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ABRIL iskalti.com | ABRIL 2021 | Año 5 No. 46
® AYUDA Atendemos a aquellas personas que se enfrentan a la imposibilidad de cubrir un servicio terapéutico de especialidad, proporcionándoles atención acorde a sus posibilidades. Al mismo tiempo, recibimos nuevos profesionales, a quienes impulsamos y formamos dentro de su profesión. ¡Acércate a nosotros, estamos contigo! iskalti.com | 5342.2203/5342.4194 | @ISKALTIPsicoterapia
¿QUIÉNES SOMOS? Somos un equipo de terapeutas profesionales con más de 20 años de experiencia dedicados a la atención y educación psicológica. Nuestro principal objetivo es apoyar a las personas, hacerlas crecer sosteniendo el amor, los valores y la sana convivencia a través del autoconocimiento, logrando la estabilidad emocional, desarrollando las habilidades y competencias del individuo.
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Atención y educación psicológica
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En abril se conmemora el Día Mundial de la Salud Por Lic. Eduardo Ibarra González
¿Qué tanto pensamos en nuestra salud? ¿Cuánto tiempo le dedicamos?
El 7 de abril es considerado el Día Mundial de la Salud, pero, ¿Qué es salud?.
Las definiciones más comunes, se refieren a la salud como un estado en que un organismo vivo no tiene ninguna lesión ni padece alguna enfermedad, también encontramos que es el estado óptimo en el que un organismo ejecuta sus funciones vitales de forma eficiente y por otra parte se habla de salud como un estado de bienestar físico, mental y social. Y a pesar de que todas las referencias anteriores signifiquen tanto, en la realidad es poco lo que las personas o al menos la mayoría hacemos para ocuparnos de nuestra propia salud, tanto física, como mental e incluso espiritual si me disculpan el atrevimiento.
Sin embargo, si ponemos la atención suficiente podemos descubrir en la filosofía comunitaria la importancia que se le da a este aspecto de la vida. La frase: “Primero Dios hay que tener salud, porque teniendo eso, lo demás como sea…” sintetiza de la mejor manera lo que hasta el más reconocido especialista pudiera decir para convencer a las personas de ocuparse y procurarse salud. Significa que podrías tener todo, literalmente todo en esta vida, pero que, si no posees salud, de nada te servirá, o agrego, te servirá por poco tiempo. ¿Es duro? Sí, pero también es real. Las personas que han sufrido enfermedades o padecimientos graves pueden constatarlo. También estoy seguro que a lo largo de tu vida has confirmado que prefieres estar bien de salud que tener tal o cual cosa material, confirmando así lo invaluable de estar bien. Las personas están dispuestas a hacer lo que sea por mantener o recuperar su salud, no olvidemos que existe mercado negro de órganos, donde se paga un alto precio por adquirir un riñón, tan solo como ejemplo. Ahora bien, hasta aquí, las referencias antes mencionadas, nos acercan más a pensar en la salud física, lo vemos muy claro, la gente busca siempre un bienestar físico, las dietas, el ejercicio, buscar el cuerpo ideal, las tallas y medidas perfectas, etc, son muestras de ello. Pero qué hay de los otros aspectos de nuestra vida, los que también nos reclaman salud, es poco o nada lo que hacemos por ellas, ya mencionaba yo anteriormente la salud mental, o la espiritual, que son las que me vienen más pronto a la mente, pero buscando rápidamente en la red, encontré que existen otros aspectos que las personas comienzan a tratar como muy importantes también y que bueno que sea así, por ejemplo: la salud sexual, ambiental, pública, económica, familiar, alimentaria, laboral, etc.
Por ahora me gustaría enfocarme en la salud mental, ese tipo de salud que no vemos directamente sino sus consecuencias. Nos damos cuenta del deterioro de ella porque observamos cómo impacta en la conducta de las personas. A diario nos enteramos en internet, en la TV o por algún otro medio, de los suicidios, asesinatos, feminicidios, abusos, infanticidios, trifulcas y demás situaciones derivadas entre otras cosas, por incapacidad mental y emocional para afrontar circunstancias o realidades que nos rebasan y por las que el resultado desafortunado son dichas fatalidades. Este tipo de salud, es menos visible y la que requiere de un mayor esfuerzo. Es menos visible ya que los comportamientos o conductas que tenemos son producto, sí de un desarrollo personal, pero también de un entorno, y este entorno puede estar avalando o favoreciendo ciertas conductas poco saludables mentalmente.
Y requiere de mayor esfuerzo mantenerla sana, debido a que involucraría cambios profundos y como acabo de mencionarlo, incluso cambios que van en contra de lo que nos rodea y de lo que nos ha conformado como las personas que somos durante muchos años. Quiero poner aquí un ejemplo: Supongamos que una persona por alguna razón comienza a descubrir o, mejor dicho, a reconocer que por 30 años (los que tiene de vida), ha vivido y continúa en un ambiente familiar de violencia verbal y maltrato, lo primero que debió haber afrontado es la desilusión de reconocer y asumir que su crianza no ha sido la mejor, esto de entrada supone ya un golpe a su autoestima, teniendo que superarlo y continuar en proceso de sanación y crecimiento.
Suponiendo que por alguna razón logra pasar esta fase, el siguiente nivel es decidir influir en su ambiente para transformar ese entorno violento, lo cual le llevaría a buscar cambiar la forma de ser de las personas a su alrededor y entrar en conflictos constantes con ellos, u optar mejor por abandonar dicho ambiente, lo que pone por delante otra serie de retos, como: Buscar un nuevo domicilio, encontrar un empleo que le facilite esto, consolidar su deseo de independencia, (con las dificultades emocionales que le conlleva separarse física y emocionalmente de su familia), etc. Por ello, tal vez esta persona, encuentre más fácil, continuar con su vida, tratando de adaptarse de mejor forma a este clima.
