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BRUJAS
Recuperando la sabidurĂa ancestral femenina
Idea e investigación general, selección de textos, compilación, ciertos escritos, elección de imágenes, diagramación, impresión y difusión:
º1 impresión y encuadernación en tierra guaraní, octubre 2014 con la llegada del calorcito paranaense.
Este libro nació libre y quiere seguir siéndolo: que fluya de mano en mano o mediante la tecnología disponible
El conocimiento es una construcción social, por el bien de todxs copia y difunde, piratea, inventa, crea! Pedidos, opiniones, sugerencias, críticas constructivas, saludos etc. a: Puraposibilidad ediciones nómades y libertarias (Fb)
Recibe las bendiciones de tus ancestras, porque ellas aunque no las hayas conocido habitan en tu biologĂa. Ă brete a la memoria antigua que alberga tu sangre y despierta los dones que todas tus mujeres han cultivado en sus propias vidas
La palabra "bruja" tiene asociaciones con el conocimiento antiguo, con las mujeres educadas en las artes de la curación, la herbolaria, la partería. Pero también evoca una persona definida por ella misma. La palabra tiene un impacto radical, resonando con una noción de la espiritualidad basada en el carácter sagrado de la naturaleza y de la vida de este mundo. No es sólo una palabra, sino un arquetipo, un conjunto de imágenes poderosas. Resuena en la mente, nos lleva a lugares profundos, a los bosques y los cuentos de hadas y los mitos y la amistad con los animales.
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Prólogo Este libro pretende ser semilla, una más de las tantas que vienen trayendo los nuevos vientos, una más de las tantas que los pájaros ayudan a dispersar. Semillas de conciencia y de despertar Este libro es además un brote, uno también de los tantos que están naciendo con fuerza, bien enraizados a la tierra y en busca constante de sol, agua y luna. Hablar de las brujas es una excusa, es una buena excusa para que las mujeres nos detengamos a sentir, pensar, repensar muchas cosas, sobre cómo estamos, sobre cómo podríamos estar, de cómo nos gustaría ser, estar y devenir en este mundo. Hablar de las brujas es hablar de todo un cúmulo de sabiduría femenina perdida y olvidada por milenios de sociedad patriarcal, pero no tan olvidada ni tan perdida como para que no podamos retornar a ella. Siempre su pulso seguirá resonando en algún lugar de nuestras células, en algún lugar de nuestro inconsciente colectivo. En algún lugar la sagrada rebeldía mantiene encendida su chispa divina, su chispa de vida, de amor de expansión y de sanación. Hablamos de brujas para responder a este llamado, para buscar y despertar a las hermanas a que nos tomemos de las manos y dancemos en [7]
círculos, a que nos miremos a los ojos y podamos reconocernos las unas en las otras. Hablamos de brujas para mirar al pasado, para ir delineando qué pasó con nuestros cuerpos, con nuestra energía, con nuestra sexualidad, con nuestro placer, con nuestras organizaciones sociales armónicas. Miramos al pasado para entender cómo, hombres y mujeres
fuimos
constituidxs de manera tal que respondamos a las necesidades de determinada sociedad, esa que queremos cambiar, esa que queremos dejar atrás. Hablamos del pasado para verlo en nosotras mismas, reconocerlo, aceptarlo, para recién entonces poder decidir qué queremos reproducir y qué no. Para ser conscientes de cuántas vidas hay en nuestra vida, para ser conscientes de cuánta historia hay en nuestra historia. Hablamos de brujas para hablar de magia, de espiritualidad, de rituales, del mundo sutil que nos rodea. Para confiar que podemos desarrollar un vínculo consciente con él. Confiar, creer, crear. Hablamos de brujas para hablar de plantas, de la tierra, de la madre, de la luna, de la sangre, de nuestro cuerpo, de sus ritmos y necesidades. Hablamos de brujas para reencontrarnos, para reconocernos en la sabiduría ancestral femenina que cada cuerpo de mujer conlleva aunque milenios de represión y ocultamiento intenten lo contrario. Hablamos de brujas y de sabiduría ancestral femenina para estar más atentas a las diarias imposiciones del machismo institucionalizado, de maneras muchas veces imperceptibles pero no por eso menos poderosas. [8]
Hablamos de sabiduría ancestral femenina para confiar cada vez más en nosotras mismas, en nuestros procesos físicos y emocionales, en nuestras intuiciones, en nuestro cuerpo de mamíferas. Para seguir fortaleciendo los lazos de solidaridad entre mujeres. “tender la urdimbre” diría Casilda, redes, fuertes, confiadas, amorosas entre madres, hermanas, amigas, abuelas etc. Entre todxs lxs seres abiertos al amor.
Este libro es un popurrí de información, no pretende rigurosidad científica ni histórica. Pretende remover conciencias inquietas. Despertar curiosidades y búsquedas. Incluimos textos de varixs autorxs y perspectivas que no necesariamente constituirían un cuerpo teórico unificado entre sí, más bien lo que se pretende es desplegar una gama de investigaciones, sentires y pareceres con respecto al lugar de la mujer en distintas etapas de la historia, de su sexualidad, de su relación con la madre tierra, de la analogía de los ritmos femeninos con los de la luna. De su poder de sanar, de todas sus potencialidades olvidadas pero siempre latentes. Este libro es, brote y semilla, un eslabón más del caótico y armónico despliegue evolutivo, un signo de los nuevos tiempos que nos hablan del despertar femenino, tanto en las mujeres como en los hombres. Cada aspecto de nuestras vidas necesita reencontrar ese equilibrio entre las energías ying yang para restablecer la armonía. Hacia allí estamos yendo…
En la redacción de los distintos textos, utilizamos las “x” en pronombres y sustantivos que pueden utilizarse indistintamente para mujeres y hombres. [9]
Algunos textos originales han sido modificados en este sentido confiando que lxs autorxs estarĂĄn de acuerdo con esta posibilidad lingĂźĂstica.
Si bien es un libro de mujeres y para mujeres, todo hombre que quiera sumergirse en su contenido bienvenido sea. Adelante!
PuraPosibilidad
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Sagrada rebeldía Las brujas forman parte del folclore popular dentro de la cultura occidental. A todos nos viene en seguida a la cabeza la imagen de una mujer anciana y poco agraciada físicamente, por regla general malvada, que vive en algún lugar apartado como una gruta o una casa de aspecto siniestro en medio del bosque, donde elabora en un caldero hirviente toda clase de repugnantes pócimas que posteriormente empleará con oscuros propósitos. Las brujas montan en sus escobas durante sus vuelos nocturnos, secuestran niñxs para cebarlos en jaulas como si fueran marranos y después los devoran, se sirven de sus poderes mágicos para hacer el mal, atormentando a jóvenes inocentes, causando toda clase de plagas y calamidades y trayendo la desgracia a todos aquellos que osan interponerse en su camino. Algunas pueden adoptar una apariencia [11]
hermosa e irresistible para seducir a los hombres y conducirlos a la perdición, pero todas son servidoras de Satán, al cual rinden culto en sus orgiásticos aquelarres. Esa es la imagen que en muchos casos ha llegado hasta nuestros días bajo múltiples variantes, el tópico que ha sido repetido y enfatizado hasta la saciedad incluso por las grandes fábricas de sueños de la actualidad como la factoría Disney (no en balde en varios de sus clásicos la bruja malvada representa al villano por excelencia). Tanto es así que referirse a una mujer calificándola como de "bruja" se considera un insulto. Pero más allá de todo esto habría que preguntarse de dónde procede esa asociación de un cierto tipo de mujeres con el Diablo y el Mal, es entonces cuando nos retrotraemos a uno de los episodios más sórdidos y aberrantes de la Historia, la Caza de Brujas. Vamos a compartir distintos textos que nos ayudaran a comprender esta temática. Aquí va el primero:
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Las brujas Por Adriana Achillini Todas las mujeres que han encontrado su lugar en el mundo son brujas. Pero…Quiénes eran las brujas que tanto han sido temidas, odiadas y perseguidas? Qué inusuales capacidades o conocimientos poseían para ser el blanco perfecto de la paranoia colectiva...? Las brujas eran las Chamanas de la antigua Europa, herederas culturales espirituales de las civilizaciones pre-cristianas paganas, que desde el Paleolítico Superior hasta la época de la Inquisición, desarrollaron cosmovisiones y prácticas espirituales, sanadoras, visionarias, y rituales que inspiraron y guiaron sus vidas y las de las comunidades donde vivieron. La palabra "bruja" en muchos casos coincide con el nombre de la Diosa local: Lamía, Maga Saga, Strega, Strix, Incantatrix, Lucína, Janara,… por nombrar algunos. En el idioma anglosajón la palabra med-wyf significaba “comadronabruja”. La actual palabra inglesa witch proviene del vocablo wicce que significa “sabiduría”. En la Inglaterra medieval las líderes de los clanes actuaban como los jueces de la comunidad. En la Carta Magna de Chester se las llamaba "iudices de wich" es [13]
decir “brujas-jueces”. Mantuvieron un elevado status social hasta bien entrado el Cristianismo, dado que desde tiempo inmemorial las Sacerdotisas de la Gran Madre tuvieron el monopolio de la justicia, la curación y la obstetricia. (Esta última práctica, continuó hasta la Edad Moderna sin interrupciones dado que, para los médicos varones y para el clero, era tabú tratar cualquier tipo de trastorno femenino.) en la Galia pre-cristiana y en Escandinavia, las artes de sanación estaban enteramente en manos de las brujas o mujeres sabias, comadronas, herboristas quienes continuaban la tradición atendiendo a sus pacientes en los lugares sagrados de curación antes dedicados a la Diosa. Estos conocimientos se basaban en tradiciones orales pasadas de madres a hijas que tienen su origen en los albores de la civilización del continente. Con el advenimiento del cristianismo lentamente esta posición encumbrada se fue diluyendo hasta que se revirtió totalmente El pasaje bíblico “No dejarás con vida a ninguna hechicera” (Éxodo 22.18) ha sido la base sobre la cual se erigieron siglos de persecución. Originalmente la Iglesia no condenaba la brujería como pecado, sin embargo la Bula Papal de 1484 del Papa Inocencio VIII denunciaba a la brujería como una conspiración del demonio contra la paz y el orden común del Santo Imperio Cristiano y así se institucionalizó la guerra contra las mujeres. [14]
Los resultados fueron devastadores. No sólo por la cantidad de víctimas (que se calculan entre tres y nueve millones de las que el 80% eran mujeres) y su metodología de eliminación, sino porque las autoridades tanto seculares como religiosas que llevaron a cabo esta masacre, nunca se hicieron enteramente responsables de semejantes atrocidades. Lo que es peor, se especularon razones "médicas" para justificar ese genocidio o mejor dicho generocidio, para citar el término que utiliza la filósofa feminista Mary Daly, y se culpó a las víctimas acusándolas de haber sido las causantes de una explosión de histeria colectiva por parte de los campesinos que las acusaban. Que eran una masa de neuróticas y psicóticas graves que convirtieron al mundo en un verdadero manicomio. Que las víctimas "Actuaban" y contaban sus fantasías sexuales ante los inquisidores y que al hacerlo sentían gratificación erótica. Lo que no se menciona es cómo se obtenían las confesiones por parte de la Inquisición Las brujas (léase mujeres) eran torturadas por días con el más horrendo instrumental, el potro, sacaojos, hierros candentes, botas de hierro para romper las piernas, torniquetes de cabeza, sillas ardientes,… por nombrar algunos.
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Hasta el siglo XV, las curas con hierbas (transmitidas de generación en generación como recetas familiares) eran el único tipo de medicina conocida. La Iglesia evitaba la asistencia médica hacia los pobres aduciendo que toda enfermedad era causada por posesiones diabólicas, y que la única cura permitida era la oración y el exorcismo. Este estándar de moral no abarcaba a los nobles ni a la jerarquía eclesiástica dado que ellos sí podían acceder a las curas médicas ejercidas por varones e incluso sacerdotes. Contrariamente a lo que se cree, las brujas, curanderas y sanadoras no eran ignorantes a quienes los profesionales masculinos se impusieron gracias a su superioridad técnico científica. De hecho, se les atribuye el uso de multitud de remedios experimentados por siglos y siglos que aún se utilizan en la farmacología moderna. Poseían conocimientos fitoterapéuticos para tratar casi todo tipo de enfermedades. comadronas hierbas
para
Las conocían
las
evitar
la
concepción, sabían cómo hacer dar a luz en forma natural y casi sin dolor con la ayuda de [16]
masajes que aceleraban la dilatación y pociones que mermaban el dolor. Esto era inconcebible para muchos, dado que desafiaba la sanción bíblica de 'parirás con dolor'. (Génesis 31:16 “A la mujer dijo: En gran manera multiplicaré tu dolor en el parto, con dolor darás a luz a tus hijos, y con todo, tu deseo será para tu marido, y él tendrá dominio sobre ti” ) Las culturas de orientación masculina rechazan el aspecto cíclico de la vida en su fase decadente, quizás sea por eso que el modelo cultural aceptado es el de la eterna adolescente. Paracelso (considerado el padre de la medicina moderna) admitió que las curanderas le habían legado todos sus conocimientos científicos y médicos. <confesó que todo lo que sabía lo había aprendido de las brujas> Agrippa von Nettesheim aseguraba que las viejas sabias y comadronas eran muy superiores en conocimiento a los médicos graduados. Los hombres que habían aprendidos sus artes médicas de las brujas eran libres de ejercer, mientras que las brujas que habían sido sus maestras eran perseguidas. Las Universidades y por ende la medicina oficial, estaba vedada a las mujeres. En el año 1322 una mujer llamada Jacoba Felicie fue arrestada y procesada por la Facultad de Medicina de la Universidad de París por practicar la medicina [17]
aunque el informe decía que: era más versada en el arte de la cirugía y medicina que el mejor médico graduado de la ciudad. La medicina oficial estaba estrictamente supervisada por el clero, los estudios de medicina no podían contrariar a la doctrina de la Iglesia, como resultado, los futuros médicos tenían pocos conocimientos que hoy podríamos considerar científicos y una práctica experimental casi nula. Para sanar a un enfermo era poco lo que podían hacer salvo recitar fórmulas mágicas, recetar purgantes, sángralos y la aplicación de sanguijuelas. En contrapartida, las brujas en su práctica no estaban controladas por ninguna doctrina religiosa que coartara su libertad de indagar, basaban sus juicios en la experimentación y confiaban en su propia capacidad de curar utilizando medicinas para tratar las enfermedades, embarazos, anticoncepción, abortos y partos. También rituales y hechizos para activar la sugestión para el tratamiento de enfermedades psicosomáticas. Por ese motivo, a la luz de la medicina oficial, sus sanaciones y aciertos parecían milagrosos, como infundidas de un poder que, como ellos no podían explicar, denominaron maléfico. La iglesia medieval las detestaba por sus conexiones con el matriarcado pagano y el culto de la diosa. Se las consideraban enemigas implacables de la fe. La [18]
verdadera razón por esa hostilidad era la noción que las comadronas podían ayudar a las mujeres a manejar su destino al enseñarles los secretos de la sexualidad sagrada Reunidos los representantes de la Iglesia discutieron diversas maneras de combatir este mal y llegaron a publicar varios tratados de los cuales sobresalió el "Malleus Maleficarum" (El
martillo de los brujos), escrito en 1484 por dos frailes dominicos, Jakob Sprenger y Heinrich Kramer donde se declaraba que:
"Toda maldad es poca comparada con la maldad femenina. La razón natural es que ella es más carnal que el hombre, lo que resulta claro si observamos sus muchas abominaciones carnales. Cabe destacar que hay un defecto intrínseco en la formación de la primera mujer, dado que fue hecha de una costilla doblada, es decir la costilla del pecho, que se curva en una dirección distinta a la del hombre. Y así, con esta malformación, es una animal imperfecto, siempre traiciona". Estos texto nos muestra que la acusación que pesaba sobre ellas era la de poseer una sexualidad femenina. En las antiguas culturas pre-cristianas la sexualidad y fertilidad femenina eran reverenciadas como un don y la Iglesia [19]
Primitiva atacó vivamente las muchas tradiciones paganas que consideraban al sexo un sacramento, es decir la unión sagrada de la Diosa y su Consorte, la unión sexual ritual de la sacerdotisa y el sacerdote para garantizar la abundancia de las cosechas y el bienestar general. Las brujas eran las descendientes directas de esas sacerdotisas y por mucho que estas tradiciones fueron diezmadas y que las creencias se fueron diluyendo a través del tiempo, todavía la idea de la triple Diosa (la Doncella, la Madre y la Anciana), el culto a la fertilidad de la tierra y el Hieros Gamos (Matrimonio Sagrado), resonaba en las culturas de los campesinos de la Edad Media y Moderna (de hecho la palabra pagano proviene del latín paganus, que significa “campesino”) quienes aún sembraban, cultivaban y cosechaban siguiendo antiquísimas ceremonias lunares y estacionales. La bruja representa el tercer aspecto de la Diosa: la Anciana Sabia, (que a su vez simboliza la parte post-menopausica del ciclo vital) venerada hasta entonces por sus servicios a la comunidad, (entre los que se destaca el ser custodias de la tradición de los pueblos activar la memoria colectiva a través de mitos, cuentos y leyendas) comenzó a ser temida y repudiada por su gente. como consecuencia de las despiadadas persecuciones y el horror que provocaba la Inquisición.
