Patrimonio Cultural en Cuentos e Historia
Pilar García
Patrimonio Cultural en Cuentos e Historia
Mi Libro de Cuentos “Tacho” Mi amigo de tanquecito Los Velorios de San Antonio en Buena Vista
Sistema Nacional de Imprentas, Lara, 2013 © Pilar Antonio García Patrimonio Cultural en Cuentos e Historia © Fundación Editorial el perro y la rana, 2013 Centro Nacional Simón Bolívar, Torre Norte, Piso 21, El Silencio Caracas-Venezuela 1010 Telfs.: (58-0212) 5642469 - 8084492 / 4986 / 4165 Telefax: 5641411 correo electrónico: elperroylaranaediciones@gmail.com sistemadeimprentaslara@gmail.com ISBN : 978-980-14-2523-6
El Sistema Nacional de Imprentas es un proyecto editorial impulsado por el Ministerio del Poder Popular para la Cultura, a través de la Fundación Editorial El Perro y la Rana, con el apoyo y participación de la Red Nacional de Escritores de Venezuela. Tiene como objetivo fundamental brindar una herramienta esencial en la construcción de las ideas: el libro. El sistema de imprentas funciona en todo el país y cuenta con tecnología de punta, cada módulo está compuesto por una serie de equipos que facilitan la elaboración rápida y eficaz de textos. Además, cuenta con un Consejo Editorial conformado por un representante de la Red Nacional de Escritores de Venezuela Capítulo Estadal, el Coordinador regional de la Plataforma del Libro y la Lectura, un miembro activo de la Misión Cultura, más cuatro representantes de los Consejos Comunales, atendiendo al principio de que El pueblo es la cultura.
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La Colección Hermann Garmendia.
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Historia Local y patrimonial publica obras puntuales, de hondo contenido social, trabajos documentales, testimoniales y crónicas de acucioso y activo acontecer sobre las costumbres y usos del pueblo salpicadas del buen humor y tesitura que durante años de activo ejercicio profesional caracterizaron a nuestro homenajeado Don Hermann Garmendia. Don Hermann Garmendia nació en Barquisimeto el 7 de junio de 1917. Periodista, escritor, historiador, humorista, crítico de arte. Fallece en la Ciudad de Barquisimeto el 24 de mayo de 1990. Entre sus obras destacan su famosa columna “El Camino y el Espejo” lectura obligada y grata del lector larense, por la extensión de su labor periodística, opiniones y críticas de alto contenido humanista. Publicada primero en el diario EL Impulso y luego en El Informador. Sociología Pintoresca de Barquisimeto,1969; Crónica de Barquisimeto: El Asesinato del Gobernador,1970; Para la Historia del Central Río Turbio, 1967; Ámbito histórico de Santa Rosa, 1971; Barquisimeto en sus primeros tiempos, 1972; Así nació Barquisimeto, 1980; Cuando el conquistador Juan de Villegas, 1981.
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PRESENTACIÓN
Pilar García nació en Villa Rosa, Municipio Iribarren, el 12 de octubre de 1963. Estudió primaria en la Escuela de su pueblo y el bachillerato en varios liceos de Barquisimeto. En Agua Blanca, Estado Portuguesa, obtuvo el título de Técnico Agropecuario “Zootecnia”, graduándose como Profesor en Ciencias Sociales, lapso 86-92, en el Instituto Universitario de Mejoramiento Profesional del Magisterio (I.U.M.P.M). Con avidez de conocer todo y de todo ha realizado diversos cursos en áreas de literatura infantil, enseñanza de la historia, implantación de la Educación Física, enseñanza de la Educación Física, Educación Ambiental, producción de textos infantiles y Tradición Oral. Desde el 1º de octubre de 1985 se desempeña como maestro en la Escuela Estadal El Tanquecito NER Tintorero, vía Carora y el 23 de marzo de 1995 fue nombrado Cronista de la Parroquia Buenavista. Pero quizás lo más importante de su formación intelectual es haber sabido combinar, con singulares resultados, los conocimientos académicos adquiridos en las aulas con la herencia cultural tradicional de los pobladores de su tierra nativa
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para hacer de él un extraordinario representante de esta rica, vasta y profunda sabiduría que el pueblo guarda como memoria de los siglos pasados. El presente trabajo es sólo una muestra de esta sabiduría popular y del conocimiento que de ella tiene Pilar García. Ramón Querales 10
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MI LIBRO DE CUENTOS 11
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RAFELITO Era muy bravo, de nada se sulfuraba, sobre todo si se le preguntaba o no le entendían un cuento. El decía que esa rabia era causada por la mordida de 7 perros, para los cuales tenía mala sangre, eso si, todos los perros que lo mordieron se murieron cuando cortó medio limón y dejó la otra mitad en la mata y se untó el zumo del limón en la mordedura. Tosía frecuentemente por culpa de una culebrilla que se le metió para los pulmones, a raíz de lo cual se dedicó a aprender los secretos de la naturaleza, claro le fue fácil por ese entorno donde nació y creció, en el sitio Guaiquiba a orilla de la quebrada del mismo nombre en Buena Vista. Su atuendo era el del típico hombre larense, con leves variantes, por ejemplo el sombrero lo usaba de ala corta y la blusa no le gustaba que fuera larga, para mayor facilidad en los movimientos para los lances con su garrote encabullao de jebe candeliáo o a la hora de desenvainar su infaltable cuchillo. Sus alpargatas eran de lujo, de esas que están bordeadas por una correilla y con remaches cromados, las llamaba de crochet. Bajo la blusa usaba franela blanca y siempre portaba su
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“contra”, y sus escapularios y el cordón de San Blas. En su bolsillo siempre andaba la cajeta de cacho, un pañuelo y el ungüento preparado que curaba miles males (según decía). Al hombro su marusa de saco donde cargaba los utensilios de afeitar, la aguja de arría, queso, papelón, acemita, un trago de cocuy, el cacho de beber agua, cabulla y cualquier otro acierto de los que usan los arrieros. Chaqueteada cargaba una peinilla de las llamadas “cacha de cacho”, metida en una cubierta de suela. Así era Rafael Mendoza o “Rafelito” como le decían en su circulo familiar o amistoso. Había nacido en 1915 como dijimos, en Guaiquiba y su segundo nombre era Ramón porque su madre María Felicinda Mendoza lo prometió así a san Ramón, abogado del buen parto. Era su padre un gran cantor de velorios Inés Pérez. “Rafelito” era valiente, noble y conversador. Sabía de carpintería, albañilería, electricidad, plomería además de todos los oficios propios de un campesino, los cuales empezó a aprender desde los 7 años. Siendo muy joven emigró hacia las montañas de “Bucaral” a sembrar caraotas novareñas y a cosechar café allí comenzaron estos relatos que me dejo:
LA CULEBRA LORA. En una de esas travesías de “Bucaral” hacia “Guaiquiba” y cuando le tocó cruzar las montañas de “El Minonal” por la trocha que viene a salir a “Bon Bon” cuando venía pasando por el sitio conocido como “Las Tres Bocas”, llamado así porque brotaban tres rollitos de agua más fría que de la
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nevera y estas pequeñas fuentes de agua tenían cada una un sabor diferente: azufre, soda, sulfato. Allí era sitio de descanso para los viajeros que transitaban por ese sendero, comían, bebían y descansaban ahí, tanto ellos como sus animales de silla o carga. Existía en ese lugar una serpiente enorme, de color verde, una culebra lora, para más señas. Medía más de dos metros y algunos arrieros y caminantes acostumbraban a dejarle comida sobre una piedra, por eso cuando sentía presencia humana estaba cerca, últimamente se había puesto muy brava y sacó en carrera a muchos. Rafelito no cargaba comida ese día, sólo se detuvo a tomar agua, para seguir su camino, pensando que le faltaba pasar por el sitio llamado “el palo rasguñao del tigre” donde salían estos animales. Estando en sus cavilaciones oyó el silbido de la culebra que se le venía encima y echó mano de una laja, que fue lo que encontró más rápido y se la pegó en la cabeza, se oía la quebrazón de monte cuando se devanaba la bicha en estertores de muerte. Así acabó con esta pesadilla de las montañas.
EL PAPELILLO. Es una planta que sale en las riberas de los ríos Acarigua, Guanare y Bucaral. Aunque vio algunas matas cerca de la quebrada de Sal. Esta especie vegetal era cultivada por los indios y los blancos la llamaban “papelillos” y era muy parecida al ocumo, floreaba rojo, en forma de espiga. La diferencia estribaba en que las hojas en vez de ser verdes eran blancas y eran como papel de excelente calidad,
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usado para escribir y envolver. Hoy en día está casi en total extinción por el mal uso que le dieron quienes se la quitaron a los indios y sólo se consigue alguna matica, en los bosques más profundos. Ojalá nuestros nietos tengan mejor conciencia y rescaten esta y otras plantas o al menos no acaben con las que aun existen, dijo Rafelito. 16
“EL PALO VACO” Un viejito lo llevó a una montaña muy lóbrega donde quedaba uno de los últimos árboles que en épocas remotas utilizaban los indígenas como alimento. Tal árbol no es otro que el llamado “palo vaco”. Nombrado así porque al infringirle una cortada bota una leche muy nutritiva. Los indios se alimentaban de ella, pero los extranjeros se lo llevaron y hoy sólo existe en países poderosos como Estados Unidos, donde la leche extraída la ponen a secar al sol y la envasan para luego vendérnosla a nosotros como leche en pote, que hoy compramos a miles de bolívares el envase. Es un abuso tomando en cuenta que ese árbol era nuestro y hoy lo mantienen custodiado por soldados. Este asombroso árbol con tan sólo un machetazo puede dar una pipa de leche.
