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7.2.4. Trata con fines de matrimonio servil-forzoso

España (que pueden ser familiares o parejas). Estas mujeres se ven obligadas a vender drogas a sus clientes, con lo cual se ven envueltas en el delito de tráfico de drogas.

Por otra parte, algunas víctimas de trata han hecho referencia a compañeras a las que se les obligaba a consumir drogas con los clientes, con lo que creaban adicciones que luego les impedían su inserción en el país de acogida. Algunas de estas mujeres incursionaron en delitos de narcotráfico para mantener su dependencia a psicotrópicos; de ellas, algunas terminaron en la cárcel y luego fueron deportadas, mientras que otras perdieron la vida. Las mujeres tienen mucha dificultad para denunciar estos casos porque se niegan a poner en evidencia a la familia y a sus amistades, y tienen miedo de inculpar a los tratantes. La confianza en las relaciones interpersonales aparece como mediación en el engaño y la venta de las mujeres, como se plantea en otros estudios (Vargas y Maldonado, 2018; Vargas/INM RD, 2019).

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Las rutas que atravesaron estas mujeres sobrevivientes de trata para tráfico de drogas son diversas.

En el caso de Costa Rica, son trasladadas desde la República Dominicana hacia Colombia, El Salvador, y Nicaragua. Desde El Salvador, son llevadas por tierra en autobuses hasta llegar a Costa Rica con paradas en cada país de una o dos semanas, tiempo en el que son explotadas sexualmente.

En el caso de España, son trasladadas desde la República Dominicana, pasan por Colombia y llegan hasta la isla Princesa (Turquía). En esta isla sufren explotación sexual. Luego las llevan a Grecia y, por último, a España. En Suiza, la ruta de tráfico de drogas es República Dominicana-España-Suiza. Las sobrevivientes de trata que fueron «mulas» en España y Suiza fueron apresadas, en Costa Rica no.

7.2.4. Trata con fines de matrimonio servil-forzoso

La trata con fines de matrimonio servil-forzoso es mucho más difícil de identificar y visibilizar debido a las representaciones culturales existentes alrededor del matrimonio y a su legitimación social en virtud de una cultura patriarcal que establece el matrimonio como una concesión masculina que «premia» a la mujer al otorgarle la categoría de «casada» o «unida». Este imaginario que envuelve al matrimonio como símbolo cultural lo ha convertido,

en varios países, en la vía principal de regularización migratoria, de suerte que dicha institución social ha sido utilizada para la comercialización de las mujeres mediante la transacción económica.

Cuando existen casos de «matrimonios arreglados», difícilmente se profundice sobre la posibilidad de que la mujer haya sido víctima de trata en esa «negociación».

Se encuentran casos de sobrevivientes de trata en matrimonio forzoso en Suiza y España (este último detectado en el trabajo de campo en las comunidades), en los que las mujeres son captadas desde la República Dominicana para «casarse» con un hombre que ha pagado por ellas a través de amigas y familiares para que ellas puedan entrar al país.

Esta «compra» de la mujer dominicana le da al hombre el poder de ejercer violencia de género, sexual y psicológica contra ella, que queda atrapada en una relación conyugal de la que no puede salir porque le «debe» de por vida al hombre y este, aparentemente, no le está cobrando su deuda. Mucho más difícil es la salida de esta situación de trata, en la que el tratante se supone que es su cónyuge. En estos casos, los ciudadanos de estos países que se casan con mujeres entienden que son «sus dueños», pues han pagado por estas mujeres al «ayudarlas» a pagar sus deudas (en el caso de sacarlas del entorno de la trata para explotación sexual) y a regularizar su situación legal. En el caso de Suiza, en estos matrimonios las mujeres deben permanecer con la pareja al menos 3 años para no perder la oportunidad de estar de forma legal en el país. En muchos casos, los hombres amenazaban con esto a las mujeres y las mantenían sometidas. Otras veces los hombres eran los que explotaban sexualmente a las mujeres con las que se habían casado. Una profesional contactada expresó al respecto:

Es un momento crucial cuando están en Suiza, ya tienen esas deudas que tienen que pagar por el viaje a alguna persona, personas. Entonces ya hay dependencia, y salir de la situación de dependencia sin tener una idea de qué hacer. Si vuelven, siguen teniendo la deuda y tiene consecuencias para toda la familia. Así que este es otro momento crucial, en el que dicen: «Vale, ahora tengo que funcionar. Tengo que devolver este dinero, espero que sea mejor». Pero este es otro momento de desesperanza, en el que también temen quedar mal delante de su familia (institución no gubernamental 3 Sz.).

En Suiza existe un debate importante sobre si este tipo de matrimonio se considera o no «matrimonio forzoso». Hasta ahora solo es posible asumirlo como trata cuando se dan casos de explotación sexual perpetrada por el cónyuge. Las instituciones entrevistadas en Suiza identifican este tipo de matrimonio como matrimonio forzoso o matrimonio servil.

Otros casos de matrimonio forzoso en España e Italia fueron identificados en las comunidades de origen a partir del trabajo de campo realizado en dichos lugares. La captación de las jóvenes se realiza a través de hombres extranjeros que las «enamoran» y les ofrecen matrimonio para llevárselas a sus países. Luego de estar en España, las esclavizan y las explotan sexualmente y las mantienen secuestradas hasta que ellas paguen con su cuerpo lo que ellos invirtieron en ellas.

En el año 2018, detectaron a una menor de 16 años dominicana […]. Su historia inició con la figura del lover boy […]. Creó una relación con un chico en República Dominicana, su novio […]. La llevó a Valencia, la metió en un piso donde estuvo 6 meses encerrada y donde la obligaba a tener relaciones sexuales. Un día llegó muy ebrio y decidió escapar sin saber dónde iba, una persona la ayudó […] (institución no gubernamental 6 Esp.).

En estos dos relatos se muestran dos matices distintos de un tipo de trata para explotación sexual bañada del engaño del enamoramiento. Modalidad mixta presente en estudios de trata anteriores, tanto en la trata de haitianas y venezolanas en la República Dominicana (Vargas/INM RD, 2019) como en la trata interna (Vargas y Maldonado, 2018). En este último estudio y en otros trabajos investigativos sobre la trata interna (Gallardo y De Aza, 2005), aparece la figura del «chulo» 27, quien capta jóvenes en comunidades rurales para introducirlas en las redes de trata para explotación sexual. En las investigaciones sobre la trata de haitianas y venezolanas en la República Dominicana, aparece la figura del «buscón», que desempeña una función similar (Vargas/INM RD, 2019). El «chulo», parte de la expresión de la cultura popular dominicana, se puede equiparar a la figura del «lover boy» señalada en España. La estrategia viene siendo la misma: el enamoramiento con supuestas expectativas de ma-

27 «Los chulos y maipiolos son los responsables directos de la explotación. Pueden operar como explotadores vinculados a los negocios más formales o en el comercio sexual independiente controlando a las víctimas directamente» (Gallardo y De Aza, 2005:65).

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