IM PRESION ES educativa s
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I m portancia
de los cu entos en la etapa de educac ión in fan t i l
Lola Benítez Morales Los cuentos son herramientas y recursos que se utilizan a menudo con niños y niñas de edades infantiles. Son un recurso muy antiguo, el cual está presente en nuestras vidas desde hace siglos, demostrando así su gran valor. El cuento infantil es un recurso que satisface y compensa los deseos, inquietudes, angustias, interrogantes, preocupaciones que tienen los niños y las niñas en su mente. Trabajar los cuentos en la etapa de Educación Infantil con niños y niñas es muy enriquecedor para ellos y para su desarrollo, ya que es una herramienta y un recurso que les prepara para el transcurso de la vida. Los cuentos contribuyen y propician la transmisión de ideas, sentimientos y expresiones, facilitando así que se trabajen estas tanto en el aula como en sus casas, y mostrándoles a los niños y niñas una manera adecuada para la transmisión de ideas y cómo expresar sus sentimientos y emociones, permitiendo que el resto de
personas puedan entenderlas. Además, es un recurso que les transmite nuevos conocimientos facilitando la estructuración de nuevos esquemas mentales modificando los que ya se poseían. Es un elemento que ofrece oportunidades para que los niños interactúen entre ellos y promueven la acción a través de la historia que relatan y los personajes que la desarrollan, permitiendo que los niños y las niñas puedan imaginarse cómo son los personajes y las acciones que estos hacen, y fomentar que el alumnado imite o realice dichas acciones garantizando acercamiento e interacción entre unos y otros, y fomentando el desarrollo motor tanto grueso como fino. Los cuentos ayudan a transmitir muchos valores, tales como la generosidad, amistad, respeto, amor, humildad, entre otros, y ofrecer ayuda a los demás, mostrando a los niños cómo deben realizar estas acciones de una manera adecuada a la sociedad en la que se vive. También propician el desarrollo de la lógica y ofrece solu-
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ciones ante posibles problemas y/o conflictos, lo que favorece el desarrollo lógico-matemático, permitiéndoles que sean ellos mismos quienes piensen soluciones para problemas que puede plantear el cuento y la historia que narra en sí. Ayudan, además, a prestar atención a la lectura y los inician en el disfrute de los cuentos escritos, enseñándoles a disfrutar de la lectura y garantizando que en un futuro sean unos buenos lectores. Aquí toma gran importancia el papel de la familia, pues esta es el primer agente socializador en el que el niño se ve inmerso por lo que es importante que sea la familia la que ponga al niño en contacto con los libros y cuentos desde el nacimiento para que vayan familiarizándose con ellos. Se puede decir que lo más importante es que los cuentos son una herramienta y un recurso que garantizan un aprendizaje basado en la globalización (mostrarles la realidad de manera multifacética, sin fragmentar en parcelas de conocimiento), aspecto esencial para desarrollar un aprendizaje significativo y enriquecedor en esta etapa. Es muy importante a la hora de su utilización, analizar las
características de los cuentos y de los materiales de los que están hechos, ya que pueden clasificarse atendiendo a diversos criterios, tales como: la edad de los niños; en función de la presencia de la palabra escrita (libros de imágenes que sólo contienen dibujos, los libros de imagen-palabra que muestran la imagen de algo y la palabra que lo define, los libros de pictogramas que tienen más textos pero sustituye alguna de las palabras claves por una ilustración, los libros con primeras frases que contienen una pequeña frase en cada página, cuentos ilustrados en los cuales aparecen ilustraciones/ fotografías pero el texto forma parte más importante, y los libros/cuentos sin imágenes); en referencia al tipo de ilustración (blanco y negro, posteriormente comenzando por los primarios para continuar con colores secundarios, añadiendo más detalles a las imágenes); por el material utilizado; el contenido que trata; y las actividades que sugiere. A través de los cuentos se pueden desarrollar multitud de actividades, que contribuirán al incremento del conocimiento de niños y niñas. Algunos ejem-
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plos podrían ser los cuentos que traen pegatinas, los que traen secuencias sin color para que los niños lo decoren a su gusto, los que vienen con puzles adjuntos, o aquellos destinados a su dramatización. Además, pueden realizarse actividades antes de la lectura y posteriores a ella. Algunas actividades que pueden realizarse antes de la lectura son: elección del propio cuento, analizar las características físicas del exterior, realizar preguntas de conocimientos previos referentes a las imágenes que aparecen en la portada, poner título al cuento sin conocer el que tiene. Después de la lectura puede trabajarse: hablar sobre los personajes del cuento y analizar dónde se encuentran cada uno de ellos, estudiar
las emociones que experimentan los personajes y el por qué las sienten, analizar palabras importantes que aparezcan de vocabulario, ver quién es el autor del cuento, ordenar imágenes según el orden que aparecen en el cuento, hacer los personajes en marionetas, hacer un teatro con los personajes, a partir de un personaje realizar otro cuento, y muchas otras actividades. Ya sabes: si quieres hacer un regalo a un niño, una buena opción puede ser un cuento, pues es algo que le ayudará a transportarse a otro mundo, le ayudará a plantear hipótesis, a dejar volar su imaginación (pensando otro final), y sobre todo le permitirá ser feliz a través de una historia, ya sea real o fantástica.
