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ColecciĂłn de Cuentos juventud y espacios Por estudiantes de espaĂąol
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Índice de contenido Carta de presentación
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Índice de contenido
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Biografías de los editores
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Mi juventud única│Sonnie Acosta
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Nuevo hogar│Ricardo Alfaro Zeledon
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Viaje a los Estados Unidos│Kelly Astorga
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La selva│Tanvee Asundi
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La lección importante│Donalyn Bily
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Un Regalo Terrible│Jade Bowers
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Mi primera fiesta│Asia Buford
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Mi Primera Casa│Payten Copeland
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Mi primera experiencia con la escuela│Baylee Floyd
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Infancia│Cameron Garcia
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Una aventura en Costa Rica│Anna Glidewell
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La vida impredecible│Madison Haynes
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La perseverancia│Jake Jackson
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¿Quién soy yo?│Maxim Jelton
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Creciendo en la frontera│Brittany Medellin
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Mi familia de otra parte│David Morgado
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Mi enfermedad mortal│Hannah Rasmussen
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Mi primer viaje en el mundo│Catherine Seelig
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Una transición difícil a la universidad│Brandon Tomlin
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Diario de una chica joven│Sarah Troy
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Mis memorias│Alec Uselton
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Una segunda oportunidad│Sarah Wagner
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La perrita pequeña que se convirtió en doctora│Gabriella Webster
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La importancia de familia│Callie Williams
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Un viaje a Disney World y Universal Studios│Leah Woods
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Diario de un loco│Jaqueline Zapata
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El fin
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Los Editores Leah Woods ¡Hola! Mi nombre es Leah Woods. Soy de Baytown, Texas. Tengo 21 años. Yo vivo con mis padres y mis hermano llamado Ryan que es un veterano aquí en Texas A&M. Estudio negocios y Español en el Universidad de Texas A&M. No sé qué quiero hacer con mi título de marketing una vez que me gradúe, pero actualmente soy un maestro sustituto y amo a los niños. Me encanta viajar y pasar tiempo con mi familia. Me gusta bailar, cocinar, y ver películas con mis amigos.
Kelly Astorga ¡Hola! Mi nombre es Kelly Astorga. Soy de Dallas, Texas y tengo 21 años. Vivo con mi familia, soy la segunda mayor de cuatro hermanas. Soy la primera en mi familia a ir a la universidad. En la universidad estudió negocios, sociología, y español en la universidad de Texas A&M. Después de graduarme de la universidad, quiero ir a estudiar a la escuela de leyes. A mi, me encanta pasar el tiempo con mi familia y amigos. Con ellos me gusta hacer cosas como ir a ver películas, ir a comer y también ir de viaje. Mi favorita flor es la bluebonnet. Esta flor también es la flor del estado de Texas. Esta flor es mi favorita porque solo crece durante la primavera. la primavera es mi preferido clima de tiempo.
Donalyn Bily ¡Hola! Mi nombre es Donalyn Bily. Soy de Houston, Texas y tengo dieciocho años. Mi familia consiste en mi mamá, mi papá, mis hermanas, una mayor y una menor, y yo. Soy una estudiante de primer año y estoy estudiando biología y español en Texas A&M. Después de graduarme de la universidad quiero asistir una escuela médica. Quiero ser una cardióloga o oftalmóloga con una especialización en pediatría. En mi tiempo libre paso tiempo con mi familia y amigas. También, me gusta correr, leer, y escuchar música.
Sonnie Acosta ¡Howdy! Mi nombre es Sonnie Acosta y tengo 20 años. Estoy estudiando los estudios de medios de telecomunicaciones con una profundización menor en español y negocio. Soy orgullosa de ser de El Paso, TX. Es mi segundo año en la universidad de Texas A&M y me encanta muchisimo. Mi familia consiste en mi abuelita, mi abuelito, mi mamá, mi papá, mi hermanita menor, mi hermana mayor y mi hermano mayor. Después de graduarme de la universidad, quiero trabajar para las noticias o hacer anuncios para diferentes negocios. En el futuro, quiero mi propio negocio. Me encanta bailar e ir al gimnasio también.
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Mi juventud única Sonnie Acosta Mi juventud fue muy emocionante y memorable. Desde que era niña chiquita, siempre he amado a la vida con todo mi corazón. Gasté mucho tiempo en mi casa donde vivía con mis abuelos, mi mamá, mi hermanita y mis perritos. El espacio en donde crecí no era perfecto, pero me hizo la persona que soy hoy. Sin embargo, nací y crecí por mi niñez en un ambiente lleno de amor y apoyo. Siempre le di gracias a mi familia por todo su amor y apoyo desde mi juventud porque me hizo la vida más fácil. En un tema más físico, el espacio de mi ciudad en donde nací también me impactó mucho. Nací en El Paso, Texas, una ciudad única en la frontera de los Estados Unidos y México. Vivir en este espacio me ayudó a abrir mis ojos a mi cultura mexicana, otro idioma, diferentes tradiciones y lugares diferentes. Siempre pensaba que chido era la vida por la frontera y nunca dejé de pensar lo mismo cada día. Creciendo por la frontera también me dio mucha sabiduría que no todos tuvieron en su juventud. El espacio de mi ciudad me enseñó cómo aceptar a personas de otros países y de diferentes culturas. Mi espacio mental en mi juventud era muy fuerte. Mi mamá siempre me enseñaba cómo ser una chica fuerte, humilde y resiliente. Por los años de mi juventud crecí mucho en mi sabiduría por todas las experiencias que tuve. Cuando era niña chiquita, siempre pensaba que bonita era la vida y siempre encontraba la belleza en las cosas pequeñas. Creciendo con mi mamá siendo soltera era un poco difícil porque mi padre vivía 635 millas de distancia con una familia diferente que no conocía (conocí) por una parte de mi juventud. Esta situación a veces era confusa para mi mentalidad porque no tenía la oportunidad de conocer la familia de mi papá al principio de mi juventud. Viendo a mi mamá apoyando a sus dos hijas solo me hizo realizar que era posible ser fuerte en momentos de triunfo. Durante este tiempo, mi hermana siguió curandome. Cuando yo tenía cinco y medio años, mi hermana, Emma, nació. Ese día cambió mi vida para siempre. Antes que mi mamá se embarazara, siempre le preguntaba si yo podía tener un hermano o una hermana. Entonces cuando mi mamá me dio la noticia que iba a tener una hermana, tiré confeti alrededor de mi casa. Tenía tanta emoción debido al hecho que iba a ser una hermana grande. Mi juventud no hubiera sido lo mismo sin Emma. Nunca peleábamos y siempre estábamos juntas. Siempre quería vestirla con ropa de princesa y peinarla. Ya cuando crecimos un
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poco más, podíamos jugar juntas con Barbies y juegos de mesa. Era tan divertido cada día crecer con una hermanita que jugaba conmigo. La única vez que me enojé con mi hermanita fue cuando llegué a mi casa y todas mis cuentas que usaba para hacer pulseras y collares estaban todas sueltas en el piso. Lloré con mi mamá, pero no estaba tan enojada con mi hermana porque yo sabía que no más era una bebé y no lo hizo a propósito. Nunca pensaba cuánto mi vida iba a ser afectada cuando nació mi hermana, Emma. Sin embargo, mi juventud fue un millón de veces mejor con ella en mi vida. Mi juventud no solo era fundado por mi fuerza mental y por mi familia, pero por ser bailarina también. Cuando cumplí seis años, mi mamá decidió ponerme en mi primer clase de baile. En ese momento, mi vida cambió para siempre. A medida que crecía, mi amor por el baile continuaba creciendo rápidamente. Empecé entrenando en Hip-Hop por los primeros cinco años y luego empecé entrenando en Ballet, Jazz y Contemporáneo. A los catorce años, avancé a estar en punta en Ballet. Era muy difícil pero me enseñó resiliencia y fue muy divertido. Pasé mucho tiempo viajando a competiciones de baile en diferentes ciudades. Siempre me llevaba mi mamá o mi abuelo. Estos viajes fueron muy divertidos especialmente porque estaba compartiendo estos momentos con mis mejores amigos. En efecto, el baile me ayudó en experimentar a muchos lugares que fueron muy maravillosos. Cada lugar al que he ido me ha dejado un gran impacto en mi conocimiento del mundo y sus características únicas. Adicionalmente, mi amor por el baile hizo que cada experiencia fuera aún mejor. A pesar de mi nerviosismo a veces, nunca dejé de disfrutar mis viajes a estas competencias , porque al final, todos eran recuerdos completamentes nuevos que yo apreciaría más y más cada día. Aunque estaba ocupada con baile, la educación también era muy importante para mí. Recuerdo haber sido una estudiante trabajadora. Siempre me aseguré de hacer todo mi trabajo lo mejor posible, porque sabía que mi éxito vino con mucho impulso y dedicación. Mi mamá siempre estaba sorprendida porque, a diferencia de la mayoría de estudiantes de mi edad, a mí me encantaba la escuela. Yo tenía una gran sonrisa cada día que me levantaba para ir a la escuela. Unas veces cuando estaba enferma, me puse bien triste porque sabía que iba a tener que faltar a la escuela por unos días. La verdad detrás de mi amor por la educación era porque mi familia siempre me decían, ⎼para tener éxito en la vida, era necesario tener una carrera que yo amaba y que me daría mucho dinero cuál no más era posible con un título universitario.⎼
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Entonces echaba muchas ganas a mi trabajo, en cual se reflejó en mis grados en la primaria, en la intermedia y en la secundaria. Todo mi trabajo duro en la escuela desde mi juventud me preparó para ser aceptaba al mejor universidad del Mundo, Texas A&M University. Todas mis diferentes experiencias de mi juventud me ayudaron a ser la persona que siempre deseaba ser. Gracias a mi familia, mi pueblo natal, baile y mi educación, aprendí mucho sobre la vida. La juventud era una parte muy importante para mí. Cambió mi visión del mundo entero y me hizo querer continuar aprendiendo y apreciando cada día de mi juventud. Hasta hoy, yo recuerdo muchos detalles sobre mi niñez porque me impactó más que cualquier otro tiempo en mi vida.
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Nuevo hogar Ricardo Alfaro Z. Era un día como los demás. Me levanté y fui a la cocina buscando qué comer. —¿Qué quieres?— me dijo mi abuelita —Cereal está bien— le contesté Cuando comía, sentía una sensación de que algo iba a pasar. En este momento es cuando mi mamá entró a la cocina y me compartió una buena noticia. —Tu papá regresa hoy de los Estados Unidos— La miré con una cara de alegría y grite. —¡¡¡Síííí!!!— Mi papá recibió asilo político en los ochentas por la guerra revolucionaria en Nicaragua. Desde que nací él me visitaba por un tiempo y después tenía que regresar para trabajar. Lo que yo no sabía era que esta vez iba a ser diferente. —Esta vez nosotros vamos a irnos con él— dijo mi mamá En ese momento, yo solo tenía cinco años y no entendía mucho pero estaba muy emocionado porque me iba a montar en un avión por primera vez y viajar a un lugar nuevo. Esta decisión fue una de las más difíciles para mi mamá. Ella vino de lo más pobre y se convirtió en una doctora muy respetada en Nicaragua. Ella reconocía que mudarse a los Estados Unidos significaba que nunca iba a practicar medicina otra vez pero tomó en consideración el clima político y económico de Nicaragua y decidió que mi futuro era más importante. En el 30 de diciembre 2005,nos venimos a los EEUU. Me acordaba que toda mi familia fue a despedirnos. Cuando entramos en el túnel para ir al avión vi al piloto. —¡Holá!!— le dije —¡Holá! ¿Cómo te llamas?— me contestó —Ricardo— le dije —¡Muy bonito nombre! ¿Es tu primera vez en un avión?— me preguntó el piloto —¡Sí! ¡Voy a Estados Unidos!!— le contesté muy emocionado —Ahhh, que bueno si quieres te puedo enseñar la cabina— me dijo el piloto —¡Sííí!— le contesté muy emocionado
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Cuando entramos al avión me llevó a la cabina y me enseñó donde se sentaba él y como manejaba el avión. Me dejó sentarme en su silla y jugar con los botones hasta que ya era tiempo de irnos. Todo el viaje me pasé mirando fuera de la ventana y admirando el paisaje. Cuando llegamos a la casa de mi papá él me enseñó mi nuevo cuarto. Ahí es cuando empecé a realizar que este era mi nuevo hogar y no iba a poder ver a mi familia en Nicaragua por mucho tiempo. Fui a la cocina y me senté en una silla para hablar con mis padres. — ¿Qué pasó ?— me dijo mi papá. —¿Cuándo vamos a regresarnos a Nicaragua?— les pregunté. Ellos se miraron con una cara de tristeza y me explicaron que aquí era donde íbamos a vivir y que podíamos regresar cuando tuviera vacaciones de la escuela pero nos teníamos que regresar. —¿¿Escuela??— dije —¡¡Sí!! Empiezas mañana— me dijo mi mamá. Esa noche fue una de las noches más largas y no pude dormir, solo pensé de todo lo que dejé en Nicaragua y lo que iba a extrañar. Ya no iba a poder comer mis comidas favoritas o ir al parque infantil o jugar con mis primos. Yo estaba muy lejos en un país nuevo en el que no conocía a nadie. —beep beep beep beep beep beep— El siguiente día me desperté a las 7 de la mañana para alistarme para la escuela. Normalmente me gustaba ir a la escuela pero ese día no tenía ganas. Mi mamá me forzó y me mudé y comí. Cuando íbamos en el carro con mi papá él me dijo que me alegrará porque muchos quisieran la oportunidad que yo tengo y que todo se iba a mejorar. Cuando entre a la clase, la maestra se introdujo —Hello! My name is Ms. Baldwin, what is your name?— me dijo Ms. Baldwin —Ricardo— le dije nerviosamente —That’s a nice name!! Come your seat is over here— me contestó
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Ella me sentó en una mesa con 3 otros niños. Cuando me senté les dije a mis padres adiós y miré a la maestra. La maestra empezó a hablar pero como no sabía inglés no le entendí nada. Todo el dia estuve callado y dibujando en los papeles que me daban. Pasó una niña por mi silla y vio los dibujos y me empezó a hablar. —WOW!! Those are cool, I like drawing too!— Yo solo la miré porque no tenía ni idea de lo que me dijo. De repente, la maestra se acercó y le dijo. —His name is Ricardo. He’s from Nicaragua, and he only speaks Spanish so maybe he’ll talk to you if you talk to him in Spanish.— —Oooohh okay. I was wondering why he didn't say anything.— le contestó. Ms. Baldwin se fue porque otra maestra la estaba llamando, y me quede acompañado por la niña. —¡Hola! Mi nombre es Elizabeth. La maestra me dijo que tú eras de Nicaragua. Y solo hablas español, seguro por eso no me estabas hablando.— me dijo Elizabeth — Si. Llegué aquí ayer y no hablo inglés así que no sabía lo que me habías dicho— le comente —Te dije que me gustaban tus dibujos y que a mí me gusta dibujar también— me explico —Oh ok a mí no me gusta dibujar mucho pero no tengo otra cosa que hacer— dije — Ok al rato vamos a ir a comer lunch te quieres sentar conmigo— me dijo Elizabeth —¡Okay!— le dije emocionadamente Cuando era tiempo del almuerzo, ella me ayudó a agarrar mi comida y me introdujo a sus otros amigos que también hablaban espanol. Conocer a otros niños me hizo bien y mejoro mi dia. Cuando mis padres me recogieron en la tarde, les conté de mi día y a las personas que había conocido. [Esa Noche] Antes de acostarme siempre rezó con mi mamá y ella me perzina. También tomé este tiempo para hablar con ella. —¿En serio, nos vamos a quedar aquí?— le pregunté. —Si, tienes que entender que Nicaragua es un país muy pobre y aquí vas a tener un mejor futuro. También vas a convivir más con tu papá. No te gustaría eso?— me contestó ella —Si, pero también extraño a mi abuelita, a mi tía, a mis primos, y todos los de allá. También no sé hablar inglés y no le entiendo a los negritos.— le comenté
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—Entonces aprende, tú eres un niño inteligente seguro no es tan difícil…… Ya es tiempo de que duermas, Buenas Noches— me dijo mi mamá —Buenas Noches— le contesté Me dio un beso en la frente y apagó la luz. Esa noche también pensé en todo lo que había dejado pero realicé que no puedo estar viviendo en el pasado por siempre. Tengo que adaptarme y seguir luchando por un mejor futuro como mis padres querían. Después de poner más esfuerzo para adaptarme, todo se hizo más fácil. Aprendí inglés en tres meses e hice muchos amigos porque ya no había una barrera lingüística. Esto me hizo sentirme mejor y me emocioné de ver lo que mi nuevo hogar tenía para ofrecerme.
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Viaje a los Estados Unidos Kelly Astorga Cuando tenía quince años, vine a los Estados Unidos. Durante mi infancia, vivía en México. En un pueblo, que se llama Puerto Vallarta. El pueblo estaba cerca de Cancún. Todos los fines de semana, mi familia y yo íbamos a la playa para disfrutar del agua fresca. El agua de las playas era azul como el cielo. El agua era muy transparente, y podías mirar tus pies bien claros. El clima siempre era caluroso, y había viento fresco. Éstas eran mis cosas favoritas que hacíamos mi familia y yo. Fui la única hija de mi mamá, los demás eran hombres. Crecí en una casa donde los hombres estaban priorizados por mi mamá, y no era fácil. Mi mamá era más traditional, entonces ella pensaba que el lugar de una mujer era en el hogar. Cuando tenía diez años mi mamá decidió que no tenía que ir a la escuela. —Tú tienes que tener todo listo para tus hermanos, cuando ellos vengan de la escuela—. Me dijo mi mamá. No quería quedarme en la casa haciendo de comer o limpiando la casa. A mí, me había gustado ir a aprender en la escuela. Pero como apenas era una niña, nomás hacía lo que me decía mi mamá. Entonces no esperé que en el futuro me iba a afectar. Nunca aprendí a escribir o leer en español. Solamente aprendí a hablar el español que mi mamá me enseñó. Cuando cumplí mis quince años, mi papá quiso que fuera a Houston, Texas para que me pudiera hacer una fiesta de quince años. No sabía qué esperar de los Estados Unidos cuando llegara. Tenía miedo, porque no sabía cómo hablar el idioma de los Estados Unidos. No sabía qué tenía que aprender antes de irme. También, no tenía tiempo porque nos teníamos que ir cuando tuviéramos una oportunidad. Entonces comencé mi viajé a los Estados Unidos por la frontera. El viaje no fue fácil. Viajé con mi tío y su familia. Nosotros viajamos por el desierto y también tuvimos que pasar por un río. Las fuentes del río estaban fuertes y teníamos que poner nuestras cosas arriba de nuestras cabezas para que no se nos mojaran tanto las cosas que teníamos. Los días fueron largos cuando pasamos por el desierto, el calor de sol nos tuvo en trance. El viaje se tardó una semana para completar. En esa semana nosotros pasamos por muchas diferentes luchas. Estas luchas comenzaron cuando nuestra comida se nos acabó. Después siguió cuando nuestra agua se nos acabó. Cuando
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pasamos la frontera miramos muchos ranchos, porque nada más hay puro terreno para ranchos. Por el viaje nosotros casi nos moríamos de sed, pero en estos ranchos tenían bebedores para las vacas. Comó los bebedores de las vacas era la única agua, tuvimos que tomar agua de ahí. El viaje fue muy difícil. Pasando por un río y después por un desierto, era mucho para experienciar, solo tuve quince años. Pero una vida me esperaba en los Estados Unidos, una vida mejor y diferente. No esperé que mi vida en los Estados Unidos, me iba dar tantas bendiciones. Primero comenzó con mi familia. Después de siete años en los Estados Unidos, conocí a mi esposo, y con el tiempo formamos una familia. Todo lo que aprendí en el viaje de México a los Estados Unidos, me ayudo a ser la mamá y esposa que soy hoy. En tiempos difíciles pensé que nada podía ser peor que cuando estuve viajando por la frontera. Las luchas que tuve por la frontera son las cosas que mi hicieron ser una mujer independiente, incluso también una mujer fuerte. Con esto tuve la fortaleza para enseñarme a mí misma cómo escribir en español y también leer en español. Comencé a pronunciar las palabras cuando traté de escribir, aunque no sabía escribir. Pero si entendía los sonidos de cada letra, con esto pude formar palabras y escribirlas. Entonces sabiendo hablar el español, me ayudó a poner mi español verbal en forma de escritura. Poco a poco es como me enseñé a mi misma como escribir en español. Aunque en los Estados Unidos, el español no era el primer lenguaje, aprendí a escribir el español y pude avanzar en comunicación verbal y escrita. No importa la circunstancia, cuando tienes una oportunidad de valorarte. Entonces, toma la oportunidad, porque aunque mi mamá no me dejó ir a la escuela no dejé que eso definiera el avance de aprender cómo escribir y leer el español. Sí, pase por mucho cuando era niña, pero cuando algo se puso difícil no era para dar me providencia. De hecho de esto salió una frase que les dije a mis hijas. —No importa cuánto se compliquen las cosas, sigue adelante. Lo más importante es que estas experiencias te van hacer fuerte—. No le tuve odio a mi mamá por no dejarme estudiar, porque ella no sabía que una mujer podía estudiar y mantener una casa al mismo tiempo. Pero si extraño a mi mamá, no he regresado a México desde que me fui. Mi mamá me llama por teléfono, y me dice de todo lo que anda pasando en mi pueblo. También, me pidió disculpas, por no dejarme estudiar.
