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COLABORADORES DE LA EDICIÓN
Dirección
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Coordinación
Mtro. Miguel Ángel De León
Edición y Diseño
D.G. Aidé Amelia Huerta Torres
Autor:
Coach José Enrique Cervantes
*Si tienes comentarios en relación a este boletín, o a nuestros productos y servicios. Escribenos a: contacto@iskalti.com
¿QUIÉNES SOMOS?
Nacimos en 1994, somos un equipo de terapeutas profesionales dedicados a la atención y educación psicológica. Nuestro principal objetivo es apoyar a las personas, hacerlas crecer sosteniendo el amor, los valores y la sana convivencia a través del autoconocimiento, logrando la estabilidad emocional, desarrollando las habilidades y competencias del individuo.
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Pérdidas a lo largo de nuestra vida
Las pérdidas más representativas a lo largo de nuestras vidas son la siguientes:
Pérdidas de objetos externos o pérdidas materiales tal como, pertenencias, patrimonios, trabajo, cuestiones económicas o pérdida de estabilidad económica, nivel de vida.
Pérdidas evolutivas, están ligadas al desarrollo biológico y psicosocial; al pasar de la niñez a la adolescencia, a la juventud, adultez, vejez, menopausia y andropausia.
Pérdidas emocionales o relacionales, ruptura en las relaciones interpersonales con la pareja, la familia, los amigos, abandono, divorcio, cambio de domicilio/trabajo, abuso físico o sexual.
Pérdidas intrapersonales, desengaños, pérdida de la salud, de alguna parte del cuerpo por un accidente o enfermedad, subir o bajar de peso, pérdida de capacidades cognitivas, sensoriales, profesionales, fortaleza física, sexual o mental, pérdida de la fertilidad, abortos.
Pérdida de la vida, pérdida total, la muerte.
Pérdidas por desastres naturales como sismos o inundaciones; pérdidas sociales relacionadas con el crimen organizado, secuestro, extorsión o la migración (Doctor Marco Antonio Polo Scott, octubre 2022).
Las pérdidas que nos llevan a un proceso de duelo dejan entonces de ser exclusiva de la muerte porque queda claro que las pérdidas son parte de nuestra vida, algunas llegan según el desarrollo evolutivo/biológico; otras aparecen en cualquier momento de acuerdo con nuestras circunstancias.
El papel crucial del modelamiento y la supervisión de los padres para garantizar la protección personal de los hijos
Por Coach José Enrique CervantesLa protección personal se refiere a las medidas y precauciones que toman las personas para protegerse a sí mismas, su bienestar y sus pertenencias de posibles amenazas. Abarca varios aspectos de la vida de una persona, incluida la seguridad física, el bienestar emocional, y la seguridad de la información personal. La protección personal implica tanto acciones y estrategias proactivas para prevenir daños como medidas reactivas para responder de manera efectiva ante situaciones inesperadas.
En un mundo en rápida evolución lleno de avances tecnológicos e intensos cambios sociales, garantizar en la medida de nuestras posibilidades y profundo compromiso, la seguridad de los hijos, así como el brindarles herramientas para que por sí mismos aprendan a protegerse, se ha convertido en una preocupación cada vez más importante para los padres. Una de las formas más efectivas de proteger a los niños de peligros potenciales es a través de la cuidadosa y constante supervisión de los padres; salvaguarda vital que brinda a los niños orientación, apoyo y protección mientras navegan por las complejidades de la vida.
Inculcando valores y enseñando a respetar los límites de otros y a establecer los propios
La supervisión y acompañamiento de los padres es el medio indispensable para inculcar valores fundamentales y establecer límites apropiados para los niños. A través de una orientación constante y presentando modelos a seguir, los padres pueden ayudar a los niños a diferenciar entre lo correcto y lo que no lo es, enseñándoles a tomar decisiones éticas y a manejar situaciones desafiantes con integridad.
Destacando la importancia de la interacción de los elementos dentro de un sistema, queremos subrayar que la supervisión de los padres es un componente vital de la seguridad, comunicación y el aprendizaje efectivo dentro del sistema familiar; enfatizando la importancia de esta supervisión empatada con el modelamiento de conductas de seguridad; esto es, enseñar con el ejemplo, mecanismo fundamental a través del cual los niños adquieren conocimientos, habilidades y normas sociales para mantenerse protegidos.
Los niños observan e imitan los comportamientos, las acciones y los patrones de comunicación de quienes los rodean, en particular de sus padres o cuidadores. Al observar e imitar estos comportamientos, los niños internalizan las normas culturales, las interacciones sociales y las habilidades prácticas esenciales para su protección y desarrollo. Y más allá de lo que planeemos decirles es trascendental
poner atención a nuestros patrones de comportamiento basados en la comunicación no-verbal, el lenguaje corporal, los tonos de voz, los gestos y postura, compendio de lo que representará nuestra actitud ante la vida; los niños están muy sintonizados con las señales no verbales, y el modelado consciente de este comportamiento porque éste les brinda información valiosa sobre cómo interpretar y responder ante el peligro y ante el mundo en general. Ser unos padres asertivos, comprensivos y seguros de sí mismos, propiciará en los hijos la imitación de esas características para ayudar a que se formen una visión del mundo y cómo responder ante éste. Mediante la observación de los comportamientos no-verbales de su familia, los niños aprenden sutilezas que no siempre se enseñan explícitamente a través de la instrucción verbal. Invitándolos a transferir mas adelante este actuar en sus interacciones sociales y esta exposición amplía su comprensión de la dinámica social y les ayuda a navegar situaciones sociales complejas o peligrosas. Siendo este modelo de comportamiento transferido a diversas situaciones, lo que proporciona a los niños información contextual sobre el comportamiento apropiado en cada una de ellas. Los niños aprenden no solo qué comportamientos se esperan, o son útiles para protegerse, sino también cómo estos comportamientos cambian según el contexto. Esta comprensión permite que los niños se adapten y ajusten su actuar en función de las demandas de diferentes situaciones.
