Educación y Didáctica con enfoque de Derechos Humanos
Proyecto: Construyendo una cultura democrática intercultural con igualdad de género en Perú
EDUCACIÓN Y DIDÁCTICA CON ENFOQUE DE DERECHOS HUMANOS
© Instituto Peruano de Educación en Derechos Humanos y la Paz - IPEDEHP Jirón Aguarico 1015 / Breña / Lima 5 / Perú ipedehp@ipedehp.org.pe www.ipedehp.org.pe © Instituto de Fomento de una Educación de Calidad – Instituto EDUCA Jirón Aguarico 1015 / Breña / Lima 5 / Perú postmast@educa.org.pe www.educa.org.pe Elaborado por: Equipo IPEDEHP - EDUCA Equipo de revisión y actualización: Pablo Zavala Sarrio Elizabeth Evans Risco Jeovana López Prieto Lily Sayán Vásquez Cheril Cortéz Cauchos Wilian López Prieto Diagramación: Rosa Luz Gómez Balbín H ECHO EL DEPÓSITO LEGAL EN LA BIBLIOTECA NACIONAL DEL PERU N° 2020-03198 Se terminó de imprimir en junio de 2020 en: Gráfica Filadelfia S.A. Jr. Dávalos Lisson 141, Of. 2017 Cercado de Lima – Lima Todos los derechos reservados. La reproducción y distribución total o parcial de esta obra, por cualquier medio o procedimiento, sea mecánico, foto químico, electrónico, magnético, fotocopiado u otro; siempre y cuando se cite a los editores, caso contrario estará bajo las sanciones establecidas por la ley. Esta publicación ha sido realizada con el apoyo financiero de la Generalitat Valenciana. El contenido de dicha publicación es responsabilidad exclusiva del IPEDEHP y del Instituto EDUCA y no refleja necesariamente la opinión de la Generalitat Valenciana
INDICE INTRODUCCIÓN
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1. APUNTES SOBRE EDUCACIÓN CON ENFOQUE DE DERECHOS HUMANOS
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1.1 Concepto y finalidad de la educación como un derecho humano
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1.2 La Educación en Derechos Humanos
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1.3 La dimensión ético – política de la Educación en Derechos Humanos
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2. PRINCIPIOS PEDAGÓGICO-METODOLÓGICOS DE LA EDUCACIÓN EN DERECHOS HUMANOS
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2.1 Partir de la realidad
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2.2 Desarrollo de la capacidad de crítica
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2.3 La actividad
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2.4 Promoción de la expresión de afectos y sentimientos
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2.5 La comunicación horizontal
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2.6 La participación
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2.7 La integralidad
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3. LA DIDÁCTICA CON ENFOQUE DE DERECHOS HUMANOS
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3.1 Principales elementos
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3.2 Perfil del educador y educando que se pretende alcanzar
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
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Educación y Didáctica con Enfoque de Derechos Humanos
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INTRODUCCIÓN Es más que probable que en algún momento de nuestro trabajo educativo, los docentes nos hemos preguntado, ¿por qué los resultados que perseguimos no son los que esperamos? También probablemente, hemos sentido que lo que hacemos en el aula de clases pareciera como algo ajeno y lejano a nuestros estudiantes y que no los motiva ni despierta su interés por involucrarse en los procesos de aprendizaje. En pocas palabras, la pregunta podría ser, ¿por qué no sintonizamos con ellos en nuestra práctica pedagógica? El presente cuadernillo aborda la temática sobre la educación y didáctica con enfoque de derechos humanos, buscando que los directivos y el profesorado
de instituciones educativas rurales y periurbanas amplíen y enriquezcan sus conocimientos, actitudes y habilidades pedagógicas, aportando de este modo al mejoramiento de la calidad de la educación en las instituciones educativas de sus comunidades. Mediante el desarrollo de estas ideas, queremos mostrar la importancia de incorporar en tu práctica educativa cotidiana, un conjunto de elementos de carácter teórico metodológico que constituyen los principios que han orientado el trabajo de formación y capacitación que, desde hace un buen número de años, viene desarrollando el IPEDEHP y en Instituto EDUCA en diversas regiones del país.
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Estos principios tienen que ver con: •
La necesidad de conocer, no sólo la identidad personal de los estudiantes con quienes trabajamos, sino también los vínculos sociales y comunitarios que forman parte de su historia y experiencia de vida, y que, de un modo u otro intervienen en los procesos educativos.
•
La importancia de promover que las y los estudiantes pongan en marcha sus capacidades, dejando de ser entes pasivos, asumiendo un rol más activo en todo el proceso educativo.
•
La actualización y reimpresión del presente cuadernillo “Apuntes sobre educación y didáctica con enfoque de derechos humanos”, se realiza en el marco de la Confluencia institucional emprendida por el Instituto Peruano de Educación en Derechos Humanos y la Paz – IPEDEHP, el Instituto de Fomento de un Educación de Calidad –Instituto EDUCA, y el Instituto de Educación Superior Pedagógico Privado “Calidad en Redes de Aprendizaje” – IESPP CREA.