MATRIMONIO. El 18 de octubre de 1945 se casó con Carmen Reyes, quien sería la compañera de su vida y le dio 6 hijos (María, Fortunato, Cleotilde, Alcides, Ernesto y Marina). Su matrimonio fue por venganza a 4 mujeres que pelearon por él y por eso no se casó con ninguna. Se fue a
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vivir a “La Majaguita”, donde tenía un conuco con todas las plantas de cultivo necesarias para una vida aislada. Allí había guaje, ocumo, cebolla, millo, maíz, caña, apio, auyama y plantas medicinales. Criaba marranos, los cuales tenía que mantener encerrados en un chiquero porque había muchos tigres, y algunas veces debía correrlos con candela para quitarle los cochinos. Sus animales acompañantes eran: - Un perrito cazador, sabio, fiel y buen compañero. - Unas gallinas patarucas, (cinqueñas y pinacas). - Gallinas y gallos de raza. - Un burro al que le amarraba 100 kilos. - Un caballo de silla, para salir a pasear los domingos. - Un gato llamado “El panino”, con un lazo en el cuello y muy inteligente contestaba a su manera; cuando enjaulaba el burro, el panino se sentaba en la jamuga y venía hasta “El Placer”. Cuando se empezó a poner mala la situación para los agricultores por las roscas, las importaciones, las plagas, etc, tuvo que emigrar “Rafelito”, hacia Barquisimeto, allá se dedicaba a la construcción. En su nueva etapa de la vida ahora citadina le ocurrieron una serie de experiencias como estas:
EXCAVACIONES En pueblo nuevo, construyendo las bases para una quinta encontró una laja en las excavaciones que iba cambiando de colores, negra, roja, azul hasta llegar a la roca blanca. En Carorita también encontró un mar subterráneo de tanta inmensidad que tuvieron que abandonar la excavación,
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porque donde metían la barra, salía un chorro de agua. Estuvo en peligro de ahogarse en un hueco de esos.
LA LUZ DEL BANCO.
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Un día que yo estaba leyendo en el periódico, la noticia del asalto a un banco, me pregunto: - ¿No te habeís fijao que el Banco de Venezuela de la 20 con 31 no se lo han robado nunca? - Si es verdad dije yo. - Mira eso es porque un musiú y yo, le pusimos un sistema que se llama “tragaluz”. Este método consiste en electrificar la pared, el cual es activado por un botón, en la oficina del gerente. Quien toque esta pared queda “electrocicao”.
EL RESTAURANT. También nuestro personaje montó un restaurant por la zona de la Avenida Fuerzas Armadas, cerca del mabil de Segundo Mendoza. Allí se hizo famoso por la gran variedad de platos que ofrecía a la clientela, por ejemplo de la caraota, preparaba hasta 7 platos distintos: guisada, frita, refrita, dura, con caldo, sin caldo. Si mataba una gallina, tenía cliente seleccionados para cada una de las presas: muslo, pechuga, ala. Había quien le gustaba la cabeza, otros las patas y hasta las tripas tenía que lavarlas para vendérselas fritas a una mujer. Ya acostumbrado a esta vida transhumante se fue a Yaracuy y encontró trabajo en la compañía “Mananera”,
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como la llamaba él. Allí vivió los siguientes casos:
LOS SAPOS En esa zona abundan los sapos “cuernos”, cuya mordedura es venenosa. Al llegar a “La Marroquina”, le asignaron un cuarto y saquen cuenta de la cantidad de sapos que había, que barriendo el cuarto botó tres carruchadas.
LA NEGRA Ahí mismo en “La Marroquina”, había una negra, que su trabajo consistía en vender las aguas de sus lavados vaginales, a quienes eran mordidos por uno de estos sapos, este es el único remedio conocido para curar este mal. De eso vivía la negra.
AVENA, QUESO, ACEITE, OTROS. En “La Marroquina” o “Mananera”, como le decía Rafelito funcionaba una industria fabril muy grande y avanzada, allí producían la avena, la cual, según Rafelito, la obtenían de la concha del cambur verde, secado al sol y molido. Así de sencillo y tan caro que la compramos decía él. El queso amarillo lo hacían de una mezcla de papa, apio y auyama. El aceite de pino lo sacaban de unas tablas de pino verde, remojadas en un tanque inmenso, el aceite se iba asentando encima del agua del tanque y luego era recogido
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con una pala grande y envasado. Los perfumes de distintas fragancias, también los vio preparar, siendo el más preciado uno que obtenían con las orinas de mapurite como base. Jabón también aprendió a producir con grasa, tierra, cagarrutas de chivo, etc. De acuerdo al tipo de jabón deseado. En su estadía en Yaracuy conoció al médico chamarrero José Barrios de quien aprendió secretos como estos: Aprendió a fabricar agujas mineras, contras, baños y medicinas. Se familiarizó con las plantas y sus propiedades, llegando a conocer no sólo las simplezas que conocen los demás sino exclusividades como por ejemplo los efectos del “guaco morado”, para curar enfermedades hasta ahora desconocidas por los doctores.
REMEDIOS Y ENFERMEDADES. La Armonía se cura con guaco y quina, esta enfermedad ataca el torrente sanguíneo, convirtiendo la sangre casi en agua, desmaya el corazón y daña la respiración. Los doctores no la curan. La Uncemia, es parecida a la anterior pero causa fiebres, sudores y desmayos. Se produce por falta de amargo en la hiel y esta se vuelve como un cartón, se cura tomando bebidas amargas (verbena, quina, guaco). La Tuberculosis se cura con leche, pero que la haya “sopeteado” una culebra y uno se toma lo que ella deje. Así le ocurrió a un señor que lo botó la familia en una choza solitaria, ubicada en una montaña, para que se muriera o se curara, le llevaban alimentos, entre estos leche
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el hombre para que le amaneciera fría, la dejaba afuera, en un jarrito y una culebra venía y tomaba de esta leche, el ingería el resto, con esto se curó.
SECRETO PARA SACAR AGUA. Se puede producir agua en un desierto con esta receta: Se busca una totuma, agarrada en menguante, se le saca la miaja, merulla o sipa, se le agrega un litro de agua bendita y se entierra en el lugar donde se desea que salga el manantial, de ahí en adelante hay que echarle agua (1 litro), todos los días a las 6 de la mañana, por un lapso de 12 años y en el sitio escogido, brotará el ojo de agua. Con todos estos conocimientos estaba protegido, como lo demostró en ocasiones diversas, que se salvó hasta de “la gota negra”, un veneno que le daban a los enfermos en el hospital. Se vino de Yaracuy y tuvo que dejar un puesto de venta que tenía en Sorte. Se trasladó nuevamente a Barquisimeto por que su familia lo requirió a pesar de que un hombre le ofreció una ganadería, varios camiones y 4 chequeras para que le administrara la hacienda que le ofrecían llegaba desde Guanarito hasta Palmarito.
OTRA VEZ EN LARA. Retomó sus senderos de Lara y ya en Barquisimeto, se dedicó a varios oficios que sabia desempeñar.
PESADOR. Si, se ocupó en matar cochinos, pero con un negocio muy bueno que le propuso un “musiú” que conoció.
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Este extranjero, poseía unos aviones y avionetas y le encargó a “Rafelito”, la manteca de los puercos, para lubricante de las aeronaves. Cuando no tenía manteca de marrano, tenia que sacar aceite de tártago, para el compromiso adquirido de venderle el lubricante al “musiú” para su flota.
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SIGUEN LOS VIAJES. Por todo el país anduvo con un señor de un camión y así conoció cosas raras como estas que citamos:
LA MÁQUINA DE LA LLUVIA. Fue en “Bachaquero” donde vio este raro invento que poseía un señor y consistía en un aparato como un televisor, con muchos botones de controles y lo usa para atraer las nubes desde donde estén, aún en tiempo de sequía y así regar una enorme granja que cultiva allá. Esta operación la realiza cada 15 días. Por eso se retiran las lluvias, por culpa de la gente sin conciencia que quiere el agua para ellos solos.
LOS LOROS DE NOCHE. Así llamaba una señora a los buhos o mochuelos, allá en Caracas, esta señora en cuestión domesticaba estas aves y las vendía a precios internacionales a los turistas, que se iban contentos con su “Loro de noche”.
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LA VITROLA DE VERA. Esto lo observó aquí en Lara, cerca de Buena Vista, específicamente en el extinto caserío “La Mota”, a la margen izquierda del Río Turbio. Vivía en ese lugar una familia de apellido Gil, quienes fabricaron una vitrola con la dura madera de la vera, formaban esos bailesones en el sitio, amanecían bailando. Ah, se olvidaba decirles que los discos también eran de vera. Para que vean que los campesinos también somos inteligentes.
