Ser o no ser emprendedor va a más allá de ser sólo una decisión, siendo lo más trascendental la actitud y el cómo se asume la experiencia de llevar adelante tu idea, tu propuesta de valor, tu negocio y tu visión empresarial.
La experiencia no se construye sólo del éxito sino también del valor del ERROR, por ello es importante tener siempre en primer plano y de forma muy controlada que es lo que haces, porque lo haces, como lo haces, pero sobre todo para quien lo haces.
“Aprender a fallar rápido y barato”