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AGENDA POLÍTICA AMPLIADA DE LAS MUJERES DE SAN JUAN DE LURIGANCHO Proyecto: “Modelos de atención educativa en zonas urbano-popular y rural en articulación con el Estado, la sociedad civil y la empresa privada”


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AGENDA POLÍTICA AMPLIADA DE LAS MUJERES DE SAN JUAN DE LURIGANCHO Necesidades, demandas y expectativas de igualdad de oportunidades entre mujeres y hombres “Necesitamos las mismas oportunidades que los hombres: educación y respeto por nuestro trabajo…”

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l Instituto de Fomento de una Educación de Calidad – Instituto EDUCA, en el marco del Proyecto “Modelos de atención educativa en zonas urbano-popular y rural en articulación con el Estado, la sociedad civil y la empresa privada”, presenta la “Agenda política ampliada de las mujeres” y lo pone a disposición pública. Este documento recoge el clamor de un número importante de mujeres y hombres del distrito de San Juan de Lurigancho para convertirse en un instrumento de movilización, planificación y herramienta para la gestión pública. Su construcción y presentación pública tienen como objetivo influir en los agentes decisores e instituciones estatales y privadas que intervienen en el distrito. A través de este escrito se espera que las instituciones del gobierno central, con sede en nuestro distrito, el gobierno local, las organizaciones no gubernamentales, los partidos políticos, las organizaciones sociales de base, las organizaciones vecinales, entre otras, tengan presente y prioricen los temas planteados. La Agenda política ampliada de las mujeres recopila las principales necesidades, demandas y expectativas de las mujeres y hombres de San Juan de Lurigancho en el marco de la igualdad de oportunidades entre ambos géneros. Este responde a nuestra realidad espacial y diversidad intercultural y se desprende de las experiencias prácticas y de las historias personales y de vida de las mujeres. Con ellas se construye la presente propuesta, más allá de las demandas particulares, orientada hacia la mejora de la calidad de vida y al desarrollo de nuestro distrito. Y de esta manera se busca aportar al proceso de participación ciudadana, a la democracia y al desarrollo local sostenible. La reflexión colectiva de las mujeres organizadas en distintos grupos a lo largo y ancho del distrito de San Juan de Lurigancho, cuya participación en numerosas jornadas y talleres de discusión, aporta a la recopilación de valiosa información que pone en evidencia la problemática de las mujeres en las zonas urbano marginales de la capital peruana, en estos días. La sistematización de estos diálogos permitió concluir en un diagnóstico del ejercicio de los derechos individuales y colectivos femeninos que se encuentran plasmados en este documento, el cual nos permite conocer cómo estamos -desde la perspectiva de las mismas mujeres y hombres de distrito- en aspectos como: acceso a la salud, trabajo digno, condiciones para el emprendimiento, educación, acceso a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), violencia y participación ciudadana. 3


A la vez, hemos logrado concentrar propuestas de solución a un conjunto de necesidades relacionadas al ejercicio de los derechos como ciudadanas, como madres de familia, como trabajadoras/es, como esposas/os, comerciantes, usuarias/os de diversos servicios, y una serie de roles que hoy se ven afectados por el desconocimiento y el irrespeto. Son siete temas los que han alcanzado mayor consenso, a diferencia del año pasado en el que se analizaron solo cinco. Este año se vio por conveniente ampliar la investigación en cuanto a Mujer y acceso a las TIC, y Mujer y emprendimiento, esto a partir del diálogo y el planteamiento de nuevas necesidades y problemáticas. Las unidades de análisis estuvieron integradas por las representantes (dirigentes) de las comunidades (organizaciones vecinales), organizaciones sociales de base (Comités de Vaso de Leche, Clubes de Madres y Comedores Populares), los Comités de Seguridad Ciudadana, las Coordinadoras y Redes de Mujeres de los Asentamientos Humanos José Carlos Mariátegui, Juan Pablo II, La Providencia y Sagrado Madero; así como las Promotoras y Promotores de Salud, integradas en la Asociación Distrital de Promotoras y Promotores de Salud de San Juan de Lurigancho – ADPROSA y la Red Pro Derechos de la Mujer – Red PRODEM. A todas y cada una y uno de ellas y ellos nuestro reconocimiento y agradecimiento.

