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Compliance: una tendencia mundial
Compliance: una tendencia mundial que llegó para quedarse
Entrevista a María Luján Bianchi, Directora de “Build the Future”.
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En un entorno empresarial cada vez más competitivo, contar con un programa de compliance se convierte en una necesidad. Para conocer el tema en profundidad, su aplicación, tendencias actuales y ventajas competitivas conversamos con la Dra. Maria Luján Bianchi.
Luján es abogada, egresada de la UCA, con gran experiencia tanto en Argentina como en el exterior. Cuenta con una vasta formación de postgrado en Derecho Mercantil y Civil en la Universidad de Salamanca y un Máster (MBA) en Administración de Empresas en la Universidad Torcuato Di Tella.
¿Qué se entiende por compliance?
El compliance, en términos generales, es vivir de acuerdo a las normas externas e internas a las que una organización se comprometió a cumplir. Las primeras se refieren a leyes, tratados internacionales y resoluciones de diferentes organismos. Las normas internas de la compañía pueden ser por ejemplo políticas propias, códigos de ética, compromisos asumidos en diferentes sectores de determinadas industrias.
Es importante mencionar que el compliance en inglés tiene otro significado. La traducción literal es “cumplimiento” pero en realidad es un poco más amplio que eso, como vivir de acuerdo a determinados principios, valores. No es estrictamente el cumplimiento legislativo, es un concepto más abarcativo.
¿Cuáles son los beneficios para una empresa que implementa un programa de compliance?
Hay diferentes tipos de beneficios. Siempre digo que una empresa que quiere implementar un programa de compliance, o como dice la legislación argentina, un “programa de integridad”, tiene varias ventajas competitivas.
Como no todas las compañías lo tienen es un diferenciador que las posiciona desde un lugar de cierto profesionalismo, con cuestiones vinculadas a la ética, con valores.
Además, tiene que ver mucho con la reputación. Sabemos que la reputación de la empresa atrae clientes, atrae talento, es decir a nuevos empleados. Y estos últimos valoran estar dentro de un marco que les permita saber cómo actuar, qué se debe hacer y dentro de la práctica de la ética porque es una forma de cuidado de las personas. Así se atrae al
talento y también a los clientes, que hoy más que nunca se fijan en qué prácticas adoptan las empresas en términos de transparencia, de diversidad e inclusión, por ejemplo.
Por otra parte, implica una ventaja a la hora de obtener financiamiento o realizar inversiones. En los bancos muchas veces se pide que la empresa tenga implementado un programa de integridad. Los organismos internacionales, como el BID, lo piden.
Por último, es conveniente si se quiere formar parte de la cadena de valor de una multinacional. La mayoría de estas compañías cuentan con un plan de compliance e indirectamente lo exigen a quienes desean trabajar junto a ellas. No suele ser un requisito indispensable, pero sí dará mayor calificación a posibles proveedores, contratistas o demás tipos de prestadores.
¿En Argentina también se solicita el plan de compliance?
En Argentina el Banco Nación se lo solicita a muchas empresas al momento de hacer inversiones. Se pide completar un formulario en el que se pregunta por el programa de integridad.
Por otro lado, es útil para presentarse a licitaciones con el Estado, puntualmente se pide información sobre cuáles son los elementos del programa que se están implementando.
Además, sirve desde un punto de vista de responsabilidad penal, bajo la Ley 27.401. Se establece que en caso de ocurrir un hecho de corrupción, contar con un programa de compliance podría ser un eximente o atenuante de responsabilidad. Hay que destacar que el programa debe haber sido implementado previo al hecho. Y, junto con otros requisitos, puede ser un atenuante o eximente de la persona jurídica, física o de los administradores de esa persona física en forma indirecta.
¿Es aplicable para empresas de servicios petroleros?
Absolutamente. Las petroleras trabajan con grandes empresas. Antes eran solo las multinacionales principalmente las que contaban con planes de compliance pero hoy las grandes compañías nacionales lo implementan.
Desde el punto de vista de la prevención, ¿qué problemas se podrían evitar?
El programa de integridad tiene como función prevenir, detectar y sancionar la comisión de un ilícito o de un incumplimiento. Entonces la prevención es un factor muy importante. Con el programa de compliance se pueden establecer políticas corporativas, procesos, auditorías determinadas, líneas de denuncias que ayudan justamente a evitar la comisión de un delito en el código o en estas normas que la compañía pautó cumplir. La parte preventiva se refiere a la comunicación, políticas internas, capacitación de los empleados, información pertinente, establecer procesos para evitar que se cometa un ilícito.
¿Qué costo o esfuerzo conlleva la implementación de un programa de compliance para una Pyme?
A mí me gusta pensarlo y comunicarlo como una inversión para prevenir algún problema a futuro en lugar de considerarlo un costo. No olvidemos las ventajas competitivas que tiene: como permitir acceder a financiamiento, aumento de la reputación, atracción de talento, extensión de atenuación de responsabilidad.
De cuánto sería la inversión va a depender mucho del tamaño de la empresa, de los elementos que posea, los recursos que disponga, de cuán rápido la empresa quiere avanzar y cuán robusto va a ser este programa de integridad para que sea adecuado.
