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CTUARIOS www.actuarios.org

instituto de actuarios españoles

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PRIMAVERA 2015

SEGUROS DEL HOGAR (Y otros multirriesgos sencillos)

DOSSIER José Andrés Acebo, Francisco J. Aguilera y Germán Serrano “Naturaleza e impacto de los ciber riesgos” Julio G. Villalón y Antonio Seijas “Sobre la evolución de los métodos cuantitativos económico-financieroactuariales”

ENTREVISTA Pilar González de Frutos “El marco legal es básico para el desarrollo comercial de las entidades y para que éstas puedan ofrecer los mejores y más seguros productos al mercado”


MIEMBROS PROTECTORES

MS

ManagementSolutions Making things happen


SUMARIO Dirección: Juan José de Lucio Diego Cano Consejo de Redacción: Adolfo Gálvez Alicia Sanmartín Amadeo Rodríguez Daniel Hernández Diego Cano Diego S. Garrocho Ester Arencibia Francisco Alonso Irene Albarrán Isabel Bañegil Isabel Casares José Antonio Herce José Boada José Miguel Rodríguez-Pardo Juan José de Lucio Julián Oliver Lázaro Villada Luis Mª Sáez de Jáuregui Pablo Martín Rafael Fernández Vicente Sala Maquetación: iPuntoTres Foto de portada: Fernando Arias Fotografía: Fernando Arias y Mª José Rivera Imprime: Albadalejo, S.L. Depósito Legal: M-25517-1990

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100 años de titulación actuarial

ENTREVISTA Pilar González de Frutos TEMA DE PORTADA Ignacio Blasco, Iratxe Galdeano y José A. Herce El seguro del hogar en el S. XXI Ramón Nadal Perspectiva práctica del seguro del hogar Michaël Noack Cálculo de tarifa en el Seguro de Hogar Alberto Merino La imposible tarea de calcular el valor del continente Joaquín Plaza Campos Origen, Actualidad y Futuro en el Ramo del Hogar (Nuevos Modelos Actuariales de Pricing) Javier Pereda Fernández e Ignacio Pereda Fernández La importancia del perito en el control de las prestaciones de las aseguradoras Cristina Maroto Sánchez El consumidor y los Seguros de hogar: una difícil relación contractual FACUA Aspectos a considerar al contratar un seguro de hogar Rafael Manchón Duplicidad y solapamiento de coberturas en seguros multirriesgo. Cómo evitarlo Belén Soriano Clavero El Consorcio de Compensación de Seguros y la cobertura de los riesgos extraordinarios: cobertura de catástrofes naturales en seguros del hogar

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estadística actuarial Carmen Teijeiro Breijo y Jorge L. Vega Valle ¿Qué información de edificios proporciona el Censo 2011?

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DOSSIER José Andrés Acebo Niño, Francisco J. Aguilera Menéndez y Germán Serrano Naturaleza e impacto de los ciber riesgos

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Julio G. Villalón y Antonio Seijas Macías Sobre la evolución de los métodos cuantitativos económico-financiero-actuariales LA ADMINISTRACIÓN CONTESTA Isabel Casares San José-Martí Consulta a la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones. Seguros de daños sobre inmuebles vinculados a préstamos hipotecarios ESPACIO ACTUARIAL Entrevista: Juan Antonio Echevarría Muñoz y Almudena Echevarría Martínez Miguel Ángel Vázquez El fraude al seguro

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70 LA VIDA BUENA 76 Noticias 78 ALTAS 80

RINCÓN DEL CONSULTOR

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Edita: Instituto de Actuarios Españoles C/ Víctor Andrés Belaúnde, 36. 28016 Madrid Tel. 91 457 86 96 Fax 91 457 14 07 www.actuarios.org iae@actuarios.org

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100 años de titulación actuarial

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El actuario: cien años de titulación en España por Daniel Hernández Actuario de Seguros

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l 16 de abril de 2015 se cumplieron los primeros cien años del título de actuario en España, título creado oficialmente a través del Real Decreto, de 16 de abril de 1915, disponiendo que los estudios mercantiles queden organizados en las Escuelas de Comercio, a tenor de lo que se dispone en el mismo, estableciéndose los grados elemental, medio y superior (Gaceta de Madrid de 18 de abril de 1915) a instancias del entonces Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes y siendo Ministro D. Saturnino Esteban Miquel y Collantes. El título surge como consecuencia de la necesidad de reforzar la protección de los derechos de los ciudadanos y así lo recoge la exposición de motivos de la norma:

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(…) notábase la necesidad de aquellos centros donde hubieran de adquirirse conocimientos especiales que facilitaran la acción investigadora y de fiscalización, reservada al Poder público, para cuidar del recto cumplimiento de los fines encomendados a ciertas clases de Sociedades o Empresas, fácilmente capaces en el abuso posible, de quebrantar el respeto a los intereses de los que en ellas depositaron su confianza. Tal sucede con las Compañías de seguros y con otro considerable número de Sociedades anónimas (…) Así, la función actuarial, de indispensable aplicación práctica ya en nuestro país para las Compañías de seguros no tenía hasta hoy un organismo cuya función docente capacitara para el ejercicio de aquella profesión y aun función social

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Con ello se reorganizaron las enseñanzas de las Escuelas de Superiores de Comercio y se crearon secciones superiores especializadas de altos estudios dentro de la carrera mercantil: comercial, actuarial y consular, que se impartirían en las Escuelas Especiales de Intendentes Mercantiles. Los Intendentes Mercantiles de la Sección Actuarial tendrían aptitud legal para desempeñar los cargos de Inspectores y demás funcionarios técnicos de la Comisaría de Seguros, funcionarios del Cuerpo facultativo de Estadística y Actuarios de Seguros. Dado que eran preceptivos dos cursos académicos para la obtención del título, los primeros titulados del nuevo sistema datan de 1917, pudiendo acceder a este

período de especialización los profesores mercantiles y, en el caso de la rama actuarial, los Licenciados en Ciencias exactas previos exámenes de cálculo mercantil, contabilidad y geografía económica o acreditación de haber estudiado estas materias. En el primer curso de especialidad las materias eran: Análisis infinitesimal con aplicación al cálculo de probabilidades, Contabilidad analítica, Administración de sociedades mercantiles e industriales, Economía y legislación sociales y Legislación comparada de Seguros. En el segundo curso se estudiaban las siguientes asignaturas: Estadística matemática, Teoría matemática de los seguros, Banca, bolsa y sistemas monetarios, Contabilidad especial de seguros y Técnica de los seguros. Todas las materias tenían tres lecciones semanales, excepto Teoría matemática y Análisis infinitesimal, con seis lecciones semanales cada una. Hoy el actuario, heredero directo de la titulación creada por aquella norma, se ubica dentro de una profesión regulada en las normativas de ordenación y supervisión del seguro privado, de los planes y fondos de pensiones y en la de mutualidades de previsión social, desarrollando su actividad profesional en los campos de los seguros, las pensiones, la Seguridad Social y las finanzas, protegiendo los intereses de personas e instituciones. Cien años después del Real Decreto de 16 de abril de 1915, el Instituto de Actuarios Españoles, Corporación de Derecho Público y una de las instituciones españolas más antiguas del sector asegurador y con más peso entre los actuarios en Europa al representar en torno al 10% de los mismos, organizará diversos eventos para conmemorar este centenario, entre los que se encuentran: la edición del Libro con el Informe actuarial sobre las bases técnicas del nuevo Baremo para la indemnización de daños y perjuicios causados en accidentes de circulación, un ciclo de conferencias sobre el actuario y la profesión actuarial y un acto central en Madrid sobre los aspectos actuariales contenidos en las normativas de Seguridad Social en la década actual. Dentro de este escenario conmemorativo, resulta destacable que la Casa Real se ha interesado por los actos del centenario de la aprobación del Real Decreto que habilita el título de actuario y que fue promulgado por Su Majestad el Rey Alfonso XIII.


CARTA DEL PRESIDENTE

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stimados Colegiados, queridos amigos.

Tengo el gusto de presentar el número 36 de la Revista Actuarios, que corresponde a los trabajos realizados en esta primavera de 2015, tanto sobre el tema de portada cuanto sobre otras cuestiones de nuestra profesión. Como siempre, el propósito de la revista es doble; de una parte, investigar los riesgos, su cuantificación y gestión; de otra parte, constituirse en elemento de encuentro y diálogo técnico, humano y profesional entre los miembros de nuestro Instituto.

En el primero de los artículos, Ignacio Blasco, Coordinador del Área de Riesgos de la SAREB, Iratxe Galdeano, Socio de Afi y José A. Herce, Director Asociado Afi, realizan un análisis de las últimas innovaciones en el seguro del hogar y las tendencias a futuro. Ramón Nadal, Director Técnico de Seguros Generales de CASER, completa esta primera visión general del sector. Los siguientes artículos se centran en el cálculo de la prima en el seguro del hogar. Michaël Noack, Senior Consultant de Addactis, utiliza modelos GLM para obtener la prima de riesgo, aunque señala que la prima final dependerá además de otros factores, por lo que la interpretación del actuario es muy importante. El artículo de Alberto Merino versa sobre las dificultades teóricas y prácticas para determinar el valor del continente, información necesaria para calcular correctamente la prima y asegurar correctamente la vivienda. Por su parte, Joaquín Plaza, Actuario de GES Seguros y Reaseguros, trata las nuevas coberturas que se incluyen en el seguro de hogar y los actuales sistemas de tarificación. Javier e Ignacio Pereda, del Gabinete Pericial Olabe Pereda, nos recuerdan la importancia del perito en la determinación de los daños para fijar correctamente la cuantía de la indemnización. En este mismo sentido, el Consejo de Redacción de la Revista ha querido escuchar la voz de los usuarios, invitando a las Asociaciones de Consumidores a ofrecernos la visión desde la perspectiva del tomador. Desde ASGECO Confederación, Cristina Maroto nos detalla los principales conflictos entre asegurado y la aseguradora. También FACUA colabora en este número con un artículo sobre las consideraciones a tener en cuenta por el cliente a la hora de contratar un seguro de hogar. Rafael Manchón, Subdirector General de Confide, ofrece algunas respuestas y propuestas a los potenciales tomadores del seguro a la hora de definir correctamente de qué manera deben cubrir sus riesgos para evitar duplicidades y solapamientos. Por último, dentro del tema de portada, Belén Soriano, Subdirectora Técnica y de Reasegu-

ro del Consorcio de Compensación de Seguros, analiza la cobertura de los riesgos extraordinarios, en general, y la cobertura de catástrofes naturales en los seguros del hogar, en particular. La, ya habitual, sección de Estadística Actuarial, consolida la colaboración del Instituto Nacional de Estadística con nuestro Instituto. Carmen Teijeiro y Jorge L. Vega, Jefes del Área de Censos del INE, nos presentan la información derivada del Censo de 2011 en lo que a edificios se refiere. Este número contiene dos estudios monográficos o Dossier, que reflejan el interés de nuestros colegiados en compartir su excelencia técnica con el Instituto en su conjunto. José Andrés Acebo, Francisco J. Aguilera y Germán Serrano se adentran en el novedoso y cada vez más preocupante mundo de los ciber riesgos y Julio G. Villalón y Antonio Seijas analizan la evolución histórica de los métodos cuantitativos económico-financiero-actuariales. En las secciones habituales, Isabel Casares, centra su sección de La Administración Contesta, en los seguros de daños sobre inmuebles vinculados a préstamos hipotecarios. El Espacio Actuarial está dedicado a una entrevista doble, en este caso padre e hija actuarios, que ofrecen distintas visiones ante las cuestiones que les plantea la Redacción referidas a la profesión actuarial y a un artículo en el que Miguel Ángel Vázquez, Coordinador de Prevención y Lucha contra el Fraude de UNESPA, nos ofrece un análisis del fraude en el seguro en España. En la sección de Rincón del Consultor, Carlos A. Quero, Director de Área de VidaCaixa, debate las nuevas reformas del Reglamento de Planes y Fondos de Pensiones. Para terminar, Daniel Hernández lidera la sección de La Vida Buena, donde comparte con nosotros un viaje Zúrich y una breve reseña sobre Ávila y la mística. Le acompaña nuestro filósofo de cabecera, Diego S. Garrocho, con un artículo sobre el concepto de “hogar”. Espero que disfrutes de la Revista que tienes en tus manos. Un abrazo a todos. LUIS MARÍA SÁEZ DE JÁUREGUI

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Este número de primavera lleva como tema de portada los Seguros del Hogar, siguiendo las indicaciones del Consejo de Redacción. Encontraremos en primer lugar la entrevista realizada a Pilar González de Frutos, Presidenta de UNESPA, que hace un repaso de la situación y evolución del sector, sus retos presentes y previsiones de futuro.

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entrevista

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ENTREVISTA

Pilar González de Frutos Presidenta de UNESPA

“El marco legal es básico para el desarrollo comercial de las entidades y para que estas puedan ofrecer los mejores y más seguros productos al mercado”

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¿Cómo ha sobrellevado la crisis el sector asegurador? El sector asegurador ha sobrellevado la crisis de una manera ejemplar. Puede sonar exagerado o un argumento de parte, pero es que, de verdad, es lo que opino. Los últimos años han presenciado un descenso de la renta disponible de familias y empresas. Como es natural, esto se ha traducido en una caída del volumen de negocio que, en algunos ramos, como el de autos o ciertas líneas de empresa, ha sido particularmente pronunciado. A pesar de ello, las aseguradoras han aguantado bien el tipo. No ha habido quiebras en el sector. Se han atendido los compromisos con los clientes. El seguro ha cumplido con diligencia y discreción sus obligaciones. El negocio ha seguido su rumbo, profundizando incluso su compromiso con el país a través de la inversión en la deuda pública que, hace no mucho tiempo, no parecía querer nadie. Ese es el gran mérito del sector asegurador. En estos turbulentos años, nunca ha abandonado la normalidad.

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¿Qué segmentos del sector tienen mejores perspectivas? La industria aseguradora entró un poco más tarde que otros sectores de la economía en el entorno de recesión del que parece que, poco a poco, va saliendo el país. Por el mismo motivo y como suele ser habitual, el seguro sale ahora algo más tarde de la crisis. Por otra parte, conviene recordar que la recuperación a la que asiste ahora el país es incipiente y, por eso, debemos ser cuidadosos y no lanzar las campanas al vuelo. Para ver qué puede ocurrir, quizá conviene echar la vista atrás. Merece la pena destacar el comportamiento en los últimos años del ramo de salud, que no ha dejado de crecer a pesar de la crisis. Esto es una señal de que es un producto muy valorado por las familias españolas. El seguro de hogar ha mantenido una senda ascendente prácticamente todos los ejercicios, y eso a pesar de que el sector inmobiliario se ha encontrado en el epicentro de la recesión. Entre tanto, el ramo de


automóviles da señales de mejora en los últimos trimestres. El estancamiento del parque asegurado de los últimos ejercicios se tradujo en caídas sostenidas de la facturación lograda por esta línea de negocio. La reactivación de la venta de vehículos ha comenzado a invertir ligeramente esta tendencia. Finalmente, está el ramo de vida. La pérdida de capacidad de ahorro de familias y empresas se ha hecho notar en descensos en las aportaciones a productos de ahorro y pensiones. Pero a pesar de ello, las entidades han logrado mantener la rentabilidad de sus productos. Es previsible que una mejora de la renta disponible por parte de los actores económicos incida sobre las diferentes líneas de actividad del seguro. La recuperación, si finalmente se asienta, será más perceptible para el seguro cuanto más se note a pie de calle. Cuanto mejor le vaya a las familias y a las empresas, mejor nos irá nosotros. Es tan simple como eso. Solvencia II está suponiendo un reto y una oportunidad para el sector ¿Cómo está siendo, desde su punto de vista, el proceso de adaptación? El seguro español se adentró el pasado año en la recta final rumbo a la adopción de Solvencia II. La reciente puesta en marcha por parte del Consejo de Ministros del proyecto de Ley de Ordenación, Supervisión y Solvencia de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (LOSSEAR) ha supuesto un importante empujón hacia el nuevo marco de juego para el sector. Para las entidades aseguradoras la llegada de Solvencia II exigirá importantes esfuerzos de adaptación, porque es un régimen que exige una cultura de gestión integral del negocio y los riesgos que se asumen. En todo caso, el seguro español está haciendo las cosas bien. Así lo evidencian los resultados del test de estrés que hizo públicos la Autoridad Europea de Seguros y Planes de Empleo (Eiopa, en inglés) hace unas semanas. El seguro español superó con nota esas pruebas. Su modelo de negocio quedó refrendado en vísperas de la adopción de Solvencia II. ¿Cuáles son los retos fundamentales a los que se enfrenta el sector asegurador? La industria aseguradora vive en los últimos años una profunda metamorfosis. Prácticamente todas las leyes y normas fundamentales que articulan esta actividad se encuentran en proceso de revisión. Ya hemos hablado de Solvencia II y su trasposición a la legislación española, la LOSSEAR, pero no es el único cambio inminente. Hay una nueva Ley de Contrato de Seguro en proceso. En el seguro de automóviles, un comité de expertos integrado por diversos interlocutores vinculados a la seguridad en la carretera (víctimas, académicos, fiscalía, aseguradoras, etc.) ha lanzado una propuesta de nuevo baremo de indemnizaciones para los lesionados en accidentes de circulación. El pasado año, el Gobierno llevó a cabo una reforma fiscal de hondas repercusiones para

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el ahorro y también ultima la llamada TAE del seguro, que permitirá la comparación entre productos aseguradores de ahorro. En Europa trabajan en una nueva Directiva de Distribución de Seguros (IDD, en inglés), así como en normas sobre instrumentos financieros (Mifid 2, en inglés) y productos empaquetados de inversión minorista (PRIIP, en inglés). Retos, pues, no le faltan a la industria aseguradora. El momento actual es crucial para nuestra actividad. ¿En qué lugar considera que está el desarrollo del sector asegurador dentro del contexto mundial y qué iniciativas o propuestas debe considerar de cara a los próximos años? El sector asegurador se encuentra en el lugar que le corresponde, al menos dadas las características del mercado en el que se desarrolla. Esto no quiere decir que no se puedan hacer más cosas para incrementar su impronta. Para agrandar su huella. Los seguros de no vida tienen un peso relevante que, no obstante, puede desarrollarse más. ¿Cómo? En el ramo de salud, por ejemplo, a través de convenios de colaboración público-privada. Entre tanto, en el ramo de vida queda un gran camino por recorrer. La presencia de la previsión social complementaria es pequeña si se compara con la situación de otros países de nuestro entorno. ¿Están las empresas de seguro suficientemente internacionalizadas? El seguro es una actividad con fuerte vocación internacional. En España operan buena parte de los grandes grupos aseguradores mundiales, en especial europeos. Algunos, incluso, desde el siglo XIX. A su vez, hay varias compañías de capital español que se han expandido a otros mercados. Este último proceso todavía puede desarrollarse más y, previsiblemente, lo hará. Qué duda cabe que existen distintas vías para desarrollar negocios en el extranjero. Varias entidades de capital nacional ya han dado el salto a otros países, y lo han hecho bajo fórmulas bastante distintas. Y no se trata de uno o dos grupos. Son varios. La figura de actuario, con un compromiso ético y unos estándares elevados de conducta profesional, proporciona eficiencia y equidad al sector. ¿Se reconoce suficientemente el papel del actuario? ¿Crees que es exportable a otros ámbitos del sistema financiero? Sí, personalmente creo que el sector asegurador reconoce la valía profesional de los actuarios. De muestra un botón. La nueva legislación sobre Solvencia II reconoce la función actuarial como una de las tareas clave dentro del sistema de gobierno de las entidades aseguradoras. Por otra parte, dado que los actuarios son expertos en la valoración de riesgos, su experiencia podría ser exportable a otros ámbitos del sistema financiero.

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¿Qué iniciativas destacaría entre las actividades de UNESPA que considera de mayor interés para el sector? Uno de los procesos en el que estamos poniendo particular énfasis en UNESPA en los últimos años es la autorregulación. La Asociación ha desarrollado diversas guías de buenas prácticas en materia de transparencia que, si bien son de adscripción voluntaria para las entidades, muestran un deseo del sector de comprometerse a hacer las cosas bien con los asegurados. Estas guías abarcan las distintas líneas de los principales productos masa, pero también otros temas como el gobierno corporativo, el control interno, la discapacidad o internet.

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¿En qué medida puede UNESPA puede ayudar a las compañías aseguradoras a ofrecer productos y servicios que se acomoden mejor a las necesidades de los asegurados? El diseño de los productos corresponde, estrictamente, a las propias aseguradoras. Es cierto que UNESPA es la casa de las entidades de seguros y que, como tal, defendemos los intereses del sector en su conjunto desde la perspectiva regulatoria y técnica para que las entidades aseguradoras tengan un marco jurídico estable en el que desarrollar su actividad. El marco legal es básico para el desarrollo comercial de las entidades y para que estas puedan ofrecer los mejores y más seguros productos al mercado. Pero hay que recordar que luego las entidades compiten abiertamente en el mercado unas con otras y, en ese proceso, no tenemos nada que ver. La labor comercial es, en última instancia, la respuesta que da la

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industria a las necesidades que surgen en el mercado; a las demandas de los clientes. Acabamos las entrevistas pidiendo la opinión del entrevistado sobre cuál es el mayor riesgo para España en el corto plazo y cuál es en el largo plazo. ¿Cuál es su opinión? ¿Qué consejo daría a un joven actuario? España tiene muchas asignaturas pendientes que rebasan, con creces, el ámbito del seguro. El problema más palpable a corto plazo, y así lo demuestran las principales encuestas sociológicas que se realizan en el país, es el desempleo. Si ponemos la vista en el medio plazo –y no hablo de largo, ojo– aparece la necesidad de desarrollar pilares complementarios del Estado de Bienestar y fórmulas de colaboración entre lo público y lo privado. La evolución demográfica de España, con una población cada vez más envejecida, obligará a idear mecanismos que permitan optimizar las prestaciones sociales y asegurar el sustento de los ciudadanos en su retiro. Hablo de temas como pensiones, salud, dependencia... Aquí es donde el seguro puede aportar su saber hacer. Donde nuestra industria puede –es más, debe– echar un cable a los poderes públicos y contribuir a asegurar un bienestar para las generaciones actuales y también, no las olvidemos, futuras. Finalmente, no me atrevo a dar consejo especial a ningún joven actuario más allá de unas palabras generales. Con tesón, esfuerzo y trabajo se llega lejos en la vida. Por lo demás, mucho me temo que mi formación ha sido distinta. Soy licenciada en Derecho y opositora al cuerpo de inspectores de Seguros del Estado.


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El seguro del hogar en el S. XXI

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lo largo de la historia centenaria de esta figura, su evolución ha estado trazada por la propia naturaleza cambiante de las propiedades aseguradas y, desde luego, por la naturaleza cambiante de la funcionalidad y uso de las viviendas por parte de sus ocupantes. El uso de las viviendas, a su vez, ha venido también fuertemente determinado por los cambiantes estilos de vida de los individuos. En España, según datos de la compañía aseguradora MAPFRE, dos terceras partes de los 26 millones de viviendas que existen en nuestro país, lo que significa que unos 17 millones de hogares poseen este tipo de aseguramiento con un gasto promedio por hogar de 221 euros por año. Ello hace de esta figura una de las principales en el panorama del seguro español. Según datos de ICEA a cierre de 2014, el 12% de las primas totales de No Vida proceden del negocio de multirriesgo de hogar. Con la revolución digital, entre las nuevas coberturas que se han venido incluyendo en las pólizas del seguro del hogar se incluyen los daños a los dispositivos móviles, ordenadores, televisores y otras instalaciones, incluso las pérdidas (lucro cesante) asociadas a dichos daños. En este contexto, viene cobrando, además, creciente relevancia el aseguramiento, dentro del seguro de hogar, de los riesgos asociados a la domótica, cada vez más presente en las viviendas. Igualmente, y sin necesidad de que se produzca un daño determinado, se cubre la prestación de servicios de mantenimiento informático o de otras instalaciones del hogar. Los cambios acelerados en los estilos de vida de la población, por su parte, también están determinando la innova-

Ignacio Blasco Coordinador, Área de Riesgos SAREB Iratxe Galdeano Socio, Área de Seguros Afi José A. Herce Profesor de economía UCM. Director Asociado Afi

ción en un producto de seguro que dista mucho de ser un producto tan convencional como a menudo se le presenta, incluso dentro de la industria aseguradora. En particular, la presencia de mascotas en los hogares, el desarrollo de actividades económicas en el domicilio propio (trabajadores autónomos), la mayor frecuencia de los viajes o los intercambios de estudiantes son también otros tantos casos en los que puede manifestarse riesgos hasta hace poco no cubiertos por el producto hogar. Incluso, se viene incluyendo en las pólizas el aseguramiento de los pagos en caso de desempleo o cese de actividad de los asegurados. En este contexto de cambio en la propiedad asegurada, o de cambio en el uso de la misma, añadiendo a ello la disponibilidad de tecnologías de monitoreo remoto, cuya aplicación en el hogar limita la ocurrencia de accidentes y los daños asociados a los mismos, aporta un elemento nuevo para el diseño de productos más eficientes y ajustados a las necesidades y presupuestos de cada tomador del seguro. En efecto, la instalación de monitores, alarmas y otros dispositivos limitadores, accesibles remotamente y verificables, en los hogares trae consigo la rebaja de las primas ofertadas, ya que la siniestralidad disminuye considerablemente. Por otra parte, la creciente gama de riesgos que se incluye en las pólizas conllevaría el encarecimiento de las primas. La buena noticia es que el mayor coste por incremento de coberturas se ve compensado por la mayor eficiencia de los dispositivos preventivos y limitantes. Algo que todos los operadores de la industria deben tener en cuenta en su pugna por el mercado. Todos estos desarrollos son ya una realidad en el panorama asegurador europeo y español y definitivamente alejan la imagen que todavía subsiste en el imaginario colectivo, incluidos la industria y su regulador, de que el seguro del hogar es un seguro “convencional” y poco menos que maduro. Nada más lejos de la realidad. Es más, el futuro de este producto no ha hecho mas que comenzar.

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Los primeros seguros de hogar se desarrollaron en el Reino Unido a raíz del “Gran incendio” de Londres en 1666, pero los seguros de hogar multirriesgo, tal y como se conocen hoy en día, datan de finales de los años 40 y principios de los 50 del siglo pasado en, respectivamente, el RU y los EE.UU. El moderno seguro de hogar contempla la cobertura de diversos riesgos asociados a la propiedad de una vivienda bajo una única póliza o contrato de seguros y, por lo tanto, una única prima. Los riesgos que se suelen incluir en esta póliza son los de daños o pérdida total de la propiedad, los de responsabilidad civil asociada a accidentes sufridos por o en la propiedad y los de pérdida de ingresos de los titulares del seguro por causa de dichos accidentes.

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Más allá de las implicaciones de las tecnologías, los cambios en los estilos de vida también están prefigurando el futuro de los seguros de hogar. Piénsese en el intercambio de viviendas entre particulares para periodos de vacaciones u otras estancias, tal y como se están instrumentando en la actualidad a través de aplicaciones como “airbnb”. De nuevo, las implicaciones de estos cambios, que entrañan tanto oportunidades como retos para la industria, son muy relevantes. De hecho, tanto en el ámbito del hogar como en el de la movilidad la rápida emergencia de lo que se ha dado en llamar “economía colaborativa” suscita enormes interrogantes para el seguro. Tampoco deben olvidarse las implicaciones que para el seguro del hogar tienen los desarrollos en materia de envejecimiento y dependencia, más convencionales y “esperables”, si se quiere, pero no menos cargados de consecuencias para el diseño eficiente y competitivo de los productos y, lo que es más importante, el bienestar de los asegurados y beneficiarios. Ante el panorama tecnológico y, sobre todo, de los nuevos estilos de vida de la población, caben pocas dudas de que la industria de los seguros está abierta (y expuesta) a la aparición de productos y operadores “disruptivos” y que a los reguladores les espera un futuro muy intenso. En el fondo, no hay ninguna razón para que las cosas no evolucionen de esta manera. Las necesidades de los individuos, se trate de su residencia o de su movilidad, cambian constantemente, bien sea porque se enfrentan a restricciones materiales, tecnológicas, de salud o económicas que se modifican de manera estructural, porque cambian de valores y aspiraciones o por ambas razones.

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En este contexto, la industria del seguro debe estar a la altura de estos cambios, ofreciendo productos cada vez más ajustados a dichas necesidades y más eficientes.

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Piénsese, por ejemplo, en las aplicaciones del “big data” y el “internet de las cosas”1 a las actividades aseguradoras en general y del seguro del hogar en particular. No es revelar nada nuevo decir que las posibilidades de estas tecnologías para la industria del seguro son inmensas, en todos los sentidos. Los próximos años verán, pues, desarrollos muy relevantes en el diseño de los productos de aseguramiento, su valoración en el mercado, incluso en los aspectos éticos asociados a los comportamientos de aseguradores, tomadores, asegurados y beneficiarios.

Como también debe estarlo la regulación de los seguros. En materia de seguros de hogar, en España, se da la paradoja de que, al contrario de lo que sucede en otros países, el seguro no es obligatorio, pero cuando se constituye una hipoteca es obligatorio suscribir un seguro sobre la vivienda hipotecada, por lo general comercializado por la misma entidad crediticia que otorga la hipoteca. También subsisten impedimentos normativos para el ajuste de las primas cuando los cambios materiales en las viviendas y de comportamiento de las familias lo aconsejarían.

1 Objetos de todo tipo “atiborrados” de sensores que transmiten datos a servidores en los que se analizan para retroalimentar y optimizar su uso.

En definitiva, como se comentaba anteriormente, el futuro de los seguros de hogar en el S. XXI, no ha hecho sino empezar.


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Perspectiva práctica del seguro del hogar Director Técnico de Seguros Generales. CASER Seguros

En los últimos quince años el seguro del hogar ha tenido una evolución muy significativa en términos de volumen de primas que alcanzará previsiblemente este año los 4.000 mill € frente a los casi 1.400 mill del año 2000, incrementando un 65% su cuota dentro del conjunto de seguros de no vida.

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ste crecimiento se debe a diversos factores como el mayor índice de aseguramiento, el alto número de viviendas terminadas durante toda la década anterior, la evolución de los costes de la construcción y la pujanza de la economía española hasta el impacto de la crisis económica que en las primas de esta modalidad no se evidenció hasta 2011. Incluso en los años de mayor severidad de la recesión las primas de hogar siempre se han incrementado, evidenciando ya una clara recuperación en 2014. Esta evolución responde a un progresivo pero firme cambio en el sentido del propio seguro del hogar, que empezó ofreciendo una cobertura muy básica frente a los riesgos de incendio y robo, para incorporar progresivamente garantías que cubrían daños por agua, rotura de cristales y responsabilidad civil, para convertirse así en un completo multirriesgo, que ofrecía también a determinados clientes coberturas del tipo “all risk”. En los primeros noventa, aparece la asistencia en el hogar, que más allá de ofrecer determinados servicios de emergencia, en realidad poco utilizados por los clientes, se concentra en un una forma distinta, mucho más ágil y eficiente de gestionar los siniestros, con un servicio de atención al asegurado durante las 24 horas. En realidad, se trató de un profundo cambio en la gestión, donde progresivamente se pasa del seguro como indemnización al servicio, asumiendo la reparación o en su caso la reposición de los bienes dañados por el siniestro, cumpliendo así más eficazmente con la función clave del seguro, que no es otro que restablecer la situación previa al hecho fortuito y aleatorio que produce el siniestro. Para gestionar esta nueva forma de prestación, las aseguradoras líderes crearon sus propios servicios de

asistencia, y las de menor tamaño tuvieron que recurrir a plataformas externas que gestionaban los siniestros de diversas entidades. Esta diversidad, donde conviven diferentes modelos de gestión y al contar con una red externa de proveedores no siempre adecuadamente instruida ni fidelizada evidenció la necesidad de mejorar el servicio en términos de calidad y plazos de atención. Como ocurre ya en CASER, que tiene certificados mediante ISO 9001:2008 todos los procedimientos de gestión de las prestaciones del seguro del hogar, el Sector avanza por la vía de la calidad y a tal efecto se van incluyendo contractualmente compromisos concretos con el asegurado, con sus correspondientes compensaciones en caso de incumplimiento, como, por ejemplo, liberar el pago del recibo siguiente en caso que el fontanero no acuda en menos de 75 minutos en un escape de agua declarado como urgente. El disponer de redes propias de profesionales exclusivos y bien entrenados, contando con herramientas de comunicación y protocolos de gestión adecuadamente definidos, hace que se ofrezca un elevado nivel de servicio y satisfacción del cliente, al tiempo que se contienen los costes de las prestaciones que permiten ofrecer una buena prima a los clientes. La última evolución del seguro del hogar ha sido la progresiva incorporación de garantías y servicios de valor añadido que han incrementado el nivel de cobertura hasta ser prácticamente integral para atender todas las circunstancias que puedan sobrevenir en una vivienda.

El disponer de redes propias de profesionales exclusivos y bien entrenados, contando con herramientas de comunicación y protocolos de gestión adecuadamente definidos, hace que se ofrezca un elevado nivel de servicio y satisfacción del cliente

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Ramón NADAL

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El servicio es, cada vez más, elemento clave para la fidelizacion, ya que los clientes aprecian cada vez más su seguro por los servicios recibidos que por las coberturas puramente aseguradas

Es el caso, cuando, por ejemplo, se ofrece al asegurado sin coste alguno, que pueda disponer de un profesional de distintos oficios para atender pequeñas reformas o mejoras en su casa, lo que conocemos como el BricoCaser, muy valorado y utilizado por los clientes. Como también en los servicios, ya con cierto barniz digital, como pueden ser la asistencia informática remota o la recuperación de datos desde soportes electrónicos diversos. Nos encontramos en un punto con un nivel de coberturas y servicios ya considerable y que hace que las pólizas del mercado sean muy completas. La evolución futura del seguro del hogar, en una economía en recuperación, verá como las aseguradoras incrementan la competitividad de sus ofertas mediante avances innovadores, asignación eficiente de los precios y mejora de los procesos de gestión. Pero, ¿qué pasa con el cliente y, específicamente, con el asegurado de hogar? Pues que está cambiando, de hecho ha cambiado ya. Y es el cambio más rápido y drástico de la historia provocado por dos hechos muy relevantes: el acceso inmediato y sin coste a la información y la crisis: el cliente quiere ver un retorno directo y valioso de su dinero. Hoy el cliente ya es más activo y exigente, valora los compromisos de calidad, los mejores clientes tienen que sentirse tratados de manera excepcionalmente buena, y en condiciones económicas favorables.

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Pero resulta que los mejores clientes que no declaran siniestros son los que no tienen la oportunidad de comprobar el buen servicio y cobertura ofrecida por su asegurador, por lo que están más expuestos a dejar la compañía.

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En adelante, la vinculación por la vía del servicio más que por la del siniestro, como ya se ha empezado a hacer en los años recientes, tendrá que apalancarse en la digitalización, para ofrecer la inmediatez y agilidad en la prestación de los servicios ofrecidos en la línea que demanda el cliente y que a su vez permita ganar eficiencia al asegurador.