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1. La Mujer y Educación “Necesitamos trabajo para dar seguridad a nuestra familia y a la vez poder estudiar…” ¿Cómo estamos? • La educación de los niños/as y el machismo En los locales de PRONOEI (Programas No Escolarizado de Educación Inicial) del distrito, el personal a cargo están integradas por mujeres de la comunidad (lo que hace que los PRONOEI presenten una naturaleza autogestionaria, pues no solo velan por la educación de los niños y niñas, sino también por su alimentación, a través de sus comedores infantiles) en su mayoría -salvo raras excepciones-. Las madres somos las responsables de llevar y recoger a los niños y niñas, participamos en las actividades escolares y hacemos seguimiento al aprendizaje de nuestros hijos/as; los hombres y la sociedad en general nos delegan la responsabilidad en la orientación y educación de nuestros hijos e hijas, nos dejan solas con esta labor y en muchos casos nuestros esfuerzos son insuficientes, pues nuestros jóvenes caen en pandillas, en la delincuencia, las drogas o vicios, como la ludopatía. Por otro lado, somos testigos de cómo las profesoras de los PRONOEI refuerzan los estereotipos a través de los juegos, dinámicas y canciones que emplean para enseñar a las niñas y los niños. • Nuestro derecho a estudiar La sobrecarga de trabajo doméstico y cuidado de nuestros hijos, sumada a la negativa de los esposos a superarnos, no permite que las mujeres sigamos estudios luego de estar casadas o aceptar la convivencia. Los estereotipos (culturales, sociales y tradicionales) establecidos nos limitan a la dedicación exclusiva a la casa y a nuestros hijos, dejándonos sin posibilidades de desarrollo personal y profesional, a través del estudio. Todo nuestro tiempo está dedicado a la labor doméstica, al cuidado y la atención de nuestros hijos, mientras que los hombres se dedican prioritariamente a trabajar y a seguir preparándose. • El miedo y el conformismo La decisión personal de cada mujer es imprescindible para estudiar. La formación machista y el acumulado de años vulneran nuestros derechos, nos hacen temerosas y en algunos casos conformistas. Aceptando nuestra realidad y situación; las mujeres, por lo general, no nos decidimos a salir a buscar y/o crear oportunidades para educarnos. • El Estado no cumple su función No se cumple nuestro derecho a educarnos igual que los hombres; eso genera rechazo y humillación a lo largo de nuestras vidas. Tampoco existe apoyo para las madres 5


solteras y menos aún para las madres adolescentes. No hay asistencia de parte de la sociedad para las mujeres que se hacen cargo solas de la manutención y educación de sus hijos. ¿Qué proponemos? • Es necesario romper con los parámetros, estereotipos y modelos de convivencia impuestos por la sociedad Cabe la necesidad de repensar las maneras en que se imparte educación a los niños/as y adolescentes, desde la formación que se brinda en casa hasta la forma de enseñar que los profesores utilizan en los colegios. • Involucrar a los esposos y padres en la educación de sus hijos Es fundamental que los hombres asuman responsablemente su función en la educación de sus hijos. Esto hará posible que sea más ligera nuestra carga como madres, y los mejores resultados se verían en nuestros propios hijos e hijas, así como nos dejaría tiempo para desarrollarnos. • Una gran campaña de sensibilización El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables y el Ministerio de Educación, junto con las autoridades locales, deberían organizar campañas que sensibilicen y logren la toma de conciencia a los hombres de las comunidades de nuestro distrito en la igualdad de género y sus beneficios, de manera permanente. • La apertura de un centro de educación para mujeres Demandamos que la educación llegue a nosotras, que se abra un centro de enseñanza técnica de calidad en nuestra propia comunidad, que sea parte de un plan integral

