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DICIEMBRE

iskalti.com | DICIEMBRE 2020 | Año 4 No. 43

® AYUDA Atendemos a aquellas personas que se enfrentan a la imposibilidad de cubrir un servicio terapéutico de especialidad, proporcionándoles atención acorde a sus posibilidades.

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Atención y educación psicológica

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La psicoterapia en línea, llegó para quedarse Mtra. Karen Axelrod

Hasta el día de hoy nos encontramos en un confinamiento relativamente obligatorio, en el que personas que necesitan salir a trabajar lo hacen y los que podemos, nos quedamos a trabajar desde casa, en donde se nos ha dado la oportunidad de aprender a trabajar desde algún dispositivo tecnológico, las clases de cocina, el futbol, la yoga, el ejercicio y por supuesto la psicoterapia no es la excepción, muchos psicoterapeutas hemos migrado del consultorio físico al consultorio virtual y este movimiento ha traído consigo una nueva forma de ver y comprender la psicoterapia y el trabajo que se puede lograr a través de un espacio virtual.

La psicoterapia en línea favorece un nuevo espectro de trabajo, ya que migrar al mundo virtual permite mayores posibilidades, pues el trabajo a distancia facilita acercarse a un psicoterapeuta aún si uno vive en un lugar retirado, otra ciudad, inclusive otro país. Llegar a una consulta de 45 minutos toma espacio, tiempo y en ocasiones más dinero de lo que puede costar la sesión, por lo que la opción de tomarla en línea abre aún más el espacio, la facilidad de comenzar un tratamiento y la posibilidad de trabajar en la salud mental de un mayor número de personas.

Se pensaba en el cómo se iba a poder trabajar con los niños, y también con los adolescentes, ¿Pudiera ser posible?, ¿Qué iba a pasar con la privacidad, con su espacio, con el juego? ¿Cómo hacerlo virtual? y es entonces cuando me di cuenta de que la posibilidad estaba ahí mismo, en la computadora, el teléfono o la tableta. Los niños son naturalmente creativos por lo que me dejé llevar por su misma creatividad y entender qué era lo que los motiva a seguir con su psicoterapia, pero ahora en línea.

Fue ahí en donde comprendí que lo que los lleva a pedirle a sus padres que los conecten y que los dejen solos, era justamente el vínculo que se había creado en ambos, por lo que el trabajo en línea siguió como en el consultorio presencial. La fantasía sigue despierta, la creatividad también, la pulsión se dirige hacia la vida, hacia seguir adelante, por lo que aprendí de la misma forma que mis pacientes y junto con ellos, a trabajar en línea, a continuar, a que el encierro, el virus no es más que un motivo que nos enseñó a llevar el trabajo psicoterapéutico a otro nivel y a seguir adelante, a aprender y sobre todo, a aceptar la realidad de que aunque no nos podemos ver presencialmente, nos podemos ver a través de la pantalla, en donde se despliega un espacio tan especial como el consultorio, entre el paciente y el psicoterapeuta.

Un paciente de 6 años me pregunta si puedo ir a jugar a su casa la próxima sesión, a lo que le respondo que es momento de cuidarnos, cada quién en su casa pero que nos vamos a acompañar a través del teléfono, ante esto, él respondio con verdadera emoción, ¡sí, que padre, nos vemos la próxima semana! Es así como nos embarcamos a la nueva aventura de trabajar en línea y en dónde los resultados son de lo más interesante, pues al ver al paciente y al psicoterapeuta adaptados a esta situación, el trabajo continúa y se hace aún más fuerte, así también, el vínculo permanece y se fortalece.

Cuando comenzó la pandemia, en las primeras sesiones, los niños, estaban tan emocionados por enseñar su casa, su cuarto, sus juguetes, a sus hermanos, a sus papás y a los que los acompañan en casa. La posibilidad de conocer su ambiente abre una visión nueva en la comprensión del paciente y su conflicto, pero también a lo largo de la sesión se permite al niño alejarse del conflicto en casa, de darse un momento para él mismo, así como estando en el consultorio, pero ahora en su cuarto. Mediante el trabajo en línea, su habitación se transforma en un espacio transicional, así como lo es el consultorio, pues el vínculo está puesto, la confianza está entre el paciente y el psicoterapeuta, lo que permite que el trabajo fluya.

