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Manual de veterinaria
Perruna
Alimentaci贸n: La correcta alimentaci贸n de un perro para la prevencio贸n de enfermedades
Juegos y juguetes:
Que juegos y juguetes puedes hacer con tu mejor amigo. Manual de veterinaria Perruna ----- 1
Manual de veterinaria
CONTENIDO Comida: Página Número 3 Cu idados Higienicos: Página Número 5 Entrenamiento: Página Número 7 Prevension de Parasitos: Página Número 9 2 ----- Manual de veterinaria Perruna
Comida Si queremos que el perro nos dure mucho tiempo, y que esté sano, hay que comenzar por darle bien de comer. Esto no significa darle de comer hasta reventar: hay que tener en cuenta la calidad y la cantidad de lo que come, exactamente igual que haríamos para con una persona. Antiguamente se consideraba al perro como poco más que el “cubo de la basura” de la cocina. Es cierto que un perro se come todo (o casi todo) lo que le den sus amos, pero una alimentación a base de sobras no es exactamente lo mejor que se le puede dar. Tan malo como que viva de sobras, es darle solo carne y huesos. El aparato digestivo de un perro es el de un animal carnívoro. Sin embargo, la convivencia con los humanos ha hecho que se adapten a una dieta mucho más variada, y hoy en día necesitan algo más que carne. Como esto no es una enciclopedia culinaria canina, no entraremos en detalles de elaboración de menús ni descripción de dietas. Lo que vamos a hacer es listar una serie de detalles a tener en cuenta, y algunos consejos útiles. No hace falta complicarse con el menú. Hoy se pueden encontrar en los comercios suficiente cantidad de piensos que ya están pensados para que el perro esté bien alimentado. No tengas reparos en preguntar a tu veterinario favorito, o mejor aún, al criador que te ha vendido el perro (si le has conseguido de esta forma). Ellos te aconsejarán bien en base a su experiencia. Si el perro es de raza, es más interesante hablar con el criador (esto es mi opinión personal), ya que suele tener conocimientos más detallados acerca de esa raza de perro, y te puede aconsejar si es conveniente añadir algún tipo de complemento al pienso,
de acuerdo con las características del perro en cuestión. Dale siempre de comer a la misma hora. Un perro sano funciona como un reloj y te ayudará a controlar el cuándo realiza sus necesidades. De esta forma puedes organizar el día (comidas y paseos) con más facilidad. Tan malo es darle demasiada comida como demasiada poca. Además, el tipo y cantidad de comida que se le ha de dar varía con su edad y su desarrollo. Pregunta al criador o al veterinario. No le dejes nunca el plato lleno a rebosar para que coma cuanto le venga en gana, porque un perro gordo ya no adelgaza jamás, y le acortas la vida. Además siempre es bueno que se quede con “un poquito” de hambre (tendrás un perro más alerta y despierto) pero sin que esté famélico (porque se largará con el primero que le dé algo de comer). Enséñale a comer como es debido. Ponle la comida en el plato, y si se hace el remolón, a los 15 minutos se la quitas (sin compasión). Aprenderá a comer sin entretenerse.
