Índice de contenido Los editores
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Ponte el reloj Adel Hassan
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El poder de la perspectiva Dillon Humpal
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Mi juventud y el bebé que cambió todo Anna Hanel
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Las estrellas cuento Evelyn Housson
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Un viaje de camping Sabrina Hernandez
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La Aventura de Jorge y Sophia Abigail Horswell
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El verano de dolor Anabelle Koehler
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La lluvia Kennady Childers
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El tour de tapas Claire Gordon
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La princesa codiciosa Rachel Cunningham
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La casa de mi Abuela Meredith Dickson
37
El pistolero Patty Crabtree
40
El secreto del pasado Garrett Gill
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Un día no ordinario Connor Cunningham
46
Aventura de Alaska John Arnold
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Gracias Cordelio Samuel Britain
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María y Coco Allison Andrews
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Confía en la abuela Joseph Cederholm
61
La chica internacional Sarah Aloumar
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Los otros parientes Julia Anderson
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Nuevo espacio Rachel Sumang
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Fuentes de diversidad Jonah Robinson
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La alma de la mesa Spencer Marren
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La mudanza Chloe Todd
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Juventud y los espacios: versión de Chick-Fil-A Jacob Williams
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Las tortugas Trenton Perez
87
El espacio del parque y mi barrio peligroso Jacqueline White
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Los editores Garrett Gill
Howdy, me llamo Garrett. Soy de Allen, Tejas y mi especialización es la ingeniería civil. Estudio en la Universidad de Texas A&M para obtener un título y trabajar como ingeniero profesional. Me encanta jugar deportes los fines de semana, especialmente fútbol y voleibol. Además, me gustaría aprender español para viajar el mundo y comunicar con la gente de otros países.
Kennady Childers
¡Hola! Me llamo Kennady y soy de Waco, Tejas. Tengo veinte años y éste es mi segundo año en Texas A&M. Mi especialización es los Estudios Internacionales y espero trabajar en ley o en el gobierno. En mi tiempo libre me gusta entrenar y dormir. ¡Me encanta estar con mis amigos y mi familia, ellos son maravillosos! El español es muy interesante para mí y espero continuar mejorando mis habilidades.
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Sabrina Hernandez
Jessica Chaires
¡Hola! Me llamo Sabrina y soy de The Woodlands, Texas. Estoy en mi segundo año en Texas A&M y tengo diecinueve años. Tengo una hermana mayor que se llama Victoria y dos perros que se llaman Pancho y Pooky. Estoy estudiando física con una asignatura secundaria en español. En mi tiempo libre me gusta leer libros, pasar tiempo con mis amigas y tocar el piano. Durante la semana, trabajo para un profesor de física en un laboratorio. ¡Estoy muy entusiasmada para continuar los estudios en español!
¡Howdy! Me llamo Jessica Chaires y soy de Austin, Texas! Tengo veintiún años y estoy en mi tercer año en Texas A&M. Tengo dos especializaciones en económicas y ciencias políticas y me encantan ambas. Quiero ser una abogada de propiedad intelectual y espero aprender español ayude en mi carrera. En mi tiempo libre me gusta leer, ver Desperate Housewives, viajar con mis amigos y jugar con mis perros Milo y Teddy.
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Ponte el reloj Adel Hassan Miré al maldito reloj y pensaba en lo que me había dicho mi mamá. —Mijo, este reloj es muy importante. Te dará el poder de cambiar el mundo.— me había aconsejado. Pero el único poder que quería en ese momento era él de traerlos de regreso a mis padres. Y ya sabía que el reloj no podía hacer eso. ¡Ese maldito reloj! Por la culpa del reloj era que mis padres habían muerto. Si no hubieran tenido el reloj y sus poderes, no se habrían ido a luchar contra el Demonio Rojo. Si no los hubiera encantado con la promesa de cambiar el mundo, mamá y papá todavía estarían vivos, hablando y charlando y pasando tiempo conmigo. Estábamos contentos, pero ese reloj estúpido decidió terminar nuestra felicidad. Subí la mano con el propósito de romper el reloj para que nunca pudiera interrumpir la vida de nadie más. Pero me detuve cuando recordé lo que le dije a Mamá en aquel momento. —Pero Mamá, no quiero cambiar el mundo. Estoy contento con todo como está ahora. ¿Por qué arreglaría un mundo que no está roto?— contesté cuando me dio el reloj. Inmediatamente, podía ver la tristeza en su cara y me di cuenta que había contestado mal. —Rafael, ya sabes que mientras que nosotros estamos seguros y contentos, hay mucha gente que está sufriendo ahorita. Nosotros los que tenemos la dicha también tenemos la responsabilidad de ayudar a los que no comparten nuestra suerte.—me explicó. Sabía que no debía añadir más y que ya había dicho demasiado, pero sentía que tenía que explicarme. —Pero ¿qué pasa si no quiero ayudarlos? Hay mucha otra gente que quiere ser héroe, pero yo no. Yo sólo quiero vivir mi vida tranquilo. Mamá, no soy como los otros niños que quieren ser ricos y famosos, que quieren morir con valor y convertirse en leyendas. Sólo quiero ser buen panadero y vivir contento con ustedes. ¿Por qué no puedes darle el reloj a alguien que lo quiere y necesita? — dije sin pensar. Tan pronto como lo dije, podía ver lágrimas en los ojos de mi madre. —Lo-lo siento, mamá. N-no quería decir e-eso. Puedo ponerme el reloj si tú quieres.—me disculpé. —No tienes que disculparte, mijo. Entiendo que es difícil. Al principio yo también era como tú. Pero tendrás que perseverar. No puedes dejar que otra 6
persona asuma la responsabilidad. Tú tienes el poder, y por eso, si te gusta o no, tienes que usarlo. Un día entenderás. — Con eso, salió de la casa, dejando el reloj en mis manos. Esa noche fue la última vez que hablé con ella. Cuando me desperté en la mañana, navegaba en Twitter cuando de repente encontré una noticia anunciando que el Demonio Rojo había matado a siete personas, incluyendo dos héroes. No tenía que leer el resto del artículo para saber que esos héroes eran mis padres. Cuando la policía llegó para darme el mensaje oficial, no me levanté del asiento. Seguía mirando las fotos de mis padres en la pantalla hasta que los oficiales se retiraron. … El próximo suceso que recuerdo es que me desperté. Me parecía que me había acostado en el escritorio, en frente de la computadora. Cuando levanté los ojos, vi que tweet tras tweet aparecía en la pantalla. Supuse que algo sucedía, y sin pensar mucho, empecé a leerlos. —¿Qué pasa en la panadería Suárez?— preguntó alguien. —¿Alguien oyó un choque alrededor de la calle Independencia?— dijo otra persona. —@SantaClaraPD Envíen la policía a la panadería, rápido—mandó otro. Habían muchos otros tweets, pero todos decían más o menos la misma cosa. Parecía que algo horrible pasaba en la panadería Suárez. Esta noticia me molestaba, porque el dueño, el Sr. Suárez, era mi amigo íntimo. Cada día, después de la escuela, iba a la panadería porque mis padres nunca llegaban a casa hasta muy tarde en la noche. No me gustaba estar solo en casa, y la panadería estaba muy cerca de la escuela, así que charlaba con el panadero mientras él hacía pan y yo hacía la tarea. El Sr. Suárez era un hombre muy amable, y me encantaba hablar con él sobre lo que aprendíamos en la escuela, las noticias del día, y el chisme del pueblo. Era completamente diferente de mis padres, que siempre estaban en el trabajo, y aún cuando regresaban a casa, sólo hablaban del trabajo y sus planes del mañana. Pero nunca tenían tiempo para sentarse y hablar conmigo. Detestaba eso, no a mis padres, porque todavía creo que eran buenas personas que hacían todo el esfuerzo que podían, pero sí detestaba su trabajo. Por eso decidí volverme panadero, para que pudiera vivir una vida sencilla como el Sr. Suárez y no la de un superhéroe como mis padres habían escogido. Ahora, ojalá que puedas entender por qué me importaba tanto la panadería. No era posible que yo dejara que algo malo pase al Sr. Suárez y su tienda, pero me 7
parecía que algo muy malo estaba pasando en ese momento. Tenía que ayudar, pero no sabía que podía hacer. No tenía el entrenamiento ni de un policía ni de un médico, y ahora, eso era lo que se necesitaba, no un estudiante de la secundaria. El álgebra no salva a nadie durante un desastre. Entonces vi una foto que detuvo mi corazón. Allí, en frente de la panadería destruida, se paraba el Demonio Rojo, atacando a la gente con sus garras. En el fondo, podía ver el Sr. Suárez, escondiendo detrás de una ventana rota. El subtítulo de la foto preguntó—¿Así parece la ciudad después del muerte de los Ángeles?— Inmediatamente, yo sabía lo que tenía que hacer. Corrí al cajón con el reloj y lo abrí. Sin embargo, antes de coger el reloj, vacilé por un momento. Usar el reloj significaba hacerse superhéroe. Si lo llevara una sola vez, los villanos nunca dejarían de atacarme a mí y al pueblo que me encantaba. Entonces nunca podría vivir tranquilamente como panadero. Pero me recordé que eso no importaba, lo único que importaba era asegurarme que el Sr. Suárez estuviera salvaguardado y no dejara que el Demonio Rojo hiera a ninguna persona más. Con el reconocimiento que estaba terminando mis propios sueños con mis propias manos y la resolución de salvar lo que amaba a pesar de todo, me puse el reloj.
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El poder de la perspectiva Dillon Humpal La juventud trajo muchas memorias. Para la mayoría de personas, la idea de la juventud trae muchas emociones como felicidad, paz, y esperanza para el futuro. Eran tiempos más simples sin tantas preocupaciones. Mirando hacia atrás, doy más gracias por esos tiempos, situaciones, y espacios. No hacía esto porque realmente quería regresar. Lo hacía porque tenía la perspectiva de saber que esos momentos me habían hecho ser quien soy. No podía cambiar lo que había pasado, pero podía reflexionar en los diferentes espacios de mi vida y trataba de hacer mejor las cosas. Más importantemente, quería hablar específicamente del crecimiento. Iba a hablar de la perseverancia en tiempos duros y el cambio y crecimiento que venían con esos tiempos. Cuando hablábamos del crecimiento imaginaba cómo pensaba cuando era niño. Siento que pensaba en el crecimiento de la altura o cómo mejorar el jugar videojuegos. Como dije antes, eran tiempos más simples. Lo que era irónico era que cuando éramos niños, no queríamos ser niños; queríamos ser adultos y lo queríamos en ese entonces. ¡Qué raro que pensáramos así porque no teníamos la perspectiva que tenemos ahora! ¿Quién hubiera pensado cuando éramos niños que el crecimiento importante no sería la altura? ¿Qué habría otras formas de crecimiento más poderosas? Definitivamente yo no. El crecimiento espiritual, social, y en general de cómo ser un humano todos eran ideas que habrían sonado extrañas para mi. Pero, estos tipos de experiencias fueron las que me formaron cuando estuve en mi niñez. Todos hemos tenido tiempos difíciles que nos han afectado profundamente. Yo, específicamente, puedo pensar en unos momentos distintos en vida que me han impactado así. Crecí en una casa con raices y cultura rica en tradiciones mexicanas; mi mamá nació en Monterrey, México y mi papá nació en Nebraska, pero la cultura de México dominaba mi familia. Mi familia era una que siempre estaba cerca y nos tratamos con amor la mayoría del tiempo. Crecer en esta casa fue una bendición, una bendición que no duraría para siempre, tristemente. Cuando tenía 13 años, mi familia y yo fuimos de vacaciones a esquiar en Colorado. Habíamos volado en nuestro avión por muchos años. Era un avión con dos motores hélices con capacidad para ocho personas. Había mucho viento cuando íbamos aterrizar en Colorado. Toda mi familia estaba dormida y había mucha 9
paz. De repente, hubo un fuerte sonido y el avión empezó a descender muy rápido. Miré por la ventana y podía ver las montañas y los árboles de Colorado y luego todo se volvió blanco. Nuestro avión chocó a 90 pies de la carrera de avión. Cuando desperté todo era un caos. Mi papá estaba muy lastimado, mi hermano mayor se estaba volviendo loco para salir del avión, mi hermanita empezó a levantarse, y mi mamá no respondía a nada. Salí del avión con mi hermana y nos sentamos en la ala del avión. Mi papá estaba tratando a resucitar a mi mamá y finalmente, los paramédicos habían llegado. Se sentía como un sueño malo. Nos fuimos al hospital heridos y en shock. En el hospital, estuve con mi papá y hermano en un cuarto y volaron a mi hermana a Denver en un helicóptero. Ella estuvo en coma por dos semanas con muchos problemas. Allí en el hospital es donde mi hermano me dijo que mi mamá había fallecido. En ese momento había muchas emociones negativas que entraron a mi cabeza. Me sentí como si alguien hubiera golpeado mi alma. Lloré con mi hermano y mi papá por mucho tiempo. Cuando tuvimos la fuerza, nos fuimos a Denver para estar con mi hermana y empezar a sanar en familia. Los próximos meses fueron difíciles, pero nuestra familia nos apoyó con amor. Empezamos a sanar de nuestras heridas, crecer en paz con Dios y regresar a una vida normal sin mi mamá. Volví a jugar deportes como tenis, básquetbol, y fútbol americano otra vez. Específicamente, tenis fue el deporte que me ayudó mucho para poder sanar. Fue el deporte favorito de mi mamá. La escuela empezó otra vez y la vida continuó. Pensábamos que habíamos pasado por lo peor, pero no sabíamos qué pasaría después. El accidente de avión y la muerte de mi mamá fueron muy difíciles para mi hermano mayor. Tenía problemas controlando sus emociones y estaba tomando medicina para ayudarle. Un día mi papá vino a mi práctica de básquetbol para recogerme temprano. Vi en su cara que algo pasó. Afuera de mi práctica, me dijo que mi hermano había fallecido mientras dormía por la noche. Yo no podía sentir nada. Sólo sentí dolor. En menos de un año, habíamos perdido a mi mamá y a mi hermano. Era un tiempo horrible en mi vida porque tenía dolor y tristeza por perder a mi hermano, fue como el sentimiento de perder a mi mamá de nuevo. El dolor fue casi insoportable. En este tiempo de mi vida, tenía una decisión; podía parar mi vida y estar enojado para siempre o podía tomar control de mi vida y vivirla como mi mamá y mi hermano querrían que lo hiciera. Decidí tratar de vivir mi vida al máximo. Quería ser el mejor ser humano posible, pero al mismo tiempo, sin energía negativa porque no tenía nada que perder. Empecé a jugar 10
mucho tenis otra vez y a enfocarme en mi educación. La única forma de sobrevivir en este espacio de mi vida era crecer rápido, entonces eso fue exactamente lo que hice. Durante la preparatoria, tuve éxito con el tenis, el basquetbol, y la escuela. Gané el campeonato estatal de Texas en tenis cada año que estuve en la preparatoria y me gradué segundo lugar de mi generación. Después, fui a la universidad de mis sueños, Texas A&M University, y ahora estoy preparándome para aplicar a la escuela de medicina. Sin la perspectiva que encontré y sin el crecimiento que viví durante la tragedia, no estaría donde estoy hoy. El crecimiento en la juventud es una idea que es subjetiva. Todos han tenido experiencias diferentes que los han formado. Personalmente, mis experiencias me han demostrado que mi perspectiva tiene una gran importancia en cómo vivo mi vida. Sé que si tengo un día malo, también podría ser peor. Sé que puedo tener emociones negativas en cualquier situación en la que me encuentre, pero en lugar de eso, elijo a dar gracias por lo que tengo. Esto es porque entiendo que todo es temporal y se puede ir en cualquier momento. Entiendo esto por las tragedias que han pasado en mi vida. Podría tratar de olvidar todas estas experiencias, pero en cambio, las recibo con los brazos abiertos y no lo habría querido de ninguna otra manera.
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Mi juventud y el bebé que cambió todo Anna Hanel Juventud. Muchas cosas diferentes pueden cambiar el curso de una vida y puede interrumpir el juventud. Para mi, este momento ocurrió cuando yo tenía siete años. Siempre yo había sido el más joven en la familia. Yo tenía una hermana que tenía catorce años y un hermano que tenía once años y yo tenía siete años. Todo mi familia siempre me llamaba la bebé de la familia y yo siempre actuaba como una bebé también. Era el Día de San Valentín, el catorce de febrero, de dos mil seis. Mi familia acaba de terminar de cenar cuando mis padres dijeron que ellos tenían algo para decir a mí y mis hermanos. Ellos dijeron —Nosotros vamos a tener un nuevo miembro de la familia—. Mis hermanos y yo estábamos muy confundidos. Nosotros no les creímos porque mi madre tenía cuarenta y cuatro años. Nosotros nunca pensábamos que podríamos tener un otro hermano. Mis padres dijeron —Nosotros estamos diciendo la verdad. Nosotros vamos a tener un nuevo bebé y su cumpleaños va a ser en octubre—. Todavía nosotros no les creíamos, pero después en el día ví que mi mamá comió las vitaminas prenatal. Inmediatamente yo flipé. Yo corrí por las escaleras a mis hermanos y les decí que nuestros padres estamos diciendo la verdad y nosotros realmente vamos a tener un nuevo bebé y hermano. Mis hermanos estaban sorprendidos y confundidos pero no estaban enojados. Después en el noche, mi hermano mayor me llamó a venir a su cuarto. Fui a su cuarto y él me dijo —Anna, ya no eres la bebé. Ya no vas a tener todo el atención. Tú necesitas madura de una vez—. Esta conversación era muy difícil para entender. Para todo mi vida, yo siempre era una princesa. Estaba miedo porque yo no sabía cómo iba a cambiar mi vida. El día llegó: el dieciséis de octubre dos mil seis. Mi hermano menor fue nacido. Mis padres decidieron a llamarlo Jacob. Era un milagro que él no tenía disabilidades o deformidades. Mi mamá era más viejo de muchas otras mamás y por eso él era de alto riesgo. Recuerdo que estaba en mi clase del grado segundo cuando mi abuela me recogió a escuela y me trajo al hospital para ver mi nuevo hermano. El momento primero que ví Jacob, me enamoré de él. Algo al dentro de mí cambió. Todo mi vida ahora que el fue nacido, cambió completamente. 12
Cuando mi mama trajo mi hermano a casa estaba obsesionada. Todo el tiempo quería a sostenerlo y darle de comer a él. Yo quería ser su mamá a pesar de que tenía siete años. Todas mis tías siempre dicían que yo era la mamá de mi hermano menor. Mi mamá es médico y después del nacimiento de mi hermano ella solamente tomó dos semanas de licencia de maternidad. Por eso, yo pasaba mucho tiempo cuidando de él cuando estaba muy pequeñito. Yo jugué con Jacob todo el día. Yo cambié sus pañales. Yo dé de comer a él y si una otra persona trataba a dar de comer a Jacob, él lloraba y rechazaba a comer. También él dormía en una cuna en mi cuarto. Todo que yo hacía cuando Jacob era un bebe, me enseñó como ser una hermana mayor. Yo ya no estaba la bebé de la familia. Yo ya no estaba la niña que estaba mimado. Yo cambié mi vida y me enseño mi nuevo papel en la vida. El nacimiento de mi hermano menor también cambió la manera de que otras personas me veían. Yo gané más responsabilidad y muchas personas tenían más confianza en mí porque ellos vieron que yo era capaz a cuidar por alguien más. Ahora mi hermano y yo tenemos una relación muy buena. Nosotros somos mejores amigos. Todavía nosotros pasamos mucho tiempo juntos. Nosotros montamos bicicletas juntos casi cada día que yo estoy a casa en Houston. También, Jacob y yo construimos fortalezas increíbles juntos hecho con las sábanas y almohadas. Cuando estoy en Houston, yo siempre ir a ver sus partidos de futbol y beisbol y yo siempre animo por él. A veces nosotros pasamos tiempo haciendo cosas que Jacob quiere hacer como jugar videojuegos y otras veces, nosotros pasamos tiempo haciendo cosas que yo quiero hacer como pintar. Esta experiencia me ha afectado mucho en el día presente. La experiencia cambió la forma en que quiero vivir mi vida. Quiero pasar mi vida cuidando por otros. Mi hermano menor me hizo darme cuenta de que quiero ser en el campo de cuidado médico. Cuando yo empecé universidad, quería ser médico. Pero, durante mi tiempo en univerdad me di cuenta de que la salud pública es un mejor ajuste para mi. Con la salud pública, yo puedo prevenir la gente que se enferman. Más específicamente, quiero trabajar en salud materna e infantil. Cuando me gradúo quiero ir a obtener mi maestría en salud pública con una especialización en salud materna e infantil y un otra maestría en trabajo social. Creo que este es los mejor manera que yo puedo ayudar la mayoría de la gente y a la misma vez yo puedo trabajar haciendo lo que yo amo. Quiero protejer niños y madres, y ayudar ellos en los mejor manera posible. 13
En general yo estoy muy alegre que mis padres hicieron un error hace trece años. Porque de este error, mi hermano menor, Jacob fue nacido. Él me enseña cómo ser una buena hermana mayor y como ser responsible. Él se convirtió en uno de mis amigos mejores y alguien que me importa profundamente. Él completamente cambió mi vida y me dió cuenta mis pasiones en mi vida. Porque de Jacob, yo se que yo quiero hacer en el futuro y yo encontré una manera ayudar la gente que son vulnerables y necesitan ayuda lo más. Ahora todavía tengo sueños en que Jacob está un bebe otra vez y yo necesito cuidar por él. Jacob es un enorme parte de mi vida, y se amo mucho.
