Revista diàlegs 6 - Educar para ser

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Educar para ser

Entornos educativos

humanistas para la era de la IA

PANORÁMICA

Entrevista a Francesc Torralba

LEGADO

Thomas Lickona

Marvin W. Berkowitz · James Arthur Andrew Peterson · Pepe Menéndez Joanne Quinn · José Víctor Orón

Una buena educación es una buena educación del carácter

Una escuela humanizadora es insustituible

Apreciado lector/a, “¿Cómo podemos ayudar a nuestros jóvenes a comprender quiénes son y qué quieren aportar al mundo?” Así abre una ventana a la reflexión sobre la educación en tiempos de cambio, el profesor Edward Brooks desde el Proyecto Carácter de Oxford. Y es que, hoy en día, la IA está redefiniendo la vida cotidiana y los valores, retando a la escuela a educar no solo en conocimientos, sino también la conciencia de ser humano, la integridad y el papel social de los ciudadanos.

En esta ocasión, Diàlegs busca invitaros a profundizar, de la mano de nuestros expertos, en cómo revalorizar el factor humanizador de la escuela para hacerla insustituible. Para empezar, Juan Pablo Dabdoub se centra en el liderazgo del carácter para crear una cultura escolar eficaz en la educación de personas. Francesc Torralba, opina que un mundo incierto y complejo exige educar en audacia, flexibilidad y compasión, y acompañar en la construcción de un proyecto personal de vida. Y Marvin Berkowitz se hace eco de las evidencias más destacadas de lo que funciona en el florecimiento de la bondad humana y distingue los seis principios PRIMED: Priorización, Relaciones, motivación Intrínseca, Modelos, Empoderamiento y pedagogías del Desarrollo.

Al igual que Berkowitz, Joanne Quinn, James Arthur, Andrew Peterson y Edward Brooks, consideran la educación del carácter el núcleo de una educación de calidad para todos los estudiantes, donde la ética no solo es parte esencial del contenido, sino también una brújula que orienta toda decisión escolar, familiar o comunitaria que desee focalizar el ser de la persona.

Se vislumbra una unanimidad en cuanto a la importancia del lenguaje del carácter. Sin embargo, aunque el ideal de persona suele incluir rasgos comunes como, ser compasiva, empática, resiliente o íntegra, al intentar consensuar lo que se entiende por ser compasivo en unas circunstancias concretas, se tropieza con diferencias culturales, opiniones o ideologías. Según Peterson y Arthur, este hecho vacía de contenido los valores y aconsejan fomentar un diálogo inclusivo en escuelas y comunidades, que facilite consensos con significado para todos.

Joanne Quinn, Carlos Magro y Pepe Menéndez proponen una visión crítica de la educación para el siglo XXI, matizando la importancia de una educación para la vida, donde el foco se sitúe en desarrollar un perfil de ciudadano crítico, ético, resiliente, y comprometido con el cambio global del mundo.

La mayoría de expertos hacen hincapié en que esto únicamente es posible cuando se prioriza la calidad de las relaciones interpersonales, y el acompañamiento en el crecimiento. Según Dabdoub, Berkowitz y José Víctor Orón, esto solo es posible si los docentes han experimentado previamente la misma guía en sus propias vidas, capacitándose para replicarla desde el conocimiento personal en las vidas de sus estudiantes.

Sean cuales sean los retos del futuro, con IA generativa o híbrida, el éxito de la escuela como factor humanizador, es lo que restaurará su prestigio para ser considerada insustituible en la educación de una ciudadanía ética capaz de ser y estar en el mundo con humanidad y propósito.

Espero que os guste.

Ana Moreno Salvo
Directora de Impuls Educació

ENTREVISTA A JUAN P. DABDOUB GONZÁLEZ Y AITOR R. SALAVERRÍA proyecto

Become: Redefiniendo la educación 6

panorámica

Educar es desarrollar todo el potencial humano

ENTREVISTA A FRANCESC TORRALBA 14

ENTREVISTA A MARVIN W. BERKOWITZ

PRIMED. Un modelo para la transformación de escuelas y sociedades 24

Una escuela humanizadora es insustituible 2

CONSEJO DE REDACCIÓN

Dirección y entrevistas Ana Moreno

Publicaciones Jordi Viladrosa

Diseño Original Guillem Batchellí

Diseño y Comunicación

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Ilustraciones

ISSN 2696-5615 editorial

Maria Yuling Martorell

Redacción y suscripciones

Impuls Educació Avda. Montserrat Roig, 3 08195 Sant Cugat del Vallès revista@impulseducacio.org https://impulseducacio.org/

ENTREVISTA A JOSÉ VÍCTOR ORÓN

desde el

Una revolución en la formación

El carácter y las virtudes en la educación moderna

ENTREVISTA A JAMES ARTHUR

El carácter, emergencia educativa del s. XXI

ENTREVISTA A ANDREW PETERSON

para la vida. Pensar la escuela que queremos autor

ENTREVISTA A PEPE MENÉNDEZ

Grandes libros para una educación liberal

Educar en la era de la IA

ENTREVISTA A JOSÉ Mª TORRALBA

ENTREVISTA

Educando para un liderazgo global

ENTREVISTA A JOANNE QUINN

JOSÉ MANUEL LÓPEZ

Modelo AIRISS: Seis Fortalezas del Carácter para el siglo XXI

ENTREVISTA A EDWARD BROOKS

JOSÉ MARÍA RUIZ

La experiencia del IES Cartima

Educar para ser: Entornos educativos humanistas para la era de la IA

JOSÉ BLAS GARCÍA Innovación disruptiva en la educación MANEL SOENGAS

revolución educativa en la era digital

proyecto

Juan P. Dabdoub González (Pamplona) es Profesor y Doctor de Teoría de la Educación en la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra. Es miembro del Grupo de Investigación en Educación, Ciudadanía y Carácter de la misma universidad, Secretario de la Association for Moral Education y Scholar Affiliate del Center for Character and Citizenship en la Universidad de Missouri-St. Louis. Es codirector de Become desde 2022. Lleva desde 2015 investigando y promoviendo la educación del carácter con el apoyo de la Templeton World Charity Foundation por todo el mundo, con especial atención al liderazgo.

Aitor R. Salaverría (Pamplona) es doctorando en la Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Navarra, trabajando en una tesis orientada a investigar y promover el desarrollo del carácter en comunidades universitarias residenciales. Es codirector de Become desde 2022. Ha sido director educativo del Colegio Mayor Belagua hasta 2021, donde ha desarrollado su actividad profesional durante los últimos 10 años. Es colaborador del Grupo de Investigación Educación, Ciudadanía y Carácter de la Universidad de Navarra.

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Become: Redefiniendo la educación

La importancia del carácter en la formación de líderes y estudiantes

ENTREVISTA

A JUAN P. DABDOUB GONZÁLEZ Y AITOR R. SALAVERRÍA

La educación busca preparar a las nuevas generaciones para su vida de adultos en el mundo y la sociedad que les tocará vivir. ¿Qué aporta la educación del carácter a la formación de los futuros ciudadanos del siglo XXI? Muchas veces nos hacen esta pregunta: ¿por qué habríamos de apostar por la educación del carácter? ¿Realmente es necesario ahora sumar más cosas a lo que ya hacemos en los colegios? ¿Es conveniente? Cuando nos presentan esta duda, solemos responder que el planteamiento no es acertado. Más que pensar en ‘qué aporta la educación del carácter’, tratamos de hacer caer en la cuenta que se trata de algo inevitable. Los centros educativos están incidiendo en el desarrollo del carácter de sus estudiantes, lo quieran o no, de modo consciente o inconsciente. Ya Aristóteles, hace más de 2.000 años,

advirtió de que la mera presencia de los adultos influye en el carácter de los niños, mucho más si se trata de una relación tan estrecha y prolongada como la que hay entre profesores y alumnos. Como suele decir Marvin Berkowitz, no se puede “no educar” el carácter.

Por lo tanto, más que plantearse si deben o no apostar por la educación del carácter, queremos ayudar a los centros educativos a caer en la cuenta de que ya lo están haciendo. Partiendo de esta convicción, tratamos de orientar una reflexión común acerca

La educación del carácter no es una opción; está pasando en todos los colegios de manera consciente o inconsciente

de cómo estamos, de hecho, incidiendo en el desarrollo de nuestros estudiantes. Se trata de revisar lo que ya hacemos para que de un modo estratégico e intencional favorezca el crecimiento de las personas.

¿Cómo nace Become, cuál es su propósito y a quién va dirigido? Become se originó como un “spinoff” del trabajo de investigación y desarrollo que hemos realizado durante los últimos 10 años en el Grupo Educación Ciudadanía y Carácter de la Universidad de Navarra, en colaboración con el “Center for Character and Citizenship” de la Universidad de Missouri-St. Louis, y con el generoso apoyo de la “Templeton World Charity Foundation”. Somos una organización que quiere contribuir a que las personas puedan llegar a ser quienes están llamadas a ser. Procuramos ayudar

a las comunidades a generar las condiciones que promuevan el crecimiento personal, el desarrollo del carácter y el bienestar de sus miembros. Esto lo hacemos adoptando un enfoque basado en la investigación y el sentido común para devolver a muchas organizaciones su noble y original sentido. El trabajo que hemos realizado en el ámbito educativo nos ha llevado a colaborar con instituciones interesadas en fomentar el desarrollo integral de las personas. Hemos trabajado con centros de diversos países, como España, México, Guatemala, El Salvador, Honduras, Costa Rica, Colombia, Eslovaquia, Croacia, Ecuador y Perú. En 2025 planeamos empezar en Chile, Filipinas, Finlandia, Estonia, República Checa y Suecia. Creemos que los principios que pueden hacer que un colegio sea un lugar idóneo para el crecimiento de las personas, también podrían informar el día a día de una universidad, una residencia, una empresa, un hospital o, incluso, una familia. Por eso queremos trabajar los próximos años para poder acompañar a organizaciones que están más allá del ámbito escolar.

En el caso de la educación del carácter, ¿por qué se centran en los líderes y no en los docentes? Los estudios sugieren que lo más relevante a la hora de promover el desarrollo del carácter es la cultura del centro. Los colegios suelen presentarnos un elenco de iniciativas con las que quieren promover el crecimiento de sus estudiantes como el aprendizajeservicio, el “collaborative learning”, las clases sobre las virtudes, programas de grandes libros, las tutorías individualizadas o actividades de mindfulness, entre otras. Nosotros tratamos de ayudarles a ver que lo que realmente está ‘dando forma’ a los estudiantes es la vida ordinaria del centro que de modo cotidiano va

incidiendo en su desarrollo. Más que pensar en ‘hacer cosas’ para promover el desarrollo del carácter, se trataría de ver cómo somos y cómo hacemos las cosas que ya hacemos: cuáles son nuestras prioridades, qué tipo de relaciones se generan en el centro, cuáles son las motivaciones que nos mueven, o qué nivel de implicación existe por parte de alumnos y profesores.

Parafraseando a Paul Houston, creemos que ‘las escuelas están perfectamente diseñadas para los resultados que estamos obteniendo. Si no nos gustan los resultados, tenemos que rediseñar las escuelas’. En este sentido, promover el desarrollo integral de las personas dentro de las instituciones requiere un rediseño de los elementos ordinarios que conforman su existencia y dinámicas cotidianas. Este rediseño debe priorizar a la persona en su quehacer y razón de ser, por encima de los resultados, la utilidad o la productividad.

Nos centramos en los líderes porque son los que tienen en su mano poder tomar las decisiones que inciden de un modo significativo en la cultura de la comunidad escolar. Decisiones que, muchas veces, vienen precedidas de un cambio personal. La labor que realizan los docentes para promover el crecimiento de las personas es insustituible, pero decidimos comenzar por los líderes por motivos estratégicos. Si no se cuenta con una buena cultura, es poco probable que los esfuerzos de los docentes puedan dar fruto.

Ustedes hablan de la importancia de rediseñar comunidades. ¿Qué condiciones debe tener una comunidad educativa para ofrecer una buena educación del carácter? Antes de contestar creo que convendría hacer una aclaración: las condiciones para una buena educación del carácter son las

mismas que para ofrecer una buena educación. No se trata de añadir algo más a la educación. Muchos de los movimientos que han surgido en las últimas décadas como la educación del carácter, la educación personalizada, la educación socio-emocional o el desarrollo positivo de la juventud no son más que intentos por recordar algo esencial a la educación que, por un motivo u otro, se ha descuidado. ¿Es posible educar sin tener en cuenta el carácter? ¿Es posible educar sin tener en cuenta que los niños son personas? ¿Y sin tener en cuenta las emociones? Esto no es algo nuevo o contemporáneo. Ya Aristóteles decía (citando a Platón) que una buena educación se manifestaba en que fuéramos capaces ‘de alegrarnos y entristecernos con lo que se debe’. Más que añadir complementos a la educación, se trata de que cumpla su propósito. Afirmamos que el diseño de la educación actual está especialmente orientado a dos objetivos: saber más cosas y saber hacer más cosas. Sin despreciar estos dos objetivos, en Become invitamos a rediseñar la educación para priorizar tres fines esenciales para que una persona pueda llegar a ser la mejor versión de sí misma: bienestar, integridad e identidad. Con bienestar nos referimos a promover las condiciones necesarias para que las personas puedan estar bien física y psicológicamente. El nivel de bienestar responde a la pregunta ¿cómo estoy? Las personas no

El rediseño de las comunidades educativas debe priorizar el bienestar, la integridad y

la identidad de todos

pueden desarrollarse propiamente si no se sienten seguras y queridas o si están al borde del colapso por cansancio.

La integridad abarca el espectro de la moral, la ética, el desarrollo del carácter, las virtudes y los valores. Este nivel responde a la pregunta ¿cómo soy? Se trata de diseñar la educación de tal modo que pueda promoverse el cultivo de virtudes, disposiciones estables para hacer el bien.

Por último, el nivel de identidad responde la pregunta ¿quién soy yo? Es una de las preguntas que seguiremos contestando todos los días de nuestra vida. ¿Quién quiero ser? ¿Quién estoy llamado a ser? Ya puedes tener todas las virtudes y sentirte inclinado a hacer muchas cosas buenas, pero eso no alcanza a responder qué cosas buenas harás con tu vida, teniendo en cuenta que no puedes hacerlas todas.

¿Cuáles son los rasgos diferenciales de Become frente a otros modelos formativos? Proponemos cinco argumentos que caracterizan nuestro enfoque formativo y, hasta cierto punto, lo distinguen de otras iniciativas. PRIMERO: NOS CENTRAMOS EN LO QUE SE PUEDE CAMBIAR

Al comienzo de nuestros programas se suele preguntar a los directores qué creen que debe cambiar para que sus centros mejoren. Suelen responder que necesitan mejores alumnos, mejores profesores, mejores familias, mejores instalaciones o incluso mejores políticos. Estas perspectivas son bastante frustrantes para ellos porque, lo más probable, es que estas cosas no cambien en un futuro próximo, ni ellos tengan la capacidad de influir significativamente en ellas. La mayoría de los directores tendrán los mismos alumnos,

profesores, familias, instalaciones y políticos. Si siguen centrándose en cambiar lo que no depende de ellos, acabarán agotados, o se volverán indiferentes o cínicos ante cualquier esperanza de que la educación mejore. Become no se centra en los aspectos que no se pueden cambiar, o cuyo cambio está fuera del alcance de los educadores. Por el contrario, proponemos centrarnos en aquellos aspectos cuyo cambio sí depende de los líderes y de las personas que forman parte de su comunidad. Rediseñar el funcionamiento de un centro educativo, rediseñar sus prácticas y estrategias, es algo que puede ser promovido y logrado por la mayoría de los líderes escolares en cualquier entorno cultural.

SEGUNDO: EMPEZAMOS POR LOS LÍDERES

Como hemos expuesto, Become se centra en los líderes para iniciar y sostener el rediseño de

las comunidades educativas para generar una cultura que promueva efectivamente el desarrollo del carácter de los estudiantes. Lo primero que los directores pueden cambiar o mejorar para promover una mejor cultura en sus centros es su propio carácter y estilo de liderazgo. Si los líderes no comienzan cultivando el carácter que desean ver en sus maestros, personal y estudiantes, probablemente fracasarán en promover el buen desarrollo del carácter con cualquier mensaje, plan de estudios, programa o estrategia. Como decía Ralph W. Emerson, ‘tus acciones hablan tan alto que no puedo escuchar lo que dices’. Por lo general, los directores desconocen cómo pueden mejorar su carácter o qué

defectos deben corregir, y pueden mostrarse reticentes a cambiar su forma de dirigir o ni siquiera ser conscientes de que su liderazgo debe mejorar. Debido a la posición que ocupan, a menudo es difícil que los miembros de su comunidad educativa les digan qué aspectos de su carácter deben cuidar o corregir. Hay defectos que es difícil decirle a un amigo, y mucho más a un jefe: falta de humildad, no escuchar, desconfianza, perfeccionismo, paternalismo, coacción, no saber perdonar, querer controlarlo todo, etc. Nuestros programas abordan esta preocupación no dictando a los líderes cómo deben ser, sino ayudándoles a ser más conscientes de cómo son en realidad, a reflexionar sobre cómo les gustaría ser y animándolos a iniciar este

proceso. Formar parte de una comunidad interactiva de directores es útil en este sentido porque la gente suele estar más abierta a escuchar, observar, aprender y recibir consejos de sus compañeros que de sus empleados.

TERCERO: MODELAMOS LA CULTURA PARA EL DESARROLLO DEL CARÁCTER

Nuestros programas utilizan lecturas, conversaciones, reflexiones, vídeos, trabajo en equipo y otras actividades para lograr sus objetivos. Sin embargo, el medio más significativo que utilizamos es generar con los líderes participantes el tipo de comunidad (cultura, clima, ethos) que ellos podrían generar al regresar a sus centros. El diseño de estos programas responde íntegramente a los principios de

No pedimos hacer más, sino repensar lo que ya hacemos para impactar estratégicamente en la educación

rediseño escolar propuestos. En este sentido, participar en uno de nuestros programas es una experiencia viva del tipo de cultura que se podría generar en los colegios. Lo que se hace, cómo se hace, por qué se hace o el carácter de los facilitadores del programa pretende ser un ejemplo vivo de lo que pueden hacer, cómo pueden hacerlo, por qué pueden hacerlo y cómo pueden ser cuando vuelvan a sus centros. Por ejemplo: planificando actividades para que todos puedan conocerse; escuchando y respetando auténticamente las diferentes opiniones; reservando tiempo para el silencio y la reflexión; no imponiendo decisiones importantes ni dejándolas para otro momento, sino animando a todos a buscar soluciones en colaboración y decidir como comunidad. No es solo un programa que incluye teoría y práctica: es también la experiencia directa de esas prácticas y la exposición a su modelado.

CUARTO: EVITAMOS RECETAS GENERALES

Varios programas educativos indican detalladamente lo que hay que hacer. Por ejemplo: impartir un nuevo plan de estudios o conjunto de lecciones, llevar a cabo una serie de actividades o poner en marcha un curso de formación del profesorado. Todas estas iniciativas tienen sin duda un lado positivo, pero no todas funcionan en todas las comunidades, o no tienen el mismo impacto, o son útiles, pero únicamente durante un cierto periodo de tiempo. Esto se debe a que las circunstancias de

cada centro son únicas y cambiantes, y no existe una solución general para todos, ni para todos los tiempos. Y lo que es quizá más importante, a menudo pasan por alto el profundo trabajo de desarrollo de los adultos y el cambio de cultura. Nuestro enfoque comparte la convicción de que no existe un programa o plan de estudios para la educación del carácter que funcione en todos los centros educativos, ni que funcione indefinidamente. Cada centro tiene sus propios problemas, recursos y retos, y lo que hay que hacer en él para transformar su cultura es una solución particular, y esa solución debe ser lo suficientemente flexible para poder adaptarse a un mundo que cambia rápidamente. En lugar de proponer soluciones generales y algo rígidas, estos programas abogan por planes particulares y flexibles. Por esta razón, es menos eficaz formar a los líderes en un enfoque específico y fijo, que ayudarles a desarrollar lo que hace falta para liderar eficazmente en sus propias circunstancias: evaluando el clima de sus centros, discerniendo qué programa o enfoque se necesita en ese momento, siendo lo suficientemente ágiles para adaptarse cuando las circunstancias cambian (por ejemplo, la pandemia), o siendo ejemplares en el liderazgo de su comunidad. En lugar de decir a los líderes lo que tienen que hacer, es más eficaz y sostenible centrarse en ayudarles a desarrollar lo que necesitan para poder diagnosticar lo que necesita su comunidad y ser capaces de proporcionarlo. Los directores suelen conocer sus centros mejor que nadie, o gozan de una posición privilegiada para conocer los aspectos más relevantes de su comunidad.

QUINTO: NO PEDIMOS HACER MÁS COSAS

Los directores temen a menudo que la educación del carácter sea una cosa más que tengan que añadir a la interminable lista de

cosas que tienen que hacer en sus centros. Algunos utilizan a menudo la expresión: ‘mi plato está lleno; no tengo espacio para nada más’. Sin embargo, nuestros programas invitan a los líderes a considerar que la educación del carácter no es otra cosa en su plato. Parafraseando a muchos líderes en este campo, la educación del carácter no es otra cosa añadida al plato, sino que es el plato que sostiene todo lo demás en los centros educativos. La esencia de la promoción del desarrollo del carácter no consiste en hacer más cosas, sino en rediseñar los elementos ordinarios de la educación. Esto es conveniente porque la puesta en marcha de iniciativas extraordinarias suele requerir tiempo y recursos de los que los centros educativos carecen, mientras que las cosas ordinarias se harán de todos modos e, intencionalmente o no, repercutirán en el desarrollo de los estudiantes. En este sentido, no se puede no educar el carácter: en mayor o menor medida, todo lo que se hace en las escuelas o colegios repercute en el carácter de los niños, sea intencionado o no. Además, no es algo que compita o reste recursos a lo académico. Diversos estudios demuestran que los centros que integran la educación del carácter a través de este enfoque de rediseño obtienen, en última instancia, mejores resultados académicos.

¿Cómo os planteáis conseguir esto? ¿Qué se espera de los participantes? ¿Qué se llevan a sus centros educativos?

Las escuelas bien diseñadas para el desarrollo del carácter obtienen mejores resultados a largo plazo

No creemos que unos cursos o programas vayan a tener un impacto transformador en la educación de un colegio, una ciudad o región. Lo que consideramos verdaderamente transformador es pertenecer a una comunidad de líderes en la que todos colaboren y aprendan unos de otros para rediseñar estratégica e intencionalmente sus comunidades. Si conseguimos que los directores quieran ponerse al servicio unos de otros para ayudarles a crecer y sacar adelante sus colegios, es muy probable que se genere una auténtica renovación educativa. En nuestra búsqueda por encontrar modos efectivos de dar comienzo a este tipo de comunidades, hemos encontrado dos iniciativas destacables. Se trata de dos programas formativos desarrollados por Marvin Berkowitz y Melinda Bier en el Center for Character and Citizenship de la Universidad de Missouri-St. Louis: un programa ejecutivo (vLACE) y un programa enfocado (Instituto PRIMED).

vLACE es un programa dirigido a líderes de comunidades educativas. Cada taller es dirigido por un facilitador que, a través de vídeos, actividades interactivas, lecturas y reflexiones, busca generar una comunidad de práctica con los participantes. Tienes dos objetivos principales. En primer lugar, incidir en el autoconocimiento y cultivo de la identidad e integridad de la persona que lidera y de su comunidad. No puede haber un cambio significativo en la cultura de un centro educativo sin que su líder comience cultivando el carácter que quiere ver en el resto de su comunidad. En segundo lugar, conseguir en los líderes el aprendizaje y el desarrollo necesarios para diseñar, implementar y evaluar iniciativas que hagan de sus centros verdaderas comunidades de aprendizaje, en las que el desarrollo del carácter es una auténtica prioridad. vLACE incluye el

desarrollo de un plan a largo plazo para transformar la cultura de los centros educativos. Se compone de nueve talleres de ocho horas cada uno, repartidos mensualmente a lo largo de un curso académico. Cada taller expone el enfoque de un experto internacional en educación del carácter. Estos expertos no asisten presencialmente a los talleres. Los facilitadores de vLACE dirigen cada taller, presentando el enfoque de cada autor a través de vídeos, actividades, reflexiones y lecturas. Por último, vLACE incluye ocho trabajos mensuales que incluyen reflexiones personales, realizar encuestas o cuestionarios a la comunidad de cada centro. Estos trabajos requieren una media de 4 horas de dedicación cada uno, y algunos deben realizarse en equipo con otros líderes del centro. La suma de los trabajos constituye un plan a medio y largo plazo para transformar la cultura de cada comunidad. Por otro lado, el Instituto PRIMED es una experiencia de inmersión de cinco días en la educación del carácter. Invitamos a los equipos directivos a pasar unos días juntos, en un clima de confianza, reflexionando y dialogando sobre lo que puede hacer de sus escuelas lugares donde se promueva el desarrollo del carácter de forma estratégica e intencional. Tiene tres objetivos principales. En primer lugar, conocer los fundamentos de una educación del carácter efectiva. Nos serviremos del modelo PRIMED, desarrollado por el profesor Marvin W Berkowtiz, como guía para introducir a los asistentes en

Los líderes pueden transformar la cultura escolar y el desarrollo del carácter de sus estudiantes

una perspectiva acertada a la hora de afrontar la transformación del centro educativo. Las personas que van a liderar este cambio necesitan conocer los principios en los que se apoyan las prácticas que luego van a poner en marcha. En segundo lugar, fortalecer las relaciones del equipo en un formato de aprendizaje experiencial. Poner en marcha un cambio de esta magnitud, que afecta directamente a la cultura de la escuela, requiere de un equipo unido con ganas de afrontar este ambicioso reto. Durante el curso, los asistentes tendrán ocasión de estrechar lazos con los demás miembros de su equipo, compartir muchas horas de conversación y pasarlo bien juntos. Por último, hacer un plan de acción para el próximo curso académico. Con los conocimientos adquiridos en PRIMED, los asistentes son invitados a elaborar un plan de acción para el próximo curso. Cualquier transformación de este estilo requiere de varios años de trabajo. El plan elaborado como consecuencia de estos días puede servir para abrir camino e introducir la perspectiva de la educación del carácter en el centro educativo. Los participantes son asesorados por los facilitadores del curso al hacer este plan.

La experiencia que hemos tenido en los últimos años es que los que han participado en estos programas tienen el deseo de mantener la comunidad de líderes que han conformado durante nuestros programas para seguir juntos el viaje que han emprendido. La comunidad de líderes se convierte en una gran oportunidad para seguir cultivando la amistad, incidir en el autoconocimiento, seguir profundizando en los principios de la educación del carácter efectiva y ayudarse mutuamente a sacar adelante sus centros educativos. Que los directivos sean parte de una comunidad como esta es el mejor modo de promover un cambio real en los colegios.

panorámica

Educar es desarrollar todo el potencial humano

Francesc Torralba Roselló (Barcelona, 1967) es doctor en Pedagogía, Filosofía, Historia y Teología. En la actualidad es catedrático acreditado de la Universidad Ramon Llull. Alterna su actividad docente con el oficio de escribir y divulgar su pensamiento. Su trabajo está orientado hacia la antropología filosófica y ética enmarcada dentro del personalismo contemporáneo. Es un autor prolífico, con más de 1.800 artículos y 100 libros publicados como: “Vivir en lo esencial” (Plataforma Editorial S.L., 2020), “Liderazgo ético” (Ppc Editorial, 2017), “Correr para pensar y sentir” (Lectio, 2015) o “El valor de tenir valors” (Ara llibres, 2012).

Los jóvenes necesitan un acompañamiento en la construcción de su proyecto de vida

ENTREVISTA A FRANCESC TORRALBA ROSELLÓ

Apartir del informe “Aprender a ser: la educación del futuro” dirigido por Faure en 1972, la educación escolar ha ido ampliando su horizonte de lo meramente académico a una visión integral de la persona. Sin embargo, existen tantas versiones de lo que es educar para ser como modelos educativos. ¿Nos podría explicar qué significa educar para ser y cuál es su propósito principal? Utilizamos mucho la palabra educación, pero tiene connotaciones muy distintas.

A mí me gusta plantear este tema siguiendo la filosofía de la educación de Edith Stein que es un referente para mí. De hecho,

dediqué la tesis doctoral en pedagogía a esta persona. Ella utiliza el concepto de formación, que es la traducción de la palabra alemana "bildung". Propiamente, educar y, especialmente una educación centrada en el ser, es desarrollar todas las potencias o capacidades que tiene una persona, que están allí en estado embrionario, como en un estado latente, y que cuando educamos queremos que se desarrollen y lleguen a su máxima plenitud. Esto significa todo el ser. Por tanto, no solo una educación centrada en la

memoria, en la imaginación o en la voluntad, sino una educación que abarca todo el ser de la persona y permite a este ser desarrollarse al máximo.

Para mí esto tiene, básicamente, cuatro dimensiones, a veces en educación nos olvidamos de alguna y sucumbimos a lo que denomino una educación unidimensional o reduccionista.

Por un lado, debemos desarrollar la dimensión física de la persona. Y esto significa los hábitos de vida saludables, la ejercitación, la dimensión corpórea de aquella

Educar en el ser significa desarrollar todas las potencias o capacidades latentes en la persona hasta su máxima plenitud

Hay un depósito de virtudes que traspasan el tiempo y que son verdaderas hoy y lo seguirán siendo dentro de cinco siglos

persona, el cuidado, la higiene, la alimentación, los hábitos de vida, el deporte y, por supuesto, también el cuidado de la dimensión sexuada de la persona.

La dimensión psíquica, tanto emocional como mental o intelectual, también debe desarrollarse. Se trata de la capacidad de calcular, pensar, reflexionar, especular. Pero también la capacidad de ordenar las emociones, de saber priorizarlas e, incluso, contener determinadas emociones tóxicas o negativas.

Luego está la dimensión social. Cada persona debe saber interaccionar con los demás, crear vínculos de calidad, establecer relaciones de confianza, saber,

en definitiva, crear relaciones tonificantes y nobles.

Y después está la dimensión espiritual, que también es inherente a la persona y, por tanto, educarla significa que aquel ser humano desarrolle un determinado conjunto de valores, un determinado tipo de ideales o de propósitos, y también que reflexione a fondo sobre qué creencias se siente llamado a desarrollar o, incluso, a asumir.

Sin embargo, a menudo lo que pasa es que esta educación queda reducida a un plan y nosotros somos polígonos que tenemos diferentes caras. Por eso creo que educar en el ser significa desarrollar todas las capacidades latentes en la persona y esto no puede hacerlo

un solo ser humano, sino que lo hacemos en comunidad. Lo hace la escuela, lo hace la familia y también las actividades extraescolares. Y todos estos actores, cuando interactúan, hacen que esta semilla se vaya desarrollando, vaya creciendo y, finalmente, dé fruto.

¿En qué medida "ser cada vez mejor ser humano" es una cuestión relativa al contexto, época o cultura? ¿Puede haber el supuesto de que hay algo que es inmutable, universal y propio de todo ser humano y que lo define cualitativamente?

Sí, es la discusión entre lo permanente y lo coyuntural. Y en el proceso educativo debemos ligar las dos dimensiones. Por un lado, debemos formar a estos chicos y chicas para que puedan instalarse en un mundo complejo y, por tanto, que sepan moverse

bien en el mundo tecnológico, en el mundo digital, que entiendan bien los lenguajes, que comprendan bien los artefactos, los robots, las máquinas, las biotecnologías... Todo esto es coyuntural, contextual. La escuela debe favorecerlo porque queremos que se adapten al mundo, queremos que actúen en el mundo y que no sean marginados sociales o inadaptados.

