Colección de cuentos Vol. I: Fábulas, infancia y aventuras

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Colección de cuentos: fábulas, infancia y aventuras Por varios autores lingüistas SPAN302-504



El íncide de contenidos En mis sueños | Autumn Dodge

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El cuento de Francisco el tiburón | David Forsyth

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La magia en el bosque | Saumya Thomas

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Las más interesantes vacaciones | Jill Hatch

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Osos y cuevas polares | Christopher Polo

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Cami el camaleón | Ara Matos

11

Dos chicos y una señal de la calle | Audrey Littlefield

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El cuento de cerdita y foca | Riley Brown

16

La mariposa | Mia Patterson

18

El viaje de un caballito | Samantha Wilmot

20

El evento inesperado | Tania Castillo

22

Chicos enamorados | Kiesha Walker

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El restablecimiento | Taylor Franklin

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El viaje a Londres | Christian LaMothe

28

Nuestro héroe Jaime | Justin Ford

30

El árbol | Gabriela De Hoyos

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Las transiciones de la vida | Jessica Johnson

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Música en el Ártico | Julia Neiswander

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Las aventuras de Muir y Harry | Kaitlyn Terzian

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Las aventuras de Kylee y Hunter | Kayla Riley

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Una mañana humilde | Lauren Curtis

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El perro que amaba jugar fetch | Lee Aston

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La máquina | Raquel McDaniel

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La vida de dolor | Nikhil Malik

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El viajero | Alejandra Vanegas

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La bruja dotada | Cailtin Avery

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En mis sueños Autumn Dodge ¡Finalmente después de muchos días en mi casa, estuve libre! Corrí por los verdes campos que tenía muchas flores vistosos y vibrantes. Los insectos saltaron cuando me aplasté su territorio con mis pies. Salté sobre las rocas para poner mi cara directamente debajo de la cascada por una bebida de agua fresca y se vertió sobre el resto de mi cuerpo. Me sacudí el agua que me hizo temblar mucho, pero el sol brillante y calor atravesaba los árboles y calentaba mi piel. Establecí en mi roca favorita para tener una siesta en el sol, pero después de pocos minutos, mi amiga vino y me desperté. Estuve muy feliz de verla después de mucho tiempo sin verla. Mi amiga y yo hablamos por mucho tiempo y exploramos dentro del bosque hasta que necesité ir a mi casa. Durante el viaje a mi casa, pasé algunos niños con una tienda de limonada y robé una taza para mi. Por suerte, los hice reír, así que los niños estuvieron feliz sin obtener dinero de mí. Sonreí a mi vecino mientras pasaba hasta que llegué. ¡Pum! Me desperté al portazo de la puerta. Otro triste día solo en la casa. Todos los días, me sentaba en la casa sin nadie para pasar tiempo. Nunca me acostumbré. Los días siempre fueron muy largos, solitarios y tristes. Siempre estuve atrapado en un espacio pequeño y extrañaba mis amigos. La única felicidad estaba en mis sueños que siempre se detenían con el golpe de la puerta cuando salía todos los días para vivir su vida. Siempre intenté volver a dormir para ir al sueño del que me había despertado y pasar el día, pero siempre era difícil porque dormía mucho. Me sentaba en el sofá durante horas hasta que no podía hacerlo más. Siempre cuestionaba mis elecciones de vida. Preguntas como “¿es aquí donde se supone que debo estar?” y “¿Por qué no puedo hacer nuevos amigos?”. Fui a comer algo en la cocina, pero no tuve mucho comida. Comí el resto de mi comida de antes y lamí el plato hasta que fue limpia. Mi estómago sonó enojado y necesitaba más comida. Busqué en el refrigerador, pero no teníamos nada bueno. Busqué en el periódico para encontrar lugares para comer, pero cuando no pude encontrar la información que quería, arranqué los papeles y hice un desastre en la alfombra que habla sido limpiada. Supe que mi madre se enojaría cuando volviera a casa más tarde, pero esperaba que esto la convenciera de dejar más comida antes de salir de casa. Luego, caminé en círculos alrededor de la casa porque no podía quedarme quieto. Pateé una pelota de fútbol y coreografié mi propia rutina de baile. La rutina comenzó con patear mi pierna, sentarse lentamente y rodar por el suelo. Encendí la radio y realicé la rutina a las personas que pasaban. Nadie me prestó atención y me estaba volviendo loca. Comencé a golpear la ventana y gritarle a la gente porque quería que me ayudarán a escapar. Ya no podía estar atrapado en la casa. Después de pasar mucho tiempo tratando de obtener ayuda, me sentí agotado y me quedé dormido en el suelo. Me desperté con su voz afuera y ella estaba con alguien más. ¿Era esta la vida real? Se siente como si hubiera sido años. Podía escuchar todo tan claramente. Las pisadas que subían las escaleras, las llaves que se sacaban de un bolsillo y que iban hacia el pomo de la puerta, el giro del pomo de la puerta...entonces vi la cara de ella y su sonrisa se extendió de una oreja a otra. Quería estar tan enojada con ella por haberme atrapado aquí, pero corrí hacia ella, salté y besé su cara. Ella se rió, me frotó la cabeza y finalmente me prestó un poco de atención. El hombre con ella también me prestó atención. Parecía muy feliz y enamorado de ella. A continuación, alguien que se parecía a mí entró en la casa adosada al hombre por algo que parecía una cuerda. Tenía pelaje marrón y ojos caídos y su lengua colgaba de un lado de su boca. Sus garras fueron cortadas recientemente y pude oler su champú en toda la habitación. Estaba emocionado de reunirse conmigo y dijo: "¡Hola! ¡Eres mi nuevo hermano! ¡Nos divertiremos mucho!". Me sorprendió

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tanto que no supe qué decir. ¡Finalmente no me quedaría en casa sola! Trajeron sus cosas y mostré a mi nuevo hermano en la casa. Estaba tan emocionada. Corrí por los verdes campos que tenía muchas flores vistosos y vibrantes, pero esta vez, no fue un sueño. Pude oler el lavanda en el aire y escuchar a los pájaros y los insectos piar en la distancia. Mi hermano estaba a mi lado y nuestros padres estaban muy atrás. Corrimos hacia el agua y saltamos dentro. Nadé con mi hermano y lo salpicé con el agua. No pude dejar de sonreír cuando mi hermano bailaba alrededor. El agua estaba fresca, pero el brillante sol estaba caliente y calentó nuestras caras. Nos reímos tanto que nos duelen los estómagos. Mi mamá miró a su novio y sonrió. Estaba tan feliz de verla feliz. Finalmente se había quedado sin la tristeza en la que había estado durante años. Mis sueños finalmente se hicieron realidad y vivía feliz para siempre con mi familia.

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El cuento de Francisco el tiburón David Forsyth Érase una vez, era un tiburón que vivía cerca de la costa de España. Su nombre fue Francisco, y Francisco era un tiburón muy amable y guapo. Sus dientes estaban afilados y tan blancos como la nieve en el invierno y su piel estaban un azul muy oscuro. Francisco siempre hacía su tarea en la escuela, decía “por favor” y “gracias” y hacía los quehaceres. Estaba nadando a través del océano un día cuando vio algo interesante en la distancia. Vio una cueva y decidió entrar en ella. Por dentro había un pulpo misterioso. El pulpo era morado con ojos negros, tentáculos largos y era muy intimidante. El pulpo comenzó hablar con él y en el inicio, Francisco tuvo miedo. El pulpo le pidió por su nombre y por qué estaba en su cueva. Francisco le contestó con la verdad, y le dijo que su nombre era Francisco y que estuvo curioso sobre qué un pulpo estaba haciendo en una cueva. Luego el pulpo le dijo que su nombre era Martín y que fue un genio que pudo permitir tres deseos para una persona, pero hubo un jugada. Uno de los deseos necesitaba ser usado para una persona que lo necesitaba más que él, o Francisco perdería todos de los deseos. Francisco contestó a Martín después de algunos momentos que tuvieron un trato, pero Francisco quiso esperar hasta el próximo día, antes de pedirle su primer deseo. El próximo día, Francisco regresó a la cueva de Martín y le pidió su primer deseo. Desde Francisco era joven, siempre quería ir a la superficie de la tierra como un humano, caminar a través del piso y conocer todos de los animales que vivían encima del océano. Entonces, Francisco pidió a Martín si podría tener piernas para caminar en la tierra. Martín concedió su deseo y de repente, ¡Francisco tuvo piernas! Francisco era muy feliz que gritó tan fuerte como posible. Francisco decidió nadar por la superficie de la tierra y hacer sus sueños una realidad. Francisco nadaba por la superficie y por fin llegó. Comenzó a caminar en la arena cuando descubrió que no podía respirar. Tuvo que regresar al agua para respirar y estaba triste y comenzó a llorar. Cuando él paró, nadó por la cuerva que buscó el día antes. Francisco encontró la cueva y por dentro, el pulpo Martín. Francisco tuvo que explicar la razón por qué regresó y pedir a Martín por su segundo deseo; si Martín podría darle la habilidad de respirar como un humano. Martín le dio su regalo y le avisó que el último deseo de Francisco tenía que ser usado para una persona que lo necesitaba más que él, o perdería todos sus deseos. Luego, Francisco decidió otra vez regresar a la tierra de los humanos. Francisco había llegado a la superficie y caminaba en la arena y respiraba como un humano. A las personas que estaban alrededor de él, Francisco las saludó y seguía caminando. Por la primera vez en su vida, Francisco vio las nubes en el cielo grande, las estrellas brillando en la noche, y los árboles soplando en el viento. Francisco estaba feliz. Sin embargo, Francisco todavía tenía un trabajo que hacer. Tenía que encontrar a alguien que podía dar su último deseo. Por eso, Francisco comenzó su búsqueda. Francisco decidió que iba a usar su último deseo en un animal que lo necesitara, no un humano porque sabía que los humanos no hablarían con él. Entonces Francisco caminó a través de algunas ciudades que se parecían famosas. Primero, caminó a través de una ciudad llamada Madrid. Allí encontró un zoológico con varios tipos de animales. Conoció un mono que su nombre era Charlie y tuvieron una charla. Charlie le explicó a Francisco qué es un zoológico y Francisco estaba confundido en la idea que los humanos vengan para mirar a los animales. Francisco pensó

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que Charlie era lindo y le dijo sobre su deseo. Charlie le respondió que si Francisco daría su deseo a Charlie, pediría un millón de plátanos. Francisco pensó sobre el aviso de Martín, y decidió que el deseo de Charlie no lo necesitaba más que Francisco. Entonces Francisco dijo adiós a Charlie y salió para otra ciudad. La segunda ciudad que buscó Francisco fue Sevilla. Allí en la ciudad estaba un parque y Francisco fue para ver los animales y si uno de los pudo ser el animal perfecto para su deseo. Estaba caminando a través del parque cuando una ardilla paró enfrente de él. Francisco le pidió por su nombre y la ardilla dijo que su nombre era Theo. Hablaron sobre la ciudad y las cosas que pudieron hacer allí y Theo pareció lindo a Francisco. Entonces, Francisco le dijo sobre su último deseo y Theo lo quiso. Theo dijo a Francisco si le daría el deseo, Theo desearía que el parque tendría más árboles para escalar y más bellotas para comer. Aunque Francisco pensó que el deseo de Theo era bueno, la verdad era que Francisco perdería todos sus deseos si lo daría a Theo. Por eso, Francisco no le dio su deseo y salió para la próxima ciudad. Francisco seguía en su viaje hasta llegó a la ciudad de Barcelona. De las ciudades que había visitado, el Barcelona fue su más favorita. Pasaba mucho tiempo allí, y encontró un bosque cerca de la ciudad. Se fue en el bosque y tuvo sed, entonces cuando vio un arroyo, se paró para tomar el agua. Cuando terminó, vio al otro lado del arroyo un castor sentando sólo. Francisco fue a saludar el castor y cuando venía más cerca, vio que el castor estaba llorando. Francisco le pidió quién era, y por qué estaba llorando. El castor dijo que su nombre era Thomas pero no quería decir a Francisco por qué lloraba. Luego Francisco le preguntó dónde estaban sus amigos y su familia, y Thomas contestó que fueron al otro lado del bosque. Ser el gran tiburón que era, Francisco decidió decir a Thomas un chiste para que Thomas podría sonreír. Pero cuando Francisco dijo el chiste a Thomas y sonrió de repente Francisco supo por qué Thomas había llorado. Los dientes delanteros de Thomas habían mellados, y para un castor, esto fue una catástrofe. También, Thomas dijo que su familia le ha rechazado porque no pudo cortar la madera para construir una presa. En este momento Francisco hizo un gran riesgo: dio su último deseo a Thomas para tener los dientes más fuertes y los más impresionantes en el mundo. Pero si Francisco era equivocado y Thomas no necesitó el deseo, Francisco perdería sus piernas y la habilidad de respirar como un humano y moriría. Con suerte, Thomas recibió sus dientes y nada pasó a Francisco. Desde este momento, Thomas y Francisco se hicieron mejores amigos y Francisco decidió quedar en el bosque para vivir y disfrutar su vida con Thomas. El fin.

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La magia en el bosque Saumya Thomas Un día, fue una chica pequeña llamado Penélope. Penélope era siempre una soñadora desde el día de que ella nació. Tenía el pelo castaño corto, los ojos grandes y castaños, y era bastante alta para su edad. Ella amaba a su familia, a su gato y leer. Ella le encantaba leer todos los diferentes tipos de historias de viaje, aventuras, tesoros, y mucho más. La familia de Penélope había vivido en Nueva York antes de mudarse a Texas. La pequeña Penélope tenía 10 años en ese momento y tuvo que dejar a todos sus viejos amigos en Nueva York. Su madre se sintió mal por el movimiento, pero su nuevo trabajo fue la razón de ello. A pesar de todos estos cambios, Penélope amaba a sus padres y a su hermana pequeña, Suzie. Penélope usualmente leía a su hermanita en la noche después de que sus padres la preparaban para ir a la cama. Su familia siempre le decía que soñara en grande, que siempre hiciera preguntas y que tuviera hambre de aprender más. Penélope no tenía muchos amigos porque sus compañeros pensaban que ella era demasiada curiosa. La semana pasada, un niño en las clase de Penélope había burlado de ella por leer libros sobre otros países y diferentes culturas. Él dijo: "¿Por qué pierdes el tiempo leyendo todos estos libros? No hacen una diferencia para ti". A pesar de que Penélope no era la más popular, tenía una mejor amiga llamada Samantha y su gato mascota, George. Samantha también era curiosa y le encantaba leer casi tanto como le gustaba dibujar. Mientras que todos los niños eran amables con Penélope, Samantha siempre fue una gran amiga para Penélope desde que se mudó a la ciudad desde Nueva York. Al igual que a Penélope le encantaba leer, a Samantha le encantaba dibujar. Penélope compartió sus muchas historias sobre las que leyó, mientras que Samantha dibujó imágenes de los lugares mágicos que Penélope describía. Los padres de Penélope entendieron que Texas no era lo mismo que Nueva York. La pequeña Penélope ya no podía explorar la ciudad en su pequeña ciudad de Texas. Sus padres le construyeron una casa en el árbol como un pequeño lugar para su hija. Samantha y Penélope pasaron casi todo el tiempo que terminaron durante la semana después de la escuela a las 3:00 pm. En esta casa del árbol, tenían sus dibujos y contaban sus historias de lugares lejanos a los que soñaban. Después de que terminó la escuela, la madre de Samantha vino y recogió a Samantha y Penélope de la escuela como de costumbre. Como eran vecinos de al lado, las dos chicas llevaban sus bocadillos a la casa del árbol. En este día en particular, ambas habían descubierto el bosque un poco detrás de su casa del árbol. ¡Parecieron las aventuras que ambas dibujaron y leyeron! Ambas tuvieron que ir a ver qué había allí. Las dos chicas fueron nuevamente a la casa de Samantha para pedirle permiso a su madre. Los bosques no estaban lejos de sus casas y estaban casi a la vista. La mamá de Samantha les dijo que no fueran demasiado lejos en el bosque también. ¡Samantha y Penélope estaban encantadas! Ambas chicas rápidamente habían corrido de regreso a la casa del árbol después de escuchar las noticias. Se llevaron papel y bolígrafos para documentar lo que encontraron en su aventura. Al acercarse al bosque, oyeron un grito. Samantha y Penélope se asustaron un poco, pero decidieron seguir adelante. Habían leído historias sobre muchos aventureros valientes y este era su momento. ¡Cuando se acercaron a un arbusto donde el grito era más fuerte, saltó el gato de Penélope, George! Parecía que él era tan curioso como ellos. Aunque sabían que no deberían ir más lejos en el bosque, lo hicieron de todos modos. ¡La aventura estaba ahí fuera! Encontraron muchos pájaros de aspecto interesante en los libros que habían leído, diferentes tipos de escarabajos, ardillas corriendo por

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los árboles y mucho más. Penélope escribió y describió todo lo que vio como a los científicos sobre los que leyó, mientras que Samantha hizo un dibujo de lo que descubrieron. Después de esta aventura que tuvieron, Samantha y Penélope decidieron que tuvieron que regresar a su bosque encantado cada dos días. Regresaron a la escuela y compartieron lo que habían descubierto con su maestra, la señorita Taylor. A la Señorita Taylor le encantó la curiosidad que tenían estas chicas y les dio otros libros sobre bosques y criaturas que podrían encontrar. Samantha y Penélope amaban los libros y las imágenes de animales que vivían en su propio patio. Penélope decidió entonces que Texas no era tan malo después de todo. Las niñas compartieron lo que habían aprendido con sus padres, mientras que les preocupaba que posiblemente se lastimaran en el bosque. Nunca se lastimaron en el bosque, aparte de pequeñas lesiones aquí y allá. En la escuela, La Señorita Taylor comenzó a notar que sus diarios creativos estaban llenos de historias sobre lo que ambas chicas encontraron combinadas con su imaginación. En sus diarios, había historias de gigantes, hadas, aves mágicas y más. Ella decidió leerlos en voz alta en clase un día. ¡Los estudiantes en clase estaban fascinados! Amaban los bosques mágicos y todo lo que había en ellos. Cuando la señorita Taylor les habló de los autores, la clase no podía creerlo. Muchos de ellos se dieron cuenta de que Penélope y Samantha tenían razón sobre todo lo que habían leído. No había nada de malo en soñar despierto o en la aventura. Muchos estudiantes les preguntaron a ambas chicas si estos bosques en realidad eran reales. Sus compañeros nunca habían sido muy amables con ellos, por lo que casi guardaban sus bosques en secreto. Pero Penélope y Samantha recordaron que sus padres les dijeron que siempre era bueno compartir el conocimiento porque así era cómo aprendían las personas. Durante el resto del año, a los niños de la clase de Samantha y Penélope les encantaron incluirlos a ambos. Muchos de los estudiantes en su vecindario se unieron a sus viajes al bosque y también comenzaron a leer historias. Penélope sabía que sus historias eran importantes y estaba contenta de que ella y Samantha les mostraran a sus clases lo divertidas que podían ser. Mientras tanto Samantha y Penélope crecieron, nunca olvidaron sus aventuras en su patio trasero. Incluso cuando dejaron de lado la magia en el bosque, sabían que su amistad era algo para mantener. Finalmente, se graduaron y pasaron a tener sus propias aventuras reales en muchos de los lugares sobre los que habían leído.

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Las más interesantes vacaciones Jill Hatch Muchos años hace, en otro país vivía un niño que llamaba Marcus. Marcus era un niño delgado que tenía 17 años de una grande familia. Marcus tenía cinco hermanas y seis hermanos. ¡Un día en el invierno, su padre vino a su casa a decirle — “Vamos a unas vacaciones!”. Marcus era muy confuso. ¡Nuestra familia era demasiado grande para viajar juntos! La próxima semana, su padre dijo, “¡Ellos que estaban yendo a Costa Rica!” Ellos fueron a montar en un avión. Este estaba Marcus’ primero tiempo en un avión. Él estaba muy nervioso, pero emocionado. La vacación fue en un mes. En ese mes, Marcus y su familia necesitaban preparar para el viaje. Ellos necesitaban comprar nuevos trajes de baños y ropas para la playa. Con sólo dos semanas hasta el viaje. Su mamá encontró una cuarto en un hotel. Ella necesitaba dar dos cuartos porque su familia era grande. Este viaje fue ir a muy caro. Pero su familia nunca hubo sido en un viaje a un otro país antes. Marcus y su familia salieron a las siete en la mañana para ir al aeropuerto. El vuelo era a las diez. El vuelo estuvo muy agitado, porque era lloviendo. Cuando ellos llegaron a Costa Rica, ellos montaron en un taxi a su hotel. El hotel era muy lujoso, los niños eran muy impresionados. El padre de Marcus dijo alguienes que ellos necesitaron un amigo para ir a algún lugar. Marcus y su hermana, Sara decidió a ser amigos. Sara era un año mayor que Marcus, pero ella era la más parecido. Ella se gustaba a nadar, y alturas y aventuras. Marcus y Sara hicieron un plan para la semana. El primero día ellos fueron a la playa para el día, entonces ellos quisieron para una caminata por el bosque. Primero, ellos necesitaron un guía turístico. Finalmente, era el tiempo de ir a la playa. Sara y Marcus empacaban sus cosas. Cuando ellos habían llegado a la playa, ellos pusieron sus cosas en la arena y eran en el agua. Ellos jugaron con las olas y hablaron a nueva gente. Sara conoció un niño se llamó Jo. Jo fue de Costa Rica y les ofreció dar un recorrido del país. Sara dijo, “Más tarde. Marcus y yo queremos pasar tiempo y la playa. Puedes quedar con nosotros.” Marcus, Sara, y Jo se sentaban y jugaban en la arena. Después tres más horas, Marcus y Sara quisieron salir al sol. Era tiempo por un recorrido. Jo salía por el carro, y él venía a dar Marcus y Sara. Jo fue a sus partes favoritas del país. Después, él invitó a Marcus y Sara a su casa. Él se gusta ellos mucho y quererá a conocer sus padres. Marcus y Sara aceptaron la invitación para la cena. Cuando ellos llegaron a la casa de Jo sus padres no eran aquí. Jo era secretamente feliz. Él quise Marcus y Sara a él mismo. Después de cena Marcus, Jo, y Sara estaban hablando sobre caminata. Jo habló a ellos que un bosque es cerca de su casa. Él ofreció a tomar los ahí. Marcus y Sara eran preocupados porque era muy tarde, pero ellos decidían a confiar en él. Ellos subieron en el coche y condujeron del bosque. Cuando ellos pasaron la entrada al bosque, ellos siguieron conduciendo. Jo apagó la luz en su coche y dobló lejos de la calle y en los árboles. Sara miró detrás a Marcus con nerviosismo. Marcus dijo, “Ah Jo, ¿dónde está nos tomando?”. Jo respondió “A mi lugar secreto”. Él condujo más rapido. Después de treinta minutos en el coche Jo paró. Él dijo ellos a bajarse del coche. Él brilló una luz a una cabaña. Fueron dentro de la cabaña. Fue no luz o calor. Jo siguió a ellos a dentro y agarró un hacha. Él dijo “Voy a dar leña por un fuego, regresaré”.