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Las estrellas cuento Evelyn Housson Antes que conociéramos nuestra galaxia, y mucho antes que las estrellas existieran en el cielo no había nada. Por la noche, el cielo estaba negro. Nadie sabía nada sobre la posibilidad de la luz de las estrellas. Teníamos el sol y era la única luz durante el día. Nadie conocía sobre la posibilidad de un cielo magnífico o una vida magnífica porque las estrellas de noche. Nadie lo sabía pero yo si. Veía la creación de las estrellas y yo sabía que era la única persona que conocía lo que ocurría esa mañana, la mañana del nacimiento de las estrellas. Hace mucho tiempo y como todos los días, tenía hambre para el desayuno y quería comer cereal con leche. Este día sería especial, era muy temprano en la mañana, ninguna persona se habían levantado. No sabía la hora o por qué yo estaba despierta, pero todavía tenía hambre. Antes que el sol se levantara, el mundo todavía estaba oscuro y yo caminaba por la cocina en la noche. En este momento ví a un hombre quien también caminaba en la mañana, pero él no sabía que yo estaba ahí. Le seguía a la cocina y veía lo que él hacía, y que cambiará el mundo para siempre. Él tenía un tazón muy grande y dentro puso su desayuno extraño. No era un desayuno normal. Cuando lo vertío, ví que su cereal no era normal. Como una luz su cereal estaba destellando. Yo sabía que el cereal no consistía de trigo como mi cereal favorito, sino de una luz como el sol, como un fuego mágico. En este tazón estaban pequeños destellos pero no había terminado, buscó en la nevera algo. Pusó en otro tazón un líquido oscuro y grueso. Veía cómo él agregaba este líquido en el tazón con los destellitos. El líquido era denso y se vertía lentamente y también lo mezclaba con su cereal de luz. Con un cuchillo grande, lo incorporaba todo para crear una mezcla con un espiral largo. Era magnífico y fantástico como magia y no podía creer que yo lo estaba viendo. Él estaba feliz con su tazón, terminó de revolver con el cuchillo la mezcla y lo guardó en su pequeña mochila. Todos los colores que existen estaban en el tazón y había más que yo no conocía. Todos los destellitos en el tazón brillaban como solecitos y se mezclaban con el líquido oscuro junto con los colores. Eran bonitos. Tenía miedo porque no quería que él supiera que yo estaba en la cocina. Aunque él parecía un hombre simpático todavía no quería hacer ningún ruido. Aún veía esta situación como si fuera un sueño. Me gustaría describir la mezcla 15
en el tazón perfectamente pero los colores eran tan brillantes que molestaban mis ojos y no podía verlos bien. Los colores eran tan hermosos que me hacían sonreír en silencio. En este momento, sabía que nadie me iba a creer lo que yo estaba viendo. Él vertía la mezcla en el triturador de basura y veía como bajaba por la tubería del lavabo lentamente y se encendía la máquina pero no había ningún sonido. Estaba enojada pero no decía nada. Después de un tiempo, la mezcla comenzó a hacer un sonido ruidoso como unas gárgaras de burbujas. Una vez que él creía que la acción estaba completa, él se fué de la cocina y caminó hacia una colina en la distancia y yo quedé sin palabras. No sabía que era realidad y que no. Me preguntaba —¿cómo podía tirar la mezcla como basura? La mezcla era bonita y parecía como magia. ¿Por qué él no comía su mezcla como cereal y dónde había encontrado los ingredientes? ¿Eran las luces en el tazón como el sol—? Pensaba que este hecho final era imposible, aunque quedaba un misterio. Al mismo tiempo, fuera de la ventana, yo veía como el cielo empezaba a cambiar. La mezcla en el tazón viajaba hacia el cielo y veía las primeras estrellas aparecer. Veía al hombre fuera de la ventana de mi cocina y pensaba que yo debía seguirlo para observarlo mejor. Pensaba que así yo podía encontrar más respuestas para mis preguntas. Terminaba de caminar en la colina y miraba al cielo, y yo lo miraba también. Aún era muy temprano en la mañana y todavía no había luz. El sol no había salido y el cielo estaba negro. El cielo encima de mi cabeza se abría y en el medio, como agua se vertía en una mesa, una mezcla de luces y un líquido oscuro y nublado, se extendía a lado del cielo. Yo hice el sonido como de una risa y tenía miedo que el hombre poderoso escucharlo, pero cuando lo miré, él no estaba ahí. Miraba alrededor pero no había a nadie. Yo sabía que era imposible volver a la casa sin que yo me diera cuenta y además no había edificios o árboles cerca de la colina, solamente el ambiente abierto. Me preguntaba si el hombre incluso existía en realidad. Estaba mirando a la tierra cuando me dí cuenta que podía ver mejor. ¡Miraba al cielo y la mezcla había cubierto más de la mitad del cielo! La mayoría del cielo estaba cubierto con destellitos bonitos, más de un millón. Todos con formas y brillos diferentes, juntos se miraban maravillosos. No lo podía creer; como helado la mezcla se derretía sobre el cielo. Después de una hora todo el cielo se cubrió con colores y líneas de destellitos. Arriba de mi cabeza veía como un espiral de destellitos. Estaba enamorada de los destellitos que se llamaban estrellas. Cuando otras personas se levantaban, miraban con incredulidad también. 16
Después en mis clases de ciencia, los profesores no tenían respuestas para explicarnos el nacimiento de las estrellas, pero yo lo sabía. Después de un tiempo, nosotros le llamábamos por diferentes nombres a las formaciones y modelos de las estrellas en nuestra galaxia, como la vía láctea y las constelaciones. Pero todavía ahora, cuando miro al cielo siempre siento amor por las estrellas. Y quiero guardar el secreto de sus creaciones.
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Un viaje de camping Sabrina Hernandez En un fin de semana en febrero, había cinco amigos que fueron en un viaje de camping en Fredericksburg, Texas. Anna, Kyleigh, Ashley, Juan y Max se prepararon mucho para este viaje corto. —”¿Listos chicos?”— les preguntó Ashley a sus amigos. “—Creo que sí, pero tenemos que asegurarnos de que tengamos todas las cosas que necesitamos.” — respondió Max. El grupo estaban un poco nervioso porque nadie había acampado antes. Max revisó todo con el grupo, y ellos tuvieron todas las cosas: dos tiendas de campaña, la comida, las mochilas, etc. Después de una hora de empacando, los amigos llenaron el coche pequeño de sus mochilas y los víveres. El grupo estaba listo para empezar la aventura en la tarde del viernes. Empezaron sus aventuras de Houston, Texas y Kyleigh manejó su carro a Fredericksburg, Texas al sitio de camping. El viaje fue largo y los amigos se sentían cansados e irritables. Después de cuatro horas, Anna preguntó —¿Casi llegamos?— y, con enojo, Kyleigh le respondió “—¡No, Anna! ¡Cállate!”— Juan les dijo el grupo — “Todos, cálmense. Casi llegamos. Tenemos que llevarnos bien en este viaje.”— Kyleigh, con arrepentimiento se disculpó con Anna. Finalmente, después de un viaje largo, los amigos llegaron al campamento. El grupo inmediatamente empezó a desempacar sus bolsas, mochilas, y las provisiones. Llegaron al final de la tarde, así que tenían que armar las tiendas de campaña rápidamente antes que sol se pusiera. Los amigos estaban cansados, irritables, y tenían hambre cuando llegaron, pero tenían que trabajar rápido para armar todo. Porque nadie en el grupo había acampado antes, nadie supo cómo armar una tienda de campaña. “—Parece muy simple, podemos terminar en 10 minutos”— Juan exclamó con confianza. — “Yo no sé,”— dijo Anna, — “Creo que debemos leer las instrucciones.”— Juan respondió — “No es necesario, podemos hacer esto. Va a ser fácil.”— Casi una hora pasó, y ellos no pudieron armar la tienda de campaña. -“¡Paren, todos! Perdamos tiempo con esto y ya está oscureciendo.” —dijo Kyleigh. El grupo eran frustrados y tenían frío porque esta noche era el más frío del mes de febrero. Finalmente, los amigos, especialmente Juan, aceptaron consejos de Anna y leyeron las instrucciones. Después de esto, el ensamblaje de la tienda de campaña era muy fácil y terminaron rápido. También, los amigos armaron la otra tienda de campaña fácilmente . 18
A medida que avanzaba la noche, las chicas habían logrado en sus tiendas de campaña mientras que los chicos preparaban la cena. Después de un tiempo, los amigos se juntaron para comer y hablarnos Aunque los amigos se enfrentaron con varios desafíos entre el día, estaban muy contentos y emocionados para continuar el viaje. — “¿Todos listos para caminar Enchanted Rock mañana?”— Max preguntó al grupo — “¡Sí!”— los otros le respondieron. — “Pero tenemos que tener cuidado”— Ashley les avisó, — “porque ayer llovió, las rocas van a estar resbaladizo. Puede caerse fácilmente.”— Anna dijo — “Ella es correcto, y también, hay muchos cactus. Tenemos que tener mucho cuidado.”— Juan empezó a reírse y dijo — “¡Chicas, están exagerando! Vamos a estar bien, no se preocupen.”— Ashley le respondió, — “Juan, este es serio. ¡Necesitas tener mucho cuidado, podrías lastimarte!”— él se ríe y le dijo — “Ashley, te preocupas demasiado. Vamos a divertirnos muchos.”— Kyleigh interrumpió, — “Ok, podemos limpiar todo y necesitamos acostarnos temprano. ¡Mañana vamos a caminar todo el día!”— Entonces, los amigos empezaron a preparar para dormirnos. Ashley, Anna, y Kyleigh ingresaron a la tienda de campaña que solo tuvo espacio para dos personas. Mientras, Max y Juan se establecieron cómodamente en sus tienda de campaña. Todos los amigos se durmieron en el campamento durante la noche frío en febrero. Ellos estaban muy entusiasmados para caminar en Enchanted Rock el siguiente dia, pero uno amigo va a descubrir que debió escuchar los consejos de su amiga. Temprano en la mañana, Anna se despertó y sus amigas siguieron poco después. Al mismo tiempo, los chicos se despertaron. Después de todos se fueron las tiendas de campaña, con mucho entusiasmo, Juan exclamó, — “¡Buenos días!”— El resto del grupo le respondió con voces cansadas, — “Buenos días…”— Max y Juan empezaron a preparar el desayuno para todo el grupo mientras las chicas preparaban para el día. Cuando se juntaron para comer, los amigos charlaron y se compartieron sus entusiasmos para el día. Otra vez, Ashley le avisó el grupo — “Recuerdan, tenemos que tener mucho cuidado hoy cuando caminamos Enchanted Rock.”— Max, Kyleigh, y Anna respondieron — “Sí, sabemos.”— Pero Juan, otra vez, respondió — “¡Ashley, está exagerando! No es peligroso.”— Ashley se ignoró y ella empezó a limpiar todo para preparar a ir. Todos le siguieron y ellos prepararon para salir el campamento y ir a Enchanted Rock para caminar. Después de pasar una hora, los amigos terminaron de empacar todo y ellos eran listos para ir a Enchanted Rock para empezar a caminar. Todos subieron en el coche y se fueron el campamento. 19
Cuando los amigos llegaron a Enchanted Rock, ellos estaban muy emocionados y listos para caminar. Ellos llevaban sus mochilas, botellas de aguas y empezaron en la aventura para caminar a la cima de Enchanted Rock. — “Wow, es un día agradable.”— dijo Max. — “¡Sí, hace buen tiempo hoy!”— añadió Kyleigh. — “¡Vamos chicos, no puede esperar más!”— exclamó Juan. El grupo empezaron la caminata y ellos se divertían. Después de una hora de caminando, los amigos decidieron a ir fuera de rumbo. — “Vamos allá, es muy bonita, pueden ver mucho.”— dijo Juan. — “No es un buen idea, está muy empinado y las rocas están resbaladizos, podrías caerte.” — respondió Ashley. — “No te preocupes, va a estar bien.”— Juan le dijo. El grupo le siguieron a Juan para explorar más. Juan le dijo al grupo, — “Voy allá para tomar una foto, ahorita regreso.”— y empezó a correr a la derecha. De repente, Juan gritó, — “¡Ay!”— y cuando los amigos miraron, ellos nos damos cuenta que Juan se cayó, pero esta situación era más peor que sabían. — “¡Por favor, ayúdame!”— exclamó Juan, y el grupo corrieron a Juan para ayudarle. — “¿Qué pasó?”- preguntó Max a Juan. — “¡Yo me caí, y estoy cubierto en las agujas de cactus!”— todos vieron al cuerpo de Juan, y fue verdad, el estaba cubierto en las agujas de cactus. — “Por favor, ayúdame, tenemos que sacar las agujas.”— dijo Juan. — “¡Juan, las agujas están en todas las partes, y son pequeños! ¿Cómo las sacamos?”— respondió Kyleigh. — “Yo no sé, pero tienen que ayudarme, está muy doloroso.”— dijo Juan. Afortunadamente, Ashley tenía pinzas en su mochila, así podía ayudarle sacar las agujas. Todo el grupo le ayudaba a Juan para sacar las agujas. Pasó dos horas y ellos sacaron casi todos las agujas. — “Gracias mis amigos, me ayudan mucho.”— dijo Juan. — “De nada.”— respondió todo, excepto Ashley. Ella era muy enojada con Juan porque ella se avisó mucho y todavía se lastimó. — “Lo me siento, Ashley, todo es mi culpa.”— Juan dijo a Ashley. — “Ya lo sé, es su culpa.”— respondió Ashley. Aunque todo, ellos continuaban la caminata y luego los amigos alcanzaron la cima de Enchanted Rock. Los amigos disfrutaban la buena vista antes de bajar la roca. Parecía que todos los amigos se llevaban bien a lo largo del resto de la caminata. Cuando regresaron al carro, todos estaban muy cansados y tenían que regresar a casa esté día. En el coche, estaba silencioso porque la mayoría de los amigos se durmieron. Otra vez, Juan se le disculpó a Ashley. Ella sabía que Juan aprendió su lección y ella le perdonó. Cuando los amigos regresaron a Houston, ellos se despidieron y regresaron a sus casas.
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La Aventura de Jorge y Sophia Abigail Horswell Me llamo Jorge y yo era una jirafa del Houston Zoo. Yo tenía cinco años y había vivido en el zoológico toda mi vida. Muchas personas habían venido a visitar el zoológico y los animales en el zoológico. Un tiempo, un niño estaba en el zoológico y me vío. Él tenía mucho miedo porque yo era muy muy alto y grande pero yo era un gigante suave. Era normalmente para las personas que tenían miedo cuando ellos me venían. Yo no tenía muchos amigos porque yo era muy grande. Muchos animales en el zoológico pensaban que yo era un bicho raro y era muy imposible para yo hiciera amigos. También, muchos niños tenían miedo cuando ellos me vían. No era muy bien y yo estaba muy triste porque todos los niños no les gustaba. Un día muy caluroso, yo estuve de pie abajo de un árbol y las otras jirafas estaban en el granero. El zoológico no tenía muchos visitantes y otros animales dormían durante el día. Una familia que tenía dos niños caminaron a la entrada de mi exposición. La chica caminó adentro de mi exposición y sus parientes no vieron. Ella era muy baja y tenía cuatro o cinco años. Me helé, —¿Por qué estaba la chica en mi exposición y por qué los parientes no sabían dónde estaba la niña? La ella iba muy exquisita en la exposición y caminó alrededor de la exposición. Yo iba abajo del un árbol y ella no me veía. Yo no quería asustarla porque muchas chicos tienen miedo cuando ellos me veían. La chica caminaba abajo del árbol y paró cuando ella me viste. Yo cierro mis ojos y estuve de pie muy inmóvil porque yo no quise que asustar la ella. De repente, ella reí mucho y puntó a mi y dijo -“Es un jirafa! Que guapa!” Yo iba sopriendo y muy emocionado porque la ella no tenía miedo! Ella caminó arriba a mi y toque mi pierna. Ella dijo - “Me llamo Sophia!”- me repueste con- “Hola Sophia! Me llamo Jorge!”- Sophia sonrió una sonrisa muy grande. Sophia dijo- “Yo quiero que montar en su espalda porque yo quiero ser mas alta!” Yo reí mucho y incline abajo para la chiquita. El tiempo paró y nosotros teníamos muy divertido. ¡Finalmente! Yo tenía una amiga! Caminaba con Sophia en el zoo y vimos muchos animales. Sophia le gustaban los cebras y leones pero no le gustaban los arácnidos. Nosotros caminemos alrededor del todos los exposiciones del Zoo y las áreas geográficas diferentes del Zoo. Ella quería a ser una veterinaria y tenía un amor de los animales muy grande de África. 21
Nosotros estábamos muy contentas con otras personas y el dia fue perfecto. En la tarde, Sophia tenía mucho hambre y quería la comida. Pero, yo era una jirafa y no tenía los manos para obtenía la comida. Yo caminía cerca de una restaurante del Zoo pero muchas personas estaban allí. Mi amigo, Bruce, era un león y estaba muy grande. Me dije- “Bruce! Yo necesito ayudar porque Sophia tiene muy hambre!” Bruce reí y le dijo- “Si, la comida es mi especialista”- entonces, Bruce caminaba a una restuarante. Yo vía Bruce mientras el caminaba en una restuarante. Muchas personas estaban muy asustados porque un león es muy grande y de miedo! Aye, yo estaba muy mal porque el Zoo era mi favorito lugar y los visitors creía un medioambiente que fantastica! Bruce rugió un grande rugido en el restuarante y muchas personas corrieron rápidas. Era una restuarante de italiano y tenía muchas comidas de italiana y con las formas animales. Cuando las personas no estuvieron en el restaurante, nosotros caminiamos en la restuarante porque Sophia necesitaba la comida rápida. Ella tenía un grande apetito porque el día era muy larga y estático. Sophia tomó muchas comidas italianas- pastas, pan, y salchichas. Cuando nosotros caminiamos dentro del restaurante, ella comía muchas comidas y estaba muy contenta porque ella no tenía un apetito grande nada más. Cuando ella terminó la comida, Sophia quería ir a ver los delfines. Así que iba a los exhibiciones de delfines, y Sophia gritó-“Aye que linda!”- porque los delfines estaban dando la vuelta. Ella estaba muy emocionada porque los delfines iban increibles. Sophia dijó-“Cuando yo sea mayor quiero ayudar a los animales”- y yo dijó-“Hay que fantastica, es muy necesario porque muchos animales en estado salvaje no fueron muy bien porque muchas personas eran muy malas.”- y es la verdad. Sophia me miría con las hojas enormes y explicó su deseo de convertirse en veterinaria-“Yo creo que es mi vocación de convertirse en veterinario para salvar a las criaturas de la tierra porque es muy importante para la vida y environmental del mundo.”- ella explicó con confianzo. Yo sonreí y dijí la importancia de los animales tenía un grande influencia del mundo. Ella estuvo de acuerdo conmigo y tuvó un grande tiempo con los delfines. Sophia bostezó y dormí en mi espalda. Yo fui a mi exposición y estaba muy triste porque Sophia fue una amiga muy importante para mi, pero ella era la persona y no era una jirafa. Iba a ser imposible para nosotros ser amigos, pero este día fue muy fantástico. Cuando nosotros caminiamos a mi exposición, Sophia se levantó y vio a los padres. Los padres estaban allí con los animales de África y no estaba aquí en mi exposición. Sophia desmontó mi espalda y tuvó un sonrisa grande-“muchas gracias por el paseo por el zoológico, 22
tenía un día muy especial de mi vida”- y yo dije-“No había una problema, gracias para tu empresa.”- ella saludía adios y iba a sus padres. Yo estaba muy triste porque Sophia era una ella muy especial. La importancia de la historia es muchas personas entraron a su vida pero muchas personas no te quedes. Es la importancia aprovéchalo al máximo con todas las personas de la vida. Esta vida no es para siempre entonces cesa el día y las personas en su vida!
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El verano de dolor Anabelle Koehler El verano pasado, fui al hospital cuatro veces. Todos los tiempos que ocurrió fue porque estaba actuando estúpida. Mis padres estaban enojados conmigo por las facturas del hospital que eran muy caras y necesitaba muchos medicamentos para las lesiones. En mi patio trasero La primera vez que fui al hospital sucedió porque no hice lo que mi padre me dijo que hiciera. Mi padre me dijo que limpiara la piscina y entonces se fue dentro de la casa. En vez de limpiar la piscina, yo decidí nadar. Cuando mi padre
regresó, él estaba muy enojado y me dijo que limpiara la piscina con una hidrolimpiadora. Sin instrucciones, empecé a limpiar la piscina sin zapatos. Este facto fue muy importante. Mientras estaba limpiando la piscina, no estaba prestando atención, y me disparé en el pie con la hidrolimpiadora. Salté en un pie a la puerta y grité por ayuda. Mi padre vino afuera, me miró, y se rió. Me dijo -por supuesto que te lastimas a ti mismo hoy-. Entonces, me dijo que me sentara
mientras él encontró el kit de primeros auxilios. Pero pensé que me iba a desmayar y le dije que necesitaba agua antes de que él agarrara el kit de primeros auxilios. Mi padre me envolvió el pie y me condujo al hospital. En el hospital (la primera vez) Mi padre tuvo que me llevarme al hospital porque no podía caminar. La mujer de la recepción me miró y me dijo - ¿Qué diablos te hiciste?-. Expliqué por qué estaba allí y ella negó con la cabeza y me dio muletas. Nunca había usado muletas antes de este día, y no estoy muy coordinado. Por lo tanto, usar muletas fue un mala idea. Fui un hazard a otras personas. Después quince minutos, el doctor llegó. Él miró el pie y me dijo que todo estaría bien. Empezó limpiar mi pie
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y ofreció a adormecer mi pie con un inyección, pero dije que no. No quería nada más dentro de mi pie. Entonces, el doctor me envolvió el pie y me dio algunos relajantes musculares y antibióticos y me envió a casa. En mi casa Cuando mi padre y yo llegamos a la casa, mi padre tuvo que llevarme dentro porque no se me permitió caminar durante cinco días. Mi madre tuvo que dejar el trabajo temprano porque quería ver lo que le había hecho a mi pie.