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—Mija, si pudiera regresar el tiempo, te dejaría ir a la escuela. Esa decisión que tomé , me va perseguir en mi conciencia toda mi vida—. Me dice mi mamá. —No te preocupes mamá, te perdono. Sé que tú nomás querías lo mejor para nosotros—. le dije Todas mi experiencias me hicieron más fuerte. Son partes de mí, pero no les di el poder de controlar mi vida. Aunque no tuve una educación, mi vida todavía fue una experiencia fenomenal y no cambiaría nada. Todos en nuestras vidas tenemos experiencias que nos ayudan a madurar de niñez a adulto, tenemos que tomar estas experiencias seriamente porque nos hacen en la persona que somos hoy. Un dia quiero regresar a mi pueblo en México, para visitar mi mamá. Después de tantos años, comencé a arreglar mi estatus migratorio, para regresar a México.
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La selva Tanvee Asundi Era una vez, en un país muy lejano, había una chica. Esta chicha creció con una mamá, papá y perro, ¡todos los puntos básicos! Su familia construyó una cabaña del bosque porque sus padres querían que creciera como lo hicieron, en la selva, sobreviviendo y creciendo con la tierra. Es un cuento loco y es mi cuento. ¡Hola! Soy Tina y esto es la historia de cómo crecí. No tenía muchos amigos creciendo, sobre todo porque no había nadie cerca de mí. Me gusta pensar que tuve una infancia normal e idílica creciendo, viviendo con mis padres, y explorando cada día. La selva me enseñó mucho, desde una edad muy joven. Cuando tenía 3 años, aprendí cosas bonitas no siempre son cosas bonitas cuando el colorido loro con el que jugaba me mordió. Corrí a casa y le lloré a mi mamá, me dijo —Tina, esto es de lo que estaba hablando, tienes que aprender a tener cuidado y no tocar a los animales. No siempre entienden que quieres jugar— Sólo quería que mi mamá me consolara, pero siempre tenía que convertir todo lo que hice en una lección. Ahora que soy mayor, entiendo por qué siempre convirtió las aventuras en conferencias, me encuentro haciendo lo mismo. Justo después de cumplir 4 años, mis padres me compraron un perro, hicieron la lectura habitual, es tu mascota, no la nuestra, así que no lo llevaremos a usar el baño o a pasear. Tienes que ser responsable y darle de comer. Lo llamé Teddy porque era tan esponjoso y lindo. Teddy y yo fuimos a aventuras todo el tiempo, una vez lo llevé a caminar por el bosque y su correa se me escapó de la mano y huyó. Lo perseguí, tratando de que volviera conmigo. Finalmente lo atrapó después de 15 minutos, pero cuando estaba mirando a mi alrededor, me di cuenta de que había ido mucho más lejos en el bosque de lo que había sido nunca. No sabía cómo llegar a casa y estaba oscureciendo. No quería mudarme porque tenía miedo de que iba a ir más lejos de mi casa. El miedo me paralizó y no me mojé ni un centímetro esa noche. Teddy y yo dormimos en el suelo esa noche, comiendo bayas que encontramos en un arbusto y agua de un arroyo. A la mañana siguiente, cuando salía el sol, escuché a mis padres gritar por mí y por Teddy y corrió al sonido de sus voces. Tan pronto como nos oyeron a mí y a Teddy chocar con la maleza, empezaron a llorar porque estaban tan aliviados.
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—Tina estábamos tan preocupados cuando no viniste a casa! ¿Qué pasó?— dijo mi mamá —Bueno, mamá, ¡Teddy y yo nos perdimos y luego dormimos y luego los vimos chicos! Estoy tan feliz de que nos encontraste, que no sabía cómo llegar a casa— Mi mamá dijo —la próxima vez que Teddy huya, déjalo correr. Siempre volverá a nosotros porque sabe cómo encontrarnos. No tienes el sentido de la dirección que los perros tienen. Ten más cuidado la próxima vez— Esa vez aprendí que mientras que el bosque puede parecer atractivo y divertido, hay peligros ocultos y no ir demasiado lejos. Si vas demasiado lejos, es posible que no puedas volver a casa. En ese momento, empecé a hacer amigos imaginarios porque no tenía a nadie que jugar conmigo. Me inventé 2 amigos, Timmy y Dory. Alimentaron mi imaginación. Fuimos en aventuras que uno sólo podía soñar, balanceándose sobre arroyos con columpios de cuerda, trepando árboles de mango, cometas voladoras. Me ayudaron cuando me sentía sola o cuando me asusté. Se convirtieron en mis mejores amigos hasta que crecí lo suficiente como para estar bien solo. … Cuando tenía 8 años, todo mi mundo cambió. Tenía un hermanito. Al principio no me gustaba, pero me prestaba la atención a todos mis padres y lloraba todo el tiempo. La traición definitiva fue cuando Teddy se fue de mi lado para ir a averiguar más sobre mi hermano. Entonces Teddy empezó a dormir junto a su cuna y no en mi cama. La primera noche Teddy fue a su cuna lloré toda la noche. Empecé a resentirse porque estaba haciendo que todos los que solían amarme lo amen más. Escuché a mis padres hablar de ello una noche. Mi mama dijo —No sé qué hacer con ella, ella no quiere jugar con él, ella no lo mirará. Ella está tan enojada todo el tiempo ahora.— dice mi mamá —Lo sé, ¿crees que está celosa? Pasamos mucho tiempo con él y también Teddy ahora— dice mi papá —Oh no, no pensé en eso. Sé cómo podemos arreglarnos, pero ¿cómo arreglamos a Teddy? El suyo es un instinto protector.— dice mi mamá. Cuando escuché esto, me di cuenta de que no se habían olvidado de mí y Teddy no podía evitarlo. Decidí tratar de conocer mejor a mi hermanito ya que vamos a estar juntos el resto de mi vida. Era aburrido hasta que cumplió 1 años y
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pudo empezar a caminar conmigo. Lo llevé a pasear afuera con Teddy por la casa y lo introduje en el bosque que tanto amaba. Le mostré mis lugares favoritos para ver volar a los pájaros, mi lugar favorito para ver las nubes y por qué me encantaba estar afuera. A medida que envejecemos, le mostré mi caminata favorita, termina con una cascada en la que nadamos. Una tarde, conseguí que mis padres dejaran de trabajar y los llevé a la cascada, tuvimos un picnic, nadamos y se convirtió en mi tarde favorita. Creer en el bosque con sólo mi familia me enseñó muchas lecciones, prendí a no juzgar las cosas por su aspecto, a no ir lejos de casa y a amar a mi familia con todo mi corazón. Aprendí a estar bien conmigo mismo y a mantenerme entretenido. Aprendí a adaptarme a mis circunstancias y a lo importante que es la naturaleza. El bosque da tanto pero si lo arruinamos, no quedará nada. Tenemos que conservar el bosque, si no es por el medio ambiente, entonces para la gente como yo que ha vivido allí toda su vida.
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La lección importante Donalyn Bily ¡El año pasado, cuando vi mis cartas de aceptación para A&M y UT, estaba muy feliz! Visité las dos universidades, y pensé que porque A&M tenía una comunidad más “amable” y estaba más cerca de mi casa en Houston (me gusta quedar cerca de mi casa cuando no estoy en College Station), éste era el lugar para mí. Acepté mi oferta, y empecé a pensar cómo iba a ser la universidad. Pensé que mi vida iba a ser perfecta. Estaría en muchas organizaciones y pasaría mucho tiempo con mis amigas, pero ese no fue el caso. Sin embargo, aprendí una lección muy importante durante el verano antes de empezar la universidad. Cuando estaba en mi escuela secundaria, pensaba mucho en las academias (y todavía pienso en mis estudios también). La escuela era mi prioridad. A veces sacrificaba el tiempo con amigos, familia, o tiempo para hacer cosas divertidas, y en vez de estas cosas estudiaba, hacía tarea, etc. Necesitaba un cambio para entender cómo divertirme. Entonces, decidí solicitarme en Laity Lodge durante mis vacaciones de invierno. Laity Lodge era un campamento de verano donde los niños asistían por dos semanas sin teléfonos, hacían amigos nuevos y se diviertían, etc. Encontré este campamento gracias a mi hermana mayor porque ella trabajó allí durante el verano antes de su primer año de la universidad. Cuando le pregunté si debería solicitar, ella me dijo, “es una experiencia muy divertida y recomiendo que tomes esta oportunidad para tratar de hacer algo diferente”. Ella trabajó como una consejera del campamento, pero no pensé que iba a ser un trabajo bueno para mí. Por eso, busqué trabajos diferentes, y encontré la posición para ser una niñera para los niños de los dueños y directores del campamento. Rellené la solicitud, y esperé la llamada para la entrevista. Dos meses después, tuve la entrevista y dos semanas después de que había tenido la entrevista obtuve la oferta del trabajo. ¡No podía creerlo, estaba muy feliz, imaginando todas las posibilidades y las diversiones! Los meses pasaron, estudié mucho y pasé mucho tiempo con mis amigas, pero, también imaginé cómo mi tiempo iba a ser durante el verano. Un fin de semana, el campamento tuve un retiro para los empleos futuros, y decidí asistirlo. Durante ese tiempo corto, pasé mucho tiempo relajándome, y conociendo a mis colegas. ¡Este tiempo fortaleció mis ideas que este verano iba a ser muy divertido! Mis últimas días de la escuela secundaria pasaron muy rápidamente. Me gradué el día de mi cumpleaños, y el próximo día, a las seis y media de la mañana, salí con una amiga de mi escuela que iba a trabajar en Laity Lodge conmigo. Esa
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mañana fue una mezcla de emociones. Me levanté, y hablé con mi mamá por un tiempo. Empecé a llorar, diciendo, —Estoy muy feliz, pero estoy triste para salir, quiero estar aquí con ustedes—. Ella respondió, —esto es bueno, estás madurando, necesitas tener independencia—. —Te quiero—. —¡Te quiero también!— Y con eso, salí de mi casa por cinco semanas. Después de llegar a Laity Lodge, pusimos nuestras cosas en nuestros cuartos. Llegamos a tiempo para “Work Week,” una semana cuando personas aprendieron cómo hacer su propio trabajo. Ésa fue la semana más difícil para mí. Desempaqué mis bolsas, y luego me relajé por un tiempo. Esta semana fue la peor. Después de dos días, mis colegas y yo estábamos comiendo almuerzo en la cafetería cuando de repente me sentí mal, como si fuera desmayarme. Dije a mi jefe que no estaba sintiendo bien. Ella me dijo, —espera un minuto, voy a llamar el doctor con el walkie-talkie—. —Ok— dije muy débilmente a ella, todo empezó a desaparecer y mi piel estaba muy pálido. No podía ver nada, estaba respirando muy superficial. Cuando el doctor llegó con la enfermera, me acompañaron a la oficina. Ellos tomaron mi presión arterial, y estaba muy baja. Estaban nerviosos, y me quedé allí por cuatro horas mientras que mi equipo estaba trabajando. Cuando estaba en la oficina, pensé que no debería venir a Laity Lodge, porque yo estaba “enferma” y solo fue mi segundo día quedando allí. Pero, me recuperé muy pronto, dándome cuenta que necesitaba tomar más sal en mi dieta. Cuando me reuní con mis colegas, ellas me preguntaron —¿cómo estás?— y respondí, —estoy bien ahora—. Pero la primera semana pasaba, y todavía estaba muy aburrida. Finalmente, el campamento empezó, y los niños vinieron. Esto fue el tiempo cuando nosotros empezamos trabajar con los hijos de los dueños del campamento. Durante las próximas semanas conocía mejor a mis colegas, y ocupé mi tiempo trabajando y relajando con ellas. Por ejemplo, trabajamos juntas jugando con los niños, para poder crear una experiencia muy divertida por ellos mientras
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sus padres trabajaban. Cuando no estábamos trabajando, estábamos hablando y escuchábamos música. Eso fue divertido para mí porque no había distracciones como tarea, escuela, y otras cosas. Llamé a mi mamá cada día, y hablábamos por cinco o diez minutos, pero no era como si estuviera con ella. Aprendí muchas cosas que antes no sabía hacer. Por ejemplo, aprendí cómo hacer cosas que no necesitaba preocuparme con antes, como lavar la ropa o usar mi dinero del trabajo responsablemente. La última semana trabajando en Laity Lodge, había una cena de apreciación para los trabajadores del campamento. Para nuestra cena, salimos del campamento para comer en un restaurante (porque habíamos comido alimentos del campamento seis días a la semana por cinco semanas). Durante la cena, escribimos mensajes para todos los demás en nuestros propios papeles. Después, fuimos a una tienda que vendía helado y pasteles, y nosotros compramos dulces para comer. También, el director de nuestro programa en el campamento nos dio mantas para recordar nuestro tiempo trabajando allí. Después de la cena, empecé a llorar, diciendo, —no quiero salir, voy a extrañar a todos ustedes. Esto ha sido el más diversión que he tenido en mucho tiempo—. Ellas estaban de acuerdo conmigo, y nos quedamos allí tres días más antes que salir. Al final del trabajo allí en Laity Lodge, no quería salir, quería continuar trabajando por el resto del verano; sino al fin, me di cuenta de que era tiempo para prepararme para mi primer semestre de la universidad. Cuando llegué en College Station para empezar mi primer año como estudiante, tenía la experiencia de independencia. Sin embargo, llegué a la realidad que iba a empezar mis estudios académicos y empecé a estresarme de nuevo. Trabajando en Laity Lodge me ha enseñado que necesito divertirme, porque la vida es una jornada. Necesito vivir en el presente y no estresarme tanto.
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Un Regalo Terrible Jade Bowers Cuando era niña, me gustaba los caballos mucho. Yo pensaba sobre los caballos siempre y yo quería aprender como montar. Yo empecé montar caballos cuando yo tenía siete años. Yo monté cada caballo que ellos me permitían. Pero, yo veía las otras chicas cuidan sus caballos personajes. Me gustaba montar los caballos en mi establo, pero yo quería tener un caballo que me perteneciera a mí. Le pregunté a mis padres para un caballo, pero mis padres me decían -Tú tienes dos perros y un gato, nosotros no necesitamos otros animales-. Pero, yo no conocía que mis padres tenían un plan. Cuando yo me levanté una mañana de Navidad, tuve una sorpresa. ¡Mi regalo era un caballo! Yo estaba muy emocionada. El caballo se llamaba Bow y tenía quince años. Bow estaba marrón y tenía una cola negra. Era un caballo medio, y no tenía formación lujo. Pero, Bow era mi primer caballo y yo pensaba que este caballo era el caballo mejor del mundo. Yo quería montar mi caballo nuevo cada dia. También, yo traje muchas zanahorias al establo para Bow. Yo cepillaba la cola de Bow y cuidaba sus cascos. Pero, pronto ya no me gustaba Bow, porque Bow no tenía modales. Cuando yo montaba Bow, él era muy malo. Bow corría mucho y no escuchaba a mis direcciones. Bow tenía una actitud mala. A veces, Bow me asustaba. Entonces, ya no me gustaba Bow y yo lloraba mucho. Mis padres intentaron de hablar con otras personas sobre los problemas de Bow, pero los consejos no nos ayudan. Entonces, yo continuaba tener problemas con Bow. Yo me caí mucho y también, cuando yo intenté de agarrar Bow, él corrió lejos de me muy rápido. Él causaba muchos problemas en mi casa porque mis padres y yo estábamos muy frustrados. Yo estaba frustrada porque mi caballo no me escuchaba a mi. Mis padres estaban muy frustrados porque el caballo que ellos compraron no me estaba haciendo feliz. Gastaron mucho dinero en algo que supuestamente me iba hacer feliz. Entonces nos hizo ser muy frustrados y causaba estresado en mis padres. Seis meses después de yo conseguí Bow, yo me caí cada tiempo que yo montaba. Era un período muy terrible. En este momento, mis padres y yo hablaron sobre Bow y qué tenemos que hacer. Mis padres sugirieron que nosotros compramos un caballo nuevo y nos deshicimos Bow. Pero después de un tiempo duro con Bow, yo decidí guardar Bow porque yo le amaba. Entonces, yo era más
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determinada para se llevaba bien con Bow. Yo pensaba que traer zanahorias al establo todo día no era bastante. Yo necesitaba hacer más para ganar la confianza de Bow. Yo decidí tener más paciencia y usé más tiempo para trabajar con Bow en los ejercicios de confianza. Yo cepillaba Bow más y sacaba Bow a caminar en el parque. Yo empezaba hacer actividades que Bow disfrutó en vez de solamente actividades que yo disfrutó. Despacio, Bow empezaba tener más confianza en mí y también yo empezaba más confianza en Bow. Con tiempo y paciencia, la relación entre Bow y yo mejoraba. Bow corrió detrás de me menos y cuando yo monté, Bow escuchó a mi más. Pero hubo mucho trabaja para hacer. Yo decidí entrar en una carrera de barril con Bow. Este concurso era en seis meses y yo quería hacer bien. Yo empecé trabajar toda el dia con Bow en ejercicios de barriles. Yo puse barriles en diferentes patrones y utilicé mucha trabaja de fundamentos. También, yo aprendí mucho de las técnicas de formación. Pero Bow y yo no empezaron hacer bien al principio. Era fácil para ser desalentado, pero con una meta, era fácil para enfocar en las tareas y no me preocupare durante los paseos malos. Durante este tiempo, yo me había dado cuento de que era importante para no enfocar en las cosas pequeñas como argumentos o errores en solamente una tarea, pero era importante que enfocar en la meta último. Cada error durante el entrenamiento era una oportunidad para aprender, ambos yo y Bow. Despacio, nos hicimos algunos avances. Con una actitud mejor, para montar se convirtió más divertido y menos estresado. Todavía, yo quería hacer bien en la carrera y por lo tanto nos necesitamos trabajar mucho y duro. La carrera era alrededor de un año de aniversario que yo conseguí Bow. Yo pude a ver cuanto progresivo nosotros hicimos durante el año. Dos semanas antes de la carrera, yo empecé sentirse nervioso. Bow y yo éramos en un lugar bien. Bow escuchaba a mi y yo me sentaba cómodo en Bow. Nosotros éramos un equipo. Finalmente yo era orgullosa de mi caballo y emocionada para mostrar nuestro progresivo. El dia antes de la carrera, yo limpiaba Bow muy bien y cuidaba de todas las necesitas de Bow como sus pies, su pelo, y su cara. Bow se veía muy bien. Todas las horas en el establo eran para esta carrera. En la mañana de la carrera, me levanté muy temprano para preparar. Me sonreí por lo todo el viaje a la carrera. Era esta día que yo preparaba por. Este momento determinaría si yo era un buen jinete. Cuando era hora para yo compitiera, yo me sentí muy bien. Yo pensé que yo trabajaría muchas horas y yo había arreglado todos los problemas de Bow y yo. Ahora, era hora para competir y…
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Nosotros hicimos terribles. Yo era avergonzar. Yo me sentí muy decepcionado. Todas horas en entrenamiento y nosotros no hicimos bien. ¿Por qué? Yo trabajaba mucho por lo tanto yo merecería ganar. ¿Verdad? No. Porque todas las personas trabajaban mucho para esta carrera. Cada persona pasó mucho tiempo con sus caballos en entrenamiento y cada persona eran muy emocionado para esta carrera también. Una carrera no era más importante que las horas dedicadas a practicar. El tiempo dedicado a trabajar en tu mismo te hace más fuerte. Mi experiencia con Bow me enseñaba cómo trabajar duro y tener paciencia con otro animal. También, yo conocía muchas personas y yo aprendí mucho sobre mí.