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Después de una hora, Jo regresó. Mientras tanto, Marcus y Sara trataron de llamar sus padres, pero no tenían servicio. Ellos tenían miedo. Jo podía la leña en la chimenea por calor. Marcus y Sara sintieron en la esquina y no hablaron a Jo. Después de un poco de tiempo Jo tomó Martha y Sara abajo. En el sótano, era dos pequeñas camas con una almohada y manta. Las camas eran para Marcus y Sara. Jo dio vuelta y fue arriba y cerró la puerta. Marcus y Sara gritaron por ayuda, pero nadie estaba veniendo. Marcus y Sara no durmieron esa noche. Ellos trataban de pensar en un plan de escapar. El sótano no tenía ventanas, ni puerta ni luz. Marcus y Sara tuvieron hambre y sed. Trataron de tocar sobre a encontrar algo. Finalmente, Marcus encontró un refrigerador, él vio dentro y encontró botellas de agua. Marcus y Sara bebieron tres botellas. Ellos decidieron dormir para la noche. La próxima mañana, Jo vino por las escalares. Él dio comida para Marcus y Sara. Era frío y repugnante pero era comida. Ellos comieron y Marcus dije “Porque estamos nosotros aquí, no sabemos nosotros”. Jo dije “No, pero yo quiero. Quiero vines aquí para siempre y estamos amigos”. Mientras tanto, los padres de Marcus y Sara eran preocupados. Ellos no escucharon de ellos en dos días. Ellos llamaron a la policía, pero ellos eran no ayuda. Los padres no supieron donde sus niños fueron cuando secuestraron. La cabaña de Jo era muy profunda en el bosque y muy difícil de encontrar. Ellos tuvieron miedo de no verán sus niños otra vez. Dos meses había pasado y nada había encontrado sobre Marcus y Sara. Ellos vivieron en la cabaña con Jo. Jo salió todos días a ir a trabajo, pero él regresaba cada noche. A noche, Marcus y Sara trataron de encontrar como a fuga del sótano. Ellos estaban empezando a perder esperanza. Cada día se levantaban y Jo daba la repugnante comida. Cuando Jo salía y Marcus, Sara sintió en el sótano. La misma rutina cada día. Durante la noche, Marcus usaba una roca a romper un agujero en el muro. Él fue muy silencio porque no podía que se levanta Jo. Cada noche el agujero era más grande. Él no tenía una idea qué hacer después él completo el agujero, pero él estuve tratando a escapar. ¡Él nunca pensó que una familia vacación fue convertir en a cuento de horror! Después de tres años, Marcus y Sara aceptaron que podría convertirse sus vidas. Hasta ellos llamaban un golpe a la puerta. Jo se forzó en el sótano, pero él no cerró la puerta completamente. ¡Era la policía! Marcus y Sara corrieron a la puerta y fueron salvados! Después de esa experiencia, Marcus y Sara nunca salieron de su ciudad otra vez.

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Osos y cuevas polares Christopher Polo Repentinamente, Timmí se despertó por el grito de su madre que decía, “Ven aquí mi hijo, tengo una sorpresa para ti.” Como él corría abajo de las escaleras en el día muy frío, esperaba que la sorpresa fuera un viaje a un lugar cálido. La vida en el Círculo Polar Árctico era lúgubre y fría. A su incredulidad, su madre solamente tuvo un abrigo fuerte para él. Ella se lo compró porque ella quería acompañarlo en la exploración del área. Ella pensó que él era lo suficiente mayor para manejar los peligros del Árctico. Esa noche ellos empacaron sus mochilas con todas las cosas que pensaron ser necesarias. Timmí estaba seguro para empacar su tentempié favorito y su madre le dijo que cogiera el agua. El próximo día, Timmí y su madre fueron por una aventura a un sistema de cuevas donde ella había estado antes. De camino a la cueva, Timmí vio una familia de osos polares en la distancia y mencionó a su madre. Ella le dijo que estaría bien si ellos no se aproximaban a los osos. Timmí miró cómo los osos desaparecieron en las ráfagas de nieve. Ellos continuaban el viaje de dos horas a la cueva con solamente hielo blanco y plano en vista. No fue hasta que ellos llegaron a la entrada de la cueva que una tormenta de nieve empezó. Por suerte, ellos tenían la cueva para protección y comenzaron a buscar las cuevas. La madre de Timmí solamente estaba como mucho cien metros en la cueva. Ahora, porque Timmí estaba con ella, ellos iban mucho más. Mientras Timmí seguía a su madre, él le preguntó cómo las cuevas fueron formadas, quiénes podría vivir en ellas, y si estaba seguro. Su madre había esperado que una aventura en las cuevas provocara la curiosidad de Timmí. Ella no esperaba que él estuviera tan interesado. Después de viajar alguna distancia, ellos oyeron el ruido del hielo movedizo por el peso de la nieve nueva. La madre de Timmí ignoró el ruido porque era una ocurrencia común, pero Timmí no pensaba que el ruido solamente era el hielo. Entonces, llegaron a un tramo cavernoso que parecía como alguien había cortado un tajo grande de la tierra. Mientras estaban caminando al lago del borde, la estabilidad del hielo pareció muy mal así que ellos se quedaron cerca de la pared. Ellos trataron abstenerse de mirar hacia abajo en la caída de sobre cien metros. Sin la luz del sol, ellos solamente tenían las bengalas para iluminar el camino. Timmí miró las piedras de hielo en asombro de los formas extrañas y naturales. A un punto cuando el caminaba se convirtió en estrecho, ellos tuvieron que barajar contra la pared. Había solamente una delgada tira para caminar. Timmí no quiso ir a través de eso. Su madre fue primero para asegurarse que el camino estaviera seguro y Timmí la siguió. Timmí nerviosamente miraba para aprender qué hacer. Despacio, su madre se deslizó de costado. De pronto, el hielo, que su madre previamente había pisado, empezó a desmoronarse. Esto causó que su madre saltara al otro lado y Timmí cayera hacia atrás. El hielo de la piedra y el cielo bajaron y ellos estaban separados. Timmí y su madre gritaban uno al otro, pero solamente oyeron la voz sorda por los escombros. Su madre trabajó para mover unas piezas, pero mas rocas rellenaron el espacio. Timmí se separó de su madre, comenzaba a pensar lo que su madre le había enseñado de la supervivencia en las cuevas frías. Primero, Timmí buscó en su mochila y encontró alguna comida, un pico de hielo y algunas bengalas, pero no fue mucho para ayudarle. Asustado y perdido, Timmí decidió retroceder el camino y marcaba una “X” en las piedras para recordar por dónde había venido. De vez en cuando Timmí gritaba por su madre. Esperaba que ella respondiera, pero nunca recibió una respuesta. No supo dónde estaba yendo, pero supo que debía seguir tratando. Sin la luz del sol, Timmí no sabía la hora del día. Él se sentó en un refugio seguro fuera de un túnel para pensar sobre su situación. Abrió un paquete de carne seca y una botella de agua por un tentempié. Trató de mantenerse despierto para hablar con él mismo. En la media de su conversación, él oyó un ruido de la cueva. Curioso pero asustado, Timmí echó un vistazo. No quiso

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ir demasiado lejos del refugio en el caso que el ruido fuera algo peligroso. No podía ver mucho en la oscuridad porque la bengala no producía mucha luz. Él alumbró la bengala en todas las direcciones, pero no pudo ver nada. Cuando el sonido creció más cerca, él se agachaba en una esquina. Él gritó por su madre una más vez, pero no había repuesta. Cerró sus ojos mientras el sonido crecía más y más fuerte. Él solamente pensaba en las posibilidades de que el sonido podría ser. Se dio cuenta que su madre no respondía a sus preguntas de temprano. Ahora el sonido parecía ser justo alrededor de la esquina. Él cerró sus ojos más apretado y esperaba que había una persona. No oyó una voz, pero la inhalación de la nariz de un animal que estaba hurgando por su mochila. Él abrió sus ojos solamente para tener un vistazo. Conmocionada, miró un cachorro oso polar. El cachorro, igualmente prudente como Timmí, le olía mientras Timmí se quedaba completamente quieto. Entonces, Timmí, con ojos cerrados, extendió la mano cautelosamente. El cachorro olió los remanentes de la carne seca y empezó a lamer su mano. Esto sorprendió a Timmí y él retiró su mano. El movimiento rápido asustó al cachorro quien saltó. Timmí se dio cuenta que el cachorro estaba perdido y tenía hambre así que él consiguió otro pedazo de carne seca para él. Este pequeño acto de simpatía hizo que el cachorro estuviese cómodo para aproximarse a Timmí. Timmí estaba confundido, pero comenzó a acariciarlo. Después de unos minutos el cachorro se dio vuelta como si estuviese listo para salir de la cueva. Timmí siguió detrás del cacharro porque pensaba que sabía cómo salir. Cuando los dos se acercaron a la salida, ellos oyeron un fuerte rugido y un grito. Inmediatamente, corrieron a los sonidos. Ellos llegaron a la fuente para ver la madre de Timmí contra una piedra, arrinconado por la madre del cachorro. Aunque muy estaba emocionado de ver a Timmí, ella le dijo que se quedase lejos. Timmí corrió a su madre mientras el cachorro iba en frente de su madre para proteger a Timmí. Después de unos minutos, la madre osa se relajó y salió con el cacharro. Timmí y su madre esperaron por un poco tiempo antes de seguir los osos a la salida. Cuando ellos llegaron, miraban cómo los osos desaparecieron en la nieve. Seguros juntos ellos se abrazaron. El fin.

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Cami el camaleón Ara Matos Cami el Camaleón descansaba sobre una rama de árbol que estaba cubierta por hojas. Cami estaba muy triste y sola. Su piel era opaca y se mezclaba con los colores del tronco del árbol. Solo quería sentirse invisible y, por una vez, el color de su piel la ayudó a hacerlo. ¿Por qué no podía su piel permanecer verde como todas las otras lagartijas? Desde que Cami estaba recién acurrucada, sentía que era diferente. Cami fue criada por sus padres amorosos, GiGi y George, los geckos verdes. Toda su vida vivió en África con su familia. Cuando Cami era pequeña, su cola se acurrucaba bajo sus piernas. GiGi y George solo pensaron que era una fase. Pero a medida que Cami crecía, ella estaba haciendo cosas más peculiares. Se dieron cuenta de que Cami era muy diferente a los otros pequeños geckos en el tronco del árbol. Cada otro lagarto en el tronco notó esto también. A ella no le fue bien encajar. Le molestaba mucho a Cami. Pero a medida que Cami se hizo mayor, notaron que Cami era muy diferente a los otros pequeños geckos en el tronco del árbol. Cuando Cami era joven, su molesto hermanito siempre la abofeteaba con su cola. ¡SLAP! ¡SLAP! Cami era pequeña y tímida pero después de terminar con SLAP! Cami estaba furiosa. Su piel brillaba de un rojo brillante con ira. Esto sorprendió sus padres y su hermano pequeño. Ella incluso se sobresaltó a sí misma. Sus padres pensaron que debe haber sido algo que ella comió. Pero esta no fue la única vez que Cami cambió de color. Cami lo hizo todo el tiempo. Ella trató de no hacerlo. Un día, Cami estaba masticando algunas hojas más arriba del tronco del árbol, un pequeño gecko astuto rodeó el tronco y asustó a Cami. "¡HOO!", Dijo el pequeño Gizer, imitando a un búho feroz. "¡BAHHHHHH!" Gritó Cami. Ella tembló y al instante se volvió púrpura brillante. Cami estaba tan avergonzada, se puso rosa y corrió a su casa con ansiedad. Una vez que los otros pequeños geckos se dieron cuenta de que Cami era diferente, se burlaron de ella y encontraron una manera de cambiar sus colores. Pero Cami se esforzó por mantener el color verde gecko porque ella era gecko y los geckos eran verdes. Pero no importa cuánto intentara evitar que cambiaran sus colores, no pudo ocultarlo. Ser feliz solo lo empeoraba. Su piel brillaba de color amarillo. Tenía que mantener todas sus emociones en el interior cuando los matones tiraban de su cola, empujaban sus ojos o comían su comida. Sabía que era diferente, sin importar cuánto intentara negarlo. Ella se escapó de su casa para averiguar a dónde pertenecía. Primero, Cami estaba posada sobre una rama donde descansaba un arrendajo azul. Ella lo miró con curiosidad. Cami cambió su piel a un color azul real. Incluso miró hacia abajo para ver que sus pies también se aferraban a las ramas. Pero aun así, no eran lo mismo. En segundo lugar, Cami caminaba por el bosque de rama en rama y decidió vagar por el piso inferior. En la tierra, perdida en algunas altas cañas verdes de hierba había un gordo sapo marrón que buscaba el almuerzo. Ella lo miró con curiosidad. La rana grande sacó su lengua para atrapar una mosca que pasaba. Cami estaba tan emocionada. Ella también tenía una lengua larga y amaba a las moscas. Pero aun así, no eran lo mismo. Así que Cami continúo su viaje. Más tarde, cuando Cami estaba arrastrándose por un tronco de árbol, escucha un zumbido. Sus ojos buscaron a la izquierda y cabalgaron. Todavía no había almorzado. Su lengua estaba lista para una mosca deliciosa o incluso un grillo. Pero no sonaba como un grillo. Algo con alas grandes y anchas se alzaba junto a ella. ¡Era una libélula! Cami lo miró con curiosidad. Era naranja brillante con ojos grandes. Cami cambió su piel a un color naranja brillante. Ella se llevó el pie a los ojos. Ella también tenía los ojos grandes. Pero aun así, no eran lo mismo.

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"¿Quién soy yo?", Se preguntó Cami. Ella se puso gris de tristeza. Se sentía como si no perteneciera a ninguna parte. Ella no volvió a casa. Ella simplemente se arrastró lentamente a un lugar seguro para descansar su cabeza. Mientras tanto, la familia de Cami la buscaba por todas partes. Se arrastraron a las partes más altas y más bajas del tronco del árbol. También se arrastraban en túneles y agujeros en el árbol. Finalmente la encontraron descansando en una rama de un árbol que estaba cubierta de hojas. "¡Ahí estás!" Gritaron GiGi y George. La abrazaron. Su hermanito se aferró a su espalda. Estaban tan preocupados que habían perdido a Cami. Cami le contó a su familia cómo se había sentido ella. Se sintió que era diferente y que no pertenecía a ninguna parte. Se sintió cansada y frustrada por esconder sus colores. Ella solo quería ser como todos los otros geckos. GiGi y George no tenían idea de como difícil que era para Cami mantenerse verde como todos los demás. ¡Pero ellos no pensaron que Cami era menos extraordinaria! "No quieres ser el mismo, quieres ser diferente", dijo su madre. "¡Sé quien realmente eres y deja que tus colores se vean!", dijo con orgullo. Su padre y su hermano asintieron con la cabeza para que estuvieran de acuerdo y ellos sonrieron. Estaba rodeada de amor. Cami se dio cuenta de que ella era especial y que sus colores no deberían ser algo de lo que avergonzarse. ¡Ser diferente no la hace menos valiosa o amada! ¡Desde ese día, Cami se arrastró por el tronco del árbol lleno de diferentes colores y patrones! Azul, rosa, rojo, púrpura, naranja, pero sobre todo, ¡un feliz amarillo! No tenía que esconderse de los demás y sus colores solo eran más vibrantes cuando los pequeños geckos que la molestaban se cruzaban en su camino. Lo que sea que fuera, gecko o no, ella era hermosamente diferente y ¡eso era suficiente! Su familia y amigos que realmente amaban a Cami por todo lo que le recordaba a ella era cada amanecer y amanecer. De vez en cuando, ella se arrastrará por el tronco para ver el arrendajo azul, el sapo y la mosca de fuego. Pero ella no se ajustaba a los colores que eran, sino que se mantenía fiel a los suyos. Tenían similitudes, pero también eran diferentes porque, al igual que ella, fueran lo que fueran, gecko o no, eran muy diferentes y ¡eso era suficiente! Sus ojos rodaron de esta manera y de esa manera. Cami vio sus dos dedos en cada pierna. Ella vio su larga lengua. Vio la aleta en la espalda y la cola rizada. Ella era bellamente diferente y eso era suficiente! EL FIN

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Dos chicos y una señal de la calle Audrey Littlefield Érase una vez había dos chicos llamados Julio y André. Julio y André vivían en una ciudad aburrida cerca de Dallas, Texas. Los dos niños se conocieron cuando tenían doce años. Ahora ellos tienen diecinueve años y ellos son mejores amigos. Julio y André siempre habían sido niños perfectos y siempre siguieron las reglas. También, los chicos iban a ser compañeros de cuarto el próximo año en la Universidad. Pero un día calor de verano de Texas, los chicos decidieron que querían ir a una aventura. Sus vidas eran muy aburridas y ellos querían divertirse. André fue al gimnasio por la tarde. En su camino al gimnasio, André vio algo brillante en el lado de la calle. ¡Era una señal de calle! Y la señal de calle provocó una idea en la cabeza de André. La razón esta señal era interesante fue porque la señal fue derribada, entonces sería fácil robar. “¡Yo debería tomar esa señal de la calle!”, André pensó. Por supuesto André no podía hacer esta tarea solo, aunque. André decidió llamar a Julio, porque él sabía que Julio necesitaba algo de aventura en su vida. Así que, André llamó a Julio después de que dejó el gimnasio. “¡Hola Julio!” “¿Qué pasa mi amigo?” Julio respondió. “Tengo algo divertido que podríamos hacer esta noche.” “¿Qué quieres hacer?” Julio preguntó nerviosamente. “Vi una señal de calle hoy que fue derribada y quiero robar la señal.” “No sé si es una buena idea.” “Oh va a ser divertido y es tan aburrido seguir las reglas todo el tiempo.” “Bien. Pero tenemos que esperar hasta que esté oscuro.” “Vale. Podemos encontrarnos en tu casa a las nueve de la noche.” André dijo. “¡Es un plan!” “Hasta esta noche” “Adiós” Cuando era de noche, André condujo a la casa de Julio. El plan era perfecto y todo estaba listo. Excepto, el padre de Julio tenía diferentes planes. El padre de Julio pidió a los chicos comprar bolsas de hielo de la gasolinera. Esta situación hizo que fácil para los chicos tener una excusa para salir de la casa. Pero, no tenían mucho tiempo, así que tendrían que tomar la señal rápidamente. Entonces, los chicos tenían mucha presión para completar la tarea sin sus padres se enteren. Los chicos acordaron comprar el hielo para el padre de Julio y salieron de la casa. Los chicos decidieron comprar el hielo primero, porque ellos no querían llevar la señal a la gasolinera y posiblemente quedar atrapados con la. Sin embargo, esto creó más presión para los dos chicos. Ahora, los chicos tuvieron que robar la señal y volver a casa de los padres de Julio antes que el hielo se derritiera. André y Julio fueron a la gasolinera cerca de la señal para ver si la señal de calle seguía allí. Afortunadamente, la señal seguía allí. Así que esta noche fue la noche que los chicos finalmente iban a hacer algo loco. André y Julio llegaron a la gasolinera. André se quedó en el coche, mientras Julio compró el hielo para su padre. Julio volvió al coche con el hielo y ahora ellos tenían que tomar la señal antes de que el hielo se derritiera.

