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Una mirada a la política migratoria laboral alrededor del mundo
Reyna Bartolomé
E El informe Gobernanza de la migración laboral en la República Dominicana es una colaboración entre la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y el Instituto Nacional de Migración (INM RD) elaborado por Donna Catalina Cabrera Serrano, antropóloga por la Universidad de los Andes, Bogotá. Se trata de una revisión documental de tipo comparativo que responde, según señala la autora, al interés nacional en la gobernanza migratoria. Dicho interés se encuentra explícito en los principales instrumentos de planificación nacional, como la Estrategia Nacional de Desarrollo y el Plan Nacional Plurianual del Sector Público.
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El informe se estructura en dos partes: “Marco comparativo de experiencias y casos de buenas prácticas regionales y extrarregionales sobre el vínculo entre las necesidades del mercado laboral y la política migratoria” y “Recomendaciones para vincular las necesidades del mercado laboral y la política migratoria en la República Dominicana”. En la primera parte la autora trata de sintetizar normas, políticas y buenas prácticas migratorias de seis países, cada uno en representación de un continente. La selección parte del criterio de exponer diferentes formas de abordar la cuestión migratoria según el contexto nacional. Al inicio de cada exposición se describen variables demográficas, económicas y del mercado laboral segmentado por población nativa e inmigrante.
En el caso de Arabia Saudita destaca la implementación del sistema Kafala1, modelo de patrocinio que en teoría es temporal y vincula al trabajador migrante con su empleador o con una empresa (no con el Estado) en una relación asimétrica y con frecuencia desproporcionada, donde el patrocinador controla el estatus legal del migrante y, como buena práctica, Cabrera identifica el fomento a la participación de la población nacional en el mercado de trabajo.
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La política migratoria en Canadá se describe como un sistema de puntos que “le otorga una calificación a los candidatos interesados en inmigrar según su edad, nivel educativo, idioma(s) y demanda de ocupación”. De igual forma hace una amplia descripción del proceso de implementación y algunos de los resultados obtenidos hasta el momento. La buena práctica identificada por Cabrera en el sistema migratorio canadiense es el monitoreo, evaluación y reformas de la política migratoria laboral.
Corea del sur, por su parte, posee una política migratoria altamente influenciada por su dinámica demográfica, la cual presenta una fuerte tendencia hacia el envejecimiento de la población. Esta situación provoca que sea necesario el ingreso de población inmigrante que pueda cubrir dichos puestos de trabajo. Sin embargo, esta necesidad de la dinámica económica se ve frenada por cuestiones culturales dado que “Corea del Sur es un país que valora su identidad y la homogeneidad de su cultura”. La buena práctica identificada es el sistema de permisos temporales de trabajo, el cual permite contratar inmigrantes de quince países específicos bajo contratos que van desde dos meses hasta cinco años. Según Cabrera, la implementación de este sistema ha mejorado el proceso de reclutamiento de los trabajadores inmigrantes. Asimismo, destaca que la gestión migratoria ha pasado al sector público en cada uno de los quince países participantes de los acuerdos.
En Latinoamérica el país seleccionado es Perú. En este caso, se retrata la forma y proceso de reinserción de retornados peruanos a raíz del aumento registrado de retorno a partir de
2009. La autora explica que se crearon diversos instrumentos amparados en la Ley 30001 de Reinserción Económica y Social para el Migrante Retornado. Para ser beneficiario de esta Ley, se creó un formulario de registro y la remisión de los retornados a los sistemas de ventanilla única de empleo.
Sudáfrica, el quinto país estudiado, se caracteriza por tener una migración irregular y poco cualificada procedente de países cercanos y la presencia de ciertos casos de apartheid. El análisis parte del reconocimiento por las autoridades del país de la alta presencia de los inmigrantes en los sectores productivos. A raíz de esto, la identificación de la necesidad de poseer información sobre esta población. Estos esfuerzos dieron como resultado la revisión de la encuesta de Fuerza de Trabajo y los ejercicios censales con el objetivo de incluir mejoras en las preguntas referentes a migración.
En Suecia, el último país abordado, a partir de la reforma de la política laboral de 2008, busca identificar las necesidades de mano de obra del país que no pueden ser suplidas por la población nativa o por residentes en la Unión Europea. La reforma de la política laboral sueca “otorga al empleador la potestad de solicitar la contratación de un nacional de un tercer país siempre y cuando demuestre que no se encuentra el perfil requerido entre la población local”.
Si bien estos casos de estudio presentados reflejan resultados de buenas prácticas a nivel internacional, en términos de gobernanza migratoria no necesariamente son aplicables a República Dominicana. Partiendo del criterio de selección de los casos, donde para reforzar la pertinencia de estos y facilitar la comparabilidad de los países seleccionados con República Dominicana, se deben considerar ciertas similitudes en variables demográficas, históricas, nivel de desarrollo económico, mercado de trabajo y flujos migratorios. Las políticas migratorias, e incluso la percepción del migrante en los países, están altamente vinculadas al contexto nacional y las fluctuaciones de dichas variables. Es decir, la migración puede cambiar su direccionalidad en función del movimiento de estas.
