Revista intropia mayo 2018

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REVISTA DE ARTE Poesía, Literatura, Fotografía, Ilustración y más..

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@isabeldivinci

Número


Dirección, edición, maquetación, diseño : Isabel Di Vinci Ana Centellas https://anacentellas.wordpress.com/ Katherine Hoz @kattherinehoz Fran Rubio Varela https://www.facebook.com/fran.rubiovarela Graci Bordón https://www.facebook.com/gbordonartiles María del Rocio https://www.facebook.com/profile.php?id=100001596284005 Ana Cañamares https://www.facebook.com/ana.canamares Elena Saavedra . twitter YouAreWriterES Rita Turza https://www.facebook.com/ritaturza3 José Luis Gallego https://www.facebook.com/joseluisalvarezgallego.3 Eva Zamora https://evazamora72.blogspot.com/es Alez Madueño https://asfaltomojado.rimasasociadas.com Mirian Aranzazu Gonzalez https://www.facebook.com/mirian.aranzazugonzalez Adolfina Mesa - https://www.facebook.com/adolfinamesa.arte Carmen Lopez Rios - https://www.facebook.com/carmen.lopezrios.3 Samuel Santos - https://www.facebook.com/samuelsantoscorredor Ania Belloti - aniabelotti2@hotmail.com Brunhilde Roman Ibáñez- https://www.facebook.com/bruni.roman.73 Graciela Romualdo Ramirez- https://www.facebook.com/lapalabraescritanoselallevaelviento Ana Perez Cañamares- https://www.facebook.com/ana.canamares Ana Belén Fernández - https://www.facebook.com/anabelen.fernandez.79 María Hi- https://www.facebook.com/maria.hl.311 Sofia Morante - https://www.facebook.com/sofia.morante.31

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Definición Entropia es una noción que procede de un vocablo griego que puede traducirse ‘‘vuelta’’ o ‘‘transformación’’. Intropia es una variación de entropia, como nombre, que define el orden dentro del caos. Intropia es un proyecto colaborativo, una revista, un fanzine, un medio de expresión que auna a diversos artistas con diferentes perfiles, con la máxima de crear, mostrar nuestros trabajos, una selección de textos, poesías, ilustraciones, fotografías, diseño gráfico, collage, pintura, arte digital, cualquier expresión artística es bienvenida, para difundir el arte, por el mero placer de mostrarlo.

Tantas mentiras tantas medias verdades busco la inocencia, pero hay tanta estrategia tantos pasos bien formulados que cansan.

Hay que ser quien esperan que seas Juega bien, o por lo menos intentalo.

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No está permitido mucho tiempo ser uno mismo.



Rita Turza

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Mirian Aranzazu Gonzalez

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Fran Rubio Varela

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Katherine Hoz

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Adolfina Mesa

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Ana Centella

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Carmen Lopez Rios

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María Del Rocio

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Eva Zamora

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Samuel Santos

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Alex Madueño

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Graci Bordón

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Ania Belloti

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Brunhilde Roman Ibañez

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Gabriela Romualdo Ramirez

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Elena Saavedra

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José Luis Alvarez Gallego

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Isabel Di Vinci

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Ana Cañamares

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Ana Belén Fernández

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Maria Hi

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Sofia Morante

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INDICE



RITA TURZA Amor a las afueras Ella bebía de sus labios. Él contenía las palabras. Se amaron con lujuria en un lugar a las afueras. Como testigos, dos rosas rojas en un jarrón de champagne francés. 20.7.16 Rita.

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Poema publicado en “Cosas que siento” www.ritaturza.es



Mirian Aranzazu Gonzalez R E C U E R D A M E Recuerdame rondando tus andares tirando piedrecillas al sueño en tu ventana volando en unicornio esa tímidas noches sonando las campana s en mis pechos ondeantes de pezones eréctiles almíbar goteando Tus ojos juguetones enredaban mis manos en tus rosadas carnes viril en mis entrañas atravesaste mares anclado en mis caderas ondulantes temblores olas pasiones palpitantes en redes de pescas milagrosas

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De. Hielo y Fuego



Fran Rubio Varela

La negra noche se cernió sobre el páramo, en aquel lugar no había ni una brizna de hierba con algo de vida y ni siquiera la luna hacía acto de presencia. Su caballo, tan negro como la oscuridad que ante él se mostraba, resudaba por el esfuerzo de la larga cabalgada, su bello animal se mostraba inusitadamente inquieto a pesar de estar acostumbrado a toda suerte de retos y haber participado en las mas cruentas batallas. Se inclino hacia su oreja y dándole una palmadita en el cuello le susurro al oído tratando de tranquilizarlo. - Ánimo amigo…bien sabes que juntos no nos ha ido mal y por terrible que sea lo que quiera que sea que habite ahí delante, juntos y con ella podremos superarlo, y solo estamos nosotros, así que no temas vamos a ello…El caballo pareció entenderlo y se tranquilizó, la voz de su dueño era la única amable que había conocido y surtió el efecto deseado. Rasnbruc miro al páramo mientras su mano acariciaba aquel extraño colgante que pendía de su cuello, no podía tocarlo durante demasiado tiempo sin notar su calor abrasador, pero a la vez no podía dejar de acariciarlo cada cierto tiempo. Rasnbruc era un tipo esbelto, sin llegar a corpulento pero extremadamente fibroso y toda dama que con él se había cruzado lo había deseado de inmediato. Acaparaba en su mirada un brillo y una autoridad fuera de lo común, que lo revestía de un magnetismo sin igual, en su cuerpo lucían muchas y profundas cicatrices y una cruzaba la mejilla izquierda hasta su mandíbula infiriendole un aire de dureza sin igual. El mes de octubre llegaba a su fin, y justo en la víspera del uno de Noviembre , la noche de las brujas decían, de los aquerrales y de los sacrificios de sangre, cuando la maldad intentaba adueñarse del polvo y la tierra, era el momento indicado. Tras la muerta llanura existía un templo, con una puerta y todos los oráculos coincidían, esa noche se despertaria el horror que aniquilaria toda vida y solo él, el guerrero sin corazón podria pararlo, nadie mas.