Al ser un seguro obligatorio y muy popular, siempre fue el seguro del automóvil el aglutinador de otras modalidades en el entorno particular que posibilitaban la venta cruzada. Sin embargo, y ante su pérdida de peso y relevancia, en adelante será el seguro del hogar, que continuará enlazando distintas coberturas y servicios, el elemento nuclear de la protección familiar. La industria del seguro no es ajena a la sociedad conectada y deberá saber aprovechar sus capacidades para satisfacer nuevas demandas de los clientes y oportunidades de negocio que ya se evidencian. El servicio es, cada vez más, elemento clave para la fidelización, ya que los clientes aprecian cada vez más su seguro por los servicios recibidos que por las coberturas puramente aseguradas. Y la Innovación debe permitir diferenciar la oferta y escapar a la presión del mercado. Innovación no de garantías, sino de asignación de precio, formas de prestar esos servicios y compromisos de calidad. Hoy en día la digitalización ya está presente en todas las facetas de nuestras vidas, pero aun queda camino para transformar la relación con los asegurados de hogar. Con las nuevas tecnologías tenemos la oportunidad de aportar nuevos aspectos diferenciales y relevantes como es la prevención de los riesgos que sobre los bienes y, especialmente, sobre las personas se ciernen en la propia vivienda.


TEMA DE PORTADA La conectividad de los hogares a través de internet junto con la movilidad que aportan smartphones y tablets, ponen al alcance de la mano, desde cualquier lugar del mundo, controlar y seguir aspectos de gran relevancia para cualquier familia, como la seguridad, la eficiencia energética, la tranquilidad o “peace of mind” con niños, mayores, adolescentes y personal de servicio del domicilio, durante las ausencias. Mediante sensores de intrusión, humo, fugas de agua, movimiento, consumo eléctrico, etc., que reportan al asegurado las incidencias que evidencian situaciones de riesgo reales o potenciales se consigue prevenir, pero también una protección mucho mayor de las vidas y patrimonios familiares, mediante, por ejemplo, cerraduras de seguridad accionadas electrónicamente, mecanismos que cortan el suministro de luz y gas ante conatos de incendio, control de la iluminación o la activación de medidas automáticas de extinción de incendios. Además, el “hogar conectado”, es un canal permanente de comunicación que debe permitir proveer de todo tipo de utilidades al entorno familiar, como, por ejemplo, el que ya estamos escuchando de reponer automáticamente el frigorífico cuando se vayan agotando las existencias. Con una perspectiva más o menos cercana en el tiempo, permitirá ver como se posiciona el hogar familiar como punto de vinculación con la salud y el bienestar de quienes habitan en él, tanto para monitorizar la salud de personas con determinadas enfermedades crónicas, como también para alertar de hechos accidentales e

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La revolución tecnológica en el hogar integrado más que conectado hace que las posibilidades y aplicaciones de interrelación sean tan amplias como la imaginación y la capacidad operativa sea capaz de facilitar y, es por ello que, las aseguradoras, tendrán que fijar sus posiciones en función de la estrategia y el rol que quiera asumir su propio modelo de negocio imprevistos que requieran de una ayuda asistencial de urgencia. En no mucho tiempo, el hogar conectado sabrá lo que sus inquilinos deseen incluso antes que lo pidan, lo que además de cómodo resultará más económico y eficiente. Las compañías tecnológicas americanas ya han empezado a tomar posiciones en este mundo, ya que estiman que en 2020 existirán más de 200.000 millones de objetos domésticos conectados a internet. La revolución tecnológica en el hogar integrado más que conectado hace que las posibilidades y aplicaciones de interrelación sean tan amplias como la imaginación y la capacidad operativa sea capaz de facilitar y, es por ello que las aseguradoras tendrán que fijar sus posiciones en función de la estrategia y el rol que quiera asumir su propio modelo de negocio.

Fuente: Internet of Things and Insurance - Roland Berger Consultants.

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GRÁFICO 1. Internet of Things and Insurance

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Cálculo de tarifa en el Seguro de Hogar Michaël NOACK Senior Consultant. Addactis www.addactis.com

Intentando recopilar información sobre métodos de tarificación aplicados al seguro de hogar, me he encontrado con un gran vacío. Existen muchas publicaciones sobre técnicas para el seguro del automóvil, sobre salud, el seguro de decesos y algunas sobre seguros catastróficos, pero sobre multirriesgo y hogar, nada. ¿Cómo se explica este hecho? Porque el seguro de hogar, que es uno de los más antiguos, que ya se contrataba mucho antes del invento del coche, no se percibe como un seguro importante. Parece (o parecía durante años) menos “interesante” para ambas partes, para el cliente y para las compañías aseguradoras. Por los datos de negocio no se explica. Por volumen de primas, con 3.780 millones en el 2013, llega a ser un ramo importante (aprox. 70 - 75% de las primas del seguro RC de coches). La siniestralidad en torno al 60% hace que el resultado técnico sea superior al de seguros RC de coches.

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arece que justamente estos buenos resultados técnicos y la falta de una competencia tan dura como en el ramo del automóvil hacen prescindible una segmentación feroz en la determinación del riesgo real. Otra diferencia importante es que el seguro de hogar no es obligatorio (por lo menos en España, en otros países como Francia o Suiza sí es obligatorio). Pero tenemos toda la información y tenemos los métodos para realizar una estimación de riesgo en el seguro de hogar. Los resultados de estos modelos nos dan una información muy válida para tomar decisiones de negocio correctas, independientemente de si hacemos el siguiente paso de calcular las primas comerciales con métodos matemáticos o no. La falta de aplicación de modelos muy sofisticados para la segmentación y con ello, la tarificación, resulta en una mutualización del riesgo (en general) y esto abre importantes oportunidades de negocio para las compañías de seguro que sí tienen modelos para la segmentación de riesgo y además los procesos preparados para aplicar estos modelos en la venta. En la parte No Vida las técnicas más avanzadas de tarificación se aplican en general en el seguro del automóvil. Si queremos aplicar estos métodos al seguro de hogar ¿Qué diferencias tenemos que tener en cuenta?

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En general, el seguro de hogar está compuesto por tres seguros bien distintos:

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• Continente • Contenido • Responsabilidad civil (particular) Todos estos cuentan con muchas garantías, algunas con primas de riesgo muy bajas. Muchas garantías, pero

el grueso de los costes se concentra en los dos o tres principales (agua, rotura de cristal y robo). Según datos de ICEA: El 32,9% de los siniestros de seguros de hogar de 2013 fueron causados por daños por agua, seguidos de las roturas de cristales, con un 19,3%. Por importe siniestral, daños por agua supuso el 36,4% del total, robo el 15,6% y rotura de cristales el 10,7%. Así se desprende del estudio realizado por ICEA ‘Análisis Técnico de los Seguros Multirriesgo. Estadística año 2013’, donde se concreta que respecto a los importes medios por siniestro, los de incendios alcanzaron los 1.310 euros y 769 los de robo. Hay que tener en cuenta que en España los riesgos catastróficos están cubiertos por el Consorcio de Compensación de Seguros. Las condiciones pueden variar y es difícil comparar los productos que se ofrecen en el mercado (exclusiones (letra pequeña), franquicias, límites de cobertura). Cada vez se incluyen más garantías y servicios en los productos de hogar que producen solapamiento con otros productos multirriesgo. Para la estimación de los costes hay que tener en cuenta que hay servicios que se subcontratan y las compañías no disponen de los costes reales sino de los costes de su módulo. Por otro lado, si comparamos una casa de hoy con una de hace 10 años, se nota la entrada de la nueva tecnología en nuestros hogares. Estas circunstancias hacen más fácil introducir nuevos productos. La información disponible sobre los contratos y sobre los siniestros puede resultar muy heterogénea. De contratos antiguos en general no existe mucha información. Segmentar los siniestros con modelos GLM significa utili-


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Volviendo a la estimación del riesgo, basada en nuestra experiencia del ramo del automóvil, si analizamos las variables más importantes para realizar una segmentación del riesgo en el seguro del automóvil nos encontramos con la información sobre el tomador/conductor (edad, estado civil, profesión), sobre el objeto del seguro (valor/potencia/ antigüedad del vehículo, marca, modelo) y con el histórico de siniestros (Bonus/Malus, SINCO (Fichero Histórico del Seguro del Automóvil)). Después entran los factores sobre el uso y variables geográficas. Para realizar una estimación del riesgo se pueden utilizar 40-50 variables fácilmente. En el seguro de hogar no existe toda esta información y/o su aplicación no siempre es justificable. De otro lado, hay variables que pueden ser más significativos para la segmentación. En primer lugar se tarifica sobre el objeto del seguro (tipo y antigüedad de la vivienda, precio, tama-

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ño). La información sobre el tomador tiene menos peso y el histórico siniestral muchas veces no está disponible. Al contrario, la variables de geo-localización pueden tener mucho más fuerza explicativa, ya que la casa no se puede mover (al contrario que el coche). Preparación de los datos

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amos ahora paso por paso. Supongamos que queremos generar modelos para la prima de riesgo para nuestro seguro de hogar. Empezamos con la preparación de los datos. De un lado, tenemos los datos de las pólizas con la información sobre el objeto del seguro, sobre el producto (que garantías cubre la póliza) y otra información relevante. De otro lado, tenemos los siniestros con una descripción del siniestro (garantía afectada y tal vez alguna tipificación adicional) y los costes.

Tal vez haya que plantearse ampliar el cuestionario para los seguros multirriesgo, para tener una información más rica en los próximos años. También se pueden analizar posibles fuentes externas de información como el catastro, INE y otras fuentes de información socio-demográfica vinculada a la dirección

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zar datos históricos para desarrollar modelos predictivos para el futuro. Eso significa que solo disponemos de la información que hemos recogido en su momento. Si analizamos el cuestionario de un seguro de automóvil vemos una amplia gama de preguntas, a la que hay que añadir información adicional que se puede obtener a base de la dirección postal y de los datos del vehículo (BASE7 o similar). Tal vez haya que plantearse ampliar el cuestionario para los seguros multirriesgo, para tener una información más rica en los próximos años. También se pueden analizar posibles fuentes externas de información como el catastro, INE y otras fuentes de información socio-demográfica vinculada a la dirección.

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Independientemente de si queremos utilizar los modelos para comercializar nuestros productos o no, nos aportan una importante información que podemos incluir en nuestros informes de negocio Del fichero pólizas obtenemos los expuestos para las distintas garantías y los potenciales factores de riesgo que queremos utilizar para explicar nuestro riesgo. Los siniestros asignamos a las pólizas y las garantías afectadas. En este momento realizamos un importante proceso de limpieza y pre análisis. Detectamos errores en los datos (valores ausentes, categorías imposibles, siniestros sin pólizas). Hay que tener en cuenta que el mejor modelo GLM es de limitada utilidad si los datos de entrada están mal. Otra decisión que hay que tomar es la segmentación de los siniestros. Hemos visto antes que las tres garantías más importantes son: daños por agua, robo y rotura de cristales que en su conjunto explican más del 60% de los costes. Con una prima de riesgo total inferior a 100 euros vemos que ninguna otra garantía va a tener un riesgo superior a 10 euros y hay que diferenciar entre “Estadísticamente significativo” y “Económicamente significativo”. Por este motivo podía ser recomendable juntar varias garantías con una distribución de costes similar en un solo modelo y realizar de esta manera una “mutualización entre garantías” y posteriormente asignar la parte proporcional a las garantías individuales, pero aplicando los mismos factores con las mismas proporciones. También entra aquí la decisión de separar los siniestros puntas. En garantías como incendio o robo puede haber siniestros con costes muy elevados y una ocurrencia muy aleatoria. En este caso, los costes superiores a un límite se distribuyen entre todas las pólizas. Modelos GLM (Modelos Lineales Generalizados)

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enemos los datos limpios, hemos definido segmentos con siniestros homogéneos, así que podemos empezar con nuestros GLM. En general, la frecuencia y los costes medios se modelan por separado, obteniendo como riesgo el producto entre ambos. Los modelos de frecuencia suelen ser más potentes, los de coste medio más aleatorios. Según la garantía vamos a obtener factores distintos que mejor expliquen el riesgo. Para siniestros por agua el año de construcción o de la última reforma de las instalaciones va a ser uno de los factores determinantes. Para el robo, en qué planta se encuentra el apartamento, en qué zona y de qué medidas de seguridad dispone la casa.

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Pero aquí los modelos nos dan la respuesta, la función del actuario es la de interpretar, de explicar lo observado, extraer conclusiones y tomar las decisiones adecuadas. Para suavizar los efectos geográficos, la aplicación de métodos de “geo-spatial smoothing” es recomendable. Para calcular la prima de riesgo por garantía se realiza una consolidación de los modelos. En esta parte se pueden incluir estimaciones sobre tendencias, inflación y otros componentes de costes. Ya que nuestro objetivo es estimar el riesgo para las contrataciones futuras y lo que hemos utilizado para nuestros modelos son los siniestros de los últimos años. El mismo método se puede aplicar para la estimación de riesgo futuro y para distintos escenarios para una prima comercial, cambiado los componentes. Análisis de impacto y reporting

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ndependientemente de si queremos utilizar los modelos para comercializar nuestros productos o no, nos aportan una importante información que podemos incluir en nuestros informes de negocio. Para todos nuestros contratos podemos calcular nuestra mejor estimación de riesgo futuro. Solo dos ejemplos para demostrar la utilidad: 1. Si comparamos la mejor estimación de riesgo con la prima pagada real podemos identificar fácilmente los segmentos infratarificados y los segmentos más rentables de nuestro portfolio. 2. Si la aplicamos a la nueva contratación de último mes ya podemos dar una estimación sobre la calidad del nuevo negocio, el resultado esperado en 12 meses y analizarlo por punto de venta o canal. Está claro que un tema es la mejor estimación del riesgo y otro tema es la definición de la prima comercial para la venta del seguro. Aquí influye si amenaza un peligro de cancelación o no y todos los posibles modelos sobre el comportamiento del cliente. Si el seguro está vinculado a una hipoteca con condiciones favorables, en la mayoría de los contratos parte del descuento se recupera con una prima más elevada en el seguro, ya que el cliente está vinculado al seguro durante 15, 20 o hasta 40 años. Otro tema que puede influir mucho en la estimación de riesgo y de los resultados es el fraude y la lucha contra el fraude, pero eso ya es un asunto aparte. Para que todo lo anteriormente escrito se pueda aplicar sin parar el funcionamiento del departamento actuarial, es imprescindible disponer de una solución informática que cubra todo el proceso de una manera flexible, ágil y segura.


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La imposible tarea de calcular el valor del continente Alberto Merino Actuario

La determinación del capital asegurado en los seguros de daños es un elemento clave para el buen aseguramiento; según disponen la Ley de Contrato de Seguro y la práctica totalidad de Condicionados Generales del sector, el sobreseguro no compromete al asegurador más allá del valor de los bienes asegurados (aunque conlleva el pago de una prima mayor de lo necesario), mientras que el infraseguro implica la aplicación de la regla proporcional, que implica una reducción de la indemnización proporcional al déficit de capital asegurado vs. valor real de los bienes asegurados.

Suponiendo, y es mucho suponer, que hayamos explicado todo esto a nuestro nuevo cliente, deseoso de que le hagamos una maravillosa oferta para su seguro del hogar, cuando le preguntemos por el importe del capital de continente a asegurar, su rostro seguramente mudará. Porque el valor a asegurar (entendido “como coste de reconstrucción de lo que no se caería si le diéramos la vuelta al inmueble”) depende de algunas variables que, por decirlo eufemísticamente, no están al alcance del común de nuestros asegurados; el precio de la mano de obra en la provincia, el tipo de construcción (pladur, grosor del tabique…), la calidad de las instalaciones no visibles (¿cuántos de nosotros sabemos de qué están hechas todas las tuberías de casa, montantes y bajantes, así como la sección del cableado eléctrico?) y también de las visibles (interruptores, muebles de cocina, encimera, calefacción). Ese cúmulo de variables nos debería dar un “precio medio por metro cuadrado” que habría que multiplicar por la superficie del inmueble, otra variable más que peliaguda.

Por hacerse una idea de la dispersión de ese precio por metro cuadrado, se estima que el coste de reconstrucción puede duplicarse de la provincia más barata a la más cara (pongamos Badajoz vs. Madrid, pero también podría ser Huelva vs. Barcelona), a igualdad de calidades. La calidad de la construcción puede multiplicar también por dos el coste de la misma desde las calidades más sencillas a calidades más elevadas (sin llegar al lujo, que nos dispararía el precio tanto como queramos). Y, por último, tampoco es asimilable el precio de construcción de una vivienda en régimen de propiedad horizontal que una vivienda adosada o unifamiliar aislada (tabiques vs. paredes maestras, aislamientos, cerramientos…). También es cierto que a mayor superficie del inmueble se puede reducir el precio medio, porque, aunque el número de lavabos de un inmueble va incrementándose con la superficie del inmueble (y más concretamente con el número de habitaciones), no suele ser así con el número de cocinas, una de las partes más caras del continente, que puede agrandarse, pero no aumentar en número. Así las cosas, podemos hablar de que un piso en una localidad de una provincia muy barata puede tener un coste de construcción de unos 600 euros por metro cuadrado, mientras que si se trata de una vivienda unifamiliar aislada en una urbanización de lujo de una provincia como Madrid, el coste por metro podría situarse tranquilamente alrededor de los 2.500 euros por metro cuadrado. Pero vamos a suponer que nuestro futuro asegurado consigue hacer abstracción suficiente y, ayudado por el asesor de seguros de que se trate, determina un valor “X” del metro cuadrado. Ahora sólo queda multiplicar dicho valor por la superficie del inmueble, y eso es fácil… ¿o no? La superficie “ideal” a efectos del seguro, según muchas entidades, viene a ser la suma del 100% de la superficie “útil” del inmueble, más el 50% de las

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or tanto, la tarea no es baladí, sino todo lo contrario. A ello debemos añadir, como dificultad adicional, que “el valor de los bienes asegurados” no tiene nada que ver ni con el valor del inmueble ni con ningún otro con el que un ciudadano “de a pie” pueda estar familiarizado. Se supone que el continente debe corresponderse con el coste de reconstrucción del inmueble asegurado, incluyendo la parte alícuota de las partes comunes (en caso de propiedad horizontal) y, para diferenciar continente de contenido, tenemos la “máxima” (por no decir chascarrillo) de que continente es aquello que si diéramos la vuelta al inmueble no se caería… La parte seria es que para cuantificar el continente, lo que nunca hay que tener en cuenta es la repercusión del suelo sobre el que se asienta el inmueble a asegurar, ya que éste no se perderá nunca. Vamos a no discutir este extremo para no extendernos demasiado.

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El valor a asegurar (entendido “como coste de reconstrucción de lo que no se caería si le diéramos la vuelta al inmueble”) depende de algunas variables que, por decirlo eufemísticamente, no están al alcance del común de nuestros asegurados superficies comunes correspondientes al inmueble a asegurar y más el 25-50% de la superficie de terrazas de uso privativo de que disponga el inmueble. No es un algoritmo especialmente complejo, pero se trata de datos poco conocidos. Ejercicio demasiado sesudo para cualquier cliente, ¿verdad? Pues hay que buscar soluciones, so pena de no quitarnos nunca el sambenito (a veces merecido, a la luz de algo tan supuestamente simple como un capital asegurado en un multirriesgo del hogar) de ser oscuros, siempre en beneficio propio.

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Una de las soluciones más generalizadas en el sector es la de “recomendar” a nuestros clientes un capital asegurado, normalmente basándonos en la tipología de vivienda, el número de metros cuadrados de la misma y la provincia y población en que se ubica. Esta recomendación tiene tres vertientes interesantes de analizar:

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• ¿De dónde obtiene la aseguradora la información para poder calcular el capital “recomendado”? Hay estadísticas parciales y de uso relativamente complejo, que requieren actualizaciones manuales en los sistemas informáticos… pero con buena voluntad y tino es posible aproximar bien las cifras. • Si recomiendo valores un poco altos para que mi cliente no esté nunca infraasegurado, pierdo competitividad. ¿Y si los recomiendo más bien bajos, para ser más competitivo? El cliente al final mira la prima, no se fija tanto en el capital asegurado. • El hecho de que yo recomiende a mi cliente un capital concreto, ¿implica para mí (como asegurador) alguna responsabilidad, o si hay infraseguro voy a reducir la indemnización respecto del coste del siniestro en proporción al mismo? De estas cuestiones salen dos grandes remedios que aligeran la pesada losa de calcular el capital asegurado del continente:

• La derogación de la regla proporcional hasta un importe concreto sea cual sea el capital asegurado, que además de evitar discusiones, malentendidos e insatisfacciones en nuestros clientes, nos evita tener que valorar siniestro a siniestro el valor del continente. En algunas entidades dicha derogación alcanza a más del 90% de los siniestros causados, generando una situación de “paz siniestral” con los clientes harto deseable. • La asunción, por parte de la compañía, de que si un cliente acepta el capital asegurado recomendado por esta, la aseguradora renuncia a aplicar infraseguro en ningún siniestro. Esta situación es coherente con la “recomendación”, que se toma mayor trascendencia y se transforma en un compromiso que ha de dar al asegurado la tranquilidad de estar bien asegurado si confía en su asesor/entidad. Al final hemos conseguido un cálculo complejo que nos obliga a buscar soluciones simplificadoras para que nuestros clientes no se vuelvan locos o desconfiados; seguro que podríamos hacerlo más sencillo si nos lo propusiéramos, ¿no?


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Origen, Actualidad y Futuro en el Ramo de Hogar (Nuevos Modelos Actuariales de Pricing) Joaquín Plaza Campos Actuario No-Vida GES Seguros y Reaseguros

Al estar en un entorno cada día más competitivo, no nos ha de extrañar que las empresas estén en una incesante búsqueda sobre los métodos más ágiles y productivos que proporcionen un buen posicionamiento en el mercado. Este artículo tratará de exponer los avances que se han producido a lo largo de la historia del seguro de Hogar, y de cómo ha sabido adaptarse a las necesidades de su entorno. Mostraremos un breve repaso del seguro Multirriesgo, llegando a comprenderlo a través de sus orígenes, donde posteriormente analizaremos los sistemas de tarificación utilizados, tanto los más tradicionales como los actuales, mucho más avanzados.

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o que se conoce como seguro de Hogar, conservador de patrimonio, ha ido evolucionando en el tiempo hasta adaptarse a las necesidades surgidas a lo largo de los años, convirtiéndose en un seguro moldeable que cubre no sólo enseres y desperfectos de los hogares de los particulares, sino que además ofrece garantías personales, aportando una sensación de plena seguridad al cliente, llegándose así a transformar en los seguros Multirriesgos. Debido a la crisis, este seguro se ha visto perjudicado principalmente por la falta de obligatoriedad en su contratación. Los daños colaterales que esta produce en la economía de las familias han supuesto un incremento del 13,3% de viviendas sin asegurar1 desde el año 2007 hasta finales del 2013. Sin embargo, según Pablo Jiménez, responsable de Proyectos del Área de Investigación en ICEA, este ramo ha contenido la facturación mejor que otros de No Vida. Así pues, cada día se hace más notorio adaptar los productos de Hogar a las necesidades de las familias con el fin de que puedan disponer de un seguro Multirriesgos que garantice la suficiente cobertura a los siniestros esperados. Se hace patente la importancia de elaborar tarifas más flexibles, que ofrezcan la posibilidad de contratación por

1 www.Kelisto.es. “Más de ocho millones de viviendas españolas no tienen seguro de hogar”, 24 de marzo de 2014.

garantías, haciendo el producto más atractivo. Otorgando al asegurado la capacidad de contratar servicios adicionales a los ya tradicionales, tales como: • Tareas de bricolaje. • Reparación de electrodomésticos. • Asistencia médica. La flexibilidad en el diseño de los productos y tarifas conlleva, además, la necesidad de incentivar la proactividad por parte de los empleados de las compañías aseguradoras, dando lugar a una mayor interacción y cercanía hacia los clientes para fortalecer así la fidelización de estos. Historia del seguro de Hogar

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ace más de 45 siglos, la cultura Asiria, antiguo imperio situado en el suroeste asiático, sufría constantes incendios que causaban cuantiosas pérdidas. Fue el primer pueblo en hacerse eco de la necesidad de poseer un seguro contra incendio y en donde surgen los primeros sistemas de ayuda mutual. El soberano impuso de forma obligatoria a toda la colectividad la repartición del riesgo. En el siglo XVII nacen originariamente las primeras pólizas de seguros de hogar, debido a un trágico acontecimiento. La ciudad de Londres se encontraba entonces en una situación de orgulloso crecimiento, pero, inesperadamente, en el año 1666 un inmenso incendio, que pasó a llamarse “El Gran Incendio de Londres”, devastó la ciudad quemando 13.200 hogares, la Catedral de San Pablo y 99 iglesias a su paso. Fue a partir de entonces donde se crean

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Introducción al Seguro de Hogar

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TEMA DE PORTADA las primeras pólizas e instituciones de Seguros de Incendios (las actuales compañías aseguradoras). A día de hoy, los seguros del hogar constituyen una de las herramientas de seguridad con más demanda, con el que las personas están cada vez más familiarizadas. Y a pesar de la crisis patente, continúa siendo uno de los seguros más robustos que existen en el mercado. De ahí, como en los inicios de la historia, la importancia de saber adaptarse al entorno, donde el actuario cobra especial relevancia teniendo que ser capaz de diseñar productos cada vez más competentes, flexibles y ajustados a las peticiones de los particulares.

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los usuarios. Se diseñan los seguros de tal manera que se pueda flexibilizar al máximo las garantías, con el fin de que un asegurado se sienta protegido al mismo tiempo que reduce su prima. En este sentido, la gama de servicios es muy dispar. Además de las garantías básicas: • Incendio. • Aguas. • Robo. • Cristales. • Responsabilidad Civil. También se ofrecen otro tipo de servicios:

Necesidades de la contratación de seguro de Hogar

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ebido a las dificultades económicas por las que se está atravesando, los individuos se encuentran en la necesidad de recortar gastos, empezando en algunos casos por prescindir de los seguros no obligatorios que tenían contratados. A finales de 2013, más de un 30% de la población española carecía de algún tipo de seguro (8,5 millones de viviendas)2. Sin embargo, en muchos casos, las propias familias no son conocedoras de las implicaciones que puede traer no estar asegurado ante acontecimientos inesperados en el hogar. En la actualidad, numerosos productos multirriesgos tratan de adaptarse a las necesidades y preferencias de

• Defensa Jurídica. • Asistencia en Viaje. • Atraco Fuera de la Vivienda. • Bricolaje. • Asistencia Médica. • Asistencia Informática. • Reparación de Electrodomésticos. • Etc… Los datos lo demuestran. Según la DGSFP, el seguro multirriesgo del hogar generó durante el año 2012 un total de 5,5 millones de siniestros, lo que supuso para las aseguradoras casi 2.000 millones de euros en concepto de indemnizaciones3. En el gráfico 1 se muestra un desglose de las principales coberturas en porcentaje de siniestralidad sobre el total de la compañía.

GRÁFICO 1. % de siniestralidad de las principales coberturas en el seguro de hogar Robo 16%

Atmosféricos 12%

Incendio 10%

Cristales 11% Agua 34%

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Eléctricos 7%

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R.C. 6% Resto 4% Fuente: Elaboración propia. 2 ICEA.

3 “Memoria Social del Seguro Español”, UNESPA (2013).


TEMA DE PORTADA Además, un estudio elaborado por UNESPA e IPSOS-Población revela que el seguro de hogar se ha convertido en el primer proveedor de reparaciones en España, sustituyendo a la iniciativa particular. En el año 2006, uno de cada tres siniestros del hogar fueron solventados el mismo día por aseguradoras; un 23% se arregla un día después; otro 26% queda resuelto en la semana posterior a la comunicación del siniestro, y sólo un 9% en más de una semana.

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Otros servicios añadidos: • Reclamación de daños y Asistencia jurídica. • Asistencia y “Bricohogar”. • Reparación de electrodomésticos. • Reparación de tablets y smartphones.

Todo ello demuestra la importancia de poseer algún tipo de seguro de Hogar/Multirriesgo. Las cifras pueden concluir que ante posibles contingencias imprevistas, la sociedad prefiere acudir a estas instituciones.

El seguro multirriesgo del hogar generó durante el año 2012 un total de 5,5 millones de siniestros, lo que supuso para las aseguradoras casi 2.000 millones de euros en concepto de indemnizaciones

Coberturas en el seguro de Hogar

Tarificación en los Seguros de Hogar

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ependiendo de los bienes asegurables que se traten, los seguros de hogar se dividen en:

• Continente o Edificio: Parte del edificio destinado a la vivienda y dependencias anexas.

a tarificación también ha sufrido importantes variaciones desde sus inicios. Las nuevas exigencias de mercado obligan a modificar los antiguos sistemas de tarificación para ajustar mejor el riesgo y ser más justos con los clientes, siendo capaces de adaptarlos a la flexibilidad que se deseé aplicar al producto. a) Modelo Tradicional – Capital por tasa

• Contenido o Mobiliario y enseres personales:

Por otro lado, dependiendo del riesgo del que se quiera cubrir, están a disposición de los asegurados una serie de garantías a ser contratadas: a)

Garantías o Coberturas básicas: • Incendio, explosión y caída de rayo. • Responsabilidad Civil General. • Daños y gastos diversos o Fenómenos Atmosféricos. • Daños propios por agua. • Restauración estética. • Robo. • Rotura de lunas, espejos, cristales, mármoles y loza sanitaria. • Daños eléctricos.

b)

Garantías o Coberturas complementarias: • Joyas. • Objetos de valor especial. • Atraco fuera de la vivienda. • Robo y atraco de equipajes. • Pérdida de alimentos frigoríficos. • Pérdida de alquileres. • Accidentes corporales. • Daños a piscinas.

La tarifa de hogar a día de hoy, salvo en algunas compañías, se viene realizando mediante el uso de una tasa calculada en función del capital que se contrata. Este capital asegurado, normalmente, tiene una relación lineal directa con los metros cuadrados de la vivienda. Esta tasa es calculada en base a una regresión lineal simple en el que la variable dependiente es la prima de riesgo y la variable independiente la suma asegurada contratada. Quedando de la siguiente manera: Prima Riesgo = G0 + G1 Capital Contratado Así pues G0 será la Prima Base, y G1 la tasa que acompañará a la suma asegurada contratada. Se le suelen incorporar, además, diversos coeficientes de recargo/bonificación mediante criterio estadístico acompañado de “expertise” comercial como, por ejemplo, que la vivienda tenga puerta principal blindada puede otorgar a la prima alguna serie de bonificación (en determinados casos). Sin embargo, a menudo este modelo de tarifación no se ajusta al riesgo y es injusto con el cliente. Solo tiene sentido lógico, ya que pagará más de prima el asegurado que más poder adquisitivo tenga puesto que la vivienda a contratar será de una cuantía mayor en suma asegurada. Gráficamente se puede ver en un ejemplo (Gráfico 2).

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Se consideran enseres personales aquellos que sean propiedad del asegurado, o se encuentren en el interior del riesgo o sus dependencias.

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GRÁFICO 2. Siniestralidad vs capital contratado 1.000

CVE (euros)

800 600 400 200 0

50.000

100.000

150.000

200.000

250.000

Capital contratado (euros) Fuente: Elaboración propia.

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La crisis, los agregadores de seguros y la incorporación de técnicas más novedosas en la tarificación en otros ramos como en Autos, están provocando que el de Hogar haya entrado en una fuerte guerra de precios

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Todos logran incorporar distintas variables y hacen que junto con el sentido que el Actuario le otorgue, segmentemos los riesgos y tengamos mejor ajustada la siniestralidad, entrando las aseguradoras en una guerra de precios sin límite. b) Modelo Actual – GLM

Esta tarifa ha logrado perdurar y sobrevivir mucho tiempo, ya que las aseguradoras se sentían “cómodas” en el mercado ante un perfil de cliente muy pasivo e inelástico al precio.

Los Modelos Lineales Generalizados (Generalized Lineal Model), consisten en una extensión de los habituales modelos lineales, en donde ambos tratan de explicar una variable dependiente (Y), a través de un conjunto de variables independientes o explicativas (X). La única salvedad es que con los GLM no es necesario que ambas variables tengan entre ellas una relación de carácter lineal.

La crisis, los agregadores de seguros y la incorporación de técnicas más novedosas en la tarificación en otros ramos como en Autos, están provocando que el de Hogar haya entrado en una fuerte guerra de precios.

No nos vamos a extender más en este artículo, en definir y explicar cómo trabajar con estos modelos4, pero sí podemos afirmar que logran que nos ajustemos mejor al riesgo y seamos más justos con los asegurados.

Y es que este seguro se está convirtiendo en el producto estrella en la orientación al cliente.

Así lo podemos ver en el Gráfico 3, donde ilustramos el Número de Siniestros de una garantía (o cobertura) de continente. Analizamos solo una de las variables que han entrado al modelo, en este caso el capital contratado, que viene tramificada, lo que nos quiere decir que el número de siniestros en media en cada grupo es significativo y podemos ver cómo a mayor capital contratado no necesariamente existe un mayor número de siniestros.

A través de él es posible darnos a conocer y podemos ofrecerle el resto de portafolio de productos de que se dispone, pudiendo llegar a sus círculos más cercanos, los cuales también tienen probabilidades de contratación hacia otro tipos de seguro (autos, vida, pensiones, salud, etc). Es todo ello lo que hace que esta tarifa no sea suficiente para continuar compitiendo en el mercado y empiecen a entrar en escena otros modelos más avanzados: GLM, GAM, Redes Neuronales, Redes Elásticas, etc...

4 Una explicación más detallada se puede encontrar en el trabajo fin de Máster de la Universidad Carlos III de Madrid “Modelización GLM del Seguro de Hogar. Zero Inflated Poisson (ZIP) “Solución al exceso de ceros” ”, realizada y presentada en el 2014 por Joaquín Plaza Campos.


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PRIMAVERA 2015

GRÁFICO 3. Número de Siniestros de una garantía (o cobertura) de continente 15

150.000

14

125.000

13

12,5

100.000 11,3 10,8

11 10,1

10,7

5,9

10 9

75.000

Euros

%

12

50.000 8,8

25.000

8

21.600

20.112 11.468

10.059

7

Level 1 35.00051.097 euros

Level 3 51.09765.843 euros Exp.

Level 4 65.84372.772 euros Y Real

10.091

10.313

14.265

Level 6 90.638102.633 euros

Level 5 102.634123.793 euros

Level 7 123.798275.000 euros

0

Level 2 72.77690.637 euros Y Estimulada

Low C.L.

Up C.L. Fuente: Elaboración propia.