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especializado para mujeres adultas y que podamos asistir sin tener que pagar precios elevados y con las facilidades en los horarios, para no descuidar a nuestros hijos. De igual manera exigimos que se atiendan nuestras necesidades de trabajo y recreación para todas las mujeres de San Juan de Lurigancho. •Pedimos el compromiso de las autoridades Todas nuestras demandas serían atendidas si es que existiera real voluntad política de las autoridades y compromiso con el desarrollo de las mujeres en condiciones de igualdad. Esto representaría también el desarrollo del distrito. Exigimos el cumplimiento de la Ley de Igualdad de Oportunidades, es una demanda urgente que el Estado haga valer las leyes existentes que respaldan a la mujer. De esta manera se garantizaría que la educación llegue en igualdad de condiciones para hombres y mujeres. •Tocamos las puertas de la empresa privada Hacemos un llamado a la responsabilidad social de la empresa privada que trabaja en el distrito; educar a una mujer garantiza el progreso de su familia y la réplica de sus conocimientos en su entorno, por consiguiente la mejora del nivel de vida. También es responsabilidad de la empresa privada atender esta demanda social. •A las mujeres, en particular, les demandamos valor para romper con el miedo Solo enfrentando el miedo y los prejuicios estaremos dando un paso adelante para exigir nuestro derecho a la educación y a nuestro desarrollo personal.

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2. La Mujer y el acceso a las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) “Debemos ayudarnos entre nosotras, darnos la mano y enseñar a mujeres de todas las edades…” ¿Cómo estamos? • Nuestros hijos nos han acercado al internet La necesidad de acompañar a nuestros hijos e hijas a las cabinas de internet, por la necesidad de buscar información o hacer sus tareas, nos ha hecho sentir una desventaja más, porque no sabemos manejar una computadora, y menos navegar en internet. • Las mujeres adultas no usamos el internet y otras tecnologías porque no tenemos tiempo para aprender Estamos dedicadas a las labores domésticas y a la atención de nuestros hijos y limitadas ante la alfabetización virtual. • No tenemos acceso a toda la información que se maneja por internet y estamos limitadas en la comunicación Sabemos que las últimas ofertas de trabajo y las noticias se encuentran en este medio y nosotras no podemos acceder a ellas y tampoco podemos aprovechar las ventajas de la comunicación inmediata por correos electrónicos, llamadas o chat. • El Estado no vela por nuestro derecho a acceder a las nuevas tecnologías Desde pequeñas no nos han enseñado igual que a los hombres y ahora que somos adultas tampoco tenemos las oportunidades de aprender o no estamos acostumbradas a tenerlas y en otros casos no tenemos los recursos para poder pagar por la capacitación en un instituto. Sentimos vergüenza, impotencia y frustración por no haber aprendido en su momento. Un vez más los estereotipos nos han condenado. No somos educadas en estas nuevas tecnologías, a diario tenemos que luchar con el miedo y la limitación que genera el “no saber” y pedir ayuda a niños pequeños. • El machismo se extiende a espacios como las cabinas de internet Las cabinas son vistas como zonas violentas para las jóvenes y niñas, pues se exponen a agresiones sexuales (tocamientos e insultos) por parte de los hombres, que además usan las cabinas públicas para el visionado de pornografía. Ello limita la libertad de las niñas, pues no las podemos dejar ir solas a las cabinas.