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Los campesinos vivían sus celebraciones con éxtasis y desenfreno, y tanto hombres como mujeres participaban de esas festividades que se perpetuaban a través de los siglos. La Iglesia vivía esta explosión de alegría con abierto desprecio, por ese motivo, copió las celebraciones extirpando su carácter sensual y en su lugar colocó las festividades cristianas más importantes. Así, desplazó el importante rol de lo sagrado femenino y reemplazó los antiguos lugares sagrados de la Diosa por espléndidos templos en donde se adoraba a una virgen que pudo concebir y ser madre sin tener relaciones sexuales, un ideal al que ninguna mujer real puede aspirar. De acuerdo a la moral cristiana, la mujer trajo la muerte al mundo y el sexo la perpetuaba. Las mujeres estaban asociadas al placer indiscriminado y así contagiaban a los hombres con ese pecado. Toda mujer reaccionaria a esa moral, o que se negaba a rendirse a la disciplina del matrimonio, o que no aceptaba el celibato, o peor aún se atrevía a vivir sola, podía ser acusada de brujería y ser ejecutada por ello, siguiera o no tradiciones paganas. [21]
Como explica el Malleus Maleficarum: "Toda magia tiene su origen en la lujuria
de la carne, que es insaciable en la mujer... Para satisfacer su lujuria, copulan con demonios... Queda suficientemente claro que no es de extrañar que la brujería contamine a un mayor número de mujeres que de hombres... Y alabado sea el Altísimo por haber preservado hasta el momento al sexo masculino de tan espantoso delito..." Otra de las acusaciones que pesaban sobre ellas era la de mantener las redes insurrectas que organizaban las rebeliones campesinas en contra del Reino de Dios en la tierra. Cada reunión estacional convocaba a miles de personas, atraían a los descontentos pero también mejoraban los lazos entre las aldeas, y establecían parámetros de solidaridad y autonomía entre los campesinos. No es difícil imaginar que las brujas fomentaran el derrocamiento de un régimen tanto político como religioso que, tanto ellas como los campesinos, consideraban injusto e invasor. El pueblo desconfiaba del doble discurso de la Iglesia, quien por un lado proponía una vida despojada para los campesinos y por el otro sus sacerdotes eran una corrupta clase privilegiada que los oprimía de acuerdo a un estándar de moral que ellos mismos no podían ni querían cumplir.
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Cabe destacar que estos juicios a las brujas le reportaron un importante lucro económico tanto a la Iglesia como a los nobles locales, reyes, jueces, cortes y otros funcionarios quienes recibían una parte del botín de los inquisidores. Después del arresto, toda propiedad de la acusada era confiscada. Las autoridades papales sostenían que la confiscación era la primera arma contra la herejía. La confiscación ocurría antes de la sentencia dado que se tomaba por seguro que nadie escapaba. En algunos casos se confiscaban los bienes de la acusada antes de que ésta hiciera su "confesión". En el 1300 un noble de nombre Jean Baudier fue arrestado el 20 de enero. Se negó a confesar por mucho tiempo hasta que la tortura lo desmoronó el 5 de febrero. Fue condenado el 7 de marzo. No obstante, sus propiedades fueron vendidas el 29 de enero, es decir antes de su confesión. Se esperaba que las acusadas pagaran los gastos de su juicio, hasta de su tortura y de su comida. Si no tenían dinero morían de hambre. El 15 de agosto de 1376 el Papa Gregorio XI comentó que había muchísimas acusadas que morían de hambre antes de su ejecución. La Iglesia no tuvo intenciones de procurar de sus propios fondos, no obstante, ofrecía indulgencias a quienes donaran comida para los muchos herejes que mueren de hambre en las cárceles esperando la piadosa generosidad de los creyentes que los ayudan por caridad. La persecución de las brujas nos muestra la historia de hombres que persiguen a mujeres en pos de crear el monopolio masculino sobre profesiones rentables [23]
como la religión y la medicina. La bruja presentaba una amenaza al poder de la Iglesia por muchos motivos: era mujer y respetaba su sexualidad como sagrada. Era sabia y heredera de una tradición religiosa pre-cristiana. Era respetada por sus conocimientos médicos, y formaba parte de un movimiento de mujeres campesinas. Frente a la opresión clerical ofrecía la clara esperanza de un cambio basado en relaciones comunitarias.
Las brujas modernas reivindicamos a las que nos precedieron y re-creamos una espiritualidad basada en las tradiciones matrísticas pre-cristianas en donde: a) Tanto cuerpo como alma son una unidad. El cuerpo femenino lejos de ser impuro, guarda el secreto de la creación y es el vehículo para conectarse con lo sagrado b) La naturaleza es sagrada, por ende no es concebible pretender conquistarla ni dominarla. c) La Diosa es entendida y celebrada como el principio femenino generador del Universo
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d) El tiempo no se vivencia a partir de una visión lineal sino circular y repetitiva. Esto nos permite entender mejor los ciclos de nacimiento-vida-muerte-vida. e) El individuo tiene valor por si mismo, y no está subordinado a ninguna "revelación" que le ordene el deseo de la deidad. f) No hay concepto de pecado original y el modelo ético se basa en "haz lo que quieras sin dañar a nadie" g) La sexualidad, espontaneidad, el humor y la alegría se incorporan al ritual y el placer se vivencia como la fuerza positiva de la vida.
*Para seguir profundizando en cómo fue el proceso por la cual el arte de sanar pasó de estar en manos de <las mujeres sabias>, curadoras populares, a ser una <profesión>, regularizada al alcance exclusivo de hombres blancos y de encumbrada posición social, se recomienda la lectura de “Brujas, Comadronas y parteras, Una historia de sanadoras” de Barbara Enrenreich y Deirdre English, escrito en 1973. Disponible en pdf. (Cita de fragmentos en página 36)
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Cuerpos y acumulación originaria La idea comúnmente extendida en la actualidad es que la Caza de Brujas fue una consecuencia de la intolerancia religiosa, la ignorancia y la superstición propias de la Edad Media, una época oscura en la que la gente todavía vivía al margen de la luz de la Razón, pero Porque, si fue
solamente ataques de superstición, la elite intelectual apoyo a las persecuciones? Existen líneas de investigación que nos presentan explicaciones alternativas, que sostienen que esta nefasta etapa de la historia fue uno de los pilares inaugurales de la Edad Moderna, habiendo sido una operación planificada en la transición del sistema económico feudal (propio de la edad media), al sistema capitalista que comienza a surgir precisamente en la edad Moderna. Vamos a citar a Silvia Federici: en su libro “Calibán y la bruja, mujeres, cuerpos y acumulación originaria” sostiene que si bien la ilustración presentó a la caza de brujas como el último estertor de un mundo feudal, en la Edad media no hubo juicios ni ejecuciones por acusaciones de brujería en esos años. La caza de brujas respondería a dos necesidades fundamentales del nuevo sistema en ciernes: 1) instauración de la propiedad privada. 2) Apropiación de las políticas de natalidad, domesticación del cuerpo femenino. Las epidemias de peste, las hambrunas y las guerras diezmaron la población europea durante el siglo XIV y principios del XV. El sistema feudal imperante hasta entonces entró en crisis al haber un gran número de tierras [26]
abandonadas y escasez de gente para trabajarlas. Los campesinos podían moverse con mayor libertad y asentarse donde quisieran, si un señor les amenazaba con expulsarles de sus dominios al no someterse a sus dictados, siempre podían marcharse a otro territorio. Según Federici aquel fue un tiempo de rebelión entre las clases populares, que se negaban a pagar u ofrecer sus servicios a los señores feudales, razón por la cual éstos se enfrentaron al colapso de sus rentas y a un empobrecimiento insostenible.
Parejo a estos sucesos todavía subsistía en los entornos rurales un sistema social basado en tradiciones ancestrales, las tierras de cultivo eran propiedades comunales que se trabajaban de forma cooperativa y de las cuales la comunidad obtenía todo lo que necesitaba para sobrevivir, una agricultura de subsistencia que no precisaba de la economía monetaria. En ella las mujeres tenían un papel muy importante, no solo trabajaban la tierra al igual que los hombres y tenían el mismo derecho a disfrutar de sus frutos, sino que por tradición se encargaban de traer al mundo a lxs recién nacidxs y, gracias al saber acumulado a lo largo de incontables generaciones, disponían de amplios conocimientos de medicina natural (hierbas y preparados que obtenían en las proximidades de las aldeas donde vivían y que tenían múltiples aplicaciones). Por ello en estas comunidades rurales las mujeres eran las encargadas de realizar el control de la natalidad, lo cual les otorgaba un peso social mayor de lo que hasta ahora se pensaba. La instauración del capitalismo habría de acabar con todo esto, pues una de las primeras transformaciones fue el cercamiento de tierras que eliminó las propiedades comunales. La aristocracia y la burguesía emergentes habían contraatacado declarando los terrenos de cultivo como propiedad privada y ampliando sus posesiones, ahora ya no eran un medio de subsistencia, sino una fuente de capital con la que enriquecerse. La privatización de tierras [27]
afectó a muchas comunidades campesinas y las mujeres fueron las que más sufrieron, ya que las estructuras sociales que les otorgaban cierto prestigio y cobertura se desmoronaron. Hubo resistencia a estos cambios y es ahí donde comienza la historia de la persecución sistemática de las brujas. Federici explica que no fueron raros los casos de campesinas pobres que, aferrándose a las propiedades que todavía les quedaban, fueron acusadas de brujería por poderosos terratenientes que querían apropiarse de sus campos para convertirlos en pastos para el ganado.
“La acusación de brujería cumplió una función similar a la que cumple la de terrorismo en nuestra época. Su vaguedad –el hecho de que fuera imposible probarla, mientras que al mismo tiempo evocaba el máximo horror– implicaba que pudiera ser utilizada para castigar cualquier tipo de protesta con el fin de generar sospecha incluso sobre los aspectos más corrientes de la vida cotidiana” En un clima de lo que se podría denominar como "pánico moral" se perseguía a un enemigo imaginario al tiempo que se infundía el miedo entre la población para que así denunciara las actividades de las presuntas hechiceras (a veces también hechiceros) que pudieran existir en la comunidad. Las persecuciones se llevaron a cabo sobre todo en comunidades rurales y el procedimiento era casi siempre muy parecido, bastaba una simple acusación por infundada que fuera, vertida por un vecino con el que se tuviera una disputa, un pariente rencoroso o un niño con demasiada imaginación, para iniciar el proceso. Después hacían acto de presencia juristas, demonólogos y autoridades eclesiásticas y se arrestaba a la sospechosa o sospechosas.
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Las confesiones se obtenían mediante la intimidación o la tortura y se hacía especial hincapié en que a cuantas más cómplices de sus pretendidas fechorías delatara la acusada mejor. De esta manera el clima de psicosis se iba extendiendo en la comunidad afectada y cualquiera podía terminar acusado de brujería. Todo concluía con una serie de ejecuciones ejemplarizantes destinadas a infundir terror y el carpetazo drástico al proceso, puesto que la maraña de acusaciones provocadas por el temor a la detención podía extenderse indefinidamente, tal y como ocurrió en los famosísimos juicios de Salem (Massachusetts) de 1692 y 1693. Tan atroz persecución dejó un número de víctimas por toda Europa difícil de calcular. (…) los estudios de que disponemos apuntan a que murieron en la hoguera cientos de miles de mujeres acusadas de brujas; también, varones considerados herejes, aunque la amplia mayoría de las víctimas fueron mujeres. Cientos de miles de mujeres. Tal vez millones, apuntan algunos autores. La gran mayoría de las víctimas, hasta el 85%, eran mujeres. Detrás de todo esto se escondía la mal llamada "ciencia de las brujas", practicada por religiosos y supuestos expertos en demonología. Una de sus bases fue el Malleus Maleficarum ("El martillo de las brujas" traducido al castellano) de Heinrich Kramer y Jakob Sprenger, probablemente el libro más infame y abominable jamás escrito. Publicado por vez primera en Alemania en 1486 se difundió por todo el continente convirtiéndose en un manual esencial en los procesos contra la brujería, de hecho fue el precursor de toda una tradición de derecho religioso que estuvo vigente durante cerca de tres siglos.
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"Nadie es más peligrosa y perniciosa a la Fe Católica que las parteras"
El martillo de las brujas está imbuido de una idea más bien enfermiza acerca de la sexualidad femenina, la cual asocia con la perversión y el Diablo, haciendo de la tortura el elemento fundamental para desenmascarar a la bruja. Esto en realidad no resulta tan extraño en una sociedad tan ferozmente reprimida en el terreno sexual como lo era la europea de la época, lo cual explica las depravadas desviaciones al respecto que podemos encontrar en esta obra tan monstruosa y que tanto sufrimiento provocó. Éxodo 22:18 No dejarás con vida a la hechicera El nuevo modelo económico y de producción exigía una nueva disciplina de trabajo que era incompatible con todo este universo de creencias y actores sociales a extinguir, de ahí la brutalidad de la persecución que tuvo lugar. La familia se va transformando hasta configurarse en un espacio privado que es, dice Federici, la institución más importante para la apropiación y el ocultamiento del trabajo de las mujeres. Una invisibilización que pasa por el disciplinamiento del cuerpo femenino, de forma mucho más hostil que sobre el cuerpo de los varones
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Federici retoma lo que Marx llamó acumulación primitiva (los cercamientos de tierras hasta entonces comunales y el saqueo de los recursos de América), para añadir un tercer pilar fundamental a ese despojo originario: el despojo a las mujeres de sus saberes ancestrales: conocimientos sobre plantas, sobre los ciclos de la naturaleza, sobre los ciclos de sus cuerpos etc, que les permitían autonomía en cuanto a la curación, el parto, la concepción, la anticoncepción etc.