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André y Julio condujeron rápidamente a donde se encontraba la señal. Cuando André y Julio llegaron, se dieron cuenta de que la calle en la que estaba la señal era una calle muy ocupada. André y Julio tuvieron que pensar a una forma de tomar la señal sin ningunos coches verlos. Llegaron a la señal. Pero, los chicos tenían un gran problema. No había dónde aparcar el coche que estaba cerca de donde la señal de la calle. Por lo tanto, los chicos tuvieron que aparcar a media milla de la señal. Esto hizo la tarea mucho más difícil porque ahora tenían que caminar media milla con la señal sin ser atrapados. Pero, André y Julio estaban decididos a tomar la señal de la calle esa noche. Así que ellos continuaron con el plan. Los chicos salieron del coche y caminaron por la calle a la señal. Era una caminata lejos y los chicos empezaron a repensar sobre sus acciones todo el tiempo que caminaban hacia la señal. Pero, ellos decidieron que la aventura valía la pena el riesgo. André y Julio finalmente llegaron a la señal. André trató de recoger la señal. Pero, André descubrió rápidamente que la señal seguía atascada en el suelo. “¿Qué vamos a hacer Julio? La señal está atascada.” André preguntó. “No sé. Tal vez esto no va a funcionar.” Julio respondió. Pero, André estaba decidido a obtener esta señal. André continuó tratando de recoger la señal. “André esto no va a funcionar, vamos a dejar.” Julio dijo. “No. Ya nosotros tenemos aquí, tenemos que probar más opciones.” “¡André! El hielo se está derritiendo.” Julio exclamó nerviosamente. “Dame un minuto por favor, Julio.” “Yo voy a volver al coche esto no va a funcionar.” Julio se fue y comenzó a caminar de regreso al coche. Pero André notó algo. Sólo una pequeña porción del poste seguía atascada en el suelo. Así, André empujó la señal sobre la manera opuesta. ¡Y el poste se rompió! André recogió la señal y el poste y comenzó a correr hacia el coche. André corrió pasado Julio en su camino de regreso al coche con la señal. “¡Vamos, lo tengo!” André exclamó. “Ay Dios mío, ¿cómo lo hiciste?” Julio dijo mientras riendo. André and Julio pusieron la señal en el pequeño coche de Julio y se fueron a la casa de Julio. El padre de Julio se alegró de recibir su hielo que no se había derretido afortunadamente. Los padres de Julio eran más estrictos que los padres de André, así que los chicos decidieron mantener la señal en la casa de Andrés. Los chicos pusieron la señal en el coche de André y André se fue a su casa. Cuando André llegó a su casa, él puso la señal en el lado de su casa, para ocultarlo de sus padres. André y Julio pasaron semanas tratando de sacar la señal del poste. Ellos sólo podían trabajar en la señal cuando los padres de André no estaban en casa. Finalmente, los chicos usaron una sierra para sacar la señal del poste. Un problema más que los chicos tenían era que tenían que encontrar un lugar para tirar el poste. Los chicos necesitaban un gran basurero. André se le ocurrió la idea de tirar el poste en un basurero detrás de una iglesia cerca de su casa.

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Sus padres nunca se enteraron de la aventura que tuvieron esa noche. Y ahora los chicos tuvieron alguna decoraciĂłn divertida para su apartamento el prĂłximo aĂąo.

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El cuento de cerdita y foca Riley Brown En Asia en una costa cerca del Mar Amarillo, una cerda pequeña y joven caminaba lentamente por la arena áspera. Ella estaba exhausta, tenía hambre, y temblaba asustada. Sus piernas cortas temblaban con agotamiento y su estómago se quejaba porque ella no había comido por muchos los días. ¿Dónde estaba su familia? La familia de esta cerdita vivía lejos muchas, muchas millas en el campo rural. Cuatro días antes, en un día lluvioso, esta bebé cerda manchada llamada Cerdita se embarcó en un tren donde ella estaba jugando. Cinco minutos después el tren comenzó a moverse y ella no pudo escapar. Su viaje terminó ocho días duros después, cerca de la playa ventosa donde Cerdita vivía ahora. Aunque partes del viaje eran interesantes, Cerdita estaba perdida ahora y por lo tanto ella estaba asustada. Se ocultaba de humanos y otros animales extranjeros. Una vez ella era la más feliz y entusiasta, y ahora Cerdita se sentía sola y muy triste. Mientras Cerdita caminaba, en la distancia ella se imaginaba ver otros cerdos manchados. Con esperanza, Cerdita trotaba débilmente a esos animales. ¡Pero, no! Ellos no eran cerdos manchados… eran focas marinas con manchas. ¡Qué interesante! Cerdita paró y gritó al grupo de las focas. Un foca gorda y mayor venía con mucho esfuerzo físico y examinó a Cerdita. Con su aleta grande esta foca daba palmaditas a Cerdita. El corazón de Cerdita se alegraba. “Yo soy Foca. ¿Cómo se llama?” la foca gigante dijo con dulzura. Finalmente, Cerdita sonrió y se sentía pacífica. “Me llamo Cerdita y estoy perdida. No sé dónde están mis parientes y tengo hambre. ¿Tiene comida?” Foca llevó a Cerdita a una pila de mariscos. “Gracias, señora Foca.” Cerdita dijo agradecidamente, pero ella decidió que no le gustaba el sabor de los mariscos. Cerdita fue bienvenida amablemente por las focas. Todo el grupo estaba emocionado por incluir a Cerdita como un miembro a pesar del hecho de que Cerdita no era una foca. Estas focas serían la familia especial de Cerdita. Había focas pequeñitas, focas medias, focas grandes, y focas enormes. Foca era una de las focas enormes. Pronto Cerdita se hizo amiga de las focas jóvenes. En algunos días, Cerdita aprendió a nadar, y le encantaba, pero ella no podía nadar tan rápido como las focas. En el agua, las focas eran muy atléticas, lo cuál le sorprendía a Cerdita. Cerdita y sus amigos jugaban juntos en el mar la mayoría de los días. Aunque los cerdos no fueron creados para nadar, es verdad que Cerdita le gustaba salpicar y buscar plantas marinas. Cuando Cerdita estaba cansada o sentía frío, un equipo de focas jalaba de ella en una pieza plana de hielo flotante. Cerdita se sentía libre, amada, y especial. En un viaje posterior a la costa, Cerdita salió sin su familia adoptada para buscar raíces jugosas e insectos deliciosos. “Bien, pero nosotros vamos a tomar una siesta mientras buscas.” Foca explicó. “Sí, sí yo quiero acompañarle después de esta tarde.” La búsqueda de Cerdita le llevó a una distancia corta lejos del grupo y en una fusión de bosque vibrante y un surtido de piedras medianas y grandes. Cerdita comenzaba a oír voces humanas bruscas y pronto ella veía humo espeso. Cerdita, un poco tímida, se deslizaba sigilosamente sin sonido más cerca de esas voces. Ella veía tres hombres altos fornidos alrededor

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de un fuego. Los hombres llevaban abrigos gruesos, gorros de lana, y botas de cuero que estaban muy sucias. Cerdita escuchó su discusión. Se daba cuenta de los hombres querían capturar su familia de focas por sus pieles bonitas. Ellos eran cazadores furtivos, gente muy mala. ¡Que horrible! Con prisa, Cerdita corrió de vuelta a su familia adoptiva. Todas las focas estaban tomando una siesta, no, un sueño profundo. ¡Ay no! “¡Despiertense! ¡Despiertense!” Cerdita chilló, cuando corría por el grupo. Las focas abrían sus ojos somnolientos y gruñían fuertemente. “¿Cerdita, por qué gritas? Estamos cansadas y el sol se siente bien.” Foca se quejó. “¡F O C A, hay tres hombres peligrosos que quieren matar a todas! Nosotros tenemos que escaparnos de este lugar inmediatamente.” “Por supuesto, Cerdita. ¡Vamos al mar- rápido juntas- rápido!” Foca estuvo en acuerdo. Foca y la familia despertaron a toda prisa. Todos los miembros de la familia de focas se apuraron al agua y comenzaron a nadar. Cerdita arreó las focas jóvenes lentas al mar con sus padres. Al mismo tiempo, ella escuchó los hombres, miró hacia atrás y los vió con máquinas crueles. “Apúrense!” Ella gritó a su familia. Cerdita se preocupó. Los hombres estaban enojados porque las focas valiosas se escapaban de ellos. Cerdita chilló, saltó al mar, y nadó tan rápido como era posible para un animal terrestre. Foca nadó próximo a Cerdita y le ayudó a seguridad. Las focas y Cerdita nadaron rápidamente lejos de esos hombres malos. En la seguridad de un iceberg ancho, las focas aplaudían y estaban muy felices con la inteligencia y heroísmo de Cerdita. “Cerdita, sin tu aviso, nosotras estaríamos muertas… Con todo nuestro corazón, muchísimas gracias. Desde que te encontramos, tu has sido un miembro de esta familia de focas. Hoy tú has demostrado tu lealtad, valor, y una rapidez de reflejos impresionantes. Otra vez, pequeñita, gracias.” Foca dijo, y todas las focas estaban en acuerdo. Cerdita estaba muy orgullosa, y sabía que su nueva posición era ser la protectora de su familia. Su adopción fue un evento maravilloso, porque Cerdita aprendió muchas características nuevas, importantes, y beneficiosas en la vida de una foca. Cerdita no era una foca físicamente, pero no era un problema para ella, o su familia única. Es cierto que Cerdita, Foca, su amiga vieja, y todos los miembros de la familia vivían una vida de armonía, seguridad, y amistad verdadera.

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La mariposa Mia Patterson El lunes. ¿A quién le gusta el día más peor de la semana? A nadie, ¿verdad? Claro. Pues, el lunes fue el día que cambió mi vida para siempre. ¡Hola! Me llamo Ava y soy una estudiante de tercer año en la universidad de Texas A&M. Mi especialidad es educación, más específicamente la educación de desarrollo temprano. Después de la graduación, espero convertirme en una maestra de kínder. Desde que era una niñera en la escuela secundaria, he tenido una pasión por desempeñar un papel en las mentes en desarrollo. Así que aquí estoy, invirtiendo en mi futuro. Ahora, vamos a volver al cuento. Este sábado, pasé la noche estudiando porque el próximo día tenía un examen a las ocho de la mañana y una prueba en mi clase siguiente. Entonces, estudié por siete horas seguidas sin descanso. Bien, porque una chica tiene que comer. Aparte de unos descansitos, fui muy productiva. Para estudiar para mi examen, escuché a todas de las charlas de mi profesor y retomé apuntes en mi cuaderno. Para estudiar para mi prueba, creé un diagrama de flujo que, en mi opinión, era el más perfecto diagrama de flujo que había creado en mi vida. No había manera de que no iba a aprobar mi examen y mi prueba. El próximo día me desperté temprano, muy temprano para tomar mi examen. Si sabe Ud. cómo los autobuses corren, sabe Ud. lo importante que es despertarse temprano. Image esto. No había ni una sola nube en el cielo y el sol brillaba tan fuerte como las estrellas por la noche. El césped estaba cubierto de roció de la noche pasada espectáculo de agua. ¡El conductor del autobús incluso me dio una sonrisa con un Howdy! ¡Yo sabía que iba a ser un buen día! Por primera vez en mucho tiempo, el autobús llegué temprano al campus. Esto me dio 50 minutos para estudiar una última vez antes de mi examen. ¿Buen tiempo y llegué temprano? ¡Perfecto! Siempre traigo mi hamaca al campus las para días hermosos como este. No hay nada mejor que estudiar afuera en la naturaleza donde se puede escuchar a los pájaros cantar y las ardillas chifladas que siguen a los estudiantes para ver quien les ofrecerá comida. Si alguna vez has estado en el campus de Texas A&M, sabrías que La Plaza Académica es el lugar para estudiar afuera. Tiene una enorme cantidad de espacio con bancos en frente de la estatua de Sully, el famoso árbol de los siglos y árboles grandiosos que muchos estudiantes utilizan para colgar sus hamacas para descansar, estudiar y pasar tiempo con amigos. Por no mencionar, que estaba a solo cinco minutos a pie de mi clase que tenía prueba. Saqué mi hamaca de mi mochila y la enganche en el árbol. Me aseguré que estuviera apretada porque tuve demasiados aperitivos de la noche anterior mientras estudiaba y también un gran desayuno. Yo no quería terminar cayéndome y salir en la historia de Snapchat de alguien como la chica rechoncha que se cayó de su hamaca en la Plaza Académica. Así que después de que me acomode en mi hamaca abrí mis notas y comencé a revisarlas. Me arrugué la nariz y luego estornudé fuerte. Entonces abrí los ojos. En mi brazo era una mariposa con alas iridiscentes. Nunca había visto nada tan exquisito en mi vida. La mariposa viajó por mi brazo hacía mi mano para que pudiera acercarla a mi poder verla en todo su encanto. !Wow! me dije a mí mismo. Antes de que pudiera mantener mi mano constante para agarrar mi celular para tomar una foto, se había ido. Miré el tiempo en mi celular. Eran las 7:58 a.m. ¡Mi examen! ¡Oh, no! Salté de la hamaca y clavé mi aterrizaje. Metí mis notas y mi hamaca en mi mochila. Tuve que correr a prisa, como un guepardo en el Safari empecé a correr. No podía perder esa prueba. Pero, algo extraño empezó a suceder. Mis pies empezaron a alejarse lentamente del suelo y sentí presión en la espalda. Antes, sabía que estaba en el cielo. Estaba volando."!Ay, Dios mío, puedo volar!", grité. Todos los estudiantes que caminan debajo de mí parecían ser más pequeños y más pequeños, pero no tenía tiempo para pagarlos en mente. Iba a llegar tarde. Era las 7:59. Me quedaba un minuto para llegar a clase antes de que comenzara el examen. Con mis nuevas

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incorporaciones, agité las alas tan rápido como podía hasta que llegué a mi clase. Todavía tenía por lo menos treinta segundos para entrar y sentarme. Tomé mi asiento en la clase y coloqué mi lápiz en mi escritorio. Mientras mi profesor comenzó a distribuir la prueba, miró por la ventana. Allí estaba y allí estaba justo en el sello de la ventana, la mariposa.

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El viaje de un caballito Samantha Wilmot Había una vez un caballito que nació a finales de primavera. Su familia de caballos estaba encantado con él y pasó el tiempo del verano jugando y riendo en los campos de los valles en el norte sin las preocupaciones sobre los humanos o lobos. Los valles eran lejos de todo el contacto de humanos y los lobos no podían atacar a la familia de caballos a causa de su número. Las hierbas eran dulces y los ríos eran frescos, y el caballito pensó ¡Que hermosa es la vida! Él le encantaba mucho más que nada jugar en los ríos y sentir el agua sobre sus pezuñas. Pero como siempre, eventualmente el verano llegó a ser el otoño y la primera vez que el caballito vio las hojas caer desde los árboles. ¿Qué está pasando, mamá? preguntó. Es casi la hora que nuestra familia migre al sur para el invierno, respondió. ¿El sur? Pero me gusta aquí, ¡no quiero dejar! Su madre le explicó que cuando el invierno llegara, las hierbas no eran dulces y los ríos eran helados. La familia de caballos necesitaba dejar porque si se quedaban, se dormirían en el frio y no se despertarían. Entonces cuando el líder llamó y toda la familia se preparaba, el caballito dijo adiós a sus amigos con quien había jugado durante el verano; las liebres que le gustaban las flores amarillas, los bisontes con quien los caballos compartían el río, y los pájaros pequeños que cantaban bonitamente. Vamos a extrañarte, dijeron las liebres. Ustedes van a viajar muy lejos, pero estamos quedando en nuestra guarida. El caballito se sorprendió. ¿Qué? ¡Pero mi mamá dije que no podemos! Las liebres se rieron y dijeron que eran pequeños y no tenían las alas. No podrían viajar lejos, entonces tenían que quedarse. ¡Pero ustedes no se despertarán a causa del frío! exclamó el caballito. Explicaron que su guarida siempre era fresca en el verano y cálida en el invierno, y que hibernaban durante los meses más fríos y se despertaban cuando primavera llegara. Finalmente el caballito estaba satisfecho. Cuando fue hora de irse, su madre se dijo al caballito Quédate a mi lado, ¡no te alejes de mí! Y para el primer parte del viaje, él seguía esas instrucciones. Era extraño ver los campos y bosques que él no había visto antes y el caballito estaba muy curioso sobre los paisajes cambiantes, pero se aseguró que siempre podría ver a su madre. Sin embargo, eventualmente la familia de caballos necesitaba agua y paró cerca de un río. En este momento, el caballito pensó que estuviera bien para jugar en el río solamente un poco porque él estaba aburrido de caminar. ¡Y el agua sintió tan buena sobre sus pezuñas dolorosas! El sentimiento hizo que él saltó de alegría. Pero él jugó demasiado tiempo y se alejó de los caballos sin conciencia. Cuando miró a su alrededor, ¡no estaban en ninguna parte! No sabían que hubieran dejado sin el caballito. ¡Estaba solo! Empezó a llorar, pero una voz llamó ¡No llores! Confundido, miró a su alrededor una vez más, pero no vio nadie. ¿Qué? preguntó. Dije, ¡no llores! Aquí, ¡arriba! El caballito miró arriba y vio un oso negro en la parte superior de un árbol, abrazando al tronco. ¡Hola, chico! dijo el oso. Eh… ¿hola? respondió el caballito, ¿Está atascado, señor Oso? Pfff, ¡no! Pues…ah, bueno…eh, ¡solamente un poco! El caballito no pudo escalar el árbol, pero gritó las instrucciones para que el oso siguió y con su ayuda el oso negro podría bajar. ¡Gracias, chico! Te llamé porque yo vi tu familia viajar al sur y creí que necesitarías mí ayuda. El oso indicó en qué dirección iba la familia del caballito y dio unos consejos. ¡No hables con los predadores como yo, chico, podríamos comerte! Con eso, se separaron maneras. Sin un compañero para conversación, el caballito llegaba a tener miedo de los sonidos y empezó a correr con la esperanza de encontrar a su familia. Viajaba por una llanura con hierba larga y dorada cuando otra voz llamó ¡Espera! Por favor, caballito, ¡espera! Él paró. ¿Dónde está? No puedo verte. Un zorro veloz (un tipo de zorro de las llanuras) saltó delante de él, dándole un

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choque. ¡Aquí abajo! Necesito tu ayuda. Ah… lo siento Señora Zorro, necesito encontrar a mi familia, estoy perdido… El zorro saltó otra vez. ¡La cosa con la que necesito tu ayuda es sobre mí propia familia! Por favor, caballito, no va a tomar mucho tiempo. Mi hijo está perdido, como tú, y no puedo encontrarlo. Por favor, permíteme montar tu espalda y llamarlo. El caballito estuvo de acuerdo y pasearon por la llanura llamando por el hijo de la zorra madre. Finalmente encontraron el zorrito pequeño llorando y encogiéndose de miedo en una zanja y la zorra madre saltó abajo inmediatamente. ¡Gracias, caballito, no puedo dar suficientes gracias! exclamó la zorra madre. El caballito estaba feliz para los zorros, pero extrañó su familia mucho después de ver la madre y su hijo juntos. Su corazón dolía e iba a dejar sin hablar cuando la zorra madre dijo ¡Sé adónde va tu familia! Explicó que su familia estaba preocupada sobre él y estaba diciendo todo el mundo que si se encuentran a él a decirse que iba al lugar donde hay tres ríos y un árbol masivo. El caballito se agradeció a la zorra madre y corrió con alegría en su corazón. ¡Sabía dónde su familia iba a estar! Solamente necesitaba encontrar uno de los ríos para seguir. ¿Pero cómo? No sabía nada sobre el entorno… mirando a su alrededor, vio un halcón volando lejos en el cielo. Llamando en alta voz ¡Señor Halcón, Señor Halcón!, el caballito corrió rápidamente. Finalmente el halcón escuchó y voló abajo. ¿Qué quieres, joven? El caballito dijo su historia y preguntó si sabía dónde los tres ríos se reunieron. Yo sé todas de las características de la tierra, ¿Por qué debería ayudarte? No es mi problema. ¡Qué maleducado! pensó el caballito. Pero el halcón parecía cansado y gastado, como un ser antiguo. Puede descansar en mi espalda y me guía si quiere, ofreció. El halcón pensó para un gran tiempo y finalmente estaba de acuerdo. Viajaron lejos sin hablando excepto la dirección ocasional. Unas veces el caballito creyó que el halcón estaba durmiendo, pero siempre cuando miró atrás a él, el halcón estaba mirando con una mirada feroz. Después de un tiempo largo, el halcón dijo que se estaban acercando. El caballito saltó de alegría, olvidando el halcón en su espalda y molestándole. Se quejó y voló arriba. Adiós, joven. No te pierdas otra vez. El caballito gritó sus gracias y empezó a correr sobre la colina delante. Paró en la cima cuando veía su familia abajo en la valle. ¡Nunca había visto una cosa más hermosa que su familia! ¡Que su madre! Dando un saludo alto, el caballito corrió a los caballos y ellos gritaron y bailaron en alegría para su regreso. Su madre estaba furiosa de la preocupación pero el caballito había aprendido su lección. Los campos de invierno de los caballos eran tan bonita como los de verano, y el caballito creció a ser un caballo sabio y amable. —El Fin

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El evento inesperado Tania Castillo “Cumplo años el viernes.” les decía Brisa a todos cada oportunidad que tenía. Cuando se acercó el día, esperaba con ansiedad a que el reloj marcara las 12. Comenzó la cuenta atrás con mucha emoción, pero se le hizo raro que sus compañeras de cuarto todavía no estaban con ella. Por un segundo creo que se habían olvidado de su cumpleanos y se sintio desepcionada. “Todos sabían lo importante que es mi cumpleaños” pensaba Brisa. Esto no duró mucho sin embargo. Entraron los mariachis con sus amigas y Brisa se llenó de felicidad. Su mejor amiga Mónica, quien no había mirado en varios meses, gritó, “Feliz cumpleaños y comienza a empacar porque nos vamos de viaje para acampar!” En ese momento supo que había ser unos de sus cumpleaños favoritos, pero esto no había de ser el caso. La siguiente mañana todos estaban bien listos para ir de viaje. Todo el camino se la pasaron cantando sus canciones favoritas y riendo. Cuando llegaron al sitio de acampar Patricia preguntó, “Oyes y quien va armar la carpa?” Todos se rieron porque nadie había pensado en esto y no tenían ningún idea cómo hacerlo. Patricia y Mónica comenzaron a sacar todo para intentar construirla. Varios errores después, la carpa estaba lista y todos podían disfrutar del lago sin preocuparse. Mónica ya tenía todas las actividades listas para el día. Habían de escalar una roca, ir kayaking y caminar por el bosque. Al terminar el día, las tres se reunieron alrededor de la fogata. Contaron historias y se la pasaron muy bien. Después de un día de disfrutar de la vida, todos estaban cansados y se fueron a la carpa a dormir. Antes de dormir, Mónica decidió ir al baño. Estaba enseguidas de la carpa así que no le molestaba ir sola. “Aquí te esperamos!” dijeron Patricia y Brisa. No pasó ni un minuto cuando ya estaban roncando las dos. Mientras tanto, Mónica ya iba de regreso a la carpa cuando de repente alguien la atacó por detrás con una tela con alcohol. Patricia y Brisa se levantaron y pensaron que Mónica estaba afuera en el baño. Las dos salieron de la carpa buscandola. “Vamos al baño ahí debe de estar,” aseguro Brisa. Cuando no la encontraron ahí tampoco, se comenzaron a preocupar. Las dos comenzaron a marcarle a su celular y mandarle mensajes de texto. La buscaron y esperaron por una hora y nada. Sabían que necesitaban contactar a alguien porque en realidad era un problema grave. No tenían idea ni de cómo paso, por lo tanto no sabían qué decirles a la familia de Mónica. Marcaron a la policía y dejaron que ellos manejaran la situación. Ellas estaban en shock. No entendían cómo sus vidas pudieran cambiar tan abruptamente. Se le bajó la presión a la mamá de Mónica al saber que su hija estaba perdida y se puso histérica. El resto de la familia sabía que se tenían que mantener calmados para enfrentar la situación con una mente clara. Por un momento, los papás de Mónica culparon a Brisa y Patricia, pero se dieron cuenta que era un momento de unirse y apoyarse. Tenían que hacer algo así que se fueron en camino al sitio de campo donde la tragedia sucedió. Cuando llegaron a la ciudad, se pusieron a distribuir fotos de Monica por todos los lugares con la esperanza de que alguien la había visto y se pusieron a buscar ellos mismos junto con Brisa y Patricia. Haci se pasaron los siguientes días, pero la esperanza se les estaba acabando. Había pasado mucho tiempo y la policia no tenia noticias. Todos estaban tratando de cenar cuando de repente sonó el celular de Brisa. Era un número desconocido. “Brisa, no tengo mucho tiempo para hablar,” dijo una voz conocida. Duró unos segundos para poder reconocer que era Monica. La policía comenzó a grabar la llamada y rastrear el número. Monica les aseguró que la persona que la tenía no la había lastimado tanto, pero estaba muy asustada. Por suerte, la policía pudo encontrar el dueño del celular. Era un criminal conocido que

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estaba buscado, por lo tanto sabían cómo lidiar con él. Construyeron un plan y los oficiales se dirigieron hacia los lugares donde posiblemente podría tener a Mónica. El primer día no tuvieron suerte, pero esto cambia al siguiente. Bajaron al sótano de una casa abonada, y ahí estaba Mónica con una pierna encadenada a una posta. La liberaron y la pusieron a salvo. El secuestrador no estaba por ningún lado, pero cuando ya iban de salida escucharon a alguien corriendo afuera. Rápidamente lo atraparon y llevaron a Mónica a la estación de policía donde todos la estaban esperando. Mónica estaba débil, pero cuando vio a su familia y amigas corrió a sus brazos con una velocidad inmensa. Al fin, la pesadilla había terminado.