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Espoleo a Danzando y lo puso al paso, en realidad el nombre completo de la bestia era Danzando con fuego, pero el caballero se había acostumbrado a Danzando a secas, y junto a él se interno en la oscuridad, el camino era abrupto y pedregoso no hubieran podido correr ni queriendo, y el aire silbaba como si fuera una hiena riéndose, quiso pensar que era el aire y no dejarse llevar por la imaginación que pudiera arrastrarlo al pánico. Él ya había conocido a la muerte y no la temía pero no podía permitirse volver a morir , no podia hacerlo ni por ella ni por el mandato, no por lo menos antes del tiempo que se le había regalado. Tenía que estar ante la puerta en el momento justo, pero eso no sería facil, ya sentía como lo observaban, como lo median, ya sentía su apestoso y frio olor , Danzando tambien lo sentía , solo el amor noble hacia su amo le impedía salir despavorido… Rasnbruc detuvo a su montura irguiendose sobre los estribos, escucho atentamente, los silvidos habían cesado y un frio sepulcral se extendía a su alrededor , su vista apenas alcanzaba a discernir a algunos metros a su alrededor a pesar de que su vista estaba entrenada para desentrañar la oscuridad, sabía que tenía que fiarse aún mas de su fino oído. -Amigo, creo que están muy cerca, las presiento, las huelo, estan ahí y nos acechan, estate dispuesto y cabalga con el corazón si es necesario.- le susurro a Danzando, mientras su diestra desenfundaba la formidable espada de hoja corta, afilada y dispuesta , un arma que conocía y manejaba como si fuera una parte de su propio cuerpo… Un zumbido surgió raudo desde su lado izquierdo, en un principio pensó que sería un dardo por lo que se dejó caer hacía su derecha, interponiendo de manera automática la hoja de du espada contra aquello que fuera lo que se le venia encima, una sombra con unos ojos encendidos paso volando justo donde momentos antes estaba su cabeza, mientras un estridente grito la acompañaba , su espada rasgo aquél cuerpo que volvió a desaparecer en la oscuridad , pero el grito de ataque de aquél ser se convirtió en un alarido agónico y en la hoja de su acero resbalaba un liquido espeso verdusco y apestoso. El silencio volvió a apoderarse nuevamente 11 2018 de un ligero extertor agonizante, encendio una de las tres antorchas que llevaba, de todo el lugar,Mayo a excepción


ya no le importaba, fuera como fuera ya sabían que estaba allí, pero queria saber que diantres era lo que lo había atacado y si había mas de aquellas criaturas cerca de él… A la luz de la antorcha pudo divisar un bulto en el suelo que debía de ser lo que lo había atacado, se acerco con prudencia , sin descabalgar, con los sentidos alerta, hasta donde alcanzaba la claridad no se veía nada mas. La criatura iba cubierta con una especie de túnica hecha jirones y se encontraba sobre un charco de la misma sustancia verde y maloliente que debía de ser su sangre, decidió bajar de Danzando, sabía que tal vez no fuera una buena idea pero desde allí no podía ver bien a la criatura que estaba boca abajo y quería saber a que se enfrentaba. El asco le hizo torcer el gesto al darle la vuelta. Le habían hablado de ellas pero jamás pensó que fueran realmente tan desagradables , con esa piel como de sapo y completamente deshidratada, enmarcando y señalando cada hueso, los ojos eran como pequeñas habichuelas hundidas en las cuencas del cráneo y el pelo caía como si fuera esparto chamuscado y grasiento, los dientes eran una suerte de colmillos medio podridos y desalineados que aplastaban los labios aqui y allá. Había dado muerte a su primera bruja, pensó que había tenido suerte , su espada le habia sesgado la yugular dejándola medio decapitada, le habían dicho que eran terriblemente rápidas y mortíferas , que con las uñas que parecían garras eran capaces de arrancar el corazón y su fuerza era descomunal, sin duda sus reflejos y la fortuna le habían aliado… Volvió a tomar el colgante en sus manos notando su vibrabacion y calor. Debía afanarse, si una de aquellas le había encontrado es posible que hubieran más al achezo. Aunque ahora ya sabia como se movían y sobretodo como olian… Danzando corría a galope tendido, Rasnbruc ya no le susurraba , lo azuzaba y espoleaba con vehemencia. - Vamos amigo corre!! se nos echan encima vamos!!!-La oscuridad seguía reinando pero tras de si habían dos pares de ojos encendidos pisandole los talones, envolviendo todo con ese maldito olor putrefacto, corrían a ciegas confiando en la fortuna, pero ésta decidió abandonarlos. Con un relincho de dolor Danzando se fue al suelo mandando a Rasnbruc por encima de su cabeza, el animal no pudo esquivar una quebrada del camino que se convirtió en una trampa mortal para él, de inmediato una de las brujas que los perseguían se abatió sobre la pobre bestia clavando sus garras y dientes sobre la sudada y fatigada piel, el animal con una de sus patas partidas poco podia hacer para defenderse de la abominable criatura que rasgaba su piel y lo desangraba bebiendo su sangre. Por su parte Rasnbruc, aunque algo magullado había caído en una depresión del terreno que lo libro del primer envite de la segunda bruja, que con su grito de hiena rabiosa lamento no haber alcanzado a su presa. Rasnbruc se apresto ya empuñando su espada para repeler la segunda embestida del infernal engendro que eran aquellas alimañas , escucho el zumbido y vio llegar la sombra encendida con aquellos ojos, su ágil cuerpo se movió para enfrentarla de frente con algo de ventaja que a malas penas logro. Uno de sus mandobles hizo blanco en su enemigo, pero el también sintió escocer la piel de su hombro sin duda alguna de las garras de la bruja le habia alcanzado. Danzando habia dejado de relinchar , Rasnbruc no sabía llorar, pero si hubiera sabido, en ese momento hubiera llorado por su amigo. Una rabia desmedida subió por su pecho mientras se mantenia en guardia y presto. La risa de hiena de las brujas se dejo sentir en el silencio, Rasnbruc sabía que estaba en una situación dificil y en mucha desventaja, tambien sabía que una de ellas estaba herida, pero no hasta que punto y a el el hombro