“FUE UN GENOCIDIO DE GÉNERO Y DE PROFESIÓN” En una nueva división sexual de trabajo, a las mujeres se las confinó a los roles domésticos y reproductivo. Las mujeres son las productoras de la mercancía más importante y sustancial del sistema capitalista: la fuerza de trabajo. Por eso, fue (y es) necesario controlar sus cuerpos, eliminar las vías contraceptivas o abortivas por las que las mujeres controlaban la reproducción. El Estado capitalista, con la ayuda inestimable de la Iglesia, toma el control del cuerpo de las mujeres.
Detrás del supuesto oscurantismo de la caza de brujas se escondía una decisión política perfectamente racional: acabar con la contracepción y las prácticas abortivas.
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“Sus úteros se transforman en territorio político controlado por los hombres y el Estado: la procreación fue directamente puesta al servicio de la acumulación capitalista”, escribe Federici en Calibán y la Bruja. “Las mujeres mismas se convirtieron en bienes comunes.”
La instauración del capitalismo ha sido uno de los procesos más sangrientos y brutales de la Historia. Lejos de ser el proceso liberador que se nos ha vendido, lo único que se liberó fue el capital, no lxs trabajadorxs que ahora están sometidxs a una nueva disciplina destinada a extraer de ellxs la mayor rentabilidad posible. Federici nos explica que la colonización del Nuevo Mundo, la expansión del tráfico de esclavos y la Caza de Brujas son fenómenos íntimamente relacionados con el surgimiento del sistema capitalista, aquello que lo hizo posible. En los tres casos se buscaban objetivos similares, aumentar a cualquier coste el mercado de trabajo. La triste historia de la Caza de Brujas sirve para invitarnos a reflexionar. Cuando los poderes establecidos se sirven de los amplios medios de los que disponen para agitar el espantajo de una supuesta amenaza, brujas diabólicas en el pasado o malvados terroristas en la actualidad, debemos desconfiar ante todo. Siempre nos dirán que ese enemigo está en todas partes, que cualquiera puede ser víctima de sus ataques, que no hay que bajar la guardia y que hay que acostumbrarse a cuantas medidas de control sean necesarias para conjurar su amenaza. El miedo es un instrumento muy poderoso, como también lo es el rechazo hacia aquello que no entendemos o no conocemos, pero siempre debemos pensar una cosa. Aquellos que incitan a la persecución de estos u otros elementos "indeseables", a menudo lo hacen como forma de distraer la atención de los cambios que pretenden imponer aprovechando la coyuntura que ellos mismos han creado. [32]
La antigua tradición según la cual las mujeres ejercían el control de la natalidad dentro de las comunidades rurales fue demonizada y perseguida, prácticas llevadas a cabo durante siglos eran ahora obras del Diablo y aquellas que las realizaban debían ser castigadas en consecuencia.
El saber/poder sobre los cuerpos Las parteras, brujas y mujeres sabias en general, con sus saberes ancestrales sobre el alma y el cuerpo; y la nueva religión que comienza a imponerse como única valida a través del miedo y la matanza generalizada: nuevos actores y paradigmas de curación.
Beatriz Edelstein se refiere a la caza de brujas no sólo como un genocidio de género, sino también de profesión. Al fin y al cabo, el gran triunfo de la caza fue extinguir la contracepción. de marginar a las parteras y eliminar así la competencia. La apropiación de estos saberes por parte de los hombres,nde la medicina. Y Pensar que cuando resurgía (la contraconcepción) lentamente a fines del siglo XIX, se creía que era algo nuevo...
Casi todas las sociedades nativas limitaban conscientemente el número de nacimientos en relación con los recursos ecológicos disponibles para alimentar a la población Ellas conocían ( y conocen) varios métodos de procurar la interrupción de gestaciones no deseadas, como así también pociones anticonceptivas hechas de una variada gama de hierbas y raíces. Estos métodos eran [33]
conocidos y usados por las mujeres, quienes decidían por si mismas si querían tener hijxs o no y cuando. Entre los nativos de Norte América solamente se conocen más de 200 plantas, raíces y otras medicinas usadas como métodos de control natal. K.Krag, Plants Used as Contraceptives by the North American Indians, Cambridge/Mass., 1976. A Study of Abortion in Primitive Society, New York 1967.
Como en las sociedades nativas, el conocimiento sobre el control de la natalidad – de medicina con plantas en general- eran la propiedad generalmente de las mujeres sabias, parteras y curanderas y se trasmitían de generación en generación "(este) conocimiento era principalmente transmitido por una organización de mujeres." El Malleus Malifucarius había precavido a los cazadores que generalmente las hijas de las brujas debían de ser sospechadas de imitar el crimen de sus madres. Como dice Bodin, (inquisidor “demonologo”) si una bruja no confiesa, "uno tiene que interrogar a las hijitas de la hechicera y bruja; desde el momento que se ha encontrado que son instruidas por sus madres." J.Bodin, Bodin, De la Démonomanie des Sorciers, (Paris 1580)
En forma similar se refiere más específicamente al acto de causar un aborto o el producir esterilidad mediante medios mágicos (hierbas anticonceptivas), o sea, “asistencia diabólica”. Entonces no nos puede extrañar que ya para el año 1360 empezaran a ejecutar a las "mujeres sabias" y parteras en sus villorrios. Ahora podemos ver los que los inquisidores tenían en mente cuando escribieron: [34]
"Nadie es más peligrosa y perniciosa a la Fe Católica que las parteras," "Nuestra indagación será primero general, a lo que se debe a la condición general de la mujer; segundo, en particular, que clase de mujeres son propensas a la superstición y brujería; y tercero, especialmente en lo que se refiere a las parteras, quienes sobrepasan todas las maldades." The Malleus Maleficarum, New York: (1928, 1948) 1971. Pag 47.
La mujer enfrenta, aún hoy, restricciones sociales muy opresivas no sólo en lo que tiene que ver con sus derechos reproductivos y con su sexualidad, sino también con la estética. El cuerpo de las mujeres se ha convertido en un campo de batalla: la buena noticia es que cada vez somos más las que nos vamos damos cuenta de ello, y que ese darse cuenta es el primer paso para comenzar a liberarnos, y si lo hacemos adiós patriarcado!
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“Brujas, Comadronas y parteras, Una historia de sanadoras” “Las mujeres siempre han sido sanadoras, ellas fueron las primeras anatomistas de la historia occidental. Sabían procurar abortos y actuaban como enfermeras y consejeras. Las mujeres fueron las primeras farmacólogas con sus cultivos de hierbas medicinales, los secretos de cuyos usos se trasmitían de unas a otras. Y fueron también parteras que iban de casa en casa y de pueblo en pueblo. Durante siglos las mujeres fueron médicas sin necesidad de títulos; excluidas de los libros y de la ciencia oficial aprendían unas de otras y se trasmitían las experiencias entre vecinas, o de madres a hijas. La gente del pueblo las llamaba “mujeres sabias” aunque para las autoridades eran brujas o charlatanas. La medicina forma parte de nuestra herencia de mujeres, pertenece a nuestra historia, es nuestro legado ancestral”
“Las brujas fueron perseguidas durante más de cuatro siglos (XIV al XVIII) porque representaban una amenaza política, religiosa y sexual para la iglesia católica, protestante y también para el Estado. Fue el feminicidio institucionalizado más grande de la historia. La quema de brujas fue un ataque a la resistencia de las mujeres de la época hacia el sistema imperante y al poder que habían conseguido gracias a su capacidad de curar, al control de la reproducción y a su sexualidad.” [36]
“¿Qué horribles delitos cometieron para provocar una reacción tan violenta de las clases dominantes? La acusación de brujería abarcó un sinfín de delitos, desde la subversión política, la herejía religiosa, hasta la inmoralidad y blasfemia. Pero existen tres acusaciones principales que se repiten a lo largo de la historia de la persecución de brujas en el norte de Europa: primero ante todo se las acusaba de todos los crímenes sexuales concebibles en contra de los hombres. Lisa y llanamente sobre ellas pesaba la acusación de poseer sexualidad femenina. En segundo lugar, se las acusaba de estar organizadas. La tercera acusación finalmente es que tenían poderes mágicos sobre la salud (…)se las acusaba específicamente de poseer conocimientos médicos y ginecológicos.”
“En la persecución de las brujas confluyen la misoginia, el antiempirismo y la sexofobia de la iglesia. Tanto el empirismo como la sexualidad representaban para esta una rendición frente a los sentidos, una traición contra la fe. La bruja encarnaba por tanto una triple amenaza: era mujer y no se avergonzaba de serlo, aparentemente formaba parte de un movimiento clandestino organizado de campesinas y finalmente era una sanadora cuya práctica estaba basada en estudios empíricos. Frente al fatalismo represivo de la iglesia cristiana, la bruja ofrecía la esperanza de un cambio en este mundo.” Extractos de “Brujas, Comadronas y parteras, Una historia de sanadoras” de Barbara Enrenreich y Deirdre English, [37]
Tal vez, a partir de ahora, cuando alguien se dirija a nosotras de manera peyorativa con el epíteto de bruja, nos reste sonreír enigmáticamente sabiendo que lejos de ofendernos nos halagan comparándonos con esa raza de mujeres valientes, contestatarias, libres e indómitas.
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Ahora las brujas tenemos llamas Sobre la medicina y la usurpación de nuestra sexualidad
Es como si estuviésemos constantemente borradas aquellas que buscamos la libertad, la solidaridad y la autogestión de nuestras vidas. Es así como la historia sexualmente nos ha negado, partiendo de la religión y su gran mito de la manzana, es el comienzo histórico de todo un universo de culpa adjudicada a este ser errante, a este hombre mutilado, como nos llamó Aristóteles. A este sexo que no existe, como afirma empíricamente Freud. Es así como nos han temido, como nos han odiado por ser bellas, libidinosas, sabias, brujas y libertinas. Cultural y racialmente hemos sido la negación y al mismo tiempo el miedo de una sociedad patriarcal-falocéntrica, que nos ha visto como un enemigo insurgente en su posesión de poder. Hegemonía tirana que nunca se vivió ni se vive en sociedades matriarcales, en las cuales resalta la autonomía sexual de la mujer y la educación libre de sus hij@s. Históricamente, la serpiente como símbolo mitológico en muchas culturas ha representado la generación de la vida, el erotismo, la voluptuosidad, la humedad y la libido sexual de la mujer; además de representar el mal y la oscuridad, como estandartes del Caos. Por consiguiente, es diabolizada como la tentación de la mujer que representa Eva, la mujer original, quien desobedece a Dios e incita a Adán a morder la manzana prohibida. “Pondré enemistad entre tú y [39]
la serpiente”, dijo Dios explícitamente; es decir, “te quitaré tu sexualidad: paralizaré tu útero, te volverás „histérica‟, parirás con dolor y el hombre te dominará”. Aquí está el destino de la nueva condición de la mujer. Con la muerte de la serpiente, enviada a matar por un ángel armado con una espada al servicio de Dios Padre, se reivindica la destrucción de la libertad de la mujer. Con esto aparece 2500 años más tarde la imagen de la Virgen María aplastando la cabeza de la serpiente; con esto consagráse la esclava sumisa de Dios y la renegación de todos los “males femeninos” que laten en el útero “errante” de la mujer. Con el triunfo de la revolución patriarcal y la desposesión de la serpiente en la mujer, aparece el nuevo orden simbólico. El Olimpo se llena de dioses, y entre ellos Esculapio, dios de la medicina, que se ha apoderado de la serpiente y que hoy, cual trofeo de guerra, todavía se exhibe en las marcas farmacéuticas. (1) Sistemáticamente nuestra sexualidad se fue focalizando hacia la función reproductora y nuestro placer se fue negando y robotizando. Desde niñas nos dicen que es malo tocarse “ahí”, es un tema tabú el placer en las niñas y si recibes información sexual, ya sea familiar o en las escuelas, es información vaga dirigida hacia la reproducción y a las enfermedades de transmisión sexual. Visto desde esta perspectiva frígida, nuestra sexualidad hasta este punto no tiene sentido… El cuerpo rígido de la mujer, despiezado y desposeído de la serpiente que le animaba, queda en manos de la medicina, la ciencia que se ocupa de los cuerpos devastados que han sido privados de su capacidad de auto-regulación. (2) Así fue como las parteras, brujas y comadronas fueron exterminadas de la vida sexual y procreadora de la mujer, de [40]
aquella sabiduría ancestral que la ciencia no ha podido descubrir, aquellas hadas que sin un estudio universitario han logrado sanar y curar a leprosos. Aquellas brujas perseguidas que exterminaban pestes enteras en las ciudades hacinadas en la Edad Media, fueron al mismo tiempo perseguidas y quemadas en las hogueras de la Inquisición. Sanadoras de muchas enfermedades contagiosas, se condena a toda mujer que cure una enfermedad sin tener estudios. De esta forma la Iglesia fue prohibiendo realizar todo tipo de curación por la misma gente. Fue así como estratégicamente los curas salían de las iglesias derramando agua bendita entre los leprosos, ciegos, inválidos y locos, predicando que de esta forma pagarían en vida el castigo que Dios había enviado por sus pecados. Nuestras vidas actuales giran en torno a la medicación, bajo una sociedad del pánico que es capaz de cenar un coctel de antibióticos antes de enfermarse, para que eso no suceda. Antes de nacer ya estamos destinados a ser “pacientes”, amparad@s por una industria médica farmacéutica clasista y de dudosos intereses. Una realidad avalada por el poder religioso y médico, la mujer se ve hoy despojada de todo el conocimiento de su cuerpo, no es capaz de autocomplacerse, ni siquiera de reconocerse. No entendemos lo que nos sucede y por otra parte odiamos nuestros cuerpos, ya sea por disconformidad o por “problemas” menstruales y menopáusicos, agravados por una sobredosis descarada de hormonas innecesarias. Aquella sabiduría de brujas que supo de abuelas autorregulando su fertilidad bajo los ciclos de la luna y palpando el calor de su vientre, tal como todos esos secretos de brebajes para simples y también complejos malestares, hoy agravados y patentados como [41]
síndromes y enfermedades se ha ido olvidando... Los sabios remedios para abortar, la ciencia de ayudar a otra mujer a parir sin dolor, sin miedo, sin violencia y con placer. Es impresionante cómo el número de cesáreas aumenta… aquel desgarro antinatural que hace parir a una mujer innecesariamente intervenida quirúrjicamente, bajo el placer que estas sangrientas imágenes debe generar a l@s medic@s, el sometimiento insensato de miles de mujeres a horribles secuelas y en casos la muerte.
