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de dominicanas en Costa Rica, Suiza y España

6. Trata de mujeres dominicanas hacia

Costa Rica, Suiza y España

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La mirada general a la trata de mujeres dominicanas en Costa Rica, Suiza y España, a sus tipos de financiamiento, su relación con el tráfico ilícito y el narcotráfico, la conversión de víctimas en tratantes y la dinámica de los lugares envueltos en dichas redes de trata en los tres países se realiza en este capítulo a partir de las informaciones ofrecidas por las sobrevivientes, los tratantes, las instituciones gubernamentales y las no gubernamentales entrevistadas. El capítulo se desarrolla con la combinación de un primer acápite que separa por país los datos de la trata con los demás acápites que analizan en conjunto los tres países y que presentan algunos ejemplos específicos de un país u otro que ofrecen elementos distintivos.

6.1. Pocas acreditadas y muchas ocultas. Datos sobre la trata de dominicanas en Costa Rica, Suiza y España

La trata de mujeres dominicanas en los tres países se registra de forma diferenciada y, por tanto, se muestra así. La acreditación-registro de las mujeres sufre desbalance entre la realidad y las estadísticas que se ofrecen, sobre todo en España y Costa Rica (países en los que se obtuvieron datos, lo que no ocurrió en Suiza) por las diferencias de criterios entre las instituciones (en el caso de España), como bien se señala en el capítulo 2, y por los filtros establecidos para acreditar los casos de trata, que hacen que muchas denuncias se queden fuera. Asimismo, las mujeres dominicanas (en los tres países) se resisten a denunciar por miedo a ser deportadas y a que su proyecto migratorio se convierta en un fracaso frente a su familia (elemento que se analiza en acápites anteriores).

Datos de la trata de dominicanas en Costa Rica

El inicio de la trata de mujeres dominicanas en Costa Rica, según los relatos de ellas y de las personas tratantes, se puede ubicar en la década de 1990. Desde esa época se produce un flujo importante de mujeres desde la República Dominicana, las cuales fueron captadas por una red de trata y tráfico ilícito de migrantes que las lleva hasta ese país a través de Panamá, cruzando la frontera por la vía terrestre.

Costa Rica presenta restricciones migratorias para la entrada legal al país, pues exige visa a la población dominicana. Este requisito restrictivo favorece la red de trata, que las capta en distintas comunidades de la República Dominicana y les ofrece un paquete con traslado a través de Panamá o Nicaragua por tierra.

Personas expertas en estudios migratorios y de trata en Costa Rica señalan que hace unos 18 o 20 años estuvieron revisando elementos de la trata de mujeres dominicanas por solicitud del consulado dominicano en esa época.

En las consultas que había hecho era en el Centro de San José, en los alrededores del hotel El Rey, y en Jacó. Tengo la impresión de que, en ese momento, la cantidad de mujeres dominicanas que habían llegado al país a través de estas redes o de manera individual, víctimas de redes de trata de personas, habían llegado porque Costa Rica estaba despuntando como un lugar de turismo sexual. Las autoridades hicieron todo lo posible de borrar esa imagen del país (persona experta 5 C. R.).

La captación de las mujeres dominicanas se produce a través de varias vías que incluyen relaciones familiares (madres, hermanas, tías, primas, tíos, cuñadas, padres), de amistad, vecindad o por redes de relaciones primarias (amigas de familiares). En esas redes de captación se encuentra población femenina y masculina ubicada en algunas provincias del país.

El conocimiento sobre la trata, según las instituciones entrevistadas, es nulo en las mujeres víctimas que han sido asistidas por instituciones gubernamentales y no gubernamentales. La operación de la red de trata no es identificada por las mujeres como tal, y los engaños, amenazas, secuestros y violencias se consideran como parte del tipo de trabajo que realizan.

No es que las tienen encerradas sin darles nada. Hay una especie de negociación; aunque tienen condiciones de explotación, ellas no ven ese sometimiento. Están recibiendo algo a cambio de su trabajo, su explotación. Hemos tenido algunos casos que no sabían a qué venían a trabajar. El engaño es parcial o total (institución gubernamental 10 C. R.).

Los operativos de persecución de la trata son juzgados por las víctimas (según las instituciones entrevistadas) como actitudes violatorias de la Policía y niegan que sean víctimas de trata ni que estén esclavizadas.

Conocemos a una dominicana que salió en la noticia de que había un local donde la policía entró y tenían un montón de dominicanas esclavizadas. Eso hace 3 años. Ella nos dijo que la policía dijo que estaban esclavizadas, pero que ellas estaban metidas, pero que no las dejaban salir. Ellas no sienten que son discriminadas, violentadas ni esclavizadas (institución no gubernamental 8 C. R.).

En el segundo capítulo, referido al contexto social e institucional de la trata de personas en Costa Rica, se presentan los datos que ofrece la CONATT (2020) sobre los casos de trata acreditados en el periodo del 2010-2020. Dentro de esos casos se encuentran 13 de mujeres dominicanas acreditadas como víctimas de trata en ese período. Estas mujeres fueron acreditadas a partir de datos obtenidos en los operativos que se realizaron en diferentes negocios o por denuncias de las mismas mujeres que declararon que fueron víctimas de trata en algún negocio.