le escocia y dolía cada vez más, pero eso no era nuevo para el. De pronto una voz que arrastraba las eses rompio el silencio. - De verdad creessss que vassss a poder con nosssotrasss- dijo una de las brujas - Hermana essste dessssgrassiado esss al que esssperabamosss??? , no parece tan gran cossssa ni tan terrible como desiannnn- No te fiessss… acabo con Arsssadia, pero beberemosss sssu sssangreee y sssera vengada-Rasnbruc mientras hablaban se dedico a medir la distancia que de ellas la separaba, no estaban al alcance de su espada, pero no asi de su daga voladora. Fijó su atención en una de las sombras y por donde brillaban los ojos ubicó donde estaría el pecho y el corazón de la bruja. Con un rápido movimiento su daga voló sesgando la noche y casi a la vez una de las brujas dio un alarido de dolor que a Rasnbruc le supo a gloria. - ¡ Maldito !!!.- rugio la otra bruja, que de inmediato se abalanzó contra él. Como pudo Rasnbruc se defendió de la vengativa bruja, durante unos instantes consiguió mantenerla a raya, su espada zigzadeaba electricamente tratando de alcanzar a su adversaria, pero ésta era realmente rápida, sintió dos punzadas mas en su cuerpo y el calor de su sangre se mezclo con el sudor de su piel, en un momento dado la espada voló de su mano, mientras recibía un tremendo golpe en su cara que lo hizo caer de espalda , ahora estaba a su merced, la bruja se aprestó para abalanzarse sobre él y asestarle el golpe fatal. Rasnbruc cogió el colgante con su mano y cerro los ojos, sabiéndose perdido y entonces algo ocurrió. Del colgante se desprendió una brillante luz que lo iluminó todo, la bruja fue expulsada hacia atras como si de una explosión se tratara, Rasnbruc perdió el sentido y su sangre se detuvo mientras la la luz tomaba forma de mujer que rápidamente alcanzo a la bruja atravesandola y convirtiéndola en una nube de ceniza. La luz en forma de mujer volvió a penetrar en el colgante, insulflandole nuevamente el aire a Rasnbruc en sus pulmones, y haciendo fluir tambien nuevanente su sangre… La tibia luz del amanacer consiguió romper la férrea oscuridad que la noche vestía , aún así una bruma tambien espesa subsistia retando al sol, y tan solo unas horas separaban al mundo de una calamidad sin igual, tan solo unas horas para el comienzo del aquelarre sagrado en el mausoleo, que se convertiría en puerta para la entrada del portador de la oscuridad. Rasnbruc abrió los ojos, sentía un fuerte escozor donde habia sido herido por las brujas, que pronto se convertirían en nuevas cicatrices y no sabía muy bien que había pasado, pero si recordaba su cara mientras lo miraba, su dulce voz en su oido, que le hablaba con aquella música que era toda entera ella, la suave claridad casi transparente de su mirada, encerrada en aquellos ojos que mostraban los universos que el siempre habia soñado… cada vez que perdía la vida era ella diciéndole al oído.

Se incorporó aún dolorido, deslizó la vista en rededor suyo, a muy poca distancia de donde yacía tumbado habia un montón de cenizas cómo si algún fuego se hubiera consumido allí. La niebla comenzaba a levantar y unas decenas de metros más allá distinguió un cuerpo tirado en el suelo, al acercarse vio que se trataba de una de las brujas, con su daga voladora clavada hasta la empuñadura en el centro del pecho de la horrible criatura, él había apuntado un poco más a la izquierda, tal vez no le había acertado en el corazón, pero el veneno con el que estaba impregnado la cuchilla habia hecho sin duda su trabajo

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- No te preocupes…yo seré tu corazón, yo seré el latido que mueva tu sangre y tu ser , yo sere tu respiración y tu protección, tú seras mi yo aqui, donde yo no puedo…-.


igualmente, la sangre verdusca resbalaba por la herida dejando patente ese hedor tan caracteristico, tambien lucia una herida en uno de los costados, sin duda ésta era la que había conseguido herir. Arranco la daga del cuerpo inerte y limpiandola sobre la sucia ropa de la bruja,la guardo de nuevo en su funda y con un nudo en la garganta busco a Danzando, alli estaba, fiel hasta el último momento, mucho más noble que cualquier hombre que hubiera conocido, alli estaba, con su sangre empapando la tierra sobre la que yacia, le había acompañado en su viaje aún en contra de sus instintos, sacrificando su vida. Su piel estaba hecha jirones con incontables y profundos cortes que rasgaban sus venas, sus ojos habían sido extraidos junto a su lengua, y el corazón arrancado. Se decía que las brujas comían ojos y corazon para tomar la naturaleza de sus víctimas y corromperlas, el dudaba mucho que nadie ni nada pudiera corromper jamas a su amigo. Se las apaño para hacer un hoyo lo suficientemente grande y le dio sepultura, no recordaba ninguna oración, asi que sin mas dijo; -,Yo no te olvidare amigo!! , allá donde ahora estés espero que seas tanto como fuiste aqui- . Ajustándose la ropa y las cintas de sus armas se dispuso a la marcha hacia el este. Estaba cerca de aquel mausoleo convertido en templo de brujas… Por lo que sabía las brujas no soportaban demasiado bien la claridad del dia, asi que previó que la marcha sería tranquila, aún así no debía demorarse, en aquel sitio la noche llegaba antes que en cualquier otro lugar y sería bueno alcanzar a tiempo y con luz el mausoleo y prepararse, pues aún a pesar de haberlo visto ya varias veces en sus sueños, podia repararle alguna sorpresa inesperada . Mientras caminaba por el pedregoso erial, su mente se retrotrajo hasta el momento de su muerte física , la primera de ellas, y de como su alma fue llevada bajo el gran árbol. De su muerte física siempre quedaban las cicatrices en su cuerpo, en aquella primera ocasión se vio desbordado por media docena de enemigos, a algunos consiguió dar muerte pero finalmente su numero superior pudo con su resistencia. En la batalla y con la adrenalina a flor de piel no daba para sentir miedo, todo ocurría demasiado rápido y sí, sin duda la destreza con el acero era un grado, pero lo que mas jugaba a favor o en contra eran las probabilidades y la fortuna del momento. Él hasta ese momento era un mercenario sin mas ansia que el renombre y el botín , como otros tantos que tambien perecieron y aquel día la fortuna le dio la espalda y las probabilidades menguaron a la par que sus enemigos aumentaron rodeandolo, aún recordaba la sensación , el dolor y el calor de cada cuchillada que en su cuerpo se hundió. Supo en ese momento que jamás habría ninguna canción para sus gestas. Murió cómo hasta ese momento había vivido, rodeado de odio y sirviendo como un sumiso sirviente a su propósito oscuro. Que paradójico todo…hasta ese momento él no había sido muy diferente de aquellas brujas a las que en la víspera había dado muerte, y de las que solo le separaba la apariencia, a bien seguro que si su vida hubiera seguido en el ahínco del odio, ni en la apariencia se hubiera diferenciado de ellas . Ahora bien sabía que en la muerte estaba la liberacion y estaba la oportunidad de una redención hacia un propósito mucho mayor que el de solo respirar. Recordó la luz del gran árbol, y su propia esencia desnuda por completo, la sensacion de paz que le embargaba, una paz hasta ese momento desconocida para su conciencia, fue como si su mente y conciencia se amplificara, como si un conocimiento eterno y ancestral viniera a él y desbocara una parte desconocida en él. Y entonces ella …Apareció ante él con su voz y sus ojos de cristal de azul índigo y le hizo sentir lo desconocido, le mostró el amor y vio cuan pequeño se hacía ante él todo el odio del que se habia alimentado en su pasada vida, cuan lastimeras y fugazes habían sido sus razones hasta ese momento, comprendió el dolor y el daño, el retraso y el letargo que él habia infringido y autoinfringido a si mismo, comprendió una realidad oculta a los sentidos adormecidos. Ella le mostró una oscura penumbra que se extendería por el mundo, potenciando ese odio que el había experimentado y adorado y que tan bien conocía. Le mostro el aquelarre con que la penumbra sería liberada por aquellas criaturas, que antaño no habían sido tan diferentes de él mismo, y que aún no habían sido bendecidas en el amor y la luz que ahora a él se le mostraba. Pero la muerte era un paso que andaba en una sola dirección, y solo la levedad de la luz podia invertir, ella le dio esa luz adheriendola a él en forma de colgante, confiriendole el espíritu de amor que ejerceria de corazón y guía y revertiria los efectos de la muerte de su cuerpo. Pero no solo se le entrego ese gran don, tambien se le dio a Danzando que seria su compañero en aquella