La tarifa está continuamente viva. Es cambiante en breves periodos de tiempo, lo que hace que los coeficientes se vayan alterando conforme el nicho al que están apuntando. De este modo, podemos tener controlado en todo momento la evolución del Loss Ratio del segmento definido en el modelo con un buen cuadro de mando. Así sucede semanalmente en aseguradoras de directo, y es más difícil de ver en aseguradoras que mantienen su canal de distribución con mediadores o corredores, donde los coeficientes son más constantes en el tiempo. c) Variables Independientes de los Modelos Normalmente estos modelos vienen definidos por variables que son endógenas o inherentes al riesgo, como por ejemplo los metros cuadrados de la vivienda. Pero, como se ha comentado con anterioridad, las aseguradoras buscan nichos mejor tarificados y puedan sacar ventajas competitivas respecto a los competidores, añadiendo otros tipos de variables que podríamos denominar “de cliente” y otras que se están empezando a investigar, completamente exógenas al riesgo.

Las variables de cliente o de comportamiento, son las inherentes al propio asegurado: • Su edad. • Profesión. • El número de habitantes en la vivienda. • El número de hijos. • Etc... Al mismo tiempo, en la actualidad se empiezan a estudiar otro tipo de variables muy importantes, como son las sociodemográficas: • Calidad de pago del cliente. • Nivel de estudios. • Edad media en la sección censal en la que habita. • Etc... Para poder utilizar estas novedosas variables e incorporarlas en los modelos de tarificación, es preciso contar con un sistema de geocodificación del riesgo. Sistemas que a día de hoy se están empezando a utilizar con mayor frecuencia en las aseguradoras. A modo de ilustración, la siguiente imagen muestra el uso de esta geolocalización en una muestra de 1.000 pólizas (círculos azules) de hogar de una compañía y 100 estaciones meteorológicas (triángulos blancos), con la temperatura media de los últimos 20 años:

actuarios

Estos modelos además permiten a las aseguradoras ser más dinámicas.

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PRIMAVERA 2015

IMAGEN 1. Aplicación de la geolocalización para una muestra de 1000 pólizas

Temperaturas medias 12,978 - 13,635 13,635 - 14,224 14,224 - 14,757 14,757 - 15,133 15,133 - 15,404 15,404 - 15,854 15,854 - 16,308 16,308 - 17,358 17,358 - 18,042 18,042 - 18,560 18,560 - 21,688

Fuente: Elaboración propia.

Definitivamente, se puede concluir que los actuales modelos de “pricing” se van a ir enriqueciendo mediante el uso de estas nuevas variables de cliente y exógenas como por ejemplo, aquellas relacionadas directamente con variables atmosféricas (temperaturas, viento, lluvia) y otras basadas en distancias, como puede ser la del riesgo a parques de bomberos, cuerpos de seguridad del estado, cuencas hidrográficas, etc. Todas ellas harán que los modelos sean más ricos, y que expliquen mejor la siniestralidad del riesgo.

actuarios

También provocará un beneficio sistemático en la dotación de capital requerido exigido por Solvencia II, ya que podemos cuantificar el consumo de capital de cada segmento que entra al modelo.

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Estamos entonces en una nueva etapa en el ramo de hogar, aplicada ya en otros y heredada de países anglosajones, que hará que el actuario tome un papel más importante, así como el área técnico actuarial en su vertiente de Pricing, y otras como en Marketing en su vertiente más analítica.


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PRIMAVERA 2015

La importancia del perito en el control de las prestaciones de las aseguradoras Javier Pereda Fernández e Ignacio Pereda Fernández Ingenieros Técnicos, Peritos Tasadores y gerentes del Gabinete Pericial Olabe Pereda S.L. www.op-peritaciones.com / www.irdgestion.com

De un tiempo a esta parte la mayoría de las aseguradoras han optado por elevar la autonomía de sus servicios de reparación en detrimento de la intervención del Perito. Sin embargo, pocas son las que procesan correctamente el ahorro de costes proporcionado por el Perito.

La falta de procesado estadístico de estas variables aseguradoras sobre la red pericial puede provocar conclusiones erróneas de ineficiencia o la idea preconcebida de muchos departamentos de prestaciones de que recurrir al Perito es un coste más. En la actualidad, y de forma mayoritaria, dos son los factores de control interno que las aseguradoras miden de su red pericial, el plazo medio y el coste medio del siniestro. Ampliar la tabulación estadística al resto de variables mencionadas anteriormente provocaría una fotografía diferente de la labor pericial, plasmándose en toda su amplitud la verdadera labor del Perito. La eficiencia pericial en el control de costes de las aseguradoras debiera “fotografiarse” adecuadamente de forma que sirva para la correcta toma de decisiones.

Recordamos, por último, que el Perito es el único profesional que interviene activamente en la delimitación del alcance del daño del siniestro. Se trata de un concepto interiorizado en nuestro gremio, siendo el resto de intervinientes partes interesadas en esta faceta.

Factores como la correcta aplicación de la regla de equidad, la regla proporcional o infraseguro, las plus-peticiones, los recobros o la detección del fraude, dan como resultado un rendimiento técnico pericial que contribuye al control de costes. Como conclusión, diremos que una visión global de la labor pericial a través de un adecuado procesado estadístico, dará como resultado el verdadero conocimiento de la labor pericial en el control de las prestaciones postventa de las aseguradoras y la ayuda a estas en la toma adecuada de decisiones.

actuarios

F

actores como la correcta aplicación de la regla de equidad, la regla proporcional o infraseguro, las plus-peticiones, los recobros o la detección del fraude, dan como resultado un rendimiento técnico pericial que contribuye al control de costes.

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PRIMAVERA 2015

El consumidor y los Seguros de hogar: una difícil relación contractual Cristina Maroto Sánchez

Cuando un consumidor contrata un seguro lo hace principalmente pensando en la seguridad y tranquilidad que suponen tener un bien tan importante como es la vivienda protegida frente a posibles siniestros y daños ya sean propios o de terceros.

E

llo contrasta con que año tras año, el sector de los seguros es uno de los más reclamados por los consumidores y usuarios. La falta de información, en general, que existe acerca de las coberturas y condiciones de los seguros contratados, su lectura e interpretación parcial, y un deficiente trato de atención al cliente centran la mayoría de las reclamaciones de los usuarios. En la relación entre los consumidores y sus seguros de hogar siempre ha habido fricción por las diferentes lecturas y cambios unilaterales de las condiciones en un bien tan importante para los consumidores como es la vivienda en propiedad. Pero a raíz de la crisis económica esta relación ha empeorado y la visión de los consumidores sobre los seguros ha desmejorado. Ello ha tenido un doble efecto: por un lado muchos consumidores se han visto en la necesidad de reducir su inversión en productos de seguros optando por otros más económicos con coberturas aparentemente similares. Por otro lado, muchas aseguradoras se han visto en la necesidad de recurrir a la estrategia de mantener el nivel de ingresos reduciendo el nivel de gasto, lo que implica poner trabas a sus propios clientes llegado el momento de pagar indemnizaciones.

Responsable del Gabinete Jurídico ASGECO CONFEDERACIÓN

Si bien un seguro de hogar es muy importante para los consumidores por la protección que supone para su vivienda, tanto en contenido como continente, estos se encuentran habitualmente en una situación de indefensión al presuponer coberturas y depender del buen hacer más que en conocer el seguro que tienen contratado. Ante un siniestro, en muchas ocasiones los consumidores se sorprenden del rechazo de la aseguradora a cubrir el incidente, viendo sus expectativas de resarcimiento frustradas y procediendo a cambiar de aseguradora. Para entender la situación en la que está el usuario debemos partir de una triste realidad: los consumidores, por lo general, desconocen qué seguro tienen contratado, qué coberturas y condiciones se recogen y, si está vinculado a la hipoteca, incluso con qué aseguradora lo tienen contratado. Ello se debe principalmente a que los usuarios se fijan en el precio de la cuota y se fían de lecturas rápidas o de la información facilitada por los propios comerciales, sin molestarse en estudiar toda la “letra pequeña” del seguro. Según el Informe de Percepción Social del Seguro en España 2014 de la Fundación Mapfre, la información

FIGURA 1. Motivaciones hacia los seguros Me proporciona protección y tranquilidad ante un siniestro

2011

actuarios

2014

24

Lo más importante del seguro es la cobertura económica

72,8%

67,2%

27,2%

32,6%

Base 2014: 2.008 entrevistas al colectivo de 25 a 65 años Fuente: Informe de Percepción Social del Seguro en España 2014 de la Fundación Mapfre.


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PRIMAVERA 2015

FIGURA 2. Consultas y reclamaciones por tipo Vivienda en propiedad Vivienda en arrendamiento Venta a distancia Transportes públicos Tintorería Tiempo compartido Telefonía Servicios municipales Servicios financieros Seguros de automóviles Sanidad pública Sanidad privada Ropa/Calzado Reparaciones en el hogar Reparación de automóviles Publicidad Otros sectores Medio ambiente Informática y reparaciones Hostelería/Restauración Gas y derivados Farmacia Enseñanza Electrodomésticos - S.A.T. Electrodomésticos Datos personales Correos y mensajería Contenidos no publicitarios Comunidad de propietarios Compañías eléctricas Compañías de seguros Automóviles usados Automóviles nuevos Alimentación y bebidas Agua Agencias de viaje Adquisición de muebles Administración

0

100.000

200.000 Consultas

300.000

400.000

Reclamaciones

Fuente: Datos de la Memoria del Consejo de Consumidores y Usuarios 2013.

Esta falta de información sobre el seguro contratado es claramente reflejada por las Memorias de Consultas y Reclamaciones de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones. En las mismas puede apreciarse que la mayoría de las reclamaciones de seguros de hogar y multirriesgos son referentes a las discrepancias en la interpretación de las condiciones generales, siendo la mayor parte de los informes y resoluciones favorables a la Aseguradora, como podemos ver en el Cuadro 11. Pero además en 2013, un informe de Mapfre Familiar, reafirmaba esta desinformación reflejando que un 63% de las viviendas tienen infraseguros contratados, es decir, que la mayor parte de las familias pagan un seguro de hogar que no sólo no es ajustado a sus necesidades sino 1 Las Memorias de consultas y reclamaciones del año 2014 aún no han sido publicadas. No obstante ASGECO Confederación ha visto aumentadas las consultas y reclamaciones de seguros de hogar en especial aquellos vinculados a una hipoteca.

que es inferior a las mismas. Paradójicamente, aun así los consumidores afirman sentirse suficientemente protegidos con sus seguros y satisfechos con las coberturas contratadas. Esta situación de infra aseguramiento de las familias viene principalmente causada por las necesidades de recorte de gastos y los seguros de hogar o multierriesgos vinculados a las hipotecas, cuya contratación es exigida por las entidades bancarias. Lo que no cuentan dichas entidades es que la normativa vigente sólo obliga a la contratación de un seguro de incendios y daños pero estos los incluyen en un seguro multirriesgos o de hogar y lo presentan como “de contratación obligatoria”. Tampoco informan que el mismo puede ser contratado con la aseguradora que el consumidor prefiera y con unas coberturas adecuadas a sus necesidades. En vez de ello, ofrecen un seguro tipo de la aseguradora del banco sin verificar su adecuación a las necesidades particulares del usuario. La gravedad de la falta de información facilitada al consumidor se acentúa con el hecho de que los infraseguros y el desconocimiento de las coberturas reales suponen un problema para las familias para algo tan importante como es su vivienda, ya que ante una avería o problema en su hogar se ven desprotegidas y con la sensación de “abonar las cuotas del seguro para nada”.

actuarios

más demandada es la referida a las coberturas y el precio. Así mismo, según dicho informe el 71 por ciento de los consumidores consideran que han sido informados adecuadamente, pero la realidad con la que nos encontramos las asociaciones de consumidores es otra: los usuarios sólo se informan del significado de las coberturas y de todas las condiciones de contratación cuando tienen un siniestro.

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otoño 2014

FIGURA 3. Grado de acuerdo con: “Cuando contratamos un seguro se suele leer con detenimiento las coberturas” Bajo (1-4)

Medio (5-6)

2011

Alto (7-10)

33,9%

2014

28,0%

36,3%

38,1%

26,2%

37,5%

Base 2014: 2.008 entrevistas al colectivo de 25 a 65 años Fuente: Informe de Percepción Social del Seguro en España 2014 de la Fundación Mapfre. Cuadro 1. Reclamaciones de seguros resueltas en 2013 clasificadas por ramos atendiendo a su forma de terminación Informes favorables al reclamante Ramos

Total

Resoluciones Allanamientos a favor del Suma reclamante

%

Otros pronunciamientos

%

%

Informes favorables a la Entidad

Ramos 8 y 9. Incendios y elementos naturales/ otros daños a los bienes

1.893

217

165

382

20,18

606

32,01

905

47,81

Ramo 2. Enfermedad y asistencia sanitaria

1.024

129

301

430

41,99

460

44,92

134

13,09

Ramo 0. Vida

770

63

151

219

28,44

426

55,32

125

16,23

Ramos 3 y 10. Vehículos terrestres

737

84

104

188

25,51

278

37,45

273

37,04

Ramo 17. Defensa jurídica

528

60

93

153

28,08

293

55,49

82

15,53

Ramo 16. Pérdidas pecunarias diversas

427

41

63

104

24,38

244

57,14

79

18,50

Ramo 13. Responsabilidad civil general

237

18

27

45

18,99

88

37,13

104

43,88

Ramo 19. Decesos

182

14

39

53

29,12

117

64,29

12

6,59

Ramo 1. Accidentes

182

18

29

47

25,82

61

33,52

74

40,66

Ramo 18. Asistencia

111

7

21

28

25,23

58

52,25

25

22,52

actuarios

Fuente: Memoria del Servicio de Reclamaciones de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones 2013

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Las Asociaciones de Consumidores en estos casos nos vemos en la tesitura de explicar a un consumidor, que tiene un problema en su hogar y que acude para que le ayudemos, que el seguro sólo no cubre el siniestro en cuestión sino que, aún reclamando, el contrato es claro al respecto. Otra cuestión a tener en cuenta es que, independientemente de las coberturas contratadas por el consumidor, las propias malas prácticas de las aseguradoras y sus servicios de atención al cliente que van

desde la fase previa a la contratación con comerciales que ofrecen más coberturas de las reales (un ejemplo es prometer que un seguro de Hogar cubre el robo de una cartera por la calle) hasta la exigencia de requisitos formales para ejercer el derecho de desistimiento del seguro, cuando no hay exigencias legales al respecto. Darse de baja de un seguro tampoco resulta sencillo, ya que si no se pide la baja por escrito y con algún tipo de acuse de recibo, puede que la aseguradora no se “dé por enterada” o que “nunca llegue dicha solicitud”.


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Estas malas prácticas ponen a un consumidor desinformado en una situación de sumisión y dependencia a la voluntad y el buen hacer de la aseguradora, especialmente cuando los desperfectos y daños en la vivienda suponen mayores problemas o costes que una simple averia. Esta situación desigual aumenta si el consumidor no está conforme con la actuación de la aseguradora y sus técnicos o si se le deniega la reparación, ya que debe empezar un calvario de peritajes y reclamaciones. En estos casos, el consumidor puede optar entre acudir por la vía judicial, con los costes y lentitud inherentes, o un igualmente largo proceso administrativo que termina con un informe de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones. Ninguna de las dos opciones para la resolución de los conflictos son rápidas y adecuadas para las necesidades de en consumidor que ve dilatadas, cuando no paralizadas, sus necesidades y pretensiones de reparación de su vivienda e indemnización y con una sensación de confusión por la actuación de su aseguradora. Todas estas circunstancias evidencian un panorama actual funesto con unos consumidores desinformados y desprotegidos que, pagando cuotas de un seguro cuyos características reales en muchas ocasiones desconocen, están al arbitrio de unas aseguradoras

Una mejor comercialización, centrada en las necesidades reales del cliente, no en seguros multirriesgos tipo vinculados a la hipoteca o sobreseguros, también generará unas expectativas más reales de su seguro y coberturas en el consumidor, evitando expectativas irreales y excesivas

n

PRIMAVERA 2015

Cuadro 2. Consultas y reclamaciones en asociaciones en 2013 Sectores

Total consultas Total reclamaciones

Total

Administración

17.685

3.145

20.830

Adquisición de muebles

5.134

1.489

6.623

Agencias de viaje

14.349

2.561

16.910

Agua

4.433

1.146

5.579

Alimentación y bebidas

10.228

561

10.789

Automóviles nuevos

2.389

386

2.775

Automóviles usados

5.666

1.089

6.755

Compañías de seguros

56.981

8.680

65.661

Compañías eléctricas

43.771

13.211

56.982

Fuente: Datos de la Memoria del Consejo de Consumidores y Usuarios 2013.

cada vez más reclamadas por interpretaciones arbitrarias de los contratos, y una peor prestación de servicios con los consiguientes perjuicios para la vivienda dañada. Concretamente durante el año 2013, y a falta de publicación de la Memoria del Consejo de Consumidores y Usuarios del año 2014, las asociaciones de consumidores recibieron 65.661 consultas y reclamaciones sobre compañías de seguros, ello sin contar las reclamaciones de automóviles y las relacionadas con Servicios financieros. Ante este panorama cabe preguntarse qué se puede hacer y cómo mejorar una relación cada vez más deteriorada. La clave en cualquiera de los casos está en mejorar la comunicación entre la aseguradora y el usuario en todas las fases de su relación, desde la oferta comercial hasta la explicación y aclaración motivada de la denegación de una cobertura. Una mejor comunicación, mejora la información del consumidor tanto a priori como a posteriori reforzando la fidelización por parte de este último. Una mejor comercialización, centrada en las necesidades reales del cliente, no en seguros multirriesgos tipo vinculados a la hipoteca o sobreseguros, también generará unas expectativas más reales de su seguro y coberturas en el consumidor, evitando expectativas irreales y excesivas. Por su parte, el consumidor debe adoptar una actitud más proactiva de estudio y contratación responsable de sus seguros de hogar para evitar posibles coberturas innecesarias (joyas, arte) o irreales, y asegurándose de que lo contratado se adecúe a sus necesidades. Por último no podemos olvidar la labor de regulación, control y sanción de deben realizar las Administraciones ante posibles malas prácticas y la propia de las Asociaciones de Consumidores mejorando la información y la formación de los consumidores para empoderarlos en la defensa de sus derechos e intereses.

actuarios

Durante el tiempo en el que se tiene contratado el seguro la actuación de la aseguradora en muchos casos también queda lejos de la profesionalidad exigible: discrepancias en la valoración del siniestro perjudicando al asegurado, peritajes que no se facilitan al consumidor, denegación de la cobertura injustificada, indemnizaciones muy inferiores a los daños reales, arreglos no adecuados o parciales para cubrir daños estéticos, reparaciones defectuosas o deficientes prestaciones de servicio, etc.

nº 36

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TEMA DE PORTADA

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PRIMAVERA 2015

Aspectos a considerar al contratar un seguro de hogar FACUA

O

tro de los desconocimientos generales en torno a los seguros del hogar es que la ley sólo obliga a poseer un seguro ante incendios o daños, y siempre y cuando exista una hipoteca en la que la garantía sea el inmueble; por lo que no existe una obligación legal de contratar una mayor cobertura de riesgo sobre la vivienda. A pesar de ello, la mayoría de los consumidores prefieren adquirir una póliza que cubra también otros riesgos. Otro de los puntos críticos de un seguro del hogar radica en la valoración de los bienes. En este sentido, se apunta la importancia de que los capitales contratados sean reales, es decir, que exista correlación entre el valor del contenido asegurado y el valor de los muebles y enseres del hogar. Así, podemos evitar el infraseguro y el sobreseguro.

actuarios

Los objetos que tienen un alto valor, como joyas, obras de arte o abrigos de piel deben estar expresamente asegurados en la póliza y tienen establecidos capitales o sumas aseguradas para dar cobertura a los mismos.

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Desde hace varios años, el informe anual del Servicio de Reclamaciones de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones viene indicando que los seguros del hogar son los que más reclamaciones generan en el sector. Sin embargo, muchas de estas reclamaciones se deben al desconocimiento que se tiene sobre las coberturas de los seguros contratados. El problema radica en que los consumidores suelen creer que ciertos siniestros están cubiertos por la póliza cuando realmente en las condiciones generales de la cobertura no están concretados. Por eso, es conveniente antes de contratar un seguro analizar con atención las definiciones de los conceptos y de las coberturas incluidas en la póliza para poder conocer los riesgos cubiertos por el contrato y los excluidos. También es fundamental comparar los distintos seguros del hogar que existen en el mercado y estudiar detenidamente las coberturas de cada uno de ellos.

Es recomendable que los consumidores elijan el seguro que mejor responda a las características de su hogar, siendo conveniente revisar el seguro anualmente, valorando la posibilidad de cambiar de póliza o de compañía, conformen cambien nuestras necesidades. Es fundamental proceder a asegurar nuestra vivienda por el valor correcto, en relación tanto al Continente como al Contenido. Las compañías aseguradoras suelen aplicar, especialmente en los seguros de hogar, la llamada “regla proporcional” según la cual las indemnizaciones son proporcionales a las primas pagadas. Por tanto, si el usuario al contratar su seguro de hogar asegura su casa en un valor inferior al que realmente tiene, en caso de siniestro recibirá también una indemnización proporcionalmente menor a la que necesitaría para reconstruir o arreglar la vivienda. En este sentido, es conveniente a la hora de contratar un seguro de hogar elegir una compañía que permita un margen de diferencia en la valoración de los capitales de Continente y Contenido de, al menos, un 15% antes de aplicar la regla proporcional.


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Con carácter general, se considera Continente la vivienda, instalaciones y elementos fijos, es decir, todos aquellos bienes que no puedan separarse del inmueble sin causarle un menoscabo, garajes y trasteros, así como la parte proporcional que corresponda de las zonas comunes del edificio o la urbanización.

tenido todos los objetos que figuran en el interior de una vivienda y que son susceptibles de ser asegurados. Salvo pacto en contrario, las aseguradoras suelen excluir de la cobertura vehículos, animales definidos como potencialmente peligrosos, plantas, joyas y objetos de valor, pieles, antigüedades.

La valoración del Continente o Edificación debe contemplar todas las dependencias anexas a la vivienda como trastero, garaje, zonas deportivas, etc. El valor que debe declararse es el de coste de reconstrucción (excluido el valor del suelo, concepto que no es asegurable dado que no se pierde) distinto del de compra o venta. Dicho valor se puede calcular multiplicando los metros cuadrados de la superficie construida de la vivienda por el coste medio de reconstrucción de una de similares características.

La indemnización en caso de siniestro se efectuará conforme a lo establecido en póliza (valor de reposición, valor venal, etc.).

Si el usuario al contratar su seguro de hogar asegura su casa en un valor inferior al que realmente tiene, en caso de siniestro recibirá también una indemnización proporcionalmente menor a la que necesitaría para reconstruir o arreglar la vivienda De manera, que el capital de Continente debe ser el valor de reconstrucción total de la casa, excluido el valor del suelo que siempre permanece aunque la vivienda se pierda por completo. Lo que se asegura es el valor de la reconstrucción del inmueble en caso de siniestro o destrucción. Por este motivo, nunca se utiliza el valor de compra de la vivienda, porque en el precio está incluido el valor del suelo. En cuanto al valor de reconstrucción, es importante saber que éste a priori se desconoce, de manera que para llevar a cabo su cálculo las aseguradoras tienen estipulados en los contratos unos valores medios en función del tipo de vivienda. A la hora de calcular el valor de reconstrucción las compañías aseguradoras tienen en cuenta una serie de variables, como el tipo de vivienda, superficie total construida, calidad de la construcción (social, media, alta y lujo) y la zona geográfica en la que se encuentre ubicada la vivienda. En cuanto al Contenido, es preciso indicar que forman parte del mismo los muebles, electrodomésticos, ropa y otros enseres personales, es decir, forman parte de Con-

n

PRIMAVERA 2015

En cuanto a los cuadros y obras de arte, objetos de plata y metales preciosos, joyas, alfombras y tapices, y abrigos de piel, es decir, cualquier objeto con un valor especial, para que queden cubiertos por la póliza es imprescindible que en las condiciones generales de la póliza vengan recogidos con una valoración expresa e individualizada. Es evidente que la inclusión en el seguro de estos bienes de especial valor dará lugar a un incremento de la prima. Además, la cobertura de este tipo de objetos suele tener establecido un capital o suma asegurada que será el importe máximo que la compañía aseguradora nos pagará en caso de siniestro. Las reclamaciones más frecuentes se producen en relación a las siguientes cuestiones: 1. Divergencia en la aplicación e interpretación de las condiciones de la póliza contratada. 2. Seguros vinculados a préstamos y contratados a través de la entidad bancaria que ejerce de mediador. En estas reclamaciones existe una total falta de información o información deficiente e incompleta que se le facilita al tomador sobre las condiciones de contrato. Además, tampoco se le entrega toda la documentación del contrato al tomador. 3. Duración del contrato y oposición a la prórroga. Aumentan en este campo las reclamaciones motivadas por la no aceptación por parte del tomador del aumento de la prima comunicado por la aseguradora. La aseguradora comunica la modificación

Es recomendable que los consumidores elijan el seguro que mejor responda a las características de su hogar, siendo conveniente revisar el seguro anualmente, valorando la posibilidad de cambiar de póliza o de compañía, conformen cambien nuestras necesidades

actuarios

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de la prima poco antes de la fecha de vencimiento del contrato, pero cuando el tomador comunica su intención de dar de baja la póliza al no estar conforme con la modificación unilateral llevada a cabo por la aseguradora, esta se niega alegando que la comunicación de baja no se ha realizado conforme a lo previsto en el artículo 22 de la Ley 50/1988, de 8 de octubre, de Contrato de Seguro, es decir, por escrito y con dos meses de anticipación a la conclusión del período del seguro en curso. 4. Impago de la prima, interpretación y aplicación del artículo 15 de la Ley del Contrato de Seguro. Este artículo regula las consecuencias del impago de la prima por parte del tomador y distingue entre el impago de la primera prima y de las primas siguientes una vez formalizado el contrato. Concretamente, el conflicto que surge en este punto es que la aseguradora ante el impago de la prima no notifica nada al tomador limitándose a dar de baja al contrato de seguro. Dándose el caso de que el tomador sólo tiene conocimiento de la baja de la póliza una vez da parte de algún siniestro a la aseguradora. 5. A la hora de resolver un siniestro la aseguradora remite al procedimiento pericial contradictorio del artículo 38 de la Ley del Contrato de Seguro. Amparándose en el informe de su perito, deniega la cobertura del siniestro declarado, obligando al tomador a tener que designar perito para poder acudir a dicho procedimiento. Además, cuando se inicia este tipo de procedimientos la aseguradora dilata en exceso su tramitación.

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6. Problemas en relación a Infraseguros y Sobreseguros. Estos problemas surgen ante el desconocimiento de los capitales contratados por parte del tomador. – Infraseguro: Esta situación se produce cuando el usuario posee bienes cuyo valor es superior a los realmente declarados en la póliza de seguros. De manera, que la suma asegurada es inferior al valor real del bien asegurado, por lo que el seguro no cubre totalmente el valor de la cosa dañada. En estos casos la entidad aseguradora aplica la llamada regla proporcional, que consiste en que paga el siniestro sólo en la proporción existente entre el valor asegurado y el valor real, salvo que se haya pactado otra cosa. (Artículo 30 de la Ley 50/1980 del Contrato de Seguro). – Sobreseguro: Se aplica cuando el valor real de los bienes es inferior al declarado en la póliza. La suma por la que se ha asegurado el bien es superior a su valor real. Si se produce el siniestro, se indemnizará por el valor real del daño ocasionado y no por el valor asegurado. Si el sobreseguro se debe a mala fe por parte de la persona asegurada, el contrato será ineficaz. (Artículo 31 de la Ley 50/1980 del Contrato de Seguro) . 7. Cuando se produce el siniestro la asistencia prestada por la aseguradora es inexistente o muy deficiente. Además, no se le informa correctamente del trámite del expediente ni de la Resolución adoptada.


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Duplicidad y solapamiento de coberturas en seguros multirriesgo. Cómo evitarlo Rafael Manchón Subdirector General. Confide Correduría de Seguros y Reaseguros S.A.

¿Pagamos una prima adecuada en nuestro seguro de hogar?, ¿cómo podemos ajustarla?, ¿podemos evitar solapamientos de coberturas?, ¿cómo podemos cubrir nuestros riesgos de la forma más eficiente?

Una de las primeras preguntas que se nos plantea es la diferencia entre elementos comunes y elementos privativos. La Ley de Propiedad Horizontal y el art. 396 del Código Civil se encargan de dilucidarlo. La contratación no coordinada, con el asesoramiento profesional previo e independiente de un mediador de seguros, puede comportar, en el peor de los casos, situaciones de falta de cobertura o de doble cobertura (concurrencia de seguros si se cumplen los requisitos del art. 32 Ley de Contrato de Seguro) sin que ello implique duplicar la indemnización. En caso de concurrencia, las dos aseguradoras participarán en el resultado sin sobrepasar el valor del daño realmente causado evitando, así, un lucro indebido. Antes de efectuar la contratación de estos seguros es importante tener en cuenta varios aspectos que pueden redundar en importantes ahorros económicos compatibles con la adecuación de coberturas aseguradoras. Desde el punto de vista de las sumas aseguradas, el seguro de la comunidad de propietarios (del edificio) puede asegurar el 100% del valor acumulado del continente, tanto el común (elementos comunes) como el privativo (de la propia vivienda). El mejor momento

para hacer esto correctamente es tras la división horizontal de la propiedad, es decir, cuando el edifico es nuevo. Tras este momento, para evitar problemas derivados de un posible infraseguro, se hará necesaria la colaboración profesional de un experto en valoración de activos. De esa forma, no hará falta asegurar, a través de la póliza de hogar, el valor del continente privativo “originario”, siendo recomendable incluir un capital a primer riesgo con el objetivo de cubrir elementos (mejoras) añadidos a posteriori, como por ejemplo, toldos, azulejos, sanitarios parquet, aparatos de aire acondicionado, instalación domótica o tabiques adicionales. Actuando de esta forma, evitaremos el “efecto ping pong” entre aseguradoras, es decir, que un desacuerdo entre las compañías en cuanto a la cobertura de un siniestro suponga que una “pase el problema” a la otra y viceversa. El problema se elimina de raíz si se aseguran, tanto la comunidad como el hogar, bajo la misma aseguradora (lo cual puede conllevar, incluso, un descuento económico en el seguro de hogar). Es un problema habitual, por ejemplo, en caso de siniestros relacionados con rotura de tuberías ya que dependiendo de su calificación (comunitaria o privativa) estará cubierta por una u otra póliza. En caso de dilación, podría pedirse la aplicación del art. 18 de la Ley de Contrato de Seguro según la cual el asegurador está obligado a satisfacer la indemnización al término de las investigaciones y peritaciones necesarias para establecer la existencia del siniestro y, en su caso, el importe de los daños que resulten del mismo. En cualquier caso, el asegurador debe efectuar, dentro de los 40 días a partir de la recepción de la declaración del siniestro el pago del importe mínimo de lo que el asegurador pueda deber según las circunstancias por él conocidas.

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uchos propietarios de viviendas duplican involuntariamente de forma simultánea sus coberturas del seguro de hogar con las del seguro de la comunidad del edificio a pesar de ser dos tipos de seguros diferentes. Las pólizas de comunidad normalmente no incluyen (y si lo hacen es con carácter opcional) coberturas propias de seguros de hogar como la responsabilidad civil privada (familiar) o los daños producidos por grifos privativos.

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La contratación no coordinada, con el asesoramiento profesional previo e independiente de un mediador de seguros, puede comportar, en el peor de los casos, situaciones de falta de cobertura o de doble cobertura, sin que ello implique duplicar la indemnización Para evitar solapamientos/concurrencia de seguros es recomendable pedir al presidente o administrador de la comunidad copia de la póliza del edificio para, con el asesoramiento de un mediador especializado, identificar las necesidades de aseguramiento (extensión de coberturas, sumas aseguradas adecuadas, especialmente en caso de coberturas sublimitadas como la localización de avería) a través de la póliza de hogar. En caso de duda, es recomendable priorizar un óptimo aseguramiento a través de la póliza de hogar.

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Otras coberturas propias del seguro de hogar en las que se puede producir cierto solapamiento con otros se-

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guros (por ejemplo, los vinculados a tarjetas de crédito o seguros de asistencia en viaje) son las de responsabilidad civil personal/familiar (no profesional), robo, atraco, uso fraudulento de tarjetas y cheques por atraco, daños o pérdidas de equipajes… También es habitual que los seguros de hogar puedan incluir coberturas, con carácter opcional, que pueden ser contratadas a través de seguros específicos, normalmente más caros, como por ejemplo los seguros de responsabilidad civil para perros peligrosos, seguros de defensa jurídica y reclamación de daños, seguros de impago de rentas (alquileres) por parte de los inquilinos, seguros de asistencia en viaje (para coberturas relacionadas con el robo de equipajes, robo de objetos de valor.…etc). En definitiva, como vemos se trata de un tema con múltiples vertientes que hacen necesaria la colaboración (para el análisis de riesgos, contratación de seguros y gestión de posibles siniestros) de un mediador de seguros especializado, ya que si bien el administrador de fincas puede ser especialista en temas relacionados con la finca, o el banco especialista en productos financieros, el mediador aportará la formación y experiencia necesarias en materia aseguradora para asesorar sobre las coberturas más adecuadas a cada situación concreta de forma totalmente independiente y sin coste para el asegurado.


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El Consorcio de Compensación de Seguros y la cobertura de los riesgos extraordinarios: cobertura de catástrofes naturales en seguros del hogar Belén Soriano Clavero Subdirectora Técnica y de Reaseguro del Consorcio de Compensación de Seguros.

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as catástrofes naturales pueden ocasionar daños tan elevados que, aparte de la carga financiera que muchas veces representan para los presupuestos públicos, son difíciles de gestionar desde el punto de vista asegurador. Se necesitan instrumentos especiales de gestión de los daños y de acumulación de recursos, cuya implantación y funcionamiento, mediante sistemas específicos de cobertura, pueden requerir algún tipo de participación estatal, generalmente en fórmulas público-privadas. En España el Consorcio de Compensación de Seguros, en adelante CCS, gestiona desde hace más de setenta años un sistema de cobertura de catástrofes naturales y terrorismo bajo la denominación de “Seguro de Riesgos Extraordinarios”.

mento de apoyo al mercado asegurador español para afrontar las indemnizaciones por daños ocasionados por la Guerra Civil (1936-1939). Circunstancialmente, este instrumento sirvió para atender otros importantes daños del momento (grandes incendios de Santander en 1941, y de Canfranc y Ferrol en 1944, etc.), y ya en 1954 fue transformado con carácter permanente en lo que es hoy el CCS. Desde esta fecha, el CCS aparece estrechamente ligado al sistema de cobertura de los Riesgos Extraordinarios, del que constituye la figura central. Aparte de gestionar dicha cobertura, durante su ya largo recorrido histórico, al CCS le han sido asignadas otras funciones en diferentes ámbitos del seguro: seguro de automóviles de suscripción obligatoria, seguros agrarios, liquidación de entidades aseguradoras, seguro de crédito a la exportación, etc.