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Chicos enamorados Kiesha Walker Había dos chicos enamorados. Tan enamorados que sus amigos estaban asustados porque el amor dentro de los chicos era tan fuerte y se formó de repente. Los chicos no se conocían antes, y dentro de un mes su amor era como la luz de la luna, muy brillante y especial. Se conocieron en otro país, Argentina, pero los dos eran del mismo lugar. Sintieron como era un signal de dios, pero no lo fue. Los chicos se llaman Dale y Braddy. Dale tenía muchos amigos, pero Braddy era un poco tímido y por eso no tenía muchos amigos. Esa fue un problema porque cuando empezaron su relación, los amigos de Dale no les gustaba Braddy. Aunque Dale supo que no les gustaba, todavía decidió continuar con su relation, porque sentía como con tiempo sus amigos verían lo que él veía. Braddy también supo sobre los amigos de Dale, pero no cambió a él mismo porque pensaba que el problema no era con él pero con todo los amigos. Los amigos estaban mirando y hablando sobre lo que pasaría con su relation, la mayoridad pensaba que la relación se acabaría tan pronto como empezó. Aunque los amigos de los dos supieron sobre su relación, los padres de los dos no sabían de nada. Eso fue porque nadie sabía sobre los sentimientos que tenía Braddy por los chicos. Tampoco sabía Braddy que tuvo esos sentimientos. Todo de eso fue nuevo y le daba miedo, eso lo confundió. Sus pensamientos eran corriendo como locos, pero también todo de eso, para él, sentía bien. Bueno, más que bien. Para él, sentía cómo todo estaba en su lugar correcto. Todos los sentimientos entre de los dos eran tan reales, un poco apresurado, pero real. Cada día que pasaban durante su tiempo en ese país fue genial, no hubo un dia en que no estuvieran juntos. Nunca se aburrieron, pero un día Braddy se encontró unas cosas sobre Dale. Dale, antes de que viniera a Argentina, tenía otro novio por casi tres años. Braddy estaba tan enojado que Dale no le dijo nada. Él creía que si su amor era realmente real, entonces debían saber todo sobre el otro. Así que se enfrentó a Dale. Dale se sorprendió de que Braddy se enterara tan pronto, pero Dale no le mintió. Le dijo a Braddy, que sí, que era verdad, estaba en una relación antes de venir a Argentina, pero que tan pronto como vio a Braddy supo que tenía que terminar las cosas con su novio. Terminó las cosas dentro de la primera semana de estar en Argentina, solo después de una semana de conocer a Braddy. Inmediatamente cuando Braddy escuchó esto, se enamoró más de Dale y lo perdonó por mantener información. A medida que pasaron su tiempo en Argentina, el día en que tendrían que irse se acercaron más y más. Ambos tenían planes de irse a otro país, después de Argentina y sabían que era imposible cambiar de planes y permanecer juntos. Esto fue muy estresante el uno para el otro porque ambos habían deseado no haber comprado boletos de avión para países separados. Pero, independientemente de que se dejaron el uno al otro, aún se apreciaban todos los días juntos porque sabían que algún día iba a ser el último. En su último mes en Argentina, discutieron lo que iba a suceder una vez que se fueran. Sabían que Dale iba a Portugal y que Braddy iba a Perú. También sabían que iban a estar separados unos de otros durante cinco meses consecutivos. Después de mucha consideración, decidieron que se iban a quedar el uno con el otro. Se dijeron que si esto era realmente un amor verdadero, entonces cinco meses no serían nada. Todos sus amigos pensaron que eran tontos, apenas se conocían desde hacía 3 meses y ya decidieron que estaban enamorados y manteniéndose en su relación. Aunque sus amigos tenían dudas, ni Dale ni Braddy dudaban de que su amor duraría. Sus últimos días juntos pasaron tan rápido como un rayo y sus lágrimas llegaron incluso más rápido cuando se despidieron. Su despedida fue larga, pero para ellos nunca podría haber sido lo suficientemente larga. El tiempo suficiente nunca sería decir adiós, nunca. Pero tenían que

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hacerlo, y lo hicieron. Después de despedirse, regresaron a sus hogares en Inglaterra. Hubo muchas lágrimas después de su adiós, pero aunque se despidieron en persona, se llamaban todos los días. Sus llamadas telefónicas duraron horas y se quedaron dormidos en el teléfono entre sí casi todas las noches. Solo se quedaron en Inglaterra por un mes corto, antes de que Dale fuera a Portugal y Braddy fuera a Perú. En países separados estaban felices porque les encantaba viajar y las nuevas culturas, pero también sentían una tristeza extrema porque más que nada querían estar juntos. Mientras que en diferentes países continuaron sus llamadas telefónicas que duraron varias horas. Realmente no se hicieron amigos en sus nuevos países porque todo el tiempo estuvieron ocupados tratando de llamarse entre sí. Además, apenas podían disfrutar plenamente de la belleza de sus nuevas culturas debido a los celos que seguían sintiendo unos sobre otros. Braddy estaba especialmente celoso cada vez que Dale hablaba con otros hombres. Para Dale, Braddy era el único hombre en su vida, pero entendía los celos de Braddy porque también era muy celoso, si no peor. Un día, Braddy decidió unirse a un equipo de baile donde comenzó a pasar la mayor parte de su tiempo. Dale apoyó mucho la decisión de Braddy porque quería que tuviera el mejor momento de su vida y no se arrepintiera. Cada día Braddy estaba mejorando su baile pero tenía menos tiempo para llamar a Dale. Dale comenzó a ponerse triste y confundido. Dale quería que Braddy bailara y disfrutara la vida, pero también quería que Braddy le diera tiempo. Se había dado cuenta de que Braddy pasaba varias horas con su profesor de baile, incluso fuera de la sala de baile. Este loco Dale estaba muy enojado porque el instructor de baile era muy atractivo y estaba mostrando un gran interés por Braddy. Cuando Dale comenzó a preguntarle a Braddy sobre su instructor, Braddy se irritó mucho. Cada día su conversación se hacía cada vez más corta. Sus agradables conversaciones se convirtieron en argumentos intensos, todos los días. Finalmente llegó el día, donde Dale descubrió que, de hecho, Braddy lo había estado engañando con su instructor de baile. Dale se sintió tan traicionado y enojado. Braddy rompió su corazón, pero lo peor de todo hizo que Dale se sintiera como si estuviera loco. Dale sabía que tenía razón. Se sentía tan estúpido por dejar que Braddy se aprovechara de él de esa manera. Para Braddy, él amaba a Dale, pero Braddy no podía entender sus propias acciones. Todavía no creía que nada de lo que estaba haciendo estuviera mal, y ese era el problema. Dale rompió con Braddy, no porque hizo trampa, sino porque no podía entender lo que hizo mal. Dale se dio cuenta de que solo se amaba a sí mismo. Los siguientes meses fueron terribles para Dale, pero sabía que debía continuar con su separación. Comenzó a darse cuenta de que exactamente lo mismo que le había hecho a su ex, le sucedió. Finalmente entendió que lo que él expone en el mundo volverá a él.

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El restablecimiento Taylor Franklin Hace mucho tiempo, había una princesa muy hermosa que se llamaba Raquel, y ella vivía en un reino lleno de fe, amor y esperanza. El rey y la reina desterraron cualquier fuente de infelicidad, y por eso el reino tenía un hechizo mágico, donde toda la gente viviría bien. La gente en el reino siempre era feliz y nunca hubo ninguna enfermedad, lágrimas, y nunca nadie se rompía el corazón. Sin embargo, el reino no era como parecía. La gente se sintió incompleta. Cuando bailaban, no sabían por qué y no podían recordar por qué eran felices. No hubo verdadera celebración, porque no había ningún propósito. Allí vivía una gran bruja en una cueva al lado del Reino. Y no le gustaba que el rey y la reina hubieran desterrado la tristeza. La bruja creía que la gente en el reino no podía conocer la alegría si no conocía el dolor por primera vez. Ella trató de decirle al rey y a la reina, pero ellos no la escucharon y así que la enviaron a la cueva para vivir para siempre. Desde entonces, ella ha odiado al rey y a la reina y prometió que un día hacerlos lamentar de lo que habían hecho. La bruja creó un plan. Un día, el rey y la reina tenían una hija, una pequeña princesa llamada Raquel. Raquel será la que salvará el Reino porque ella será joven y será capaz de entender el equilibrio de vida. Raquel encontrará lo que el Reino necesita y traerá el orden de vuelta a su pueblo. Un día, la princesa salió a jugar en las montañas junto a su castillo. Su madre, la reina, siempre le dijo que nunca fuera demasiado lejos en las montañas porque era fácil perderse. La princesa nunca había conocido ningún temor y por eso, no escuchó a su madre. La princesa tocaba y tocaba que iba más allá y más arriba de las montañas hasta que los árboles con los que estaba normalmente familiarizado se convirtieron en un bosque grueso. La princesa se volvía en círculos, pero no podía ver su casa en cualquier lugar. Raquel trató de escalar un árbol, pero era demasiado pequeña y tenía miedo de caerse. Durante todos los años en su reino nunca había sentido ningún temor o angustia, pero todo lo que podía hacer era llorar. De vuelta en el Reino, la reina y el rey se quedaron devastados. Ellos no sabían dónde había ido su chica. No podría haber huido porque estaba muy contenta de haber querido irse. No estaba en el castillo porque ellos habían buscado alto y bajo. La reina y el rey se vieron obligados a consultar a la gran bruja para encontrar la respuesta a sus problemas. Sabían que aunque era horrible, ella era la única que veía el mundo como realmente era. Fueron a su cueva y pidieron verla, pero la gran bruja era complicada. La bruja no le gustaba el rey y la reina porque la desterraron del Reino. Le dijo al rey y a la Reina que tenían que esperar tres días. El rey y la reina estaban muy tristes, pero confiaron en la palabra de la bruja y volvieron a su castillo. En el bosque, la princesa finalmente tropezó con una cueva y pensó oir un ruido. Ella estaba llena de alegría y corrió hacia el ruido. En la cueva, una mujer vieja se sentó sola. La princesa miró a la mujer y le preguntó si sabía cómo podía volver al Reino. La mujer miró a ella y dijo, "hubo una profecía que se dijo hace mucho tiempo acerca de una princesa que estaba perdida, pero podría encontrar a casa si ella trajo de vuelta tres cosas a su reino." Raquel se sorprendió. El reino era perfecto y siempre tenía todo. Pero la bruja dijo que la imagen del reino era una mentira. La bruja dijo que la princesa necesitaría traer las tres hadas de Lágrimas, Dolor, y Muerte a la reina y entonces la reina podría estar en equilibrio. La princesa continuó en su viaje. Eventualmente, ella encontró la primer hada en un claro. Después la princesa se acercó, descubrió que el río estaba hecho de las lágrimas del hada. La princesa le preguntó al hada, “por qué lloras?” El hada explicó a la niña que las lágrima eran de tristeza y felicidad, porque van juntas. El hada le dijo a la chica que aunque a veces experimentas oscuridad en la vida, esto puede hacer que los tiempos de luz se vean más brillantes. Raquel quiero enseñar esto a las personas en su reina. El hada fue contento ir con la niña.

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La princesa continuó viajando y finalmente encontró el segundo hada. El hada era hermosa, pero parecía muy triste y de nuevo, Raquel no entendía por qué debía traer alguien como ella en su reino. El hada dijo que su nombre era dolor y eventualmente todos en la reina la sentirían. Aunque, porque de esto, la gente podría saber cuando su corazón está lleno de amor y podría celebrar. Así que esta princesa y las dos hadas, Lágrimas y Dolor continuaron en el bosque. De repente, hacía mucho frío y Raquel ya no podía ver el camino en el bosque. La princesa y las hadas dejaron de caminar y el tercer hada aparecería! Raquel le dijo al hada que la estaban buscando, pero el hada explicó que eso no es posible. Eventualmente encuentra a todos, el nombre del tercer hada es Muerte. El hada explicó que el reino siempre tendrá la muerte, pero si la gente lo reconoce verdaderamente de lo que entienden que la vida es valiosa y no perderá sus días más. La princesa regresó al reino con las tres hadas y inmediatamente las nubes dejaron el cielo y la luz volvió. El rey y la reina se sorprendieron. Observaron como las tres hadas Lágrimas, Dolor y Muerte encontraron sus otras mitades Amor, Salud y Alegría y fueron completadas. El rey y la reina permitieron que la bruja regresaba al Reino porque había sido vista la verdad desde el principio. La bruja se unió a sus hadas y mantuvo el Reino en equilibrio por el resto de los días que existía. La princesa finalmente comprendió que las hadas juntos restauraron el equilibrio, y solo juntos crearon el equilibrio. Ahora, cuando el reino lloró por los días malos, también sonrió porque ellos recordaban que los días de amor siempre volvía. Y cuando bailaban, bailaban con un propósito. Equilibrio volvía al reino y porque de eso las personas tenía alegría. El fin

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El viaje a Londres Christian LaMothe Mi familia siempre ha vivido en América. Fuimos todos nacidos y criados aquí, y aunque nos hayamos movido de estado a estado, siempre nos hemos quedado en América. Esto que todo cambió el año pasado cuando mi padre decidió tomar un trabajo en el extranjero trabaja en los barrios residenciales de Londres. ¡Estaba lejos en el colegio, por tanto, no sería afectado del mismo modo, pero todo el resto de mi familia tuvo que dejar a cada uno que conocían y todo con el cual eran familiares ir a un lugar completamente extranjero! Se mudaron a finales de mayo en 2018, y tuve que decir adiós justo después de terminar mis clases en A&M. Ese verano, mientras mi familia estaba explorando Europa y instalándose en su nuevo hogar, tuve que quedarme con mis abuelos de vuelta en Texas mientras trabajaba como profesora en el Museo de los niños de The Woodlands, y tomé clases en un colegio comunitario. Fue definitivamente el verano más solitario de mi vida, pero todavía era un buen descanso de las clases. Después de descanso de verano, me mudé a mi apartamento en College Station y comenzó mi próximo semestre, tomó las clases más difíciles que había tenido que tomar tan lejos. Cuando me quedaba un mes de clases, mi papá me dijo que me compró un billete de avión para visitar a mi familia en su casa de Londres durante las vacaciones de invierno. Estaba súper emocionado, y no podía esperar a que finalizara la final para poder ir. Tres días después de terminar mi última final, empaqué mis maletas y me dirigí al aeropuerto internacional de Houston. Tomé un taxi al aeropuerto, esperé a través de toda la seguridad, revisé mis maletas y abordé mi vuelo. Fue un vuelo súper largo, y no estaba muy cansado, así que casi acabo de ver películas todo el tiempo. Miré alrededor de 5 películas, ya que el vuelo fue de aproximadamente 11 horas de duración. Fue definitivamente algunas de las 11 horas más largas de mi vida, y no podía esperar para bajar de ese avión. Cuando finalmente aterrizamos, estaba helado afuera en comparación con lo caliente que estaba en Texas cuando me fui. Mis padres me recogieron fuera del aeropuerto después de recoger mi equipaje, y todos nos abrazamos y luego nos dirigimos a su apartamento. Mis hermanas no vinieron a recogerme ya que todavía era temprano en la mañana y tenían escuela. Todo parecía tan diferente de los Estados Unidos, pero una cosa que realmente se destacó cuando estábamos conduciendo de vuelta a casa era lo caótica que eran las calles. Todos los coches eran muy pequeños y todo el mundo conducía tan cerca que me puso nervioso. Los coches también conducían en el lado opuesto de la carretera, como en América, pero la gente no caminaba en ningún lado de la calle, simplemente caminaban donde querían y todos se mantenían chocando entre sí. Cuando llegamos a casa, caminé por el vecindario mirando todos los diferentes pisos y apartamentos y tiendas. Ellos vivieron en un gran complejo con un montón de diferentes apartamentos y pisos, y fue todo a la derecha junto a un distrito de compras con una tienda de comestibles y una tienda de ropa. La casa en la que vivían mis padres se llamaba un “flat”, y se llama así porque tenía suelos muy pequeños, pero había cuatro pisos, por lo que su pequeño pero alto. La primera planta tenía una puerta delantera y trasera, un baño, un estudio, y una cocina. La segunda planta contaba con un comedor, y una sala de estar. El tercer piso tenía el dormitorio principal, y uno de mis hermanas dormitorios. La cuarta planta tenía dos baños, y tres dormitorios de invitados. ¡Podría ser bastante agotador correr por todas esas escaleras! Al día siguiente, fui con mi hermana al centro de Richmond, que estaba justo al lado de Londres. La estación de tren estaba a una media milla a pie de la casa, así que acabamos de llegar a la estación de tren y cabalgamos el tren hasta que llegamos a la parada que debíamos bajar.

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Primero, fuimos a una pequeña joyería para reparar una pulsera de encanto para mi mamá, y después de que nos arreglaron la pulsera, fuimos a comer algo en Five Guys. Era casi lo mismo que en Estados Unidos, para mi sorpresa, pero era mucho más caro. La comida era muy buena, y la gente era agradable, también. Después de eso, fuimos a una tienda de ropa para buscar algo de ropa para mi hermana, y pasamos un tiempo muy largo mirando a su alrededor. Me aburrí, y fui a comprar unos zapatos para mí, pero tenían diferentes tamaños y no pude encontrar el tamaño que necesitaba. Después de todas esas compras, finalmente fuimos a casa y relajamos. Más tarde, en la semana, fui al pequeño distrito comercial cerca de nuestro vecindario para obtener un chequeo en el dentista y en el optometrista. La gente era muy agradable y cuidó bien de mí, y no era muy diferente de los Estados Unidos honestamente. Después de eso, volví a casa y llevé a mi perro Jack a pasear por el río Thames. El camino era super fangoso, y le encantaba salir y ensuciarse y correr por ahí. Caminar y jugar con mi perro fue una de mis cosas favoritas para hacer mientras estaba de visita. Lo último que hice antes de salir fue ver una película y cenar con mi familia. Fuimos a ver a Spider-Man en los teatros, y fue interesante porque los teatros eran muchos más pequeños de lo que estaba acostumbrado, y las palomitas de maíz sólo eran saladas, no con mantequilla. Después de ver la película, fuimos a cenar a un restaurante italiano donde todos los chefs eran italianos. Fue realmente bueno, y tenía que probar algo de comida que nunca había probado antes. Fue definitivamente una noche para recordar. Sólo llegué a visitar por un corto tiempo, pero fue una gran experiencia ver cómo diferentes personas viven en Londres. Me encantaría volver a visitarlos alguna vez, y espero poder explorar más de Europa la próxima vez. Me encantaría tomar un tren a Francia, o Italia, o España y practicar mi español. Aunque echo de menos a mi familia, me alegro de haber tenido la oportunidad de vivir en Inglaterra. Fue sin duda una de las experiencias más divertidas de mi vida, y espero poder volver algún día.