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Mi primera fiesta Asia Buford Yo me miraba al espejo, pero no veía a nadie. A nadie con valor. Anoche, por primera vez, fui a una fiesta con mis amigas, sola, sin mis padres. Me sentía como una adulta, saliendo por la primera vez sola. Aunque estaba contenta de salir sola, yo tenía el presentimiento de que algo iba a salir mal. Yo sentía que la noche estaba condenada desde el principio. Todo comenzó desde que estábamos en la cafetería de la escuela. Yo y mis siete mejores amigas estábamos sentadas en nuestra mesa fuera de la cafetería, cuando mi mejor amiga, Nani, me hizo la pregunta que iba a cambiar mi vida. Ella nos preguntó —Voy a tener una fiesta en mi casa este fin de semana, ¿quieren ir? —, y por supuesto respondí que —Sí—. Pensaba que íbamos a comer mucha pizza, ir al cine, chismear y hablar de chicos, lo que habíamos hecho usualmente en estas situaciones. Pero Nani tenía otros planes. Ella se inclinó lentamente como iba a decir un secreto. En una voz muy baja, explicó que sus padres no estarían allí ese fin de semana y su hermana iba a cuidarla, pero nos clarificó, que a su hermana realmente no le importa lo que nosotros hiciéramos. Esa tarde, todos en la escuela hablaban de su fiesta. En esos momentos, Nani era la chica más popular de la escuela por ese año. Nani tomó la atención con gusto, y yo la dejé porque yo ganaba popularidad por mi asociación con ella. Aunque yo ya tenía muchas amigas, iba a tener muchas más. Pensaba que esta fiesta iba a cambiar mi vida, yo iba a ser tan popular y tener tantas amigas como Nani. Pero en realidad no sabía cómo iba a afectar mi vida en comparación de mi vida pasada. Yo estaba tan emocionada que fui de compras con mi mamá para comprar nueva ropa, zapatos, y una bolsa. Compré una falda azul con lunares y una blusa blanca inmaculada. Pensaba que así se viste una adulta, porque yo era una adulta. Debajo de mi emoción sentía gran ansiedad de la situación. Iba a ir a una fiesta sin supervisión y no sabía si podía actuar como una persona adulta. Tenía miedo de madurar. Mi mamá, tampoco sabía lo que iba a pasar, me dejó en frente de la casa de Nani. Su casa era muy linda y moderna. Sus padres trabajaban mucho y tenían dinero para apoyar a sus hijas y proveer más lujos. Mi familia era muy conservativa y no le gustaba gastar dinero en cosas que no fueran necesarias. Entonces, a nosotros siempre nos gustaba ir a la casa de Nani. La casa de Nani poseía un patio interior, muchos juguetes, y comida chatarra. Con mis brazos llenos con mi bolsa de
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dormir, almohada, y mi kit de fiesta de pijamas, yo entré por la puerta de la casa de Nani. Todas mis amigas habían llegado temprano. Cuando yo entré, todas estaban alrededor de la cocina y había mucha comida. Parecía como si todo el mundo iba a comer aquí. Sin embargo les pregunté —¡Hola!... ¿Para quién es toda esta comida aquí? Con toda esta comida vamos a alimentar a todos los vecinos y a nosotros—. Nani respondió, —Invité a algunas personas más—. —¿Cuáles personas?— En mi cabeza, pensaba “¡información más específica, por favor!” porque ella siempre hacía cosas así. Sabía que teníamos más amigas que aún no habían llegado, pero la mayoría de nosotras ya estábamos en la fiesta. Lentamente, ella me dijo —A algunos de mis amigos—, elaborando, —como Pipe, Juan, Carlos, Alejandro, y sus amigos, obviamente. Es una fiesta y no puedo tener una fiesta sin mis mejores amigos y chicos. Si fueras mi amiga, me apoyarías y sabrías parrandear con nosotros.— No podía creer la toxicidad de sus palabras. Entonces, yo puse mis emociones y tímidas, y seguí con sus planes para tener la mejor fiesta del mundo. Cuando las personas actualmente llegaron, no pude sentir mis manos ni piernas, pero mi estómago subió hacia mi garganta. Esta fiesta no se sentía correcta, no podía eliminar el sentimiento de muerte inminente. Todos revolvieron alrededor de Nani. A pesar de tener a toda la escuela adulándola no era suficiente. En este momento, Nani solo quería una cosa, era tener el grupo más popular del colegio. Solo el grupo de nuestras siete amigas no era suficiente para ella. Ellos tenían poder, influencia, y, no iría a mentir, los chicos eran lindísimos. Lo irónico es que este grupo nunca le había prestado atención a Nani. Ni siquiera se dieron cuenta cuando ella se cayó al frente de ellos en la clase de gimnasio. Sin embargo, finalmente ellos le prestaron atención cuando ella con su popularidad nueva los invitó a la fiesta. Yo estaba siguiéndola, cuidándola, y haciendo todo lo que yo podía por ella toda la noche. Ella y su nuevo grupo de amigos estaban riendo y burlándose de otras personas en la fiesta, pero yo estuve destacada en silencio. No me sentía cómoda en este grupo. Finalmente, ella me presentó a Xavier Luis, el líder del grupo, pero no fue de una manera agradable.
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-Xavier Luis- ella dijo, -esta es mi amiguita de niñez. Ella es muy graciosa. - Ella me dio una mirada, una mirada que decía no seas raro. Pero Xavier Luis ni siquiera me reconoció, solamente me dio un -mm.- Era como si yo fuera invisible y él solo me miraba. Había tantas personas en esta fiesta que todos nos chocábamos entre sí, sin importarle. Yo era una cara en la multitud. Sin embargo, me sentí como alguien, alguien de valor, cuando estaba con Nani. Yo era popular porque ella era popular. Si ella era fuerte, yo también. Nani me preguntó - ¿Puedes traerme un trago, una limonada con vodka? - Tan pronto como lo hizo, fue como si ella les hubiera dado permiso al resto para que yo tomara sus bebidas. No me sentía cómoda con alcohol alrededor mío, pero lo hice de todos modos por ella, mi mejor amiga. Yo estaba llevando todas las bebidas a la mesa, chocando con muchas personas, cuando Jimela me tropezó. Todos se estaban riendo de mí. Nani dijo riéndose, -Ella es una payasa- sin siquiera tratar de ayudarme. Todo lo que pude ver fueron sus ojos burlones mientras se reían. Mi corazón se aceleró, y mis oídos se sentían como si estuvieran bajo el agua. Me sentí tan avergonzada, mis mejillas estaban rojas y calientes. Corrí y me senté frente a su casa. Mi nueva falda, blusa blanca, y zapatos se arruinaron. Llamé a mi madre a para que me recogiera y me llevara a casa. Pensé que mi mamá estaba enojada porque mi ropa nueva estaba arruinada, pero no dijo nada porque vio mi cara. Tan pronto como llegamos a casa, corrí a mi habitación, y lloré. Yo creía que le estaba dando apoyo a mi amiga, pero realmente había perdido mi identidad de pasar tanto tiempo con ella. Pero no realmente fue yo. Pasé tanto tiempo con ella que perdí mi identidad. Yo confiaba en ella porque la conocía desde que era niña. Era mi mejor amiga y no podía creer que ella me pudiera abandonar así. Pero ella no es culpable por todo porque yo dejé a ella hacerlo. Este evento fue el comienzo de una serie de desprecios que cambiaron mi vida para siempre. Perdí algunas amigas, unas muy viejas, pero también gané otras nuevas amigas. Sin embargo, decidí que nunca iba a poner todos mis sentimientos en la amistad y cariño en una sola persona. Decidí que me iba a rodear con gente que me aceptara por lo que soy, gente que me ayuda a elevarme, no ha derribarme. Me prometí a mí misma que me convertiría en una mujer fuerte e independiente.
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Mi Primera Casa Payten Copeland Fue en el día que mi abuela se mudó a su nueva casa. Mi padre nos hizo venir pero no queríamos. Mis hermanas y yo estábamos nerviosas por venir. Sería emocional. Mi padre dijo que necesitábamos ayudar. Mi abuela vivía en una casa grande y hermosa. Ella diseño la casa cuando tenía mucho dinero. Ella dijo la casa está diseñada como la casa en la película el Great Gatsby. Era el mejor lugar. La casa fue creada con ladrillos rosas y un gran porche blanco y un columpio blanco en el frente. Tenía un camino redondo con arbustos circulares. Cuando era niña, mi hermana y yo nos sentábamos en los columpios y comíamos dulces. Recuerdo el olor de las galletas en el horno mientras jugábamos con nuestras muñecas afuera. Todavía tengo mi muñeca, cabello rojo, vestido verde y sus manchas de suciedad. Tomábamos flores del jardín y hacíamos pulseras. Una vez, mi hermana me dijo a comer uno. Sabía a té. El jardín era grande y lujoso. Flores de color rosa, rojo y morado en el jardín. El jardín tenía una señal # 1 jardín del mes por seis meses. Mi abuela estaba orgullosa de su jardín. Mi abuela solo se enojó una vez cuando corrimos en el jardín. La casa se parecía a una gran casa de muñecas. Era perfecta. Desde el exterior podía ver las altas cortinas de terciopelo dorado en las ventanas. El camino de entrada era más bonito. Tengo muchos buenos recuerdos en el camino de entrada. Había plantas por todas partes y bolas de cristal. Los pisos eran de mármol con un gran piano negro debajo de la escalera. Mi abuelo tocaba el piano durante horas. Me senté y lo miré. En esta casa creo a mi familia. Cada evento estuvo aquí. Navidad, bodas, cumpleaños, celebraciones, días malos, todos. Cuando llegó el huracán quedamos todas en una de las habitaciones. Toda la familia quería estar juntos. Le pedimos a Dios que traiga seguridad. “Dios proteja nuestra familia y amigos, proteja nuestras almas y a todos personas y almas en esta tierra,” decía mi padre. Este fue casa. Pero un evento cambió a nuestra familia. No se sentía como en casa ya. El año pasado, mi abuela no pudo encontrar a mi abuelo en la casa. Ella miró en las habitaciones, los pasillos y el comedor. "¿Hola? ¿Hola? ¿Bert?” ella dijo. Su corazón estaba acelerado. Ella encontró en el patio cerca de al jardín. No respiraba. Mi abuelo murió. Era un hombre de familia. Toda su vida trabajó mucho. Estuvo casado por 57 años. Para mí, el jardín simbolizaba la vida y la belleza. Después de mi abuelo, simbolizaba que la vida es corta. Las flores crecen y mueren. Mi abuela tuvo que aprender a vivir sin su esposo. Ella lloró y lloró. Un trozo de su corazón había ido ese día. Mi abuela estaba haciendo major. Ella no
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podía caminar y regar las flores y las flores murió. El barrio también era más dangeroso. Los niños irrumpieron en dos casas en la calle en un mes. Estaba lista para comenzar un nuevo capítulo. "Última vez aquí". Mi padre dijo. Llegamos a la casa. Por última vez estuve una princesa para volver al castillo. Olí las flores. Mi abuela estaba en el porche con cajas. Abracé a mis primos y mis tías y tíos. Le di mi abuela un beso en la mejilla.. Entré para llevar cajas al camión. La casa se sentía diferente. Estaba listo para un nuevo capítulo. Su gran escalera marrón quería pies de niños jugando. Cómo bailaban mis primos y hermanas cuando eran niños. Pero estaba triste. Generaciones de mi familia vivieron aquí. Viví mi vida aquí. Mi abuela construyó esto para nosotros. Pero el abuelo se había ido. "¡No quiero ir!" la abuela dijo "Mamá, debes", dijo mi papá. "¡Esta es mi casa!" ella lloró. Abracé a mi abuela. La sentí herida. Era cada recuerdo de la vida. Para dejarnos No quería venir porque sabía que estaría triste. Lloré. seguiremos recordando? le gustará el hogar de ancianos? ¿Es un lugar feliz? ¿Recordaré mi infancia sin estar en la casa? serán las flores bonitas en el mundo? Las flores. Me acordé de las flores. Las temporadas cambian. Comienzan nuevos capítulos. Las flores van y vienen. Yo fui al jardín. Tomé una flor rosa. Lo puse en la mano de mi abuela. “Siempre tendremos este castillo en nuestros corazones. estaban listos para lo nuevo ". Tomé la mano de mi abuela. Mi hermana sostuvo la otra. Mi familia permaneció en silencio tomados de la mano. Nos miramos a casa. Tomamos una respiración profunda. Regresamos a la casa. Empacamos las cajas en el camión. Tomé una flor para todos. Puse uno en el piano para el abuelo. Cerramos la puerta y salimos al siguiente capítulo. Cuando llegamos al hogar de ancianos, mi abuela estaba asustada. Ella no quería entrar. Se sentó en el auto. Entré y fue agradable. Ella me siguió. Toda la familia la trasladó. Cuando nos fuimos, le di un beso en la mejilla. Ella sonrió.
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Mi primera experiencia con la escuela Baylee Floyd Cuando tenía quince años, fui a la escuela por la primera vez. Nunca había estado en la escuela porque era una gimnasta por doce años y no tenía el tiempo para aprender de una manera normal. Después de que dejara la gimnasia, decidí ir a la escuela porque quería una vida y educación normal. Un día, hablé con mis padres sobre la posibilidad de poder ir a la escuela. Les dije, —“Mamá, papá, quiero ir a la escuela pública. Ya no soy una gimnasta y quiero tener una vida de una adolescente normal.”—. Ellos me dijeron, —“sí, creemos que es el momento para que te vayas a la escuela. Necesitas estar rodeada de gente de tu misma edad porque será muy importante por tu futuro.”—. Estaba muy feliz que ellos estuvieran de acuerdo conmigo y empezamos a buscar nuestras opciones de las escuelas. Unas semanas más tarde, mi madre me dijo que quisiera que nuestra familia vaya a una escuela que se llamada “Gateway College Prep.” Estaba confundida porque la escuela no era una de las dos escuelas en la ciudad que vivíamos. Mi madre me dijo que la escuela era una escuela que preparaba a los estudiantes para ir a la universidad. No me gustó la idea porque quería ir a una escuela que se consideraba “normal”, pero fui con ellos. Esa noche, fuimos a la escuela para recibir más información sobre la escuela y la manera que enseñaban. El director de la escuela nos dijo que la escuela nunca había tenido más de cien estudiantes por grado. Tambíen, nos dijo que se concentraban en clases de “AP” para preparar los estudiantes para la universidad. A mis padres les gustaba que la escuela era pequeña porque pensaban que sería más fácil para ajustarnos a una vida nueva. Hablábamos sobre la idea por unas semanas más y mis padres decidieron que mis hermanos y yo iríamos a Gateway. Mi primer día en la escuela, tenía quince años. Estaba muy nerviosa porque nunca había experimentado algo como esto. Sólo conocía una persona que se llamaba Raina. Nuestros hermanos jugaban béisbol juntos cuando eran niños, pero no la había visto en mucho tiempo. Cuando llegué por la primera vez, miré alrededor de la escuela y los edificios. No era muy grande, pero el edificio de los estudiantes de la secundaria
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era nuevo y parecía ser limpio y agradable. Entré a la escuela y caminé hacia mi primera clase. Me senté en una de las mesas en el cuarto cerca de tres personas otras. Era evidente que ellos eran amigos y parecían simpáticos así que entonces, me presenté a ellos. Les dije, — “Hola, me llamo Baylee. Soy nueva a la escuela. ¿Cuáles son sus nombres?”—. Me sonrieron y una de las personas me dijo, —”Hola Baylee, mucho gusto. Me llamo Jake y ellos se llaman Josiah y Zoe.”—. Empezamos a hablar antes de la clase sobre nuestros vidas. Durante todo el día, fui a mis clases y empecé a conocer más personas. Como la escuela era muy pequeña, todos de mis clases eran en el mismo edificio. El resto de la semana era un poca aburrida, pero empecé ajustar a mi nueva vida. Con la progresión del año, hice muchos nuevos amigos y me convertí en un miembro del equipo de animadora. Mi escuela no tuvo un equipo de fútbol americano, pero tuvimos un equipo de baloncesto lo que significó que el baile de bienvenida fue más tarde en el año. La primera vez que fui a un baile de bienvenida fue en noviembre de mi segundo año,(mi primer año en Gateway). Estaba muy emocionada porque nunca había estado y mis amigos estarían allí, especialmente el chico que me gustó. Cuando entré al baile, miré a mis amigas cerca de la mesa de los snacks. Caminé hacia ellas y les dije, —“¡Hola chicas! ¡Qué bonitas! Me gustan sus vestidos mucho.”—. Me sonrieron y mi amiga Raina me dijo, —“Gracias, Bay. Me gusta tu vestido mucho. ¿Dónde lo compraste?”—. —“Una tienda en el centro comercial. Creo que era ‘Macy’s’.”—. Continuamos a hablar cuando miré el chico que me gustaba. Su nombre era Zach y él era un jugador de baloncesto y una parte de mi grupo de amigos. Hablábamos frecuentemente y tuvimos algunas clases juntos. Raina me preguntó, —“¿Vas a bailar con Zach esta noche? Creo que debes preguntarle.”—. Le respondí, —“No sé, pero espero que quiera. Hemos estado flirteando más cada día y pienso que iríamos en una cita pronto.”—.
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Nos reímos y empezamos a bailar cuando miré que Zach estaba caminando a mí. Hablamos por unos minutos y eventualmente, Zach me invitó a bailar. Estaba extática y fui al piso para bailar y divertirme. El resto del año estaba divertido y loco en muchas maneras. Completé mi primera temporada como animadora en que mis compañeras de equipo y yo animábamos por el equipo de baloncesto. También, nosotras participamos en todos los encuentros de motivación. Mi primer año en la escuela me enseñó muchas lecciones. Aprendí que no todos de mis amigos eran personas buenas, y mientras era una lección muy difícil, era necesaria e importante para aprender. Fui en una cita con Zach y era perfecta, pero con la progresión del año, aprendí que él no era tan bueno como pensaba. Hice muchos nuevos amigos y finalmente me sentí como una adolescente normal. Los dos años próximos en la escuela trajeron nuevas lecciones y desafíos. Aprendí mucho sobre mí misma y las cosas más importantes en mi vida. Jugué dos años de softbol para mi escuela y continué a ser una animadora. Mis deportes eran una de mis partes más favoritas de la escuela porque estaba con mis mejores amigas. En el comienzo de mi viaje en Gateway, no estaba emocionado porque creía que la escuela era demasiada pequeña. A veces, me molestaba que mi experiencia con la escuela no era normal, pero cuando me gradué, me di cuenta que esta experiencia era exactamente la que necesitaba. No estaría donde estoy hoy sin mi primer año de la escuela pública y estoy agradecida.