Cuando mi madre vio fotos que mi padre había tomado en el hospital, casi se desmaya. Mi madre no podía mirar sangre. Esto era una problema porque mi padre tuvo que viajar a Nuevo York para una semana y mi madre tendría que cambiar el envoltorio en mi pie. No pude cambiar el envoltorio porque el medicamento me hizo dormir durante dieciséis horas al día. Tres días después de que mi padre se fuera Mi madre estaba cambiando el envoltorio en mi pie cuando ella cuando se dio cuenta de que algo andaba mal. Mi pie empezaba a ponerse negro. Mi mamá y yo no teníamos idea de qué hacer porque se suponía que los antibióticos debían combatir la infección. Mi madre me llevó al hospital de nuevo. Los médicos recetaron antibióticos más fuertes y analgésicos más fuertes y me enviaron de vuelta a casa. Había estado en analgésicos durante casi una semana y mi mamá decidió que ya no necesitaba, así que me hizo tomar Tylenol en su lugar. Una Semana Después Mi padre estaba en casa y era hora de ir de vacaciones a Florida porque queríamos ir a la playa. La problema con eso: no podía poner un pie en el océano o conseguir arena en la herida. Pasé todo el viaje dentro de la casa alquilamos haciendo pulseras y viendo televisión porque todavía no podía caminar. Dos Semanas después
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Tenía las orejas triplemente perforadas mi primer año de la universidad. Los tenía perforados por cinco dólares en Corpus Christi. Dos semanas después a semanas después de llegar a casa de Florida, me di cuenta de que me dolía mucho la oreja izquierda. Saqué los aretes y le pregunté a mi padre si podía mirar a mi oreja. La parte frontal de mi oreja parecía normal, pero la parte posterior de mi oreja empezaba a ponerse negra. Mi padre estaba muy enojado conmigo porque tuvimos que ir al hospital de nuevo. Me llevó a la sala de emergencias. Pensó que el doctor tendría que extirparme el oído porque la infección era tan mala. Me senté en la sala de espera durante tres horas pensando que estaba a punto de perder la oreja. Pro fin, el doctor llamó mi nombre. No perdí la oreja. Pero tuvo que cortarme el oído y drenar la infección. Me recetaron aún más antibióticos y analgésicos. Mis orejas ahora sólo tienen un arete y no se me permite perforar las orejas de nuevo hasta que tenga veinticinco. Un mes después la segunda semana de la universidad
Camino a clase todos los días. Mi apartamento está a veinte minutos del
campus. Me tomó dos semanas darme cuenta de que mi pie empezaba a doler. Pensé que dolía porque caminaba demasiado, así que le puse hielo cuando llegué a casa. Lo hice por dos meses y finalmente fui a ver a otro médico. Hicieron una radiografía del pie que disparé con la hidrolimpiadora. Al parecer, no había músculo en ese pie que estaba haciendo difícil para caminar. Tuve que ir a un fisioterapeuta por un mes. La moraleja del cuento: Ten cuidado y presta atención. Mis padres gastaron miles de dólares en facturas médicas porque yo no estaba prestando atención. Si hubiera ido a una mejor tienda de tatuajes, mi oreja no se habría infectado. Todavía no puedo usar hidrolimpiadoras y perdí veinte dólares con los piercings. Si hubiera estado prestando atención, podría haber tenido unas vacaciones de verano normales.
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Pasé la mayor parte de mi verano durmiendo porque estaba en analgésicos intensos. También aprendí que los hospitales son terribles. Pasé tres horas en cada hospital porque la espera fue tan larga.
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La lluvia Kennady Childers
Era una mañana a finales de mayo cuando empezó mi aventura. Esta aventura no había sido planeada antes de lo ocurrido. Fue en un momento específico en el cual decidí escalar la montaña. Yo estaba en Vail, Colorado con mi familia y nos estábamos quedando al pie de la montaña. La ciudad de Vail era muy hermosa y pequeña. Había muchas actividades hacer y cosas para ver. En este día específico, el tiempo era fantástico y el estado de ánimo era ligero. Mis padres estaban cansados del día anterior, pero yo quería explorar más. Hasta ahora habíamos ido de rafting en aguas blancas, ciclismo, y caminando por los senderos. Todavía teníamos que ir a una gran caminata. Finalmente, los convencí de que vinieran conmigo y con mi hermano escalar. Para comenzar el ascenso, primero tuvimos que caminar por la pendiente. Al principio parecía muy fácil pero cuando nosotros subimos más y más lejos, se hizo evidente que esto no sería fácil. Esto fue desafortunado porque esto ni siquiera era el comienzo de la montaña. Eventualmente, llegamos a nuestro primer destino. En este punto yo estaba muy cansado pero listo para progresar. Mi familia estaba extremadamente en forma por lo que siempre estaba teniendo que trabajar para mantenerse al día. Había un sendero estrecho que íbamos a seguir. Mientras caminábamos había silencio entre mi familia. Observamos nuestros alrededores y nos sentimos rodeados de paz. Nadie quería romper el silencio. A pesar del hecho de que estábamos cansados, sabíamos que la cumbre sería valdría el esfuerzo. Escalamos cada vez más alto hasta que el pequeño pueblo de desapareció con el tiempo. Como se había mencionado antes, el tiempo era muy bello con mucha luz del sol y las temperaturas estaban sobre 70 grados. Pero empecé a notar que el cielo se estaba llenando de nubes oscuras. En este momento, casi habíamos llegado a la cima y no había refugio si empezara a llover. Como precaución, mi padre insistió que trayéramos impermeables. Pero elegí hacerlo a mi manera y no lo escuché. Las nubes seguían rodando y el cielo continuó oscureciéndose. En mi defensa, el tiempo actual y previsto se suponía que fuera bueno. Finalmente llegamos a la cumbre y pudimos descansar. El tiempo total desde que comenzamos nuestro descenso fue de aproximadamente una hora y media.
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Me senté y miré alrededor y la vista era sorprendente. Por debajo de mí había valles y ríos y pude ver por millas. Tomé algunas fotos y tomé en la vista. El cielo se había aligerado y nos sentíamos esperanzados. Pasamos un poco más de tiempo caminando alrededor y explorando la zona. Entonces era hora de irnos. Cuando comenzamos nuestro descenso, el cielo se volvió oscuro de nuevo rápidamente. No había sido más que dos minutos cuando llegó la lluvia. Ésta era el tipo de lluvia ligera donde una especie de flota hacia abajo. Ésta era una lluvia que vertió con un propósito. No había absolutamente ningún escape. Al principio fue caótico porque estábamos corriendo hacia abajo la montaña. Era muy resbaladizo y el sendero era estrecho para los cuatros de nosotros. Mi padre estaba enojado conmigo porque no estaba preparado con un impermeable. Estaba empapado y frío pero pronto me sentí abrumado con la paz. Abajo en el valle había música fluyendo. Era un jazz suave y la estaba haciendo eco en todos partes. Fue el ruido más hermoso que he oído y yo detuve en mis pistas. Mirando alrededor, parecía que toda la tierra estaba viva. El bosque en la montaña estaba lleno y verde. Los árboles tenían un verde vivo, el cielo estaba misterio, el río estaba moviendo con un propósito. Pero la música estaba en el centro de todo. Nunca me había sentido con tal temor reverencial. Nos habíamos ralentizado nuestro caminar y disfrutamos del tiempo. Miré a mi hermano y él estaba tan intrigado como yo estaba. Esto era algo que todos recordaríamos. Ahora, en lugar de correr por el camino, tomamos nuestro tiempo. A pesar de que estaba completamente empapado y debería haber estado congelando, me sentí nada. La música continuó sonando a lo largo de la duración de nuestra caminata y nunca flaquea. El jazz es mi tipo favorito de música, así que esto fue muy especial para mí y todavía es. Como nuestro viaje llegó a su fin, todos estábamos eufóricos por el caos, la duración y toda la experiencia en su conjunto. Es difícil describir el evento en plena medida, pero el intenso nivel de sentimiento que trajo que notable. La manera en que yo recuerdo el momento es principalmente a través de mis sentidos. Los tres sentidos principales eran mi audición, vista y tacto. Mi oído fue fuertemente estimulado por el sonido de la lluvia y la música que estaba reverberando en el valle. Dado que había montañas circundantes, cada ruido se amplificaba y consumía todos los otros sonidos. Lo que recuerdo de las vistas que vi es sobre todos los colores. Todo era una sombra de color verde con toques de azul de los ríos y partes de cielo y la vibración era indescriptible. Finalmente, la
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sensación del viento y la lluvia fue inolvidable. Creo que esto es lo mismo para la mayoría de la gente en la forma en que recuerdan eventos pasados. Otro factor que normalmente se asocia es con quién estabas. Con quién te rodas es muy importante y afecta el estado de ánimo y los sentimientos que asocias. Mi familia es muy importante para mí y estar con ellos durante un momento tan memorable. Jóvenes y los momentos lo parte son diferentes para todos y cada persona tiene diferentes cosas que lo asocian con. Dar un paso más allá de los espacios de tu juventud son los momentos que contienen los sentidos que lo sentías, quién estaba allí y lo que pasó allí. Cada espacio en su juventud es completamente diferente y te ha dado forma en lo que eres hoy. Los momentos y espacios que han formado a mi propia juventud son tan preciosos para mí.
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El tour de tapas Claire Gordon
Era un día caluroso y soleado en Sevilla, España y corría con mi perrito justo al lado de mí. Mi pelo castaño rizado estaba fluyendo de mi y mis ojos grandes eran amplios con emoción. ¡Un día, Pepito y yo fuimos corriendo a la estación de tren cuando Pepito saltó en un tren! “Necesitó a encontrar el lo antes posible!” pensé frenéticamente. ¡Decidí a viajar todo el país a encontrar mi mejor amigo, Pepito! Empecé con una otra ciudad de Andalucía, Córdoba. ¡Compré el boleto de tren y me fui! Llegué en Córdoba, la ciudad muy famosa por La Mezquita la cual es una catedral y una mezquita a la misma vez. Fue construida por los árabes y más tarde los católicos añadido del edificio magnífico. Busqué Pepito debajo de los arcos rojos y blancos, pero él no hay. Me sentía en las escaleras del Mezquita y empecé llorar. Entonces, una mujer vieja puso su mano en la cabeza de mi. Ella me dijo, “¿Por qué estás llorando, pobrecita?” Le dije en una voz tranquila, “No puedo encontrar mi perrito, Señora.” La vieja dio palmaditas en las manos de mi y me dijo, “Mi nombre es Gabriela y voy a ver una representación de flamenco y comer cena en una cueva vieja. Pienso que necesitas algo para comer y después vamos a buscar para su perrito juntos. ¿Como se llama, niña?” Yo sorbí. “Soy Clara. Y si, tengo mucha hambre.” Gabriela me ayudó de las escaleras y empezamos a caminar hacia las calles. Cuando llegamos, vi mujeres en los vestidos con lunares y muchos colores. “Ellas son las bailarinas del flamenco.” También, fue hombres con instrumentos. Sentimos a una mesa y Gabriela pidió dos tazones de Salmorejo. “Es un plato especial de Córdoba y es fantástico,” le dijo con una sonrisa. Comí mi salmorejo cuando una bailarina de flamenco vino en el escenario. Ella empezó aplaudir con un ritmo específico. Entonces, bailó y clavó sus pies muy rápido. Los hombres empezaron tocar las guitarras. La representación fue muy bonita y impresionante. Después de cena, Gabriela y yo hablamos sobre nos vidas. Gabriela tenía un hijo que vivía en Barcelona. Entonces pensé, Sería bien viajar con alguien. Le dije a Gabriela, “Quiera viajar conmigo, ¿Señora Gabriela? No se voy, pero puedes venir conmigo.” La cara de Gabriela iluminó con alegría. “Si!! ¡Que divertido! ¡Vamos!” Decidimos a viajar a la región de Extremadura a buscar Pepito. Tomaron el coche de Gabriela cual era azul y un poco oxidado.
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Llegamos en la ciudad de Mérida. Caminábamos en las calles para dos horas cuando decidimos a buscar en el teatro romano. Era un estructura muy grande y viejo. Los romanos tenían competiciones y representaciones allí hace muchos años. De repente, vi algo pequeño en el escenario. ¡Fue Pepito! Corrí abajo las escaleras tan rápido como pude. ¡La cola de Pepito estaba meneándose muy rápido y mi corazón estaba lleno con alegría! Sabía que Pepito tuvo hambre entonces fuimos a un restaurante de tapas. ¡El jamón ibérico era muy popular en esta ciudad y Pepito encantaba esta tapa! Después de comimos, fuimos a la estación de tren. ¿Próxima parada? ¡La región de Castilla a la ciudad de La Mancha! Gabriela estaba acariciando a Pepito mientras nos sentábamos en el tren. ¡Yo estaba mirando la ventana cuando vi muchos, muchas ovejas! Estas ovejas eran muy famosas para sus quesos, el manchego. Cuando el tren paró, fuimos a los molinos muy famosos de Don Quijote. Son grandes y blancos. ¿Pepito estaba corriendo tras algunas ovejas cuando Gabriela me dijo, “Podemos a ver mi hijo en Madrid? ¡Es un jugador de fútbol de Madrid Real!” Pepito y yo saltamos con emoción. ¡Nosotros queríamos fútbol! Cuando llegamos en Madrid, fuimos a el estadio a ver el partido de fútbol. Hay una concesión allí y compré patatas bravas para yo, Pepito y Gabriela. ¡Había muchas personas en el estadio y era muy ruidoso! Aplaudimos para el hijo de Gabriela mientras él jugaba. Después del partido, conocimos su hijo y se llamó Rodrigo. Rodrigo nos dijo que su novia vivía en Coruña en la región de Galicia y la extrañaba mucho. ¡Entonces nosotros decidimos visitarla! Esta vez fuimos en el coche de Rodrigo. Mientras conducimos, Pepito tenia su cabeza por la ventana con la lengua aleteando en el viento. La ciudad de Coruña estaba en la costa de el norte de España. El agua era muy azul y claro y bonito. Conocimos la novia de Rodrigo en un café cerca del mar. Pedimos para la tapa más famosa de esta región y el camarero sacó cinco platos pequeños de pulpo. Pepito no le gustaba nada. Entonces el camarero le saco un plato de croquetas. Después de las tapas, notamos la fecha. ¡Fue el veintitrés de abril, el día de San Jorge! ¡No había lugar mejor que Barcelona a celebrar este día! El cinco de nosotros empezamos conducir a la región de Catatonia. Cuando llegamos, había flores rojas en todo de la ciudad. Había en los edificios, en las calles, y en las manos de mujeres y hombres. También había muchos libros allí por que era el día de los libros también. Entonces la tradición es 32
que los hombres dan una rosa a su mujer y las mujeres da un libro a su hombre. Era muy bonita a ver. Fuimos a un café cerca de la Casa Batalló que estaba cubierto en flores de rojas, rosas, blancas. Pedimos cafés con leche y pan con tomate, una tapa muy famosa en todo de España. Tomaba mi café cuando un chico se me acercó. El era guapo y alto. Me dio una flor, pero no era rosa o rojo; era amarillo, mi color favorito. Miré hacia abajo y me ruboricé. “Me llamo Benedicto. ¿Como se llama, señorita?” el chico me dijo. “Me llamo Clara, encantada Benedicto.” Pepito corrió a Benedicto y lamió sus manos. Presenté Benedicto a mis amigos nuevos y todos de nosotros caminamos por la ciudad. El sol comenzó a ponerse y decidimos necesitamos regresar a nos casas. Fue un día muy interesante y divertido. Conocí muchas personas fantásticas y simpáticas y fue en una aventura inolvidable. Pepito y yo los dijimos adiós a nuestros amigos y tomamos el tren a Sevilla. Cuando llegamos a nos casa, mis padres tuvieron muy emoción a ver nos. Les dije sobre mi aventura con amigos, Pepito, nuevas ciudades y tapas.
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La princesa codiciosa Rachel Cunningham
Érase una vez que yo vivía en una pequeña casa en el bosque con mis dos hermanos. Mis hermanos significaban todo para mí, pues yo no tenía muchos amigos. Era introvertida, con ganas de desaparecer del mundo. Mi hermano mayor, José, era una persona muy envidiosa, siempre deseaba ser el rey y tener su poder. Él siempre creía que el dinero resolvería todos sus problemas. Mientras que mi hermano menor Luca, tenía un gran corazón, siempre se enamoraba de cada chica bonita que conocía. Un día, cuando mis hermanos y yo íbamos caminando a casa desde el pueblo, nos encontramos con una bruja que estaba atorada en una trampa que colgaba de un árbol. Corrimos hacia ella para ayudarla y la bajamos del árbol. Una vez en el suelo nos explicó que una princesa codiciosa la había atrapado por robarle sus poderes mágicos. Como muestra de agradecimiento, la bruja nos dio a cada uno de nosotros un regalo que ella sentía cumpliría nuestros deseos más profundos. Le dijo a mi hermano mayor,—Aquí hay una pelota que, cuando ruede te dará dinero, pero úsala sabiamente porque nunca sabes quién está mirando—. Le dijo a mi hermano menor,—Aquí hay una flauta, cuando la toques cualquier mujer que escuche tu melodía se enamorará de ti, pero úsala sabiamente porque nunca sabes quién está mirando—. Cuando se volteó hacia mí, se detuvo. —E ste es un regalo único que te daré que la mayoría de la gente no desearía, un chaleco que te hará invisible, nadie te verá cuando lo uses, pero usa esto sabiamente ya que nunca sabes quién está mirando—ella dijo. La bruja desapareció dejándonos muy confundidos y escépticos de sus dones. Entonces, José hizo rodar la pelota y apareció dinero en el rastro que dejaba al rodar. Todos nos sorprendimos de que realmente funcionaba. Me puse el chaleco mientras mis hermanos exclamaban, “¡A dónde fuiste!” Me quité el chaleco y volvimos a casa mientras Luca fue al pueblo a probar su flauta. Mientras tanto, escondida detrás del árbol estaba una princesa que nos miraba jugar con nuestros nuevos regalos. Ella le dijo a su guardia, “Necesito esos dones ahora para poder ser la persona más poderosa del reino. Consíguelos ahora o de lo
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contrario mi padre te cortará la cabeza.” El guardia temía por su vida y, por lo tanto, siguió a Lucas junto con la princesa. Una vez en el pueblo, Luca comenzó a tocar su flauta. Cuanto más tocaba, más mujeres iban hacia él. La princesa sabía lo que hacía la flauta y se cubrió los oídos para evitar sus poderes. Una vez que el terminó de tocar, la princesa se le acercó confesandole su amor, fingiendo estar encantada con la flauta. Luca, con su gran corazón, deseaba a la princesa por su belleza, por lo que se acercó a ella con la esperanza de convertirse en su príncipe. Una vez en el castillo, la princesa le hablaba dulcemente a Luca. Mientras halagaba su flauta le pidió sostenerla y una vez que la tuvo en sus manos, gritó, —¡ Llévalo al calabozo, ahora!—. El guardia lo llevó al calabozo, dejándolo confundido y enojado, —¡ Me engañaste!—g ritó. Luca seguía gritando, pero no era escuchado ante la emoción que la princesa tenía de haber obtenido la flauta. —Q uedan dos regalos más y entonces seré la persona más poderosa del reino—dijo la princesa. Mi hermano y yo estábamos preocupados al saber que Luca se había desaparecido. José decidió ir a la ciudad en busca de Luca llevando con él la pelota. En la ciudad, José comenzó a presumir su pelota rodándola por la calle, mostrando su riqueza y poder hasta que se topó con la princesa. La princesa, seduciéndolo le dijo, “Con todo ese dinero tal vez deberíamos casarnos para que algún día puedas convertirte en rey.” José, quien siempre quiso ser rey, fue con la princesa a su castillo con la esperanza de convertirse en rey algún día. En el castillo, la princesa hablaba dulcemente con José. Mientras halagaba a mi hermano le pedía que la dejara probar la pelota de dinero. Una vez que la sostuvo, gritó, “¡Llévalo al calabozo, ahora!” El guardia llevó a José al calabozo con su hermano Luca. José estaba emocionado de ver a su hermano, pero a la vez confundido y le preguntó a Luca, —¿ Qué haces aquí?—. Luca respondió, —E sa codiciosa princesa me engañó y me robó la flauta, ¿Qué haces tú aquí?—. José respondió, —E sa codiciosa princesa también me engañó y me robó la pelota—. 35
Ambos avergonzados de haber sido engañados, se sentaron en silencio en el calabozo mientras la princesa se decía, “Un regalo más por conseguir y seré la persona más poderosa del reino.” Sentado en casa, estaba preocupado por mis hermanos y pensaba dónde podrían estar. No quería ir al pueblo y tener que ver a la gente, pero luego se me ocurrió que podía buscarlos con mi chaleco. Me puse el chaleco y me dirigí al pueblo. En el pueblo escuchaba a las personas hablar de mis hermanos que cortejaban a la princesa en el castillo. Me dirigí al castillo y pude pasar junto a los guardias pues no me podían ver. Entré y encontré a la princesa tocando la flauta de Luca y haciendo rodar la pelota de José. Empecé a preocuparme asumiendo que ella le había hecho algo a mis hermanos. Escuché gritos desde abajo seguidos por los pasos de la princesa que corría hacia el calabozo mientras dejaba atrás los regalos. Agarré la pelota y la flauta y seguí a la princesa al calabozo. Vi a mis hermanos dentro del calabozo y a la princesa que se burlaba de ellos. Tomé las llaves del guardia y abrí la celda. Me quité el chaleco y corrí hacia la princesa empujándola hacia la celda y mientras mis hermanos escapaban, la encerré en el calabozo. Los guardias disimularon no haber visto nada, esperanzados de que esto sirviera como castigo a la codiciosa princesa. Mis hermanos y yo salimos del castillo y vivimos felices para siempre. Ahora que soy mayor, he aprendido que los deseos se interponen en el camino ante la realidad. Mis hermanos y la princesa permitieron que su deseo de gobernar, tener poder y encontrar el amor fácilmente nublara su juicio. La bruja nos dio el regalo de la magia; sin embargo, también nos dio el regalo del conocimiento y la experiencia. Desde ese día, nunca he permitido que mis deseos se interpongan ante mi buen juicio.