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La ración diaria, es conveniente repartírsela en tres comidas (a los cachorros) y en dos (a los adultos). Es normal que en el caso de los adultos se les dé una sola comida diaria, pero yo le encuentro pocas ventajas y bastantes inconvenientes. Con una sola comida, de una a la siguiente pasan 24 horas en las que el animal no prueba bocado, y en el rato de después de comer tiene el estómago lleno hasta los topes, con lo que aumenta el riesgo de torsión gástrica, sobre todo si es un perro grande. El perro siempre ha de tener a mano agua fresca y limpia. En verano, a veces, es conveniente racionársela un poco, pues si bebe en exceso le puede provocar diarreas (la forma de saber que el perro está bebiendo demasiado es cuando necesitas una fregona en vez de un papel de periódico, para recoger sus deposiciones). No debe dársele comida fuera de horario, o siempre estará pidiendo. Y jamás se le debe dar comida de la nuestra mientras estamos en la mesa, menos aún si es un cachorrillo. Hacerlo, causa dos problemas: 1) siempre estará pidiendo cada vez que te sientes a comer (y ya no le quitas la costumbre en la vida), 2) es muy probable que rechace su comida; si comer de tu plato le gusta, dirá en adelante que “el pienso, te lo comes tú”. Y para quitarle esta costumbre tendrás que hacerle pasar hambre. Si el perro está sano y no ha cogido malas costumbres, el hecho de que no coma, o solo coma parte de lo que le dejas en el plato, puede deberse a estas causas: Ya está saciado. Basta con reducirle un poco la ración diaria para arreglar el problema. Se sabe que es este el caso, si aparte del hecho de no comer, el perro sigue estando alegre y activo. El perro “sabe” que ha comido lo suficiente, en relación al ejercicio que hace. Posiblemente le paseas poco, y el perro deja de comer, instintivamente, cuando ya ha satisfe-
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cho sus necesidades. Hace mucho calor. Si es este el caso, no le obligues a comer, o ponle la comida después del atardecer, cuando el calor disminuya. Está aburrido de la comida. A veces pasa. Puedes “condimentársela” un poco, por ejemplo, mezclándole con la comida media sardina en aceite (de lata). Si come como una fiera, es que ya estaba harto de que la comida siempre tenga el mismo sabor. Está enfermo. Normalmente habrá otras señales adicionales, además de la falta de apetito. Vigilaré. Cuando debas cambiarle el tipo de comida (por ejemplo, de pienso para cachorros a pienso para adultos) no lo hagas de golpe sino gradualmente, mezclando ambos tipos de comida y variando la proporción de la mezcla, poco a poco, hasta el nuevo tipo de comida. Si un día se te antoja darle carne en vez de su pienso (no te lo aconsejo, pero tú sabrás), no se la des nunca cruda. Cuécela un poco, al menos. Evitarás problemas digestivos por la falta de costumbre, además de eliminar el riesgo de parásitos. Recuerda además que la carne cruda le deja un aliento asqueroso y le provoca ventosidades, que luego tendrás que aguantar. Y recuerda que la próxima vez que le pongas el pienso va a decir que “para ti”. Puedes darle huesos para roer, de vez en cuando (no muy a menudo o tomará exceso de calcio y a la larga tendrá problemas). Dale huesos grandes: la rodilla de ternera es ideal, después de cocerla un poco (hasta puedes aprovechar tú el caldo, para una sopa). Huesos pequeños (de pollo, de conejo...) no se los des nunca, los astillará y tragará casi enteros. Si no se le atraviesan en la garganta, lo cual implicará visita al veterinario de urgencias, sufrirá después cuando vaya a defecar.
Cu idados Higienicos
En esta sección se indican los cuidados habituales que hay que darle al perro, en el aspecto de la higiene. Si se practican con regularidad se evitarán problemas mayores, que en casos extremos podrían agravarse y llegar a precisar atención veterinaria o, peor aún, ser fuente de contagio de enfermedades a las personas que viven con el perro. Ojos El principal problema es que se ensucian (sobre todo si el perro vive en la ciudad, a causa de la contaminación). Normalmente, esta suciedad se elimina en forma de legañas, que se le pueden limpiar con un paño húmedo. No hay que dejar que se acumulen hasta que al perro le molesten tanto que se frote con la pata. En perros viejos, o a causa de una enfermedad o lesión, puede haber dificultades para mantener la humedad del ojo. En este caso conviene hacer una limpieza regularmente, previa consulta al veterinario para que indique el producto a usar adecuado.
Orejas Si se acumula cerumen hay que quitarlo cuidadosamente, tal como haríamos en el caso de una persona. Pero hay que hacerlo con mucho más cuidado, ya que por la forma de las orejas del perro, si simplemente soltamos las escamas de cera, caerán al interior, pudiendole dañar el conducto auditivo. Si no estamos seguros de cómo hacerlo es mejor dejarlo en manos de un profesional. Hay que prestar atención especial a los perros de razas que tienen las orejas caidas, que además de acumular la suciedad “normal”, pueden convertirse en nidos de parásitos. Dientes Hay que controlarlos para evitar la aparición de caries. De entrada, el perro no debería comer jamás dulces, azucar o chocolate. Si aparecen caries, sarro, o por accidente se rompe un diente, hay que visitar al veterinario de inmediato.