El comportamiento aleatorio de este tipo de riesgos, en relación a los que cabría denominar riesgos ordinarios (incendio, robo, etc.), se caracteriza en términos generales por su baja frecuencia y su alta severidad. Ocurren menos frecuentemente que los riesgos ordinarios, pero cuando suceden, dependiendo de la zona afectada y de la concentración en ella de personas y bienes, pueden ocasionar ingentes daños. Para afrontar tales daños se requieren los correspondientes recursos financieros, en concordancia con los potencialmente muy elevados costes de reparación y reconstrucción, y de gestión, con el adecuado dimensionamiento que permita dar un servicio adecuado a los asegurados.

El CCS es una entidad pública empresarial, con personalidad jurídica y plena capacidad de obrar, dotada de patrimonio propio (distinto al del Estado) y encuadrada en el Ministerio de Economía y Competitividad a través de la Dirección General de Seguros y Fondo de Pensiones. Es multifuncional, como se ha indicado, se rige por el ordenamiento jurídico privado y no ejerce potestades administrativas.

El Consorcio de Compensación de Seguros: trayectoria histórica y naturaleza jurídica

El CCS cuenta con un Consejo de Administración, presidido por la Directora General de Seguros y Fondos de Pensiones, y compuesto paritariamente por 14 miembros en representación de la Administración y del sector asegurador español.

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l Consorcio de Compensación de Riesgos de Motín se creó en 1941 con carácter provisional como instru-

El CCS, en su actividad aseguradora, aparte de atenerse a lo estipulado por su propio Estatuto Legal, está sometido, al igual que el resto de compañías aseguradoras privadas, a la Ley de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados y a la Ley de Contrato de Seguro.

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Introducción

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TEMA DE PORTADA La cobertura de los riesgos extraordinarios.

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colaboración con el sector asegurador español en la gestión del sistema.

Normativa Sistema de cobertura El estudio de la cobertura de los riesgos extraordinarios por parte del CCS requiere del análisis de tres normas específicas: • El Estatuto Legal del CCS, texto refundido aprobado por el Real Decreto Legislativo 7/2004, de 29 de octubre, con modificaciones posteriores. Esta ley, establece, como uno de los objetivos del CCS, la cobertura de los riesgos extraordinarios, delimitando el ámbito geográfico, enumerando los acontecimientos extraordinarios cubiertos, determinando los ramos de seguro que obligatoriamente deben incorporar el recargo, así como las exclusiones aplicables. • El Reglamento del seguro de riesgos extraordinarios, aprobado por Real Decreto 300/2004, de 20 de febrero, con modificaciones posteriores. Este texto reglamentario desarrolla los diferentes aspectos recogidos en la Ley, resultando especialmente significativo el artículo 2 de definiciones de los acontecimientos extraordinarios cubiertos, el desarrollo de la cobertura de pérdida de beneficios (artículo 3) y las características propias de la cobertura del CCS en lo relativo a su extensión, plazos de carencia y franquicias. • Por último, la Resolución de 27 de noviembre de 2006, y modificación posterior, que establece la tarifa de recargos que el CCS va a percibir por la cobertura de estos riesgos.

El CCS no emite una póliza propia para el aseguramiento de los riesgos extraordinarios sino que esta cobertura va obligatoriamente unida a una póliza ordinaria en los ramos que más adelante se indican. La contratación de esta póliza en una entidad aseguradora autorizada a operar en el mercado español es facultativa, pero es condición necesaria para tener derecho a indemnización en caso de siniestro extraordinario. Esto es, el hecho de contratar una póliza en dichos ramos lleva aparejada, mediante la inclusión obligatoria de una cláusula específica, la cobertura de los riesgos extraordinarios. Esta cobertura abarcará, en términos generales, a las mismas personas, a los mismos bienes y por las mismas sumas aseguradas protegidos por la póliza. Ramos con recargo obligatorio Los ramos o coberturas de seguro cuyas pólizas deben incluir el recargo de riesgos extraordinarios son los siguientes: • En cuanto a seguro de personas, los ramos de vida (cobertura de fallecimiento) y accidentes. • En cuanto a seguro de bienes, los ramos de: incendios y eventos naturales, vehículos terrestres, vehículos ferroviarios, otros daños a los bienes (robo, rotura de cristales, daños a maquinaria, equipos electrónicos y ordenadores) y pérdidas pecuniarias diversas (cuando se cumplan determinadas condiciones).

Objeto Riesgos cubiertos El CCS tiene por objeto indemnizar en régimen de compensación, sobre la base de una póliza contratada en cualquier aseguradora privada del mercado, las pérdidas producidas por acontecimientos extraordinarios acaecidos en España y que causen daños en los bienes situados en el territorio español y sus pérdidas de beneficios; así como los daños en las personas por eventos ocurridos en España y en el extranjero cuando el asegurado tenga su residencia habitual en España.

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Principios fundamentales

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El sistema de cobertura se fundamenta en varios principios básicos, como son: a) el principio de compensación geográfica, temporal y entre los riesgos cubiertos; b) el principio de solidaridad entre todos los asegurados y sin distinción alguna; y c) el principio de

Los riesgos cubiertos, esto es, aquéllos cuyas pérdidas son indemnizables en el ámbito de este sistema, pueden clasificarse de la siguiente forma: • Riesgos de la naturaleza: inundación, terremoto, maremoto, tempestad ciclónica atípica (incluidos los tornados así como los vientos con rachas que superen los 120 km./h.), erupción volcánica y caída de cuerpos siderales. • Hechos violentos como consecuencia de: terrorismo, sedición, rebelión, motín, tumulto popular. • Hechos o actuaciones de las Fuerzas Armadas o Cuerpos y Fuerzas de Seguridad en tiempo de paz. De ellos no se toma en consideración el aspecto cuantitativo (monto total de las pérdidas) ni la ex-


TEMA DE PORTADA

Siendo así, no se requiere una declaración oficial que reconozca el carácter catastrófico de un evento para poner en marcha el proceso indemnizatorio. Este es un aspecto que distingue el sistema español de otros sistemas vigentes en el mundo. Así mismo, existe la posibilidad de que sea la aseguradora privada la que cubra los acontecimientos extraordinarios, si bien, es una práctica absolutamente excepcional. Tarifa El precio de la cobertura es el recargo del CCS. Se trata de un ingreso de derecho público, que es de incorporación obligatoria en el recibo de toda póliza emitida por las aseguradoras en las modalidades de los ramos anteriormente citados. La obligatoriedad de este recargo y de la propia cobertura, deriva de los principios mencionados, esto es el de compensación y el de solidaridad. Sin esa condición de obligatoriedad el sistema sería insostenible por la natural antiselección de estos riesgos, pues solo optarían por adquirir cobertura aquellos asegurados con mayor grado de exposición a los riesgos extraordinarios. El recargo del CCS resulta de la aplicación de una tarifa propia sobre los capitales asegurados en la póliza. Esa tarifa difiere según modalidad (bienes, pérdida de beneficios o personas) cubierta por la póliza y es de aplicación general para toda España, independientemente de la zona geográfica y del grado de exposición, y para todos los riesgos incluidos en el sistema. Teniendo en cuenta lo anterior, la tarifa, de carácter anual, es la siguiente: Daños en los bienes: • Viviendas y comunidades de propietarios de viviendas: 0,08 por mil. • Oficinas: 0,12 por mil. • Comercios, centros comerciales, almacenes y resto de riesgos sencillos: 0,18 por mil. • Riesgos industriales: 0,21 por mil. • Automóviles: cantidad fija según tipo de vehículo (para turismos: 3,5€ por vehículo). • Obras civiles: diversas tasas según tipo, desde

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No se requiere una declaración oficial que reconozca el carácter catastrófico de un evento para poner en marcha el proceso indemnizatorio. Este es un aspecto que distingue el sistema español de otros sistemas vigentes en el mundo 0,28 por mil para autopistas hasta 1,63 por mil para puertos deportivos. Daños en las personas (seguros de vida y accidentes) • Tasa general: 0,005 por mil, salvo casos especiales. Pérdida de beneficios: • Viviendas y comunidades: tasa adicional del 0,005 por mil, que se aplicará sobre el capital asegurado en daños materiales. • Resto de riesgos: tasa del 0,25 por mil, que se aplicará sobre el capital asegurado en pérdida de beneficios. Los recargos del CCS son recaudados por las entidades aseguradoras junto con sus primas y son ingresados al CCS mensualmente, reteniendo un 5% por comisión de cobro. Capacidad financiera: la reserva de estabilización

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l CCS, en la atención a sus responsabilidades indemnizatorias relativas a esta cobertura, no depende de ningún tipo de financiación pública sino que utiliza sus propios recursos, que fundamentalmente provienen de los recargos y del producto de sus inversiones. Como cualquier otra compañía de seguros, el CCS aplica la normativa vigente relativa a margen de solvencia y a la constitución de provisiones técnicas. Además de ello, y dado el particular comportamiento de los riesgos a los que hay que hacer frente en cuanto a frecuencia e intensidad, se hace necesaria una capacidad financiera especial, basada en una adecuada y suficiente acumulación de recursos y en una compensación temporal amplia, según se mencionó anteriormente. Ello, en el caso del CCS, se concreta en la constitución de una Reserva de Estabilización. Funciona como una pro-

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tensión geográfica a la que afecten los daños, sino el aspecto cualitativo. De esta manera, aunque tales peligros puedan ocasionar grandes pérdidas, el volumen de las mismas, grande o pequeño, no es condición para que los asegurados afectados –que puede ser solo uno– tengan derecho a indemnización.

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TEMA DE PORTADA visión para fluctuación de la siniestralidad, común en el régimen asegurador de catástrofes de muchos países, dotada con el cien por cien del resultado positivo de cada ejercicio. El CCS, debido a su naturaleza jurídica y a las peculiares características de la cobertura que gestiona, cuenta con la garantía del Estado para hacer frente a obligaciones indemnizatorias que, llegado el caso de una o varias catástrofes de extrema gravedad, desbordaran su capacidad financiera. Debe indicarse, no obstante, que el CCS nunca ha hecho uso de esta garantía en sus más de setenta años de historia.

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P articularidades de la cobertura del CCS y del cálculo del recargo en los seguros de viviendas y comunidades La única particularidad en la cobertura de esta clase de riesgo, compartida con los vehículos automóviles, es que, en los siniestros de daños a los bienes, no le es de aplicación franquicia alguna que, en el resto de los casos, alcanza el 7% de la cuantía de los daños indemnizables. Desde el punto de vista del recargo, la única característica diferenciadora respecto al resto de las clases de riesgo es la manera en que se calcula el recargo correspondiente a “pérdida de beneficios”.

Análisis específico en los seguros del hogar

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entro de este marco de cobertura de los riesgos extraordinarios por parte del CCS, se enumeran a continuación las características, particularidades y resultados de los seguros del hogar, denominados “viviendas y comunidades de propietarios de viviendas”, en la terminología propia del CCS. Delimitación de la clase de riesgo viviendas y sus comunidades

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• Desalojo forzoso. • Pérdida de alquileres. • Inhabitabilidad. • Traslado de bienes no dañados.

Como punto de partida, es necesario definir qué entendemos por seguro de “viviendas y comunidades de propietarios de viviendas”; la tarifa determina que para que un riesgo sea considerado vivienda deberá: (i) estar construido con esa finalidad y (ii) no estar dedicado a otro uso; se incluyen, además, las pólizas de comunidades de propietarios de viviendas cuando la superficie destinada a vivienda sea, al menos, el 25% de la superficie total asegurada.

Cuando una póliza de viviendas y sus comunidades incluya alguna de estas coberturas, el correspondiente recargo se calcula aplicando una tasa adicional del 0,005‰ al capital de daños. Esta manera de tarificar no afecta a la cobertura que el CCS otorgaría en caso de siniestro de naturaleza extraordinaria, que se ajustaría a los términos establecidos en la póliza.

De esta definición se deducen las siguientes conclusiones: (i) El hecho de que la vivienda no esté en uso no afecta a su clasificación y (ii) si se utiliza para otro uso (consulta médica, despacho profesional, por ejemplo) deja de ser considerada vivienda.

Tal y como se ha indicado anteriormente, el CCS no emite pólizas, por ello, para conocer la exposición a la que la entidad está sometida es necesario recurrir a las aseguradoras privadas que están obligadas a comunicar anualmente al CCS, y de manera telemática, la información relativa a los capitales expuestos a las diferentes clases de riesgo.

Según lo recogido en los apartados precedentes, en esta clase de riesgo están incluidas todas las viviendas aseguradas en España, sean seguros de distribución en masa o se trate de pólizas de viviendas exclusivas. Lógicamente el peso de estas últimas no será representativo respecto al total.

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En este sentido, conviene recordar que cabe entender que una póliza de viviendas y sus comunidades tiene cobertura de pérdida de beneficios cuando la misma incluya alguna de las siguientes coberturas, con carácter enunciativo y no limitativo:

No es posible analizar otros seguros de distribución en masa del tipo multiriesgos sencillos, ya que la clase de riesgo a la que corresponden, “comercio, almacenes y resto de riesgos sencillos”, incluye también riesgos de capitales elevados como, hospitales, museos, ayuntamientos, centros comerciales, etc.

Exposición: Cifras relevantes

Esta información, depurada y agregada, es el reflejo de la evolución de la exposición en daños materiales, personas y pérdida de beneficios en España; información que resulta muy útil no solo al CCS para el seguimiento y cálculo de su tarifa sino también a instituciones vinculadas a la actividad aseguradora y al estudio de los riesgos catastróficos en nuestro país. Los datos que se facilitan a continuación se refieren a la situación a 31.12.2013, puesto que la relativa a 2014 no estará disponible hasta junio de 2015 (Cuadro 1).


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Cuadro 1. Número de pólizas y capitales asegurados en daños en los bienes. Año 2013 Clase de riesgo

Nº de pólizas

%

Capitales asegurados

%

Capitales medios

Viviendas y sus comunidades

19.957.277

88%

3.544.006.463.424

68%

177.580

Resto de clases de riesgo*

2.715.239

12%

1.686.961.948.065

32%

621.294

Total

22.672.516

100%

5.230.968.411.489

100%

230.718

Importe en euros sin actualizar. * Excluidos los 21,2 millones de pólizas de vehículos automóviles con cobertura de daños propios. Cuadro 2. Recargos devengados por daños en los bienes Clase de riesgo

2013

2014

Recargos

%

Recargos

%

Incremento de 2013 a 2014

Viviendas y sus comunidades

299.465.682

47%

308.168.762

47%

3%

Resto de clases de riesgo

343.331.311

53%

346.221.098

53%

1%

Total

642.796.933

100%

654.389.860

100%

2%

Importe en euros sin actualizar.

Otra referencia de interés, relativa a la exposición en seguros de viviendas, es que del total de las pólizas de viviendas y comunidades, el 67% cuentan con alguna cobertura de pérdida de beneficios. Recargos del CCS Los recargos devengados obtenidos por el CCS, sin descontar el 5% de comisión de cobro a favor de las aseguradoras, ascienden en los años 2013 y 2014 a las siguientes cantidades (Cuadro 2). Es de especial relieve la importancia que, en términos económicos, suponen para el CCS los ingresos correspondientes a las pólizas de viviendas. Otro aspecto destacable es que el incremento de los recargos en viviendas de 2013 a 2014 se ha situado por encima del incremento medio global. Adicionalmente, por la modalidad de pérdida de beneficios, el CCS ha obtenido unos recargos devengados en 2014 de 45,44 millones de euros, de los que 12,66 corresponden a la clase de riesgo de viviendas y sus comunidades. Siniestralidad: Cifras relevantes Dada la naturaleza de los riesgos cubiertos, es necesario ofrecer datos de siniestralidad con una serie temporal más

amplia; a estos efectos, se ha fijado el intervalo en la serie de los últimos 10 años, 2005 -2014, puesto que en ella queda recogida la peor de las tempestades ciclónicas asumidas (tempestad Klaus en enero de 2009), el peor de los terremotos (en Lorca en mayo de 2011) y una de las peores inundaciones de la historia del CCS (sureste peninsular en septiembre de 2012), junto a esto encontraremos años de siniestralidad moderada. La información que se facilita corresponde a las cuantías pagadas y provisionadas por siniestros declarados, sin incluir gastos y expresadas en euros nominales (Cuadro 3). Del Cuadro 3, obtenemos unas conclusiones inmediatas: • En primer lugar, se reflejan grandes diferencias en la siniestralidad total entre unos años y otros, siendo la siniestralidad mínima registrada de 151,6 millones de euros y la máxima anual de 705,8 millones de euros; esta gran dispersión se pone de manifiesto en el elevado valor del coeficiente de variación de Pearson (cociente entre la desviación típica y la media) que alcanza el 60%. • En segundo lugar, que más significativa es aún la dispersión en el caso de las viviendas y comunidades, donde el mencionado coeficiente alcanza el 94%. • Por último, que la siniestralidad de las viviendas supone el 45% de la siniestralidad total; y en aquellos años en los que la siniestralidad es más significativa (2009 y 2011) la representatividad de la siniestralidad de viviendas alcanza el 50% y el 69%, respectivamente, tal y como se aprecia en la figura 1.

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Resulta de interés destacar que en viviendas se cuenta con cerca de 20 millones de pólizas que suponen el 68% de los capitales asegurados en España, alcanzando los 3,5 billones de euros de exposición. Según esta información, una póliza media de viviendas y comunidades alcanza un capital (continente y contenido) de 177.580 euros.

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Cuadro 3. Siniestralidad pagada y provisionada por siniestros declarados Viviendas y comunidades

Año de ocurrencia

Resto de clases de riesgo

Total

Nº tramitación

Indemnización

Nº tramitación

Indemnización

Nº tramitación

Indemnización

2005

20.306

61.663.884

11.474

110.873.148

31.780

172.537.032

2006

12.333

36.765.837

13.012

171.374.877

25.345

208.140.714

2007

28.800

107.675.116

17.831

177.673.712

46.631

285.348.828

2008

22.982

85.111.654

17.188

197.885.773

40.170

282.997.427

2009

257.874

351.736.539

48.772

354.126.986

306.646

705.863.525

2010

97.607

171.852.567

30.163

270.086.146

127.770

441.938.713

2011

38.734

451.421.756

13.603

204.112.553

52.337

655.534.309

2012

25.885

123.458.070

16.249

147.923.934

42.134

271.382.004

2013

48.657

67.982.324

14.187

108.530.312

62.844

176.512.636

2014

21.303

42.617.070

11.818

109.022.932

33.121

151.640.002

Total

574.481

768.778

3.351.895.190

1.500.284.817 45%

194.297

1.851.610.373 55%

Importe en euros sin actualizar.

FIGURA 1. Indemnizaciones por años 500.000.000 450.000.000 400.000.000 350.000.000

Euros

300.000.000 250.000.000 200.000.000 150.000.000 100.000.000 50.000.000 0

2005

2006

2007

2008

2009

actuarios

Viviendas y comunidades

38

2010

2011

2012

Resto de clases de riesgo

2013

2014


TEMA DE PORTADA

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Las características de esos grandes eventos, en los que la siniestralidad en viviendas alcanza su valor máximo, no solo en términos absolutos sino también relativos respecto a la siniestralidad total, son las siguientes: • La tempestad “Klaus”, de enero de 2009. Se trató de una tormenta extratropical que azotó el tercio norte de la Península ibérica y produjo daños por los que el CCS tramitó más de 260.000 solicitudes de indemnización. Es el evento que marca el récord en número de reclamaciones recibidas, que representaron para el CCS indemnizaciones por un monto total que superó los 502 millones de euros (nominales, sin actualizar). • El terremoto de Lorca, de mayo de 2011. Comparado con otros terremotos ocurridos en épo-

En viviendas se cuenta con cerca de 20 millones de pólizas que suponen el 68% de los capitales asegurados en España, alcanzando los 3,5 billones de euros de exposición. Según esta información, una póliza media de viviendas y comunidades alcanza un capital de 177.580 euros

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PRIMAVERA 2015

cas recientes en el mundo, el terremoto de Lorca no fue de los más importantes, pero en España adquirió una repercusión de primer orden si tenemos en cuenta la relativamente baja experiencia en volumen de daños por sismos en el país, al menos durante el último siglo. Con una magnitud de 5,1 ocasionó 9 víctimas mortales y 324 heridos, y unas pérdidas económicas que se estiman por encima de los 1000 millones de euros. Es el evento sísmico más importante al que ha tenido que hacer frente el CCS en toda su historia, recibiendo más de 28.000 solicitudes de indemnización, por las que el CCS realizó pagos por un importe total superior a los 482 millones de euros (nominales, sin actualizar). Analizando la cuantía recogida en el cuadro anterior de indemnizaciones de la serie en viviendas y comuniCuadro 4. Indemnizaciones 2005-2014 según causa Causa

Indemnización de viviendas y comunidades

%

Inundación

646.622.729

43%

Terremoto

409.697.529

27%

Tempestad ciclónica atípica

430.561.189

29%

Terrorismo

12.227.349

1%

408.563

0%

Resto de causas humanas Actuaciones de fuerzas armadas Total

767.458

0%

1.500.284.817

100%

Importe en euros sin actualizar.

FIGURA 2. Indeminzaciones de viviendas y comunidades

Tempestad ciclónica atípica

Resto de causas humanas

Inundación

Terremoto

actuarios

Terrorismo

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TEMA DE PORTADA

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Cuadro 5. Indemnizaciones 2004-2014 por Comunidades Autónomas Comunidad Autónoma

Indemnización de viviendas y comunidades

%

Región de Murcia

445.586.193

30%

Andalucía

211.266.976

14%

Cataluña

191.295.448

13%

Comunidad Valenciana

190.598.079

13%

Galicia

106.273.505

7%

País Vasco

77.188.785

5%

Canarias

45.757.635

3%

Illes Balears

42.242.275

3%

Comunidad de Madrid

36.090.086

2%

Cantabria

32.112.244

2%

Principado de Asturias

30.701.052

2%

Castilla y León

25.443.960

2%

Comunidad Foral de Navarra

18.805.184

1%

Castilla-La Mancha

17.609.192

1%

Aragón

12.488.069

1%

La Rioja

10.394.196

1%

Extremadura

5.673.357

0%

758.581

0%

1.500.284.817

100%

Ceuta y Melilla Total Importe en euros sin actualizar.

dades de 1.500.284.817 euros, procedemos a su distribución por causas (Cuadro 4). Como se puede observar, en la distribución por causas destaca por su peso la inundación, seguida de la tempestad ciclónica atípica y del terremoto, gráficamente se representa como (Figura 2). Esa misma cuantía de indemnizaciones de viviendas y comunidades de 1.500.284.817 euros, distribuida geográficamente, quedaría de la siguiente forma (Cuadro 5).

actuarios

Consumos de prima en viviendas y comunidades

40

El consumo de prima obtenido en la serie histórica analizada alcanza el 58%, produciéndose importantes oscilaciones interanuales y siendo de especial relevancia los ejercicios 2009 y 2011, con unos consumos de prima del 143% y 161%, respectivamente (Cuadro 6). Si se realiza el ejercicio consistente en incorporar en el cálculo anterior, la periodificación de la prima, el des-

Cuadro 6. Consumo de prima en viviendas y comunidades Año

Consumo de Prima

2005

31%

2006

17%

2007

45%

2008

34%

2009

143%

2010

66%

2011

161%

2012

42%

2013

23%

2014

14%

Total

58%

Importe en euros sin actualizar.

cuento de la comisión de gestión del 5%, la inclusión de los IBNR y de los gastos inherentes a las prestaciones, el consumo de prima alcanzaría el 67% en la serie analizada.


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¿Qué información de edificios proporciona el Censo 2011? Carmen Teijeiro Breijo y Jorge L. Vega Valle Jefes de Área de Censos, S.G. de Estadísticas Sociodemográficas, INE

E

l Censo de Población, Viviendas y Edificios es la operación estadística de mayor tradición de todas las realizadas por el INE. Una de sus principales misiones es obtener, cada diez años, una radiografía completa y detallada de un conjunto de datos que permitan conocer mejor la situación del país. El último Censo ha tenido como fecha de referencia el 1 de noviembre de 2011 y se ha caracterizado por ser el primero que se ha realizado bajo una reglamentación comunitaria. Esto ha obligado a todos los países miembros a difundir, como mínimo, un conjunto de variables censales con un determinado nivel de detalle, y ha garantizado la comparabilidad de información entre países de la Unión Europea. Desde un punto de vista metodológico, el Censo de 2011 ha incrementado el uso de registros administrativos iniciado en 2001. Entre las distintas fuentes de datos empleadas destacan: Catastro, Seguridad Social, Agencia Tributaria, Padrón, Censo 2001… El uso e integración de las distintas fuentes de datos combinado con una gran operación de campo, ha garantizado la robustez y calidad de los resultados obtenidos.

El trabajo de campo de los casi 5.000 agentes y encargados censales que participaron en la operación, consistió en recorrer de forma exhaustiva todo el territorio (Censo de Edificios) y en realizar una gran encuesta para investigar las características sociodemográficas de la población (Censo de Personas y Viviendas). Por último, otra de las características esenciales del último Censo ha sido la georreferenciación de los edificios. Esto ha permitido asignar coordenadas geográficas a todos los elementos de información y ha abierto la puerta a nuevas herramientas de difusión que no tienen en cuenta los límites administrativos. Principales resultados

E

ntre todos los productos de difusión del Censo 2011, en este artículo sólo se analizarán los datos relativos a edificios. De este colectivo es posible obtener información para los ámbitos: nacional, autonómico, provincial y municipal1. Tal y como se ha mencionado anteriormente, el Censo de Edificios permite conocer las características del parque de edificios de nuestro país. En total, en la fecha de referencia censal había 9.730.999 edificios destinados principal o exclusivamente a viviendas, lo que supone un incremento de un 12,8% respecto a la cifra obtenida diez años antes. Destacan las comunidades autónomas de Cantabria, Región de Murcia y Comunidad Foral de Navarra que han registrado incrementos cercanos al 20%. En la tabla 1 se puede observar la evolución que han tenido desde el Censo anterior algunos de los indicadores más relevantes en relación con los edificios. En términos generales, se aprecia una clara mejora en sus instalaciones.

1 En el caso de la información de personas y viviendas, adicionalmente se tiene la posibilidad de consultar información tanto a nivel de distrito como de sección censal.

actuarios

Introducción. Metodología

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esTADÍSTICA actuarial

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PRIMAVERA 2015

Tabla 1. Principales indicadores relativos a los edificios

Número de edificios destinados principalmente a viviendas Número medio de plantas

8.623.875

9.730.999

1,98

2,13

11,02%

9,90%

Porcentaje de edificios accesibles

21,06%

23,09%

Porcentaje de edificios con ascensor

4,78%

6,27%

Porcentaje de edificios con garaje

27,25%

34,65%

Porcentaje de edificios con tendido telefónico

81,78%

92,05%

Por su parte, el año de construcción recoge, en intervalos decenales, el periodo en el que se terminó de construir un edificio. En aquellos que han sufrido una reforma importante después de su construcción, se considera como año de construcción en el que se terminó dicha reforma. Los datos del Censo 2011 reflejan que, del parque de edificios de nuestro país, la mayor parte han sido construidos en los periodos 1971-1980 y 2002-2011. Si analizamos el estado del edificio según el año de construcción se puede ver que, como era de esperar, los edificios que se encuentran en peor estado son precisamente los que tienen mayor antigüedad.

A 1 de noviembre de 2011 había 9.730.999 edificios destinados principal o exclusivamente a viviendas, lo que supone un incremento de un 12,8% respecto a la cifra obtenida diez años antes

actuarios

Censo 2011

Porcentaje de edificios en estado ruinoso, malo o deficiente

Si nos centramos en el estado2 del edificio del Censo 2011, un 90,1% tienen un estado bueno, un 7,6% se encuentran en estado deficiente, un 1,8% en estado malo y un 0,6% en estado ruinoso.

42

Censo 2001

2 El estado del edificio puede tomar los siguientes valores: – Ruinoso: Cuando se encuentra apuntalado, se está tramitando la declaración oficial de ruina o existe declaración oficial de ruina. – Malo: Cuando existen grietas acusadas o abombamientos en alguna de sus fachadas, hay hundimientos o falta de horizontalidad en techos o suelos o se aprecia que ha cedido la sustentación del edificio. – Deficiente: Cuando tiene las bajadas de lluvia o la evacuación de aguas residuales en mal estado, hay humedades en la parte baja del edificio o tiene filtraciones en los tejados o cubiertas. – Bueno: Cuando no presenta ninguna de las circunstancias indicadas para los estados ruinoso, malo y deficiente.

Otra información relevante que proporciona el Censo es la accesibilidad del edificio. Se considera que es accesible cuando una persona en silla de ruedas puede acceder desde la calle hasta dentro de cada una de sus viviendas sin la ayuda de otra persona. Cada vez un mayor porcentaje de los edificios son accesibles. Si nos centramos en los construidos en la última década (2002-2011) este dato asciende a un 27,4%. No obstante, como se puede ver en el siguiente gráfico, este porcentaje varía ostensiblemente entre las distintas CCAA. En lo que se refiere a disponibilidad de ascensor, los datos del Censo 2011 reflejan que cerca de 10,5 millones de personas residen en uno de los casi 1.400.000 edificios de tres plantas o más que hay sin ascensor. Además de la información recogida en este artículo, el Censo 2011 también proporciona información relativa a


esTADÍSTICA actuarial

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PRIMAVERA 2015

GRÁFICO 1. Porcentaje de edificios por estado y año de construcción 100 90 80 70

%

60 50 40 30 20 10 0

Antes de 1900

De 1900 a 1920

De 1921 a 1940

De 1941 a 1950

De 1951 a 1960 Malo

Ruinoso

De 1961 a 1970

De 1971 a 1980

Deficiente

De 1981 a 1990

De 1991 a 2001

De 2002 a 2011

Bueno

GRÁFICO 2. Las Comunidades Autónomas con mayor porcentaje de viviendas accesibles construídas en la última década País Vasco Comunidad Foral de Navarra La Rioja Cantabria Principado de Asturias 0

10

20

otras variables como: disponibilidad de garaje, instalaciones de gas, tendido telefónico o evacuación de aguas residuales. El futuro del Censo

E

l Censo es una herramienta fundamental para conocer tanto el número, como las características de los edificios, viviendas y personas de un área geográfica y sirve como elemento clave en la toma de decisiones.

30

40

50

60

70

El reto que se plantea para el futuro es tratar de obtener información similar a la recogida hasta ahora sin la necesidad de realizar una operación de campo, es decir, a partir de registros administrativos. Esto abrirá la puerta a la posibilidad de disponer de información detallada con una frecuencia mucho mayor a la actual y poder responder con mayor inmediatez a los cambios sociodemográficos que se produzcan.

3 Un ejemplo de esto puede ser conocer el número de personas extranjeras que residen en una vivienda de más de 90 m2 y en un edificio de tres plantas.

• INE. Censo 2011. Información metodológica: http://www.ine.es/censos2011_datos/ cen11_datos_metodologia.htm • INE. Censo 2011. Resultados detallados: http://www.ine.es/censos2011_datos/ cen11_datos_resultados.htm

actuarios

Referencias Además, una de sus grandes ventajas es la posibilidad de realizar consultas personalizadas que involucren uno o más de los siguientes dominios: edificios, viviendas o personas3.

43


DOSSIER

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PRIMAVERA 2015

Naturaleza e impacto de los ciber riesgos José Andrés Acebo Niño Senior Manager en la actividad FAAS para Seguros de EY en España. Francisco J. Aguilera Menéndez Técnico en la actividad FAAS para Seguros de EY en España. Germán Serrano Manager de auditoria de Seguros de EY en España.

A

mediados de Junio de 2010 se pudo constatar que varias instalaciones nucleares iraníes habían sido atacadas por un virus denominado Stuxnet. Los daños causados por el virus fueron notables y para muchos observadores una de las causas que están detrás del deseo del gobierno iraní de alcanzar un acuerdo sobre la desmilitarización de su programa nuclear. El ataque, supuestamente lanzado por Israel, fue posible debido a una serie de vulnerabilidades iniciales detectadas en los sistemas Microsoft Windows utilizados por Siemmens para el control de determinadas instalaciones industriales. Más allá de las consecuencias geoestratégicas que tuvo el ataque (uno de los episodios más conocidos de guerra cibernética, pero no desde luego el primero), su naturaleza e impacto ponen de manifiesto muchas de las características definitorias de lo que han dado en llamarse ciber riesgos;

actuarios

a) Cisne negro: Antes de producirse el ataque cibernético, la única preocupación de los estrategas iraníes fue la de prevenirse frente un ataque de tipo convencional, semejante a los que se habían producido previamente (como el bombardeo israelí de las instalaciones nucleares iraquíes de Osirak en 1981). Su evaluación del riesgo estuvo siempre dominada por la experiencia histórica previa.

44

b) Ubicuidad geográfica: El hecho de hallarse las instalaciones iraníes dispersas y más allá del límite operacional efectivo de las fuerzas aéreas israelíes no disminuyó su vulnerabilidad. La estrategia de diversificación de riesgo tradicional no solo no generó ningún beneficio sino que muy al contrario, se considera que produjo un aumento del riesgo al ofrecer mayores localizaciones donde poder inocular código malicioso. El riesgo real al que se enfrentaban funcionaba de una forma radicalmente distinta a la que habían conocido hasta ese momento.

c) Interdependencia de los riesgos: El ataque fue posible debido básicamente a una serie de vulnerabilidades de un sistema operativo norteamericano utilizado por un proveedor alemán. Ninguno de estos factores estaban bajo un control directo del gobierno de Irán. Las instalaciones nucleares iraníes estaban por lo tanto a merced de la capacidad (no digamos “interés”) de prevenir un ataque de ese tipo por parte de Microsoft y Siemmens. La interpendencia de los sistemas y proveedores informáticos supone un reto mayúsculo para la eficacia y plena operatividad de las estrategias de mitigación de riesgos. d) Dificultad a la hora de identificar a los autores y evaluar el verdadero alcance de los daños: Fueron necesarios varios meses para detectar que se había producido un ataque. Durante todos esos meses el virus continuó activo y produciendo daños, unos daños que aún a día de hoy siguen siendo muy difíciles de evaluar. La impunidad con la que se desarrolló el ataque no solo puso al gobierno de Irán en una situación de indefensión jurídica manifiesta (a diferencia de lo sucedido con acciones armadas anteriores, no hubo ninguna resolución de condena por parte de la ONU respecto de este ataque) sino que limita enormemente el tipo y volumen de represalias posibles frente al agresor. Asistimos a un escenario en el que el atacante cuenta con importantes incentivos para llevar a cabo sus acciones debido a que puede razonablemente esperar salir indemne. Adicionalmente, una vez producidos los daños, los mismos lejos de ser evidentes son difíciles de identificar y por tanto reparar. El impacto de los riesgos cibernéticos en la economía y la sociedad actuales

C

isnes negros, estrategias de diversificación inadecuadas, interdependencia o riesgo de contagio, y dificultad para evaluar el verdadero alcance de los riesgos, no son, por desgracia, elementos novedosos. Para aquellos familiarizados con las causas y desarrollo de las crisis financieras, las similitudes son evidentes.