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La casa de mi Abuela Meredith Dickson Llegó el día de nuestra mudanza. Toda mi familia vino para recoger las últimas cosas que quedaban en la casa. Mi madre nos hizo venir. Ella nos dijo que todos necesitábamos despedirnos de la casa juntos. Ella acababa de pasar el último mes sentada con sus hermanos. Vertieron sobre todas las pertenencias que quedaron aquí; las pertenencias que habían estado sentadas en las esquinas y en los estantes acumulando polvo durante décadas. Cada pertenencia era un recuerdo, una historia de infancia de mi madre, una historia de una vida que una vez vivió. Ahora, estas pertenencias estaban separadas en pilas marcadas como "basura", "buena voluntad" y "aguardando". Se suponía que el proceso de limpiar la casa, vaciarla de toda su vida, tomaría sólo un día. Pero, el proceso de clasificación de los contenidos de su infancia había afectado tanto a mi madre y sus hermanos que tuvieron que pararse. Tuvieron que parar para contar las historias de este juguete o ese libro. Querían pasar unos momentos recordando memorias en el lugar que las había creado, sobre la persona que los había creado. Salimos del auto, caminamos hacia la casa y abrimos la puerta. De pie en una entrada, que nunca volvería a entrar, miré a mi alrededor y me preparé para mi última vez en esta casa. Lo primero que vi fue la escalera. La escalera que mis primos y yo solíamos correr hacia abajo para ver quién era el más rápido. La escalera que cada navidad estaba alineado con mi madre y sus hermanos para una foto. Mi tío mayor siempre se sentaba en la parte superior de la escalera, con mi madre siempre sentada en la parte inferior como la más jóven. Después, todos mis primos y yo tomábamos la misma foto, con mi primo mayor sentado en la parte superior, yo en algún lugar en el medio y mi primo más joven en la parte inferior. Al entrar a la sala de estar, recordé nuestras notorias cenas de navidad, con hacinadas llenas con 60 personas en un espacio pequeño. Siempre había un árbol falso sentado en la esquina con muchos regalos esperando que los abramos debajo. Siempre había 11 medias colgando sobre el manto, a pesar de que sólo 10 niños sobrevivieron hasta la edad adulta. Ésta era la habitación donde mi abuela nos contaba historias de mi abuelo que nunca habíamos conocido. Nos contaba sobre la noche en que se presentaron por primera vez y cómo ella sabía que quería casarse con él. Ahora, la única cosa que quedaba en esta habitación era una figura de porcelana solitaria. La última de la colección de mi abuela. 37
Entramos en la sala de televisión, donde se veía muchos juegos deportivos y se jugaba muchos juegos de cartas. Ésta era la sala donde mis tíos se reunían para jugar al bridge en cada día festivo y donde veíamos viejas películas caseras. Ésta era la sala donde los niños fueron desterrados cuando los mayores querían tener conversaciones de adultos. Fuera de las puertas francesas en la parte trasera de la habitación se encontraba el amplio patio trasero. Aquí, tuve mi fiesta de cumpleaños cuando cumplí 7 años. Era un tema de vaquera y mi madre les compró fardos de heno y pañuelos para todos los invitados. Mi tía me hizo un pastel con un sombrero de vaquero. Mis amigos y yo jugábamos toda la tarde en el columpio del patio trasero. Ahora el columpio estaba deteriorado y viejo. Se estaba pudriendo y desmoronando. Incluso balancearse sobre él era un riesgo. En las habitaciones de arriba, encontramos la habitación que solía ser mi madre. Ahora, estaba llena de bolsas de hilo. Mi abuela había guardado una colección para tejer mantas de bebé para todos sus nietos, ya que cada uno de nosotros había nacido. Debe haber docenas de carretes de hilo, cada uno cuidadosamente empacado en una bolsa ahora, y esperando que los llevábamos a la tienda de segundo mano. Ésta era la habitación donde solíamos saltar sobre las camas y tener pijamadas. Abajo, caminamos por la cocina. Mi abuela nunca fue una buena cocinera y la mejor comida en su casa siempre fueron las galletas Ritz. A veces, veníamos a hacer brownies y hornear galletas, pero nunca salían bien. Mi abuela se negaba usar medidas y siempre adivinaba cuánta agua o mantequilla agregar a las mezclas. Aquí en esta habitación era donde mi abuela colgaba fotos en su refrigerador verde. Ella tenía una foto de cada uno de sus 30 nietos y fragmentos de nuestros logros. Ahora, todos estaban derribados. La mayoría de ellos habían sido desechados con los viejos imanes del refrigerador. La habitación estaba vacía, no quedaba vida en ella. El comedor estaba conectado a la cocina. En esta sala, solíamos reunirnos para rezar. Siempre rezábamos la misma oración que colgaba en la pared de mi abuela. No importaba la temporada, las vacaciones, la ocasión de reunión, siempre rezábamos esta oración. Después, mi abuela le pedía a uno de los nietos que dijera su propia oración y orara por nuestra familia de una manera única. En esta mesa, nos reuníamos todos los años para tomar té con la nieta. Aquí nos poníamos al día con las vidas de los demás. Oíamos historias de estudiar en el extranjero, o pasantías interesantes, o si alguien formaría parte del equipo de voleibol. Aquí era donde año tras año decíamos que mi abuela poco a poco 38
envejecía . La vimos moverse a un bastón y luego a un caminador. La vimos lentamente comenzar a olvidar si ya le habíamos dicho algo o no poder recordar cuántos años teníamos. No quedaba nada en esta sala. Movieron la mesa a la casa de un tío. El armario de porcelana estaba sentado en el comedor de mi madre. Nadie estaba seguro de lo que sucedió con la oración en la pared ... un día estaba allí y el siguiente se fue. Decir adiós a esta casa era como decir adiós a dos infancias. La primera le pertenecía a mi madre. Ella estaba dejando su hogar de la infancia y tirando sus posesiones juveniles olvidadas hace mucho tiempo. Ella se estaba despidiendo de la casa donde perdió a su padre y a su hermana. Ella regresó del hospital a esta casa. Ella regresó de la universidad a esta casa. Ella dejó esta casa para casarse, pero siempre se aseguró de traerme de vuelta. Me estaba despidiendo de mi infancia. Me estaba despidiendo de una casa que me conectaba con mis primos. Al salir de esta casa, estábamos dejando un lugar que nos unía. Era un lugar que nos unía como una familia.
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El pistolero Patty Crabtree Cuando era un niñito, siempre quería ser un superhéroe. Yo siempre me sentaba a fuera y miraba el cielo y quería poder salvar el mundo. En mi pueblo, había sólo un superhéroe que se llamaba El Pistolero. El Pistolero tenía superpoderes que incluían super velocidad, vuelo, y super fuerza. Siempre me estorbaba tramas malvadas y salvaba el pueblo. Quería ser como El Pistolero y detener a los malos. Yo miraba el cielo y veía El Pistolero volando por encima. Me saludó, entonces entré a mi casa. El próximo día, salí de la escuela en la mañana. Porque me fui con tiempo extra, entonces tomé el camino largo por el bosque cerca del pueblo. ¡Antes de que pudiera llegar al bosque, miré al cielo y vi a El Pistolero cayendo! Corrí por donde El Pistolero había aterrizado tan rápido como podía. Cuando yo llegué, vi El Pistolero tendido sobre el suelo. Fui a su lado y le pregunté —¿Pistolero, está bien? ¿Qué pasó?— El Pistolero respondió —¿Niño, cómo te llamas?— —Samúel.— —Samúel, hay una chica mala que no puedo derrotar. Ella es más fuerte y experta de mí. Ella me ha vencido, estoy demasiado herido, no puedo levantarme.— Comenzé a llorar —¿Qué quiere decir? ¿Quién protegerá el pueblo?— El Pistolero sacó un collar de debajo de su traje —serás—. Me lo entregó, y con esó, El Pistolero murió. Estaba devastado. No podía ir a la escuela, en vez de eso corrí por el bosque llorando. Cuando no podía correr más, y no podía llorar más, me senté y miré al collar de El Pistolero. El collar era oro, era pequeño y tendría una figura de una pistola más pequeña. Me puse el collar y lo metí en mi camisa. Después de sentarme por un rato, salí del bosque y fui a la oficina del Sheriff Alison. —Sheriff Alison, El Pistolero se murió. Yo lo vi, esta próxima del bosque. No se que pasó, yo le vi caer y él murió después llegué.— Sheriff Alison parecía perturbada. —¿Cuando esto pasó?— —Tal vez una hora, no estoy seguro.—
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—Ven conmigo—. Sheriff Alison y yo fuéramos a donde El Pistolero estaba. Sheriff Alison revisó el cuerpo de El Pistolero en busca de signos de vida, pero no pudo encontrar. Ella dijó —Necesitamos tener un funeral por El Pistolero, le extrañaremos mucho—. Sheriff Alison empezó hacer planes por el funeral de El Pistolero por la proxima día. El próximo día, llegó todo el pueblo al funeral. Sheriff Alison dio un paso al frente y preparó para decir su discurso. Repentinamente, una mujer que nadie había visto antes caminó por el frente del grupo. —¿Quién era su?— preguntó Sheriff Alison. —¿Quién quiere saber?— preguntó la mujer. —Yo quiero, y yo soy la sheriff— respondida Sheriff Alison. La mujer sonrió y dijo —no es importante, pero porque instistía, me llama Raquel. Solo aquí a ver el cuerpo de El Pistolero—. Ella miraba a el cuerpo, el pueblo miraba a ella. La mujer miró a la sheriff —he terminado ahora— dijo con un sonriso, pero cuando ella dio vuelta y me vio, ella dijo de sonreír. —¿De dónde sacaste eso collar?— Raquel preguntó en voz baja. No confiaba en ella, entonces se contesté —mi mamá me regaló—. Raquel sabía que yo estaba mintiendo, pero no quería crear una escena. Raquel miró a me un vez más, y salió el funeral. Esa noche, me di cuenta de que era más fuerte y rápido de lo normal, y podía revolotear sobre el suelo. —¡Soy como El Pistolero!— Me di cuenta —¿qué pasó? ¿por qué tengo superpoderes como El Pistolero?— Entonces recordé el collar. Quité el collar y cuando traté de revolotear, no pude, pero cuando llevaba el collar, sí pude. —¡Los superpoderes estaba en el collar! ¡El Pistolero me dio su superpoderes!— Entonces, practique con mis superpoderes nuevos, y hice un traje. —¡Ahora, soy El Pistolero!— La próxima semana, el pueblo no sabe qué pasó, El Pistolero estaba de vuelta. Había detenido robos y planes malas. Mientras volaba sobre el pueblo, escuché gritos. —¡El Pistolero!— Acerqué el muchacho y pregunté —¿Quién eres, y qué pasó muchacho?— El muchacho respondió mientras lloraba —Soy Jacobo, el hijo del alcalde. Dos mujeres robaron mis padres y los mataron enfrente de mi. También, ellas bebieron toda mi leche con chocolate—. Yo tomé el muchacho al orfanato. Pensé —me pregunto quién los dos mujeres eran—. Para los próximas días, personas del pueblo estaban aterrorizados por las mujeres. La única cosa que yo descubrí era que las mujeres fueron llamadas La Jefa y La Líderoro. Estaban dos mujeres que quisieron gobernar el pueblo, y aterrorizar a la gente. Yo sabía que necesitaba detener a las mujeres antes de que 41
destruyeran el pueblo. Entonces, comencé a investigar mis enemigos. Descubrí que La Jefa era llamaba Pati, y La Líderoro era Raquel del funeral. Las busqué por muchas días, finalmente las encontré cerca de donde El Pistolero primero murió. —¡La Jefa, La Líderoro, sé que quieren apoderarse del pueblo, pero no pueden porque soy El Pistolero y las detendré!— —¿Hola Samúel, como estas? No quieren pelear contigo, si no nos molestas, no te molestaremos—. dijo La Líderoro. La Jefa observó cuidadosamente mientras yo bajé a ellas. —No puedo dejarte molestar mi pueblo, lo siento—. —Es una pena— dijó La Jefa mientras ella preparaba por la pelea. Lancé por La Jefa, pero ella esquivó y La Líderoro me atacó por detrás. Yo la tiré cuando La Jefa me golpeó en la cara. Nunca se había enfrentado a tales oponentes. Finalmente, yo arrojé lejos a La Jefa, pero La Líderoro estaba encima de yo y estaba a punto de le matar. De repente, hubo un disparo, y La Líderoro cayó un poco. Hubo un otro disparo, y La Líderoro estremeció y sostuvo su estómago. Ma levanté la vista y vio Detective Ashley con un pistol. —Se necesitan más de dos balas para matarme— dijo La Líderoro. —Tengo tres— dijó Detective Ashley. —Es posible que necesites más— dijo La Jefa quien acaba de aparecer detrás de Detective Ashley. La Jefa golpeó a Detective Ashley en la cabeza con fuerza y Detective Ashley cayó al suelo. La Jefa rió y tomó el arma de la detective, pero yo era más rápido y se la quité. Apunté a La Líderoro, pero La Jefa saltó enfrente de la bala, y murió. —¡La mataste!— y La Líderoro me atacó con tanta fuerza, que yo tuve que volar lejos. Era débil y herido de la pelea, y sabía que iba morir. Yo caí al suelo cerca del bosque, cuando una niñita me corrió hacia. —¿Pistolero, está bien? ¿Qué pasó?— yo respondí —¿Niña, como se llama?— —Ana— —Ana, hay una chica mala que no puedo derrotar. Ella es más fuerte y experta de mi. Él me ha vencido, estoy demasiado herido, no puedo levantar—. Ana comenzó a llorar —¿Qué quiere decir? ¿Quien protegerá el pueblo?— Saqué el collar de debajo del mi traje —serás—. Le lo entregué, y con eso, morí.
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El secreto del pasado Garrett Gill Había una vez un niño encontró un secreto de su familia, un secreto que cambiaría su niñez. A través de su niñez, sus padres siempre dirían —¡Ay! No pases por el ático, es muy peligroso.— Sin embargo, el niño era un niño rebelde y un día, decidió a ir al ático y tener una mirada alrededor. Había muchas cosas a través: ropas, papeles, muebles antiguos. No fue peligroso, fue interesante y lleno de memorias viejas. En la esquina, estaba una cosa en particular que había capturado su interés, un baúl grande. El niño supo que tenía que abrir el baúl. Cuando el niño estaba buscando por el baúl, encontró una foto de su abuelo. ¿Por qué sus padres nunca permitir ir al ático? ¿Quién era ese niño? Tal vez, ese niño era yo. En la foto, mi abuelo era en un barco chiquito. No sabía por qué mi abuelito estaba en un barco Nunca había sabido que mi abuelo navegara porque cada vez que lo veía, nunca hablaba de su pasado. El día siguiente, decidí preguntarle sobre esta foto. Cuando revolví del ático, vi mi mamá. —¿Qué pasa?—me dijo,—¿Qué estabas haciendo en el ático?—. En este momento, supe que yo estaba en problemas, no me suponía que estar en el ático. —Nada—, le respondí y caminé de la sala, no le quisiera explicar. En la cabeza pensé que, si mi madre no puede encontrarme, yo no tendría que explicarme. Por eso, escondí de mi mamá y escondí de mis problemas. Mi madre, me afrontaba después de algunas horas. —Cuéntame, ¿qué estabas haciendo?— —Pues, tenía una curiosidad de explorar por nuevas cosas y el ático proveía esta cosa. Perdón mamá, no quería causar problemas.— —Está bien no te preocupes. También, tengo una pregunta adicional, ¿Qué encontrabas en el ático? ¿Había cosas específicas que encontraste?— —No mamá—, le respondí,—pero hay una cosa en particular que me confundí— Y este es cómo empecé la aventura en la historia de mi abuelo... 43
La semana siguiente, tenía la oportunidad a ver mi abuelo. No estaba seguro si le dé decir o no. Por alguna razón, tenía un poco miedo. — Hola abuelito—le dice, —¿Cómo está usted?— —Estoy bien nieto, gracias— —Tenga una pregunta, abuelo— —¿Qué es?— En este momento, decidí preguntarle sobre la foto. —Teóricamente, si haya existe un baúl que tenga la posibilidad a contener algunas cosas como las fotos, por ejemplo, y una de las fotos indique que un cierto abuelo navegara, ¿cómo te sentirías?— —Así que, pues, si hablemos en teoría, sea existe una posibilidad.— Obviamente, la noticia me emocioné. —¡Ay abuelito! ¿Por qué no me había contado? Quiero saber todo sobre navegar. ¡Qué padre!—, le grité en accidente. —Chist chico, bájale dos rayitas— —¡Quiero saber todo! ¿Era pirata? ¿Enterraba tesoro?— —Tranquilo, por favor—, me dijo,—esta conversación puede ocurrir en otro tiempo—. —Vale, perdón—, le respondí, obviamente triste. Después de la conversación tuve un millón de preguntas, mucha más que antes. Quise saber todo sobre su pasado y fue difícil a creer que tendría que esperar más en orden a obtener las respuestas. Un mes había pasado sin ver a mi abuelo. De hecho, casi había olvidado de la foto y la conversación con mi abuelo. Afortunadamente, sin embargo, un día mi mamá me preguntó sobre la foto. Ella había tenido curiosidad que su padre, mi abuelo, tenía decir. —Dijo nada—, le respondí,—y honestamente casi se me olvida—. Lo fue a ver en la tarde, gracias al recordatorio, pensé que le podría entonces. Bueno, resulta que mi abuelo era un cazador de piratas para la marina de los EE. UU. Y, de hecho, nuestra familia tenía una historia larga de los cazadores de piratas desde a fines del siglo XVII en el tiempo de la edad dorado de la piratería. Aparentemente estaba en nuestra sangre. Como cualquier niño, pensé 44
que esta noticia fue increíble y el más superpadre cosa en el mundo. Por alguna razón, sin embargo, mi abuelo no pareció muy emocionado sobre la historia. Él no había elaborado mucho. Después de la conversación, un pensamiento nuevo me ha ocurrido. Tal vez que había mucho en el ático que no vi en el tiempo pasado. Tal vez que haya una cosa, como un diario, por ejemplo, que me pueda obtener más información. Pues, decidí que iría al ático un tiempo segundo. Con cuidado, pasé por la puerta del ático y lo enterré. Este tiempo, todo se habían reorganizado. El baúl fue en la esquina, como el tiempo pasado, pero ahora tenía un candado. —¡No es justo!—, exclamé—¿Por qué ya no puedo acceder el baúl? ¿Qué secretos están ocultos por mis padres?— Había algo pasa, pero no sé qué. El baúl estaba la opción mayor pero ahora no puse acceder los contenidos. Aunque estaba un poco desalentado, continué a buscar para algo que me proveería información. Y ahí, detrás del tocador, vi algunos papeles. ¿Qué secretos podría encontrar? Leí el titular, Piratas capturan un barco de la marina; Matan a todos sino uno, y debajo del titular fue una foto de mi abuelo. Me quedé sorprendido, este no era lo que pensaba que encontraría. Corrí del ático y le pregunté a mi mamá que sabía. Ella me explicó todo, mi abuelo fue uno de los marineros que cayeron de los manos de las piratas, pero de algún modo, mi abuelo sobrevivió. Ella me explicó el significado del TEPT y cómo afecta mi abuelo ahora. Por el durante de los años después de esta tragedia, mi abuelo ha estado tratando de olvidar. De repente, sentí la culpa para preguntar de la historia que probablemente mi abuelo no querría recordar. Crecí un poco más eso día. La curiosidad me había enseñado sobre la realidad de la vida. Esto evento me había inspirado a tener cuidado con el desconocido. Está bien a hacer preguntas, pero es importante a mantener cuidado y la empatía. Con mi abuelo, yo no fui paciente. Él estaba comprensivo, especialmente porque era niño, pero había traído memorias malas en accidente.