OTRAS HISTORIAS. “Rafelito” llegaba a nuestra casa de tiempo en tiempo, desde que éramos muchachos y más tarde cuando pude leer “Cien años de soledad”, le encontraba un parecido al Melquíades de García Márquez, que llegaba a Macondo con los gitanos, por temporadas y sabía tantas cosas. En esas noches de tertulias, como es costumbre en los campos, nos reunimos familiares y amigos, sentados en las rumas de sacos de maíz, caraota o quinchoncho, a la luz mortecina de una lámpara de kerosén y después cuando llegó la electricidad, continuaban los cuentos de Rafelito. Se reflejaba nostalgia en su mirada al recordar aquellos tiempos cuando en Guaiquiba, las guacharacas hacían sombra en su vuelo por el gran número de la bandada y
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como podía quitarse el sombrero o la camisa para aprovechar la sombra que producía la nube de guacharacas. Otras veces sacaba de su prodigiosa memoria cuentos de tío conejo y tío tigre, Pedro el malo y Pedro el bueno o sino soltaba esos largos relatos que después encontré muy similares a los que leí en “Las mil y una noche”. Allí había reyes, príncipes, caballos mágicos y lugares misteriosos. Trataremos de recordar algunos. 24
CRISTÓBAL COLÓN Según “Rafelito”, Cristóbal Colón no llegó aquí como dicen los libros. Fue una vez que salió a pasear en una embarcación con unos amigos, pasaron por un lugar muy bonito donde se veían las lechozas, semerucos, mamones y muchas otras frutas, pero estaban arriba en unos barrancos y no había forma de atracar el barco. Hasta que al dar vueltas y vueltas al sitio, vio un picure asomado por la grieta del barranco y lo siguió, buscando las frutas exóticas. Cuando iban con este propósito, oyeron unos quejidos y decidieron acercarse, allí estaba una mujer agonizante y un hombre que la acompañaba, también a punto de desfallecer, de allí los quejidos. - ¿Qué les pasa? Les pregunto Colón. - Somos indios respondió el hombre y es costumbre Que cuando una esposa va a morir, tiene el compañero que morir con ella o él. Nos suministran comida, reduciendo la ración todos los días, así como el agua, hasta que se nos acaba la vida. Les dio agua y comida para reponerlos y les pidió que
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los guiara donde su jefe. El indio se recuperó y los llevó al sitio donde estaban todos los demás indios bailando y llegó la comitiva de extraños y se oyó una voz ha llegado Cristóbal Colón a descubrir “La América”. - Bien llegao sea – replico el jefe. ¿Qué es lo que quiere? ¿Qué nos dice? - Que crean en Dios y no se estén matando de esta forma – respondió Colón. - Como no agrego el indio – estamos de acuerdo. Y así comenzó en verdad el encuentro de las culturas aborigen y europea.
“JICLE” Este fue un hombre que quiso dominar al mundo, quería convertirse en Rey y llegar hasta el cielo con sus dominios. Reclutó tropas para su conquista a las que dotó con armamento sofisticado, era tan avanzada su tecnología que la ración de combate consistía en 1 pastilla para el sustento y ½ pastilla para la rabia. Sometió como catorce países. Al primer sitio que llegó fue al país de los “gorgojios”, eran de un color ocre y en sus predios no había agua “Jicle”, al llegar peló por un vaso de agua y los amenazó con derramarla para destruirles el país, si no se entregaban. Inmediatamente se sometieron, asustados ante algo tan peligroso y destructivo para ellos. El siguiente percance lo tuvo en “la nación de los calvos” y los conquisto con un puño de pelos, porque les
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dijo que si se resistían, dejaría caer estos pelos y ellos, que eran pelones, se pondrían como unos monos. Atemorizados por esta advertencia aceptaron formar parte de sus territorios ocupados. Luego llegó a “la isla tembladora” la cual debía su nombre a un volcán en constante actividad. A estos habitantes, que eran más pacíficos, los increpó a rendirse o desde un avión le tiraría gasolina al volcán para que estallara, también los anexó a su feudo. Siguió hacia “la isla tifis”, donde encontró una gente callados y misteriosos, que no se sabía ni que bebían, fue fácil doblegarlos, casi no opusieron resistencia, pero por si acaso, dejó un pelotón de soldaos custodiándolos. En su ruta el próximo punto fue “la nación momentable”, denominada así, por estar en constante movimiento, el cual no podía parar porque estallaba. “Jicle”, observado este fenómeno habló a los habitantes o le metía una cuña al país, para que explotara. Estos temerosos que cumpliera lo ofrecido, capitularon, pasando a engrosar su ya extenso reino. Continuando su viaje fue a parar a “la nación de los pinineos” habitada por enanitos muy inteligentes, que fabricaban platillos voladores y tenían unos túneles que llegaban hasta Japón. Decidió hacerlos amigos, aparte de que no eran belicosos. Se llevó un cazar como muestra y con el fin, de ser posible de aprender de ellos. Avanzó por Japón, Estados Unidos y España, los cuales conquistó. Rodando tierra se apareció en “El país de los Rucios”, donde duraba ese territorio, seis meses congelado, aquella
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gente que habitaba allá también estaban muy adelantados en el arte de la guerra y se prepararon para darles pelea a “Jicle” y su gente. Le pararon unos muñecos enterrados hasta la rodilla, para confundirlos mientras peleaban con los muñecos, “los Rucios” atacaron por la retaguardia, “Jicle” se retiró, pero pensando volver. Así lo hizo, escogió la fecha. Un primero de mayo, llegaron como a las 12 y encontraron a “los Rucios”, debajo de un samán que arropaba más de una cuadra con su follaje, comiéndose una ternera para celebrar el día del obrero. Estaban aparentemente confiados, pero era para confundir, porque cuando “Jicle” atacó, salió gente por todos lados y pasó algo fatal, hirieron a los soldados de “Jicle” y al botar sangre, fueron botando la rabia (que les producía la ½ pastilla diaria que tomaban). Salieron huyendo y los otros persiguiéndolos. De momento “Jicle” se salvó por que tenía un avión allí cerca al que llamaban “El rayo eléctrico”, porque soltaba un chorro de candela de un aparato como un soplete, era tan potente, que un poste lo volvía carbón. “Jicle” se llevó a una hija que tenía, para que no se vengaran con ella, prefería que muriera con él. “Los Rucios”, no se quedaron quietos salieron a perseguirlo en un avión llamado “El Alcaravan”, por ser de la forma y color de esta ave. Lo tenían oculto en un barranco. Empezó la persecución, la cual duró 6 meses, en las noches podía verse las luces de los aviones, en su combate, surcando el cielo. Se lanzaban rayos, balas, humo y toda suerte de trucos para ver quien triunfaba.
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Vale decir que los dos aviones poseían más o menos, la misma potencia y armas sofisticadas. Al cabo de los seis meses se estaba agotando el combustible a las dos naves y presentaron batalla de frente, muriendo por efectos de los rayos que se lanzaban, las dos tripulaciones. Así acabó “Jicle”, por querer llegar a mandar hasta el cielo, sufrió el castigo divino. 28
EL ESPANTO DEL CARACOL. Esta aparición se la pueden encontrar los viajeros en la quebrada “El Caracol”, en el camino que va para San Miguel viniendo desde Quíbor, allí en cualquier noche puede oírse aullidos de perros, berrean chivos y ovejos, mientras pasan en vuelo rasante unos murciélagos. Todo esto acontece, antes de pasar por allí un hombre todo vestido de negro, que arrastra una soga muy larga, tan larga, que puede durar varias horas. Esta soga no se puede pisar porque quien lo haga deberá arrastrar también la soga cuando muera. Cuentan que esta espanto proviene de un matador de reses o pesador, como también le dicen. Este matarife, sacrificaba chivos, ovejos, vacas, toros y cuanto animal pudiera matar. Un día viernes santo que estaba matando un toro, se acercó un anciano, quien después de saludar, le dijo que era malo matar ese día por el precepto que había que guardar en memoria de la muerte de Jesús. Respondió el hombre que él mataba porque le gustaba y además sino trabajaba no comía.
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El anciano le replicó que iba a tener su castigo por esta blasfemia. El pesador se río y continuó con su tarea. Cuando llegó la hora de su muerte, fue muy larga su agonía, berreaba y bramaba como los animales que mató. Fueron sus familiares a casa de un espiritista y les examinó el caso, dando como diagnóstico, que se debía a la maldición recibida de labios del anciano, hacia mucho tiempo, aquel viernes santo, además agregó que él no lo curaba por no enfrentar fuerzas superiores. Ayudó a morir el hombre, quien vómito mucha sangre y manteca, que se cuajaba en el suelo. Uno que le pasó por encima a la soga, cayó fulminado por algo como un rayo y despertó como a los tres días, quedando aturdido por varios días, y eso que no le pisó la soga. Quien se encuentre entre este espanto debe esperar que pase, mientras reza todas sus oraciones a ver si con ellas evita el peligro y puede ayudar a sacar esta anima del purgatorio. Así lo hizo “Rafelito” cuando a él le salió.
LA MUJER Y EL TIGRE. Esto sucedió en las montañas, cuando había tigres. Un tigre se comió un hombre, en su propia casa, entró por una cueva que hizo en la pared, ya le había comido las gallinas y los cochinos y el hombre nunca pensó que acabaría con él. Una hermana de la víctima dijo que vengaría esa muerte, matando al tigre. Se fue a la choza que tenía su hermano en la montaña, donde cuidaba el conuco, cuando a los tres días de espera llegó el tigre, empezó a darle vueltas a la casa y luego fue
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arrancando con las uñas los terrones de la pared. La mujer valientemente, esperaba impávida a que el tigre asomara. Cuando fue mostrando el felino su cabeza por el hueco que abrió, le arrojó una totuma llena de ajíes molidos, en los ojos. El animal al sentir el escozor, se rasgaba su piel con las uñas, enloquecido cayó por un barranco, quitándose la vida el mismo por los zarpazos, más la caída.
LA TRAMPA. Ya que hablamos de tigres, contaremos también que “Rafelito”, iba a echarle comida a un cochino que tenía más allá del “paraparo”, cuando los Yépez Gil agarraron dos tigres, pocos querían ir por miedo a echarle comida a la carnada, pero él con su valor a toda prueba cumplió varias veces esta función. “Rafelito” conocía esas montañas hasta lo más recóndito, porque se la pasaba en esos lugares buscando raíces para preparar su célebre “jarabe de las 40 raíces” o los bejucos para fabricar sus famosas escobas, cuando no tenía millo para elaborarlas. Era rápido, como será, que cuando joven peleaba y no le pegaban con garrote, ni cuchillo, hasta las piedras que le lanzaban las agarraba en el aire.