Luego existen unos elementos que son universalmente permanentes. Por ejemplo: existen virtudes que son esenciales y se deben desarrollar, independientemente de si estamos en el siglo XII o en el siglo XXI. Pensemos en la virtud de la prudencia. ¿Qué padre y qué madre no quiere que su hijo sea prudente? A la hora de conducir, a la hora de tomar decisiones, a la hora de salir de fiesta, a la hora de empezar a establecer una relación

No hay educación neutral, nunca ha existido. Toda educación es portadora de unos valores o contravalores

de pareja. ¿Quién no quiere? que sean justos, templados, humildes, o que tengan fortaleza frente a las contrariedades. Por tanto, yo creo que sí hay un depósito de virtudes que traspasan el tiempo y que son verdaderas hoy, lo eran hace diez siglos y lo seguirán siendo dentro de cinco siglos, si hay personas sobre el planeta. Tiene que ver con ese carácter que permite a esa persona desarrollarse plenamente. Por tanto, hay aspectos coyunturales y debemos estar atentos a ello. No puede pasar que un chico, al salir de la escuela, no tenga las habilidades y las destrezas para poder trabajar en una sociedad tecnológica. Por otra parte, hay una serie de cualidades,

de virtudes, que si las tiene, le permitirán regir sus diversas facetas como ser humano, como profesional, como padre, como madre, como amigo, como amiga.

Usted ha escrito mucho sobre virtudes y valores humanos, ¿qué opina sobre la educación ética en la escuela? ¿Qué valores destacaría como más relevantes en el mundo actual?

Lo primero que quiero decir es que no hay educación neutral, nunca ha existido y el que lo plantea de esta forma hace trampa. Toda educación tiene una dimensión axiológica, es decir, es portadora de unos valores o contravalores. Y los transmitimos muy a menudo

de forma inconsciente. En otras palabras, depende de lo que la maestra diga o haga en el aula, está transmitiendo un tipo de valores u otros. Imaginémonos que ha habido una pelea en el patio. Se entra en clase y la maestra no dice nada. Esto es un tipo de comportamiento. O si la maestra dice: “hablemos de lo que ha pasado en el patio, ¿por qué ha habido una pelea?”. En este caso, generamos procesos de reconciliación de tal forma que sea capaz de pedir perdón a aquella niña porque le ha arrojado arena

y ella sea capaz de perdonarle y que se reconcilien. Aquí existe una intervención. Uno puede acentuar los valores medioambientales, los valores familiares, el valor del trabajo, puede ser muy exigente en las entregas y, por tanto, el rigor y el sentido del esfuerzo, pero no hay educación neutra. En consecuencia, no puede existir una educación puramente objetiva. El maestro siempre irradia lo que tiene, y el padre o la madre irradian sus valores a sus hijos, y a toda la familia extensa.

Hay tres valores o virtudes a potenciar básicos que son la audacia, la flexibilidad y la compasión

En cuanto a la segunda parte de la pregunta: cuáles deberían ser los valores o las virtudes a potenciar, yo creo que hay tres básicos actualmente. Una es la audacia. Creo que estos chicos y chicas que ahora estamos formando deben ser muy audaces. La audacia es la capacidad de afrontar retos difíciles, no amedrentarse y no tener miedo a sacar adelante los proyectos de vida. Lo audaz es lo que, junto con otros, intenta hacer realidad un proyecto. Un emprendedor debe ser audaz, pero también debe serlo alguien que estudia medicina, porque eso significa muchos años y mucha dedicación; o alguien que quiera dedicarse a la filosofía, porque le costará mucho poder

Necesitamos personas que se impliquen en las causas nobles que hoy el mundo tiene pendientes

despertar esta vocación filosófica en sus alumnos.

Otra es la flexibilidad o la ductilidad. Estamos en un mundo muy cambiante, en transformación y necesitamos chicos y chicas que tengan capacidad de adaptación a entornos nuevos y diferentes. Por tanto, la rigidez es un obstáculo. Aquel que dice: "yo solamente sé hacer esto y no me saques de aquí". O “eso lo hace una máquina”, entonces, este señor está perdido. La ductilidad es la capacidad de adaptarse a entornos diferentes, sistemas diferentes, trabajar en países distintos. Hoy es el itinerario de muchos jóvenes que pasan por muchas empresas distintas, por países diferentes, lenguas distintas, sistemas tecnológicos diferentes y sobreviven los que son más dúctiles o flexibles.

Y la última: yo creo que necesitamos chicos y chicas que tengan una tercera virtud, que es la compasión, que no pasen de largo de los mil dramas que existen en el mundo. Esto significa todo lo contrario a la indiferencia. El Papa Francisco utiliza una expresión que, en mi opinión, es muy oportuna, que es la “globalización de la indiferencia”. Quiere decir que se globaliza el pasar de los demás. Yo creo que la educación nos debe hacer solidarios, responsables, nos debe hacer personas que ante los dramas no cerramos los ojos, sino que tratamos de aportar nuestro talento, nuestro compromiso, para mejorar la calidad de vida de otras personas.

Esto es una educación, para mí, básica, es decir, una escuela que no contemple esto, es una escuela que está fuera del siglo XXI. Necesitamos jóvenes, necesitamos emprendedores, necesitamos

personas que se impliquen en las causas nobles que hoy el mundo tiene pendientes.

Actualmente, se habla mucho sobre la importancia del “Agency” para poder actuar con sentido del propósito, tener pensamiento crítico y tomar decisiones intencionadas e informadas para asumir el protagonismo de la propia vida. ¿En qué medida es importante preguntarse por el sentido? ¿Cuáles serían las claves para hacerlo?

Es determinante la cuestión del sentido, del propósito, del objetivo, del para qué vives. Y a veces esa pregunta queda difuminada. Yo creo que es central en la praxis educativa que un chico, una chica, empiece a plantearse qué quiere hacer con su vida. Qué propósito, qué objetivo tiene, y si ese propósito es viable o no; si es noble o no; si va ligado a su naturaleza o sencillamente es totalmente desproporcionado. Esto tiene que ver con un discernimiento, tiene que ver con una acción tutorial, tiene que ver con un acompañamiento y, lo hacemos cuando educamos, no únicamente cuando informamos.

Educar no es entrar en el aula y decir: ahora les contaré qué es la fotosíntesis, o qué pasó en la Guerra Civil en España, o quién era Don Miguel de Unamuno. Esto tiene que ver con instruir y con informar. Porque educar tiene que ver con acompañar a una persona en el desarrollo de su proyecto de vida. Y, por tanto, debemos

ayudarle a discernir, a ver qué escalones debe ir subiendo para hacerlo realidad, y acompañarle también cuando fracase, porque muy a menudo el proyecto no se realiza por mil cosas. A veces, eventuales; a veces, desgracias; a veces, desdichas que se producen. Debemos ayudarle a reconstruir un propósito, un objetivo, un sentido, porque esto es lo que llena a las personas, poder dedicarse a algo que realmente tiene sentido. Y es necesario hacerlo, aunque no seas famoso, aunque no te hagas rico, aunque los demás no lo compartan. Cuando una persona se dedica a una actividad que le llena es muy feliz. Ahora, si esa actividad, para él, es estéril, es absurda, está vacía, no tiene ningún sentido, aunque se gane muy bien la vida, esa persona no es feliz. Esta persona puede estar acomodada y vivir cómodamente, pero cuando hablamos de plenitud, hablamos de un proyecto de vida que tiene sentido en sí mismo.

Una cuestión importante en la educación es el concepto que tenemos sobre libertad humana. Se habla mucho del libre albedrío y de que ser libre es poder escoger lo que queremos. ¿Qué idea de libertad tendría sentido tener en educación?

La palabra libertad es una de las palabras más manipuladas, alteradas, y yo diría, incluso, reducidas semánticamente. Esto ocurre con grandes palabras, ocurre con la palabra dignidad, con la palabra felicidad. Ocurre con muchas palabras cuando las utilizamos muy superficialmente. Una idea de libertad es la libertad como libre albedrío, que es la traducción del latín "liberum

Educar tiene que ver con acompañar a una persona en el desarrollo de su proyecto de vida, ayudándole a discernir su camino
PANORÁMICA

arbitrium", o sea, la capacidad de escoger entre dos o más opciones. Vas a un restaurante y te dicen:

“Mira, tenemos todas estas pizzas, ¿cuál te apetece?” Y ahí ejerces tu libre albedrío. O a un alumno de primero de universidad le dicen: “mira, estas materias son obligatorias, estas otras son opcionales. ¿Cuáles quieres hacer?” Esto es libre albedrío. Este es un nivel de libertad básico.

Existen otros niveles de libertad más exigentes, naturalmente. Ser libre es ser capaz de determinar el propio proyecto de vida, encarnar tu propia vocación, en definitiva, hacer realidad tu propio sueño. Y esto ya no es un acto concreto de decir pizza margarita o napolitana, sino que tiene que ver con un proceso que significa disciplina, esfuerzo, continuidad en el tiempo, tenacidad y muchas renuncias. El que dice “yo quiero tocar el piano y ganarme la vida con ello” tendrá que renunciar a muchas cosas; lo mismo ocurre si quiero ser madre de una familia numerosa, o quiero hacer una gran obra filosófica. Hoy tenemos una idea de libertad sin renuncias. Y esto es un error.

Y todavía hay una última idea de libertad, que es la libertad como liberación, de liberarse de todo lo que te subyuga, te encadena, te mantiene encarcelado. Hay muchos elementos que nos mantienen enajenados, hay muchas personas a las que les hace sufrir mucho lo que opinan los demás; otras están subyugadas a la droga, al alcohol, a las pantallas, y a otras nuevas adicciones. Esto no es libertad, esto es esclavitud, servidumbre.

Creo que una persona libre es una persona que puede escoger entre A y B, que hace de su vida una obra de arte y construye un

La inteligencia artificial debe ser un sistema al servicio del progreso integral de la persona, especialmente, de los más vulnerables

proyecto de vida con la ayuda de los demás y que progresivamente se va liberando de todo lo que la engaña, de todo lo que le pesa, Creo que, en este sentido, cuando uno se libera del remordimiento, del resentimiento, es mucho más libre. Pues todo esto pasa por el acto de perdonar.

Con el desarrollo de la Inteligencia

Artificial (IA) surgen muchos miedos sobre su capacidad creciente para sustituir al ser humano en sus funciones. ¿En qué medida considera que esto es posible? ¿Cuál debería ser el papel de la IA en una sociedad propiamente humana centrada en el pleno desarrollo de cada persona?

Es el gran tema. Estamos casi admirados, conmovidos y perplejos frente a las capacidades que están desarrollando estos sistemas de inteligencia artificial generativa. Y cada vez observamos que tienen más capacidades, más prestaciones, que realizan operaciones más rápido y que en muchos campos, son muy superiores a nosotros, como, por ejemplo, la capacidad de cálculo o la capacidad de construir un texto a partir de información que existen en toda la red y en cualquier lengua. Esto es muy superior a nuestra inteligencia natural, aunque la hemos hecho nosotros esa inteligencia artificial. Entonces, lo que conviene es llevar a cabo tres acciones ante esto. Primero, es necesario un buen gobierno de la inteligencia artificial. Es decir, cuando uno tiene

Una persona libre puede escoger entre A y B, hacer de su vida una obra de arte y construir su proyecto de vida

un instrumento con ese potencial, es esencialmente básico que haya una gobernanza. También hace falta transparencia, que nos expliquen cómo funciona, qué algoritmos hay, qué criterios tienen en cuenta. Dicho de otro modo, que no sea una caja oscura que solo sepan leer o interpretar a los tecnólogos, los ingenieros, los matemáticos, los informáticos. Y después hay un tercer punto clave, que es indispensable utilizarla para ayudar a los más vulnerables. Estos sistemas pueden ayudar mucho a personas que tienen discapacidades intelectuales y físicas, que tienen inteligencia limitada, que tienen dificultades de aprendizaje y que estos recursos tecnológicos pueden estimular mucho a aquella persona y darle una atención muy adecuada a su perfil. Y, por tanto, poder desarrollar habilidades o capacidades que sencillamente en un aula puede que se pierdan. Debemos destinarla mucho a esto, a que realmente la inteligencia artificial sea un sistema al servicio del progreso integral de la persona, al servicio de su dignidad y, especialmente, de los más frágiles y de los más vulnerables.

en profundidad

Marvin W. Berkowitz (Nueva York, 1950) es un destacado académico especializado en educación y desarrollo del carácter. Ocupa la Cátedra Sanford N. McDonnell de Educación del Carácter y es Codirector del Centro de Carácter y Ciudadanía en la Universidad de Missouri-St. Louis. Anteriormente, fue profesor en la Academia de las Fuerzas Aéreas de EE.UU. y en la Universidad Marquette. Obtuvo su doctorado en Psicología del Desarrollo en 1977 y desde entonces ha publicado extensamente, incluyendo obras como "Parenting for Good" (Character Development Group, 2005) y "Modelo PRIMED para la educación del carácter" (Ediciones Universidad de Navarra, 2022). Además, ha recibido numerosos premios por su contribución al campo, como el Lifetime Achievement Award de la Character Education Partnership y el Good Works Award de la Association for Moral Education.

PRIMED. Un modelo para la transformación de escuelas y sociedades

La educación del carácter permite nutrir el florecimiento de la bondad humana

ENTREVISTA A MARVIN W. BERKOWITZ

En su libro PRIMED explica un modelo educativo orientado a mejorar las escuelas. ¿Nos puede contar su origen y propósito? Siempre me ha interesado cómo los niños crecen para convertirse en buenos seres humanos, y esto me llevó a investigar sobre la influencia de los padres en el desarrollo de sus hijos. Encontré cinco estrategias de crianza y luego me interesé en la influencia de las escuelas en los niños. Realicé un proyecto llamado "What Works In Character Education" con mi colega Melinda Bier, y descubrimos seis principios de diseño para promover el carácter positivo en los jóvenes.

Además, desde los inicios de mi carrera, me ha intrigado el tema

de la ética y cómo definir lo que está bien y lo que no. Estudié el desarrollo moral de los niños y adolescentes y luego me interesé por la crianza y la educación. Durante los últimos años, me he dedicado a investigar cómo lograr un desarrollo óptimo y positivo de los estudiantes en las escuelas.

¿A qué se refiere con el espíritu “Tikkun Olam”?

Mi motivación para este trabajo proviene de mi herencia judía y del concepto de "Tikkun Olam" significa "sanar el mundo". Creo que cada persona tiene la responsabilidad de agregar valor al mundo y mejorar los problemas que existen. Quiero utilizar mis conocimientos y talentos para ayudar a más personas

Cada persona tiene la responsabilidad de agregar valor al mundo y mejorar los problemas que existen

a convertirse en buenos seres humanos, ya que creo firmemente que la única manera de tener un mundo más moral es teniendo más personas morales.

Mi investigación se ha centrado en la influencia de los padres y las escuelas en el desarrollo de los niños, y mi motivación proviene de mi deseo de contribuir a un mundo mejor a través del concepto "Tikkun

RELACIONES

MOTIVACIÓNINTRÍNSEC A

PRIORIZACIÓN

Olam". Creo que promover el carácter positivo y la moralidad en los jóvenes es fundamental para lograr un cambio positivo en la sociedad.

¿Nos podría aclarar a qué se refiere cuando habla de nutrir el florecimiento de la bondad humana y qué tiene que ver con una educación del carácter? ¿Qué

MOTIVACIÓN

aporta este tipo de educación? ¿Es válida para cualquier cultura? La educación del carácter se basa en comprender a los niños desde una perspectiva orgánica en lugar de una mecánica. Debemos conocer nuestra propia teoría implícita sobre cómo funcionan los niños y qué les influye. Jean Piaget fue una influencia importante

en este enfoque, ya que creía que los niños son orgánicos e intentan dar sentido al mundo e interpretarlo. No se trata solo de transmitir conocimientos, sino de nutrir y guiar el desarrollo de los niños como entidades complejas y orgánicas. El objetivo es que florezcan, especialmente en términos de bondad humana.

Buscamos fomentar la bondad ética y moral, los valores y las virtudes en las personas. La educación del carácter implica sacar lo mejor de los estudiantes y nutrir el florecimiento de la bondad humana. Esto contribuye a hacer del mundo un lugar más moral y reduce las atrocidades, la corrupción y la crueldad. Sin embargo, no todas las culturas pueden adoptar este enfoque, especialmente aquellas autoritarias o racistas. Aun así, este enfoque sería beneficioso para todas las culturas.

El modelo PRIMED propone seis principios que la evidencia científica identifica como importantes para una educación eficaz del ser humano. ¿Hay alguno que considera más relevante que los demás? ¿Qué tipo de liderazgo escolar precisa? En el modelo PRIMED fueron condensados seis grandes principios de diseño: Priorización, Relaciones, Motivación Intrínseca, Modelado, Empoderamiento y Pedagogía del desarrollo. La P de PRIMED es la más importante porque significa dar prioridad a la educación del carácter en general y a los otros cinco principios de diseño. La educación del carácter es crucial, ya que los niños son el futuro y los educadores tienen el poder de cambiar a las personas y al mundo. Singapur es un buen ejemplo de cómo un enfoque centrado en el carácter puede mejorar una sociedad. El liderazgo es fundamental, ya que un gran líder escolar es esencial para el éxito de la

Educación del carácter implica sacar lo mejor de los estudiantes y nutrir el florecimiento de la

implementación de la educación del carácter. En España, hay una versión del programa PRIMED y también se ha desarrollado un modelo de liderazgo de servicio basado en las virtudes de un líder que educa el carácter. Este modelo ha sido integrado en programas de formación en liderazgo y ha recibido comentarios positivos por su enfoque en la gratitud y el perdón. Dicho de otra manera, el liderazgo de servicio, la comprensión y priorización de la educación del carácter y el desarrollo de fortalezas personales son fundamentales para una implementación efectiva de la educación del carácter.

¿Nos podría hablar del papel de las relaciones para educar la bondad humana y de algunas buenas prácticas?

Las relaciones son esenciales tanto en la escuela como en el desarrollo del carácter. Sin embargo, muchas veces aquellos que más necesitan estas relaciones no las obtienen, como los niños tímidos, diferentes o con necesidades especiales. Por lo tanto, es necesario construir estructuras relacionales inclusivas en las escuelas para asegurar que todos los miembros de la comunidad escolar sean incluidos.

Algunas formas de fomentar relaciones inclusivas son, por ejemplo, estableciendo compañerismo entre cursos en primaria, donde los estudiantes de diferentes edades se relacionan semanalmente realizando actividades académicas conjuntas. En secundaria, se recomienda tener asesores de diferentes edades en lugar de solo uno en particular. También se sugiere adoptar adultos que no dirijan habitualmente una clase, como puede ser el director del colegio o el personal administrativo, para que sean miembros honorarios de una clase y se les invite a eventos especiales.

Un gran líder escolar es esencial para el éxito de la implementación de la educación del carácter

También, se propone realizar una encuesta para identificar qué estudiantes no tienen relaciones cercanas con los adultos de la escuela, y establecer estructuras para que los adultos adopten a estos niños y mantengan una relación sana con ellos. Estas son solo algunas formas de construir relaciones sólidas en los colegios.

¿Qué papel tiene la motivación intrínseca de los estudiantes en el desarrollo de su carácter? ¿Cómo se puede fomentar en la escuela? Muchas escuelas confían en motivadores extrínsecos, como premios o reconocimientos, para fomentar el comportamiento deseado en los niños. Sin embargo, la investigación muestra que esto no es efectivo e incluso puede bloquear el desarrollo del carácter. En cambio, es importante que los conceptos de carácter sean internalizados por los niños, para que se conviertan en personas bondadosas, responsables y justas. Los motivadores extrínsecos no logran este objetivo, por lo que es necesario eliminar premios y baratijas de las escuelas. En su lugar, se debe enfatizar en el valor auténtico de las fortalezas del carácter y los adultos de la escuela deben servir como modelos honestos y amables. Además, es crucial que los niños se sientan emocionalmente conectados con los adultos de la escuela y se consideren miembros valiosos de la comunidad educativa. En lugar de otorgar premios públicos, se debe elogiar a los niños

en privado, reconociendo su buen comportamiento y su contribución a la escuela. Así, los niños estarán motivados intrínsecamente, actuando por lo que son y valoran, en lugar de buscar recompensas externas.

Para Parker J. Palmer, “Lo que cambiará la educación no es una teoría, sino educadores que estén dispuestos a buscar una nueva forma de ser en el mundo”. ¿En qué sentido PRIMED es una guía de transformación personal? ¿Nos podría hablar sobre la pedagogía de dar modelo? Hay tres pasos para la aplicación óptima de este trabajo. El primer paso es tener un líder

comprometido, informado y con habilidades personales y profesionales adecuadas. El segundo paso es que el líder trabaje con los adultos responsables de los niños, ya que su labor principal es dirigir a los adultos. Se debe formar a los líderes para que puedan crear una cultura de apoyo mutuo, donde se fomente el aprendizaje a través

Se debe elogiar a los niños en privado, reconociendo su comportamiento y su contribución a la escuela

del fracaso. El tercer paso es motivar a los adultos a ser modelos a seguir para los niños, siendo el cambio que quieren ver en ellos. El líder debe conseguir que todos sigan este modelo. Es importante que los adultos sean auténticos, añadiendo valor a los estudiantes, al mundo y a la escuela. Este paso puede ser difícil de poner en práctica, ya que requiere valentía y motivación para autorreflexionar y buscar mejoras.

Hoy en día se habla mucho de empoderamiento ¿Por qué es tan importante educar mediante la autonomía y la libertad? ¿Nos puede sugerir algunas buenas prácticas?

Durante mis estudios postdoctorales en la Universidad de Harvard con Lawrence Kohlberg, tuve mi primera experiencia en las escuelas, donde participé en experimentos de democracia escolar radical. Esta experiencia me enseñó la importancia de la voz de cada individuo como una necesidad psicológica y política. En España, hubo un tiempo en el que no había democracia por el franquismo. Para que una democracia funcione, las personas deben sentirse obligadas a participar y trabajar por el bien común. Esto se logra al convertir las escuelas y las aulas en laboratorios de democracia, como nos enseñó John Dewey

En cuanto a la formación de ciudadanos democráticos en Estados Unidos, es fundamental capacitar a los profesores para las reuniones de clase, la resolución de problemas y la toma de decisiones. Además, es necesario establecer un gobierno estudiantil auténtico que pueda tomar decisiones reales en lugar de ser solo una farsa. Estos son solo algunos ejemplos de cómo transformar la estructura educativa hacia una más democrática y menos autoritaria.

¿Nos podría sugerir algunas pedagogías orientadas al desarrollo de la bondad humana?

Una de las formas de pedagogía interactiva entre iguales es el aprendizaje cooperativo, donde los estudiantes trabajan juntos. La tutoría entre iguales también se considera una forma de pedagogía interactiva entre iguales. Otra

Es importante que los adultos sean auténticos, añadiendo valor a los estudiantes, al mundo y a la escuela

metodología es el aprendizaje basado en proyectos (ABP), donde los estudiantes realizan proyectos en grupo. Los círculos de lectura, donde los estudiantes se apoyan mutuamente en la lectura, también entran en esta categoría. Sin embargo, a menudo nos enfocamos en la pedagogía individual, donde los niños leen, aprenden y responden sin interactuar con otros compañeros.

Estas pedagogías interactivas entre iguales no solo son beneficiosas para el aprendizaje académico, sino también para el desarrollo del carácter de los estudiantes. La pedagogía de servicio es un ejemplo, donde los alumnos aplican lo que aprenden en la escuela para resolver problemas reales y mejorar el mundo. Además, las estructuras democráticas en las escuelas, donde los alumnos tienen voz en la toma de decisiones, promueven una educación del carácter favorable.

También resulta valioso que los docentes reciban comentarios constructivos de los alumnos para mejorar su enseñanza. Aunque esto puede resultar amenazante para algunos educadores, hacerlo puede mejorar la calidad de la educación en general y la educación del carácter en particular. Sin embargo, es importante crear un ambiente seguro donde los estudiantes se sientan cómodos para expresarse libremente.

¿Nos puede contar alguna experiencia de éxito de la aplicación del modelo PRIMED? Estamos colaborando con Coschool, una organización en Colombia, que fue pionera en este campo. Inicialmente, nos enfocamos en trabajar con escuelas privadas bilingües de élite, realizando alrededor de 11 o 12 capacitaciones. Ahora estamos extendiendo nuestras actividades a las escuelas públicas y, recientemente, hemos trabajado con una escuela en

Es necesario establecer un gobierno estudiantil auténtico que pueda tomar decisiones reales

Medellín, donde hemos visto transformaciones increíbles. En Jalisco, México, colaboramos con seis escuelas públicas de secundaria con dificultades. Los testimonios de los líderes y el personal escolar describieron cómo nuestras intervenciones cambiaron radicalmente sus colegios. Por ejemplo, un director que solía ser autoritario, ahora se relaciona cercanamente con los maestros y se comunica con los estudiantes. Gracias a nuestros entrenamientos y a PRIMED, hemos logrado transformar la cultura de una escuela que estaba a punto de cerrar. En Pamplona, España, hemos estado formando a un grupo dirigido por Juan Pablo Dabdoub del que hemos recibido testimonios muy positivos. Además, llevamos diez años implementando este modelo en Taiwán y estamos empezando un nuevo proyecto en Singapur. También tenemos proyectos en América Central y São Paulo, Brasil. El modelo está teniendo difusión en Corea y China, gracias a la reciente traducción del libro. Este es el éxito de nuestro modelo.

Actualidad

educación del carácter

ENTREVISTA A JAMES ARTHUR

El carácter y las virtudes en la educación moderna p. 34

ENTREVISTA A JOSÉ MARÍA TORRALBA LÓPEZ Grandes libros para una educación liberal p. 40

ENTREVISTA A ANDREW PETERSON El carácter, emergencia educativa del siglo XXI p. 46

ENTREVISTA A CARLOS MAGRO MAZO Educar en la era de la IA p. 54

James Arthur (Birmingham) es líder académico en educación del carácter y emprendimiento en Reino Unido. Es el fundador y director del Jubilee Centre for Character and Virtues en la Universidad de Birmingham. Se trata de una institución líder y única en el mundo, dedicada al estudio y la investigación de cómo el carácter y las virtudes impactan en el individuo y en la sociedad. Ha escrito ampliamente sobre la relación entre la teoría y la práctica en la educación, en concreto sobre los vínculos entre el carácter, las virtudes, la ciudadanía, la religión y la educación. Destaca su libro " Virtud" (2023, Rialp).

El carácter y las virtudes en la educación moderna

Una buena educación es una buena educación del carácter

ENTREVISTA A JAMES ARTHUR

Dirige una institución joven dedicada a la promoción de la formación del carácter y las virtudes en un mundo que parece haber dado la espalda a este tipo de educación. ¿Tienen la sensación de ir a contracorriente? De alguna manera estamos yendo a contracorriente porque hemos introducido el término virtud en los colegios, universidades, revistas y libros. Mi idea de educación, nacida de muchos años de enseñanza, tiene que ver con las virtudes del carácter que vinculan el crecimiento humano con el tipo de persona que el ser humano tiene el potencial de ser y decidir ser.

Los filósofos clásicos ven el carácter virtuoso en el centro del crecimiento moral humano. Una persona virtuosa siempre hace lo correcto por motivos correctos. Esta era la filosofía de Aristóteles. La posesión de las virtudes en sí mismas incluye hacer buenas acciones, por buenos motivos, intenciones y actitudes. Y esto es lo que hacemos en el Jubilee Centre.

Esta propuesta no es popular en nuestra sociedad moderna. Aun así, hemos influido en políticas gubernamentales y también en algunas prácticas escolares en Reino Unido. También hemos impactado en otros gobiernos y crece el número de artículos académicos publicados sobre educación de las virtudes. Hemos contribuido significativamente a este crecimiento y también al interés por las virtudes del carácter como parte de la educación y de la política educativa.

¿Nos puede explicar los principales éxitos del Jubilee Centre for Character and Virtues en estos casi 10 años de vida?

Las virtudes vinculan el crecimiento humano con el tipo de persona que el ser humano tiene el potencial de ser

Hemos trabajado en Europa, con los Jesuitas en Alemania, en el Instituto Nacional de pedagogía en Múnich, con UNICEF, en los Balcanes y también en algunas organizaciones en Polonia. Diría que nuestra mayor presencia está en Asia: Japón, Corea del Sur, Singapur. Hemos trabajado muy ampliamente con los gobiernos de los tres países. Formamos parte de comités consultivos en dichas áreas. Tenemos también estrechas relaciones de trabajo en América, aunque no con el gobierno, pero sí con instituciones y centros de investigación con los que trabajamos en “tándem”. También hemos empezado a trabajar en Kenia, África, he estado con el ministro de educación de Argentina, en Latinoamérica, y he estado en Brasil, México, Colombia y Chile. Y hemos empezado a trabajar más ampliamente alrededor del mundo, estamos en todos los continentes, incluyendo China. Incluso tenemos delegaciones en Arabia Saudí y han venido a Birmingham a hablar conmigo sobre educación del carácter.

¿Qué nos puede decir de la importancia de educar el carácter hoy o, lo que es lo mismo, cómo contribuye la formación del carácter a la educación en el contexto actual?

Diría que lo que pasa con la teoría y práctica de la educación moderna en los colegios es que está mucho más orientada a aprender competencias, habilidades y formas de conocimiento que se consideran necesarias para incrementar nuestra capacidad para tener éxito. Es un enfoque muy pragmático que se preocupa por un ideal de éxito de tipo tecnológico y material. En contraste, nosotros nos centramos en la relación entre la naturaleza humana y su “florecimiento”. Tenemos que hacerlo así si estamos hablando del carácter del ser humano.

Para nosotros el único camino de entender el crecimiento en virtudes es partir de cuál es el sentido y propósito de la vida humana. Los colegios no pueden evitar la educación del carácter, pues una buena educación es una buena educación del carácter. Todos los colegios están preocupados por el carácter de sus alumnos, tanto si son conscientes como si no; y la realidad es que la mayoría de los profesores lo son.

Según dice usted en su reciente libro “La formación del carácter”: “en la actualidad hay un acuerdo generalizado sobre la importancia de la formación del carácter, sin embargo, no lo hay sobre su contenido, sobre lo que es o cómo adquirirlo”. ¿Puede decirnos a qué se refiere cuando habla de secularización del carácter? Vivimos un periodo de cambios tecnológicos sin precedentes que ha dado lugar a cuestionamiento radical sobre cómo debemos vivir. Creo que todo el mundo estaría de acuerdo con ello. También vivimos en una época en la que muchos

viven como si Dios no existiera. Si vives en una nación del oeste del mundo, como muchos de nosotros, sabrás que su cultura es contraria a la idea de lo trascendente. Hay una negación de lo trascendente, simplemente no aparece en educación, en la educación pública. Esto significa que en las escuelas contemporáneas hay un divorcio entre la filosofía de la educación y la religión, y la verdad es percibida como relativa. Muchos profesores y estudiantes prefieren no juzgar entre lo bueno y lo malo. En cambio, celebran tener una mentalidad abierta. En lugar de juzgar lo que es bueno, prefieren juzgar que “es bueno y no juzgar nunca”. Este subjetivismo generalizado y pluralidad de opiniones, hace que la gente no esté segura de lo que es verdad y que sean incapaces de llegar a un consenso en cuestiones de vida moral. Junto a esta confusión y escepticismo, en cuestiones morales hay, en todos los seres humanos, un ‘sentido o ansia’ que le inspira a vivir bien y crecer en plenitud. No importa si tienes alguna creencia religiosa o no. La mayoría de la gente quiere vivir bien y quiere mejorar y lo intenta. Desafortunadamente, nuestra sociedad moderna no les ayuda en ello y, sin embargo, hay una preocupación popular creciente por las virtudes y el carácter. Esto es lo que quiero decir por secularización, un alejamiento de lo trascendente, de cualquier idea de una realidad última.

¿Qué es para usted el carácter y qué relación hay entre educar rasgos de personalidad como la resiliencia, la autoestima o la empatía y educar virtudes como la fortaleza, la valentía, el respeto o la comprensión?

Cuando hablamos de rasgos de personalidad en realidad hablamos de psicología. Estamos viendo el borde del carácter, donde su

educación se ve como “desarrollo del carácter”. El uso de estrategias de aula para cambiar la conducta, asesoramiento de alumnos, gestión de aula, trabajo con los padres, desarrollo de habilidades sociales, orientar en determinadas direcciones…. todo esto es un enfoque psicológico, y una forma de ver el carácter. Creo que es útil, pero creo que no es la forma principal desde la que deberíamos ver el carácter.