La importancia central que tiene en los procesos educativos la libre expresión de los afectos y sentimientos, puesto que los seres humanos no sólo somos seres racionales, fríos y calculadores.
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IPEDEHP - Instituto EDUCA
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APUNTES SOBRE EDUCACIÓN CON ENFOQUE DE DERECHOS HUMANOS Concepto y finalidad de la educación como un derecho humano
Concebimos los derechos humanos como aquellas “condiciones materiales, espirituales y jurídicas, fundadas en el respeto y reconocimiento de la dignidad de los seres humanos, necesarias para su realización personal y social”. Esta aproximación a una definición sobre derechos humanos, se basa en la idea de que el ser humano es un ser integral, con necesidades materiales para su subsistencia, pero que al mismo tiempo, precisa desarrollar sus potencialidades intelectuales, de creación artística y cultural, dentro de un ordenamiento jurídico,
normativo que garanticen su desenvolvimiento en su vida de relación en la sociedad. Esta definición asume, al mismo tiempo, los principios de universalidad, interdependencia y complementariedad de los derechos humanos, propuestos en la Declaración y Plan de Acción emanada de la Conferencia Mundial de Derechos Humanos realizada en Viena en 1993, superando la idea de la división de los derechos en generaciones y perfilando una visión más holística sobre los mismos, entendiendo lo holístico, no sólo circunscrito a la tradicional concepción de las dimensiones cognitiva, afectiva y psicomotora, sino referida también al entorno de la realidad social, económica, política, cultural y natural en el que los seres humanos desarrollamos nuestras relaciones de convivencia individual y colectiva.
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¡VIVA LA IGUALDAD!
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En el marco de la definición antes señalada, el fin y la razón de ser de la educación, como una condición, (es decir, como un derecho), es la persona humana. El fin no es el currículo, ni el logro de las metas de rendimiento o aprendizajes programados. El fin es el ser humano y su plena realización personal y social, y, en tal medida, los objetivos, los contenidos, las metodologías, los modelos didácticos, las técnicas, tanto como la infraestructura, el equipamiento y los materiales educativos, deben responder y estar al servicio de dicho fin. De igual modo, la visión holística de la educación como un derecho humano, implica la garantía del disfrute y ejercicio de otros derechos, como la libertad de pensamiento y opinión, el derecho a la igualdad, a la justicia, a la integridad y seguridad física, psicológica y emocional, a la no discriminación, a la intimidad, a la participación en los asuntos que
conciernen a su condición ciudadana, a la paz, a un trabajo y salario dignos, a la salud, al uso del tiempo libre, a un medioambiente físico, mental y natural sanos. En esta perspectiva, la educación, entendida como un derecho humano fundamental, demanda la necesaria concurrencia de las demás dependencias y organismos del Estado, así como de todos los principales agentes educativos (directivos, profesorado y padres y madres de familia), toda vez que su implementación y desarrollo implica una responsabilidad y compromiso ético-político. En síntesis, la educación como un derecho humano debe tener como punto de partida, como sustento y eje vertebrador, la concepción (teoría) y la realización (práctica) de los derechos humanos fundados en el reconocimiento y respeto de la dignidad de los seres humanos y de su condición de sujetos de derechos, sin distinción alguna.
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1.2
La Educación en Derechos Humanos
Tomando en cuenta lo señalado en el acápite anterior, la Educación en Derechos Humanos no puede ser entendida solo como un servicio público o privado a cargo del Estado (Ministerio de Educación), o de entidades privadas, y que se implementa en base a una estructura y programación curricular predeterminados que, teórica y técnicamente, pueden estar bien formuladas, pero que en la práctica, tienen una orientación y finalidad social y política distintas a la concepción de la educación como un derecho humano integral. La Educación en Derechos Humanos no consiste solo en el conocimiento teórico de los referentes jurídicoinstrumentales sobre los derechos humanos, sino el cómo llevarlos a la práctica, tanto en la vida de relación cotidiana de los actores que participan en los procesos educativos, así como también en la incidencia para contribuir a la formulación de políticas públicas con enfoque de derechos humanos. La Educación en Derechos Humanos no tiene que ver solo con la educación formal, con el acceso a ella de niños y niñas en edad escolar; esta abarca
todas las edades, niños y niñas, adolescentes, jóvenes y adultos, en la perspectiva de una educación permanente, para toda la vida. Concebimos la Educación en Derechos Humanos, como un proceso de interacción social intencional, orientada a la transformación de todas aquellas condicionantes que impiden la plena realización personal y social de los seres humanos. Esto supone el desarrollo de un vínculo de respeto permanente entre los sujetos de la educación y su entorno que, mediante el diálogo crítico, reflexionan, analizan, debaten, construyen conocimientos, asumen MISIÓN DE LA ESCUELA EDUCAR EN VALORES DE:
• RESPERO • JUSTICIA • SOLIDARIDAD • TOLERANCIA
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y practican actitudes y comportamientos fundados en valores éticos y democráticos, con el propósito de generar condiciones de vida más justas y dignas para todos. En esta perspectiva, la persona se asume como sujeto protagónico, es decir, como ciudadano y constructor de su propio proyecto de vida. Desde esta aproximación, en la medida que la persona humana es el centro de los procesos educativos, y entendiendo que todos los seres humanos somos seres dignos y valiosos, tanto el Estado, como los demás actores de la educación, tienen una responsabilidad ética y política insoslayable para garantizar una educación de calidad, y no hay educación de calidad, y mejor aún, la educación solo será de calidad si responde a este enfoque.