LOS CHIVOS MAÑOSOS. Una vez un señor, tenía unos chivos alzados, que se escondían en un zanjón muy profundo, allí tenían pasto, agua y solapas para dormir.
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Era como una especie de olla, donde sólo se podía entrar por encima. Unos amigos lo guindaron con un cabestro y lo bajaron hasta la grieta. Los chivos se alborotaron al verlo, agarró uno con cada mano y otro que le pasó cerca lo atrapó con los dientes, lo volvieron a subir con sus tres chivos, el amo les regaló uno muy gordo con la manteca amarillita. Esta es una de las hazañas por cantidades que tenía “Rafelito” porque era cazador, gallero, de acaballo, buen lazo, sacaba abejas y matejeas sin humo, etc.
ENCANTOS, DUENDES Y AMOS DE LAS COSAS. Como acotamos anteriormente. Exploró muchos sitios peligrosos, incluyendo las cabeceras de la quebrada “Honda” es decir donde nace “Guaiquiba”, más arriba de “Los Charcos de Carmela”. Allá vió la laguna del caballo, donde nace esta quebrada y donde oyen relinchar y ven un caballo corriendo sobre el agua. Oyó rugir la serpiente de la laguna de “Agua Blanca” y discrepaba de quienes decían que en la montañita de “El Placer”, había una serpiente, si es cierto que se oía rugir un animal pero, según él, era un “arador”, otro bicho más grande que la serpiente y con unos cachos en su trompa.
AMOS DE LAS AGUAS. “Don Juan concha gruesa” es el amo de la montañita de “El Placer”, decía: Lo describía como un hombre grande, con camisa larga
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y sombrerote. Mientras que “Don Juan Verde”, dueño del Changual que está en “El Ingenio” en la confluencia del río Turbio y la quebrada “Aroa” o “Aroba”, es chato. Estos señores asustan, castigan y proceden según sea el caso a quienes profanan y dañan sus dominios. Uno puede ir a buscar berro, pescar, sacar montes curativos de sus dominios, etc. Pero con respeto. Apuntaba nuestro amigo.
DUEÑOS DE LA FAUNA. Don Juan pluma y Don Francisco Pluma, son propietarios de los animales y se disgustan cuando matan animales por ociosidad, se debe matar sólo para comer. Tampoco les gusta cuando dejan irse una presa herida, porque tienen que curarla.
EL ENCANTO DE LAS LAJITAS. En cierta ocasión se perdieron dos niños en “Saduy” de la forma siguiente: Andaban cortando leña y vieron pasar una comitiva muy grande de gente, una caravana. Los integrantes de esta peregrinación iban ataviados con trajes de vistosos colores, como de seda y brillantes y quien los guiaba montaba un caballo blanco muy adornados sus aperos. Silla reluciente con bolsones repujados, la cabezada y el pretal tenían remaches dorados aparte de las riendas que eran tejidas con trenzas de colores, predominando el dorado. El jinete vestía de blanco, con sombrero lujoso y
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polainas que le llegaban hasta la rodilla, portaba espuelas con rodaja de plata. Los niños siguieron la caravana y la vieron meterse en una cueva que queda en el caserío “Las Lajitas”. Allá fueron encontrados, insulsos en la puerta a los tres días de haber desaparecido. “Rafelito” sabía mucho de duendes, si él mismo parecía un duende. Hablaba de los “ceretones”, que eran unos espiritus juguetones. Contaban que a los “caballeros”, esos de pequeño tamaño y gran sombrero había que decirles era “compañeros”
OTRA FACETA. Este personaje también tuvo un conjunto musical, de cuerdas, que amenizaba las fiestas de la zona con su mandolina, cuatro, violín, bandola, marimba, tambora y maracas. Rememoraba las piezas tituladas “El botecito”, “la bateita”, “El bachaco” y otras que eran las que estaban de moda para la época.
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“TACHO”
MI AMIGO DE TANQUECITO
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Anastacio Rodríguez “Tacho”
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PRESENTACIÓN Esta historia viva, contada por un habitante de “El Tanquecito”, refleja las vivencias de una comunidad donde conviven 150 personas desde hace más de 300 años. A la vista de cualquier observador que mire con una óptica diferente, parecerá una región agreste e inhospita pero, bastará con sentarse a la pata de un cardón para ver en él una infinidad de animales iguanas, grillos, tuqueques, murciélagos, pájaros, loros, cocos y uno que otro ciempiés. Bajo sombra se acunan: chivos, matos, culebras, etc. Esto nos da una idea de que no tiene nada que envidiar a cualquier otro ecosistema. Sólo hay que adaptarse y dominar el medio, como han hecho los habitantes de este caserío. Quizás sea sólo un comienzo pero, es una iniciativa del proyecto de rescate histórico para divulgar esas pequeñas reseñas que hacen la gran historia.
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“TACHO”
MI AMIGO DE TANQUECITO
Lo encontré, sin darme cuenta de su presencia, no se si por la resolana que producía el reverbero de los rayos solares al chocar con el árido suelo o por su ropa de un tono indefinido, que se confundía con el ambiente, vestía un saco marrón que cubría una camisa amarillenta que ocultaba la respiración jadeante de un huesudo pecho, completaba su atuendo un pantalón verdusco, unos deformados zapatos negros y un pardo sombrero de fieltro. Caminaba con su paso lento como el tiempo, ayudado por un bastón al que su orgullo intentaba mostrar más como arma de defensa que como muleta. - Buenas tardes le dije –(tratando de ser lo más cordial posible). - Buenas tardes, respondió con voz grave. - Señor ¿cómo llaman esto por aquí? - Esto lo llaman El Tanquecito, joven –me respondió, mientras su mirada escrutadora reflejaba en sus ojos que se achicaron entrecerrándose, para buscar respuesta tanto adentro como afuera. - Soy Pilar García –le dije- y vengo a trabajar en la escuela. - Ah –usted es el “maestro” nuevo- y me tendió su mano sarmentosa- yo soy Nastacio Rodríguez a su orden.
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- Mucho gusto, si, me mandaron por el maestro Saúl. Entonces me miro con actitud evaluadora buscando en mis veintidós años la imagen del maestro que no mostraba mi bluyin y mi franela blanca con algunos logotipos publicitarios.
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- Bueno “mestro” yo me voy porque tengo, que echarle rama a las cabras –afirmó- mientras me daba nuevamente la mano – vaya por allá cuando tome gusto. Seguí recorriendo aquel pequeño caserío, que me había costado encontrar porque con sus 120 habitantes, no aparecía en el mapa. Al cabo de unas tres horas tomé rumbo a la autopista que va hacia Carora, porque se me olvidaba decirles que el lugar aun cuando pertenece al Municipio Jiménez, se le llega más fácil por la vía Barquisimeto – Carora. Mientras esperaba el bus o la cola, (porque eso era lo primero que me habían aconsejado los demás colegas, que aprendiera a pedir cola) para trasladarme los cuarenta kilómetros que había desde este punto ubicado al nor-oeste del Municipio Jiménez hasta Barquisimeto, observaba el contraste entre la moderna autopista y agreste paisaje con sus casitas de bahareque, unas y otras de palo a pique y vara en tierra con techos de hacho, zinc o torta. Al día siguiente, recordando la invitación de Nastacio, lo visité, después de clase.
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Lo hallé en el corral sacándole las tunas a una cabra, el perro, anunció mi presencia. - “Guanarito; quédese quieto, siito”. - Buenas tardes –le dije- mientras avanzaba hacia el corral. - Buenas tardes “mestro” pasialante. - Estamos adelante, ¿cómo están los chivos? - Regular porque hubo mucho verano. Lo seguí hasta el interior de su casa de paredes rellenas con pedazos de carón seco y techo de hachos, en el interior un escaso mobiliario compuesto por dos sillas de cardón, forradas con cuero de chivo, un butaque y una mesa donde estaba un queso prensado en un cincho de madera. - Señor Anastasio… - Dígame “Tacho” como me dicen todos. - Bueno Tacho, yo quiero hablar con usted porque me interesa saber sobre el caserío. - Bueno yo no se mucho pero tengo 83 años y más sabe el diablo por viejo que por diablo. - No, yo creo que usted sabe mucho tanto por viejo como por inteligente. - Yo no se lé, porque en aquellos tiempos no había escuela y si uno tenía ganas de estudiar tenía que pagar un “mestro”. Habla con la paciencia que da el saber y la experiencia. Comencé por preguntarle: ¿Por qué esto por aquí lo llaman Tanquecito?
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- Mire, “mestro”, ese nombre es un poco nuevo aunque es más viejo que yo, pero antes según contaban los mayores esto era Las Raíces y Cañadas, porque esto pertenecía a Las Raíces, que así se llamaba la quebrada que pasa más allá y lo pusieron “El Tanquecito” por un pozo que hicieron aquí y que no se secaba nunca. - Tacho disculpe, hábleme sobre esos fundadores ¿quiénes fueron? - Bueno, mire, eso es trabajo saber quienes fundaron esto, debe haber sido los indios porque aquí hay varios cementerios donde se consiguen huesos, olicores y ollas de indios. (No estaba equivocado en este aspecto porque al revisar los escritos desde Federmann hasta los boletines del museo, pasando por las investigaciones del Hermano Nectario María donde se habla de presencia Ajagua y Gayón en la zona) Después llegaron los españoles y se repartieron las tierras, esta parte es llamada la Posesión “Rodríguera”, porque fueron los Rodríguez quienes llegaron primero y luego vinieron los Silva, los Martínez, los Aranguren, los Ávila pero no se sabe cuando llegaron porque fue poco a poco. - Usted dice que llegaron, dígame, ¿a que vinieron? - Llegaron buscando una zona buena para la cría y aquí era ese lugar porque la quebrada “La Burra” llevaba agua y la quebrada de “Atarigua” también la llamaban “La Quebrada de Agua” antes que los “musius” hicieran los pozos y las lagunas.