Toma por ejemplo la idea de resiliencia, como has mencionado. La resiliencia es una competencia importante. Cualquier niño y niña deberían desarrollar de alguna manera la resiliencia. Mi pregunta es “¿resiliencia para qué?”, pues la resiliencia no es buena ni mala en sí misma. La resiliencia permite desarrollar virtudes morales, cívicas e intelectuales. Por ello se debe desarrollar con ellas en mente. Creo que hay mucha gente resiliente en nuestra sociedad, pero la pueden utilizar con propósitos equivocados. Piensa en los miembros de la mafia o bandas criminales, ellos tienen resiliencia en abundancia. Si quieres desarrollar la resiliencia en los niños, debes saber por qué lo quieres hacer y con qué propósito.

¿Por qué se prefiere hablar hoy de educación en valores?

Los valores son esencialmente lo que la gente considera valioso. Mucha gente tiene diferentes valores y usa esta terminología porque nuestro sistema educativo promueve la idea de que debemos tener nuestros propios valores.

No importa si tienes alguna creencia religiosa o no. La mayoría de la gente quiere vivir bien y mejorar y lo intenta
Si quieres desarrollar

la

resiliencia en los niños, debes saber por qué lo quieres hacer y con qué propósito

Pero hay también unos valores comunes que yo creo que promueven el bien común, y estos exigen acuerdo y consenso. Yo prefiero el término virtud porque es menos relativo y es más sólido, con una mejor fundamentación. Los valores pueden variar de un lugar a otro y se vuelven muy diferentes fácilmente. Las virtudes tienen más fundamento.

En la mayoría de las sociedades actuales, la pluralidad es un hecho. Los “valores universales” se concretan en la escuela en: justicia social, igualdad, sostenibilidad

y compromiso por construir un mundo mejor. ¿Hay otros “valores universales” necesarios para conseguir una buena educación y progreso humano?

La vida que vale la pena vivir es una vida según las virtudes. Este es nuestro argumento básico. El propósito en esta vida se encuentra en los proyectos comunes, las actividades compartidas y en las relaciones íntimas. Los individuos necesitan otros individuos para ser lo que son, como seres humanos. Esencialmente, necesitamos a los demás para ser realmente nosotros mismos. La propuesta del Jubilee Centre reconoce que el desarrollo en plenitud humana solo puede darse en una sociedad decente y bien gobernada, caracterizada por la justicia social y el bien común. Las desigualdades extremas destruyen la armonía y la estabilidad, eliminando el contexto social positivo necesario para el desarrollo humano. Los seres

Los seres humanos son animales sociales, necesitan un contexto social positivo en el que desarrollarse

humanos son animales sociales, necesitan un contexto social positivo en el que desarrollarse y algunas necesidades externas, como alimentación básica, vivienda y acceso a la salud y la educación. Ahora bien, si tenemos condiciones sociales adversas, estas conducen realmente al vicio. Esto explica por qué las virtudes apenas se desarrollan en áreas donde no hay acceso a la salud ni a una educación adecuada. El carácter es la base para el desarrollo humano y social, tal como hemos intentado argumentar. Pueden verse como

Son como dos caras de una misma moneda, necesitas el desarrollo humano y las virtudes morales, cívicas e intelectuales

dos caras de una misma moneda, necesitas ambas cosas, necesitas el desarrollo humano que requiere el acceso a cosas materiales como la salud, el bienestar y la educación, pero también las virtudes morales, intelectuales y cívicas.

En referencia a la pregunta sobre la justicia social y la solidaridad, diría que a menudo el foco de aquellos que abogan por el compromiso social, normalmente referido como justicia social, realmente se refieren a la injusticia. Ponen su mirada en la injusticia. Esto inevitablemente significa cosas diferentes para personas diferentes. Y aún es más complejo cuando la izquierda y la derecha consideran que las causas políticas son socialmente justas y por ello los políticos piensan obviamente que lo que hacen es socialmente justo. En la actualidad, las comunidades occidentales están marcadas por la división, la confusión, el desacuerdo y la polarización. Esto es así tanto en Europa como en América y creo que también en otros países. La gente parece no ser capaz de estar en desacuerdo con el otro de forma amable. Falta armonía y consenso. Sin embargo, necesitamos estar de acuerdo para desarrollarnos como individuos. Necesitamos una solidaridad y una justicia social positiva para conseguirlo. Necesitamos hablar para conseguirlo. Creo que necesitamos hablar entre nosotros y hacerlo amigablemente. Así pues, en lugar de polarizar y condenarnos unos a otros, es muy importante buscar

la amistad y escuchar a los demás, aunque no estemos de acuerdo con ellos.

Hay gran cantidad de cosas en común entre los seres humanos. Lo que pasa hoy es que aquellos que abogan por la justicia social, buscan remediar la injusticia y se produce un desequilibrio, porque lo que tenemos que hacer es estar de acuerdo los unos con los otros en el camino a seguir. Las cosas no son blancas o negras. Realmente no es bueno para la democracia, es muy malo. Suelo usar el ejemplo de un puente construido sobre dos extremos, tenemos que construir ese puente, construir alianzas con los demás para hacer que nuestra sociedad funcione mejor de lo que lo hace en este momento. Esto es muy importante para el carácter. Si no lo conseguimos, la cima del carácter, la cima de lo que somos, estará marcada por la división y la falta de armonía.

Usted habla también del sentido y el propósito de la educación. ¿Nos puede comentar su importancia?

En educación, hoy en día, hay una ansiedad creciente jamás vista entre la gente joven. Una ansiedad que enfatiza el éxito escolar como fin de toda educación. Tenemos alumnos en las universidades que nunca han fallado y siempre han conseguido excelentes. Siempre han progresado en su camino hacia el éxito, y siempre un éxito material. Nuestro sistema educativo está dominado por la idea de que el propósito del ser humano está en consumir en una economía de mercado y que la medida de todo éxito está en ese mercado. La rentabilidad en el caso del individuo, el nivel de su entorno, su riqueza y su estatus se han convertido en lo más importante. Si afirmamos que la educación prepara a los seres humanos para la vida, se sigue que necesitamos

tener alguna idea de cuál es el propósito de esta vida, como he dicho anteriormente. El principal objetivo de la educación es ayudar a los seres humanos a ser más plenamente humanos. La educación es llegar a ser quienes somos, es esencialmente un despliegue humano.

La educación, en este sentido, es un proceso continuo de “ser” que nunca termina. Esto es lo que a veces olvidamos, el carácter no es estático, evoluciona y nunca es tarde.

¿Dónde situaría la sabiduría?

Necesitamos desarrollar las virtudes intelectuales, morales y cívicas, porque esto nos ayuda a crecer como seres humanos. Nos permiten llegar a ser sabios. Todas las virtudes están integradas y la meta al final del día es la sabiduría práctica, este es el objetivo final. Esta sabiduría práctica, una especie de meta-virtud, es la virtud principal que nos ayuda a decidir cuando las virtudes colisionan unas con otras. Por ejemplo, en referencia a la honestidad, algunos niños cuando el profesor les pregunta qué ha pasado en una situación, prefieren su amistad y su lealtad que son también virtudes, que decir la verdad. Y lo que pasa es que el profesor acaba pensando que el niño es problemático. Por eso necesitan sabiduría práctica, tomar sabias decisiones, y solo lo pueden hacer a través de la experiencia. Las experiencias dentro y fuera de la escuela, y lo que realmente hacen, les ayudan a ser sabios.

Todas las virtudes están integradas y la meta al final del día es la sabiduría práctica, este es el objetivo final

Si un colegio quisiera formar el carácter de sus estudiantes. ¿Qué debería saber sobre su proceso natural y qué aspectos debería tener especialmente en cuenta?

Los alumnos poco a poco se hacen más reflexivos y críticos con la edad durante la escolaridad. Todos los profesores saben que pasan por diferentes etapas de desarrollo. Al final, vivir virtuosamente y tener un carácter virtuoso es la práctica del buen juicio y la acción inteligente. Queremos que los alumnos sean racionales, para que tomen decisiones correctas basadas en un conocimiento y razonamiento adecuados. Esto da como resultado un aumento de la sabiduría, cuanto más racionales, más capacidad para juzgar y realizar acciones inteligentes y aumentar su sabiduría.

La cultura y práctica del colegio también es formativa. La formación en virtudes es lenta y exige la práctica intencional. Así que debemos pensar en ello. No podemos suponer qué sucederá. La virtud es algo que practicamos y en lo que mejoramos.

Las escuelas y los profesores necesitan pensar sobre cómo lo van a integrar en su enseñanza, en la filosofía del colegio, en su ejemplaridad como profesores, todas estas cosas son muy importantes. Las experiencias en las escuelas pueden ser el catalizador del desarrollo en virtudes. Estas experiencias ofrecen oportunidades para practicar el buen juicio (discernimiento) y la virtud. Esto se puede hacer en la clase tanto si se enseña matemáticas, física, historia o cualquier otra cosa.

Se debe fomentar en los alumnos la búsqueda de la verdad sin excluir nada, mirando el mundo que nos rodea

Hay que fomentar en los alumnos este deseo por la verdad, por buscar la verdad, por entender de forma reflexiva sin excluir nada, mirando el mundo que nos rodea. Así, la reflexión atenta sobre la experiencia práctica de la meta conduce a buenas decisiones y a vivir bien.

Es absolutamente vital que las virtudes intelectuales sean las prioritarias. Debemos desarrollarlas porque nos ayudan a discernir, a hacer lo correcto. Y también adquirir los conocimientos que necesitamos para vivir una buena vida.

Usted suele decir que “una persona virtuosa que se preocupa por los demás y los trata según su dignidad es un educador del carácter en sí mismo tanto si es consciente o no”. ¿Cuáles son los diferentes ámbitos que intervienen en la formación del carácter de un niño o joven? Yo diría que la formación de las virtudes no consiste simplemente en enumerar ciertas virtudes para “aterrizarlas”, como un catálogo de virtudes, sino que es necesario situarlas en un contexto social concreto.

Esto significa que no hay un modelo para la educación del carácter, depende del contexto en el que se intenta actuar. La educación del carácter hay que situarla en un contexto concreto que proporcione a los alumnos ejemplos de la vida real sobre cómo sus acciones les afectan a ellos y a los demás. El carácter se aprende sobre todo directamente de los que nos rodean. Ellos nos sirven como ejemplo, como mentores, podríamos decir. Es por ello que resulta extremadamente difícil desarrollar individuos virtuosos sin tener una comunidad virtuosa. Es decir, aprendemos a ser virtuosos en comunidad.

La excelencia académica es un objetivo importante de la escuela.

El

carácter se aprende

sobre

todo directamente de los que nos rodean. Ellos nos sirven como mentores

Además, se debe contar con los padres para desarrollar en los alumnos el carácter duradero y positivo. Esto implica alimentar el conocimiento del bien moral a través de las virtudes, fomentar el deseo de los alumnos de ser buenas personas haciendo el bien y desarrollar una conciencia bien formada como parte de este carácter.

Los estudiantes deben entender bien las razones por las que deberían ser buenos –esto es, las virtudes intelectuales– y tienen que experimentar algunas formas prácticas de ser buenos. Así que las escuelas tienen que dar a los alumnos oportunidades para practicar las virtudes. El objetivo de la educación del carácter es motivar el deseo de actuar en servicio del bien. Este es su único propósito. Es necesario que los profesores piensen en ello y lo planifiquen.

Yo diría que el carácter es ambos: captar y también enseñar, y a menudo digo que es también buscar. Es captar a los que nos rodean, nuestros profesores y compañeros. Es enseñar a través del desarrollo del lenguaje de las virtudes, y es buscar a través de la libre elección por ser el tipo de persona que pueda promover el bien común y hacer una contribución significativa a la sociedad.

Esta idea de buscar hace referencia a la libertad última. Todos los estudiantes eventualmente tienen que tomar la decisión sobre el tipo de persona que desean ser. Y esto significa que tienen que comprometerse con las virtudes que les gustaría vivir.

En la actualidad hay cierta prevención frente a una visión impositiva de la educación del carácter centrada sobre todo en la educación de la voluntad. ¿Qué importancia tiene la libertad en la formación del carácter?

La libertad no puede ser una obediencia ciega a una autoridad. No podemos ser coaccionados para hacer el bien, tiene que suceder en libertad, tenemos que escoger hacerlo. El carácter sería imposible en la ausencia de libertad, y la virtud no existiría porque no podríamos decir que lo que escogemos determina lo que seremos. Porque tenemos que escoger lo que hacemos; hacer una elección, es en cierto modo, ser libres de hacerla. Libertad tampoco significa que puedes hacer lo que te apetece y se te permita hacer, esto sería simplemente pura licencia. No es un permiso, un tipo de libertad por sí

La libertad tiene que ver con si puedes escoger el bien o no, si actúas en servicio de lo que es bueno y justo

misma. La libertad tiene un alcance mucho más amplio, no tiene que ver con cuantas elecciones puedes hacer sino, más bien, si puedes escoger el bien o no. Esto es realmente clave. Solo hay verdadera libertad cuando se actúa en servicio de lo que es bueno y justo.

Tenemos una elección muy importante, tenemos libertad para tomar nuestras propias

elecciones, y ellas nos ayudan a llegar a ser lo que eventualmente seremos. Este concepto de libertad no es sobre restricciones u obligaciones. Es sobre pedir a los alumnos que se pregunten: ¿Para qué quiero ser libre? La mayoría de los estudiantes no va a decir que quieren ser libres para hacer cosas malas; normalmente quieren ser libres para ser buenos. La libertad en este sentido es libertad “para algo”, y esto es hacer algo positivo. Esta es la cima de la libertad y del libre albedrío. Lo que estamos hablando no se puede imponer. No hay un mapa. Es una relación individual con el profesor en la clase, que se realiza en una comunidad y que se escoge libremente.

Grandes libros para una educación liberal

Reflexionar sobre el mundo y la vida a través de la literatura

Ana Moreno Salvo

ENTREVISTA A JOSÉ MARÍA TORRALBA LÓPEZ

¿Nos podría explicar brevemente qué es la educación liberal y cómo surgió?

El concepto de educación liberal es muy antiguo, se remonta al mundo grecolatino, pero el modo en que se utiliza hoy en día es más moderno, es del siglo XIX. Una figura clave es John Henry Newman (1801–1890), que escribió el libro “La idea de una universidad” (1852), donde ya utiliza el concepto de educación liberal. La educación liberal se puede definir por contraste. Es decir, es una educación que no es pragmática, no es utilitarista en el sentido de que el fin de la educación sea la utilidad. No es la utilidad de aquello que se estudia para ganarse la vida o para tener

éxito; sino que se busca el saber, el conocimiento por sí mismo. Esto suena muy utópico o filosófico y lo es en el mejor de los sentidos. A mí me gusta explicar que no es incompatible hablar del valor de la educación, del valor del saber en sí mismo, con su utilidad. Es cierto que hoy en día la utilidad, el para qué me va a servir, por ejemplo, hacer una carrera o hacer un bachillerato de ciencias o de letras, es la primera pregunta que se hacen los jóvenes y también las familias. Desde la perspectiva de la educación liberal esto es un error, es un desenfoque de la jerarquía. El orden adecuado, tal y como lo definen los que defienden la tradición de la educación liberal, es que el primer fin de la educación es

El primer fin de la educación es crecer como personas, cultivar el intelecto, madurar intelectualmente

crecer como personas, cultivar el intelecto, madurar intelectualmente. Y como fin secundario o paralelo, evidentemente, es que eso me sirva para ganarme la vida y vivir en el mundo, porque no son incompatibles. Pero siempre teniendo en cuenta esta jerarquía. ¿Cómo surgió? Posteriormente a John Henry Newman, a principios del siglo XX, en Estados Unidos, hubo también un movimiento intelectual educativo en esta dirección. Una serie de universidades como la universidad de Columbia, la universidad de Chicago o St. John's College impulsaron este planteamiento de educación liberal que se concretó en algo que ha recibido el nombre de “Core Currículum”, que es sinónimo de programas de Grandes Libros o seminarios de Grandes Libros. En otras palabras, significa ofrecer a todos los alumnos una formación humanística y

José María Torralba López (Valencia, 1979) es catedrático de Filosofía Moral y Política de la Universidad de Navarra y director del Centro Humanismo Cívico para estudios sobre el carácter y la ética de las profesiones, en el Instituto Cultura y Sociedad. Ha sido director del Instituto Core Curriculum (2013-2022). Forma parte de la junta directiva de la Association for Core Texts and Courses y del comité editorial de la International Studies in Catholic Education. Asesora a universidades de varios países en sus programas de educación humanista. Ha escrito “Una educación liberal. Elogio de los Grandes Libros” (Encuentro, 2022).

científica básica transversal, independientemente de la carrera que vayan a estudiar (sea Física, Matemáticas, Ingeniería o Derecho).

Para muchos este tipo de educación está más bien relacionada con un tradicionalismo anglosajón, quizás incluso algo trasnochado. ¿En qué medida se aplica en la actualidad en las universidades y especialmente en las españolas? En general las humanidades parecen algo trasnochado, pues cualquier iniciativa educativa de tipo humanista hoy en día tiene que superar una serie de prejuicios como que son algo del pasado, que persiguen en vano un ideal, que no despierta interés en los alumnos, que es una pérdida de tiempo o que en el sistema universitario la formación humanística no tiene cabida. Me atrevo a decir que mi experiencia es la contraria. No diré que todo esto que he mencionado al principio no sea real. Tiene algunos obstáculos ciertamente, pero a los alumnos les interesa. Cuando a los alumnos se les da la oportunidad de recibir una educación humanista sólida, disfrutan y les apasiona. Me parece que buena parte del problema, en concreto pensando en el contexto educativo español, es que los educadores somos quienes no confiamos en que esto sea posible. En la Universidad de Navarra hemos desarrollado un programa de Grandes Libros dentro del “Core Currículum”. Este programa tiene ahora 10 años y lo han cursado 700 alumnos. Recientemente, hicimos una encuesta sobre los resultados educativos de este programa a los alumnos que lo habían cursado. Las respuestas fueron llamativamente positivas. Es un tipo de docencia

Los libros clásicos son los que hoy en día ayudan a un joven a conocer otras maneras de entender la vida

que consigue despertar la ilusión y prender la chispa intelectual en los alumnos.

Mi impresión es que cada vez hay más instituciones que se suman a este movimiento. Desde el año 2015, se celebra cada dos años un congreso europeo que se llama “Artes liberales y Core Currículum” y en todos los congresos ha habido 100 participantes o más de distintos países. Me parece que esto es algo notable y nuevo. En América Latina está en proyecto el primer congreso latinoamericano de “Core Currículum”. En España hay un grupo educativo que está diseñando un programa piloto para implantar en los colegios los Seminarios de Grandes Libros. Aunque en el ámbito de la educación secundaria es más difícil porque todo está muy regulado en el currículo educativo, mi experiencia es que, si hay educadores que creen en el proyecto, existen maneras de hacerlo.

¿Por qué cree que es importante una educación humanista en el mundo actual?

¿Qué aporta a la juventud que tiene que bregar con un futuro incierto en tantos aspectos?

referentes y orientación. Y esto es lo que necesitan ahora mismo los jóvenes. No se trata de marcarles el camino o de no contar con su libertad, pero tampoco de abandonarlos a su suerte. Los grandes problemas del ser humano no son nuevos. A través de la literatura, de la filosofía, de los ejemplos de la

La formación humanista es esencial. Me atrevería a decir que más importante incluso que en otras épocas. Estamos en una época de cambio cultural. En épocas de cambio lo que hace falta son

Cuando a los alumnos se les da la oportunidad de recibir una educación humanista sólida, disfrutan y les apasiona

historia, uno puede aprender de la tradición cultural y, por lo tanto, tomar experiencia y tener referentes. Es el esfuerzo de abrirles la puerta a la tradición cultural a través de los libros. ¿Por qué los libros? Porque la cultura nos ha llegado en buena medida a través de ellos. También porque, desde el punto de vista educativo, creo que es lo más accesible.

La ventaja que tiene el fomentar la lectura o conseguir despertar

en ellos el interés por leer es que, sobre todo los buenos libros, no son manuales de instrucciones, ni son libros de autoayuda, son libros donde hay una moraleja y van orientados a que el alumno la descubra o concluya; los clásicos son libros siempre abiertos.

Vivimos en un mundo donde la libertad es muy

recorrer. De hecho, los libros clásicos son los que hoy en día ayudan a un joven a conocer otras maneras de entender la vida.

¿Nos podría hablar del programa de Grandes Libros? ¿A qué tipo de libros se refiere? ¿Nos puede contar algún ejemplo de cómo un libro puede impactar en la vida de una persona? En los programas de Grandes Libros, el concepto clave es el de seminario. Con grandes libros nos referimos a buena literatura, hablamos de clásicos, pero clásicos no quiere decir antiguos, hay clásicos lógicamente del mundo griego y latino, pero también hay clásicos modernos y

es tanto analizar la obra de modo científico o histórico, sino leerla con el nivel de un lector culto y preguntarse: “¿Esta obra qué me dice?”. El contexto del seminario suele ser el de las grandes preguntas de la vida humana. Al libro no se le pregunta cómo ejemplifica una época histórica o un determinado estilo literario, sino que se le interpela desde preguntas como qué es el bien, qué es la libertad, qué es una sociedad justa o qué es la persona humana. Eso hace que en los seminarios la conversación conecte con la vida de las personas y con sus intereses más íntimos o existenciales.

contemporáneos.

importante, es un valor positivo que hay que fomentar, pero sin que eso lleve a que la gente al final no tenga capacidad de orientarse. La lectura permite que sea el propio lector, en este caso el alumno, el que reflexione mientras lee y el que a partir de la lectura hable con sus compañeros y vaya llegando a conclusiones sobre la vida, la sociedad, el futuro. Y me parece que ese es el camino que hoy en día debemos

Lo más importante es el seminario porque es la metodología en la que se leen los libros, o en la que estos libros se incorporan al currículo educativo. El objetivo es distinto al de una asignatura de literatura ordinaria, tanto en el colegio como en la universidad. En un colegio hay un currículum de Lengua y Literatura que hay que cubrir, con un enfoque académico, científico, de conocimientos. Eso es bueno y necesario, pero es distinto del planteamiento y del enfoque con el que se leen estas mismas obras. ¿Por qué? Porque en los Seminarios de Grandes Libros el objetivo no

Otro rasgo de estos seminarios es que son en grupos pequeños y dialogados. El número ideal son 18 alumnos, en la Universidad de Navarra lo hacemos con hasta 25 y también funciona. Visto desde el punto de vista de un colegio es el número que suele haber en un aula, a veces un poco más, pero hasta 30 se podría hacer. “Seminarios dialogados” significa que el profesor tiene un papel clave, aunque su función es más bien la de conseguir que los alumnos intervengan en una conversación profunda y relevante que relacione el libro con los temas existenciales que mencionaba. El profesor no es un mero moderador. Es uno más en la conversación, está más cualificado y trata de conseguir que los alumnos vayan encontrando respuestas por sí mismos. Es ni más ni menos que la implementación del “Método Socrático”. No se trata de cubrir un temario o de prepararse para un examen, sino de ir haciendo preguntas para conseguir despertar el interés, el pensamiento crítico. El profesor ayuda a profundizar y a madurar en esas ideas. Es ahí donde se va creando una

El contexto suele ser el de las grandes preguntas de la vida humana como qué es el bien o qué es la libertad
Al hablar de cuestiones existenciales, para un adolescente puede ser más fácil hablar de ellas si lo hace de la mano de libros

comunidad intelectual, un diálogo intelectual de altura. Eso es algo muy valioso y enriquecedor.

Los profesores deben tener clara la metodología: generar una conversación donde se den razones, se confronten posturas y se llegue a conclusiones. Esta metodología también se apoya en la redacción de ensayos o textos argumentativos. Es decir, además de leer, ir a clase y hablar, el alumno tiene que escribir sobre un tema. A veces el tema se lo indicará el profesor; otras será abierto, aunque tendrán que argumentarlo. Este escribir y argumentar es importante porque da rigor.

Me preguntabas por algún ejemplo, voy a poner uno sobre “Las confesiones de San Agustín”. Hubo dos reacciones ante este libro. Después de haberlo trabajado en clase, pregunté qué les parecía la lectura. Un grupo de alumnos, que por lo que decían eran gente que tenían creencias religiosas, decían que les había encantado: “Nos sentimos identificados porque vemos que San Agustín es uno de los nuestros o nosotros somos como San Agustín”. La realidad es que alguien que vivió hace tantos siglos, que uno puede identificar como una figura intelectual de grandísimo nivel, había conseguido con su historia y sus palabras interpelar a jóvenes de 18 y 19 años. Por otro lado, otro grupo de alumnos, que por lo que decían eran gente que el aspecto religioso no solo no les gustaba, sino que les producía cierto rechazo, decían: “San Agustín es un grande, es alguien genuino que me hubiera gustado conocer y con el que me hubiera gustado hablar”.

Desde hace un tiempo algunas instituciones educativas han empezado a impartir un “Core Currículum” de tipo humanista, ¿En qué medida un adolescente se puede beneficiar de esta formación? ¿Cómo se podría hacer atractiva para que tuviera realmente un impacto en sus vidas?

Estamos en un momento que me parece propicio para el desarrollo de una educación humanista. Cada vez hay más conciencia de su necesidad, quizá por reacción al mundo tecnocrático en el que vivimos, a enfoques utilitaristas en la educación, a enfoques demasiado reducidos para preparar el mercado laboral o a estar demasiado pendientes de lo que pide el mercado.

Vivimos en un mundo donde los jóvenes tienen la obligación de posicionarse en la vida demasiado pronto. Creo que sería mejor darles un poco más de tiempo. Hacerles accesible la tradición les puede ayudar. Hay una autora que recomiendo, Karen E. Bohlin, que desarrolló un programa de educación clásica de Grandes libros. Publicó hace unos años un libro que se titula “Formación del carácter a través de la literatura”, donde habla de los Grandes Libros, del poder de la lectura para la formación y la educación del carácter. En otras palabras, ayuda a orientarse en la vida o a responder preguntas de tipo ético y existencial. En el libro dice que, a la hora de hablar de cuestiones éticas o existenciales, para un adolescente puede ser más fácil hablar de ellas o pensar sobre ellas si lo hace de la mano

de libros y de ficciones porque no se va a sentir juzgado. Hay una interpelación clara, que es la de preguntar sobre la propia vida. Con los libros uno ve historias sobre el bien y el mal, donde el adolescente puede identificarse o ver reflejadas situaciones o aspectos que tienen que ver con su vida.

¿Reciben algún tipo de formación especial los profesores que imparten estos contenidos?

¿Qué formación necesitaría un profesor de secundaria?

Los profesores que impartimos estos contenidos hemos asistido a cursos de varias universidades de Estados Unidos que tienen este tipo de programas. Lo hemos hecho de la mano de ACTC (Association for Core Text and Courses). Es una asociación que reúne a unas 100 universidades de todo el mundo que apuestan por este modelo educativo. Cualquier educador con experiencia docente enseguida entiende este método y, aunque se pueda hablar de una metodología de Grandes Libros, no es una técnica. Lo que configura la metodología de los Seminarios de Grandes Libros son los elementos básicos de cualquier planteamiento educativo, que es saber hablar, escribir y leer. En este sentido no tiene nada de especial, pero sí que ayuda a aprender viendo a otros. Diría que la formación que necesita un profesor de secundaria no es ninguna especial, pero sí que hay que adaptar el contenido a la edad y al nivel educativo. Desde la Universidad de Navarra también hemos organizado un curso donde lo que hacemos es compartir nuestra experiencia. Lo impartimos a profesores de universidad, y cuando han venido profesores de secundaria, les ha sido igual de útil.

El carácter, emergencia educativa del siglo XXI

Desafíos

y oportunidades

de educar para el desarrollo cívico y moral

ENTREVISTA A ANDREW PETERSON por Ana Moreno Salvo

Andrew Peterson (Birmingham) es catedrático de Educación del Carácter y la Ciudadanía y Director Adjunto del Jubilee Centre for Character and Virtues de la Universidad de Birmingham. También es el responsable del Departamento de Educación y Justicia Social de la Facultad de Educación. Antiguo maestro de escuela, su investigación se centra en las conexiones entre la educación del carácter y la ciudadanía, en particular sobre la naturaleza de las virtudes cívicas y su educación en las escuelas. Ha escrito mucho sobre este tema, combinando la investigación teórica y empírica para examinar cómo las escuelas cultivan una ciudadanía informada, activa y moralmente responsable. Sus trabajos se han publicado en destacadas revistas académicas, en numerosos libros, el más reciente es “Civility and Democratic Education” (2019, Springer) y ha editado varias colecciones importantes sobre ciudadanía y educación cívica.

En el libro “Understanding character education” usted y sus colegas hablan de la emergencia de la educación del carácter en el siglo XXI. ¿Cuáles cree usted que son las causas? Creo que hay varias razones para este resurgimiento, no solo en Reino Unido, sino también en otros países de todo el mundo, incluyendo España. A menudo, la educación del carácter se ha posicionado como una respuesta a ciertos problemas sociales o morales. Hay una preocupación por la apatía moral y política de muchos jóvenes, por la polarización, las desigualdades económicas y la falta de implicación en las comunidades. También se menciona la falta de habilidades sociales valoradas por los empresarios o la falta de resiliencia de los jóvenes. Sin embargo, ver la educación del carácter como una solución reactiva es problemático por dos razones principales.

En primer lugar, refuerza una visión deficitaria de los jóvenes, atribuyéndoles responsabilidad y culpa sin aprovechar los puntos fuertes del carácter que muchos ya poseen. En segundo lugar, pasa por alto la razón fundamental de la educación del carácter: el desarrollo y la expresión de virtudes, especialmente las virtudes morales, que son la base del florecimiento humano y social. El carácter es clave para tener un sentido de propósito y pertenencia, especialmente para niños y jóvenes. Si nos centramos en esta perspectiva positiva, tenemos otra razón importante para explicar este resurgimiento.

En un mundo de retos y complejidad, la educación del carácter nos ayuda a encontrar soluciones positivas y formas de convivir, reconociendo nuestras diferencias. Además, ofrece un enfoque holístico en un momento en que el rendimiento académico y las evaluaciones dominan los sistemas educativos. Muchos profesores y líderes escolares han vuelto a centrarse en la educación del carácter para equilibrar la educación que reciben los alumnos y reconectar con las motivaciones que los llevaron a la docencia. Un estudio de Edutopía en 2015 reveló que las cualidades más valoradas por los docentes eran la compasión, la bondad y el respeto. Un último punto es que el carácter está presente en el lenguaje cotidiano. Definimos a las personas por sus cualidades, como si son amables, honestas o dignas de confianza. Del mismo modo, los niños se interesan por saber si sus amigos son buenos amigos o si sus profesores son pacientes. Las escuelas juegan un papel clave en ayudar a los jóvenes a explorar su carácter y comprender cómo

La educación del carácter nos ayuda a encontrar soluciones positivas y formas de convivir, reconociendo nuestras diferencias

sus relaciones con los demás están vinculadas a lo que significa ser una buena persona y vivir una buena vida en comunidad.

Hoy en día se suele tener una visión integral de la educación y muchas escuelas se apoyan en la educación positiva y programas de educación socio-emocional o de desarrollo personal y social, ¿en qué se diferencia este tipo de educación de una educación centrada en el desarrollo del carácter?