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Un día no ordinario Connor Cunningham
Oí el sonido de mi reloj de alarma gritarme que me despertara y me preparara para el día. Me vestí, me cepillé los dientes, y fui abajo para desayunar. Pasé al cuarto de mis padres en camino pero todavía estaban durmiendo y no los quería despertar. Hice un bol de cheerios, como siempre, y lo pusé en el lavaplatos cuando lo acabé. Agarré mi mochila y empecé a caminar a la parada del autobús. Típicamente llegaba a las 7:30, pero ya eran las 7:35 y aún no estaba. 7:40, no había llegado el autobus. Me pregunté“¿Qué está pasando? ¿Es sábado?.” Regresé a mi casa y miré el calendario. Era miércoles, y no era día de fiesta, no podía comprender qué estaba sucediendo. Fui al cuarto de mis padres a preguntarles si el colegio había cancelado.“Mamá, el autobús no llegó”, quité la manta para descubrir que mis padres no estaban allí. Entré en pánico, llamé a todos mis amigos por teléfono. Nadie me respondió. Traté de llamar al 911, pero no logré con éxito contactar a nadie. Después de mucho tiempo llorando y pensando en lo que podría hacer, oí el teléfono sonar. Corrí a contéstarlo, pero había una mala conexión. Finalmente, reconocí la voz. Era mi amigo Damián. Me sentí muy aliviado al oír la voz de otra persona. Me dijo que sabía lo que había sucedido y qué iba a venir a mi casa para explicarme todo. Después de casi veinte minutos, Damián tocó a la puerta. Lo dejé entrar y me abrazó, cayendo su casco al piso. Exclamé —dime dime, ¡¿qué está pasando?!”— y me dijo que me sentara en la silla. —Vinieron en la noche, del cielo, y agarraron a toda la gente que pudieron encontrar— me dijo. —”¿Quién? ¿Quién podría hacer eso?”— le respondí frenéticamente. —Eran físicamente como humanos deformados, con la piel gris, la frente ancha, y los ojos más grande como las pelotas de béisbol. Usaron algún tipo de tecnología avanzada para levantar mis padres de su cama y ponerlos en sus naves espaciales—. Con una cara muy confundido, le pregunté
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—¿me estás diciendo que los extraterrestres raptaron al vecindario entero?—. Damián me dijo, —no solo al vecindario, ¡creo que raptaron al mundo entero!—. —No puede ser realidad—, pensé a mí mismo. —¿Por qué raptarían los extraterrestres a todos los humanos excepto nosotros?— le pregunté a Damián. Me respondió —No sé, pero necesitamos trabajar juntos para resolver este misterio y salvar al mundo—. En este momento, me di cuenta que mi vida nunca volverá a ser normal. Lo primero que necesitábamos hacer era recoger toda la información que pudiéramos. Yo conseguí un diario en blanco para recordar todo que sabíamos de los extraterrestres que vinieron. Empecé con su apariencia y la tecnología que tenían. Quizás había libros en la biblioteca que nos pudieran ayudar a aprender más. Damián y yo montamos nuestras bicicletas y fuimos en esa dirección. Cuando llegamos, descubrimos que la puerta estaba cerrada con llave. Antes de que yo pudiera pensar en un plan al entrar al edificio, Damián rompió las bisagras de la puerta con una roca grande. — —¡No puedes hacer eso! ¡Es ilegal!— le grité. —¡¿A quién le importa?!— exclamó él. —“¡Este puede ser el fin del mundo!”—. Tenía un punto válido. Pasamos las tres horas siguientes explorando la biblioteca, buscando los libros relevantes a los extraterrestres sin la ayuda de los bibliotecarios. No había ido a la biblioteca desde que era muy pequeño porque toda la información que necesitaba ahora estaba en internet. Finalmente, descubrimos una sección de mitología y lo paranormal y empezamos a leer todo lo que pudimos. —Estos dibujos son tan erróneos, ¿no hicieron investigación adecuado antes de escribir estos libros?— dijo Damián. Le tuve que recordar que estábamos en la parte de la biblioteca donde estaban los libros de ficción. Después de una eternidad de leyendo y leyendo, yo exclamé —¡lo encontré!—. Indiqué una página que mostraba una ilustración de una extraterrestre que parecía exactamente a lo que me había descrito Damián, y también un artículo 47
corto de la especie. Venían de un planeta de millones de años luz de distancia, y utilizaban tecnología mucha más avanzada que la de los humanos. Tenían una reputación de ser crueles y no dispuestos a comunicarse con nosotros. Raptaban las personas débiles que no se podían defender. Hasta la fecha, nadie sabía ninguna debilidad de ellos. —Esta situación no podría ser peor. ¿Qué vamos a hacer?—yo dije. Después de unos momentos, él respondió, —tengo un plan que podría ser excelente, o muy estúpido—. —Necesitamos mandar una señal al espacio exterior para atraer los extraterrestres— me dijo. Yo grité —¿Estás loco? ¡Nos van a matar si vuelvan!—. —Es la única oportunidad que tenemos para encontrar a nuestras familias—. Odiaba cuando él tenía razón. Empezamos a montar en bici a la estación de noticias para usar su antena parabólica enorme. Forzamos la entrada y Damián utilizó su buen conocimiento de los circuitos eléctricos que aprendió en la biblioteca para conectar un micrófono a la antena. —Es hora de llamar los extraterrestres—.Damián me pasó el micrófono y empecé hablar. —Quiénes hayan raptado a mi familia, regrésenla a la tierra y después háblamos, quizás podamos hacer un acuerdo—. La señal fue en cualquier dirección, y después lo único que podíamos hacer fue esperar que la oyeran y nos la devolvieran. . Decidimos regresar a mi casa mientras esperábamos. La próxima tarde y noche fueron muy tranquilos, sin incidentes. Me dormí en el sofá y Damián en unas almohadas en el piso. Repentinamente, nos despertamos por una luz brillante y un zumbido ominoso. Miré por la ventana y vi a la grande de la nave espacial parqueada en la calle sin salida. Pero en lugar de extraterrestres, mis padres salieron de la puerta. Corrí a mis padres y los abracé. —Pensé que nunca volvería a verlos!— dije mientras lloraba. Mi mamá me empezó a explicar que los extraterrestres no eran malvados, sino vinieron a salvarnos. —El planeta fue condenado. Un asteroide va a colisionar con la Tierra y no hay nada que podamos hacer para evitarlo—. 48
Típicamente, estas noticias me asustaban, pero el hecho de que todas las personas del mundo desaparecieron ayer había cambiado mi perspectiva. Supuse que mi única opción era juntarlos en la nave espacial. Anduve por la rampa con mis padres, y Damián detrás de nosotros. La puerta se cerró y en este momento, mis padres se transformaron en unos extraterrestres. Me di cuento que me habían engañado.
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Aventura de Alaska John Arnold En el verano de 2018, yo fui a Alaska con mi compañero Morgan. Morgan había vivido en Alaska la mayor parte de su vida, pero ésta fue la primera vez que yo visité. Durante este viaje, conocí a muchas personas nuevas, vi muchos animales diferentes, y conocí a amigos nuevos en el vuelo. Había vivido en Tejas toda mi
vida y nunca había visitado la región del Noroeste Pacífico. El primer día, llegué al aeropuerto después de un vuelo muy largo. El vuelo fue muy fascinante y bonito. Cuando llegué, Morgan me recogió en el aeropuerto y fuimos a su casa
en Palmer, Alaska, y manejamos cincos horas para llegar ahí. El día siguiente, fui a caminar por las montañas cercanas. La vista de Palmer desde las montañas fue muy hermosa, y vi un águila calva por primera vez. Yo también vi algunos otros animales pequeños, pero nada impresionante. Más tarde ese día, viajamos a la ciudad de Seward y exploramos un poco más. Había montañas en Seward también, así que decidimos explorarlas.
Antes de la excursión por las montañas, visitamos algunas tiendas de recuerdos y bebimos café bueno al lado de la bahía. Me pareció interesante ver focas allí en Alaska y no sabía por qué. Debería haber sabido que las focas vivían
allí. Después de nuestro primer día allí, en la ciudad de Seward, continuamos nuestro próximo destino. Nosotros planeábamos ir a la ciudad de Anchorage, pero en lugar de eso, fuimos a la pequeña ciudad de Talkeetna. Talkeetna fue muy interesante y tenía muchos tipos de personas de todo el mundo. Conocimos a personas de los países de Dinamarca, Suecia, la Alemania, Argentina y muchos otros países más. La mayoría de ellos eran de Talkeetna porque el Parque Nacional de Denali está allí.
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Cuando estábamos en Talkenneeta, paramos a comer en un café. Cuando comíamos, un grupo de alpinistas entró al restaurante. Se sentaron a lado de Morgan y yo, y nos hablaron de sus experiencias en la montaña y fue muy interesante. Después escuchamos durante unos minutos, fuimos a algunos lugares interesantes como dos fábricas de cervezas, el río de Talkeetna, y el parque nacional. Un hecho al azar aprendí sobre Talkeetna que era el alcalde de la ciudad que era un gato y su nombre era Stubbs. Esto fue una visita muy anormal, pero me divertí y disfruté el aprendizaje de la cultura. Después de Talkeetna, fuimos a la ciudad de Anchorage. La ciudad de Anchorage no era tan interesante como Talkeetna, pero era definitivamente más previsible. Cuando estuvimos en Anchorage, fuimos al Bass Pro Shop y vimos un juego de hockey. Nosotros pasamos el día caminando alrededor la ciudad. El día siguiente, nosotros caminamos a la Montaña de Maratón. Yo pensé que caminar por la montaña sería fácil porque Alaska está en el nivel de mar y soy de Tejas, pero estaba equivocado. Había olvidado que el aire es muy seco y el aire en Tejas es muy húmedo. Yo no estaba preparado por la caminata pero fue fácil. Cuando llegamos a la cima de la montaña disfrutamos la vista y vimos un oso. Ver el oso en el salvaje era muy espantoso. Esto fue cuando el viaje empezó a cambiar y la aventura empezó. Cuando empezamos a caminar por la montaña abajo, el oso comenzó a vernos. Nosotros tuvimos que correr por la montaña y el oso todavía nos perseguía. Corrimos más rápido y más rápido que empezamos a rodar hacia abajo. Cuando nos dimos cuenta que el oso no nos estaba persiguiendo, entonces nos calmamos. Continuamos caminando hasta que se tornó de coche. Decidimos ir en coche al Seward porque la ciudad estaba cerca y nos gustaba el café. No
pensamos que más eventos raros nos sucederían pero nos estábamos equivocados. Habíamos planeado irnos de la ciudad de Seward al día siguiente
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entonces ir a la ciudad de Wasilla. Cuando llegó la mañana nos metimos en el coche y fuimos tan pronto como pudimos. Duramente nuestro viaje a Wasilla, nos preocupamos que el oso nos siguiera porque nos siguió por la montaña. Habíamos estado muy asustados por el momento, pero cuando dejamos a la ciudad, nosotros nos sentíamos más seguros. Cuando fuimos a Wasilla, nos quedamos en la casa del primo de Morgan. Cuando estábamos en Wasilla, caminamos y exploramos las montañas cercanas. También fuimos a algunas tiendas y restaurantes locales y tomamos los cafés excelentes. Wasilla era mi ciudad favorita por ahora...hasta que vimos al oso de nuevo. Esta vez, el oso había crecido diez veces más grandes y parecía hambriento. Después de ver al oso, le dimos el apodo Big Ugly y rápidamente volvimos corriendo a la
casa por seguridad. Ahora necesitábamos idear un plan de escape porque Big Ugly
nos seguía. Habíamos decidido que necesitábamos conducir de regreso a Anchorage para poder escapar de nuestros problemas y salir del estado. Debido a que notamos que Big Ugly solo había seguido durante el día, decidimos que
íbamos a escapar a Anchorage durante la noche. Mientras esperábamos con seguridad en nuestra casa, vimos Big Ugly en la ciudad causando destrucción. Nos sentimos afortunados de estar lejos por el momento.
La puesta de sol había llegado y comenzamos a empacar nuestras cosas en nuestro "auto". Afortunadamente, solo teníamos un corto viaje en auto, pero sería muy suspenso porque no sabíamos si Big Ugly nos estaba siguiendo. Cuando
salimos de la casa, atravesamos la ciudad y vimos la destrucción. No teníamos idea de que un oso pudiera causar tanto daño. Big Ugly no fue un oso ordinario. Tenía la misión de encontrarnos y no sabíamos por qué.
Cuando nos acercamos a Anchorage, corrimos directamente al aeropuerto para tomar el próximo avión a Seattle. Afortunadamente, el vuelo fue barato y llegamos a tiempo para partir temprano ese día. Subimos a nuestro avión esa
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tarde y nos sentimos aliviados de estar escapando de la ira del -Big Ugly- . Nuestro viaje fue interrumpido, lo cual fue triste, pero fue por nuestra seguridad en la pista, pudimos ver al oso corriendo hacia nosotros y todavía nos preguntamos qué nos quería. Finalmente obtuvimos un descanso muy necesario en nuestro vuelo fuera de Alaska y comenzamos a despertar cuando llegamos a Seattle. Nunca descubrimos por qué estaba tan enojado y siguiéndonos, pero fue una aventura emocionante y sobrevivimos.
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Gracias Cordelio Samuel Britain Cuando empecé a trabajar en la Universidad de Carwash, al principio, estaba nervioso, pero me sentí que ganaba confianza cuando conocí varias personas simpáticas. Durante el entrenamiento, mi jefe y mis compañeros de trabajo parecían amables y también trataron de conocerme, lo que me hizo sentir que era parte del grupo. Me dieron un recorrido por los edificios e instrucciones sobre cómo pasar la aspiradora de la manera más eficiente posible. Después de un recorrido básico, quedé solo con los trabajadores, ellos aspiraban furiosamente los automóviles. Tomé la única aspiradora libre al lado de un hombre hispano bajo y gordito que gruñía después de terminar cada auto. Trabajamos todo el día sin decir una palabra, los únicos ruidos eran los bocinazos de clientes impacientes, el ruido de las aspiradoras y los gruñidos del hombre. Trabajamos hasta el mediodía, pero cuando sentí que mis zapatos se derretían sobre el concreto caliente, supe que era hora de un descanso. El misterioso hombre gruñendo y yo almorzamos al mismo tiempo. Fuimos a la sala de descanso con aire acondicionado. Abrió su refrigerador y sacó una bolsa de almuerzo. Dentro había pequeños trozos de carne y una bolsa de tortillas de maíz. Sacó algunos trozos de carne y los metió en las tortillas y las cocinó en el microondas hasta que estuvieran visiblemente calientes. Comió las tortillas y carne y luego volvió a poner todo en su bolsa. Luego, sacó un viejo vaso rayado y lo llenó con leche del refrigerador. Le puso avena y un montón de azúcar y luego la calentó en el microondas. Puso los pies sobre la mesa, me miró y me dio una cálida sonrisa. En inglés, me preguntó si hablaba español. Afirme con la cabeza. Me preguntó cómo lo hablaba, y le dije que tenía abuelos hispanos y que
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hablaban español en casa. Ahora era su turno de mirar con curiosidad. Me dijo que era la persona hispana más blanca que había conocido. Yo, en broma, le dije que era la persona hispana más baja que había conocido. Se rió mucho y me dio la mano. Me dijo que se llamaba Cordelio. Todos los días almorzaba con Cordelio y conversábamos. A veces me contaba sobre su pasado. Me dijo que soñaba regresar a Honduras para visitar a sus cuatro hijos. No pudo cuidarlos después de la muerte de su esposa, por eso le dio la custodia de sus hijos a su hermana y se fue a los Estados Unidos para ganar más dinero. Todo lo que ganaba iba a ellos, y él ahorraba solo lo suficiente para sobrevivir. No pude decirle que ahorré mi dinero para salir con mis amigos y comprarme las cosas que quería. Todos los días, me ofrecía un taco, y yo lo tomaba con una condición: que él comiera la mitad de mi almuerzo. Todavía recuerdo su orgullo cuando le dije que tomara lo que tenía. También recuerdo la cara de puro placer cuando mordió mis verduras frescas. Me agradeció mi amabilidad y me dio un abrazo. Desarrollamos una rutina después de eso, trabajando duro en el calor y descansamos en la sala fresca. Después de muchos días trabajando en el Carwash, fui a mi casa y descansé en mi piscina. Empecé pensando de la vida, y cómo cada persona tenía partes especiales de la vida, cómo la universidad o la juventud, o los años con los amigos. Pensé cuando eran mis años más especiales, o que mis años más especiales de vida habían pasado. Comprendía que todos los personajes tiene el miedo de no sucesso, o que los tiempos mejor era pasado. No podía salvar mi tiempo, o mi vida, entonces cada momento, cada año necesita era el mejor año por mi. Yo realizaba que mi tiempo en este tierra era limitado, y por esto razón necesitaba apreciar cada momento. Los años de juventud era los años más fáciles y más felices también, pero cuando estamos en los años de juventud, solo pensamos cuando estamos adultos. Yo realizo, he nadando en mi piscina, que mi tiempo, y
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todos los horas que yo deseado que soy un adulto era horas vanos. No podía reclamar estos horas, pero podía ser que todos los futuros horas era horas y momentos fantásticos. Mi amigo Cordelio empecé mis pensamientos, y por eso tenía muchos gracias. Sin Cordelio, yo no valoraría mi tiempo y mi juventud, y el libertad que acompañan juventud. No valoraría la vida que mis padres me dio, con un casa grande, un coche, y comida siempre en la mesa. Yo no valoraría mi suerte, con amigos buenos y un escuela buena con maestros amables que quería ver mis sucesos. Cordelio me hice comprender que este fue uno de los mejores momentos de mi vida, y no valoraria.
Yo regresaba a mi trabajo el próximo dia, y fui a hablar con mi amigo. Fui al aspirador para empezar mi trabajo, pero cuando miro a la estación de Cordelio, hay un hombre diferente. Yo fingía que Cordelio solo era en un estación diferente. Yo trabajaba todo dia, y cuando paso mi tiempo para descansar, fui a sala fresca, pero no estaba Cordelio. Fui para hablar com mi jefe, Jon, me dio que Cordelio regresaste a Honduras para vivir con sus hijas. Una ola de tristeza envuelto mi todo cuerpo, haciéndome sentir extremadamente solo. ¿Con quién voy a pasar la aspiradora? ¿Con quién voy a hablar durante el descanso? Todos mis sentimientos de esperanza para mi juventud y el disfrute de cada momento se fueron. Entonces me di cuenta de que Cordelio estaba haciendo lo mismo que yo quería. Fue a disfrutar su vida con sus hijas, lo que lo hizo disfrutar cada momento. Disfrutar del tiempo no tiene que ser cuando eres joven, pero disfrutar de la vida sucede en todo momento. Cordelio, mi amigo, me enseñó otra lección de vida sin siquiera estar presente para hablarme. Sus acciones hablaste lo suficientemente alto como para enseñarme dos lecciones importantes de la vida, para disfrutar mi vida y mi juventud, y toda la vida es importante y debe disfrutarse.
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María y Coco Allison Andrews Érase una vez que había una gran pintora. Esa era yo. Pero, eso no era del todo cierto, aún no en ese tiempo. Me llamo María, y cuando empecé mi educación de luchar, tenía doce años. Estaba en un convento, pero, no quería ser una monja, sólo estaba allí para aprender a pintar. Cuando vivía con mis padres, mis cosas favoritas para pintar eran los conejos y los caracoles que eran más altos de humanos. Pero, cuando las personas en mi pueblo se enfermaron con la peste negra, mis padres decidieron enviarme muy lejos de mi hogar. Al mismo tiempo, muchas de las cosechas murieron. Mis padres no me creyeron cuando les dije que había visto un dragón. Creí que el dragón era Coco porque ella siempre destruía las cosechas. En el convento, me sentía atrapada. ¡Estaba tan aburrida! ¡Las monjas no me dejaban hacer nada divertido! Durante los cuatro años vivía en el convento, las monjas siempre me decían cosas como —No María, las niñas no juegan con las espadas— y —No María, las niñas no montan a caballo así— y —No María, no asustes a las niñas con esas historias de monstruos—. —No María— pareciera que la única manera que las monjas podían comenzar sus oraciones. En esa época, yo pensé que debería convertirmeen una escudera. No había una duda en mi cabeza que Coco empezó la peste negra en mi pueblo. Quería luchar a Coco, pero solamente aprendía a pintar. Sin embargo, no era todo mal. ¡Mi profesora de pintar era la gran pintora Ende! Ella era tan asombrosa que todas las partes aburridas valieron la pena. Me ayudaba con mi técnica e incluso me decía —María, puedes ayudarme con mis pinturas cuando tú tengas quince años—. Estaba tan emocionada que casi olvidé sobre Coco. Pero, quería proteger a mi amiga Catalina del Coco. Catalina era mi mejor amiga, y jugábamos juntas por muchas horas. Catalina se hizo una monja, pero en ese entonces, odiaba a las monjas y tenía miedo de que Catalina fuera tan mala como las otras monjas. —¿María?— Catalina preguntó con una voz como un pájaro. Ese día, jugábamos ring around the rosies. —¿Sí Catalina?— —¿Por qué te gritan las monjas tan a menudo?— —Porque las monjas son brujas malvadas que se comen la felicidad de niñas.— Estaba tratando de asustarla, porque no quería que ella fuera monja. 57
—Oh. Pero María, ¿no sería mejor si estuviéramos felices todo el tiempo? De esa manera, ellas tendrían más comida.— —¡No sé Catalina! Las monjas son malvadas y eso es un hecho. Créeme, tengo doce años y tienes solamente nueve años.— —Creo que sí, María. Pero, las monjas siempre son tan simpática conmigo.— —¡Catalina! ¡Así es como te consiguen! ¡No te caigas!— —María, Ende te necesita.— Una voz como una vaca interrumpió nuestra conversación. Hermana Ynes estaba en la puerta. Ella era la peor de las monjas. —Gracias, Hermana Ynes. Adiós, Catalina.— Aunque yo odiaba a la Hermana Ynes, Catalina no necesitaba ver lo mal que Hermana Ynes podía estar. —Adiós, María.— Después de Hermana Ynes me llevó al estudio de Ende, ella me dijo —María, ¿por qué siempre tienes que asustar a Catalina con tus historias de monstruos?—. —Porque Hermana Ynes, ¡Catalina es mi mejor amiga! ¡Quiero protegerla de los monstruos!— Hermana Ynes suspiró. —María, tus monstruos no son reales. Ellos solamente existen en tu cabeza.— —¡No Hermana Ynes! ¡Coco es real! Mi pueblo fue….— —¿... fue atacado por Coco, María?— Ella me interrumpió por segunda vez. —¡Sí, Hermana Ynes!— Sentí las lágrimas en mis ojos. No María, sé fuerte. Necesitas ser fuerte y un día, ayudarás a derrotar Coco y todos los otros monstruos. —María, tus padres te enviaron aquí porque en tu pueblo, estabas en peligro de contraer la peste negra.— Esta mujer era tan exasperante. —¡Coco causó la peste negra! ¿Por qué no ves la verdad Hermana Ynes?— —¡María! ¡Ten un poco de respeto, niña!— Mi mejilla izquierda quemó. ¿Qué acaba de pasar? ¿Hermana Ynes me abofeteó? ¿Porque dije ves en vez de ve? Fui tan sorprendida que no pude pensar. La puerta al lado de nosotros abrió. Ende la grita —¡Hermana Ynes! ¡Explíquese! ¡Ahora, Hermana Ynes!— —¿Ende?— Hermana Ynes sonó tan sorprendida como yo. —María, me faltaba el respeto. Le estaba enseñando una lección.— —Y aquí hay una lección para tú, Hermana Ynes. María es mi estudiante, y su disciplina es mi responsabilidad. ¿Está claro, Hermana Ynes?— No pude creerlo. Ende me defiendió. Vi a la Hermana Ynes alejándose y pisoteando airadamente. —Y para tú, Señorita María.— Ende sonó decepcionada. 58
—¡No hice nada malo, Ende! ¡Hermana Ynes no me creyó sobre Coco!— —Yo sé, María. Pero, Hermana Ynes tiene un punto. La peste negra es más peligroso que Coco.— —¡Pero Ende, Coco causó la peste negra! ¡Ustedes adultas nunca nos creen niñas! ¿Por qué? ¿Porque somos más jóvenes que ustedes? ¿Porque somos niñas, no somos niños? ¡Eso es ridículo! ¡Soy tan bueno como alguno niño! Yo, yo, yo…..— Era demasiada. M is lágrimas fueron en todas partes de mi cara. No pude ver debido a las lágrimas en mis ojos. No pude hablar porque mis palabras estuvieron atascadas en mi garganta. Me dolió la cabeza y mi mejilla estaba hinchada. Pero, Ende esperó a que me tranquilicé. —Tranquilízate, María. ¿Quieres un vaso de agua?— Crucé mis brazos. —Quiero salvar mi pueblo.— —No puedes salvar nadie si no estás salvado primero.— —No comprendo, Ende.— A pesar de mi protesto, Ende me dio el vaso. Ende tenía razón. El agua me ayudó a calmarme. —Mira mi pintura, María. ¿Ves el caballero?— Ella me mostró una pintura sobre un luchar entre de un caballero y un caracol. —Sí Ende, pero no veo como el caballero necesita ayuda. Está luchando contra el caracol por su cuenta.— —Es verdad, pero mira estas pinturas aquí.— Ella me mostró dos pinturas más. —¿Cuál es el significado?— No se comprendí, Ende. —Las tres pinturas contaron una historia. En la primera pintura, el caballero es derrotado por el caracol. En la segunda pintura, el caballero es salvado por un sanador. Y en la última pintura, el caballero puede derrotado el caracol. Pero, María, el caballero sólo puede hacerlo porque permitió que el sanador lo salvara. ¿Comprendes ahora?— —Pienso que si, pero todavía quiero luchar Coco.— —Te digo qué. Después de sus lecciones de pintura, te enseñaré a luchar con una espada y a montar a caballo con una espada.— —¡Pero, Ende! ¡Las monjas tendrían un ataque del corazón si supieran que puedo hacerlo!— —Ah María, lo que las monjas no saben, no les hace daño.— …. No pude creerlo. Coco fue aquí. Mi espada sentí bien en mi mano. Por fin, estaba lista. Mi yegua, Angela, cambió debaja de mi silla. Ende fue una gran 59
pintora, pero, ella era tan hábil con una espada como con un pincel. Ella me enseñaba bien. Fui un estudiante de Ende por diez años. Ocho años antes de hoy, ella me enseñó con una espada. No había una duda en mi mente, Coco vivió su última día. Ende me enseñaba cómo desdibujar la línea entre de pintar y luchar. Mi espada era una extensión de mi brazo. Confiaba en Angela con mi vida. Ella confiaba en mí tan mucho. Coco arremetió contra mí. Pero, Angela se movió a la izquierda rápidamente. Todo eso entrenamiento valió la pena. Coco no pudo tocarnos. La batalla ya estaba ganado .Después de una patada ligera de mi, Angela corrió al Coco aturdido. No pudo se mover en tiempo. Mi espada terminó el terror de Coco. Y con el fin de Coco, el fin de la peste negra también.