soledad que no podía nombrar. Lo encontro en aquella granja destinado como animal de carga y labranza, ya que para otra cosa jamas nadie lo pudo utilizar, cuando paso junto a él el animal lo miro moviendo sus largas crines al aire, de inmediato surgio una conexión entre ellos. El dueño de la granja le dijo que era un animal enrevesado y loco, que solo con la cuerda y el látigo podía ser doblegado con gran esfuerzo, que a veces habia pensado en utilizarlo como carne, pero su fuerza no tenia igual para el arado, así que eso lo habia mantenido con vida, pero cada vez era mas salvaje y difícil. Tambien le contó que el animal siendo potro estuvo a punto de arder víctima de un incendio en los establos, pero que en el último momento, antes de desplomarse la techumbre consiguió salir indemne , haciendo cabriolas con sus aún tiernas patas, y desde ese momento paso a llamarse Danzando con fuego… Pero a Rasnbruc poco le importo todo aquello, aquel animal era especial y supo que lo esperaba a él, el granjero tuvo su dia de suerte, en pago por Danzando le dio un anillo que valía mas que toda su granja entera. -Señor, el caballo es suyo y una silla con el,- le dijo el granjero,- pero dudo que que le permita poner un solo pie sobre el- apostilló. Rasnbruc se acerco a Danzando sin hacer mucho caso del granjero y el animal acercándose a su pecho rozó el colgante e inclinando su cabeza se dejo poner la montura con total mansedumbre y Rasnbruc se alejo del lugar sobre él como si lo hubiera cabalgado desde siempre, ante el mayúsculo asombro del confundido granjero. Desde aquel día habían recorrido medio mundo juntos, embarcandose en innumerables aventuras bajo el mandato de la luz que ahora iluminaba su pecho…Rasnbruc sospechaba que ya nada sería igual sin él, pero aún así debía de cumplir su cometido, tal vez su siguiente muerte los reencontrase bajo el gran arbol.

Mientras hubiera luz no le podrían atracar, pero en cuanto cruzará el portal seria un combate encarnizado , ellas tratarían de detenerlo y él de entrar. El sudor perlaba sus sienes y la cicatriz de su mejilla brillaba confiriéndole un aspecto mas salvaje, en sus manos sus dos espadas, y prontas para ser utilizadas sus dagas voladoras tambien emponzoñadas, ante él la entrada y las sombras de aquel pasillo que apestaba a bruja, 20 metros de lucha, diría a vida o muerte…pero él ya estaba muerto y tan vivo como jamas lo hubiera estado. Tomo aire y se lanzo con su grito de guerra!. Dos brujas se cernieron contra él a izquierda y derecha tratando de alcanzarlo con sus garras que eran como cuchillas deshuesadas y cortantes , con un giro y dejándose caer sobre una de sus rodillas libró el ataque, acuchillando el torso de una de ellas y cercenando con la otra espada la mano de la otra, el veneno actuó como un ácido que espumeaba con la

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Allí estaba dibujandose en el horizonte, sobre el promontorio tal y como lo habia visto en sus sueños. El contorno del Mausoleo irradiaba una larga sombra, realmente era un edificio magnifico, digna entrada de la puerta, una puerta que en ningún modo debía de abrirse esa noche, y él era portador del instrumento que lo cerraría por siempre, o eso deseaba fervientemente. Pero alli estaria el hechicero , rodeado de sus brujas a las que ya conocía y sin duda lo esperaban. Su puño volvió a tomar el colgante para sentir su calor y tomar su fuerza , miedo no tenia, jamás lo había tenido, pero si le atormentaba en su animo no lograr atravesar los muros del templo, sólo la carne podía entrar en ese templo y él era el envoltorio carnal, una vez dentro tan solo tendria que desprender el colgante de su cuello , ella sería liberada y su cometido llegaría a su fin, en todo los sentidos. En dos horas más de caminata estaría allí y el sol no tardaría mucho más en ponerse tras el horizonte. Era casi crucial llegar antes de que la luz lo abandonara, apretó el paso, ya empezaba a oler su olor putrefacto, el acero de sus armas lo había impregnado de aquel veneno especial, que actuaría en las brujas en el acto, pero ni siquiera sabia cuantas habría.


sangre verdusca matandolas al instante . Una y otra vez fue atacado, el se defendía con una destreza sin igual, dando muerte una tras otra, aquellas garras ya jalonaban de sangre también su pecho y sus brazos, los gritos de hiena se mezclaban con los suyos propios y en el pasillo se amontonaban los cuerpos tras de si. No supo ni cómo lo consiguió ni como llego , pero allí estaba de rodillas y sin apenas sangre en sus venas , delante de él la gran cúpula y la sombra del hechicero en el centro mirándolo con interés. Su mano agarro su colgante querido por ultima vez , mas caliente que nunca, quemando su piel, con un ultimo esfuerzo tiro de él desprendiendolo de su cuello. Su corazon se paro, su respiracion cesó y ella apareció en una explosión de luz que cerro los ojos del guerrero, esta vez para siempre , su cometido habia sido cumplido. La eterna lucha entre la luz y la oscuridad se evidenció de forma terrible en aquella cúpula, pero él ya no lo vio. Rasnbruc ya no era Rasnbruc, ni jamás sería lo que antaño fue, allí estaba consciente bajo el gran arbol, no muy lejos de él un Danzando especialmente bello lo esperaba para cruzar a la gran sala blanca.


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KATHERINE HOZ TE VOY A JUZGAR.

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Voy a verte las cicatrices, a conocer cada uno de tus defectos (grandes y pequeños), a escucharte reír de la manera más escandalosa, a verte una mancha de mostaza en la ropa, a conocer los motivos por los que tiraste la toalla, a verte pedacitos oscuros en tu alma, a apreciar tus costuras, a admirar tus estrías, a sentir tu pancita, a conocer sobre tu pasado, a ver las señas que el sostén te deje, a apreciar las heridas que apenas acabas de cerrarte, a sentirte frágil, a observar tus enojos, a verte despeinada, a saber, la canción que te gusta en secreto, a verte llorar, a conocer de tus miedos, a escucharte cantar a todo pulmón, a saber, de tus rencores y caprichos, a ver tu alma enredada y NO te voy a juzgar.