Esta propuesta está estrechamente ligada a la idea de la transmisión cultural: cuando hablamos de sistemas familiares, nos referimos a una extensa tradición que se extiende más allá de los padres; y de cómo se transmiten los conocimientos, los valores y las prácticas de una generación a la siguiente. A través del modelado de comportamiento, los niños aprenden las normas, tradiciones y prácticas culturales de su sociedad, tanto para la convivencia como en los patrones de seguridad dentro y en relación a ésta. Y es esta transmisión y supervisión de conocimientos culturales, fundamental para
mantener la continuidad de los patrones que protegen a una sociedad y cultura. No con esto perdiendo de vista la adaptación y flexibilidad: añadiendo en el modelado de comportamiento la premisa de que los niños aprendan comportamientos flexibles y adaptables. Observando cómo otros responden a circunstancias, desafíos, problemas y oportunidades cambiantes. Esta exposición ayuda a los niños a desarrollar la capacidad de ajustar sus comportamientos en función de la retroalimentación y las condiciones ambientales demandantes.
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Este artículo explora las razones por las que la supervisión de los padres es crucial para la protección personal de los hijos y te recomendamos poner énfasis en las siguientes 5 áreas:
1. Desarrollo de Consciencia y Conocimiento.
La supervisión de los padres es fundamental para ayudarlos a desarrollar un sentido de consciencia y comprensión del mundo. A través de una orientación constante y una comunicación abierta, los padres pueden enseñar a sus hijos sobre los peligros y riesgos potenciales, introduciendo conversaciones apropiadas para la edad, sobre el peligro de los extraños, la seguridad en línea, las actividades sociales y otros temas importantes, brindando el conocimiento necesario para tomar decisiones informadas y protegerse.
2. Riesgos Tecnológicos.
En la era digital actual, están expuestos a una gran cantidad de dispositivos tecnológicos y plataformas en línea. La supervisión se vuelve esencial para monitorear las actividades en línea de los niños, guiarlos hacia un comportamiento en línea responsable y protegerlos del acoso cibernético, el contenido inapropiado y los depredadores en línea. Al establecer un entorno digital seguro, los padres pueden ayudar a sus hijos a explorar Internet y minimizar los riesgos potenciales.
3. Prevención de accidentes y lesiones.
Los niños poseen una curiosidad y una energía ilimitadas, lo que, en ocasiones, puede provocar accidentes y lesiones. La supervisión juega un papel crucial en la creación de un entorno físico seguro donde identifiquen y minimicen los peligros potenciales. Al monitorear de cerca las actividades y sin perder de vista las necesidades de independencia de los hijos, los padres pueden prevenir accidentes como caídas, quemaduras o asfixia; asegurando que las áreas y la organización de los juegos de sus hijos sean seguras y propicias para un desarrollo saludable.
4. Bienestar emocional.
La supervisión efectiva de los padres va más allá de la seguridad física y se extiende a fomentar el bienestar emocional de los niños. Al estar presentes, atentos y validando las emociones de sus hijos, los padres pueden crear una sensación de confianza y acompañamiento, que fomenta la resiliencia emocional y la autoconfianza. Las líneas abiertas de comunicación permiten que los niños expresen sus miedos, preocupaciones e incertidumbres; lo que permite a los padres abordar los problemas con prontitud y brindar el apoyo necesario.
5. Orientación en la interacción social.
A medida que los niños crecen, comienzan a participar en interacciones sociales fuera del círculo familiar inmediato. La supervisión ayuda a los niños a desarrollar habilidades sociales saludables, enseñándoles acerca de la empatía, la cooperación, la sana competencia y la resolución de conflictos. Los padres también pueden monitorear las relaciones con los compañeros, instructores, maestros, o personas que tengan contacto con ellos, ya sea de manera eventual, cíclica o permanente; asegurándose de que los niños no estén expuestos a influencias negativas o comportamientos dañinos.
En resumen, el modelado del comportamiento es importante para el aprendizaje de los niños porque facilita la adquisición de conocimientos, habilidades sociales y normas culturales a través de la imitación, la observación y la interacción social. Al participar en modelos de comportamiento, los niños desarrollan una comprensión holística de su mundo social y adquieren las herramientas que necesitan para navegar en entornos y relaciones complejas.
En un mundo marcado por rápidos avances tecnológicos y normas sociales en evolución, la supervisión y ejemplo de los padres sigue siendo un pilar esencial para garantizar la seguridad personal de los niños. Más allá de la protección física, la dinámica de enseñar con el ejemplo y la supervisión por parte de los padres, del modelaje propuesto en los hijos, permite que los niños desarrollen el conocimiento, las habilidades y la resiliencia emocional necesarios para vivir en un mundo complejo con seguridad y confianza. Al fomentar la comunicación abierta, establecer medidas de seguridad digital y crear un entorno físico y emocional seguro, los padres desempeñan un papel vital para salvaguardar el bienestar de sus hijos y encaminarlos hacia un futuro brillante y exitoso.