadero. Cuando hay compromiso de por medio todo es muy diferente. Por eso es importante transmitir todo esto, por ejemplo, de los padres a los chiquitos que comienzan la actividad. Deben conocer para saber que este es un deporte tan bueno como cualquier otro.
PERFIL PERSONAL
Es Ingeniero Agrónomo. Trabajó toda la vida vinculado al sector agropecuario pero en la parte de salud, administrando la obra social del personal rural. Está vinculado a los caballos desde hace más de 35 años. Parte de sus actividades se relacionan al tema de agrotóxicos y agricultura sustentable de la fruticultura del Alto Valle. Se perfeccionó en alimentación equina y fue incorporando conocimientos y experiencia en genética. Además, es Juez Nacional de Salto. El Haras El Candil del Valle comenzó a funcionar hace 35 años. Quimey Cahuel tiene 10 años.