¿Pero podría una crisis de confianza global en el entorno cibernético poner a la economía mundial ante el mismo riesgo de colapso ante el que la puso la crisis global de confianza en el sistema bancario de 2007? Para responder a esa pregunta basta simplemente con analizar la importancia actual y no digamos ya potencial que el entorno cibernético tiene en nuestra economía y


DOSSIER

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su potencial desarrollo futuro. Un desarrollo futuro que se basa principalmente en la presunción de que existirá en todo momento un entorno cibernético seguro y confiable sobre en el que basar nuestro crecimiento. Por tanto, el escenario en el que una serie de fallos en cadena conducen a una quiebra global de la operatividad del entorno cibernético, el denominado “Cibergeddon” es indudable que produce enorme inquietud. Tanto instituciones públicas como privadas se encuentran concernidas por el potencial impacto de un suceso como éste. Entre ellas, obviamente, el gobierno de España quien ha incluido la ciberseguridad como uno de los ejes principales en los que debe articularse nuestra seguridad nacional: “La ciberseguridad no es un mero aspecto técnico de la seguridad, sino un eje fundamental de nuestra sociedad y sistema económico” (Estrategia española de seguridad nacional, 2011). El modelo de cuantificación de ciber riesgos propuesto por el foro económico mundial en enero de 2015

P

ero la importancia de estos asuntos trasciende claramente las fronteras de los estados nacionales, es por ello que diversos organismos internacionales han abordado esta problemática desde diversas perspectivas. Entre ellos, cabe destacar el papel jugado por el Foro Económico Mundial que desde hace varios años viene publicando numerosos documentos y estudios sobre los ciber riesgos.

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Cisnes negros, estrategias de diversificación inadecuadas, interdependencia o riesgo de contagio, y dificultad para evaluar el verdadero alcance de los riesgos, no son, por desgracia, elementos novedosos. Para aquellos familiarizados con las causas y desarrollo de las crisis financieras, las similitudes son evidentes Una de las contribuciones más relevantes realizada por este organismo ha sido la elaboración del primer marco teórico para la definición de un modelo de cuantificación de ciber riesgos, publicado en enero de 2015. Este modelo se basa en lo que se ha denominado ciber valor en riesgo (CyberVaR) que no es otra cosa que la extensión del concepto de valor en riesgo a los riesgos de origen cibernético. El valor en riesgo es una métrica que tuvo su origen en el mundo financiero, y que actualmente es ampliamente conocida por el sector asegurador. A ello ha contribuido que marcos regulatorios como el de Solvencia II (o variaciones del mismo como el Tail-VaR utilizada en el caso del Swiss-Solvency-Test) hayan popularizado su utilización. Aunque el Foro Económico Mundial no profundiza en detalles metodológicos, podemos asimilar el proceso para obtener el CyberVaR al utilizado para la determinación de cualquier VaR asociado a riesgos de origen financiero o de naturaleza aseguradora.

FIGURA 1. VULNERABILITIES

People

Corporate Espionage

Regulations

Processes

Poor practice

Accidental

Assets

Technology

Governance Information Sharing Mutual Aid

Reputation

Terrorism

Criminal

RESPONSES Policies

Hacktivism

Government Driven

VALUES AT RISK

Coordinated Action Risk Markets Embedded Security

Fuente: Foro Económico Mundial.

actuarios

THREATS

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Aplicación práctica del modelo de cuantificación de ciber riesgos

E

ste modelo de CyberVar impulsado por el Foro Económico Mundial es una herramienta extremadamente útil para la gestión de riesgos cibernéticos de cualquier organización. Es por ello que consideramos enormemente interesante profundizar en los aspectos teóricos de dicho modelo y, generalizando dicha metodología en base al marco conceptual definido, desarrollar una aplicación práctica para la cuantificación de ciber riesgos, que sea útil a cualquier organización a la hora de realizar una cuantificación económica de sus riesgos cibernéticos (Figura 2). Identificación de los factores de riesgo La complejidad y diversidad de los riesgos cibernéticos es tal que resulta impráctico asociarlos con variables económicas concretas (por ejemplo, los tipos de cambio o los

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PRIMAVERA 2015

movimientos de un índice de valores) como sucede con los riesgos de mercado o de crédito. En este aspecto, los riesgos cibernéticos se asemejan claramente a los de suscripción de la actividad aseguradora o a los operacionales. Tanto en el caso de los riesgos de suscripción como especialmente en el de los riesgos operacionales es habitual partir de una modelización de la frecuencia y severidad de los eventos de pérdida. Vamos a seguir esta misma metodología. Generalmente, la frecuencia es modelizada en función del volumen de exposición al riesgo, este nivel de exposición se puede considerar que, para el caso de los riesgos cibernéticos, depende de tres tipos de factores (Figura 3): a) Factores endógenos de la Entidad. b) Factores exógenos de la Entidad. c) Factores mixtos.

FIGURA 2.

1. Identificación de los factores de riesgo relevantes

3. Evaluación de las pérdidas asociadas a cada valor de los factores de riesgo dentro de la distribución de probabilidad

2. Modelización de la distribución de probabilidades de dichos factores de riesgo

Obtención de la máxima pérdida probable dado un horizonte temporal determinado y un nivel de confianza

4. Contraste de la razonabilidad y factibilidad de los recursos obtenidos

Fuente: Foro Económico Mundial. FIGURA 3.

Se ac ctor tiv d ida e d

ad

d rie oto

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Amenazas

actuarios

Impacto de las actividades externalizadas

Factores mixtos

46

Factores exógenos

Exposición al riesgo

Seguridad proovedores externos

Factores más volátiles

Factores endógenos

Cultura de seguridad en las personas

Nivel de Seguridad de los Sistemas

Capacidad de hacer frente a la materialización de las amenazas

Factores menos volátiles Fuente: Foro Económico Mundial.


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Algunos de estos factores son especialmente dinámicos y, por tanto, requieren una reevaluación de forma más recurrente que otros. Un ejemplo práctico de ello puede ser el nivel de actualización de nuestros sistemas y antivirus, los cuales pueden convertirse en obsoletos de forma mucho más rápida que los conocimientos de las personas en nuestra organización. Respecto de la severidad existe una fuerte evidencia empírica sobre la relación de dicha variable con la resiliencia de la organización (y/o de los proveedores clave) frente a posibles contingencias de origen cibernético. Es importante distinguir entre factores que permiten aumentar la resiliencia de la organización y los mecanismos de transferencia del riesgo que lo que producen es una disminución del impacto final de un riesgo al transferir todo o una parte de ese impacto a un tercero. odelización de las distribuciones de probabilidad M de los factores de riesgo Una vez identificados los factores de riesgo, el paso siguiente consiste en establecer las distribuciones de probabilidad a aplicar tanto a la frecuencia como a la severidad de los eventos de pérdida. A la hora de ajustar una distribución a la frecuencia, hemos optado por la distribución de Poisson. Esta distribución es especialmente adecuada para modelizar aquellos sucesos dicotómicos con un elevado número de ensayos y una baja probabilidad de éxito. Este comportamiento refleja de manera razonable la naturaleza de los ciber riesgos caracterizados por un volumen elevado de intentos de ataque asociados a un número relativamente bajo de éxitos esperados. El número de éxitos esperados (en este caso para un horizonte temporal de un año) coincide con el parámetro l que caracteriza la distribución de Poisson y que debe ser ajustado en función de los factores de riesgo identificados en el epígrafe anterior. Un elemento importante a tener en consideración es la condición de independencia entre los diversos experimentos aleatorios que asumimos al optar por este tipo de distribución. Esta condición puede en principio resultar contradictoria con un fenómeno en el cual una misma vulnerabilidad pueden dar lugar a una pluralidad de “éxitos”. Sin embargo, hemos de entender evento como el conjunto de pérdidas asociadas a una única vulnerabilidad, con independencia de las veces que la misma sea explotada.

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PRIMAVERA 2015

En el caso de la severidad se ha optado por la distribución log-normal, en la medida que dicha distribución presenta una serie de características que la hacen útil para nuestros propósitos: a) No puede tomar valores negativos b) Es continua c) Devuelve mayores probabilidades en los importes más bajos, es decir, es asimétrica positiva. Todas estas características son coherentes con la limitada evidencia empírica de la que se dispone hasta el momento, aunque otras distribuciones similares podrían ser igualmente válidas. Lo que es importante en este caso, es que lo que se está modelizando es un indicador de severidad y no el importe de una pérdida. Dicha pérdida se determinará en el siguiente paso. Una vez definidas las distribuciones de frecuencia y severidad será necesario introducir el concepto de escenarios. Cada escenario estará caracterizado por una distribución de frecuencia (que estará determinada por la exposición concreta al riesgo caracterizado por el escenario descrito) y una distribución de la potencial severidad del evento. A partir del informe de marzo de 2015 del gobierno del Reino Unido sobre ciber riesgos hemos definido los siguientes escenarios posibles. Todos ellos deben entenderse circunscritos a un origen cibernético: a) Daños en los activos fijos o en las personas. b) Daños en los sistemas, los datos o la propiedad intelectual que puedan ocasionar una pérdida de valor en los activos intangibles o una ineficacia en cualquier proceso de la organización distinto de la realización de su actividad comercial principal. c) Costes derivados de una interrupción en la actividad comercial principal. d) Costes derivados de la pérdida y/o difusión no autorizada de datos de carácter privado de terceros. e) Fraude o extorsión. Aunque teóricamente es posible asumir cierta correlación entre los escenarios a, b y c, así como entre d y e, se ha preferido considerar todos estos escenarios como independientes entre sí. E valuación de las pérdidas asociadas a cada valor de los factores de riesgo Una vez definidos los distintos escenarios así como las distribuciones de frecuencia y severidad asociadas a dichos escenarios, el siguiente paso será realizar un número suficientemente alto de simulaciones a través de un proceso de Monte-Carlo. Cada una de estas simula-

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Todos estos factores están relacionados tanto con el volumen de amenazas a las que tiene que hacer frente la organización, como con la capacidad de prevenir la materialización de dichas amenazas de forma directa o a través de sus proveedores clave.

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ciones contendrá un número de eventos y la severidad asociada a cada uno de ellos. A partir de esa información es posible proceder a la realización de una valoración de las pérdidas en las que se incurriría en cada simulación. Para ello es preciso tener en consideración una serie de aspectos: a) A efectos de gestión de riesgos y toma de decisiones, los potenciales impactos sobre elementos no reconocidos contablemente pueden ser extremadamente relevantes. Corresponderá, por tanto a cada organización evaluar en qué medida dichos elementos deben ser considerados (bajo un enfoque ampliado), o no, en la evaluación de las pérdidas asociadas a cada evento. Siempre teniendo en consideración que las situaciones de desequilibrio patrimonial vienen definidas legalmente bajo los estándares contables (Figura 4). El enfoque ampliado será recomendable en aquellos casos en los que el valor económico de la organización es muy diferente del contable (por ejemplo, cuando existen importantes expectativas sobre beneficios futuros procedentes de propiedad intelectual o fondos de comercio autogenerados) y especialmente relevante para la toma de decisiones de gestión. En el resto de casos y en todo caso para evaluar en qué medida las pérdidas potenciales pueden implicar una situación patrimonial de desequilibrio, el enfoque tradicional es el que resulta adecuado. En nuestro caso hemos optado por seguir un enfoque tradicional. b) Las pérdidas asociadas a cada evento están relacionadas con la severidad del mismo, no obstante, es importante tener en cuenta que es preciso estimar diversas tipologías de costes: • Costes directamente variables en relación a la severidad del evento, tales como multas, indemnizaciones o costes de reparación de bases de datos o activos fijos. En este caso en cada esce-

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PRIMAVERA 2015

nario se realiza una transformación de la severidad a unidades afectadas (por ejemplo, registros con datos personales) siendo valorado el coste total en base a un coste unitario estimado. • Costes de naturaleza semi-variable y que están relacionados con servicios necesarios para la resolución del incidente (por ejemplo, servicios forenses, asistencia jurídica, etc, etc..). Este tipo de servicios si bien pueden tener costes crecientes en función de la severidad del evento, tienden a distribuirse de forma escalonada. Nuestro modelo considera 3 niveles de costes semi-variables asociados a cada escenario, siendo el primer escalón equivalente a un coste nulo. De esta manera, el modelo recoge aquellos casos en los que parte de estos servicios se desempeñan en interno por la organización para eventos de baja severidad. • Deterioro de valor de activos reconocidos en el balance (contable o económico en función del enfoque aplicado). Este importe se corresponderá con el deterioro que sería necesario practicar sobre el valor de aquellos activos afectados por la manifestación del riesgo modelizado. Este impacto se ha modelizado siguiendo un esquema similar al de los costes semi-variables. Para ello, se han establecido una serie de escalones de severidad del evento, asociados a diferentes porcentajes de deterioro en los activos expuestos. Al igual que en el caso anterior se ha considerado un primer escalón para aquellos eventos de baja severidad y donde se considera que no existe un impacto en el valor de los activos. Por otro lado, es importante tener presente que aquellas inversiones derivadas del evento de pérdida pero que puedan ser activadas (por ejemplo, la sustitución de un sistema de gestión inservible, y por tanto previamente deteriorado, por otro nuevo) no deberían ser tenidas en cuenta en el coste del evento en la medida en que su importe no supere el impacto del deterioro registrado.

FIGURA 4.

48

Patrimonio contable Pasivos contables

Activos reconocidos contablemente

Patrimonio contable

Valor contable

Activos reconocidos contablemente

Patrimonio no contable

Valor económico

actuarios

Activos no reconocidos contablemente

Enfoque Tradicional

Valor contable

Enfoque Ampliado

Pasivos contables

Fuente: Foro Económico Mundial.


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• Capitales máximos asegurados • Importe de franquicias • Potenciales costes de re-instalación de las primas al consumirse la cobertura En nuestro modelo no hemos considerado la participación del Consorcio de Compensación de Seguros como consecuencia de un posible origen terrorista o de catástrofe natural de ninguno de los eventos de pérdida modelizados. C ontraste de la razonabilidad y factibilidad de los resultados obtenidos Una vez realizado un número suficiente de simulaciones y valorada la pérdida asociada a cada una de ellas, deberá procederse a seleccionar el valor enésimo de pérdida mayor a partir del cual se determinará el Cyber-VaR. De tal manera que si nuestro objetivo es, como sugiere el Foro Ecónomico Mundial obtener un VaR al 95% de confianza, deberemos por tanto considerar la pérdida situada en el percentil 95. Esto equivale para 1.000 simulaciones a tomar aquella que se sitúa en el lugar 950, de tal manera que existen 949 escenarios con pérdidas menores y solo 50 donde las pérdidas son mayores. Puede darse la situación de que las pérdidas situadas más allá de ese percentil sean muy superiores a la que sirve de punto de corte para el Cyber-VaR, en cuyo caso este importe puede no ser suficientemente informativo, se propone utilizar el valor promedio de esos escenarios o Tail-VaR para dichas situaciones. El horizonte temporal a un año, supone desde un enfoque tradicional la métrica más habitual, ya que coincide con el plazo que suele discurrir entre dos cuentas anuales publicadas, documento a partir del cual se evalúan generalmente las potenciales situaciones de desequilibrio patrimonial. En enfoques ampliados podría tener sentido reducir este horizonte temporal (por ejemplo a un periodo trimestral) en cuyo caso la determinación del parámetro l de frecuencia se vería igualmente afectada. A la hora de realizar un contraste de las cifras obtenidas existen algunas técnicas útiles para realizar dicho contraste, se citan a continuación solamente algunas de las más habituales:

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a) Benchmark: Mediante la comparación con otros indicadores sobre el valor económico del riesgo como pueda ser el coste de la cobertura de seguros, etc, etc... b) Análisis de factibilidad cualitativa: Que consiste en comparar los resultados obtenidos mediante la modelización frente a análisis cualitativos desarrollados por personas con el suficiente conocimiento sobre los fenómenos modelizados. c) Test de esfuerzo inverso: Que consiste en determinar a partir de los niveles de pérdida asociados al escenario CyberVaR el valor de las variables que dan lugar a dicho escenario y evaluar en qué medida son factibles o corresponden con una situación en el rango del nivel de confianza determinado (es decir si realmente se corresponden con el peor caso en 20 años, para el ejemplo del 95% de confianza estadística). Una vez realizados los contrastes de razonabilidad y factibilidad sobre los resultados que se consideren necesarios, el paso siguiente será transformar la información obtenida en dichos contrastes en los ajustes sobre frecuencia, severidad y costes de cada uno de los escenarios, todo ello con el objetivo de ir refinando este proceso a lo largo de los diferentes ejercicios. Más allá de un Cyber-VaR financiero, posibles aproximaciones regulatorias.

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esde un punto de vista de toma de decisiones de gestión, un enfoque basado en el impacto financiero de los diversos riesgos es generalmente el más idóneo, ya que normalmente las decisiones en las organizaciones se toman siempre en función del impacto económico asociado a los mismas. Sin embargo, este enfoque pudiera no ser el más idóneo a efectos regulatorios. Si bien en los sectores financiero y asegurador, donde hasta ahora los capitales regulatorios han tenido un mayor desarrollo, ambas dimensiones, la operativa y regulatoria, son básicamente la misma, es decir la financiera, en el caso de servicios no financieros la dimensión sobre la que un regulador pudiera desear evaluar el valor en riesgo podría no ser de tipo financiero. Si llegado el momento los servicios cibernéticos (o los energéticos, o sanitarios) fueran considerados como servicios lo suficientemente críticos como para ser sometidos a una regulación basada en valores en riesgo, es posible que la misma, más allá de unos requerimientos financieros (calculados conforme a un modelo como el presentado), impusiese unos requerimientos operacionales basados en pérdidas de operatividad máximas admisibles (Por ejemplo, número de días sin servicio, volumen de datos personales dañados, etc.) ya que en un contexto de economía interconectada puede ser tan dañina la quiebra operacional como la financiera.

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c) Finalmente, en el caso de existir mecanismos de transferencia de riesgo (básicamente pólizas de seguro contratadas para cubrir algunos de los riesgos) será necesario tener en cuenta el efecto que dichos mecanismos tendrían en el coste de los eventos. En la medida de lo posible, es preferible no netear los importes de tal manera que se tenga visibilidad completa sobre los costes reales antes y después de hacer valer la póliza de seguro. En función de lo significativo que pueda ser el impacto de las pólizas de seguro será preciso considerar:

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Sobre la evolución de los métodos cuantitativos económico-financiero-actuariales Julio G. Villalón F. de Cc. Económicas. Universidad de Valladolid (garvillalon@gmail.com) Antonio Seijas Macías F. de Economía e Empresa. Universidade da Coruña (jasm@udc.es)

RESUMEN

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os métodos cuantitativos económico-financiero-actuariales han experimentado un gran avance a lo largo del tiempo. Los economistas se han visto obligados a aplicar, de forma creciente, nuevos métodos para resolver los distintos problemas que han ido apareciendo y la relación de tales problemas aumenta continuamente. La habilidad de los economistas para plantear los problemas, refleja un cuerpo de teoría bien desarrollado, modos de análisis que enfatizan la lógica e instrumentos cuantitativos sofisticados.

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Las Matemáticas y la Estadística en el ámbito económico-financiero-actuarial, han jugado un papel central en el análisis económico, lo que ha proporcionado un mayor avance en el campo, particularmente financiero, al permitir a los economistas establecer rigurosamente sus teoremas y contrastar la validez empírica de sus teorías.

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Por lo que se refiere a la Teoría Financiera, hace más de 50 años, esta se reducía en términos generales, a un solo aspecto: Cálculo de los valores financiero actuariales. Ahora bien, los economistas financieros comenzaron a utilizar una gran variedad de técnicas estadísticomatemáticas cada vez más sofisticadas como: Teoría de la Probabilidad, Optimización, Procesos Estocásticos, Cálculo Estocástico, Tiempo Continuo (Itô), Martingalas, Integración Browniana, Ecuaciones Diferenciales Estocásticas, etc. Pues bien, el trabajo que presentamos hace referencia a la evolución de las técnicas matemáticas y a sus aplicaciones, anteriormente mencionadas.

Introducción

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espués de hacer algunas referencias a la evolución de la ciencia económico-financiero-actuarial a lo largo del tiempo, consideramos que para modelar y analizar el comportamiento de los fenómenos económicos en ambiente de incertidumbre, modernamente se vienen utilizando diversos métodos del cálculo estocástico como son la integral estocástica, el Lema de Itô, las ecuaciones diferenciales estocásticas, la estabilidad estocástica y el control óptimo estocástico, algunos de tales aspectos consideramos a continuación. Métodos Cuantitativos Económico Financiero Actuariales

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a Ciencia Financiero Actuarial en su nacimiento en el siglo XVII se dedicó fundamentalmente a las operaciones del seguro de vida: Cálculo de primas para las operaciones de rentas, capitales diferidos de supervivencia (nEx) y operaciones de los seguros de vida entera (Pxäx = Ax). Pronto se vio que eran necesarias las técnicas financiero actuariales para calcular las reservas matemáticas (tVx). En este aspecto, la ciencia financiero actuarial mostró los primeros rudimentos del cálculo estocástico hace más de un siglo. Las ecuaciones diferenciales para las reservas de una póliza del seguro de vida las obtuvo T. Nicolai Thiele en 1875 (ver Hansen, 1946) y para la probabilidad de ruina eventual de un seguro de vida, Filip Lundberg en 1903 (ver Cramer, 1969), en momentos en los que la noción de proceso estocástico no se había definido de forma concreta. A parte de su trabajo práctico en el “seguro de vida” y su tesis doctoral en 1903, Filip Lundberg (1876-1965) fue pionero en el seguro de enfermedad, utilizó la técnica del seguro de vida para la obtención de las reservas. Así mismo, fue pionero en el campo del reaseguro y de la “Swedish Actuarial Society” en 1904. Creó su original “Collective Risk Theory” publicada en sueco en 1906 y 1926 y en alemán en 1909 y 1930. En su tesis doctoral consideró ya la descripción “estocástica” de la corriente de pagos como un proceso de Poisson compuesto. Donde los momentos de los pagos constituían un “Proceso de Poisson” en el tiempo; las cantidades sucesivas pagadas eran independientemente obtenidas de una distri-


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bución de la masa de riesgo. Probablemente este fue el primer ejemplo en el cual se introdujo y, a parte de los trabajos de Erlang en 1909 y de Louis Bachelier en 1900, constituyen un ejemplo pionero importante de la definición y uso de los procesos estocásticos en tiempo-continuo. En la tesis, prueba el Teorema Central del Límite para los procesos, utilizando de forma original la ecuación de futuro para la función de distribución del proceso, es decir, Lundberg introdujo el “proceso de riesgo” que describía el superávit, donde los ingresos eran continuos al tanto dado por la prima y el desembolso era un “proceso de Poisson compuesto”. Para este proceso, consideró la “probabilidad de ruina”, probabilidad de que el resultado fuera negativo, como función del resultado inicial, el tanto de prima y la distribución de la masa de riesgo. Hay una ecuación integral para la probabilidad de ruina, que se utiliza para deducir la famosa “desigualdad de Lundberg”: P(Ruina) < exp(–Ru), donde u es el superávit y R es el “coeficiente de ajuste”, una medida de la dispersión de la distribución de la masa de riesgo. Por otra parte, Harald Cramer (1955) estudió la “Teoría del riesgo” consistente en el análisis matemático de las fluctuaciones aleatorias en las empresas de seguros y discusión de los diversos medios de protección frente a sus efectos adversos.

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Central del Límite, esta suma estará aproximadamente normalmente distribuida si el número de pólizas es lo suficientemente grande y se pudiera obtener los tipos de las sumas aseguradas de todas las pólizas individuales, sería posible obtener los valores aproximados de las diversas probabilidades ligadas a las ganancias o pérdidas de la compañía bajo ciertas condiciones. Respecto a la “Teoría del Riesgo Colectivo” fundada y desarrollada por F. Lundberg en una serie de trabajos (1903/48), el riesgo empresarial de una compañía de seguros se consideraba como un total, como un juego de azar continuo entre la compañía y la totalidad de los accionistas. En el curso de este juego, ciertos sucesos aleatorios: las “reclamaciones” acaecen durante un intervalo de tiempo y tienen que considerarse por la compañía mientras que por parte de la compañía recibe una corriente continua de primas de riesgo de los accionistas. Mediante ciertas hipótesis simplificadoras, es posible estudiar las distribuciones de probabilidad de las variables aleatorias fundamentales asociadas a este juego, tal como el montante total de las reclamaciones que acaecen durante un intervalo de tiempo dado, la ganancia total de la compañía que surge durante el mismo intervalo, etc.

En la “Teoría del riesgo individual”, la ganancia o pérdida de la compañía que surge durante un tiempo dado sobre una póliza se considera una variable aleatoria y el desarrollo matemático de la teoría estaba basado en un estudio de las distribuciones de probabilidad de variables de este tipo. Las ganancias o pérdidas totales de la compañía durante el mismo tiempo será la suma de las variables aleatorias asociadas a las pólizas individuales en vigor en la compañía. De acuerdo con el Teorema

La “Teoría del Riesgo Colectivo”, constituye una parte de la teoría general de los procesos estocásticos, que posteriormente ha tenido un gran desarrollo y ha encontrado un gran número de aplicaciones importantes. Se ha demostrado que se puede presentar desde un punto de vista unificador el de la teoría de los procesos estocásticos. El negocio del riesgo de una Compañía de seguros constituye un caso particular de un proceso estocástico. El proceso de riesgo Y(t) es un proceso estocástico que pertenece a la clase de los procesos estocásticos con incrementos

FIGURA 1. Función muestral del Proceso Y(t), montante de las reclamaciones

FIGURA 2. Función muestral del Proceso X(t), correspondiente a Y(t)

t

t

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Y(t)

Y(t)

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estacionarios e independientes (Fig. 1 y Fig. 2). Para toda función muestral Y(t) la transformación X(t)= p1t – Y(t), proporciona la función muestral correspondiente X(t) que tiene los mismos saltos que Y(t), con signos invertidos y crece linealmente a lo largo de cada intervalo entre dos saltos, siendo el coeficiente angular p1. En el siglo XX, la revista “Astin”, jugó un papel esencial en lo relativo a los métodos financiero-actuariales que se habían aplicado a las operaciones del seguro no-vida (seguro del automóvil, incendios, etc.). Emergió una nueva clase de actuarios: “Actuarios de segunda clase”, donde se dio entrada a las técnicas del pensamiento probabilista: Actuarios vida y Actuarios no-vida. Posteriormente, un nuevo desarrollo dio lugar a la emergencia del Actuario de la tercera clase, grupo de expertos matemáticos que extendieron sus técnicas a lo relativo a la inversión del seguro y Banca. Conviene observar que si los analistas matemáticofinancieros, en el corazón de la tempestad, venían desde hacía tiempo participando en la eclosión teórica, el mundo de los “actuarios” ha permanecido, hasta recientemente, bastante rezagado con respecto a estos problemas financieros. Ahora bien, gracias a alguno de sus pioneros, la comunidad actuarial ha tomado conciencia de la importancia de estos riesgos financieros y sus impactos sobre los modelos financiero-actuariales clásicos y como consecuencia de este movimiento se creó en 1986, en el seno de la Asociación Actuarial Internacional, la sección financiera “Actuarial Approach for Financial Risks” (AFIR), dedicada a estudiar el desarrollo de los métodos actuariales en el campo financiero-estocástico.

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En 1914, se creo el Journal of Swedish Society of Actuaries, celebró el aniversario de cien años en 2014. Hoy se denomina Scandinavian Actuarial Journal (SAJ), un “journal” de las ciencias actuariales de gran prestigio internacional donde han publicado muchos famosos actuarios y matemáticos sus trabajos analizadores y autores.

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rivado dependiente de un título subyacente que no paga dividendos. Utilizaron la ecuación para obtener los valores de las opciones de compra (Call) y opciones de venta (Put) europeas sobre el título. La idea básica para valorar una opción Call europea es construir una cartera compensadora; es decir, una combinación de acciones del título sobre el cual se suscribe la Call de modo que la cartera resultante reproduzca la opción. En cualquier momento, la opción debería valer exactamente lo mismo que la cartera compensadora ya que en otro caso sería posible el “arbitraje”. Basados en este principio llamado “ausencia de arbitraje”, Black y Scholes (1973) obtuvieron la fórmula para determinar el valor de la opción Call europea, extendida por Merton (1973) en una variedad de formas muy significativas. Por este trabajo original Rober C. Merton y Miron S. Scholes fueron galardonados con el Premio Nobel de Economía en 1997. Tan pronto como pensamos respecto a la inversión en términos estocásticos se presentó el gran problema de que: los riesgos de inversión son típicamente dependientes, y por tanto, desequilibrados. La contestación a este problema: como no hay ninguna ley matemática que automáticamente equilibre el riesgo de inversión implicó crear nuevos instrumentos artificiales para este fin: los mercados de las opciones call, put y futuros. Por tal motivo se crearon técnicas avanzadas. La base estadístico matemática debía sustancialmente ampliarse para los profesionales de la tercera clase, economistas financiero-actuariales, con nociones como la teoría de los proceso estocásticos, integración estocástica, Fórmula de Itô, Fórmula de Black-Scholes, etc. En resumidas cuentas, dar entrada al cálculo estocástico. Nueva clase de especialistas en las aplicaciones del “cálculo estocástico”.

El SAJ es un “journal” dedicado a las ciencias actuariales donde se publica todo lo relativo a métodos para el seguro y tópicos de específica relevancia relacionados con las aplicaciones actuariales. El “journal” publica artículos de matemáticas del seguro con una base teórica en la teoría de la probabilidad, estadística, investigación operativa, análisis numérico, ciencias del “computer”, demografía, economía matemática y cualquier área de las matemáticas aplicadas.

El término “estocástico” significa “el arte de suponer”. En primer lugar fue utilizado por Jacob Bernoulli en su libro “Ars Conjuctandi” en 1773 en el que probó la primera ley de los grandes números. Stochastic modern day, es un dominio de las matemáticas aplicadas. Comprende, (entre otras, la Teoría de la Probabilidad, los Procesos Estocástico y la Estadística). Se utiliza para examinar los sucesos aleatorios, desarrollos temporales, y estructuras especiales tratando de encontrar las regularidades posibles. Los métodos estocásticos son aplicables a todas las disciplinas científicas, obteniéndose ventajas del comportamiento mediante los computadores modernos. Lo estocástico ha llegado a ser un instrumento inestimable para las ciencias naturales, desarrollo tecnológico y particularmente para la economía.

La segunda revolución financiera está relacionada con la explicación en el mercado de los “títulos derivados”. El trabajo inicial fue realizado por Fisher Black y Scholes en los años 70, mediante la deducción de una ecuación diferencial que debía satisfacer el precio de un título de-

El cálculo que estudiamos en los primeros cursos de matemáticas nos proporciona los instrumentos analíticos para las funciones deterministas. Ahora bien, cuando modelamos la incertidumbre futura de un objeto, por ejemplo, el precio de un título o los tantos de interés a lo largo del


tiempo, estos son aleatorios en cualquier momento considerado, por tanto, son llamados procesos estocásticos. El cálculo estocástico es el instrumento analítico adecuado para los procesos estocásticos. Entonces, con tales instrumentos, podemos predecir el comportamiento futuro de estos aspectos y cuantificar los riesgos asociados a ellos. Esto es por lo que tiene gran importancia. La Teoría de los Procesos Estocásticos, estudia los acontecimientos aleatorios asociados al tiempo regidos por las leyes de probabilidad. El cálculo estocástico se refiere a una clase específica de procesos estocásticos que son estocásticamente integrables y frecuentemente expresados como soluciones de ecuaciones diferenciales estocásticas. Las primeras aplicaciones financieras de los procesos estocásticos, aparte de lo mencionado relativo a Lunberg y Cramer, datan de 1900 cuando el matemático francés Louis Bachelier aplicó un proceso estocástico especial llamado movimiento Browniano o proceso de Wiener para describir los precios de los títulos en su tesis doctoral. En 1892 Louis Bachelier llegó a París para continuar su educación universitaria en la Universidad de la Sorbona. Allí tuvo un insigne cuadro de profesores: Paul Apell, Joseph Bousiness y Henri Poincaré. El desarrollo como científico fue bastante rápido y escribió su interesante tesis “Teoría de la Especulación” sobre la aplicación de la Teoría de la probabilidad a los mercados de títulos. Este se considera ahora históricamente el primer intento de utilizar las matemáticas avanzadas en la matemática financiero-actuarial y testimoniar la introducción del movimiento Browniano. De acuerdo con la tradición de la época, también defendió una segunda tesis sobre una materia elegida por la universidad sobre la mecánica de fluidos. Su título refleja el bagaje educativo de L. Bachelier “La resistencia de una masa líquida indefinida dotada de fricciones interiores regidas por las fórmulas de Navier, a los pequeños movimientos variados de traslación de una esfera sólida, sumergida en una masa y adherente a la capa fluida que la contacta”. La primera parte de la tesis de Louis Bachelier, “Teoría de la Especulación”, contiene una descripción detallada de los productos disponibles en aquel momento en el mercado de títulos en Francia, tales como los contratos a plazo (forward) y las opciones. Sus especificaciones fueron completamente diferentes de los productos correspondientes en el mercado americano; por ejemplo, todos los pagos estaban relacionados con una fecha dada y no se tenía necesidad de pensar en el descuento o cambio de numerario. Después de los preliminares financieros, Louis

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Bachelier comenzó con la modelación matemática de los movimientos y fórmulas de los precios de los títulos, el principio de que “La esperanza del especulador fuera nula”. Obviamente, interpretaba mediante la esperanza condicionada dada por la información pasada. Es decir, implícitamente aceptaba como axioma que el mercado valoraba los activos utilizando una medida, la “martingala”. La hipótesis posterior era que el precio evolucionaba como un proceso de Markov continuo, homogéneo en el espacio y el tiempo. Louis Bachelier demostró que la densidad de las distribuciones unidimensionales de este proceso satisfacía la relación, ahora conocida como la ecuación Chapman-Kolmogorov y observó que la densidad Gaussiana con la varianza lineal creciente resolvía esta ecuación. La cuestión de la unicidad no se discutía pero Louis Bachelier proporcionó algunos argumentos para confirmar esta conclusión. Llegó a la misma ley considerando el proceso de los precios como límite de las trayectorias aleatorias. Louis Bachelier también observó que la familia de funciones de distribución de los procesos satisfacía la ecuación del calor. El modelo se aplicó para calcular algunos precios de las opciones. Teniendo en cuenta las opciones americanas y dependientes de la trayectoria, Louis Bachelier calculó la probabilidad de que el movimiento Browniano no excediera un nivel fijo y obtuvo la distribución del supremum del movimiento Browniano. La tesis de Louis Bachelier se puede considerar como el origen de la “financiera matemática moderna” y de varias ramas importantes del cálculo estocástico tal como la teoría del movimiento Browniano, procesos de Markov (1856-1922), procesos de difusión e incluso de la convergencia en los espacios funcionales. Evidentemente, el razonamiento no fue riguroso pero a nivel intuitivo básicamente correcto. Esto es realmente asombroso, ya que a comienzos del siglo XX los fundamentos matemáticos de la probabilidad no existían. A. Markov comenzó sus estudios sobre lo que ahora llamamos cadenas de Markov en 1906 y el concepto de esperanzas condicionadas con respecto a una variable arbitraria o -álgebra fueron desarrollados en 1930. El informe de Henri Poincare, firmado por P. Apell y J. Bousssines, tribunal que juzgó la tesis de Louis Bachelier, contiene un profundo análisis no solamente de los resultados matemáticos sino también una penetración en las leyes de mercado. En contraste con la leyenda de que la nota de evaluación “honorable” significaba algo como que los examinadores fueron escépticos respecto a la tesis, esta parece que fue la nota más alta que podía habérsele reconocido a una tesis que estaba esencialmente fuera de las matemáticas y que tenía algunos argumentos lejos de ser rigurosos. La nota de “excelente” usualmente se asignaba a memorias que contenían la

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vestigaciones de A. Kolmogorov relativas a los procesos temporales continuos.