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sociedad requiere de los conocimientos y competencias intelectuales y académicas, pero primordialmente necesita la formación de personas, seres humanos y ciudadanos capaces de convivir e interactuar en la sociedad, con libertad, autonomía, responsabilidad y voluntad propias, reconociendo y respetando la dignidad y derechos de todos en la sociedad. En tal sentido, la implementación de la Educación en Derechos Humanos implica asumir una responsabilidad que no puede ser solo académica, técnica u operativa, sino, fundamentalmente, ético-política.
La Educación en Derechos Humanos tiene un profundo sentido ontológico, puesto que su razón de ser y su fin primero y último es la persona humana y su realización integral. En tal medida, la finalidad y objetivo central de la Educación en Derechos Humanos no es la acumulación de conocimientos (saber más), o el desarrollo y manejo de habilidades (saber hacer), sino el desarrollo y fortalecimiento del SER persona. Esto no quiere decir que los conocimientos y habilidades no sean importantes y necesarios. Nuestra
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EDUQUEMOS PERSONAS QUE SE VALOREN Y VALOREN A LOS DEMÁS
1.3
La dimensión ético – política de la Educación en Derechos Humanos
La Educación en Derechos Humanos tiene implicancias de carácter teórico y práctico, pero también -y probablemente esto sea lo más importante-, tiene trascendentales implicancias éticas y políticas, toda vez que tiene que ver con la dignidad de las personas, como una dimensión inherente a la condición humana, que viene a ser el fundamento mismo de los derechos humanos. Por otro lado, la dimensión ético-política de la Educación en Derechos Humanos responde a nuestra condición de ciudadanos, seres sociales, es decir políticos, que desarrollamos infinidad de relaciones y vínculos dentro de un sistema de organización de la sociedad que son necesarios para nuestro desarrollo y realización personal y colectiva.
En el marco de lo señalado anteriormente, y siendo que la razón de ser de la Educación en Derechos Humanos es la persona, es innegable que para su implementación, es necesario asumir una responsabilidad que no puede ser solo académica, técnica u operativa, sino, fundamentalmente, éticopolítica, toda vez que ella tiene como objetivo central la formación de seres humanos y ciudadanos capaces de actuar e interactuar en la sociedad, con libertad, autonomía, responsabilidad y voluntad propias. La responsabilidad ética y política en la Educación en Derechos Humanos, tiene que ver con el hecho de que las políticas educativas siempre responden a una determinada ideología y a una estructura social, económica, política y cultural. En tal medida, ningún proyecto educativo es neutro, es decir, ajeno a dicha realidad. Además, la acción educativa tiene que ver con el tipo de desarrollo, de sociedad y de ciudadanos que se quiere lograr. Es en función a este marco que la noción de democracia cobra su real sentido y relevancia. La educación entendida como un derecho
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humano, no puede ser sino democrática, puesto que no puede haber democracia sin derechos humanos, ni derechos humanos sin democracia.
¡ LA ÉTICA NOS HACE PERSONAS RESPONSABLES !
Para alcanzar la formación integral y la realización humana, el medio, modelo o forma de convivencia que necesitamos los seres humanos es la democracia, toda vez que ésta va de la mano de los derechos humanos. En otras palabras, la realización de los derechos humanos implica la democracia y la democracia implica la realización y garantía de los derechos humanos. La finalidad de la Educación en Derechos Humanos no es la ideología del mercado con su carácter pragmático, instrumentalista y utilitarista, cuyo interés central es el afán de lucro y la competitividad individualista, porque la educación no es una mercancía. La realidad actual, dentro del modelo de desarrollo neoliberal, promueve un enfoque utilitarista, pragmático que ha convertido la educación en una mercancía, ampliando las brechas de exclusión y desigualdad entre los sectores sociales del país.
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Si la estructura socioeconómica, cultural y política de la sociedad mella la dignidad de las personas y afecta o vulnera sus derechos, la Educación en Derechos Humanos tiene la responsabilidad ética de brindar, no solo los conocimientos, las capacidades y habilidades necesarias para la supervivencia material de las personas, sino también la teoría y práctica de los valores éticos y democráticos que le den sentido a sus vidas y orienten su derecho a ejercer su ciudadanía con libertad y autonomía.
“Todo acto que dañe la dignidad humana no merece ser tolerada”
Es importante tener en cuenta que, en la medida que la Educación en Derechos Humanos no está presente en el imaginario de la gente y solo formal y declarativamente en las políticas de Estado, la tarea de visibilizarla, tanto como categoría de análisis, como en la práctica pedagógica y de gestión en todos los niveles del sistema educativo peruano, es una tarea de construcción cotidiana que debe comprometer nuestros mejores esfuerzos.