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Nuestro héroe Jaime Justin Ford Este es un cuento de la historia de Jaime. Jaime era un chico de mucho poder y sabiduría. Jaime creció en un pueblo en las montañas de Costa Rica, donde el café crece y el aire es fresco. Jaime nació en una casa chiquita con su hermana, Anita. Jaime parecía como los otros niños, pero él era diferente. Él tenía talentos. Algunas personas dijeron que él tenía superpoderes. Pero a Jamie, él solo vivió su vida. Nuestro héroe solo tuvo 6 años, pero tenía la inteligencia de un adulto. Un día cuando Jamie estaba en su clase a la escuela debajo de la montaña, él miró y vio un autobús que estaba cayendo debajo de la montaña. El bus no tuvo frenos y el bus estaba cayendo a los otros niños y estudiantes. Rapidísimo, Jamie supo lo que él necesitaba hacer. Jamie, con una sonrisa en su cara, corrió al autobús. El autobús cayó rápido, y lo era muy grande y tiene mucho peso, pero Jaime corrió todavía. Siguiente, de repente, Jaime paró. Con un brazo enfrente de su cuerpo y un mano cerrada el golpeó el autobús. Y el autobús lo voló en el aire. Personas estaban gritando. Todos tenían miedo, pero Jaime no tenía miedo. Él supo lo que estaba haciendo. Jaime saltó en el aire y atrapó al autobús que los sostuvo sobre su cabeza. Después, Jaime puso el autobús en el piso. ¡Todos estaban alegres y gritaron en feliz y alegría! ¡Y todos cantaron “Jaime! Jaime! Jaime! Jaime!” Después de este evento todos entendieron que Jaime no era normal. En verdad, él era un superhéroe. ¡El pueblo estaban muy feliz! Todos quisieron hablar con este chico. Cuando él caminaba en la calle, todos corrieron para conocer a Jaime. Los molestaba Jaime un poquito porque en su mente Jaime no era un superhéroe, él solo era un niño. Él iba a la escuela como los otros niños, él comía como los otros niños, y él le gustaba jugar también. En su mente, él era un chico normal. Pero, Jaime no podía mentir que le gustaba la comida gratis. Pero, muy lejos en el país de Gringolandia un “super-villán” estaba mirando todo que Jamie estaba haciendo. Este super-villán era el más horrible, el más inteligente, super-villán que había existido. Este hombre se llamaba Andrés. Andrés nació en el mismo pueblo que Jaime, pero cuando él tenía cinco años Andrés fue a Gringolandia donde él aprendió inglés y empezó un negocio donde él ganó millones de dólares. Andrés era el hombre más rico en el mundo. Pero Andrés no tenía una cosa. Él no tenía superpoderes. Entonces, él estaba celoso cuando aprendió que había una persona con superpoderes. Entonces, Andrés empezó aprender ciencias. El encontró los mejores científicos en el mundo y empezó a estudiar robóticas. Ustedes probablemente estarán preguntandose, ¿porqué robóticas? Y la respuesta es, que Andrés quiso crear un robot enorme. Y Andrés quiso luchar nuestro héroe para ser la persona más poderosa en el mundo. Durante este tiempo, en Costa Rica, Jaime estaba viviendo su vida normalmente. Jaime estaba jugando en las calles y comiendo arroz y frijoles y él estaba alegre. Pero un día, muy temprano en la mañana, Jaime despertó y un hombre estaba esperando por él en su cabina. Jaime estaba sorprendido. El hombre estaba sentado en una silla en el otro lado del cuarto. Él tuvo gafas, una barba precisa y muchos músculos. Jaime pudo decir que este hombre tenía mucha sabiduría. El hombre le dijo con una voz baja y claro “Soy Christian y soy de Gringolandia. Tengo un mensaje muy importante para usted. Estoy aquí para enseñarse cómo luchar.” Jaime estaba confundido. Él pensó; “¿Porque necesitó saber cómo luchar?” Christian continuaba hablando: “En Gringolandia trabajé por una organización se llamaba Malos Negocios. El dueño de esta organización se llamaba Andrés Antonio Manuel San José Cartago Jaco San Marcos de Juan el primero. Pero muchas personas solo le decían Andrés.” Christian continuaba, “Estoy aquí porque cuando estaba trabajando seguridad por Andrés aprendí que Andrés estaba celoso de sus poderes. Él quiere crear un robot para luchar usted. Él quiere ser el más poderoso hombre en el mundo. Y si él es el más poderoso persona en el mundo nadie en el mundo sería seguro. Entonces Jaime, necesita aprender

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cómo luchar. Necesita ganar la batalla con Andrés. El mundo necesita ser seguro y sólo usted puede salvar el mundo.” Jaime no supo qué decir. Por su puesto él quería salvar el mundo, pero él todavía era un niño. El no pudo salvar el mundo. Pero él le dijo a Christian “Sí, estoy listo a aprender cómo luchar.” En Gringolandia, Andrés todavía estaba trabajando en su robot. El creó muchos robots, pero ninguno funcionaría. El solo robot que era útil era un robot que limpiaba los pisos. Andrés trabajó y trabajó y trabajó, pero ninguno funcionó. El problema era que los robots no pudieron mover porque no había una fuente de energía que podía apoyar los robots. Pero finalmente después de mucho trabajo, Andrés descubrió una fuente de energía poderosa. La energía viene de un volcán y el poder de este fuente pudo suplicar energía por todo Gringolandia. Andrés dejó de salir una maleza malvada “Mu-ja-ja-ja!” Y él dijo “Voy a llamar esta Fuente C.H.L.O.E o Clandesent Huge Large Organismo de Energía.” También él dijo “¡¡Ahora mi robot puede funcionar y todo el mundo va a saber que soy el más poderoso persona en el mundo!! MU-JA-JA!!” Mientras, muy temprano en la mañana Christian y Jaime empezó practicando por el gran evento. Ellos estaban en la finca de café. Jaime preguntó “Porque estamos en la finca. Pensé que vamos a practicar.” Christian le dijo “Si, vamos a entrenar. Ve a cosechar el café.” Jaime pregunto “¿¿¿Cosechar el café??? ¿¿Por qué??” Christian solo le dijo “Ve!” Jaime inmediatamente empiezo a cosechar el café. En el primero él empezó muy despacio y él no era bueno. Pero después de horas de trabajo el aprendió cómo cosechar el café. Y él corrió rapidísimo en la finca cosechando. Finalmente, después de diez horas de trabajar Christian le dijo “Muy bien Jaime, usted está aprendiendo. Vamos mañana al mismo lugar para hacer la misma cosa” Y cada día los dos fueron a la finca para cosechar café. Pero todo el tiempo Jaime pensó “¿Cómo puedo luchar un robot sólo con conocimiento de cosechando?” Un día, cuando Jaime y Christian estaban durmiendo, ellos despertaron al movimiento de la tierra y un sonido muy fuerte y baja. Jaime pensó “Posible hay un temblor?” Pero Christian supo que estaba pasando. El le dijo “Hoy es el día. Andrés está aquí.” A este momento un gran mano apareció sobre la montaña. ¡Las personas gritaron! Y una grande cabeza metálica apareció sobre la montaña también. Y en un segundo todo del robot apareció. El robot de Andrés fue un kilómetro alto, tenía una espada grande, y fue hecho del metal más fuerte de existir. Jaime tenía miedo, pero fue a luchar el robot. Andrés le dijo a Jaime “Hola, Señor Jaime. ¡Usted es el más poderoso persona en el mundo por ahorita, pero en cinco minutos yo voy a ser la persona más poderosa en el mundo! ¡Y cuando sea la persona más poderosa en el mundo; voy a ser rey y voy a destruir este pueblo! Y……” Pero Andrés no podía completar esta oración; porque Jaime voló por el aire y se golpeó el robot en la cara. Después, Jaime levantó el robot en el aire y lo arrojó a la tierra. Las personas del pueblo estaban alegres todos creyeron que Jaime ganó. Pero de repente un mana metálica golpeó a Jaime del aire al suelo. La ciudad lloró por Jaime. Jaime también no se sentó bien. Jaime llegó a pensar que él no pudo luchar con este robot. Él quería rendirse. Pero una figura apareció sobre el cuerpo de Jaime y ayudó a Jaime a estar de pie. Fue Christian. Jaime le dijo a Christian; “No puedo luchar este Robot. Andrés tiene más fuerza que yo. También, solo conozco cómo cosechar café. No sé cómo luchar.” Pero Christian miró a Jaime y le dijo “Recuerda su entrenamiento. Usted sabe cómo luchar este robot. Cuando usted cosechó el café, usted aprendió a escoger cada pieza individual de café. Mire al robot. El robot tiene cientos de remaches que mantienen unido al robot. Usa sus poderes y conocimiento para retirar todos los remaches del robot.” Un sentimiento de entendimiento paso sobre la cara de Jaime. Jaime supo lo que él necesita hacer. En este momento, Andrés empezó a destruir la ciudad. El casi destruyó la cafetería, pero Jaime le dijo a Andrés “¡Para! ¡Déjala café!” Inmediatamente, Andrés corrió a Jaime y Jaime voló a Andrés. Y Jaime empezó a “cosechar” todos los remaches del robot. Andrés le dijo “¡Ayee! ¿Qué está haciendo? ¡Para! ¡Para! ¡Pelea conmigo!” De repente, un brazo del robot se cayó a la tierra.

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Andrés gritó “¡¡¡¡¡¡¡Nooooo!!!!!!!”, pero Jaime no paró. El continuo a “cosechar” los remaches como el café en la finca. Un otro brazo se cayó a la tierra. Andrés trató de correr para escapar de Jaime, pero él no pudo porque él solo tenía una pierna restante. Y finalmente, después de mucho trabajo, Andrés se quedó solo con las partes de robot a su alrededor. Andrés parecía asustado, pero Andrés presionó un botón y apareció un jet pack y Andrés se escapó. Andrés le dijo a Jaime “¡Usted se ganó esta vez, pero regresaré y todo el mundo va a ver que soy la persona más poderosa del mundo!” Andrés, voló hasta Gringolandia. ¡Todo del pueblo cantaban por Jaime! El pueblo era muy feliz. El alcalde declaró que este día es un feriado se llama El Dia de Nuestro héroe Jaime. Christian se acercó a Jaime y le dijo “Yo supe que usted se puede derrotar Andrés usted solo necesitaba creer en si mismo.” Jaime abrazó a Christian y empezó a celebrar con la Ciudad porque ese día, el mundo era seguro. El Fin

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El árbol Gabriela De Hoyos Bajé de mi auto y admiré la gran distribución de la calzada que se completaba con hermosas flores vibrantes, árboles de sombra fuerte que protegían a los autos del calor abrasador, y el azulejo de piedra reluciente, debajo de mis zapatos. Antes de que tocara el timbre de la puerta alta, de madera, mi abuela abrió la puerta y me recibió con los brazos abiertos. Después de 18 años de visitar la casa de mis abuelos todos los fines de semana, entré por última vez antes de que se vendiera. Ella me hizo pasar dentro e inmediatamente sugirió un paseo por el camino de los recuerdos. Exploramos los pasillos que albergaban los recuerdos de mi infancia y reímos encantadas mientras las alegres y vibrantes historias que las paredes contenían entraron en nuestra mente, como la vez que el labrador de mi primo corrió por el pasillo y se estrelló contra cada obstáculo en su camino y dejó un camino de caos, hasta que llegamos a las puertas del patio. Mientras caminábamos hacia el patio, mi abuela señaló un gran árbol en particular, un Roble de Ángel, que estaba suavemente escondido en la parte trasera, suspiró con admiración al pensar en todos los problemas que sus hijos y nietos tuvieron que involucraron ese árbol, pero el árbol ha sido ignorado por niños enérgicos y juguetones durante años. El gran árbol de roble fue plantado solemnemente y olvidado en el patio. El patio albergaba el gran roble. Justo cuando entre al patio, un frío fresco y caído envolvió mi cuerpo y adormeció mi nariz. Cuando mire alrededor del patio, note los familiares bancos y sofás bajo el perímetro techado de las paredes que pertenecen a la casa. La parte techada del patio tenia solo unos pies de ancho y el área restante estaba completamente abierta y es vulnerable al clima, llueva o truene. Escaneando el patio, vi bien, la hierba recortada, los colores vibrantes de las flores que quedaron del verano reciente que combatían brutalmente el frío mortal del otoño, y una variedad de árboles casi calvos con la entrada de las nuevas estaciones, pero lo que más destaco era el enorme roble que estaba plantado solo en un rincón. Recuerdo claramente que el árbol era el centro de la infancia de mis primos y de mí. A mi lado, mi abuela miraba al patio delante de ella; sus orbes color avellana se nublaron de tristeza al ver en lo que había trabajado durante 40 años y pronto se irán. Me acerque más al roble, y admire su tronco alto y ancho y sus extensas ramas. Puse mi mano en su baúl para sentir las crestas ásperas, particularmente las hechas por las tallas de mi nombre que estaban grabadas con la fecha debajo del mismo (9/7/2006) que indicaba que era mi octavo cumpleaños. En el centro del árbol había un hueco en el que mis primos y yo almacenábamos bocadillos, jugos y juguetes para los momentos en que pasábamos el día afuera jugando. Las ramas se extendían alrededor del árbol; algunos eran tan largos que casi alcanzaban el piso bajo el perímetro cubierto. En una rama fuerte y extendida había una llanta que oscilaba olvidado con el viento. La cuerda aún era resistente a pesar de su edad, y podía envolver mi mano y sentir su fuerza contra mi palma, la fuerza que hacía que mis manos con frecuencia se volvieran de un color rojo furioso por agarrarme mientras volaba. La llanta era una mezcla de colores que alguna vez fue vibrante, que desde entonces se volvió opaca con la edad y se llenó con un agua turbia y verde de la tormenta hace unos días. A medida que sentí su superficie, me acorde de las veces que me apoyé en ella mientras forzaba a mi papá a empujarme. Me encantaba la sensación del viento en mi cabello mientras mis risitas y gritos llenaban el aire con exigencias de ser empujados más alto, y el olor proveniente de una carne asada de la familia llenaba mi nariz. Mi abuela me sacó de mi sueño de un momento más simple para compartir la historia del momento en que ella y mi abuelo instalaron una mesa larga en el medio del patio para pintar una llanta nueva; una llanta que reemplazaría la que jugaron mi madre y sus hermanas; ella es interrumpida por sus risitas mientras trata de contar el día. Ella dice que mis primos y yo estábamos salpicados

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de tonos audaces de azul, rojo, amarillo y verde que estaban destinados a embellecer la llanta, no nuestra ropa, y no fue fácil lograr que decidiéramos qué se pintaría sobre la llanta. Las niñas querían flores, arcoíris y unicornios, mientras que los niños exigían que se pintaran caballos, camiones y tractores en el columpio. A pesar de la lucha, parecía que estábamos comprometidos, como podían ver las flores rosadas, los monstruos verdes y azules, el arcoíris y los caballos blancos y marrones adornados en el columpio. Pero nadie se ha sentado en el giro de la llanta en años, las tallas que solíamos hacer en el maletero comenzaban a desvanecerse con la edad; el árbol estaba rodeado de una atmósfera silenciosa y triste en comparación con el canto de risitas y chillidos que una vez lo envolvieron en un resplandor cálido y feliz. Cuando miré hacia el cielo para ver que el sol comenzaba a ponerse, pude ver las hojas otoñales que cubrían el árbol. Las hojas eran una variedad de colores cálidos y calmantes como el naranja, el rojo y el marrón; cubrieron las ramas fuertes de los arboles del frío del otoño, aunque empezaban a fallar y ensuciar el suelo circundante con una alfombra de su calor. Cuando mi abuela y yo dimos un paso a la izquierda para agarrar una hoja de la rama, se escuchó un fuerte crujido debajo de nuestros zapatos debido a las hojas quebradizas. Noté que el rastrillo que mi abuelo solía juntar todas las hojas del otoño en montículos altos, que sus nietos arruinaban con saltos y trastos juguetones, estaba apoyado contra el cobertizo en la parte de atrás. Miré a mi derecha para ver a mi abuela mirando hacia adelante, como en un sueño, a las hojas que una vez indicaron el comienzo de las vacaciones que significaban que su casa pronto se llenaría de la risa sonora de su familia, la calidez de su cercanía, y un brillo de felicidad. Las hojas representaban el tiempo feliz familiar que pasaba dentro de la casa de mi abuela y el entusiasmo de un niño por el comienzo de las vacaciones. Aunque no había prestado mucha atención al gran roble durante algunos años, me entristeció pensar que nunca volvería a verlo. Aunque el árbol estaba solo y olvidado, no significaba que no fuera especial para sus dueños. El árbol solemne y olvidado en el patio de mi abuela representaba la vida y los recuerdos de una familia feliz.

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Las transiciones de la vida Jessica Johnson Una chica llamada Sarah quería un perro por todo su niñez, pero su padre era alérgico. Después del colegio cada día, ella pasaba su tiempo libre en el parque mirando a los cachorros, esperando el tiempo cuando tendría su propio perro. A ella le gustaba la energía de los cachorros y quería la amistad de una mascota leal. Ella había deseado un hermano menor también, pero cuando su madre murió en un accidente de coche hace tres años, sus esperanzas de una familia más grande desapareció inmediatamente, y sus esperanzas cambiaron a una mascota. Eventualmente, ella terminó el colegio y asistía a la universidad en Boston, muy lejos de su padre y su vida en Ohio. Al principio, ella le encantaba la vida típica de una estudiante que incluía vivir en un dormitorio con muchos amigos cerca de ella todo el tiempo. Sin embargo, Sarah extrañaba a su padre, su única familia en todo el mundo. Es importante que todos entiendan que Sarah llamaba a su padre por teléfono cada día, pero no era el mismo que la comunicación frente a frente. Su padre la visitó un fin de semana durante su primer semestre, pero el viaje era difícil porque él no tenía mucho dinero libre después de pagar la matrícula. Un año pasó, y los dos sentían mejor a pesar de la distancia entre ellos. Ambos llamaban a uno y otro por teléfono unas veces cada semana, pero no existía la misma cantidad de tristeza sobre la separación. La vida en Ohio era bien porque su padre ganó una promoción en el trabajo y tenía más dinero libre, y él encontró un grupo de colegas y amigos con quien él podía pasar su tiempo jugando tarjetas y saliendo para la comida en los fines de semana. Su vida parecía lleno de felicidad por primera vez en tres años desde su esposa murió trágicamente. Por otro lado, unos de los amigos de Sarah no regresó a la universidad debido a notas demasiado bajas entre otras razones, y ella se empezaba a sentir sola en el mundo. Un día, ella vio una señal sobre adiestramiento canino en que un perro podía vivir con un estudiante en la universidad para crecer en un perro quien se porta bien. Sarah tomó dos días pensando en la señal, y ella recordó su niñez cuando ella quería un perro más que nada. Pensaba en su tiempo mirando todos los perros jugando en el parque. Eventualmente, ella se dio cuenta de que ella podía encargarse de un perrito por fin debido al hecho de que ella ya no vivía con su padre alérgico. Sarah llamó el número en la señal, y el próximo semestre ella tenía un perrito adorable en su apartamento. Sarah dio su perrito el nombre Rocky, y ella paseaba el perro todos los días, jugaba con él, y daba su perro la comida más nutritiva. Rocky y Sarah llegaban a ser los mejores de amigos. Rocky esperaba al lado de la puerta para el regreso de Sarah después de sus clases, y Sarah dejaba sus clases con prisa cada día para pasar tiempo con Rocky. Muy rápidamente, Rocky aprendió cómo caminar sin distracciones en la calle, él respondió a Sarah cuando ella llamaba “Rocky”, y él trataba de ser el mejor perro posible. Sarah apreciaba la lealtad de su amigo y perro, y ella se dio cuenta de que Rocky era el cachorro de sus sueños de todo su niñez. Su padre era feliz con su trabajo y sus amigos en Ohio, y Sarah era feliz con sus clases y su amigo nuevo en Boston. Sarah continuaba con el adiestramiento de Rocky, y el perro le gustaba aprender. Todo era bueno, y fue la primera vez que toda la familia tenía felicidad verdadera hace la muerte de la madre. Justo antes de la graduación de Sarah de la universidad, la compañía que publicó la señal llamó Sarah y le pidió si el perro estaba listo para llegar a ser un perro de servicio para una niña necesitada. Sarah supo que este día llegaría eventualmente, pero ella esperaba que nunca ocurriera. Todo su adiestramiento había terminado, y Rocky era listo para ayudar un dueño nuevo quien necesitaba el perro. La señal que le pidió por voluntarios quien podían encargarse y adiestrar un perrito por unos años fue la manera sola en que ella podía tener una mascota, pero después de la

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llamada por la compañía, ella sintió cómo su mundo era cayendo apar. Sin embargo, fue una oferta de negocios desde el momento que ella consiguió Rocky. Unos días luego, ella tuvo que traer Rocky a la casa del dueño nuevo. Sarah llegó a la casa pequeña y caminó a la puerta con Rocky y con lágrimas rodando por sus mejillas. La madre de la niña, quien necesitaba el perro, abrió la puerta mientras Sarah estaba secando las lágrimas para ocultar su tristeza sobre la pérdida de su mejor amigo. Rocky miró a Sarah con ojos confundidos antes de que la puerta cerrara, separando Sarah y su mejor amigo, básicamente un miembro de su familia. Sarah viajaba a Ohio para pasar tiempo con su padre y distraía a sí misma de la pérdida de Rocky. Sin embargo, no funcionaba porque ella todavía extrañaba a su perro. Sarah pensaba en Rocky cada día cuando despertaba y cada noche antes de dormir. Ella trataba continuar su vida, y ganó una posición en una compañía usando su título nuevo de la universidad. A ella le gustaba el trabajo, pero no sentía que tuvo una vida llena y completa. Sarah siempre sentía que algo estaba ausente en su vida desde que Rocky la había dejado. Unos meses luego, Sarah recibió una llamada, y fue la madre de la niña con Rocky diciendo que el perro se portaba perfectamente, pero parecía triste sin Sarah allí. La madre hablaba diciendo que ella vio las lágrimas de Sarah y no le gustaba la separación de ella y el perro. Además, la madre dijo que la niña tenía problemas dejando la casa debido a su salud, y ofreció que Sarah podía pasar tiempo con Rocky y ser una amiga para la niña en su tiempo libre. Sarah estuvo extático con las noticias y esperaba pasar tiempo con Rocky y la niña. La próxima semana, después de su día de trabajo, ella visitó la casa pequeña con Rocky y la familia. Afortunadamente, la casa era cerca de su propio apartamento en Boston. Cuando ella caminó en el hogar de la familia, Rocky la vio, saltó sobre la mesa en la sala, y los dos amigos estaban felices de nuevo. La niña dijo que nunca había visto su perro tan feliz, y toda la familia le gustaba Rocky más cuando Sarah estaba allí. Sarah cenó con la familia y después, ella sintió en la sofá con Rocky en un lado y la niña en la silla de ruedas en el opuesto. Sarah y la niña empezaron hablar como amigos. Sarah visitaba la casa dos o tres veces cada semana, y ella llegaba a ser cercana con la niña. También, Rocky se sentía más feliz con Sarah visitando regularmente. En el fin, Sarah tenía su amigo mejor y leal, y ella tenía la vida llena que quería debido a Rocky y la niña quien traían la alegría, la amistad, y un sentido de propósito al mundo de Sarah.

