Nymphettes, PFC Fotografía Artística

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Isabel Molinero Ramirez





“Ahora creo llegado el momento de introducir la siguiente idea: hay muchachas, entre los 9 y los 14 años de edad, que revelan su verdadera naturaleza, que no es la humana, sino la de las ninfas (es decir, demoníaca), a ciertos fascinados pelegrinos, los cuales, muy a menudo, son mucho mayores que ellas (hasta el punto de doblar, triplicar o incluso cuadruplicar su edad). propongo designar a esas criaturas escogidas con el nombre de nínfulas.”

Lolita Vladimir Nabokov



Vladimir Nabokov, en su obra “Lolita”, editada por primera vez en 1955, acuñó un término que, aún en nuestros días resulta desconocido y, en cualquier caso, tabú. En su novela hace referencia a su amor pasional, ardiente y perverso por Lo, una precoz niña de 13 años que lo lleva a locura. Los pintores prerrafaelitas ya desdibujaron los primeros bosquejos de la belleza etérea, natural, delgada, de largos cabellos y piel rosácea, pero no por ello menos efímera. Fueron precoces en su visión del ideal femenino, que la moda actual pone en evidencia cada día. Las leyendas griegas hablan de ninfas por doquier. Deidades divinas de la naturaleza, que andaban semidesnudas o desnudas y les encantaba bailar y cantar. Las ninfas no se hacen viejas, y tampoco se sabe cómo mueren. En este punto, es cuando yo pienso que las nínfulas son la viva imagen de las ninfas, pero que a diferencia de la extinción de éstas últimas, como Humbert Humbert hace constar en la novela de Nabokov, cuando entran en la adolescencia y en la madurez de mujer adulta, pierden su picardía infantil para dar paso a una concienzuda imagen de femme fatale. Siempre les queda algún detalle de aquella nínfula que fue antaño, así que siempre serán seductoras innatas y conscientes de ello.


Este proyecto surge pues como una puesta en escena de esas niñas, esas nínfulas que pueden volver locos a los hombres sin necesidad de artificios, pequeños seres poseedores de gran poder de seducción con armas tan naturales como ellas mismas. Es un retrato de esa visión que me habría gustado tener de mí misma. Los estereotipos femeninos creados por artistas de diferentes épocas han hecho mella en la autoestima que tendría que haber trabajado hace mucho tiempo. El mundo de la moda y de la publicidad ha llegado a mí, me ha tocado hondo y ha despertado sentimientos físicos difíciles de superar y asimilar. Terapia. Así podría llamarse. Muestra a esas nínfulas en las que me habría gustado incluirme. Ya no puedo, estuve, pero no lo quise ver. Por tanto, me permito la libertad de plasmar en imagen aquello que se me ha quedado como una espinita, para arrancármela del todo, admirar a estas niñas y valorarme a mí misma desde otra perspectiva. Estas chicas son la imagen del nuevo concepto de mujer que impregna nuestros días. Un concepto del que la moda se hace eco desde el exterior. Un concepto que las redes sociales han dado a conocer gracias a las bloggeras, pero que está presente en el mundo desde hace muchas eras y solo era visible para aquellos que, como Humbert Humbert, prerrafaelitas y todos los que cayeron en la red de las ninfas, podían darse cuenta de su presencia.


Así pues les presento un ejemplo de las nínfulas que nos rodean. Con una primera observación de un grupo de chicas se darán cuenta de su presencia. Son bonitas, provocadoras e infantiles. Son niñas, son mujeres. Su actitud y su contexto particular las delata. Sentadas sobre un sofá, saltando sobre la cama, leyendo un libro, tocándose el pelo y haciendo payasadas, pero de repente viajando a la madurez, con una llamada, probando cosméticos y pensando en su futuro. Ana, Ester, Eva, pasado, del futuro y

Hannah, Nerea y Sara son del presente de un concepto

las de

protagonistas del belleza en auge.

NYMPHETTES. Isabel Molinero Ramírez






Tampoco es la belleza un criterio determinante, y la vulgaridad - o, al menos, lo que una comunidad determinada considera como tal - no daĂąa forzosamente ciertas caracterĂ­sticas misteriosas que dan a la nĂ­nfula...


ANA


...esa gracia etĂŠrea, ese evasivo, cambiante, anonadante, insidioso encanto mediante el cual se distingue de sus contemporĂĄneas...


ESTER


...que dependen incomparablemente m谩s del mundo espacial de fen贸menos sincr贸nicos que de esa isla intangible de tiempo hechizado donde Lolita juega con sus semejantes.


EVA


Hay que ser artista y loco, un ser infinitamente melanc贸lico, con una gota de ardiente veneno en las entra帽as y una llama de suprema voluptuosidad siempre encendida en un sutil espinazo (隆oh, c贸mo tiene uno que rebajarse y esconderse!), para reconocer de inmediato, por signos inefables...


HANNAH


...-el diseño ligeramente felino de un pómulo, la delicadeza de un miembro aterciopelado y otros indicios que la desesperación, la vergüenza y las lágrimas de ternura me prohíben enumerar - , ...


NEREA


...al pequeño demonio mortífero entre el común de las niñas; pero allí está, sin que nadie, ni siquiera ella, sea consciente de su fantástico poder.


SARA





En su universo espacial alternativo, las nĂ­nfulas...



...duermen...











...ansĂ­an libertad...













...tienen su propio espacio...









...son observadas sin saberlo...









...sue単an...







...se relajan...











...seducen...









...leen...







...tienen sus fetiches...









...pero ante todo, son ni単as...

















...ÂżpodrĂĄs encontrarlas?




Sara, Hannah, Nerea, Eva, Ester, Ana, Natalia, Maribel y MÂŞ Luisa Nymphettes 2012




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