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PRINCIPIOS PEDAGÓGICO-METODOLÓGICOS DE LA EDUCACIÓN EN DERECHOS HUMANOS
El IPEDEHP y el Instituto EDUCA, a través de su experiencia de más de 30 años, ha validado ampliamente un conjunto de principios de carácter pedagógico-metodológico que guardan una estrecha correspondencia con los fundamentos filosófico-pedagógicos y ético-políticos de su propuesta de Educación en Derechos Humanaos y en Democracia. Estos principios son:
2.1
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conociendo nuestra realidad
Partir de la realidad
Para educar en derechos humanos es fundamental partir de la realidad. Esto implica el conocimiento y re-conocimiento de la realidad socioeconómica, política, cultural y natural del contexto en el que se da la acción educativa. Plantea responder a las siguientes
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conociéndonos para aprender
interrogantes: ¿Cuánto conocemos a las personas con las que desarrollamos los procesos educativos? (estudiantes, docentes, personal administrativo, padres de familia y otros actores de la comunidad), ¿cuánto conocemos de la realidad social, económica, política, cultural y educativa a nivel local, regional, nacional y mundial?, ¿qué relación existe entre estos saberes y los procesos de construcción de conocimientos, capacidades y la práctica de valores en nuestra vida de relación con las personas y con la naturaleza? Creer que todas las personas son iguales, y que los procesos educativos se pueden desarrollar indistintamente con cualquier grupo y en cualquier tiempo y lugar, es desconocer su individualidad y su diversidad, negándoles su condición de personas. En efecto, hay que tener en cuenta que no hay una sola “verdad” sobre la realidad; la realidad es sentida y vivida de manera personal y por eso distinta según cada persona. Por otro lado, las personas conocen el mundo en el que viven muchas veces mejor que los educadores, y hay que aprovechar y valorar sus experiencias y aprender de los educandos. Luego, que por tener cada quien su propia realidad, hay que hacer todo lo posible para atender las expectativas y necesidades de cada persona.
Partir de la realidad de los educandos supone entonces abordar los contenidos de las asignaturas incorporando las experiencias y conocimientos previos que ellos poseen. Esto exige compatibilizar lo que el educador cree que es la realidad de los educandos y lo que ellos y ellas piensan de su realidad.
- La realidad es “la realidad de cada uno y de cada quien”. Dos personas no perciben ni viven un hecho o situación de la misma manera. - Lo que ocurre alrededor de la persona siempre provoca diversos sentimientos de rechazo, de aceptación, de indiferencia, de simpatía, de solidaridad, etc. - La realidad es sentida y vivida de manera personal y, por eso distinta; por ello, es necesario conocer las visiones, opiniones, verdades, juicios y prejuicios que las personas tienen sobre su realidad.
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- Los educandos conocen el mundo en el que viven, muchas veces mejor que sus educadores. Estos conocimientos deben ser incorporados en la experiencia de aprendizaje, si deseamos que los valoren, se interesen y los hagan suyos. - Los educandos vienen a la escuela con expectativas y necesidades que esperan sean satisfechas. Si no son atendidas sentirán que sus educadores responden a preguntas que nunca han hecho, provocándoles la frustración y el aburrimiento, el desinterés y la desmotivación; la indisciplina y el bajo rendimiento, lo que podría traducirse en causas de repitencia o deserción.
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La realidad es sentida y vivida de manera diferente por cada persona ... por eso no hay una sóla verdad sobre la realidad?
2.2
Desarrollo de la capacidad de crítica
Implica el desarrollo de la capacidad de análisis, contrastación e investigación, promover el fortalecimiento de la autoestima y el desarrollo de la autonomía y la capacidad de propuesta. Es aquella actitud que permite brindar una opinión justa, juzgar ideas, personas y hechos con equilibrio, ponderación y profundidad. Criticidad es igual a sensatez o a “sentido común” y es opuesta a la superficialidad, la obstinación, el apasionamiento y la intolerancia. Tener sentido crítico es saber reconocer lo positivo y lo negativo, ser capaz de dar alternativas, estar atento a lo que ocurre a su alrededor, utilizar la creatividad e imaginación para buscar soluciones.
de criticar y evaluar, pueden negarse a hacer las cosas que consideran incorrectas y buscar mejores soluciones en lugar de quedarse en la queja y en el lamento inútil. Quien tiene una actitud crítica no puede ser fácilmente manipulado ni engañado. La persona crítica es capaz de juzgar con actitud positiva; por ello no sólo emite juicios sino que abre espacios de discusión y, en lo posible propone alternativas y
La palabra «crítica» provoca confusión, porque a menudo se le entiende como oponerse, condenar, destruir o hablar en contra. Más bien, criticar es discriminar para diferenciar lo verdadero de lo falso, lo esencial de lo accesorio. Criticar es no dejarse llevar por la mayoría, o por la propaganda. El hombre y la mujer, al tener capacidad
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NUESTRA CRÍTICA DEBE SER EQUILIBRADA Y PROFUNDA
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soluciones. Los educandos deben aprender a distinguir, comparar, valorar, evaluar y proponer, para tener juicios propios, correctos y justos. El criterio equilibrado, la sensatez, no son propios de la niñez ni de la adolescencia, pero su desarrollo empieza desde la niñez, y la escuela cumple un papel muy importante para ello La actitud del profesorado es fundamental en este aspecto. Si es la de aquel que todo lo sabe y no se equivoca nunca, no fomentará en los educandos la posibilidad de cuestionar lo que aprende pues se lo presenta como verdades acabadas.