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Infancia Cameron García Cuando era un niño, mi mamá decía que yo nunca me cansaba de darle un abrazo y decirle que la amaba. Ahora, desaforadamente, ella me dice lo contrario. Ella me dice que casi nunca la abrazo y tampoco le digo que la amo. En realidad, suena peor de lo que es, porque mi mamá sabe que todavía la amo tanto y no menos que antes. Sin embargo, esto es parte de la vida de la mayoría de los niños a medida que crecen. También, esto es importante, ya que nuestras madres nos han proporcionado todo y han pasado por mucho dolor por nosotros. Lo menos que podemos hacer es no dejar que se olviden de lo agradecidos que estamos por ellas. A través de la historia, los chicos siempre han tenido el mayor respeto por sus padres, pero ahora, en el siglo XXI es menos que antes. Las madres han moldeado nuestras vidas desde el momento en que nacimos, ellas han estado ahí en todos los momentos de nuestras vidas. Ellas nos han amado más que nadie en nuestras vidas a pesar de lo que hemos hecho. Las madres han sacrificado mucho para nosotros y para eso, nosotros siempre estamos en deuda con ellas, tanto en el pasado, presente y futuro. A mi parecer, de los niños, es fácil aprovechar la amabilidad de nuestras madres, y debido a esto, es importante mostrar que ellas nos importan. Además de esto, es importante mencionar que toda la familia es la gente más importante en nuestras vidas. Por ejemplo, he tenido muchos amigos durante de mi infancia, pero ahora no conocen ellos, pero mi familia ya están aquí conmigo. Menciono esto porque a pesar de que podemos estar más cerca de nuestros amigos, nadie nos ha conocido como nuestra familia, especialmente los padres, los hermanos y hermanas. Cuando era un niño, peleaba mucho con mi hermana, y mi madre siempre decía —Tu papá y yo no estaremos aquí para siempre, pero, tu hermana sí pasa mucho tiempo con tu hermana. — Cuando era joven, no sabía lo importante que era la familia, pero como soy mayor que antes, me doy cuenta de lo importante que es la familia. Disfruto pasar más tiempo con mi familia, como cuando vivía en la casa con mi familia, y menos con otras cosas que tienen menos importancia. El tema de la importancia de la familia es interesante porque cuando nosotros pensamos sobre la historia de la familia, siempre las familias han vivido cerca, pero en este día, nosotros más desconectados unos de otros, y una razón es que
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nosotros vivimos muy lejos de nuestras familias. Una frase popular sobre este tema es que ‘Nosotros estamos conectados pero desconectados que nunca’, y la mayor razón es porque tenemos el internet, teléfonos, y cosas asi. Muchas personas, especialmente las personas más viejo, piensan que la tecnología ha destruido el mundo, la cultura, etc. El otro lado, dicen que la tecnología ha cambiado el mundo para mejor. Creo que los dos pueden ser la verdad. Parece que los humanos hablan menos con otros humanos, pero al mismo tiempo, los humanos siempre están hablando con otros. Por lo tanto, por esta razón, la tecnología se usa para el mejor si nosotros la usamos en la correcta manera. Muchas veces, las personas mas importantes en nuestras vidas habían estado frente a nosotros para siempre, pero no hemos podido darnos cuenta de esto porque nuestras mentes se han centrado a tecnología. Es critical para ver el mundo que nos rodea, y dejar de usar el teléfono por algunas veces, porque de lo contrario, nuestra vida va a pasar ante nuestros ojos. Menciono esto porque creo que la tecnología es la razón principal por la que no hemos pasado mucho tiempo con las personas mas importante durante nuestras vidas, especialmente los padres, los hermanos, y los abuelos. Por ejemplo, cuando eramos joven y no tenemos un teléfono, siempre pasamos tiempo con la familia, y yo sé que esto no es la única razón, pero estoy hablando sobre el espíritu de la infancia. Además, quiero mencionar la importancia de los abuelos en nuestras vidas. Como mencioné la importancia de nuestras madres, también nuestros abuelos un tipo diferente de importancia en nuestras vidas. La mayoría de los niños no son cerca de sus abuelos, porque hay mucho espacio entre las generaciones, etc. Nuestros abuelos tienen mucho inteligente y mucha sabiduría que ellos nos pueden dar a nosotros. Los padres han pasado mucho tiempo en este mundo. Ellos han experimentado muchos años, muchos cambios de los estados unidos y han enfrentado a muchas dificultades de que podemos aprender. Por ejemplo, el padre de mi mamá nació en 1929, ha vivido durante muchas guerras, muchos presidentes, y tiempos buenos y tiempos malos, y yo puedo aprender mucho de él. También, muchos abuelos quieren hablar con nosotros y acercarse. A veces si bien puede ser aburrido visitarlos, es importante porque ellos son nuestra familia unida. Finalmente, si no tenemos una buena relación con otros miembros de la familia, es importante que tratar de hablar con ellos y tiene el intento para ser más cerca con ellos. Durante de mi vida, no hablé mucho con mis primos, pero cuando veo la relación de mi papá y sus primos, me dan ganas de acercarme a mis primos.
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Yo empecé este cuento con hablando sobre mi mama y la importancia de las madres porque creo que las madres son la columna vertebral de la familia y ellas son tan importante. Espero que todos los humanos y todas las personas de mi misma edad pase tiempo con su familia más y menos tiempo enfocándose en otras cosas de la vida que no son importantes. Yo estoy diciendo todo esto porque creo que nosotros no pasamos suficiente tiempo con nuestras familias, y en mi opinión, ellos son las personas mas importantes en nuestras vidas. Cuando pienso sobre todo mi vida, lo único que lamento es no pasar más tiempo con mis padres, hermana, etc. Hay muchas cosas importantes que ver, escuchar y descubrir, pero es importante dejar nuestra tecnología y hacer el esfuerzo de pasar más tiempo con nuestros seres queridos.
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Una aventura en Costa Rica Anna Glidewell Cuando tenía catorce años, fui a Costa Rica con mi iglesia para un viaje. Mis padres realmente querían que fuera a este viaje, sin embargo, era muy reacio a ir. Tenía mucho miedo porque solo hablaba un poco de español, y nunca había estado en un país extranjero. Mi predicador me aseguró que todo estaría bien, y aprendería muchas cosas sobre Dios y la cultura de Costa Rica. Pensé que mi predicador estaba loco, porque pensé que sabía algo de español, pero no lo suficiente para comunicarse durante toda una semana en Costa Rica. Salimos de Georgia en un caluroso día de verano en julio, y llegamos al día siguiente a un ambiente completamente diferente. Me sorprendió cuando sentí lo húmedo y caliente que era. También reconocí cómo todas las personas en Costa Rica no estaban molestadas por el calor. Caminamos a través del pequeño aeropuerto, y escuché a los nativos hablando español extremadamente rápido. Me sentí abrumado por la ansiedad, porque llorábamos en un país que hablaba un idioma que no podía entender. mi predicador me calmó diciéndome que muchas de las personas de Costa Rica estaban aprendiendo inglés, y podríamos tratar de romper la barrera de la lengua cuando estudiamos la Biblia juntos. Llegamos a la casa donde nos quedamos, y la familia que vivía allí hablaba inglés. Fueron muy amables con nosotros y nos aseguraron que fuimos muy bienvenidos y se alegraron de que estábamos aquí. Estaríamos en Costa Rica por una semana, para trabajar en proyectos de construcción y para enseñar a los niños la palabra de Dios. Estaba muy intimidado por el hecho de que me alojaría por una semana en un país extraña, pero la familia anfitriona fue muy amable y me hizo sentir bienvenido. la primera noche en Costa Rica todos nos sentamos juntos y cenamos, y discutimos lo que haríamos esa semana. Interactuaríamos con una gran cantidad de personas por lo que era importante que hiciéramos todo lo posible para entenderlos y ayudarles a entendernos. Creí que fue a ser muy difícil entender los niños de Costa Rica, pero no fue más difícil que yo creí. El día siguiente, comenzamos a construir una iglesia juntos, y tuvimos ayuda de costarricenses adolescentes que querían ayudarnos a aprender su lengua, y ellos a aprender el nuestro. Eran muy agradables, y hablaban despacio para que pudiéramos tratar de entenderlos. Hice una amiga llamada Alejandra, que tenía dieciséis años en ese momento. Ella y yo nos llevábamos muy bien, porque sabía más inglés que la mayoría de los otros adolescentes que nos estaban ayudando. Mi
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predicador nos presentó y empezamos a ser amigos, y ella fue muy útil. Ella me ayudó a aprender cosas como "cuáles son tus actividades favoritas" y "qué haces los fines de semana", y con ella era más fácil aprender el español. Una vez que terminamos de construir por el día, y tuvimos un descanso para almorzar, nos sentamos y discutimos la Biblia y cómo afecta nuestras vidas. Fue tan interesante escuchar a los costarricenses que los costarricenses necesitaban y oraban a Dios tal como lo hicimos nosotros, y cómo lo buscan en sus vidas como nosotros hacemos la nuestra. Fue una experiencia muy unificadora, y me hizo sentir muy feliz por dentro. Durante el resto del viaje, construimos la pequeña iglesia y estudiamos la Biblia juntos, y a veces realizábamos pequeños viajes a atracciones escondidas como cascadas y el campo. Disfruté mucho estar en Costa Rica porque me dio una nueva perspectiva sobre conocer gente nueva y aprender sobre nuevas culturas. Los costarricenses son muy relajados y amables, y son muy acogedores e interesados en conocer gente nueva. Me encantó probar la comida y escuchar la música, porque son muy diferentes de lo que sabía de América. Alejandra me enseñó a bailar sus bailes favoritos y a cantar algunas de sus canciones favoritas. Aprendí mucho de lo que me enseñó, porque todavía conozco algunas de las canciones que me enseñó hoy. Estoy aún más interesado en la música que me presentó hace siete años. Tuve una experiencia cultural tan valiosa en Costa Rica. Es una cultura maravillosa de la que me enamoré en mi viaje. Disfruté de la cultura y la comida en el viaje, pero mi parte favorito fue cada vez más cerca de Dios y sus hijos en este viaje. Conocí a tantas personas maravillosas que querían conocer a Dios y fue tan edificante ser amigo de tanta gente como yo. Al principio de mi viaje, temía estar aislado y solo debido a las barreras culturales y del idioma. Sin embargo, hacia el final del viaje me reía y compartía historias con personas a las que llamaba a mis amigos. Mi predicador tenía razón cuando me dijo que no tenía nada de qué preocuparme. Nunca me había sentido tan cerca de Dios porque tenía a mi familia de la iglesia a mi lado, así como a un nuevo grupo de amigos que amaba. Alejandra y yo estábamos muy tristes cuando tuvimos que separarnos en el último día de mi viaje. Prometimos ser amigos de la pluma y escribirnos al menos una vez al mes. Mi familia de la iglesia tomó una foto con la pequeña iglesia que construimos y los adolescentes que nos ayudaron a construirla. Todavía tengo la foto en mi cuarto, y a veces pienso en el impacto que el viaje tuvo en mi vida. La fotografía que tengo trae de vuelta tantas emociones felices y buenas historias. Este viaje es la razón por la que decidí seguir el español por el resto de mi vida.
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Me encanta la forma en que reúne a las personas y crea un vínculo entre grupos. Nunca olvidaré lo cerca que me sentí de un grupo de personas que una vez temió y con las que no quería interactuar. Para mí, el español es una lengua que crea amistades y une a las personas sin importar su raza, género, origen, etc. Espero que aprender la lengua cree muchas nuevas oportunidades para conocer muchas personas y mejorar el mundo.
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La vida impredecible Madison Haynes Era el verano de 1992 en San Antonio, Tejas. Yo, una rubia de Dallas, estaba empezando mi primer semestre de escuela de derecho. Estaba encantada con mi vida. Tenía nuevos amigos y estaba estudiando para ser abogada. Estaba en la mejor etapa de mi vida. Después de mis clases un viernes, fui a una fiesta y me encontré hablando con un hombre hispánico que era amigo de una amiga. Él también estaba en mi sección en la escuela de derecho. Cinco años después, me casé con ese hombre hispánico, él es el amor de mi vida. Mi esposo es de Laredo, una ciudad chica en la frontera de México y Los Estados Unidos. Él nadamas tenía una condición cuando nos casamos, que viviéramos juntos en Laredo. Claro que dije que sí, él es una de las mejores cosas que me ha pasado. No tenía ni idea de qué difícil sería la transición de vivir en una ciudad en la frontera. Cuando fui a Laredo a vivir con mi esposo, tenía 26 años. Laredo es una ciudad que es más mexicana que americana. Todos hablan el español. Yo nunca he hablado el español. Nadie quiere contratar a una abogada que no habla español. Entonces, era difícil encontrar trabajo. Tenía que trabajar con un primo de mi esposo y él hizo todo los transacciones entre la mayoridad de los clientes. Mi trabajo no se sentía mío, era mi trabajo por mi esposo. Mi marido tenía todos estos amigos de la secundaria. Estos amigos de él eran muy buena gente, pero no eran mis amigos, eran amigos de mi esposo. Claro que siempre me invitaron pero primero lo invitan a él y ellos le dicían a trajerar su esposa. Ni tenía amigas, siempre ha tenido amigas pero nunca me juntaba con las mujeres sin él. Toda mi vida me había sentido independiente pero en ese momento no estaba ganando dinero, y mis amigos solamente eran mis amigos por mi esposo. No estaba feliz. Laredo era una ciudad muy mexicana, no estaba acostumbrada a la cultura. No me gustaba besar a todo el mundo, pero en Laredo tenía que dar un beso cuando saludas. No era católica pero en Laredo, nadamas había iglesias católicas. No me gustaba salir de la casa alegrada a ir al mandado pero todo mundo siempre anda alegrados. No estaba feliz. Un día, después de meses de frustración, le dije a mi esposo si podíamos vivir en Dallas o San Antonio. Enojado, él me dijo que Laredo era la ciudad perfecta para tener una familia. Él dijo que ésta era una ciudad chica, con una
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muy buena comunidad, había muchas escuelas buenas, mucho trabajo y que aquí estaba toda su familia y amigos-. Para una semana ni pude hablar con mi esposo. No pude creer que me case con un hombre tan egoísta. Le dije que no estoy feliz, que el me saco de mi vida feliz. -¿No me crees?-, le dije a mi marido. -¡No estoy feliz, ya no quiero vivir aquí!-, le grité a mi esposo. Él no me contestó. Pasa tres días, me sentí rara. Tenía dolores de cabeza, mucha hambre y muy cansada. Le hable a la prima de mi marido, mi única amiga, y me pregunto si estoy embarazada. -¿No es posible, verdad?-, le conteste. -Te voy a recoger y vamos a la tienda-, me dijo mi amiga. Fuimos a la tienda, tome una prueba de embarazo, era positivo. Estaba embarazada en unos de los momentos más difíciles de mi vida. No tenía amigos, no tenía clientes millos en el trabajo y estaba enojado con mi esposo. -¿Cómo voy a tener una familia en esta ciudad tan ridícula?-, pense yo. Esta ciudad no era mi casa, era la casa de mi esposo. Estos amigos no eran míos, eran de mi esposo. Esta familia no era mía, era de mi esposo. Le hable a mi esposo a regresar a la casa, le dije que tenía algo importante para decirle. -Estoy embarazada-, nerviosamente le dije. Su cara cambió inmediatamente. Empezó a sonreír como nunca lo ha vido sonreír. Él estaba feliz y en ese momento, yo también. Toda mi vida yo hice lo que quería. Era independiente. Era trabajadora, no era cobarde. Si quería ser feliz, iba a ser feliz. Si quería amigas, iba a encontrar amigas. Finalmente, si quería clientes, iba a aprender el español. Entonces le hable a mi suegra y le pregunté si me enseñara el español. Cada día practicaba con ella después del trabajo. Practicaba cada día por un año, hasta que podía hablar español en el trabajo. No era fácil aprender una lengua nueva a los 26 años. Tampoco era fácil a hablar esta lengua en situaciones profesionales porque todavía lo hable con un acento americano. Pero si quería a ser feliz antes que llegaba mi hija, tenía que salir de mi zona de confort. Empecé a salir más con mi esposo. Empecé a hablar con sus amigas más frecuente y les invite a salir a comer, sin mi marido. También les invite a tomar unas clases de ejercicio conmigo. Ahora estas amigas no eran amigas de mi esposo, eran amigas mías. Y entre conocer más a esas mujeres, conocí a mucha más gente. La cultura social en Laredo era diferente que yo estaba acostumbrada a, pero eso no quiere decir que era mal. Yo nadamas era terca. Tenía medio, estaba en una situación inconfortable y no sabia como transicionar mi vida a ser
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confortable. Siempre ha trabajado mucho a tener la carrera que tengo hoy. Pero nunca tenía que trabajar ha estar confortable y feliz en mi vida. Las cosas en la vida no son predicables. Si eran predicables yo estará casada con un hombre americano y viviendo en Dallas con cuatro hijos. Cada día estoy agradecida a tener la familia que tengo. También estoy agradecida de vivir en la ciudad donde vivo hoy, Laredo. Ese primer año de matrimonio me enseñó que este mundo está lleno de lenguas muy diferentes, y cada lengua viene con una cultura diferente. Y que una persona a veces va a tener miedo a una cultura diferente pero eso no debe de ser una barrera entre una vida feliz y una vida triste. Cada cultura es diferente y bonita, nadamas tienes que tratar de adaptar para entenderla.
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La perseverancia Jake Jackson Este verano fue el verano de las posibilidades y de las oportunidades. Iba a buscar un trabajo nuevo para que pudiera ahorrar más dinero para comprar mi primer carro. Mi vida era un poco difícil, porque mis padres trabajaban muchas horas. En mi tiempo libre, tenía que ver a mi hermana menor. Mi hermana ahora tenía siete años y le dije a mis padres que necesitaba un trabajo porque ahora tenía dieciséis años. No les gustaba esta idea, pero a la misma edad de mi hermana, yo funcionaba sin ayuda o supervisión. Más tarde ellos me dijeron vale. Ellos dijeron que podía aplicar a lugares cerca de mi casa, pero no muy lejos porque necesitaba poder ayudar mi hermana en caso de las emergencias. Tenía muchos planes para mi vida, y pensaba que para iniciar, claro necesitaba poder manejar un carro propio. He estado trabajando por seis meses en la gasolinera cerca de mi casa. En este punto, estaba cerca de mi meta de poder comprar mi primer carro. Hoy era un gran día, fui a pedirle a mi jefe por un aumento y explicarle mi situación sobre cómo necesitaba mi primer carro. En un día típico, llegaba a las cinco de la mañana para preparar el día de trabajo y antes de ir a la escuela. No era necesario que lo hiciera, pero me gustaba mucho ayudar en adición a lo que tenía que hacer para mi trabajo. Creía que era muy importante hacer más de lo que tenía que, porque el mínimo no hacía un impacto en las vidas de otras personas. Yo sabía que no era perfecto en esta consideración, pero yo sabía que siempre podía aprender y esforzarme más. Yo aprendí esta idea en mi iglesia y en el mensaje sobre Jesucristo. También, yo tenía fe y paz en Él porque de Su sacrificio en la cruz para cubrir mis pecados. Mi verso de la vida era Romanos 12 y decía —Por lo tanto, hermanos, tomando en cuenta la misericordia de Dios, les ruego que cada uno de ustedes, en adoración espiritual, ofrezca su cuerpo como sacrificio vivo, santo y agradable a Dios.— No quería que esto fuese el único tiempo que explicase por qué quería servir a otros. En mi casa era un gran ejemplo para servir a mis padres cuando ellos estaban en el trabajo. Mi hermana y yo no nos llevábamos muy bien, pero yo sabía que porque yo era su hermano mayor, necesitaba ser un gran ejemplo para ella en su vida. Ella no le gustaba hacer sus tareas en nuestra casa, y previamente, mis padres harían su vida muy miserable. Ella era muy terca, y a pesar de que son sus tareas, a menudo las hacía yo porque no me gustaba verla llorar. Mis padres trabajaban doce horas todos los días, entonces entre mi tiempo en el trabajo y en la escuela,
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ayudaba a mi hermana para prepararse para el día. Después de mi día en la escuela a las dos de la tarde, fui a mi trabajo por seis horas más. Después de que terminara mi turno, fui a llamar a mi jefe para pedirle un aumento. —Señor, ¿Tiene usted un momento para hablar conmigo?—, yo pregunté. —Por supuesto, ¿qué quieres—?, él dijo. —Bien Señor, he trabajando aquí un rato, y si es posible, quisiera un aumento porque estoy ahorrando dinero para comprar mi primer carro—, yo dije. —Supongo esto es posible. ¡Sí, puedes tener un aumento!—, él dijo. —¡Muchas gracias, señor!—, yo respondí. ¡Que tenga un buen día! Ahora en unos meses podré comprar mi primer carro! —No puedo esperar a contarle a mi familia!—, yo dije. … —¡AAAA!— exclamó una señora. —Chico, ¿estás bien?— ella me preguntó. —Creo que mi brazo está roto. ¡Yo necesito ir al médico!— yo respondí. … —Tristemente, tu brazo está roto, y necesitas un yeso por seis semanas más o menos— el médico dijo. … Mi trabajo iba a ser mucho más difícil, y mi jefe no iba a estar feliz con esta noticia. Bien, tenía que trabajar más duro para mostrarle a mi jefe estaba serio sobre mi trabajo y meta. Habían pasado tres semanas desde mi accidente, y el trabajo iba muy bien! Actualmente, creía que era un juego hacer las cosas diferentemente. ¡En tres semanas mi tiempo en el yeso había terminado, podía comprar mi carro! ¡Hoy era el día! ¡Tenía un amigo de mi iglesia que fue a venderme mi primer carro! El carro no era perfecto, pero era perfecto para mi y yo sabía enseñarme ser responsable. Me gustaba mucho manejar mi carro, pero ahora mis padres querían que manejara a mi hermana a la escuela y a practica de sus deportes. Para conseguir comestibles, tenía que pagar por mi gasolina y el seguro también. Sí era mucho, pero estaba feliz de hacerlo porque ahora tenía mucha más libertad. Me gustaba mucho esta parte de mi vida, yo sabía que tenía que trabajar duro, y siempre tenía sueño, pero tenía alegría porque en Romanos 8 dice —Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito—. Este era importante, específicamente porque mis padres no tenían la habilidad de pagar para que asistiera a la
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universidad, pero yo sabía cómo ir para que pudiera tener un buen futuro. Era un poco difícil porque pensaba que quería ir a una gran universidad, pero posiblemente era mejor para mi trabajar en mi trabajo actual e ir al colegio comunitario a pesar de que mi sueño era graduarme de la universidad de Texas A&M. Pero para ahora, necesitaba dormir porque tenía otro día largo mañana. … —Necesito llamar contigo ahora.—, mi jefe dijo. —¿Sí, Señor?—, yo respondí. —He notado todo tu arduo trabajo aquí, y yo sé que tu familia pueden ser muy difícil a menudo. Yo sé que no tienes una manera para pagar tu universidad, pero a beneficio de nuestra empresa, ¡queremos darte una beca completa!—, él dijo. —¡Señor! Este es el más mejor día de mi vida, muchas muchas gracias!—, yo respondí. —Por supuesto. ¡Buena suerte en tu futuro!—, él dijo.