En los operativos se han encontrado muchas mujeres dominicanas, según señalan las instituciones gubernamentales entrevistadas, pero pocas víctimas son las que se han podido acreditar. Esto se debe a la actitud que tienen las dominicanas cuando son interrogadas, que niegan totalmente que hayan sido tratadas.

Las dominicanas no colaboran con nada. Ellas prefieren no colaborar, [ya] sea por las amenazas. La dominicana tiene una situación muy particular: no le gusta que se sepa nada, no le gusta las acreditaciones, no le gusta la entrevista, no le gusta nada. Es muy cerrada en ese sentido. En los primeros acercamientos me hacen prometer la confidencialidad para que en su país no se den

cuenta. Muchas viven las situaciones de explotación sexual, pero no quieren que en su país se den cuenta de nada (institución gubernamental).

En esta cita, de una institución gubernamental costarricense que trabaja con víctimas de trata a las que brinda asistencia y protección, se exponen las dificultades que tienen las instituciones para lograr la acreditación de las dominicanas y la asistencia a estas cuando son víctimas de trata. Existe un gran silencio en las mujeres dominicanas sobrevivientes de trata porque no quieren que sus familias se informen de su realidad. Muchas entrevistas fueron negadas (aunque no se les dijo que era un estudio sobre trata) por miedo a que su realidad sea conocida en el país (República Dominicana).

Datos de la trata de mujeres dominicanas en Suiza

La trata marca las rutas migratorias de las mujeres hacia Suiza desde sus inicios. Si bien contaban con un contrato de bailarinas, las mujeres vivieron la mezcla de trata y trabajo sexual mediada por la presión familiar y social de obtener ingresos para enviar remesas (algo solo posible con el trabajo sexual), así como por el engaño de que fueron víctimas (con la mezcla del baile con la explotación sexual y del endeudamiento con la retención). Estos elementos se identifican claramente en el estudio de la migración a Suiza realizada por Petree y Vargas (2015) y, en la actualidad, con los estudios de casos en Suiza a través de los relatos de las mujeres sobrevivientes de trata.

No fue posible obtener datos sobre la población dominicana víctima de trata en Suiza por las barreras establecidas para acceder a ellos por las instituciones entrevistadas.

Datos de la trata de dominicanas en España

En España, según los datos del Padrón Continuo de Habitantes del Instituto Nacional de Estadística (INE), a la fecha del 1 de enero de 2021, existía una población dominicana de 65,713 personas, un 54 % de las cuales (35,449) son mujeres y un 46 % son hombres (30,264). Sin embargo, este dato no aporta información respecto al número de mujeres dominicanas víctimas de trata con fines de explotación.

En el caso de España, en el capítulo 2, se identifica la ausencia de datos sistematizados y ordenados que sigan los mismos criterios, y la falta de un único modelo de recogida de información sobre las víctimas de trata. Igualmente, se muestran los datos oficiales ofrecidos por la Fiscalía General del Estado. Por otro lado, los datos de las asociaciones de la sociedad civil y ONG encargadas de darles asistencia a las víctimas pueden ser más ajustados a la realidad, pero, aun así, son datos parciales, de las zonas geográficas determinadas en las que las organizaciones tienen su radio de acción.

La información registrada siempre estará muy por debajo de la realidad de la trata porque se obtiene de las mujeres que denuncian o que reciben asistencia en los servicios de las distintas entidades. Muchas mujeres no llegan a ser atendidas por las entidades prestadoras de servicios, por lo que quedan completamente invisibilizadas y fuera de los marcos de protección establecidos.

En el caso de España, la existencia de doble nacionalidad o de mujeres nacionalizadas como españolas hace que los datos resulten parciales y engañosos, tanto para las dominicanas como para las otras mujeres de nacionalidades latinoamericanas.

El mes de febrero de 2021, el Parlamento Europeo adoptó una resolución sobre la aplicación de la Directiva 2011/36/UE, relativa a la prevención y lucha contra la trata de seres humanos y a la protección de las víctimas.

Entre varios aspectos, el Europarlamento destaca en el documento cómo la recogida de información coherente, comparable y pormenorizada sobre trata aún representa un reto para poder realizar una evaluación adecuada del fenómeno, así como para entender su magnitud. Por eso insta a los Estados miembros a incrementar sus esfuerzos —también en términos económicos— para la investigación, el análisis y la recopilación de datos sobre todas las formas de trata de seres humanos.

La Unión Europea lamenta, en dicha resolución, la falta de servicios especializados para las víctimas y para las potenciales víctimas en situación de vulnerabilidad.

Destaca que la falta de datos coherentes, comparables y pormenorizados sigue obstaculizando una evaluación adecuada y basada en pruebas de la magnitud y las tendencias que sigue la trata de seres humanos; pide a los Estados miembros que redoblen sus esfuerzos y financiación para

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