La vida de un poeta tiende a ser una especie de compilación amarga o gra- tificante a la hora de ejercer el oficio. Pessoa es un fingidor, usa máscaras para enfrentar la cotidianidad y superar la anécdota. Liba por una necesidad de la supremacía del espíritu, el aliento lanza vapores flamígeros a los incrédulos. Su trayectoria innegable lo lleva al canto, al bolero. Quizá por ello en su escritura encontramos un desgarro inusitado. La música la patenta con el título de su obra La, que corresponde a una nota musical..