En cuanto a los adolescentes, el trabajo realmente continúa de la misma manera, el reto está en encontrar juegos adecuados para ellos o, en que ellos mismos puedan tener la privacidad que tanto buscan al alejarse de sus casas.

Para ellos, su cuarto se vuelve su espacio, su centro de operaciones, de actividades, todo lo hacen ahí: dormir, tomar clases, hacer ejercicio, lo convierten en cine, en antro, en salón social, en fin, se han visto en la necesidad de darle la vuelta aún más al proceso adolescente y transformar su cuarto en su refugio. Lejos, pero a la vez cerca de la familia, los adolescentes pueden pasar el duelo de ya no ir al colegio, de no ver a sus amigos como antes y dejar atrás las fiestas por unos cuantos meses, que, en realidad, ahora se hicieron más.

Con el anhelo de que esto terminará pronto, el adolescente recurre a su fantasía para poder sobrellevar el trauma que significa quedarse en casa con los padres, cuando lo que más buscan es salir, es la búsqueda del riesgo que ofrece el mundo exterior, sin embargo, ahora el riesgo es un tema de salud que puede afectar a la gente que vive con ellos, por tanto, se han visto forzados a permanecer en casa y es desde ahí mismo en donde la creatividad ha aflorado.

Una paciente me menciona que ahora todos tienen más tiempo para pensar en ellos, por lo que percibe que ha habido más peleas de lo normal con sus amigas. ¿Será que ahora el adolescente está de frente contra él mismo, observándose, mirándose y por lo mismo buscando la forma de escapar de ellos, para poder elaborar todo lo que les está sucediendo?, la pregunta cabe. Así, la psicoterapia en línea con los adolescentes presenta los mismos beneficios que para los niños, adultos y parejas, es un espacio para ellos mismos, donde pueden expresarse libremente, sabiendo que al otro lado de la pantalla hay un psicoterapeuta dispuesto a escuchar, a sostener y metabolizar toda la información que trae a sesión.

Cada sesión, sea presencial o en línea permite permear el mundo interno del adolescente, continuar con el acompañamiento de su proceso, ofrecerle una mirada distinta tal vez, a la que reciben diario en sus casas, por lo que estos 45 minutos de terapia en línea les resultan si es que aún más preciados. Por ejemplo, otra paciente adolescente, cuando la veía en el consultorio presencial, solía llegar un poco tarde, ahora que trabajamos en línea, es ella que me escribe para preguntarme, si ya va a empezar la sesión, o si es que voy un minuto tarde.

Esto marca la posibilidad de trabajar en línea resulta igual y en algunos casos mejor para el proceso terapéutico.

Tenemos ahora mismo la posibilidad de reformar nuestra manera de trabajo, habrá que recurrir y fortalecer la creatividad al máximo, es labor de un psicoterapeuta de niños y adolescentes. Con ello se busca que los procesos se mantengan y fluyan, entendiendo que la transferencia está ahí, sigue en despliegue, el trabajo está, la información nos la comparte el paciente, por lo que sin ningún problema, la psicoterapia puede continuar su curso.

Sin embargo, no siempre es tan exitoso el tratamiento, existen variables que pueden jugar como obstáculos dentro del espacio terapéutico, como el no sentirse en un lugar completamente seguro porque toda la familia está en la casa y sentirse escuchado y mirado sin un espacio propio.

A lo que pacientes han sacado su creatividad a la luz y se van por ejemplo al closet a tomar su sesión, se meten al baño, buscan un espacio propio y que los haga sentirse cómodos al trabajar con su psicoterapeuta, misma pauta que ayudará a la fluidez del tratamiento.

Por tanto, si tienes en tratamiento en línea a tus hijos, es muy importante respetar su propio espacio terapéutico, darle la confianza de trabajar en su proceso. Darle su tiempo y su espacio. En Iskalti somos profesionales especializados para trabajar en línea, acércate a nosotros y confía en ti mismo, comienza un proceso y escucha si alguien de tu familia tiene algo que decir.

Aquí estamos para escucharlos.

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