¿Por dónde se debería empezar?
Hay tres elementos que son fundamentales para empezar: un código de ética, una conducta para la prevención en la comisión de ilícitos en la contratación con el Estado y realizar capacitaciones.
Después, dentro de la estructura de la empresa y según los recursos con los que se cuente, se puede analizar por ejemplo si hay dobles roles para cumplir. Quizás no sea necesario contratar un Compliance Officer y haya un área de la empresa que lo pueda ejecutar o dos áreas que pueden cumplir determinados roles.
Se debe saber qué hay que priorizar y cómo se pueden utilizar los recursos ya disponibles para que no sea una inversión tan grande, considerando que las PyME tal vez están a veces un poco más ahogadas en el día a día.
¿Que una Pyme esté más profesionalizada implica una mayor facilidad para implementar un programa de compliance?
El programa de integridad lo que hace justamente es profesionalizar más a la PYME, le da una perspectiva diferente. Las empresas que generalmente están más profesionalizadas, sí o sí, ya lo tienen. O empiezan a ver qué les hace falta y hacia dónde quieren encaminarse.
Que el programa de integridad sea adecuado va a depender en gran medida del tamaño de la empresa, de la cantidad de empleados, de la facturación. A mayor tamaño o impacto de la empresa, más robusto es el programa.
¿Este esquema de compliance llegó para quedarse o es una moda?
Llegó para quedarse. Definitivamente no es una moda, es una tendencia mundial. Los organismos internacionales para operar requieren un programa de integridad. Además, porque hoy por hoy los inversores también miran a las empresas que los tienen. Y de hecho el compliance hasta evoluciona luego hacia lo que se llama ESG, son siglas en inglés que se refieren a Environmental, Social and Government (Ambiental, Social y Gubernamental).
Los inversores solicitan a los organismos que realizan estas valoraciones que den puntaje a las empresas con este enfoque de medio ambiente. También con el factor social relativo a diversidad, prácticas de trabajo acordes a los derechos humanos, entre otros. Y el Government tiene que ver con transparencia, con compliance.
Esta tendencia llegó para quedarse porque el mundo entero va encaminado hacia allí, hace tiempo. Y cada vez se va a ir instalando más, para que las empresas puedan hacer inversiones, otorgar financiamientos, trabajar con determinadas entidades.
¿Y cómo evaluás el avance de este esquema de compliance en las empresas de Argentina? Cada vez está avanzando más. Yo lo veo cada vez más firme. Actualmente recibimos consultas de grandes empresas que ya teniendo implementado un programa buscan mejorarlo. El programa de integridad tiene algo que se llama monito-reo y mejora continua. Consiste en revisar los procesos y entender cómo deben evolucionar para prevenir, detectar y sancionar.
También tenemos consultas de PyME que quieren comenzar a implementarlo porque lo ven como un requisito necesario para continuar operando, profesionalizarse más y poder ser parte de la cadena de valor de grandes empresas.
¿Existe un ente u organización que certifique la implementación de un programa de compliance, similar a las Normas ISO que requieren una certificación?
En Argentina el programa de compliance por sí mismo no se certifica. Es decir, no hay certificadoras como en otros países. Sí está la ISO 37001 que simplifica los procesos antisoborno y se puede certificar. Cuando ya se tiene un programa en curso es muy importante seguir ese proceso y certificar la ISO 37001 que da muchísima más solidez. Para diferenciar ambos digamos que el programa de integridad nació focalizado en la corrupción pero luego se fue expandiendo. Actualmente abarca más que ese plano e incluye temas relacionados a defensa de la competencia, datos personales, diversidad e inclusión, entre otros. En cambio, la ISO 37001 certifica en temas antisoborno. El programa de compliance es más amplio.
¿Existe algún otro factor que las empresas deberían tener en cuenta?
Además de los tres elementos mencionados, que son el código de ética, política para prevención de ilícitos en la contratación con el Estado y las capacitaciones, también es importante tener una evaluación de riesgos. La legislación no lo requiere necesariamente pero es mejor tenerla. Desde el punto de vista de muchos doctrinarios, este último elemento debería ser un requisito. Una identificación de riesgos de corrupción sería útil porque si un programa de integridad ayuda a prevenir, detectar y sancionar determinados delitos o incumplimientos, ¿cómo puedo lograrlo si no sé donde está el riesgo? Teniendo un mapeo de los potenciales peligros, las empresas podrían corroborar sus procesos e identificar dónde concentrarse para prevenir el delito. Un programa de compliance que no está basado en riesgos, es un “programa de papel”. Necesariamente debe estar sujeto a la realidad de lo que sucede en cada empresa.
PERFIL PERSONAL
Cuenta con una trayectoria de más de 15 años en prestigiosas firmas legales como Carrizo Carricarte & Bazan, Brons & Salas y Estudio Moltedo. Su reconocida trayectoria la llevó a ocupar posiciones de liderazgo internacional en el mundo corporativo como Directora de Legales y Compliance para Latinoamérica en General Mills Inc., teniendo bajo su responsabilidad diferentes países como Brasil, México, Argentina, Venezuela y otros de Centroamérica. Estuvo radicada por cinco años en Brasil donde profundizó su perspectiva multicultural.