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¿Qué proponemos? • Revertir la brecha de acceso a las TIC Las mujeres estamos viviendo las consecuencias de la exclusión en el acceso a las nuevas tecnología. Esto representa un atentado contra nuestros derechos, pues son claras las desventajas para nuestra vida y la de nuestras familias. Las autoridades tienen la obligación de prestar atención y trabajar para revertir esta vulneración a nuestros derechos. • La implementación de un plan nacional y local para la capacitación de las mujeres en las TIC Requerimos capacitación urgente en nuestras propias comunidades; los colegios son una buena alternativa pues están cerca y cuentan con laboratorios de computación, necesitamos que estén a nuestra disposición los fines de semana con docentes que enseñen desde el nivel básico. • Las mujeres organizadas y su empoderamiento De manera solidaria, las mujeres nos organizaríamos para replicar todo lo aprendido y no dejar a ninguna mujer sin el conocimiento de las nuevas tecnologías. Los recursos que ofrece el manejo de las TIC serían aprovechados para el fortalecimiento de las mujeres en distintos ámbitos, como el emprendimiento, la crianza de los hijos, la organización, la participación ciudadana y la exigencia de nuestros derechos, entre otros. • Regular el funcionamiento de las cabinas de internet Conocer y manejar las nuevas tecnologías nos permitirá poner parámetros al funcionamiento de las cabinas de internet, como el uso de filtros para pornografía y cosas obscenas para menores de edad, así como de normas de convivencia dentro de esos establecimientos. Las autoridades tienen una gran responsabilidad en este aspecto.

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3. La Mujer y El Trabajo Digno “Nuestro trabajo en el hogar es importante, debe ser valorado. No quieren ver nuestro valor y lo importante que somos.” ¿Cómo estamos? • El trabajo de las mujeres no es valorado Las mujeres recibimos menor paga por el mismo trabajo realizado por los hombres. Existe una idea equivocada de que nuestras capacidades son inferiores a la de los hombres, no se aprecian nuestras diferencias y nuestros aportes. • Gran parte de nuestro trabajo es el servicio a la comunidad Tenemos largas y agotadoras jornadas de trabajo en organizaciones a favor de la colectividad (organizaciones vecinales, comedores populares, programas de vaso de leche, comités de gestión o de obras: de nuestros parques, escaleras, pistas o lozas deportivas). Este trabajo no es reconocido socialmente a pesar de contribuir al sustento y bienestar de las familias y al desarrollo de nuestra comunidad y, por ende, del distrito. • La falta de educación es uno de los motivos principales para no ser empleadas No tener educación y ser mayores de 30 años nos cierra las posibilidades de insertarnos al mercado laboral. • La carga familiar también es motivo de discriminación Ser madres no nos permite trabajar fuera de casa durante muchas horas y los empleadores generalmente exigen más de ocho horas de trabajo sin reconocer el pago por horas extras; tampoco aceptan dar permisos por embarazo ni lactancia, por eso al enterarse de nuestra maternidad no nos contratan. • Los hombres acaparan los empleos en el distrito El trabajo remunerado es para los hombres, en su mayoría; las mujeres nos quedamos en la casa para la atención de los hijos. • No se cumple nuestro derecho al descanso y la recreación después del trabajo. Los hombres disfrutan de los lugares y centros de recreación con mayor frecuencia que las mujeres. Esto se debe a que el trabajo doméstico “nunca termina”, ello limita no sólo nuestra recreación sino nuestras posibilidades de formación y desarrollo. A ello se suma que los espacios de recreación o para la práctica deportiva, en su mayoría, están orientadas al uso de los hombres. 10


