3 minute read

Arte

Next Article
Karma Yoga

Karma Yoga

La vida mágica de Rodrigo Her nánde z Piceros

Por Cintamani Madhavi Devi Dasi

Advertisement

16 #RevistaMolinos

Prabhu Rodrigo fue un devoto y poeta que realizó diversos servicios para Srila Prabhupada, conectando el mundo de la poesía surrealista y del bhakti yoga. Publicó varios libros y revistas de arte y espiritualidad, organizó decenas de charlas y conferencias y distribuyó literatura trascendental a cientos de personas, incluyendo a connotados personajes de la cultura y las artes. Él dejó este mundo inesperadamente el 2019, al poco tiempo de haber publicado su cuarto libro de poemas.

Sin embargo, su amistad, ejemplo y poesía nos acompañarán por siempre.

Muchas veces Rodrigo se sentaba en la escalera del templo durante las clases de Bhagavad Gita. Desde ahí escuchaba atentamente, con su mirada apacible y tranquila. Después, siempre tenía comentarios alentadores y llenos de admiración por quien hubiese sido el orador y su tema. Rodrigo era como una abeja, siempre encontrando el néctar en cualquier situación.

Muchas veces Rodrigo caminaba con libros y revistas debajo de su hombro. Ahí llevaba innumerables regalos y sorpresas, historias fantásticas que compartía con todos. Algunos fines de semana, antes de ir a alguna reunión literaria, pasaba por el templo a obtener maha prasadam, para compartir con sus amigos poetas. Él disfrutaba compartiendo con los demás los regalos de Sri Krishna.

Rodrigo nació en Santiago en 1974. Estudió Periodismo y desde joven cultivó el amor por los libros y la poesía. Fue uno de los fundadores del Grupo Surrealista Derrame y Dharma Comunicaciones. Publicó cuatro libros de poesía: La perseverancia del sueño (2006), En víspera de lo primitivo (2011), Pasajero de la eternidad (2011), y Visiones, sueños y mantras (2018). Sus poemas han sido traducidos al francés, inglés y holandés. También publicó la revista espiritual Utsaha el 2010.

En marzo de este año, después de su partida, sus amigos poetas y hermanos espirituales organizaron el lanzamiento de su último libro y homenaje póstumo en la Biblioteca Nacional de Santiago.

Aquí estamos en esta ronda, en este ciclio encarnado una vez más, pero elegimos vivir como los magos, los poetas, los guerreros y los devotos. Las visiones vuelven otra vez, queman, arden en el pecho. Una vez y otra vez y otra vez nos topamos con la sed del tigre que viste la alcoba de la muerte. Repetimos el mantra, lo pronunciamos, lo cantamos. Estamos sentados meditando en nuestros maestros. La fi gura del Guru se hace más nítida, más resplandeciente, más lúcida pero divina a la vez. Espejos montados en la gracia de Dios. Cubrecamas tendidos en la hora del sueño. Relámpagos que suenan en los cuartos del infi nito. Ganesh se manifi esta y corta todos los obstáculos. Ganesh danza, canta y escribe los Vedas, luego se inclina y reverencia a Sri Krishna.

Extractos de “Visiones, sueños y mantras”

(Sueños)

Si todo esto pasa a estas horas

Qué podría suceder entre tanto sigilio Las voluntades se mezclan entre los pueblos Los únicos en morir somos los habitantes del ayer

Visiones y mantras para redimir a los afl igidos

Mientras que los adoradores de los gatos Pierden el tiempo jugando a las escondidas

Charla de Nirantara Prabhu en la Sociedad de Escritores de Chile. Rodrigo organizó decenas de charlas y conferencias de Bhakti Yoga en importantes centros de la capital.

Junto a su maestro espiritual, SS Hanumat Presaka Swami. Rodrigo conoció a los devotos el año 2007 y era aspirante a discípulo de Maharaj, para quien realizó un incansable servicio.

Rodrigo junto a la poeta Stella Díaz Varín, a quien consideraba “su maestra” en la literatura y el surrealismo. Rodrigo creía en los principios surrealistas de la “poesía, la libertad y el amor para contribuir a “cambiar la vida y transformar el mundo”. Él era un ejemplo de esos ideales. (Visiones y mantras)

Yo no podía preguntar por lo más sagrado Debía descender antes y vivir en mis propias tumbas Una y otra vez había que nacer de nuevo Como el homenaje a un sadhu Pero esas campanadas me desvestgían Antes de surgir y tomar las huellas del Oriente Había que estar por encima del dolor Esos refl ejos que se cultivan entre tanto desastre Para transfi gurar por siempre el rostro de la mujer amada. Debía descender antes y vivir en mis propias tumbas

This article is from: