PERSPECTIVAS WITTGENSTEINIANAS Lenguaje, significado y acción

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PERSPECTIVAS WITTGENSTEINIANAS Lenguaje, significado y acción

Freddy Santamaría Velasco Nino Angelo Rosanía Maza Karen Miladys Cárdenas Almanza



Al profesor Alejandro Tomasini Bassols (maestro y amigo), como muestra de reconocimiento y gratitud por su incansable dedicación en el cultivo de wittgensteinianos en Latinoamérica.



Agradecimientos Queremos expresar nuestra profunda gratitud a los autores que contribuyeron con este volumen y a sus respectivas instituciones universitarias por la confianza —y paciencia — depositadas en nosotros. De igual manera, nuestros agradecimientos a Tirant lo Blanch, así como a la Editorial Universidad Pontificia Bolivariana; sin su gestión no hubiese sido posible la materialización de este proyecto.



Alejandro Tomasini Bassols Profesor investigador del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Sus intereses académicos se centran en la filosofía de Russell de Wittgenstein. De sus publicaciones recientes, en torno al pensamiento de Wittgenstein, se destacan: Wittgenstein: del Tractatus a las Investigaciones, publicado por la Editorial de la Universidad Nacional de Rosario en 2019, Explicando el Tractatus. Una introducción a la filosofía de Ludwig Wittgenstein, publicado por Herder en 2017. También, Releyendo a Wittgenstein, publicado por Edere en 2017. Correo electrónico: altoba52@gmail.com. Andrew Lugg Profesor emérito del Departamento de Filosofía de la University of Ottawa (Canadá). Sus intereses académicos se centran en la filosofía de Wittgenstein y W.V. Quine. Algunos de sus trabajos recientes sobre el pensamiento de Wittgenstein son Incompatible Colours and the Development of Wittgenstein’s Philosophy, publicado en la edición de Marcos Silva, Colour in the Development of Wittgenstein’s Philosophy, en 2017, por Palgrave Macmillan. Otra de sus publiaciones significativas es Impossible Colours: Wittgenstein and the Naturalist’s Challenge, publicado en la edición de Marcos Silva, How Colours Matter to Philosophy, en 2017, por Springer International Publishing. Correo electrónico: andrew.lugg@uottawa.ca 11


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Perspectivas wittgensteinianas: lenguaje, significado y acción

Angélica María Rodríguez Ortiz Profesora investigadora de la Universidad Autónoma de Manizales. Su trabajo académico se han centrado en la filosofía del lenguaje y de la mente, la filosofía analítica y la epistemología. Entre sus publicaciones recientes se encuentra la obra Naturaleza biopragmática de la moral. Lenguaje y mente, condiciones necesarias de la institución moral, publicado en 2018 por la Universidad Pontificia Bolivariana. La filosofía y la formación moral en el mundo contemporáneo, publicado en 2008 por la Editorial Universidad de Caldas, es otra de sus publicaciones representativas Correo electrónico: angelica.rodriguez276@gmail.com Chon Tejedor Profesora investigadora de la Universidad de Valencia (España). Sus principales intereses giran en torno a Wittgenstein, la filosofía de la mente, y la ética. Ha sido editora del British Wittgenstein Society. Entre sus publicaciones recientes sobre el pensamiento de Wittgenstein se encuentran The Early Wittgenstein on Metaphysics, Natural Science, Language and Value, publicado en 2015 por Routledge, y también Starting with Wittgenstein, publicado en 2011 por la editorial Continuum. Correo electrónico: chon.tejedor@ uv.es


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Cristina Bosso Profesora investigadora de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional de Tucumán, (Argentina). Entre sus áreas de interés destacan la filosofía de Wittgenstein y la antropología filosófica. Algunas de sus publicaciones recientes sobre Wittgenstein son Wittgenstein, mares del lenguaje, publicado en 2018 por la Editorial Lago, Argentina; y El concepto de filosofía en Wittgenstein, publicado en el 2015 por la editorial Prometeo (compiladora de los textos). Correo electrónico: cbossop@gmail.com Dora Alejandra Ramírez Vallejo Profesora de la Universidad EAFIT y la Universidad Pontificia Bolivariana (Medellín – Colombia). Integrante de la línea Comunicación, Cultura y Poder del Grupo de investigación de Comunicación y Estudios Culturales, Departamento de Comunicación Social, Escuela de Humanidades, Universidad EAFIT. Sus intereses giran en torno a la pragmática, el análisis del discurso, la teoría de la comunicación y la filosofía del lenguaje. Es miembro de la Asociación Colombiana de Investigadores en Comunicación (ACICOM). Algunas de sus recientes publicaciones son La fuerza del lenguaje en la construcción social de la realidad, publicado en 2018 por la Universidad Pontificia Bolivariana; El trabajo de la comunicación: compromiso y crítica en América Latina, publicado en 2018 por la Universidad San Buenaventura. Correo electrónico: doraramirezvallejo@ gmail.com


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Freddy Santamaría Velasco Profesor de la Universidad Pontificia Bolivariana (Medellín – Colombia). Líder de la línea de investigación: Lenguaje y Acción. Profesor e investigador visitante en la Australian Catholic University (ACU). Entre sus líneas de investigación se hallan la filosofía del lenguaje y la filosofía analítica, y el (neo) pragmatismo. Algunas de sus publicaciones en torno a la obra de Wittgenstein son las siguiente: Hacer mundos: el nombrar y la significatividad, publicada en el 2016 por Siglo del Hombre Editores, en coedición con la Universidad Pontifica Bolivariana. También está Lecturas analíticas, publicado en 2011, por la Editorial San Buenaventura. Miembro de la Sociedad Colombiana de Filosofía (SCF). Correo electrónico: freddy.santamariave@ upb.edu.co. Javier Vilanova Arias Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Entres sus temas de investigación se encuentran la filosofía de la lógica y del lenguaje, principalmente en Moore, Wittgenstein y Austin. Entres su publicaciones recientes en torno a Wittgenstein están Wittgenstein: democracia lingüística, democracia filosófica, publicado en 2018 en la compilación de Cristina Bosso y Santiago Garmendia, Wittgenstein, mares del lenguaje, por la Editorial Lago. Las metodologías filosóficas de Wittgenstein y Austin: de los juegos de lenguaje a la fenomenología lingüística, es otra de sus creaciones, publicada en 2016 en la compilación de


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Tomassini, A. y Grajales G., Wittgenstein y sus críticos, por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades Alfonso Vélez Pliego de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Correo electrónico: vilanova@filos.ucm.es Mauro Luiz Engelmann Profesor de filosofía de la Universidade Federal de Minas Gerais. Sus trabajos están centrados en la filosofía contemporánea, específicamente, en la filosofía de Frege, Russell, Moore y Wittgenstein. De sus publicaciones recientes, en torno al pensamiento de Wittgenstein, se destacan: Phenomenology in Grammar: Explicitation-Verificationism, Arbitrariness, and the Vienna Circle, publicado en 2018 en la compilación de Oskari Kuusela, Mihai Ometita, y Timur Uçan, Wittgenstein and Phenomenology por la editorial Routledge. También se cuentan, dentro de sus obras,What Does a Phenomenological Language Do? (Revisiting Some Remarks on Logical Form in its Context), publicado en la edición de Marcos Silva, Colour in the Development of Wittgenstein’s Philosophy, en 2017, por Palgrave Macmillan. Correo electrónico: mauroengelmann@gmail.com Karen Miladys Cárdenas Almanza Doctora en Ciencias del Lenguaje. Profesora del Colegio de Lingüística y Literatura Hispánica de la Facultad de Filosofía y Letras de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Delegada de la Asociación Latinoamericana de


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Estudios del Discurso (ALED-México). Sus principales líneas de investigación son la filosofía del lenguaje, la pragmática cognitiva y el análisis del discurso. Entre sus trabajos recientes en torno a Wittgenstein se inscriben Cómo es posible comunicar una visión de mundo a través de sinsentidos: un recorrido a la paradoja wittgensteiniana, publicado en 2016, en la compilación de Enrique Pérez, Lenguaje y memoria, en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Correo electrónico: karencardenasalmanza@gmail. com Mauricio Beuchot Puente Es profesor investigador del Centro de Estudios Clásicos del Instituto de Investigaciones Filológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Sus principales intereses de investigación están dedicados a la filosofía del lenguaje y la hermenéutica. De sus publicaciones recientes, en torno al pensamiento de Wittgenstein, se destaca: Ludwig Wittgenstein. Analogía y parecidos de familia, publicado en 2015 por la editorial Herder. Correo electrónico: mbeuchot50@gmail.com Miguel Ángel Quintana Paz Profesor en la Universidad Europea Miguel de Cervantes (España). Sus áreas de interés son Wittgenstein, la epistemología y la ética. Algunas de sus publicaciones sobre el pensamiento de Wittgenstein son: Reglas. Un ensayo de


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introducción a la hermenéutica de manos de Wittgenstein y Sherlock Holmes, publicado en 2017 por Ápeiron Ediciones. Normatividad, interpretación y praxis. Wittgenstein en un giro hermenéutico-nihilista se cuenta también dentro de sus textos, publicado en 2014 por la editorial de la Universidad Europea Miguel de Cervantes. La traducción de la obra de Ludwig Wittgenstein Últimas conversaciones, en el 2004, por la editorial Sígueme, hace también parte de sus trabajos. Correo electrónico: maquintana@uemc.es Modesto Gómez Alonso Es actualmente Profesor en la Facultad de Filosofía de la Universidad de La Laguna, España. Doctor en Filosofía por la Universidad Pontificia de Salamanca. Sus áreas de investigación incluyen la epistemología de virtudes, el escepticismo radical, la Hinge Epistemology y la metafísica de disposiciones. Entre sus principales publicaciones se cuentan: Frágiles certidumbres. Wittgenstein y Sobre la certeza. Duda y lenguaje (Salamanca: Publicaciones Universidad Pontificia de Salamanca, 2006); «Cartesian Humility and Pyrrhonian Passivity: The Ethical Significance of Epistemic Agency» (Logos & Episteme 7, 4, 2016: pp. 461–487); «Wittgenstein on the Will and Voluntary Action» (En: Action, Decision–Making and Forms of Life, editado por Jesús Padilla Gálvez. Berlin and Boston: De Gruyter, 2016, pp. 77–108); «Wittgenstein, Schopenhauer, and the Metaphysics of Suicide» (Revista de Filosofía Aurora 30, 49, 2018: pp. 299–321); «Virtue Perspectivism, Normativity, and the Unity of Knowledge» (Daimon. Revista Internacional de Filosofía 75, 2018: pp.


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119–130); «Wittgenstein y el impacto de Sobre la certeza en la epistemología contemporánea» (En: Wittgenstein y el escepticismo. Certeza, paradoja y locura, editado por David Pérez Chico. Zaragoza: Prensas Universitarias de Zaragoza, 2019, pp. 25–62). Ha traducido textos de Ernest Sosa y Peter Hacker al castellano. Nino Angelo Rosanía Maza Investigador en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Sus intereses de investigación están centrados en la obra de Ludwig Wittgenstein, la filosofía del lenguaje y de la mente, el pragmatismo clásico y contemporáneo. Entre sus trabajos recientes en torno a Wittgenstein encontramos, por ejemplo, Cómo es posible comunicar una visión de mundo a través de sinsentidos: un recorrido a la paradoja wittgensteiniana. Este fue publicado en 2016, en la compilación de Enrique Pérez denominada Lenguaje y Memoria en el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Correo electrónico: ninorosania@gmail.com Pablo Quintanilla Pérez – Wicht Profesor de filosofía en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Sus áreas de investigación son la filosofía de la mente y del lenguaje, el pragmatismo clásico y contemporáneo. Dentro de sus publicaciones sobre Wittgenstein y el pragmatismo están, entre otras, El pensamiento pragmatista


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en la actualidad: conocimiento, lenguaje, religión, estética y política. Este libro fue editado en el 2015 por el Fondo Editorial PUCP. Los confines del deseo. Wittgenstein y James sobre el libre albedrío, es otro de sus artículos, publicado en la compilación de Alejandro Tomasini y Silvia Rivera, Wittgenstein en español, por la Editorial de la Universidad de Lanus, en el 2009. Correo electrónico: pquinta@pucp.edu.pe Pamela Lastres Dammert Profesora de filosofía en la Pontificia Universidad Católica del Perú. Entre sus áreas de interés se destacan la filosofía de Wittgenstein, la lógica y epistemología. Algunas de sus publicaciones recientes sobre Wittgenstein son Wittgenstein: terapéutica y ética de la filosofía, publicado en 2018 en Los caminos de la filosofía. Diálogo y método, por el Fondo Editorial PUCP. Wittgenstein contra Boghossian: cómo sortear las trampas del relativismo es otro de sus textos, el cual se Publicó en 2016 como parte de la compilación de Tomassini, A. y Grajales G., Wittgenstein y sus críticos, por el Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades “Alfonso Vélez Pliego” de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Correo electrónico: pamela.lastres@pucp.pe Porfirio Cardona-Restrepo Profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Pontificia Bolivariana (Medellín – Colombia). Sus intereses de investigación giran en torno a los neopragmatistas, a la estética y a la teoría política. Es director de la Colección Estéticas Contemporáneas, en la


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cual ha consolidado un importante trabajo desde la obra neopragmatista de Richard Shusterman. Autor del libro Ética política, estética neopragmática, publicado por la Editorial UPB. Algunas de sus publicaciones sobre las relaciones entre el pragmatismo y la filosofía wittgensteiniana son Estéticas contemporáneas: cuerpo y acción, publicado en 2015 por la Editorial Universidad Pontificia Bolivariana. Otro de los textos por destacar es Estética analítica: entre el pragmatismo y el neopragmatismo, publicado por la misma editorial en 2014. Correo electrónico: porfirio.cardona@upb.edu.co Simón Ruiz-Martínez Investigador del grupo de Estudios Políticos en la línea Lenguaje y Acción y profesor de la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad Pontificia Bolivariana. Magíster en Estudios Políticos y Profesional en Filosofía y Letras de la misma universidad. Autor del artículo: Doy razones: ‘yo’ como operador anafórico; coautor del artículo ¿Qué significa pertenecer a una comunidad? Y del capítulo de libro: Pragmática para la justicia global. Sus líneas de investigación son: Pragmatismo social, elección racional y teoría política. Correo electrónico: simon.ruizm@upb.edu.co Vicente Sanfélix Vidarte Profesor investigador de la Universidad de Valencia (España). Sus principales intereses giran en torno a Wittgenstein, la epistemología y la filosofía de la mente.


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Ha sido presidente de la Academical Society of Philosophy (2005-2009). Entre sus publicaciones recientes sobre el pensamiento de Wittgenstein se encuentran Luigi Perissinotto & Vicente Sanfélix (Editors), Doubt, Ethics and Religion. Wittgenstein and the Counter-Enligthenment, publicada en 2011 por la editorial Ontos Verlag. Etica e Logica. Weininger e Wittgenstein, es otro de sus textos, publicado en 2010 en L. Perissinotto (Edt), Un filosofo senza trampoli. Saggi sulla filosofia di Ludwig Wittgenstein, por la editorial Mimesis Edizione. También se cuentan, dentro de sus textos, La filosofía de un héroe, publicado en 2009 en L. Wittgenstein, Cuadernos de notas (1914-1916). Correo electrónico: vicente.sanfelix@uv.es



Índice Abreviaturas de las obras de Wittgenstein..................... 25 Introducción...................................................................... 29 I.

Wittgenstein: lógica y gramática......................... 43 Wittgenstein Sobre Colores, Lógica y Gramática.......... 45 Alejandro Tomasini Bassols Wittgenstein and the Representation of Colour............. 69 Andrew Lugg Wittgenstein: tres coordenadas lógicas para la objetividad.................................................................... 101 Simón Ruiz-Martínez - Nino Angelo Rosanía Maza.

II.

Wittgenstein: significado y conocimiento............ 141 La vaguedad como rasgo del significado en las Investigaciones Filosóficas............................................. 143 Javier Vilanova Arias Wittgenstein, Ayer y Davidson. Sobre significado y verificación.................................................................... 189 Pablo Quintanilla Pérez Trivialidades y certezas básicas: una lectura terapéutica de Sobre la certeza ....................................................... 213 Pamela Lastres Dammert Wittgenstein: metafísica y alienación............................ 237 Modesto Gómez Alonso 23


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III.

Wittgenstein: religión y antropología................ 279

El conocimiento religioso en Wittgenstein.......................... Vicente Sanfélix - Chon Tejedor

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La articulación de aspectos de un “punto de vista religioso” en Wittgenstein y la crítica del “culto de la utilidad” de la Modernidad (de Spengler a Frazer, por medio de Keynes, Kierkegaard, Hänsel, Tolstoi y Dostoievski)......................................................................... 305 Mauro Luiz Engelmann Interpretación de la filosofía de Wittgenstein desde el pensamiento analógico........................................................ Mauricio Beuchot Puente

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Desde Wittgenstein: elementos para una antropología filosófica contemporánea..................................................... Cristina Bosso

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IV.

Wittgenstein: lenguaje y acción.......................... 405

Wittgenstein y Searle: entre los juegos de lenguaje y los actos de habla...................................................................... Angélica Rodríguez - Dora A. Ramírez- Vallejo

407

Acción y comunidad. Wittgenstein y su influencia en los (neo) pragmáticos.......................................................... Freddy Santamaría & Porfirio Cardona-Restrepo

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Cinco modos de usar a Wittgenstein contra el marxismo... Miguel Quintana Paz

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Abreviaturas de las obras de Wittgenstein Abreviaturas genéricas BB

The Blue and Brown Books

BT

The Big Typescript (TS 213)

CE

“Cause and Effect: Intuitive Awareness”

CV

Culture and Value

LC

Lectures and Conversations on Aesthetics, Psychology and Religious Belief

LE

“(Wittgenstein’s) Lecture on Ethics”

LWPP I

Last Writings on the Philosophy of Psychology, Vol. 1

LWPP II

Last Writings on the Philosophy of Psychology, Vol. 2

NB

Notebooks 1914–1916

NFL

“Notes for Lectures on ‘Private Experience’ and “Sense Data”

OC

On Certainty

PG

Philosophical Grammar

PI

Philosophical Investigations (Part two is referred to as PI II, pg. nr.)

PPO

Private and Public Occasions

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PR

Philosophical Remarks

PU

Philosophische Untersuchungen

RC

Remarks on Colour

RFGB

“Remarks on Frazer’s Golden Bough”

RFM

Remarks on the Foundations of Mathematics

RPP I

Remarks on the Philosophy of Psychology, Vol. 1

RPP II

Remarks on the Philosophy of Psychology, Vol. 2

TLP

Tractatus Logico-Philosophicus

Z

Zettel

Las referencias a los ‘manuscripts’ y ‘typescripts’ son presentadas como MS y TS cuya numeración corresponde al catálogo de H.G. Von Wright.

Cartas LRKM

Letters to Russell, Keynes and Moore, ed. G. H. von Wright.

WC

Wittgenstein in Cambridge: Letters and Documents 1911–1951, ed. Brian McGuinness.


Abreviaturas de las obras de Wittgenstein

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Notas tomadas por otros AWL

Wittgenstein’s Lectures, Cambridge 1932–5

LC

Lectures and Conversations on Aesthetics, Psychology and Religious Belief

LFM

Wittgenstein’s Lectures on the Foundations of Mathematics, Cambridge 1939, ed. Cora Diamond.

MWL

“Wittgenstein’s Lectures 1930–33”, G. E. Moore’s notes from Wittgenstein’s lectures

VW

The Voices of Wittgenstein: The Vienna Circle, Gordon Baker ed.

WL

Wittgenstein’s Lectures, Cambridge 1930–32, ed. Desmond Lee.

WVC

Wittgenstein and the Vienna Circle: Conversations recorded by Friedrich Waismann, ed. Brian McGuinness.

Otras abreviaturas CW

Drury, Conversations with Wittgenstein

DW

The Decline of the West

GB

The Golden Bough, abridged version.

LT

Licht und Schatten

MP

Movimientos del pensar

RLF

Some remarks on Logical Form



Introducción Freddy Santamaría Velasco, Nino Angelo Rosanía Maza y Karen Miladys Cárdenas Almanza En una entrevista efectuada a Ian Hacking, en el marco de una visita en el año 2012 para impartir la Cátedra José Gaos en el Instituto de Investigaciones Filosóficas de la Universidad Nacional Autónoma de México, se le preguntó: ¿cuánto del pensamiento de Wittgenstein cree usted que está presente en la filosofía actual? A lo cual, él respondió: ¿Ahora mismo? Muy poco. Wittgenstein no es un campo activo para la mayor parte de los filósofos especializados. Por otra parte, Wittgenstein es una figura ampliamente leída por un público con todo tipo de intereses, aunque, de entre la gente que enseña y se proclama filósofa, hay muy pocos interesados en el filósofo vienés. Uno de sus admiradores, de la generación precedente a la mía, me dijo: “Pareciera que Wittgenstein ni siquiera ha existido. La gente continúa cometiendo los mismos viejos errores”. Ese es un punto de vista. Ahora bien, en términos de su vigencia actual entre los filósofos contemporáneos, en cualquier lengua alrededor del mundo, no es una figura relevante. Yo creo que es una figura relevante, creo que lo es, incluso, de una manera profunda, y lo es en la “república de las letras” en todo el mundo civilizado. Wittgenstein es el tipo de filósofo a quien un adolescente puede leer y con quien puede obsesionarse. Esto es muy importante (aunque no es lo que él quería), pero demuestra que está hablando, de hecho, a una audiencia mucho más amplia que aquella de los filósofos profesionales. Es considerablemente más importante para el mundo en general que los “filósofos

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técnicos” a quienes la gente estudia. (Olivo, P. & Martínez, A. 2012, p. 7).

Como podemos observar, a pesar de haber participado en el desarrollo de dos importantes escuelas filosóficas dentro de la tradición analítica, y de ser durante un período considerable una figura icónica en el ambiente académico anglosajón, parece ser que Wittgenstein, en la filosofía contemporánea (y sobre todo la de cuño analítico), ya no desempeña un papel central . Como bien lo ha señalado el profesor Alejandro Tomasini (2012): 1

Mucha de la labor de los filósofos contemporáneos ha consistido, abierta o subrepticiamente, en un denodado (y, podemos asegurarlo, estéril) esfuerzo por rechazar o poner en entredicho los resultados a los que Wittgenstein llegó. Dado que se ha visto que ello no es factible (no, por lo menos, por parte de los grandes filósofos clásicos de nuestros tiempos, mucho menos por parte de los menores), entonces se fue paulatinamente optando por una más efectiva política consistente en simplemente ignorar a Wittgenstein, manteniéndolo en un pedestal del cual nadie lo baja, pero al cual nadie se arrima, todo esto con las honrosas excepciones de siempre. (p. 361)2 1

No estamos negando que existan filósofos en el panorama actual cuya obra, en alguna medida, haya recibido el influjo de Wittgenstein: Stanley Cavell, Crispin Wright, Alejandro Tomasini, Modesto Gómez, Juan J. Acero, Magdalena Holguín, por citar algunos a guisa de ejemplo.

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En este sentido, cualquiera acompañaría la duda o inconformidad expresada por Alfred Ayer (1986), respecto a Wittgenstein, en donde señala que, considerando la fuerza de la personalidad, y la total entrega a su propia concepción de la filosofía, se podía haber esperado que fundara una importante escuela en donde se trabajara en mayor o menor medida a su imagen y semejanza.


Introducción

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El modo como Wittgenstein concibe la filosofía, esto es, como una actividad elucidatoria y no como un conjunto de doctrinas con problemas genuinos sobre los cuales se debe teorizar para ofrecer una explicación o solución racional del fenómeno que se examine, ha sido despreciada y se ha privilegiado la idea de naturalizar la filosofía (cf. Quine, 1969) o de intentar una filosofía experimental (O’Neill & Machery, 2014; Cova, F. et al, 2012; Knobe & Nichols S. 2008), en donde subyace la firme convicción de que la ciencia contribuirá a la resolución de los problemas sempiternos de la filosofía (conciencia, dualismo mente – cuerpo, intencionalidad, etc…). Por lo tanto, las investigaciones filosóficas deberían contener un torrente de datos empíricos y tecnicismos científicos como apoyo a sus tesis principales para explicar un problema. Para disipar estas dudas y, al mismo tiempo, reivindicar su valor filosófico, algunos estudiosos de Wittgenstein han efectuado un esfuerzo colosal por desafiar estas filosofías cientificistas intentando disolver las confusiones, o enredos lingüísticos, generados por algunos neurocientíficos cuando pasan al terreno de la conceptualización sin advertir, en dicha actividad, ningún supuesto filosófico dañino (el cartesianismo, por ejemplo, es el más recurrente. Cf. Hacker & Bennett, 2003), así como por aquellos filósofos profesionales que aplican, de una manera u otra, el enfoque clásico de la filosofía; es decir, aquellos que entienden por filosofía un conjunto de doctrinas con problemas genuinos, empíricos o abstractos, sobre los cuales se debe teorizar para


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ofrecer una explicación o solución racional del fenómeno. Sea como fuere, este es quizás el cuadro que tenemos en la filosofía actual: están quienes insisten (los cuales son muy pocos) en que la filosofía debe desmantelar los enredos o quimeras conceptuales o, por el contrario, quienes piensan que el giro lingüístico, el análisis conceptual o filosofía a la Wittgenstein, son materias superadas que desorientaron la genuina esencia de la actividad filosófica. Como lo podrá detectar el lector fácilmente, este libro adopta el primer enfoque, es decir, el enfoque de quien está persuadido de la relevancia y de la importancia de la obra wittgensteiniana para el quehacer filosófico. El propósito de esta introducción es ofrecer un panorama general respecto de los temas de fondo que tratan los trabajos presentados en esta antología. Los catorce ensayos que constituyen el presente libro y que están agrupados en cuatro secciones, a saber, : I) Wittgenstein: lógica y gramática; II) Wittgenstein: significado y conocimiento; III) Wittgenstein: ética y religión; y IV) Wittgenstein: lenguaje y acción, pretenden ser ejercicios — exegéticos o no — de o sobre filosofía wittgensteiniana. En este sentido, la primera sección, compuesta por tres ensayos, inicia con el artículo del profesor Alejandro Tomasini Bassols, Wittgenstein sobre colores, lógica y gramática, quien nos acerca al trasfondo histórico y filosófico del ya conocido, pero siempre polémico, problema lógico de la exclusión del color expuesto en el Tractatus 6.3751. Tomasini considera que, en realidad, el problema que plantean las atribuciones de color no es más que un caso particular de una clase mucho


Introducción

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más grande de aseveraciones. Por lo tanto, no es el problema de la exclusión del color en sí mismo lo que hizo que se derrumbara el sistema del Tractatus, sino la problemática de las proposiciones elementales que detrás de este se ocultaba. El cuadro que ofrece Tomasini, en la reconstrucción del problema de la incompatibilidad del color, sugiere que Wittgenstein en el Tractatus, más que brindar una solución a este problema, paradójicamente había sembrado en su primera filosofía las semillas de su aniquilación. El primer capítulo del presente libro parte de la idea de que el asunto del color (o mejor expresado: proposiciones concernientes al color) resulta de suma importancia para entender la cuestión de la necesidad lógica, y las implicaciones de esta en el sistema tractariano. Es por eso que en su trabajo intitulado Wittgenstein and the Representation of Colour, el profesor Andrew Lugg sostiene que el tratamiento a la incompatibilidad del color en los notebooks y el Tractatus es más sofisticado y su explicación, en estos primeros trabajos, es más prometedora que de lo que se suele suponer. Lugg considera, como también se puede apreciar en el trabajo de Tomasini, pero con diferentes argumentos, que la incompatibilidad del color no es el talón de Aquiles del Tractatus. Según Lugg, en el Tractatus no se dice, o permite implicar, que las atribuciones de color se pueden analizar en términos de longitudes de onda, de reflectancia de superficie o cualquier otra cosa de este tipo. Para Wittgenstein, el punto clave es que la estructura lógica del color excluye la compatibilidad del color, y la estructura lógica de la materia


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Perspectivas Wittgensteinianas - lenguaje, significado y acción

y el movimiento excluyen la compatibilidad de la posición y la compatibilidad de la velocidad. Tampoco es importante darse cuenta de que equipara la lógica con la lógica de predicados (incluso la lógica proposicional) y sostiene que las afirmaciones sobre el color se pueden reformular como funciones de verdad de Elementarsätze (proposiciones elementales). En este sentido, en el trabajo de Lugg podemos encontrar no solo los inicios del tema en cuestión, sino también una invitación por parte del autor a la revisión exhaustiva de la representación del color. Por último, esta sección cierra con la propuesta de Simón Ruiz-Martínez y de Nino Rosanía: Wittgenstein: tres coordenadas lógicas para la objetividad, donde proponen el concepto de objetividad como criterio para la validez de un razonamiento o acción en el marco de aproximaciones de carácter pragmático, en donde la acción y la objetividad se encuentran permeados por aspectos sociales. Lo que pretenden, a partir de esta definición pragmática de la objetividad, es ofrecer una clave de interpretación de algunos pasajes del Wittgenstein tardío —en especial, su obra Sobre la certeza — y la posible influencia (directa o indirecta) que ella tiene sobre autores posteriores como Wilfrid Sellars, Daniel Dennett y Robert Brandom. La segunda parte comienza con La vaguedad como rasgo del significado en las Investigaciones filosóficas, del profesor Javier Vilanova Arias, en donde señala que el tópico de la vaguedad aparece y es remarcado una y otra vez por el propio Wittgenstein cuando critica las concepciones heredadas


Introducción

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del significado. Por consiguiente, es el tema principal de una larga sección que va del parágrafo 65 al 105 de las Investigaciones filosóficas, en las que Wittgenstein presenta la noción de semejanza de familia con la que se desmarca definitivamente de las concepciones tradicionales, pues tiene también un papel protagonista en las consideraciones sobre seguir una regla (indeterminación de la instrucción escrita), el lenguaje privado (“S” puede querer decir cualquier cosa que yo quiera) o la naturaleza del discurso sobre lo mental (que se nos aparece como vago cuando lo comparamos con el discurso sobre lo físico). Para Vilanova, la tendencia reciente a leer las Investigaciones desde la perspectiva comunitarista y pragmática que aporta Sobre la certeza, han hecho que al día de hoy la vaguedad se haya convertido en un tema menor en la literatura sobre el autor y tienda a cifrarse su valor en uno meramente biográfico. Posteriormente, encontramos el trabajo del profesor Pablo Quintanilla con un ensayo denominado Wittgenstein, Ayer y Davidson sobre significado y verificación. Quintanilla nos muestra que el principio de verificación se propone como un medio para la transmisión de significado. Sin embargo, afirma que tal principio en sí mismo no puede cumplir con dicha tarea, ya que, para que esto suceda, se debe partir de una teoría semántica holista, la cual debe considerar un modelo triangular de interpretación. Asimismo, Quintanilla pretende responder a cuestiones relacionadas con los argumentos anteriores de acuerdo con los cuales una explicación condicional de la verdad del significado puede fracasar, en


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la medida en que las contradicciones y tautologías siempre poseen las mismas condiciones de verdad pero que, aclara, no tienen el mismo significado. El trabajo Trivialidades y certezas, básicas: una lectura terapéutica de Sobre la certeza de la profesora Pamela Lastres Dammert, es un acercamiento a la lectura de la obra de Wittgenstein Sobre la certeza, la cual, según la autora, adelanta una investigación epistemológica terapéutica entre las que menciona el desalojo de algunas expectativas del filósofo tradicional, que ha consistido, según ella, en hallar fundamentos sólidos, pero también la idea de que las taxonomías que se llevan a cabo con rigor proporcionan las claves para la comprensión de algún tópico desarrollado, todo esto resaltando la sensibilidad del filósofo. Lastres menciona que Wittgenstein indaga sobre los límites de las formas humanas de vida dentro del lenguaje, así como sobre nuestras posibilidades de comprender a otros y de entendernos a nosotros mismos, las cuales se hacen a través de elucidaciones, y por medio de ellas, Wittgenstein invita a los filósofos a combatir diversas tentaciones filosóficas y espera que cada quien las supere. Para tal fin, la autora nos guía por un recorrido en Sobre la certeza en donde Wittgenstein cuestiona la autocomprensión del escéptico de Moore y la confronta con el escéptico que ofrece en Sobre la certeza. Dicha confrontación, afirma Lastres, resulta aleccionadora en cuanto a nuestra relación con el mundo. Finalmente, tenemos al profesor Modesto Gómez Alonso con Wittgenstein: metafísica y alienación, para quien


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en Wittgenstein encontramos un procedimiento terapéutico en su concepción de la filosofía como disciplina espiritual, cuyo objeto es la liberación de una voluntad sumisa y la quiebra de una resistencia perversa al estado de receptividad y apertura necesario para poder mantener una vida en estrecha intimidad con la verdad. En este sentido, la terapia filosófica es un procedimiento orgánico en el que la posición del filósofo no es en ningún momento externa a la verdad misma y en el que esta, más que un punto visible al que llegar, es un proceso interno de “desenvolvimiento” y “desenredamiento”. En la tercera sección, “Wittgenstein: religión y antropología”, encontramos el trabajo de Vicente Sanfélix y Chon Tejedor titulado El conocimiento religioso en Wittgenstein. Allí, los académicos discuten sobre las diferencias de los planteamientos del primer y el segundo Wittgenstein en torno a la epistemología de la religión y cómo Wittgenstein entendía tal concepto. En este sentido, señalan algunas de esas diferencias, entre las que resaltan la concepción del lenguaje religioso, desde la cual, según los autores, Wittgenstein no lo consideraba un “sin sentido” o resultado de un “mal uso” del lenguaje. Por su parte, Mauro Luiz Engelman, en La articulación de aspectos de un “punto de vista religioso” en Wittgenstein y la crítica del “culto de la utilidad” de la Modernidad (de Spengler a Frazer, por medio de Keynes, Kierkegaard, Hänsel, Tolstoi y Dostoievski), nos presenta su tratamiento de lo que considera las críticas entre los puntos de vista de Wittgenstein a Spengler. Engelman nos muestra la influencia de Spengler, a partir de autores religiosos y críticos de la Modernidad que Wittgenstein admiraba antes


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Perspectivas Wittgensteinianas - lenguaje, significado y acción

de leer a Spengler, y explica por qué Wittgenstein pensó que era importante criticar a Frazer y a los “fundamentos reales” de su investigación, durante la misma época en que leía a Spengler. Culmina su artículo presentando la que considera una razón contextual de la crítica a Frazer, la cual, afirma, articula el “punto de vista religioso” de Wittgenstein. Cierra esta tercera sección el trabajo del profesor Mauricio Beuchot, Interpretación de la filosofía de Wittgenstein desde el pensamiento analógico. En su ensayo, Beuchot presenta una interpretación de la filosofía de Wittgenstein desde la perspectiva del pensamiento analógico e icónico y considera que ambos conceptos están presentes en la obra de Wittgenstein, sobre todo, su idea de paradigmas y las semejanzas de familia en relación con ellos. Acto seguido, encontramos el artículo de la profesora Cristina Bosso intitulado Desde Wittgenstein: Elementos para una antropología filosófica contemporánea, en el cual la docente tiene como objetivo rastrear, a partir del método wittgensteiniano de análisis del lenguaje, un nuevo modo de concebir el significado que nos ofrezca también un nuevo camino para pensar las diferentes reflexiones sobre el lenguaje y su relación con aspectos del fenómeno humano, para así describir y comprender nuestra complicada forma de vida. Posteriormente, las profesoras Angélica María Rodríguez y Dora A. Ramírez Vallejo, en Wittgenstein y Searle: entre los juegos de lenguaje y los actos de habla, nos muestran la influencia de Wittgenstein en la obra de Searle, sobre todo en la discusión sobre la relación entre lenguaje y acción. En


Introducción

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el trabajo de estas autoras se pone de manifiesto cómo las nociones de juegos de lenguaje, las reglas del lenguaje y las formas de vida fueron los cimientos para construir la teoría de actos de habla de Searle, así como su filosofía social y la teoría de las instituciones sociales. En este trabajo las autoras nos llevan por un recorrido en donde coinciden en que los conceptos de lenguaje y acción en Wittgenstein y en Searle son elementos fundacionales de sus teorías, los cuales han permitido la aparición de investigaciones recientes al respecto. Tenemos, después, el trabajo Acción y comunidad. Wittgenstein y su influencia en los (neo) pragmáticos, de Freddy Santamaría Velasco y Porfirio Cardona-Restrepo, quienes examinan la cuestión de si, a pesar de la desconfianza de Wittgenstein por el pragmatismo, es posible encontrar en su postura de la práctica de la filosofía tesis de los usos que defienden algunos clásicos pragmatistas, evidenciadas igualmente en las propuestas de varios neopragmatistas, entre los que se destacan Rorty y Shusterman, especialmente. En esta particular revisión que hacen los autores se despliega la importancia de la praxis en el marco del uso, contexto y significado. Por último, se aborda la recurrente idea de que el pragmatismo es un nuevo nombre para viejas formas de pensar, esto es, nuevos vinos en viejos odres y la renovación pragmatista de la filosofía teniendo como autores principales a Rorty con la renovación de la filosofía analítica a partir del giro lingüístico y a Shusterman con su propuesta de la estética neopragmática.


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Finalmente, con el artículo del profesor Miguel Ángel Quintana Paz, Cinco modos de usar a Wittgenstein contra el marxismo, se cierra el presente libro en el que se exponen, no las intenciones o inclinaciones de Wittgenstein contra el marxismo, sino sus implicaciones contra él. En este sentido, el autor sostiene que podemos toparnos con cinco tipos diferentes de implicaciones o de argumentos wittgensteinianos (o inspirados en Wittgenstein) que podrían emplearse para atacar varias posiciones clave del marxismo, las cuales se desarrollan a lo largo de las páginas que comprenden este trabajo. En suma, los trabajos aquí recogidos nos presentan un panorama bastante rico de las diferentes temáticas en donde el trabajo de Ludwig Wittgenstein produjo y sigue produciendo, independientemente de si la tradición filosófica opta por reconocerlo o no, contribuciones sustanciales. Nuestra modesta pretensión, con esta colección de ensayos, está en estrecha relación con lo que han manifestado los profesores Alejandro Tomasini y Mauricio Beuchot en torno al valor de la filosofía analítica en América Latina, en cuanto a que somos de la opinión de que desde nuestra latitud podemos, sin complejos, producir filosofía analítica que no sea una mera importación. Como lo ha señalado Tomasini: “Si el filósofo analítico europeo continental no tiene complejos frente al anglosajón, ¿por qué el latinoamericano sí tendría que tenerlos?” (2014, p. 189). En este sentido, para Tomasini, “uno de los errores de comprensión más crasos que se puedan cometer es pensar que la filosofía analítica


Introducción

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es propiedad exclusiva de los anglosajones” (p. 189). Es precisamente esta suerte de mitología en Latinoamérica la que queremos combatir, al mismo tiempo que aspiramos exhortar a nuestros estudiantes interesados por la filosofía analítica — y la wittgensteiniana en particular — a apropiarse de dicha corriente, pero con la meta de enriquecerla desde nuestro continente, con nuestros problemas e idioma, porque como ha indicado el profesor Mauricio Beuchot (2016), “mucho del renacer de la filosofía analítica se espera de los ámbitos latinoamericanos, esto es, de la filosofía analítica latinoamericana” (p, 21). Ahora bien, más allá de las posibles virtudes o defectos que pueda tener el libro, abrigamos la esperanza de que este proyecto editorial contribuya de alguna manera (para utilizar una metáfora wittgensteiniana) a sacar a los potenciales lectores (i.e., las moscas) de la botella. En caso de no alcanzar este objetivo, por lo menos tenemos la seguridad de que los intensos aleteos de la mosca (i.e., lectores) por encontrar nuevos enfoques, metodologías y aparatos conceptuales, serán menos infructuosos a partir de los derroteros aquí consignados.


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Perspectivas Wittgensteinianas - lenguaje, significado y acción

Referencias Ayer, A. (1986). Wittgenstein. Barcelona: Crítica. Bennett, M., & Hacker, P. M. S. (2003). Philosophical Foundations of Neuroscience. Oxford: Blackwell. Beuchot. M. (2016). Prólogo a Hacer mundos: el nombrar y la significatividad. En. Santamaría Velasco, F. Hacer mundos: el nombrar y la significatividad. Bogotá: Siglo del Hombre Editores y Editorial Universidad Pontificia Bolivariana. Cova, F., Dutant, J., Machery, E., Knobe, J., Nichols, S., and Nahmias, E. (2012). La philosophie expérimentale. Paris: Vuibert. Knobe, J. & Nichols, S. (2008). Experimental Philosophy. Oxford: University Press. O’Neill, E. & Machery, E. (2014). Current Controversies in Experimental Philosophy. New York: Routledge. Olivo, P. & Martínez, A. Entrevista con el Dr. Ian Hacking. Revista de Filosofía. Protrepsis, 1(2), 6- 9. Tomasini, A. (2012). Filosofía moral y visiones del hombre. Madrid: Devenir. ____ (2014). Filosofia analítica en América Latina. Rev. Filosofía. Aurora, 26(38), 167-190.


I. WITTGENSTEIN: LÓGICA Y GRAMÁTICA



WITTGENSTEIN SOBRE COLORES, LÓGICA Y GRAMÁTICA Alejandro Tomasini Bassols (Universidad Nacional Autónoma de México)

I. Trasfondo histórico Como es bien sabido, en enero de 1929 Wittgenstein regresó a Cambridge para una estancia que en principio habría de ser larga pero cuya duración por aquel entonces era todavía incierta. Es evidente que su regreso no fue el resultado de una decisión abrupta, una improvisación, sino que más bien Wittgenstein lo fue preparando a lo largo de 1928 y sin duda su asistencia a una de las dos conferencias impartidas en Viena por L. E. Brouwer fue un detonante importante en este sentido. Contrariamente al enfoque típicamente anacrónico de estudiosos de Wittgenstein como P. M. S. Hacker, quienes quieren a toda costa hacernos creer que la segunda filosofía de Wittgenstein se generó casi automáticamente como una reacción ante lo expuesto por Brouwer en esa ocasión, yo soy de la opinión de que M. Marion (2003) tiene toda la razón en pensar que es el 1

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Véase a este respecto el interesante artículo de M. Marion, “Wittgenstein and Brouwer” en Synthese, p. 137, 2003.

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Wittgenstein Sobre Colores, Lógica y Gramática

autor del Tractatus Logico-Philosophicus quien se siente motivado por la conferencia de Brouwer, no el todavía inexistente autor de las Investigaciones Filosóficas o de las Observaciones sobre los Fundamentos de las Matemáticas. Lo que bien pudo haber sucedido es que Brouwer le hizo sentir a Wittgenstein la necesidad de defender mejor diversas posiciones presentadas en el Tractatus porque algunas de ellas al menos podían ser puestas seriamente en entredicho. Sin duda el reto que representaba Brouwer fue un potente incentivo para que Wittgenstein se volviera a interesar por la filosofía, pero ello no explica otro hecho. Es evidente que Wittgenstein habría podido permanecer en Viena y haberse dedicado a la filosofía en su ciudad natal. ¿Por qué entonces optó por regresar a Cambridge? La respuesta estándar, que yo considero equivocada, es la que difundió G. E. Moore (1959), quien en su excelente trabajo de recopilación de ideas, Wittgenstein’s Lectures in 1930-33, ofrece lo que en general se toma como la respuesta oficial, correcta y definitiva de lo que no pasa de ser una mera especulación de su parte. Dice Moore (1959) hablando de Wittgenstein: “Por qué escogió él Cambridge para este propósito no lo sé: quizá fue para tener la oportunidad de discutir con frecuencia con F. P. Ramsey” (p. 252). Esta respuesta, sin embargo, es enteramente implausible. Es cierto que Ramsey era un matemático brillante y que había visitado en dos ocasiones a Wittgenstein cuando éste era maestro rural en Austria a fin de que le explicara diversos pasajes del Tractatus, pero es difícil pensar que un par de visitas, por fructíferas que hayan sido (y es debatible si lo fueron), hubieran bastado


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para que Wittgenstein tomara una decisión tan importante como cambiar de país, buscar trabajo en otro lado cuando sin mayores problemas lo hubiera podido obtener en su propio país, ir a trabajar en otro idioma (por muy bien que se maneje otro idioma nunca será lo mismo que expresarse en el idioma natal de uno), alejarse de su familia, etc. Por ello, yo pienso que la motivación de regresar a Cambridge tenía que ser más fuerte de lo que significaban Ramsey, Moore e inclusive algunas otras personas sin duda más cercanas a Wittgenstein (como J. M. Keynes, por ejemplo), inclusive considerándolos colectivamente. Pienso por consiguiente que, dado que lo que se percibía como amenazado era la filosofía del Tractatus y que ésta, por múltiples razones que se pueden fácilmente aducir, era en lo fundamental filosofía russelliana, filosofía russelliana purificada, por así decirlo, el verdadero motor del regreso de Wittgenstein a Cambridge no podía ser otro que Bertrand Russell. Que Russell de hecho no estuviera permanentemente en Cambridge, como Ramsey y Moore, es irrelevante. Era principalmente y ante todo con su ex-maestro y posteriormente colega, con el filósofo a quien Wittgenstein durante una semana en La Haya (en 1919) le había explicado línea por línea su Tractatus, con quien Wittgenstein aspiraba a someter a escrutinio sus nuevas dudas y los pensamientos incipientes que tenía para corregir las fallas de su versión de atomismo lógico. Si bien, indudablemente, había en Cambridge gente valiosa y que él apreciaba, tanto en un plano personal como en uno profesional, de todos modos la idea de que esas personas podrían haber operado en él como imanes para atraerlo y lograr que se decidiera a residir allí es


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Wittgenstein Sobre Colores, Lógica y Gramática

simplemente inverosímil. Sin duda alguna, la reconstrucción objetiva e imparcial de la situación apunta a Russell como el factotum para su vital decisión. Podría argüirse que lo que acabo de exponer no es a final de cuentas sino una hipótesis más, sólo que esta hipótesis se ve fuertemente reforzada cuando le echamos un vistazo al trabajo desarrollado por Wittgenstein durante su primer año en Cambridge, esto es, en el periodo durante el cual él ni siquiera daba clases todavía, o sea, en 1929. Durante ese año, Wittgenstein publicó el único texto que, junto con el Tractatus, publicara en vida, a saber, Some Remarks on Logical Form (1929). El problema que Wittgenstein enfrenta en ese artículo (de cuyo contenido nunca se desdijo si bien, posteriormente lo evaluó como más bien “débil”) era un problema tanto para Russell como para el Tractatus. Me refiero al problema de la incompatibilidad de los colores. Es de dicho problema que pasaré ahora a ocuparme.

II. Trasfondo filosófico Según P. M. S. Hacker (1975), “la primera filosofía de Wittgenstein se derrumbó por su incapacidad para resolver un problema — la exclusión del color—” (p. 86). Como tan a menudo con Hacker, hay algo de cierto y algo de errado en lo que afirma. Lo que dice es stricto sensu cierto, pero el modo como lo presenta es un tanto superficial y equívoco, porque en realidad el problema que plantean las atribuciones de color no es más que un caso particular de una clase mucho


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más grande de aseveraciones. Es cierto que Wittgenstein se va a concentrar en el tema de los colores, pero el problema que a través de éstos emerge es, como veremos, mayúsculo. Por lo tanto, no es el problema de la exclusión del color en sí mismo lo que hizo que se derrumbara el sistema del Tractatus, sino la problemática que detrás de éste se ocultaba. ¿Cuál era esa problemática? Primero, reconstruyamos rápidamente la situación. El Tractatus contiene la Weltanschauung lógica por excelencia: nos da el esquema lógico de la realidad, la teoría lógica de la probabilidad, la lógica de las teorías científicas, etc., así como lo que podemos llamar la ‘concepción lógica del lenguaje’, esto es, la Teoría Pictórica. De acuerdo con ésta, cualquier lenguaje genuino es una totalidad de proposiciones y todo lenguaje (si está bien construido) tiene que poder analizarse en proposiciones elementales. Lógicamente, éstas son retratos de hechos simples y el mundo es precisamente la totalidad de los hechos simples que corresponden a las proposiciones elementales verdaderas. Ahora bien: ¿qué es una proposición elemental, más allá de su carácter eminentemente pictórico o representacional? Es una proposición cuyo valor de verdad no depende del de ninguna otra proposición. En general, esas proposiciones son simbolizadas como ‘p’ o como ‘fx’. Desde un punto de vista lógico, se sostiene en el Tractatus, todo lenguaje bien construido tiene que tener un carácter veritativo-funcional. Esto es algo que la forma general de la proposición deja en claro. Wittgenstein (TLP) introduce la expresión ‘[p, ξ, N (ξ)]’ para explicar cómo es que “toda


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proposición es el resultado de aplicaciones sucesivas de la operación N’(ξ) a las proposiciones elementales”(6.001). La idea es simple. Supongamos que tenemos una máquina con un conjunto (puede ser infinito) de palancas, las cuales representan a las proposiciones y para las cuales hay sólo dos posiciones posibles, hacia arriba o hacia abajo, o sea, verdad y falsedad. Podemos imaginar entonces el juego de combinar las posiciones de las palancas teniendo toda palanca que ocupar una de las dos posiciones posibles. Cada combinación de posiciones de palancas representa un mundo posible. Obviamente, una proposición elemental por sí sola no puede ser una tautología puesto que si es verdadera puede ser falsa, y a la inversa. Ahora bien, cuando combinamos las posiciones de las palancas proposicionales encontramos que hay dos posiciones globales (i.e., de la totalidad de las proposiciones consideradas) que son particularmente importantes, en el sentido de que son posiciones límite: el caso en el que todas las palancas están hacia abajo (son falsas) y el caso en el que todas están hacia arriba (son verdaderas). Las tautologías son esas combinaciones proposicionales que dan siempre verdadero y las contradicciones son las que dan siempre falso. Así, sobre la base de la Teoría Pictórica brota una determinada concepción de la verdad necesaria: la única necesidad que hay es la lógica y las verdades lógicas son tautologías (y contradicciones). Las tautologías y las contradicciones no son retratos de nada, es decir, no dicen nada. Más bien, sirven para fijar los límites de la significatividad. Es claro entonces que hay algo así como “verdad necesaria”, pero ésta sólo puede serlo la verdad lógica y el problema


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con la verdad lógica es que es vacua justamente porque no es un retrato de nada, no describe nada. Lo mismo pasa con las contradicciones. “Así como sólo hay necesidad lógica, así también sólo hay imposibilidad lógica” (TLP, 6.375). Tautologías y contradicciones más bien indican los límites de lo decible, los límites de la significatividad y, también, los límites de lo contingente, tanto de lo real como de lo posible. Ahora bien, dado que se asume que la lógica rige al mundo y al lenguaje, que es (por así decirlo) el esqueleto de la realidad y del lenguaje, entonces en los lenguajes naturales tiene que haber proposiciones elementales, esto es, completamente autónomas, en el sentido lógico requerido. Ahora bien, cuando queremos ejemplificar en el lenguaje lo que la lógica indica de inmediato nos vemos en problemas, porque lo primero que nos preguntamos es: ¿qué proposiciones del lenguaje natural son proposiciones atómicas o elementales, en el sentido fuerte requerido por el atomismo radical del Tractatus? No es fácil encontrar proposiciones así. Si digo, por ejemplo, 'estoy en México', esa proposición dista mucho de ser una proposición elemental en sentido estricto. De hecho, la proposición en cuestión se podría analizar y entonces veríamos que en realidad es una especie de síntesis de múltiples proposiciones más simples. México es un país que tiene determinadas coordenadas, que tiene determinada superficie, en el que vive una determinada cantidad de personas, etc. Por otra parte, yo soy un ser que tiene determinadas características corpóreas y determinadas características “mentales”, etc., etc. Así,


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aunque puedo simbolizar la proposición 'estoy en México' mediante una letra enunciativa, lo cual permite tratarla como si fuera elemental y reforzar la idea de que se trata de una proposición simple, tan pronto examinamos su contenido nos percatamos de que no lo es, puesto que es analizable en muchas otras proposiciones más simples que ella. Haciendo un esfuerzo de imaginación, los filósofos han concluido que si hay proposiciones elementales en el lenguaje natural éstas deben ser proposiciones en las que se adscriben lo que en la tradición se conoce como 'cualidades secundarias' (colores, olores, sonidos, etc.). Las proposiciones más simples que podemos formular en el lenguaje natural son entonces proposiciones como 'esto es rojo' (‘p’), 'esto es verde' (‘q’), etc. Pero es aquí justamente que se plantea el problema, porque conjunciones como ‘(p & q)’ deberían poder ser verdaderas sólo que, cuando adscribimos colores, resulta que ello no es así puesto que, como es obvio, si decimos de un mismo objeto que es rojo y que es verde de alguna manera nos estamos contradiciendo, estamos diciendo algo que es absurdo, que no puede ser el caso. Empero, si 'esto es rojo' '(p)' y 'esto es verde' '(q)' se excluyen mutuamente, entonces sobre la base de lo anteriormente expuesto: a) o no hay en el lenguaje natural proposiciones elementales o b) hay una clase de necesidad que no es puramente lógica.


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Obviamente, cualquiera de esas dos posibilidades representa un golpe mortal tanto a la filosofía del Tractatus como al atomismo lógico russelliano. Para entender esto cabalmente, recordemos rápidamente qué sostenía Wittgenstein al respecto en su libro.

III. El problema del color en el Tractatus En el Tractatus, Wittgenstein le dedica una sección al tema de la incompatibilidad de los colores de manera que vale la pena citarlo in extenso. Dice en 6.3751: Por

ejemplo, que

dos

colores

se

encuentren

simultáneamente en un lugar del campo visual es imposible, esto es, lógicamente imposible, pues lo excluye la estructura lógica del color. Pensemos en cómo se presenta esta contradicción en física — más o menos como sigue—: una partícula no puede tener dos velocidades al mismo, tiempo, es decir, no puede estar en dos sitios al mismo tiempo; o sea, partículas en diferentes lugares al mismo tiempo no pueden ser idénticas. (Es claro que el producto lógico de dos proposiciones elementales no puede ser ni una tautología ni una contradicción. La afirmación de que un punto en el campo visual tiene dos colores diferentes al mismo tiempo es una contradicción). (TLP, 63751. Traducción mía)


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Como puede apreciarse, él presenta de manera sucinta, en unas cuantas palabras, mucho de lo que hasta aquí hemos dicho. Para nuestros objetivos, el párrafo importante es el primero. Wittgenstein afirma que es “lógicamente imposible” que dos colores ocupen simultáneamente la misma porción de espacio, que es algo que todos “sabemos”, pero lo que es interesante es la razón que él da de por qué ello es así: ello se debería a la “estructura lógica del color”. Pero esta aseveración parece más bien como una evasiva: si efectivamente fuera en virtud de una determinada estructura lógica que los colores se excluyen mutuamente, ello debería quedar recogido en el simbolismo y eso es justamente lo que no pasa, puesto que ‘(p & q)’ (esto es rojo & esto es verde) no es una contradicción, es decir, no es de la forma ‘(p & ~ p)’. Curiosamente, lo que parecería estar implicado en el diagnóstico de Wittgenstein es más bien la idea de que proposiciones como 'esto es rojo' son complejas y requieren todavía ser analizadas para llegar a las genuinas proposiciones elementales. Súbitamente entonces nos percatamos del sorprendente hecho de que proposiciones así ni siquiera se vislumbran. Vale la pena notar que en el segundo párrafo de la cita anterior Wittgenstein indica lo que precisamente será su vía de solución un poco después, cuando vuelve a abordar la cuestión de la incompatibilidad entre los colores en su artículo Algunas Observaciones sobre la Forma Lógica. Antes de considerar dicha “solución”, sin embargo, creo que vale la pena cuestionar el planteamiento del Tractatus, porque la solución esbozada es precisamente lo que para la concepción lógica del lenguaje y la realidad no es una solución. El mero hecho


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de introducir la palabra ‘lógica’ no soluciona el problema. Al equiparar la cuestión de la incompatibilidad de los colores con la incompatibilidad de las velocidades, de ubicación, etc., de partículas, Wittgenstein equipara la estructura lógica con la estructura física, pero lo que ésta de inmediato hace ver es que la simplicidad (atomicidad) presupone complejidad. Lo que quiero decir es que la solución sugerida en el Tractatus más que una solución virtualmente contenía implícitamente la destrucción del sistema tractariano. Paradójicamente, Wittgenstein mismo había sembrado en su primera filosofía las semillas de su aniquilación.

IV. La nueva fase Dos textos marcan claramente el abandono del enfoque puramente lógico de la cuestión de la incompatibilidad de los colores en favor de un enfoque nuevo. Me refiero al artículo ya mencionado y a un capítulo de las Observaciones Filosóficas. Lo interesante del cambio radica ciertamente en que con éste también arranca la etapa de desmantelamiento in toto de la filosofía del Tractatus y en eso Hacker ciertamente tiene razón. Debo decir que si bien me propongo reconstruir rápidamente la nueva propuesta de solución del problema de la incompatibilidad de los colores que esboza Wittgenstein, lo que más me interesa destacar y comprender es el cambio que, con dicha propuesta empieza a operarse en la concepción del lenguaje y de las relaciones entre éste y la lógica.


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Wittgenstein Sobre Colores, Lógica y Gramática

Sin duda, Algunas Observaciones sobre la Forma Lógica pretende ser una contribución para defender la posición del Tractatus, pero podría decirse que quizá sin percatarse la solución que Wittgenstein ofrece en realidad es un golpe mortal a lo que previamente había sostenido. No estará de más notar que este es el texto más russelliano de todo lo que Wittgenstein produjo. En él no sólo cita a Russell, de quien explícitamente dice que “lo sigue”, y usa su terminología (‘proposición atómica’), sino que adopta su punto de vista respecto a cómo proceder, como trataré de hacer ver en un momento. Ahora bien, si lo que digo es acertado entonces podemos afirmar con mayor confianza que nuestra hipótesis histórica, enunciada al inicio de este artículo, acerca de cuál o quién fue el factor preponderante en la decisión de Wittgenstein de regresar a Cambridge, queda si no “confirmada” sí fuertemente apoyada por nuestra explicación. Estos dos puntos de vista embonan a la perfección. Lo que Wittgenstein sostiene es que para debatir el tema de los colores tenemos que tener claridad respecto a la lógica de las proposiciones mediante las cuales adscribimos colores a las cosas. Esta primera fase consiste en analizar las proposiciones relevantes de modo que podamos exhibir sus formas lógicas. Una vez terminada esta fase, entonces pasamos a la teoría del conocimiento, que sería la rama de la filosofía que nos permitiría identificar las proposiciones sobre colores ya analizadas, estudiar su estructura, sus componentes, etc. Para lo primero, Wittgenstein recurre a una noción tractariana,


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a saber, la idea de “método de proyección”. El procedimiento de Wittgenstein es muy parecido al encarnado en la Teoría de las Descripciones. En el caso de la teoría de Russell el “método de proyección” consiste en la “traducción” de una oración del lenguaje natural que contenga una descripción a una oración escrita en el lenguaje canónico de la lógica. Así, tenemos: Método de proyección El rey de Francia es calvo ====> (Ǝx)(((Rx & (y)(Ry  x= y)) & Cx

Mutatis mutandis, Wittgenstein hace lo mismo con oraciones como 'esto es rojo' y lo que él descubre es que, una vez que han sido analizadas mediante un “método de proyección” apropiado, lo que encontramos es que dichas proposiciones involucran grados y por lo tanto sistemas numéricos. Supongamos que a cada uno de los colores se les asigna un número y que discernimos 25 tonalidades de rojo (R1, R2 … R25), que reconocemos 20 matices de verde (V26, V27…V45); que tenemos 13 amarillos (A46 … A58) y así con todos los colores. Ahora sí podemos entender por qué si decimos esto es rojo y esto es verde, hablando de un mismo objeto, lo que tenemos es una contradicción, puesto que tendríamos algo como:

(R17a & V32a)


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Wittgenstein Sobre Colores, Lógica y Gramática

O sea, estaríamos afirmando que un objeto a está simultáneamente en las posiciones distintas. Eso es contradictorio. Así, pues, una vez que conocemos la estructura lógica de las adscripciones de colores entendemos por qué proposiciones como 'esto es rojo' y 'esto es verde', en efecto son una forma de contradicción. Ahora bien ¿por qué afirmé que en este artículo Wittgenstein “seguía a Russell” en cuanto al orden de la investigación? Quien ciertamente había incursionado en la teoría del conocimiento era Russell, a quien dicho sea de paso Wittgenstein en 1913 le había destruido su famoso manuscrito Teoría del Conocimiento. Así, pues, Wittgenstein va tras los pasos de Russell, pero aquí se produce un cambio que es muy importante señalar. Es cierto que Wittgenstein va también a adentrarse en la teoría del conocimiento, pero no a la manera de Russell, puesto que él no teoriza a la manera de los filósofos empiristas. O sea, Wittgenstein va a ejercitarse en la teoría del conocimiento a su manera y, ¿cuál es esa “manera”? Lo que él va de hecho a inaugurar es el enfoque “lingüístico” en teoría del conocimiento. O sea, él no va a especular o teorizar sobre el conocimiento empírico, sus fundamentos, sus contenidos, sus límites, etc., sino que va a examinar las aplicaciones de los vocablos cognitivos relevantes (‘conocimiento’, ‘creencia’, ‘verificación’, etc.). No es que se produzca un cambio de tema, pero sí un cambio radical en el modo de enfocar y abordar los problemas. Cada vez más y cada vez mejor, Wittgenstein se va a ir convirtiendo en el filósofo lingüístico por excelencia. Esto, sin embargo,


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requiere de algunas aclaraciones que haré más abajo ya que podrían gestarse algunas confusiones. En las Observaciones Filosóficas, Wittgenstein vuelve a ocuparse del tema de la incompatibilidad de los colores pero ya desde una plataforma diferente, incipiente pero ya existente. Wittgenstein completa lo sostenido en Algunas Observaciones sobre la Forma Lógica y hace toda una serie de aclaraciones sumamente esclarecedoras y a la vez iluminadoras respecto a su propia evolución. Veamos por qué. Wittgenstein empieza por recalcar algo que de una u otra manera ya había dicho en su artículo, a saber, que si los colores se excluyen es porque ocupan todo el espacio que abarca su predicación y no permiten que otro color entre en dicho espacio. Los colores no se suman, como podrían hacerlo manzanas o canicas, sino que una mezcla de colores da como resultado un nuevo color, un nuevo matiz. Retomando el resultado principal de su artículo, a saber, que las adscripciones de colores presuponen un sistema, Wittgenstein avanza e insiste en que la adscripción de colores no es tan simple como lo sugiere la lógica formal, el paradigma de la simplicidad, sino que presupone todo un sistema proposicional. Cualquier color presupone el espectro de los colores. Pero entonces, como Wittgenstein (1997) dice, parecería que es posible “una construcción al interior de una proposición elemental. Es decir, como si en lógica hubiera una construcción que no operara mediante funciones de verdad” (p.96). Esto es importante: lo que está diciendo Wittgenstein


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es que en el caso de los colores, la incompatibilidad no queda recogida en los signos, como en la lógica, sino en los símbolos, es decir, a través de la aplicación de los signos. La oposición, la mutua exclusión entre colores se manifiesta en nuestro uso de los predicados “ser verde”, “ser rojo”, “ser blanco”, etc., no en las expresiones ‘ser blanco’, ‘ser verde’ y demás. Si en lo que nos fijamos es exclusivamente en los signos y en los valores de verdad que les asignamos, entonces las conectivas lógicas exhiben perfectamente bien sus posibilidades; si nos fijamos en las aplicaciones de las palabras, entonces las conectivas tienen que modificarse. Así, suponiendo que p = esto es rojo y q = esto es verde, tenemos: Cálculo de Enunciados

Lenguaje Natural

p,

q

p&q

p,

q

p&q

V

V

V

V

V

No aplica

V

F

F

V

F

F

F

V

F

F

V

F

F

F

F

F

F

F

En otras palabras, para lo que pasa por proposiciones elementales en el lenguaje natural tenemos que alterar las definiciones de las conectivas lógicas. O sea, el lenguaje natural ciertamente está regido por la lógica, pero no se somete a ella indiscriminadamente. Wittgenstein descubre