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Nuestra Educación
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on muchas las definiciones que aparecen en el diccionario de la Real Academia Española de la palabra educación. Por mi competencia laboral me quedo con dos de ellas: 1.-Crianza, enseñanza y doctrina que se da a los niños y a los jóvenes. 2.- Instrucción por medio de la acción docente. A día de hoy me planteo una serie de cuestiones sobre la educación actual: ¿están nuestros jóvenes educados? ¿Tenemos un sistema educativo adecuado a las necesidades del alumnado y del profesorado? ¿A qué se debe tan elevado fracaso escolar? ¿Existe una adecuada implicación por parte de los padres? ¿Se lleva a cabo una formación adecuada del profesorado? No es fácil responder a todas y cada una de ellas, pero de lo que no tengo duda es que tras casi una década ejerciendo la docencia, desde mi punto de vista hay cosas que no pueden seguir así. En primer lugar analizo una cuestión que no es baladí: ¿están educados nuestros jóvenes? Cuando hablo de educación no me
Juan Manuel
Valle Lobato
refiero sólo a los procesos que se llevan a cabo en los centros educativos, sino también a todos los procesos que van formándonos como persona a lo largo de nuestra vida. Creo que en la actualidad faltan RESPETO y VALORES. Valores como el esfuerzo, el compañerismo, el sacrificio y la dedicación son los que faltan a los adolescentes de hoy en día. Se ha perdido la cultura del esfuerzo en el que «quien algo quiere algo le cuesta», no se premia el esfuerzo y la dedicación y sí la vagancia en una sociedad que gira muy deprisa, que nubla la visión de los adolescentes y en la que lo importante son los resultados en los informes PISA para que no quedar los últimos en la clasificación europea. No podemos tener un sistema educativo rotatorio, y digo esto porque cada gobierno modifica las leyes a su antojo, cambiando el sistema según les conviene, y sobre todo haciéndolo sin escuchar al profesorado y al alumnado que son los protagonistas de todo el proceso de enseñanza aprendizaje.
