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Devocional
SU INTENCIÓN ERA OTRA
“Y su hijo mayor estaba en el campo; y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano. Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase”. Lucas 15:25-28
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Rev. Humberto Henao
EL CAPÍTULO 15 de Lucas nos habla de las tres parábolas de la gracia: la oveja perdida, la moneda perdida y la del hijo perdido o pródigo. Ocupémonos un momento del hermano mayor del pródigo. Siempre predicamos del pródigo que es un ingrato, que es el hijo menor que salió un poquito díscolo, algo desubicado, que pidió la herencia anticipadamente y la malgastó, etc. Pero veamos al otro joven, el que quedó en casa, el hijo mayor, el que socialmente lo tenían como el mejor, el cual se le consideraba obediente y sumiso. Toda la mala experiencia que vivió el hijo menor, lo llevó a reflexionar, levándole a un encuentro con Dios (vv. 17-19). Este joven determinó que nunca más volvería a cuidar cerdos, que jamás se perdería, que ahora su futuro sería como jornalero, pero lo dijo con dignidad: “aunque sea jornaleando, manejando una herramienta, tendré comida digna, y me apartaré de esta vida miserable”. Y usted ve que de verdad lo hizo. Cuando el hijo menor llegó a casa, el padre lo re-
cibió. “El padre dijo a sus siervos: Sacad el mejor vestido, y vestidle; y poned un anillo en su mano, y calzado en sus pies. Y traed el becerro gordo y matadlo, y comamos y hagamos fiesta; porque este mi hijo muerto era, y ha revivido; se había perdido, y es hallado. Y comenzaron a regocijarse” (vv. 22-24). Se suspendió toda actividad material en esa finca, hubo una gran fiesta.
“Y su hijo mayor estaba en el campo, y cuando vino, y llegó cerca de la casa, oyó la música y las danzas; y llamando a uno de los criados, le preguntó qué era aquello. Él le dijo: Tu hermano ha venido; y tu padre ha hecho matar el becerro gordo, por haberle recibido bueno y sano” (vv. 25-27). El criado se lo cuenta con alegría; y el hermano mayor no se alegró. En Colombia la historia de la violencia está en un
libro plasmado. Dice la historia de dos hermanos, gemelos, que tuvieron una contienda. Resulta que uno de ellos fue secuestrado durante doce años, en poder de esos grupos irregulares. Cuando ese muchacho fue libre, el otro se fue a esperarlo a la base aérea de Tolemaida y cuando lo vio bajar del avión soltó el llanto y corrió a recibirlo. Fue muy emotivo ese encuentro, después de doce años atrás, ahora se estaban perdonando. Es la reacción natural cuando hay sentimientos y afectos. Pero aquí hay uno que en vez de correr con sus brazos abiertos a recibir a su hermano, otra fue su
reacción. “Entonces se enojó, y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrase” (v. 28). Se enojó y no quería entrar. ¿Qué le produjo el enojo, qué le produjo molestia, si después de todo el otro se ha gastado su herencia? Algo había en el corazón de este hombre, el criado estaba más entusiasta que él. El papá le rogaba que entrase, y el hijo no quería. ¿Por qué un hermano en la carne se comporta de esa manera? ¿Qué fue lo que lo llevó a esas condiciones de no querer ir a saludar a su hermano? Él tenía unos intereses aparte. Este hombre no quería entrar, porque vio que su hermano representaba una amenaza para sus intereses económicos y materiales. A él le importaba más la economía que la vida de su propio hermano. No es esa la motivación que lleva a muchos a alcahuetear y tolerar el pecado en sus iglesias. Hay pastores que saben que alguien está en pecado y lo siguen utilizando, callados la boca, porque representa economía para su bolsillo.
El versículo 29 dice: “Mas él respondiendo, dijo al padre: He aquí, tantos años te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás –era una aparente obediencia,
tenía otra motivación–, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos”. Oiga la amargura acumulada que tenía en su corazón. Lea el versículo
30: “Pero cuando vino este tu hijo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo”. Está haciendo la comparación. El hombre servía, pero servía de mala gana, estaba ya en la casa, pero por dentro había otros intereses. Hay gente que está dentro de nosotros, pero con el corazón afuera. En esta obra Dios quiere gente comprometida de verdad.
Note cómo habla el papá: “Él entonces le dijo: Hijo, tú siempre estás conmigo, y todas mis cosas son tuyas” (v. 31). El papá le dice, “era necesario hacer fiesta y regocijarnos, porque este tu hermano –le hace ver que es su hermano, que es de su propia sangre– era
muerto, y ha revivido; se había perdido, y es hallado” (v.32). Le está haciendo comprender la razón por la cual hay fiesta, y es que el hermano que había desaparecido ha regresado, la herencia que malgastó eso ya es cosa pasada. Para Dios vale mucho la persona, y mucho más la buena relación entre los hermanos.
50 AÑOS EN DISPONIBILIDAD
Evento: Convención Nacional y 50 aniversario del MMM de Venezuela. Fecha: 26 al 29 de octubre. Lugar: Maracaibo, Venezuela.