Nunca jamás la mujer necesitó un/a médic@ para desarrollarse sexualmente, procrear, vivir libre, y sanamente. No son los libros antropológicos de antaño quienes teóricamente afirman esto, es la realidad que se vivió y se continúa viviendo en muchas partes del mundo, tal como lo pude vivir los meses de marzo y abril de 2009 en comunidades Quichua y Shuar de la selva del Amazonas en Ecuador, en donde las mujeres suelen parir solas, en la mayoría de los casos sin parteras, sin dolor, sin miedo, sin cesáreas, sin muertes. De la mano de la sabiduría que no han perdido y del conocimiento adecuado de la naturaleza y de las plantas. Tal como en Bolivia y en muchísimos lugares en donde el imperio tecnológico no ha llegado, la resistencia sigue al margen de este holocausto. Fue así como mis amigas de la selva me hicieron ver la simple realidad de vivir sin esta paranoia de la medicina y recuperar nuestra sabiduría como brujas, que no necesitamos estudiar académicamente nada, que tan solo [42]
necesitamos unirnos, desearnos, y querernos como serpientes, como úteros que palpitan al sonido de la rebelión del gigante dragón que arrasará con este horrible sistema capitalista y patriarcal. _____________________ 1- 2- Rodrigáñez, Casilda. El asalto al hades, España, 2004. *Para
investigar más sobre el simbolismo de la serpiente y su relación con la sexualidad femenina se recomienda MATRICIDIO Y ESTADO TERAPÉUTICO (LA SERPIENTE Y LA MEDICINA)
de Casilda Rodriguañez y Ana Cachafeiro
Texto extraído del libro “Manual de Ginecología Natural”, de Pabla Pérez San Martín
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Es una bruja la que tiene el poder sobre su propia vida La que dicta sus propias reglas, La que no quiere rendirse ante la abnegación, La que no conoce ninguna autoridad con una estima mayor que la suya propia y es mas fiel a sí misma que a ninguna otra abstracción. La que no está domada. La que transforma la energía, La que puede apasionarse con sus ideales, según estos van cambiando.
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De Aquelarres y cultos paganos En 1484 el papa Inocencio VIII proclamó la bula summis desiderantes affectibus que sería conocida popularmente como “canto de guerra de infierno” a la vez que se publica en Alemania el Malleus Malificarum, o martillo de los herejes escrito por dos inquisidores dominicos, a través del cual la iglesia reconocía oficialmente la existencia de la brujería. Este reconocimiento se resumía en tres conclusiones: 1-la brujería es una realidad 2- la brujería se funda en un pacto con el diablo 3-el pacto se basa en la negación de la fe cristiana A lo que los inquisidores cristianos llamaban brujería era en realidad la práctica de las religiones autóctonas de la Tierra. Cuando se luchaba contra la brujería no se estaba haciendo más que batallar contra una invencible cosmovisión ancestral. Fue necesaria la artificial introducción de la figura del Diablo, que originalmente no tenía ninguna relación con las antiguas religiones. El Diablo, el mal, fue el elemento clave para desacreditar y eliminar a todo lo que no respondía al rito legitimado por el cristianismo. La brujería, entendiéndola únicamente como culto a la Naturaleza, empezó a [45]
practicarse en forma de rito mágico-religioso en las reuniones de druidas, hace unos 5.000 años. Estos brujos eran los componentes de la casta intelectual, y representaban la figura del sabio-sacerdote-mago propia del pueblo celta. Su filosofía esotérica del mundo y sus conocimientos mágicos arraigaron profundamente en la mayoría de las tribus del continente europeo. Sus tradiciones se perpetuaron a través de los siglos hasta llegar al fatídico siglo XV, época en la que un cristianismo violento y expansionista decidió acabar con las sucesivas explosiones heréticas populares, que se producían, y no por casualidad, exactamente en los mismos lugares en los que ancestralmente se habían celebrado los cultos paganos.
Queda así el culto a la Naturaleza como génesis de todo el fenómeno brujeril. En realidad este culto consistió en una cosmogonía que tiene al Sol como gran dios hacedor de luz y dador de vida, representado en la Tierra por la Madre Naturaleza, la cual proporcionaba comida. De la misma necesidad de alimentación surgió el culto a la caza, entendiendo esta tarea como acto mágico; y enseguida apareció un dios de la caza simbolizado en forma de animal totémico con cuernos, con los que indicaba su fortaleza y bravura, bestia que adoraron los viejos euskaldunaks y a la que llamaron Akerra. Esta figura evolucionó hasta llegar al macho cabrío, venerado en un ritual de fertilidad en las noches de plenilunio para que la diosa lunar le iluminara con sus rayos femeninos y facilitara la fecundación de la tierra y la procreación de todas sus criaturas, manteniendo constante de ese modo el ciclo vital del universo. Aun hoy en día, el macho cabrío sigue siendo el protector del ganado y del bosque en algunas zonas forestales Por derivación etimológica, el lugar donde se celebraban los cultos a la Naturaleza recibió el nombre de aquelarre. En un principio, nada tenía [46]
que ver con el diablo esta inocente descripción geográfica (el prado del macho cabrío). Más con el tiempo, esta hermosa palabra fue adquiriendo nuevas connotaciones de un modo que está concisamente narrado por el antropólogo vasco José Mari Apalategui: El sentido etimológico del término "Aquelarre" en la lengua vasca es el siguiente: AKE LARREN LARREA que quiere decir "el prado del macho cabrío", pero también tiene otra acepción: "el lugar en donde se reúnen las personas que participan en el Aquelarre"; y tiene hasta un tercer sentido simbólico que es importantísimo, "la celebración de cultos heterodoxos en contraposición a la celebración de cultos de la religión cristiana", bien fuera en su versión católica como también en la versión del protestantismo. Resumiendo, el término "Aquelarre" significaba el origen o manifestación de un sentido de rebeldía contra las normas establecidas, y que ha trascendido hasta nuestros días a través de los medios de la religión cristiana. Eso es, en verdad, lo cierto de la tenebrosa brujería: un simple culto natural practicado por los pueblos que no quisieron abandonar sus viejas tradiciones. La resistencia la pagaron cara; con el tiempo, a las persecuciones se fueron añadiendo nuevas imputaciones. Todo ello provocó que las prácticas no cristianas fueran exterminadas, pero nadie podrá borrar jamás el hecho de que la brujería se hubiese cimentado sobre la religión más antigua del mundo hasta formar parte de ella. La brujería también congregó a todas las personas que tenían facultades de videncia y de curanderismo (curanderismo viene de “curar”); gente que fueron tomadas por mágicas debido a sus dones naturales y a sus conocimientos ocultos. Fueron personas respetadas y apreciadas hasta la imposición violenta del cristianismo. Desde aquel momento lxs magxs fueron desprestigiados y la brujería adquirió un valor despectivo primero y maléfico después.
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Todas las personas que seguían el estudio de los astros, que conocían las propiedades de las plantas, que se dedicaban a curar, que leían las líneas de las manos, que veían mas allá del mundo tridimensional etc, fueron catalogadas como “brujas” o “brujos”. Esta persecución se acentuó en la medida en que estas personas se oponían a la nueva cultura dominante: la mayor parte de lxs heterodoxs, terminó en la hoguera. Estas religiones paganas fomentaban las costumbres de la liberalidad social, de la igualdad, y no admitían una estructura social superior que no fuera la de las deidades de la propia Naturaleza. No obstante y a pesar del escrupuloso y metódico trabajo de la iglesia por acabar con el conocimiento tradicional, basado en una relación respetuosa, armónica y sensible con la naturaleza, la conciencia de sabiduría profunda que encierra la brujería, tan injustamente vapuleada no se ha extinguido con el paso de los años. Su fuerza va más allá del tiempo y sus coordenadas de actuación se escapan a las rígidas leyes puestas por ciertos seres humanos.
Cristo Paz, ex sacerdote profesor y escritor
“Esto es lo cierto de la tenebrosa brujería: un simple culto natural practicado por los pueblos que no quisieron abandonar sus viejas tradiciones” [48]
Brujas en América La inquisición en el nuevo mundo Por mucho tiempo, la persecución de mujeres y hombres bajo el cargo de brujería fue un fenómeno que normalmente lxs historiadorxs consideraban como algo limitado a Europa. La única excepción a esta regla eran los juicios de las brujas de Salem, que constituyen todavía el principal tema de estudio de lxs académicxs que investigan la caza de brujas en el Nuevo Mundo. Sin embargo, este proceso ha encontrado sus repercusiones, así en América como en Asia y África. Silvia Federici, autora del libro “Calibán y la bruja”, relaciona directamente la caza de brujas en las colonias europeas con las persecución y demonización a las distintas manifestaciones de religiosidad ancestral, y con la expansión global del capitalismo, es decir: con la apropiación de tierras y la imposición de la propiedad privada, y con reclusión forzosa de mano de obra entre las poblaciones locales. La acusación de adoración al Diablo y por consiguiente de brujería, jugó un papel clave en la colonización de la población originaria del continente posteriormente llamado “América” Otro punto importante de la tesis de Federeci es que fue debido, fundamentalmente, a la lucha de las mujeres, que el vínculo de las poblaciones nativas americanas con la tierra, las religiones locales y la naturaleza sobrevivieron a la persecución, proporcionando una fuente de resistencia anticolonial y anticapitalista durante más de 500 años. [49]
En 1536 la inquisición llega a América y se pone en marcha una campaña anti-idolatría que fue incrementando progresivamente su nivel de persecución y represión a medida que los conquistadores se iban dando cuenta que la conversión a la fe cristiana por parte de los antiguos habitantes no se lograría con una simple reeducación religiosa. “se puso en marcha una máquina ideológica que, de forma complementaria a la máquina militar, retrataba a los colonizados como seres “mugrientos” y demoníacos que practicaban todo tipo de abominaciones, mientras que los mismos crímenes que antes habían sido atribuidos a la falta de educación religiosa –sodomía, canibalismo, incesto, travestismo– eran ahora considerados como pruebas de que los “indios” se encontraban bajo el dominio del Diablo y que podían ser privados de sus tierras y de sus vidas de forma justificada” Paralelamente a la llegada de la Santa Inquisición al nuevo mundo, la Corona Española, motivada por situaciones económicas internas, decide introducir un sistema mucho más severo de explotación de la fuerza de trabajo en las colonias americanas para la obtención de oro y plata. Muchas fueron las iniciativas de resistencia y liberación por parte de las poblaciones sojuzgadas, compartimos un fragmento del trabajo de Federici que nos narra la experiencia del Taky Ongoy: (…) en Perú el primer ataque a gran escala contra lo diabólico tuvo lugar en 1560, coincidiendo con el surgimiento del movimiento Taki Ongoy, un movimiento nativo milenarista que predicaba contra el colaboracionismo con los europeos y a favor de una alianza pan-andina de las deidades locales (huacas) para poner fin a la colonización. Lxs takionqxs atribuían la derrota sufrida y la creciente mortalidad, al abandono de los dioses locales, y alentaban a la gente a rechazar la religión cristiana, los nombres, la comida y la ropa recibida de los españoles. También exhortaban a la gente a rechazar el pago de tributos y el trabajo forzado impuesto por los españoles, y a “abandonar el uso de camisas, [50]
sombreros, sandalias o cualquier otra vestimenta proveniente de España” (Stern, 1982: 53). Prometían que si esto se concretaba los huacas revividos le darían la vuelta al mundo y destruirían a los españoles enviándoles enfermedades e inundaciones a sus ciudades, un océano que crece para borrar todo rastro de su existencia (Stern, 1982) La amenaza formulada por lxs taquionqxs era verdaderamente seria: al convocar una unificación pan-andina de las huacas, el movimiento marcaba el comienzo de un nuevo sentido de la identidad.(…), ésta fue la primera vez que la gente de los Andes comenzó a pensarse a sí misma como una misma persona, como “indios” (Stern, 1982: 59) y, de hecho, el movimiento se expandió ampliamente alcanzando “hacia el norte, la ciudad de Lima; Cuzco, hacia el este y sobre la elevada puna del sur, a La Paz, en la actual Bolivia” (Spalding, 1984: 246). La respuesta vino de mano del Consejo eclesiástico, realizado en Lima en 1567, que estableció que los sacerdotes debían “extirpar las innumerables supersticiones, ceremonias y ritos diabólicos de los indios. También debían erradicar la embriaguez, arrestar a lxs médicxsbrujxs y, sobre todo, descubrir y destruir los lugares sagrados y los talismanes” relacionados con el culto a los dioses locales (huacas). Estas recomendaciones fueron repetidas en un Sínodo celebrado en Quito en 1570 donde, nuevamente, se denunció que “[h] ay médicos-brujos famosos que […] custodian a las huacas y conversan con el Diablo” (Hemming, 1970: 397). Las huacas eran montañas, fuentes de agua, piedras y animales que encarnaban a los espíritus de lxs ancestrxs. Como tales se los cuidaba, alimentaba y adoraba de forma colectiva, ya que todxs consideraban que eran los principales vínculos con la tierra y con las prácticas agrícolas primordiales para la reproducción económica. Destruirlos o prohibir su culto era una forma de atacar a la comunidad, sus raíces históricas, la relación de la gente con la tierra y su relación intensamente espiritual con la naturaleza. Esto fue comprendido por los españoles, que en la década de 1550, se [51]
embarcaron en una sistemática destrucción de todo aquello que se asemejara a un objeto de culto. Claude Baudez y Sydney Picasso escriben sobre la campaña anti-idolatría dirigida por los franciscanos contra los mayas en el Yucatán que puede extrapolarse a lo ocurrido en el resto de México y Perú. Los ídolos fueron destruidos, los templos incendiados y aquéllxs que celebraban ritos nativos y practicaban sacrificios fueron castigados con la muerte; las festividades tales como los banquetes, las canciones y las danzas así como las actividades artísticas e intelectuales (pintura, escultura, observación de las estrellas, escritura jeroglífica) –sospechosas de estar inspiradas por el Diablo– fueron prohibidas y aquéllxs que participaban en ellas fueron perseguidos sin misericordia. (Baudez y Picasso, 1992: 21) Este proceso vino de la mano de la reforma exigida por la Corona Española que incrementó la explotación del trabajo indígena con el fin de asegurarse un mayor flujo de lingotes de oro y plata hacia sus arcas. Con este propósito fueron introducidas dos medidas, ambas facilitadas por la campaña anti-idolatría. En primer lugar, la cuota de trabajo que los jefes locales debían proveer para el trabajo en las minas y obrajes fue aumentada notablemente, la ejecución de la nueva norma fue puesta en manos de un representante local de la Corona (corregidor) que tenía el poder de arrestar y administrar otras formas de castigo en caso de incumplimiento. Además, se introdujo un programa de reasentamiento (reducciones) que condujo a la mayor parte de la población rural a aldeas designadas, a fin de poder ejercer sobre ella un control más directo. La destrucción de las huacas, y la persecución de la religión de los antepasados asociada a ellas, jugó un papel decisivo en ambas, dado que las reducciones adquirieron mayor fuerza a partir de la demonización de los sitios de culto locales. Rápidamente, sin embargo, se hizo evidente que bajo la cobertura de la cristianización la gente continuó adorando a sus dioses, del mismo modo en que retornaron a sus milpas (campos) después de [52]
haber sido sacados de sus casas. Por eso, el ataque a los dioses locales, en lugar de disminuir, se intensificó con el paso del tiempo, alcanzando su punto más elevado entre los años 1619 y 1660 cuando la destrucción de los ídolos fue acompañada por verdaderas cazas de brujas, en esta ocasión convirtiendo a las mujeres en su objetivo particular. Karen Spalding ha descrito una de estas cazas de brujas llevada a cabo en el repartimiento de Huarochirí, (Lima, Peru) en 1660, por el sacerdote-inquisidor Don Juan Sarmiento. Tal y como señala, la investigación fue dirigida según el mismo patrón de las cazas de brujas en Europa. Comenzó con la lectura del edicto contra la idolatría y la prédica de un sermón contra este pecado. Éste era seguido por denuncias secretas provistas por informantes anónimos, después tenía lugar el interrogatorio de los sospechosos, el uso de la tortura para extraer confesiones y, finalmente, el dictamen de la sentencia y el castigo, que en este caso consistía en el azote público, el exilio y otras formas diversas de humillación Ver mas en: Extirpación de idolatrías e identidad cultural en las sociedades andinas del Perú virreinal (siglo XVII) http://nuevomundo.revues.org/ Mujeres en resistencia No es una coincidencia que la mayoría de la gente condenada en la investigación de 1660 en Huarochirí fueran mujeres -28 de 32(Spalding, 1984), tampoco lo es que las mujeres tuvieran mayor presencia en el movimiento Taki Ongoy. Fueron las mujeres quienes más tenazmente defendieron el antiguo modo de existencia y quienes y de forma más vehemente se opusieron a la nueva estructura de poder, probablemente debido a que eran también las más afectadas. Tal y como refleja la existencia de muchas deidades femeninas de importancia en las religiones precolombinas, las mujeres habían [53]
tenido una posición de poder en esas sociedades. En 1517, Hernández de Córdoba llegó a una isla ubicada a poca distancia de la costa de la península de Yucatán y la llamó Isla Mujeres “debido a que los templos que visitaron allí contenían una gran cantidad de ídolos femeninos” (Baudez y Picasso, 1992) Antes de la conquista, las mujeres americanas tenían sus propias organizaciones, sus esferas de actividad reconocidas socialmente y, si bien no eran iguales a los hombres, se las consideraba complementarias a ellos en cuanto a su contribución a la familia y la sociedad. Además de ser agricultoras, amas de casa y tejedoras y productoras de las coloridas prendas que eran utilizadas tanto en la vida cotidiana como durante las ceremonias, también eran alfareras, herboristas, curanderas y sacerdotisas al servicio de los dioses locales. En el sur de México, en la región de Oaxaca, estaban vinculadas a la producción de pulque-maguey, una sustancia sagrada que según creían, había sido inventada por los dioses y estaba relacionada con Mayahuel, “una diosa madre-tierra que era el centro de la religión campesina” (Taylor, 1970:). Todo cambió con la llegada de los españoles, éstos trajeron consigo su bagaje de creencias misóginas y reestructuraron la economía y el poder político en favor de los hombres. Las mujeres sufrieron también por obra de los jefes tradicionales que, a fin de mantener su poder, comenzaron a asumir la propiedad de las tierras comunales y a expropiar a las integrantes femeninas del uso de la tierra y de sus derechos sobre el agua. En la economía colonial, las mujeres [54]
fueron así reducidas a la condición de siervas que trabajaban como sirvientas –para los encomenderos, sacerdotes y corregidores– o como tejedoras en los obrajes. Las mujeres también fueron forzadas a seguir a sus maridos cuando tenían que hacer el trabajo de mita en las minas –un destino que la gente consideraba peor que la muerte– dado que en 1528 las autoridades establecieron que los cónyuges no podían ser alejados, con el fin de que, en adelante, las mujeres y los niños pudieran ser obligados a trabajar en las minas, además de tener que preparar la comida para los trabajadores varones. (…) Irónicamente, con la llegada de los españoles, al mismo tiempo que las uniones polígamas eran disueltas, ninguna mujer aborigen se encontraba a salvo de la violación o del rapto. De esta forma, muchos hombres, en lugar de casarse, comenzaron a recurrir a la prostitución (Hemming, 1970). En la fantasía europea, América misma era una mujer desnuda reclinada que invitaba seductoramente al extranjero blanco que se le acercaba. En ciertos momentos, eran los propios hombres “indios” quienes entregaban a sus parientes mujeres a los sacerdotes o encomenderos a cambio de alguna recompensa económica o un cargo público. Por todos estos motivos, las mujeres se convirtieron en las principales enemigas del dominio colonial, negándose a ir a misa, a bautizar a sus hijos o a cualquier tipo de colaboración con las autoridades coloniales y los sacerdotes. En los Andes, algunas se suicidaron y mataron a sus hijos varones, muy probablemente para evitar que fueran a las minas y también debido a la repugnancia provocada, posiblemente, por el maltrato que les infligían sus parientes masculinos (Silverblatt, 1987). Otras organizaron sus comunidades y, frente a la traición de muchos jefes locales cooptados por la estructura colonial, se convirtieron en sacerdotisas, líderes y guardianas de las huacas, asumiendo tareas que nunca antes habían ejercido. Esto explica el porqué las mujeres constituyeron la columna vertebral del movimiento Taki [55]
Ongoy. En Perú, también llevaban a cabo confesiones con el fin de preparar a la gente para el momento en que se encontraran con los sacerdotes católicos, aconsejándoles acerca de qué cosas contar y cuáles no debían revelar. Si antes de la Conquista las mujeres habían estado exclusivamente a cargo de las ceremonias dedicadas a las deidades femeninas, posteriormente se convirtieron en asistentes u oficiantes principales en cultos dedicados a las huacas de los antepasados masculinos –algo que tenían prohibido antes de la Conquista (Stern, 1982). También lucharon contra el poder colonial escondiéndose en las zonas más elevadas (punas) donde podían practicar la religión antigua.(…) Al perseguir a las mujeres como brujas, los españoles señalaban tanto a las practicantes de la antigua religión como a las instigadoras de la revuelta anti-colonial. También en Perú, al igual que en todas las sociedades preindustriales, muchas mujeres eran “especialistas en el conocimiento médico”, estaban familiarizadas con las propiedades de hierbas y plantas, y también eran adivinas. La noción cristiana del Demonio y el concepto de brujería era desconocidos para la cosmovisión andina. No obstante, hacia el siglo XVII, debido a la tortura, la intensa persecución y la “aculturación forzada”, las mujeres andinas que eran arrestadas, en su mayoría ancianas y pobres, reconocían los mismos crímenes que eran imputados a las mujeres en los juicios por brujería en Europa: pactos y copulación con el Diablo, prescripción de remedios a base de hierbas, uso de ungüentos, volar por el aire y realizar amuletos de cera (Silverblatt, 1987). También confesaron adorar a las piedras, a las montañas y los manantiales, y alimentar a las huacas. Lo peor de todo, fue que confesaron haber hechizado a las autoridades o a otros hombres poderosos y haberles causado la muerte (ibídem)
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Al igual que en Europa, la tortura y el terror fueron utilizados para forzar a lxs acusadxs a proporcionar otros nombres a fin de que los círculos de persecución se ampliaran cada vez más. Pero uno de los objetivos de la caza de brujas, el aislamiento de las brujas del resto de la comunidad, no fue logrado. Las brujas andinas no fueron transformadas en parias. Por el contrario, “fueron muy solicitadas como comadres y su presencia era requerida en reuniones aldeanas, en la misma medida en que la conciencia de los colonizados, la brujería, la continuidad de las tradiciones ancestrales y la resistencia política consciente comenzaron a estar cada vez más entrelazadas” (ibídem). En efecto, gracias en gran medida a la resistencia de las mujeres, la antigua religión pudo ser preservad, aunque el culto tuvo que ser llevado a la clandestinidad a expensas del carácter colectivo que tenía en la época previa a la Conquista. Pero los lazos con las montañas y los otros lugares de las huacas no fueron destruidos. En el centro y el sur de México encontramos una situación similar. Las mujeres, sobre todo las sacerdotisas, jugaron un papel importante en la defensa de sus comunidades y culturas. Según la obra de Antonio García de León, Resistencia y utopía, a partir de la Conquista de esta región, las mujeres “dirigieron o guiaron todas las grandes revueltas anti-coloniales” (de León 1985, Vol. I: 31). En Oaxaca, la presencia de las mujeres en las rebeliones populares continuó durante el siglo XVIII cuando, en uno de cada cuatro casos, eran ellas quienes lideraban el ataque contra las autoridades “y eran visiblemente más agresivas, ofensivas y rebeldes” (Taylor, 1979: 116). También en Chiapas, las mujeres fueron los actores clave en la preservación de la religión antigua y en la lucha anticolonial. Así, cuando en 1524 los españoles lanzaron una campaña de guerra para subyugar a los chiapanecos rebeldes, fue una sacerdotisa quien lideró las tropas contra ellos. Las mujeres también participaron de las redes clandestinas de adoradores de ídolos y de rebeldes que eran periódicamente descubiertas por el clero. Por ejemplo, en el año 1584, durante una visita a Chiapas, el [57]
obispo Pedro de Feria fue informado de que muchos de los jefes indios locales aún practicaban los antiguos cultos y que éstos estaban siendo guiados por mujeres, con las cuales mantenían prácticas indecentes, tales como ceremonias (del estilo del aquelarre) durante las cuales yacían juntos y se convertían en dioses y diosas, “estando a cargo de las mujeres enviar lluvia y proveer riqueza a quienes lo solicitaban” (de León 1985, Vol. I: 76). La caza de brujas y la globalización Durante la última mitad del siglo XVII la caza de brujas en América continuó desarrollándose en oleadas, hasta que la persistencia de la disminución demográfica y la creciente seguridad política y económica de la estructura de poder colonial se combinaron para poner fin a la persecución. De este modo, en la misma región que durante los siglos XVI y XVII se desarrollaron las grandes campañas anti-idolatría, durante el siglo XVIII la Inquisición renunció a cualquier intento de influir en las creencias religiosas y morales de la población, aparentemente porque consideraba que ya no representaban un peligro para el dominio colonial. El relevo de la persecución vino de la mano de una perspectiva paternalista que consideraba la idolatría y las prácticas mágicas como debilidades de la gente ignorante, a quienes no valía la pena que la “gente de razón” tuviera en cuenta (Behar, 1987). De ahí en adelante, la preocupación por la adoración al Diablo migraría hacia las recientes plantaciones de esclavos de Brasil, el Caribe y América del Norte donde –comenzando con las guerras del rey Felipe– los colonos ingleses justificaron las masacres de los indios americanos nativos calificándolos de sirvientes del Diablo (Williams y Williams Adelman, 1978: 143). En la década de 1840 tuvo lugar una oleada de quema de brujas en el oeste de la India.. Estos asesinatos se dieron en el contexto de la [58]
crisis social causada tanto por el ataque de las autoridades coloniales contra las comunidades que vivían en los bosques –en las cuales las mujeres tenían un mayor grado de poder que en las sociedades de castas que moraban en las planicies– como por la devaluación colonial del poder femenino, que tuvo como resultado el ocaso del culto a las diosas (ibídem: 139-40). La caza de brujas también tuvo lugar en África, donde sobrevive hasta día de hoy como un instrumento clave de división en muchos países, especialmente en aquellos que en su momento estuvieron implicados en el comercio de esclavos, como Nigeria y Sudáfrica. También aquí la caza de brujas ha acompañado la pérdida de posición social de las mujeres provocada por la expansión del capitalismo y la intensificación de la lucha por los recursos que, en los últimos años, se ha venido agravando por la imposición de la agenda neoliberal. Como consecuencia de la competencia a vida o muerte por unos recursos cada vez más agotados, una gran cantidad de mujeres –en su mayoría ancianas y pobres– han sido perseguidas durante la década de 1990 en el norte de Transvaal, donde setenta de ellas fueron quemadas en los primeros cuatro meses de 1994 (Diario de México, 1994). También se han denunciado casos de cazas de brujas en Kenya, Nigeria y Camerún durante las décadas de 1980 y 1990, coincidiendo con la imposición de la política de ajuste estructural del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, lo que ha conducido a una nueva serie de cercamientos, causando un empobrecimiento de la población sin precedentes.17 * véase African Studies Review, edición de diciembre 1998 dedicada a esta cuestión. En particular, Diane Ciekawy y Peter Geschiere, “Containing Witchcraft: Conflicting Scenarios in Postcolonial Africa” En la década de 1980, en Nigeria, niñas inocentes confesaban haber matado a docenas de personas, mientras que en otros países africanos se elevaron peticiones a los gobernantes a fin de que las brujas fueran perseguidas con mayor rigor. Mientras tanto, en [59]
Sudáfrica y Brasil mujeres ancianas fueron asesinadas por vecinos y parientes bajo la acusación de brujería. Al mismo tiempo, una nueva clase de creencias brujeriles está comenzando a desarrollarse. (…) Si aplicamos, las lecciones del pasado al presente, nos damos cuenta de que la reaparición de la caza de brujas en tantas partes del mundo durante las décadas de 1980 y 1990 constituye un síntoma claro de un nuevo proceso de “acumulación originaria”, lo que significa que la privatización de la tierra y de otros recursos comunales, el masivo empobrecimiento, el saqueo y el fomento de la divisiones de comunidades que antes estaban cohesionadas han vuelto a formar parte de la agenda mundial.
Fuente y citas de “Cristianizacion del Nuevo Mundo” del libro Calib n y la Bruja de Silvia Federeci. La autora cita como base de estos estudios principalmente a: *Moon, Sun and Witches (1987) [La luna, el sol y las brujas] de Irene Silverblatt, un estudio acerca de la caza de brujas y de la redefinición de las relaciones de género en la sociedad incaica y el Perú colonial. *Streghe e Potere(1998) [Brujas y poder] de Luciano Parinetto, una serie de ensayos que documentan el impacto de la caza de brujas en América sobre los juicios a las brujas en Europa.
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Chamanismo Femenino... “Todas las mujeres somos sanadoras... Es necesario desprenderse de capas de condicionamiento, cambiar hábitos de vida destructivos. Una nueva corriente de chamanismo femenino está despertando en todo el planeta y nos conducirá al cambio que todos necesitamos... La Gran Chamana es un arquetipo antiguo que contiene todos los poderes de la sanación que se manifiestan cuando una mujer entra en contacto con sus centros Útero-Corazón y desde ahí se comunica con los elementos de la tierra y con la sabiduría de sus reinos mineral, vegetal y animal... Hoy las mujeres hemos de contribuir al cambio que el planeta necesita y por tanto sanarnos y sanar es nuestra responsabilidad... La tierra siempre estuvo despierta, con todas sus formas de vida en equilibrio natural... Las piedras, los árboles, los animales son inmensamente más antiguos que la mente humana... Nos queda un futuro incierto, pero para ello las mujeres hemos de recuperar el mundo instintivo más que nunca, aprender de nuevo a parir sin que nos arranquen a lxs niñxs desde fuera, aprender a recoger las hierbas que curan el cuerpo y el alma, buscar guía sabia en el espíritu de los animales, ver, oler, tocar, escuchar, gustar, desde los sentidos sutiles que nacen de una Matriz Despierta”... Guadalupe Cuevas, De “el camino de la diosa” [61]
Ginecología activa Ginecología tiene como raíz las palabras “gyn” y “ecología”: mujer y el orden de un sistema. Es decir, ginecología se refiere al orden en el sistema de la mujer. En una ecología todo está en armonía. Cuando no lo está surgen desequilibrios naturales, equivalentes a las enfermedades. Añadimos “activa” para tener una postura activa frente a nuestro propio orden. La sociedad y los médicos nos han dado muy duro: nos han convertido en pacientes, en mujeres pasivas frente a nuestro propio cuerpo. Por otro lado, ecología en su término básico significa un sistema en orden, en completo equilibrio. “La ginecología activa implica resignificar todo lo que se entiende como ginecología desde el punto de vista médico, un punto de vista que se ha cargado de un significado machista. Los aparatos ginecológicos son muy invasivos. Asimismo, la anticoncepción es una responsabilidad que se ha cargado a la mujer, cuando ella sólo es fértil 6 o 7 días, y el hombre, 24 horas al día. ¿Por qué entonces tenemos nosotras que tomar el anticonceptivo?