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Música en el Ártico Julia Neiswander Érase una vez un pingüino, él vivía en el ártico. Este pingüino podía cantar. Los otros pingüinos le llamaban nombres y no le dejaban jugar juegos con ellos. El pingüino no sabía por qué podía cantar, pero podía desde que era muy joven. Él podía tararear, silbar, cantar ópera…. Un día conoció a un oso polar que podía bailar. El oso polar y el pingüino se convirtieron en amigos rápidamente y actuarían para los esquimales que siempre estaban contentos de verlos. Un día un científico llegó al Ártico y los vio actuando para los esquimales. Se sorprendió e inmediatamente llamó a su equipo y capturaron al oso polar y al pingüino y los llevaron a un zoológico en México para ser vistos por el público. El oso polar y el pingüino fueron a un zoológico en México. Fueron puestos en la misma exposición. Cuando el portero de la noche limpiaba el zoológico, miró en su exhibición y vio al oso polar y al pingüino bailando y cantando. Llamó al Gerente para decirle lo que había visto. El gerente dijo que eso era lo que el científico les había dicho, pero nadie le creyó. El Gerente vino a echar un vistazo y decidió enviarlos a un laboratorio para ser probados y ver si sus comportamientos inusuales se debieron a una mutación. Decidió enviarlo al laboratorio de su amigo-María Sánchez. Al día siguiente, dos veterinarios vinieron a buscar al pingüino y al oso polar. El nombre del veterinario era María y ella amaba a los osos polares y pingüinos. Ella tenía una jaula grande en su laboratorio con mucha nieve para mantenerlos. Ella llamó al oso polar "baila” y nombró al pingüino “canta”. Al oso polar y al pingüino les gustó mucho. En el camino al laboratorio de María, ella tocó música como Shakira, J Balvin, Wisin y Prince Royce. A los osos polares les gustaba más lo mejor de J Balvin y al pingüino le gustaba más el príncipe Royce. Cuando llegaron al laboratorio de María, un grupo de hombres operaba una máquina que los movió a una nueva jaula. Se sentía como una montaña rusa para el oso polar y el pingüino. Se reían juntos. Y María exclamó: "Nunca había visto reír a un oso polar o pingüino". Sabía que eran especiales y se alegró de que el zoológico la llamara a ella y no del malvado Dr. Villalobos. Dr. Villalobos fue expulsado de la Asociación Veterinaria oficial cuando realizó un experimento ilegal en un caballo para tratar de encontrar una cura para el cáncer. Él quería la fama y la fortuna de encontrar la cura para el cáncer, pero fue descuidado y terminó siendo reportado por la Asociación de prácticas ilegales. Ahora vivía aislado con su mono robot en las montañas de Sierra Negra. Mientras tanto, en las montañas de sierra negra, el Dr. Villalobos acababa de enterarse del raro oso polar y pingüino que María acaba de recibir del zoológico. Estaba furioso porque sabía que María no lo dejaría llevarse al oso polar y al pingüino. Pero, necesitaba probarlos. Quería estar en los titulares con el pingüino cantante y el oso polar bailarín. Rápidamente hizo un plan. Llamó a su parte robot asistente parte mono asistente para rastrear dónde está el laboratorio de María. Una vez que el mono robot lo encuentra, salen del aislamiento en su avión invisible para ir a secuestrar al mágico oso polar y al pingüino. Era una noche tranquila en la calle del laboratorio de María. El oso polar y el pingüino estaban profundamente dormidos, soñando pensamientos emocionantes de su nuevo hogar. María acababa de acostarse después de terminar de escribir las observaciones que había hecho hoy. El Dr. Villalobos estaba esperando afuera mientras el mono desactivaba el sistema de alarma. ¡Ahí!

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Estaba completo. El Dr. Villalobos abrió lentamente la puerta y miró con una linterna. Llevaba dos bolsas, una grande para el oso polar y una pequeña para el pingüino. El mono robot tenía una pistola paralizante en la mano. El mono robot saltó sobre la jaula y tranquilizó rápidamente al oso polar y al pingüino sin hacer ruido. El Dr. Villalobos rápidamente los puso en sus bolsas y salieron por la puerta. Cuando regresaban a su jet invisible, un niño pequeño grita: "¡Para!" El Dr. Villalobos y el mono miran hacia atrás con preocupación. "Por favor no robes el oso polar y el pingüino". "Vuelve a dormir niño", respondió el Dr. Villalobos. "Pero, ¿vas a lastimarlos? Porque quiero verlos nuevamente en el zoológico" "No, estarán bien", respondió el Dr. Villalobos. "Quiero ser veterinario un día. ¿Quieres saber por qué?" "No", respondió el Dr. Villalobos. "Porque Taco es mi perro favorito y quiero ser un veterinario para que nunca muera". Una sola lágrima cayó de la cara del Dr. Villalobos. Recordó por qué quería convertirse en un veterinario en primer lugar. Cuando era niño, su perro Loco era la única familia que tenía después de que su madre muriera. Abrazó al niño y le gritó a María. Salió confundida con lo que estaba pasando. Él le dijo que quería volver a poner al oso polar y al pingüino en la exhibición para inspirar y sorprender a los niños pequeños y querer volverse veterinarios como ellos. María pensó que era una gran idea. El oso polar y el pingüino vivían felices juntos haciendo música en su exhibición. Todos los adultos y niños admiraron estos animales mágicos. María vino y los visitó todas las semanas y el Dr. Villalobos insistió en hacer chequeos allí. Dr. Villalobos también abrió una conservación para los osos polares y los pingüinos. Lo nombró Música en el Ártico y fue una fundación a la que muchos músicos donaron. El objetivo de la fundación era crear conciencia sobre el calentamiento global y cómo afecta a los pingüinos y a los osos polares. En conclusión, el oso polar y el pingüino fueron los mejores intérpretes del zoológico y tenían dos nuevos amigos veterinarios y el Dr. Villalobos era un hombre cambiado.

El FIN

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Las aventuras de Muir y Harry Kaitlyn Terzian Érase una vez, en una tierra lejana conocida como College Station, vivía una pequeña familia feliz en un pequeño apartamento cerca de las vías del tren. En este apartamento, que estaba cubierto con tapices siempre había velas encendidas, vivían cuatro compañeros de cuarto: Kaitlyn, Madison, Muir y Harry. Kaitlyn y Madison iban a una universidad que se llamaba Texas A&M University, y llevaban anillos de oro especiales en sus manos correctas todos los días para mostrarle al mundo donde asistía a la escuela. Estos anillos eran muy importantes para ellos, y Muir y Harry lo sabían. Muir, que era un gato de dos años y que pesaba dieciséis libras y tenía un desportillar en su oreja derecha, pertenecía a Kaitlyn. Kaitlyn había adoptado a Muir el noviembre pasado, después de que lo encontró en un refugio que se llamaba Aggieland Humane Society. Harry era un pez beta de tres años de edad, que había ido en muchos viajes por carretera con Madison y que era su mejor amigo. Juntos, los cuatro hicieron una pequeña familia feliz; solo dos compañeros de apartamento y sus mascotas, que vivían en un hogar feliz. Todos los días, Madison y Kaitlyn iban a trabajar y a la escuela, por lo que Muir y Harry tenían la casa para sí mismos. Mientras que Harry no estaba seguro de qué pensar de Muir cuando llegó a casa por la primera vez, después de un tiempo se convirtieron en mejores amigos. Ahora, Harry se acercaba al costado de su tanque todos los días mientras Muir se enrollaba junto al tanque, y hablaban y se reían y juegaban todo el día hasta que Madison y Kaitlyn regresar a casa. Luego, los cuatro pasaban las tardes cocinando, viendo el soltero, haciendo la tarea, hablando, y relajandose antes de irse a la cama. Un día, Madison y Kaitlyn se fueron a la escuela como usualmente lo hacían. Muir estaba sentado en el baño comiendo su comida mientras Harry nadaba sus vueltas diarias en su tanque. Cuando terminó de comer, Muir entró en la sala de estar. "Hey Harry!" Muir llamó. "¿Quieres ver mi nuevo juguete que Kaitlyn me consiguió?" "¡Claro!" respondió Harry. Muir entró en la habitación de Kaitlyn a su cesta de juguetes, donde había una cantidad abrumadora de plumas, ratones falsos y campanas. Recogió su nueva bola roja con una pluma unida a ella y se dio la vuelta para ir a la sala de estar. Sin embargo, en su salida se dio cuenta de algo destellando en el plato de joyería en la mesa lateral de Kaitlyn. Se ha capturado la luz del radiante del sol a través de la ventana abierta, donde por lo general no había nada brillante para reflejar. Muir saltó sobre la cama y caminó para ver cuál era el objeto misterioso. Mientras miraba sobre el plato de joyería, Muir dejó salir un Miau estridente."¿Qué pasa?" Harry llamó desde la sala de estar, nadando en su tanque para tratar de ver a Muir. El gato corrió a la sala de estar con el anillo Aggie de Kaitlyn en su boca. "Ella dejó su anillo! Se olvidó de ponerlo y se fue a la clase sin ella!” Muir lloró. "¡Oh no! ¡Llevan sus anillos todos los días! ¿Crees que está bien sin él?" Preguntó Harry. "No estoy seguro," respondió Muir. "Nunca la he visto salir de la casa sin el en su mano. Ella debe estar preocupada por lo que podría ser." El pez y el gato miraban fijamente al anillo que Muir había dejado caer sobre la mesa frente al tanque del pez. "Bueno, sólo hay una cosa que hacer," proclamó Muir. "Tenemos que llevar el anillo de Kaitlyn a ella." "¿Cómo vamos a hacer eso?" preguntó Harry. "No te preocupes, tengo un plan," dijo el gato con confianza. Muir entró en la habitación de Kaitlyn y se lanzó en su caja de juguetes. Volvió a salir llevando su collar de Navidad, cubierto en santas y completo con un lazo verde y rojo, en su boca. Usó su nariz para empujar el anillo sobre el collar, y luego lo colocó en el suelo. Él se acostó así que el cuello estaba en la parte superior del collar y usó sus garras y dientes para hacer clic en el collar de encaje juntos. "¿Vas al campus para encontrarla?" jadeó Harry. "No, no yo solo. Somos," dijo Muir mientras caminaba hacia la cocina. Saltó sobre el mostrador y usó su pata para abrir la puerta del gabinete. Afortunadamente, Muir fue un experto en la apertura de puertas de gabinete

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porque es cómo se las arregló para llegar a su bolsa de comida en el medio del día mientras Kaitlyn y Madison se habían ido a conseguir bocadillos para sí mismo. Agarró una bolsa de plástico en los dientes y saltó desde el mostrador. Muir caminó hacia el tanque y sostuvo la bolsa abierta sobre el borde del tanque, llenándola con agua. "Entrar en Harry!" dijo Muir a través de los dientes apretados. "Tenemos un anillo Aggie para entregar!" Harry nadó en la bolsa y Muir lo levantó y se encorvó en el sello de la bolsa, cerrándolo para que Harry no se caería. Los dos mejores amigos fueron a la puerta principal, listos para embarcarse en su gran aventura." Una cosa que no hemos descubierto," observó Harry, "es cómo abrir la puerta cuando los dos no tenemos pulgares oponibles." "Eso no es un problema", dijo Muir como él ponó a Harry en su bolsa en el suelo. Muir se apoyó un poco, se mueve el trasero y luego se extendió hacia la puerta. Justo antes de que corriera directamente a la puerta, Muir saltó hacia arriba y voló hacia la manija de la puerta, aterrizando en ella y girando el pomo. La puerta estaba abierta y Muir rápidamente se apoyó y agarró la bolsa de Harry en la boca y corrió fuera antes de que la puerta pudiera cerrarse detrás de ellos. "¿Cómo aprendiste a hacer eso?", exclamó Harry. "A veces voy a jugar en la sala de estar mientras Kaitlyn está haciendo tareas en la casa, y ella olvida que estoy allí. Ella cierra la puerta pensando que estoy en su habitación, y ella no me oirá a mí debido a su música. Así que, con un poco de práctica, he aprendido a entrar.” "Oh, ya veo", dijo Harry, "qué impresionante." El gato y el pescado caminaron por las escaleras y a través del complejo de apartamentos, cruzando la cancha de basquétbol y saliando de las puertas delanteras. "¿Cómo llegar al campus?" preguntó Harry. "De la misma manera Kaitlyn y Madison", explicó Muir. Los dos mejores amigos caminaron por la acera hacia el parque, con Muir tratando de mantener su cabeza bastante quieta, así que Harry no nadaba en su bolsa de agua demasiado. Se acercaron a una línea corta de estudiantes que esperaban el autobús. Muir fue a la parte de atrás de la línea y se sentó. "La buena noticia," dijo Muir, "es que todo el mundo tiene sus auriculares y está demasiado ocupado mirando a sus teléfonos para notar que hay un gato y un pez abordando el autobús." Harry asintió con la cabeza de acuerdo. El autobús se detuvo hasta la parada, y mientras los estudiantes se presentaron uno por uno, Muir y Harry se resbalaron por sus pies y lograron esconderse bajo el asiento sin ser notado."Lo bueno es que no nos pillaron", dijo Harry, "porque no tenemos ID de estudiante para llegar en el autobús en el primer lugar." "Eh", dijo Muir, "si hubieran preguntado, podríamos haber dicho que los dejamos en casa por accidente. Nunca realmente se preocupan por hacer cumplir esa regla de todos modos. " Muir y Harry se quedaron escondidos bajo el asiento hasta que se dieron cuenta de que, en una parada, todos los estudiantes estaban saliendo. "Esto debe ser el campus!" Harry dijo emocionada y nerviosamente. Muir tomó la bolsa de Harry en su boca y saltó por los escalones del autobús. "¿A dónde ahora?" Preguntó Harry. "Kaitlyn siempre dijo a sus amigas que tenía clase en un edificio realmente antiguo. Aparentemente no ponen a los más pequeños de artes liberales en lugares agradables como ellos pusieron a los ingenieros, pero ella dice que secretamente le gusta porque el edificio está lleno de historia," dijo Muir, escaneando los edificios altos de los alrededores, preguntándose dónde podría estar Kaitlyn. "¡Espera, mira allí!" Harry dijo que mientras apuntaba una aleta a un gran medio domo verde flotando en la distancia más allá de un edificio como una caja sin ventanas."Ya no hacen edificios como ese", sugirió Harry, "¿por qué no intentamos allí?" "Buena idea," Muir dijo, y se fue corriendo. Los dos tejen su manera de entrar y salir de los estudiantes caminando alrededor. Muchos tenían sus cabezas abajo, mirando a sus pantallas de teléfono, lo que resultó en Muir casi casi a pisado varias veces. El gato y el pez se acercaron en el edificio con la media cúpula verde en la parte superior, parando antes de los amplios escalones y columnas altas. Varios estudiantes salieron de la puerta principal, con varios grupos que hablaban diferentes idiomas. "Esto debe ser", dijo Muir, "porque ella tiene la clase de Español hoy, y estos estudiantes parecen ser simplemente salir de la clase de idiomas!"

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Los dos entraron en el edificio y se fueron alrededor de una cuerda de terciopelo que rodeaba un sello de la escuela de azulejos. Había un grupo de padres y estudiantes de secundaria de pie alrededor de él, con un estudiante universitario en pantalones caqui y un polo granate dando un discurso. "Y aquí tenemos el edificio académico, uno de los edificios más antiguos del campus!" El estudiante universitario excesivamente alegre gritó."La campana que ves arriba es una réplica de la campana de la libertad, dada a cada estado después de la segunda guerra mundial. Sin embargo, Texas dio su campana a nuestra escuela debieron a nuestro servicio excepcional para el país y nuestra dedicación a los militares durante ese tiempo! " Muir y Harry fueron por el grupo de gira y por las escaleras principales. Cuando llegaron a la cima, fueron a la derecha donde las puertas lieron "estudios de idiomas." "¿Cómo vamos a averiguar en qué aula está?" Harry suspiró. "¡Escuchamos el español!"Muir dijo, esperanzador. Tomaron unos escalones por el pasillo, y a través de la primera puerta a la derecha escucharon la voz de un hombre dando conferencias en Español sobre la sintaxis. "Kaitlyn siempre se queja de la sintaxis al hacer su tarea de español, diciendo que no sabe nada sobre la estructura de la palabra o la formación de oraciones! ¡Esto tiene que ser! " Muir exclamó. Empujó la puerta ligeramente agrietada y se resbaló en el aula. ¡Hay! ¡Cerca de la ventana! ", dijo Harry. Sin duda, había Kaitlyn sentado en la esquina, mirando por la ventana y mirando a todos los estudiantes caminando fuera abajo. Muir corrió hacia ella mientras Harry nadaba en círculos en su bolso, encantado de que los mejores amigos hubieran completado su misión. Muir dejó la bolsa de Harry y salió un fuerte Miau. El profesor se detuvo en sus huellas y miró a la pareja. "Muir!" Kaitlyn exclamó. "Y Harry! ¿Qué estamos haciendo aquí? ¿Cómo llegaron al campus?" Muir saltó sobre el regazo de Kaitlyn y volvió la cabeza para que pudiera ver el anillo en su collar. "Mi anillo Aggie! ¡Me lo trajiste! " dijo, abriendo el collar y deslizando el anillo. Ella lo colocó en su dedo anular de la mano derecha antes de hacer clic en el collar de Muir de nuevo en él. "Deben haber sabido que lo olvidaste," dijo el profesor. "Supongo que si," Kaitlyn se rió antes de volverse a Muir y Harry. "Gracias chicos tanto por traermelo a mí! Me sentía tan vacío sin él. Pero dicho esto, no más grandes aventuras para ustedes dos por un tiempo, ¿OK? No quiero que ustedes se pierdan o lastimen. " Muir comenzó a ronronear y se frotó contra Kaitlyn para hacerle saber que entendía, mientras que Harry nadaba en su bolso por entusiasmo por su logro. Los dos estaban orgullosos de sí mismos y sabían que habían cuidado de Kaitlyn, tanto como Kaitlyn y Madison cuidaron de ellos. "Bueno, debido a que estos dos eran tan valientes en su búsqueda, creo que debemos tomar el resto del día libre y terminar la clase temprano en la celebración," dijo el profesor. La clase aplaudió y Kaitlyn recogió a Muir y a Harry en su bolso. "Vamos los dos, vamos a casa", dijo Kaitlyn. Y así lo hicieron, donde Muir consiguió una botella de comida mojada y Harry consiguió nuevos guijarros en su tanque para agradecerles por su buena acción. Y todos vivieron felices para siempre.