Así, constatamos porqué la salud mental requiere de un mayor compromiso con nosotros mismos, además de exigirnos más para lograrla. Cuando una persona acude a psicoterapia, de las cosas primeras que pregunta es cuánto cuesta y por cuanto tiempo debe asistir. Quizá pretendiendo evaluar si vale la pena invertir lo que le pidan ya sea en economía o en tiempo. A pesar de saber que no puede o no quiere seguir viviendo como hasta ahora y que por esa misma razón buscó ayuda psicológica. Ya ni siquiera hablamos de los que acuden por obligación o por condición.
Pero ni así le damos tanto valor a la salud mental. Razón por la cual los problemas emocionales siguen creciendo y llegan a impactar no sólo a una familia sino a una sociedad entera. Por ejemplo, de acuerdo al INEGI, en 2019 hubo 7,223 defunciones por suicidio. Cómo tener una claridad sobre este dato, bueno, pensemos que 10 años atrás, en 2009 hubo 5190 muertes por esta misma causa y más, otros 10 años atrás, en 1999, murieron 3,339 personas también por suicidio. Es decir que, en 20 años se duplicó y más, el número de muertes por suicidio. De igual manera que únicamente nos damos cuenta que necesitamos al médico porque tenemos un dolor abdominal insoportable o que debemos ir al dentista porque una muela nos imposibilita comer, la asistencia a los servicios de salud mental solamente se genera por un impacto significativo de la conducta de la persona (niño, adolescente o adulto) o por un estado emocional intolerable (una depresión o ansiedad graves). A menudo es necesario que los familiares sean quienes lleven a su “enfermo” al doctor, antes de que este lo refiera al psicólogo o psiquiatra. Las mismas razones son las que hacen que un niño o adolescente termine yendo a parar con un especialista, debido a que en la escuela condicionan su asistencia si y sólo si acude al psicólogo o presenta un comprobante de que está asistiendo a algún servicio de salud mental, esto, como último recurso que las escuelas tienen para forzar a los padres a solicitar apoyo emocional para su hijo o hija. ¿Hasta donde somos capaces de llegar, antes de aceptar y reconocer que necesitamos apoyo emocional de manera urgente o por lo menos inmediata? Sería tal como esperar que, una vez que me duele la muela, no asistiré al dentista hasta que esté muy grave y anémico en el hospital por no haber comido a causa de la molestia que me generaba el dolor. ¿Suena lógico? Estoy seguro que no.
Existe una cualidad en el ser humano que lo mismo es una herramienta poderosa que una trampa mortal, me refiero a la capacidad de adaptación. Esta capacidad es tan útil en algunas situaciones como trágica en otras. Útil, por ejemplo, como cuando encuentro un nuevo trabajo donde mi horario laboral implica que me levante más temprano, ahí, al principio quizás me cueste trabajo hacerlo, pero, la adaptación me ayudará a que con el tiempo pueda lograrlo sin mayor problema. Por el contrario, esta misma capacidad se convierte en trágica si inicio una nueva relación donde mi nueva pareja cada vez que me equivoco me grita y al paso del tiempo me acostumbro a que así es él o ella. Y así, esta cualidad humana también nos juega en contra. Retomando el tema de la salud mental, ya podemos empezar a pensar en todas aquellas cosas a las que nos hemos estado acostumbrando o dicho mejor, todas aquellas cosas a las que nos hemos adaptado y que no necesariamente son saludables en un aspecto emocional. En otras palabras, ¿Somos conscientes de las actividades, conductas, acciones o pensamientos a los que estamos adaptados pero que generan malestar emocional y psicológico en nuestras vidas?. En este mes que se celebra la salud, te invito a reflexionar en tu salud mental. Tómate unos minutos de tu día y piensa: ¿Qué de lo que hago genera malestar en mí?, ¿Cómo me he adaptado a ello?, ¿Deseo que siga siendo así? Y si no, ¿Cómo haré para cambiar este aspecto de mi vida?. Si en algún momento descubres alguna respuesta interesante ante estos cuestionamientos, ¡¡¡Felicidades!!! tienes el 50% del problema resuelto. Hay instituciones y especialistas que podemos ayudarte con el otro 50%. No dudes en buscar ayuda y ocuparte de tu salud mental o de la salud mental de quien más quieres.
Como es costumbre, te dejo los siguientes Iskaltips que en esta ocasión tienen como finalidad detectar en dónde se puede estar originando un posible conflicto emocional:
1.
Reflexiona cada determinado tiempo en las situaciones que regularmente originan malestar en ti, como enojo, miedo, frustración, ansiedad, tristeza, etc.
2.
Ubica qué situaciones las generan, es decir en qué momento viene a ti dicho malestar. Por ejemplo, en la interacción con tus padres, o después de una discusión con tu pareja, quizá en la dinámica que tienes con las personas en tu trabajo.
3.
Piensa lo más objetivamente posible, si dicho malestar se presenta siempre de la misma forma, es decir, frecuentemente cuando hablo con mi pareja, terminamos enojados. O, cuando mis padres me hablan de tal o cual forma, casi siempre me pongo triste.
4.
Reflexiona si a pesar de que has intentado manejarlo de manera distinta, el resultado es el mismo. En caso de ser así, te encuentras frente a un conflicto emocional que, por tu salud, te recomiendo comiences a prestarle atención con mayor énfasis y a manera preventiva te aconsejo que le des mayor importancia, antes de que se convierta en un problema mayor o de consecuencias dolorosas.
5.
Acércate a un servicio de salud mental, es la mejor forma de sanar afectivamente.
De venta en todos nuestros centros
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