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- Aquí había hatos de ganado con muchas reses por los lados de “El Totumo” y muchos chivos y ovejas en todos estos cerros de “La Montera”, “El Cotoperis”, “Cerro Grande”, “Las Hoyadas” y en “El Encanto”. - ¿De qué más vivían, que otras cosas hacían? - Las mujeres respaban cocuiza en canoa para hacer cabrestos, sacos y cabullas y también el “Dispopo” (Hispopo) de la penca del cocuy para fabricar chinchorros. 43
Los hombres teníamos conucos para sembrar maíz, caraotas y auyamas, aunque en las quebradas se conseguían las auyamas que nacían solas y otros sacaban cocuy con las culebras ciegas que eran alambiques sanjoneros, allí el cocuy (la cabeza a la cual se le cortan las pencas y se hornean en hornos hechos en el suelo a los cuales se les coloca piedras en el fondo y se les agrega leña para quemarla y al quedar las piedras calientes se coloca la planta de cocuy con las pencas cortadas como se dijo anteriormente y se tapa con monte y tierra para que se hornee con el calor de las brasas y así sacarlo a los ocho días) se le saca el jugo y se deja fermentar para luego obtener la bebida espirituosa por proceso de destilación, el primer cocuy que sale por la culebra de cobre es el pringote y hay que “pesarlo” con el alcholímetro para llevarlo con agua agregada hasta 56º grados, que es el temple deseado porque a veces sale muy fuerte y hay que “rebajarlo” de grados. Otros eran vendedores de queso y salones de chivo, los cuales salín a comercializar con sus arreos de burros (nueve, ocho para carga y otro para uso del arriero) llegaban hasta el llano o las montañas y de allá traían papelón y café.
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Allá abajo en “Playa Amarilla” pasaba el camino real de Carora y había una posada donde se quedaban y comían los viajeros, arrieros y quienes llevaban ganado para Barquisimeto.
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- Bueno “Tacho”, yo me voy porque ya es tarde, otro día seguimos conversando, muchas gracias. - Si, como no, pero llévese ese queso que está en la mesa, si lo consigue “salaón” es porque así me lo encarga el amo del botiquín “El Segundo Frente” en Quíbor, para darle a los “rascaos”, para que les de ganas de beber. Me fui pensando que sabía mucho sobre la comunidad, pero el tiempo transcurrió y me fui convenciendo que era poco cuando oía a los muchachos en el salón decir: moroco, cocuy chiquire, estás chindo, tú si eres “chico gollo” y me vi en la necesidad de seguir buscando y comparar los términos que me daban los alumnos con la información de “Tacho”. Lo ubiqué debajo de un frondoso cotoperís, en la quebrada “La Burra” y le pregunté (después del saludo) -¿qué hace por aquí? A lo cual me respondió: - Estoy cuidando las cabras porque están comiendo cotoperices y se las pueden robar, porque déjeme decirle que con la llegada de la autopista, llegaron también los “pícaros y mañosos” al caserío, mire “mestro” han sido un “perjudico” para la gente de aquí, porque pasan mucha gente mala y más bien lo que van son varios muertos de aquí del caserío.
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Fíjense como “Tacho” me envolvía en otro tema muy distinto al motivo de una visita. - Si “Tacho” a veces el progreso trae también cosas malas, mire, yo vine a buscarlo porque necesito que me explique que significa; y le dije estos términos, los cuales, me aclaró. - Chindo: estar envidioso por algo. - Moroco: conejo. - Chiquire: cocuy que ya ha soltado el maguey. - Chico gollo: es cuando alguien es muy alabancioso sobre las mujeres y viene por un señor llamado Francisco Gollo, que era de “El Peñón” y decía que todas las mujeres estaban enamoradas de él. Me despedí, para no abusar de la bondad de mi informante y con la intención de abandonarlo en otra ocasión para tratar otros tópicos. Paso el tiempo y esta vez no lo encontré en la casa donde tenía el corral si no más bien en lo que llamaríamos la casa de la familia donde convivía con María de la Paz Yépez, compañera de casi toda la vida, con quien compartía sus 9 hijos, me contó que María era hija de Cleofe Mendoza y por los Yépez venía de El Tocuyo, me mostró su humilde vivienda de paredes rellenas con tallos de cardón seco y techos de hacho y torta (barro con cagajón de burro, paja picada y baba de cardón para impermeabilizarlo). También me explicó sobre su origen como hijo del capitán Natividad Peña, un guerrero del siglo pasado, de quien heredó una daga o bayoneta, la cual guardaba orgulloso.
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Para romper su hilo y llevarlo al tema que me interesaba le sugerí: - “Tacho, hábleme del tiempo de antes: Achicó los ojos y miró un poco hacia arriba como buscando los recuerdos, suspiró largo y comenzó con voz pausada: 46
- Ese tiempo era muy bonito porque había respeto, a los mayores se les pedía la bendición, hincado de rodillas, no se metían los niños en conversaciones de los mayores podían corregir a los niños, se podía amanecer en la calle y nadie robaba a uno. Si un joven estaba enamorado de una muchacha, tenía que esperar la celebración de un baile para poder tocarle una mano aunque fuera y eso después de darle caramelos y acemitas a la mamá o representante de la muchacha y la señora los guardaba en una pañueleta grande, si el joven le caía bien a la muchacha debía decirle a su padre (del hombre) para que hablara a su vez con el padre de la joven y pedirle permiso para visitarla en su casa o pedir la mano y fijar fecha para la boda. En esos bailes todos los hombres llevaban garrote y cuchillo (algunos) a veces el dueño de la casa los desarmaba al entrar pero otras no. En ocasiones se “prendían” unos brollos por varias causas: - Una mala mirada. - Un tropezón. - Un palo de cocuy. - Una mujer.
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Las diferencias se solucionaban con un desafió a garrote para lanzarse unas “puntas” de juego de garrote, de las cuales casi todo el mundo sabía, por existir maestros del juego o por condiciones naturales. La mujer que asistía a un baile ocupaba el banco de las parejas, ubicado cerca de la lámpara que iluminaba la estancia. No podía rechazar la pareja la invitación del hombre, porque esto era visto como un desprecio y el agraviado le decía: - Si no baila conmigo no baila con más nadie. Si había alguien que se opusiera a esto, comenzaba el brollo. En esos tiempos había respeto por todo, por la naturaleza, por Dios y por la gente. Se respetaba la menguante para cortar madera, cortarse el pelo, echar barro a las paredes, capar animales, jugar los gallos y hasta para hacer los muchachos y después de nacidos presentárselos a la luna. Mire ahorita que le hablo de los muchachos, le cuento que antes para “dormir” con la mujer no era todos los días y cuando esto sucedía se amarraba el hombre la cabeza con un trapo al siguiente día y la mujer le mataba una gallina para darle caldo.
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- Tacho: hábleme de la gente de aquí ¿cómo son? - Aquí la gente es muy unida y sobre todo en caso de muerto, acuden todos, la familia se pide la bendición hasta los primos, le piden la bendición a los mayores y en el trato somos “chercheros”, el habla se parece un poco a la gente de Carora, será porque antes pasaba por aquí el camino y esto una vez perteneció a Atarigua. 48
Somos trabajadores y ahorrativos, lo que gana la gente con la siembra, los chivos, la artesanía y el comercio se guarda una parte. - Dígame, Tacho ¿hasta donde llega el caserío? - Por el naciente (este), hasta la entrada de Las raíces, por el poniente (oeste), hasta la quebrada El Totumo, hacía atrás (sur) pasa el lindero por Las Raíces, El Torito, Playa Amarilla hasta salir al Reventón donde pasa la quebrada de Agua (unión de las quebradas Las Raíces y Atarigua) y por aquí al frente (norte) hasta los cerros de El Cotoperís. Seguimos conversando en mi interés por saber más sobre el sitio y me hablo sobre los tiempos de antes cuando las quebradas tenían agua, antes llovía más y que estos lugares son más visitados por las lluvias del norte. Esto me llevó a buscar en otras fuentes y encontré que el sitio está situado con una longitud oeste de 69º 38’ 40” y una latitud norte de 9º 55’ 41” por debajo de los 700 m.s. N.M. con temperaturas variables entre 19ºC y 31ºC con una temperatura media de 25ºC, con lo cual el clima se torna seco, sano y saludable con una presión atmosférica de 1,7
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atm y una insolación de 235,8 hrs así como una humedad relatuva promedio de 75% y la evaporación media de 259,8 mm. Los vientos predominantes son los alisios que soplan generalmente en horas de la tarde. En cuanto a la pluviosidad presenta una precipitación media de 570 mm con una mínima de 300 mm aproximadamente. 49
El año más lluvioso fue 1981 con un promedio de 960 mm y el más seco 1980 con una precipitación de alrededor de 260 mm aproximadamente. Estos datos metereológicos cambian bruscamente por la deforestación, el uso indiscriminado de técnicas agrícolas, los pesticidas, etc. Los suelos de la zona son arcillosos y poco permeables, salitrosos y de posible origen secundario. El nivel freático se ha venido agotando por la perforación indiscriminada de pozos lo que hace cada día más escasos los acuíferos del subsuelo. En la zona, aparte de los suelos planos de la depresión existen montañas y serranías pertenecientes al sistema orográfico de la sierra de Barbacoas. En cuanto a la hidrografía ya mencionamos las quebradas Las Raíces y Atarigua aparte de La Burra y El Totumo, Tributarias de la quebrada Atarigua que baja de las serranías de Sanare y después de recibir varios afluentes pasa
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al sur y al oeste de El Tanquecito y por lo tanto pertenece a la cuenca hidrográfica del Río Tocuyo. Al requerir la memoria de “Tacho” sobre el aspecto educativo me contó sobre el tiempo antiguo donde aprender a leer requería el pago de un maestro particular por parte del interesado o su padre en todo caso. 50
Luego narró la inauguración de una escuela en casa de la Sra. Florinda Rodríguez, donde la maestra era Ana León, luego los demás maestros: Celina, Yolanda, Elizabeth, Saúl que atendieron la escuela cuando funcionaba en casa de “Chico” Paciano o en El Torito donde la construyó el gobierno pero por quedar cerca de la laguna del señor Juan Hernández, este, de acuerdo con la comunidad la construyó en el año 1980, en el sitio actual. Me cambió el tema por la comida que le traían en ese momento y empezó a hablarme del trocotroco una especie de mazamorra de maíz quebrado, las tabletas de leche o toronja, los guisos de conejo, los usos de auyama en meleco, mojo, asado, sopa. También recordo cuando había peces en la quebrada de Atarigua y las frutas de la región: cotoperís, semeruco, dato, lefaría, guanajo, chirimías, caimito, nigua, etc. - Tacho: cuénteme de usted y sus historias. - Que le digo, “mestro” a mi me pasaron muchas cosas cuando era arriero, iba con mis mulas o burros de aquí hasta Guanare, pasando por la montaña, me tocó pelear varias veces, ¡a garrote!, como se peleaba antes.