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Las aventuras de Kylee y Hunter Kayla Riley Érase una vez un perro llamado Kylee. Kylee nació el 13 de enero de 2012. Era un cachorro muy enérgico. Le encantaba explorar el patio de su casa. Tenía un amigo llamado Hunter. El era un gato. Se fueron en muchas aventuras juntos. Un día, Kylee y Hunter exploraban el patio cuando tropezaron con un pájaro bebé. Este pajarito estaba cantando para su madre, pero no había un pájaro de mamá para ser encontrado. El pájaro era demasiado joven para volar, así que lo que no podía volver a su nido. Kylee y Hunter no estaban seguros de cómo ayudar. Kylee no pudo escalar el árbol para devolver al bebé pájaro. Los dientes de Hunter eran demasiado filosos para llevar el pájaro, por lo que no podía devolverlo a su nido. Kylee y Hunter rápidamente se dieron cuenta de que necesitaban llegar a un plan para llevar al pájaro bebé a su nido. Trataron de conseguir la atención de su dueño, pero estaba demasiado ocupada escribiendo un cuento creativo para su curso español para ayudarles. No sabían qué más podían hacer. Kylee sugirió que Hunter se pusiera de espalda, y tal vez podría empujar suavemente el pájaro bebé al árbol. Este árbol era demasiado alto para que este plan funcionara. Se estaban quedando sin tiempo! El pájaro bebé empezó a chirrido mucho menos. Estaba cansando y tenía hambre. Kylee corrió por el patio, mirando hacia el cielo por cualquier signo de la madre del pájarito. Hunter exploró todos los árboles, tratando de ver si podía encontrar a la madre pájaro. Hunter y Kylee se reunieron en la base del árbol con el pájaro bebé. Ambos estaban exhaustos, pero sabían que si se daban por muerto, el bebé podría morir. Decidieron intentar hacer algo que permitiera Hunter sostener al bebé sin lastimarlo. Así podría trepar por el árbol y mantener al bebé a salvo al mismo tiempo! Miraban al revés por lo que podían usar. Buscaron durante horas pero no pudieron encontrar nada que fuera lo suficientemente fuerte. El bebé se estaba enfriando ahora. Se estaban quedando sin tiempo! Kylee y Hunter decidieron que lo único que quedaba por hacer que no habían intentado era llamar a los bomberos. Tenían largas escaleras y grandes guantes para llevar al bebé a la seguridad. Sin embargo, pero tenían un problema. Ninguno de ellos tenía un teléfono para llamar a los bomberos! Decidieron que debían tomar una decisión difícil. Su dueño todavía estaba muy ocupado trabajando muy duro escribiendo su breve historia creativa, por lo tanto no podía ayudarles pedir ayuda. Sin embargo, Kylee y Hunter tuvieron una idea. Kylee decidió que actuaría como una distracción. Ella le robaría a sus dueños un borrador de su cuento para que Hunter pudiera venir y tomar el teléfono del dueño. Kylee ladeó en la puerta hasta que su dueño no pudo soportarlo más. Su dueña llegó a la puerta y dejó a Kylee y Hunter dentro de la casa. Su dueño dijo, "chicos, realmente tengo que hacer esta historia, Su vencimiento el lunes! Todos caminaron a la sala de estar, donde su dueño se sentó de nuevo para continuar trabajando en su muy historia corta creativa importante. Hunter dio la señal, era hora de comenzar su plan! Kylee corrió a la mesa y agarró el borrador de su dueño de sus manos. Kylee corrió por el pasillo, la cola meneando, para que su dueño lo persiguiera. Su dueña se levantaba y corría tras Kylee con una mirada de terror. El propietario, aunque a sí misma, "el profesor va a matarme si no lo hago!"Al redondear la esquina por el pasillo, Hunter supo que ahora era su parte del plan. Él encontró el teléfono del dueño en la mesa. Saltó y empujó el teléfono en el suelo. Luego lo empujó hasta la puerta trasera y lo escondió debajo de un tocador para que su dueño no pudiera encontrarlo. Él dio la señal para que Kylee pudiera devolver el muy importante borrador en el que su dueño estaba trabajando incansablemente. Se conocieron en la puerta de atrás. ¡Tenían el teléfono! Ahora sólo necesitaban averiguar cómo conseguirlo afuera. Sabían que si intentaban llamar al 911 adentro, su dueño los escucharía. El clima era muy agradable al aire libre. Saben que su dueño le gusta romper la puerta del patio

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trasero abierto cuando el clima es agradable. Sabían que tenían que sacar a su dueño fuera, para que pudiera ver lo agradable que se sentía, y abrir la puerta. Entonces Kylee y Hunter podrían empujar el teléfono afuera y pedir ayuda. Kylee y Hunter empezaron a frotarse y rascarse en la puerta trasera. Su dueño los escuchó y se levantaron para dejarlos afuera. Kylee recogió un juguete al salir y instó a su dueño a salir y jugar con ella. Su propietario tenía un montón de trabajo importante para hacer, sin embargo Kylee tenía una cara de cachorro lindo. Su dueño accedió a tirar el juguete un par de veces en el patio trasero. El propietario se dio cuenta de que el clima era agradable, y en su camino de vuelta en ella apoyada abrir la puerta. ¡Funcionó! Kylee y Hunter volvieron adentro para agarrar el teléfono. Lo empujaron fuera, hasta el pájaro bebé. El pájaro todavía no se estaba viendo muy bien. Trataron de llamar a 911, pero no estaban seguros de cómo. Nunca habían usado un teléfono! De repente, el teléfono empezó a sonar. Su dueño no podía encontrar su teléfono y ¡lo llamaba desde otro teléfono! No sabían qué hacer con él, así que Kylee empezó a cavar. Tuvieron que enterrarlo hasta que dejó de sonaba. Si no, su dueño lo encontraría. Era demasiado tarde! Desde que su dueño había apuntalado la puerta avería, podía oír el teléfono sonando afuera. Caminó hacia Kylee y Hunter mirando un poco confundido. "Por qué me lleváis mi teléfono? Eso no es un juguete!” Kylee y Hunter se miraron con un nuevo plan en sus ojos. ¡Tienen a su dueño a la pajita! ¡Ella podría ayudar a poner al bebé de nuevo en el árbol! Empezaron a mostrar a su dueño el bebé que había caído del árbol. El propietario estaba tan sorprendido de ver el pájaro bebé! El propietario rápidamente saltó a la acción. Ella fue a la casa y regresó con una escalera y guantes. Le pidió a Hunter que le mostrara en el árbol donde casa estaba el nido del bebé. Corrió por el árbol y se sentó junto al nido. El dueño estableció la escalera, se puso los guantes, y recogió el pequeño pájaro bebé. Ella puso al bebé pájaro de nuevo en su nido. Inmediatamente comenzó a cantar. ¡ El bebé sabía que era seguro! El pájaro de la madre oyó a su bebé cantando desde el nido y voló de vuelta con un enorme gusano para el bebé. La madre había estado tratando de encontrar comida para su bebé cuando cayó del nido. El propietario no podía creer que Kylee y Hunter fueron capaces de ayudar a salvar el pájaro. Era una madre muy orgullosa. Ella agarró su teléfono, y todos entraron. ¡Ambos recibieron tantas golosinas que sus estómagos estaban llenos! Kylee y Hunter salvaron el dia! Y su dueño fue capaz de terminar un cuento creativo increíblemente escrito para su clase.

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Una mañana humilde Lauren Curtis “Me enamoré de ella el día que nos conocimos,” el abuelo dijo mientras él miraba a su esposa bebe un café con una novela en mano, recordando la memoria de ese día. “Pero, cómo conseguiste tu cicatriz, abuelito?” preguntó su curiosa nieta. El abuelo tenía una cicatriz grande sobre su ceja izquierda la cual ninguna persona en la familia podía recordar. “Paciencia, Pepita, es un secreto que sólo yo y tu abuela conocemos. ¿Puedes conservarlo?” Con los ojos ansiosos Pepa asintió con la cabeza rápidamente, desesperada por abrazar la verdad vigilada, tal como lo haría con su peluche conejo. Sonriendo, el abuelo comenzó. Era un día maravilloso en la Ciudad de México. Abuelito, en ese tiempo, Alberto, estaba caminando por la calle en su día libre del trabajo. La hora era diez en la mañana, y Alberto estaba deseando pan dulce con una taza de café recién hecho de su panadería favorita. Poco sabía él, el amor desconocido de su vida tenía el mismo plan. Cuando se acercó a la tienda, se heló de repente a la vista de una cascada de cerraduras marrones sentados en una de las mesas afuera. La mujer misteriosa bebía un espresso suave del mismo color que su cabello y mantenía un libro gastado en su mano. Se sentó cómodamente con la cabeza ligeramente hacia adelante, comprometido con su cuenta. Alberto ni siquiera había visto su cara, sino que ya estaba intrigado por la mujer que compartía su pasión. Alberto le gustaba leer toda su vida, y soñaba de ser un autor un día. Parecía que nadie tomaba tiempo para frenar y disfrutar de las pequeñas cosas, como una novela discreta. Como alguna ciudad grande, la Ciudad de México ofrece a tanto los diamantes como la suciedad de la sociedad. Hoy, Alberto se enfrentaría a ambos. Antes él pudo hablar a la mujer bonita, un hombre corrió delante de Alberto. El hombre rápidamente arrebató el bolso de la mujer que estaba descansando en el hombro de su silla y continuó corriendo sin mirar hacia atrás. Nadie había prestado atención al ladrón pero Alberto. Aunque no había corrió desde sus días de pista de la escuela secundaria, Alberto se quitó el bollo hacia el ladrón. ¿Qué mejor manera de conocer a la Dulcinea de su vida que cazar al cobarde como Don Quijote? “¿Entró en una lucha? ¿Acuchilló su cara con un cuchillo?” interrumpió Pepa con un poco demasiado entusiasmo. Abuelo Alberto se rió dulcemente. “Paciencia, Pepita. Escuche atentamente.” Sólo le tomó medio minuto a Alberto darse cuenta de que no estaba en ninguna parte cerca de la forma en la que estaba durante sus años de adolescencia. Sin embargo, continuó dejar que sus pies se deshicieron del pavimento mientras perseguía frenéticamente al ladrón.

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De repente, el ladrón hizo un giro agudo hacia un callejón oscuro y angosto. Alberto sintió una prisa de miedo bien dentro de él. Su estómago se volvió como su cabeza comenzó a girar. Nada bueno sucede en un callejón. Un callejón oscuro y sucio. Podría lamentar esta decisión por el resto de su vida. Pero las sirenas de la policía estaban demasiado lejos detrás de él. Si nadie atrapó al cobarde ahora, se escaparía. Alberto imaginó a la mujer elegante e inteligente. Tal vez todo lo que había soñado era falso. Él asumió tanto. ¿Su autoría era un defecto fatal? Podría ser cruel y no de bienvenida. Podría rechazar sus gestos y ser. Podría aceptar su acción, pero nunca decir otra palabra a él. ¿Por qué arriesgaba todo por un extraño? “Yo sé.” Pepa susurró. Abuelo Alberto veía a ella con ojos de diversión. Pepita sonrió mientras él se sonrojó. Alberto tragó su miedo y siguió rápidamente el ladrón en el callejón. “¡Pa-parada!” gritó, pero demasiado temblorosamente. Él trató otra vez con más fuerte. “¡Parada cobarde!” El ladrón se volvió en la frustración. Había llegado al final del callejón sin escapar. Aparte de la pared, todo lo que se puso en su camino fue el delgado y torpe Alberto. Con todo su fuerza, Alberto apretó los puños, firmemente mantuvo su tierra, y exigió que el ladrón se caiga la bolsa y su arma con un rugido feroz. De sorpresa, la cara mala del ladrón se cambió como lo entraba miedo. Un cuchillo grande golpeó el suelo. Abandonó la bolsa. Con orgullo, Alberto recogió la bolsa rápidamente. Cuando se dio la vuelta, Alberto vio una escuadron de las policías con pistolas apuntando hacia él. Alberto levantó las manos en el aire. Luego se dio cuenta de que no era el objetivo. Aliviado y satisfecho, Alberto corrió para conocer a la hermosa mujer de pie frente a la panadería, hablando con un policía con preocupación. Cuando levantó la vista para reunirse con sus ojos, Alberto se sintió volando por el aire, levantado por su expresión angelical. En realidad, él tropezó con la silla del café y el borde de la mesa cortó su ceja. Alberto brilló alegremente. “Pepita, mi cariño, me enamoré de tu abuela el día que nos conocimos.”

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El perro que amaba jugar fetch Lee Aston Mi perro, Paco, amaba jugar fetch. Le encantaba tanto que teníamos que rogarle que nos devolviera el balón cuando terminábamos. Un día, tiré la pelota pero Paco no lo recuperó. Sólo lo vio volar por el aire y rebotar en el patio. Paco se había vuelto viejo y aunque ansiaba poder recuperar el balón, su cuerpo no lo soportaba. Era como si estuviera viendo el rebote de la pelota y reviviendo sus días de gloria cuando era un cachorro. Todos los tiempos de correr por el patio y saltar y rodar incontrolablemente por el césped después de que la pelota finalmente la había alcanzado. Cuando lo miré, también recordé muchos de los grandes momentos que tuvimos jugando a fetch. Todo comenzó hace muchos años cuando mi papá trajo a Paco a casa cuando era un cachorro. De cachorro, paco tenía toneladas de energía y era extremadamente juguetón y amigable. También era muy inteligente y no tuve problemas para enseñarle a Paco todo tipo de trucos. Después de que habíamos cubierto los trucos básicos, como sentarse, voltearse y dar la mano, decidí que quería enseñarle a Paco a jugar a fetch. Al principio pensé que sería fácil porque a Paco le encantaban las pelotas de tenis y siempre las encontraba en el patio y corría con ellas, pero cuando empecé a enseñarle, me di cuenta de que no entendía realmente el concepto de devolverme la pelota. Iba a buscar la pelota después de que la tirara, pero luego corría por el patio deseando que lo persiguiera. En este punto, me di cuenta de que tendría que ser creativo para enseñar a buscar a Paco. Le pregunté acerca de cómo enseñarle por unos días y luego tuve una idea. Si coloco dos pelotas de tenis, podría tirar el balón y dejar ir al paco conseguirlo. Tan pronto como lo conseguí, pude lanzar la segunda bola para poder verla de modo que dejara caer la primera bola y obtuviera la segunda. Mientras conseguía la pelota segunda, podía correr hacia la primera pelota y prepararme para lanzarla cuando recibiera la segunda pelota. Este proceso le enseñó é Paco varias cosas. Primero le enseñé a dejar caer la pelota y que la diversión del juego para él era perseguir la pelota. También le enseñó lanzar la pelota tenía que tener la pelota, lo que significaba que tendría que traerlo cuando dejara de usar la segunda pelota. Después de un par de días de usar mi método, intenté jugar a buscar con Paco con solo una pelota. Mi estrategia para enseñarle funcionó perfectamente, ya que recupera la pelota y me la traería cada vez. Después de enseñarle a Paco a jugar fetch, estaba muy feliz, pero todavía quería enseñarle más cosas, como nadar. Esto fue mucho más difícil porque Paco le tenía mucho miedo al agua. No quería entrar en la piscina en absoluto. Intenté muchas cosas para que entrara en el agua pero nada funcionó. Finalmente lo recogí y lo tiré al agua. Instintivamente, él sabía nadar, solo tenía que enseñarle a disfrutarlo. Después de convencerse, Paco se sintió más cómodo con el agua. Todavía no se metería en el agua por su cuenta, pero no le importaba si lo metía en el agua mientras estuviera cerca de él. El siguiente paso en su entrenamiento fue lograr que Paco saltara al agua por su cuenta. Para enseñarle esto, tiraría la pelota de tenis al agua. Utilicé su amor por jugar pelota para alentarlo a amar el agua. Al principio todavía era escéptico, pero después de un par de intentos, corría y saltaba al agua sin dudarlo. Incluso corría y saltaba y atrapaba la pelota en el aire antes de aterrizar en el agua, que era súper genial y algo que nunca pude haberle enseñado a hacer. Después de enseñarle a Paco todos estos trucos, disfrutábamos jugando en el patio durante muchos años. Jugaríamos a buscar durante horas todos los días. Paco se puso realmente bueno. Él atraparba la pelota fuera del aire todo el tiempo e incluso intentarba lanzar la pelota de una manera extraña. Sin embargo, todo esto fue hace mucho tiempo, y ahora Paco está envejeciendo. Todavía juega fetch a veces, pero siempre está realmente adolorido al día siguiente. Es fácil decir que todavía quiere pagar la forma en que solía hacerlo, pero su cuerpo está demasiado cansado.

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También ha sufrido muchas lesiones a lo largo de los años de jugar fetch. Por ejemplo, una vez corrió a toda velocidad hacia un árbol porque estaba muy concentrado en la pelota y se lastimó la pierna. También ha torcido las piernas y tobillos en muchos ángulos incómodos a lo largo de los años que parecen haberlo alcanzado al mismo tiempo. Ahora, incluso cuando puedo hacer que juegue, él no juega por mucho tiempo antes de que se canse y cese. Y no intentará atrapar la pelota en el aire o correr y saltar al agua nunca más. Ahora lentamente se abre camino o espera a que la bola flote cerca del borde. Aunque me da mucha tristeza pensar qué edad tiene el paco, estoy feliz de haber pasado el tiempo que he tenido con él.

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La máquina Raquel McDaniel No quería ir. Fuimos el verano después que cumplí dieciséis años y mis padres quería pasar todas las vacaciones en un pueblo pequeño al lado de la playa. Mientras que el pueblo parecía un lugar bonito en las fotos, no conocía nadie allí. ¡Además, no tenía nada que hacer! Obviamente, no era comó quería pasar mi verano. Por eso, no hablé durante el viaje al pueblo. Escuché mi música y miró por las ventanas mientras sentía pena por mí misma. Parecía como una familia contenta, pero eso fue una mentira grande. Mis padres peleaban cada semana y mi hermano no fue a la playa con nosotros por qué estaba en la rehabilitación para las drogas. Ellos me dijeron que necesitábamos “escapar” de la vida rápida y desafortunadamente para mí, ellos dos fueron maestros y teníamos todo el tiempo en el mundo para “reconectar como una familia.” No entendí eso porque mi hermano no estaba con nosotros, pero, de cualquier manera, eso fue como iba a pasar este verano. Estuve oscuro afuero cuando llegamos a la casita, excepto por la iluminación de la luna. Comí una cena pequeña, todavía no hablé con mis padres, y me acosté en la cama. Estaba pensando sobre mis amigos y todo que hacían en la ciudad cuando escuché una dulce melodía. Sentando en un taburete de madera era un chico que estaba tocando la guitarra. Estaba cantado a las estrellas, parecía que solo tenía unos años más que yo. Lo miré por algunos minutos antes que la música suave me puso a dormir. Mi actitud no cambió cuando me levanté el próximo día. Fui abajo más temprano que mis padres, hice una cafetera de café, y comí un bol de cereal. Cuando mí mama entró a la cocina, decidí que quería ir a la playa y para estas primeras semanas del verano, eso fue mi rutina. Un día, cuando estaba comenzando mi tercer libro, un perro me dio besitos en mis pies. El perro tenía un pelaje blanco con manchas de color de oro. Era un perrito muy chulo y jugamos juntos el resto del día. Yo empaqué mis cosas y el perro me siguió. Sabía que mi madre no iba a gustar un perro en la casa, pero no tenía etiquetas y no sabía qué hacer. Llegué a la casa y Pancho (necesitaba un nombre) todavía estaba conmigo. Con Pancho en mis brazos, abrí la puerta muy lento, pero ellos me vieron. Pensaba que mi madre finalmente se dio cuenta el hecho de que los planes para este verano no estaban bien para mí. Me dijo, sin una pelea, que debería buscar el dueño de Pancho y si no lo podría encontrar, podríamos hablar de guardar. El próximo día, visité muchas casas y tiendas. Mientras todos les encantaba Pancho, nadie quedárnoslo. Estábamos llegando a la casa y Pancho saltó de mis brazos. Corrió atrás de la casa y luego yo lo seguí. Sin aliento, encontré Pancho en las manos de un chico. Cuando vi la guitarra, recordé mi primera noche en este lugar. Descubrí que el nombre actual de Pancho era Fuego y su dueño me dio gracias por cuidar de su perro. Aprendí que su nombre era Diego y tenía dieciochos años, como mi hermano. Me preguntó si quería ir a una película en el teatro del pueblo. Nos reímos mucho y sentía muy cómoda durante todo el tiempo allí y de esta hora en adelante, nos convertimos en buenos amigos. Para el resto de mi tiempo allí, menos las excursiones pequeñas con mis padres a las montañas, pasaba tiempo con él. No tenía mucho que decir, pero me escuchó cuando hablaba sobre mis aspiraciones y mi familia y mis amigos. Hay pocos momentos que habló sobre sí mismo, pero generalmente habló sobre cosas filosóficas y raras. Él sabía algo como hechos que no había oído. Pasé tiempo con él cada día. Me mostró su pueblo, jugábamos con Pancho, y, por supuesto, hablábamos por horas. También me empiezo a enseñarme como tocar la guitarra. Un día, mis padres lo invitó a cenar con nosotros. ¡Todavía era muy privado pero mis padres les encantaba Diego! No había visto mi madre sonreír tanto en meses. Obviamente ella estuvo

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pensando sobre mi futuro y nietos. Pero en este momento, solo pensaba del él como un amigo. Nada romántico ocurrió entre nosotros. Solo una amistad auténtica. Cuando fue tiempo para regresar, actualmente estaba triste que me tenía que ir. Diego y yo nos dimos nuestras despedidas y estábamos un poco emocionales. Hablábamos de ida y vuelta a través del año de escuela, pero de repente, él no respondió nada más. Dije todo a él sobre las cosas en mi mundo y un día, no me llamó nada más. Los años pasaron y desarrollaba mi carrera. Me convertí a una veterinaria para los animales pequeños. Tenía éxito en cada aspecto de mi vida, pero no podría encontrar un novio o mantener una relación feliz. Cada hombre que conocía comparaba a Diego. No pude encontrar una conexión próxima a que tenía con él. Aunque éramos jóvenes, fue una cosa especial. Nadie me fascinaba en la misma manera. Había veinte años cuando decidí buscarlo. Sentía como una mujer loca por eso, pero necesitaba saber. Necesitaba saber que pasó, que hice incorrecto. No pude detener mis pensamientos sobre ese verano. No quería imponer en su nueva vida y por eso pensaba si debería regresar a la playa, las memorias pudieron ser bastante para el cierre que necesitaba para seguir adelante. Diez años después del “verano que cambia todo,” regresé a la playa. Sentía loca durante el viaje, no dije a nadie a donde iba. Entré un café donde pasé horas con Diego. Inmediatamente lo vi. ¡Pareció como su gemelo! Debería ser su hermano, sin embargo, cuando me vio, se fue rápidamente. Lo seguí fuera del restaurante y le pregunté si conocía Diego. Cuando miré a los ojos, supe que era él. No sabía como era posible porque parece que era la misma edad. Me dijo que no debería estar allí, pero entonces me besó. Hubo una chispa que no pude explicar. En este momento, supe que él era el hombre para mí. Me dijo que necesitaba irse y se dio la vuelta. No lo creía. Después de todo este tiempo y del beso más especial en mi vida, quería ir. No podría entender y le dije que solo quería una explanación. Con su mano en mi cuelo me dijo que no era como yo. Si estaba pensando porque no tuvo más años, era porque no era humano. Fue un experimente que hizo su padre en el garaje. Me dijo que era solo una máquina. Era un robot con alambras y programas en lugar de sangre. Sabía que eventualmente necesitara ir porque todas las sospechas. Me dijo que nunca podría ser bastante para mí y todo va a ser mejor si yo me iba y no regresara. Agarré sus manos y comencé a llorar. “No me importa” yo dije. Sabía que estábamos destinados a estar juntos, no importa lo que él era. Nos mudamos a una cuidad pequeña cerca que pasábamos este verano juntos y vivimos aquí en la felicidad. El fin