2.3
La actividad
Significa promover el desarrollo de la capacidad de iniciativa, destacar la importancia del protagonismo positivo, desarrollar la seguridad en sí mismo, y promover el espíritu de superación e innovación.
Por ello será necesario:
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- Privilegiar la información que parte de la realidad para regresar a ella. - Favorecer la reflexión, el análisis y la interpretación de la información adquirida. - Promover la autocrítica (la autoevaluación) tanto del educador como del educando. - Fomentar una actitud crítica pero con propuesta. - Integrar teoría y práctica.
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El objetivo de una educación que promueve el respeto a la dignidad de la persona, es lograr que las personas “aprendan a aprender” a lo largo de sus vidas. Esto significa que el aprendizaje debe basarse en la actividad de los educandos, es decir que ellos y ellas sean capaces de buscar información, de organizar sus ideas, reflexionar, sintetizar, construir opinión y conocimientos, convirtiéndose de receptores pasivos a productores de conocimientos.
el respeto que debe primar entre los integrantes con el fin de que los estudiantes se vayan forjando en la corresponsabilidad y la convivencia armonioso en todos los ámbitos de la vida.
Es clave combinar la actividad individual con la grupal para promover el inter-aprendizaje, el contraste de opiniones y experiencias y propiciar el ejercicio democrático en la toma de decisiones colectivas. Se debe promover que los educandos pasen de una acción dirigida y programada por el docente a la acción libre, aprendiendo a asumir por iniciativa propia las consecuencias de sus actos. Sólo actuando con libertad y decisión propia frente a situaciones diferentes, y auto-evaluando sus acciones, el adolescente ejercita su capacidad para tomar decisiones.
ENSEÑAR ES AYUDAR A LAS PERSONAS APRENDER A APRENDER
En suma, ¿qué es promover la actividad? Es propiciar que el educando construya el conocimiento y no que
Cuando se promueve el trabajo en equipo ya sea para el estudio o para las actividades, se debe tener claridad sobre las responsabilidades de cada cual en el grupo y
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lo reciba pasivamente. La historia de la ciencia y del conocimiento de la humanidad, la han escrito no los que reciben, retienen y repiten, sino los que observan, investigan, descubren, construyen y crean. Donde sólo hay acumulación pasiva no hay verdadero conocimiento. Por ello, para que un proceso de enseñanza-aprendizaje sea exitoso, lo más importante no es la acción del que enseña, sino la del que aprende. El rol del profesorado es crear las condiciones propicias para que la persona “aprenda a aprender”.
Promover la actividad y construcción de conocimientos supone en los docentes: - La convicción de que nadie es poseedor de la verdad y que permanentemente todos aprendemos y todos enseñamos. - La receptividad a todas las dudas, ideas, opiniones y preguntas, y la renuncia a creer
que todo lo saben y que los educandos sólo pueden aprender de él o ella, y no por sí mismos y entre ellos. - La disponibilidad a aceptar y promover la iniciativa de los educandos, aunque muchas veces esto lleve a hacer algo que no había sido planificado o programado. - La conciencia de que aprendemos tanto o, a veces más, de los errores que de los aciertos. - El convencimiento de la importancia del trabajo grupal, cuando tiene metas claras, organización adecuada y acompañamiento y estímulo del profesorado. - La disposición a renunciar al protagonismo que les da “dictar clases”, y convertirse en coautor y orientador de los proceso de aprendizaje de los educandos.
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2.4
Promoción de la expresión de afectos y sentimientos
Asume la importancia de la subjetividad y de la vida afectiva: la ternura, la amistad, el amor, la solidaridad, la tolerancia, la transparencia y la sinceridad. Implica el reconocimiento de su contribución a la significación y permanencia de los aprendizajes. Parte de la convicción de que la afectividad de las personas es un aspecto fundamental y base TENEMOS QUE APRENDER A ESTIMARNOS Y A ESTIMAR A LOS OTROS
para la propuesta de educar en derechos humanos y en democracia. Sólo es posible el aprendizaje de valores si el educador, en sus métodos y procedimientos, toma en cuenta los sentimientos de los educandos. Si los educando expresan libre y conscientemente sus sentimientos, y se les acompaña a crecer y madurar en ellos, se puede decir que se está tomando en cuenta a la persona.