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Una vez en Piritu le quite el revolver a un policía y se lo entregue al jefe. Otro día vi un brollo entre dos hombres que pelearon como dos horas a garrote, manazos, cuchillos y revolver, no se hicieron nada pero como veinticinco que habían mirando y desapartando los tiraron arriba de una enramada. Yo cargaba una linterna muy buena que si la prendía en el cerrote “La Montera”, alumbraba todos esos planes hasta Quíbor y se venían los alcaravanes echados en las playas y si alumbraba un pozo se veían hasta los sapitos. Tuve un trompa de totuma que lo ponía a bailar mientras iba a ¡Quíbor”, y cuando regresaba aun estaba bailando, a veces lo bailaba con cabuya pero duraba más cuando lo bailaba con guaral, me cuentan que el ronquido se escuchaba más allá de Atarigua. - Vi el “cinco” del “mestro” Elías, un cantor de velorios famosos de estos lugares que tenía que cantar con seis “terceras”, que le hicieran el dúo claro que no todos a la vez, sino cuando uno se cansaba, empezaba el otro porque el hombre tenía mucha resistencia y cuando hacia aaaaahhhh, duraba un rato largo e iba cansando a quien le hacia el dúo, por eso cantaba con seis, pero no es de eso que le iba a hablar si no del cinco que era tan ladino y sonoro que cuando registraba y cifraba, sonaba tan fuerte que se caían los grillos y los “tuqueques” del techo y las paredes de las casas. - Luego me contó de la medicina natural y práctica como el hollín, la tela de araña o bolsas de gusanos para las hemorragias producidas por heridas, las ranitas de arcilla de
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fabricación indígena que se cuelgan al cuello para curar a los niños que botan sangre por la nariz, cuajos de cachicamo para los que comen tierra, quemarles el babero a los babosos, poner a orinar en un tizón a aquellos que se orinan en la cama.
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Me especificó los usos de las plantas desde el modesto cují para las torceduras, el semeruco para cuajero, el cuajo de conejo para cuajar el queso también (preparado en un frasco con leche y sal), la tuna y la sábila para cataplasmas, las béquicas expectorantes como el naranjillo, cuajaro así como las diuréticas: orégano, suelda con suelda, yuquilla. Me contó también las digestivas como el mastuerzo y la pasota y sobre las propiedades laxantes del tártago y la sábila así como el uso tintoreo y para curtir el dividive. Me advirtió sobre los tóxicos como el piñón y ñongue. Un día pregunté a los muchachos por “Tacho” y me dijeron que estaba enfermo fui a visitarlo y vi su rostro cobrizo muy pálido, pero aun conservaba esa chispa en la mirada, pensé que era una de sus múltiples hernias que lo estaba afectando, producto de sus excesos de fuerza cuando fue arriero o la picada de los chipos que estaban mellando su corazón. En otra jornada que me prestaba a iniciar, noté que no había la bulliciosa presencia de los niños, cuando llegué a la escuela y me adentre en el caserío para averiguar me encontré con la noticia de que “Tacho” se había marchado y se llevaba su sonrisa enigmática, su rostro indígena con ese
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color indefinido, su sombrero pardo por donde se escapaban unos mechones de pelo, no olvidó su Maruja con los panes y un queso para el camino la campana de arriero, el cincho , el cuajero, su cuchillo y el garrote encabullado, su blusa se la puso y en los bolsillos llevaba un pañuelo con el sencillo amarrado en una punta y la cajeta de chimó. Pero también se llevo el trompo que bailaba una semana y se escuchaba el ronquido en Carora, la linterna buena y el cinco del “mestro” Elías. Bajo el brazo se metió el gallo aquel que ganó más de cuarenta peleas y que cantaba tan recio que se oía en todos los pueblos y caseríos aledaños. Yo regresé a la escuela, a Elida Mendoza, mi compañera de trabajo desde hace 10 años. La encontré llenando unas planillas que nadie lee, con unos datos que nadie necesita. Le dije: murió “Tacho”, voy al “mortorio”. Allá recordamos sus cuentos y anécdotas. No le di el pésame a sus familiares porque yo también me consideraba sus familia y porque al darle una última mirada en su urna lo vi que se parecía al paisaje donde estabamos y dije en mis adentros “Tacho” muere cuando se acaben los cuentos, cuando se acabe ‘El Tanquecito’ y su gente.
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LOS VELORIOS DE SAN ANTONIO EN BUENAVISTA 55
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INTRODUCCIÓN En Buenavista y todos sus alrededores existe una gran devoción por San Antonio, santo popular adoptado por el pueblo, aun por encima de los santos impuestos arbitrariamente, como en todo el Estado Lara. Por ser zona del cultivo de caña, desde hace siglos, sus valles regados con las aguas del Turbio, acogieron corrientes migratorias de otras zonas como Curarigua, El Tocuyo y Quíbor donde también explotaban el dulce rubro, así como también el culto al negro paduano. Es así como han vivido por estos predios afamados cantores de ayer y hoy como Agustín Ramos, Ángel María Pérez y el mejor cantor de las últimas décadas, el maestro José Manuel Torrealba, reconocido a nivel nacional y cuya sombra ha cobijado a muchos que como yo teníamos afición por el canto y nos llamaban a cantar, obligándonos a aprender y a dar letra, perdonándonos nuestros errores y celebrando nuestros aciertos. Es así como inducido a penetrar en un mundo mágico-religioso como lo es el canto de velorio, el cual
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como hecho folklórico, tiene sus diferencias y semejanzas con otras regiones, pudimos conocer a grandes maestros y promotores como: Ángel Giménez, Rufino Valera, Florencio Raga, Eladio Fréitez, Luis Peralta, Alfonso Torres, Romualdo Torres, Hernán Martínez, Esteban Sequera quienes con el mismo José Manuel me dieron sus letras para ir pasando de simple farolero en las últimas noche a cantor ayudante y luego a repartir letras en los velorios, donde hemos tenido el gusto de compartir con gente de la talla de los Catari, Bernabé Alvarado, Domingo Pérez, Trino Rivas y otros defensores de la tradición, grandes maestros. Cabe destacar que en este valle estuvo quizás la colección más grandes de letras de velorios en manos y memoria de Don Gonzalo Alvarez, quien a pesar de su elevada posición social, amanecía en los velorios dando letras, como gran compositor y compilador que fue y sus letras hoy deambulan de boca en boca, a veces atribuidas a otros, pero su gran estilo poético es inconfundible. En resumen el culto a San Antonio llegó con la caña a Buenavista y hoy se mantiene con una pureza impresionante, plasmada en su tamunangue primitivo, desprovisto de erotismo y cargado de expresiones y faenas campesinas, las cuales han perdurado y esperamos se mantengan así por mucho tiempo. Este trabajo es a manera de información, para quien desee conocer algo más sobre nuestras manifestaciones folklóricas y tan sólo deseamos de quienes ya son eruditos en la materia, la compresión por hacerlo de esta manera y
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permitirnos dejar este registro escrito por quien empezó como farolero y gracias a los maestros antes mencionados podemos entregarle hoy estas experiencias vividas a su dueño: EL PUEBLO.
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Aun cuando los días 12 y 13 de junio son festivos en el Estado Lara, para rendir tributo a San Antonio, cualquier fecha es propicia para el pago de un velorio como promesa por un favor concedido por el taumaturgo milagroso. Ahondando un poco en la parte histórica de “San Antonio de Padua”, encontramos que no se llamaba Antonio sino Fernando Buoillon y no era de Padua, había nacido en Lisboa, Portugal, el 15 de agosto del año 1195, lo llamaban paduano porque murió en Padua, Italia un 13 de junio de 1231, tierra donde por largo tiempo había predicado, así como en otros sitios de Europa y África. Era hijo de Martín Buoillon y Teresa Tavera, el pueblo ha traducido este apellido Buoillon como Bullones. Sin embargo apartémonos un poco de la historia para entrar a escudriñar la religiosidad popular. El velorio se ofrece cuando es solicitado el alivio de un mal, la recuperación de un objeto perdido, la fortuna económica, la cosecha abundante o para encontrar amor. Aunque existe la creencia que la pareja “reparada” por San Antonio tendrá inclinaciones a la ira y los celos.