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que el uso del lenguaje está regido también por otras reglas que las puramente formales de la lógica. Introduce entonces por primera vez la idea de una especie de lógica alternativa a la que llamará 'gramática'. La cuestión de la incompatibilidad de los colores es importante entre otras razones porque lo que se diga en relación con ellos valdrá por igual para muchas otras cosas (olores, sabores, cargas eléctricas, velocidad, ubicación, etc.). Además, de manera natural el asunto de la incompatibilidad muy rápidamente le cede el lugar al tema de la naturaleza del color y eso llevará a Wittgenstein, muchos años después, a desarrollar una formidable colección de reflexiones fenomenológicas sobre los colores . Sea como fuere, lo cierto es que podemos aseverar que las consideraciones de Wittgenstein durante su primer año de su regreso a Cambridge echan luz sobre el tema de la incompatibilidad de los colores, pero no menos importante son las consecuencias de dichas reflexiones. Es de éstas de las que quisiera rápidamente ocuparme en la sección final de este ensayo. 2

V. Implicaciones El tratamiento de los colores y su esencial incompatibilidad por parte de Wittgenstein en esta etapa de su actividad filosófica es desde luego sumamente interesante per se, pero su interés e importancia se incrementan si lo 2

Véase su libro Observaciones sobre los Colores. Traducido al español por Alejandro Tomasini Bassols (Barcelona: Paidós/UNAM, 1994).


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examinamos en conexión con su evolución filosófica in toto. Su enfoque y sus aclaraciones nos dicen mucho sobre ello. Por lo pronto, quisiera enunciar aquí rápidamente lo que me parece son seis consecuencias importantes derivadas de su tratamiento de la espinosa cuestión de la incompatibilidad cromática. 1) La primera consecuencia radical de las reflexiones de Wittgenstein sobre los colores es el desencanto con la primordial noción de proposición elemental. Wittgenstein encuentra que el atomismo lógico proposicional constituye un esquema que lógicamente podría instanciarse, pero que también puede no hacerlo y de facto se nos hace ver que sencillamente el lenguaje natural no incorpora proposiciones elementales tal como habían sido concebidas en el Tractatus. Podemos tratar a las proposiciones como si fueran elementales, pero dicha esquematización no asegura que lo sean. 2) Una segunda consecuencia importante de las reflexiones de Wittgenstein de 1929 en torno a los colores es que Wittgenstein empieza a rebelarse en contra de la idea, totalmente pasiva, de la proposición como retrato, esto es, como reproducción en el lenguaje del hecho enunciado o descrito. En su lugar, empieza a emerger la idea, más dinámica, de proposición como instrumento de medición. Esta idea de alguna manera Wittgenstein ya la había introducido en el Tractatus cuando describe a una proposición como un "modelo de la realidad". Originalmente, sin embargo, la idea estaba empleada en relación con la de retrato más que con la de aplicación práctica del retrato a la realidad.


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3) En vista del inesperado resultado concerniente a la incompatibilidad de los colores se tienen que redefinir las conectivas lógicas para el caso de las proposiciones que involucran graduaciones y entonces la noción de lógica pierde fuerza y su lugar empieza a ser ocupado por la de “gramática”. La primera se compone de reglas puramente formales, que no dicen nada, no representan nada, etc., en tanto que la segunda es más bien el sistema de reglas de uso de las palabras. Dichas reglas no son tautologías, en el sentido de la lógica formal. Naturalmente, el concepto de gramática, introducido desde las Observaciones Filosóficas, se irá poco a poco puliendo o refinando. 4) Se empieza a distinguir, por consiguiente, entre dos nociones muy importantes y que, a todas luces, ya no encajan una con la otra, como se pensaba en el Tractatus. Me refiero a las nociones de proposición y de “lo que se dice”. La lógica se ocupa de las proposiciones y lo único en lo que se interesa es en las asignaciones de significados (denotaciones) a los signos y de valores de verdad (estamos en el contexto de la lógica clásica, por lo que no hay más que dos valores, verdad y falsedad, lo verdadero y lo falso) a las proposiciones. La gramática se ocupa del sentido de lo que se dice (se afirma, se asevera, etc.). La lógica lidia con signos, la gramática con símbolos, esto es, signos en uso. Es, pues, comprensible que la lógica empiece a perder vigencia filosóficamente. 5) Toda la concepción de las relaciones entre el lenguaje y la lógica empieza a sacudirse. Es evidente que la visión tractariana a estas alturas es ya declaradamente insatisfactoria.


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Y, por otra parte, las modificaciones mencionadas acarrearán también profundas modificaciones en las relaciones entre la lógica y la realidad, por una parte, y el lenguaje y el mundo, por la otra. 6) Se inicia el repudio total del russellianismo por parte de Wittgenstein, en el cual encarnaba su primera forma de pensar. Es a partir de este momento que Wittgenstein se emancipa por completo de la filosofía russelliana, con todo lo que eso entraña. No deja de ser interesante la evolución de ambos filósofos. Russell, que conocía los textos de Wittgenstein, entendía perfectamente bien que el atomismo lógico estaba plagado de dificultades pero en lugar de abandonar sus puntos de vista se abocó a intentar responder a las objeciones, a parchar los huecos, a remediar su creación. Wittgenstein, en cambio, viendo que el barco se hundía decidió abandonarlo y empezó a re-pensar ab initio los temas, puliendo sus intuiciones, acuñando poco a poco una nueva terminología y desarrollando nuevos métodos y estrategias de discusión filosófica.

VI. Conclusiones Tiene toda la razón J. Hintikka (1996) cuando se refiere a 1929 como el “año milagroso” de Wittgenstein. Realmente lo fue, pues fue durante ese año (durante el cual ni siquiera daba clases todavía) que se operó el rompimiento con su filosofía anterior. Sin duda, la intensidad con que Wittgenstein enfrentó los nuevos retos filosóficos ha de haber sido impresionante.


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Él regresó a Cambridge para retomar sus investigaciones en el espíritu del Tractatus y casi podríamos decir que sin darse cuenta de ello de pronto se encontró trabajando sobre una plataforma filosófica radicalmente diferente de la primera. Es evidente que a lo largo de 1929 se produjeron cambios profundos en su pensamiento, cambios que paulatinamente lo llevaron a posiciones totalmente opuestas a las defendidas en el Tractatus. Es claro, por ejemplo, que la concepción del lenguaje radicalmente adversa a la concepción del lenguaje como una totalidad de proposiciones (siendo éstas en lo esencial retratos de hechos) es la concepción del lenguaje como un conglomerado abierto de juegos de lenguaje. Así, en relación con el tema del lenguaje no hay conciliación posible entre el primero y el segundo Wittgenstein. Pero este fenómeno de construcción de una concepción enteramente opuesta a la original no se dio en todos los contextos ni en relación con todos los temas. Se dio también, por ejemplo, el fenómeno que podríamos denominar como 'readaptación conceptual', esto es, transiciones graduales que llevaron de una noción clave a otra igualmente crucial, jugando ambas roles semejantes en sus respectivos contextos. Así, por ejemplo, la noción de lógica, central en el Tractatus, fue poco a poco cediendo su lugar a la de gramática en profundidad (Tiefen Grammatik), fundamental en la filosofía del Wittgenstein maduro, jugando en ambos casos papeles semejantes. Y, por último, habría que señalar que nos encontramos también con pensamientos o intuiciones que nunca se modificaron, es decir, asumidas por Wittgenstein a lo largo de toda su vida filosófica, como la idea de que los problemas de la filosofía


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no son en el fondo otra cosa que pseudoproblemas, enredos intelectuales que brotan de incomprensiones y de confusiones de diversa índole. Naturalmente, esta intuición fundamental se expresó de manera diferente en los dos grandes periodos filosóficos de Wittgenstein, dando lugar a diagnósticos de problemáticas filosóficas muy diferentes entre sí. Pero si ello es así es porque en realidad, más allá de diferentes puntos de vista, lo que Wittgenstein logró fue articular dos formas de pensar diferentes, tal como él mismo lo diría en el Prefacio a las Investigaciones Filosóficas. Nuestra labor en este trabajo fue reconstruir el contexto en el que se inició lo que con toda justicia podríamos llamar la 'segunda revolución wittgensteiniana'.

Referencias G. E. Moore. (1959). [MWL] Wittgenstein’s Lectures in 1930-33. En Philosophical Papers. London: Allen and Unwin. Hacker, P. M. S. (1975). Insight and Illusion. New York: Oxford University Press. Hintikka, J. (1996). Wittgenstein’s annus mirabilis: 1929. En Ludwig Wittgenstein: Half-Truths and One-anda-Half-Truths, (pp. 107-125). Dodrecht: Kluwer Academic Publishers. Marion, M. (2003). Wittgenstein and Brouwer. Synthese, 137 (1/2), pp.103-127.


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Wittgenstein, L. (1929). [RLF] Some Remarks on Logical Form. Aristotelian Society Supplementary, 9, pp. 162-171. _____. (1978). [TLP] Tractatus Logico-Philosophicus. London: Routledge and Kegan Paul. _____. (1997). [PR] Observaciones Filosóficas. Traducido por Alejandro Tomasini Bassols. México: UNAM. _____. (1994). [RC] Observaciones sobre los Colores. Traducido al español por Alejandro Tomasini Bassols. Barcelona: Paidós/UNAM.



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