• Necesitamos guarderías para nuestros hijos Para trabajar tranquilas sin miedo a descuidar a nuestros hijos, necesitamos guarderías seguras donde estén bien cuidados mientras trabajamos. ¿Qué proponemos? • Demandamos estabilidad laboral y beneficios sociales para las mujeres Trabajamos en la incertidumbre sin saber cuándo nos quedaremos sin trabajo y sin ningún tipo de beneficio: Si nos enfermamos o se enferman nuestros hijos, nos condenan prácticamente a la muerte pues no nos cubre ningún seguro de salud. • Pedimos al Ministerio de Trabajo que sea estricto en las inspecciones laborales en el distrito para casos de discriminación Que se cumpla la ley, sobre todo velar por el respeto a la maternidad de la mujer en el trabajo: licencia de maternidad, licencia de lactancia, que se evilen los despectivos arbitrarios, etc. • Demandamos a los congresistas trabajar por una ley que promueva el trabajo de las mujeres No es posible que a pesar de lo mucho que trabajamos por nuestras familias y nuestra comunidad y nuestros aportes a la economía nacional y mundial, sigamos siendo el rostro de la pobreza y de la economía informal, es necesaria y urgente una legislación que revierta esta situación.

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• Exigimos reconocimiento social y económico al trabajo doméstico y de servicio a la comunidad Nuestras largas jornadas de trabajo al cuidado de los hijos o de los ancianos y en los comedores populares deben ser socialmente reconocidas y remuneradas. • Pedimos a las autoridades locales promover alianzas con instituciones, organizaciones de la sociedad civil y empresas Se deben ofrecer talleres de gestión empresarial y de capacitación técnica para las mujeres, de esta manera se potencializaran nuestras capacidades y habilidades. • Realizar campañas de sensibilización dirigidas a los empresarios Es urgente sensibilizar a los empresarios contra todas las formas de discriminación en el empleo, como por ejemplo: brechas salariales, acoso y hostigamiento sexual, despidos arbitrarios, etc. • Es necesario que existan cunas-guarderías en las principales zonas de comercialización y producción del distrito Las mujeres tenemos dificultades para trabajar al no tener con quien dejar a nuestros hijos. Por esta razón es que muchas nos resignamos a quedarnos en nuestros hogares, lo que impide generar ingresos propios.

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4. Mujer y Violencia “Hay derechos contemplados en la Constitución Política, pero no se cumplen a causa del machismo. Lastimosamente esos derechos solo se recuerdan en fechas especiales…” ¿Cómo estamos? • Sufrimos violencia de nuestros esposos (violencia familiar) Muchas de nosotras somos golpeadas e insultadas por nuestros esposos o convivientes y humilladas por sus familiares. Esto afecta nuestra estabilidad emocional tanto de nosotras como de nuestros hijos; tenemos baja autoestima y temor. • El machismo es el origen de la violencia y nosotras lo seguimos aceptando El machismo pasa de generación en generación debido a la crianza. A diario luchamos contra el temor que genera la violencia, lo que no nos deja cambiar este modelo. La mayoría de las mujeres todavía lo acepta. • El factor económico nos hace dependientes La falta de educación y de oportunidades de trabajo para la mujer no nos permite independizarnos económicamente de los hombres, que por el machismo abusan de nosotras.

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• La sociedad nos juzga y condena Existe una idea equivocada de que una mujer es mejor aceptada cuando está al lado de un hombre que cuando estamos solas con nuestros hijos, atendiéndolos y realizando labores domésticas. Si tratamos de desarrollarnos técnica o profesionalmente se nos juzga mal por tener estas intenciones de superación. • El sistema no nos ofrece seguridad si decidimos denunciar a los agresores Desde las comisarias hasta el poder judicial (no quedando ajeno de ellas las Fiscalías), no se cumplen nuestros derechos a ser escuchadas y protegidas; además no existe apoyo del Estado a las madres solteras y menos aún para las más jóvenes. Muy por el contrario, en el trabajo nos pagan menos a pesar de que tenemos que mantener solas a una familia. Las leyes de protección a la mujer y a los niños no se cumplen, son letra muerta. Algunas sabemos que existe la legislación que nos ampara; pero nadie las hace respetar; por otro lado, todavía existe una mayoría de mujeres que desconoce nuestros derechos y las leyes que nos protegen. • Las autoridades locales no hacen nada por erradicar los espacios que son foco de violencia en nuestras comunidades Los parques abandonados, las calles y explanadas sin iluminación y bares informales son los lugares en que las mujeres están más expuestas a la violencia. Esto se debe a que en estos lugares se concentra el pandillaje y la delincuencia, vinculados al alcohol y las drogas. En la comunidad, existen hostales que funcionan de forma clandestina como prostíbulos, en ellos se ven jovencitas de bajos recursos económicos que trabajan sin ninguna protección. ¿Qué proponemos? • Pedimos al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables liderar una campaña nacional para erradicar la violencia contra las mujeres Que las autoridades y los medios de comunicación se pongan la camiseta de la “No Violencia”, cambiando los patrones de conductas machistas y promoviendo el respeto al bienestar mental y físico de las mujeres y a una convivencia en armonía. • Exigimos a las autoridades judiciales ser firmes y severos contra aquellos que atenten contra la integridad de las mujeres El respaldo a las mujeres en casos de violencia está contemplada en la legislación pero al no cumplirse a cabalidad nos quedamos solas frente a nuestros agresores. • Mejorar la atención y la difusión de las instituciones que funcionan al servicio de la mujer en casos de violencia Que las instituciones de protección a la mujer registren y atiendan eficientemente las 14