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Confía en la abuela Joseph Cederholm Había una vez un chico le encantaba jugar hockey de hielo, pero sus padres querían que tocara el saxofón. Su familia había producido los mejores saxofonistas del mundo durante los últimos 100 años. En dos semanas, Scott tendría que actuar por primera vez. Su familia estaba muy emocionada de escuchar a la próxima estrella de su familia. Sin embargo, Scott tenía otros planes. Dos meses antes... Scott y sus compañeros de noveno grado almorzaban nerviosamente y esperaban ansiosamente las pruebas de hockey. Sin el permiso de sus padres, se saltaron los ensayos de la banda para poder seguir su pasión. Los dos mejores amigos de Scott sintieron lo mismo. Jorge tocaba la trompeta y José tocaba el trombón. —¿Por qué tenemos que practicar?— preguntó Scott. —Somos los mejores músicos del estado, literalmente no se logra nada.— dice Jorge. —Es por eso que estoy emocionado de que finalmente estemos jugando hockey. Los estanques alrededor de mi casa están ocultos, por lo que tenemos que practicar durante las próximas dos semanas.—dijo José. —Ustedes no planean ir a ambos, ¿verdad? Incluso con la amenaza de bomba no hay forma de que podamos terminar las pruebas a tiempo.— -Déjame los detalles.— Para apaciguar a su familia, Scott empleó a su amigo más sabio: su abuela. Nadie en la familia le ocultaba secretos. Ella siempre daba consejos con el individuo y la familia en mente. Scott había planeado informarle de sus planes, pero ahora finalmente había llegado el momento. —Hola mi amor. ¿Que te molesta?— dije abuela.
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—Odio el saxofón. Sé cuánto significa para esta familia, así que seguiré jugando pero necesito tu ayuda. En dos semanas, Jorge, José y yo vamos a probar para el equipo de hockey.—dije Scott. —¿Pero ese es el mismo día del concierto?—dije abuela —Lo sé.— dije Scott. —Pongámonos a trabajar.— Una semana más tarde... —¿Cuál es el plan Scott?—dije Jose. —No es justo Scott!-—dije Jose. —Tengo que perder la primera parte del concierto de la banda Y llamar a una amenaza de bomba. Ustedes dos solo tienen que seguir el plan—. —Pero también tienes más tiempo para ponerte el equipo de portero. Alguien tendrá tiempo extra, y debes ser tú.— dije Scott. —Tu plan aún no funciona. En una semana, el concierto comienza a las 7:15, mientras que las pruebas son a las 7:45. La amenaza de bomba nos comprará en horas y media como máximo, entonces, ¿qué sigue?— preguntó Jorge. —Tengo las mismas preocupaciones Mi abuela me dijo que se encargaría de eso. Probablemente sea mejor que no lo sepamos. —dije Scott. —Si tú lo dices. Solo recuerda que si esto sale mal, solo una persona tiene que soportar la caída. Si arruino mi parte, no les entregaré a la policía—dije Jorge. —Eso es solo porque su parte no tiene riesgo. Las únicas personas que pueden ser atrapadas son la abuela de Scott y yo. Solo tratas de hacerme decir que no informaré a la policía que estuviste involucrado.— dije Scott. —¿Lo harías?— dije Jorge. —Esperemos que nunca lo descubramos.— dije Scott. Una semana más tarde... La abuela de Scott no había sido vista en dos semanas. Aunque ella estaba desaparecida, la familia Ramírez planeaba detener su búsqueda para poder asistir al concierto de Scott. Esta es la tradición en la familia Ramírez. Cada miembro debe poner su música primero. Scott no estaba seguro si esto es parte del plan de 62
su abuela, o si ella realmente estaba desaparecida. De cualquier manera, él sababa lo que debe hacer. Confía en el plan. Scott y sus amigos llegaron al concierto a las 6:00. Entre los asistentes están los directores de la banda de Texas A&M y Stanford. Toda la familia Ramírez está allí y informaron con entusiasmo a las personas sobre quién es su pariente. —¿Donde esta Jose? Necesitamos absolutamente nuestra primera silla trombón. Esto es un desastre. No podemos seguir. ¿Puede algo ir bien por favor?— El micrófono está encendido y una voz comienza a hablar. —Atención. El edificio debe ser evacuado. Hemos recibido una amenaza de bomba. Por favor ordene dejar el edificio.— —¿Dónde están los tres amigos?— dice una prima. —No puedo creer que hayamos llegado a las pruebas. Hagamos esto.— dije Scott. —Hola. Mi nombre es entrenador Daniels. Llama a tus atracciones y diles que practicaremos toda la noche. No es que muchos niños salieron este año, así que si puedes superar la práctica, puedes jugar. Bienvenido al equipo.—coach daniels Los tres amigos se miraban con horror. Todo lo que planearon, todas sus esperanzas, terminó. Su única esperanza es que la abuela de Scott pueda lograr un milagro. Mientras tanto en el concierto... —Perdón por la espera amigos,— pueden … —¡Mira! Es la abuela!— dije un nino. La abuela se acerca a la multitud y habla: —Familia. Hemos sido una fuerza fuerte por generaciones. Nuestra familia produce los mejores saxafonistas del mundo, y de eso estoy orgulloso. Sin embargo, hemos fallado en otro aspecto: el amor. Nuestro pequeño Scott no ama la música. Él nos ama, pero su verdadera pasión reside en el hockey. Debemos apoyarlo en esto. A veces, el amor tiene que ser duro, como obligar a tus hijos a practicar para que puedan ser geniales. En este caso, el amor debe ser amor ininterrumpido. Incondicional. Y sin juicio.— 63
La familia estaba sin palabras. Los padres de Scott sabían que esto era cierto. Habían visto la falta de pasión de su hijo y comenzaron a llorar. La abuela se acercó a ellos, los consoló y sugirió que la familia fuera a las pruebas. Después de marcar su quinto gol consecutivo, Scott se horrorizó al ver a sus padres. Para su sorpresa, su abuela salió. En un descanso del juego, Scott fue a hablar con su familia. Llorando, su madre habló. —Mi hijo. Siento haberte forzado a tocar el saxofón. Sabíamos que podías tener éxito tocando el saxofón, pero la pasión es esencial. Apoyaremos todo lo que elija seguir, siempre que lo haga bien.— Scott se volvió hacia su abuela. —¿Qué? ¿Cuando? ¿Cómo? —Scott dijo. La vida encuentra un camino. Recuerde, debemos amar a las personas como son. Ve a terminar las pruebas y ve a mi casa más tarde. Estoy haciendo la cena.
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La chica internacional Sarah Aloumar Toda mi vida siempre me interesaba los países, culturas y religiones diferentes. Tal vez es porque mi padre es de Líbano, y mi madre es de Nicaragua, o tal vez porque he vivido en todas partes del mundo. Nunca me he quedado en un país por más de dos años, y aunque es increíble vivir en países diferentes, a veces uno se cansa de mudarse. Y eso es lo que me pasó. Todo empezó en Houston, a dónde mis padres se conocieron y dónde yo y mis hermanas nacimos. Nos quedamos hasta que yo tuve cinco años, y de ahí nos mudamos al Medio Oriente: Dubai, Qatar, Kuwait, y Omán. Después nos fuimos al sudeste de Asia: Tailandia, Bali, Singapur, Malasia, y Cambodia. Y no termina ahí, después nos fuimos a Europa: Francia, Inglaterra, Italia y por fin España. Ahora tengo diecisiete años y he corrido por casi todo el mundo . Aunque estoy demasiado agradecida por haber vivido en tantos países, no estoy satisfecha. No pude explorar o apreciar la belleza y cultura de cada país. Así que por mi cumpleaños de dieciocho les pedí algo a mis padres. —Mamá, papá, mi cumpleaños es en una semana. No quiero que me regalen nada. Solo quiero viajar.— les dije. —Pero hija, si hemos vivido por todo el mundo. ¿Porque quieres viajar si ya hemos viajado?— dijo mi papá. —Si Andrea, son muchos gastos. Estás pidiendo mucho, mejor te regalamos una joya o te hacemos una fiesta.—dijo mi mamá. —¡Es enserio! Quiero conocer otros países como si fuera por la primera vez. Ustedes saben que me encanta viajar. Nunca les pido nada. ¡Por favor déjenme hacer esto!— les contesté. —Ay Andrea, bueno lo pensaremos. No mantengas tus esperanzas. Pero estás loca si piensas que vas a viajar sola. Viajarás con Luisa, tu mejor amiga, o con tus hermanas, tu puedes escoger. No quiero que algo te pase y nadie sepa.— dijo mi papá. —¡Qué emoción! ¡Sí lo que ustedes quieran! ¡Ahorita hablo con Luisa para ver si puede! ¡Muchísimas gracias, los quiero demasiado!— les dije felizmente.
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La verdad, no pensé que me iban a dejar. Cuando mi padre dice que lo va a pensar siempre termina siendo un sí. Quería viajar sola, pero mejor viajar con Luisa que nada. Llame a Luisa para ver si la iban a dejar. —Hola Luisa, ¿qué tal? Te tengo que preguntar algo.— le dije a Luisa por el celular. —Hey Andrea, ¿bien y tú? Jaja, suenas emocionada, ¿qué paso?— me contestó —¿Ok, sabes que en una semana cumplo dieciocho verdad? Bueno, estaba pensando viajar contigo, no se a dónde todavía, ¡Pero podemos empezar a ver pasajes en estos días! ¿Qué dices? ¿Crees que tus padres te dejarán?— le pregunté. —¡Madre mía! ¡Obviamente me van a dejar, tu conoces a mis padres! ¿Que dices si empezamos a ver pasajes mañana?— dijo Luisa. —¡Perfecto! Vente a mi casa mañana.— Después de unos tres días de haber visto pasajes y países, finalmente lo logramos. Decidimos el medio oriente, porque son los países en el que he vivido menos tiempo. Finalmente llegó el día, mi cumpleaños. El día que mi aventura empezó. Estábamos en el aeropuerto despidiéndonos de nuestras familias. —Te vamos a extrañar mucho Andrea. Por favor, escribanos cada rato para que sepamos que estas bien. No te metas con gente rara y no hagas cosas locas.— me dijo mi mamá preocupadamente. —Si mamá, te entiendo. Los prometo que les escribiré todos los días. ¡Los quiero mucho! ¡Adiós!— y de ahí, nos fuimos. Al fin llegamos al hotel en Qatar, y podía decir que no era el lugar más lujoso, pero no nos importaba. La primera noche fuimos a un lugar que se llama el Souq. Cenamos comida Qatari, y caminamos por ahí mirando las especias locales y los vendedores y sus puestos. Cuando estábamos caminando por el Souq aprendimos que un Souq es un mercado en países árabes, en algunos lugares se llaman bazaar. Es una manera para mantener la cultura a pesar de la modernización. Rápidamente aprendimos que, en países religiosas, como Qatar, hay que respetar la costumbre. Una mujer musulmana nos advirtió que es irrespetuoso enseñar partes del cuerpo, como toda la pierna y los hombros, y esto solo aplica a las mujeres. Nosotras lo tomamos en cuenta por el resto de los días que estuvimos en Qatar. 66
Nuestra próxima parada era Dubai. Un país mucho más liberal y moderna que Qatar. Aunque también eran religiosos, no eran tan estrictos como en otros países. Aceptaban y entendían más a otras culturas, y había gente de todas partes del mundo. Visitamos lugares famosos como el Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo, Global Village que es como un mercado con verdores de todas partes del mundo, fuimos al desierto donde nos montamos en camellos y las dunas. De Dubai nos fuimos a Omán y Kuwait, y de ahí decidimos que también queríamos visitar unos países en el medio este así que fuimos a Líbano, Jordania, y Turquía. En cada país nos hicimos amigas de otra gente que estaban visitando, y también con gente local, aprendimos que cada país tenía culturas y costumbres diferentes. Era el mejor tiempo de nuestras vidas. Hasta que finalmente regresamos a casa. —Mamá, papá, no entienden el viaje que tuvimos. ¡La pasamos increíble y hicimos muchos amigos en cada país! Durante el viaje aprendí de yo misma, que me encantan las culturas y los países. Tal vez es porque ustedes son de dos países diferentes, pero decidí que quiero estudiar relaciones internacionales. Este viaje me hizo realizar mi pasión, y eso es el mundo. Y ya se que solo fui a unos cuantos países, y que todavía me falta mucho, ¡pero tengo toda mi vida en frente de mi! Estoy emocionada por lo que viene y les tengo a ustedes para agradecerlos. Sin este viaje me hubiera tardado mucho más en saber qué era lo que me apasionaba tanto, por ustedes soy una chica internacional.— les dije a mis padres emocionadamente.
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Los otros parientes Julia Anderson Hace muchos años, cuando era niña, tenía la idea que todas las personas en los Estados Unidos hablan de la misma forma sin variantes distintas. Vivía en el estado de Minnesota cuando aprendí a hablar, pero la forma no parecía como una manera de hablar diferente que la de mis padres porque yo era demasiado joven para oír la diferencia. Siempre quería ir a un estado como Texas porque no podía creer que existiera personas que hablaran con una variante como en las películas de Texas. Mi padre tenía un trabajo difícil porque era doctor. Cuando yo tenía 3 años, mi familia y yo necesitábamos mudarnos a Seattle, Washington para completar su educación. Las personas allí continuamente decían que yo pronunciaba algunas palabras incorrectamente, pero no entendía porque pronunciaba las palabras como mis padres las pronunciaban. En segundo grado, necesitábamos viajar a Texas porque mi padre finalmente encontró un trabajo concreto en vez de asistir más clases. En ese momento comprendí que su trabajo era muy único porque no había muchas personas que querrían ser doctor para personas que seguramente iban a morir, y no había muchos doctores que se especializaron en solamente un tipo específico de cáncer. Nos volvimos a la ciudad de Plano, Texas y visitamos a mi bisabuela de Franklin, Texas, cerca de la ciudad de College Station. Aquí fue donde empieza la historia de mi experiencia a oír y percibir una variante distinta… “Más rápido Julia, necesitamos ir ahora al carro,” decía mi mamá mientras sacaba las bebidas y la comida del refrigerador. Ella las puso en el carro para el viaje. Yo tomé la mochila que hice la noche anterior y corrí al carro para reclamar mi asiento favorito antes que mi hermana menor. Ella siempre era muy despacio, y no fue al carro antes que yo. Mi padre necesitaba manejar durante el viaje porque tenía dolor de estómago cuando no manejaba y por eso ya estuvo en carro. Toda mi familia llegó al carro, y mi padre empezó a manejar. Tuve mucho entusiasmo porque quería conocer a mi bisabuela que nació en mil novecientos veinte y seis...
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Llegamos enfrente de la casa de mi bisabuela. Tenía muchas flores, muchos caracoles, y muchos gallinas y gatos en el jardín. Las gallinas eran ruidosas y los gatos las seguían muchas veces para divertirse. Era un olor muy raro y un poco malo delante de la casa, y más tarde cuando yo pregunté a mi bisabuela sobre esto, ella me dijo que era para repeler las serpientes. Oí un sonido delicado y pequeño como metal con metal, y miré a la puerta. Allí estaba mi bisabuela, más alta que yo con pelo negro y una sonrisa grande. Mi padre estaba a su lado y lo abracé. Ellos empezaron a hablar sobre la vida y yo entré a la casa en silencio. Mi madre y hermana menor caminaban a la puerta y yo miraba arriba de la puerta. Había pequeñas campanillas de viento encima de la entrada. Un gato me llamó y yo miré a todos los gatos en el césped. Me gusta los gatos mucho pero siempre tenía miedo de los gatos que viven afuera de casas porque mi madre es veterinaria y me mandan mucho a no tocar los gatos salvajes porque pueden morder. Nosotros entramos por la puerta y la primera cosa que vi fue un sillón grande al otro lado del salón donde mi bisabuela de repente se sentó. A la derecha de la entrada había un dormitorio y estaba segura de que era de ella por las fotografías encima de la pared y la lámpara familiar al lado de su tocador. Mi familia le había dado la lámpara a ella hace muchos años. El piso de madera antiguo crujió mucho cuando yo caminaba y el gato del porche continuamente me llamaba. Todos los muebles eran de madera y tela, obviamente muy viejos y duraderos. A lo largo de la pared encima del dormitorio y el salón había un sofá largo con una tela floral y colorido. Tuvo hendiduras que hablaban de muchas personas pasadas que se sentaron allí. Enfrente del sofá estaba una mesa baja y larga con muchos papeles y libros de fotografías. Encima de la pared cerca del sillón y mi bisabuela fue un cráneo de un animal grande como una vaca con cuernos largas y afilados que tenían plumas colgante por tiras del cuero. También tenían pinturas pequeñas que eran símbolos azules. Estaba una muñeca como los nativos americanos sobre la puerta a la cocina y mis padres necesitaban doblar para evitarla. Yo fui dentro de la puerta y tuve que poner mi mochila a la mesa en la cocina. A distancia, oí que mi padre hablaba con mi bisabuela y por un poco tiempo estaba confundida porque la variante pareció diferente que lo normal. No podía comprender nada que mi padre decía ni que mi bisabuela decía. Yo me senté en el sofá y miré a mis padres durante la conversación. Mi hermana menor también estaba confundida. Mi madre no 69
hablaba como mi padre y bisabuela, y por eso podía comprender partes de la conversación afuera de mi padre y bisabuela. Ellos continuamente hablaban como las personas de las películas del oeste viejo. Durante la conversación, podía comprender más y más pero siempre estaba confundida en porque mi padre cambió su forma de hablar. Otra persona entró por la puerta porque no había cerrado la puerta y me miró cuando yo lo miré a él. Mi bisabuela le invitó a él a sentir en una silla y mi padre empezó a hablar con él también. No podía comprender nada. Fui al baño para pensar sobre todo que pasó. El baño tenía paredes rosadas, alfombras rosadas, y toallas rosadas. Era demasiado rosado para pensar. De repente encontré una araña grande y corrí afuera del baño. Prefería los gatos salvajes a las arañas inofensivas. También ahora prefiero los gatos salvajes a las arañas. Tenía un gran miedo a las arañas. Decidí que no me gustaba estar en el campo por esa razón... Más tarde, mi bisabuela terminó la discusión y yo finalmente pude preguntar sobre la variante. No podía entender cómo mi padre aprendió hablar como mi madre si hablaba como mi bisabuela en su juventud. Pregunté a mi hermana, “¿puedes comprender esto?” “No, nada,” ella dijo con frustracion.” Yo me sentaba y pensaba sobre la lengua. Más de una hora pasó y yo empecé a comprender las palabras. Traduje un poquito para mi hermana menor. “Ella dice que el hombre es su hijo,” yo le dije, “y él vive en la casa al lado.” Mi hermana y yo nos sentábamos más tiempo después de descubrir que teníamos más parientes. Entonces, por esa situación de juventud y ignorancia, de pronto había decidido aprender una comprensión de muchas variantes para comunicar con más personas en el mundo. No necesitaría vivir en lugares como el campo, pero tendría que comprender todos las variantes de inglés. A partir de ese momento, tenía un misión a aprender más sobre otras culturas. La juventud era un tiempo perfecto para descubrir el mundo. Prefiero los gatos, pero las personas son más importantes.