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¿Quién soy yo?
Maxim Jelton
–¡Ay prostituta!– dijeron las abuelas viejas a mi mamá. Era el año 1989 en Rusia Soviética y mi mamá estaba llevando la ropa que se consideraba “de moda” para los jóvenes en ese momento, según ella. Me encanta cuando mis padres me cuentan historias sobre su juventud en Rusia. Me gusta la idea que su pasado y su niñez juega un papel importante en la creación y desarrollo de su identidad como una persona. Es increíble oír sobre las diferencias en nuestra juventud. Es difícil imaginar para mí la manera de vivir durante este tiempo. Específicamente, mi mamá creció en Siberia. Ella me dijo que a menudo jugaba en los bosques con palos y rocas. Aún ahora, ella recuerda las reglas que creó con sus amigas. También corría en el bosque. Ella y sus amigos recogían bayas y las vendían en el mercado en una ciudad (de Siberia). Me dijo que después de la escuela, ella a menudo alimentaba y adoptaba a los perros callejeros con los que era amiga. Ella describió su pequeño y viejo apartamento donde vivía con su hermana y sus padres. A mi mamá no le gustaba ir a la escuela. En Rusia a menudo echaba de menos sus clases para pasar tiempo con sus amigos. Sin embargo, se dio cuenta de que le encantaban las matemáticas. No le gustaban otras asignaturas, pero encontró una pasión por las matemáticas y la contabilidad. Ella ayudó a dirigir una tienda de ropa que vendía ropa Nike y Adidas cerca de Moscú. Cuando mi mamá tenía mi edad, había estudiado contabilidad y era gerente en ventas y operaciones de una tienda. Para la Rusia soviética, lo estaba haciendo muy bien y mis abuelos estaban muy orgullosos. Mi mamá me enseñó que aún si no eres bueno en algo (como estudiar la escuela), lo importante es encontrar su pasión en la vida. Ella dice que la pasión es lo que hace la vida hermosa y vale la pena vivir. Cuando mi papá era un niño, él practicaba artes marciales. Él creció en Moscú, la capital de Rusia. Mi padre no tiene hermanos. Mi papá era lo opuesto a mi mamá. Le gustaba ir a la escuela todos los días. Él estudiaba duro todos los días y también trabajaba. En Rusia, no era tan exitoso como mi madre hace veinte años. Era muy apasionado por los juegos de ordenador y la codificación. En Moscú, tenía acceso a computadoras en los libarios públicos y a menudo pagaba para usarlas cada hora. Aprendió a codificar y estudió computadoras sin ayuda de la escuela. Además de hacerlo bien en la escuela, fue a una muy buena universidad en Rusia. Cuando tenía mi edad, desarrolló sus habilidades y habilidades como trabajador y llegó a los Estados Unidos. Su actitud y títulos
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universitarios lo separaron del resto de los inmigrantes. Cuando era niño, e incluso ahora, siempre trataba de enseñarme lecciones de la vida sobre ser inteligente en mis decisiones a través de historias de su éxito y fracasos en su juventud. Honestamente, es difícil imaginar una vida diferente. Estoy decidido y estoy dispuesto a seguir la mentalidad exacta de mi padre y su actitud hacia una fuerte ética de trabajo. Yo me di cuenta que mis padres tuvieron una niñez muy diferente y no podría estar más agradecido. Una de las cosas por las que estoy más agradecido es que crecí con mis abuelos. Vinieron de Rusia hace quince años y han sido muy importantes en mi infancia. Mis padres a menudo trabajaban largas horas, y todavía lo hacen hoy en día. Mi abuela ayudó a criar a mi hermanita. Me hice mejor amigo de mi abuelo. Él me ayudó a dar forma a mis valores como un trabajador. Nunca me dejaba jugar afuera con mis amigos sin hacer mi tarea. Mi juventud estuvo lleno de juegos con amigos y con pelotas de deportes diferentes afuera en la calle. Mi abuelo era profesor de ingeniería en Rusia, así que estudió matemáticas conmigo. Él me llevó a cada práctica y partido de fútbol. No hablaba inglés, así que también me enseñó el idioma ruso. Me enseñó a terminar siempre mi plato en la cena, y a llenar siempre mi plato con mucha comida. Mi abuelo es uno de mis mejores amigos. A pesar de que no habla inglés muy bien y no entiende la forma americana de la universidad (a menudo me pregunta el propósito detrás de algunas de las actividades extracurriculares que estoy en Texas A&M), me llama para hablar de mi semana y clases. Siempre está interesado y se preocupa por lo que estoy haciendo en la escuela. Él crió a mi padre y ayudó a mis padres a criarme. Estoy tan feliz de que todavía esté en mi vida, y espero que pueda ponerse mi anillo Aggie. Aunque mis padres tenían juventud diferentes, creo que mis abuelos me ayudaron a aprender las mismas lecciones que aprendieron, pero de maneras diferentes. Admiro mucho a mi madre porque en su juventud, hizo prácticamente lo que quería y siguió sus sueños. Hoy, ella es mi mayor partidaria en cada decisión que tomo. Ella siempre me ha dicho que “tendrás una buena vida si sigues tus pasiones en la vida”. Mi padre me enseñó que un trabajador puede lograr cualquier objetivo que quiera. Si pudiera tener una característica que tiene mi padre, tendría su habilidad para trabajar duro. Trajo a mi madre de la unión soviética a los Estados Unidos y creó su sueño americano. Mis abuelos eran tan importantes en mi juventud y es importante que nunca me olvide lo que hicieron por mí. No tuve que recoger bayas y venderlas para apoyar a mi familia. No tuve que jugar con rocas para divertirme. No tuve que pagar para usar una computadora. No viví en un apartamento. No digo esto para jactarse de mi vida,
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sino para celebrar de dónde vinieron mis padres y a dónde están ahora. Los admiro tanto por sus valores y su viaje al sueño americano. Sin ellos, habría tenido una juventud diferente. Me dicen que siempre siga mis pasiones y siempre sea un buen trabajador.
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Creciendo en la frontera Brittany Medellin Yo nací y fui criada en la frontera de los Estados Unidos y México. Crecí en Brownsville, Texas que es una ciudad en la frontera con la ciudad de Matamoros, Tamaulipas. Mis padres se divorciaron cuando era niña, así que me crié con mis abuelos desde pequeña. Mis abuelos tienen una casa en Matamoros y mi abuelo es peluquero ahí, así que básicamente vivíamos en Matamoros. Antes de que yo entrara a la escuela, me acuerdo que siempre iba a la peluquería de mi abuelo, iba tanto que tenía a mis amigos de la colonia ahí y los vecinos ya me conocían. No me acuerdo de toda la gente que conocía pero mi abuelita tiene fotos donde estoy en pañal y un vestido y alguien que no conozco me carga (sé que es un vecino de mis abuelos pero si lo veo el día de hoy no me acuerdo de quién sea). Cuando mis tíos y mi papá le hicieron la casa a mis abuelos en Brownsville, mis hermanas y yo nos mudamos con ellos. Ahí empezamos a ir a la primaria así que no íbamos a Matamoros durante la semana pero íbamos cada fin de semana. Por esta razón no veía a mis amigos y a los vecinos de la colonia tan seguido. Así que me fui alejando de ellos, ya no les hablaba tanto a mis amigos y ya tenía amigos nuevos en la primaria. Me acuerdo que íbamos todos los domingos por muchísimos años y cada que cruzabamos para Matamoros, íbamos a comprar barbacoa Don Nico y hasta el día de hoy compramos baracoa de ahí. También íbamos a los supermercados y a los mercaditos porque mi abuela compraba el mandado ahí porque era un poco más barato que comprarlos en Brownsville. Después de eso, íbamos a visitar a mi abuela y a otros familiares. Hacíamos todo esto mientras mi abuelo trabajaba y al final del día nos íbamos al puente internacional y cruzabamos a los Estados Unidos. Habían veces que pasamos el puente en cinco minutos pero también habían días en los que nos tardábamos como tres horas. Así fue mi niñez, hasta que llego mi edad de la juventud, como a los quince años se empezó a poner peligroso en Matamoros y en general todo México. Así que mis abuelos decidieron que ya no íbamos a ir tan seguido por la inseguridad y más que nada por el miedo de que algo nos pasará. No fui a Matamoros como por un año entero, solamente iban mis abuelos y yo me quedaba en la casa con mis hermanas mayores. Esto fue hasta que ya mis abuelos se acostumbraron al peligro y nos empezaron a llevar otra vez pero esta vez nada más era a visitar a la familia, ya no más supermercados y ya no más mercaditos. Esto me ponía triste porque a mi me encantaba ver a la gente de Matamoros y me encantaba comprar cosas
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innecesarias. Pasaron así como dos años y ya estábamos más grandes mis hermanas y yo así que empezamos a ir un poco más. No se sentía igual así que dejamos de ir y nada más íbamos de vez en cuando. No entendía la importancia de ver a mis familiares que vivían en Matamoros en ese tiempo hasta que mi bisabuela se enfermó y ahí fue cuando me di cuenta que no había aprovechado el tiempo para ir a visitarla cuando estaba bien de salud. Mi bisabuela falleció y de ese día me di cuenta que la familia viene primero que nada y que ahora me pegaría con mi abuela para ir a Matamoros cuando ella fuera a visitar a familiares. Nunca aprecie la cultura y el significado de vivir tan cerca de México y de haber crecido en una ciudad fronteriza hasta que llegue a College Station y me di cuenta que nunca tuve la menor idea de que estaba viviendo en una ciudad maravillosa. La cultura de la frontera de Brownsville/Matamoros es espectacular. Ahí podemos ver las dos culturas; la Americana y la Mexicana en una sola ciudad. Es muy curioso como las dos culturas chocan y hacen los festejos que más aprecio. Por ejemplo, Charro Days que es un festejo que se lleva a cabo durante el último fin de semana del mes de febrero. Este fin de semana celebra el patrimonio que comparten las dos ciudades. Este festival de las ciudades se toma a cabo en cuatro días, empezando el jueves y acabando el domingo. En este festival, hay musica tejana, mexicana y algo para todos. Nunca aprecie esto cuando vivía en Brownsville, pero ahora que estoy a seis hora de ahí, me siento triste cuando vienen estas fechas. Tampoco aprecie la comida deliciosa de mi México querido. Cuando estaba en mi ciudad natal, no apreciaba los tacos, el menudo y las carnes asadas que hacía mi papá cada fin de semana. Nunca aprecie la pulga y toda las chucherías que compraba en México, nunca aprecie todo lo que tenía de chiquita hasta que me mude a seis horas de todo. Mi infancia y mi juventud en una ciudad fronteriza, fue un poco difícil porque al ir a México, la gente me miraba como si fuera extranjera, pero al venir a los Estados Unidos, era muy hispana, así que era muy confuso porque en un lugar era muy americana mientras en el otro era muy mexicana. También era difícil porque sufrí de la inseguridad de México al igual que no alcancé a ver a familia por la violencia. Haber nacido y ser criada en una ciudad fronteriza fue algo que me impactó y es algo muy importante para mí. Todas las cosas que he pasado en mi ciudad y en mi ciudad fronteriza, me han hecho una mujer humilde y me hace luchar por un mejor futuro. La verdad es que, mi cultura mexicana-americana me ha hecho en una estudiante que lucha por lo que quiere y más que nada me ha enseñado a aprender mucho de mi cultura, mis antepasados y mis valores familiares.
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Mi familia de otra parte David Morgado
En el verano de 2015 yo estuve entre mi segundo y tercer año de la escuela secundaria. Yo asistí a esta escuela en Dallas, Texas y ese verano mi amigo me dio una propuesta interesante. Mi amigo me preguntó si estaba interesado en participar en un programa de intercambio que estaba basado en Lima, Perú. Esa noche, le pregunté a mis padres que pensaban y me dijeron, “sí”. Entonces, apliqué para el programa y me aceptaron. En julio, vino el día que nos tocaba salir del aeropuerto. Conmigo vino tres profesores y más o menos nueve estudiantes más. Volamos directamente a Lima y el próximo día nos tocaba conocer nuestros “padres de intercambio.” Yo estaba muy nervioso porque nunca había viajado solo y nunca había estado lejos de mi familia en Texas por tanto tiempo. Finalmente, me buscaron mis “padres de intercambio” y nos fuimos a su casa. Yo no hablé mucho por los nervios que me llenaban. Para calmarme, pensé positivamente en todo lo bueno que me iba a traer este viaje como el aprendizaje de una nueva cultura, la oportunidad de ayudar a la gente en pobreza y los beneficios de quedarme con una familia extranjera. Cada día, me puse más cómodo con mi familia extranjera. Empecé a hablar mucho más y ayudar más en la casa. Tuvimos muchas actividades planeadas entonces ni siquiera estuve en la casa por mucho tiempo. Básicamente, fui a la casa para comer y dormir solamente. Una de las actividades que tuvimos era ir al maravilloso Machu Pichu en Cuzco. Como una semana después de llegar a Lima, nos tocaba tomar otro avión. Éramos solo los niños de mi colegio y los profesores, no las familias extranjeras. La idea era ir por tres días para disfrutar del paisaje y aprender un poco sobre la cultura peruana. Entonces, volamos a Cuzco y por los primeros dos días fuimos en un autobús turístico por todo Cuzco. Los paisajes estaban bellos y tuvimos un guía de turismo dándonos información sobre Cuzco a la misma vez que disfrutamos las vistas. Cuzco era muy diferente a Lima y en ese momento fue cuando empecé a apreciar la oportunidad que teníamos. Durante esta excursión por los paisajes de Cuzco paré por unos minutos y pensé. Entré en el viaje con una opinión negativa. No estuve muy emocionado y me animé por mis padres y mi amigo. Finalmente, pude darme cuenta de la oportunidad que tenía y apreciarla, de la manera apropiada. Desde este momento empecé a ver el viaje de otra manera y lo disfruté mucho más. Después de este momento, nos tocaba ir a Machu Picchu. Fuimos en un tren. El tren tenía muchas ventanas para poder ver la vista en el camino,desde Cuzco al pueblo, donde estaba Machu
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Picchu. El pueblo fue muy lindo y tradicional. La próxima mañana, fuimos a subir la montaña donde está Machu Picchu. Subimos la montaña en autobús y se tardó como media hora. La vista en el camino en autobús también estuvo asombrosa. Por fin, llegamos arriba, donde estaba Machu Picchu. Menos mal que tuve la realización en el momento que lo tuve, porque Machu Picchu fue increíble. La vista estuvo muy linda y nuestro guía de turismo nos presentó con mucha información sobre la creación de esta maravilla del mundo. Gracias a mi cambio de vista el día anterior, pude apreciar la vista más linda que había visto en ese momento. Sin duda, ésta fue mi parte favorita del viaje. Hubo dos otras ocasiones que se quedaron conmigo en este viaje de intercambio. La terminé pasando muy bien con mi familia extranjera pero esto no fue una ocasión que me impactó mucho. En el viaje, una de los requisitos fue que tuviéramos que hacer servicio en dos ocasiones. En la primera ocasión, tuvimos que ir a una escuela con niños que estaban viviendo en pobreza. Nuestro trabajo consistió de pasar el día con los niños y ayudarlos con sus trabajos en la escuela. Al principio, todos estuvimos un poco nerviosos porque no sabíamos si los niños iban a ser amables con nosotros. Después de un par de horas, me puse un poco más cómodo con los niños. Después, más tarde en el día, vino la hora para el recreo de los niños. Esta parte fue mi favorita del día entero. Vi un grupo de niños jugando fútbol y a mi me encanta el fútbol. Entonces, me acerqué y empecé a jugar con los niños. Aquí fue donde cree una amistad con muchos niños. La pasé muy bien y los niños también. Creo que fue un día inolvidable. Hicimos algo tan simple como jugar deportes con unos niños y les dimos sonrisas a unos niños que les había tocado una vida muy dura. La segunda ocasión donde participamos en servicio fue muy impactante. El día siguiente nos tocó ir a un sitio muy peligroso y pobre de Lima. Aquí íbamos a trabajar con gente con discapacidades serias. Honestamente, yo no quería ir porque estaba muy asustado. La zona era muy peligrosa y pensé que algo nos iba pasar. Cuando salimos del autobús, caminamos muy rápido a la entrada para que todo el mundo estuviera seguro. Cuando llegamos, nos dividieron en grupos. Algunos de nosotros tuvimos que darle de comer a gente, algunos les afeitaron las barbas a unos señores, pero a mi me toco algo diferente. A mi me pusieron con un joven que no podía ni hablar y tampoco podía caminar. Estuve bien asustado al principio y no sabía cómo interactuar con él. Poco a poco fui interactuando con él. Lo dejé apoyarse de mi para que el joven pudiera caminar un poco. Durante esta experiencia con el joven, aprendí algo muy valioso. Aprendí que la comunicación puede existir sin hablar. Aunque físicamente no pude hablar con el joven, parecía que él y yo hicimos un enlace ese
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día. Ese joven me cambió la vida. Me dio una apreciación para las bendiciones que me han tocado en la vida. Empecé el viaje con una esperanza muy negativa y salí del viaje completamente cambiado. Sin duda este viaje fue el evento más importante de mi vida. En todas partes del mundo hay gente que da por hecho todas las bendiciones que reciben en su vida. Éste es el problema del mundo de hoy y este viaje me hizo apreciar todos los momentos que tengo en mi vida.