denuncias de violencia contra la mujer. Estas instituciones deben contar con profesionales que estén capacitados para abordar de forma adecuada esta problemática. Que se incremente la difusión de estas instituciones, pues hay mujeres que todavía no saben cómo denunciar los casos de maltrato. • Al Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables le solicitamos difundir con mayor fuerza en el distrito la existencia de la “Línea 100" y establecer las Casas de Refugio Estamos de acuerdo con la “Línea 100" que nos permite denunciar sin temor las represalias. También pedimos que las Casas de Refugio cuenten con personal altamente calificado en el tema de violencia de género. • Formación de Comités de Seguridad Ciudadana Exigimos la pronta organización de Comités de Seguridad Ciudadana que cuenten con el reconocimiento y la capacitación del municipio y la policía nacional para combatir la delincuencia, el pandillaje, etc., para evitar que se vulneren los derechos de las mujeres. A la vez, invocamos a las mujeres a ser fuertes, vencer el temor y denunciar al agresor, buscar ayuda en otras mujeres, informarse, conocer sus derechos, recurrir a las instituciones de ayuda a la mujer; este es el primer paso para romper la cadena de la violencia.

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5. Participación Ciudadana de La Mujer “Tomar decisiones, ser arriesgada, tener confianza en una misma…” ¿Cómo estamos? • El liderazgo en el hogar y en la comunidad es para los hombres Los hombres no sólo lideran en la casa y en las dirigencias vecinales, sino que lo hacen de manera autoritaria y arbitraria, no escuchan y menos a las mujeres, somos ignoradas. No nos dan la oportunidad de participar en cargos donde se toman decisiones, no valoran lo que podemos aportar a la comunidad con nuestro punto de vista. • Nos reservan la participación en organizaciones de asistencia doméstica Nosotras solo asumimos cargos en el Club de Madres, Comedores Populares o Comités de Vaso de Leche, entre otros; ya que en estos lugares los hombres no participan. Sin embargo, en estos espacios hemos demostrado nuestras fortalezas y lo que podemos lograr trabajando juntas. • Nos da miedo participar La falta de oportunidades a la que estamos acostumbradas durante toda nuestra vida, nos ha vuelto miedosas y calladas, tenemos temor de ser escuchadas y a ser criticadas. Por ello nuestra poca participación en los espacios sociales y políticos. • Podemos ser lideresas comprensivas y comunicativas con la sociedad Conocemos nuestra realidad, nuestros problemas y necesidades; una vez que nos aclaramos y tomamos confianza en nuestras decisiones y valores podemos hacer mucho por nuestra comunidad con tolerancia y responsabilidad, sólo necesitamos la oportunidad.