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Nuevo espacio Rachel Sumang Mi mundo era ilimitado y no tenía límites. Viajé por todo el mundo a lugares como Israel y España. Pude ir por las calles y entrar en la tienda sin preocupaciones. Me encantó cómo los senderos cerca de mi casa me llevaban hacia el bayou. Había caminado a través del campus a clase. Mi forma favorita de ir a clase era ir desde mi casa en Park Place y Lee por Bizzell y al edificio de administración. Tenías que ver algunos de los edificios más bonitos del campus si ibas por aquí. Volé a Breckenridge con mis amigos para las vacaciones de primavera. Las pistas de esquí estaban heridas por la montaña. Desde la cima de la montaña, se podía ver a través del horizonte de Colorado y mirar los lagos congelados y las montañas cubiertas de nieve. Pero nunca aprecié el espacio ya que no había límites en cuanto a dónde podía ir. Cuando volví a casa de mis vacaciones de primavera en Colorado, me estaba preparando para volver para completar mis clases y unirme a mis amigos en College Station. Había hecho la lavandería, empacado mis maletas y terminado la tarea que me quedaba antes del descanso. Estaba emocionada de ver a mis amigos que había dejado en College Station y lista para continuar mi rutina escolar regular. Pero la noche antes de volver a College Station, recibí un correo electrónico de la Universidad explicando que las clases se estaban moviendo en línea y cualquier actividad patrocinada por la universidad fue cancelada debido a Coronavirus. Un anuncio como este sería típicamente emocionante en un mundo ideal. La idea de tener clases en línea mientras iba en viajes por carretera, pasar el rato con mis amigos, y tener el tiempo para explorar en cualquier lugar y algo sonaba increíble. Este no sería el caso. El semestre que terminó temprano fue sólo el comienzo de planes cancelados y lugares públicos que cerraron. Tan pronto como mis padres se habían enterado de que las clases se habían cancelado, me dijeron que necesitaba empacar mis cosas en College Station y quedarme en Houston por el resto del semestre. Así que dejé mis maletas en Houston y conduje hasta mi casa de la universidad con un auto vacío. Odiaba el viaje a College Station. El viaje era largo y los caminos estaban vacíos. Mientras conducía a la ciudad, vi los lugares en los que una vez disfruté pasar tiempo al cierre. El campus, que una vez se llenó de estudiantes, parecía un pueblo
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fantasma. No había gente en las calles. Nadie conducía por la ciudad. Parecía que la gente de College Station se habían desaparecido. Me detuve a mi entrada y comencé a prepararme mentalmente para el empaque y la mudanza que estaba a punto de hacer. Entré en mi habitación. Estaba intacto desde cuando empaqué para las vacaciones de primavera. Si aún así sigues teniendo problemas, la página de ayuda de Este programa. Todavía tenía montones de papeles de la clase. Había algo en la habitación que parecía deprimente. Empecé a empacar. Había metido mis camisetas, las que había recogido de eventos y palos, en bolsas de basura de plástico blanco. Tiré mi edredón y zapatos en mi baúl. Marcos de cuadros y tableros de imágenes equilibrados en las montañas de cosas que había construido en la parte posterior de mi coche. Me pareció un poco gracioso de lo diferente que era el mundo cuando estas fotos fueron tomadas en comparación con cómo era la realidad. Estas fotos narraban todos mis momentos favoritos. Ya no había bailes, fiestas o lugares de reunión. Estas fueron todas las cosas que fueron capturadas en estas fotos, donde había una sonrisa eterna en la cara de todos. Tan pronto como terminé de empacar las cosas de mi habitación, cerré la puerta de mi casa de la universidad. El oro en el pomo de la puerta empezaba a escamas desde el exterior. Empecé a extrañar cosas de mi casa. Cosas como un pomo de la puerta oxidada, calentador de agua malo, o los ruidosos pisos de madera. No estaba segura de cuándo la próxima vez podría desbloquear la casa, o si alguna vez tendría la oportunidad de desbloquearla de nuevo. Empecé a anhelar el pasado. Haría cualquier cosa para pasar otra conferencia de 400 personas o estresarme por una tarea física que vence en un par de días. Pero, este ya no era el caso. La pandemia había construido muros en mi vida que me inducían experimentar la vida que conocía. Estas paredes crearon un nuevo espacio para mí, pero este nuevo espacio me dejó extremadamente confinada en mi propia casa. Mi rutina diaria nunca progresó a un horario productivo porque no había razón para un horario. Me desperté por la mañana e inmediatamente abrí mi portátil. Mi cama era ahora mi espacio de trabajo, mi espacio para hablar con amigos, mi espacio para pasar el rato, además de ser el lugar donde dormí. Durante el día, vi un sinfín de películas sobre personas que ejercieron los movimientos de una realidad que una vez fue vivida por todos en el mundo. Fui a mi teléfono y miré fotos viejas que la gente publicaba en sus fuentes de redes sociales. Pasé horas en FaceTime con amigos mientras ambos hablábamos de lo
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que nos perdimos y lo que estábamos tratando de hacer. Parecía que todos estaban de luto de lo mismo que yo. Pero, vi algo en Instagram que me hizo sentir mejor sobre el nuevo futuro del mundo. No recuerdo de quién era ni a qué cuenta pertenecía. Pero, me recordó cómo ciertas cosas, como la capacidad de tener una conversación, hacer música, o simplemente poder vivir no serán canceladas. Algo sobre este post me hizo sentir mejor acerca de lo que está sucediendo en el mundo en este momento. Me dio el consuelo que el mundo que hizo Corona es sólo temporal y la vida que amaba volvería a tiempo.
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Fuentes de diversidad Jonah Robinson Allí me sentaba, animado, contento, y joven, sin preocupaciones. Era mi primer día de la escuela primaria, y aunque me sentía muy cómodo, dispuesto para lo que el día me tirara, de hecho, mi vida estaba a punto de cambiar. Un aspecto fundamental de mi niñez era que me crié en una ciudad llena de inmigrantes de Latinoamérica. Pero, aunque me rodeaba estas fuentes de culturas hermosas y diferentes, pasé la mayoría de los años tempranos de mi vida amparado, escondido de la gente y las cosas que en el futuro me influirían más. Allí estaba. Había llegado bien temprano, y estaba esperando que llegaran mis compañeros de clase. En la mesa donde me sentaba habían etiquetas con los nombres de los estudiantes que también se iban a sentar allí. Para pasar el tiempo, leía los nombres y imaginaba cómo serían ellos, cómo se verían, cómo hablarían. El primer nombre que vi era Ben. Por alguna razón imaginé que él sería chino, que sería bajo como yo y que sería cómico, y un poco extraño. Vi el nombre Stephanie. Ese era el nombre de mi mamá. Imaginé que, como ella, sería simpática, divertida, y creativa. Al terminar con leer los nombres y pensar en mis compañeros de clase, había llegado alguien de mi mesa. Era Ben. Empecé a hablar con él. —¡Hola! Soy Jonah. ¿Tú eres Ben, verdad? —. —Sí. ¿Cómo estás? — me dijo. —Bien. ¡Estoy entusiasmado por el comienzo de la escuela! — le dije con una sonrisa bien grande. —Odio la escuela, quiero ir a casa. No quiero estar aquí. — dijo Ben. —No te preocupes, va a estar divertido. Podemos divertirnos, la escuela no tiene que ser aburrida. Háblame de ti, ¿de dónde eres? — le pregunté. —Pues nací aquí pero mi familia es de Puerto Rico. — dijo Ben. —¡Qué interesante! — dije. Nunca he oído de Puerto Rico. Confundido, le pregunté de Puerto Rico. —¿Dónde está Puerto Rico? ¿Está cerca a México? — A ese punto de mi vida, el único país de Latinoamérica que conocí era México porque mi tío viajaba
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allí por su trabajo. Me dio mucha vergüenza que tuve que preguntar algo así, pero quería aprender. —Está en el caribe. Es una isla hermosa con la mejor cultura y gente del mundo—. Esto me interesó mucho. Era la primera vez que conocí a alguien de Puerto Rico y estaba entusiasmado a aprender más de este lugar y esta cultura de la que hablaba. Aunque la mayoría de la ciudad en la cual vivía era de Latinoamérica, no sabía mucho de esa gente ni de las culturas de los diferentes países. La única cultura que conocía era la mía, así que era hora de expandir mis conocimientos del mundo alrededor de mí. No sabía en ese momento, pero había conocido a la primera persona que tuviera un gran impacto en mi vida y en mi travesía a aprender español y de las culturas de mi comunidad que influirían mucho mi desarrollo con los años. —Dime más de tu cultura. ¿Qué comida se come en Puerto Rico? ¿Hablan español? ¿Qué música escuchan? — le pregunté, curioso y animado por hacer un nuevo amigo. A Ben empezó a contarme más de su familia y su cultura. Sus padres eran de Puerto Rico, pero de partes diferentes. Su papá era del parte centro de Puerto Rico, de las montañas. Él vivía y trabajaba con su familia en un rancho con los Jíbaros, el nombre de la gente de las montañas de Puerto Rico. Ben me dijo de la música de ellos allí en las montañas, de los Bailes de las Montañas, fiestas que duraban desde la tarde hasta la noche, celebraciones animados y bien divertidos según su papá. Después me dijo de su mamá que crecí en la playa de Puerto Rico. Me dijo del reggaetón que le fascinaba la gente de Puerto Rico y de todo Latinoamérica. Me dijo de la naturaleza hermosa y de la comida sabrosísima que su mamá le cocinaba cada día, como mofongo y tostones. —¡Qué hermosa es tu cultura, quiero probar toda la comida de Puerto Rico! — le exclamó. Pasaron unas horas, y cuando fuimos a comer el almuerzo en la cafetería a Ben me dejó probar el mofongo que trajo de su casa. Estaba riquísimo. En los 75
años siguientes, Ben se convirtió en mi mejor amigo. Seguí aprendiendo de su cultura, y él también me empezó a enseñar español. Me introdujo a cosas que llevaría conmigo y que se quedarían conmigo a lo largo de mi vida. Me introdujo a artistas como Bad Bunny, Marc Anthony, y Don Omar que se convertirían en mis artistas favoritos, así como el reggaetón se convirtió en mi tipo de música favorito. Era el primer día de entrenamiento para mi equipo de baloncesto. Tenía 13 años y a través de mi amistad con Ben, había aprendido más de español y del mundo Latinoamericano, pero quería aprender más porque sabía que todavía me faltaba conocer muchas culturas en mi comunidad. Ese día, allí en la cancha, conocí a Harold. Harold nació en Tijuana, México, pero su familia se movió aquí cuando tenía él tres años. Con el tiempo, nos acercamos y empecé a aprender más de su vida y sus raíces. Durante nuestros entrenamientos cada miércoles me contaba de las cosas que le encantaban. Me enseñó de Don Francisco y Sábado Gigante, hasta vio clips del programa conmigo en su iPhone. Me enseñó las frases de México que le encantaban más y me ayudó a mejorar mi español. Cada vez que nos vimos me hablaba en español, y esas experiencias fueron muy divertidas y siempre le estaba muy agradecido por su ayuda y sus consejos y correcciones. Pero, además, me enseñó de las pruebas que tenía él, su familia, y muchos de los inmigrantes de Latinoamérica en los Estados Unidos: el racismo y el prejuicio. Estas experiencias fueron la primera exposición que tuve a estos asuntos, y a través de conocer más a Harold y su familia y a través de desarrollar nuestra amistad con los años, seguí aprendiendo de la fortaleza de los inmigrantes de Latinoamérica, personas como Harold, y desarrollé una pasión por estos problemas sociales. Por conocer amigos como Harold, como Ben, por aprender de ellos y de sus culturas, y de las culturas de mi comunidad en general, por aprender de sus pruebas, por compartir con ellos estas experiencias diferentes en diferentes tiempos y lugares de mi vida, fui influido mucho. Me ayudaron a desarrollar gustos diferentes, creencias diferentes, a desarrollar mi español. Me ayudaron a crecer como una persona de maneras muy profundos. Así fue mi experiencia con la diversidad durante mi tiempo en Garland, Tejas. Así me cambiaron mis fuentes de diversidad. 76
La alma de la mesa Spencer Marren Fue un día como cualquier otro. Después un día de la escuela primaria, mi madre fue a la cocina como cada noche antes la cena. Se escuchaba el ruido de los cachorros jugando y de la televisión prendida. Era el invierno en Boston, pero el calor de la acción en mi cocina era suficiente para pelear el frío. — ¡Spencer, Gillian y Avery! ¡La cena está lista! — dijo mi Madre. En menos de 30 segundos, mis hermanas y yo fuimos a la cocina listas para comer lo que había preparado. Nosotros sabíamos la rutina. Agarríamos los platos rojos, los utensilios cerca del lavabo y preguntaría mi madre — ¿Me pueden ayudar? — Esta noche fue especial. Mi madre cocinó un plato de un país que se llama Adobo. Yo agarré mi propio plato y saqué el arroz y el pollo. Me senté en mi silla en la mesa del comedor con mi hermana menor a la derecha de mí. Nosotros teníamos sillas declaradas en mi casa. Yo ayudé a mi hermana más menor, Avery, quien tenía solamente 3 años preparar su plato. Unos momentos después, mi padre llegó a casa y nos dijo con entusiasmo — ¡Ya llegué! — Mis hermanas y yo corrimos hacia mi padre y abrazamos sus piernas. Mi madre sintió tranquilidad cuando él caminó a su silla en la mesa del comedor. Esta mesa era el lugar para hablar sobre nuestros días. Mi padre y madre nos preguntaban a mis hermanas y a mí sobre nuestras amigas y sobre que habíamos aprendido ese día en la clase. La mesa marrón, con sus piernas elegantes era muy rectangular. También, la mesa era enorme para el espacio en el que estaba y grande en comparacion de mí. Después mi padre dijo
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— Chicas, su madre y yo tenemos un anuncio. — Él parecía nervioso, que para mi padre, era muy raro. — Pues, En mi compañía despidieron a muchos de los trabajadores porque la economía no está bien en este momento, y yo soy uno de esos trabajadores. Sin embargo, tengo una oportunidad con una compañía nueva. Pero, la cosa es, esta en Tejas. — Él paró su anuncio para mirar la reacciones de mis hermanas y yo. Avery y Gillian no entendieron, pero yo, quien tenía 9 años, entendí que esta decisión iba a cambiar mi vida para siempre. Yo sentí una gota de llanto caer a mi cara. Toda mi vida, siempre había vivido en esa casa, en el mismo barrio con la misma gente. No quería dejar a mis amigos y a mi escuela. De repente, mi vida cambió por completo. … 6 meses después, era el verano en Plano, Tejas. No era como imaginaba. en comparación con mi barrio en Boston, todo lo de la casa era nuevo y muy grande. Nunca en mi vida había visto un techo tan alto como el que había en mi casa nueva. ¡También, tenía una entrada grande para jugar básquetbol con mis hermanas! Y además, tenía un piscina bonita. En realidad, todo de mi casa se sentía diferente. Tenía miedo sobre mi escuela nueva y las personas que vivían en mi barrio. Mi vida era muy diferente ahora, Tejas es el opuesto de Massachusetts. Mi nueva casa tenía una cocina grandísima, con mucho espacio para mi familia de cinco. Aunque la casa era nueva y bonita, me sentía triste. Yo sabía que no era la culpa de mi padre que nos teníamos que mudar, él había hecho la decisión correcta. Tomó casi cuatro semanas para mover todas nuestras pertenencias. No fue muy divertido, y mis hermanas estaban demasiado pequeñas para ayudar. Entonces, era mi responsabilidad ayudar a mis padres. La cocina fue la más difícil. Mi madre cocina frecuentemente y tenía muchas herramientas diferentes de la cocina. Cerca de la cocina estaba el comedor. Nosotros nos llevamos la mesa del comedor de la casa en Boston. Mi madre siempre hablaba sobre la mesa y la importancia que tenía. Ella dijo que — compré esta mesa antes de que tu hermana Gillian naciera. — 78
Ahora, la mesa tenía el tamaño perfecto en este casa. … Era la noche antes mi primer día de escuela. Mi madre siempre cocinaba mi plato favorito, Adobo, antes de un día importante. Mis padres le preguntaron a mis hermanas y a mi si nos sentíamos listas para mañana. Yo tenía dudas sobre mi escuela nueva, específicamente sobre los otros niños. Todo la gente en Plano era extraña para mi. Solamente el tiempo con mi familia se sentía conocido. En particular, la mesa del comedor fue el lugar con más comodidad. Aunque la mesa estaba en un espacio completamente nuevo, era lo mismo. En mi última escuela tenía muchos amigos. Nunca tuve problemas con ninguna persona. Pero, en Tejas, toda la gente era un poco diferente. Durante el verano, conocí una chica en mi barrio, se llama Maddy. Ella fue muy dulce conmigo y jugábamos juntas en el jardín frente a mi casa. Sin embargo, ella siempre me preguntaba sobre mi religión y mis padres. Fue la primera vez en mi vida que una de mis amigas me preguntaba sobre mi religión o mi etnicidad. En Boston, casi todas mis amigas tenían padres que habían nacido fuera de los estados unidos. Entonces, no era único que mi madre era originalmente de las filipinas. Pero en Tejas, era la única persona en mi barrio con padres interraciales. Nunca pensé que la raza o religión era importante. Maddy siempre preguntaba — ¿Quieres ir a la iglesia con mi familia este domingo? — Me sentía muy diferente a la gente en mi barrio, entonces tenía mucho miedo sobre las chicas en mi escuela nueva. Durante la cena, pregunté a mis padres — ¿qué pasa si yo no les caigo bien? — Mis padres se miraron uno al otro y mi madre me dijo — Spencer, estoy segura que vas a tener muchísimas amigas. — Típicamente, los consejos de mi madre me ayudaba, pero esa noche nada pudo consolarme aparte de la comida en la mesa del comedor. A pesar de todos los cambios en mi vida, mi familia siempre fue la misma. Sabía en este momento que las opiniones de otras no podían afectar mi relación con mi familia. Mi
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familia era única para algunas personas, pero era mi realidad. Nosotros siempre teníamos este lugar para conectar, en cualquier caso de mi casa, barrio o edad.