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ANTICONCEPCION NATURAL A diferencia de lo que se podría pensar, existen antecedentes que nos refieren a este tema desde hace muchos siglos en la historia de la humanidad. El control de natalidad no es un tema menor y como se puede entender, la mujer era la encargada de practicar diferentes técnicas de contracepción y así mismo la encargada de compartir los conocimientos de boca en boca. “Las culturas antiguas tradicionalmente se han valido de los mismos elementos de la naturaleza para neutralizar o retardar la acción de otros elementos de la naturaleza, lo que supone, en el caso de las fuerzas que trabajan en la concepción y la gestación de la vida, un acabado conocimiento de los principios naturales presentes en ellos.” (Mora, 2007) Una de las menciones más antiguas que se tienen cómo antecedente, se extraen de un papiro egipcio fechado entre el 1900 al 1100 a.c. en dónde se usaba una especie de tampón vaginal con sustancias ácidas, con el fin de matar el esperma o impedir que fecundasen. Así mismo, y cómo en otras regiones del mundo, se usaba la miel, resinas de árboles específicos y algunas heces animales con el fin de crear una “barrera protectora”. Las mujeres romanas se introducían bolas de lana empapadas con vino o algún líquido ácido he incluso usaban tripas de animales para evitar que entraran los espermatozoides. En Medio Oriente se utilizaban una especie de “fumigación vaginal” con la madera de melia (o margosa), mientras que en Canadá, las mujeres tomaban bebidas a partir de testículos secos de castores para impedir un embarazo. Algo curioso que se puede encontrar es que en el sector de [63]
América del sur, la mayoría de las recetas y brebajes de ésta índole son a base de vegetales, destacándose el uso del cuesco y la hoja de la palta en cocciones. A diferencia de la autonomía y el autocuidado que se podía ver en la antigüedad, hoy se subyuga todo a la opinión de especialistas y técnicos profesionales quienes son los encargados de tomar decisiones en cuestión de cuidados, en salud todo se medicaliza y se ve todo como una enfermedad que hay que asistir. Para entender un poco más la anticoncepción es necesario detenerse a pensar en la mujer, en el control y el conocimiento del actuar de sus propios cuerpos, algo sumamente olvidado y subvalorizado en la actualidad; antiguamente los ciclos de la mujer se les relacionaba directamente con los ciclos de la lunas (el ciclo de la luna dura 28 días y el de la mujer entre 24 y 32 días aproximadamente, no es detalle menor que algunas mujeres le llaman “la luna” a su menstruación). Se puede prestar a confusión los movimientos feministas de los ’60 y sus demandas legalistas de derecho a voto, mejoras de educación e igualdad laboral y el “control sobre su sexualidad” y justamente aquí nos queremos detener, en ésta época se masifica el uso de la pastilla anticonceptiva, que no es más que un anticonceptivo hormonal químico que controla el sistema endocrino de mujeres sanas, en dónde obligamos a nuestros cuerpos a tener un ciclo “normal” y calendarizado de 28 días (es por eso algunas mujeres pueden sentir dolores premenstruales), programándonos a la vida ajetreada del trabajo y subvalorizando el sentir y el autocuidado de nosotras mismas. Sobre éste mismo tema habló Alexandra Pope a una entrevista a la revista The Ecologist: Hoy en día la píldora todavía se promociona como una forma de “controlar nuestra vida”. Lo irónico es que no sólo “No controlas”, sino que estás controlada por un medicamento. El verdadero sentido de “llevar el control” procede de conocer cómo funciona nuestro cuerpo valorando los cambios mensuales rítmicos como oportunidades de autodescubrimiento y cuidado propio, así como de acceso a las [64]
profundas fuentes de poder que el ciclo nos revela. ¡Eso es la verdadera libertad! y continúa: Por desgracia muchos médicos no informan lo suficiente de los efectos secundarios ni de las contraindicaciones. A veces dicen algo pero de forma muy rápida… Hay algunos médicos que no son partidarios de la píldora, pero son pocos y dispersos. Hablar en contra de la píldora en el ámbito sanitario es visto como un suicidio profesional, a la industria médica y farmacéutica les conviene ver a la mujer y sus ciclos como una fuente rentable de ingresos a sus arcas. Finalizando con la reflexión quisimos agregar una frase que encontramos y nos parece interesante destacar: “Viviendo con un cuerpo intoxicado, es difícil que una mujer pueda sentirse empoderada para generar los cambios que ella y éste planeta necesitan para terminar con el patriarcado”. Somos y estamos a tiempo de hacer conciencia de nuestra sexualidad y de recuperar nuestros cuerpos que han sido usurpados e instrumentalizados. *** A continuación dejamos a disposición una lista de diferentes hierbas medicinales con propiedades anticonceptivas. Es necesario recalcar que a diferencia de los anticonceptivos químicos, son menos invasivos y su eficacia tendrá que ver con el buen uso de las plantas, así mismo es recomendables que sea utilizado junto a otros métodos naturales, cómo el Método Ogino-Knaus (método del calendario) o el Método Billing(método del moco cervical). No está de más recordar que son métodos anticonceptivos y no previenen enfermedades de transmisión sexual, para ello, el único método eficiente es el uso de condón.
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ACHICORIA (Cichorium intybus L.) Las hojas tiernas y la raíz contienen inulina y levulosa, glúcidos que favorecen las funciones del hígado que a su vez afecta sobre el útero. Pero la mayor parte de sus propiedades medicinales se deben a los principios amargos que contiene, los cuales actúan estimulando todos los procesos digestivos. Uso: diario AJENJO (Artemisia absinthium L.) Se consumen las hojas y las ramitas tiernas, al igual que el romero tiene una función emenagoga y sirve para descongestionar el bajo vientre. Uso: diario CHILCO (Fuchsia magellanica Lam.) Se consume sus ramas, hojas. Esta planta es muy conocida por su uso emenagogo, su uso tradicional es para bajar la fiebre y como tratamiento para las reglas escasas; también sirve para los dolores menstruales. Uso: diario CULLE COLORADO O VINAGRILLO (Oxalis rosea) Se consume el tallo, es un eficaz estimulante de la menstruación, los mapuches la tenían considerada como una hierba del día después. Uso: después de una relación. NATRE O HIERBA CHAVALONGKO (Solanum ligustrinum Lodd) Han escuchado el dicho « ¿más malo que el natre? Bueno, ahora que sabrán sus propiedades anticonceptivas van a empezar a quererlo más. Los mapuches la ocupaban para inhibir la ovulación pues altera los estrógenos. La parte indicada para consumir, Son las hojas y los tallos. Uso: diario. PEREJIL (Petroselinum sativum) De esta planta se recomienda consumir sus hojas y raíces. Una infusión de perejil se puede usar como diurético. Los indios Cherokee lo usan como medicamento tónico para mejorar el rendimiento de la vejiga
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urinaria, también se usa frecuentemente como emenagogo lo que produce una estimulación uterina. Uso: diario ROMERO (Rosmarinus officinalis L.) Se consumen las ramitas, tiene una función emenagoga y tonifica el útero; es muy recomendada en personas con menstruación irregulares ya que facilita el flujo menstrual. Uso: diario RUDA (Ruta Chalepensis L.) Se utilizan las hojas; posee distintos tipos de principios activos. De ellos, destacan dos: un aceite esencial y un glucósido flavónico. También posee vitamina C. De los dos primeros, derivan sus cualidades terapéuticas más reputadas. Tiene reputación para ayudar a regular y provocar la menstruación. Uso: después de una relación. STEVIA (Stevia rebaudiana bertoni) Las partes que se ocupan son las hojitas; Los indígenas Guaraní del sur de Brazil utilizan “ka’a he’ê” (“hoja dulce”), como se llama en Guaraní, desde cientos de años como edulcorante en su yerba mate, y en varias tribus se reportó el uso de esta planta en el control de la fertilidad de las mujeres, aplicando infusiones concentradas de Stevia por tiempos prolongados. Uso: diario
Muchas de las hierbas anteriormente nombradas, además de tener propiedades anticonceptivas, tienen propiedades para los llamados “dolores menstruales”, aunque si se quiere consumir, hierbas específicas para estos, es posible encontrar una larga lista de hierbas que ayudarán con estás molestias, algunas de estas son: -Flores de manzanillas (Matricaria recutita L.) -Hojas de menta (Mentha piperita) -Semillas de comino (Cuminum cyminum) -Ramitas de orégano (Origanum vulgare) -Hojas y flores de Chilco (Fuchsia magellanica Lam.)
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Todas estas se pueden tomar solas o mezcladas y se recomiendan 3 veces al día los días de mayor dolor. PREPARACIÓN Para flores y otras partes finas: Para aquellas hierbas que sean de uso diario, la dosis será de 1 cucharadita (de 5 a 6 hojas) en una taza; si la hierba se encuentra fresca, entonces su consumo deberá ser el doble al de la hierba seca. Verter luego agua caliente (no hirviendo) sobre la hierba y dejar reposar de 10 a 20 min.Es muy importante triturar bien la planta antes de hacer cualquier preparado. Las infusiones son para el consumo inmediato. Para cortezas, raíces, semillas y otras partes duras: Hay que preparar cocimientos (hervir 5 a 10 minutos a fuego lento) un puñado pequeño de la planta que se necesita por 1 taza de agua; retirar antes que el agua hierva. Se deberán tomar de 2 a 3 tazas diariamente. ES MUY IMPORTANTE NUNCA HERVIR LAS HIERBAS, PUES SE DESTRUYE LA POTENCIA DE LA PLANTA. En relación con aquellas hierbas recomendadas para después de una relación: Entonces se deberá realizar una decocción, utilizando un puñado de la hierba por dos tazas de agua fría, la cual se pondrá a fuego lento durante 5 a 10 min. (si es una parte dura, durante 20 min.) Se deberá tomar 1/3 de una taza de esta infusión diariamente durante 6 días. Las decocciones pueden ser guardadas durante 2 a 3 días selladas y a la sombra. Bibliografía: Mora, Z. (2007). Magia y secretos de la mujer mapuche. Uqbar. Pope, A. (s.f.). THE PILL: “Los efectos secundarios de la píldora Anticonceptiva son muchos”. (Revista The Ecologist N°39)
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Entre tus piernas mujerâ&#x20AC;Ś.todo lo sagrado se acuna, ningĂşn pecado habita
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La bruja es una Mujer Sabia. Una mujer conectada con la intuición, con el poder de su cuerpo, de sus acciones y de su intención. Capaz de ver lo que los ojos no ven, capaz de manejar los elementos de la Naturaleza, capaz de respetar y escuchar los ciclos fuera y dentro de sí misma.
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La Matrística, el Útero, y el universo
Los aportes de la antropología: Nos han obligado a creer que la historia humana ha sido siempre así: gobernada por hombres guerreros más o menos poderosos según la fuerza de sus espadas y el poder de sus ejércitos. Hemos interiorizado una única versión de la historia llena de fronteras, emperadores y guerras. Nos han hecho creer, o nos hemos creído, que antes de la aparición de las catalogadas como primeras civilizaciones no había nada, que los seres humanos vagaban por ahí malviviendo y luchando contra la naturaleza hostil. Hoy, gracias a la re-valorización de las culturas ancestrales de todo el mundo y a nuevos enfoques antropológicos, que hace varias décadas van tomando forma, sabemos que otra historia puede ser contada. “Recientes hallazgos arqueológicos indican que en la Europa neolítica se desarrolló una sociedad matrística (de “matriz”). No era una sociedad en que las mujeres dominaran a los hombres, sino una cultura en que hombres y mujeres eran copartícipes de la existencia” Humberto Maturana En 1861 el suizo Joham Jacob Bachofen (1815-1887) escribió su célebre obra “El Matriarcado”. Bachofen, como jurista que era, [71]
emprendió una compleja investigación multidisciplinar basándose principalmente en los escritos de numerosos escritores de la Grecia Antigua (Hesiodo, Pindaro, Ovidio, Virgilio, Horacio, la Iliada y la Odisea, Herodoto y Estrabon), para determinar qué tipo de leyes imperaban en Europa antes del conocido como derecho romano basado en el pater familias. Pues bien, se encontró con que la mayor parte de los autores griegos describían unas primitivas culturas pacíficas y comunalistas (que el Imperio griego invadió) regidas por lo que él denomina como derecho materno. Este testimonio histórico, coincide con el de antropólogos e historiadores, que califican aquel periodo como de organización social matrifocal, en el que las madres actuaban como eje vertebrador de cada grupo humano. “En 1861 Bachofen escribió un libro en el que explica, basándose directamente en algunos autores de la Grecia antigua, la cualidad y la función social y civilizadora de la libido maternal en las primeras sociedades humanas; lo que ahora ya la antropología con la nueva aportación de la revolución arqueológica está confirmando; Bachofen dijo que la fraternidad, la paz, la armonía y el bienestar de aquellas sociedades del llamado Neolítico en la Vieja Europa, procedían de los cuerpos maternos, de lo maternal, del mundo de las madres. No de una religión de las Diosas ni de una organización política o social matriarcal, sino de los cuerpos maternos. Es decir (…) de la sustancia emocional que fluía de los cuerpos físicos y que organizaba las relaciones humanas en función del bienestar; y de donde salían las energías que vertebraban los esfuerzos por cuidar de la vida humana." Casilda Rodrigañez, “El asalto al Hades” Ya aquí se empieza a delinear una pista sobre la importancia fundamental del útero, pero sigamos con este breve resumen histórico… [72]
Bachofen se convirtió en un importante precursor de las teorías del siglo XX sobre el matriarcado de la vieja cultura europea, como la postulada por Marija Gimbutas Marija Gimbutas (1921-1994) fue una antropóloga lituana cuyas investigaciones se han convertido en referenciales para quien pretenda sumergirse en la prehistoria. Ha estudiado extensamente las culturas pre-indoeuropeas y revela innumerables muestras arqueológicas del periodo neolítico europeo: hubo un tiempo en el que el ser humano vivió durante milenios en pequeñas aldeas, en culturas matrifocales y probablemente matrilineales, agrícolas y sedentarias, igualitarias y pacíficas, mucho tiempo antes de la era patriarcal estratificada, pastoral y guerrera.