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¿Qué proponemos? • Exigimos al Estado garantizar los espacios de participación de las mujeres Aún seguimos siendo la minoría en cargos decisores; revertir esto es responsabilidad y un deber de los gobernantes. • Las mujeres organizadas demandamos participación en los espacio de decisión local No sólo servimos para liderar los Comedores Populares y los comités de Vaso de Leche, también estamos aptas para liderar dirigencias vecinales y distritales. Tenemos mucho que aportar. • A las mujeres les pedimos tener confianza en sus capacidades y vencer el miedo Tenemos que perder el temor a levantar la voz y ser escuchas en nuestras propias comunidades, sobre todo cuando tenemos la razón de nuestro lado.

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6. Mujer y Emprendimiento

“Necesitamos las mismas oportunidades que los hombres: educación y respeto por nuestro trabajo”

¿Cómo estamos? • Tenemos un gran espíritu emprendedor Las necesidades de nuestro hogar nos impulsan al ingenio, a buscar oportunidades de negocios, desde el pequeño negocio o comercio que haya en nuestro entorno; pero es casi imposible crecer por las dificultades que encontramos en el sistema financiero y de formalización. • No hay apoyo real del Estado para las mujeres emprendedoras La primera barrera que encontramos es el capital, ningún banco te presta si no tienes trabajo formal y menos si eres sólo ama de casa, peor aún si eres madre soltera; y si logras un préstamo, los intereses son demasiado altos. Por otro lado, conseguir una licencia de funcionamiento y el certificado de defensa civil es bastante difícil y caro en la municipalidad, a parte de los cobros indebidos que nos piden ciertos trabajadores corruptos para agilizar nuestros trámites. • Falta de capacitación Tenemos necesidad de capacitación en cuestiones de negocios y mercado, herramientas para poder administrar mejor nuestros negocios, necesitamos -para elloesa formación cerca de nuestras casas y a precios accesibles. • Lugares seguros para nuestros hijos El tiempo que nos demanda el cuidado de nuestros hijos no nos deja desenvolvernos como emprendedoras por el miedo a descuidarlos o dejarlos solos. • Apoyo de nuestros esposos El machismo hace que nuestros esposos se opongan a nuestras aspiraciones de poner un negocio o pequeño comercio; en otros casos no nos apoyan en el trabajo de la casa y con los hijos; eso no nos deja tiempo y se nos hace más difícil dedicarnos al negocio. ¿Qué proponemos? • A las mujeres les pedimos confiar en su espíritu emprendedor y en sus habilidades para buscar un cambio en nuestras vidas El miedo al rechazo y a la falta de oportunidades nos limita y paraliza. Es hora de vencer esos temores.

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• Exigimos al Estado que cumpla sus promesas de incentivar los negocios liderados por mujeres La economía se mueve en gran parte gracias a los negocios emprendidos por la fuerza femenina (las experiencias de emprendimiento en nuestro distrito dan fe de pequeños talleres de manufactura de calzado, confecciones, artículos de limpieza para el hogar y tejidos desarrollados en las viviendas y lideradas por mujeres). Necesitamos apoyo financiero y facilidades para la formalización. • Pedimos a los congresistas prestar atención a la legislación que regula el sistema financiero con respecto a los préstamos para pequeños negocios liderados por mujeres La principal causa de que nuestras iniciativas de emprendimiento mueran es por lo difícil que resulta para las mujeres acceder a un préstamo, ya sea a través de los bancos, cajas municipales o cooperativas de ahorro y crédito. • Demandamos a las autoridades locales capacitación para todas las mujeres que quieran emprender negocios Nuestras habilidades pueden ser mejor aprovechadas y estar al servicio de la economía nacional si tuviéramos la formación adecuada para sacar adelante nuestros negocios, lograr estabilidad y ser competitivas. • Necesitamos que el Estado provea de guarderías seguras para nuestros hijos Saber que nuestros hijos están bien cuidados mientras nos dedicamos a los negocios, nos dará tranquilidad y podremos rendir mejor.