Pienso que hay diferencias importantes entre la educación del carácter y sus parientes no muy lejanos, como la educación positiva y el aprendizaje socioemocional. Antes de hablar de las diferencias, hay que destacar algunas coincidencias importantes. En la práctica, es probable que muchas escuelas utilicen una combinación de las tres. Algunos marcos diseñados por organizaciones buscan integrar el aprendizaje socioemocional y la educación del carácter. Sin embargo, creo que hay diferencias importantes, tanto en cómo conceptualizamos estos enfoques, como en cómo se practican. En el Jubilee Centre for Character and Virtues, adoptamos un enfoque neoaristotélico de la educación del carácter, basado en las ideas clave de Aristóteles y actualizadas con investigaciones contemporáneas. Un enfoque neoaristotélico considera la virtud como un medio entre dos extremos, un exceso y una deficiencia. Por ejemplo, la virtud del coraje se sitúa entre la temeridad (exceso) y la cobardía (deficiencia). A diferencia de algunas formas de educación positiva y aprendizaje socioemocional, la

virtud no es simplemente tener más de una cualidad como la empatía o la valentía. Se trata de tener la cantidad adecuada por las razones adecuadas y en los momentos adecuados, lo que dependerá de la situación, de nuestras capacidades y experiencias previas que nos orientan hacia la acción virtuosa. Es importante señalar que aprender y educar la virtud es un proceso que dura toda la vida. Muy pocos de nosotros somos plenamente virtuosos, y a menudo fallamos. La educación del carácter, especialmente para niños y jóvenes, ofrece la oportunidad de explorar y practicar la virtud, pero también de reflexionar sobre sus acciones y experiencias: ¿Por qué hice algo? ¿Por qué fallé? ¿Qué podría hacer diferente la próxima vez?

Esto nos lleva a otra diferencia vital: cómo juzgamos la cantidad adecuada de virtud por la razón adecuada en el momento adecuado. Aristóteles usaba el término "phronesis", o sabiduría práctica. Esta sabiduría guía nuestra conducta en situaciones difíciles, especialmente cuando las virtudes chocan. Un ejemplo común es el conflicto entre la honestidad y la amabilidad. Un amigo me dice: "Me he cortado el pelo. ¿Te gusta?". Mi sabiduría práctica me ayuda a elegir la mejor respuesta, basada en el conocimiento de mi amigo y en mis experiencias previas.

Estas no son solo ideas teóricas; también tienen una relevancia práctica importante. Sabemos por muchas escuelas, dentro y fuera

del Reino Unido, que han integrado nuestro marco educativo, que estas ideas son importantes para el personal, los estudiantes y las familias. Estas escuelas trabajan con los jóvenes para que reflexionen sobre sus acciones, deliberen sobre lo que significa hacer lo correcto en cada situación, y aprendan de sus experiencias.

¿Qué se entiende por educar el carácter en la escuela?

En el Jubilee Centre definimos la educación del carácter como todas las actividades y relaciones educativas que ayudan a los niños y jóvenes a desarrollar virtudes. Es un proceso que dura toda la vida y no sigue una trayectoria lineal. Nadie es perfectamente virtuoso, pero esperamos aprender de nuestros errores. Los niños y jóvenes necesitan espacios para reflexionar sobre sus errores y aprender de ellos, especialmente durante la infancia y adolescencia, que son periodos clave en este aprendizaje. Todas las escuelas, de una forma u otra, educan el carácter. La cuestión es si lo hacen de manera positiva, intencional y planificada. Es importante señalar que no existe un modelo único para la educación del carácter. Cada escuela debe hacerla relevante para su contexto, sus alumnos y su comunidad. Sin embargo, hay formas útiles de pensar sobre la educación del carácter que pueden aplicarse en cualquier escuela. Una de ellas es dividir las virtudes en cuatro categorías: morales, intelectuales, cívicas y de rendimiento. Esta última clase de virtudes, como la perseverancia, solo se convierten en verdaderas virtudes cuando están al servicio de las virtudes morales e intelectuales.

El carácter implica actuar con la cantidad adecuada de virtud por las razones y en los momentos apropiados

Por ejemplo, un ladrón puede ser perseverante, pero eso no lo convierte en virtuoso.

Otra idea clave es integrar la educación del carácter en la vida escolar. Esto implica no solo que los alumnos aprendan sobre las virtudes, sino que también tengan oportunidades para ponerlas en práctica y reflexionar sobre sus experiencias. Además, dividimos las virtudes en siete componentes, que incluyen la percepción de qué virtud es necesaria en cada situación, el conocimiento de las virtudes, y aspectos como la emoción y la acción.

No hay programas "listos para usar" que garanticen una educación del carácter efectiva. Las escuelas que deseen integrar esta educación deben llevar a cabo un proceso reflexivo, en colaboración con toda la comunidad educativa, para asegurarse de que responda a las

necesidades de sus alumnos y su contexto.

¿Cuáles son los mayores desafíos que enfrenta la educación del carácter en las escuelas? Hay dos retos principales en los que me gustaría centrarme. Uno es el reto de la educación con preocupación por la alta evaluación, los exámenes, los logros académicos y, también vinculado a ello, la preparación para la vida laboral. Esto se puede considerar muy utilitario, instrumental, y situarnos trabajando en contra o detrimento de la educación del carácter de niños y jóvenes. Pienso que es mejor verlos como diferentes objetivos de la educación no necesariamente excluyentes. Cuando defendemos la educación integral del niño a través de un enfoque basado en la educación del carácter, no estamos diciendo que los logros no sean

importantes. De hecho, muchas investigaciones sobre la educación del carácter, y en concreto las escuelas con las que trabajamos, evidencian que el rendimiento ha mejorado desde que adoptaron un enfoque explícito e integrado de la educación del carácter. Lo mismo ocurre con la preparación para la vida laboral. En realidad, la mayoría de los informes sobre aptitudes, atributos y cualidades profesionales destacan que se buscan jóvenes con virtudes y rasgos del carácter.

Creo que es un reto, pero no a nivel fundamental sino práctico.

El enfoque de la escuela en los resultados no hace más que reconocer la importancia de la educación holística y la educación del carácter, aunque sean estos en primer lugar los que motivan a los profesores. Las escuelas que realmente han integrado la educación del carácter, esta se

convierte en el núcleo de sus logros académicos, la preparación para el mundo laboral y otros objetivos educativos.

Creo que el segundo reto, que tiene que ver con los retos a los que se enfrentan las democracias de todo el mundo, es encontrar un consenso y un conjunto de virtudes, o algunos preferirían valores, sobre los que podamos ponernos de acuerdo dentro de un contexto determinado, que sean realmente significativos e inclusivos, sin ser exclusivos o excesivamente excluyentes. Pienso que se trata del verdadero reto porque, desde el punto de vista de la educación, es mucho más fácil definir las cosas a un nivel muy general y ambiguo, porque así se puede sentar a la mesa a más gente, por así decirlo. Este es el peligro, sobre todo cuando se trata de educar en valores, que los valores se definen de forma tan general que significan algo, pero a la vez nada.

Un reto para la educación del carácter es encontrar algunas virtudes fundamentales con las que la gente pueda estar de acuerdo, y asegurar que se acuerdan de forma inclusiva. En educación del carácter, siempre hay un equilibrio entre reconocer la situación en la que actuar y las virtudes, pero también se debe ser conscientes de que se trata de virtudes generales, universales, que se consideran importantes por muchas culturas diferentes. La compasión es un buen ejemplo. La mayoría de las culturas, si no todas, tienen alguna virtud afín o alineada con la compasión. Esto no significa que todos entendamos la compasión exactamente de la misma manera. Cada cultura puede tener un concepto o término diferente, pero podemos llegar a un acuerdo y consenso en que esta

virtud universal de reconocer el sufrimiento de los demás es algo positivo como virtud y algo que nos gustaría que los niños y jóvenes aprendieran y desarrollaran. Es difícil encontrar este consenso real, sobre todo en las diferencias y entre contextos. Pero creo que es un trabajo muy importante. Se ha trabajado mucho en ello, pero creo que queda mucho por hacer para llegar a un consenso sobre las virtudes compartidas que son fundamentales. De nuevo, sin ser tan restringidos que sean excluyentes, ni tan poco restringidos que no signifiquen nada o sean demasiado ambiguas.

¿A qué se llama aprendizaje basado en el carácter? ¿Qué beneficios tiene según las evidencias?

La mejor manera de entender el aprendizaje basado en el carácter es centrarse en una educación del carácter integrada en la escuela a través de un enfoque: entendido, enseñado y buscado. El carácter aporta una misión, visión y ética claras que están en el centro de la escuela, incluidas en su cultura y relaciones. No se trata solo de incluir la educación del carácter, sino de que se viva en la realidad cotidiana de la escuela y en las experiencias de quienes se relacionan con ella. Además, la educación del carácter debe reforzarse en el plan de estudios, no necesariamente como una asignatura aparte, sino integrada en los contenidos y otros procesos como las asambleas. Por ejemplo, he visto escuelas donde se utilizan las virtudes para explorar los personajes de un texto de literatura que los alumnos están leyendo. Es crucial que los estudiantes tengan oportunidades, dentro y fuera

El mayor reto es encontrar un consenso sobre las virtudes que se deben enseñar, siendo inclusivas y culturalmente significativas

del currículo, para buscar su propio desarrollo del carácter, como a través de la acción social y las actividades cívicas, que les permiten contribuir a sus comunidades. La formación del carácter debe ser autónoma, y los jóvenes deben buscar sus propias oportunidades a medida que crecen.

Respecto a las evidencias, debemos ser cautelosos al interpretarlas. Algunos estudios muestran los beneficios de intervenciones que desarrollan virtudes específicas como el pensamiento crítico o la empatía. Algunas escuelas evalúan el desarrollo del carácter de manera holística, y estas prácticas funcionan mejor cuando se basan en una visión longitudinal, evaluando el progreso a lo largo del tiempo e implicando a los estudiantes en la reflexión sobre sí mismos y sus compañeros.

La evidencia más convincente proviene de los propios líderes escolares, profesores, estudiantes y familias. En las escuelas que incorporan la educación del carácter, hay una mayor sensación de propósito y claridad, lo que permite conversaciones más significativas sobre el carácter. Estos testimonios se unen a evidencias de informes de inspección escolar y a investigaciones académicas. Por ejemplo, en un estudio del Jubilee Centre, encontramos una correlación clara entre las escuelas que integran la educación del carácter y los estudiantes que tienen un mayor sentido de pertenencia y confianza en sus escuelas y comunidades locales.

A veces, la educación del carácter completamente integrada puede ser intangible. Un ejemplo es como cuando vemos un paisaje precioso y tomamos una foto que nunca captura completamente lo que sentimos al estar allí. De manera similar, solo podemos percibir plenamente los efectos de la educación del carácter cuando estamos en la escuela y lo

Las escuelas deben integrar el carácter en su cultura, plan de estudios y experiencias, no solo como un añadido, sino como su núcleo

experimentamos de primera mano. Aunque es posible medirlo y recoger testimonios, también hay un aspecto intangible que no debemos olvidar.

¿Qué responsabilidad tienen los docentes en la educación del carácter de su alumnado?

Los profesores tienen una responsabilidad primordial en la educación del carácter, pero hay que tener en cuenta que las familias son las principales

responsables de la educación del carácter. Las escuelas y los profesores tienen la responsabilidad de apoyar el desarrollo del carácter de los alumnos. Creo que ese trabajo empieza con los profesores como modelos para los alumnos, modelos que transmiten la ética de la escuela a través de sus acciones, su conducta y sus relaciones. Tomemos, por ejemplo, a un profesor que se desinteresa por lo que un niño tiene que decir sobre

un asunto concreto o que no muestra respeto o humildad hacia los alumnos y estudiantes, o peor aún, que incluso es indiferente a los intereses del niño e incluso de su vida familiar. Creo que ese profesor transmite un mensaje bastante diferente a sus alumnos, del que sí muestra un interés adecuado por el niño, se toma tiempo para escucharle y para comprender sus intereses y retos. Como saben los buenos profesores, esto no consiste solo en lo que ocurre en el aula, sino también en lo que ocurre en el patio y en la puerta de la escuela y en los pasillos, cuando los profesores se encuentran con los alumnos y mantienen conversaciones con ellos. En realidad, creo que a veces esos encuentros y experiencias informales son tan formativos para los jóvenes como

las experiencias más formales dentro del aula. Creo que también es importante señalar que los profesores necesitan cierto apoyo en este papel, ya sea de sus colegas, de las familias o de la comunidad en general. Creo que los profesores desempeñan un papel clave, pero no pueden hacer mucho individualmente o en pequeños grupos. Tiene que ser un esfuerzo de toda la comunidad, con la participación de las familias, y también de la sociedad en general.

¿Qué papel juegan las familias y la comunidad en la educación del carácter?

Las familias son realmente las principales educadoras del carácter de un niño. También las comunidades desempeñan un papel positivo en la educación del niño. A su vez, es muy importante que los niños tengan la oportunidad de aprender de sus comunidades y desempeñar un papel activo en ellas. En este sentido, el desarrollo de un lenguaje común del carácter proporciona una ayuda vital para contribuir a la cohesión y la colaboración entre las escuelas, las familias y las comunidades. Esto es algo que oímos alto y claro de las escuelas con las que trabajamos en el Jubilee Centre. Aunque no todo el mundo comparta el lenguaje del carácter, que lo entiendan puede constituir la base para mantener un diálogo constructivo cuando existen desacuerdos, e incluso conflictos, dentro de una comunidad escolar. A su vez, ese lenguaje común también puede ayudar a los niños y jóvenes a establecer conexiones entre sus diversas experiencias. En el proyecto que he mencionado, que llevamos a cabo

en el Jubilee Centre sobre las escuelas, las virtudes cívicas y los buenos ciudadanos, había dos puntos relativos a la comunidad. El primero era que los líderes escolares y los profesores veían a las escuelas como un centro cívico que funcionaba dentro de las comunidades locales y que trabajaba para ellas. Así, la escuela era vista por los líderes y los profesores como complementaria a la provisión de experiencias para que los estudiantes desempeñaran un papel en la vida cívica de sus comunidades. En segundo lugar, los alumnos declararon en el estudio que el sentimiento de pertenencia y de confianza en su comunidad local se basaba siempre en las experiencias y oportunidades de participar con otros en entornos comunitarios. Así que cuando los estudiantes decían: «Sí, tengo un sentimiento de pertenencia a mi comunidad escolar, pero también dentro de mi comunidad local» cuando decían: «Sí, tengo un sentimiento de confianza dentro de mi comunidad local», siempre estaba relacionado con tener experiencias para reunirse con otros en sus comunidades. A veces se trataba de hablar con los vecinos. Otras veces, se trataba de participar en actos comunitarios, en grupos, clubs, etc.

No importaba si esos grupos estaban relacionados con el deporte, la música, los scouts y guías, o lo que fuera. Pero era la oportunidad de pasar tiempo con otros en asociaciones y grupos dentro de la comunidad local. En otras palabras, para los estudiantes de entre 10 y 16 años con los que hablamos y a los que encuestamos, más de 1.500, el sentido de comunidad surgió de esas

El lenguaje del carácter puede ser la base de un diálogo constructivo cuando hay desacuerdos en una comunidad escolar

oportunidades de experimentar comunidades con otros, y eso desempeñó un papel clave a la hora de pensar, de nuevo, y expresar, experimentar y desarrollar capacidades y experiencias relacionadas con el carácter. Es esencial que reconozcamos que, como en cualquier relación, existen complejidades y desafíos. Creo que tal vez lo más importante para las escuelas en términos de educación del carácter, en lo que respecta a las familias y las comunidades, es cuando hay conflictos entre la ética y las virtudes de la escuela y las de las familias y las comunidades. Creo que no hay soluciones ni respuestas fáciles para resolver esos conflictos. Desde luego, no creo que estos conflictos se refieran únicamente a un grupo dentro de la sociedad o a una clase social. Creo que son transversales en muchos sentidos, aunque pueden ser diferentes según la clase social o determinados grupos y culturas. Algunas escuelas organizan, por ejemplo, talleres periódicos para que los padres o los miembros de la comunidad escolar conozcan las disposiciones de la escuela en materia de educación del carácter y se reúnan para debatir los dilemas morales y educativos comunes que implican decisiones difíciles que afectan al carácter. Sean cuales sean los enfoques prácticos que se adopten, el principio clave es la idea de que las escuelas, las familias y las comunidades traten de trabajar juntas en asociación. Sobre la base de esa asociación, que incluye un lenguaje común sobre el carácter, es de esperar que las conversaciones difíciles y complejas sean más fáciles de mantener y resolver como resultado de la confianza y el sentido de propósito común que se ha establecido.

Educar en la era de la IA

Desafíos de la tecnología.

Necesidad de una educación crítica

ENTREVISTA A CARLOS MAGRO MAZO

Es el presidente de la Asociación Educación Abierta. Está Licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad Complutense de Madrid. Trabaja como consultor independiente en educación en los ámbitos de la innovación educativa, la tecnología educativa y las políticas públicas en educación. Es miembro del grupo de investigación Conocimiento Abierto para la Acción Social CAAS de la Universidad de Granada y miembro del colectivo DIME (Docentes para la Inclusión y la Mejora Educativa), entre otros.

Si consideramos que educar es preparar para el mundo y la sociedad en la que se va a desarrollar la vida de una persona, ¿cuáles cree que son los aspectos clave para la educación de los niños y jóvenes en la era de la Inteligencia Artificial? Educar, desde un punto de vista, así como muy general, podríamos decir que tiene que ver con dar a los que educamos las palabras y la capacidad de pensar para entender el mundo en el que están viviendo. Yo diría que una de las principales funciones de la educación es ayudar, a niños, adolescentes y jóvenes, a ser capaces de leer el mundo, interpretar el mundo y actuar sobre el mundo en el que

están viviendo. Lo que tenemos que preguntarnos es si en la escuela de hoy, si los años que estamos en ella, estamos dando esas capacidades para entender el mundo. Lo cual tiene que ver con entender la crisis medioambiental que estamos viviendo o entender las injusticias y desigualdades sociales que todavía nos rodean a todos y a todas. Y podríamos también decir

Educar es ayudar a ser capaz de leer el mundo, interpretar el mundo y actuar sobre el mundo en el que se vive

que entender el mundo hoy tiene muchísimo que ver con lo que nos está pasando con la tecnología, por ejemplo.

Por tanto, la primera pregunta que nos tendríamos que hacer es si en la escuela, es decir, toda esa etapa de formación inicial que podemos prolongar, incluso a la educación superior, ya sea un ciclo o la universidad, estamos ayudando, dando las herramientas a los jóvenes, a los niños, a los adolescentes y jóvenes, para entender este mundo que tiene que ver con la tecnología.

Se habla mucho de la importancia de que el aprendizaje sea Personalizado, Profundo y Permanente, pero la complejidad

de la enseñanza escolar lo hace difícil. ¿Cómo puede la tecnología ayudar a mejorar la calidad de la educación?

Pues no sabemos bien, estamos en eso siempre. En realidad, siempre ha habido mucha tecnología en la escuela. La escuela es un dispositivo tecnológico, quizá no entendido como la entendemos ahora, como una tecnología de la información o que sale de unos avances técnicos, tecnológicos o científicos. Pero si pensamos un poco en la historia de la escuela, está llena de tecnología, a veces simplemente cosas que hemos dado ya por hechas y que no las valoramos. El libro es una tecnología tremenda que ha perdurado muchísimo, que sigue encima de las mesas de los

La escuela ha integrado tecnologías desde siempre, pero cada innovación trae promesas que no siempre se cumplen

estudiantes y que hace escuela. Pero también la propia organización de la escuela, por clases de edad, por niveles, por asignaturas, en el fondo, es un tipo de tecnología, una tecnología que busca unos resultados concretos.

En los últimos 100 años, el tipo de tecnologías en las que pensamos, cuando pensamos en educación y en escuela y en su mejora,

son tecnologías vinculadas a la información. Y ahora, en el último año y medio, aunque llevamos unos cuantos años, no paramos de hablar de las IA, de las inteligencias artificiales, en concreto, de las generativas y de su impacto en la educación, y si nos van a ayudar o nos van a dificultar aún más la tarea. Hace tres años, de lo que estábamos hablando era del metaverso. Hace cinco, estábamos hablando del impacto de las plataformas de aprendizaje en línea; del vídeo o del ordenador en los años 70; de la televisión en los años 50, 60, de todo ese movimiento, de la televisión educativa y cómo iba a transformar la escuela. O todavía más atrás, podíamos ver cómo la radio, cuando aparece y se generaliza, también

imaginamos rápidamente si ese instrumento nos iba a ayudar a mejorar la educación.

A la escuela de masas, la escuela que tenemos, a la escuela que escolariza a todo el mundo y que pretende educar a todo el mundo, vive con esas paradojas, esas tensiones, le cuesta mucho centrarse en lo individual, en lo

personalizado, atender las diferencias, atender las diversidades. Y esto ha sido así, al menos en las últimas décadas. Por tanto, cada vez que aparece una de estas tecnologías, soñamos con que nos va a ayudar a hacer eso que queremos hacer, que decimos que tiene que hacer la escuela, que es atender a los intereses y a las diferencias que muestran nuestros estudiantes en las aulas y que no somos capaces de hacer,

El mayor riesgo de la IA es pensarla como una solución mágica a problemas sociales y educativos complejos

aparentemente. Y volvemos a poner todas nuestras ilusiones en esa tecnología que nos va a ayudar a personalizar, o que nos va a ayudar a ganar tiempo, o que nos va a ayudar, por ejemplo, a los docentes a eliminar sus tareas burocráticas para poder centrarse en lo importante que es educar. Esto es una promesa que está ahí flotando, que nunca se ha cumplido, que no digo yo que no sea posible con tecnología, pero que probablemente requiera que pensemos un poco más allá de la tecnología. Si realmente lo que queremos es atender a todos en la escuela, si lo que realmente queremos es que nadie se nos quede atrás, a lo mejor hay que invertir más; a lo mejor hay que transformar la manera que tenemos de organizar las escuelas; a lo mejor hay que invertir más en transformar el currículum; a lo mejor hay que invertir más en formación de profesorado para cambiar la manera de entender el porqué es importante educar, de cuáles son las expectativas

Si somos capaces de hacer educativa la IA, probablemente estemos ante una oportunidad para el sistema educativo

que tenemos que tener sobre cada uno de los estudiantes, de cuáles son las grandes dificultades con las que tienen que trabajar todos los días los docentes cuando tienen delante un aula de 30 personas totalmente distintas.

Es decir, que parece que la tecnología puede ayudarnos. Esta promesa no la vamos a perder, pero está claro que tenemos que hacer intervenciones que tienen que ver con lo social, con los recursos, con cómo nos tomamos en serio realmente esa promesa de la inclusión y de la diversidad. Y en ese camino de tomarnos en serio esa apuesta por educar a todas y a todos, desde la personalización, probablemente sepamos utilizar mucho mejor esa promesa de las tecnologías.

Desde la irrupción de la IA generativa, se especula mucho sobre los riesgos y oportunidades que trae consigo. ¿Cuál cree que es el mayor riesgo que podría traer al mundo educativo y cuál la gran oportunidad?

El gran riesgo con la IA, o uno de los grandes riesgos por no ser muy maximalista, sería pensarla en términos solucionistas, que es un poco lo que estábamos diciendo antes. Pensar que la IA viene a solucionarnos los problemas socioeducativos que tenemos, que insisto, tienen que ver más con las condiciones de vida de las personas, con los recursos que invertimos, con la formación del profesorado, con la estructura de las escuelas, con las expectativas de las familias. La

educación es algo tremendamente complejo y pensar que la IA o cualquier otra tecnología viene a solucionarnos esos problemas sin más, sería un gran riesgo. Igual que lo sería no tomarnos en serio la IA o no tomarnos en serio la tecnología, o negarla, excluirla, sacarla de la educación, considerar que tenemos que prohibirla, considerar que no merece la pena incorporarla en los aprendizajes que hay que realizar en la escuela. Es decir, persistir en la idea de una escuela desconectada de la vida, que nos guste más por ser menos tecnológica.

Por lo tanto, los dos primeros riesgos serían como dos gemelos, casi opuestos. Por un lado, un riesgo sería pensar que todo se va a solucionar con tecnología, en este caso con IA. Y el otro gran riesgo sería pensar que la IA es un objeto maléfico que tenemos que excluir de la formación de los niños, adolescentes y jóvenes, y de la escuela.

¿Cuál puede ser la gran oportunidad? Tenemos que verla todavía, pero para que la tecnología sea una oportunidad y no una necesidad, para que realmente sea una palanca de transformación para la escuela, probablemente tengamos que problematizar bastante más qué significa la inteligencia artificial para la educación. Y problematizar no significa apartar, insisto, sino abrir la caja negra, entender que está detrás, cuáles son los intereses, y de alguna manera, la oportunidad pasará si somos capaces de hacer de la IA algo verdaderamente educativo, es decir, si somos capaces de incorporar los valores que consideramos que son importantes en la educación, por ejemplo, el atender a todos, el atender la inclusión, el atender la diversidad, el utilizar ciertas pedagogías y no otras. Si somos capaces de hacer educativa la IA, probablemente estemos ante

una oportunidad para el sistema educativo, pero todavía eso está por ver.

La tecnología está cada día más presente e integrada en todos los ámbitos de la vida. ¿Cómo afecta esta omnipresencia a la educación y en concreto a la educación en su buen uso de niños y jóvenes?

Queramos o no, la tecnología es parte de nuestras vidas, siempre lo ha sido, pero estas tecnologías actuales están más presentes que nunca. Nos dan posibilidades de hacer cosas que antes no podíamos, pero también generan complejidades y dificultades que aún no sabemos manejar.

Es fundamental tener en mente que estamos rodeados de tecnología. El ser humano, casi desde que tallaba el sílex, ha avanzado gracias a la tecnología.

En cada época ha habido distintas tecnologías, y estas no son solo herramientas, sino también el ecosistema en el que vivimos, afectando cómo nos entendemos, relacionamos y trabajamos.

Hace unas décadas decidimos como sociedad que educamos para la vida, no solo para el trabajo o la lectoescritura básica, sino de manera integral. Damos herramientas, pensamiento crítico y palabras para entender y actuar en el mundo. Y si la vida está llena de tecnología, la escuela también debe educar en y con tecnología. En la escuela, las tecnologías imponen una pedagogía, muchas veces conductista, basada en

Educamos para la vida y si la vida está llena de tecnología, la escuela también debe educar en y con tecnología

repetición, castigo y premio. Sin embargo, las pedagogías de las aulas suelen ser más socioconstructivistas, dando sentido al conocimiento y a lo que utilizamos. No necesitamos una asignatura específica; como enseñamos a pensar históricamente o matemáticamente, debemos enseñar a pensar digitalmente y a ser críticos con la tecnología.

Internet y las redes sociales tienen una gran influencia en la configuración del pensamiento y formas de vida de las personas. Muchos temen que la IA sea una nueva herramienta para manipulación y modelado de las formas de pensar y actuar de la gente. ¿Cómo se podría empoderar a niños y jóvenes en la escuela para crecer como ciudadanos libres y socialmente comprometidos?

Tomándonos en serio la inteligencia artificial en la escuela, es decir, no dejándola fuera, sino poniéndola como objeto de aprendizaje en el medio del aula, igual que hemos hecho con otros ámbitos o con otras fuerzas que configuran nuestra manera de pensar. Y esto es importante que lo hagamos. Tomarnos en serio la inteligencia artificial significa educar, insisto, en la tecnología, en primer lugar, pero también con la tecnología. Hacer usos de la tecnología para comprender un poco cómo lo podemos hacer. Yo creo que el camino pasa por ahí.

Claro que la tecnología nos puede manipular, nos configura la forma de pensar. Además, es el aliado perfecto de la sociedad desde el punto de vista económico en que estamos viviendo. No hay que pensar las cosas por separado. En los últimos 30 o 40 años, estamos viviendo en lo que algunos denominan una etapa de absoluto neoliberalismo económico, basado fundamentalmente en el consumo,

Se trata de entender las implicaciones que tiene la tecnología para nuestras vidas y para el mundo, para bien o para mal

en el gasto, en el incremento del consumo de bienes que a lo mejor no nos hacen falta, en el incremento de responder constantemente a la pulsión de que quiero algo y lo tengo ya. Y en esta sociedad que hemos configurado, que va a más, la tecnología es el aliado perfecto. Entonces, parte de lo que tenemos que hacer es al menos hacer esto evidente, que hay una especie de alianza entre esta manera de entender el mundo, que es un mundo depredador, consumista, que genera desigualdad, y la manera en que la tecnología nos impulsa a gastar más, tener más y lo más rápido posible, y no pararnos a controlar nuestros deseos, que son siempre como del aquí, ahora y rápidamente. Pedirle a la escuela que luche contra esto es muy difícil y es demasiado, pero desde luego es un lugar en el que si educamos en la justicia, si educamos en la igualdad, si educamos en la democracia, si educamos en entender que no todo el mundo tiene todo, si educamos en ese tipo de valores fundamentales, en los derechos humanos, eso va a salir como una contradicción de nuestra manera de vivir y probablemente formemos personas que sean capaces, al menos, de cuestionar esa manera de vivir en la que, insisto, economía y tecnología están tremendamente vinculadas.

A veces se especula sobre un futuro, no muy lejano, donde las máquinas asumirán cada vez más protagonismo mientras los seres humanos lo irán perdiendo

progresivamente, ¿cree que es razonable pensar que esto pueda llegar a pasar?, ¿cómo podría la escuela ofrecer una educación preventiva frente a esta posibilidad?

La pregunta planteada tiene que ver también con algo que algunos denominan el mito de la inteligencia artificial. Esto no es nuevo. Desde los años 50, nos hemos encargado, o algunos se han encargado, de construir un mito alrededor de la inteligencia artificial, alertándonos o prometiéndonos, en algunos casos, que va a llegar un momento en que las máquinas, los robots, la tecnología, va a ser más capaz que nosotros, va a ser más inteligente que nosotros, de alguna manera va a ser capaz de sustituirnos totalmente. Esto es lo que llaman algunos la singularidad tecnológica, es decir, aquel momento en el que perdamos el control sobre la tecnología que hemos creado nosotros mismos. Esta es una especie de amenaza que está con nosotros desde los años 40 y 50. La ciencia ficción la ha desarrollado muchísimo y ahora nos llegan estos dispositivos que llamamos casualmente inteligencia artificial, a pesar de que ni es inteligente en términos humanos, no tiene nada que ver con nuestra inteligencia, ni es artificial, porque en realidad consume recursos y tiene mucha parte física también ahí. Vuelve a aparecer la inteligencia artificial y alguien nos dice que dentro de unos años estas máquinas pensaran por sí mismas, aprenderán por sí mismas, de alguna manera nos superaran y que estaremos casi como en “El planeta de los simios”, controlados por robots que serán más inteligentes que nosotros. En realidad, nada de lo que tenemos ahora mismo parece que vaya en ese camino. Porque insisto, llamar inteligencia artificial y, por tanto, inteligente, a un dispositivo que fundamentalmente es una

cuestión de estadística, de probabilidad, es como estirar demasiado los conceptos.

Por otro lado, de todas formas, lo que esto nos exige es tomarnos en serio como sociedad las tecnologías y la inteligencia artificial. Y eso pasa, entre otras cosas, por tomárnosla en serio en la escuela. Entonces, no es que necesitemos una educación que nos proteja, necesitamos una educación que nos permita comprender y cuestionar lo que está pasando, que nos permita entender, que nos permita problematizar muchas de las dificultades que tenemos, pero también necesitamos una escuela que nos permita hacer un uso mejor de las tecnologías y de la inteligencia artificial, saber dónde están sus límites, saber utilizarla para lo que nosotros necesitamos y no al revés.

En fin, necesitamos educar, es muy importante educar, no tanto con, sino sobre todo en. No tiene que ver tanto con cómo utilizarla, porque eso se aprende, sino que se trata de entender las implicaciones que tienen estas tecnologías para nuestras vidas y para el mundo en general, para bien o para mal.

José Víctor Orón Semper (Madrid) es docente, formador e investigador. Doctor en Educación por la Universidad de Navarra, actualmente desarrolla el proyecto "UPTOYOU, Acompañando el crecimiento" dedicado a la formación personal de los educadores. Su campo de investigación es un modelo educativo centrado en las relaciones interpersonales complementado con otros temas, todos ellos relacionados: educación emocional, neurociencia educativa y psicología del desarrollo humano.