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Son varios los gobiernos que nos han ninguneado sobre el sistema educativo que implantan, el cual en apenas diez años ha sido modificado tres veces con sistemas como LOE, LOCE o LOMCE. Creo que deben apostar por un sistema donde el alumnado y el profesorado sean la base y que no se guíen por sus propios intereses. Los cambios en el sistema educativo y los recortes aplicados en los últimos años por los distintos gobiernos han llevado a una bajada de la calidad de la educación en la enseñanza pública, que se transmite a través de dos aspectos muy claros: por un lado, peores condiciones laborales para los docentes, y por otro y más importante aún, un gran deterioro de la calidad de la enseñanza para el alumnado. Para justificar estos dos aspectos me baso en los siguientes criterios que se pueden apreciar en la mayoría de los centros educativos andaluces: hay mayor ratio de alumnado por grupo clase y menos docentes para impartir las mismas materias. Además, hay mayor número de horas lectivas y menos para la preparación de clases. Llama la atención que si bien se quiere conseguir mayor cali-
dad en la educación, observamos menos recursos educativos para elaborar materiales didácticos y menos recursos económicos que dificultan el desarrollo de los contenidos básicos. En cuanto a los padres tengo que decir que como docente echo de menos una mayor implicación familiar en la educación de los hijos e hijas. Los profesores pasamos unas 6 horas al día con el alumnado; el resto (nos quedan 18 horas), están bajo la supervisión de sus padres. Creo que debe haber un trabajo coordinado entre familia y centro para que todos los aspectos educativos trabajados en casa tengan continuidad en el centro y viceversa. Analizando al profesorado, quiero comenzar con una cita de Albert Einstein en la que afirmaba que «la única manera de educar es dando ejemplo». Personalmente comparto esta opinión: el profesorado debe ser un ejemplo en el día a día de los alumnos, que sepa transmitir esos valores de sacrificio, esfuerzo, respeto o superación. Debemos exigir a los alumnos aquellos valores y principios que nosotros mismos seamos capaces de cumplir, y por desgracia en ocasiones esto no ocurre.
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Es por ello que el profesorado debe también ponerse las pilas y no caer en la rutina del día a día, preparando actividades innovadoras y que motiven al alumno, que supongan un reto para ellos, consiguiendo ser un aliciente por el aprendizaje. El profesor debe seguir formándose y actualizándose con las nuevas técnicas de enseñanza que le permitan crecer como docente y como persona, para que este gran capital humano no pierda el interés por su trabajo, ya que nuestro fin es educar personas que sepan afrontar las diferentes etapas de la vida. Si en este complejo proceso educativo que es la enseñanza, pilares básicos como un sistema educativo inestable, una falta de respeto generalizada a la figura de los profesores y padres, y una bajada en la calidad de la enseñanza no tienen otra respuesta que no sea el fracaso escolar del alumnado, creo que es el momento que nos
paremos a pensar el camino que debe seguir la educación en la actualidad, que representantes políticos, profesores, padres y alumnos se sienten a reflexionar y a sentar las bases de una educación coherente y con sentido común. En este artículo trato de dar una visión sobre la educación actual. Sé que puede parecer todo muy negativo y apocalíptico, pero es mi humilde opinión, para que padres, alumnos, profesores, o cualquier otra persona que lea esta revista dedique un poco de su tiempo a reflexionar sobre la palabra educación, y si la revista Impresiones me lo permite, en otra ocasión os hablo de lo bueno y maravilloso que es el mundo de la docencia y la educación, porque si hay un trabajo gratificante como persona es el de ser profesor o maestro, porque como dice John Dewey «la educación no es la preparación para la vida, es la vida misma».
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Educación Civil
L u i s M ig u e l L a r bi
M
i nombre es Luis Miguel pero me conocen como Luismi. Nací en Cádiz el día 25 de octubre de 1969. Por motivos laborales, llegué a Paterna de Rivera hace unos veinte años. Me casé con la mujer más maravillosa que he conocido en mi vida, y tuve dos preciosas hijas. Ahora estoy aquí escribiendo esta carta para que me conozcan un poco más mis paisanos, porque debajo de cualquier uniforme, está el hombre, y como cualquiera, con muchos sentimientos, muchas inquietudes y dudas, ilusiones y esperanzas. Yo soy un paternero más, aunque naciera en Cádiz. Esa es la suerte que tenemos los paterneros, que nacemos donde nos da la gana, como dijo mi amigo Fernando Gallo en el Pregón del Carnaval que nos dio en 2015. Entré a formar parte de la Guardia Civil, porque se me presentó la ocasión en el año 1988 de poder hacer la mili como voluntario y así ganar un sueldecito, por lo que aproveché, oposité para ello y logré aprobar. No estaba muy acostumbrado a que me mandara nadie, la verdad, pero a todo se acostumbra