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A nivel más cotidiano, basta con darle regularmente trozos de pan duro y seco. Al masticarlo, el perro hace su propia limpieza. También se le pueden cepillar los dientes con un dentífrico o bicarbonato (si se deja... posiblemente decidas que el pan duro es una opción mucho mejor ;-)
Uñas
A un perro que vive en el campo, se le desgastarán naturalmente. Si estamos en la ciudad es más complicado. Lo más probable es que le crezcan hasta el punto de resultar molestas para él y para las personas con las que convive, y en el peor de los casos dificultan sus andares. Por todo ello resultará imprescindible cortarselas, pero es una tarea muy delicada (no son como las de las personas), por lo que es conveniente acudir al veterinario.
Pelo
Dependiendo de la raza, basta un cepillado, o es necesario visitar al peluquero. En perros de pastor alemán conviene hacerle un cepillado a la semana, para quitarle pelos muertos y polvo. La grasa natural que el perro segrega bastará, junto con ese cepillado, para que mantenga el pelo limpio y brillante. En el periodo de muda (normalmente va parejo a los cambios de estación: pelo de verano y pelo de invierno) hay que aumentar la frecuencia del cepillado.
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El cepillo ha de ser tal que arrastre los pelos sueltos, pero no llegue a arrancar pelo por si mismo. Baños. El baño debe darse un par de veces al año, como máximo, y nunca a cachorros de menos de seis meses. El cepillado periódico y la propia secreción grasa del perro sirven para mantenerle limpio el resto del tiempo. El baño sirve para quitarle malos olores, colaborar en la caida del pelo viejo, y eliminar parásitos. El agua no ha de estar ni muy fría ni muy caliente (a unos 38º como máximo), y ha de usarse jabón neutro o champú para perros. Debe evitarse que le entre agua en ojos y orejas. También hay que evitar que el perro se enfríe mientras está aún mojado, por lo que se le debe secar bién, con una toalla o un secador (cuidando de no quemarle el pelo). Si el perro se moja accidentalmente (por ejemplo con lluvia), hay que meterle en casa lo antes posible y secarle bien, y si es posible, manteniendole en movimiento. Esto vale también mientras se está mojando: no hay que permitir que se quede quieto hasta que se le pueda secar.
Entrenamiento Existen perros leales, fieles y otros que además de eso son porfiados, bien porfiados. La culpa es nuestra, no hemos sabido educarlos bien, hemos cometido errores que ahora nos pasan la cuenta. Los perros tienen distintas formas de ser, es muy probable que dos perros que se criaron juntos al nacer tengan comportamientos completamente diferentes, esto no tiene nada de extraño, hay que saber conocer bien a tu perro, según su tamaño, raza y personalidad para enseñarle. Para esto es esencial que explotes dos factores claves: La paciencia y el amor. No hay que ser César Millán, el “encantador de perros”, para educar a nuestra mascota. Solo hay que tomar algunas consideraciones, incluso antes de llevar a nuestro amigo al hogar por primera vez. Parece lógico pero mucha gente no entiende que un departamento no es el mejor hogar para un perro, tampoco un patio chico si es una raza grande y mucho menos una cartera. El entorno familiar también es importante, hay perros que se llevan mejor con los niños que otros, algunos hablan de razas peligrosas, pero lo importante es como se críe al perro. Lo otro, es que para educarlo bien es mejor que sea un cachorro, pues así entenderá desde pequeño a llevarse con los niños. Si no tienes niños y tienen espacio puedes tener cualquier perro, mucho mejor si es uno adulto que adoptaste de la calle o de alguna familia que no lo cuida como merece. Paso 1: Crea una rutina de juegos con tu perro de entre 10 y 20 minutos diarios. Cuando este cómodo comienza a enseñarle trucos
muy sencillos. Ten mucha paciencia, si a la primera te alteras el perro ya no querrá jugar. Recuerda que si el perro no es un cachorro la rutina tiene que hacerse durante más tiempo. Si tienen miedo es muy difícil que pueda aprender. Paso 2: El can nunca debe olvidar que tu eres el amo. No lo golpees jamás, puedes subir el tono de voz y decir ¡No! Cuando hacen algo indebido, ellos comprender perfectamente. Cuando hagan algo bien debes compensarlos, con una galletita. Si le das un hueso querrán mordisquearlo o enterrarlo por ahí, lo que terminará con el entrenamiento. Los premios tienen que ser numerosos, si el perro hace algo bien 3,4 o 5 veces siempre tienes que premiarlo, así estará mucho más atento a lo que quiere hacer. Demás está decir que si la galleta no es de su agrado, no parti-
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cipará del entrenamiento con mucho entusiasmo. Paso 3: Asegúrate de que el perro sepa que tienes un premio antes de dar la orden. Cuando el amigo aprenda un truco, repítelo varias veces para que no se le olvide, claro que no debes abusar, pues perderá el interés. Utiliza tu manos y lenguaje claro para dar las instrucciones, el perro terminará familiarizando los gestos con el sonido de algunas pala-
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bras. Si el logro es supremo felicítalo efusivamente, que sepa que es el mejor y que estas contento de lo que puede llegar a realizar. Paso 4: Los trucos deben enseñarse una vez por semana, y debes continuar una rutina si quieres que siga aprendiendo. De vez en cuando recuérdale viejos trucos. Ten en cuenta que nunca debes sobreexigirle. Paso 5: Puro Amor y amistad :).