Adolfina Mesa ME FUI CON EL ANOCHECER Dormida? ¡No lo sé!... Oigo el eco de una voz, No es la mía. Una voz, O un susurro inquieto? En la penumbra Mi pensamiento es difuso, Siento una mirada, Intensa, Cuya sed cenagosa Me escruta. Percibo el aroma intenso de tu piel, Me eleva a un estado febril.

Dormida? ¡No lo sé!... Me fui con el anochecer, Sin querer volver.

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Es tu voz, Atada A las paredes de mi cuerpo, Sujeta A las costuras de mi alma.



ANA CENTELLAS LLUVIA DE MAYO Se encontraron en una conocida cafetería del centro de Madrid, por casualidad, como suelen surgir la mayoría de las cosas bonitas. Ella, muy acorde con la decoración del local, elegante, recatada, llevaba bajo su brazo una carpeta llena de documentación que tenía que presentar en una cita laboral a escasos minutos. Él apareció como una nota discordante, con su aire bohemio y su larga melena, portando en la mano un grueso cuaderno de notas, del que sobresalían infinidad de papeles mal doblados, con dejadez, garabateados hasta la saciedad. Ambos habían entrado para guarecerse de la fina lluvia de mayo que había comenzado a cubrir las calles de Madrid. El destino quiso que ambos se encontraran en aquel preciso instante, en un cruce de caminos entre ella, que se dirigía hacia la salida, y él, que hacía en aquellos momentos su entrada triunfal.

El instante fue como un viaje en el tiempo, a aquellos momentos en que ella se dejaba abrazar por él, aquel soñador empedernido, después de hacer el amor en su cuarto envuelto en tenues penumbras. Durante un mágico momento, ambos volvieron a aquellos días felices para los dos, antes de que la profesión de ella les separase en busca de un mejor porvenir. Con un escalofrío aún recorriendo su delgado cuerpo, ella se apresuró a recoger los documentos, rompiendo la magia que les había transportado de nuevo a la felicidad. Un suave roce en la mano, un tímido «gracias» apenas susurrado y salió por la puerta sin mirar atrás. Mientras, él se quedó paralizado en el sitio, mirando a través de la ventana, sin poder articular palabra alguna, cómo ella desaparecía sin nada bajo lo que guarecerse entre la lluvia de aquel mes de mayo, llevándose con ella la frescura del momento que habían vuelto a recrear. Pidió un café, tomó asiento en una mesa y, abriendo su grueso cuaderno de notas, comenzó a escribir la historia, hasta entonces olvidada, de una vida apasionada que pudo ser y no fue.

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Habían pasado nueve años desde la última vez que se habían visto, que sus manos se habían acariciado y sus labios habían dejado de besarse con ganas. El encontronazo fue suave, pero provocó en ambos una descarga eléctrica que ninguno pudo dejar pasar inadvertida. La documentación de ella quedó por completo esparcida por el marmolado suelo del local y ambos se agacharon al unísono, con la misma coordinación de siempre, a recoger los papeles, deshaciéndose cada uno en disculpas hacia el otro. No fue hasta que se miraron a los ojos, los dos agachados, cuando fueron conscientes de a quién tenían frente a sí. —Estaba lloviendo con tanta fuerza que... —comenzó a decir él. Hasta que se dio cuenta de quién era la chica que tenía delante.



Carmen Lopez Rios Verano y humo Son eternas las noches de estío trepadoras las plantas veletas, entrecruzan sus hojas garfios alejándote el sueño, inquietan. La cabeza que rueda, no logra alcanzar en el lecho esa meta, el reposo muestra su zozobra, la almohada resulta molesta. El sopor del insomne se agrava la quietud de las casas, alerta y el calor pegajoso te aplana.

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Son eternas las noches, adversas das cien vueltas en la cama… y caes al ser de día, deshecha.



MARIA DEL ROCIO

Por Pablo Carvajal, Costa Rica MaríadelRocío, EstadosUnidos

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Vos, quetehabíashecho unhorizonte. Unhorizonte, sincamino, sin ruta, sinpasoquehiciera en ti unahondura, un tajo, unabismo. Vosque de tan lejana eraspasado o serásmañana. Vos, quetehaces del viento llegando al todo, a la nada, qué invisibles fronterastraspasas. Vosquétomas, vosquélargas. Vos, ni alma nicuerpo, ni de aquí, ni de allá perosiempredentro. Anidando mi abismo, despuntando micumbre. Vos, queerestodo: Agua, fuego, tierra, luz, sueño, añoranza. Vosqué de sertanto, eres mi nada. Vos, agonía y paraíso. Fuente, averno, sombraqueampara, astroquéluce, quema y mata. Vos. Vos, queeres nada eres mi todo! Poema a dueto:



EVA ZAMORA NO SOMOS PERFECTOS No. No eres perfecto, lo sé. A veces te cabreas, otras resoplas molesto, pero cuando despliegas tu sonrisa y me envuelves con ella, me desarmas. Y cuando tu mirada centelleante se refleja en la mía siento que todo se detiene, que nada más importa. Yo tampoco soy perfecta, también lo sabes. Me enojo con frecuencia, rápido pongo el grito en el cielo yen ocasiones llego a ser insoportable. Aunque cuando siento tu abrazo todo se apacigua, mi mundo se calma, halla la paz. Ambos sabemos que nuestro amor no es perfecto. Pero también sabemos que es grande, por lo tanto verdadero. y lo mejor, solo atiende a un precepto: amar incondicionalmente. No somos una pareja perfecta, Sin embargo somos perfectos el uno para el otro, con nuestros defectos y virtudes, a nuestro modo, siendo un tándem eficaz. Sabes que no somos dos mitades, cariño, nunca lo hemos sido; nosotros conformamos una pieza.

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EVA ZAMORA.



Samuel Santos CRECER Contra el asfalto del espacio tiempo la fragilidad emocional de una civilización en proceso. Existencias arrítmicas, duelos cabalgando sobre mi pecho, acción directa de miocardio con doble sinestesia en el verde de esta mirada de manada fresca. La huella de mi presente asoma por la corriente que no cesa de ir en contra del limitado estigma que subyace en esta contracción imperativa. Secuencias monocromáticas enfrentadas a una vida de contraste y soles que acarician con sus dedos la emancipación de nuestras raíces. Naturalezas que acaban radicalizándose en un multiverso lleno de sinergias por alimentar en el silencio de una supernova enquistada en el nervio. Calambres independientes que conectan entre sí, desorden reprimido, madera que no se somete al óxido de su migraña. Pulsaciones que revientan; que se revienten, entonces.

