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Superar la crisis frutícola

Una visión superadora de la crisis frutícola

Por MIGUEL GIACINTI, JORGE THEFS y ADOLFO PALMIERI

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El deterioro económico de manzana y pera se explica en un 60% por caída de la calidad ofertada al mercado en fresco entre 2010 y 2019, y no es problema varietal la principal causa. El bajo consumo de frutas y verduras en nuestro país tiene un costo en términos de un mayor gasto en salud, que se proyecta en 13.800 millones de dólares anuales; por eso el cambio de paradigma de la cadena de valor impacta en el sistema de salud y va más allá de la venta minorista. Cada dólar que el sector público no financia en mejorar la calidad producida de frutas y vegetales para alentar el consumo interno y la competitividad internacional del sector a nivel país, implica que luego debe gastar 2 dólares más en el sistema de salud (hoy calculado en 13.800 millones de dólares anuales). Además, se le reduce 1 dólar de recaudación de la cadena frutihortícola. INTRODUCCIÓN El consumo de fruta promedio entre 2017 y 2019 representa 128,8 gramos por día, resultado de dividir 47.02 kilos por habitante en 365 días. Escaso, si se tiene en cuenta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación (FAO) aconsejan un mínimo, 400 gramos sin sustancias amiláceas. Y muy insuficiente con relación a los 700 gramos (300 de frutas y 400 de verduras) recomendados en Guías Alimentarias

para la Población Argentina (SAN, 2016). El bajo consumo está asociado a un mayor riesgo de enfermedades no transmisibles -los cuatro tipos principales son cardiovasculares, cáncer, respiratorias y diabetes-. La pregunta de esta investigación es conocer la magnitud del impacto económico y social de la menor calidad comercial en manzana y pera, para la venta en fresco entre 2010 y 2019. Complementariamente, estimar el impacto de distintas estrategias sobre la producción para superar la crisis actual. La meta es reflexionar desde lo significativo en una visión superadora de los problemas estructurales en nuestro país, particularmente la crisis frutícola.

RESULTADOS El impacto en el deterioro de la calidad comercializada en fresco, de recuperarla a niveles del 2010 con el volumen empacado de frutas en 2019, representa 66.245.190 dólares. Proyectando el impacto negativo acumulado entre 2010 y 2019, da un valor de 331.225.950 dólares. El retorno económico negativo de la producción 2010 y 2019 (totaliza 550.199.653 dólares, de los cuales, por ello, el 60.20% se puede explicar por el deterioro de calidad comercializada en fresco). El factor calidad comercial de la oferta fue creciendo en el periodo analizado hasta alcanzar el 100% en 2019, para diferenciar del promedio general en todo el periodo analizado. La sustitución de la demanda de manzana por bananas es una consecuencia no deseada de la menor calidad ofertada, dado que, el consumo en Argentina entre 2011 y 2019 vio reducir la demanda de manzana en 40.171.920 kilos, mientras que se incrementó la de banana importada en 36.863.921 kilos. Evaluar el impacto de programas para mejorar la calidad –a nivel del 2010 sin que sea el ideal– en forma aislada, permitirá un equilibrio económico al sector con un retorno económico de la fruta (+0.4 centavos dólar kilo), fortaleciendo la posición comercial en general –mercado interno y exportación–. De un retorno económico negativo actual para la

“El bajo consumo de frutas y verduras está asociado a un mayor riesgo de enfermedades no transmisibles (cardiovasculares, cáncer, respiratorias y diabetes)”.

fruta de 63.331.353 dólares (-7,9 centavos dólar/ kilo) se pasaría a contabilizar un reducido beneficio de 2.913.837 dólares (+0.4 centavos dólar/ kilo) con relación al costo de producción (Etapa 1, Tabla 1).