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Mi enfermedad mortal Hannah Rasmussen
Cuando era niña, estaba muy sana. Mi madre siempre cocinaba vegetales, nunca comíamos comida rápida y mis padres siempre preparaban bocadillos saludables. Jugué voleibol, baloncesto y corrí a campo traviesa en la escuela intermedia y secundaria. Nunca tuve sobrepeso y recuerdo haber pasado la mayor parte de mi infancia afuera corriendo y jugando. Mis padres también estaban sanos y no teníamos antecedentes familiares de enfermedad. Cuando estaba en la escuela secundaria y postulaba para la universidad, quería estudiar negocios internacionales. Quería aprender más español y viajar por el mundo. Mi sueño era casarme, tener una familia y mudarme a otro país. El verano de 2016 fui a visitar a mi familia a Denmark. Era el verano anterior a mi último año en la escuela secundaria y comencé a solicitar a las universidades como estudiante de negocios. El vuelo a Copenhague era nueve horas y tuve que ir al baño 8 veces. Recuerdo claramente a mi papá diciendo que algo no estaba bien. Nadie debería tener que ir al baño tantas veces en nueve horas. Recuerdo que estaba comiendo pan y tener estos terribles dolores en el pecho. Estaba bebiendo mucha agua todo el tiempo. También, me desperté en medio de la noche para usar el baño varias veces cada noche. Siempre estaba cansada y dormía al menos 10 horas por la noche. Recuerdo que mis amigos siempre me pidieron que pasara tiempo con ellos y siempre decía que necesitaba tomar una siesta. Volvería a casa después de la escuela y dormiría dos horas y luego dormiría diez horas esa noche. El problema era que todos estos problemas de salud eran tan fáciles de explicar. En la escuela secundaria, corría a campo traviesa y corría casi seis millas todos los días. Así que bebía mucha agua y comía un gran desayuno todos los días porque estaba haciendo mucho ejercicio. El clima de Texas es tan caluroso en el verano que no era raro beber mucha agua. También estaba perdiendo mucho peso gradualmente. Si me veías todos los días, era difícil notar cuán delgada estaba empezando a verme. Recuerdo comprar un vestido para el regreso a casa que era cuatro tallas más pequeña que normal y estaba orgullosa. Creo que cuando eres una niña en la escuela secundaria, te sientes como si tuvieras que ser delgada para ser aceptada, así que estaba feliz de estar delgada. Recuerdo claramente que me senté en el cálculo y de repente me volví tan débil que tuve que comer algo. Llevaba bolsas de Cheerios para esos momentos en que me debilitaba en clase. Como se suponía que no debía comer en clase, me volví muy bueno para ocultar los bocadillos que
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llevaba y tuve cuidado cuando comí. Como escondía bocadillos en la escuela, mis amigos no sabían que estaba comiendo tanto. En el otoño de mi último año, comencé a comer mucha “fast food.” Comía Chick Fil A, Whataburger y Sonic todo el tiempo, al menos tres veces por semana. Mediría mi peso al ver si mis jeans me quedaban bien. Como mi ropa todavía me quedaba bien, nunca pensé que estaba comiendo demasiado. El 8 de noviembre de 2017, mis padres insistieron en llevarme a ver a un médico especializado en riñones. El médico tomó un poco de orina y algo de sangre para ver si había demasiada azúcar en mi orina o sangre. Volvió con los resultados de las pruebas diciendo que había tanta azúcar en mi orina y pensó que había una rotura en mi riñón. Dijo que si no había una lágrima en mi riñón, entonces probablemente era diabética. Explicó que, dado que era muy joven y no tenía sobrepesa, probablemente era diabético tipo 1. Mi madre llamó a mi médico general cuando nos íbamos al médico del riñón, rogándole ver a mi médico pronto. Recuerdo el jueves, 10 de noviembre como si fuera ayer. La mañana de mi cita, el médico investigó los signos de diabetes tipo 1. Leí que algunos de los signos incluían pérdida de peso, aumento de la ingesta de agua y aumento de la alimentación. Si había un total de once signos, había experimentado al menos nueve de ellos. Esa tarde, me llevé a mi cita y me senté en la sala de espera con mis padres, sabiendo que mi vida estaba a minutos de cambiar por completo. Una vez que me llamaron, mi médico me pinchó el dedo y me explicó cómo estaba comprobando la cantidad de azúcar en mi sangre. Ella dijo que una persona sana sin diabetes debería tener un nivel de azúcar en la sangre entre setenta y noventa. El medidor marcaba 393 y entonces empecé a sollozar. El doctor le dijo a mi madre que esa noche tenía que ir al Texas Children's Hospital en Houston. Ella dijo que necesitábamos tomar cualquier coche que tuviera más gasolina y partir. Mi madre y yo corrimos a Houston y, en el hospital, me llevaron inmediatamente a ver a un médico en la sala de emergencias. Como diabético, si su nivel de azúcar en la sangre sube demasiado, existe la posibilidad de que entre en coma. En el hospital, me volvieron a revisar el azúcar en la sangre y esta vez el medidor decía 595. Recuerdo que me pusieron una vía intravenosa para que los médicos pudieran tratar de controlar mi nivel de azúcar en la sangre y bajarlo. Dado que los niveles altos de azúcar en la sangre causan deshidratación, todavía estaba en peligro de entrar en coma. Estaba en el hospital por 5 días. Cada día, mi familia y yo aprenderíamos más sobre cómo vivir con diabetes. Aprendimos cómo aplicar una inyección, cómo contar los carbohidratos, cómo controlar mi azúcar en la sangre.
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La diabetes cambió mi vida dramáticamente. Tengo que levantarme en medio de la noche para controlar mi nivel de azúcar en la sangre. Siempre tengo que llevar bocadillos y tengo que usar bolígrafos de insulina en todo momento. Incluso tuve que ver a un consejero para "llorar" ya que mi vida iba a cambiar mucho. Tener una enfermedad tan desafiante me ha hecho apreciar aún más la buena salud. Trabajo duro para mantenerme saludable y espero trabajar con niños que pasaron por una experiencia como la mía.
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Mi primer viaje en el mundo Catherine Seelig Cuando tenía quince años, viajé a Europa. Era la primera vez que viajaba fuera de los Estados Unidos, y no viajé con mi familia durante la mayoría de mi viaje a Europa. Estaba nerviosa, pero yo estaba entusiasmada para la aventura. Mi perspectiva del mundo cambió mucho mientras que yo estaba en Europa. Aprendí mucho sobre culturas y países diferentes, y encontré diferentes culturas muy interesantes. Quería aprender más sobre todo el mundo. En la escuela secundaria, yo viajé a Italia, el Vaticano, y España con un grupo de estudantes de mi escuela. Siempre había escuchado que Europa era llena de historia rica, arte bonito, y arquitectura hermosa. El primer país que viajamos fue Italia. En Roma, vimos catedrales grandes y edificios históricos. También mientras estábamos en Italia, aprendimos mucho sobre la historia y el arte que era importante para el país. Italia tenía una historia rica en arte y sacaba influencia de la cultura y la religión. Cuando estuvimos en Roma, nosotros conocimos a un grupo de estudiantes que vivían en la ciudad. Los estudiantes nos mostraron lugares donde jóvenes pasaban mucho tiempo y restaurantes que eran muy populares en Roma. La oportunidad de mirar la ciudad con otras personas jóvenes fue divertida y diferente que las veces cuando mirábamos la ciudad con nuestra profesora. Creo que aprendí más con los estudiantes sobre la cultura y la vida en Italia que con mi profesora. Visitamos otras ciudades como Pisa, Siena, Assisi, y Capri. Assisi era mi ciudad favorita en Italia. Comimos alimentos ricos y yo comí la mejor pizza y pasta. Me encantó visitar las catedrales viejas con vidrieras bonitas y con jardineros de flores grandes. Mis amigos y yo caminamos por caminos empedrados y angostos. Las casas tenían flores debajo de las ventanas y puertas brillantes y coloridas. Cuando estuvimos en Assisi, nosotros encontramos un edificio de piedras en la cima de la ciudad. Era uno de los lugares más bonitos. Pudé ver toda la ciudad y los campos de flores y cultivos. Mis amigos y yo pasamos mucho tiempo en el edificio antes de regresar a Roma. Visitamos el Vaticano, y aprendimos mucho sobre catolicismo. Nadie me había explicado la religión. Yo era metodista, y era un poco diferente que el catolicismo. Aprendí algo nuevo sobre una religión muy grande e importante en el mundo. El Vaticano era una ciudad que era muy pequeña, religiosa, y bonita. Era la sede de la iglesia católica romana. Conocimos un sacerdote, pero no pudimos ver el Papa. El sacerdote era un amigo de un estudiante en el grupo, y
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nos dio un recorrido por la basílica papal de San Pedro. Él nos dijo sobre la historia del catolicismo y nos mostró las salas bonitas. Nos dio un regalo de un rosario, y regresamos a Roma. El día siguiente, nosotros volamos a España. España era mi país favorito para visitar. Era mi primer tiempo en España, y me enamoré con Barcelona. La ciudad era muy vibrante y había muchas actividades para hacer afuera. Mis amigos y yo bebimos café y observamos a la gente. Nosotros deambulamos por los mercados de agricultores donde comimos fruta fresca y pasteles deliciosos. Visitamos la Sagrada Familia y aprendimos sobre la historia de la construcción del catedral. Era la catedral más grande de las otras, y la construcción comenzó en 1882. El día siguiente, fuimos a los edificios de Gaudí. Me encantó los colores de las casas mosaicas. Los edificios eran azules y blancos y parecían como una pintura. La última noche que nosotros estuvimos en Barcelona, comimos una cena tradicional de España en la playa. Comimos paella. Fue muy rica con las especias, arroz, y pescado. Después, montamos en bicicletas e hicimos un tour durante la puesta del sol. La ciudad era bonita y viva con personas listas para el fin de semana. Era muy diferente de muchas partes de los Estados Unidos porque todo el mundo estaba afuera, socializando y comiendo. La atmósfera estaba llena de entusiasmo pero con calma. Barcelona fue una ciudad bonita, y ójala que pueda visitar España de nuevo en el futuro. Luego en el verano, viajé a Alemania con mi abuelo, quien yo llamo Opa, y mi hermana menor, Emily. Mi abuela, Oma, era de Alemania, pero ella falleció cuando yo tenía tres años. Ella creció en Bad Orb, Alemania, y mi hermana y yo queríamos visitar la ciudad y conocer a nuestra familia. Nosotros nos quedamos en la casa de mi tía abuela, y exploramos la ciudad para una semana. Conocí a la tía de mi abuela. Ella era una cocinera buena. Ella solo sabía tres palabras en inglés: “noodles”, “sit”, y “Massachusetts,” y nuestra relativa tradujo entre inglés y alemán para que pudiéramos hablar. Mi tía de mi abuela cocinó comida alemana y té. Ella tenía cuentos sobre mi abuela cuando era pequeña. Vimos el camino donde Oma iba perseguida por un ganso cuando caminaba a su casa después de la escuela. Me encantó aprender más sobre mi familia. Mi familia en Alemania es judía, y mi abuela nació en Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Aprendí que mi abuela y su familia se escondieron por muchas semanas en el bosque, pero nadie sabía dónde. Los soldados buscaban mi familia, pero no los pudieron encontrar. Emily y yo caminamos alrededor de la ciudad. Me encantó ver la ciudad y experiencia la cultura. Comimos escalope, strudel de manzana, y pasteles, y mi prima segunda nos mostró sus lugares favoritos en la ciudad. Ella nos presentó a
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sus amigos, y pasamos tiempo juntos comiendo helado y bebiendo café. Ella y sus amigas hablaron de cómo la escuela era muy diferente en Alemania que la escuela en los Estados Unidos. Los estudiantes eligen si quieren ir a universidad o ir a una escuela de oficios. Mi prima segunda quiso ir a la universidad. Opa, Emily, y yo regresamos a Tejas después de una semana en Alemania. Me encantó la experiencia porque aprendí mucho sobre mi familia, especialmente mi abuela cuando ella era pequeña, y conocí mi familia. No sé cuándo podría regresar a Alemania a visitar mi familia, pero ójala que sea pronto.
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Una transición difícil a la universidad Brandon Tomlin Fue el último día de la escuela secundaria. Pronto, el verano estaría aquí y después de eso, mi primer año en el colegio. Dije adios a mis amigos y profesores, algunos por un tiempo bajo y algunos para siempre. No me parecía real. Uno de mis profesores me dijo, —N o puedo esperar para verte ser el presidente de los Estados Unidos—. No sabía la significación de esto en ese momento y no quería ser el presidente, pero sabía que ella me apoyaba. Me encantó mi escuela secundaria y ciudad natal en Frisco, Texas, que es un suburbio de Dallas. Tenía muchos amigos, pasé mucho tiempo con mi familia, y estaba cómodo con mi vida. Era un estudiante de mi último año y mi graduación fue pronta. No me gustó la escuela, pero me gustó todo lo demás. Estaba emocionado para las experiencias que venían en el futuro. Después de mi graduación, mi cabeza se centró en mi futuro. Estaba emocionado para irme a Texas A&M, porque era un nuevo lugar con personas nuevas. En el verano, trabajé en mi centro de recreación local como un salvavidas para mi tercer año. También, tuve una novia y ella era simpática y divertida, pero ya no quería salir con ella después del verano. Lamento la forma en que traté a algunas personas. Mi reputación en Frisco y en mi lugar de trabajo no era muy buena. Mi actitud era pobre y a veces, no me importaban los demás. Era mayor, pero también era inmaduro. Esto no fue un buen comienzo para mi transición pronto a la universidad. Mi transición de la escuela secundaria a la universidad fue muy difícil. Con mucha independencia vino unos desafíos. Ahora, me tuve que cuidar solo. Tuve que comprar comida y ropa sin ayuda de mis padres. Cuando estaba enfermo, tuve que ir al doctor y obtener la medicina solo. Estaba en la transición de ser un adulto. Tuve mucha arrogancia antes de mi gran movimiento a Texas A&M, todo el tiempo he oído, —u n buen nombre es más deseable que las grandes riquezas— decía mi mamá. Y he oído, —s er amable con otras personas y perseguir a Dios— decía mi papá.
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Un poco después, el fin del verano llegó y tuve que despedirme de mis amigos y mi familia. Fui a Texas A&M después del verano y me mudé a mi dormitorio. Estaba muy emocionado para mi compañero de cuarto nuevo. Nunca había tenido independencia de mis padres y no sabía quién era sin ellos. Por ejemplo, nunca fui a fiestas con alcohol o bebí alcohol en la escuela secundaria. Pero en ese momento, tenía mucha libertad y mis padres no pudieron detenerme. Tan, estaba en unas situaciones malas por mis decisiones con el alcohol y los efectos. Este estilo de vida también tuvo un efecto en mi religión. Soy un cristiano, tan mis valores y creencias eran y son muy diferentes a los demás. Mis acciones duelen mucho mi relación con Jesús, mis amigos, y mis padres. También, era inapropiado y egoísta en entrevistas para organizaciones. Tan, no estaba en un buen lugar emocionalmente, mentalmente, o espiritualmente. Un día, caminé en mi habitación y mi compañero de cuarto me dijo, —¿ Estás bien? Has sido diferente recientemente— y me sentí mal sobre eso. Tomó una situación mal entender mis asuntos y problemas. Me duele mi relación con mi compañero de cuarto y tuve que construir su confianza. No sabía mi identidad y no me sentí como mi propia persona. Tuve mucho desarrollo personal experienciar. Desde aquí, empecé pasar mucho tiempo con mi estudio bíblico y grupo pequeño. Puse más énfasis en la escuela y mis calificaciones. En el colegio, no iba a sus clases si no tomaban atendencia. Para mis clases el año pasado, no fui a muchas de ellas. Un día, caminé en mi clase para un examen y mi profesor me vio y dijo, —¿ Por qué nunca vienes a mi clase? Hay mucho que aprender— y me sentí mal. Estoy en la escuela para la razón primaria de aprender y para obtener un título. Olvidé cuál era mi propósito en la escuela y no siguió una dirección específica. No estaba tan nostálgico y estaba más cómodo en mi dormitorio. Aprendí mucho de estas experiencias. Primero, gané humillación. No puse tan mucho como pensé originalmente. También, sí, era único, pero no era mejor de otras personas. No necesité hablar o actuar diferente que quién soy. Debería haber estado en una organización porque era un buen candidato y les gustaba naturalmente. Había otras ideas y temas que ocurrieron aquí en adición. Por ejemplo, rechazo era y es muy prominente. Tuve que encontrar mis amigos en un escenario natural y orgánico, no porque un grupo me los dio. También, supe que más rechazo ocurrirá en el futuro y no habría nada que pudiera hacer sobre ello. Pero, mi
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actitud podría ser diferente y cómo reaccioné podría determinar mi situación. El rechazo no significaba que nadie me quisiera, era solo una redirección para mí en el futuro. Aprendí que la persistencia era una idea importante que debía concentrarme. Las cosas iban a mejorar y si continuaba para salir por las cosas, iba a mirar las recompensas. Aprendí más sobre la idea de la empatía y cómo relatar con otras personas. Estos eventos fueron mucho más común que pensé originalmente. Ahora, estoy en mi año segundo del colegio. Tengo muchos amigos, estoy en muchas organizaciones, y sé mi identidad. En retrospectiva, había muchos mínimos, pero necesité estos para agradecer los altos. En conclusión, he aprendido mucho sobre la transición de la escuela secundaria al colegio y cómo vivir con éxito y desarrollo. Ha sido una de las partes más importante en mi vida, y abrirá muchas puertas para mí en el futuro. Primero sin embargo, había algunas cosas que aprender. Ahora, estoy muy cerca con mi familia y he aprendido mucho de ellos. Me encanta mi vida en el colegio en la Universidad de Texas A&M, pero cuando vengo a Frisco, mi ciudad natal, disfruto de pasar momentos con mis amigos aquí.
