VAMPIROTÉCNICA NÚMERO 2 ANTIZOMBIS COMECEREBROS: EL LUGAR DONDE ESTUDIO MOLA Una vez tuve que hacer un trabajo con Bub, uno de los zombis comecerebros más lelo de todos los zombis comecerebros que conozcas. Este es un dibujito de Bub.
Teníamos que hacer un trabajo para la clase de anatomía. No voy a darte detalles. No creo que estés preparado. Si tienes curiosidad, te matriculas en el Colegio Stoker, si crees que nada te asusta. Quedamos en casa de Bub para hacer el trabajo. Ellos lo llaman casa. Tú lo llamarías cementerio. Cuestión de matices. Stop. Paro para momento histórico en la redacción.
Cuando los seres de ultratumba nos apoderamos de Luca, cada raza eligió un barrio para vivir. Los zombis se quedaron con el cementerio. Nadie lo discutió. Estaba claro. Los vampiros nos quedamos en el barrio de los hospitales. Sobre todo cerca de un banco de sangre. Nadie lo discutió. Estaba claro. Play. Sigo con la redacción. Llegué a la zona del cementerio donde Bub vive. Está cerca de la tapia que da al pantano. Es la zona donde están las tumbas del siglo pasado. Bub buscó una lápida donde poder sentarnos tranquilos a hacer el trabajo. Imposible. Por todos los sitios había zombis gruñendo o escuchando música o viendo la televisión o hablando por el móvil. «Vamos a mi cuarto», me dijo Bub, mientras intentaba señalar torpemente con su brazo la puerta de un panteón (es que me parto cuando intentan levantar el brazo ayudándose del otro brazo). En su habitación la cosa fue a peor. Estaba todo tan desordenado que Bub ni siquiera encontraba su mesa. Además estaba por allí tumbado su hermano. Merendando. No tengo nada contra las meriendas de los zombis, pero hacen muchísimo ruido y lo dejan todo perdido de sesos. «¿Siempre te pasa esto cuando tienes que hacer las tareas?», le pregunté a Bub. Creo que me contestó que sí, pero con los zombis nunca entiendes muy bien lo que te están diciendo.
Tío, no seas un zombi comecerebros. No te puedes pasar la tarde buscando un sitio para hacer las tareas o teniendo que hacer sitio en tu mesa para estudiar. Sé un vampiro listo como yo. Siempre estudio en el mismo sitio. En mi habitación. Es un sitio ordenado, con buena luz (en mi caso, estudio con la luz de la luna, claro). Un sitio bien aireado (ese maravilloso viento gélido de Transilvania). Además todo lo que voy a necesitar para hacer las tareas lo tengo preparado y a mano. Recuerda mi objetivo: estudiar mejor para estudiar menos. No pienso perder mi tiempo cada vez que me pongo a hacer las tareas buscando un sitio para estudiar. O teniendo que ordenar mi mesa. O buscando las cosas que necesito. Tiempo perdido, tío, y yo quiero tiempo para vampirear. Para ser más rápido haciendo las tareas y acabar antes no me pongo música. Ni tengo el móvil cerca. Nada que me despiste. Nadie que me moleste. Tengo mi mesa despejada y tengo lo que me va a hacer falta a mano. No puedo perder mi valioso tiempo buscando libros o cuadernos en una mesa zombi-desordenada. Mi tiempo es muy importante. Quiero dedicarlo a mis vampiradas. Además, hacer todo esto es lo que técnicamente se llama «un alucina padres boquiabiertos». Tus padres ven todo ordenado. Les dices que vas a hacer las tareas y que quieres silencio. Se quedan con la boca tan abierta que no pueden decir nada.
Cuando acabas y les dices que vas a jugar siguen boquiabiertos. Casi puedes ver los restos de carne entre los dientes de tanto como abren la boca.