Educar desde el ser: Una revolución en la formación integral

UPTOYOU, Acompañando el crecimiento, un modelo educativo enfocado en las relaciones interpersonales

por Ana Moreno Salvo

ENTREVISTA A JOSÉ VÍCTOR ORÓN SEMPER

El proyecto UPTOYOU tiene como misión la calidad educativa. Nos podría explicar cuál es su visión sobre la educación en el mundo y en la sociedad actual.

La verdad es que la educación, actualmente, confía más en las cosas que en las personas y confía más en lo que la persona sabe hacer que en quién es la persona. Esto luego trae problemas, porque es una educación que está centrada en competencias, es decir, que el otro tenga mucho poder de transformación de la realidad, para la vida que sea. Piensa que dar instrumentos sin formar personas es dar un recurso. Y eso, desde el mismo origen de la educación, se sabe que no funciona. Es decir, saber usar muy bien un martillo sin saber si el martillo se está usando para clavar clavos o para golpear

a personas es un poco ridículo. Y esa escisión actual de la educación, por un lado, quiere tener grandes horizontes y un mundo nuevo, pero a nivel operativo pierde la finalidad y se centra simplemente en lo que son medios, instrumentos, es decir, en competencias.

Lo que nosotros proponemos es una educación integrada en el sentido. En que voy a trabajar las matemáticas, la historia o lo que fuera para que la persona crezca como tal. Y cuando hablamos de crecimiento de la persona, nos estamos refiriendo al conocimiento

Hoy la educación está más centrada en lo que la persona sabe hacer que en quién es la persona

de uno mismo, al conocimiento de por qué vivo las cosas como las vivo y a una toma de decisiones sobre quién quiero ser en la relación con los demás.

Si para mí estudiar inglés o estudiar geografía es una oportunidad para que me conozca a mí mismo, me haga cargo de mi vida y pueda tomar decisiones sobre mi forma de vivir y relacionarme, esa asignatura pasa a tener mucho interés. Y de ahí aparece otro tipo de motivación, otro tipo de ilusión, otra forma de trabajar. Si yo veo que simplemente me están obligando a satisfacer intereses de otros, entonces digo: ¿eso qué tiene que ver con mi vida? Creo que los chicos se rebelan a lo que los adultos hemos naturalizado como forma de vivir la vida y el trabajo, esa rebeldía de los adolescentes es mucho más sana

que la de adultos, que nos hemos sociabilizado ya y hemos pasado a un modelo más conformista.

¿Qué papel juegan las relaciones en el crecimiento de las personas y por ende en la educación? El peso de la relación entre personas y educación es total. Lo más importante en la vida de las personas son sus relaciones interpersonales, ¿por qué no poner lo que hacemos al servicio de lo que sabemos que es lo más relevante en la vida? Además, los estudios sobre el peso de las relaciones interpersonales de calidad en la vida y el desarrollo de una persona son claros. Asimismo, cuando uno estudia cómo el ser humano aprende y cómo el ser humano da significado a la realidad, resulta que todo va adquiriendo

La calidad de la educación la marca la calidad personal del educador, no su capacitación técnica

ese significado por la forma como he vivido mis relaciones interpersonales.

Está muy estudiado que la calidad de la educación la marca la calidad personal del educador, no su capacitación técnica, que obviamente es deseable que la tenga. Muchas veces, dando clase, les decía a los alumnos: Si vosotros sois malos estudiantes, lo que sois es no estudiantes. ¿Y por qué no son estudiantes? Porque en el fondo no ven valor aunque

sean inteligentes. ¿Para qué me voy a involucrar en una cosa que no tiene valor?

Empezó en mis primeros años de docencia, y se sigue hablando del fracaso escolar. Y cuando uno empieza a profundizar, descubre que el fracaso escolar como entidad no existe. Lo que suele ocurrir son personas que tienen como desestructurada su vida y no saben cómo situarse, y esto se manifiesta en muchos aspectos, entre ellos, en el fracaso escolar. Porque para mí tan problemático es un alumno que suspenda todo, como un alumno que apruebe todo y con sobresalientes, sencillamente porque es lo que toca y punto. A este, ¿qué le está pasando como persona?, ¿en qué está creciendo?, ¿qué novedad aporta? Y la experiencia que he tenido es que cuando tú te centras en atender a la persona y su realidad personal, todo

lo demás vuelve a su sitio.

Otro aspecto clave de UPTOYOU es el ámbito emocional. ¿Por qué las emociones son tan importantes en educación?

Podría dar lugar al título de un libro, “El triste origen de la educación emocional”. Su origen a nivel histórico es el mundo empresarial, no viene del mundo educativo. Es ese empresario que tiene claro que lo que quiere es ganar dinero, pero tiene un problema. Y es que él, como persona, hay días que va a favor del viento y otros días va en contra. Y ese empresario, para ganar dinero, lo que quiere es controlarlo todo. No solamente todos los elementos externos, sino incluso sus propios elementos. Se convierte en un enemigo de sí mismo y entonces tiene que controlar sus estados emocionales para conseguir siempre su voluntad. Por eso casi todas las propuestas de educación emocional buscan identificar para regular. Pero no solamente en él, sino que también descubre que esto tiene que hacerlo con los trabajadores. Porque si no saben dejar los problemas fuera, en la empresa no hacen lo que tiene que hacer, que es trabajar para cumplir el proyecto del jefe. Y aparece una tercera dimensión, que es el cómo yo puedo influir en el otro, porque si sé cómo me muevo, cómo hablo, cómo sugiero, puedo hacer un ejercicio de auténtica manipulación emocional. Esto, que nació en el ámbito empresarial y con esta visión, se ha transferido al mundo educativo, aunque cambiando algunas cosas. En lugar de jefe es profesor, en lugar de empleado es alumno y en vez de sacar dinero es capacitar al

Las emociones son la expresión de la complejidad de la vida en un momento concreto

alumno, pero es el mismo esquema. Además, nace a nivel conceptual de una equivocada concepción de las emociones. Se está entendiendo que las emociones son una especie de reacción ante algo que me impacta y que genera en mí un estado emocional que necesito controlar o regular.

Las emociones tienen mucho más de la expresión de la complejidad de la vida en un momento concreto y, por tanto, están hablando de mí. Por ejemplo, un padre grita al hijo y el hijo le dice: ¿por qué me gritas?, y el padre le dice: porque tú me has puesto nervioso. Ese padre ignora profundamente lo que son las emociones, porque parece que al niño le ha pasado el nerviosismo. Es querer hacer responsable al otro de lo que son dinámicas interiores que se están manifestando en ciertos contextos.

La persona necesita conocer, no identificar. Tampoco se trata de regular, se trata de actuar. Por esto resulta muy importante señalar que nosotros trabajamos mucho el tema emocional, pero desde esta otra perspectiva. Queremos que la persona sea persona y saque toda su potencialidad. Lo que no comparto es centrarse en la competencia, no critico la competencia en sí. Se trata de saber poner la competencia al servicio de la relación interpersonal. La experiencia emocional es muy importante, pero hace falta situarla en un marco conceptual adecuado que no es el de entender las emociones como una especie de reacción ante un evento.

¿Cómo afronta UPTOYOU la educación para la toma de decisiones libres?

Lo primero que hay que saber es que la primera decisión, y la más importante, es saber que lo que estoy decidiendo es quién quiero ser, no qué quiero hacer. Hay un filósofo canadiense jesuita que decía: “Mi forma de actuar presupone una

La decisión más importante es saber que lo que estoy decidiendo es quién quiero

forma de ser y promueve una forma de ser”. Hay que saber que ese es el elemento central de la toma de decisiones. Y luego, con la formación del carácter, de la virtud y del todo, se suele partir a veces de algunos semidogmas. Primero, educar en una forma de ser, ignorando que el niño ya tiene una forma de ser. Cuando ha alcanzado los cinco años, ya tiene totalmente definida toda su caracterología. No quiere decir que no esté abierta a cambios, porque mientras hay vida hay posibilidad de crecer. Así pues, lo primero y lo fundamental es que yo necesito comprender mi forma de ser actual. En lugar de poner una especie de lista preestablecida de objetivos que la gente tenga que alcanzar, en lugar de llevar a las personas fuera de su realidad, ¿por qué no plantear una educación del carácter que me ayude a mí a conocer y a acoger mi realidad? Todas las personas que han trabajado el tema del crecimiento, aunque con distintas expresiones y de distintas formas, van planteando que no hay forma de crecer si no es acogiendo la realidad de uno.

Además de las relaciones y el ámbito emocional, UPTOYOU considera la experiencia un aspecto valioso en el crecimiento de las personas. ¿Qué papel juegan en el modelo educativo? La experiencia es donde se da la confluencia de la persona con el mundo y sus relaciones. Experimentar tocando cosas no es experiencia. En la experiencia se da la confluencia de quién soy yo en las relaciones del propio mundo. Es aquí donde la persona se conoce a

sí misma, conoce al otro y conoce al mundo al mismo tiempo.

En todo momento, en toda circunstancia, siempre se está experimentando. Incluso cuando el profesor dice: que experimenten, que toquen. Lo que ahí están experimentando puede ser precisamente un abandono del profesor, porque al niño lo enfrentan contra el mundo, sacando al profesor de la clase. Y entonces lo que se está experimentando es precisamente un abandono.

¿Qué es lo que suele ocurrir muchas veces? Que el profesor habla desde la mentalidad del que ya ha hecho el desgranamiento de la experiencia. Y entonces, el chico no entiende ese lenguaje, porque empieza a hablar de lo particular a lo general. Cuando el ser humano, al aprender algo, siempre va de lo general a lo particular, y no de lo particular a lo general. Cuando alguien ya sabe mucho, suele ir de lo particular a lo general. Pero un profesor no tiene que hablar para el que ya sabe, tiene que hablar para dinamizar procesos.

Y, por tanto, un profesor no debe exponer sus clases desde la particularidad que ya sabe, desde todo su mundo de detalles, sino poder acompañar al otro de tal forma que va a poder aprender mucho más rápido. Y esto es una clave que los profesores deben tener en cuenta para diseñar sus clases. Por ejemplo, la experiencia no es echar ácido sulfúrico sobre el mármol para ver si se produce CO₂ y descubrir si eso es mármol de verdad o mármol de mentira; esto sería hacer un experimento. La experiencia consiste en ¿qué

La experiencia es donde la persona se conoce a sí misma, al otro y al mundo al mismo tiempo

le propongo hacer que incluya elementos personales, elementos relacionales y elementos del mundo, todo junto?, y ¿cómo voy a hacer un proceso de acompañamiento para desgranar todos los elementos? De esta manera lo acaba conociendo de tal forma que luego puede usar mejor lo aprendido. Porque a partir de una experiencia integrada entre yo, el mundo y el otro, luego va a poder usar las cosas introduciendo la ética desde el principio. Esta educación centrada en la competencia, que deja lo personal afuera, acaba por anular la ética.

¿En qué sentido UPTOYOU es un modelo educativo y no tanto un método?

La diferencia entre modelo y método es sencilla. Un método te dice qué tienes que hacer. UPTOYOU, Acompañando el crecimiento, no tiene elementos metodológicos como libros para las tutorías. Un modelo es intentar responder a las grandes preguntas de la educación. ¿Qué es la educación? ¿Cuáles son las claves de la misma? ¿Qué busca la educación? ¿Cuál es el lugar de la relación interpersonal en la educación? Nosotros lo que queremos hacer es centrarnos sobre todo en poder desarrollar un modelo educativo que sabemos que responde, que no es original nuestro. Lo que estamos haciendo desde el acompañamiento en el crecimiento será novedoso, pero no es nuevo. Parece novedoso porque, en el contexto actual, nadie habla con esta fuerza tan grande de la persona. De hecho, en muchísimos sitios donde vamos a dar formación, muchos se alegran porque encuentran una presentación ordenada de algo que ya llevaban en su corazón, y es quererse centrar en la persona. Para ello, tenemos que ayudar a que la persona sea persona, sea autora, sea creadora de su propia vida. Y eso no se puede traducir en decirle al otro lo que tiene

que hacer. Es decir, no se trata de dar pensamientos a los otros, sino de ayudarles a pensar. No dar al otro tus valoraciones para que las copie, sino ayudarle a valorar. No hay que decirle cómo tiene que comportarse, sino ayudarle a que él sepa contextualizar y traducir sus posiciones en comportamientos según contextos. Y en ese sentido, somos un modelo. Hay profesores que no asumen su propia responsabilidad a la hora de decidir la forma de intervenir, la metodología. Se trata de no perder de vista centrarse en la persona. Porque si el profesor es un “aplica programas”, el niño será un “ejecuta programas”. Si queremos que el profesor promueva la autoría, la creatividad del niño, hace falta formaciones que promuevan la creatividad del profesorado. Cuando desde una institución el peso de la formación se está centrando en metodologías, no se está centrando en la persona del profesor, ¿qué va a hacer ese profesor de forma natural cuando llegue a clase?, no se va a centrar en la persona del alumno, se centrará también en que las cosas se hagan como toca.

¿Cómo plantean la formación docente, de líderes y familias en UPTOYOU?

La formación es personal y está centrada en que la persona se conozca a sí misma y pueda actuar sobre su propia realidad. Las formaciones regladas a nivel universitario y la mayoría de las de las ofertas de posgrado están centradas en metodologías o en cuestiones organizativas, pedagógicas, etcétera. Muchas de las instituciones que acompañan a sus profesores hacen formaciones de carácter identitario y todas son necesarias. Pero la pregunta es: ¿Y dónde queda la formación personal del profesor? Es decir, ¿por qué un profesor va a ser sensible a la complejidad de la vida que lleve un

alumno? Un profesor solo va a ser sensible a la complejidad de la vida que tiene un alumno y no se va a quedar con lecturas superficiales si eso mismo lo vive sobre él. Si el profesor está viviendo de una forma acelerada, precipitada, ignorando su propia interioridad porque va apagando fuegos de un sitio a otro, aunque quiera, no puede acompañar al chico en su situación.

Hace falta que el profesor haga ese ejercicio de reconsiderar, por ejemplo, ¿qué tipo de autoestima voy a promover en los niños? Necesito recomprender en mi vida la autoestima con toda su profundidad, que mi vida es significativa en la relación con los demás. Así podré promover una autoestima distinta. Planteamos formaciones que están

destinadas a trabajarse a sí mismo, y a centrarse en las cosas que tengo que hacer con los alumnos. Nos centramos mucho en la fundamentación, la antropología educativa. Trabajamos la experiencia personal con herramientas que ayuden al conocimiento de sí mismo y a la toma de decisiones. Ayudamos a trabajar el acompañamiento, cómo dialogar con el niño, cómo convertir la conversación en el instrumento educativo de más valor que tiene el profesor con el alumno. Entonces, trabajamos mucho los diálogos y la docencia. Y luego, poco a poco, hemos ido entrando en otros ámbitos formativos, por ejemplo, los temas de salud mental, para no caer en el fondo en un

repliegue sobre uno mismo, sino saber abrirme a la complejidad y descubrir que no hay salud mental, si no hay salud personal.

También hemos desarrollado, con un nuevo libro, “La cuna de la humanidad”, cómo poder entender la educación de cero a cinco años. Esta es una formación para profesorado de educación infantil para que puedan superar visiones reductivas. El niño necesita rutinas, pero rutinas a veces las necesita más el educador para su paz psicológica que el niño por su proceso. Se buscan plataformas de interacción y las formaciones tienen luego un seguimiento con el fin de conseguir trasladar al día a día del aula, para que acabe siendo una transformación clara.

ENTREVISTA A JOANNE QUINN

El aprendizaje como motor de cambio global p. 68

JOSÉ MANUEL LÓPEZ POTENTE

Modelo AIRISS: Seis Fortalezas del Carácter para el siglo XXI p. 74

ENTREVISTA A EDWARD BROOKS

Educando para un liderazgo global p. 80

JOSÉ MARÍA RUIZ PALOMO

La experiencia del IES Cartima p. 88

Experiencias

Joanne Quinn (Toronto) es la directora mundial de Nuevas Pedagogías para un Aprendizaje Profundo (NPDL) en el que dirige una asociación mundial de innovación en el que colaboran 20 países para activar un aprendizaje profundo, centrado en el alumno y en el mundo real, fomentando las competencias conocidas como las 6C's. También es consultora de renombre internacional, conferencista y autora sobre aprendizaje, liderazgo y cambio del sistema. Autora de “Dive Into Deep Learning: Tools for Engagement: Tools for Engagement” (Corwin, 2019), “Deep Learning: Engage the World Change the World” (Corwin, 2017) y “Coherence: The Right Drivers in Action for Schools, Districts and Systems” (Corwin, 2015).

New Pedagogies for Deep Learning (NPDL) es una asociación mundial de innovación comprometida con la transformación del aprendizaje para que todos los estudiantes prosperen mediante el desarrollo de las seis competencias globales (ciudadanía, carácter, comunicación, pensamiento crítico, colaboración y creatividad) que necesitan para desenvolverse en este mundo complejo y de constante cambio. El Deep Learning incluye un conjunto de herramientas y procesos de aprendizaje colaborativo que transforman a los profesores en activadores y arquitectos del aprendizaje.

El aprendizaje como motor de cambio global

Deep Learning transforma la educación y prepara a los estudiantes para los retos del siglo XXI

ENTREVISTA A JOANNE QUINN por Ana Moreno Salvo

Deep Learning hace posible una innovación educativa a escala global en sintonía con las necesidades del siglo XXI y educar el mundo. ¿Nos podría explicar por qué escogieron el “Engage the world - change the word” y cómo habla del proyecto?

La complejidad de la sociedad, los retos globales y la velocidad del cambio eran evidentes hace una década. Esto puso de manifiesto la necesidad de que los estudiantes desarrollaran un nuevo conjunto de competencias globales para navegar por las turbulencias.

Comenzamos el trabajo de Deep Learning con el propósito de “fomentar el aprendizaje en profundidad para que TODOS los alumnos contribuyan al bien común, aborden los retos globales y prosperen en un mundo complejo”. Vimos casi de inmediato que este

enfoque de aprendizaje sobre el mundo real era intrínsecamente motivador y energizante porque tenía sentido.

La frase “Engage the Worldchange the world” evolucionó para captar la dualidad de la necesidad de la humanidad de desarrollar el potencial individual y, al mismo tiempo, contribuir a la sociedad. Es decir, “ser bueno en el aprendizaje y bueno en la vida".

La hiperconexión del mundo actual significa que, además del desarrollo interno, los jóvenes también deben poseer las habilidades para colaborar y resolver problemas con otras personas de culturas y contextos muy diversos. La buena noticia es que los estudiantes ansían tener esa oportunidad. Ya no se conforman con leer lo que otros han hecho en los libros de texto, sino que quieren abordar cuestiones auténticas.

Debemos hacer que el aprendizaje sea tan adictivo como las redes sociales, lo que significa interacción en tiempo real y la posibilidad de ver los resultados.

Hace poco preguntamos a un grupo de estudiantes de secundaria si era una expectativa exagerada sugerir que ellos aborden los importantes problemas del cambio climático, la igualdad y otros. Parecían perplejos ante la pregunta, pues afirmaron rápidamente: "Por supuesto que queremos mejorar el mundo, ya sea en nuestra escuela, en nuestra comunidad o resolviendo los grandes problemas. Este es nuestro futuro y estamos listos para asumirlo".

Así pues, “Engage the worldchange the world” recoge la filosofía de que los alumnos aprenden para el hoy y de que no esperan a hacer uso de ese aprendizaje en un futuro lejano.

En Deep Learning los alumnos aprenden para el hoy y no esperan a hacer uso de ese aprendizaje en un futuro lejano

Los seis objetivos educativos del Deep Learning son: Carácter, Ciudadanía, Colaboración, Comunicación, Creatividad y Pensamiento Crítico. Todos ellos priorizan la educación para ser de los estudiantes. ¿Nos podría explicar por qué los escogieron y, en particular, por qué consideran importante el carácter, que pocos sistemas lo contemplan? El Deep Learning es ahora una asociación mundial en más de 20 países. Las competencias globales surgieron de las conversaciones mantenidas con nuestros miembros de todo el mundo hace una década. Empezamos con una pregunta sencilla: "¿Qué queremos que sepan, puedan hacer y sean los alumnos?” Estas sencillas preguntas generaron ricas respuestas que fueron muy coherentes en todos los grupos: padres, empresarios, educadores o estudiantes. Las palabras podían variar, pero cuando los grupos llegaron a un consenso surgieron seis competencias: Carácter, Ciudadanía, Colaboración, Comunicación, Creatividad y Pensamiento Crítico. Estas competencias han superado la prueba del tiempo y son aún más esenciales hoy en día como base para navegar por un mundo complejo. Pero seis palabras no eran suficientes: cada una de las seis competencias tiene un conjunto de dimensiones concretas que describen los aspectos clave de cada una y el camino para desarrollarla. Los términos Carácter y Ciudadanía eran complicados porque tienen significados diferentes en función del contexto y la cultura. Como socios de Global nos decidimos por la palabra "Carácter" para describir 3 dimensiones o atributos internos fundamentales:

• Desarrollar los rasgos sociales y emocionales para ser un aprendiz capaz de autodirigirse de por vida.

• Poseer tenacidad, perseverancia y resistencia.

• Capacidad de demostrar empatía, compasión e integridad en la acción. Ciudadanía en nuestro modelo se refiere a la demostración externa del carácter y tiene tres dimensiones fundamentales:

• Perspectiva global.

• Compromiso con la equidad y el bienestar humanos a través de la empatía y la compasión hacia los diversos valores y visiones del mundo.

• Interés genuino por la sostenibilidad humana y medioambiental.

Una idea es que el carácter ha sido asumido rápidamente y sirve de catalizador para las otras cinco. Parece que la necesidad de aprender a lo largo de toda la vida, con empatía y apreciando diferentes perspectivas, traspasa todas las fronteras en la actual sociedad globalmente conectada.

La meta es cambiar el mundo a través de la educación con la cooperación de diferentes países en New Pedagogies for Deep Learning. ¿Por qué buscar un cambio cultural y no conformarse con un programa? ¿Cómo afecta a los estudiantes involucrados, a sus escuelas, profesores, o comunidades?

La respuesta es sencilla: los

programas van y vienen al capricho de los líderes, los presupuestos, la política y las tendencias. Gracias a nuestro trabajo en el ámbito del cambio a gran escala, sabemos que un cambio positivo y profundo debe arraigarse en una sólida cultura de aprendizaje.

En nuestro libro "Coherence: The Right Drivers in Action for Schools, Districts, and Systems" escribimos sobre la necesidad de una nueva dinámica de cambio. Los días en que se “ponían en marcha” los planes de implantación plurianuales han quedado obsoletos. Las innovaciones son entidades vivas que evolucionan. Necesitan claridad de propósito, objetivos y estrategia para movilizar a la gente, pero deben ser capaces de ajustarse y pivotar en este mundo que cambia rápidamente.

Aquí es donde la cultura del aprendizaje desempeña un papel fundamental. Una vez que la gente se compromete, prueba nuevas ideas, esto desarrolla su capacidad. Se implican más a medida que desarrollan su capacidad y empiezan a ver resultados. De esta manera, el propósito compartido y la cultura de aprendizaje se refuerzan mutuamente. La cultura necesita ser alimentada para mantenerse, pero eso surge a medida que las personas aprenden y crecen juntas, encuentran mejores formas de resolver los problemas y ven el impacto.

Queríamos sostenibilidad, así que sabíamos que había llegado el momento de ir más allá de "arreglar" partes del sistema y adoptar una perspectiva sistémica. Deep Learning se concibió como una nueva mentalidad que engloba todo lo que sabemos sobre el

Un cambio positivo y profundo debe arraigarse en una sólida cultura de aprendizaje

aprendizaje y el cambio de las organizaciones. Deep Learning se convirtió en un paraguas o punto de referencia que señalaba que todo cambio iba a estar conectado con el propósito. De la misma manera que sabemos que los estudiantes necesitan aprender durante toda su vida para navegar por los cambios masivos que se avecinan, lo mismo ocurre con los adultos y las organizaciones.

Nuestro marco para un aprendizaje en profundidad es tan sencillo como necesario para atravesar contextos y países, pero debe ser exhaustivo. Incluye las seis competencias que necesitan todos (estudiantes y adultos) y cuatro elementos de diseño del aprendizaje que apoyan el desarrollo de experiencias de aprendizaje en profundidad. Alrededor del enfoque de aprendizaje hay condiciones de aprendizaje que las organizaciones deben fomentar para que el aprendizaje arraigue.

Vemos ejemplos de impacto en aulas y escuelas de los 20 países. Recientemente, Sarah Fine y Jal Mehta escribieron un artículo ("The Big Tent Strategy for System Transformation") en el que exploraron historias reales de cambio sostenido en el aprendizaje, la enseñanza y el liderazgo, impulsadas por un enfoque implacable en la creación de las condiciones para que todos los estudiantes desarrollen las seis competencias globales. El estudio se realizó en la Junta Escolar Católica de Ottawa. En su investigación vieron que cada aula se convertía en un espacio donde los jóvenes de diversos orígenes exploran grandes ideas desde múltiples perspectivas, practican

las 6 C's y se convierten en los agentes de cambio que el mundo necesita tan desesperadamente. Lo impresionante es que el Deep Learning se ha integrado en todo el sistema y su comunidad. Se ha convertido en algo ampliamente asumido. Su éxito es una empresa compartida.

Este tipo de transformación no vendrá de un solo programa: el cambio sostenible solo se producirá a partir de un cambio de objetivos y prácticas coherentes y ampliamente asumidos.

En Deep Learning consiguen la excelencia y la equidad. ¿Cuáles son las claves para hacerlo una realidad?

La equidad es un tema muy amplio, y no hemos resuelto la desigualdad, pero vemos algunos atisbos de progreso. Antes he señalado que, cuando empezamos, nuestro propósito era crear un aprendizaje profundo para TODOS, de modo que todas las decisiones que tomamos al crear el enfoque tenían como objetivo que el marco fuera accesible para todos. Queríamos evitar ser un programa de enriquecimiento o para

En Deep Learning queríamos proporcionar estrategias y enfoques que fomentaran el éxito de todos los niños

superdotados, si no que queríamos proporcionar estrategias y enfoques que fomentaran el éxito de todos los niños, independientemente de su origen o circunstancias. Nuestro enfoque es activo, no deficitario, y se basa en las necesidades e intereses de los alumnos.

Para apoyar este objetivo, diseñamos el aprendizaje utilizando cuatro elementos o puntos de decisión. Dos elementos que tienen un gran impacto tanto en el aprendizaje como en la equidad son las asociaciones de aprendizaje y los entornos de aprendizaje.

Las asociaciones de aprendizaje se centran en las relaciones: de estudiante a estudiante, de estudiante a profesor y de todos a la comunidad. Al ser explícitos sobre cómo crear una voz, una elección y una institución significativas para los estudiantes, los profesores se aseguran de que los estudiantes tengan voz en el diseño del aprendizaje. De este modo se aborda el desequilibrio de poder que se produce cuando los profesores toman todas las decisiones. Los estudiantes sienten que tienen más control, que se reconocen sus intereses y talentos, y están más comprometidos y motivados.

El segundo elemento que incide en la equidad son los entornos de aprendizaje que abordan la cultura de aprendizaje que se establece. Los seres humanos necesitan sentirse seguros y sentir que se les valora y que pertenecen a un grupo para aprender eficazmente. Son los mismos factores que contribuyen al bienestar. Ser explícito a la hora de establecer una cultura que honre la diversidad y los dones que los estudiantes aportan a la situación de aprendizaje aumenta

su confianza y, en última instancia, su compromiso y rendimiento. Las relaciones respetuosas y una cultura de pertenencia crean un aprendizaje auténtico e intrínsecamente más atractivo. La pedagogía utiliza enfoques interactivos que valoran todos los tipos de aprendizaje y ofrecen diversas opciones para que los estudiantes demuestren su aprendizaje. Los estudiantes, por ejemplo, pueden carecer de competencias de lectura y escritura desde la pandemia, pero son muy capaces de pensar y articular a niveles sofisticados. En vez de focalizarnos en lo que les falta, los estudiantes tienen múltiples opciones para demostrar su aprendizaje, nos centramos en lo que saben y pueden hacer. Esta combinación de estrategias, las asociaciones de aprendizaje y los entornos de aprendizaje, crea un entorno centrado en el éxito y no en los déficits. Es este refuerzo mutuo el que está ayudando a mover la aguja de la equidad y el bienestar.

¿Cómo crear un entorno Deep Learning que prepare a los estudiantes para cambiar el mundo?

Sería una tarea abrumadora proponerse enseñar a los estudiantes a cambiar el mundo. La buena noticia es que los humanos somos seres sociales por naturaleza, buscamos conexión y significado. La escolarización tradicional era más antinatural, ya que esperábamos

que los alumnos se sentaran a escuchar sin parar y aceptaran que debían resolver 20 problemas al final del capítulo y que algún día esas habilidades les ayudarían. Si observamos a un niño pequeño durante 30 minutos, veremos su curiosidad natural por resolver problemas, ser creativo y comunicarse. El Deep Learning aprovecha esa curiosidad natural y esa ansia de conexión social para diseñar entornos de aprendizaje que planteen auténticos problemas y oportunidades. Cuando el aprendizaje tiene sentido, la motivación y el compromiso se disparan. Cuando los alumnos analizan un problema o una situación, se sienten atraídos por el deseo de hacer algo al respecto. Puede ser tan sencillo como encontrar una manera de llevar agua al jardín desde otro punto del colegio.

Deep Learning desarrolla intencionadamente las seis competencias para que los alumnos tengan las habilidades, conocimientos y atributos necesarios para tener éxito en sus vidas. A medida que adquieren conocimientos sobre sí mismos y su entorno, pueden tomar decisiones informadas sobre cómo quieren influir en sus familias, su comunidad e incluso en el mundo.

Si tuviera que priorizar la educación de tres valores y tres rasgos del carácter o virtudes del marco Deep Learning, ¿Cuáles escogería y por qué?

Las seis competencias no compiten entre sí, sino que son un conjunto integrado. Todas son esenciales, pero se exigen con diferente énfasis en distintas tareas o interacciones.

Ser explícito en cuanto a una cultura que honre los dones de los estudiantes aumenta su confianza, su compromiso y rendimient

Es raro encontrar un trabajo o hacer una carrera que no requiera las seis competencias en distintos grados. Y estas competencias son igual de importantes en nuestra vida personal cuando nos comunicamos y colaboramos con los demás y utilizamos el pensamiento creativo y crítico para discernir opciones y resolver problemas. El carácter y la ciudadanía son guías cruciales de nuestro comportamiento.

Aunque las seis son esenciales, cada vez se presta más atención al pensamiento crítico para que los alumnos puedan discernir lo que es real y lo que es falso en un mundo de inteligencia artificial (IA). Esa capacidad de discernimiento se traduce en las competencias del carácter (la capacidad interna de aprender, ser compasivo y actuar con integridad) y ciudadanía (los atributos de cara al exterior que les hacen contribuir a la sociedad).

En estos momentos en que la inteligencia artificial irrumpe con fuerza a todos los niveles, ¿Cómo se enfrenta Deep Learning a esta nueva revolución tecnológica?

La IA ha irrumpido en todos los aspectos de la vida. Aprovechar

Se presta más atención al pensamiento crítico para que los alumnos puedan discernir lo que es real y lo que es falso en un mundo de

lo digital ha sido siempre uno de nuestros cuatro elementos del diseño del aprendizaje y permitir que el aprendizaje profundo responda a la aparición de la IA. La tecnología está ahora en condiciones de ayudarnos a reimaginar el aprendizaje. La pandemia sin duda aumentó la concienciación y la capacidad de la tecnología, pero también destacó la importancia crucial de las relaciones en un entorno digital.

La IA generativa está mostrando nuevas herramientas potenciales que pueden cambiar la forma en que se desarrolla el proceso de aprendizaje, pero requieren una discriminación significativa. Deben verse a través de la lente del pensamiento crítico con conciencia del impacto global y local.