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Diario de una chica joven Sarah Troy Querido diario, ¡Eso es mi diario primero, que emocionante! Hoy es mi cumpleaños y tengo 14 años- prácticamente, una mujer, yo sé. Es el verano antes de mi primer año de la escuela secundaria y estoy nerviosa porque estaré asistiendo a una escuela nueva. No conozco a nadie… Yo sé que tendré amigos, pero es difícil no ver los cambios mejores enfrente de mí. Pero ahora me enfocaré en el verano porque es más divertido. Quiero relajarme, divertirme con amigos y familia y pasar tiempo por la piscina. ¡Tengo que irme, pero volveré pronto! -Sarah- El verano pasó más rápido, y era tiempo de que Sarah comenzara su primer día. El viaje de coche pareció infinito. Ella le dijo adiós a su papá, caminó a las puertas, tomó un respiro profundo y… Querido diario, ¡Hoy fue fantástico! Hay un grupo de estudiantes que son nuevos y soy amiga de tres chicas nuevas que se llaman Stephanie, Emma, e Isabel. Mis clases fueron buenas. Tuve geometría, física, geografía mundial, e inglés. Mis profesores fueron buenos y dijeron que están ahí para ayudarnos. Pero, hay muchos estudiantes que no conozco y estoy muy nerviosa por el resto del año. Cruza tus dedos por mí por favor. Lo necesitaré. ¡Hasta luego! -Sarah- Las primeras semanas pasan, y Sarah se está ajustando perfectamente. Ella ha sido invitada a una casa de su amiga para una fiesta de pijamas. Querido diario, ¡Anoche fue increíble! La fiesta fue en la casa de Emma, y estaban Stephanie, Hannah, Angélica, y Megan. Vimos muchas pelis y comimos palomitas toda la noche. Obviamente, porque tenemos 14 años, hablamos sobre…. ¡¡Los chicos en nuestras clases!! Como ¿quién es guapo, quién es torpe, quién es odioso, y más importante: ¡quiénes queremos que nos inviten al Baile de Bienvenida! Hay
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muchos chicos en nuestras clases, y entonces hay muchas opciones. No conozco mucho de los chicos que no están en mis clases, pero no tengo sentimientos por alguien….todavía ;) lo siento fue abstraída jaja. ¡Las chicas me dijeron que Alex le preguntará a Emma en cualquier momento esta semana! ¡Ésta es una noticia muy buena! Esto es emocionante porque Emma es una de mis mejores amigas. ¡Estoy feliz por ella! Veremos qué pasa esta semana. Quizás alguien me preguntará. Probablemente no, perooo veremos que pasa de eso también. ¡Hasta luego! Tengo que dormir… -Sarah- Las chicas tuvieron la razón. Alex le preguntó a Emma al baile de bienvenida en su casa con un ramo de flores magníficos. En su corazón, Sarah supo que quería que alguien la preguntara. Pero ¿cómo? Ella era la chica nueva que no tenía muchos amigos hombres. Querido diario, Hoy fue extraño. Liam es un chico en mi clase de física y estaba hablando conmigo. Pero él fue muy torpe y yo no supe cómo reaccionar porque generalmente, no hablamos. La gente piensa que Liam me preguntará, pero no sé… no lo conozco muy bien. Pero él es muy simpático e inteligente, entonces al menos podemos hablar de cosas interesantes jaja. El baile de bienvenida será en dos semanas entonces quería saber si tienes una pareja. No tengo un vestido, entonces quizás éste es el problema mayor. ¡Hablamos pronto! -Sarah- Los días pasaron y el baile de bienvenida sería en una semana. Sarah y su amiga estaban caminando a la biblioteca y había un grupo de sus amigos. Naturalmente, Sarah caminaba con ellos y de repente ellos se dieron vuelta… Querido diario, Hoy no fue un día normal. Fue EL día, el día perfecto. ¡Hoy Liam me preguntó al baile de bienvenidos! ¡Qué increíble! A la biblioteca, Emma y yo caminábamos por nuestros amigos. De repente, los chicos se dieron vuelta y ahí estaban Liam, Alex, Dylan, y Max. Tuvieron piezas de papel con palabras que dicen “¿Irás al Baile de Bienvenida conmigo?” Liam me dio un ramo de flores magnífico. Estaba
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estupefacta. ¿Yo? ¿En serio? ¿La chica nueva que es nerviosa y torpe todo el tiempo? ¿La chica que no conoce nadie en sus clases? — ¡Sí, claro que sí! — le dije. Quise hablar más, pero mi boca no funcionaba, entonces estaba ahí como una idiota con una sonrisa grande. Liam y yo nos abrazamos y nos tocamos fotos. Después, Liam y sus amigos se fueron, entonces mis amigos y yo pudimos hablar sobre todo. Por supuesto, le dije a mi mamá también. Hoy fue un día perfecto, y estoy muy emocionada sobre el baile. -Sarah- La semana pasó muy rápido, y finalmente, llegó el viernes. Los viernes son importantes para los chicos de la escuela secundaria porque cada partido de fútbol es en viernes. Pero, este viernes fue especial. Fue el partido de bienvenida. Cada equipo quería ganar este juego y oí el sonido de aplausos de sus aficionados. Este juego es importante también para las chicas especialmente porque pueden llevar sus mums. Mums son collares con flores y cintas y lazos para amor de la escuela. Son tradiciones de las escuelas en Texas, y Sarah estaba emocionada de llevar la suya. Este viernes fue importante y…. Querido Diario, ¡¡¡¡Ganamos!!!!! El partido fue muy intenso. Generalmente, el partido de Bienvenida es fácil para el equipo local entonces ganaría, pero este año jugamos un equipo muy bueno. Al principio el otro equipo estaba ganando, y estábamos estresados. Después del medio, nuestros jugadores tienen un ánimo de lucha y ganamos. ¡Fue genial! Ahora estoy muy emocionada sobre el baile. ¡No sé si puedo dormir! Mañana, un grupo de chicas tomarán fotos juntas con los chicos también. Esta fiesta será en la casa de mi amigo Garrett. ¡No puedo esperar… mi primer baile de bienvenida! -Sarah- Al día siguiente, Sarah se despertó… Querido Diario, ¡Hoy es finalmente el día! Ahora es temprano, pero tengo muchas cosas que hacer. Tengo que ir a la peluquería para mi pelo y maquillaje, conseguir los flores y pintarme mis uñas. ¡Todos antes de 4:00! Espero que Liam le guste mi vestido…
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Es muy simple pero elegante, y creo que es bonito. ¡Espero que la noche sea una noche que no vaya a olvidar con amigos, recuerdos, y baile! ¡No tengo más tiempo, pero no quiero esperar para contarte todo! Hasta luego amigo, -Sarah- Y su noche fue perfecta…. El fin
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Mis memorias Alec Uselton Mis primeros recuerdos que tuve cuando era niño comenzaron cuando tenía cuatro años. Era mi cuarto cumpleaños y estaba en casa de mi abuelo haciendo una fiesta temática de Spiderman. Mi vida era simple y fácil . Poco sabía entonces que iba a crecer y ser la persona que soy hoy. Desafortunadamente, a través de mis primeros días en la escuela primaria, recuerdo haber sido acosado con bastante frecuencia. Nunca fui el chico más popular, atlético o más inteligente de la escuela. De hecho, con frecuencia me burlaba porque era raro y no me consideraba "cool" en ese momento. Era difícil saber quiénes eran realmente mis amigos. Afortunadamente, recuerdo tener grandes maestros en mi juventud. En la escuela primaria, recuerdo al maestro que me enseñaba cómo mostrar bondad. Se llamaba Señorita Renfro. Ella era mi maestra en tercer y cuarto grado y recuerdo que era la persona más dulce del mundo. Ella me causó uno de los impactos más positivos en mi vida a través de ese tiempo, especialmente cuando tomé malas decisiones. Siempre me hacía sentir mejor conmigo mismo cuando me sentía deprimido. Era casi como si supiera todas las palabras correctas para decir. A medida que crecía, nunca olvidé su bondad y la forma en que me trató, incluso en mis puntos más bajos. Cuando el quinto grado comenzó, las cosas comenzaron a cambiar. Fue entonces cuando la escuela se volvió muy difícil para mí. Como dije, nunca fui el estudiante más brillante. De hecho, fui rechazado del programa Gifted and Talented en nuestra escuela primaria. De todos modos, éste fue un momento muy difícil para mí porque mi abuelo y mi tío abuelo habían muerto recientemente. Mi madre y mi padre en esto también me estaban presionando cada vez más para hacerlo mejor en la escuela. Fue difícil para mí que me miraban con decepción, sin embargo, no lo sabía entonces, pero era porque sabían que podía hacerlo mejor. Dado que fue importante señalar, fue en este momento que mi profesor de ciencias, el señor Massey, despertó mi interés por las ciencias. Cuando llegué al sexto grado, mi futuro empezó a mostrar un poco de esperanza. Fue un gran año de transición para mí cuando nos mudamos a la escuela intermedia para estudiantes de sexto grado en mi ciudad. Fue en ese momento que empecé a averiguar quiénes eran realmente mis amigos, a pesar de que todavía me acosaban a menudo. A pesar de esto, el abierto que vi durante este año fue cuando mi equipo de fútbol ganó el título del Campeonato contra el otro
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equipo de mi ciudad natal. Fue una situación única. Además, mi equipo de béisbol también ganó el Campeonato para nuestra región ese año. Tener éxito en el deporte realmente me dio esperanza para mi futuro, y como la escuela no era tan mala y mis padres estaban felices, mi vida era buena. Una vez que el séptimo grado comenzó, nos mudamos al edificio de la escuela media, no muy lejos del campus de la escuela intermedia. Éste fue finalmente el año en que pude empezar a practicar deportes, representando para mi ciudad natal, Decatur. Yo, por supuesto, era un floreciente tardío y todavía era un niño pequeño y delgado que no era muy atlético. Mis entrenadores tenían muchas dudas durante mi séptimo y octavo grado debido a esto. De hecho, escuché a dos de mis entrenadores hablar una mañana. Hablaban de mí y de cómo no sabían lo que iban a hacer conmigo como jugador. Fue en este momento que supe que mis entrenadores no veían ningún potencial en mí y esencialmente me habían dado por vendado. Además, la escuela se estaba poniendo más difícil y como todos sabemos, la escuela media es un momento muy extraño para todos nosotros. Si aún así siguía teniendo problemas, la página de ayuda de See, me estaba tomando muy mal en este momento. Estaba llegando al punto de que me odiaba por lo que era. Tuve una gran cantidad de presión creciente que vienía de mis padres también en este momento. Se frustrarían y se decepcionarían conmigo por no hacerlo bien en la escuela y los deportes y todo, pero lo que era más importante, se sentirían decepcionados de que no me defendiera por mí mismo. Esto, por supuesto, sólo me hizo sentir peor. Empecé a acumular tanta ira y odio dentro de mí en este momento que me estaba pasando demasiado de precio. Me habían derribado tantas veces en mi vida, ya sea por las palabras de la gente o por los sentimientos hacia mí. Había sido derribado físicamente por aquellos que se oponían. Me adormecí a todo, y era demasiado joven para experimentar este tipo de dolor. El dolor de la duda y la incredulidad viniendo de todos los que me rodean, pero lo más importante, yo mismo. Durante el verano antes de mi primer año de universidad, recuerdo haber visto lo que ahora era una de mis franquicias de películas favoritas, la serie Rocky. En una de las películas más recientes, sin embargo, había una escena donde Rocky estaba hablando con su hijo y él ofrecía una de las líneas más inspiradoras y fundamentales de la historia cinematográfica. En resumen, la línea se entregaba como tal. La vida nunca va a ser fácil. La vida nunca se trata de lo duro que puedes golpear, se trata de lo duro que puedes ser golpeado y seguir adelante. Cuánto puedes tomar y seguir adelante. Si sabes lo que vales, entonces sal y consigue lo que vales. No puedes estar apuntando con los dedos a otras personas diciendo que no estás donde
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quieres estar por culpa de nadie más. Esto es lo que hacen los cobardes, y eso no es lo que eres. Eres mejor que eso. Al decir eso, esta cita realmente me habló en ese momento y causó un cambio dentro de mí que nunca olvidaré. Toda la ira que había acumulado a lo largo de los años, todo el odio, cambió. Desde que tenía 14 años, he trabajado increíblemente duro para ser la mejor versión de mí mismo que podría ser. Durante los cuatro años de la escuela secundaria, un cambio se volteó dentro de mí, y decidí encarnar ideas como la autodisciplina y el trabajo duro. Como dije, nunca fui el chico más inteligente o atlético, pero la cantidad de trabajo y estudio que puse durante esos 4 años valió la pena de maneras que nunca podría haber soñado. Porque me siento mucho más sofisticado y inteligente. Finalmente, maduré y me acepté por lo que realmente era y yo mejoré a esa persona. Como un artista esculpiendo, finalmente revelé la obra maestra detrás de la piedra. Una vez que hice esto, aproveché cada oportunidad que se me presentó y me la gané. Pude graduarme en el 3 por ciento superior de mi clase, recibir numerosos puestos de partida y recompensas en los deportes que jugué, y me gané el respeto de amigos, maestros, entrenadores y otros a mi alrededor. Por supuesto, todavía había altibajos, y perdí algunos amigos en el camino, pero al final valió la pena. Desde que tuve un gran profesor de español los 4 años de la escuela secundaria, él despertó mi interés en querer continuar el español en la universidad. La culminación de todo mi arduo trabajo y éxito se ganó cuando me recompensaron uno de los mayores honores de mi escuela secundaria, que fue el premio estudiantil-atleta del año. Por supuesto, es sólo un trofeo, pero significaba algo para mí en ese momento y sigue siendo especial para mí. Este no es el punto principal de mi historia. Todas las experiencias de mi vida, todas las pruebas y tribulaciones, me han moldeado en el hombre que soy hoy. Mirando hacia atrás ahora, era sólo un drama típico para niños. No culpo a mis entrenadores, maestros o padres por dudar de mí. Me culpo por dudar de mí mismo. De hecho, estoy agradecido por mis padres por enseñarme tanto. No eran mis amigos, eran mis padres, y hay una diferencia importante. Con todo, estoy orgulloso de la persona en la que me he convertido, y no puedo esperar para superar los desafíos que debo enfrentar en el futuro.
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Una segunda oportunidad Sarah Wagner Esta historia es una autobiografía que cuenta la historia de una adolescente cuya perspectiva sobre la vida cambió después de un accidente automovilístico. Era un día donde el sol estaba brillando como si el mundo estuviera sonriendo a todas las criaturas que habitaban aquí. No había ninguna nube de lluvia en el cielo que yo podía ver. Los pájaros, que en su mayor parte eran palomas, estaban volando entre los rascacielos, que se extendían al cielo y tenían cientos de ventanas, y los apartamentos, que estaban hechos de concreto o ladrillo. En ese momento, yo no disfrutaba el paisaje porque no aprecíaba las cosas pequeñas como la belleza de los pájaros. En vez de disfrutar el paisaje, yo estaba soñando despierto. Estaba imaginando la posibilidad que yo era un pájaro con plumas moradas. Si yo fuera un pájaro, entonces yo podría volar a cualquier sitio que quisiera. Podría volar todo el camino hasta Europa o África. Cuando miré por encima de los pájaros, vi un avión que estaba volando en el cielo. Creí que este avión estaba cargando cientos de personas a una destinación, y empecé a imaginar cuál era el destino de esos pasajeros. Uno de esos pasajeros posiblemente estaría yendo a una vacación en una isla tropical como Jamaica o Cuba donde el pasajero podría sentarse en una silla, que estaría situado en la arena de la playa, y miraría el océano. Mientras que, otro pasajero estaría yendo a una conferencia donde sería el orador invitado. Yo deseaba ser uno de estos pasajeros en este avión, pero ahora estaba sentado en un coche, lo cual estaba manejando a la Galería de Houston. La Galería de Houston estaba situada en un área lujosa de la ciudad de Houston. En este área, había muchas tiendas especialmente tiendas de ropa. A mí no me gustaba ir a la Galería porque estaba muy llena. Por eso, esta excursión no era mi primera opción. En mi opinión que en esta instancia no era la vencedora, una excursión al parque era mejor que una excursión a la Galería. Yo pensé que el parque estaba más relajado que la Galería. En el parque, mis amigos y yo podríamos tener un picnic con sándwiches, astillas y galletas y jugar a los juegos como el frisbee o el fútbol. También, el parque estaba menos lleno que la Galería y según el doctor era bueno para la salud pasar tiempo afuera. Sin embargo, la mayoría de mis amigos les encantaba la Galería porque ellos les gustaba ir a las tiendas para comprar cosas inútiles como llaveros y cosas útiles como ropa y zapatos. Por esta razón, yo perdí--dos a uno. Por lo tanto, yo todavía estaba sentado en un coche, que era del
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color blanco y necesitaba un nuevo sistema de aire acondicionado, con dos de mis amigos. Uno de mis amigos, que era más viejo y tenía su licencia de conducir, estaba manejando el coche a la Galería de Houston. Ese día había mucho tráfico que empeoró por construcciones. Después de una eternidad, el coche de mi amigo finalmente llegó al garaje de la Galería. Cuando mis amigos y yo llegamos a la Galería de Houston, mis amigos estaban hablando sobre qué tiendas querían ir y en qué orden querían ir. En mi opinión, esta conversación tomó más tiempo de lo necesario para llegar a una decisión. Esta conversación tomó quince minutos, más o menos. Finalmente, mis dos amigos tomaron su decisión sobre a qué tienda íbamos primero era Forever 21. Todo el tiempo que mis amigos estaban hablando sobre a qué tienda iríamos primero, yo esperaba que usáramos la entrada enfrente del Starbucks porque necesitaba un café para pasar este viaje de compras. La suerte estuvo de mi lado este día, o eso pensé, porque usamos la entrada más cerca al Starbucks. Mis amigos y yo entramos en la Galería donde convencí a mis amigos de ir a Starbucks para comprar un café, aunque solo aceptaron ir a Starbucks si prometía probarme ropa en Forever 21. Acepté el compromiso y conseguí mi café. Cuando llegamos a Forever 21, yo había bebido todo mi café porque quería una excusa para salir de mi compromiso con mis amigos donde prometí probarme algo de ropa. Por esa misma razón, esperé hasta que llegaramos a la tienda y hasta que mis amigos comenzaron a buscar ropa para decirles a mis amigos que yo necesitaba usar el baño. No parecían sorprendidos por esto porque ambos sabían que yo no era un gran fanático de comprar por diversión. Mientras que mis amigos seguían comprando en Forever 21, yo fui al baño lo que me llevó una eternidad porque me perdí. Cuando volví a Forever 21, mis amigos se habían mudado a otra tienda porque se habían cansado de esperarme. En ese momento, no podría haber estado más feliz ya que eso significaba que podía sentarme en el Starbucks tomando café y leyendo mientras que esperaba a mis amigos, quienes estaban de compras. En ese momento, no entendía el valor de pasar tiempo con mis amigos. Después de dos horas, mis amigos llegaron al Starbucks y estaban listos para salir de la Galería. Todo lo que podía pensar era que ya era hora de que terminaran, así que estaba feliz de que finalmente estuvieran listos para partir de la Galería. Salimos de la Galería y subimos al coche. Durante el viaje en el coche, volviendo a mi casa, mis amigos me hicieron pasar un mal rato porque no pasé tiempo con ellos en la Galería. Me defendí diciendo que fue su culpa que eligieron ir de compras cuando sabían que no me gustaba ir de compras. Cuando mi amigo
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estaba a punto de responder, escuché llantas chirriando, seguido del sonido más ensordecedor que jamás escuché. Entonces, todo se volvió negro. Cuando abrí mis ojos nuevamente, yo estaba en una cama del hospital lo que me asustó. Recordé ver las caras de mis padres llenadas de alivio pero tristes, seguidas por una serie de caras de enfermeras y médicos que estaban allí para examinar mis heridas y otras cosas. Cuando finalmente todo se calmó, mis padres me dijeron que había tenido un accidente automovilístico grave. Afortunadamente, todos sobrevivimos pero me lastimé mucho porque era la única hospitalizada. Me habían sometido a una cirugía de espalda desde que sufrí una grave lesión en la columna, y durante meses después me sometí en terapia física. Nunca pensé que algo así me pasaría porque era joven e invencible. Nunca me di cuenta de que en un abrir y cerrar de ojos mi vida podría terminar. Este accidente trágico me hizo darme cuenta de que un poder superior me estaba dando una segunda oportunidad para ser una mejor amiga, hija y persona. Decidí comenzar absorbiéndolo e ir de compras a la Galería con mis amigos en lugar de sentarme en el Starbucks porque yo estaba demasiada ocupada siendo egoísta. ¿Creerías que todo esto sucedió antes de mi primer año de escuela secundaria?
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La perrita pequeña que se convirtió en doctora Gabriella Webster Había una vez una perrita pequeña y linda que se llamaba Bella. Tenía orejas largas, ojos grandes, una lengua rosa y pelo corto y amarillo con manchas rosas. Tenía una mamá perro y un papá perro. Ellos la adoraban mucho y siempre le aseguraban que Bella podría ser lo que sea. Éste es el cuento de Bella: la perrita pequeña que se convirtió en doctora. ¡Hola, chicos! Me llamo Bella y soy una doctora para los perritos, una pediatra. He querido ser una doctora desde hace 28 años y ahora mis sueños son realidad. Voy a explicar cómo me convertí en doctora por trabajo duro y dedicación. Cuando tenía dos años, mi mamá me dijo que tenía un bebé en su estómago. ¡Yo estaba fascinada! ¡Era un perrito dentro de mi mamá! Quería saber todo sobre mi mamá y el bebé, entonces les hice muchas preguntas a mi mamá y papá. Me dieron muchos libros para niños sobre las mamás con bebés en sus estómagos, pero quería saber más, entonces me dejaban ver “A Baby Story” en la tele sobre las mamás y sus familias cuando tienen un bebé. Me encantaban los cuentos de las familias y me gustaba el trabajo de la obstetra, entonces decidí que quería ser una obstetra en el futuro. Cuando yo jugaba, me gustaba pretender que era una obstetra y mis muñecas bebés eran mis pacientes. Desde entonces, ha sido mi sueño ser una doctora. Empecé la escuela cuando tenía 5 años, y me di cuenta que necesitaba trabajar mucho para lograr mis sueños. Por muchos años, hacía todas mis tareas, estudiaba mucho y trabajaba para ser una doctora un día. Participaba en la feria de ciencias todos los años y leía muchos libros sobre la medicina, los bebés y los niños. En tiempo, supe que me encantaban los bebés y los niños más que los otros pacientes de una doctora, entonces realmente quería ser una pediatra, no una obstetra, porque una pediatra tiene solamente los niños como pacientes, pero las mamás son las pacientes de una obstetra. Trabajé por muchos años en la escuela primaria y secundaria para ser una buena candidata para la escuela de medicina. La escuela de medicina es muy larga, entonces, cuando tenía 16 años, decidí ir a una universidad más temprano que normal para poder ser una doctora más temprano que normal. Yo fui a la “Escuela de matemáticas y ciencias” donde vivía en un dormitorio y tomé todas mis clases en una universidad. Allí, tenía una compañera de cuarto que se llamaba “Sophia.” Era una gatita con pelo negro y rayas amarillas. Nos hicimos mejores amigas durante de los dos años que vivíamos
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juntas. Tomábamos clases de inglés, historia, matemáticas, biología, química, psicología y otras. Después de dos años en la “Escuela de matemáticas y ciencias” nos graduamos y fuimos a otras universidades para completar nuestra educación. Cuando yo fui a la otra universidad, elegí estudiar biología para preparar para la escuela de medicina. Tomé muchas clases de biología y genética. Hacía muchas actividades e hice muchas amigas. Cuando estaba allí, me gustaba hacer ejercicios, bailar con mis amigos y estudiar mucho. Los años eran muy divertidos. Después de dos años en la universidad, tuve que tomar el examen para asistir a la escuela de medicina. Estudié física, química, biología, bioquímica, matemáticas, psicología y sociología por 4 meses antes del examen para preparar para el examen. Luego, tomé el examen y recibí una buena nota, entonces, me solicité a la escuela de medicina. Durante de mi año final en la universidad, fui aceptada en la escuela de medicina. Mis padres y yo tuvimos mucha emoción. ¡Mis sueños de infancia se estaban convirtiendo a una realidad! Yo había trabajado mucho por 20 años para ser aceptada en la escuela de medicina y ahora yo sabía que iba a ser médica. Poco después, me gradué de la universidad y empecé a la escuela de medicina. Me dieron un abrigo blanco porque ahora era una doctora en entrenamiento. Mis años en la escuela de medicina eran muy difíciles y largos, pero me gustaba aprender todas las cosas sobre siendo una doctora. Como cuando era niña, estaba encantada con todo sobre el cuerpo humano, los doctores que yo vi y los pacientes con quién yo trabajaba, pero todavía, me encantaban los bebés y niños más. Aprendí cómo dar inyecciones, diagnosticar enfermedades y hacer cirugía. Yo trabajé muy duro por 4 años en la escuela de medicina y, después, me convertí en una pediatra. Era el mejor día de mi vida. Ahora, soy una pediatra y trabajo con niños y bebés todo el día. Me gusta jugar con los niños y convertir todo en un juego para hacer la cita más fácil. Tengo pegatinas y piruletas en mi oficina para los niños después de la cita. Amo a mis pacientes y pienso que ellos me aman, también. Mirando hacia atrás en mi vida, me he dado cuenta la importancia del trabajo duro y dedicación. Porque he trabajado duro cuando era niña, soy una doctora hoy. Es muy importante que sigas tus sueños, porque puedes ser lo que sea ser si trabajas duro y nunca te rindas. También, yo he realizado que soy una doctora hoy porque mis padres me han apoyado por toda la vida. Estoy muy agradecida por ellos y todo lo que ellos han hecho por mí. Un día, espero que sea una mamá tan maravillosa como mi mamá y que tendré un esposo tan maravilloso como mi papá.