Por otro lado, priorizar la disminución del descarte en lugar de aumentar la calidad como factor único de cambio mejoraría el retorno económico en 2 centavos dólar por kilo, dado que aumentaría la oferta de fruta de calidad común y comercial que no sería sostenible comercialmente. Distinto es el impacto si primero se produce mejor calidad, que multiplica el impacto (Etapa 2, Tabla 1). Pensar tan sólo en incorporar ayuda mecánica en las tareas vinculadas con la producción, reportaría una reducción de 5 centavos dólar por kilo de fruta, pero la actividad se mantendría dentro de un retorno negativo de 2,9 dólares por kilo en fruta empacada para la venta en fresco. Resulta eficaz su inversión como etapa complementaria a mejora de calidad y menor descarte (Etapa 3, Tabla 1).

DISCUSIÓN

Consumo y gasto en salud

Recientemente se estimó en base a una lógica irrefutable, que la mejora del 20% en el consumo saludable –mayormente frutas y verduras– (Álvarez, 2020), puede ahorrar una proporción similar en la salud pública de 14.000 millones de euros anuales. Desde esta perspectiva, direccionar fondos públicos para promover el consumo de frutas y vegetales de producción local en nuestro país, frente a un déficit de 57.3% en frutas con relación al nivel recomendado (300 gramos diarios), permitiría ahorrar no menos de 13.800 millones de dólares en el presupuesto nacional en nuestro país. Esto requiere una oferta de “calidad” en términos de apariencia, frescura, presentación así como valor nutritivo e inocuidad. El cálculo de impacto es en base a datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos –INDEC– (PBI 2017 equivalente a 512.000 millones de dólares) e información oficial sobre el gasto de salud por 48.128 millones de dólares equivalente al 9.4% del PBI (MSAL, 2019). En detalle, 2.7% del PBI es gasto público (Nación 0.5%, Provincias 1.8% y Municipios 0.4%); 3.9% Gasto en Seguridad Social (Obras Sociales Nacionales 2%, Obras Sociales Provinciales 1% y PAMI 0.9%); y el gasto voluntario o privado en salud alcanza a 2.8% del PBI.

Enfoque cadena de valor

La cantidad de jornales directos actuales son 6.2 millones en el clúster frutícola de Río Negro y Neuquén (equivalente a 180 jornales por hectárea), lo que implica una reducción de 4.3 millones de jornales con relación a los proyectados en el 2010 (10.5 millones; Libro Blanco de la Fruticultura en 2016). Por ello se dejaron de pagar salarios por 3.200 millones de dólares entre 2010 y 2019. Esta reducción implica una caída en la recaudación impositiva y gremial –obras sociales, por ejemplo– de 703 millones de dólares; a lo que debe adicionarse la pérdida impositiva indirecta de 572 millones de dólares del impuesto al valor agregado que conlleva el consumo del salario y sin evaluar el aporte solidario de apoyos gubernamentales a los trabajadores expulsados del clúster frutícola. Analizando sólo el 2019, el capital de trabajo para sostener la calidad de la fruta realizando adecuada y oportunamente las tareas culturales, representa 299 millones de dólares (0.25 dólar/kg,

34.242 hectáreas). Por otro lado, la caída en la recaudación impositiva con relación al nivel de actividad en 2010 alcanza a 318 millones de dólares. Resulta válido comentar que ante un escenario de descapitalización y sin financiación para capital de trabajo, es difícil disponer de todos los recursos económicos para mantener la calidad de fruta en un entorno de cambios en los precios relativos (Thefs, 2013).

