O C T U B R E iskalti.com | OCTUBRE 2019 | Año 3 No. 31
¿QUIENES SOMOS? Somos un equipo de profesionales terapeutas con más de 20 años de experiencia dedicados a la atención y educación psicológica. Nuestro principal objetivo es apoyar a las personas, hacerlas crecer sosteniendo el amor, los valores y la sana convivencia a tráves del autoconocimiento, logrando la estabilidad emocional, desarrollando las habilidades y competencias del individuo.
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Atención y educación psicológica
“LA SEGURIDAD PSICOLÓGICA EN LOS
NIÑOS” Lic. María Guadalupe Poblano Rosas Un aspecto de gran importancia que favorece al bienestar personal es el
sentimiento de seguridad. Los niños que se sienten más inseguros en su vida cotidiana tienden a experimentar más estrés y disfrutar de menos capacidad de relaciones interpersonales, utilizar unas estrategias de enfrentamiento del estrés más pasivas y en general a experimentar un estado mental más negativo. Goleman (1995) y Mayer y Salovey (1997) han propuesto que la capacidad de las personas de estar positivamente adaptadas depende en gran parte de su inteligencia emocional. Por otro lado, Cummings y Davies (1995) proponen que esa misma capacidad de adaptación depende de los sentimientos de seguridad de la persona. Por lo que podemos pensar que, el efecto de los sentimientos de inseguridad puede ser más grave cuando el niño además tiene una capacidad baja de entender y regular sus emociones. La inseguridad crónica y las reacciones defensivas reducen la capacidad de desarrollar comportamientos eficaces o adaptativos.
Una actitud defensiva puede desviar o acortar el procesamiento de las emociones, el cual es necesario para tomar decisiones que promueven la adaptación, llevando a una menor sensibilidad hacia los otros y a una menor comprensión social; en cambio, cuando las personas se sienten más seguras utilizan respuestas emocionalmente más competentes, tales como: mostrar más tolerancia, más sensibilidad, más responsabilidad, estrategias de enfrentamiento del estrés más flexibles y valoraciones de ellos mismos, y de los otros, más realistas. Además, las personas más seguras utilizan respuestas más adaptativas a los problemas, más positivas y más orientadas a la resolución de los problemas, mostrando una conducta más asertiva. Los investigadores han encontrado que la seguridad emocional se relaciona con características de la inteligencia emocional a lo largo del desarrollo de la persona. Por ejemplo, niños más seguros disfrutan de un entendimiento superior de las emociones ambiguas comparado con niños menos seguros (Steele, Steele, Croft, y Fonagy, 1999). El desarrollo emocional es algo adquirido en el transcurso de la vida de un humano, no hay certeza de cuándo culmina, depende del proceso de maduración del cerebro, del sistema nervioso y las demás partes del cuerpo, el cual se logra poco a poco en la medida en la que los niños van alcanzando logros que son requisitos para nuevos aprendizajes. Este desarrollo emocional es la base para que una persona pueda funcionar socialmente y con seguridad en otras etapas de la vida.
Las emociones desempeñan un papel muy importante en la vida, ya que son esenciales para las adaptaciones personales y sociales futuras. Una emoción es un sentimiento o afecto, que se produce cuando una persona se encuentra en un estado o en una interacción que es importante para ella, la emoción se caracteriza por un comportamiento que refleja el estado bueno o malo en que se encuentra una persona o en una interacción que experimenta. Las emociones primarias las experimentan los niños alrededor de los 6 u 8 meses de vida, estas emociones son la alegría, tristeza, miedo, sorpresa y enojo. Y las emociones de conciencia propia como la empatía, vergüenza y envidia, aparecen alrededor del año y medio. En la niñez, la responsabilidad del desarrollo emocional depende de un adulto significativo, en general de la madre y otros adultos cercanos, de manera que los niños puedan obtener una base segura y sólida sobre el manejo de sus emociones y los valores humanos. Los seres humanos en la infancia sólo pueden funcionar adecuadamente si cuentan con un cuidador con el que establezcan una relación que les proporcione apoyo y seguridad, para así posteriormente formar un vínculo, el cual es una unión entre el niño y la persona que lo cuida, por lo general su madre. Éste proporciona una base emocional segura, a partir de la cual se desarrollan las relaciones maduras. Las investigaciones demuestran que un vínculo inadecuado impide el desarrollo emocional y social a lo largo de la vida.