Prevension de Parasitos Pulgas: Un indicio de que hay pulgas es que el perro se rasca a menudo. Si se da el caso hay que mirar a ver si se las ve. En caso afirmativo, no hay más remedio que usar un insecticida. También puede ser conveniente dar al perro un baño con alguna loción antiparásita. No hay que olvidar desinfectar los lugares de la casa donde el perro se tumba habitualmente, ni cualquier otra cosa que use (mantas, etc...). Los collares antiparásitos suelen ser una buena prevención, pero tienen una duración limitada, por lo que es conveniente leer bien las instrucciones.
las personas, por lo que hay que eliminarlos sin contemplaciones. Sirven los mismos consejos que para el caso de las pulgas (uso de insecticidas adecuados, baños antiparásitos, y desinfección del entorno del perro). Parásitos de la sarna: Son varios grupos de parásitos diferentes. Normalmente no se pueden detectar hasta que la enfermedad se ha producido, por lo que se necesita intervención del veterinario. Hasta que éste interviene, limpiar la piel con un antiséptico.
Garrapatas: Se adhieren a la piel más fina del perro (orejas, axilas e ingles), por lo que conviene revisar periódicamente estas zonas y sus alrededores. Nunca deben arrancarse, ya que se rompen, dejando su “cabeza” en el interior de la piel del perro, y pueden provocarle infecciones. Hay muchas formas diferentes que sirven para eliminar las garrapatas. Personalmente, mi favorita es esta: usando vaselina, cubrir la garrapata absolutamente (no hay que tener miedo de tocarla con los dedos, la parte que “muerde” está dentro del perro). Hay que dejarla bien cubierta. De este modo, se tapan los poros por donde respira, lo que la obliga a soltarse por si misma y no se le causan heridas al perro. Unos instantes después de haberla cubierto bien, se la sujeta con unas pinzas (sirven unas de depilar), y se dejará llevar. No debe tirársela a la basura, pues sobrevivirá. Hay que liquidarla bien (si decides hacerlo aplastándola, ten cuidado, porque posiblemente esté llena de la sangre que ha chupado al perro y machará). Piojos: Se dan con menos frecuencia que las pulgas, y normalmente solo en perros callejeros. De todas formas se contagian, también a
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Perruna Una revista dedicada a informar a los dueños de perros, sobre sus cuidados y consejos primordiales a la hora de cuidar a sus mascotas perrunas.
Lo primordial ante las problemáticas es el hecho de que amos mal informados no saben como cuidar a su mejor amigo de forma correcta.
El equipo de Manual de veterinaria Perruna creemos en que los perros son los mejores amigos del hombre.
Ante esto esperamos que esta primera publicación de Manual de veterinaria Perruna halla sido de su agrado y que los consejos aquí presentados sean aplicados de la mejor forma posible.
Deseamos con todo nuestro corazón que llegue el día en que todos los perros así como sus dueños, sean felices siendo amigos incondicionales.
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Con cariño: Manual de veterinaria Perruna