En forma de resumen de la primera sección, Cabrera presenta un análisis de las buenas prácticas de los casos de estudio y su pertinencia para la República Dominicana. Sin embargo, estas recomendaciones, aunque revisten importancia, pueden no estar vinculadas al escenario nacional. En el caso de la experiencia de Arabia Saudita, la autora promueve como buena práctica la capacitación de la población en los sectores demandados por la economía. Si bien esta recomendación es válida, se da bajo escenarios desiguales, pues el mercado laboral saudí se caracteriza por el desinterés de la población en trabajar en el sector privado, incluso puede decirse que no sienten interés en ingresar al mercado laboral. Además, esta medida es tomada debido a que en 2016 el 36.8 % de los
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residentes en Arabia Saudita eran extranjeros. Al contrastar estos datos con el mercado laboral de República Dominicana, la característica principal es la informalidad no la población inactiva2. De igual forma, contrasta el hecho de que la población inmigrante en el país es cerca de 4.3 %, es decir, casi ocho veces menor que la de Arabia Saudita.
Otra recomendación que se recoge en el informe está relacionada con las experiencias de Canadá y Corea del Sur. Por un lado, el sistema canadiense se caracteriza por generar información actualizada respecto a las necesidades del mercado laboral, las cuales son utilizadas para actualizar la política migratoria y alimentar el sistema de puntos. Por otro lado, Corea del Sur, que como bien describe la autora, reúne casi todas las características de un buen programa de gestión laboral, vincula la oferta y la demanda de trabajo y contempla el hecho de capacitar al migrantes desde su país de origen.
Efectivamente, los dos escenarios cuentan con una alta aceptación y pueden ser considerados como ejemplos de buenas prácticas. Sin embargo, su aplicación en la República Dominicana demandaría la adecuación de estas políticas al estado actual de derecho y el desarrollo económico nacional, puesto que Canadá y Corea del Sur son países con niveles de desarrollo socioeconómico distintos a los de República Dominicana.
El caso de Perú es de gran relevancia para la gobernanza migratoria en la República Dominicana, si se considera que cerca del 20 % de la población dominicana se encuentra en el exterior, lo cual posibilita en el futuro el regreso de dichos nacionales, a quienes se les debe asegurar una efectiva reinserción laboral y productiva.
Al referirse a Sudáfrica, la autora subraya “la importancia de alinear los procesos de formación para el trabajo con análisis de prospectiva laboral y las prioridades de desarrollo definidas por el país”. Esta consideración es totalmente válida por múltiples razones: primero, la población inmigrante es cerca del 3.9 % de la población residente en Sudáfrica, porcentaje similar a la República Dominicana, que es de cerca de 4.3 %; segundo, la inmigración procede de países cercanos con los cuales hace frontera y tienen un desarrollo económico menor, y tercero, inició su proceso de mejora administrativa de los registros migratorios a consecuencia de la ausencia
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de información de los inmigrantes que se encuentran insertados en el mercado laboral de los sectores productivos más importantes del país. En consecuencia, considerar el ejercicio realizado en Sudáfrica de evaluación de los instrumentos de recolección de información en el mercado laboral, como la encuesta de Fuerza Laboral y los Censos, y reformar y fortalecer los registros administrativos se visualiza como una posible aplicación en la República Dominicana a corto plazo.
Por último, se presenta la pertinencia del caso de Suecia, donde “se evidencia que la reforma de la política no responde solo a los análisis realizados desde la institucionalidad, sino resalta las investigaciones, participación y demandas que se plantean desde el sector de los empleadores y los empleados”.
En términos generales, las informaciones presentadas en esta primera sección sirven de base para el conocimiento de aspectos relevantes sobre el tema migratorio. Cuando se lee el título y se contrasta con el contenido, se verifica que es predominantemente una descripción de buenas prácticas y un breve análisis sobre las potenciales oportunidades de aplicación, es decir, no constituye una propuesta concreta de abordaje de la gobernanza de la migración en República Dominicana. En las recomendaciones de esta sección se recoge un grupo de elementos bien estructurados que pueden ser utilizados como herramientas para el desarrollo de nuevos estudios sobre la gobernanza migratoria en la República Dominicana.
NOTAS
1. E. Brunner y R. Grande (2020). Sistema
Kafala: El pulso por una forma de esclavitud moderna, en Esglobal. Recuperado de https://bit.ly/3v4JGRk 2. Conjunto de ciudadanos de un país, de 16 años o más, que cumplen las condiciones para trabajar y, sin embargo, no se incorporan al mercado laboral, es decir, no son ocupados ni parados. Recuperado de https://bit.ly/3aEp7Ur