Se abren los pulmones en este impulso, aspira cada segundo que florece; déjalos crecer.

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Negras tormentas agitan los aires, nubes oscuras nos impiden ver.



Alex Madueño Sueño inacabado Soy lo que ves un sueño inacabado que le gusta perderse en tu piel. Soy los suspiros, los exhalos que tu cuerpo recela. Soy la luna menguante, la brisa de otoño, las mañanas frías y el caliente café. Soy tu sueño inacabado pequeña porción de paraíso, rinconcito de placer. Allí donde quieres despertarte y tu cama, es mi trozo de papel.

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Del poemario: único, personal e intransferible



Graci Bordón OTOÑO Por la vereda estrecha me adentro en la hondonada, las voces de la brisa me aproximan tu nombre, lo oigo danzar al aire en las doradas hojas cuando lentas descienden besando la espesura. La hojarasca difunde esa canción de otoño, la tarde languidece mientras el sol se aleja, y al mirar hacia el árbol que ayer nos cobijaba una luz melancólica parece que lo envuelve. En las tardes de estío su sombra nos cubría, él percibía el latido de nuestros corazones. Hoy me arrimo a su tronco aunando soledades mientras va despojándose de sus rojizas hojas. El anhelo que yace sobre mis labios tristes aguarda bajo el árbol el rumor de tus pasos sabiendo que el camino sin ti ya no irá nunca a dar a aquella sombra, ni a ninguna otra tarde.

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Graci Bordón ©



Ania Belotti Lamentos de un corazón Engañado terminó el corazón, halagos ficticios escuchó . A hierro frio lo convirtieron , haciendo añicos el cariño que dio. Malos vientos cruzó su camino , un escalofrió lo sacudió. Embrujo de amor padeció , enlutó su alicaída alma . Endulzaron con gotas de mieles, sus huellas … abriendo nuevas heridas. Heridas que acarrea con entereza cual barra de hierro, sujeta columnas. Oculto vive en la quietud de su encierro. Custodiado por un ángel , posando sus alas en la tristeza de su destierro. Incrédulo encara sus noches , orando ser liberado de su infierno. La oscuridad se humedeció , dulces fragancias fluían del jardín, rodeando al tierno corazón de un agradable aroma a jazmín. Vistiéndolo de gala con un vistoso lazo de satín. Lució fuerzas de flaqueza, liberándose de las fingidas palabras que confío. Abrió sus puertas retirando la mala hierba que lo corrompió. Buscando refugio en los brazos de un antiguo amor que eludió. Lamentos de un corazón

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D.R. Ania Belotti Lima Perú 27 de Octubre del 2017



Brunhilde Roman Ibáñez Un pájaro planea por nuestras sangres en el silencio acaricio tu secreto nombre entro en él y nos ofrezco este don

el despertar desciendo sobre mi cuerpo en que el río del amor se ha llevado ya todas las palabras y sólo el ancho gemido de la noche aletea aún entre mis manos

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pájaro del luz, desciende sobre nuestra líquida sustancia y haz en ella tu misterio construye en ella tu secreta morada



Gabriela Romualdo Ramirez El Homicida de la carta Un Lunes de cualquier mes y cualquier año; a primera hora y en primera plana, rezaba lo siguiente en el periódico de la mañana; ~SE BUSCA AL ASESINO DE LA CARTA~ En el centro de la página, aparecía una fotografía de una carta escrita a máquina -----“Yo la asesiné. Es mi primera vez. No tenía otra salida. Pero no es excusa. Ya era demasiado molesto tenerla todo el día y a cada momento, merodeando por todos lados en la casa. Entre lágrimas lo digo, no le maté porque la odiara, la verdad es que le amaba. Pero era más apremiante mi libertad. Si de algo sirve, puedo decir que no sufrió. Fue una muerte lenta, quizás ella esté sufriendo más, ahora que posiblemente sepa que ya murió. Esta carta la escribo, no sé si para que sea encontrada. Quizás lo haga apelando a que las paredes no solo oyen, sino que también leen. Tal vez la escriba también para mi vecino; un gato que a diario venía a escucharme hablar de ella. Posiblemente esta carta sea si, para mi confidente gato, para las paredes, para el vacío, para mi propio fantasma y para ella; para la totalidad de la que será mi ahora abandonada casa. Porque ya cometido el crimen, no huyo, me voy. Un día, hace diez, no pude luchar contra mi deseo y bebí reproches hasta desplomarme de ebrio. Lloré y lloré, maldije y me reclamé; ella rondaba mi cama y se reía de mi. La siguiente mañana, desperté decidido, iba a cometer homicidio. Me arrastré fuera de la cama, me desayuné un costal de agallas y un amargo café. Busqué la llave de mi ático, y de entre una moto sierra, un rifle, un hacha y una hoz, saqué mi antigua máquina de escribir. Ese día pase unas diez horas intentando que brillase y estuviera a la altura de la ocasión. Yo indudablemente estaba tocando el fondo de mi terrible situación; sin más escafandra que mi instinto asesino, una cajetilla de cigarrillos, mi máquina y un tarro rebosante de café. El ahora, se trataba de seguir medio viviendo, morir o sobrevivir para ser feliz.

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Me acomodé en la mesita, frente a la ventana. Puse una primera hoja a mi máquina, le di una chupada a mi cigarrillo, medité unos minutos mientras se desvanecía el humo que salía lentamente de mis pulmones asegurándome de quererla matar, y comencé.


Le escribí diez poemas, un pacto en el que juré no volver a buscarla, ya no esperar más su llamada, y dejar de esperar también el día en que se decidiera a regresar. Excavé un hoyo en mi cerebro y la enterré, la sepulté ahí donde no podré siquiera volver pensarla; por último le redacté un testamento entregándole el exilio y mi olvido. Su incesante eco Murió a golpe batiente de mi máquina, su recuerdo fue apuñalado por estas ganas de poder arrancármela; dejó de existir en la lucha de un hombre por sobrevivir. Exorcicé la recámara, ya me deshice de ese fantasma suyo que merodeaba por la casa... Me deshice de ella y estoy libre por fin. La destruí con mis propias manos. La maté, yo la maté; la estrangulé con versos, la hice trizas con mis palabras. Yo le arrebaté también la vida a la esperanza de que ella iba a volver. La hora del deceso fue aproximadamente a las 23:00 horas. He limpiado la escena, he quemado los poemas, la máquina me la he llevado, dicen que después del primero, resulta menos difícil volver a asesinar. Y yo ahora que estoy zurcido, victorioso y aunque no como nuevo, planeo volverme a enamorar. Esta es la lista de poemas que escribí para ella; #1 Vicio #2 Abandono #3 Abstinencia #4 Soledad #5 Inanición #6 Instinto #7 Crimen #8 Huellas #9 Olvido #10 La huida El pacto me lo he guardado y el testamento se lo he dejado a mi abogado. Yo creo en el poder de mis letras y de esta carta; mi palabra es lo más que tengo. Sé que ella no aparecerá jamás” ---Al final aparecía la firma del escritor, quien firmaba como “Un hombre libre por fin” Un adinerado hombre de negocios que había comprado la propiedad del remitente de la carta, había pagado ahora para que el escrito fuera publicado; buscaba al asesino. Él quería que le recitara los poemas y aprender a matar así. Rogaba al hombre escritor de la carta, tuviera piedad y se comunicara con él. Yo vi ese anuncio todos los días en el periódico, desde hace un mes.