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El por qué se le hacen tantas peticiones a San Antonio tiene su explicación en la convicción existente de la potestad de San Antonio en conceder tres milagros sin pedirle permiso a Dios, privilegio logrado por haber sido ayero de Jesús, al no lograr ser esposo de María por no florearle el ramo que le dieron a los pretendientes de la madre del Mesías con la condición de otorgarle la mano de la doncella a quien le “floreara” el ramo. 62
Cuenta la conseja popular que después del tiempo transcurrido como lapso establecido para el desenlace y llegando el día de presentarse los aspirantes a esposo de la Virgen sólo José mostró su ramo florecido y el que portaba Antonio sólo había “bototeado”. Este enojado lo arrojó al suelo y dijo: “aunque sea ayero de Jesús debo ser”. Por eso su imagen se observa con un niño en los brazos. Es bueno recalcar que este episodio insertado, sobre el ramo y el niño, lo incluimos por el respeto hacía las leyendas del pueblo aun cuando sabemos que no coincidirían lugares ni fechas para este relato. Así mismo se dice que cuando San Antonio esta realizando un milagro su frente transpira. Igualmente se habla de colocar a San Antonio con la cabeza hacia abajo. (Sobre todo las damas solicitantes de novio) y no devolverlo a su posición normal hasta tanto no conceda el milagro. Acostumbran algunos fieles, cumplir con el velorio,
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recolectando limosnas, con mayor sacrificio en honor al santo aun cuando se posea dinero. Llegado el día del pago de la promesa, se barre el patio y se adorna el altar con flores, palmas y olivo.
LOS CANTORES 63
Al caer la noche dará comienzo la ceremonia con la llegada de los cantores previamente invitados, y de los cuales se distinguen por categorías: 1.- Los cantores ayudantes quienes reciben la letra. 2.- El promotor, quien reparte letra y guía el velorio. 3.- El maestro quien también es promotor, sólo que, el maestro sabe más porque es rezandero, saca estación y última noche. 4.- Para probar si un maestro sabe se le canta “morocho” o repetido El promotor agrupa los cantores por parejas se les llama “coros” se le acompaña el canto con sexto o seis, cinco, medio cinco, requinto y cuatro. No existiendo un número determinado para la cantidad de los mismos se afinan al unísono o por “transporte”.
EL CANTO Comienza la ceremonia con los misterios los cuales al finalizar son ofrecidos, por el promotor al santo en nombre del dueño de la casa como pago de una promesa
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El ofertorio se acompaña de un Padre Nuestro y Ave María, cantos y una Salve Regina, cantada. Luego se dará inicio al canto de tonos, décimas y salves (si hay ofrecidas) Al amanecer dará comienzo el tamunangue (si la promesa fue ofrecida con tamunangue o baile de negros) 64
REGLAS DEL VELORIO Aún cuando no están escritas hay una serie de preceptos en los velorios: - No se debe fumar delante del altar. - Se debe estar con la cabeza descubierta y con actitud respetuosa. - La Salve se canta de pie y en los demás cantos si puede sentarse el cantor. - La bebida del brindis es entregada al promotor por el dueño de la casa y solo éste podrá repartirle a los cantores, pues, es el promotor quien domina esta bebida (aún por encima del dueño de la casa) - Los cantores si desean un trago extra, deberán solicitarlo al promotor. - Existe la bebida para el público, la cual es repartida por el dueño de la casa o alguien comisionado al respecto. - Debe haber comida en abundancia (sancocho), para todos los presentes, porque de lo contrario no quedará bien “paga” la promesa.
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LA CANTURÍA La Canturía entonada en los velorios está dividida de acuerdo a varios criterios: - Por la forma del ritmo en tonos y décimas (los más comunes), existiendo también las salves de santo, los recitados y el rondiamante. 65
Estos dos últimos muy poco interpretados actualmente por su dificultad para cantarlos, debido a los cambios de voz que llevan.
EL TONO El tono tiene 2, 3, 4, y hasta más estrofas siendo los más comunes de 3. A estas estrofas le llaman “pie” y a cada verso se llama “palabra”. En los tonos las estrofas tienen 8 versos. Este tono esta dividido en parte por los cambios en la voz. El comienzo al cual se le dice entrada o salida (1ª y 2ª). 1ª fuga: es la parte más aguda y se realiza en el 5º verso. 2ª fuga: parte aguda también en el sexto verso remate 7º y 8º versos.
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LA DÉCIMA
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- Estructura en 4 estrofas de 10 versos cada una, desglosadas de una cuarteta, es decir el verso Nº 10 de cada estrofa corresponderá a un verso de la cuarteta. - La rima de la décima debe ser así: el 1er, verso con el 4º y el 5º, el 2º con el 3º, el 6º con el 7º y 1º y el 8º con el 9º. - Se aceptan ligeras variantes en esta rima. - La décima debe ir de acuerdo con el tono, es decir, ser el mismo contenido (tema). - No hay tono sin décima, pero la décima debe ir después del tono. - Por el momento en que se cantan: el tono y la décima deben cantarse de acuerdo al momento del velorio o la hora es decir el primer tono y décima deben ser de saludo al altar y al santo que se esta venerando. Luego vendrán los tonos y décimas, romances, partida, al llegar la mañana se canta por el alba (amaneciendo), luego por los pajarillos y su canto, luego se canta “brillantes” (aludiendo al brillo de los rayos del sol y relacionándolos con el santo) y para finalizar: “despedidas”. - Existen divisiones de acuerdo al contenido: de acuerdo a lo que expresan las estrofas bañada, amada, de atención. En este contenido los tonos dicen por ejemplo: - Bañada en lágrimas. - Atención señores.
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- Por la entonación. Viene dada por los cambios de voz (alta, baja) es decir aguda y grave. En esta categoría entran, amables, lumbardo, gigante, etc. - Mayor o menor: Establecida esta subdivisión de acuerdo al tono musical del instrumento y la voz ya sea mayor o menor (Do, Re, Mi, Fa, Sol, La, Si, Do). Las notas musicales de la escala.
LA LÍNEA Una línea de canturía viene a ser una medida establecida y consta de 10 tonos y 10 décimas. Una línea de canturía de San Antonio, deben ser 10 tonos y 10 décimas de San Antonio completarse o contarse para la línea, décima de varios santos.
LA ESCALA Se llama escala a la temática expresada en cada tono y décima, donde se expresa la vida y obra del santo. La canturía debe tener historia y buena poesía. Hay décimas que tienen mucha poesía y no tienen historia y sólo se usan en caritas (angelitos), es decir un niño muerto.
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A este tipo de décimas le llaman “letras blancas”. - El cantor debe saber varias letras o canturías para que no se le agote el repertorio si alguien canta la letra que él se sabe. - Toda décima tiene su contestación. - Las letras que no tienen contesta se llaman “décimas de poder”. 68
Ejemplo: No hay hombre como José No hay mujer como María. Arcángel como Gabriel Ni luz como la del día ¿Quién se atrevería a dudar o refutar lo afirmado? NOTA: En este trabajo, sólo mostraremos las cuartetas de las décimas por razones de espacio, por ser a manera de información y por ser la cuarteta, el resumen de la décima. - Otro tipo de décimas son aquellas que llevan exageración o cosas imposibles y algunos las llaman “de regimiento” o con palabras “arregostadas”. Estas letras no son bien vistas por ciertos cantores. Es: Yo vide dos corazones clavados en un madero uno el de la Virgen pura otro del Dios verdadero.
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Otra: Yo vi al demonio llorando a su suerte maldecía porque escuchaba rezando el Rosario de María. ¿Dónde y cuándo vió estas cosas? - Otra especie de letras existentes son aquellas cuya cuarteta es profana, pero, al desglosarla su texto es religioso. Hay tres opciones para este tipo de letras: a)
Se pide permiso para cantarla y se explica su texto.
b)
Si es entre cantores y conocedores, no hay problemas en cantarla.
c)
Se canta pero sin la cuarteta.
Ejemplo de estas décimas: Una mujer me lo dio un día por la mañana viéndoselo ensangretado se me quitaron las ganas
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Otra: Una mujer lo tenía todo de sangre manchando sangriento y abofeteado el rostro se le veía. 70
- Se refieren las estrofas anteriores al lienzo donde quedó estampado el rostro de Jesús, cuando con su velo, lo limpió la Verónica. - Otra que pareciera tener doble intención es esta que hace alusión a los sacramentos de la iglesia. Una muchacha me dijo dentro de un rosal en flor ya que no puedes comer agarra aunque sea el olor. Otra de igual contenido: Yo salí con una niña ella a caballo y yo a pie ya que no puedes comerlo confórmate con oler.
EL ARGUMENTO: Es un punto que hoy día ya no se toca en los velorios, pero, en épocas anteriores estuvo muy en boga
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y comenzaba por el “pique” entre los cantores, por varias razones. 1.- Por no ser del lugar y le decían: Aunque sienta lo que sienta no desahogue su pecho porque el que va a tierra ajena tiene que andar muy derecho. 71
2.- Por sabiduría: si alguien cantaba una letra de “poder” como ésta: Todas las iglesias tienen dentro de un lindo cajón el cuerpo de Jesucristo, el pan de la comunión. Esto llamaba la atención y se iba profundizando en letras de “sabiduría” hasta, algunas veces, caldear los ánimos de tal manera que terminaba en pelea. 3.- Por seguirle reiteradamente la escala al cantor: “perseguirlo”, como le dicen. De ahí deriva el celo que muestran los cantores en la exclusividad de sus letras, para que no se hagan conocidas o “regadas”, y así ser acorralados por otro. Si el aludido en el “pique” no quiere entrar en polémicas podrá cantar: Digo con fe verdadera cuando estoy frente al altar
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saquen los santos pa’fuera si quieren argumentar. Si quiere contestar dirá: Yo soy el gallito fino azote de los cantores en argumentos mayores y cantos a lo divino. 72
O también:
Mi voz es una campana mi memoria un gran talento tengo las siete palabras y los siete sacramentos.