Creemos que el informe mostraba que H. Poincare era un lector atento y benévolo y su moderada crítica fue positiva. La crítica que expresó fue que Louis Bachelier no estudiaba con detalle la relación descubierta de los procesos estocásticos con las ecuaciones en derivadas parciales, podía interpretarse que fue realmente intrigado, viendo allí ulteriores perspectivas. El informe de Poincare y la conclusión fue publicar la tesis en las revistas prestigiosas de aquel tiempo, contradecía lo que algunos consideraron como la decepción de “honorable”. Se podía conjeturar que Louis Bachelier no fue galardonado con la nota de “muy honorable” debido a una presentación más débil de su segunda tesis (pero el correspondiente informe de P. Appell fue muy positivo).

A partir de la tesis de Louis Bachelier surgió el nuevo nacimiento de los procesos estocásticos y, por otra parte, la estrategia de tiempo continuo para la cobertura de riesgos financieros.

No es necesario decir que las ideas innovadoras de Louis Bachelier estuvieron por encima del nivel prevaleciente en la teoría financiera existente en aquella época, lo cual fue ciertamente percibido.

La teoría del cálculo estocástico, desarrollada principalmente durante la pasada mitad del siglo XX, sitúa la cuestión para un tratamiento unificado de una amplia clase de problemas relacionados con la predicción del desarrollo futuro de un tratado de seguros, cartera o empresa sobre la base de su historia pasada. Variaciones adecuadas del teorema muestral opcional de Doob y la regla de la cadena para semimartingalas (la fórmula de Itô generalizada) junto con la descomposición de Doob-Meyer y algunos otros aspectos básicos en la teoría de las martingalas producen integrales, diferenciales o ecuaciones integro-diferenciales para distribuciones de probabilidad y momentos de valores actuales, probabilidad de ruina y otras funciones de interés práctico. El enfoque opera con modelos suficientemente elaborados como para representar realidades complejas que se adapten al riesgo de responsabilidad y al riesgo del activo. Su potencial se demuestra mediante ejemplos en el seguro de vida, seguro no-vida, teoría del riesgo actuarial y economía financiera, la revelación es que los actuarios de todas las clases: primera, segunda y tercera (vida, no-vida y financiera), se unificaron debido a la revolución que significó el “cálculo estocástico” y quedaron eliminadas la fronteras entre las distintas clases de actuarios.

Desde 1980 se ha comprobado la explosión de los modelos matemático financieros junto con los productos financieros, todos a su vez llegados a ser más complejos.

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solución al cambiante problema en una disciplina matemática bien establecida.

Los notables resultados obtenidos por Louis Bachelier en su tesis sobre la “Teoría de la Especulación” en 1900 permanecieron en una especie de “limbo científico” durante más de 75 años, hasta que el célebre economista, premio Nóbel Paul Samuelson influenciado por el insigne profesor de estadística William Feller, corrigió a Louis Bachelier, en 1965, reemplazando el movimiento Browniano (aritmético) por su exponencial (geométrico), evitando así obtener como resultados valores negativos del modelo, luego comenzó a jugar un papel esencial en el cálculo de los precios de las opciones mediante la famosa fórmula de Black-Scholes en 1973.

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Toda esta tecnología existe debido a que algunos conceptos matemáticos financieros simples y universales han permitido construir una “Teoría matemática financiera de las leyes de los mercados” basada en principios tales como que los precios de un activo a lo largo del tiempo tienen la estructura probabilista de un juego equitativo, es decir, una “martingala”. A partir de este concepto, poco a poco, se ha ido construyendo toda la teoría de los procesos estocásticos, pilar sobre el cual se ha desarrollado la “Teoría Matemática del Arbitraje” por Delbaen y Schahermayor en 1994. Desde comienzos de 1990, la matemática y particularmente la teoría de la probabilidad han jugado un papel creciente, en general y particularmente, en el campo económico financiero actuarial, influenciado por las in-

Aunque Louis Bachelier estableció en su tesis la conexión entre el precio de los instrumentos financieros y algunos cálculos de probabilidad relativos a ciertos procesos estocásticos, el problema de la cobertura correspondiente al riesgo fue resuelto mediante los trabajos de Black/Scholes/Merton en 1973. En aquella época la idea de diversificación estaba vigente debido a los trabajos pioneros de Markowitz en 1952 (Nóbel de Economía en 1990) relativos a la optimización de la cartera.

La teoría del cálculo estocástico, desarrollada principalmente durante la pasada mitad del siglo XX, sitúa la cuestión para un tratamiento unificado de una amplia clase de problemas relacionados con la predicción del desarrollo futuro de un tratado de seguros, cartera o empresa sobre la base de su historia pasada


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especto a las relaciones del “Cálculo Clásico” con el “Cálculo Estocástico” procede hacer la siguientes consideraciones.

Si X:[0,] → R es una función real X(t) = Xt. Por ejemplo, la función Xt puede representar la velocidad de un cuerpo sólido dependiente del tiempo t. También Xt puede representar el precio de un título a lo largo del tiempo, “diagrama” del título X. Ahora bien, hay una diferencia fundamental entre las dos interpretaciones. En el primer caso, X como función de t es una función “suave” no solamente continua, sino también diferenciable. Para esta clase de funciones se aplican los instrumentos conocidos del cálculo clásico. Utilizando la notación X: =

dXt dt

para la derivada de Xt con respecto al tiempo t, la relación básica entre la derivación e integración se puede establecer como Xt = X0 +0 Xsds, t

o bien, dXt = Xtdt. Si F  C2(R) es una función real continuamente diferenciable dos veces sobre la recta real R. Entonces la fórmula de Taylor establece: 1 f(Xt) = F(Xt+t) – F(Xt) = F’(Xt)Xt + F’’(Xt)(Xt)2 2 con Xt = Xt+t – Xt y cierto �t  [t,t + t] Tomando límites cuando t → 0, obtenemos dF(Xt) = F’(Xt)dXt o también, F(Xt) = F(X0) + 0 F’(Xs)dXs t

puesto que para una función suave Xt, Xt → dXt = Xtdt t → 0 y los términos de orden superior (dt)2 son despreciables. Ahora bien, esta relación clásica no es aplicable para algunas de las funciones reales que se presentan en la Matemática Financiera. Cuando el matemático alemán

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Weierstrass construyó en el siglo XIX una función real continua, pero no diferenciable en ninguna parte, esto se consideró como una curiosidad matemática. Desgraciadamente, esta “curiosidad” está en el corazón de la Matemática Financiera. Los gráficos de los tantos de cambio, de los tantos de interés y de los activos líquidos son prácticamente continuos, como los disponibles hoy en día que presentan datos de alta frecuencia, pero son de variación ilimitada en todo el intervalo de tiempo. En particular, No son diferenciables en ninguna parte. Por tanto, el Cálculo Clásico necesita una extensión a funciones de variación no acotada, tema estudiado por los matemáticos durante mucho tiempo. Este déficit se cubrió mediante el desarrollo del “Cálculo Estocástico” que se puede considerar como la teoría de la diferenciación e integración de los procesos estocásticos. Existen numerosos libros recientemente publicados que desarrollan ampliamente el cálculo estocástico con énfasis sobre las aplicaciones a los mercados financieros a diferentes niveles de sofisticación matemática, por ejemplo Föllmer y Schied (2010). ¿Qué extensión del cálculo clásico se necesita para las funciones reales de variación ilimitada? Simplemente, cuando al desarrollar la diferencial dF(Xt), el segundo término de la fórmula de Taylor no se puede despreciar, puesto que el término (Xt)2, la variación cuadrática de Xt, no desaparece para t → 0. Por tanto, para las funciones de variación no acotada, la diferencial es de la forma: (1) dF(Xt) = F’(Xt)dXt +

1 F’’(t)(dXt)2 2

o bien, de forma explícita (2) F(Xt) = F(X0) + 0 F’(Xs)dXs + t

1 2

 F’’(X )(dX ) t 0

2

s

s

donde (dXt)2 es la variación cuadrática infinitésimal de X. Esta no fue, la nuevamente aparición del segundo término, lo que creó la principal dificultad para desarrollar el Cálculo Estocástico. Para funciones de variación cuadrática finita este término F’’ es una integral bien definida Lebesgue-Stieltjes. El cambio real consistió en dar un significado preciso a la primera integral donde tanto el argumento del integrando y del integrador son de variación no-acotada sobre todo el intervalo de tiempo, arbitrariamente pequeño. Esta cuestión fue resuelta en primer lugar por Itô, de ahí el nombre de la “fórmula de Itô” para la relación (1) y la integral de Itô para la primera integral de la (2). Kiyosi Itô (1915-2008), es conocido como el creador de la teoría matemática moderna del análisis estocástico. El análisis de Itô es indispensable como instrumento que permanecerá en el futuro ampliamente

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RELACIONES DEL CÁLCULO CLÁSICO CON EL CÁLCULO ESTOCÁSTICO

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usado en campos tan diversos como la economía, la física, ingeniería y biología. Quizá el campo de aplicación más espectacular actualmente es en economía y financiera. En realidad, el Premio Nobel en Economía de 1997 fue concedido a Black, Roberto Merton y Myron Scholes por su deducción de la célebre fórmula de valoración de opciones utilizando el cálculo estocástico. Por otra parte, utilizando el enfoque a lo largo de una trayectoria de Föllmer, se puede deducir la fórmula de Itô y la integral de Itô sin recurrir a la teoría de la probabilidad. Observando un proceso estocástico “paso a paso”, se puede dar un significado preciso a las expresiones (1) y (2) utilizando solamente instrumentos elementales del análisis real clásico. Solamente se necesita la teoría de la probabilidad posteriormente, cuando consideramos la acción recíproca de todas las trayectorias de los procesos estocásticos como difusiones y semimartingalas. El Lema de Itô

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donde dXt(j) dXt(k) están definidos por (10) dt2 = 0 (11) dtdWt = 0 (12) dWt = dt Observemos que todos los procesos Itô aquí están definidos por el mismo movimiento Browniano. Una consecuencia importante del Lema de Itô es una regla producto para los procesos de Itô; si f(x, y) = xy, entonces tenemos: Si Xt e Yt son procesos Itô, entonces (13) d(XtYt) = XtdYt + YtdXt + dXtdYt Observemos que esto generaliza la regla de Leibniz del cálculo ordinario, introduciendo un tercer término.

Si Xt es un proceso de Itô que satisface (3) dXt = (t, Xt)dt + (t, Xt)dWt y f(t, x) es una función dos veces diferenciable, entonces tenemos que f(t, Xt) es un proceso de Itô y que (4) d(f (Xt , t)) =

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af 1 (X , t)dt + f’ X(Xt, t)dXt + f’’ XX(Xt , t)dXt2 at t 2

Sobre este tema se podrían consultar: Itô (1951), Gikman y Skorokhod (1969), Arnold (1974), o bien Malliaris y Brock (1982). CUESTIONES PRÁCTICAS Ejemplo 1

donde dX2 está definido por Sea una función del proceso de Wiener estándar Wt dada por

(5) dt2 = 0 (6) dtdW = 0

(14) F(Wt , t) = Wt2

(7) dW2 = dt

Se pide aplicar la fórmula de Itô a esta función.

Observemos que la regla de la multiplicación final es la crucial que da el término complementario. Un argumento análogo, nos proporciona una regla cuando tenemos varios procesos Itô basados en el mismo movimiento Browniano. En efecto, sean Xt(j) un proceso de Itô para cada j que satisface

Solución: Teniendo en cuenta que Wt tiene un parámetro de tendencia 0 y un parámetro de difusión 1. Aplicamos la fórmula de Itô a la función: (15) dFt =

1 [2dt] + 2WtdWt 2

actuarios

o bien,

56

(8) dXt(j) = j (t, Xt)dt + j (t, Xt)dWt y sea f(t, X1,..., Xn) una función doblemente diferenciable, entonces tenemos que f(t, Xt(1), Xt(2),..., Xt(n)) es un proceso Itô y que n

(9) d (f (t, Xt(1), Xt(2))) = 1 2

n

j,k = 1

f dt + dXt(j) + t j=1

f dX (j) dX (k) t t xjxk

(16) dFt = dt + 2WtdWt Entonces, en este caso, la fórmula de Itô resulta una ecuación diferencial estocástica que tiene de coeficiente de tendencia a (17) (lt , t) = 1 y coeficiente de difusión


DOSSIER

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(18) (lt , t) = 2Wt Por tanto, la tendencia es constante y la difusión depende del conjunto de información lt

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Puesto que el valor inicial de la variable es 5, la distribución de probabilidad del valor de la variable al final del año 6º sería (20,75): Ejemplo 4

Ejemplo 2 Aplicar la fórmula de Itô a la función (19) F(Wt , t) = 3 + t + eWt

Sea G una función del precio de un título S y del tiempo. Si s y g son las volatilidades de S y G. Demostrar que cuando el rendimiento esperado de S crece en s, el tanto de crecimiento de G crece en g, donde  es una constante.

Solución: Obtenemos 1 Wt e dt 2

Agrupando:

[

(21) dFt = 1 +

]

1 Wt e dt + eWt dWt 2

En este caso, obtenemos una ecuación diferencial estocástica para con tendencia -dependiente y término de difusión:

[

a(lt , t) = 1 +

1 Wt e 2

]

Solución: Teniendo en cuenta el Lema de Itô: g G =

g S S s

También la tendencia de G es G=

1 g g S + + 2 S t

2g 2 2  S S2

donde  es el rendimiento esperado del título. Cuando  crece en S, la tendencia de G crece en G SS S

y

Por tanto, el tanto de crecimiento de G, crece en G.

(lt , t) = eWt

Ejemplo 5

Ejemplo 3 Sea una variable aleatoria S que sigue el proceso dS = dt + dz. Durante los tres primeros años  = 2 y  = 3; durante los tres años siguientes  = 3 y  = 4. Si el valor inicial de la variable es 5 ¿Cuál es la distribución de probabilidad del valor de la variable al final del año 6? Solución: El cambio en S durante los tres primeros años tiene la distribución de probabilidad (2 x 3,9 x 3) = (6,27) El cambio durante los tres años siguientes tiene la distribución de probabilidad (3 x 3,16 x 3) = (9,48) El cambio durante los 6 años es la suma de una variable con distribución de probabilidad (6,27) y una variable con distribución de probabilidad (9,48). La distribución de probabilidad del cambio es, por tanto

Los títulos A y B siguen el movimiento Browniano geométrico. Los cambios en cada intervalo de tiempo están incorrelados entre sí. ¿Siguen el movimiento Browniano geométrico el valor de una cartera que consta de un título A y un título B? Justifica la contestación. Solución: Sean SA, A yA el precio del título, el rendimiento esperado y la volatilidad del título A. Sean SB, B yB, el precio del título, el rendimiento esperado y la volatilidad del título B. Definimos por SA y SB como el cambio en SA y SB en el momento t. Puesto que cada uno de los títulos sigue un movimiento Browniano geométrico SA = A SA t + A SA A t SB = B SB t + B SB B t donde A y B son muestras aleatorias independientes de una distribución normal, SA + SB = [(A)] SA + B SB)t + (A SA A + B SB B) t Esto no se puede escribir como

(6 + 9,27 + 48) = (15,75) SA + SB = (SA + SB)t + (SA + SB) t

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(20) dFt = dt + eWt dWt +

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DOSSIER

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Para cualesquiera constantes . (Ni el término tendencia ni el término estocástico se corresponde). Por tanto, el valor de la cartera no sigue el movimiento Browniano. CONCLUSIONES

D

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espués de haber realizado una revisión de los métodos cuantitativos a lo largo del tiempo, se hace referencia al “Cálculo Estocástico versus Cálculo Clásico”, observando que la relación clásica ya no es aplicable para las funciones reales que se presentan con frecuencia en la Matemática Financiera. Cuando en el siglo XIX el matemático alemán Karl Weierstrass (1815-1897), a quien se le solía citar como el padre del Análisis Matemático, construyó la célebre “Función de Weierstrass”, real continua pero no diferenciable (nowhere differenttiable), esto se consideró entonces como una “curiosidad matemática”. Ahora bien, esta curiosidad se encuentra en el centro de la Matemática Financiera. Las representaciones de los tantos de cambio, de los tantos de interés, etc., son prácticamente los datos de alta frecuencia disponibles hoy día. Pero son de “variación No acotada” en todo el intervalo de tiempo considerado. En particular, no son diferenciables, por tanto, la función de Weierstrass representa un posible gráfico financiero. Debido a tal circunstancia, el cálculo financiero ha necesitado una extensión para las funciones de variación no acotadas, tarea estudiada durante mucho tiempo por los matemáticos. Esta laguna, se ha cubierto mediante la creación y el desarrollo práctico del “Cálculo Estocástico (de Itô)”, que se puede considerar como la “Teoría de la Diferenciación e Integración de los Procesos Estocásticos”

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS n Baxter,

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Consulta a la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones. Seguros de daños sobre inmuebles vinculados a préstamos hipotecarios Isabel Casares San José-Martí Presidenta de Casares, Asesoría Actuarial y de Riesgos, S.L.

A continuación se presenta la consulta realizada a la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones respecto a los seguros de daños sobre inmuebles vinculados a préstamos hipotecarios y la contestación dada por dicho Organismo de Control.

Resumen

1º. La obligatoriedad de contratar un seguro de daños sobre inmuebles cuando se suscribe un préstamo hipotecario. 2º. La posibilidad, por parte de la entidad de crédito concedente del préstamo, de fijar la suma asegurada del contrato de seguro. 3º. Los derechos de los acreedores hipotecarios sobre las indemnizaciones que correspondan al propietario por razón de los bienes hipotecados. 4º. La suscripción y la posibilidad de cancelación de los seguros de daños sobre inmuebles a prima única vinculados a préstamos hipotecarios. Contestación a la consulta 1º. Cuando se suscribe un préstamo con garantía hipotecaria no existe obligación legal para el prestatario de contratar un seguro. Sin embargo, las entidades de crédito muy frecuentemente supeditan la concesión del préstamo a la contratación de un seguro de daños o, con carácter más general, de un seguro multirriesgo del hogar. Esto es debido a que si el inmueble que actúa como garantía de cobro para la entidad prestamista se destruyese, dicha garantía desaparecería. La existencia de un seguro de daños sobre el bien evita esta situación y permite a la entidad de crédito ofrecer condiciones económicas más ventajosas en sus préstamos.

En este sentido, el artículo 1877 del Código Civil dispone que la hipoteca se extienda, entre otros supuestos, al importe de las indemnizaciones concedidas o debidas al propietario por los aseguradores de los bienes hipotecados. Igualmente el artículo 110.2 de la Ley Hipotecaria extiende la hipoteca, aunque no se mencione en el contrato, a las indemnizaciones concedidas o debidas al propietario de los inmuebles hipotecados por razón de estos, siempre que el siniestro o hecho que las motivare haya tenido lugar después de la constitución de la hipoteca. Además, las condiciones económicas que una entidad de crédito puede ofrecer en un préstamo concreto están en función del riesgo que soporte con la operación, y dicho riesgo depende tanto de las características del deudor y de la garantía, como de las condiciones en que los préstamos se pueden transmitir o financiar por parte de la entidad de crédito. En relación con esta última cuestión, la Ley 2/1981, de 25 de marzo, de Regulación del Mercado Hipotecario, dispone en su artículo 8 que “Los bienes hipotecados habrán de estar asegurados contra daños por el valor de tasación, en las condiciones que reglamentariamente se determinen”. El Real Decreto 716/2009, de 24 de abril, por el que se desarrollan determinados aspectos de la Ley 2/1981, de 25 de marzo, de regulación del mercado hipotecario y otras normas del sistema hipotecario y financiero, dispone en su artículo 10.1: “1. Los bienes sobre los que se constituya la garantía hipotecaria deberán contar con un seguro contra daños adecuado a la naturaleza de los mismos. Los riesgos cubiertos deberán ser, al menos, los incluidos en los ramos de seguro 8 y 9 del art. 6.1 del Real Decreto Legislativo 6/2004, de 29 de octubre, por el que se aprueba el texto refundido de la Ley de ordenación y supervisión de los seguros privados, con excepción del robo. La suma asegurada deberá coincidir con el valor de tasación del

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S

e consulta sobre las características de los seguros de daños sobre inmuebles vinculados a la concesión de préstamos hipotecarios, concretamente sobre:

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LA ADMINISTRACIÓN CONTESTA bien asegurado excluido el valor de los bienes no asegurables por naturaleza, en particular el suelo.” Ahora bien, estas disposiciones son de aplicación, tal como dispone el artículo 1 de la Ley 2/1981 a “todos los títulos que en ella se regulan y que se emitan en territorio español”, lo que significa que únicamente se aplica a los títulos hipotecarios que se hayan emitido de conformidad con la normativa del mercado hipotecario. Con base en lo expuesto, cabe concluir que la legislación vigente no impone con carácter general y de forma directa al deudor de un préstamo hipotecario la obligación de contratar seguros sobre el inmueble hipotecado. La normativa reguladora del mercado hipotecario establece determinados requisitos para que las entidades financieras puedan emitir títulos en el citado mercado. Por tanto, si una entidad de crédito desea emitir cédulas o bonos hipotecarios con base en los préstamos con garantía hipotecaria concedidos a propietarios de inmuebles hipotecados puede condicionar la concesión del préstamo a que el deudor se comprometa a suscribir un seguro de daños para el citado inmueble, pero, en todo caso, la obligación para el deudor tendrá siempre carácter contractual y no legal.

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guradora pagase la indemnización a cualquier otra persona se produciría un enriquecimiento injusto puesto que dicha persona no ha sufrido menoscabo o quebranto económico. En un seguro de daños no se puede decir estrictamente que exista la figura del beneficiario como elemento personal totalmente independiente del asegurado; no obstante, se puede admitir que en un seguro de daños aparezca la figura del beneficiario, siempre y cuando coincida con el asegurado, en el sentido de que es la persona a la que se abonaría la indemnización en caso de siniestro. Cuestión diferente es la que se refiere a los especiales derechos que la Ley de Contrato de Seguro, reconoce al acreedor hipotecario (por lo que aquí se refiere, la entidad de crédito que concede el préstamo) sobre la indemnización que corresponda al propietario por razón de los bienes hipotecados. Estos derechos del acreedor hipotecario se regulan en los artículos 40 a 42 de la Ley de Contrato de Seguro. El artículo 40 indica el alcance del derecho del acreedor sobre la indemnización, el artículo 41 prevé las consecuencias para el acreedor hipotecario de la extinción del contrato de seguro, y el artículo 42 regula el derecho del acreedor en el caso de la reconstrucción del bien siniestrado. Del contenido de esos artículos se deduce lo siguiente:

2º. Las entidades de crédito pueden supeditar la concesión de un préstamo tanto a la contratación, por parte del deudor, de un seguro contra daños sobre el bien hipotecado, como a que la suma asegurada del mismo coincida con el valor de tasación del bien asegurado, excluidos los elementos no asegurables por naturaleza, en particular el suelo. En relación con esta última cuestión, el valor del suelo no debe formar parte de la suma asegurada, puesto que es un elemento no asegurable por naturaleza, dado que no se destruye ni pierde valor por la ocurrencia de los siniestros que se cubren en las pólizas de daños.

En el caso de que la suma asegurada supere notablemente el valor interés asegurado, es decir el valor del vuelo, el tomador del seguro puede exigir la reducción de la suma asegurada y de la prima, debiendo el asegurador restituir el exceso de las primas percibidas.

• Los acreedores hipotecarios tienen un derecho sobre la indemnización en caso de destrucción del bien hipotecado, puesto que de no ser así el acreedor no podría hacer efectivo su derecho de garantía en caso de siniestro. Por eso, la ley obliga al tomador o al asegurado a comunicar a la aseguradora la existencia o la constitución de la hipoteca sobre dicho bien. • En caso de siniestro, la aseguradora tendrá que solicitar el consentimiento del acreedor hipotecario para poder pagar la indemnización al asegurado. Pasados tres meses de dicha solicitud sin oposición por parte del mismo, se presume dicho consentimiento. En caso de que no se llegue a un acuerdo entre el titular de la garantía hipotecaria y el asegurado, la indemnización habrá de ser consignada. • El asegurador debe comunicar al acreedor hipotecario la extinción del contrato de seguro o el impago de la prima. La extinción del contrato de seguro no es oponible frente al acreedor hipotecario hasta que transcurra un mes desde que se le comunicó el hecho que motivó la extinción; además, el acreedor hipotecario, para proteger su derecho, puede abonar la prima impagada, aún frente a la oposición del tomador o del asegurado.

3º. Los seguros de daños sobre inmuebles y, en general, los seguros multirriesgos del hogar tienen un carácter plenamente indemnizatorio, es decir, solamente tiene derecho a percibir la indemnización el propietario del bien asegurado, como titular del interés, debido a que si la entidad ase-

Por tanto, de estas previsiones legales se deduce que el acreedor hipotecario no tiene la condición de un “beneficiario” con derecho propio a cobrar la indemnización correspondiente al siniestro del bien inmueble. Lo que le reconoce la Ley es el derecho a que la garantía real que pesa sobre el

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El artículo 26 de la Ley 50/1980, de 8 de octubre, de contrato de seguro establece la prohibición de enriquecimiento injusto para el asegurado, es decir que en caso de siniestro la indemnización no podrá superar el daño efectivamente producido; lo que implica que el valor del suelo no es indemnizable aunque la suma asegurada comprendiese tanto el valor de la construcción, o vuelo, como el del suelo.

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inmueble se extienda a la indemnización, pero dicha indemnización únicamente debe ser entregada al titular del bien asegurado, es decir, a su propietario. No obstante lo anterior, en la práctica hay contratos de seguro de daños en los que se estipula que el acreedor hipotecario es beneficiario del seguro o que el propietario del bien cede sus derechos sobre la indemnización a la entidad de crédito, o cualquier otra cláusula que implique la concesión de derechos al acreedor hipotecario superiores a los que les atribuye la Ley de Contrato de Seguro. El Servicio de Reclamaciones de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones considera que este tipo de cláusulas son contrarias a los artículos 40 y 42 de la Ley 50/1980, de 8 de octubre, de contrato de seguro; en consecuencia las citadas cláusulas se consideran nulas y se tendrán por no puestas.

No obstante, el Servicio de Reclamaciones considera que las entidades aseguradoras deberían ofrecer al tomador la posibilidad de elegir entre ambas modalidades de seguro, a prima única o temporal anual renovable. En consecuencia, se considera la imposición por parte de la entidad aseguradora de un seguro a prima única al tomador inadecuada y contraria a las buenas prácticas y usos en el ámbito de los seguros privados, de acuerdo con la competencia reconocida por el artículo 62 Texto Refundido de la Ley de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados, y en el artículo 6 del Reglamento de los Comisionados para la Defensa del Cliente de Servicios Financieros. Un seguro a prima única supone que en el contrato de seguro se pacta la duración del mismo y se paga anticipadamente la prima por todo el periodo. Al tratarse de un seguro de daños, de acuerdo con el artículo 22 de la Ley 50/1980, de 8 de octubre, de contrato de seguro, en la póliza no podrá establecerse un plazo superior a diez años, sin perjuicio de que puedan establecerse prórrogas de duración anual o inferior. En los seguros a prima única se suscribe un único contrato por un periodo de n años, lo que significa que ambas partes contratantes convienen dicha duración, por tanto ninguna de ellas puede resolver el contrato de forma unilateral, salvo que tal posibilidad esté prevista en la póliza. En el caso de que el tomador desee finalizar el contrato, la entidad aseguradora no tiene obligación de aceptar la resolución del contrato de seguro, ni de devolverle la parte de prima única no consumida. Sin embargo, se produce una excepción a este principio en los seguros asociados a préstamos en caso de que en la póliza no se regule qué sucede en caso de cancelación anticipada del préstamo.

Las pólizas de los seguros asociados a préstamos pueden incluir cláusulas que determinen qué sucede en caso de cancelación anticipada del mismo, por lo que habrá que estar a lo que se determine en las mismas. En este sentido, dichas pólizas pueden establecer que, en caso de cancelación anticipada del préstamo, se resuelva el contrato y se devuelva la parte de la prima no consumida o que el seguro continúe y siga otorgando la cobertura de los riesgos hasta su vencimiento. De acuerdo con las buenas prácticas y usos en el ámbito de los seguros privados, cuando el tomador desee finalizar un seguro a prima única asociado a la concesión del préstamo, por haber cancelado el préstamo hipotecario al que iba ligado y no existir ya riesgo de impago para la entidad de crédito, la aseguradora, (en el caso de que en el contrato no se establezca qué es lo que sucede en caso de cancelación anticipada del préstamo), deberá resolver el contrato y devolverle la prima correspondiente al tiempo de cobertura no transcurrido. En este caso el interés de la entidad de crédito en el seguro decae; sin embargo, si el tomador no puede resolver el contrato y no se le devuelve la parte de prima única no consumida, se produciría un perjuicio injustificado, que supone una actuación contraria a las exigencias del equilibrio y de la buena fe contractual, y a lo dispuesto en el artículo 1258 del Código Civil: “Los contratos se perfeccionan por el mero consentimiento, y desde entonces obligan, no sólo al cumplimiento de lo expresamente pactado, sino también a todas las consecuencias que, según su naturaleza, sean conformes a la buena fe, al uso y la ley”. Con base en cuanto antecede el servicio de reclamaciones de la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones considera esta actuación inadecuada y contraria a las buenas prácticas y usos en el ámbito de los seguros privados, de acuerdo con la competencia reconocida por el artículo 62 Texto Refundido de la Ley de Ordenación y Supervisión de los Seguros Privados, y en el artículo 6 del Reglamento de los Comisionados para la Defensa del Cliente de Servicios Financieros.

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4º. Las entidades aseguradoras suelen comercializar los seguros de daños sobre inmuebles como seguros de carácter temporal anual renovable o como seguros de duración plurianual a prima única, ambas opciones se consideran válidas.

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ENTREVISTA Juan Antonio Echevarría Muñoz y Almudena Echevarría Martínez

¿Qué motivos te llevaron a ser actuario? J.A.E.M.: Sinceramente en un principio no pensé en estudiar Ciencias Actuariales, pero al llegar a tercer curso de Ciencias económicas, y debido a las mejores expectativas de futuro laboral y económicas del Actuario, unido a la tradición, pues mi padre era Actuario me decidí por ello, con lo que además recibía los dos títulos. Con mis dos hijas Actuarios, somos la tercera generación familiar de esta profesión.

A.E.M.: Actuario es una palabra que a muchos les resulta desconocida, en mi caso es algo que conozco de toda la vida. Cuando terminé ADE y decidí especializarme los dos puntos que me hicieron decantarme por esta profesión fueron su contenido y las buenas expectativas laborales.

¿Qué actividades realizas además de la de actuario? J.A.E.M.: En la actualidad estoy jubilado, pero he trabajado como Actuario, como Reasegurador de Vida, dirigiendo una Compañía de vida y otra de seguros Generales, y esporádicamente después de mi pre jubilación en la confección de Notas técnicas, valoraciones de Compañías y carteras, auditoria de Reservas Técnicas y peritaciones judiciales. Aparte de eso, otras actividades no ligadas a la profesión, son de ocio o deportes, esquí, sigo montando en moto, caza y especialmente cultivando una pequeña finca en la que tengo naranjos y un huerto.

A.E.M.: En realidad mi actividad principal es la de auditor. Cuando me incorporé al mundo laboral, mi primera oportunidad laboral fue la de auditor interno. Durante un tiempo me planteé un cambio a otras unidades relacionadas más directamente con pricing o cálculo y control de reservas matemáticas, pero desde auditoría interna tienes la oportunidad de seguir desarrollando tus capacidades como actuario, tener una visión de la empresa en su conjunto y una interrelación directa con las distintas áreas.

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¿Qué elementos considera claves en la formación de un actuario?

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J.A.E.M.: La parte financiera cada vez más, con toda la complejidad actual que ello conlleva, las matemáticas y la estadística, y estar al día y llevar a la práctica toda la actividad derivada de la normativa Comunitaria.

A.E.M.: Materias como matemática actuarial, estadística, derecho y economía son la base. Actualmente, es fundamental toda la normativa de aplicación con Solvencia II. Además, hay que tener en cuenta otros elementos como son los desarrollos informáticos para el tratamiento de datos, así como una constante actualización en materia económica y social entre otros, para poder anticipar los cambios y crear nuevos productos ajustados a las necesidades en cada momento.


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¿Qué es lo que más te agrada del trabajo de actuario y cuál es la parte menos atractiva? J.A.E.M.: Empezare por la parte menos atractiva, para mi es estar al día de toda la nueva regulación Comunitaria, (Solvencia II) y llevarla a cabo. Afortunadamente eso ya queda más para otros pues en mi situación actual de jubilado es mas el conocimiento que la puesta en práctica. Lo que más me agrada es la visión crítica y analítica que te da la profesión a la hora de analizar las compañías y temas de previsión social en general, (jubilación, longevidad, pensiones, etc.)

A.E.M.: Entre las cosas que más me agradan está el conocimiento de un negocio tan complejo como es el negocio asegurador así como la posibilidad de poder compartir mis dudas e impresiones en familia. He de reconocer que en mi padre y mi hermana tengo un gran apoyo. Lo menos atractivo, yo diría que la realización de análisis de datos y tendencias al detalle, no tanto porque no me resulte atractivo, sino porque actualmente no está dentro de mi ámbito de trabajo.

¿Cómo ves el futuro de la profesión de actuario? J.A.E.M.: La veo con cada vez más interés e involucración en la sociedad, a pesar del desconocimiento que todavía se tiene de ella. Temas como la jubilación, la valoración de la solvencia y futuro de compañías, la adaptación a los nuevos modelos financieros ligados a los compromisos de las compañías con sus asegurados y el análisis critico de todo ello como una opinión autorizada de la profesión ante la sociedad, deberían ser fundamentales para la solución de los problemas de futuro, por ejemplo, de longevidad ligados a las prestaciones que el individuo recibe tanto de las Compañías como del Estado.

A.E.M.: La importancia de la profesión es los últimos años ha ido creciendo y creo que seguirá así. En un entorno en el que la palabra riesgo está cada vez más presente, el papel de actuario cobra mayor importancia, no sólo dentro de las propias compañías de seguros en áreas como control interno o auditoría interna además de las tradicionales de pricing y provisiones técnicas, sino también en otros sectores.