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La mudanza Chloe Todd La puerta del cuarto se abrió lentamente. Ha chirriado desde que me mudé, o al menos durante el tiempo que pude recordar. Veinte años, pensé, he vivido en este cuarto por veinte años. Éste estaba donde tuve mi primera fiesta de pijamas, lloré después de un duro día en la escuela y me quedé despierto hasta tarde para terminar de leer un libro. Crecí aquí, demasiado rápido en mi opinión. Todavía no podía creer que mis padres se vayan a mudar. Después de trabajar en la misma empresa por veintiocho años, a mi padre se le ofreció un nuevo trabajo en Wisconsin, medio país de distancia de la Texas que conozco tan bien. ¿Por qué mi padre no puede encontrar un trabajo en Austin, o por lo menos en Texas? me dije, pero supe que esta manera de pensar era muy egoísta. Supe que esto era una buena oportunidad por mi padre, pero todavía me duele. Esto es mi hogar, el único que he conocido. La parte más difícil estaba que no me estaba mudando, solamente mis padres. Este pensamiento eran suficiente para hacerme llorar. Levanté la vista a las paredes, espirales azules y blancos que estaban tan reconfortantes. Cuando era joven y no podía dormirme, me acostaba en mi cama y formaba caras y animales de las espirales. Frequentemente mi hermana estaba a mi lado. Casi todas las noches, ella me preguntaba dormir en mi cama conmigo, y yo respondía que ella podía dormir en su propia cama en el cuarto al lado. Pero en la mañana, me despertaba y ella estaba acurrucada bajo mis sábanas. Sentía frustrada por esto, pero ahora los recuerdos me hacen sonreír. Estaba agradecida que tengo una relación buena con mi hermana, a diferencia de muchas personas.Recordé cuando el cuarto estaba pintado, con mi madre de pie en una escalera con un pincel en su mano. Éste estaba común en mi casa. Mi madre era una artista muy talentosa, aunque ella nunca lo admitía. Decoraba toda nuestra casa con pinturas hechas a mano. Mi favorita era el lavadero. La pared era un mural colorido dedicado a mí y mis hermanos. Nuestros nombres estaban ocultos dentro de las imágenes de girasoles y nubes y ranas, al lado de las huellas de la mano pequeñas de nuestro seres jóvenes. Nuestras alturas estaban marcadas en el girasol, desde el momento en que podíamos sostenerse hasta el momento en que dejamos de crecer. Había ansiado estar toda crecida, aunque ahora sólo deseaba revivir una infancia despreocupada. 81
Ayer todas las paredes pintamos blancas. El agente inmobiliario nos había dicho que nuestra casa se vendería más rápido de esta manera. Sentí como si estuviéramos borrando parte de nosotros mismos. En mi mente, estas paredes siempre serán azules con espirales blancos, la forma que mi madre las pintó. Voy a tomar los recuerdos conmigo y dejar estas paredes blancas por una otra familia hacer sus propios. Ojalá que sus recuerdos fueran tan felices como los míos. Recogí un reloj de bolsillo con detalles muy elaborados. La plata se había descolorado hace mucho tiempo y una manecilla era faltaba. El ciervo grabado en el exterior me recordó a cazar con mi padre, algo que había aprendido de su padre y abuelo. El reloj de bolsillo era pesado en mi mano. No importaba que no funcionara, sólo quién lo había tenido. Recordé haberlo encontrado después del funeral. Cado verano, mi familia y yo viajábamos a Carolina del Norte para visitar a la familia de mi padre. Nadie estaba más emocionado como mi abuelo. Tenía un gran bigote gris que cubría su boca, pero su sonrisa todavía iluminaba un cuarto. Su casa, construida por mi bisabuelo, estaba en un pequeño pueblo en el medio de nada. A pesar de que vivía en la ciudad de Austin, fui criada en parte aquí en el campo. Mientras miraba al reloj de bolsillo, de repente me inundó de recuerdos. Podía oler las jaulas donde alimentaba a los pollos con mi abuelo. Podía probar el aire salado en la playa donde pasaba muchas las tardes recogiendo conchas marinas. Podía sentir que los tallos le arañaban los brazos mientras corría por los campos de maíz con mis hermanos. ¡Qué veranos tan felices y despreocupados! ¿Por qué tuvieron que terminar? Mi abuelo murió cuanda tenía nueve años. Extrañaba nuestras llamadas dominicales, a pesar de que a veces era difícil entender lo que estaba diciendo con su marcado acento. De vez en cuando, empezaba a hablar con el acento, que era entretenido para mis amigos. Deseaba poder pasar un día más montando en su tráiler o recogiendo arándanos con él. En aquel entonces, nunca entendía por qué mi abuelo lloraba cada vez que nos separamos. Ahora sí. Finalmente, necesitaba abordar la estantería. Definitivamente no tenía suficientes cajas para todos mis libros. Cuando la estantería fue puesta por primera vez, sólo tenía suficientes libros para llenar uno de los cinco estantes. Ahora, casi cuatro estaban ocupados por libros de todos los géneros. Mientras mis dedos se rozaban sus lomos, recordaba haber leído cada libro. Cada personaje, cada trama, cada giro inesperado. Cada uno me enseñaba algo. 82
Cuando era joven, quería ser astronauta. Algo sobre lo desconocido me emocionaba. Estaba tan decidida a ser astronauta que me negaba a leer nada más que no fuera libros de ciencia. Me convertí en una experta, o lo más cercano a una que podía ser en la escuela primaria, en los campos de la astrología, la geología y la biología. Todavía tengo mi colección de rocas, que puse en una caja hace unas horas. Luego vino la película Apolo 13. Ya que se trataba de la misión fallida que empezó la famosa línea –Houston, tenemos un problema– la película debería haberme alejado de la profesión. Pero sólo sirvió en alimentar mi pasión. Más tarde decidí que en realidad estaba buscando una subida de adrenalina y me gustaba trabajar bajo presión. Evité la física y en su lugar elegí la profesión médica. Uno por uno, cada libro entraba en una caja. ¿Quién sabía que me llevarían a la escuela de medicina? pensé. Las no ficciones me dieron un amor por la ciencia. Los misterios me dieron una ansia por el descubrimiento. Las biografías me dieron inspiración que podría lograr cualquier cosa que quería. Un día, esperaba dárselos a mis hijos. Después de horas de limpieza y embalaje, el cuarto estaba finalmente vacío. Mi niñez había terminado. Es sólo parte de la vida, me dije a sí misma, pero todavía era difícil contener las lágrimas. Estaba agradecida por los recuerdos felices y los eventos que habían dado forma a quién era. Estos no se perderían pero se quedarían con mi cuando comenzara mi vida adulta. Esto no era el final, sólo un nuevo comienzo. Di una última mirada agridulce a mi cuarto, luego cerré la puerta y nunca miré atrás.
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Juventud y los espacios: versión de Chick-Fil-A Jacob Williams En los Estados Unidos, hay un restaurante que está por encima del resto, Chick-Fil-A. Un restaurante con buena comida, servicio rápido, y gran servicio, que los clientes aman. Cuando era niño, visitaba Chick-Fil-A con mis padres casi semanal porque era el restaurante favorito de mi familia. El pollo marrón de oro era la mejor creación desde el pan rebanado. En el año 1967, Truett Cathy creó el restaurante más importante del mundo. Para millones de estadounidenses, Chick-Fil-A es una parte de sus viajes diarias y los días son mejores a causa de eso. Para mí, este lugar es uno de los lugares más importantes de mi vida. Cuando tenía 16 años, caminé en los puertos de Chick-Fil-A sin saber que me iría con un trabajo. Cuando pedí mi comida, el director del restaurante me habló sobre los trabajos en el restaurante y estuve muy interesado para aplicar allí. En mi juventud, estaba un buen trabajador, pero nunca había tenido un trabajo formal. Tenía una buena ética de trabajo y siempre trabajaba para mi familia en el rancho por muchos años. Este trabajo era difícil y era muy física en comparación al trabajo en un restaurante. De vuelta al restaurante, el director me convenció a aplicar porque me dijo -Este trabajo es el más satisfactorio trabajo para los jóvenes-. Le pregunté, ¿“Por qué lo satisfactorio?, solo un restaurante!”. Su respuesta fue muy impactante; me dijo, -Chick-Fil-A es más que un restaurante, servimos más de comida. Servimos buenas experiencias y tratamos a la gente con respeto. La gente es la más importante, y también vendemos pollo-. Después de la conversación, supe que quería trabajar allí. En mi entrevista me preguntó, -Solo tienes 16, ¿por qué deberíamos contratarte?-. Mi respuesta fue muy simple, trabajo duro y no me quejo. Esto era todo lo que necesitaban oír. Me ofrecieron el trabajo y comencé la semana siguiente. Este trabajo era unas de las cosas más importantes en mi juventud, porque me enseña como trabajar con otros y como tener responsabilidad sobre mis finanzas. Sin este 84
trabajo, nunca hubiera aprendido sobre las finanzas, el dinero, o desaforadamente, los impuestos. El espacio de Chick-Fil-a me definía mi juventud y era un espacio transformativo en mi vida. A pesar de los retos, aprendía mucho por las experiencias y la gente allí. Los espacios de juventud eran importantes porque me definieron la futura de su vida, y para mi solo algunos lugares que hicieron esto. Los directores, las colegas, y los clientes me impactaron con sus experiencias, ideas y interacciones. Las lecciones que he aprendido incluyen ética de trabajo, la resolución de problemas, y trabajo en equipos. En Chick-Fil-A fue muchas oportunidades para aprender lecciones de vida. Desde mi primera experiencia de CFA, aprendía lo más en la “conduzca a través” porque era la posición más difícil en todo el restaurante. En la drive-thru, siempre necesitaba trabajar más duro que otras posiciones porque los directores esperaban las mejores trabajadoras a trabajar aquí. Todos los días, hacían las metas para el número de los carros que querían servir en una hora. Típicamente teníamos la intención de servir más de 165 carros en una hora. Era muy difícil porque había muchos problemas por todos los días. Durante mis años a Chick-Fil-A, siempre era un líder a la drive-thru y me apasionaba hacerla más rápido posible. Cuando era adolescente, era difícil para ser un líder sobre las personas que tenían misma edad. A pesar de la dificultad, aprendía mucho durante mis experiencias en la “conduzca a través”. Cada posición entre la drive-thru era sumamente importante y correspondían con las lecciones importantes para mi vida. En la “drive-thru” había cinco posiciones; persona que recibía órdenes con “los IPads”, el camarero, una persona que preparar las bebidas, una embolsadora, y finalmente una líder. Cada una de las posiciones eran de igual importancia, pero algunos eran mucho más difíciles de las otras. La posición más difícil en el restaurante era la líder de la drive-thru quien era la persona que dirigía las otras personas en el proceso. Durante mucha de mi tiempo a Chick-Fil-A, normalmente este era mi posición. La lección de vida que se corresponde con esta posición estuvo el liderazgo, porque este posicione era responsable de las otras posiciones. La lider de la drive-thru necesitaba entender cada posición en el restaurante y ayudaba los trabajadores si lucharon.
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La próxima posición que trabajaba en era la embolsadora, la persona que empaquetar las comidas para cada visita. Estuvo posición me enseñaba la importancia del enfoque porque había muchas cosas para hacer al mismo tiempo. La próxima posición era las bebidas, la persona que preparaba las bebidas y los postres para cada visita. La lección importante que me enseñaba estar la diligencia porque cada visita se ordenó bebidas múltiples. Entonces teníamos la posición de camarero, que necesitaba dar la comida a las visitas en una manera oportuna. Además, estaba importante que los miembros del equipo siempre mantenían un demeanor profesional y amistoso para las visitas. Esta posición confiaba en el rasgo importante de paciencia porque la persona necesitaba tratar con personalidades desafiantes, mientras haciendo otros trabajos. Las dos tareas más importantes eran el manejo correcto del dinero y sabiendo que los invitados estaban satisfechos. La posición final estaba la persona que recibe órdenes con “los IPads”. Esta persona era la primera persona que los invitados vieron cuando llegaron a la drive-thru. El tomador de órdenes eran la persona más importante para la imagen de Chick-Fil-A. Cuando era joven, trabajaba en cada posición de la drive-thru porque era una gerente junior. Cada día, cambiaba la posición que trabajaba para entrenar otras personas. Comenzando con “los IPads”, donde interactuaba con las visitas. Muchas interacciones con visitas eran geniales, pero algunos eran ásperos. En algunas otras posiciones trataban con los miembros del equipo y no con visitas. Me gustaban las posiciones que no trataban con las visitas, porque sonreír durante horas eran muy difícil. A Chick-Fil-A, aprendía las lecciones del enfoque y la diligencia y estas lecciones todavía son importantes para mí. Muchos espacios y experiencias de la juventud son importante para las personas en el mundo. Para mí, el espacio más importante era Chick-Fil-A porque me enseñaba muchas lecciones de la vida. 86
Las tortugas Trenton Perez El tiempo en Costa Rica era muy caluroso. El sol tenía mucho fuerza porque estaba muy cerca del mundo. Éste era el sol del presente pero era mucho más poderoso que el del pasado. La gente del país del pasado estaban muy enojados. Esperanza que fuera un poco diferente. Y éste era en dónde nuestra cuento empieza... —Vamos paco— yo dije al cachorro que estaba sentando en el piso. Paco era la cosa más importante para mí en el mundo. Al tiempo yo tenía solamente diez años y era un huérfano que vivía en la ciudad de monteverde en las montañas de Costa Rica. Cuando yo tenía seis años mis padres fueron a un viaje a la ciudad de las tortugas para un congreso de personas quienes tenían mercados en Costa Rica. Todo los trabajadores y personas importantes fueron a este viaje pero nunca regresaron. Los trabajadores estaban en un barco cuando una gran ola desató a todas la gente y toda la comida a bordo. Desde este momento y al futuro sería un huérfano. Yo vivía en la tienda completamente solo si no cuentas mi perro Paco. Era el seis de abril cuando Gloria me dijo —Te vas a quedar aquí toda tu vida si no buscas tu propósito.— En este momento yo me prometí que iba a encontrar la verdad del accidente de mi padres. Yo empezaba a mi viaje con Paco a la costa para encontrar la verdad de la muerte de mis padres. Yo caminaba y caminaba por muchas horas con no señal de una obturación. Cuando estaba cerca del atardecer yo me paré por una cantina al fondo de la montana. La cantina se llamaba “‘El Dorado” y tenía muchas luces que alumbraban a todos los árboles en el circundante. Yo entré a la cantina y me senté al fondo del cuarto. En este momento, un hombre alto dijo a mi, —Hola, ¡bienvenido al Dorado! ¿Necesitas algo?— 87
Yo le pedí un vaso de agua y esperé con paciencia. Había muchas pinturas por el muro, la mayoría de la gente eran de diferentes tiempos pero uno de ellos me llamó la atención. Yo miré una foto muy lejos por el muro y tenía un escrito. La gente en la foto eran mis padres con una dama vieja. El hombre llegaba por la mesa y preguntaba por la escrita. —Estos son mi padres— yo dije. —¿Conoces a mi padres? ¿Sabes quién es esta dama?— yo pregunté. El hombre, que se llamaba Rico, me dijo que mis padres eran muy importantes para la comunidad y mucha gente los amaban. Rico dijo que el no sabía la dama en la foto pero que yo podía tomarlo por siempre. La cantina tenía un hotel arriba y Rico me dio un cuarto para la noche. En la luz de la luna yo abrí el marco y leía las palabras encima, “Carmen 1999”. El próximo día yo continué mi viaje. Yo caminaba por muchas leguas y muchas horas. El calor del sol estaba radiando arriba por la calle y me agotó por todo mi energía. Al punto de casi desplomar, yo miré adelante por la calle y mire una caravana de burros. A este momento me caí por la calle y grité por ayuda. Me desperté por una lengua a mi cara y una voz mágica. —Vas a encontrar a la verdad de sus padres muy pronto— dijo el burro. —Necesitas continuar y tener fuerza mija, escala por mi espalda y voy a tomarte por su destino—. Yo continuaba con el burro por dos días más y compartimos muchos conversaciones más. El ocho de abril llegué a la ciudad de Carmen. El aire de la playa barrió por todo la ciudad y llenó mi nariz. El burro paró a frente de una iglesia al centro de la ciudad y le agradecí por todo su ayuda. Yo camine por la iglesia y encontré sacerdote encima. —Hola! Necesito su ayuda. Conoces este dama?—. Con ojos abiertos el sacerdote me llevó por las calles de Carmen por la casita de la mujer.
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La casita delante estaba pequeño y brillante con murales de tortugas por todo los muros. Un sentido de deja vu me pasó cuando vi a la casita. Yo llamé a la puerta y estaba asombrada por la dama hermosa delante por mi. —Esperanza—, dijo la mujer. Nosotros abrazamos por muchos momentos y lloré en sus armas. A este momento yo sé quién era, la dama en la foto era mi abuela. En su cara era la cara de mi mama. Esa noche mi abuela me dijo la historia por mis padres, ella pensó que yo era al barco con mis padres la dia de la muerte de mis padres. Yo dije la historia de los últimos días y como yo llegue a ella y ella dijo a mi —El camarón que se duerme se lo lleva la corriente—. La mañana siguiente mi abuela cocinó la misma desayuno de huevos y jamón de mi mama. Más tarde esa dia mi abuela decidió a tomar yo al resto de camino por la ciudad de tortuguero por la verdad de mis padres. El camino por tortuguero era larga y áspera y mi abuela y yo paramos muchas veces en el camino. Cuando nosotros llegamos a la costa Paco corrió y corrió sin una problema en su mente. La playa de tortuguero estaba llena por arena blanca con conchas por toda la playa. Me puse mis pies en el agua y sentí un sentido de cierre y comodidad en las olas. En una momento de surrealismo dos tortugas nadaban elegantemente en las aguas poco profundas. Me extendio a mi mano por las tortugas y ellos nadaban hacia mi con una conexión más profundo del mundo. Desde esa dia, mi abuela y yo hemos vivido en tortuguero a lado del océano con mi perro Paco. nosotros compartimos historias de mis padres y preguntamos por una vida con ellos. Al tiempos nosotros caminamos por la playa y muchos veces vemos a los tortugas que nadan ahí.
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El espacio del parque y mi barrio peligroso Jacqueline White Cuando era adolescente, mis amigas y yo íbamos muchas veces al parque en mi barrio, solamente una calle de mi casa. Durante el verano, nos encontrábamos con nuestras amigas allí y nos quedábamos despiertas todas las noches. Era solo una caminata corta y, generalmente, muy segura— así que íbamos de noche a menudo. Éramos jóvenes y nos gustaba vivir nuestras vidas al límite, pero siempre tomábamos decisiones seguras. Pero, una noche en julio nuestras vidas cambiaron para siempre. Como siempre, mis amigas y yo estábamos caminando por la calle. Pero esta vez fue un poco diferente. Mi amiga Ashley se rompió su pie y no podía caminar muy lejos. Mi familia tenía un carrito de supermercado y (porque cuando era joven y un poco estúpida) decidí que debía empujarla por la calle en este carrito. Nosotras estábamos caminando a toda prisa...No estaba muy lejos y nuestras otras amigas nos estaban esperando, así que nos fuimos. Todo estaba muy normal ... hasta que no lo fue. Bromeábamos sobre lo que haríamos si nos pusieran en una situación peligrosa. Bromeé con Ashley que la dejaró en el carrito…. no sabíamos el peligro que iba a suceder en momentos. Después de pasar la señal de alto, noté que un coche nos estaba siguiendo. No pensé que fuera raro hasta que noté que el coche se mantuvo siguiéndonos. Era un coche pequeño y gris...parecía tan inocente como mis amigas y yo. Miré a mi izquierda y, para mi sorpresa, ¡vi un arma! ¿Pero cómo? ¿En este barrio? ¿En este espacio? ¿En esta calle? ¿Cerca del parque? ¿Por qué? Era tan seguro ... ¿verdad? Nuestras amigas que se suponían que íbamos a conocer estaban justo detrás de la puerta del parque. ¿Podían ver la situación? ¿Podían notar el arma? En el coche, había tres hombres. El hombre en el asiento del pasajero sostuvo el arma por la ventana. Finalmente, el hombre dijo, --¡Alto! ¡No te muevas!-- Parecieron horas, pero solo fueron segundos. Con una descarga de adrenalina, tomé una decisión: correr por mi vida. Traté de gritar, pero no pude. Corrí en la dirección opuesta de los hombres, hacia las casas…dejando a mis amigas en el parque... dejando a Ashley en el carrito. Mis palabras que dije antes se hicieron realidad… Me tomó mucho tiempo para notar que mis amigas me seguían... incluso a Ashley con su pie roto. Corrimos y corrimos y corrimos. Mi amiga Jalan dijo --No puedo creer que esto esté sucediendo--. Yo también no podía creer que esta situación estuviera ocurriendo. Nos supusieron estar en 90
nuestro espacio favorito- el parque. Se suponía que debíamos estar con nuestras amigas adolescentes, jugando en el parque, llenas de alegría. En cambio, estábamos corriendo por nuestras vidas. Me temblaban las manos cuando saqué mi teléfono para llamar al 911. Jalan habló de nuevo: --¡Nos están siguiendo!-- Nunca miré detrás de mí para ver si sus palabras eran ciertas. Entonces, escuché disparar el arma. Me cubrí mi cabeza y corrí más rápido. Miré hacia atrás para ver si mis amigas estaban a salvo y le rogué a Dios que estuvieran a salvo. ¿Qué querían los hombres con nosotras? Finalmente pensé de mis amigas. ¿Estaban todos conmigo? ¿Fueron heridos o tomados? ¿Cómo estaba el pie de Ashley? Respire muy profundamente y recordé las reglas de seguridad que mi madre me enseñó. Puse mis manos en mi cabeza y me pregunté si me iban a disparar con sus armas. ¿Me querían a mí... o mi dinero? Nunca lo sabré. Corrí de lado a lado por si acaso. Mi cerebro me dijo --respira-- y mi cuerpo me dijo --corre más rápido--. Más tarde me di cuenta de que esto se debía a la adrenalina. Les dije a los policías por teléfono sobre los hombres con armas. Me di vuelta para ver mis amigas estaban a salvo, pero, para mi sorpresa, no había nadie allí...sin hombres con armas y sin amigas. ¿A dónde fueron? Me di cuenta de que mis amigas habían corrido hacia una casa con las luces encendidas. ¿Qué iba a hacer? Me escondí detrás de un cubo de basura en un sitio de construcción. Entonces ... esperé para asegurarme de que no hubiera hombres con armas cerca de mí. Entonces ... corrí a la casa donde estaban mis amigas. El espacio era oscuro y aterrador, pero corrí hacia la puerta. Antes de que pudiera abrir la puerta, el hombre que vivía allí abrió y me preguntó --¿Eres Jackie?-- Dije --sí-- y me dejó entrar a su casa. Mis amigas estaban allí llorando y llamando a sus padres. El hombre me dijo que la policía estaba en camino. Estaba tan agradecido de que este hombre y su esposa nos dieran seguridad en su casa. Nos dejaron entrar en su espacio seguro para que pudiéramos tener un espacio seguro también. Esta pareja tenían hijos también y vio que estábamos en una situación peligrosa y decidió ayudar. 6 años después, estoy una adulta joven, pero todavía estoy agradecido por esta pareja. Ellos me salvaron la vida. Después de abrazar a mis amigas, llamé a mis padres y se dirigieron a la casa de la pareja. Lloraron y agradecieron a la pareja. Vinieron la ambulancia y la policía y todos tuvimos que dar nuestros testimonios a la policía. La policía nos dijo que tomamos la decisión correcta de correr porque tienes más posibilidades de sobrevivir. Pensé en cómo no decidí: la adrenalina tomó la decisión por mí. Abracé a mis padres y le agradecí a Dios que estaba viva y luego le agradecí a Dios que todas mis amigas estaban vivas. Pronto, 91
todos los padres de mis amigas llegaron a la casa. Los médicos le dijeron a Ashley que su pie estaba bien y que ella también tomó la decisión correcta de correr. Ese fue el día que cambié de una niña a un adulto. Me di cuenta de que el mundo en el que vivo no siempre es seguro y que debo estar agradecido por todos los días. Me di cuenta de que mis acciones tienen consecuencias, incluso si no tenía la intención de ponerme en una situación peligrosa. Los espacios en mi vida y en mi barrio no me recordaban la juventud y la inocencia, sino la situación peligroso potencial. Pero me convertí en una persona más sabia por eso y estoy agradecido de haber aprendido sobre seguridad y estar agradecido todos los días. 92
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