Hacia una política sostenida de formalización, organización y modernización de los procesos de entrada diaria de pequeños comerciantes procedentes de Haití Jessica Mordechay
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pesar de las diferencias socioeconómicas, políticas y culturales, la República Dominicana y la República de Haití han mantenido una estrecha relación comercial desde la época en que ambos países eran colonias dependientes de la monarquía española y el imperio colonial francés, respectivamente. Este nexo se fortaleció con las firmas del Tratado de Ryswick (1697), el Tratado de Aranjuez (1777) y el Tratado de Basilea (1795), acuerdos que jugaron un papel importante para la mitigación de los conflictos por la ocupación y división territorial entre las dos naciones1. Un siglo más tarde y dos años después de finalizada la Guerra de la Restauración, cuando cada país era una república independiente del yugo europeo, se firma en 1867 el primer Convenio de Paz, Amistad y Comercio entre República Dominicana y Haití con el fin de resolver de forma diplomática sus disputas territoriales2. En 1874 se suscribe en Puerto Príncipe el Tratado de Paz, Amistad, Comercio, Navegación y Extradición, considerado el primer intento diplomático
bilateral para solventar los asuntos fronterizos, el cual entra en vigor en 1875 y es declarado nulo en 1876 por la Asamblea Legislativa de Haití junto a otros actos de su entonces presidente Michel Domingue, quien recibió un golpe de Estado ese mismo año3. Posteriormente se sucedieron otros tratados y convenios importantes que contribuyeron a la consolidación de las negociaciones para el comercio fronterizo y la exportación e importación con el país vecino. Entre estos se destaca la firma del Tratado Fronterizo y de Paz del 21 de enero de 1929, un acuerdo que buscaba ponerle fin a 85 años de fricción fronteriza con Haití, revisado y actualizado por Trujillo en 19364. Como se puede apreciar, ambos países sostienen un vínculo comercial tan antiguo como su historia5 y continuamente han compartido un intenso tráfico de productos a través de la frontera dada las condiciones geográficas y la multiculturalidad de la región. Este canje mercantil se refleja en la dinámica introducción de artículos dominicanos hacia Haití y