Cómo actuario colegiado que eres, ¿qué le pides al Instituto y cuáles de sus actividades valoras más? J.A.E.M.: No hemos sido capaces hasta ahora de proyectar y dar a conocer nuestra profesión a la sociedad y adelantarnos y en su caso analizar las consecuencias o bondad de reformas que nos afectan a todos como, por ejemplo, la jubilación. Los países anglosajones en esto nos aventajan en mucho, la opinión del actuario ante reformas estructurales que afectan a la sociedad son tenidas en cuenta y valoradas. El I.A.E no debe opinar, que también, a posteriori, sino anticiparse y hacer pública su opinión ante estos problemas difundiéndola y haciéndola conocer a través de los medios.

A.E.M.: Sería de utilidad una mayor implicación e información en toda la nueva regulación relacionada con Solvencia II, incluido un canal de consulta y mejores prácticas. Hay que valorar la información continua, principalmente a través del boletín diario, las ofertas de formación, la existencia de una bolsa de trabajo activa.

¿Cómo te ha influido tu condición de actuario en tu manera de ver la vida? J.A.E.M.: La manera de ver la vida es algo más personal y ligado a los valores en que uno cree, que a la carrera que uno estudia. La carrera actuarial quizá te hace algo más sensible a los problemas sociales, y en la búsqueda de soluciones.

A.E.M.: Previsión y protección son las dos palabras relacionadas con mi profesión que han influido a la hora de planificar mi vida, especialmente ahora que tengo mi propia familia.

J.A.E.M.: La capacidad de análisis estructurado, el mantenimiento al día de los factores que influencian al ejercicio de la profesión, y la toma de decisiones en ámbitos difíciles y ante todo la independencia y profesionalidad para no dejar que tu criterio se vea influenciado por intereses espurios Es decir PROFESIONALIDAD.

A.E.M.: Lo que diferencia a los actuarios es la especialidad en sí misma, pero destacaría otras habilidades y cualidades como capacidad de análisis, toma de decisiones, adaptabilidad, comunicación y confianza.

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¿Qué cualidades y habilidades resultan de utilidad para un actuario?

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¿Qué haces cuando no ejerces de actuario? J.A.E.M.: Cultivo la amistad, y las relaciones que tenía cuando estaba en activo, la familia, el ocio y deporte pero lo que más me relaja es el cultivo de mi huerta.

A.E.M.: Uno de los mejores consejos que me han dado en los últimos años es que para ser un buen profesional tienes que cuidar todos los aspectos de tu vida, así que procuro dedicarle tiempo a mi marido, mis hijos, mi familia, amigos y, por supuesto, a mí misma.

Acabamos las entrevistas pidiendo la opinión del entrevistado sobre ¿cuál es el mayor riesgo para España en el corto y largo plazo? y ¿cuál es la mayor oportunidad?

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J.A.E.M.: El mayor riesgo, para mi es la pérdida del Estado del bienestar que tanto nos costo conseguir. La clase política de hoy no está a la altura de las expectativas del ciudadano y las nuevas que aparecen son demasiado idealistas y poco practicas. La mayor oportunidad es el darnos cuenta de que sin I+D+I no hay futuro, y que solo eso puede hacer cambiar la estructura productiva de nuestro país, hoy obsoleta basada en turismo, agricultura, pesca y construcción básicamente. Pactos institucionales en Educación, Jubilación y Sanidad serian un primer paso de vital importancia para comenzar a caminar.

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A.E.M.: El mayor riesgo y una de las mayores preocupaciones a nivel general en la sociedad es la clase política. Como mayor oportunidad, me centro en mi sector, el margen existente para potenciar una cultura financiera y de protección familiar, especialmente cuando mejore la situación económica de las familias.


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El fraude al seguro Miguel Ángel Vázquez Coordinador de Prevención y Lucha contra el Fraude de UNESPA

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menudo nos encontramos en la vida con realidades que conocemos muy bien, pero que sin embargo, tal vez por lo bien que las conocemos, no sabríamos definir adecuadamente. El fraude al seguro es una de estas realidades. Cuando varias personas se reúnen para hablar de este tema, invariablemente se producirá al principio una apariencia de consenso que incluso nos dará la impresión de no dejar ámbito para la duda. Sin embargo, si somos lo suficientemente hábiles como para plantear las preguntas adecuadas, es probable que no tardemos mucho es ser capaces de hacer tambalearse esas convicciones. Entendámonos: hay muchas cosas que son fraude, y nadie cuestiona lo contrario. El rey del fraude evidente y palmario es el siniestro inventado o realmente no producido. Aquí no encontraremos muchas personas dispuestas a sostener que el comerciante que robó su propia tienda, o el propietario que quemó su propio edificio, están cometiendo fraudes a sus entidades aseguradoras. Pero si, por ejemplo, planteamos un caso canónico, que es aquél en el que un conductor experimentado trata de hacerse pasar como agente provocador de un accidente leve que en realidad ha provocado su joven hijo inexperto o que incluso ni siquiera tiene todavía carné, nos encontraremos con personas que, para esa actuación, reservarán palabras como «truco», «mentirijilla» o similar; pero le regatearán a la anécdota el derecho (más bien el deber) de ser llamada «fraude». Confesaré aquí que este mismo supuesto me ocurrió a mí hace no muchos años, en la confluencia de las calles Diego de León y Príncipe de Vergara; y me costará olvidar la cara que puso el pobre señor que salió de su coche (por el lado del copiloto), me explicó que le estaba dando unas clases informales a su hijo adolescente, y me ofreció «trucar» el parte de accidentes, cuando le dije: «ya lo siento, pero es que ha chocado usted con el único tipo en toda España que no puede hacer eso». Así pues, empecemos por una definición de fraude. Es la definición del autor de estas notas y, consecuentemente, sujeta a cualquier discusión. Y tiene sentido airearla en un texto destinado a ser publicado en una revista profesional actuarial porque, en mi opinión, para definir adecuadamente el fraude es necesario echar mano de la técnica aseguradora. Las definiciones ligeras, intuitivas o coloquiales siempre se van a dejar algo por ahí.

Partiendo de la base de que, en técnica aseguradora, o al menos eso me han enseñado los actuarios, la prima (de riesgo) puede considerarse como el valor teórico del siniestro y la prestación el valor real, fraude es toda aquella actuación consciente por la cual alguien, sea tomador, asegurado, tercero u otro, genera una inequivalencia entre una y otra. O, dicho de otra forma: fraude es toda aquella actuación consciente que, de haber sido conocida por el asegurador, le habría llevado a calcular una prima de riesgo diferente, se entiende más elevada, que la que verdaderamente ha calculado. ¿Estamos bien? Sólo lo parece porque, en realidad, el debate sobre qué es fraude viene siendo de tiempo atrás un debate interminable que no acaba por tener una solución clara; y esto es así porque, al fin y a la postre, en cada casa, en cada entidad, definir el fraude acaba siendo una opción estratégica propia. La segunda pregunta que siempre se hace es: ¿cuánto cuesta el fraude? La pregunta, en sí, tiene mucho de irresoluble, porque valorar el fraude no deja de ser una actividad consistente en valorar algo cuya magnitud, por definición, se ignora. Uno sabe el fraude que ha localizado o contra el que ha luchado; pero lo que no sabe, por definición, es cuántos defraudadores han escapado a su lupa y han conseguido sus objetivos. El sector asegurador español cuenta, en este sentido, con una ayuda inestimable, que es la estadística de fraude intentado y localizado que realiza Investigación Cooperativa de Entidades Aseguradoras (ICEA). Aunque sea un trabajo que tenga el problema de una representatividad relativamente baja, la naturaleza del fenómeno que está abarcando, que hace que por lo tanto las estimaciones a total del mercado no puedan tener otra condición que la de aproximaciones a la realidad, hace que en este aspecto, cuando menos en mi opinión, debamos ser más lenitivos que en otro tipo de aproximaciones cuantitativas en el mundo del seguro. La manipulación de las cifras de ICEA, que son muestrales, para construir una totalización al mercado, nos lleva a la estimación de que en el mercado de seguros español se producen unas 355.000 tentativas de fraude cada año, en las que se intenta defraudar aproximada-

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La realidad: el fraude

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GRÁFICO 1. Distribución estimada de los fraudes y sus costes en el 2013 100 90 80 70

%

60 50 40 30 20 10 0

Intentos Autos materiales

Autos personales

Costes Autos otros

Mult. Hogar

Otros diversos

Vida, accidentes y salud

Fuente: Estimación propia con datos de ICEA y de la DGSFP.

mente 1.200 millones de euros. En el Gráfico 1 ofrezco una visión sobre cómo de distribuye el fraude por ramos y modalidades.

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Tal y como puede verse, el panorama del fraude es bien distinto según que se observe desde el punto de vista del número de casos que a través del prisma de sus costes. En términos generales, siempre que interviene en el fraude la valoración de lesiones a las personas, o su vida, dicho fraude tiende a ser muy importante en costes aunque no tanto en lo que podríamos denominar «puntos de investigación». Por esta razón, yo creo que es racional formular el principio de que lo que da o quita en materia de lucha contra el fraude, a escala de entidad, es, probablemente, el pequeño fraude: el fraude muy frecuente, que se intenta muchas veces, pero tiene costes relativamente bajos.

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Digo esto porque el gran fraude o fraude clásico (y lo llamo así porque es aquél en el que todo el mundo piensa: la gravísima tetraplejía que no lo es, el incendio de la nave industrial, etc.), precisamente por su frecuencia relativamente escasa, es un tipo de fraude relativamente fácil de individualizar, y rentable de tratar. Tanto el intento de fraude medio en casos de invalidez o muerte (contra seguro de vida) rondan los 38.000 euros, que es una cifra que, en sí, porta el incentivo para la entidad de analizar el caso con detalle y llegar hasta el final en la propia investigación. Pero, sin embargo, si vemos la magnitud del fraude medio en daños materiales autos (unos 830 euros), en lunas (un poco más de 500) o in-

cluso en hogar (1.100 euros), nos encontraremos con supuestos que, además de presentarse muchas veces, tienen costes individuales relativamente bajos que pueden operar como desincentivo a la investigación si se comete el error de no ver la foto completa (volveremos sobre esto cuando hablemos del perfil de cambio hacia el fraude). El fraude en daños corporales cargados contra el seguro del automóvil es el 7,6% de todos los fraudes intentados al seguro del automóvil, pero el 13% de sus costes. Más exagerada es la realidad del fraude al seguro de responsabilidad civil general, que es el 4% del fraude en diversos mientras que su peso en los costes triplica este porcentaje. Es posible que el lector se esté preguntando en este momento: si el tema del fraude es tan inaprehensible; si, realmente, medirlo y valorarlo es tan complicado, ¿por qué hacerlo? Las razones son varias, pero entre ellas destaca una de forma muy importante. La estimación de los costes mínimos de fraude permite derivar una cifra que es, me atrevería a decir, la más importante a la hora de construir un discurso a escala sectorial sobre el fraude: ese dato es el impacto en prima. Si recordamos la definición que hemos dado anteriormente, podemos entender este impacto en prima como la valoración de la desviación que se produce entre coste teórico y coste real por efecto de acciones dolosas, conscientes y malintencionadas. Acciones que, por lo tanto, rompen el entorno de buena fe que según nuestra legislación de contrato sirve de paraguas a la relación de seguro.


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Evolución reciente del fraude

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os datos de que disponemos nos sugieren con bastante claridad que la crisis económica ha impactado en el fraude, generando un aumento muy significativo del mismo. En este terreno, me gustaría sacar a colación una expresión que ya he utilizado algunos párrafos más arriba: el perfil de cambio hacia el fraude. Normalmente, cuando se producen aproximaciones a la realidad del fraude al seguro, se parte de la base teórica de que en situaciones estables y en mercados razonablemente maduros, el fraude tiende a ser estable en términos relativos. Esto quiere decir que, en las condiciones antedichas, cada porción de nuevo mercado que se capta trae aparejada, por así decirlo, una proporción de fraude que es similar a la observada en la cartera previamente vigente. En entornos de estabilidad, por lo tanto, valorar el impacto del fraude observado viene a equivaler con observar la eficacia de las políticas de prevención y lucha contra el mismo que se tienen implantadas. El dinamismo social y, sobre todo, económico, cambia esta realidad. Introduce un elemento de cambio que plantea retos interesantes a las entidades aseguradoras, porque a menudo impulsa cambios en sus propias políticas de prevención y lucha contra el fraude. El mercado asegurador español es un mercado bastante maduro. Totalmente maduro en el caso del seguro del automóvil por causa de su obligatoriedad. Pero también en lo que se refiere al seguro del hogar, que abarca aproximadamente al 65% de las viviendas españolas; y extensamente distribuido en productos como decesos, vida, o los seguros adquiridos por los agentes económicos. Es, por lo tanto, un sector asegurador candidato a experimentar una estabilidad perceptible en sus cifras y ratios de fraude. Sin embargo, la crisis económica ha cambiado esto. La principal consecuencia que tiene una profunda y prolongada crisis económica sobre el fraude es la multiplicación del fraude informal. Desde un punto de vista conductista, el fraude pude estar impulsado por dos grandes grupos de incentivos:

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Los momentos de crisis se caracterizan por una intensificación del aquí denominado fraude informal. Al colectivo “tradicional” de defraudadores viene a unirse este nuevo elemento, además de forma bastante masiva • La pulsión criminal de alguien que «vive», por así decirlo, de cometer actos ilícitos, normalmente con altas expectativas de enriquecimiento, bien sea por intentar uno o pocos fraudes muy caros (es lo menos frecuente: la exposición a investigaciones y persecuciones es muy elevada) o abordar la realización de muchos fraudes repetidos, de forma organizada. • El denominado fraude informal o casual, cometido por personas, normalmente en una situación económica que es o perciben como comprometida; personas que no tienen una intención sistemática de defraudar sino que, simplemente, «se cruzan» con una oportunidad, y deciden aprovecharla. Los aficionados al cine reconocerán el primer patrón en una película de 1993, Malice, que se estrenó en España con el mismo título (Malicia), protagonizada por una mujer (Nicole Kidman) y un médico (Alec Baldwin) que se juramentan para generar una indemnización millonaria por negligencia médica. Mientras que el segundo patrón lo encontrarán en el clásico de Billy Wilder The fortune cookie, en España En bandeja de plata, película en la que un honrado cámara de televisión (Jack Lemmon) es convencido por un amigo abogado, caradura y logrero (inevitablemente, Walter Mathau) para que simule graves daños corporales tras haber sido atropellado durante un partido por un delantero de fútbol americano. En verdad, en el fraude informal no hay que infravalorar el papel del «autor intelectual», normalmente un amigo o conocido. Los momentos de crisis se caracterizan por una intensificación del aquí denominado fraude informal. Al colectivo «tradicional» de defraudadores viene a unirse este nuevo elemento, además de forma bastante masiva. Se trata de una incorporación que tiene algunas características básicas, que podríamos resumir de la siguiente manera: 1) 2)

S uele incidir en ramos-masa, aunque puede estar presente también incluso en ramos del seguro no suscritos por las personas físicas. Incide sobre todo en riesgos de cuantía media relativamente baja. Esto quiere decir que:

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Es éste, como digo, el punto de información más importante. Y los datos, en este sentido, nos dicen que el impacto en prima del seguro del automóvil es de unos 21 euros por contrato. Esto es: hablando en términos medios, en todo contrato de seguro del automóvil que se vende en el mercado español hay una franquicia implícita de 21 euros. Una «franquicia de fraude», por la cual los primeros 21 euros que paga el asegurado honrado se dirigen a sostener las consecuencias de las acciones fraudulentas de los no honrados.

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a. A ctúa fundamentalmente en ramos de seguro de suscripción masiva. b. Intenta fraudes por una cantidad unitaria relativamente baja, incidiendo muchas veces en coberturas del contrato relativamente modestas. c. Su fortaleza, por así decirlo, no está en la dificultad del asegurador en investigar su fraude, sino en el doble argumento de que: el asegurador ha de enfrentarse a muchos casos; cada uno de dichos casos, considerados individualmente, puede llevar a la impresión de que no merece la pena perseguirlos. En otras palabras, si el defraudador clásico o profesional confía en que no va a ser descubierto, el defraudador informal o de crisis confía en que no va a ser investigado.

Lo más notable del fraude informal es que genera un cambio de patrón en las tendencias fraudulentas: esto es el «perfil de cambio hacia el fraude» del que hablaba anteriormente. El perfil de cambio hacia el fraude se puede identificar con aquellas características evolutivas que se producen en un ramo de seguro cuando se ve impactado por el fraude informal. Normalmente, como decía, como consecuencia del deterioro de un determinado clima económico y social general. Este cambio de perfil, cuando menos en los riesgos masa aunque yo creo que puede formularse de otros, se caracteriza por dos movimientos simultáneos: un aumento del número de siniestros y un descenso del coste medio del siniestro. La actividad de seguros que mejor ha expresado este perfil en los últimos años es el multirriesgo del hogar; que

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ha sido, además, uno de los principales teatros de la intensificación del riesgo. El acopio de los datos que la Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP) publica en sus boletines trimestrales, dedicados al seguimiento de los siniestros ocurridos por periodos, nos revela una historia reciente de este tipo de seguros caracterizada por este «perfil de cambio hacia el fraude». Así, en el multirriesgo del hogar nos encontramos con el número de siniestros anotado es un 89% superior en el 2013 que en el 2005, mientras que el coste medio está un 8% por debajo en términos nominales. Parecida dinámica observamos en el multirriesgo de comunidades, aunque algo más atemperada, probablemente, por el hecho de que se trata de un seguro con un mayor nivel de selección de riesgos. En el caso de las coberturas del automóvil, que es el ramo más frecuentemente utilizado al hablar de fraude, encontramos con que el impacto de la crisis no es tan neto en el sentido de dibujar un perfil de cambio hacia el fraude. Sí se ve en los accidentes con daños corporales graves, que responden al patrón de una siniestralidad creciente en número y decreciente en costes unitarios. En la tabla 1 se puede comprobar la dinámica de siniestros y costes medios de diferentes coberturas masivas en los últimos años. Estos datos nos enseñan dos cosas importantes. La primera es que el patrón de cambio hacia el fraude, que puede resumirse como la incorporación masiva de siniestros «baratos» que pretenden protegerse con el argumento de que al asegurador que pretenda luchar contra ellos le «salga más caro el collar que el perro», tiene resultados muy relevantes para la actividad. Aunque en una perspectiva microsiniestral pueda parecer que «no merece la pena»

Tabla 1. Siniestros y costes medios de diferentes coberturas masivas en los últimos años 2005

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2007

2008

2009

2010

2011

2012

2013

Siniestros

100

111,9

119,4

132,8

147,6

168,4

164,0

175,0

189,1

Coste medio

100

101,1

104,2

106,1

103,0

101,0

96,9

95,5

92,0

Siniestros

100

111,0

110,8

118,4

132,5

144,1

131,0

129,2

143,9

Coste medio

100

102,6

109,2

114,0

114,1

103,0

103,5

103,5

99,4

Siniestros Autos RC corporal graves Coste medio

100

105,9

175,5

160,6

31,3

161,8

166,0

123,4

180,3

100

90,8

41,8

54,7

171,6

50,7

45,4

53,7

45,6

Multirriesgo hogar

actuarios

Multirriesgo comunidades

68

Autos RC corporal leves

Siniestros

100

106,4

97,7

97,4

108,3

91,5

92,8

103,3

95,3

Coste medio

100

93,0

111,5

97,1

101,0

95,8

96,0

87,8

84,9

Autos RC material

Siniestros

100

95,3

89,1

85,9

77,2

72,4

68,0

64,5

59,4

Coste medio

100

100,7

113,5

112,9

125,9

120,1

118,7

117,3

119,2

Siniestros

100

92,6

92,5

98,5

115,8

102,9

93,5

92,7

77,3

Coste medio

100

104,5

117,6

127,7

109,1

107,0

107,4

98,1

89,8

Autos robo

Fuente: Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones (DGSFP).

Δ costes 2013/2005 74,1% 43,0% -17,8% -19,0% -29,2% -22,9%


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luchar contra ese fraude, es sólo cuestión de tiempo que la entidad o conjunto de entidades, al observar la cartera en su conjunto, se den cuenta de hasta qué punto está presionando esa realidad a sus costes. El número de siniestros desborda rápidamente los ahorros (teóricos) generados por la caída del coste medio.

Las consecuencias de la mutación del fraude para los aseguradores son bastante evidentes. En términos generales, los cambios operados en el perfil del fraude plantean un reto para la gestión del mismo en tanto que se hace necesario rebajar, en ocasiones de forma muy notable, el umbral de permisividad del fraude. O si se prefiere, el nivel de fraude intentado por encima del cual las entidades prescriben acciones de valoración e investigación, y eventualmente las correspondientes gestiones de orden jurídico-legal. Como ya se ha dicho anteriormente, es importante superar la visión de los fraudes que, uno a uno, pueden parecer poca cosa, para acceder a una percepción más global, que permita valorar adecuadamente la dinámica del fenómeno. El futuro

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o sabemos a ciencia cierta si en el futuro volveremos a ver la realidad que estábamos acostumbrados antes de la crisis. Es cierto que, conforme mejoren las rentas de los particulares, lo que aquí hemos denominado perfiles de cambio hacia el fraude deberían cambiar, moderando el crecimiento de la siniestralidad. También lo es, en todo caso, que en ramos como el del automóvil la recuperación de una dinámica económica con un consumo más alegre debería incidir en una mayor exposición al riesgo y, dado que ésta trae aparejada un componente fraudulento, ello debería impulsar el fraude de alguna manera. Sea cual sea la evolución, parece bastante claro que la evolución decidida de las entidades, consideradas tanto individual como colectivamente, tiene que ver con el desarrollo de herramientas cada vez mejores y más potentes, y con

el impulso de protocolos antifraude de variada naturaleza. En el terreno colectivo, el sector ha dado un paso decidido con la construcción del Fichero de Pérdida Total del seguro del automóvil. Este proyecto ha de ser visto por su contenido concreto, pero también por lo que supone de primer paso de un sector a la hora de establecer, en pleno respeto de la normativa, de aquellos instrumentos que la ley le permite para luchar contra las prácticas fraudulentas. A escala individual, aunque evidentemente los perfiles son variados, cualquier persona que trabaje en materias relacionadas con el fraude podrá decir que ha detectado en los últimos tiempos una intensificación y profesionalización de las políticas en esta materia en las entidades. Las entidades aseguradoras, además, no pueden olvidar que el impacto del fraude en sus cuentas es uno de los subriesgos que forman parte de lo que, en métodos de gestión basados en riesgos como Solvencia II, se denomina el riesgo operacional. Aunque el cálculo de la carga de capital por riesgo operacional en Solvencia II tiene más elementos de indefinición que otros riesgos y subriesgos del sistema, parece bastante claro que, en el futuro, aquella entidad que quiera obtener un ahorro en su carga de capital derivada del elemento de fraude del riesgo operacional, tendrá que hacerlo mediante la demostración fehaciente de que tiene implantados esquemas, protocolos y rutinas de trabajo exigentes en el estudio, prevención y lucha contra el fraude. Esta tendencia, junto con otras, es la que viene a explicar que se detecte una corriente generalizada e imparable hacia la tecnificación en la lucha contra el fraude; tecnificación, o si se prefiere eficiencia, que no tiene sino un beneficiario, que es el propio cliente de seguros. No debe olvidarse que, al fin y a la postre, el cliente es quien corre con las consecuencias de los engaños que otros perpetran.

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El hecho de que la realidad en autos sea otra nos lleva a la segunda conclusión. Y la conclusión es que el fraude muta, cambia. El ramo de autos ha seguido, en estos años de la crisis, un perfil clásico en su siniestralidad. La exposición al riesgo, si la medimos en términos de consumo medio de carburantes por vehículo, ha caído, según nuestros cálculos, en el entorno del 24% con la crisis. Si se observan los porcentajes evolutivos de la última columna de la tabla, se comprobará hasta qué punto esa cifra es coherente con la marcha de la siniestralidad. Por lo tanto, si el seguro del automóvil es, nadie lo niega, el «rey» del fraude, también lo es que la homogeneidad de estas cifras hace sospechar que lo ha hecho, en términos de peso, mucho menos que en el caso del multirriesgo.

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La previsión social complementaria, un vuelo hacia el individualismo Carlos A. Quero Director de Área de VidaCaixa Tesorero de Ocopen

En los últimos años se ha mantenido vivo el debate en España de cómo debería evolucionar la previsión social complementaria para reforzar la presencia del segundo pilar como fuente de ingresos para los futuros pensionistas. Si bien en un principio existía en el “Sector” un razonable consenso sobre una serie de puntos, el paso del tiempo sin avances sustanciales y la crisis económica fueron provocando una apatía en el impulso por aprobar un conjunto de medidas incentivadoras de la previsión social empresarial.

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a Dirección General de Seguros y Fondos de Pensiones sacó a la luz su denominado “Estudio sobre el desarrollo de la previsión social complementaria” en el año 2013, en cumplimiento del mandato contenido en la Disposición Adicional Decimonovena de la Ley 27/2011, de 1 de agosto, sobre actualización, adecuación y modernización del sistema de Seguridad Social, que establecía un plazo de seis meses, a partir de su entrada en vigor el 1 de enero de 2013, para que el Gobierno remitiera al Congreso de los Diputados un informe sobre el grado de desarrollo de la previsión social complementaria y sobre las medidas que podrían adoptarse para promover su desarrollo en España.

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A partir de dicho informe se reactivó el debate sobre qué medidas implementar. Parecía que se abría un camino para la adopción definitiva de medidas incentivadoras, pero las recientes reformas del Reglamento de Planes y Fondos de Pensiones y del Reglamento para la Instrumentación de los Compromisos por Pensiones de las empresas con sus trabajadores (por el RD 681 de 1 de agosto) y de la Ley de IRPF con la nueva Ley 26 de 27 de noviembre de 2014 han marcado una tendencia no anticipada meses atrás, que es la de potenciar cada vez más las soluciones individuales del tercer pilar, lo que en ciertos casos coincide con una congelación del desarrollo de la previsión social empresarial. Creo que es un momento adecuado para comentar las principales medidas que se debatieron por el “Sector” en 2013 y 2014 para el desarrollo de la previsión social empresarial y realizar una comparación con las que finalmente se

han implementado en las reformas normativas citadas, no sólo para ver que pocas se han implementado, sino que muchas de ellas han ido en un sentido opuesto a lo demandado por el “Sector”. Medidas debatidas en 2013 y 2014 1. P osibilidad de promulgar una ley específica de previsión social complementaria Desde la promulgación de la Ley de Planes y Fondos de Pensiones en 1987 se han producido numerosas reformas normativas, por lo que podría plantearse si es conveniente elaborar una ley específica de previsión social complementaria, que incluya tanto la regulación específica de planes y fondos de pensiones como de contratos de seguros y planes de previsión social empresarial, de forma que se tratara con criterios homogéneos la regulación de los diferentes instrumentos que pueden dar cobertura a los compromisos por pensiones de las empresas. 2. M edidas relativas al tratamiento fiscal de las prestaciones de planes de pensiones 2.1. Conveniencia de modificar el tratamiento fiscal de las prestaciones, de forma que la parte correspondiente a los rendimientos generados por las aportaciones tributen como rentas de ahorro al tipo reducido que se establezca en cada momento. De esta forma se evitaría el tratamiento discriminatorio actual para los rendimientos, que deben tributar al tipo marginal del IRPF. 2.2. De manera alternativa, o combinada con el punto 2.1. anterior, en el caso de las prestaciones en forma de renta, que computan en su totalidad como rendimientos de trabajo sin ningún tipo de reducción, se ponen de manifiesto los siguientes aspectos desincentivadores:

2.2.1. No se tiene en cuenta el período de generación de las rentas.


RINCÓN DEL CONSULTOR 2.2.2. La tributación viene determinada por el resto de rentas percibidas por cada beneficiario debido a la progresividad de la tarifa general, aplicándose factores no relacionados con la propia prestación, como es la acumulación de otros ingresos.

2.2.3. En función del tipo marginal del beneficiario, los productos de ahorro que tributen como rendimientos de capital mobiliario en el IRPF pueden resultar más atractivos en cuanto al tratamiento de las prestaciones, pudiendo ser un hecho desincentivador.

En consecuencia, podría incentivarse la percepción en forma de renta, ya sea mediante la aplicación de un coeficiente por cada año de permanencia, de la aplicación de un coeficiente corrector fijo sobre el total de la prestación recibida en forma de renta en función de la antigüedad, de la diferenciación entre las cantidades percibidas en concepto de devolución de las aportaciones realizadas, que tributarían como rendimiento del trabajo, y el rendimiento financiero obtenido durante el período de permanencia, o cualquier otro sistema similar. 2.3. De manera alternativa, o combinada con el punto 2.1. anterior, en el caso de las prestaciones en forma de capital podría recuperarse la reducción en base imponible, pues son derechos acumulados durante toda la vida activa. Adicionalmente, no parece ser congruente que haya ingresos que tributen como rendimiento de trabajo con reducción del 30% (por ejemplo, premios de permanencia o bonus generados en más de un año, o indemnizaciones por extinción de compromisos por pensiones) con la tributación íntegra del capital en los instrumentos de compromisos por pensiones. 3. Medidas relativas al tratamiento fiscal de las aportaciones de planes de pensiones 3.1. Podría restablecerse la deducción en la cuota del impuesto de sociedades para las aportaciones empresariales, al menos para las PYMES, de forma que sea un incentivo para la promoción de nuevos compromisos. Con el fin de evitar el incumplimiento de la recomendación del Pacto de Toledo de dar un mejor tratamiento a las aportaciones empresariales a sistemas de previsión social complementaria que a las cotizaciones sociales, esta medida podría ser transitoria en el tiempo. Esta medida podría implementarse si el sistema puede catalogarse como preferente en los términos expuestos en el punto 3.7. posterior.

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3.2. P odría recuperarse el doble límite fiscal (aportaciones empresariales a planes de pensiones de empleo y planes de previsión social empresarial y aportaciones de los partícipes a los sistemas de previsión social complementaria con reducción en base imponible) y la evolución de los límites por edad, o incluso eliminar los límites financieros de aportación manteniendo los límites fiscales. Si bien la eliminación de la evolución de las aportaciones por edad puede tener lógica para los planes de pensiones individuales, donde el porcentaje de partícipes con aportaciones iguales al límite de aportación es muy bajo y donde el producto puede utilizarse no sólo en su vertiente de ahorro para la jubilación sino también de “planificación fiscal”, para los planes de pensiones de empleo el argumento no es aplicable, pues el origen de las aportaciones emana de convenios colectivos negociados, en muchos casos, para transformar sistemas financiados mediante fondos internos y cuya vigencia se remonta a mucho a antes de la Ley de 1987. Consecuentemente, la disminución de los límites implica el mantenimiento de las contribuciones de las empresas, ahora divididas en dos productos, por un lado un plan de pensiones de empleo o plan de previsión social empresarial y por otro una póliza de seguros de las denominadas “de excesos”. Esta solución da lugar a una problemática no deseada al tener ambos instrumentos características divergentes, que puede resumirse en que en las pólizas de excesos:

• No existen los mecanismos de control de los planes de pensiones. • No existe comisión de control • No existe revisión financiero-actuarial. • No existe el mismo nivel de información que en los planes de pensiones y se produce una disociación de la información. • Al gobernarse ambos instrumentos por normas diferentes, su integración no puede ser perfecta y pueden producirse desajustes al no poder instrumentar la misma política de inversión, estar las inversiones integradas en diferentes carteras, posible existencia de márgenes de solvencia en las pólizas de seguros, etc. • El régimen fiscal es diferente.

Todo ello ha supuesto un cambio de las reglas de juego vigentes en el momento de la exteriorización y hace surgir la cuestión que, de haberse previsto estos cambios normativos, quizás lo acuerdos finalmente pactados en negociación colectiva habrían sido otros, pues las modificaciones aprobadas en materia fiscal tienen impacto en coste para las em-

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Quizás podría estudiarse la posibilidad de volver a la definición de límites anterior a la nueva ley de IRPF condicionado a que el plan de pensiones tenga su origen en la negociación colectiva.

a) Definición de los límites de aportación de planes de pensiones distinguiendo entre aportaciones empresariales y de los partícipes y en función de tramos de edad o eliminación de los límites financieros. b) Las primas de riesgo de los seguros cuyo tomador es la comisión de control del plan de pensiones no deberían computar dentro de los límites de aportación a planes de pensiones y deberían ser deducibles para la empresa, de forma que la reducción en base imponible de los partícipes estaría formada por las aportaciones de ahorro (dentro de los límites) y la parte de prima de riesgo imputada (no computable dentro de los límites).

La existencia de los límites de aportaciones implicará que al tener que crearse pólizas de excesos se podrían producir las siguientes situaciones no deseadas:

• Decisión de si los límites de planes de pensiones se asignan en primer lugar a aportaciones de ahorro o riesgo:

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– Primer Caso: Si se asignan en primer lugar las aportaciones de ahorro, en la póliza de excesos habrá partícipes con primas de ahorro (las que excedan de los límites) más toda la aportación de riesgo y partícipes sólo con aportaciones de riesgo. Existe el riesgo de que para los asegurados con primas de ahorro y riesgo no sea obligatoria la imputación de la prima mientras que para los que sólo tengan primas de riesgo sí sea obligatoria la imputación.

– Segundo Caso: Si se asignan en primer lugar las aportaciones de riesgo, en la póliza de excesos habrá partícipes con

• Reapertura de procesos de negociación al cambiar las circunstancias y efectos de los acuerdos cerrados en negociación colectiva.

3.3. Podría eliminarse la reducción en base imponible del IRPF del porcentaje del 30% de los rendimientos netos del trabajo y de actividades económicas a efectos del límite de reducción de la base imponible por aportaciones para evitar el efecto de la doble tributación, pues luego no se produce ningún ajuste en el momento de aplicar la fiscalidad de las prestaciones. 3.4. En sintonía con lo comentado en el punto 3.2. anterior, debería evitarse la imputación fiscal de los seguros de compromisos por pensiones que cubren el fallecimiento y la incapacidad (TAR), pues no generan derechos económicos. 3.5. En cuanto a la reordenación de los incentivos fiscales de los sistemas de empleo, podría establecerse un régimen fiscal más beneficioso que el actual, ya sea mediante la introducción de nuevas medidas o mediante la recuperación del régimen fiscal anterior a la Ley de IRPF del 2006, para aquellos planes de pensiones de empleo o planes de previsión social empresarial que tengan una serie de características, a semejanza del concepto de planes cualificados del mundo anglosajón o de las EPSV de empleo denominadas preferentes (Ley 5/2012 de EPSV). Dicha calificación sería otorgada por el órgano administrativo competente y siempre que se cumplan una serie de requisitos, como por ejemplo:

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primas de riesgo (las que excedan de los límites) más toda la aportación de ahorro y partícipes sólo con aportaciones de ahorro. En ambos casos no sería obligatoria la imputación de las primas, si bien los partícipes que consuman el límite con las aportaciones de riesgo no generarán derechos consolidados por dichas aportaciones.

presas y en derechos económicos de los trabajadores.