El último día que fue publicado, El ahora famoso asesino se encontraba desayunando en una cafetería; un viejo leía el periódico en la barra, junto a él, y le dijo al momento que le tocaba el hombro, – He visto esta carta todos los días. No sé si Pretenden que la aprenda de memoria, o que deje de comprar este periódico. El escritor, mientras sorbía un poco de café, miró de reojo el impreso; y reconoció sus palabras. Entonces lo cogió y se quedó mirándolo por largo rato. Meditando, recordando aquel que él fue. Preguntándose por qué lo buscaban, para qué. Se anotó el número telefónico en una servilleta y se marchó. Fue inevitable, él ya era un asesino; ya sabía qué hacer con lo que le atormentaba, y entonces tomó el teléfono. Al otro lado atendió un tipo joven, 35 años según su rápido cálculo. -Diga?. Quién llama. -Soy su hombre. Me estaba usted buscando. Qué quiere de mi.


El que lo buscaba no dudo, le rogó, -Por favor un poco de su tiempo, dijo necesitaba que le contara, que quería aprender a asesinar como él. Le contó sobre su insomnio, de su guerra con el reloj. Indudablemente era un hombre que terminaría cometiendo suicidio o un homicidio. Su voz era ahogada, desesperada, respiraba poco, y su ansiedad podía olerse a tan lejana distancia.

-

A ve’ hombre; cuéntame sobre ella.

- Lo que más me gustaban eran sus cabellos; todos los días el sol me hacía un favor Cuando ella salía, el sol parecía aparearse con los gajos de su pelo. Pero ella es demoniaca, una diabla, mentirosa, astuta y voraz. Me dio a beber de su boca y desde entonces fui títere de Sus ojos, su boca, sus manos, su voz. La odio y la quiero, la extraño pero no quisiera verla volver. Quiero sacarla de mis sueños, de mis deseos, quiero echarla de mi vida, que se vaya para siempre y no volverle a pensar. Sigo siendo títere, pero ahora de su recuerdo, de sus extintos besos; soy un títere del deseo de tener el calor de su cuerpo. Soy un títere del olor suyo que quedo impregnado en la cama, en la casa. -

¿A qué huele?

- ¡Mmmff! El hombre respira. No lo sé. Es sutil. Huele a ella. Dulce, amarga, adictiva, a jardines y a mi perdición. Huele a excesos, a todos mis deseos. Su olor es uno que siempre, de no asesinarla, me va a torturar y donde sea que vaya lo voy a reconocer y la voy a respirar. Me va a gangrenar los pulmones, la sangre y las venas, la tengo que asesinar. -

¿Me puedes decir cómo se llama?

- Marina Veinte segundos después. - Mi amigo, creo que tenemos dos problemas; todos los hombres, como usted y como yo, tenemos dos problemas. La inocencia y a Marina. Yo el recuerdo de esa mujer la asesiné cuando ella me abandonó para ir con usted.

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Gaba Romualdo / noviembre 2017



Elena Saavedra Para ella En tu regazo me siento protegida por todo tu amor estoy agradecida cuando me acunas ya no tengo miedo
 puedo ver en tu sonrisa el cielo Por todo lo que me has dado
 por tu amor incondicional
 por estar siempre a mi lado por eso y mucho más, gracias mamá En tu regazo escucho tu corazón
 siempre que estoy inquieta
 esos latidos me reconfortan 
cuando estoy a solas sin ella Por ofrecerme siempre compresión por ser cuando yo no lo soy racional por perdonarme todos mis errores
 por eso y mucho más, gracias mamá

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Jose Luis Ă lvarez Gallego Me fui sin detenerme de su lado como si no quedara palabra que decir desde el eco silente de sus labios para poder guardarla en la memoria. Camine hacia lo ancho y a lo largo por la oscura espesura de vida sin descanso en pos de amaneceres diferentes que abrieran nuevos cauces infinitos. Los buitres esperaban en la tarde de invierno observando a lo lejos nuestro horizonte con aspecto sombrio,confuso amenazante la muerte del amor que aĂąoraban sus garras. Fue preciso escapar, mirar hacia el futuro volar como un cometa solitario liberarme del muro inaccesible de mi estulticia de la propia inmundicia como persona humana. Cautivo desolado y oprimido,remero del hastio como borrego vencido que fue defenestrado por la cruel monotonia de las tardes en las que gritaba hacia los infiernos venid a buscarme,abrasarme de amor debajo de la luna del otoĂąo infinito la meta esta en ti luna dime como llegar por que escala o camino conseguire alcanzarte. Me atraparon los buitres devorando las visceras padeci largamente las nostalgias del nada me puse de rodillas y suplique a mi amada que apartara sus flechas de mi costado herido rompiendo mi silencio para tocar su puerta de la que hui como un ladron una tarde de aquel invierno frio y desveladoy sin saber por que volvi a su fuego pensando que aquel rescoldo fuese eterno

Mayo 2018

tras esa tempestad de los silenciosPero esa inmensidad de aquellos tiempos en que el amor quedo paralizado, y aquella proteccion junto al dulce brasero nunca volvio a existir en el regreso9-11-2oo9-J.L.A.

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@isabeldivinci

REGRESO INEXISTIDO



Isabel Di Vinci Sólo pedí: Comprensión Amor, Calor, Abrazos Felicidad y está siendo complicado hacerme entender. Lo conseguiré, de la forma que sea. Ni victimismos ni fanstasias

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Solo el aquí y ahora.