CON UNA multitudinaria concurrencia de fieles del Señor, el Movimiento Misionero Mundial de Venezuela celebró su Convención Nacional y festejó su cincuenta aniversario de creación en la ciudad de Maracaibo, situada en el noroeste del territorio venezolano, que se transformó en casa de Dios y puerta del cielo. En el primer servicio de la fiesta espiritual, cuyo lema fue: “50 años en disponibilidad”, el reverendo José Arturo Soto, Presidente Internacional del Movimiento Misionero Mundial, tuvo el privilegio de ministrar las buenas nuevas. Apoyado en Josué 14:1011, desarrolló la prédica: “Caleb, un héroe de la fe”. En su disertación, el siervo Soto apuntó que: “Caleb fue un héroe de la fe. Podemos sacarlo como uno de los grandes ejemplos de la fe. Caleb fue un hombre de Dios de enorme significado en la Obra que se hizo en su tiempo. Caleb nació en Egipto y nació en
el tiempo en el que más era sometido a sufrimiento el pueblo de Israel”.
Obra misionera
El reverendo Clemente Vergara, Director Internacional del MMM, fue el responsable de predicar el Evangelio del Redentor en el segundo culto de la actividad espiritual que fue transmitida al mundo por la señal de Bethel Televisión. Fundamentado en Hechos 1:8, ofreció una poderosa enseñanza que impactó a la feligresía. “Nosotros estamos dentro de una Obra misionera. Somos misioneros desde los comienzos, desde los principios, desde que empezó este trabajo. Y terminaremos siendo misioneros cuando el Señor levante su iglesia al cielo. Es una Obra que se ha extendido por el mundo”, expresó el pastor Clemente en su exposición bíblica. En el tercer servicio del evento, el reverendo Mario Lima, Director Internacional de la Obra de Dios y Supervisor Nacional del Movimiento Misionero Mundial de Bolivia, fue el instrumento elegido por el Altísimo para compartir la sana doctrina. Basado en Habacuc 3:17-18, propaló un mensaje enfocado en la alegría en Jehová. En su ponencia, el pastor Lima señaló que: “Estamos en un momento crucial, pero la Biblia nos dice con todo yo me gozaré en Jehová, yo me alegraré en el Señor. Las naciones estamos pasando por momentos muy difíciles. Pero que nada nos quite el gozo del Señor. Esta fiesta no se puede opacar por ninguna circunstancia”. El reverendo Ernesto Estupiñán, miembro del MMM de Colombia, fue el encargado de anunciar la doctrina del Mesías en el culto de clausura de la Convención Nacional de la congregación establecida en suelo venezolano en 1972. Apoyado en 2 Reyes 9:1-6 y 10-13, divulgó la conferencia: “Hombres con disponibilidad para servir”. “No se preocupe que hay un Dios que mira para abajo. Hay un Dios que conoce los corazones. Hay un Dios que sabe quién es usted. Usted no necesita títulos para Dios. Ante Dios se necesita obediencia y humildad. Dios no mira qué cargo tengo yo. Dios tiene propósitos”, afirmó el pastor Estupiñán en su discurso.
REVESTIDAS DE FUERZA Y HONOR
Evento: Primera Convención Nacional de Damas. Fecha: 10 al 13 de noviembre. Lugar: Sucre, Bolivia.
EN LA METRÓPOLI de Sucre, en el auditorio de la Villa Bolivariana, el Movimiento Misionero Mundial de Bolivia realizó su Primera Convención Nacional de Damas que tuvo como lema: “Revestidas de fuerza y honor”, con la presencia de alrededor de mil fieles de Jesucristo quienes se congregaron para honrar al Creador. La hermana Maritza Montoya, esposa del reverendo Gerardo Martínez, Supervisor Nacional
del MMM de Chile, tuvo la responsabilidad de predicar la Palabra de Jehová en el primer servicio del evento. Fundamentada en Jueces 1:1115, compartió la enseñanza: “¿Qué tienes?, ¿qué pides?”. En su prédica, afirmó que: “Estamos viviendo en un tiempo difícil”. En el segundo culto de la fiesta espiritual, el reverendo Epifanio Asprilla, Asistente Internacional de la Obra de Dios, fue el predicador elegido para transmitir la sana doctrina del Redentor. Basado en Proverbios 31:29, expuso el tema: “Revestidas de fuerza y honor”. En su disertación, expresó que: “El cristianismo es una fuente de bendición”.
Mujer de Dios
La sierva Rosalba Medina, esposa del pastor Asprilla, fue el instrumento elegido por el Altísimo para irradiar el Evangelio del Mesías en el tercer servicio de la reunión de fe. Respaldada en Proverbios 31:25-29, ofreció una prédica bajo el mismo tema: “Revestidas de fuerza y honor”. En su ponencia, acotó que: “La mujer de Dios es diferente”. En el cuarto culto, la hermana Nidia Gómez, integrante del MMM del Paraguay, fue la responsable de ministrar el maná celestial. Apoyada en 2 Samuel 6:3-11, tituló su mensaje: “Llevando el arca de Dios al hogar”. En su conferencia señaló que: “Dios es el que nos viste”. La sierva Maritza Montoya volvió a evangelizar al pueblo de Dios en el quinto servicio. Cimentada en Salmos 4:1, desarrolló su mensaje enfocado en el dolor. En su predicación remarcó que: “El Señor ha hecho en el ser humano su obra perfecta”. En el culto final de la Primera Convención Nacional de Damas del Movimiento Misionero Mundial de Bolivia, la hermana Rosalba Medina contó con el privilegio de predicar una vez más la Palabra de Dios. Asentada en Juan 6:68, compartió la enseñanza: “Cambiemos el lenguaje y hablemos palabras de vida”. En su exposición, dijo que: “Con nosotros está el Rey”.