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7. La Mujer y el acceso a La Salud “Pedimos al personal de salud respeto, amabilidad, mucha paciencia y tolerancia.” ¿Cómo estamos? • La atención en los centros de salud no es la adecuada Los médicos y enfermeras, por lo general, no nos dan la atención humana y digna, nos gritan cuando no seguimos sus indicaciones, nos atienden demasiado rápido, sin cuidado, no tienen respeto ni sensibilidad para con nosotras, sus pacientes; no nos brindan la información que necesitamos, nos sentimos marginadas por ser mujeres, pobres o por nuestra procedencia. • Nos sentimos limitadas para reclamar nuestros derechos en los centros de salud El desconocimiento de nuestros derechos, el no saber a quién recurrir ni a donde y el miedo que nos infunde el maltrato hace que continúe este abuso de parte de los trabajadores del sistema de salud (ya sea del personal médico como del personal administrativo). • No hay atención especializada para las mujeres en los centros de salud de nuestras comunidades Solo hay atención general, no se atienden nuestras necesidades en ginecología, obstetricia y en la prevención de cáncer u otras enfermedades que aquejan a muchas mujeres.

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• No tenemos un total conocimiento sobre temas relacionados a la educación sexual Los hombres no están bien sensibilizados sobre las Infecciones de Trasmisión Sexual (ITS) y los métodos más apropiados y seguros de planificación familiar. Las jovencitas empiezan a tener relaciones sexuales a temprana edad y sin contar con una adecuada orientación (aconsejadas por las amigas, mitos, creencias, etc.). Esto trae como consecuencia los embarazos prematuros. Las mujeres adultas tampoco tienen un conocimiento pleno de cómo cuidar su salud sexual y reproductiva o, si lo saben, no lo llevan a la práctica. No se conoce la prevención en caso de enfermedades venéreas o cáncer de mama o útero. La mayoría casi nunca se hace el papanicolau, no sabe cómo usar adecuadamente los métodos anticonceptivos y no se protege de las ITS u otras enfermedades. ¿Qué proponemos? • El sistema de salud debe ser estricto en la contratación de técnicos y profesionales de la salud sensibles y capacitados, así como sancionar a los que no cumplan su función a cabalidad El respeto por los derechos de los pacientes, la verdadera vocación de servicio y solidaridad son imprescindibles para una buena atención. Demandamos que se respeten nuestros derechos como usuarias del sistema de salud.

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• Pedimos a las autoridades locales campañas de información y sensibilización para las mujeres, sobre sus derechos en los centros de salud y como denunciar los maltratos Es muy importante que las mujeres aprendamos a hacer respetar nuestros derechos en cualquier ámbito del sistema público y, en particular, en los Centros de Salud y Hospitales. • Solicitamos a los Ministerios de Salud y de la Mujer y Poblaciones Vulnerables realizar periódicamente campañas de prevención de enfermedades que aquejan a las mujeres Estas campañas deben estar dirigidas tanto a hombres como a mujeres, con un enfoque de respeto a los derechos de la mujer y erradicación del machismo. • Es necesario que las instituciones encargadas de brindar servicios de salud en el distrito mejoren la calidad de la atención Es urgente facilitar el acceso a este servicio y ampliar su cobertura. En este aspecto, se debe empezar por dar mayor prioridad a las familias con bajos recursos económicos del distrito. Asimismo, nosotras las mujeres creemos que las/los pobladores del distrito desconocen sus derechos sobre los diferentes servicios de salud que deben recibir del Estado. La salud y calidad de vida es un derecho de todo ciudadano y ciudadana. Por ello proponemos que el Ministerio de Salud y el Gobierno Local realicen campañas de afiliación al SIS y a EsSalud, explicando a la población los beneficios de cada seguro y su cobertura, y dar mayor y mejor atención a las personas de escasos recursos económicos.

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