La mayoría de los niños pequeños, aunque no todos, sienten que sus necesidades son intensas y que necesitan satisfacción inmediata, tienen escasa tolerancia a la frustración. Cuando la madre planea los horarios de comida de su bebé de manera que se ajusten a las necesidades de este, respeta las señales que él da cuando se siente satisfecho, agrega a la dieta nuevos alimentos en forma gradual y procede al destete paulatinamente, esa madre ayuda al niño a sentirse seguro. El respeto por su forma de ser y la calma que se le brinda, desarrollan la confianza del niño. La tranquilidad de las madres es un aporte para la seguridad del niño. Algunos progenitores son muy nerviosos y ansiosos, y esto sus hijos lo sienten. Las tensiones entre los padres verbalizadas o no y aquellas otras tensiones que nacen de la intranquilidad emocional son rápidamente captadas por los niños y se deben solucionar para que los niños se sientan seguros.
La confianza se construye de diversas maneras. “Tips para fomentar seguridad en los niños”: •Haz saber a tu hijo cuándo y dónde irá usted, y cuándo ha de regresar. •Evita las sorpresas súbitas y desagradables. •Cuando tus hijos deban visitar al dentista o al médico, ayúdalos mediante la exposición real de lo que deben esperar de esas visitas. •Prepáralos de ante mano para la escuela. •No les prometas lo que no puedas cumplir. •Muestra a tu hijo ayuda de forma amistosa para la satisfacción de sus necesidades. •Para que el niño confíe, las palabras deben coincidir con el lenguaje corporal. •Es importante tener una relación afectuosa entre los miembros de la familia, capaz de generar confianza, seguridad y autoestima en los hijos.
•Es importante tener una relación afectuosa entre los miembros de la familia, capaz de generar confianza, seguridad y autoestima en los hijos. •Da disciplina coherente, que fije límites claros, adaptada a la edad del niño, con rechazo explícito del castigo físico, la humillación y el desprecio. •Establecer límites claros dentro de la familia: el subsistema parental (padres) y el subsistema filial (hermanos) están nítidamente definidos •Escuchar a los niños, fomentar el diálogo y ayudarles a pensar y expresar sus opiniones. •Ayudar a los niños a percibir sus emociones y manifestar sus sentimientos.
¿CUÁNDO SABER QUE MI HIJO ACTÚA DE FORMA SEGURA? Se logra cuando el menor es capaz de autorregularse emocionalmente de manera que presente menos estrés y conflictos y pueda esperar por la gratificación. Asimismo, el contar con mayores estrategias para lidiar con sus emociones y las situaciones difíciles a las que tiene que enfrentarse, le permitirá ponerse metas a largo plazo, planear y anticipar las consecuencias de sus acciones, afrontar retos, vencer dificultades y tomar iniciativas con seguridad, así como reconocer los propios sentimientos y tomar en cuenta los sentimientos de los demás.
¿CUÁNDO BUSCAR AYUDA PSICOLÓGICA? Cuando el niño es incapaz para llevar una vida normal. Definiendo la normalidad como la capacidad de mantener cierta estabilidad emocional evitando conflictos con los demás y consigo mismo. Si consideras que a tu hijo le cuesta mantener la calma y resolver los problemas adecuadamente podrían ser los primeros signos para considerar acudir con un terapeuta infantil ya que de no atenderse su salud física también estaría en riesgo, es importante saber que puedes acudir a un terapeuta para orientarte mejor en la manera que trasmites cariño y seguridad a tus hijos.
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