Con nuestros socios estamos explorando aplicaciones de la IA que ayuden a los profesores a diseñar y evaluar el aprendizaje en profundidad. A medida que la IA se

hace cargo de algunos aspectos del aprendizaje rutinario, los profesores pueden centrarse en experiencias interactivas enriquecedoras y en la colaboración. Dos ejemplos: nuestra red en Uruguay se está centrando en formas de utilizar la IA para mejorar su alcance en comunidades remotas, pero lo está haciendo sobre la base del Deep Learning. En otro contexto muy diferente, en Ottawa, Canadá, tenemos a un consejo escolar que adopta la exploración de la IA no como una innovación, sino como una mejora de su enfoque en el Deep Learning y se pregunta cómo puede la IA amplificar el aprendizaje. Al final, el uso positivo de la IA dependerá del grado de buen juicio y discernimiento de profesores, alumnos y líderes. Son tiempos difíciles, pero apasionantes y las posibilidades son exponenciales a medida que trabajamos con nuestro ecosistema de socios.

Modelo AIRISS: Seis

Fortalezas del Carácter para el siglo XXI

Cómo empoderar a familias y docentes para una educación de calidad

En la actualidad, la educación afronta el reto de formar personas íntegras y preparadas para un mundo en constante cambio. Esto requiere no solo el desarrollo de competencias académicas, sino también el cultivo de virtudes esenciales para la vida. En este contexto, el modelo AIRISS se presenta como una propuesta integral, centrada en el desarrollo de seis fortalezas del carácter: Autonomía, Identidad, Resiliencia, Integridad, Sociabilidad y Sabiduría. Estas fortalezas no solo preparan a los alumnos para los desafíos personales y sociales del siglo XXI, sino que también fomentan una educación en valores, en la que las familias juegan un papel clave

En este artículo se explica en qué consiste el modelo AIRISS, cómo puede implementarse en el aula y la relevancia del acompañamiento a las familias durante el proceso formativo de los estudiantes.

LAS SEIS FORTALEZAS DEL CARÁCTER EN EL MODELO AIRISS

El núcleo del modelo AIRISS es el desarrollo de seis fortalezas del carácter, fundamentales para el crecimiento de los alumnos en el mundo actual. A

continuación, detallamos cada una de estas fortalezas y su relevancia en el proceso educativo.

1. Autonomía

La autonomía se refiere a la capacidad de una persona para tomar decisiones por sí misma, de manera consciente y responsable. En el contexto educativo, implica que los alumnos no solo adquieran conocimientos, sino que también desarrollen la capacidad de gestionar su propio aprendizaje, tomar decisiones informadas y asumir las consecuencias de sus acciones.

Para fomentar la autonomía es clave preparar a los estudiantes a ser curiosos, proactivos, autodirigidos y capaces de enfrentarse a nuevos desafíos. Los docentes juegan un papel crucial al proporcionar un entorno que promueva la reflexión, la toma

AIRISS

busca que los estudiantes desarrollen una identidad sólida, basada en el autoconocimiento y el respeto por sí mismos

de decisiones y la responsabilidad personal. Esto se logra a través de actividades que desafíen a los estudiantes a resolver problemas por sí mismos y reflexionar sobre sus elecciones.

La autonomía no es solo una habilidad académica, sino una fortaleza que abarca la vida diaria, desde la gestión de las emociones hasta la toma de decisiones morales. En el modelo AIRISS, los alumnos aprenden a regular sus impulsos, a postergar gratificaciones cuando es necesario fortaleciendo así su autodominio. Además, tienen la oportunidad de desarrollar una interdependencia sana en sus relaciones y el sentido y propósito de lo que hacen.

2. Identidad

La identidad es la capacidad de los alumnos para conocerse a sí mismos, comprender sus valores, fortalezas y limitaciones, y actuar conforme a ellos. Esta fortaleza es esencial para el desarrollo de una autoestima saludable y un proyecto personal de vida.

El modelo AIRISS busca que los estudiantes desarrollen una identidad sólida, basada en el autoconocimiento y el respeto por sí mismos, y se relacionen con los demás asertivamente. Los docentes, a través de actividades que promuevan la reflexión personal, la metacognición y el autoconocimiento, pueden ayudar a los alumnos a construir su identidad de manera y coherente. Además, es importante crear un ambiente donde los alumnos se sientan seguros para expresar quiénes son, valorar las diferencias y trabajar en su crecimiento personal.

Una identidad clara y positiva es esencial para que los estudiantes enfrenten los desafíos de la vida con confianza y espíritu de misión. La construcción de esta identidad es un proceso que involucra tanto al alumno como a su entorno familiar y escolar.

AUTONOMÍA IDENTIDAD

FÍSICA valor de las coses gestión personal vida

EMOCIONAL autodominio conciencia emocionaloptimismo

SOCIAL interdependencia asertividad

RACIONAL curiosidad metacognición

TRASCENDENTE sentido y propósito misión esperanza

Los docentes deben crear entornos optimistas, donde se normalice el error como parte del aprendizaje

3. Resiliencia

La resiliencia es la capacidad de sobreponerse a las dificultades, adaptarse a los cambios y salir fortalecido de las adversidades. En la formación de los alumnos, esta fortaleza es crucial para enfrentar los retos que la vida escolar y personal presentan.

El modelo AIRISS fomenta la resiliencia ayudando a los estudiantes a desarrollar herramientas para gestionar el estrés, superar fracasos y aprender de ellos. Los docentes deben crear entornos optimistas, donde se normalice el error como parte del aprendizaje, se fomente el perdón y se valore el esfuerzo y la perseverancia por encima del resultado inmediato.

Esto implica ver los problemas y obstáculos con esperanza, como oportunidades de crecimiento y tener la capacidad de encontrar soluciones creativas.

La resiliencia también se trabaja en colaboración con las familias, ayudándolas a entender la importancia de no sobreproteger a los niños y jóvenes, sino empoderarlos y permitirles aprender de sus propios errores y desafíos, fomentando así una fortaleza interna que les será útil a lo largo de sus vidas.

4. Integridad

La integridad se refiere a actuar conforme a los valores personales y éticos, manteniéndose firme en los principios que guían nuestras acciones. En el contexto educativo, esta fortaleza es fundamental para formar personas leales, sinceras, responsables y coherentes con sus valores y creencias.

En el modelo AIRISS, la integridad se fomenta al enseñar a los estudiantes a tomar decisiones éticas,

RESILIENCIA INTEGRIDAD SOCIABILIDAD SABIDURÍA

vida saludable autenticidadsostenibilidad valor de la vida

ptimismo autoestima empatía

flexibilidad

perdón lealtad y sinceridadcomunicaciónservicio

creatividad e imaginación pensamiento crítico trabajo y cooperación pensamiento estratégico

esperanza compromiso amor visión global

incluso cuando son difíciles o impopulares. Los docentes pueden plantear debates sobre dilemas éticos y morales en el aula, ayudando a los estudiantes a desarrollar un pensamiento crítico sobre lo que es correcto e incorrecto, y a actuar con compromiso en sus relaciones interpersonales.

Además, la integridad se refuerza con el ejemplo que los docentes y las familias proporcionan. Los alumnos aprenden tanto de lo que se les enseña como de lo que observan en quienes los rodean, por lo que es esencial que tanto la escuela como el hogar promuevan un comportamiento coherente con los valores que se desea promover.

5. Sociabilidad

La sociabilidad es la capacidad de relacionarse con los demás de manera respetuosa y efectiva. Involucra habilidades socioemocionales como la empatía, la escucha, la comunicación, la cooperación y la resolución de conflictos de manera pacífica.

El modelo AIRISS entiende que los seres humanos somos interdependientes, compartimos un mundo natural y que el bien común y el bienestar social depende de nuestra capacidad para interactuar y colaborar con los demás. En el aula, los docentes pueden fomentar la sociabilidad a través de la cooperación, actividades que promuevan el diálogo, el respeto por la diversidad de opiniones, y valores relacionados con el trabajo bien hecho o ética de la excelencia y la sostenibilidad. Además, es importante enseñar a los alumnos a resolver los conflictos de manera constructiva, buscando siempre soluciones donde ambas partes se beneficien (enfoque ganarganar) y el aprecio personal por las personas.

La integridad se refuerza con un comportamiento coherente de los docentes y las familias con los valores que se desean promover
Figura 1. Tabla Modelo AIRISS

El desarrollo de esta fortaleza también involucra a las familias, que deben fomentar la capacidad de sus hijos para interactuar de manera positiva con otros, desde el respeto y la comprensión mutua.

6. Sabiduría

La sabiduría no se refiere solo al conocimiento académico, sino a la capacidad de tomar decisiones con visión global, de forma que reviertan en el bien de las personas involucradas, aportando valor añadido y, por lo tanto, actuar de forma prudente y solidaria con todos. Requiere actuar de manera flexible, prudente y ética. En el modelo AIRISS, la sabiduría implica usar el conocimiento, la experiencia y los valores para orientar las acciones al servicio del bien común y el respeto a la dignidad de toda vida humana.

Los docentes pueden promover la sabiduría en los alumnos al fomentar la reflexión crítica de decisiones complejas, el análisis de las consecuencias de sus actos y la consideración de los valores éticos que subyacen a cada elección. Es fundamental que los estudiantes aprendan a actuar con pensamiento estratégico, no solo en función de sus deseos inmediatos, sino también pensando en el impacto a largo plazo de sus decisiones en sus propias vidas y en las de los demás.

La sabiduría, como fortaleza, está íntimamente relacionada con el autoconocimiento y la reflexión, habilidades que deben desarrollarse tanto en el entorno escolar como en el familiar.

EL PAPEL DEL DOCENTE Y EL ACOMPAÑAMIENTO A LAS

FAMILIAS

En AIRISS, el docente desempeña un rol esencial que va más allá de la transmisión de conocimientos académicos, fomentando un crecimiento integral que abarca las dimensiones emocional, social, física, racional y trascendente. El docente se convierte en un creador de experiencias significativas dentro del aula, diseñando actividades que inviten a la reflexión, la colaboración y el autoconocimiento. Estas actividades no solo buscan el desarrollo de competencias cognitivas, sino también promueven el crecimiento en las 6 fortalezas del modelo AIRISS. Al centrar el aprendizaje en el proceso y no únicamente en los resultados, los docentes crean un clima emocional

La sabiduría implica usar el conocimiento, la experiencia y los valores para orientar las acciones al servicio del bien común
El tutor/a personal es una figura clave en la implementación de la educación personalizada dentro del modelo AIRISS

positivo donde cada alumno se siente valorado y motivado a explorar su potencial personal y el colectivo.

Por su parte, el tutor/a personal es una figura clave en la implementación de la educación personalizada dentro del modelo AIRISS. A través de entrevistas regulares con los alumnos y sus familias, el tutor/a personaliza las estrategias de crecimiento en función de las fortalezas y áreas de mejora de cada estudiante. Este acompañamiento cercano permite que las propuestas AIRISS se adapten de manera única a cada alumno, guiándolos en su desarrollo personal y formativo, y alineando sus metas personales con los objetivos educativos. El tutor no solo se encarga del seguimiento académico, sino que también cultiva las virtudes y habilidades necesarias para que cada estudiante afronte los desafíos de manera resiliente, ética y consciente de su propósito en la vida.

CONCLUSIÓN

El modelo AIRISS ofrece una visión integral de la educación, centrada en el desarrollo de seis fortalezas del carácter que son fundamentales para alcanzar una vida plena. Para los docentes, aplicar este modelo en la escuela y el aula, implica un acompañamiento en el crecimiento de todos los alumnos y alumnas, especialmente a los más vulnerables, creando una cultura escolar que fomenta el desarrollo de las fortalezas de toda la comunidad educativa. Asimismo, el acompañamiento a las familias es esencial para que los estudiantes reciban un apoyo coherente y constante tanto en la escuela como en el hogar, lo que les permitirá enfrentarse con éxito a los desafíos del futuro.

José Manuel López Potente es maestro y psicopedagogo. Actualmente, es el director del área de tecnología y nuevas oportunidades de negocio en Institució Familiar d’Educació. Posgrado en multimedia y educación y dos másteres, uno en nuevas tecnologías aplicadas en la educación y otro en e-learning. Ha participado en numerosas investigaciones en la Universidad Autónoma de Barcelona y ha creado el proyecto Conecta+ para la educación en el buen uso de internet y las tecnologías.

Colegio Airina

Educando para un liderazgo global

El mundo necesita un liderazgo virtuoso para afrontar sus desafíos

por Ana Moreno Salvo

ENTREVISTA A EDWARD BROOKS

Usted dirige el Proyecto Carácter de Oxford.

¿Cómo nace este proyecto y cuál es su objetivo?

El objetivo del Proyecto Carácter de Oxford es ayudar a una nueva generación de líderes a desarrollar las cualidades de carácter que necesitan para afrontar los retos de nuestro tiempo y tener un impacto positivo. En la Universidad de Oxford tenemos un grupo de investigación que trabaja sobre los aspectos del carácter y nuestro objetivo es convertirnos en un líder mundial en liderazgo global, educación e investigación para educar y formar a generaciones de líderes políticos, empresariales y sociales que lideren un cambio

positivo en todo el mundo. El proyecto se inició en 2014, en un contexto de crisis de liderazgo a nivel mundial. Tras el colapso financiero de 2008, los acontecimientos posteriores y los desafíos en todos los sectores significaron una notable disminución de la confianza en el liderazgo público.

Las instituciones educativas son las que forman a estos futuros líderes. ¿Qué hacemos y cómo les apoyamos? No solo en desarrollar las habilidades y adquirir los conocimientos que necesitan en el mundo, también nos centramos en las cualidades subyacentes del ser, estas cualidades del carácter, como las llamamos, formas intelectuales de pensar,

formas morales de ser, aspectos cívicos del carácter, formas de relacionarse con los demás en la sociedad. Nos preguntamos, ¿cómo podemos ayudar a los estudiantes a desarrollar estos aspectos de su carácter que les ayudarán a liderar un cambio positivo en el mundo y a hacer el bien en sus diferentes ámbitos y contextos?

¿Qué entiende usted por liderazgo del carácter?

El carácter está realmente en el corazón de un buen liderazgo. El liderazgo es una idea compleja, y los líderes necesitan reunir muchas habilidades diferentes, experiencia en conocimientos, pero también una dimensión humana importante. Cualidades como el juicio, la

Edward Brooks (Oxford) es director de la Global Leadership Initiative de la Universidad de Oxford y del Oxford Character Project. Se doctoró en Filosofía por la Universidad de Oxford y desde entonces ha dedicado muchos años a explorar la cuestión del buen liderazgo desde un punto de vista filosófico. Su investigación se centra en la intersección entre la ética de la virtud, el carácter y el desarrollo del liderazgo, con especial interés en los conceptos de esperanza y resiliencia, el potencial educativo de los modelos de conducta, la relación entre el carácter y la cultura organizativa, y la importancia del carácter para un liderazgo ético y eficaz.

resiliencia, la humildad, la esperanza, la justicia y muchas otras para que sus habilidades y conocimientos se dirijan bien y hacia el bien en el contexto que lideran.

En los últimos años hemos llevado a cabo un proyecto sobre el carácter y el liderazgo global. Una parte del mismo consistió en una revisión de más de mil artículos sobre el liderazgo basado en el carácter en países de renta baja y media. De ellos, 700 artículos estaban además centrados en el efecto positivo a diferentes niveles del impacto de este tipo de liderazgo: para los líderes individuales, los beneficios eran personales, fruto de liderar con cualidades como la humildad, el coraje y la justicia; para los seguidores, los beneficios eran en términos de bienestar y compromiso.

Para la organización los beneficios eran en términos de rendimiento y cultura, y de allí se beneficiaba una sociedad más amplia. Cuando pensamos sobre liderazgo de carácter, nos referimos a un tipo de liderazgo de dimensión personal.

Los beneficios del liderazgo con carácter son personales y para la ogranización

¿Cómo puede la educación del carácter mejorar el mundo?

Cuando en la Universidad de Oxford pensamos en nuestra misión, nos referimos a cómo podemos formar y preparar a estudiantes de todo el mundo desde las distintas disciplinas para que contribuyan a un cambio social positivo, a cambiar el mundo, por así decirlo. ¿Qué hace falta para que una educación ayude a los estudiantes y los prepare para cambiar el mundo? Creemos, que hacen falta tres aspectos. Uno se centra en la ética, ¿cómo saben lo que es correcto?, otro

en la evidencia, ¿cómo saben lo que funciona?, y el tercero en el compromiso, ¿cómo saben cómo conseguir que se hagan las cosas?, ¿saben movilizar a otros y marcar la diferencia en la práctica? Estos tres aspectos se alinean con las tres categorías fundamentales, el ser, que es la categoría de la ética, el saber, que es la categoría de la evidencia, y el hacer, que es la categoría del compromiso. Cuando pensamos en la educación del carácter, pensamos en el nivel del ser. ¿Quiénes deben ser los estudiantes para que sus conocimientos, sus evidencias y su compromiso con la acción estén bien orientados y sean positivos a lo largo de su carrera?

En la universidad nos centramos en tres cuestiones: el propósito, el núcleo del porqué, ¿qué es lo que mueve a nuestros alumnos?, ¿cómo pueden comprometerse y pensar cuál es su propósito en el mundo?, ¿cómo podemos ayudarles a explorar esto mientras están en la universidad, no simplemente pasando su educación formal, sino adquiriendo un sentido de quiénes son y qué quieren aportar al mundo? Su esencia, su profundo por qué, como dice Simon Sinek; otra cuestión es el carácter, si el propósito es el porqué, el carácter es el quién, es decir, ¿quién tiene que ser para hacer lo que quiere hacer? Si nos apasiona contribuir en un determinado ámbito de la vida, necesitamos desarrollarnos como seres humanos para poder hacerlo. Tal vez eso implique crecer en resiliencia, porque será un camino duro y necesitaremos crecer a través de la dificultad y el fracaso para llegar allí. Tal vez necesitemos crecer en valentía porque necesitaremos confianza para asumir algunas dificultades y superar aspectos de nuestros miedos.

Quizá necesitamos mejorar en nuestra humildad porque lo que queremos hacer es difícil y necesita

que se implique mucha gente. No podemos hacerlo todo nosotros solos. La humildad es una cualidad del carácter potente e importante para trabajar bien con los demás, aportar nuestra parte, reconocer nuestros límites. Si queremos contribuir al bien en el mundo, tendremos que desarrollar una cualidad de servicio y generosidad que contribuya a los demás. La tercera cuestión es el juicio, cuyo núcleo es el cómo, ¿cómo hacemos lo correcto en el momento correcto, en el lugar correcto y por la razón correcta?, ¿cómo podemos alinear la motivación con la acción, con el intelecto?, aquí es donde entra el juicio. Estas tres cuestiones centrales son tres componentes del ser o categoría ética. El carácter, la dimensión personal, está situada en el centro. No podemos cambiar el mundo sin él.

Para cambiar el mundo necesitamos: ética, evidencias y compromiso

¿Qué es la teoría de la moral ejemplarista?

Se espera que los líderes den ejemplo, que sean modelos de lo que dicen, del cambio que piden. La moral ejemplarista es la teoría filosófica de la ejemplaridad y del aprendizaje a partir de ejemplos. Está en primer plano en la filosofía, de nuevo recientemente a través del trabajo de Linda Zagzebski, que defiende la importancia de la admiración como aspecto moral central de nuestra emoción moral. Esto nos permite comprometernos con esos modelos de conducta gracias al efecto de elevación que desencadena la admiración, que nos mueve a emular a aquellos que admiramos. A partir de aquí se construye una teoría moral basada en la primacía del

ejemplo. Aprendemos primero de las personas que son modelos o ejemplares, e identificamos las cualidades de carácter que enumeramos a partir de su ejemplo. Si eres profesor de cualquier tipo, sabes muy bien que tu ejemplo es muy importante.

En nuestro marco y forma de entender el desarrollo del carácter, aprender y comprometerse con ejemplos de virtud, modelos positivos, es un aspecto clave, una forma fundamental de ayudar a nuestros alumnos a desarrollar su carácter, no simplemente teniendo conocimiento de estas personas, sino realmente profundizando, explorando, investigando quiénes son, cómo estaban motivados, qué hicieron, por qué lo hicieron, y pensando cuidadosamente cómo podemos seguir el ejemplo a nuestra manera, en nuestro propio contexto.

Hay algunas investigaciones psicológicas importantes que

La admiración es el aspecto central de nuestra emoción moral

identifican aspectos de los ejemplos más eficaces desde el punto de vista del desarrollo de los alumnos: la admiración: que su ejemplaridad sea admirable y cause emoción; la relevancia, un vínculo o cruce experiencial hace que estas personas sean poderosas como ejemplos de los que aprender; y alcanzabilidad: tienen que ser reales, en el sentido de realistas, no deben ser personas subidas a pedestales, elevadas artificialmente.

¿Qué hicieron bien?, ¿en qué se equivocaron? Deberíamos estar abiertos a comprometernos y debatir sobre nuestros modelos de conducta y pensar detenidamente ¿qué es exactamente lo que podemos aprender de ellos?

¿En qué consisten los programas de desarrollo de carácter y liderazgo que organiza para universidades? ¿Nos puede poner algún ejemplo? ¿Sería trasladable a la escuela?

Un aspecto clave de nuestro trabajo en el Oxford Character Project es educar y apoyar la educación del carácter en nuestros estudiantes y de otras universidades, otros contextos, la empresa y de todo el mundo. Uno de los programas que llevamos a cabo desde hace diez años se llama Iniciativa de Liderazgo Global. Se trata de pequeños grupos de estudiantes de posgrado de todo el mundo que estudian diferentes asignaturas y que se reúnen cada semana durante dos trimestres para explorar aspectos del carácter importantes para el liderazgo y construir esos aspectos del carácter que ellos mismos identifican en su propia idea de lo que es el liderazgo y cómo van a liderar en el futuro para

desarrollar su propio carácter de modo que puedan liderar bien en su contexto.

En el núcleo de este programa, y de todos nuestros programas, hay una pedagogía de siete estrategias para el desarrollo del carácter, que puede aplicarse ampliamente. En cada contexto variará la forma de impartirse. Nuestro programa sobre liderazgo es transferible a otras entidades, teniendo en cuenta que, en contextos diferentes, puede ser importante hacer hincapié en diferentes virtudes y enfoques. Nuestra pedagogía es bastante transferible de un contexto a otro. Se relaciona con lo que son las cualidades del carácter, cualidades del ser, que podemos entender como hábitos. Se desarrollan, en primer lugar, por habituación a través de la práctica. Para desarrollar el coraje, actuamos con coraje. Para desarrollar la templanza, actuamos con templanza. Nos desarrollamos a nosotros mismos igual como desarrollamos una habilidad musical o una capacidad deportiva concreta. Práctica intencionada a lo largo del tiempo. Nos convertimos en lo que somos haciendo, no simplemente pensando. La habituación es lo primero. La segunda es la reflexión. No aprendemos simplemente experimentando,

sino que aprendemos cuando reflexionamos sobre la experiencia, para procesarla y aprender de ella, para hacer las cosas de forma diferente posteriormente. Esto es importante porque nuestro carácter es interno y depende y exige nuestro tiempo, soledad, introspección, reflexión, para considerar realmente quiénes somos, cómo lo estamos haciendo, cuál fue nuestra motivación para ciertas acciones a fin de que podamos ajustar eso a medida que avanzamos, identificar y ajustar. Hay magníficos ejemplos. Si lees a alguien que admires que sea un líder o una figura pública, encontrarás en su historia un elemento importante de soledad y de trabajo interior. Nelson Mandela es un ejemplo famoso. Durante su estancia en la prisión de Robin Island, donde permaneció muchos años, desarrolló una práctica de introspección y trabajo interior en su celda, que fue realmente la base de lo que le permitió liderar la esperanza en Sudáfrica cuando salió de la prisión. En tercer lugar, los ejemplos son la tercera estrategia o pedagogía, como ya hemos dicho. A medida que identificamos y reflexionamos sobre las personas que admiramos, somos capaces de crecer por imitación relevante de su ejemplo. En cuarto lugar, la alfabetización de las virtudes. El lenguaje que utilizamos tiene un efecto moldeador en el mundo que observamos y la realidad con la que trabajamos. El lenguaje para ser, que es el lenguaje de las virtudes

del carácter, como la humildad, la integridad, el coraje, la resiliencia, etcétera.

Comprender qué son, qué significan y cómo se relacionan entre sí nos permite identificar dónde actuamos de esa manera y dónde lo hacen los demás. Podemos apoyar a los demás valorándoles por las cualidades que han desarrollado y muestran. También podemos pensar en nuestras propias vidas y experiencias a través de estas lentes. En quinto lugar, la conciencia de los prejuicios y las variables situacionales. Nos hacemos conscientes de las presiones sociales que nos moldean desde fuera. No sólo somos moldeados intencionadamente, sino también por quienes nos rodean y por el contexto en el que vivimos. Y ser conscientes de estas presiones situacionales nos permite trabajar con ellas si nos apoyan o contra ellas si nos desfavorecen. Para desarrollar el carácter en un contexto social, los recordatorios son importantes. En sexto lugar, los recordatorios morales pueden hacer que nuestras normas, lo que importa, lo que es necesario sea relevante para nosotros. Al establecer recordatorios estamos tratando de cultivarnos. Y luego, en séptimo lugar, amistades de responsabilidad mutua. Desarrollar y cultivar una virtud del carácter no es algo que se haga en aislamiento.

El ejemplo es una forma de ayudar a los alumnos a desarrollar su carácter

Se hace colectivamente y con los más allegados. Las amistades pueden ser un importante apoyo y estímulo. No solo las amistades de placer, en las que compartimos una actividad alegre, o las amistades de utilidad, en las que nos ayudamos mutuamente, tal vez en el ámbito profesional, sino las amistades de virtud, en las que existe un elemento de responsabilidad mutua, de apoyo para convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos. Esas son las que realmente importan.

¿Cuál es el perfil de un ciudadano con un alto nivel del desarrollo del carácter?

Los ciudadanos con altos niveles de desarrollo del carácter tienen ciertas virtudes fundamentales, que han sido identificadas en relación con las capacidades humanas y son necesarias. Virtudes como el coraje para afrontar y superar las dificultades. A veces será difícil usar nuestros dones para el bien. No será el camino de menor resistencia. Será difícil, y se necesitará coraje. Por otro lado, la templanza es importante para superar la agitación interior y emocional que a veces puede perturbarnos por dentro. La justicia es fundamental para identificar y trabajar por el bien. Y eso es lo que tratan de hacer los buenos ciudadanos, para hacer avanzar la justicia y las políticas justas en sus ámbitos. Y luego la prudencia, el juicio, para identificar el contexto situacional en el que actuar. Se trata de un componente intelectual: qué hacer, cuándo hacerlo y, a continuación, poner en práctica las virtudes de forma pertinente. Estas virtudes fundamentales, que son de nivel humano son las que escogeríamos. Por supuesto, los buenos ciudadanos trabajan en muchos entornos y contextos diferentes.

Y habrá un montón de aspectos diferentes del carácter y el ser, que se relacionarán con quiénes

son más específicamente y qué es lo que hacen. Si trabajas en los servicios de emergencia, necesitarás ciertos aspectos y elementos de valentía y calma que serán importantes. Si trabajas en una función muy complicada en la administración pública, necesitarás ciertas virtudes intelectuales para gestionar masas de información compleja. Si trabajas en política, es importante cultivar una mentalidad abierta en las relaciones con muchas personas que son muy diferentes y tienen opiniones distintas. Así que creo que no hay un único perfil de ciudadano virtuoso. Creo que hay muchos diferentes, que son importantes en diferentes contextos.

Todos estamos creciendo y desarrollándonos, también como ciudadanos estamos en

un camino hacia la virtud. Siempre hay algo más que podemos hacer, más formas en las que podemos crecer. Por eso creo que es importante decir que el perfil de un ciudadano que está creciendo en carácter, y no tanto que tiene carácter.

No es un «lo tienes o lo tienes», es algo que se desarrolla constantemente con el tiempo. Y un compromiso de utilizar nuestros dones para servir, para hacer avanzar el bien en el mundo. Siempre tenemos que trabajar en lo personal, los elementos del ser, los elementos del carácter, si queremos hacerlo realmente bien.

El coraje

es

clave

para usar nuestros dones en beneficio del bien común

Usted ha participado en numerosos estudios sobre desarrollo humano ¿Cómo se puede medir el impacto del liderazgo del carácter en la Comunidad global?

Vivimos en un mundo en el que nos tomamos la medición muy en serio, y hay una buena razón para ello. Si queremos hacer el bien en el mundo, queremos saber que lo que estamos haciendo realmente importa.

Por eso intentamos medir las cosas y comprender su impacto, así como maximizarlo y optimizarlo. Y eso es una motivación muy importante. Pero, por supuesto, algunas cosas son más fáciles

de medir que otras, y pueden medirse de diferentes maneras. Cuando se trata de medir el carácter, estamos midiendo algo que es muy complicado porque tiene un importante aspecto interno. Las cualidades del carácter tienen un componente motivacional, un componente intelectual y un componente basado en la acción. Así que la motivación importa. Pero, ¿cómo podemos medir la motivación? Hay que pensar muy bien cómo medir el carácter. Tendrá que haber un elemento importante de autoinforme, de autoconciencia, de autoanálisis. Algunos trabajos en psicometría han sido muy útiles en este sentido.

Para que sea lo más útil posible, tiene que ser un trabajo detallado y psicométricamente validado. Tiene que estar estrechamente vinculado a las cualidades del carácter, que deben estar bien definidas. Los autoinformes pueden ser útiles si se hacen bien. Aquí también hay dificultades, pues es fácil dar respuestas a encuestas que no son exactas, o a veces la gente no es capaz de acceder a sus estructuras motivacionales. Así que ese enfoque tiene sus límites.

Otro enfoque es pensar en un informe de otros. Usted podría informar sobre mi carácter y yo podría dar una indicación sobre el suyo. Las evaluaciones 360 pueden ser útiles para ayudar a la gente a ser consciente de sus acciones y de algunas de las cualidades de carácter que manifiestan, y ayudar a reflexionar ¿cómo voy? No me había dado cuenta de que, por ejemplo, si dirijo de determinada manera, eso se percibe como una falta de

Es necesario que los sistemas de IA se desarrollen de forma responsable

humildad. Así que los informes 360 pueden ser útiles.

También hay formas más recientes de medición del carácter a través del gran lenguaje, mediante la evaluación de textos y métodos de procesamiento lingüístico. Podemos buscar en grandes masas de información y tratar de comprender la prevalencia de las cualidades del carácter. Se trata de un campo emergente, pero en el que se está avanzando mucho. Creo que estamos mejorando en la medición del carácter. Hay algunos métodos creativos que pueden avanzar y aplicarse, pero hay que recordar que medir es difícil. Eso no significa que sea menos importante sino simplemente que implica un reto y que deberíamos seguir intentándolo y comprometernos con ello, pero también reconocer sus límites y ajustar nuestras expectativas a la capacidad honesta de nuestros instrumentos de medición.

¿Qué papel podría jugar una buena educación del carácter en el mundo y sociedad de la era IA? En el mundo de la IA, hay más necesidad que nunca de formar ciudadanos y líderes con unas cualidades del carácter fundamentales como responsabilidad, humildad, coraje, etcétera. La IA no sustituye a ninguno de estos aspectos de nuestra personalidad humana. La IA no tiene personalidad, por mucho que algunas de las herramientas de IA más recientes puedan imitar aspectos de la personalidad humana. Todo lo que recibimos es texto sin motivación ni intención. Es un modelo estadístico que nos ha entregado una secuencia de palabras. Y el significado viene del creador de significado que como humano lee el texto.

Esto abre todo un mundo de complejidad porque hay muchos aspectos de la vida en los que estas

herramientas pueden ayudarnos, y muchas maneras en las que el diseño de estas herramientas puede ampliar y magnificar los aspectos mejores y peores de nuestro ser humano. Y por eso hay una necesidad real de que los sistemas de IA se desarrollen de forma responsable para que no sucumban a los prejuicios porque estén trabajando con determinados conjuntos de datos sesgados, por ejemplo. Se necesitará un desarrollo responsable de la IA para evitarlo, para que estos sistemas se utilicen en la medida de su capacidad, y para que se utilicen para el bien, no para sembrar la división, sino para fortalecer los lazos de la humanidad que son realmente importantes para nosotros en este momento, en un mundo de conflictos en el que buscamos la paz.