Que una cultura o sociedad sea “matrifocal” quiere decir que tiene a LA MADRE como su elemento central: Tanto simbólica como materialmente la madre es el eje de todo su universo. La maternidad, entendida no solo como un lazo de parentesco en la biografía de un ser humano, sino también como matriz, como núcleo primigéneo del que todo el universo surge. Todas las culturas antiguas de la humanidad tienen como base de su cosmovisión, la metáfora de la mujer/ naturaleza. La mujer, como símbolo de fertilidad, en analogía con la tierra, La gran madre, dadora de vida, de abundancia, de cuidado y protección. Estxs primerxs humanxs, que vivían en relación estrecha con los ciclos naturales, comprendieron rápidamente que la vida surge, se pierde y vuelve a aparecer en un ciclo incesante. Entendieron que todos los componentes de la naturaleza: plantas, árboles, rocas, montes, agua, viento, sol, luna, estrellas, mar..., todos, sin excepción, son seres vivientes como el ser humano mismo y forman parte de [73]
igual manera en el ciclo de vida, muerte y regeneración: Todxs somxs sagradxs porque formamos parte de la tierra, de la Gran Madre.
Así, Poco a poco se fue generando una espiritualidad en torno a una deidad femenina: La Diosa Madre, La Gran Madre. Esta deidad tiene muchísimos nombres, no solo porque cada pueblo le ha dado el suyo, sino porque ella representa las múltiples facetas de la existencia. Como indica la investigadora Bárbara Walker: “A la tierra se le han dado miles de nombres femeninos (Asia, África, Europa) que corresponden a distintas manifestaciones de una misma Diosa. Diversos países llevaban el nombre de alguna antepasada o de otra manifestación de la Gran Madre: Libia, Rusia, Anatolia, Lacio, Holanda, China, Jonia, Acadia, Caldea, Escocia (Scotia), Irlanda (Eriu, Erin, Hera), fueron sólo unos pocos. Cada nación dio a su territorio el nombre de su propia Madre Tierra.” En América, la divinidad existía bajo los nombres de Pacha-Mama para los Incas; Mapu para los Mapuches; Ixchel, en el panteón Maya; Coatlicue para los Aztecas; la Sedna de los esquimales; Tacoma de los Salish; Maka Ina de los Siux Oglalas; Iyatiku de los Keres y Kokyang [74]
Wuthi de los Hopis, además de otros muchos. En Africa occidental era Mawu; Isis o Hator en Egipto; Innana, Astarté, Ishtar o Asherah en Oriente Medio; Rhea en Creta; Kubaba en Turquía, Cibeles en Grecia; Semele en Tracia y Frigia; Zemyna en Lituania; Pele en Hawai... Es practicamente interminable la lista de nombres que lleva la gran creadora, la matriz única que surge del caos y que contiene y trasciende las polaridades de las que surge la vida. Ella representa el aspecto femenino del cosmos y la fecundidad de la vida. La Gran Diosa Madre, como personificación de la unidad que forman todos los seres y ciclos de la naturaleza, fue originariamente concebida por nuestros ancestros como un ser andrógino. Marija Gimbutas la definió como partenogénica, es decir, se autofecundaba, puesto que la fertilidad masculina también forma parte del Todo (de ella misma). Posteriormente, y a medida que las sociedades humanas se complejizaron, esta unidad primordial pasó a ser representada por la complementariedad de los contrarios, que de modo básico puede ser entendido como la simbiosis entre la fecundidad de la Madre Tierra y el poder fertilizador del Padre Sol. Gracias al valiosísimo trabajo de recomposición del universo simbólico neolítico realizado por Marija Gimbutas, sabemos que la gran madre fue representada de muy diversas formas y adoptando diferentes roles. Así, al personificar la totalidad de la naturaleza, contenía en si misma atributos de fertilidad pero también de muerte, pues ambos aspectos son indisolubles de la vida misma. Podía ser representada como una mujer embarazada o dando a luz; podía representar la vida vegetal y la renovación cíclica de las estaciones; o podía representar la muerte o el renacimiento de los seres vivos.
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¿Qué es lo que ha ocurrido con la imagen de la diosa? ¿Cómo y cuándo desapareció?
Una inversión simbólica para un nuevo orden social En el proceso de formación del patriarcado se ha dado un giro de las cosmogonías, con una segregación (o directa exclusión) de las deidades femeninas, y la ascensión de los dioses masculinos. Gerda Lerner, en su libro “la creación del patriarcado” explica que este fue un proceso que no se dio “de repente”, sino que se fue desarrollando en el transcurso de casi 2.500 años, desde aproximadamente el 3100 al 600 ac y también dice :
“El derrocamiento de esas diosas poderosas y su sustitución por un dios dominante ocurre en la mayoría de las sociedades del Próximo Oriente tras la consolidación de una monarquía fuerte e imperialista. Gradualmente, la función de controlar la fertilidad, hasta entonces en poder de las diosas, se simboliza con el acto de unión, simbólica o real, del dios o el rey divino con la diosa o su sacerdotisa.
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Con las constantes invasiones de bandas nómadas medianamente reducidas, las cuales poco a poco fueron creciendo cada vez más hasta transformarse en oleadas peligrosas, los fructíferos tiempos de la Gran Madre dieron paso al oscuro orden del metal y el hierro, donde dioses bélicos y guerreros marginaron lo femenino a tal punto, que pasaron a ser tan solo "la consorte" del dios.
Hemos presenciado el cambio desde la todopoderosa diosa-madre, como principio único de fertilidad universal, al omnipotente dios de la tormenta, cuya consorte es una versión domesticada de la diosa de la fertilidad. Al panteón de dioses sólo le queda verse reemplazado por un único poderoso dios masculino y que ese dios incorpore el principio del poder de engendramiento en su doble vertiente. Esta transformación, que se da de muchas maneras distintas en culturas diferentes, en el caso de la civilización occidental se produce en el Libro del Génesis. “Por último, se separa la sexualidad (erotismo) de la procreación con la aparición de una diosa distinta para cada función, y la diosa madre se transforma en la esposa o consorte del principal dios masculino”
Así, con la progresiva inversión de las narraciones mitológicas, se nos oculta el origen maternal de la creación del universo y de la vida sobre la tierra, y no hay ningún indicio de que el poder de creación y el de procreación vayan ligados. Todo lo contrario. El acto de creación por parte de Dios no tiene nada que ver con lo que puedan experimentar lxs humanxs. Ahora se nos habla de un “espíritu [77]
creador”, ya nada de madres, ni de vientres, ni de cuerpos ni de deseos.
Esa mujer abundante llena de carnes y curvas, delatando así su abundancia y generosidad, pasó de ser la hermosa Doncella, la Gran Madre o la Gran Sabia, a ser vista como la virgen en los albores del patriarcado hasta nuestros tiempos aún patriarcales… la virgen es una imagen de mujer aséptica , asexuada, no tiene nada que ver con nosotras las mujeres reales, ella
es madre sin haber
compartido el cuerpo… incluso no queda claro si la virgen maria parió –corpóreamente hablando – a su hijo.
Es curioso, si esa es una
imagen ideal, nunca llegaremos a ella, siempre estaremos en falta.
Pero, por que fue necesario este giro de las cosmogonías primigenias? Es decir, a qué responde que las deidades femeninas- representaciones de
la
maternidad
y
la
abundancia-
desvalorizadas con la progresiva formación de la sociedad patriarcal?
Vayamos al plano social. Autorxs como J.J Bachofen, Wilheim Reich y Casilda Rodriguañez nos presentan enfoques en donde se resalta la importancia de los cuerpos, la libido, el placer y la sexualidad a la hora de pensar la organización social. [78]
fueran
“casadas”
y
Repetimos cita de JJ.Bachofen, vía Casilda:
“En 1861 Bachofen escribió un libro en el que explica, basándose directamente en algunos autores de la Grecia antigua, la función social y civilizadora de la libido maternal en las primeras sociedades humanas;(…) dijo que la fraternidad, la paz, la armonía y el bienestar de aquellas sociedades del llamado Neolítico en la Vieja Europa, procedían de los cuerpos maternos, de lo maternal, del mundo de las madres. Es decir (…) de la sustancia emocional que fluye de los cuerpos físicos y que organiza las relaciones humanas en función del bienestar; y de donde salían las energías que vertebraban los esfuerzos por cuidar de la vida humana." Casilda Rodrigañez, “El asalto al Hades”
La libido es la energía autorreguladora de la vida. Por años, las sociedades pre-patriarcales se han autorregulado a partir del libre fluir de la libido. No existían leyes, ni reglamentaciones morales de ningún tipo. Las relaciones eran libres, la sexualidad espontánea. Se vertebraban a partir de lo que J.J Bachofen en sus estudios llama el muttertum “lo maternal”. Esta autora también explica que si bien existe la libido en general (de todos los cuerpos individuales, de todas las edades y de la organización social), existe también una forma particular de libido, que es la libido femenina, con una doble función: el crecimiento de la criatura humana y el vertebramiento de la organización social. La libido femenina es maternal, y lo maternal es libidinoso, es el deseo visceral de bienestar de las criaturas, de hijxs, de madres, de padres, de abuelxs, de amantes en general. Aclara esta autora que esta energía no es una producción de un alma espiritual, o de alguna Diosa (entenderlo así es sublimarla) y mucho menos una voluntad racional, es una energía sexual concreta, con una determinada función orgánica y social que mana de los cuerpos.
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Las sociedades matrifocales fueron sociedades autorreguladas porque se dejaban organizar por el libre fluir de la libido, no precisaban reglamentaciones externas. “Bachofen constantemente se refiere a la armonía social de la organización matrifocal por sus mecanismos ‘naturales’ de autorregulación: la ausencia de ‘archos’ en la sociedad neolítica europea (entre 10.000 y 2500 años a.c.), es decir, sin jefaturas, gobierno o jerarquía alguna; ni desigualdad social.” “En la sociedad anterior al Patriarcado, hace 4000/6000 años lo maternal funcionaba como una fuente de energía libidinal benefactora, que sentaba las bases de unas relaciones grupales armónicas, organizadas para producir y realizar el bienestar común del grupo; el Patriarcado sin embargo se organiza para realizar empresas de devastación, conquista y acaparación, o sea, el Poder y el sufrimiento humano. La sociedad patriarcal se levanta contra una sociedad autorregulada por la energía libidinal desde lo maternal; una sociedad en la que se reconocía la función y el papel de la madre. Como decía Bachofen, la fraternidad o hermandad humana se deriva de la madre” “Para Reich la formación armónica se organiza según la energía libidinal natural, que da lugar a una formación sinérgica –no jerárquica- propia de la vida en general. Pero Bachofen, antes que Reich, formuló la relación entre la organización social y la función de la líbido. Puesto que para Bachofen, la fraternidad no es un ideal político o religioso, sino el producto del del muttertum” [80]
“Sin líbido no hay sinergia social ni tejido social armónico. La contención de la líbido, y en concreto de la líbido femenina, se organizó para levantar la organización humana jerarquizada y las relaciones de Poder” (Casilda Rodrigáñez y Rebeca Madrazo ,”En que mundo nacemos. Nuestra dimension individual y colectiva”) ………………………..
Pero, para que pueda funcionar la sociedad patriarcal, la libido tiene que estar inhibida, contenida: Si se contiene la líbido, se contiene también la autorregulación, esta parece ser la base necesaria de toda la organización patriarcal. Aquí parece comenzar tanto en el plano individual como histórico, la desconexión, necesaria para el mantenimiento de la sociedad autoritaria.
La formación y mantenimiento de una sociedad jerarquizada y coercitiva entonces, requiere negar la madre, negar la maternidad, negar el libre fluir de la libido y los deseos primales de las criaturas (seres en creación). Necesita borrar de la memoria colectiva el origen sexual, libidinoso de la vida.
La imagen de mujer que la religión hegemónica presenta hoy, es la de una mujer sin deseos, casta y pura. La virgen. Madre sin haber “pecado”
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Quizás, uniendo cabos podamos ir entendiendo porqué estamos tan alejadas de nuestra fresca sexualidad y de un conocimiento pleno de nuestros cuerpos y de sus procesos.
Un Dios Padre se estableció en una posición de supremacía en relación con una Diosa Madre, y se trasforma paulatinamente en el Dios sin consorte de las tres religiones patriarcales que hoy en día conocemos: el judaísmo, el cristianismo y el Islam. El Dios es entonces el único creador principal, cuando antes era la Diosa quien había sido la única fuente de vida. Pero el Dios se convierte en el hacedor del cielo y la tierra, mientras que la Diosa era el cielo y la tierra. El concepto de “hacer” difiere radicalmente del de “ser”, en el sentido de que lo que se hace y quién lo hace no comparten necesariamente la misma sustancia; puede concebirse lo que se hace como inferior a quien lo hace. Sin embargo, lo que emerge de la madre es necesariamente parte de ella, como ella también es parte de lo que de ella emerge. Por lo tanto, la identidad esencial entre creador y creación se quebró; y de esta separación nació un dualismo fundamental, el conocido dualismo entre espíritu y naturaleza. Teniendo a la gran madre como origen, estos dos términos carecen de significado si se consideran por separado:
la naturaleza es espiritual y el espíritu es natural
porque lo divino es inmanente a la creación. En el mito del Dios, la naturaleza ya no es espiritual y el espíritu ya no es natural, porque lo divino trasciende la creación.” (Anne Baring y Jules Cashford, “El mito de la diosa”)
Esta separación no es un detalle menor, tiene muchísima fuerza a la hora de entendernos a nosotrxs mismxs, a la hora de pensar nuestro [82]
lugar en el universo.
Con este giro,
lo sagrado ya no está en
nosotrxs, es algo exterior, que nos rige desde fuera. Nos es presentado como un “ser superior” que nada tiene que ver con nuestra limitada existencia. Un alguien exterior quien nos castiga o nos premia y a quien debemos rendirle culto para obtener su beneplácito. La religiosidad pagana, sin embargo entiende que lo sagrado inunda lo real. Lo sagrado es todo. Todo es sagrado, todxs somos sagrados y eso también implica una responsabilidad, reconocerse como parte de la divinidad implica asumir la responsabilidad de ser pequeñxs creadorxs de nuestro mundo. Como dice la Abuela Margarita “EL PODER ES DENTRO DE
NOSOTRXS”
La cultura indoeuropea creo nuevas explicaciones míticas para justificar la destrucción del viejo mundo sobre el que se imponían. Neutralizaban y falseaban los mitos originales adjudicando un nuevo papel predominante a lo masculino. En
resumen:
Así, la Diosa Madre naturaleza que albergaba en su seno a todos los seres vivos, fue sustituida por Dios-Padre que legitimaban el uso de la Guerra amparándose en directrices divinas. A partir de entonces la naturaleza fue concebida como algo externo al ser humano que había sido puesta por el Creador para ser dominada y modificada, creando de este modo los arquetipos mentales antropocéntricos en los que aún hoy se sustenta la civilización occidental. [83]
Reconocernos brujas, es reconectar con lo divino. Lo divino no es algo allá arriba en los cielos que no tiene nada que ver con lo mundano, con el cuerpo, con la tierra, con lo cotidiano, con el aquí y ahora. Lo sagrado estará allí donde nosotras pongamos nuestra atención, nuestro intento y nuestro amor.
Allí donde veamos la magia de la vida, allí está lo sagrado. Primero en nosotras.
Es preciso convertir la vida en una maravillosa aventura de aprendizaje sin límites, sin auto engaños, sin verdugos, sin víctimas, sólo con el fervor de crecimiento hecho manera de vivir creativa, conducida por la imaginación. Es preciso convertir la vida en una suprema ceremonia, para que todo sea sagrado, todo importante, más nada demasiado importante como para impedir la lucidez, la serenidad y el amor.
