Mariana Presa Gutiérrez #23 Frankenstein: sobre dioses y mortales
María Teresa López convocó una reunión de emergencia en las primeras horas de la mañana. Era tan temprano que hasta las luces parpadearon antes encenderse y alumbrar un foro. Después entraron los integrantes del comité y fueron poco a poco tomando sus respectivos lugares; el café que llevaban todavía estaba caliente y sin revolver. La presidenta comenzó a hablar: —Algunos se preguntarán la razón por la que los he convocado a esta hora tan impertinente, mientras que algunos ya se han enterado de los sucesos acontecidos. Un tema sin precedentes requiere de nuestra mayor atención, y habló de uno de los experimentos de Víctor Frankenstein. Una ola de murmuro recorrió la sala. Todos los integrantes del comité habían escuchado alguna vez del joven doctor Frankenstein y sus intrigantes investigaciones que solían entrar en conflicto con la asamblea. Era de facto que la ambición y la ética no iban de la mano. —Hemos recibido una denuncia— Aquí sacó una hoja para leer. —Temo por la sanidad de Víctor Frankenstein. Últimamente ha actuado de manera estrambótica, pues se ha encerrado en su laboratorio. No come, no duerme, no ve la luz del día. Debido a mi preocupación, osé atrevidamente a husmear sus papeles y bocetos y he descubierto, para mi gran pena, que ha creado una criatura, de carne y de hueso, y le ha dado vida. Anexo aquí copias de los terribles documentos y espero una pronta intervención que pueda regresarme al hombre que conozco. La secretaria entregó copias a cada integrante y les concedió unos minutos para asimilar la información. Tras leer los documentos, la sala estalló en pánico. El vicepresidente, Federico de Montalvo, tomó la palabra para apaciguar a sus compañeros: —Miembros de la junta, no desesperen. Somos el comité de bioética de España. Nuestro trabajo es emitir informes, propuestas y recomendaciones a los profesionales y a los poderes públicos sobre temas relacionados con las ciencias de la salud. Hemos lidiado con asuntos difíciles como los medicamentos, las técnicas de reproducción asistida, los ensayos clínicos, la maternidad subrogada y más. Puede ser este un tema desconocido e inaudito, pero creo que trabajando podremos llegar a un acuerdo. Los miembros aplaudieron con fervor y energía. Uno a uno, comenzaron a hablar mientras que Emilia Sánchez tomaba apuntes para el reporte final. —La ética que concierne a la creación de humanos no es diferente a aquella de la clonación. Es impermisible jugar con la biología a este nivel.