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Pembrolizumab con otro anticuerpo monoclonal no mejo

La combinación de pembrolizumab y ipilimumab como tratamiento de primera línea en pacientes con cáncer de pulmón no microcítico (CPNM) metastásico sin aberraciones tumorales genómicas de EGFR o ALK y cuyos tumores expresan PD-L1 no mejora los resultados del pembrolizumab en monoterapia como tratamiento de primera línea, según la compañía MSD, que ha dado a conocer los primeros datos del estudio fase 3 Keynote-598.

Añadir ipilimumab a pembrolizumab no mejoró la supervivencia global ni la supervivencia libre de progresión en pacientes con este tipo de cáncer de pulmón

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Los resultados del estudio mostraron que añadir ipilimumab a pembrolizumab no mejoró la supervivencia global (SG) ni la supervivencia libre de progresión, pero añadió toxicidad en comparación con pembrolizumab en monoterapia en estos pacientes. La mediana de SG fue de 21,4 meses en los pacientes aleatorizados a pembrolizumab en combinación con ipilimumab frente a 21,9 meses en los aleatorizados a pembrolizumab en monoterapia. Además, la mediana de SLP fue de 8,2 meses en los pacientes del grupo de combinación frente a 8,4 meses en los del grupo de pembrolizumab en monoterapia. El estudio incluyó a 568 pacientes que fueron aleatorizados en proporción 1:1 a recibir pembrolizumab, 200 mg por vía intravenosa el día uno de cada ciclo de tres semanas hasta 35 ciclos, en combinación con ipilimumab, un mg/kg el día uno de cada ciclo de seis semanas hasta 18 ciclos; o pembrolizumab 200 mg el día uno de cada ciclo de tres semanas hasta 35 ciclo en monoterapia. Se produjeron acontecimientos adversos relacionados con el tratamiento (AART) en el 76,2% de los pacientes

Pembrolizumab con otro anticuerpo monoclonal los resultados que ofrece en en cáncer de pulmón

anticuerpo monoclonal no mejora

los resultados que ofrece en monoterapia de pulmón no microcítico

tratados con pembrolizumab en combinación con ipilimumab frente al 68,3% de los pacientes tratados con pembrolizumab en monoterapia.

Los resultados de la combinación muestran que añadió toxicidad en comparación con pembrolizumab en monoterapia en este cáncer de pulmón

“En el ensayo Keynote-598, añadir ipilimumab a pembrolizumab no mejoró la supervivencia global ni la supervivencia libre de progresión; los pacientes que recibieron la combinación tenían más probabilidad de experimentar efectos secundarios graves” dijo el Dr. Michael Boyer, principal responsable clínico y director conjunto de oncología torácica en el Chris O’Brien Lifehouse de Camperdown, NSW, Australia. “Pembrolizumab en monoterapia sigue siendo una terapia de referencia para el tratamiento de primera línea de determinados pacientes con cáncer de pulmón no microcítico metastásico cuyos tumores expresan PD-L1.”

Estos resultados se presentaron en el Simposio Presidencial de la Conferencia Mundial sobre Cáncer de Pulmón, IASLC 2020. El encuentro, celebrada por la Asociación Internacional para el Estudio del Cáncer de Pulmón, tuvo lugar el viernes 29 de enero. Además, se publicaron en la revista Journal of Clinical Oncology.

Como se anunció previamente en noviembre de 2020, el estudio se suspendió por falta de eficacia. Así lo recomendó un comité independiente de monitorización. El comité determinó que el perfil beneficio/riesgo de pembrolizumab en combinación con ipilimumab no respaldaba la continuación del ensayo. Este comité también aconsejó que los pacientes del estudio suspendieran el tratamiento con ipilimumab/placebo.

Dra. Blanca López-Ibor (HM CIOCC): “La supervivencia del cáncer infantil hoy en día ronda el 80% de los casos”

La Dra. Blanca López-Ibor es la directora de la Unidad de Hematología y Oncología Pediátrica del Centro Integral Oncológico Clara Campal HM CIOCC. Con motivo del Día Internacional de Cáncer Infantil ha atendido a iSanidad para explicar cómo es la unidad que dirige en HM Hospitales y la realidad de esta enfermedad. Para la Dra. Blanca López-Ibor al paciente oncológico pediátrico hay que tratarle desde un punto de vista integral. Es lo que hacen en HM CIOCC gracias al equipo que tienen y a la infraestructura de la que disponen. Las instalaciones son esenciales para poder llevar a cabo la atención que los pacientes pediátricos requieren.

¿Cuáles son los principales tipos de enfermedades oncológicas de los niños?