La expresión de los afectos y sentimientos en la escuela exige algunos criterios fundamentales: - Expresar los sentimientos no puede ser una obligación. - Los sentimientos se expresan en todo momento. - Los sentimientos expresados por los educandos no tienen necesariamente que agradar al educador. - Ser respetuosos y atinados con los sentimientos expresados. - Ayudar los educandos a entender sus sentimientos. - Hablar positivamente de los sentimientos. - Estar atentos a las reacciones y sentimientos de los educandos frente a las palabras, gestos, actitudes y metodologías que produce su actuación, para mejorarla.
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2.5
La comunicación horizontal
Entiende la comunicación como elemento inherente al ser humano; el lenguaje como medio de desarrollo humano y como generador de empatía; la importancia del lenguaje en todas sus formas y dimensiones: escrito, verbal, gestual, corporal; la importancia del diálogo como medio para la convivencia humana y la solución de conflictos. Es fundamental para educar en derechos humanos y en democracia, el desarrollo de una comunicación horizontal entre los sujetos involucrados en el proceso. Para esto es necesario que las personas se reconozcan diferentes pero iguales en dignidad y derechos. El instrumento principal es el “diálogo”, donde dos o más personas comparten sus pensamientos, sentimientos y emociones en un ambiente de mutua valoración y respeto. Sólo pueden dialogar quienes están seguros que todas las personas valen igual y que es posible aprender unos de otros. Para dialogar es necesario saber escuchar, con la certeza de que escuchando al otro lo ayudamos en su afirmación personal y en el crecimiento de su autoestima. Dialogar
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es más que “conversar’, más que “informar’ y más que “yo pregunto y ustedes responden” o “ustedes pregunten y yo contesto”. Sólo dialogando será posible que los educadores conozcan y comprendan a los educandos y estén en posibilidad de ayudarlos. Para dialogar se debe estar dispuesto a cambiar o modificar las propias opiniones. Enseñar a dialogar, es enseñar a pensar en lo que se quiere decir, a expresarlo de manera clara y sencilla, y a saber escuchar antes de juzgar. El diálogo constituye un espacio que permite expresar las diferentes posturas, opiniones o sentimientos frente a un hecho o a una situación. El diálogo hace posible el aprendizaje activo. Por eso debe ser el método y el procedimiento educativo por excelencia. Si se aprende a dialogar se estará mejor preparado para una convivencia democrática.
Para que sea posible la comunicación horizontal entre el educador y los educandos se necesita: - Crear un auténtico clima de confianza. - Ser tolerantes reconociendo y aceptando las diferencias. - Aceptar emocionalmente al niño y al adolescente. - Mirar con “los ojos de los niños, niñas y adolescentes”. - Escuchar, antes de reaccionar. - Reconocer los intereses y sentimientos propios del educador. - Flexibilizar las exigencias. - Buscar soluciones en lo posible satisfactorias para todos.
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2.6
La participación
Se asume la participación como un derecho humano, la importancia de la democratización en el ejercicio del poder, y el ejercicio de la ciudadanía como un derecho político.
Preparándonos para la vida
La participación es fundamental en una convivencia democrática en la que los derechos humanos nos hacen iguales a todos. Participar es tomar parte activa en los asuntos colectivos y del bien común, dejando de ser un espectador para ser protagonista. Participar es tomar parte activa en algo, actuando comprometidamente, con iniciativa, con responsabilidad y con capacitad de decisión. Se puede afirmar que las personas participan plenamente cuando son consultadas, toman decisiones y se organizan. Según Font en Ziccardi (2004), la participación puede expresarse en diferentes niveles.
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Es consultiva cuando los educandos:
Es decisoria cuando los educandos:
- Expresan y defienden su opinión con espontaneidad y libertad. Esto sólo se conseguirá cuando puedan hablar libremente acerca de lo que piensan y sienten, sin el temor a ser reprimidos o sancionados por lo que digan. - Expresan sus discrepancias sin temor, atreviéndose a contradecir, si es necesario, lo que el educador propone. Esto demanda del educador una actitud tolerante y una sólida autoestima, que le permita entender y sentir que la discrepancia no pone en riesgo su prestigio o su autoridad, sino que, por el contrario, los educandos valoran y respetan al educador que reconoce sus limitaciones y errores.
- Asumen responsabilidades, por propia iniciativa y no por imposición o decisión del educador, comprometiéndose con las tareas acordadas. - Son conscientes de las consecuencias de sus actos y las aceptan. Esto sólo se podrá conseguir progresivamente, propiciando el ejercicio sistemático de formas de autoevaluación y de evaluación grupal, en las que si bien el acompañamiento del educador es fundamental, deben estar orientadas al desarrollo de la autonomía del educando. - Son capaces de formular críticas, alternativas y sugerencias y aceptar las que sus compañeros les hagan. - Toman acuerdos en el aula y en la escuela acerca de asuntos referidos no sólo a los aspectos extraescolares (paseos, fiestas, etc.) sino también al desarrollo curricular y a los aspectos vinculados con la organización y el funcionamiento de su aula y de su escuela. Ejemplo: toman parte activa en la formulación de los reglamentos del aula y de la institución educativa.