uno, y para una madre como la mía, una mujer luchadora, con cuatro hijos y abandonada por una persona que se hacía llamar «padre», era un alivio tener una carga menos, en el buen sentido de la palabra, claro está. Aunque para ello tuve que aguantar muchas humillaciones e injusticias, porque por desgracia cuando se pierde la razón se utiliza el «galón», y en esa época en que entré era algo muy rutinario. He de reconocer, en honor a la verdad, que los tres primeros años aguantaba por los motivos que he referido, porque no dejaba de ser una forma de subsistir, de ganarse la vida honradamente. Pero para ser sincero, continué porque para mí era una vocación, mi forma de vivir. Mi trabajo estaba enfocado en un noventa por ciento a ayudar a las personas en todo lo que estuviera en mis manos, en asesorarles, animarles en los malos momentos, estar ahí con ellos para lo que hiciera falta, ser paño de sus lágrimas y por supuesto derramar más de una lágrima con ellos. El diez por ciento que falta es el más amargo de mi trabajo
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pero tenemos que reconocer que también debe existir porque si no todo sería un desastre, y siempre perdería el más débil, ya que el poderoso, de por sí, tiene el poder. Si no existieran leyes, los pequeños ciudadanos de a pie, los trabajadores y obreros, estaríamos a merced de ellos, seríamos marionetas de su circo, peones de su tablero de ajedrez. Ese diez por ciento que quizás muchos o algunos puedan considerar represivo, habría que enfocarlo de la siguiente manera, al menos bajo mi punto de vista. Lo llamaría, lo justo, que no la Justicia. ¿Qué es lo justo? Pues por ejemplo que si una persona causa un daño moral o físico a otra, pues que tenga sus consecuencias. En definitiva, que la libertad de una persona termina donde comienza la de otra, simplemente. Que todas las personas merecen ser respetadas: sus religiones, sus ideales políticos o sus preferencias sexuales. Una cosa está clara, todos somos personas, todos sufrimos y padecemos. Y lo más importante, todos somos iguales. No quisiera que se me quedara en el tintero algo que actualmente considero una tarea
muy importante, y de la que me siento muy orgulloso. Soy uno de los responsables de la provincia de Cádiz de impartir charlas a alumnado de Bachillerato, Educación Primaria y Secundaria en relación a temas muy actuales y que tienen mucha importancia para que los chavales, que son nuestro futuro, tengan información suficiente como para poder distinguir lo bueno de lo malo, o al menos tener la oportunidad de elegir entre una cosa y otra, entre uno y otro camino. Obviamente mi ilusión y esperanza es que elijan el buen camino, y poder ver a chavales a los que impartí las charlas como abogados, enfermeros, médicos, albañiles, fontaneros. La profesión es indiferente porque en esta vida todo es necesario: necesitamos albañiles que construyan nuestras casas, abogados que nos defiendan, profesores que nos enseñen. En fin, todo y todos tienen su importancia. Las charlas que imparto son de temas actuales. Por citar algunos, de Drogas y Alcohol, de Riesgos de internet, Violencia de género… También en las charlas que imparto a madres y padres del AMPA les invito a que me digan algún tema en particu-
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lar sobre el que les gustaría que charláramos, y que me documentaría y prepararía para ello. Quisiera dejar clara una cosa: todo esto lo hago de manera totalmente altruista. No es una obligación dentro de mi trabajo como algunos pueden pensar, es algo que hago de manera totalmente voluntaria. Al igual que cuando he estado de entrenador de futbol, tanto del Rivera, como del Paterna, como del Paterna Futbol Sala, como de la Escuela de Futbol de Paterna, también de forma altruista, de lo cual me siento muy satisfecho y orgulloso, por el hecho de haber podido aportar y trasladar a los jóvenes de mi población, los poquitos conoci-
mientos y la mucha ilusión, que en esos momentos tenía. Me gustaría que tanto mis amigos paterneros y paterneras que sé que tengo muchos como incluso mis «no tan amigos» (suena tan mal la palabra «enemigos»), tengan una cosa muy clara de todo lo expuesto, de lo que trata esta vida, es de procurar ser una buena persona, hacer el bien sin mirar a quien como bien dice el refrán, y dejarnos de tantas críticas destructivas, cotilleos y malas artes, para desacreditar a cualquier persona. Seamos solidarios los unos con los otros. Un abrazo muy grande al Pueblo de Paterna y a todos y cada uno de sus habitantes.
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