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Al final, algunos años después de escribir este cuento, Bella se casó con un perro maravilloso, se llama Jake, como ella esperaba. Tenía el pelo negro con manchas azules y era un doctor, también. Luego, ella se convirtió en una mamá maravillosa, como ella esperaba. Tuvieron 4 hijos con pelo marrón y manchas rosas y azules que se llamaban Abby, Carlos, Sara y Grace. Bella y Jake adoraban los niños mucho y siempre les aseguraban que ellos también podían ser lo que quisieran. Bella y Jake aman a los niños como ellos eran amados por sus padres y el ciclo de amor continúa para siempre y siempre.
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La importancia de familia Callie Williams Mis experiencias de juventud habían traído muchas lecciones. Yo había aprendido a agradecer a mi familia y a las personas en mi vida. Yo aprendí que las cosas físicas no eran importantes en comparación del amor de las personas en mi vida. En toda mi niñez, yo tenía una vida sencilla. Mi papá tenía su propio negocio, y mi mamá era una enfermera hasta que nació mi hermano. Por el resto de mi infancia, mi mamá se quedó en casa con mi hermano y yo. Aunque yo tenía una familia completa, no creía que los apreciaría tanto si no hubiera pasado por las experiencias en mi juventud. Cuando yo tenía doce años, mi mamá me dijo algo que cambió por completo mi perspectiva en mi vida. — Callie, ¿sabes por qué decidí tener mis propios hijos?—, dijo mi mamá. — No, mamá. ¿Por qué decidiste tener tus propios hijos?—, yo contesté. — Cuando yo tenía 30 años, mi abuela se murió. Yo fui a su casa para ir a través sus cosas para que pudiéramos empezar a empacar las cosas. Cuando ese proceso, yo encontré alguna cosa que cambió mi vida. Era mi libro de bebé lleno de recuerdos de mi infancia—, continuó mi madre. — ¿Cómo cambió su vida su libro de bebé?—, yo preguntó. — En el libro, mientras pasaba las páginas, me detuve en la página que tenía mi certificado de nacimiento. Al lado de esta había un certificado que decía ‘Esto certifica la adopción de Suzanne Neyhard.’ No podía creer lo que veía. Estaba enfadado con mis padres por nunca decirme que soy adoptado. En este momento, yo sabía que quería una familia y los hijos de mi propia—, mi mamá terminó. Después de este momento con mi mamá, cada experiencia de mi vida, tanto buena como mala, se aprecia más porque tengo más gratitud por mi familia. Una experiencia en mi juventud que moldeó quién soy hoy a través de dificultades ocurrió en octavo grado. Como mencioné anteriormente, mi papá tenía su propio negocio. Él proporcionó a mi familia todo mi infancia, pero eso cambió en el verano antes del octavo grado. Durante mi séptima grado, había muchas cosas que parecían extrañas en mi casa. Mis padres parecían estresados por el dinero. Un día, yo realicé que el
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coche de mi mamá no estaba en frente de nuestro casa, y una coche nueva estaba allí. — ¿Dónde está su coche, mama?—, yo pregunté. *Ella vacila* — Uh, había algo mal con lo y está en la tienda que se fija.—, ella contestó. Pero, después de este, el coche nunca regresó, y los factores de estrés financieros continuaron empeorando. Me realicé de que las cerraduras en nuestras puertas cambiaron. Aunque de todos estos signos, yo sólo tenía trece años así no preocupé mucho. Un día cambió mi vida para siempre. Me estaba preparando para el campamento de animadora cuando mi mamá empezó a apresurar a mi hermano y yo por la puerta. —¡Mamá! ¿Por qué nos apresuramos? ¿Qué está pasando?—, pregunté, confundido. Cuando estábamos afuera, los coches de policía se detenían con las luces encendidas. — ¿Por qué la policía están aquí?—, yo pregunté. —¡No hicimos nada malo!—, dijo mi hermano. Mi mamá estaba llorando y parecía asustado. Ella no respondió a nuestras preguntas y salimos del camino a través de las luces intermitentes de los coches de policía. Más tarde descubriría que esa fue la última vez que volvería a salir de mi casa de la infancia. Mi mamá nos llevó a la casa de mi amiga, Avery, en el mismo vecindario. Inicialmente, yo fui asustada decirle Avery que nos vimos obligados a mudarnos de nuestra casa porque no podíamos pagar por lo más. Pero, cuando llegamos a la casa de Avery, ella estaba tan aceptando sobre la situación y me hizo sentir mejor sobre de la situación terrible en la que se encontraba mi familia. Mi mamá, mi hermano, y yo esperábamos en la casa de Avery por un tiempo, y luego nos dirigimos a la casa de mi tía para reunirnos con mi papá. Cuando nosotros llegamos a la casa de mi tía, descubrí que íbamos a quedarnos allí hasta que pudiéramos encontrar un nuevo hogar. Esto fue muy frustrante y confuso para mi hermano y yo, pero después de mirar hacia atrás en la situación, nunca renunciaría al tiempo que era capaz de pasar con mi tía, Cindie.
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Cuando finalmente nos mudamos a una casa nueva, aunque no era a lo que estaba acostumbrado, traté de aprovecharla al máximo. El comienzo del octavo grado fue desalentador porque tenía miedo de que mis amigos me preguntaran por qué me mudé y que se enterarían de que mi familia perdió nuestra casa. Después de más o menos tres meses, mi miedo empeoró cuando nos vimos obligados a mudarnos de la nueva casa porque todavía no podíamos pagar. Esta vez, nos mudamos a la casa de amigos de mi familia para seis meses. Estos seis meses estaban entre los peores y los mejores de mi vida. Gané cuatro hermanas nuevas y un hermano al vivir con esta familia. Aprendí lo qué realmente significaba aceptar y cuidar de cómo trataron a mi familia. Estos seis meses cambiaron la perspectiva de toda mi familia sobre la vida. Cuando nos mudamos de la casa de nuestros amigos de la familia, nos mudamos a un apartamento justo a tiempo para que yo comenzara la escuela secundaria. Aunque tenía miedo de la gente averiguar que vivieron en un apartamento, me di cuenta de que los amigos que importan son los que no se preocupan por cosas como dónde vives. Ahora, cuando yo tengo una situación difícil en mi vida, yo pienso por qué estoy aquí. Pienso en mi mamá y su decisión de tener su propia familia y el amor que ella tiene por mi hermano y yo. Ahora, cuando yo tengo miedo que alguien me juzgue, pienso en Avery y en mis nuevos hermanos y hermanas que no me juzgaron en los peores momentos de mi vida. Estoy agradecido por la que enfrenté en mi juventud para poder ser quien soy hoy.
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Un viaje a Disney World y Universal Studios Leah Woods El verano pasado mi madre y yo hicimos un viaje a Disney World. Planeamos pasar dos días en Disney y un día en el Universal Studios. Nos encantó pasar tiempo juntas y este viaje fue una gran oportunidad para pasar un buen rato juntas. Ésta es la historia de nuestro viaje. Nuestro vuelo llegó a Florida el domingo por la mañana y fuimos directamente a Epcot. Epcot era un parque de Disney que tenía diferentes pabellones campestres que podías visitar. Era un gran círculo y a cada pocos pies había un pequeño país que puedes explorar. El primer país que visitamos fue México. Tan pronto como entramos a México, realmente nos sentimos que estábamos allí. Había vendedores ambulantes que vendían margaritas y tacos. Compramos una margarita y la compartimos mientras comprabamos en las muchas tiendas de la calle. Una vez que salimos de México, entramos en Noruega. En Noruega, montamos el paseo Frozen. El viaje fue muy divertido y nos hizo sentir como si estuviéramos en la película. Después de Noruega, fuimos a China. En China, miramos edificios y compramos en tiendas. Realmente se sentía como si estuviéramos en China. Luego, montamos el viaje de Mission Space. Este fue un viaje en el que sentiste que ibas al espacio. A mi madre y a mí no nos gustó este paseo. Sentíamos náuseas y teníamos una bolsa en el regazo por si vomitaba. Nos reímos todo el tiempo, pero no nos gustó la sensación que nos dio. A continuación, visitamos Alemania. Llegamos a Alemania a 100 grados, así que estábamos muy sudadas y cansadas. También teníamos hambre en Alemania y compramos una salchicha para compartir, esto sólo nos hizo más calientes pero sabía bien. Luego visitamos Francia, donde compartimos un sándwich de helado de macarrón. Sabía muy bien y dio un pequeño refresco. Desde allí montamos algunos paseos más y luego era hora de cenar. Para la cena comimos pescado y patatas fritas de Inglaterra. Al final de nuestro día en Epcot, vimos un espectáculo de fuego. Éste fue sólo el primer día de nuestro viaje y estaríamos muy emocionadas por los próximos días. En nuestro segundo día de nuestro viaje visitamos el parque que se llamaba Magic Kingdom. Magic Kingdom era el icónico de Disney World, aquí era donde estaba el castillo gigante. Éste era realmente el lugar más feliz de la tierra. Hicimos muchos paseos ese día. Comenzamos con el viaje de Piratas del Caribe, que fue divertido pero no el más divertido. Luego nos montamos en Splash Mountain y me empapé por completo. Mis pantalones estaban muy mojados. Mi
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mamá me tomó una foto y todavía la miramos y nos reímos. Fue muy divertido. Seguimos en It´s a Small World, que fue muy divertido, y era icónico en Disney. Luego montamos los paseos en taza de té. Estaba haciendo mucho calor afuera y estábamos cada vez más cansadas, así que paramos para almorzar. Luego montamos algunos paseos más y terminamos nuestro tiempo en Magic Kingdom cuando nosotros montamos el Space Mountain. Space Mountain fue el mejor paseo en este parque. ¡Fue rápido y en la oscuridad, lo que lo hizo un poco aterrador! Realmente me encantó este paseo. Mi parte favorita de Magic Kingdom fue ver a todos los niños entusiasmarse al ver a sus personajes favoritos en la vida real. Sus caras felices nos hicieron sonreír. Magic Kingdom fue muy divertido, pero estábamos ansiosas por nuestros próximos dos días en Universal Studios. Nuestro día tercero, lo pasamos en Universal Studios. Compramos un pase que nos permitía omitir las colas y subir a las atracciones más rápidamente. El primer viaje que montamos fue el viaje de Hulk. Nunca había estado en una montaña rusa antes de este viaje. Este paseo tuvo siete bucles y muchas vueltas. Tenía mucho miedo de montarlo, pero fue mi viaje favorito de todo el viaje. Después del paseo de Hulk, montamos el paseo de Spider Man. Esto nos hizo sentir como si estuviéramos en una película de Spider Man. Llevamos gafas 3D que lo hicieron sentir aún más real. Universal era especial porque toma mundos de las películas y las hacía reales. El mejor ejemplo de esto fue Harry Potter World. Un minuto estabas en Florida y luego entrabas en lo que parecía Londres, Inglaterra. Realmente, se sentía como si estuvieras en la película. El castillo de Hogwarts tenía un aspecto muy realista. Compartimos una cerveza de mantequilla como en los libros. Los paseos en Harry Potter World fueron muy divertidos. Luego montamos el Expreso de Hogwarts al segundo lado del parque. El tren se veía exactamente como se ve en la película, y cuando ingresamos a la plataforma, debíamos atravesar la pared de ladrillo como en los libros. Esto fue emocionante para los “nerds” de Harry Potter como mi madre y yo. Después de pasar más tiempo en Harry Potter World, decidimos que era hora de explorar el resto del parque. Había muchos juegos temáticos diferentes en Universal, por ejemplo, The Simpsons, Men in Black, E.T., Shrek y más. El último viaje que montamos en Universal fue una gran montaña rusa roja donde elegimos la música para escuchar. Mi mamá y yo llegamos al frente de la línea y notamos que nos íbamos a sentar en el asiento delantero del viaje. Estábamos muy asustados e intentamos intercambiar asientos con las personas detrás de nosotros, pero nadie
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quería cambiar. Teníamos miedo de estar al frente, ¡pero terminó siendo muy divertido! Este viaje con mi madre realmente significó mucho para nosotros. Fue muy importante pasar tiempo de calidad con aquellos que amas. Especialmente en un mundo donde el tiempo de calidad era difícil de tener. Siempre estuve agradecida por el tiempo con mi familia. Hacer un viaje a Disney World y Universal Studios con mi madre fue realmente tan importante; fue una oportunidad para mostrarle lo mucho que nos queremos. Mi madre y yo nos reímos tanto que lloramos todos los días de este viaje y nos recordamos lo importante que fue estar juntas. Recomiendo encarecidamente hacer un viaje de tres días a Disney y Universal Studios con tu madre.
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Diario de un loco Jaqueline Zapata 5 de junio de 1945, aquel día gris fue ingresado al hospital psiquiátrico en Andorra. No entiendo muy bien porque mis padres están tristes. Estamos por llegar y cada segundo que pasa me pongo más nervioso. El hospital es muy grande y antiguo. No sé lo que me espera ahí dentro. -Ya estamos aquí hijo-, dijo mi mamá con lagrimas en los ojos. -¡No sé porque me trajeron aquí, ustedes no me aman!- grité con enojo. Entre al hospital y lo primero que note fue que era un lugar muy triste, y sin colores. -¡No me dejen aquí solo!- les grite a mis padres con lágrimas en los ojos mientras los veía salir por la puerta grande. -Tranquilo todo estará bien, siéntate aquí mientras viene el doctor-, me dijo una de las enfermeras. Su mirada y sonrisa me transmitieron un sentimiento de paz y tranquilidad. -Estoy, estoy muy nervioso y no quiero estar aquí-, dije con miedo. -No entiendo por qué nadie nos acepta-, dijo una de mis voces. -Silencio, Silencio se aproxima un bata blanca.- susurraron las demás voces. -Hola, yo soy el Dr. Dolores Pérez y seré el que estará a cargo de tu caso.- El doctor ojeo el expediente y leyó: Nombre del enfermo: Benito Borges. ¿Ha estado recluido anteriormente?: No. Diagnóstico provisional: Esquizofrenia. -¿Qué estoy haciendo aquí? ¡Déjenme salir ya!- grité con desesperación mientras golpeaba la puerta principal. -¡Rápido, sédenlo!-, ordenó el Dr. Dolores Pérez a los enfermeros. Desperté en un cuarto pequeño, con una camisa de fuerza atada a mí. -Tengo que salir de aquí de alguna manera. Me tengo que ingeniar un plan. ¡No puedo seguir ni un momento más en este lugar horrible!-, me dije con determinación. Comencé a lanzarme contra la puerta. ¡Pum! ¡Pum! ¡Pum! -Está muy dura, nunca podré tirarla. Jamás podré salir.-, dije con desesperación.
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Iba a intentar tumbar la puerta una vez más pero escuché unos pasos acercándose hacia mi puerta. Me puse muy nervioso, el miedo corría por mis venas. Así que me fui a una esquina del cuarto y me puse en posición fetal. -Hola.- dijo una voz dulce. -No vine a hacerte daño, solo quiero ayudarte y quitarte esta horrorosa camisa de fuerza. Mira me presento, soy Isabel y soy una de las enfermeras. Me apena mucho y me pone triste ver a un muchacho tan joven en estas situaciones.- dijo la enfermera. Verla fue como ver a un ángel que vino a salvarme. Era muy fácil confiar en ella. Procedió a quitarme la camisa de fuerza pero lamentablemente me informó que tendría que pasar otra noche más encerrado en ese cuarto frío y oscuro. El Dr. Dolores Pérez tuvo que salir de emergencia y ordenó que me dejaran en el cuarto hasta que el regresara. Llegó la noche y solo quedaba esperar a que el Dr. Dolores Pérez ordenara mi liberación. Afuera de mi cuarto se encontraba un guardia de seguridad encargado de supervisar a todos los dementes encerrados en los cuartos. -¡Otra vez te hiciste encima gata! ¡Rápido llévenla a bañarse!- gritó el guardia. -Miau, miau-, maulló la demente. -¡Levántate y camina bien tienes que entender que no eres una gata!¡Ahhh, me mordió está loca!- exclamó uno de los enfermeros. Desvistieron a la supuesta gata y la tiraron de regreso al cuarto. En el cuarto no había cama ni cobijas ni nada que pudiera mantenernos calientes. El lugar olía muy mal y causaba un poco de terror. -¡Ya no quiero estar aquí, sáquenme!- grite mientras golpeaba la puerta. -¡Cállenlo! ¡Deja dormir! ¡Se quiere salir y no puede jaja!-, gritaron varios de los reclusos. -¿Ya viste lo que ocasionaste? ¿Sabes lo difícil que es calmar a todos estos locos? Ahora por eso te voy a hacer la noche miserable. ¡Toma!- gritó el guardia mientras arrojaba una cubeta de agua fría por la reja de mi puerta. No me quedó más que acurrucarme en una esquina del cuarto y tratar de dormir. Esa noche fue una de las peores si no la peor noche de mi vida.
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La mañana llegó y a todos nos despertaron con fuertes golpes en nuestras puertas. -¡Hora de ducharse, despiertense!-, gritó el guardia. Fueron abriendo las puertas una por una y poniéndonos a todos en fila. Cadenas y esposas fueron colocadas en todos los reclusos para prevenir que salieran corriendo. -¡No, no, no! ¡Aaaagua no!- ,gritó uno de los reclusos mientras corría por el pasillo. -Ese loco es Lazarillo y le tiene miedo al agua. Dicen que fue por un trauma que sufrió de niño.-, dijo el recluso detrás de mí en la fila. -Disculpa no me presenté, soy Remo y definitivamente soy un loco.- dijo el. -Hola soy Benito y supuestamente tambien estoy loco.-, dije. -Ahí está tu problema, no sabes admitir que estas loquito. Fijate que no a cualquiera meten a la jaula. Solo a los verdaderos locos desenfrenados.-, dijó Remo. -¿La jaula? ¿A qué te refieres con eso?-, pregunté. -Si este lugar en el que te encuentras es solo un pequeño lugar lleno de cuartos donde encierran a los reclusos que son un poquito más difícil de controlar. Se encuentra en el sótano del hospital y siempre está supervisado por guardias.-, dijó Remo. -¿Pero qué estoy haciendo yo aquí entonces? Yo no estoy loco ni soy difícil de controlar.- dije con un poco de enojo. -Pues fijate que ayer que te encerraron el Dr. Dolores Pérez estaba muy enojado por que ocasionaste un berrinche muy grande en la recepción. También se dice que lo golpeaste y rasguñaste.-, dijó Remo. -Esto no puede ser posible. ¿En que me he convertido?-, me pregunté. -Rápido a las regaderas muchachos.-, nos ordenó una de las enfermeras. Después de ducharnos nos llevaron a un comedor donde nos proporcionaron con alimentos. Rápidamente nos regresaron a nuestros cuartos y nos encerraron por el resto del día. Ahí fuimos informados que el Dr. Dolores Pérez no iba a regresar dentro de varios días. Ahora solo me quedaba esperar a que todo esto pasara. Me gustó mucho haber podido conocer a Remo y saber que existe la posibilidad de hacer un amigo. De alguna manera u otra tendré que encontrar la forma de hacerles creer a los doctores que no estoy loco y que no necesito ayuda. Mientras tanto tendré que soportar unas noches más en la jaula.
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