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Es organizada cuando los educandos:
- Conforman grupos de trabajo, comisiones o brigadas para realizar actividades diversas en el aula o en la institución educativa. - Cuando participan democráticamente en procesos eleccionarios para constituir sus organismos de representación, institucionalmente reconocidos y aceptados, sea a nivel de aula o la institución educativa, tales como: Consejos o Comités Estudiantiles, Municipios Escolares, Rondas Escolares, etc. - Cuando participan en asambleas para discutir y tomar decisiones importantes en sus vidas.
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Al abrir el espacio a la participación, los educadores deben tener en cuenta que los educandos participarán con su identidad, su manera de ser y de expresarse. Es decir, lo más probable es que lo hagan en un lenguaje
no formal y planteen inquietudes y propuestas que parezcan poco pertinentes para la escuela. Si el interés en la participación es genuino, entonces es preciso respetar la cultura de los niños, niñas y adolescentes.
¡TODOS PODEMOS HACER ALGO! ¡CUENTEN CONMIGO!
SI NOS UNIMOS ES MEJOR
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2.7
La integralidad
Comprende la Importancia de todas las dimensiones de la vida, es la mirada integral e integradora en los procesos educativos, es el derecho del ser humano a la plena realización personal y social. En la propuesta de educar en derechos humanos y democracia, es asumir a la persona como ser integral, como una unidad biológica, sicológica y social. Exige aceptarla como valiosa en sí misma, única y diferente, con características propias y originales. Es promover el conocimiento y comprensión de su cuerpo. Es estimular su capacidad de conocer, comprender, crear, construir, descubrir, cuestionar, proyectar valores y trascender. Es promover el desarrollo del juicio moral, y propiciar la valoración de su identidad cultural y social, reconociendo y respetando las diferencias que existen entre los diversos grupos. En este sentido, promover el desarrollo integral del educando exige:
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- Asumir que el niño, niña y adolescente es una persona valiosa en sí misma, única y diferente, que tiene características propias y originales. - Promover, el conocimiento y comprensión de su cuerpo, valorando positivamente y aceptando los cambios que se producen en su organismo como parte de su desarrollo. - Estimular su capacidad de conocer, comprender, crear, construir, descubrir, cuestionar, proyectar, valorar y trascender. - Crear condiciones para el desarrollo y expresión de sus sentimientos, de sus afectos y de su capacidad estética. - Estimular la valoración de sus potencialidades y el reconocimiento de sus limitaciones con miras a favorecer el desarrollo de actitudes de autoestima y de estima por las otras personas. - Promover el desarrollo del juicio moral, estimulando la capacidad de diferenciar el bien del mal, el desarrollo de la tolerancia, del sentimiento de igualdad de los seres humanos, de la solidaridad y de todos aquellos valores
que hagan posible el logro de la justicia, la democracia y la paz. - Propiciar la valoración de su identidad cultural y social, reconociendo y respetando las diferencias que existen entre los diversos grupos sociales y culturales presentes en nuestro país y en el mundo, desarrollando actitudes y capacidades que les permitan participar en la construcción democrática de la sociedad.
La integralidad se logrará, si el educador, en su acción cotidiana, implementa todos los principios educativos anteriormente señalados, en forma intencionada, integrada e interrelacionada.
Estos siete principios constituyen el sustento de la propuesta de la Educación en Derechos Humanos y en Democracia
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3 3.1
LA DIDÁCTICA CON ENFOQUE DE DERECHOS HUMANOS Principales elementos
propios saberes, aprendizajes y desarrollo personal como sujetos de derechos y responsabilidades.
La didáctica con enfoque de derechos humanos, toma en cuenta diversos elementos de las propuestas sobre didáctica general, manteniendo un diálogo abierto con ellas en la perspectiva de ir integrando aquellos aportes que la ciencia pedagógica pueda ofrecer. No obstante, la didáctica con enfoque de derechos humanos, responde a los fundamentos teórico-filosóficos, pedagógicos y éticos de la propuesta para Educar en Derechos Humanos y en Democracia, así como a los siete principios de su propuesta teórico-metodológica. Se articula con ellos, en una estrecha correspondencia entre teoría y práctica. Busca que los educandos, mediante el diálogo con los otros agentes educativos, se conviertan en los actores, constructores y protagonistas de sus
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A continuación se señalan los principales elementos sobre la didáctica con enfoque de derechos humanos:
- Se funda en el respeto y reconocimiento de la dignidad de los seres humanos y en su condición de sujetos de derechos. - No parte solo de la teoría sino de la práctica y del conocimiento y re-conocimiento crítico de la realidad. - Toma en cuenta a toda la persona. El ser humano en su integralidad, no solo la dimensión racional o cognitiva.
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- Es activa, dinámica y se orienta a propiciar la interacción y el inter-aprendizaje, asumiendo críticamente los siete principios pedagógicometodológicos que forman parte de la propuesta para Educar en Derechos Humanos y en Democracia.