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La vida de dolor Nikhil Malik Déjame recontar la historia de María, una inmigrante de Honduras. Ella se mudó a los Estados Unidos con sus hijos gemelos, Esteban y Diana. Esta familia fue muy especial porque los tres se superaban muchísimas cosas malas en sus vidas. Dejaron atrás Honduras porque para una mujer, no hubo muchísimas oportunidades para trabajar cuando esté solo y las construcciones sociales para mujeres divorciadas era demasiado de manejar. Pues, María simplemente no era una persona quien se dejó a su esposo. María y sus hijos huyeron de una persona abusiva. María y su esposo, Vicente, se casaron cuando ella tenía dieciocho años, porque ella estaba embarazada. En este punto de tiempo, ella pensaba que puede pasar el resto de su vida con él. Pero después de tres meses de matrimonio, María se dio cuenta de un cambio en el afecto de su marido. El esposo de María tenía problemas del control. Él no dejaba que María trabaja o continua su educación. El resultado era que María se quedaba en la casa. Su esposo era un albañil, una línea de trabajo que no era muy constante. Algunas veces él era bien. Volvería a la casa feliz y contento y era un esposo amable. Pero en otros días, llegaba a casa de mal humor. Un día, cuando María estaba preparando la cena, él le pegó, porque la cena no era lista cuando llegó a casa. Ella estaba embarazada por seis meses. El trauma se causa María a entrar en parto prematuro. Antes del nacimiento de sus niños, Vicente era más tranquilo desde hace algún tiempo. Pero todos los días María vivía con mucho miedo. Estaba pensando “¿cuándo se romperá?” y si se romperá, “¿quien puede proteger mis hijos?” Ella decidió que, si se enoje, la sacrificará su vida para protegerlos a toda costa. Año por año María aceptó que esta era su destino. Cuando Vicente llegaba a casa María ponía sus hijos el frente de la tele y silenciosamente sufría el abuso de su esposo. Todo el tiempo pensaba que sus hijos no sabían lo que estaba sucediendo, pero subestimó la inteligencia de sus hijos. Al otro lado, Esteban y Diana sabían exactamente que estaba ocurriendo en su casa y tenían mucho miedo a su papá. Una noche, cuando no podrían dormir, Esteban y Diana eran buscando a su mamá. Oyeron ruidos en la cocina y cuando investigaron los dos vieron a su mamá en el piso, estaba inconsciente y su padre estaba parado sobre ella. Después de esta noche, los dos juraron proteger a su madre. Sabían que necesitaban hacer algo, pero ¿qué? Cuando trataban de defender a su madre estaban heridos. No pudieron llamar a la policía por que su madre fue enamorada con su esposo y no quería romper su corazón. ¿Era su nueva normalidad? A medida que pasaban los años la situación empeoraba. Su estado de perder ánimo se deterioró y comenzó a abusar a sus hijos. Comenzó especialmente después de perdió su trabajo. Un día, cuando él fue afuera de la casa, Esteban habló con su mamá. Le suplicó que lo abandonara. “¡Mamá, él va a matarnos!” Cuando oyó estas palabras su corazón se rompió. Veía sus lágrimas y lloraba también. Daba cuenta de que su matrimonio era tóxica y sus hijos estaban sufriendo. “Como me abandona mi marido?” se pensó. “¿Como estaremos seguro?” Ella sabía que él no les dejará. Con cuidado ella planear su huida. La policía de Honduras no era muy útil en esas situaciones. También, sus padres eran muy tradicional. Nunca la habrían dejado volver a casa. Su última opción era huir sola. Se esperaron para unos días hasta que él supieron que él saliera de casa. Ella sabía que solamente tenía una ventana de oportunidad muy pequeña. Ella empacó una maleta para ella y sus hijos para viajar más rápido. Puso su ropa, sus partidas de nacimiento, y el

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dinero que salvó durante su trabajo en la escuela secundaria. Finalmente, puso una fotografía de su boda. Se escapó con sus hijos sin intención de regresar. Sabía que no tenía habilidades o una educación, pero su amor para sus hijos era más fuerte que sus miedos. Con solamente tres ciento dólares en su bolsa, María y sus hijos se embarcaron a un autobús para México. Iba a Cancún porque ella puede hablar en inglés y Cancún es un lugar muy popular para las turistas americanas. Ella era muy nerviosa. Se pensaba “¿Dónde vivimos? ¿Cómo encuentro una escuela para mis hijos? ¿Cómo puedo pagar mis cuentas?” Su última esperanza fue su amiga de la escuela secundaria, Ana. “Lo siento para no llamarse, Ana” dijo María. “Ay no te preocupes María, te extrañe mucho. ¿Que pasa con tu y Vicente?” dijo Ana. María expliqué su situación a Ana. “Ah yo veo. Vicente fue la razón que tu corte todos los lazos con sus amigos. No te preocupes mi amiga, tú y tus hijos pueden quedarse conmigo” dijo Ana. “De hecho, puedes trabajar en el hotel conmigo. El jefe le encanta contratar personas que pueden hablar en inglés.” María estaba llorando, era aliviado. “Muchísimas gracias, Ana. Espero que puedo salvar dinero suficiente para mudarse a América. Quiero darles una vida mejor” dijo María mientras miraba a sus hijos durmiendo. María era una mesera para dos años y se salvó todo su dinero para ganar sus papeles para los estados unidos. Trabajaba por quince horas por día mientras sus hijos asistir a la escuela. Durante su trabajo, María fue hablando con un huésped del hotel. Resulta que él era un abogado quien se especializaba en la ayuda para inmigrantes. Después de escuchar su historia, él prometió a ayudar a María. “Porque quiere ayudarse a mí?” dijo María. Él dice “porque era un inmigrante también, y visto de primera mano las dificultades del sistema de inmigración en nuestra país.” Él tenía mucha influencia en el gobierno americano y consiguió su visa. Después de salvando quince mil dólares, María pagó por sus papeles y cruzó a la frontera con sus hijos. Ella se mudó a Nueva York y trabajaba en la oficina del abogado quien se ayudé. Trabajaba muy fuerte durante los días, y durante las noches, quedaba por sus hijos y estudiaba para entrarse a la universidad. Después de muchísimas horas de trabajo, ella ganó una beca para asistir a NYU. Quedó para sus hijos, trabajó muy fuerte en la oficina, y también asistía a una universidad muy prestigiosa. Después de la graduación, María se convirtió en una ejecutiva de un bufete de abogados. Finalmente, después de muchas dificultades de la vida, María se dio cuenta de que era inteligente. Su confianza volvió, y se convirtió en un éxito. María fue un ejemplo de la fuerza de los inmigrantes. Trabajó muy fuerte y se convirtió en una ejecutiva. También, ella demostró la fuerza de las mujeres y las madres. Su matrimonio había terminado, se experimentaba la congoja, el abuso, y la pobreza. Pero ella se superó a todos solamente por una razón: para dar una vida mejor a sus hijos. Esta historia es muy común y muestra la dedicación y fuerza de los inmigrantes.

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El viajero Alejandra Vanegas Un día de primavera, una niña estaba sentada en una banca al lado de un camino en su vecindario leyendo un libro. Ella tenía pelo corto, pintado como una mezcla de morado y gris. Tenía puesta un overol negro y de bajo tenía una camisa azul y leggings negros. De repente un viento muy fuerte vino y estaba soplando todo alrededor de ella y tan rápido que llegó también detuvo. Después, ella se puso de pie y volteaba la cabeza para mirar alrededor de ella, en la esquina de su ojo miraba un hombre con pelo café que vino hasta su frente y un traje largo. Él tenía una cara determinada y fue atrás de un edificio. A ella le parecía muy extraño, porque ella vivía en ese vecindario toda su vida y conocía a todos en ese pueblo y nunca lo había visto. Pienso que a lo mejor él nomas estaba pasando a través. La próxima semana ella lo vio otra vez. Miraba como él se iba a ir al mismo lugar, y seguramente si fue al mismo lugar. Esta vez ella decidió seguirlo. Ella corrió muy rápido para alcanzarlo y cuando alcanzaba el edificio se escondió detrás del. Ella asomaba la cabeza por la esquina para que él no la viera. Lo que ella vio le pareció muy extraño. Él estaba acercándose a un contenedor de basura, lo abrió y después empezó a meterse. Ella miraba con asombro y pensaba en su cabeza, ¿por qué razón se metía en un contenedor de basura? Cuando él cerro la tapa ella corrió a el contenedor y trato de escuchar dentro. Ella puso su oreja cerca del contenedor y lo oyó hablando sobre cosas raras. Ella decidió que necesitaba averiguar qué estaba pasando allí y abrió la tapa del contenedor. Cuando miraba dentro nada estaba ahí, nomas bolsas de basura. Ella pensó, ¿cómo es posible si lo vi entrar y lo oí? Regreso a su casa pensando que a lo mejor estaba teniendo un tipo de alucinación o nomas estaba muy cansada. En la noche después de cansarse ella regresó al mismo camino nomas para mirar si el contenedor de basura todavía estaba ahí. Seguramente estaba ahí, en el mismo lugar como lo había dejado en la tarde. Ella se acercó y extendió su mano, lo golpeaba para ver si pasaba algo. No pasaba nada, pero oyó un leve zumbido. Abrió el contenedor y esta vez movió las bolsas de basura tratando de encontrar la fuente del zumbido. No podía identificar el sonido, así que decidió que volvería temprano en la mañana y observaría el contenedor para ver si podía divisar al hombre. La próxima mañana ella se levantaba muy temprano para ver al hombre. Se puso unos leggins negros, un suéter gris y unos converse negros. Ella esperaba, sentada en el mismo banco donde lo vio la primera vez. Así que ella no parecía llamativa, tenia un libro en la mano, pero todo lo que hacía era mirar a la gente en las calles y alrededor de ella tratando de echarle un vistazo. Después de sentarse allí, observando a la gente durante una hora y media, sintió que estaba siendo obvia, así que comenzó a leer su libro. Ella tardaba alrededor de cinco minutos en leer su libro cuando alguien se sentó a su lado en el banco. Ella no levantaba la vista de inmediato, pero la persona comenzó a decir, “es un buen día, está soleado, pero es agradable y ventoso, ¿no crees? “Supongo que sí”, comenzó a decir, apartando los ojos de su libro para mirar a la persona. Cuando miraba a la persona, se dio cuenta de que reconocía el cabello, sus ojos se lanzaron a sus ropas. Era el hombre que ella había estado esperando, con el mismo traje largo. En su cabeza pensó, ¿podría realmente ser él? Ella se sentó allí en incredulidad cuando él comenzó a hablar de nuevo, “sabes que también me gusta ver a la gente.” “¿Qué?,” ella dijo. “Sabes, si realmente quisieras entrar tanto que podrías haber preguntado,” él dijo. “¿Entra dónde?,” ella pregunto. “En el contenedor,” él dijo. “Lo abrí y no había nada mas que basura allí,” ella contesto. “Ahh” él dijo, “eso es porque miraste sin permiso.” “¿Y tener permiso hace que? Deshacerse de la basura,” ella dijo. “Ven a verlo usted mismo,” él dijo. Ella dudaba, pero pensó para si misma, que tiene que perder en tal caso le tranquilizaría. Ella

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estuvo de acuerdo, “mi nombre es Lola, Lola Stormborne.” “Encantado de conocerte, Lola, soy John, John Harkness.” Llegaron al contenedor de basura, él usaba una llave para abrir la puerta al lado que no había notado antes. “Pues entra,” dijo John. Ella se asomó y estaba vacía. Raro, no vi que recogieran la basura esta mañana, pensó a ella misma. Ella comienza a meterse cuando él dice, “métase completamente.” Era un lugar realmente pequeño. Ella lo sintió entrar detrás de ella y lo escuchaba cerrar la puerta. Tan pronto como se cerró, el contenedor se expandió a una gran sala, se lleno de muebles y todos tipos de aparatos. “Whoa” dijo ella, “es mas grande en el interior” “¿Qué tipo de lugar es este?” Se paro detrás de ella con los brazos cruzados y una sonrisa en su rostro. “¿Genial no lo es? Es mi maquina de viaje.” “¿Entonces que, nomás viajas a diferentes lugares en un contenedor de basura?” ella pregunto. “No solo lugares sino también tiempo” él dijo. “Entonces, ¿es una máquina del tiempo que puede ir a diferentes lugares también?” ella pregunto. “Exactamente,” él dijo. “¿Por qué es un contenedor de basura?” “No es, eso es el filtro del maquina para que nadie lo note.” “¿Cómo se que estas diciendo la verdad y no solo eres una persona loca?” “Umm, lo viste expandirse, pero si necesitas más pruebas, ¿a dónde te gustaría ir?” “¿Cualquier lugar en tiempo?” ella pregunto. “Si,” él dijo. “Bien entonces me gustaría conocer a Lorenzo el Magnifico por favor.” “Ah, Lorenzo de’ Medici, buen amigo, no lo he visto en mucho tiempo. Su familia hace buen vino.” Lola lo miraba asombrada y él comenzó a sacudir algunos interruptores y tirar de algunas palancas y la maquina comenzó a temblar y hacer ruido. La maquina se detuvo y él anuncio, “estamos aquí.” Abrió la puerta y salió. Ella lo siguió afuera y se quedo inmóvil. Estaban en Florencia, República de Florencia. Pues vamos, dijiste que querías conocer a Lorenzo. Ella comenzó a seguirlo y cuando miraba atrás de ella a la máquina, ahora era un carruaje. Ella se quedo mirando con asombro cuando se dio cuenta de que él se estaba adelantando, así que ella se apresuró a ir. Cuando lo alcanzaba, tenía un millón de preguntas corriendo por su mente. ¿Cómo es posible esto? ¿De donde es John? ¿Es un alienígena de algún tipo? ¿Cómo llego a tener la maquina? ¿John y Lorenzo son realmente amigos? Cuándo lleguen a Lorenzo, ¿Cómo podrá hablar con él si no sabe italiano? Y finalmente, ¿estoy soñando esto? John comenzó a hablar: “si, esto es real y no, no estas soñando. Y podrás entender a Lorenzo y él te entenderá porque mi maquina entiende todos los idiomas y, naturalmente, los traduce en tu cabeza, incluso si ya no estás en ella. Y no puedo leer tu mente, pero estabas callada por un tiempo, así que pensé que estabas pensando en todas estas cosas. Por cierto, soy una especie de extraterrestre de un planeta diferente, pero eso no es realmente importante en este momento.” Continuaron caminando, su mente aun acelerada. John se detuvo en sus pasos, poniendo su brazo delante de ella para detenerla. “Estamos aquí,” dijo. Llamo a la puerta y un guardia le respondió. “Ah, Messer Harkness entra, Messer Medici acabo de llegar, le diré que estas aquí inmediatamente” dijo el guardia. “Gracias” dijo John. Se quedaron en el vestíbulo esperando cuando un hombre entro en la habitación. “¡Ah, John! Ha pasado demasiado tiempo.” Se abrazaron. “¡Lorenzo amigo! Se que he querido visitarlo, pero ya sabes cómo es la vida.” “¡Ciertamente que sí! ¡Disculpe mis modales! ¿Y quien es esta encantadora signaría? ¿Es signoa Harkness?” “Oh no, ella es solo una amiga. Esta es la signaría Lola Stormborne” dijo John. “Por favor llámame Lola,” dijo Lola saludando a Lorenzo. “Pues vamos, estamos a punto de comer y me encantaría si los dos acompañaron,” dijo Lorenzo. “Sabes que no puedo decir no a una buena comida,” dijo John. Pasaron el resto del día comiendo y bebiendo vino con Lorenzo y su familia. Cuando no estaban llenando sus estómagos, estaban caminando por su finca y montando a caballo por el viñedo. Cuando oscureció, John pensó que era hora de regresaran a su máquina. En el camino Lola y John estaban hablando, dijo Lola, “ese fue un día maravilloso, creo que fue el mejor de mi vida.” John dijo, “y si te dijera que podrías tener más aventuras como estas.” “¿Me estas pidiendo que

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viaje con usted?” pregunto Lola. “¿Por qué no? Usted mismo lo dijo, fue uno de los mejores días de su vida, ¿Cuáles son algunos más aventuras? Además, no es como iba a fallar algo en casa porque siempre podría regresar.” “Tienes razón: dijo Lola. Y se fueron a la máquina del tiempo y viajaron a muchos lugares en el pasado y al futuro y a diferentes planetas y galaxias con aventuras esperando en cada esquina.

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La bruja dotada Caitlin Avery Érase una vez, una niña llamada Juliana García, que se mudó lejos de su ciudad natal en Colombia, al Reino Unido. Estaba muy frustrada por la mudanza, pero sus padres le dijeron que se acostumbraría muy rápidamente a su nuevo hogar. Juliana estaba confundida, ella no entendía porque tenía que dejar a sus amigos y familiares para mudarse al otro lado del mundo. Sus padres dijeron que asistiría a la escuela para estudiantes como ella misma. No entendía lo especial que era y pensó que era una locura mudar a toda la familia a Europa por una nueva escuela. Llegaron a su nuevo apartamento y comenzaron a desempacar cajas de su vida antigua. Su madre le aseguró que haría nuevos amigos y estaría en la cima de su clase. Su madre no estaba segura de cómo decirle a Juliana lo especial que era. Así que una tarde, mientras preparaba un té, sentó a su hija y le dijo que era una bruja, y que se mudaron a Inglaterra para ir a la escuela de brujería de Hogwarts. Juliana se sorprendió al enterarse que toda su vida había sido una bruja capaz de hacer magia. Sus padres la llevaron a comprar lo que necesitaba para la escuela. Entraron a un pequeño restaurante y pidieron ver el dueño. Las instrucciones en la carta de aceptación de la escuela decia que le dijeran al dueño que ella era una bruja. Una vez que le dijeron, los llevó a la parte de atrás de la tienda. El propietario les dijo que caminaran a través de la pared en la parte trasera de la tienda, y que estarían donde necesitaban estar. La familia caminó a través de la pared y estaban de pie en medio de un centro comercial ocupado. La lista de cosas que necesitaban consistía en una varita, un uniforme y libros escolares. La escuela también les permitió traer un animal para tener como mascota, podían traer un búho, un perro o un pez. Juliana siempre había querido un perro, así que les rogó a sus padres que eligieran un perro. Entraron en la ruidosa tienda de mascotas y miraron al grupo de perros en la tienda. Inmediatamente escogió un pequeño perro blanco y negro y lo llamó "Q-tip". Luego salieron de la tienda y compraron las otras cosas que ella necesitaba. Juliana estaba muy nerviosa porque tendría que estar lejos de sus padres y vivir en un castillo con otros estudiantes de su edad. Después de tomar un largo viaje en tren por el país finalmente llegó al castillo. Una de las maestras, la señora Pomfrey, reunió a todos los niños y les dijo que iban a ser separados en diferentes casas. Las casas representaban dónde vivirían los estudiantes y quiénes serían sus amigos. Cuando se llamó su apellido, Juliana se sentó en una silla y la señora Pomfrey le puso un sombrero en la cabeza. El sombrero comenzó a hablar, diciendo que ella debería estar en la casa que representaba amabilidad y compasión. Después de un minuto de pensar, el sombrero gritó el nombre de una casa llamada Hufflepuff. Todas las niñas y niños mayores de Hufflepuff aplaudieron cuando Juliana se sentó en su mesa. Ellos serían su familia en la escuela. Después de ser asignados una casa, todos los niños cenaron y luego fueron mandados a la cama. Los profesores acompañaron a los alumnos a sus nuevas habitaciones. Juliana conoció a sus nuevos amigos con los que compartiría habitación. Kayla, una chica baja y muy tranquila que traía más libros que ropa. Jasmin, que era muy extrovertida y fue la primera en hablar con todos. Y Andrea, ella era muy atlética y no quería ser bruja, su sueño era ganar la Copa del Mundo de fútbol. Todos fueron muy amables con Juliana y se hicieron amigas rápidamente. La primera semana había terminado y las clases estaban por comenzar. Juliana estaba muy nerviosa porque nunca había practicado magia ya que sus padres no son brujos. Ella sintió que estaba retrasada y que todos los demás estudiantes estaban más avanzados que ella. Su primera clase del día fue Magia Defensiva con el profesor Flitwick. Les enseño a bloquear los hechizos y hacer que la varita de otra persona saliera de su mano. Fue una clase muy divertida para los estudiantes y Juliana aprendió cosas nuevas rápidamente. Ella fue la primera persona en dominar

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todos los hechizos ese día e hizo enojar a algunas de las otras brujas. Una niña llamada Patricia le dijo a la clase que lo que estaban aprendiendo era fácil y que ha estado practicando hechizos más difíciles. Patricia fue grosera con todos, y pensó que ella era más inteligente que todos los demás. Vio a Juliana hacer todo casi perfectamente, se enojó y fue a hablar con ella. Patricia le dijo que se reunieran en la cocina después de que todos estuvieran dormidos para descubrir quién era la bruja más inteligente en la escuela. Esa noche, Juliana se despertó para encontrarse con Patrica y sus amigas en la cocina. Sus amigas la acompañaron para apoyarla y querían que ganará. Para prepararse para luchar contra Patricia, leyó todo su libro de Magia defensiva para que supiera hacer más hechizos. Caminaron silenciosamente todo el camino hasta las cocinas para que los maestros no se despertaran y los atraparan. Cuando entraron, Patricia estaba parada en medio de la habitación esperando. Todas las otras chicas contaron y luego vieron la magia más hermosa. Juliana era una natural, bloqueó todos los hechizos de Patricia. Al final, la convirtió en un gato hasta que accedió a disculparse por tratarla de forma diferente porque tenía padres que no eran brujos. Juliana dio la mejor primera impresión, y les explico a todos que todos eran iguales y que no importaba de dónde vinieran.

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