Y por eso creo que tendremos que asumir una verdadera responsabilidad a la hora de pensar en el desarrollo continuo de los sistemas de IA, para que se utilicen bien, y no simplemente para considerar buena cualquier oportunidad de desarrollar una nueva herramienta o de ganar dinero. En realidad, tenemos que pensar detenidamente si se trata de una tecnología en la que queremos avanzar por una determinada razón y hacerlo de una manera que tenga en cuenta las consecuencias.

También existe la posibilidad, mucho menos explorada, de que los sistemas de IA desarrollen o ayuden a desarrollar algunas de estas cualidades del carácter.

La experiencia del IES Cartima

Cómo la tecnología y la cultura escolar inclusiva transforman la enseñanza y el aprendizaje en un entorno democrático

El IES Cartima comenzó su andadura en septiembre de 2014, se ubica en el Valle del Guadalhorce a veinte kilómetros de la capital de Málaga, y actualmente tiene 560 alumnos/as y 50 docentes. Nuestra oferta educativa incluye cinco líneas de secundaria y dos Aulas específicas.

Desde el principio nos ha preocupado “la falta de atención al desarrollo emocional del ser humano, motor fundamental del aprendizaje.” (Pérez Gómez, A.I, 2012). Y a la vez tenemos muy presente que “los profesores necesitan construir sus complejos roles profesionales y maneras de pensar acerca de la práctica docente en contextos seguros de aprendizaje en comunidad” (Korthagen, 2011).

El principal reto que afrontamos como centro es sostener una cultura escolar reconocible, con principios, objetivos y líneas de actuación basados en las Ciencias de la Educación. Estos son públicos para que puedan ser objeto de reflexión y debate en el seno de la comunidad educativa; y para que puedan ser conocidos por quienes se plantean venir al centro. El esfuerzo de difusión de nuestra actividad durante años ha sido clave para conformar un equipo docente comprometido, y también para que el alumnado, el profesorado, y las familias que llegaban fueran conscientes de que la búsqueda del bien común para atender las necesidades de todo el colectivo es nuestra prioridad.

La

conexión entre la actividad académica y el mundo real, tanto presencial como virtual, dota de sentido el aprendizaje

que puede disponer el alumnado y las familias tras su paso por el IES Cartima. Y entendemos que crear las condiciones para que las personas puedan acceder a más oportunidades es una forma de hacerlas más libres.

Por otra parte, hace tiempo que la escuela ha demostrado su capacidad para apropiarse de las herramientas digitales para ponerlas al servicio de objetivos pedagógicos convirtiendo a los centros educativos en el ámbito idóneo para educar en su uso. Enfrentar al alumnado a la necesidad de utilizar a diario dispositivos, aplicaciones, espacios online, nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre su uso, de consensuar normas, y de desarrollar actitudes responsables como usuarios de la tecnología. Los docentes han acreditado capacidad sobrada para liderar estos procesos, que deberían desarrollarse con el acompañamiento de las familias en dinámicas lo más horizontales y participativas posibles.

Para ello desarrollamos una sesión dentro de nuestro programa de formación inicial. Entre el 4 y el 14 de septiembre cada curso dedicamos sesiones de formación/reflexión a múltiples aspectos de la labor docente (Evaluación del aprendizaje, Inclusión y atención a la diversidad, Proyectos interdisciplinares, A.B.P., Aprendizaje cooperativo, Uso de la tecnología, Convivencia, …) y siempre hay una mañana reservada para la tecnología; la Inteligencia artificial ocupa ahora la parte principal de este espacio.

Esto tiene varias consecuencias prácticas: fuimos reconocidos como Comunidad de aprendizaje (INCLUDED) en 2017, hacemos de la inclusión un objetivo prioritario, y anteponemos el cuidado de las personas. Las dinámicas del centro tienen raíces netamente democráticas y se basan en la participación, la escucha y el diálogo. Y a su vez priorizamos la conexión entre la actividad académica y el mundo real, tanto presencial como virtual, para dotar de sentido el aprendizaje; nos gusta decir que aprendemos para la vida.

Una herramienta clave para conseguir nuestros objetivos es la tecnología. Por ello, en nuestro centro funciona un modelo 1x1 en el que cada estudiante tiene una tableta. El desarrollo de la competencia digital y de la autonomía como aprendices pueden marcar importantes diferencias en las oportunidades de las

Hacemos de la inclusión un objetivo prioritario y anteponemos el cuidado de las personas

José María Ruiz Palomo es el director del IES Cartima. Miembro del Grupo motor para el desarrollo del Plan Estratégico de Innovación de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía (2021-2027). Ha impartido numerosas ponencias y cursos sobre metodologías activas, integración de la tecnología en la escuela y organización escolar.

Notas

1 Proyecto Cartima: https://www.youtube.com/watch?v=SCwJ3SEGhnE

EXPERIENCIAS

novedades biblioteca

Acompañando el crecimiento personal

Orón, J.V. y Cenoz, M. Acompañando el Crecimiento, 2023

Este libro presenta una propuesta de crecimiento personal y compartido. Te invita, partiendo de la experiencia vivida con toda su carga emocional, a realizar un camino de conocimiento de la complejidad de uno mismo y de los demás que conduzca a encontrar todo lo bueno que hay escondido. En la obra se presentan las bases que sustentan una educación centrada en la persona y en su crecimiento, abordando su complejidad desde diferentes puntos de vista y también comentan algunas claves del acompañamiento personal para favorecer la confianza, las sanas relaciones y el crecimiento sostenido.

L’ètica algorítmica

Francesc Torralba Edicions 62, 2022

El mundo tecnológico actual está cambiando radicalmente la forma de vivir, de relacionarse, de pensar, de crear, de querer, de trabajar, y plantea grandes cuestiones respecto a la propia identidad y la sociedad.

El autor, con un dominio ejemplar de la cuestión y de los referentes filosóficos, propone adentrarse en este mundo, marcado por las redes sociales, la virtualidad, la robótica y la maquinización y el poder de los datos y la información, desde el punto de vista ético.

Modelo PRIMED para la educación del carácter

Marvin W. Berkowitz Ed. Universidad de Navarra, 2022

Este libro es el resumen de décadas de investigación sobre prácticas basadas en la evidencia y la experiencia en campo en una lista clara de principios que líderes escolares y docentes pueden implementar para ayudar a los estudiantes a crecer como personas. Ofrece una guía integral basada en seis principios para moldear ambientes de aprendizaje; fomentar relaciones sanas, valores y virtudes fundamentales; recomienda modelos a seguir; y el empoderamiento y desarrollo a largo plazo de cualquier escuela.

Una educación liberal José María Torralba Encuentro, 2022

Esta obra presenta la historia de la educación liberal y sus principios teóricos, así como de los problemas prácticos que suelen impedir o dificultar la formación de los alumnos en las humanidades. El resultado es un libro que no solo educa e inspira, sino que también desafía y ofrece las herramientas necesarias para afrontar el reto del futuro de la educación universitaria en un mundo cada vez más tecnocrático, de cambios profundos y acelerados, y en el que está en juego el propio sentido de lo que significa ser humano.

Understanding Character Education

Watts, P., Fullard, M. y Peterson, A. Open University Press, 2021

Este libro presenta las ideas, prácticas y conceptos clave que están dando forma a la educación del carácter en escuelas de hoy. Explora los principios que sustentan la educación del carácter y las prácticas pedagógicas que garantizan que cobre vida en las escuelas. Es una lectura esencial para todos aquellos implicados en la enseñanza y el aprendizaje de los jóvenes, así como para aquellos que estudian este tema vital en estudios de educación, formación del profesorado y cursos de postgrado.

The Drivers

Fullan, M. y Quinn, J. Corwin, 2023

Educar para ser García, JB. y Riquelme, F. Biblioteca Innovación Educativa, 2020

Educating for Character

Bantam Books, 2009

En esta obra, sus autores exponen un modelo completo para transformar la enseñanza y el aprendizaje. El objetivo es asegurar que los estudiantes están realmente preparados para vivir y prosperar en el complejo mundo que les rodea. Entre otras cosas, hablan sobre cómo orientar a los estudiantes, al personal y a la comunidad en torno a los cuatro motores: bienestar y aprendizaje, inteligencia social, inversiones en igualdad y sistematicidad.

Esta obra cuenta con reflexiones de docentes en ejercicio que piensan y sienten la educación como una acción transformadora en el plano social, comunitario y personal. Según los autores, el rol del docente es crear el marco adecuado para que el alumnado encuentre las mejores condiciones para su aprendizaje. El reto de la educación empieza por la transformación del educador con la finalidad de saber acompañar en el desarrollo de un sentido, de un propósito profundo del ser humano, para una vida llena, compartida desde la identidad, los valores y los talentos propios.

El autor, experto internacional en educación del carácter pide una renovación de la educación en las escuelas, ofreciendo docenas de programas que las escuelas pueden adoptar para enseñar a los alumnos el respeto, la responsabilidad, el trabajo de calidad y otros valores que debe asumir la escuela en colaboración con las familias.

Educar para la vida. Pensar la escuela que queremos

Pepe Menéndez (1956, Barcelona) cuenta con más de cuatro décadas de experiencia como docente, y, desde hace más de diez años, es asesor internacional en asuntos educativos para instituciones y gobiernos de todo el mundo. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha sido el rector del Colegio Joan XXIII de Barcelona y director adjunto de la Red de Colegios de Jesuitas de Cataluña. Fue cofundador de la asociación europea de escuelas International Education. Tiene un blog “pepemenendez.wordpress. com”, donde publica una serie de conversaciones educativas, y es autor de los libros “Educar para la vida” (2024, Siglo veintiuno editores) y “Escuelas que valgan la pena” (2020, Paidós).

ENTREVISTA A PEPE MENÉNDEZ

En su libro, "Educar para la vida", se hace la siguiente pregunta: ¿Qué debemos enseñar hoy para garantizar un conocimiento que nos haga más humanos? ¿Nos podría decir qué tres enseñanzas priorizaría usted?

Esta es una pregunta que me parece que las instituciones educativas deben hacerse de forma permanente. La primera idea sería: no es una pregunta que se contesta y ya está, sino que es una pregunta que en el fondo tiene que servir como interpelación, en cada momento, por los cambios constantes que estamos viviendo. Antes se decía que cambiaban las cosas cada ciertos años y ahora casi podemos decir que cambian cada día. Yo citaría tres enseñanzas que,

desde mi punto de vista, habría que priorizar. La primera sería enseñar a buscar información, a discernir las fuentes y a estructurar un pensamiento fundamentado en datos con rigor. Lo que podríamos sintetizar con la idea de aprender a aprender. Para eso también tengo que estudiar. Y sobre todo, la escuela debe ayudar a estructurar un pensamiento bien fundamentado en el rigor que nos producen los datos, que nos produce la propia historia, las propias fuentes con las que podemos contar. Esto es aprender. La segunda prioridad para mí sería trabajar en equipo, saber trabajar en equipo con otros, que parece una redundancia. Pero significa también una capacidad de entender otras formas de ser y de pensar. Es decir, que contenga la

voluntad de aprender entendiendo otras formas de ser y de pensar. Y especialmente con una actitud que significa que aprendo de los otros en toda su diversidad. Dicho de otro modo, aprender a hacer y aprender a convivir. Y al mismo tiempo, por supuesto, el aprender a hacer. Y la tercera prioridad sería conectar los aprendizajes con la construcción y desarrollo del proyecto de vida personal, que, en palabras del legado que nos dejó el informe Delors, sería aprender a ser.

¿Cómo cree que debería resolverse el binomio ser y saber a las puertas de la era de la inteligencia artificial?

Lo que tenemos que hacer es tener cuidado del uso que las personas hacemos de esta herramienta tan potente. Sabemos que la inteligencia artificial no es inteligente en la medida en que se aprovecha de los datos que los seres humanos le damos.

A mí me parece que las grandes herramientas que el ser humano se ha dado a lo largo de la historia, desde la rueda, el fuego, la imprenta, la pólvora, el rayo láser, todas son muy potentes para hacer el bien y para hacer el mal. Precisamente en eso estriba su potencia, que son herramientas capaces, por el uso humano, de desarrollar el bien y el mal. Toni Matas decía que teníamos una idea excesivamente deformada por la ficción, por las películas, que nos daban la idea de que la inteligencia artificial se iba a apoderar del ser humano. Si la educación no es capaz de entender que la tecnología forma parte de la existencia humana y de las herramientas que tenemos que utilizar en función de nuestro proyecto educativo, la pregunta será: ¿qué otros gobernarán la educación?

¿Qué significa para usted el valor de humanizar la escuela y el aprendizaje como procesos restaurativos?

Mi visión restaurativa tiene que ver con una visión permanentemente crítica sobre el propio devenir de la humanidad. Por ejemplo, cuando nos acercamos al siglo XX vemos que es uno de los siglos más terroríficos desde el punto de vista de la violencia y de la confrontación humana, pero también es uno de los siglos que en el fondo, desarrolla, en Europa, todo el estado del bienestar, es el gran siglo del derecho universal de la educación. Es decir, me gusta esta visión crítica, pero optimista de la historia, en la que el gran desafío es cómo vivimos, cómo entendemos aquellos avances y cómo avanzamos en cuestiones al analizar el cambio climático, las propias historias nacionales que los movimientos migratorios han puesto en cuestión.

La historia de España no se puede explicar ahora como se explicaba cuando yo estudiaba, cuando tenemos escuelas en Cataluña, por ejemplo, con niveles de población del norte de África enormes. No se puede explicar cómo hacen otros países que en el fondo explican la historia de los vencedores. Esas historias nacionales basadas en vencedores y vencidos, con los movimientos migratorios que tenemos, los propios debates sobre la identidad sexual, sobre el dominio del patriarcado sobre la presencia permanente, prioritaria, dominante del hombre blanco, que construye toda una forma de entender el

La inteligencia artificial es una herramienta poderosa, pero depende de cómo los humanos la utilicen

mundo… Todo eso es lo que en estos momentos, desde mi punto de vista, tendríamos que mirar con una visión restaurativa, que no significa empezar a demoler o hacer una visión hipercrítica de todo el pasado sin tener en cuenta determinados contextos.

A mí me parece que uno de los ejemplos más evidentes es que la educación no siempre ha sido un elemento de humanización. Muchas veces ha sido un elemento de dominio, incluso de forzar la personalidad de los alumnos para que se adapten a una manera de ser, a un perfil, no solo en la consideración cultural, sino también en las formas, en las identidades. La educación también ha sido y es un elemento enormemente valioso en el pasado, pero que tenemos que mirar con mirada crítica, restaurativa. Pensemos en la cantidad de personas que hoy viven enormes traumas por su etapa escolar. Y ya no hablo solo de abusos, sino que hablo simplemente del trato, del ambiente relacional. Es decir, la escuela también ha sido ese lugar de competencia, de abuso de poder, por así decirlo, de clasificación. Entonces,

Educar en la libertad es que el alumno sea el protagonista en la toma de decisiones y que sea respetado su proceso personal

la mirada restaurativa, desde mi punto de vista, es una mirada desde el amor, desde el agradecimiento, pero desde la capacidad de construir un pensamiento crítico que nos lleve a preguntarnos qué es lo que va a hacer que la escuela realmente sea más humana.

En referencia a la educación en la libertad de los alumnos, ¿cuáles considera que son los aspectos clave?

Si nos centramos en potenciar el proyecto de vida de los estudiantes, algo que ahora se ha puesto más de manifiesto que nunca, es importante que el alumno sea realmente el protagonista a la hora de tomar decisiones y que sea respetado su proceso personal. La libertad, para mí, tiene que ver con la capacidad de que el sistema se adapte a mí y no al revés. Lo que debemos trabajar es que no se convierta en una especie de choque frontal con un sistema escolar que se ha cerrado. Sin ignorar que las personas también nos tenemos que adaptar a las normas sociales, a las conveniencias, a las necesidades por sentido de convivencia, de pragmatismo. Lo que no puede ser es que un estudiante entienda que pasar por la escuela es una especie de sacrificio con el que debe cumplir, y que la libertad, la creatividad, la toma de decisiones ya vendrá después, cuando sean adultos. La temprana edad es una etapa crucial para la construcción de la persona, y eso tiene que ver, desde mi punto de vista, con la educación de la libertad y el carácter.

¿Cómo la metodología de la pregunta puede fomentar una educación integral, una educación para ser, que pone a toda la persona en el centro del proceso educativo?

La pregunta es consustancial al desarrollo humano desde que es un bebé. Lo es en cuanto a la curiosidad, al querer saber, al plantearse, al interpelarse. Aprendemos haciéndonos buenas preguntas. Con la irrupción de la inteligencia artificial, uno de los mejores ejercicios que puede hacer una persona es analizar qué tipo de preguntas le hace al ChatGPT, cómo las formula. Mucho más interesante, incluso, que las respuestas que pueda recibir. Melina Furman, por poner un ejemplo de esto, propone un ejercicio que es hacer preguntas que no se puedan resolver a un solo clic de un buscador, que no se puedan contestar con un sí o con un no. Si pregunto: ¿Por qué es tan beneficiosa la democracia?, prácticamente estamos señalando a los alumnos que me ha de contestar de una manera políticamente correcta, pero no le invito a pensar. Una buena pregunta es aquella que me obliga a buscar información, a leer, a contrastar y a decidir cuál me parece mejor. Y, aún mejor, si esas preguntas son para un buen trabajo en equipo, en el que, trabajando entre iguales, aprendo más de los otros, a través de su diferente manera de ver la realidad. Para mí, aprender con preguntas es aprender a hacer conexiones entre diferentes saberes, es aprender a que sea capaz, después de una buena lectura, de una buena interpelación, no dar una respuesta, sino hacerme nuevas preguntas. En estos momentos, el instrumento que me conecta con una enorme potencia con la información es la tecnología. Me conecta con competencias relacionadas con la comprensión lectora y con el aprendizaje en

todas las grandes áreas del saber. Las metodologías son siempre funcionales, instrumentales, no son, normalmente, un fin en sí mismas. Pero la mayoría tienen componentes ideológicos, de comprensión de cómo entiendo yo que ha de ser un aprendizaje. Recordemos, por ejemplo, cuando apareció la imprenta, cómo escandalizó prácticamente a los que quizá detentaban el poder del saber. Ahora nos ocurre lo mismo con Internet. Por eso señalo que la pregunta, que prácticamente es un recurso clásico, es casi la metodología por excelencia del aprendizaje. Si, además, la voy situando en conexión con los recursos tecnológicos disponibles históricamente, la escritura, la imprenta, ahora internet, lo que me da es una misma metodología, pero extraordinariamente potenciada a través de los recursos tecnológicos. Para mí, la idea de una educación integral vinculada a la pregunta, en el fondo, tiene que ver con una persona que interrelaciona saberes, que es capaz de fundamentar su pensamiento con rigor y datos. Por ejemplo, si yo utilizo la tecnología solo para cortar y copiar, estoy utilizando un recurso metodológico que es el de la repetición, que la evidencia científica demuestra que tiene muy muy poca solidez, muy poca consecuencia en la consolidación posterior de los saberes del estudiante. Es decir, que tengo que relacionar qué es lo que quiero consolidar, qué quiero profundizar con la tecnología que utilizo.

La pregunta es un recurso clásico, la metodología por excelencia del aprendizaje, ahora potenciada por la IA

¿Qué rol docente exige esta nueva forma de entender la educación y cómo trabajar la identidad educadora del docente para que sepa acompañar, para ser modelo? Creo que ahora es más difícil ser docente que nunca, porque también es más difícil ser padre o ser madre. Y porque también es más difícil, incluso, ser representante de las instituciones públicas. Porque todo es mucho más horizontal que hace 40 años. Y porque incluso el acceso al conocimiento, el acceso al saber, la propia concepción cultural de la dignidad de la persona, de sus derechos, ha evolucionado muchísimo. Algunos sectores tienen nostalgia de que los docentes eran el pozo del saber, porque sus estudiantes no tenían esos niveles, pero ahora el acceso al propio

conocimiento está mucho más cercano para todos.

Las profesiones que tienen relación con el ámbito del conocimiento son mucho más exigentes ahora y piden unas competencias mucho más polivalentes de las que se pedían hace años. Antes, con que un docente supiera de su área de saber, era suficiente. Ahora, en cambio, se le pide que sepa mucho más sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje, que tenga conocimientos de psicología, de resolución de conflictos, que sea capaz de una relación horizontal con los estudiantes. Y la enseñanza es una profesión típica del conocimiento. Al mismo tiempo, nos encontramos con que la universalización de la educación escolar, que ha sido una

gran conquista social, ha tensado también su calidad.

Muchas veces las grandes conquistas nos ponen nuevos desafíos. Continuamos con paradigmas antiguos en las condiciones de llegada a la profesión, cuando los desafíos de su ejercicio han cambiado muchísimo. Me sorprende que, en algunos sectores, se perciba cierta nostalgia por una especie de escuela idealizada, donde los estudiantes

Continuamos con paradigmas antiguos en la profesión, cuando los desafíos

han cambiado muchísimo

Si cambio mi predisposición hacia un aprendizaje relacional seré más capaz de enseñar a trabajar en equipo

tenían unas capacidades y una predisposición excelentes. Pienso que aquella escuela ni era tan buena ni sus alumnos estaban tan bien preparados.

La exigencia de que toda la población tenga un buen nivel educativo es un desafío enorme. Y desde mi punto de vista, también debería ser paralela a las propias condiciones sociales, educativas, culturales y económicas de un país. Es decir, le pedimos a la escuela que sea equitativa, que sea capaz de atender esas enormes diversidades, que los estudiantes salgan de allí con un criterio sólido y firme, pero la sociedad no acompaña y la escuela sola no puede hacerlo.

Los docentes tienen unos desafíos mucho más grandes y de ahí la necesidad de formación en todas las actividades que hacemos, no solo en los cursos de formación.

Un docente se forma cuando asiste a una reunión de evaluación o de preparación de actividad. Y si tiene una clave en su cabeza que es: estoy aprendiendo también con los demás a hacer esa actividad. Si yo cambio esta predisposición, seré mucho más capaz de enseñar a los estudiantes a trabajar en equipo. Porque previamente ya lo habré hecho yo, con esa actitud de aprendizaje relacional y de preparar las cosas para el bien de otras personas. Si no lo hacemos de esta manera, nadie enseña lo que no ha vivido, lo que no sabe en términos experienciales. No se aprende a trabajar en equipo con un docente que haya leído grandes libros sobre el trabajo en equipo. No se aprende

a acompañar a un estudiante, si yo, por ejemplo, no he vivido el propio proceso de acompañamiento de mi equipo directivo, de personas que a mi alrededor me han hecho crecer a lo largo de mi vida profesional. No se aprende a hacer buenas preguntas, a que los estudiantes trabajen con buenas preguntas, si yo previamente no he aprendido con un ejercicio también hacer esas buenas preguntas. Creo que ahí tiene que haber un cambio enorme en la concepción, en la comprensión de las personas de que estamos en un permanente proceso de transformación.

¿Cree posible que un día las máquinas asuman el papel de la escuela?

La escuela, como otras instituciones sociales, no es un elemento aislado, está en una crisis de reconocimiento, una crisis de todas las instituciones, incluso de la propia democracia. ¿Y por qué? Lo está por el aumento de la horizontalidad en las relaciones y por algo que nos está costando mucho como seress humanos: la velocidad de tanto cambio no nos permite asentar lo anterior. Así que la buena consideración de la escuela tampoco vendrá por buenas palabras, ni por decretos, ni muchísimo menos, sino que en realidad está llamada, como el resto de instituciones sociales, a ganarse la autoridad por el reconocimiento que la sociedad le da.

Eso significa que la sociedad acaba entendiendo, por ejemplo, que la escuela no solo tiene valor como custodia de los niños y adolescentes cuando los padres trabajan, sino que tiene un valor real, relevante, significativo en el proceso vital de desarrollo de los niños y jóvenes. Pienso que, a veces, le pedimos a la escuela cosas que no están a su alcance, una especie de perfeccionismo. Como también veo que se lo exigimos a las familias. Y al mismo tiempo le

pedimos a la escuela o le decimos que se ha perdido la autoridad. La escuela debe hacer un esfuerzo por ganarse esa autoridad, igual que otras instituciones. Si los docentes pueden ser sustituidos por máquinas, es porque solo están centrados en la transmisión de información. Y en ese sentido, las máquinas son mucho más potentes. Si la escuela sigue poniendo el foco fundamental en ser un espacio de transmisión de información, los docentes se verán poco a poco sustituidos por la tecnología. Pero, en cambio, si la escuela se centra en lo más valioso que tiene, que es que está ayudando al progreso de formación integral de niños y adolescentes, es decir, de seres humanos, si se centra en ese foco, alrededor del aprendizaje de conocimientos, entonces es insustituible. Una máquina, por lo menos la que imaginamos, no puede empatizar emocionalmente más allá de las palabras educadas que utilice. El ChatGPT, por ejemplo, te dice: ¿En qué puedo ayudarte? Si tú le dices: Buenos días, te contesta con: Buenos días. O sea, formalmente ha adquirido de la información del ser humano una formulación educada. Pero es solo una formulación. No hay alma detrás, no hay capacidad de empatizar con el dolor de la otra persona. Así que veremos aprendizajes que se pueden hacer con las máquinas, pero será difícilmente sustituible por máquinas que hagan acompañamiento personal.

Si la escuela se centra en lo más valioso que tiene ayudando, al progreso de seres humanos, entonces es insustituible

Si perdemos el sentido que tiene la propia función de magisterio, "magíster", el que enseña por contagio, perderemos el factor humano y entonces podremos ser sustituidos por máquinas. Pero si nos centramos en el proceso de humanización de la escuela, la escuela es insustituible. Los seres humanos son insustituibles.

Usted habla de un liderazgo escolar que haga que las cosas pasen. ¿En qué se caracteriza este tipo de liderazgo?

Esta expresión, “hacer que las cosas pasen”, es una expresión conocida del profesor de Harvard, Ronald Heifetz. Las personas, cada vez más, y los docentes siempre, no hemos hecho las cosas por decreto, sino por convicción. El hecho de que el docente esté solo, normalmente, en el aula, hace que tenga que estar convencido de las cosas para que realmente las haga. La educación, en este sentido, la enseñanza, incluso más que la educación, es un proceso con fuertes componentes íntimos. Si nos centramos ahora en los directivos, uno de los aprendizajes de la pandemia fue que los equipos directivos fueron mejor valorados. Realmente su papel ahí fue estratégico. Hice muchas sesiones con escuelas, tanto en España, en Portugal como en América, sobre aprendizajes de la pandemia. Y uno de los aprendizajes que los docentes señalaban, era que ahora valoraban más el papel de los equipos directivos.

Este papel, en ese momento, tuvo fuertes componentes organizativos, pero al mismo tiempo también tuvo componentes importantes de cara a cuáles eran las prioridades, cómo había que ayudar a los docentes a orientarse

Un buen líder tiene conocimientos de pedagogía y de acompañamiento de personas hacia un proyecto común

para continuar con el aprendizaje de los estudiantes. En ese sentido, pienso que necesitamos liderazgos orientados a la mejora de los procesos de enseñanza y aprendizaje. Necesitamos liderazgos vinculados al acompañamiento de los alumnos, a la creación de contextos relacionales que favorezcan estos aprendizajes. Y esto pide un perfil de equipo directivo con capacidad de aprendizaje y de mover las competencias y creencias de los docentes hacia la convicción de que todo el mundo puede aprender. Las características de este liderazgo son personas que tienen un buen componente de conocimiento de la

pedagogía y también de lo relacional, también de la psicología de los grupos humanos para ayudarlos a conocerse mejor, a trabajar en equipo y a orientarlos a un proyecto común. Necesitamos liderazgos que aprovechen las competencias y las experiencias de los docentes para mejorar las prácticas. No necesitamos un liderazgo sustitutivo, es decir, que sustituya los docentes unos por otros, aunque en algunos casos sea necesario.

El buen liderazgo es el que conoce las competencias, las experiencias de los docentes y las pone en movimiento para trabajar para mejorar las prácticas, al servicio del proyecto educativo. Este tipo de liderazgos requiere que sean humildes. Incluso a veces les falta perseverancia. Estas personas que ocupan los puestos directivos son las primeras que han de cumplir estas condiciones de querer aprender, de querer trabajar con otros, de empatizar, de honestidad. Necesitamos que esta formación se focalice más en las competencias profesionales, en las competencias personales de movilización de personas y de resolución de conflictos y de saber cómo reconocer los talentos y cómo impulsarlos, y no tanto, en la acumulación de conocimiento sobre normativas, sobre cuestiones técnicas. Conseguir que pasen las cosas, no por decreto, sino por estímulo, por movilización, por seducción, es mucho más complejo.

legado

El guardián del carácter

Tributo a Thomas Lickona

En una época en la que la tecnología avanza a pasos agigantados y la inteligencia artificial transforma cada aspecto de nuestras vidas, la educación desempeña un papel esencial en la formación de ciudadanos éticos y responsables. Thomas Lickona, Ph.D., es psicólogo del desarrollo, principal defensor de la educación del carácter y profesor emérito de la Universidad Estatal de Nueva York en Cortland.

Fue director fundador del Centro para la 4ª y 5ª RRespeto y Responsabilidad - de la misma universidad entre 1994 y 2022, recibiendo un reconocimiento nacional por su trabajo en la formación docente y

Ha sido la voz más influyente en el desarrollo de un modelo educativo que combina el desarrollo intelectual y el carácter

parental. Como pionero de la educación del carácter, ha sido la voz más influyente en el desarrollo de un modelo educativo que combina el desarrollo intelectual con el carácter. Su bestseller, “Educating for Character: How Our Schools Can Teach Respect and Responsibility”, es un texto fundamental en el campo de la educación del carácter.

Publicado en 1991, esta obra no solo ha sido crucial para diseñar programas educativos en todo el mundo, sino que ha establecido los principios que guían a educadores y padres en la tarea de formar ciudadanos íntegros. Lickona es reconocido como el padre de la educación moderna del carácter. Como presidente de la Association for Moral Education, ha dado conferencias por todo el mundo y ha jugado un papel fundamental en la formación de infinidad de educadores sobre cómo desarrollar virtudes morales y carácter en escuelas, familias y comunidades.

Sus libros han sido traducidos a más de una docena de idiomas, entre ellos: “Educating for Character”, “Raising Good Children”, “Character Matters: Smart & Good High Schools” (con Matthew Davidson), “Sex, Love and You: Making the Right Decision” (con su esposa Judy Lickona y William Boudreau), “How to Raise Kind Kids: And Get Respect, Gratitude, and a Happier Family in the Bargain y Narnian Virtues: Building Good Character with C.S. Lewis” (con Mark A. Pike).

Su artículo “Teaching Johnny to Be Good” fue portada de la revista New York. También ha recibido premios como el Sandy Award de Character.org por dedicar toda una vida a la educación del carácter, el Premio a la Excelencia en Educación Moral de la Universidad de San Francisco y el Premio Christopher por “afirmar los valores más altos del espíritu humano”. Ha sido invitado especial en programas como Good Morning America, Larry King Live Radio, Focus on the Family y Radio Nacional.

Él y su esposa Judy tienen dos hijos y 16 nietos, y viven en Cortland, Nueva York.

UNA EDUCACIÓN COMPLETA PARA UNA SOCIEDAD ÉTICA

La frase de Lickona, “educar la mente sin educar el corazón es no educar en absoluto”, refleja su convicción de que la educación no puede limitarse a lo académico, sino que debe incluir la formación en valores y carácter. En su opinión, la educación del carácter es fundamental para crear una sociedad justa y compasiva, especialmente en tiempos de dilemas éticos y sociales complejos. A través de sus décadas de investigación, escritura y docencia, Lickona ha convencido a miles de educadores de que “el carácter no es innato, sino una habilidad que debe fomentarse y desarrollarse”.