Con el fin de minimizar el impacto en los sistemas de previsión social complementaria, y específicamente en los planes de pensiones de empleo, se enumera a continuación una serie de propuestas que podrían ser objeto de análisis para evitar la necesidad de pólizas de excesos:

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• Acceso a la totalidad de empleados con un año de antigüedad o que al menos un porcentaje mínimo de empleados está integrado. • Cobertura al menos de las contingencias de muerte, jubilación e incapacidad permanente. • Aportaciones compartidas entre promotor y partícipes. • Prestaciones abonadas en forma de renta vitalicia o financiera con un plazo no inferior, por ejemplo, a quince años (excepto orfandad) y excepcionalmente en capital si la cuantía de


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4. Medidas de impulso al desarrollo de la previsión social complementaria empresarial 4.1. S i bien la reducción de cotizaciones sociales para aquellas empresas que realicen aportaciones a sistemas de previsión social empresarial puede ser una medida incentivadora, es bien cierto que puede suponer una especie de “contracting-out” inglés, en el sentido de que se sustituye cobertura pública por cobertura privada del segundo pilar. Es una decisión de gran calado que puede tener una difícil implementación. Cuestión diferente es que esta reducción pueda aplicarse a sistemas que puedan catalogarse como preferentes según lo expuesto en el punto 3.5 anterior. 4.2. Como medidas que podría ser razonable adoptar estarían las siguientes:

4.2.1. Permitir la coexistencia de planes de pensiones de empleo y planes de previsión social empresarial siempre que respondan a criterios objetivos.

4.2.2. P ermitir la movilización de los derechos económicos de los beneficiarios en los planes de pensiones de empleo, a semejanza de los sistemas individuales, pero bajo unos requisitos estrictos de información.

4.2.3. Permitir la elección individual de la cartera de inversión en un plan de pensiones de empleo, pero limitando el número de opciones disponibles a ciertos perfiles de riesgo previamente definidos y bajos unos requisitos muy estrictos de información a los partícipes y comisiones de control. Otra

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opción más sencilla podría ser el permitir la elección individual en la regulación de la multiadscripción del artículo 66.2.d del Reglamento de Planes y Fondos de Pensiones, flexibilizando los requisitos cuantitativos de reasignación actualmente existentes del 20% y recogiendo expresamente la práctica de mercado de los dos últimos años de crear planes de pensiones de ciclo de vida en donde el cumplimiento de las edades predefinidas supone el traspaso de los derechos consolidados a una póliza de seguro donde el tomador es el propio plan de pensiones.

4.2.4. Permitir el reconocimiento de servicios pasados en planes de pensiones de empleo y planes de previsión social empresarial, sin limitación temporal y sujetos a los requisitos del régimen de exteriorización, a semejanza de lo que vinieron en denominarse “servicios previos” regulados en el artículo 10.1.a) del RD 1588/1999 de 15 de octubre (“…derechos por servicios pasados…correspondientes a nuevos compromisos asumidos por la empresa a partir de la entrada en vigor de la Ley 30/1995 de 8 de noviembre de Ordenación y Supervisión de os Seguros Privados”).

4.3. P ara incorporar a las PYMES a la previsión social complementaria sería necesario un sistema simplificado, como se hace en otros países, como por ejemplo Estados Unidos (simplified employee pension-SPE) o Reino Unido (stake holders plans), donde son instrumentos entre los sistemas de empleo y los sistemas individuales donde se ha simplificado el procedimiento de constitución y en donde todos los trabajadores se consideran adscritos (soft compulsión) excepto que decidan no adherirse. Asimismo, podrían potenciarse los planes de pensiones de promoción conjunta para PYMES, desarrollando un modelo simplificado de adhesión de cada una de las empresas. 5. M edidas para dar estabilidad a los derechos consolidados y garantías del sistema 5.1. Dentro de las medidas demandadas por muchas comisiones de control de buscar una estabilidad en la evolución de los VLP de los planes de pensiones de empleo, la opción de valorar la cartera a vencimiento ha sido objeto de posturas enfrentadas. En caso de intentar avanzar por esta vía debe regularse con especial cuidado el deterioro de los activos de la cartera (impairment en terminología de IFRS9) y el

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la prestación en forma de renta no alcanza los porcentajes o cantidades que se determine en el reglamento de desarrollo. • Que las aportaciones asignadas a personal de convenio no sean inferiores en un porcentaje determinado a las asignadas a personal excluido de convenio (similar al test de no discriminación del mundo anglosajón). • Que el sistema sea de prestación definida, híbrido o con garantía de tipo de interés. De estos, los sistemas de prestación definida podrían no estar afectados por el límite financiero de aportación o, en su defecto, no definir un límite de aportación sino una prestación máxima a financiar, en sintonía con el mundo anglosajón (los sistemas de aportación definida tienen un límite de aportación y los de prestación definida de prestación).

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evitar la posibilidad de arbitraje individual. Parece ser una vía a día de hoy abandonada. 5.2. No se ve la necesidad de establecer un sistema de fondos de garantía para los Fondos de Pensiones, pues son patrimonios ajenos al balance las entidades gestoras y depositarias. Actualmente existen posibilidades suficientes para minimizar los riesgos a través de la diversificación de los activos a invertir, aseguramiento del plan de pensiones, movilización a otra gestora, etc.

• La obligación a cargo de la Administración de la Seguridad Social de informar a cada trabajador sobre su futuro derecho a la jubilación ordinaria prevista en el artículo 161.1 de la presente Ley, a partir de la edad y con la periodicidad y contenido que reglamentariamente se determinen. • La misma obligación a cargo de los instrumentos de carácter complementario o alternativo que contemplen compromisos por jubilación, tales como los Planes de Pensiones. La información deberá facilitarse con la misma periodicidad y en términos comparables y homogéneos con la suministrada por la Seguridad Social.

b)

P restaciones de planes de pensiones y de contratos de seguros de compromisos por pensiones: Se mantiene la fiscalidad de las prestaciones de ambos instrumentos, si bien en relación con el régimen transitorio previsto para las aportaciones/primas realizadas antes del 1 de enero de 2007 (posibilidad de aplicar el 40% de reducción a parte de la prestación si se percibe en forma de capital), sólo será de aplicación a las prestaciones percibidas en el ejercicio en que acaezca la contingencia correspondiente, o en los dos ejercicios siguientes.

c)

L iquidez en planes de pensiones y planes de previsión social empresarial: A partir de 1 de enero de 2025 se podrá disponer anticipadamente del importe de los derechos consolidados/económicos correspondientes a aportaciones/primas con 10 años de antigüedad con las siguientes características:

• Será necesario que lo permita el compromiso y que esté previsto en las especificaciones del plan de pensiones o en la póliza del plan de previsión social empresarial. • Se establece un régimen transitorio, de forma que sólo a partir del 1 de enero de 2025 podrán hacerse efectivos los derechos consolidados/económicos existentes a 31 de diciembre de 2015 con los rendimientos correspondientes, o el valor de realización de los activos asignados. • En todo caso, la cantidades percibidas se sujetarán al régimen fiscal establecido por la Ley para las prestaciones de cada uno de los instrumentos. • Se introduce la posibilidad de que los derechos de estos productos puedan ser objeto de embargo, traba judicial o administrativa cuando se correspondan a primas/aportaciones abonadas con al menos 10 años de antigüedad.

Situación de la previsión social complementaria desde 1 de enero de 2015

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as recientes reformas del Reglamento de Planes y Fondos de Pensiones y del Reglamento para la Instrumentación de los Compromisos por Pensiones de las empresas con sus trabajadores y la Ley de IRPF citadas anteriormente han traído consigo los siguientes cambios principales:

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a) Aportaciones a planes de pensiones: El importe máximo anual conjunto a reducir en la base imponible general disminuye de 10.000 euros a 8.000 euros anuales y desaparecen los límites incrementados para partícipes mayores de 50 años, si bien se incrementan de 2.000 euros a 2.500 euros las aportaciones realizadas en favor del cónyuge que no

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obtenga rendimientos netos del trabajo ni de actividades económicas o los obtenga en cuantía inferior a 8.000 euros anuales.

6. Medidas de mejora de la información relativa a la previsión social complementaria La mejora de la información a partícipes y asegurados, así como los planes de educación financiera, son aspectos claves de la educación económica de un país y deben extremarse los esfuerzos para uniformar los criterios y terminología, aprovechando el mandato contenido en el artículo 14.2 de la Ley General de la Seguridad Social, en la redacción introducida por la Ley 27/2011, de 1 de agosto, sobre actualización, adecuación y modernización del sistema de Seguridad Social, cuando establece:

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d)

E n los contratos de seguros de compromisos por pensiones: Se estipula la obligación de imputar fiscalmente la parte de las primas satisfechas que correspondan al capital en riesgo por fallecimiento o incapacidad. Esta imputación se producirá siempre que el importe de dicha parte de prima exceda de 50 euros anuales.

e)

S e crea un nuevo instrumento por el que se establece una exención para las rentas positivas generadas por las cantidades que se depositen en una Cuenta Individual de Ahorro a Largo Plazo (CIALP) o se ins-


trumenten en un Seguro Individual de Vida a Largo Plazo (SIALP). Las características básicas son las siguientes:

f)

• Sólo se podrá tener simultáneamente un CIALP o SIALP por contribuyente. • Las aportaciones anuales no pueden ser superiores a 5.000 euros. Si se supera este límite de aportación se extingue y se pierde la exención. • Deben cobrarse en forma de capital. • Para tener derecho a la exención no debe disponerse del capital antes de 5 años (caben los rescates totales, pero no parciales). • La entidad aseguradora o de crédito deberá garantizar al vencimiento al menos un 85% de las cantidades aportadas. Si la garantía fuera inferior al 100%, el producto contratado deberá tener un vencimiento de al menos un año. P odrán excluirse de gravamen las ganancias patrimoniales obtenidas por la transmisión de elementos patrimoniales por contribuyentes mayores de 65 años, siempre que se cumplan los siguientes requisitos: • Que el importe total obtenido en la transmisión se destine en el plazo de 6 meses a constituir una renta vitalicia asegurada. • La cantidad máxima total que podrá destinarse a constituir rentas vitalicias será de 240.000 euros. Cuando el importe reinvertido sea inferior al total de lo percibido en la transmisión, únicamente se excluirá de tributación la parte proporcional de la ganancia patrimonial obtenida que corresponda a la cantidad reinvertida. • La anticipación, total o parcial, de los derechos económicos derivados de la renta vitalicia constituida, determinará la tributación de la ganancia patrimonial correspondiente.

Comentario final

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a reciente reforma de la Seguridad Social va a dar lugar a pensiones de jubilación menores y más tardías, por lo que es imprescindible buscar un complemento a través de soluciones del segundo y tercer pilar. El denominado tsunami demográfico nos dirige necesariamente a un modelo en donde las soluciones de primer pilar podrían ser insuficientes en el futuro en función de la tasa del reemplazo deseada. Para ello es imprescindible que los ciudadanos dispongan de la información de cuál es su expectativa

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de prestación pública y privada entre los diferentes instrumentos a su nombre. El hecho de que a día de la fecha no se haya remitido por la Seguridad Social a todos los españoles mayores de cincuenta años, como estaba previsto, la estimación de su pensión de jubilación (consecuentemente tampoco las compañías de seguros y entidades gestoras de fondos de pensiones han enviado la información pertinente por estar ambos procesos vinculados) es un factor que no ayuda a que cada ciudadano pueda estimar las soluciones más adecuadas a su caso. La reformas antes comentadas dibujan un modelo a futuro donde la previsión social complementaria parece dirigirse a un impulso del tercer pilar, con productos o mecanismos que presentan importantes ventajas fiscales a condición de que con los rendimientos obtenidos se contrate una renta vitalicia bajo ciertas premisas, lo que supone que las soluciones para la jubilación ya no tienen que venir necesariamente por la vía de productos finalistas como planes de pensiones o seguros de vida. Por el contrario, los instrumentos de segundo pilar no han tenido una evolución acorde a lo esperado después del proceso de exteriorización del año 2002. Los pocos instrumentos que se crean en la actualidad están principalmente vinculados o bien a sistemas de retribución flexible (por tanto son una mezcla de segundo y tercer pilar) o bien a políticas retributivas específicas (como por ejemplo, de equipos directivos). La reciente inclusión como conceptos cotizables dentro de la base de cotización de la Seguridad Social de las aportaciones a planes de pensiones de empleo o primas de contratos de seguros de compromisos por pensiones no son precisamente incentivadores de este pilar. La situación financiera de los mercados, en tipos de interés en mínimos históricos, hace imprescindible que cada persona reciba información y asesoramiento para la implementación de soluciones en donde a cambio de asumir una parte del riesgo de inversión se puedan obtener las rentabilidades necesarias para cubrir el gap de cobertura de ingresos que se producirá en el momento de la jubilación. Aquellas personas con mayor aversión al riesgo que busquen productos con interés garantizado como solución exclusiva, sin ninguna otra diversificación, pueden ver mermadas drásticamente sus expectativas futuras de pensión, pues el entorno de tipos actual parece que ha venido para quedarse unos cuantos años. Como conclusión final, serán los propios ciudadanos quienes deberán buscar la solución en el futuro y para ello deberán disponer de formación, información y asesoramiento. Los paradigmas del pasado parece que empiezan a tambalearse.

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la vida buena

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Ávila y la Mística Española por Daniel Hernández Actuario de Seguros

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ienen los tiempos llenos de conmemoraciones culturales, no por alabanza de donaires o triunfos, sino por mera cuestión crematística, que a poderoso caballero se le ve el plumero. No haremos aquí un nuevo encomio o recreación de la Segunda parte del Ingenioso Caballero Don Quijote de la Mancha, pues ya en esta misma revista su director lo hizo con acierto en 2005 y, además, no somos muy amigos de esa dinámica que impone 99 años de olvido y uno (o dos) de fastos. Se es cervantino o no se es, y si se fuese –quien escribe confiesa que lo es de forma furibunda-, no se entiende plantearlo como flor de un día. Se conmemoró en su día a Lope de Vega merced a los 4 siglos de su Arte nuevo de hacer comedias (1609). En 2014 se conmemoró a Doménikos Theotokópoulos (El Greco) en el cuarto centenario de su fallecimiento, siendo Toledo el bastión de una iniciativa que propone coletazos culturales hasta el día de hoy. En este 2015 se recuerda también a Santa Teresa de Jesús, figura de la Mística española, siendo la ciudad de Ávila el núcleo obligado en la materia. Allí están el Convento de Santa Teresa de Jesús, construido sobre su casa natal, el Monasterio de San José o el de la Encarnación, pero también ese poco ortodoxo Centro de Interpretación de la Mística, impulsado sin duda por algún vivo muy moderno. Sobre la Mística española, tardía respecto a la corriente en Europa, se han escrito muchas cosas; las más divertidas vienen, como siempre, desde el psicoanálisis, cuyos esfor-

zados e imaginativos paladines ven argumentos sexuales allí donde haya oquedad o relieve. Desde un planteamiento más serio, la mística parte de la ascética, pero la sublima mediante la unión plena entre Dios y el alma humana. Se ha visto esta mística desde la concepción afectiva (franciscanos y agustinos), desde una corriente intelectualista (dominicos y jesuitas) y desde una actitud ecléctica, aquí principalmente a través de los carmelitas San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús, de quien este centenario nos permite rescatar para la lectura, entre otras piezas, Camino de Perfección o Las Moradas en un volumen a cargo de Javier Díez de Revenga y la Biblioteca Castro, o atisbar manuscritos autógrafos en la exposición “Teresa de Jesús. La prueba de mi verdad” en la Biblioteca Nacional de España. Decir Santa Teresa es decir Ávila y decir Ávila es decir Santa Teresa, pero Ávila es más que mística. Es Patrimonio de la Humanidad en virtud de unas soberbias murallas y de sus iglesias románicas, es palaciega y también judía; además, es Camino de Santiago para recorridos lejanos al tradicional Camino francés. Y ya que se está en recinto abulense, a buen seguro que con unas legumbres de la tierra y un cochinillo o chuletón, regados con vinos del Alberche y orujos varios, será más fácil estar más cerca de ese estado místico al que los mortales aspiramos de vez en cuando para alejarnos de nuestro entorno mundano, pues no hay día en el que no nos sintamos un poco teresianos y, por distintas razones, nos sea perfectamente aplicable aquello del Vivo sin vivir en mí y de tal manera espero, que muero porque no muero.

El hogar o la nostalgia por Diego S. Garrocho Salcedo Profesor de Filosofía. Universidad Autónoma de Madrid

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unca sabremos qué fue antes, si la palabra o la cosa. Refugiados en una tradición que es hebrea y que es cristiana cabría pensar que, según se advierte tanto en el Génesis como en el Prólogo del Evangelio de Juan, lo primero fue la palabra. Palabras decimos, vocablos genéricos que nos hacen olvidar las diferencias y nos hacen capaces, si es que Borges está en lo cierto, de pensar, puesto que pensar es olvidar las diferencias. Hablar del hogar sería, en origen, hablar de una palabra. Pero no es una palabra cualquiera puesto que, como tantas veces, detrás del étimo del térmi-

no castellano se velan connotaciones olvidadas que acaso podrían servirnos para bosquejar de qué hablamos cuando hablamos del hogar. Palabra y cosa, hogar y casa… se hace forzoso volver los ojos a Grecia porque es tal vez en esa tradición donde también se asiente nuestra forma de experimentar, esto es, de vivir los hogares. No en balde, esa otra tradición que nos constituye cobró forma precisamente narrando el regreso de un héroe, Ulises, en su viaje de vuelta a casa. Es curioso, aquel


la vida buena regreso todavía se hace presente cada vez que decimos la palabra nostalgia toda vez que ese afecto, tan sutil y tan humano, no es otra cosa que el dolor de un nóstos, el dolor que regresa o el dolor por un regreso. Pero la casa, dijimos, es todo lo contrario al dolor pues llamamos hogar a ese sitio en el que estamos salvados. Los niños nos lo recuerdan en sus juegos cuando, perseguidos por su adversario en el recreo, se refugian en el gesto o en la palabra para advertir, precisamente, “¡casa!”. Estoy en casa, estoy a salvo, estoy salvado. Las etimologías son bellas incluso cuando son falsas (y si hacemos caso a Platón pareciera que lo son sobre todo cuando son falsas). La casa no es, o no siempre, pero quisiéramos que fuera, como advirtió Isidoro de Sevilla, el refugio del frío. En el Tesoro de Covarrubias se va aún más lejos y para regresarnos a Penélope nos vuelve a advertir un origen, tan incierto como hebreo, que haría de la casa el lugar donde se teje: donde se teje, de nuevo, esperando un regreso. En cualquier caso, ahora sí con todo el rigor, decimos hogar al lugar donde hicimos el fuego o donde, si se quiere, nos hicimos hombres. El término hogar proviene de la voz latina focus, foco de luz y de calor que, de nuevo, habría de mantenernos a salvo. No es extraño que la casa fuera la unidad germinal de la que después nacería toda forma política. Los latinos de-

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nominaron domus a la casa para prefigurar el dominio de aquel propietario que era caracterizado como el cabeza de familia. En Grecia, incluso el término casa sirvió para prefigurar cualquier forma de propiedad. Oikos, fue el término que emplearon, y las normas que rigen la casa o la propiedad nos hacen hablar hoy de economía. Luz, dominio y norma… pareciera que detrás de la casa y del hogar asientan connotaciones cuasi religiosas para recordarnos, que incluso cuando nos emancipamos, no habrá otra casa que no sea la casa del padre. Una casa de la que emanciparse o, lo que es lo mismo, una casa a la que volver. No sorprende, así, que los hombres se hayan afanado en un culto al templo o a la patria puesto que en qué modo podríamos apelar a ninguna forma de patria si no es por referencia a un pater del que nacemos para hacernos, en un sentido extenso, no casa sino nación. Salvar al padre, salvar la casa… salvarnos a nosotros mismos. Incluso la palabra ética, en una raíz tantas veces olvidada, nos recuerda que el êthos no es sino el lugar en que habitan y se recogen los animales. Preservarnos, pues, del peligro es también la vocación del hombre. El credo de los primeros liberales nos enseñó que no hay una distinción exacta entre ser y tener y merecerá la pena recordar que el tener más primigenio no es otra cosa que el tener una casa. Esto es, poder volver a un lugar en el que estar a salvo.

Zúrich: siempre tan lejos, siempre tan cercana por Daniel Hernández Actuario de Seguros

el Politécnico hasta la Parade-Platz. Además, Zúrich se encuentra a una hora en tren de Schaffhausen y las cataratas del Rin, las más grandes de Europa, aunque para agendas más apretadas el lago que baña la ciudad y sus balnearios o la subida en tren al Uetliberg son opciones más que recomendables.

Cuna del Dadaísmo (“Jolifanto bambla o falli Bambla…” escribiría Hugo Ball por gracia de su concepto poético), nuestras preferencias se decantan por la orilla izquierda del río Limmat, quizás más sobria, donde se ubican Fraumünster y las vidrieras de M. Chagall, la calle de la estación (Bahnhofstrasse) o la explanada de los Tilos (Lindenhof), quedando en la más dinámica orilla derecha la catedral Grossmünster y la Universidad, a la que se puede acceder mediante un pequeño tranvía-teleférico sin conductor.

Por eso, a pesar de no ofrecer museos de gran renombre o construcciones que pasen por inigualables a ojos de los expertos, Zùrich sigue convenciendo por su combinación entre lo clásico y lo moderno, por la calidad, cantidad y puntualidad del transporte, por su situación privilegiada con la naturaleza al alcance de la mano y por la impresión de ser un entorno confortable para propios y extraños.

Aunque haya que asumir que a las ocho de la tarde se puede producir el habitual toque de queda, tan común por aquellos lares, sigue siendo un placer perderse por la metrópoli, donde las distancias son verdaderamente cortas y extraordinariamente buenas las sensaciones, desde la estación central de trenes hasta la Bürkli-Platz, desde

Y, sin embargo, al viajero, que aún tiene el hogar donde tiene el corazón, se le encoge éste cuando, entre el tumulto, suenan gaitas que evocan otras tierras y unas niñas, hijas y nietas de emigrantes, portan banderas que significan lugares queridos por quien escribe y que quizás ellas no conozcan todavía. Y es que nada es perfecto.

Foto: Daniel Hernández

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ás de 20 años hace que el viajero no ponía el pie en Zúrich, capital financiera del país de moda, aunque hay que decir que se ha sentido como en casa al ver la infinidad de grúas y andamios que dominan el paisaje.

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NOTICIAS

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Reuniones de la Asociación Actuarial Internacional (IAA) en Zúrich

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l Instituto de Actuarios Españoles ha estado presente en la reunión semestral de la Asociación Actuarial Internacional, que en esta ocasión se ha celebrado en la ciudad suiza de Zúrich. En este evento se celebró un seminario de Educación sobre el borrador del nuevo Syllabus de la IAA. Dentro del debate algunos representantes de asociaciones europeas mostraron su sorpresa ante la ausencia de referencias claras a las materias tradicionales y específicas de los actuarios y el excesivo sesgo hacia materias financieras. Los miembros del grupo de trabajo respondieron que, si bien la Matemática Actuarial no aparece como una de las áreas de conocimientos identificadas, los contenidos correspondientes están presentes de una manera transversal. El Instituto de Actuarios Españoles solicitó que en el documento se expresara de manera más visible que, pese a la nueva ordenación de los conocimientos, no se ha reducido el contenido relativo a las materias tradicionales de los actuarios. Se ha abierto un plazo de 3 meses para que las diferentes asociaciones miembros de la IAA envíen sus comentarios al borrador. En la reunión a celebrar en Vancouver en el próximo otoño se considerará la versión revisada del nuevo Syllabus. Una vez se adopte, se establecerá un periodo máximo de 5 años para que las asociaciones miembros adapten plenamente sus propios sistemas de formación para el acceso a la profesión, ya esté basado en exámenes establecidos por la propia asociación, en un programa de formación universitario, o en una combinación de ambos.

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El Instituto de Actuarios Españoles estuvo como observador en el Advice and Assistant Committee, mientras que en el Foro de Presidentes se presentó la cualificación “Certified Actuarial Analyst” de la asociación británica (IFoA) y un proyecto de encuesta sobre la profesión a realizar a todas las asociaciones miembros de la IAA, destacándose dos problemas: la heterogeneidad (no sólo de idiomas) entre las diferentes asociaciones miembros y la privacidad y propiedad de los datos que se recopilan. Se presentó nuevamente el borrador de nuevo Syllabus y los presidentes francés, danés y japonés expresaron la misma opinión que el Instituto de Actuarios Españoles sobre las materias tradicionales y específicas de los actuarios y el excesivo sesgo hacia materias financieras.

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Por otra parte, dentro del Comité de seguridad social se expusieron presentaciones sobre el sistema suizo de seguridad social, con gran capacidad para el control del fraude a través de la colaboración de los cantones y la Administración local, y sobre la sostenibilidad del sistema de seguridad so-

cial de Lituania, inmerso en la valoración de posibles reformas: indexación de las pensiones a IPC o salarios, creación de un fondo de reserva, derivación de la pensión básica a presupuestos generales, adaptación de la edad de jubilación a la longevidad, etc. Se informó de la existencia de documentos de trabajo dentro de la AISS y la OIT sobre el trabajo del actuario en la Seguridad Social. En el Comité de salud se abordó la situación de la librería sobre documentación actuarial en salud: http://www.actuaries.org/index.cfm?lang=EN& DSP=CTTEES_HEALTH&ACT=DOCUMENTS_LIBRARY Y se debatió sobre el papel del actuario en salud y sobre la posibilidad de mayor incidencia de esta materia en el Syllabus de la IAA, pues se ha constatado que aunque la salud es cada vez más importante a nivel socioeconómico, el actuario está fuera de los sistemas básicos pues no es un profesional vinculado a los mismos ni él se interesa por esta materia. Se plantearon como temas de discusión: las pruebas genéticas dentro del seguro y reaseguro, la incidencia del Alzheimer y la tarificación en salud antes los criterios colectivo e individual. Por último, se realizaron reflexiones sobre el documento elaborado por el comité: Analysis on the risk of Ebola. http://www.actuaries.org/index.cfm?lang=EN&DSP=PUBL ICATIONS&ACT=PAPERS En cuanto al Comité de Riesgos Financieros y Empresariales, el debate se centró en la Nota actuarial internacional (IAN) sobre Enterprise Risk Management, donde el Instituto de Actuarios Españoles defendió la posición del actuario como pilar indispensable de la función actuarial, que a su vez es una línea transversal de defensa frente a los distintos riesgos, considerándose que la redacción que la función actuarial tiene en la directiva de Solvencia II no favorece a la profesión. Foto: Daniel Hernández


NOTICIAS México y Finlandia informaron sobre sus modelos de solvencia y se discutió sobre el riesgo sistémico en el sector asegurador: la regulación de los grupos aseguradores internacionalmente activos, los ajustes que deberían realizarse en los requisitos de capital para considerar el riesgo sintético, la importancia de la función actuarial en la medición y gestión de este riesgo y los instrumentos de transferencia de riesgo más adecuados. Por último, se debatió sobre el proyecto de

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creación de base de datos sobre gestión de riesgos a imagen y semejanza de la que posee el Comité de salud. Finalmente, en el Grupo de Trabajo de Mortalidad la Presidencia propuso que el observador del Instituto de Actuarios Españoles pase a formar parte del Grupo de Trabajo. Entre otras cuestiones, se expusieron informes en la materia de Alemania, Noruega, Polonia, Brasil y Estados Unidos, así como investigaciones a cargo de J. Lu, D. Ryan, P. Lewis, H. Yamazaki y E. Pitacco.

Jornada Fundación Mapfre e Instituto de Actuarios Españoles Solvencia II, oportunidad para mejorar la manera de abordar el riesgo de longevidad

Mercedes Sanz, directora del Área de Seguro y Previsión Social de Fundación Mapfre, presentó a los autores del estudio. José Miguel Rodríguez-Pardo, coordinador del trabajo galardonado, repasó el contexto actual (aumento de longevidad y una mejora de la salud de la población), que repercute en la actividad aseguradora. Así, el estudio parte de la proyección de cuatro modelos para la creación del Spanish Longevity Index (SLI), un índice que puede ser empleado para el cálculo de pasivos actuariales, desarrollo de modelos internos, pricing, etc. Además, señaló que se va a exponer el estudio a las autoridades europeas de seguros y fondos de pensiones, presentando la opción de elaborar un European Longevity Index (ELI). Irene Albarrán, coautora del trabajo y profesora de la Universidad Carlos III de Madrid, afirmó que este trabajo responde a la “necesidad de modelizar con modelos actuariales la dinámica de la mortalidad para incluirla en los cálculos del sector asegurador”. Asimismo, remarcó “la enorme importancia del aumento de la longevidad, que representa un gran reto para el sector asegurador”, pero

también supone la oportunidad de incorporar modelos que introduzcan las mejoras de la mortalidad. Fernando Ariza, coautor y responsable del Área de Solvencia de Mutualidad de la Abogacía, departió acerca de la gestión, mitigación y transferencia del riesgo de longevidad en el marco de Solvencia II. “Con unas buenas metodologías y una buena gestión del riesgo tenemos resueltos muchos de los problemas que se nos plantean. Tenemos que innovar y proponer”, comentó. Los autores del estudio proponen la definición de un modelo propio, alternativo a la fórmula estándar de la directiva, con el fin de ajustar los requisitos de capital a los riesgos de longevidad reales asumidos por las entidades aseguradoras. En cuanto a la mitigación y transferencia del riesgo de longevidad, afirmó que actualmente está muy concentrado en el sector público, que lo está trasladando al ciudadano –factor de sostenibilidad incluido en la última reforma de las pensiones–. Sin embargo, advirtió que el sector público no está dando los pasos oportunos para transferir dicho riesgo al sector privado, que debe estar preparado para ofrecer una buena oferta al usuario y ser capaz de transferir el riesgo al reaseguro y a los mercados de capitales, incidiendo particularmente en el papel de los swaps de longevidad. Tras estas exposiciones se celebró un coloquio al que se sumaron María Luz Durbán y Víctor Manuel Cóbreces, coautores del estudio. La clausura de la jornada corrió a cargo de Luis María Sáez de Jáuregui, presidente del Instituto de Actuarios Españoles, quien anotó que “el reto de Europa y de España se encuentra en la longevidad y el envejecimiento de la población”.

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undación Mapfre y el Instituto de Actuarios Españoles celebraron el 25 de marzo la jornada ‘El riesgo de longevidad y su aplicación práctica a Solvencia II. Modelos actuariales para su gestión’. En el acto se profundizó en el contenido del trabajo homónimo, premiado en la VII Convocatoria del Premio Internacional de Seguros Julio Castelo Matrán. En la inauguración, Fernando Moreno, subdirector general de Inspección de la DGSFP, destacó la importancia de la investigación en el ámbito asegurador y actuarial y, en particular, realzó la idoneidad del estudio premiado, centrado en el riesgo de longevidad, de gran relevancia con la vista puesta en la entrada en vigor de Solvencia II.

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MIEMBROS TITULARES

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MIEMBROS TITULARES

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ALTAS

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APELLIDOS

NOMBRE

APELLIDOS

NOMBRE

AGUADO GARCIA

ADRIANA

ALBA GARCIA

3690

MESTRE GARCIA

JORGE

3695

NOELIA FLORES

3716

MORENO MAÑEZ

MARIA ELENA

3710

ALVAREZ BARRIADA

MARIA

3722

MUÑOZ CRUZ

MARTA

3711

ARRANZ ESQUIVEL

FERNANDO

3702

MUÑOZ GARCIA

ESTEFANIA

3712

AVILA MONTIEL

NOELIA

3703

NAVARRO PEREZ

VICTOR

3696

CANET CATALA

MARIA TRINIDAD

3717

NONDEDEU HERNANDEZ

ESTEFANIA

3724

CARLES GALLEGO

PAULA

3723

PANIAGUA OCAÑA

CRISTINA

3697

CORBELLINI ORTIZ

ALEJANDRO

3691

PLAZA CAMPOS

JOAQUIN

3713

DE VICENTE MALDONADO

JAVIER

3704

PRIETO SANTA-CRUZ

JESUS

3728

DERMENDZHIYSKA

LYUBIMKA BOYKOV

3705

RODRIGUEZ ALCOCER

LUIS MIGUEL

3698

FERNANDEZ CAMPOS

ALEJANDRO

3692

RUIZ CAMPOS

RUBEN

3699

FUSTER COLOMAR

JOEL VICENT

3706

SOLIS SUPLE

GORKA

3725

GABARAIN CONTRERAS

IÑIGO

3718

SQUALLI

YOUSSEF

3714

GARIN ISONA

CARLES ALBERTO

3707

TAPIAS GREGORIS

VICTOR F.

2338

GARRIDO MARTINEZ

ALEJANDRO

3726

TEJERO CACERES

PATRICIA

3700

JIMENEZ ALONSO

ALBA

3719

TORRES MAGRO

FERNANDO MIGUEL

3721

LOPEZ GOMEZ

RAFAEL

3727

TORTOSA MONDEJAR

PEDRO FCO.

1242

LOPEZ TORRES

MARIA DE LOS LL

3720

TREVIÑO CID

MARTA

3730

MARIJUAN TAJADURA

JUAN ANTONIO

3729

VEGAS VILLODRES

DANIEL

3701

MARTIN SANCHO

CARLOS

3693

VIVAS PAZ

GUILLERMO HUMBE

3715

MARTINEZ CAMPOS

FRANCISCO JOSE

3694

ZAMARREÑO RABADAN

MANUEL

2184

MARTINEZ RISQUE

Mª DEL PILAR

3708

ZARZA GOMEZ

ESTEVE CARLOS

3731

MENENDEZ VALLE

DAVID

3709


Próximo Número SEGUROS DE TRANSPORTE La extensión del proceso de mundialización de la economía junto con la globalización de las relaciones sociales y empresariales ha provocado un aumento exponencial del movimiento de mercancías y personas en el planeta. Mercancías que se desplazan por tierra, mar y aire, documentos, turistas y viajeros, son algunos de los hechos asegurables por el sector. Se da, además, una crisis de las tijeras en la que, por una parte, disminuyen los costes asociados a la movilidad y, por otra, aumentan las exigencias y conocimientos de los clientes a la hora de asegurar el viaje de sus productos o sus propios desplazamientos. Buscaremos, entonces, los sistemas de seguro de mercancías y viajeros así como las nuevas tendencias en fijación de precios y tarifas a la hora de afrontar las especificidades del sector, siempre con la idea de definir los riesgos, cuantificarlos y presentar las tendencias en lo que a su seguro se refiere. Esto constituirá nuestro Tema de Portada. En cuanto al resto del número de otoño, los colegiados del Instituto envían cada vez con más asiduidad sus trabajos científicos que tienen acogida en forma de Dossier. Así como sus apreciaciones o puntualizaciones sobre determinados riesgos o productos del seguro, que tienen su cabida en el Espacio Actuarial. Las habituales secciones recogerán viajes, aficiones, lecturas, que también definen a nuestra comunidad.


Instituto de Actuarios Españoles Víctor Andrés Belaunde, 36 28016 Madrid - España Teléfono: +34 91 457 86 96 Fax: +34 91 457 14 07 iae@actuarios.org • www.actuarios.org


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