Otra razón para posibles rencillas es el dar la letra fijándose de un cuaderno, ya que, pone en duda la memoria del cantor y su capacidad. Cuando alguien carga un cuaderno para dar letra lanzan esta: Cualquier indio en la montaña puede ser un gran doctor y un burro cargao de libros puede ser un gran cantor. O así:
Anda muchacho allá arriba cerca del altar mayor que un burro carga’o de libros puede ser un gran cantor
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dicho esto sobre las generalidades del canto de velorio, citaremos un ejemplo de las posibles escalas a seguir en un velorio de San Antonio. 1.- Saludo: Te saludo San Antonio siervo querido de Dios cuando estemos en la gloria nos veamos juntos los dos. O puede ser: Gracias Dios que he llegado a la casa del consuelo donde están todos los santos y el mismo Dios de los cielos. O también: Hoy te vengo a saludar San Antonio omnipotente con un respeto reverente al empezar a cantar. 2.- Por la mula se relata el caso cuando el Ministro le hizo arrodillar ante él, después de haber sido encerrada por espacio de 3 días y al salir le presentaron un haz de paja y al lado estaba Antonio, no comió el pasto y se hincó ante el santo, fueron convencidos los herejes.
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Una mula le adoró sin tener conocimiento al hereje convenció con un sobrado talento O esta: Aquella mula encerró por espacio de 3 días y el hereje presenció milagros que el no creía.
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O puede ser Un animal inocente de rodilla lo adoró ante el paduano se hincó como si fuera creyente. Esta escala también la llaman de los herejes a los cuales convenció entre ellos a Bonivillo. 3.- Por los peces del mar: este capítulo cuenta la demostración de poder de San Antonio, al negarse la gente a oír sus sermones, se fue a la playa a predicar frente al mar y salían los peces a escuchar sus palabras. Ya los peces han salido en un milagro evidente fue el hereje convencido quedó asombrada la gente.
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O así:
Hasta los peces del mar le prestaban atención y salieron a escuchar lo que decía en el sermón.
Por el pan de la comunión bendición y reparto del sagrado pan de San Antonio: 75
Todo el mundo estaba oyendo su sin igual oración San Antonio repartiendo el pan de la comunión. 5.- Por el muerto: narra el canto, el episodio, cuando a Martín Bullones padre de Fernando (San Antonio), le arrojaron un muerto al solar, con el fin de inculparlo y hacerlo ir a la cárcel. Enterado Antonio se presentó en defensa de su padre, mandó a desenterrar el muerto y lo hizo hablar, confesando, la inocencia de Martín. A un muerto resucitó el glorioso San Antonio y vino y dio testimonio de lo que le preguntó. O también: Con poder del Altísimo se presento al tribunal su padre pudo salvar del horroroso delito.
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O así Pidió al muerto que saliera fue el crimen esclarecido salvó a su padre que fuera hasta el cadalzo afligido. 6.- Por las flores: 76
Antonio flor de las flores siervo querido de Cristo eres el santo Ministro salvas a los pecadores. Otra: Santa Teresa tenía un jardín muy exquisito bellas flores ofrecía para adorar al negrito. 7.- Por el veneno: narra el momento cuando en que trataron de envenenar a San Antonio y este haciéndole la cruz al veneno lo ingirió, sin que le causara daño. Aquel traidor encelino lo iba a matar con veneno con la cruz al santo bueno se libró del asesino. 8.- Por el ciego: curación que efectuó San Antonio al darle facultad para ver a un hombre que se lo solicitó.
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A un ciego vista le dió con su poder y oración todo el mundo se asombró al mirar la curación. 9.- Por los negros: (El Baile). Los negros de San Antonio cuando viene amaneciendo es que bailan más sabroso pa’no amanecer durmiendo O así:
Los negros de San Antonio le cantan con alegría y le juegan la batalla con una vara floría.
10.- Por los moros: describen estas décimas la conquista de la fe de los moros: De verdes tablas de cedro adornaban sus cabañas de solamente saber que a San Antonio acompaña. O ésta: El poder de San Antonio es un preciado tesoro pudo ahuyentar el demonio y conquistar a los moros.
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11.- Por el tambor: dicen que usaba un tambor y lo repicaban y con el acudían mansos y sumisos, moros y negros. San Antonio predicando era el Ministro mejor y conquistaba a los moros repicando su tambor. 78
12.- Por el Monte Tabor: sitio donde le atribuyen muchos prodigios en su ministerio. Allá en el Monte Tabor San Antonio predicó y toditos se alegraban al escuchar el tambor. 13.- Los niños ahogados: episodio que cuenta el rescate de unos niños ahogados a quienes resucitó. Muchas madres afligidas consoló el Santo triunfante al devolverle a la vida aquellos tiernos infantes. 14.- ¿Qué queréis con San Antonio? Se busca esta escala cuando alguien le está cantando mucho al santo sin buscar otro tema, como sus milagros. Por ejemplo; se hace con el fin de cambiarle la escala al cantor:
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Qué queréis con San Antonio que lo andáis buscando tanto San Antonio está en cielo junto con los otros santos. Esta se interpreta cuando sucede el caso planteado en el punto anterior y el cantor había dejado en el ambiente algunas estrofas como estas: 79
Oh mi padre San Antonio donde está que no lo veo que vine a cantar con él y me voy con los deseos. O bien: Oh mi padre San Antonio Virgen de Chiquinquirá me sacaste de mi tierra vuélveme a llevar a allá. 15.- Yo si busco a San Antonio: es una de las formas de contestar cuando le hacen cantando, la pregunta: ¿Qué queréis con San Antonio? Yo si busco a San Antonio porque le vengo a cantar de las garras del demonio es quien nos puede salvar. 16.- Yo no busco a San Antonio: es la otra forma de replicar a la pregunta:
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¿Qué queréis con San Antonio? Yo si busco a San Antonio porque el está en el altar en el cielo y en la tierra y en toda parte y lugar. 17.- Por el alba: parte obligatoria al acercarse el alba. 80
Ya viene llegando el alba se aproxima la mañana tu palabra soberana todo momento se alaba. 18.- Por los pajarillos: escala existente en el canto de velorio de cualquier santo, se canta más o menos de 6 a 7 cuando trinan los pajarillos. Los pajarillos y yo tenemos combinación ellos me hablan con las alas y yo con el corazón. O así:
Los pajarillos y yo nos levantamos a un tiempo ellos a cantar el alba yo a llorar mis sentimientos.
19.- Brillante o reflejo: cuando ya ha salido el sol se canta por su brillo relacionándolo con San Antonio.
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Brilla la memoria mía brilla al dar el testimonio del brillante San Antonio y brilla la luz del día. 20.- Despedida: se cantan décimas alusivas a la hora de irse. Quisiera antes de marcharme cantarte un golpe y un son pero tengo que alejarme será para otra ocasión. O esta: Cumplida está la visita a tu infinito poder nos volveremos a ver siempre que Dios lo permita. Se finaliza ofreciendo el velorio con rezos y una Salve cantada.
EJEMPLO DE ESCALA Dejamos un tono y una décima por la escala de la vida de San Antonio, donde se resumen sus milagros y su existencia.
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TONO:
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Glorioso paduano santo misterioso eres poderoso venciste al tirano como buen cristiano cumplías tu deber tenías el poder del Dios soberano. II Martín y Teresa los que te engendraron con amor sembraron esa gran pureza con mucha nobleza fuiste por el mundo con saber profundo y mucha firmeza. III Muchas curaciones Antonio logró y otros convenció con grandes sermones y sus oraciones de sabia palabra fácil penetraban en los corazones
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DÉCIMA I Hizo grandes curaciones según la historia lo reza este hijo de Teresa y de Martín de Bullones que con sus grandes sermones a los moros conquistó los herejes convenció con su ciencia y su misterio para entrar al monasterio hasta su nombre cambio.
CUARTETA: se canta siempre después del primer pie y después del cuarto y dice así: Hasta su nombre cambió cuando estaba en el convento muchos milagros obró para probar su talento. II El se llamaba Fernando y estando en su mocedad sintió que una gran verdad a él lo estaba llamando para seguir predicando y adquirir conocimiento para pulir su talento
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y dejar su testimonio se puso el nombre de Antonio cuando estaba en el convento. III
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Hasta los peces del mar se asomaban a escucharlo y logró para probarlo a una mula arrodillar hasta un muerto lo hizo hablar a un ciego vista le dio treinta y cinco años vivió pero eso fue suficiente para convencer la gente muchos milagros obró. IV Resucitó los ahogados con su gran sabiduría pudo vencer la herejía con sus poderes sobrados muchos moros bautizados hablaban de su portento por eso en todo momento Antonio tuvo prestigio haciendo grandes prodigios para probar su talento.
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Corrección: Antonio Duno Diagramación: Armando Aguilar Impresión: Armando Aguilar Portada: Armando Aguilar / Antonio Duno
Los 500 ejemplares de este título se imprimieron durante el mes de Octubre de 2013 en Fundación Editorial El Perro y La Rana - Sistema Nacional de Imprentas, Lara Barquisimeto, Venezuela.
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