Se diagnostican 1200 o 1300 niños y adolescentes con cáncer al año en España. Las enfermedades más frecuentes son, en el 30 % de los casos leucemia, sobre todo leucemia linfoblástica aguda infantil y linfomas, ese grupo de leucemias y linfomas. Otro 30 % lo constituyen los tumores cerebrales, que en su mayoría son tumores benignos. Y luego, el resto, el otro tercio está constituido por un grupo grande y variado de tumores como puede ser neuroblastoma, tumores óseos, sarcomas, Tumor de Wilms, tumores germinales, retinoblastoma. Quizá lo más importante es decir que los niños no tienen cáncer de mama, ni de colon, ni de próstata, ni de pulmón, que son los tumores más frecuentes en el adulto. Es decir, son enfermedades completamente diferentes que derivan de tejidos embrionarios y mesenquimales a diferencia de los tumores del adulto que son adenocarcinomas. Nada que ver.

“Los niños no tienen cáncer de mama, ni de colon, ni de próstata, ni de pulmón, que son los tumores más frecuentes en el adulto”

Aunque cada cáncer tiene unos síntomas distintos, ¿a qué tiene que estar atentos los pediatras, los padres…?

He dicho que es una enfermedad infrecuente y que sus síntomas son muy inespecíficos. Evidentemente está en relación con el lugar donde se origina el tumor. Si un niño tiene un tumor óseo, lo normal es que se presente con dolor donde lo tenga, pues en una pierna, y con impotencia funcional pues que el niño cojea, que le duele por la noche. Pero bueno, hay otros

motivos, muchos motivos, más frecuentes de dolores óseos en los niños que no son de origen oncológico. La sintomatología es muy inespecífica, porque es un porcentaje muy alto de tumores en la infancia se presentan de forma diseminada desde el diagnóstico. Con lo cual, la fiebre, la pérdida de peso, la astenia, el cansancio, el no encontrarse bien… Yo siempre digo que es muy importante escuchar a los padres porque cuando los padres dicen que hay algo que no va bien, normalmente hay algo que hay que buscar y hay que hacerles caso. Entonces, es importante que el pediatra en las revisiones haga una buena historia, una buena anamnesis, una buena exploración física y que siempre escuchemos lo que tienen que decir los padres.

Para la Dra. Blanca López-Ibor es importante que el pediatra haga una buena historia y siempre escuche lo que tienen que decir los padres

¿Qué índice de supervivencia tienen los niños ante las enfermedades oncológicas?

En España, en los países de nuestro entorno, y en países desarrollados, la supervivencia del cáncer infantil hoy en día ronda el 80% de los casos. Eso ha sido logrado con el transcurso del tiempo. Yo cuando empecé, se curaba solo el 50 % de los niños. Quizá es importante señalar que en este 80 % de los casos, se incluyen tumores infantiles que se curan en el 100% de los casos y también tumores que son incurables cuya supervivencia es menor de un 20 % a los dos años del diagnóstico. Y esas son desde luego, los que requieren nuestra máxima atención y trabajo y estudio.

La atención de la oncología pediátrica se centra hoy los tumores cuya supervivencia en menor al 20% a los dos años del diagnóstico

¿Han avanzado mucho los tratamientos en los últimos 5 años?, ¿cuáles son los avances más recientes?

Han avanzado primero de todo, los métodos diagnósticos. Contamos con nuevas técnicas que antes no teníamos. Por ejemplo, el PET resonancia para hacer un estudio de extensión de los tumores, disminuyendo a cero la irradiación que se hace en esa prueba. Han avanzado también métodos diagnósticos moleculares, estudio molecular del tumor. Y en cuanto a los tratamientos, quizá el primer concepto más importante y que ya llevamos trabajando en él mucho tiempo, es la mejor definición de los grupos de riesgo; es decir, el objetivo de la oncología pediátrica por supuesto es curar al niño, pero provocarle las menores secuelas posibles. Entonces si definimos a los grupos de riesgo a aquellos niños con tumores de bajo riesgo reciban menos tratamiento, el tratamiento justo que necesitan para curarse, eso en el largo plazo siempre va a ser una buena cosa.

Entiende la Dra. Blanca López-Ibor que el objetivo de la oncología pediátrica es curar al niño y provocarle las menores secuelas posibles

De avances en los últimos cinco años, avances diagnósticos también que están en relación con la biopsia líquida, aquellos tumores que son de difícil acceso; estudio molecular de las alteraciones del DNA de los tumores para buscar dianas terapéuticas; estudios que tienen relación con el cultivo de las zonas tumorales en organoides para enfrentarlas a distintas medicinas, ya no en cultivos celulares sino en organoides; técnicas de tratamiento en radioterapia como es la radioterapia con protones y otras técnicas que están en relación con radioterapia; desde luego la inmunoterapia, todo el campo de las CART-T cells y todo esto que ya venía desarrollándose y que ahora en los últimos años ha sido más importante.

El desarrollo en España de todo un programa de ensayos clínicos pediátricos que antes no existía, los ensayos clínicos se hacían en adultos y ahora específicamente se hacen, no solamente en niños, sino para tumores infantiles. Eso también es un avance importante porque de los resultados de sus ensayos saldrán nuevos tratamientos para estos tumores que decía que eran incurables.