ANA PEREZ CAÑAMARES POÉTICA DE ANA PÉREZ CAÑAMARES

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@isabeldivinci

Escribo porque mi madre no escribía; escribo porque no tengo jardín ni perro y vivo en un lugar sin mar; escribo porque mi voz y sus ecos me hacen compañía; porque soy un laboratorio y quiero difundir los resultados de mis experimentos; porque, siempre, después de analizarme, levanto la cabeza y observo dónde me coloca lo que he visto, y esto también tengo que escribirlo; escribo para decir “yo también” o para preguntar “¿tú también?”. Escribo para saber si tengo que perdonarme, pedir disculpas o exigir responsabilidades. Escribo para ser agradecida y también para cagarme en todo lo que se menea. Escribo porque sé hacer otras cosas, pero ésta es la que elijo y la que siempre me espera. Escribo para rescatar aquello en lo que quiero creer, lo que no puedo olvidar; para salvar mi voz del barullo. Escribo porque entiendo a Virginia Woolf, a Anne Sexton, a Sylvia Plath, pero yo quiero sobrevivir y seguir escribiendo. Escribo porque quiero que se sepa con qué fuerza lo intenté, y con qué fervor lo intentaron otros. Para hacer del fracaso un lugar habitable. Escribo para no dejarme invadir y colonizar. Escribo para ser la primera en acusarme de falsedad o hipocresía o cobardía, antes de que lo hagan los que se fortalecen acusando a los otros. Escribo porque no sé gritar sin quedarme afónica. Escribo porque una palabra precisa me aparta de la confusión. Escribo para llegar al lugar donde las dudas ya no son defensas ni huidas, sino brazos abiertos a los cómplices. Escribo porque a mi ansia de comprensión sólo la calma y la humaniza la constatación de sus límites. Escribo para encontrar utilidad a las heridas. Para que mi hija conozca lo que no supe o no me atreví a explicarle a la cara. Escribo porque los momentos en que escribo nunca son iguales entre sí, y me salvan de la rutina. Escribo porque la belleza no sólo consuela, sino que, además, es lo único que me permite mirar el dolor cara a cara. Escribo para que lo propio y lo ajeno se disuelvan. Escribo porque lo escrito es el disfraz más honesto y más cercano a la piel que conozco. Escribo para no dar nada por sabido.



Ana Belen Fernandez E

IMPERF CCIONES

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@isabeldivinci

Aquí estoy yo, desnuda, sin engaños, sin mentiras, sin falsas promesas, solo yo, mostrándome sin más. Mi cuerpo no es perfecto, ni yo lo soy y no reflejo en el esa perfección que realmente no tengo. Me equivoco mil veces, soy un desastre muchas otras, a veces un tsunami emocional, pero eso me hace ser lo que soy. Aunque en él no se marquen cicatrices, estoy más que llena de ellas, algunas, aún sangran. Mi pecho caído refleja que he sido madre y es algo de lo que jamás me puedo arrepentir. Mi celulitis es de pasar demasiados buenos momentos de sofá, peli y dulces. Esos kilitos de más de las cenas con mis amigas que tanto me gustan. Asique no cambio mi cuerpo por nada por que es el reflejo de todo lo que vivo y me hacer ser cada día más grande y más feliz. Además siempre me gustó llevar la contraria al mundo



Maria Hi Al calor de la lumbre Se libera mi deseo en el calor de tu invierno, rescatando mis sueños en escamas de fuego, desencadenándose el renacer de su musa que escapa por las quebradas regiones de tu carnal aliento. Apartado, el chasquear de la llama en el leño, entrañable su crujir amante en el tibio silencio.

Cercano, continúa el crepitar de la lumbre en el hogar, estallando en perturbadores aromas de menta y hierbabuena, transpirando en el calor de las amorosas clámides. El dulce veneno de tus requiebros confunde mi razón cual brebaje de sangre de viñedo. Me extravío en el abrazo acuoso de tu mirada, cayendo en el desorden de su océano, siendo su cobijo, cóctel de turbadoras lisonjas.

Se dispersa en el tiro de la chimenea el ausente silbido del viento, vadeando la gélida noche y se marchita su madrugada oculta en candente brasa de flor de canela, ansiando rejuvenecer en otro anochecer… https://youtu.be/zQc1mnunx0I al anidar en tu margen

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@isabeldivinci

La insurrección de mi espejismo fluye en la piel de tu conciencia, aventurándose en una suerte de dulce amorío que se desliza y desciende por los pasajes de mi promesa, por las brechas de mi conciencia, desgranándose en sibaríticas esencias.


Sofia Morante MAYO: 31.494 km cuadrados Un abrazo no debería ser un hacha para romper el mar congelado de nuestro interior. He salido de casa empapada de certezas, Y no he llegado a la tuya Porque me he perdido entre mis dudas Al reencontrarlas. Se me ha prohibido la vergüenza sin efecto inmediato, Tengo un rigor igual o mayor a la indiferencia que provoca Dejar pasar. Cada noche me retuerzo entre los escombros, entre los dedos de todas estas manos repletas de sangre que limpio en la profundidad del lago Baikal, y siento en las terminales que pienso en refugio. He resucitado a Pizarnik desde que has decidido olvidarme. Y que esta piel suave ya no la quiero. Qué manos sangrientas. Qué de agua salada en los ojos. Escuece. Escueces. Coge aire. Siberia rusa en sentimiento. Estamos inmersos en un mar de aire, En mis ojos-lagos perdidos en el suelo del metro, sigo en ese cuarto de 4×4 en pleno septiembre. De pronto me desmorono como un castillo de arena. Coge aire. Que si duele yo ya no me acuerdo. Que está ventana no tienta. Pide a gritos que vuele tras ella. En la profundidad del lago Baikal; Una canción de Pink Floyd acompañada de un libro de poemas de Anne Sexton: Como hacer que el corazón no te duela Como cumplir una colección de promesas Como que nunca se congelen sus manos o hacer de cada noche un país Y no seguir coleccionando dudas: Así se acompañan; Repletos de ganas, Directos al desequilibrio de la no-culpabilidad de naufragios. De mi interior vuelven a brotar flores heladas cada mañana cuando pienso en primavera. Me he ido a dormir entre campos de ellas que seguían inmóviles, junto con sus espinas, desde el fondo: Este oleaje narcótico reclama nuevas dosis. Terapias de choque al abrir las piernas. Puertas abiertas a todas las habitaciones que lleven a otro zambullido de ganas. Todos los puentes piden a gritos que, con flacas fuerzas, sean cruzados. Que no se vuelva a mirar atrás, Pero yo solo tengo ojos para mi lago siberiano desafiante, habiendo superado un alud,


pero permaneciéndome todavía infinitamente lejano el suelo. Hoy las espinas de las flores acunan febrero esperando una caricia. “Des-cul-pa-bi-li-za-ción” Llamar a las cosas por su nombre es otro exilio, pero no pienso hacerlo jamás. “Desculpabilización”

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@isabeldivinci

Coged aire.


REVISTA DE ARTE Poesía, Literatura, Fotografía, Ilustración y más..

Número

17

FEBRERO 2018 MAYO 2018


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