Recomendación

Implementar un programa financiero de recuperación frutícola en etapas complementarias para todos los productores integrados y de primera venta; haciendo énfasis al inicio en mejorar la calidad de la oferta para alcanzar un objetivo de equilibrio económico (Etapa 1, Tabla 1). Además, esto mejora el posicionamiento competitivo -mercado nacional e internacional- y facilita de manera eficaz una campaña para promover el consumo interno al lograr una mayor calidad en la oferta. Luego para generar rentabilidad y poder repagar el financiamiento del programa en su totalidad (Etapas 2 y 3, Tabla 1), es muy interesante hacer hincapié en la diminución del descarte con la incorporación tecnológica -malla anti granizo- para minimizar daño climático en la fruta y aumentar la oferta de buena calidad para venta en fresco (Behmer, Gonzalez & Colavita, 2019) (Di Masi et al., 2017) (Rodriguez et al., 2020) (Raffo et al., 2015); complementado con la incorporación de ayuda mecánica (Mignone et al., 2011). Con la incorporación tecnológica en producción la fruticultura pasa a ser inclusiva -facilita la incorporación de la mujer y personas con limitaciones físicas-, permite innovar en lo social con el cambio de personal temporario a fijo y disminuye riesgos laborales; en un contexto de problema social en el temporario (Balsamo et al., 2020) (Albertí et al., 2020). El promover el recambio varietal tiene la meta de aumentar el precio de venta y con ello mejorar la rentabilidad, pero no implica alcanzar el objetivo de mejorar el consumo saludable a nivel recomendable en nuestro país, pensando en el alto poder adquisitivo de su demanda. Finalmente, resulta válido referenciar una etapa superadora a la incorporación de tecnología en la producción que prioriza esta investigación, como es incorporar tecnología en el proceso de clasificación, empaque y conservación de fruta; que reduciría hasta 16.33 centavos de dólares el costo de venta en fresco por kilo de fruta (2.94 dólares por caja de 18 kilos). La cual no fue analizada en este trabajo pero esta referenciada en propuestas de políticas públicas de los Gobiernos Provinciales de Rio Negro y Neuquén (Libro Blanco, 2016).

TABLA 1 - Retorno fruta con diferentes estrategias de recuperación sectorial (en dólares)

DETALLE

Hectareas Cosecha (ton) Rinde productivo (ton/ha) Descarte en producción (ton/ha) Fruta empacada para venta en fresco (ton) -Precio de venta exportación (kg) Pera FOB (kg) Manzana FOB (kg) -Otros costos y gastos (kg) -Valor fruta y mano de obra (kg) Mano de obra (kg) Costo de producción fruta cosechada (kg) Ajuste eficiencia calidad-descarte-empleo (kg) Retorno fruta empacada en fresco (kg) Ingresos del retorno fruta empacada Mejora Rentabilidad productor integrado y primera venta Empleos directos Jornales directos

AYUDA MECÁNICA

(etapa 3)

34.242 1.128.255 32,95 28,70% 804.456 $ 0,945 $ 0,846 $ 1,042 $ 0,310 $ 0,635 $ 0,189 $ 0,250 $ 0,153 $ 0,403 $ 387.622.169 $ 48.118.197 $ 122.905.734 41.855 6.371.447

MENOR DESCARTE

(etapa 2)

34.242 1.128.255 32,95 14,70% 962.364 $ 0,945 $ 0,846 $ 1,042 $ 0,300 $ 0,645 $ 0,249 $ 0,250 $ 0,103 $ 0,353 $ 339.503.972 $ 135.476.260 $ 98.912.988 40.828 6.404.539

MEJORAR CALIDAD

(etapa 1)

34.242 1.128.255 32,95 28,70% 804.456 $ 0,943 $ 0,846 $ 1,042 $ 0,300 $ 0,643 $ 0,289 $ 0,250 $ 0,004 $ 0,254 $ 204.027.712 $ 66.245.190 $ 2.913.837 41.855 6.371.447

SITUACIÓN

2019

34.242 1.128.255 32,95 28,70% 804.456 $ 0,861 $ 0,772 $ 0,951 $ 0,300 $ 0,561 $ 0,289 $ 0,250 $-0,079 $ 0,171 $ 137.782.522

$-63.331.353 40.626 6.168.413

Fuente: Elaboración propia (*) Resumen del trabajo de investigación presentado en l 51ª Reunión Anual de la Asociación Argentina de Economía Agraria (29 y 30 de Octubre de 2020).

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