- Promueve el inter-aprendizaje: nadie aprende solo, sino que todos aprendemos de todos mediados por un contexto socioeconómico, cultural y natural. (Paulo Freire, 1970). - Propicia el desarrollo de procesos de interacción humana en los que, mediante el diálogo y mediados por la realidad socioeconómica, política, cultural y ambiental concreta, avanza en el conocimiento de la realidad “viviente”, descubriendo riquezas y limitaciones, caminos que nos permitan “aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a convivir y aprender a ser” (Delors, 1994). - Evita la tendencia al discurso academicista, con ideas y conceptos abstractos, ajenos o alejados de la realidad; sin que esto signifique el uso de un lenguaje simplista, sin rigor o fundamento teórico. - Utiliza la mayéutica o pedagogía de la pregunta. - Fomenta el intercambio de conocimientos y experiencias mediante el diálogo.
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- Propicia la vivencia de las ideas, contenidos, conceptos; sentirlas, para luego teorizar. No solo interesa aprender la teoría, los contenidos conceptuales y académicos de los temas, también hay que vivir la experiencia de la comprensión de tales o cuales conocimientos, comprobar su significatividad y valor para la vida. - Rescata el valor pedagógico del juego. La dimensión lúdica es un elemento motivador intencionado: facilita la integración, promueve un clima de confianza, se orienta al ejercicio de la libertad, la participación activa, la creatividad, la diversión, la alegría y el buen humor. Permite la socialización de los aprendizajes. Es una manera efectiva de aprender. Permite identificar capacidades y talentos.
correspondencia con los contenidos temáticos. Propicia la participación activa, la reflexión y el trabajo en equipo. Permite el uso de diversos medios de fácil manejo (tarjetas, plumones, matrices, exposiciones, dibujos, canciones, representaciones, etcétera). - Asume los errores o equivocaciones como fuente de aprendizaje. - Tiene en cuenta la evolución y cambios que se dan en el contexto, local, regional, nacional y mundial.
- Utiliza técnicas y dinámicas participativas que toman en cuenta la integralidad de la persona y están estrechamente ligadas y en
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3.2
Perfil del educador y educando que se pretende alcanzar
En el marco de la Educación en Derechos Humanos, y de la didáctica con enfoque de derechos, se hace necesario determinar un perfil que proyecte un conjunto de rasgos o características del educador, y del educando que se pretende lograr, que respondan coherentemente a los lineamientos y postulados de la propuesta formulada. Este perfil no pretende ajustarse a un esquema o diseño de un conjunto pre-determinado de rasgos o características rígidas como pre-condiciones o pre-requisitos objetivamente visibles. El perfil es un elemento que se fundamenta en la convicción de que todo ser humano posee potencialidades que pueden coadyuvar a su crecimiento, desarrollo y realización como persona, como profesional y como actor social, siendo, en tal sentido un ser inacabado, perfectible.
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El perfil se constituye en una suerte de meta que se va alcanzando en la dinámica de los procesos de interacción con otros actores del contexto socioeconómico, educativo, cultural y político. A modo de referencia se señalan los siguientes rasgos:
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- Firme adhesión a principios axiológicos y prácticas éticas y democráticas. -
Clara conciencia de su ubicación y pertenencia a una realidad y contexto histórico, socioeconómico, político, cultural y natural dentro del cual vive e interactúa.
- Capacidad crítica-propositiva frente a situaciones y hechos de la realidad local, nacional, regional y mundial. - Sólida convicción sobre la importancia y necesidad de promover, difundir, capacitar, practicar y defender los valores éticos y democráticos. - Elevado nivel de autoestima fundada en la conciencia de su dignidad y valor como ser humano y sujeto de derechos y responsabilidades. - Clara valoración y afirmación de su identidad personal, social y cultural. - Sensibilidad ante los valores estéticos, las artes y la belleza.
- Clara comprensión sobre la importancia de la dimensión ética y política del rol que cumple en la sociedad, tanto a nivel profesional y como actor social. -
Permanente voluntad de superación, tanto en lo personal como en lo profesional.
- Responsabilidad en el cumplimiento de sus deberes personales, profesionales y cívicopolíticos. - Espíritu de crítica positiva y disposición a la autocrítica. - Sólida convicción de la importancia y necesidad del diálogo en las relaciones de convivencia ciudadana. -
Capacidad de iniciativa y disposición al trabajo en equipo.
- Humildad, sencillez, sin afán de vanos protagonismos personalistas. -
Capacidad de escucha.
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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS -
Delors, J. (1994). «Los cuatro pilares de la educación». En La Educación encierra un tesoro. Informe a la UNESCO de la Comisión internacional sobre la educación para el siglo XXI. Madrid: Santillana.
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Font, J. (2004). «Participación ciudadana y decisiones públicas: conceptos, experiencias y metodologías» EN Ziccardi, A. (coord.). Participación ciudadana y políticas del ámbito local. México: IIS-IndesolComecso.
- Freire, P. (1970) La pedagogía del oprimido. Montevideo: Tierra Nueva, - Zavala, P. (2015). Propuesta de Formación de Promotores para Educar en Derechos Humanos y en Democracia. Lima: IPEDEHP.
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