Para la Dra. López-Ibor es todo un avance que haya todo un programa de ensayos clínicos pediátricos que antes no se hacían

También decir que ha habido grandes avances en el manejo integral de los enfermos y quizá también en el cuidado en la última fase de la vida, en la atención a estos niños y a sus familias, también ha habido avances en el sentido de que hay una mayor preocupación, hay una mayor implicación y un muchísimo mejor manejo de los enfermos que no pueden curarse.

¿En qué consiste la lucha contra el cáncer infantil?

La lucha contra el cáncer infantil consiste, por supuesto, lo primero, en curar la enfermedad, estudiar muchísimo, contar con todas las técnicas que necesitamos

y con todos los tratamientos que tenemos. Pero pensar que el objetivo no es solo curar el cáncer sino lograr que el niño sea un adulto sano desde todos los puntos de vista: físico, psíquico, sociológico, espiritual… Para eso, no sé si es la lucha contra el cáncer infantil, pero mi lucha contra el cáncer infantil, como mi cruzada personal, es el integrar la enfermedad en la vida normal del niño y de la familia, porque es una enfermedad que afecta a la familia, a los padres, a los hermanos, a los amigos, que afecta a la sociedad y luchar contra esa tendencia que tenemos a marcar a los que son distintos, en convertirlos en superhéroes, en niños que son distintos de los demás y luego al final cuando todo el tratamiento termina, cuando el niño está curado eso es muy difícil de curar en el niño y en su familia. Con lo cual, la lucha contra el cáncer infantil consiste en normalizar la enfermedad en el mundo en el que vivimos.

El objetivo de la lucha contra el cáncer infantil no es solo curar, sino lograr que el niño sea un adulto sano desde todos los puntos de vista: físico, psíquico, sociológico, espiritual…

2020 y el Covid, un año extremadamente difícil, ¿cómo ha afectado el Covid y sus consecuencias a los niños con cáncer?

Ha afectado, como en el adulto, quizá el retraso en el diagnóstico. Los padres han tardado más tiempo en traer a los niños a los hospitales porque tenían mucho miedo de traerlos. También ha afectado al mayor aislamiento, en el propio funcionamiento de la unidad, o sea, hemos tenido que aislar familias, aislar niños y sobre todo inicialmente, hasta que ya se fue conociendo más la enfermedad.

Con el Covid los padres han tardado más tiempo en traer a los niños a los hospitales porque tenían mucho miedo de traerlos

Ha influido también mucho en el miedo que ha generado en las familias, que ha generado en los padres y en comportamientos, yo diría, de verdaderos trastornos de ansiedad, de obsesión por el miedo a llevar a los niños de vuelta al colegio; todo esto ha influido de una manera clara. En cuanto al hecho de la coexistencia de una infección por Covid con un diagnóstico de cáncer, la verdad es que en eso no nos ha influido, no ha influido mucho. Los niños han recibido sus tratamientos, han recibido sus cuidados y el hecho de tener un Covid no les ha afectado más que lo que les hubiera afectado en general cualquier otro proceso vírico. O sea, como los niños sanos, los niños con cáncer han pasado el Covid de una manera mucho menos dramática que los adultos, gracias a Dios.

El sufrimiento de los niños es el más difícil de aceptar, ¿cómo se puede ser oncólogo pediátrico?

Yo creo que para ser oncólogo pediatra hay que nacer oncólogo pediatra, es decir, hay que tener… yo creo que es un tema de vocación. Cuando una persona decide ser médico ahí hay una llamada, hay una vocación; cuando decide ser pediatra también. Va muy unido al hecho de ser médico, yo lo pregunto muchas veces a los niños “¿qué vas a ser de mayor?”.

Los que dicen que van a ser médico me dicen voy a hacer este tipo de médico, o cirujano o pediatra o lo que sea. Una vez que pisas una planta de pediatría y empiezas a tener relación con niños enfermos, el hecho de querer dedicarte a oncología pediátrica tiene mucho que ver con una necesidad de ayudar a un niño y a su familia en un momento muy complicado de sus vidas; unido a que no se me ocurre mejor especialidad por los enormes avances que se han producido en los últimos años.Intelectualmente es quizás la especialidad más apasionante.

Y luego, el poder acompañar el sufrimiento de unos padres porque al final el niño vive su enfermedad día a día, y si le dejas y le permites que él integre toda la enfermedad y el tratamiento en su vida normal nos da una lección de saber lidiar con las situaciones con las que nos tenemos que enfrentar en la vida, incluidas las de sufrimiento.

“Lo que hay que atender fundamentalmente es el sufrimiento de los padres”

Yo creo que no es mi sufrimiento el problema, lo que hay que atender es al sufrimiento fundamentalmente de los padres, el miedo a la incertidumbre, a qué pasará, a levantarse cada mañana y darse cuenta de que tienen que cuidar de un niño enfermo y eso es quizá lo que da sentido a sus vidas. La verdadera cara de la maternidad y de la paternidad es el estar en este mundo para ayudar a un niño que tiene un problema.

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