LA INSPIRACIÓN PARA SU TRABAJO

Gran parte de la inspiración que llevó a Lickona a dedicarse a la educación del carácter provino de su experiencia como padre. Mientras criaba a sus dos hijos, tomó conciencia de la enorme responsabilidad de guiar a los jóvenes en su camino hacia la madurez moral. Esta experiencia personal, sumada a su formación como psicólogo del desarrollo, lo motivó a escribir Raising Good Children, un libro donde explora los desafíos y las recompensas de inculcar valores sólidos en los hijos. Así, Lickona no solo ha apelado a los educadores, sino también a los padres, a quienes considera los principales agentes en la educación

Ha convencido a miles de educadores de que el carácter no es innato, sino una habilidad que debe fomentarse y desarrollarse

Criar buenos hijos es una de las tareas más importantes de la vida y la familia es la primera escuela de valores y virtudes del carácter

moral de los niños y niñas.

En sus conferencias, suele recordar a sus lectores y oyentes: “Criar buenos hijos es una de las tareas más importantes y difíciles de la vida”. De hecho, insiste en que la familia es la primera escuela de valores y virtudes del carácter.

PRINCIPALES COMPONENTES DE LA EDUCACIÓN DEL CARÁCTER

En Educating for Character, Lickona presenta una serie de estrategias prácticas para implementar la educación del carácter en las aulas. Estos principios se han convertido en referencias para muchas instituciones educativas de todo el mundo y han inspirado a organizaciones como el Josephson Institute of Ethics, el Developmental Studies Center o character.org, que utilizan sus métodos para promover la formación ética en jóvenes.

Algunos de estos elementos clave incluyen:

1. El educador como modelo y mentor: Lickona sostiene que los maestros no solo deben enseñar los valores en clase, sino también ser ejemplos vivos de lo que enseñan. La ética y el respeto no pueden transmitirse solo a través de conceptos teóricos, sino que deben estar presentes en cada interacción diaria entre educador y alumno. El autor narra un ejemplo de cómo un maestro de primaria, en medio de una disputa en clase, mostró a sus estudiantes el proceso de pedir disculpas y perdonar. Para Lickona, este tipo de enseñanza ejemplar es esencial, ya que los estudiantes aprenden observando cómo sus figuras de autoridad manejan y resuelven los conflictos.

2. Creación de una comunidad ética en el aula: Según Lickona, el aula ideal debe concebirse como una “comunidad ética” donde cada estudiante se sienta valorado y escuchado. Actividades como las reuniones de clase ofrecen a los estudiantes la oportunidad de expresar sus opiniones y participar en la toma de decisiones de forma democrática. El resultado es una cultura de respeto mutuo, tolerancia y un sentido compartido de responsabilidad por el bienestar de todos.

3. Disciplina moral y resolución de conflictos: En lugar de castigos arbitrarios, Lickona aboga por una

disciplina que fomente la reflexión y el autocontrol. Esta disciplina ayuda a los estudiantes a valorar el impacto de sus acciones y les enseña formas pacíficas de resolver disputas, desarrollando en ellos un sentido profundo de justicia y respeto hacia los demás. Un ejemplo claro de esta estrategia es la “disciplina restaurativa”, un enfoque que el autor promueve y que permite a los estudiantes reparar el daño causado, entendiendo las consecuencias de sus actos y aprendiendo a resolver problemas de manera efectiva.

4. Reflexión moral y discusión de temas controvertidos: El autor cree que la educación del carácter debe incluir el análisis de dilemas morales y temas controvertidos para que los estudiantes cuestionen sus propias creencias y desarrollen una mentalidad crítica. Descubrió que abordar temas complejos, como la justicia social y la ética en la tecnología, ayuda a los jóvenes a enfrentarse a múltiples perspectivas y a comprender la complejidad de los problemas. Así, la educación no solo prepara a los estudiantes para enfrentar los retos actuales, sino que también los capacita para tomar decisiones responsables en el futuro.

INFLUENCIA DE SU TRABAJO

La contribución de Lickona a la educación va más allá de sus libros y conferencias. Sus métodos han sido adoptados por programas de educación en el carácter en todo el mundo, desde Character Counts! en Estados Unidos hasta programas de educación ética en Asia y Europa

En colaboración con el Josephson Institute of Ethics, Lickona ha trabajado junto a distritos escolares y gobiernos locales para desarrollar planes de estudio centrados en valores. Este instituto, fundado en 1987, se basa en gran medida en los principios de Lickona, y su programa Character Counts! ha llegado a millones de estudiantes en más de 60 países. Su influencia también ha llegado al sector corporativo: muchas empresas, conscientes de la necesidad de la ética en el entorno laboral, han adoptado sus métodos para crear una cultura organizacional fundamentada en valores. En una conferencia en California, el autor explicó cómo una empresa de tecnología en Silicon Valley utilizó el modelo de educación del carácter para desarrollar equipos de trabajo más solidarios y responsables.

Tenemos que desarrollar la ética y la integridad para estar mejor preparados para afrontar los desafíos del mundo moderno

Necesitamos ciudadanos que no solo sepan cómo hacer las cosas, sino también por qué y con qué propósito deben hacerlas

“La integridad y la ética en cualquier ámbito de la vida son esenciales”, señaló Lickona, “y cuanto antes empecemos a desarrollarlas, mejor preparados estaremos para afrontar los desafíos del mundo moderno”.

LA EDUCACIÓN DEL CARÁCTER EN LA ERA DE LA INTELIGENCIA ARTIFICIAL

Con el rápido desarrollo de la inteligencia artificial y el énfasis en los entornos de aprendizaje digital, el enfoque de Lickona adquiere una nueva relevancia. La tecnología no es neutral, y el impacto que tendrá en la sociedad dependerá directamente de los valores que guíen su aplicación. Según Lickona, la inteligencia artificial plantea nuevos desafíos éticos que requieren una clara orientación moral. Así, su legado no solo prepara a los estudiantes para la vida, sino que también los capacita para ser ciudadanos responsables en un mundo en rápida expansión y cada vez más complejo.

En sus propias palabras: “El conocimiento sin carácter es un peligro para la sociedad. Necesitamos ciudadanos que no solo sepan cómo hacer las cosas, sino también por qué y con qué propósito deben hacerlas”.

UN LEGADO QUE PERDURA

Thomas Lickona ha dejado una huella imborrable en el mundo de la educación, y su influencia seguirá resonando en las aulas y hogares de todo el mundo por mucho tiempo. Su énfasis en la educación del carácter es un poderoso recordatorio de que la verdadera educación va más allá del conocimiento académico; se trata de formar individuos que puedan contribuir positivamente a la sociedad. En esta era de cambios constantes y desafíos derivados de la tecnología, Lickona nos recuerda hacia qué debería orientarse la educación: formar estudiantes competentes, pero también compasivos, responsables y éticos.

Thomas Lickona (Nueva York) es doctor y psicólogo del desarrollo, educador del carácter y profesor emérito de educación en la Universidad Estatal de Nueva York en Cortland. Esta considerado como “el padre de la educación moderna del carácter”. Ha dado conferencias en todo el mundo sobre el fomento de los valores morales y el desarrollo del carácter en las escuelas, las familias y las comunidades. Cuenta con diez libros sobre desarrollo moral y educación del carácter entre ellos Educating for Character: How Our Schools Can Teach Respect and Responsibility” (1992, Bantam), “Raising Good Children; Educating for Character” (1994, Random House Publishing Group), “Sex, Love and You: Making the Right Decision” (2003, Ave Maria Press), “Smart and Good High Schools” (2005, Center for the 4th and 5th Rs) o “How to Raise Kind Kids” (2018, Penguin Books).

Educar para ser: Entornos educativos humanistas para la era de la IA

Cómo la integración de tecnología y valores humanos

puede transformar la

educación hacia

el desarrollo integral de los estudiantes

En la era de la inteligencia artificial (en adelante IA) y en un momento donde la tecnología avanza a pasos de gigante, redefiniendo la manera en que vivimos, trabajamos y aprendemos, es necesario reflexionar sobre el propósito y los métodos de la educación.

En este contexto de cambio permanente, un enfoque para el uso de la tecnología desde el paradigma de “educar para ser” se vuelve más relevante que nunca, pues fija y ampara a la persona frente a los vaivenes culturales y tecnológicos y, en el caso de la educación,

El paradigma "educar para ser" promueve una formación centrada en el desarrollo integral del individuo

sitúa al alumnado en el centro de cualquier acción, innovación o proceso educativo, actuando como autor y motor de su propio desarrollo integral.

En este artículo, intentaremos reflexionar sobre si es posible generar entornos educativos humanistas en la eclosión de la IA, enfatizando el papel consciente que debe asumir la tecnología en la formación y el empoderamiento de los ciudadanos del siglo XXI.

HUMANISMO Y TECNOLOGÍA: AUNANDO DOS CONCEPTOS EN LA EDUCACIÓN Parece lógico intentar aunar estos conceptos en un mundo donde la tecnología ya ha demostrado su capacidad de automatizar muchas tareas y procesos y donde la capacidad de ser plenamente humano - con empatía, creatividad y sentido ético - se convierte en “el valor” insustituible.

Esta idea, aparentemente contradictoria, de que la integración de la tecnología en la educaciónespecialmente la IA - y los principios del humanismo educativo centrado en el desarrollo integral del ser humano - la empatía, la creatividad, el sentido ético y crítico - y la capacidad de participar activamente en la sociedad, es cada vez más necesaria y posible. Lejos de una percepción disonante, cada vez se hace más posible aunar estos dos conceptos desde una mirada complementaria y conseguir que se potencien mutuamente.

El concepto de “educar para ser” se basa en la idea de que la educación debe ir más allá de la mera transmisión o posesión de conocimientos y habilidades técnicas. Un enfoque, profundamente arraigado en la pedagogía humanista, que promueve que estas características vayan de la mano de un desarrollo integral del individuo que incluya su dimensión emocional, social y ética.

A continuación, describiremos estrategias y enfoques para lograr esta complementariedad a la que nos referimos, enmarcada en el contexto educativo, con el desarrollo de la capacidad de ser “plenamente humano”.

LAS CAPACIDADES HUMANAS COMO EQUILIBRIO DE LA TECNOLOGÍA

Kai-Fu Lee1 experto en IA, explica por qué la educación debe ser reiniciada: “La educación debe centrarse en lo que necesitan los humanos. No debemos enseñar a los niños a ser como la inteligencia artificial, sino que debemos enseñarles a hacer aquello que la inteligencia artificial no puede hacer”.

Como hemos dicho, las capacidades humanas las podemos condensar en tres áreas clave: empatía, creatividad y sentido ético. En este sentido, Kai-Fu Lee lo expone con la metáfora de las Tres C: Curiosidad,

pensamiento Crítico y Creatividad. Lo explica (de manera condensada) de la siguiente forma: La educación debe centrarse en el trabajo en equipo, la comunicación, la colaboración, y no en hacer deberes o exámenes individuales y competitivos. Los aprendices deben aprender empatía (amor, compasión…) y saber cómo ganarse la confianza (de quiénes les rodean). Lo importante está en los valores añadidos. Esto no quiere decir que no hay que aprender las destrezas básicas (pero como su nombre indica, como base, no como pilar central de la enseñanza). Es preciso dejar de entrenar a los niños como robots para formar humanos creativos y empáticos, no repetitivos. Necesitamos que los universitarios sean pensadores críticos, creativos, compasivos y personas empáticas. Tenemos un largo camino por recorrer, porque la educación es uno de los sectores que más tardan en integrar la tecnología.

PROPUESTA DE IMPLEMENTACIÓN PRÁCTICA

Así, centrados en el desarrollo de dichas capacidades, específicamente humanas y complementarias a la IA, es preciso compaginar en la práctica el potencial de la IA para enriquecer la educación, mientras mantenemos los valores fundamentales de la pedagogía humanista.

Para llevar a la práctica estos principios y desarrollar las capacidades humanas de empatía, creatividad y sentido ético, es necesario un enfoque integrado y coherente que involucre a todos los actores del proceso educativo:

Empatía

Actividades y diseños apoyados en la IA:

• Diseñar un currículo que integre objetivos de desarrollo emocional y ético, integrados y complementarios con los académicos y tecnológicos.

• Incorporar la IA como un acompañante de diálogo permanente, que refuerce argumentos, genere alternativas y pueda ayudar a sopesar y evaluar cada una de ellas.

• Incluir lecturas, proyectos y actividades que fomenten la comprensión y el respeto por las experiencias de los demás, apoyados por la IA. Por ejemplo, proyectos de servicio comunitario, simulaciones y actividades de “role-playing”.

La IA debe complementar la pedagogía humanista, potenciando el pensamiento crítico o el desarrollo emocional

En la era de la IA, educar debe centrarse en capacidades humanas como la empatía, la creatividad y el sentido ético

Acciones complementarias:

• Crear un entorno donde la empatía sea valorada y practicada. Esto incluye políticas “anti-bullying”, programas de mentoría y actividades de integración social.

• Capacitar a los docentes en técnicas de enseñanza que promuevan la empatía, como la escucha activa, el “feedback” constructivo y el manejo de conflictos.

Creatividad

Actividades y diseños apoyados en la IA:

• Incluir proyectos interdisciplinarios, incluso diseñados y desarrollados con IA, que permitan a los estudiantes aplicar conocimientos de diversas áreas de manera creativa y ética.

• Promover actividades que estimulen el pensamiento lateral y la exploración de múltiples soluciones a un problema.

Acciones complementarias:

• Diseñar aulas y espacios escolares que fomenten la creatividad, con áreas para el trabajo colaborativo y el pensamiento libre.

• Implementar metodologías activas y participativas, como el aprendizaje basado en proyectos, el “design thinking” y la resolución creativa de problemas.

Sentido Ético

Actividades y diseños apoyados en la IA:

• Los docentes y líderes escolares deben modelar comportamientos éticos, trabajar el sentido ético de la tecnología y demostrar cómo aplicar principios éticos en su uso y en la toma de decisiones.

• Implementar evaluaciones formativas y autoevaluaciones con ayuda de la IA, que promuevan la reflexión personal y el desarrollo continuo.

• Utilizar métodos de evaluación que consideren, no solo el rendimiento académico, sino también el crecimiento emocional y ético de los estudiantes.

Acciones complementarias:

• Incluir temas de ética y ciudadanía en el currículo. Esto puede abarcar desde estudios de casos hasta debates sobre dilemas éticos contemporáneos.

• Fomentar espacios para la reflexión y el debate sobre cuestiones éticas, permitiendo a los estudiantes explorar y discutir sus propios valores y principios.

La clave es formar individuos empáticos, creativos y éticos capaces de ser plenamente humanos

• Organizar actividades comunitarias que permitan a los estudiantes aplicar sus habilidades de manera significativa en su entorno local.

CONCLUSIÓN

El paradigma de “educar para ser” en la era de la IA se basa en la premisa de que el desarrollo integral del ser humano es esencial para afrontar los desafíos del futuro. Al enfocarnos en la empatía, la creatividad y el sentido ético, no solo preparamos a los estudiantes para un mundo tecnológicamente avanzado, sino que también los capacitamos para ser individuos completos y responsables. La implementación de estos principios requiere un compromiso colectivo y una visión holística de la educación, donde cada aspecto del entorno educativo contribuya al crecimiento pleno de cada estudiante.

José Blas García Pérez ha trabajado durante más de 38 años como maestro y psicopedagogo en IES y en la Universidad de Murcia. Es experto en educación inclusiva, equitativa y de calidad; en tecnología aplicada a la educación y en pedagogía hospitalaria. Comparte ideas, reflexiones y opiniones sobre evolución educativa en su blog “Transformar la Escuela”. Participa ocasionalmente en formación en línea con Aula Desigual, proyecto dedicado a la formación y asesoramiento a centros, docentes e instituciones en materia de inclusión y pedagogía. Autor de “Inclusión: acciones en primera persona” (2021, Graó) y “Educar para ser” (2020, Ediciones SM).

Nota

1 Fuente: Aprendemos Juntos 2030. WMCMF

Innovación disruptiva en la educación

El impacto de la IA generativa en el aula

ChatGPT apareció el 30 de noviembre de 2022, y en pocos días fue adoptado y utilizado por un millón de usuarios. La opinión pública se ha hecho eco de los grandes adelantos de la inteligencia artificial (IA) y de su impacto social. El modelo de las 6D de las tecnologías digitalizadas1 muestra las claves de la adopción masiva.

La capacidad de procesamiento y de creación de conocimiento de los modelos generativos tiene un impacto en la educación. El hecho de emular ciertas habilidades cognitivas del ser humano, fundamentales en el desarrollo del aprendizaje, ha llevado a los gobiernos y las administraciones educativas a plantear un nuevo paradigma educativo2

INTELIGENCIA ARTIFICIAL Y SOCIEDAD

En el libro “The Diamond Age” de Neal Stephenson aparece “Young Lady's Illustrated Primero”, un dispositivo del tipo libro electrónico, utilizado como herramienta educativa, gestionado por una inteligencia artificial avanzada que ofrece tutoría y orientación individualizada, y que se adapta a las circunstancias

y necesidades de aprendizaje específicas de cada usuario. Este dispositivo se convierte en el compañero inseparable de la protagonista.

La trama del libro me hace pensar si, en un futuro más o menos próximo, las herramientas generativas como ChatGPT podrán crear otros sistemas basados en IA que se puedan utilizar como asistentes, haciendo un seguimiento del proceso de aprendizaje y evolutivo del alumnado, y que lo acompañen durante una buena parte de su vida. A partir de esta idea se abren otras cuestiones no menos importantes: ¿cualquier alumno, independientemente del estrato social, tendrá acceso a una tutoría individualizada con el objetivo de valorar y hacer seguimiento de su evolución académica?, con el objetivo de mejorar el proceso de aprendizaje, ¿se

La aparición de ChatGPT en la comunidad educativa ha comprendido rápidamente el alcance de la transformación

perderá libertad?, ¿estamos preparados para adoptar tecnologías disruptivas?, ¿es fundamental preparar los futuros ciudadanos para que sean resilientes?

CHATGPT ENTRA EN LAS AULAS

Durante estas últimas décadas el sistema educativo ha estado atento a la adopción y aplicación de diferentes proyectos de ámbito tecnológico en los centros educativos, con diferentes resultados. Ahora bien, con la aparición de ChatGPT la comunidad educativa ha comprendido rápidamente el alcance de la transformación. Estas tecnologías, por citar algunos ejemplos, pueden crear materiales de aprendizaje personalizados, crear entornos virtuales simulados e inmersivos, generar contenido educativo, ofrecer ayuda a la escritura e investigación, evaluar las tareas y proporcionar comentarios de una materia o área.

A pesar del enriquecimiento en el escenario educativo, la integración de IAGen dentro del ámbito educativo abre la puerta a riesgos y desafíos3:

• La obtención de una respuesta precisa y relevante

La integración de inteligencia artificial generativa dentro del ámbito educativo abre la puerta a riesgos y desafíos

depende de la definición de un buen “prompt”.

• La generación de respuestas falsas o sin relación con la cuestión planteada, a pesar de parecer coherentes.

• La dependencia de herramientas basadas en IAGen puede disminuir la creatividad o el pensamiento crítico.

• El uso de datos confidenciales, de las conversaciones almacenadas, para futuros entrenamientos del modelo.

• La interacción y supervisión humana es fundamental para un correcto desarrollo social y emocional del alumnado.

• El tipo de datos utilizado en el entrenamiento determina el grado de precisión y fiabilidad de la respuesta, así como perpetuar el sesgo y acentuar estereotipos.

Transformación de elementos físicos o analógicos a formatos digitales

Las tecnologías iniciales pueden parecer menos eficientes

Reducción de costes hasta que los servicios son accesibles Mejora significativa que ofrece ventajas sobre los métodos tradicionales

Acceso universal y asequible para todos Elementos físicos pasan a ser innecesarios gracias a las soluciones digitales

Figura 1. El modelo de las 6D

• Ética y responsabilidad en relación con la propiedad intelectual, control, plagio y la protección de datos.

En relación con el docente4, su posición va cambiando y adaptando al momento temporal. Inicialmente, estaba preocupado por el plagio facilitado por el uso de tecnología. Posteriormente, pasa a un segundo estadio donde ve la posibilidad de automatizar tareas dentro del dominio del área o materia. Finalmente, valora las posibilidades que ofrece la IAGen de mejorar las experiencias educativas y de evaluación.

Sin olvidar a las administraciones educativas5 que tienen una serie de retos éticos y sociales, y para lograrlos hace falta:

• Definir estrategias para integrar los adelantos de IA en los ámbitos tecnológicos.

• Asegurar el cumplimiento del marco legal relacionado con el tratamiento de datos.

• Limitar la dependencia de empresas tecnológicas externas al ámbito educativo.

• Un código ético de buenas prácticas que sirva de marco de referencia y guía.

INTELIGENCIA ARTIFICIAL: RETOS ÉTICOS

A pesar de contar con un documento de orientaciones y recomendaciones, publicado por el Departament d’Educació6, no existe una regulación que facilite a los centros educativos y a los docentes la integración de la IA en el aula, y en el currículum de las diferentes etapas educativas tampoco se especifican las competencias que tiene que lograr el alumnado en este ámbito. El pasado mes de marzo se aprobó en la Eurocámara la ley para regular la inteligencia artificial7. Esta ley garantiza la seguridad y el respeto de los derechos fundamentales a la vez que impulsa la innovación. Establece una serie de niveles de riesgo en función del ámbito de uso y unas obligaciones. Por ejemplo, el uso de la IA que implica un riesgo para la seguridad o los derechos de las personas está prohibido. En el caso concreto de la educación, está prohibido el empleo de la IA para el tratamiento de las emociones o de reconocimiento biométrico, y se categoriza como alto riesgo cuando se quiere desplegar una IA en una infraestructura crítica como, por ejemplo, el sistema educativo. En este último caso, es necesaria una evaluación de impacto previo al despliegue.

Estas tecnologías pueden crear materiales de aprendizaje personalizados o crear entornos virtuales simulados e inmersivos

Los docentes y administraciones deben desarrollar estrategias y políticas educativas para asegurar su uso ético y responsable

La ley tiene como objetivo asegurar la equidad y eliminar el sesgo, entender el mecanismo que lleva a un sistema basado en IA a dar una respuesta determinada, reforzar la privacidad y protección de los datos, preservar la fiabilidad y seguridad de los sistemas basados en IA y garantizar la inclusión y la accesibilidad.

CONCLUSIONES

El uso de la IA generativa en la educación está revolucionando las aulas, ofreciendo oportunidades para personalizar el aprendizaje y mejorar la evaluación. El proceso de evaluación basado en la IA es más justo, rico e inclusivo, permite evaluar a los alumnos durante periodos de tiempos más largos, con una perspectiva basada en las evidencias y con un coste emocional más bajo, y reduciría la sobresaturación que vive actualmente el alumnado. Sin embargo, los retos y amenazas son importantes, como la gestión de datos críticos, la posible disminución del pensamiento crítico y los riesgos éticos asociados. La adopción de esta tecnología es inevitable, los docentes y las administraciones tienen que desarrollar estrategias y políticas educativas para asegurar un uso ético y responsable. La formación en IA y la regulación normativa son elementos clave para preparar a los estudiantes para un futuro donde la tecnología y la humanidad se complementan.

Manel Soengas es docente de tecnología, ingeniero industrial y máster en IA. Actualmente, trabaja como gestor tecnológico en el área TIC del Departamento de Educación, combinándolo con tareas de formación en cultura digital, divulgación, comunicación y asesoramiento en relación con la inteligencia artificial.

Referencias

1 P. H. Diamandis and S. Kotler, Abundance: The Future Is Better Than You Think (Exponential Technology Series). The Free Press, 2012.

2 Guía para el uso de IA generativa en educación e investigación. Publicado en 2024 por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura. UNESCO.

3 The Diamond Age by Neal Stephenson.

4 F. J. García-Peñalvo, F. Llorens-Largo, and J. Vidal, “The new reality of education in the face of advances in generative artificial intelligence,” RIED: Revista Iberoamericana de Educación a Distancia, vol. 27, no. 1, pp. 9–39, 2024, doi: 10.5944/ried.27.1.37716.

5 Generative Artificial Intelligence in Education: From Deceptive to Disruptive Marc Alier 1, Francisco José García-Peñalvo 2, Jorge D. Camba.

6 Reglamento de Inteligencia Artificial. https://www.europarl.europa.eu/doceo/ document/TA-9-2024-0138_ES.pdf

7 La intel·ligència artificial en l’educació Orientacions i recomanacions per al seu ús als centres. https://educacio.gencat.cat/web/.content/home/departament/ publicacions/monografies/intelligencia-artificial-educacio/ia-educacio.pdf

La revolución educativa en la era digital

Inteligencia artificial y realidades inmersivas

Tanto las empresas como la propia sociedad se están adaptando a un mundo cada vez más digitalizado. Ante este nuevo paradigma, la educación también debe transformarse y reconducirse hacia un modelo formativo que ayude a los estudiantes a afrontar los nuevos retos a los que se enfrentarán en la sociedad actual. Renunciar a esta adaptación del proceso de enseñanza-aprendizaje a la nueva era digital es, quizás, una temeridad. La tecnología avanza a un ritmo vertiginoso, y aquellos que no logren integrarla de manera efectiva en sus prácticas educativas corren el riesgo de quedarse rezagados. Además de las conocidas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), la revolución de la era digital ha llegado con las aplicaciones de inteligencia artificial (IA) y la realidad extendida (RX), que abarca la realidad virtual (RV), realidad aumentada (RA) y realidad mixta (RM).

Renunciar a adaptar la educación a la era digital es una temeridad en un mundo donde la tecnología avanza a gran velocidad

NUEVAS EXPERIENCIAS DE APRENDIZAJE

Estas últimas tecnologías son las que están revolucionando realmente la educación, y las que suscitan una reflexión urgente acerca de cómo será el futuro de la formación en una gran diversidad de ámbitos, como tecnológicos, arquitectónicos, artísticos, históricos, naturales, literarios, etc. La RV, RA y RM ofrecen nuevas formas de experiencias de aprendizaje inmersivas y colaborativas. La RV permite a los estudiantes explorar virtualmente entornos que de otro modo serían inaccesibles. Por otro lado, la RA superpone información digital en el mundo real, enriqueciendo la interacción con el entorno físico. La RM combina elementos virtuales y reales de manera integrada, brindando experiencias aún más inmersivas y realistas. A pesar de ello, y aunque la tendencia de la sociedad busca crear experiencias inmersivas, actualmente la RV no inmersiva parece presentar mejor adaptación en el mundo educativo. Además, existe la preocupación de que la sobreexposición a entornos virtuales pueda tener efectos negativos en la salud mental y el bienestar de los estudiantes, lo que destaca la importancia de abordar cuidadosamente el equilibrio entre el tiempo de pantalla y otras actividades.

La realidad extendida ofrece experiencias de aprendizaje inmersivas que revolucionan el estudio de disciplinas

Seguramente la personalidad y modo de actuar de las futuras generaciones vendrán marcadas por las características intrínsecas derivadas de haber nacido en esta nueva era digital.

Mirando hacia el futuro, la implementación de IA en entornos de RV, RA y/o RM promete avances aún más emocionantes en la educación. Se espera que los sistemas de IA se vuelvan más sofisticados y sean capaces de adaptarse perfectamente a las necesidades individuales de los estudiantes y de proporcionar interacciones más naturales y contextuales. Además, la IA puede facilitar la creación de entornos virtuales y experiencias de aprendizaje personalizadas en tiempo real, lo que permite una mayor flexibilidad y eficiencia en la enseñanza y el aprendizaje.

EDUCACIÓN PERSONALIZADA Y ÉTICA

Sin embargo, la adopción de la IA plantea desafíos éticos en el ámbito pedagógico, que deben ser cuidadosamente considerados para garantizar un desarrollo educativo equitativo y responsable. La ayuda que proporcionan ciertas aplicaciones de IA

al estudiante puede derivar en un uso fraudulento de estos recursos, que perjudicaría gravemente la capacidad de reflexión, del esfuerzo, del pensamiento crítico, etc. En este sentido, es necesario no solo enseñar a usar diferentes aplicaciones de la IA, sino también enseñar cómo deben ser usadas estas, aprovechando el potencial que presentan, pero de una forma ética y responsable.

En el ámbito educativo, la IA promete dar pasos definitivos en la consecución de un aprendizaje personalizado, e incluso lograr mejoras en la eficiencia y ampliación del acceso a la educación. Por ejemplo, los sistemas de tutoría inteligente pueden adaptarse al ritmo y estilo de aprendizaje de cada estudiante, proporcionando retroalimentación instantánea y recursos personalizados. Además, la posible integración de la IA en entornos de RV, RA y RM puede ofrecer nuevas oportunidades para desarrollar experiencias educativas inmersivas personalizadas. Así, ya es posible, por ejemplo, imaginar a nuestros alumnos explorando la historia antigua a través de una simulación de realidad virtual, o resolviendo ejercicios

Es crucial enseñar a los estudiantes a utilizar la IA de forma ética maximizando su potencial

El compromiso ético en la implementación de la tecnología garantizará una educación más justa e inclusiva

o problemas de cierta complejidad matemática con la ayuda de un tutor virtual en realidad aumentada.

Sin embargo, esta oportunidad de personalización que ofrece la convergencia de IA y RX también abre otra cuestión ética importante, como es la privacidad de los datos. En efecto, el uso de algoritmos de IA para personalizar el aprendizaje requiere una cantidad significativa de información personal del estudiante. Por otro lado, otro aspecto a reflexionar desde un punto de vista ético es la determinación de la propiedad intelectual de una nueva creación generada mediante IA (imagen, vídeo, presentación, etc.).

En última instancia, educar en la era digital requiere un enfoque equilibrado que aproveche los beneficios de la tecnología mientras se abordan los desafíos éticos y pedagógicos que surgen. La IA y la RX tienen el potencial de revolucionar la educación, pero su implementación debe realizarse con cuidado y responsabilidad. Es esencial priorizar la equidad, la privacidad y la autonomía en el diseño y uso de tecnologías educativas, al tiempo que se fomenta

la alfabetización digital y ética entre estudiantes y educadores.

Los avances que deparará esta era digital afectarán, sin duda, a la evolución de la educación, forzándola a adaptarse a estos nuevos tiempos. Pero para poder aprovechar plenamente el poder transformador de la tecnología y, con ello, construir un futuro educativo más justo, equitativo y humano, debemos mantenernos comprometidos con valores éticos que promuevan la inclusión y el bienestar de todos los estudiantes. En este sentido, los futuros profesores tendrán que impartir, además de contenidos específicos de sus asignaturas, también lecciones de cómo usar de forma responsable herramientas o apps basadas en IA.

Diego Vergara Rodríguez es doctor por la Universidad de Salamanca (USAL), en el programa de Doctorado en Ingeniería Mecánica y de Materiales. Ingeniero de Materiales e Ingeniero Técnico de Obras Públicas, por la USAL. Graduado en Ingeniería Mecánica por la Universidad Católica de Ávila (UCAV). Investigador y profesor en la UCAV. Decano de la Facultad de Ciencias y Artes en la UCAV. Director del Grupo de Investigación TiDEE.rg (Technology, Instruction and Design in Engineering and Education). Sus principales líneas de investigación están relacionadas con dos ámbitos, por un lado, la eficiencia energética y la ciencia de materiales, y por otro lado, las tecnologías educativas y las metodologías activas de aprendizaje. Sus trabajos le han ayudado a posicionarse dentro del ranking de Stanford, que reconoce al 2% de los científicos con mayor número de citas a nivel mundial.

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Liderar la escuela del futuro

De una buena educación a una educación excelente

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Liderar una buena escuela está al alcance de muchos, pero transformarla en una escuela excelente solo de unos pocos. La supervivencia de la escuela depende cada vez más de la excelencia en educar ciudadanos con visión global, críticos, éticos y comprometidos con el bien común. Se ha escrito mucho sobre liderazgo transformador y empoderamiento docente, y en estos momentos se cuenta con conocimientos y experiencias suficientes sobre cuáles son las claves para conducir a una institución educativa hacia una calidad progresiva y sostenible.

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