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Nunca hoy como antes la mujer tuvo la oportunidad de convertirse en una mujer sagrada, en un ser lúcido y sabio, en una guerrera-caminante, consciente de que nada puede perder porque no busca ganar. Las mujeres están regresando convertidas en preciosos seres que derrochan belleza y musicalidad e invitan a los hombres a instalarse y vivir en la dimensión poética de la vida. La mujer sabia no precisa hablar, su presencia es suficiente, su mirada, su silencio, todo es enseñanza, su amor se instala llenando el espacio de luz que habita... ¿Y si te atrevieras a ser tú misma, silvestre, salvaje, libre, natural, inocente, niña y abuela ? ¡cuánta luz volvería iluminar tu rostro! !cuánto amor emitirían tus ojos! !cuánta energía llenaría tus manos! La germinación de la nueva mujer comienza con un acto de rebeldía, suprema rebeldía, sagrada disidencia de lo establecido, que en nombre de una normalidad anormal, mutila, esclaviza a la mujer en modernas cárceles de barrotes invisibles. El despertar de la mujer adquiere connotación de rebelión, supremo acto de valor que convertirá la oruga en mariposa. Chamalú [85]
Soy una bruja, soy alguien que cree que la tierra es sagrada, y que las mujeres y los cuerpos de las mujeres son una expresiรณn de ese ser sagrado
[86]
El cielo y la tierra nos atraviesan. Nuestro cuerpo es un canal, cada cuerpo un canal. El cuerpo es nuestro templo. cada unx de nosotrxs es manifestación de lo divino. Somos lo divino, creerlo así nos abre el campo de las potencialidades quizás al infinito. Allí la magia La chispa divina alberga en cada cuerpecito, en cada conciencia.. Lxs adultos lo han olvidado porque la socialización en esta sociedad así lo requiere. Pero podemos sacudirnos, y sanar, y reconectar y brillar y contagiar luz. Y relacionarnos desde la luz. …Y podemos llamar a nuestra niña para jugar en las hamacas …Y podemos convocar a nuestra loba a aullar bajo la luna Cada cuerpecito es “la naturaleza” cada cuerpecito es “lo divino” La sabiduría de las brujas, magas, hechiceras, mujeres despiertas en general, consiste en comprender profundamente está relación, entre la tierra y el cielo, entre lo espiritual y lo más visceral, entre el cuerpo y la conciencia, y también, que mientras usemos el lenguaje utilizaremos estas (u otras) categorías para referirnos a la realidad, pero que realmente la realidad es inabarcable en palabras, inasible en conceptos, que todo está tan unificado que quizás solo un profundo silencio nos acerque a la comprensión. Solo quizás.
[87]
Yo tengo un cuerpo Yo lo comprendo Yo lo respeto Yo lo escucho Yo actĂşo desde ĂŠl Yo lo cuido
Yo investigo
Yo contemplo
Yo comparto con mis hermanas lo aprendido Yo tengo hermanas
Muchas,
cada dĂa mas
Nosotras. Nosotras nos vamos encontrando
Conociendo, sintiendo
Escuchando, sanando Nosotras
Estamos buscando
Vamos andando, volando, nadando Vamos reptando, trepando Vamos llorando, riendo Vamos creciendo. Vamos recordando jugando
Y naciendo. Vamos poblando
Vamos circulando, compartiendo, sanando [88]
probando,
Estamos Abriendo, dando
Recibiendo, multiplicando
Transformando, mutando
Somos el cambio
Estamos dispersando la semilla
Hablando con el viento
Aullando con lxs lobxs Vamos
Siguiendo la luna
Ciclando. Sembrando, cosechando Aprendiendo, cantando Entonando Elevando nuestra voz Vamos Confiando, amando Abiertas, perceptivas Estamos
Mirando, escuchando Atentas, despiertas
Vivas, latiendo Siendo
sintiendo creciendo Volviendo Conectado, vibrando
Sincronizando
Contagiando
Siendo Oruga y mariposa
NiĂąa y leona
Babosa y picaflor.
Anguila y cĂłndor [89]
Alas y raĂces
Todo somos Nosotras Estamos soĂąando Perfeccionando
Errando, acertando Afinando, intencionando
Creyendo, creando Pariendo, criando Disfrutando Estamos despertando.
[90]
El útero: centro energético del cuerpo femenino: Para aquellos pueblos, de culturas matrifocales en las que la maternidad vertebraba la organización social de la comunidad, cuya cosmovisión se basaba en lo que Gimbutas llamaba la “celebración de la Vida”, el útero, era uno de los símbolos sagrados de mayor importancia: representaba, la matriz sagrada de dónde nace la vida humana. Éste, aparece representado en el arte simbólico de la vieja Europa bajo muy diversas formas (huevo, pulpo, medusa, bucráneo,…) y en territorios geográficos muy distantes. Sin embargo, a lo largo de los últimos milenios, el útero, como todo lo que tenía que ver con la sexualidad femenina, ha sido sistemáticamente reprimido de nuestro universo simbólico. Esto ha producido en la mayor parte de las mujeres occidentales un distanciamiento, una desconexión, con su punto energético más importante, provocando a su vez un efecto cadena sobre la sexualidad en general y la maternidad en concreto. “ En nuestra cultura, la matriz (el útero) es una gran desconocida; ha sido rebajada a una víscera con un papel casi vegetativo, cuando no como un sifón de un sistema de cañerías. Sin embargo, si el cerebro es una especie de unificador a ciertos niveles de nuestra percepción y de nuestra voluntad, a otro nivel, la matriz es otro centro de percepción y de toma de decisiones (las 'viscerales'). Podríamos decir que el 'alma' en el sentido de 'ánimo' de la mujer, en cierto modo es la matriz. En este mundo la mujer está 'desanimada', 'desalmada', paralizada, porque la vitalidad genuina de la mujer es incompatible con esta sociedad y por eso quedó prohibida y excluida de este mundo (des-terrada al Hades); como dice Melandri, es como si el existir de la mujer se hallase ya incluido en una forma de existencia que la niegan en cuanto a mujer; [91]
como si la única posibilidad de existir en este mundo tuviese como condición la 'indiferencia' de la matriz, la castración de la mujer que después de tres o cuatro milenios de dominación física, se efectúa ya a nivel simbólico e inconsciente (No por casualidad en la Biblia, el establecimiento de la sociedad de dominación sobre todo el ecosistema se enuncia paralela y simultánea al parir con dolor.) y esta castración de la mujer trae consigo, tanto la congelación de su 'capacidad de percepción' que decían los chamanes, como el realizar la función primaria reproductora en ese estado de 'indiferencia',- lo que con otras palabras, llamamos 'robotización', que quiere decir eso, 'des-animación', o 'des-vitalización'. “Si las niñas bailasen las danzas del vientre con sus hermanas mayores, sus madres, sus abuelas, y nadasen como sirenas (con las piernas juntas), crecerían sin parar de mover las caderas, la pelvis, el útero; y éste volvería ser como un pez que se mueve en nuestro vientre, tal cual lo representaban en el neolítico. Cuando se habla de recuperar nuestro cuerpo de mujer, en concreto quiere decir recuperar la sensibilidad y el movimiento uterino. Que nuestro vientre canalice y exprese nuestra emoción y nuestra alegría de vivir.” -Extracto del libro de Casilda Rodriguañez “Pariremos con placer”: El alma de la mujer se encuentra en el útero, y si este está desvitalizado o lleno de dolor, así se percibirá ella y percibirá la realidad que la rodea. Su estado natural es el "gozo" nacido desde la fuente de la vida primigenia, pero la herencia de nuestro linaje femenino hace tiempo que se llenó de dolor y de fría muerte, y eso es lo que muchas mujeres ahora perciben , en su alma y en su interior, (se sienten desalmadas y desvitalizadas). [92]
Cuando el útero está despierto irradia placer y vitalidad por todo el cuerpo, y el cerebro se recoge en él, para guiarnos desde el instinto y así poder tomar las mejores decisiones que nos lleven al estado de dicha en nuestra vida .
Recuperar la sensibilidad uterina es posible Por Casilda Rodriguañez. El asalto al hades
Cuando una niña llega a la adolescencia tiene el útero tan rígido y contraído, que hasta la mínima apertura del cérvix para la menstruación le produce fuerte dolor. Pero sabemos de jóvenes que tenían reglas muy dolorosas y han dejado de tenerlas después de adquirir conciencia de su útero, visualizándolo, sentirlo y relajarlo puede lograr mejores y más satisfactorios resultados. Para recuperar la sensibilidad uterina la primera cosa que hay que hacer es explicar a las niñas desde pequeñas que tienen un útero, para qué sirve y cómo funciona. Explicarles que cuando se llenan de emoción y de amor, su útero palpita con placer. Tenemos que recuperar con ellas las verdaderas danzas del vientre, para que cuando lleguen a la adolescencia no tengan reglas dolorosas, sino que se sientan en ese estado especial de bienestar similar al de la gravidez. Hemos de hacer hogueras para quemar los informes médicos del tipo del recientemente aparecido que afirma que la menstruación es una enfermedad y que hay que eliminarla tomando píldoras ininterrumpidamente. Hay que recuperar la transmisión por vía oral de la verdadera sabiduría; de una sabiduría hecha de experiencia, complicidad y [93]
empatía visceral; es decir, una sabiduría gaiática, que se comunica por abajo, al margen de las relaciones de Autoridad, que fluye con la sinfonía de la vida, que se derrama con el deseo, que sabe sin saber que sabe prácticamente todo acerca de la condición femenina escondida en el Hades, y reconoce lo que es bueno y lo que es malo para la vida humana. Hombres y mujeres tenemos prohibido el acceso a esta sabiduría, y miles de Santos Padres, Arcángeles armados, y hoy también el complejo ejército del Big Brother (que aunque invisible es más real y poderoso que la Santa Inquisición), hacen guardia en las puertas del Jardín del Edén para impedir el acceso al árbol del fruto prohibido y del conocimiento del bien y del mal. Y sin embargo, esa sabiduría que no llega apenas a los centros oficiales del saber –a las Universidades, a las editoriales, a los Premios Nobel– vive en nuestras entrañas. Sólo tenemos que desterrar los prejuicios y el miedo para descender al Hades y dejarla salir. La recuperación del útero servirá para recuperar la conciencia, y viceversa. Hay que tener en cuenta, puesto que de hecho somos seres psicosomáticos, y la escisión cuerpo-mente es sólo una idea que encubre un modo de vida patológico, que hay un movimiento somático correlativo al movimiento de la conciencia y del inconsciente correlativo al somático. Si la conciencia puede sacudir el útero, el útero también puede sacudir las conciencias y los inconscientes. ¡Y vaya que si lo hace! Por eso, esta vía es mucho más difícil de controlar y manipular para cambiar el significado de las cosas. Tenemos que correr la voz. Acabar con el acceso prohibido a la ciencia del bien y del mal. Acabar con el [94]
Hades y todo lo que allí ocultaron. Las mujeres tenemos que contarnos muchas cosas. De mujer a mujer, de mujer a niña, de madre a hija, de vientre a vientre. Las mujeres tenemos que poner en funcionamiento nuestro neocortex para que nuestra conciencia asuma y asimile el útero. Practicar la visualización y la concentración en el útero; recrearnos en las figuras simbólicas de la Antigüedad que representan la sexualidad femenina y la regeneración de la vida: cálices, ranas, serpientes, cabezas de toro, etc.
Poner imágenes del útero en nuestras habitaciones, y con la mano sobre el vientre, mirarlo. Tenemos que aprender a escuchar y a sentir el latido del útero, especialmente perceptible cuando late produciendo oleadas orgásmicas. Y cuando venga la regla, visualizar, como las mujeres de la India, los pétalos de una flor desplegándose. En Francia asociaban el nacimiento al desarrollo de una col. De ahí viene el calificativo entrañable de mon chou o mon petit chou, a lxs bebes: algo similar a nuestro “vida mía”, etc. Si observamos el crecimiento de una col veremos al cogollo creciendo entre hojas que lo abrazan y lo protegen, y que se van desplegando para abrirle paso. Quizá, también por eso, en Francia, a lxs niñxs, en vez de contarles la historia de la cigüeña, se les dice que lxs bebes salen de debajo de las coles. Una imagen del nacer bien distinto a los espasmos violentos y los empujones,que más podría representarse con la erupción de un volcán [95]
escupiendo piedras, ceniza y lava. Nuestro útero se puede abrir con la misma suavidad que los pétalos de la flor o las hojas de la col, que protegen el cogollo y luego se abren para que salga a la luz y florezca. Hay unos ejercicios, conocidos como “ejercicios de Kegel”, por el médico californiano que los propuso por primera vez, que se recomiendan para ejercitar los músculos pélvicos. Estos ejercicios se recomiendan para la preparación al parto, y también para combatir las pérdidas de orina, para intensificar los orgasmos, para evitar el prolapso del útero (la caída del útero en la vagina) y otros trastornos de la vejiga o del recto que se producen cuando se pierde el tono muscular. Se recomienda localizar los músculos abriendo bien las piernas en el momento de orinar y tratando de parar el líquido cuando se está orinando. Estos músculos se ejercitan contrayéndolos fuertemente durante un segundo y luego relajándolos completamente, repitiéndolo diez veces seguidas (en total unos 20 segundos); al cabo de un mes se empieza a repetir 20 veces, etc. El Colectivo de Mujeres de Boston, según la experiencia acumulada, confirman que con estos ejercicios se consigue mejorar el tono durante el coito; lo cierto es que también ayudan a recuperar la percepción de los músculos uterinos. Estos ejercicios hay que hacerlos sin esperar a estar embarazada, para revitalizar los músculos pélvicos y los uterinos, integrándolos en la percepción de nuestros cuerpos, conocerlos y diferenciarlos. Tenemos que recomponer nuestro cuerpo despiezado y que fluya la corriente de sensibilidad entre el útero y la conciencia. Abrir el camino de una socialización de las niñas que no reproduzca esa ruptura útero/conciencia que decía Juan Merelo-Barberá, volviendo a unir el útero y el deseo. Y llegarán los momentos en que esqueleto pélvico se moverá acompañando al movimiento del útero, recuperando la danza sexual del vientre y la condición femenina de nuestro continuum filogenético.
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Ejercicios Kegel para fortalecer el utero: Principiantes 1. Vaciar la vejiga. 2. Contraer los músculos de la vagina durante tres segundos y relajar. Repetir 10 veces. 3. Contraer y relajar lo más rápido que se pueda. Repetir 25 veces. 4. Imaginar que se sujeta algo con la vagina, mantener esta posición durante 3 segundos y relajar. Repetir 10 veces. 5. Imaginar que se lanza un objeto con la vagina, mantener la posición durante 3 segundos y relajar. Repetir 10 veces. 6. Imaginar que se acaricia un objeto con la vagina como una madre a un niño, mantener la posición durante 3 segundos y relajar. Repetir 10 veces. Estos ejercicios hay que realizarlos tres veces al día. Iniciadas 1. Tumbarse en el suelo con las rodillas dobladas y las plantas de los pies cara a cara. 2. Mantener los músculos del estómago y de la vagina en posición relajada. 3. Imaginar las paredes interiores de la vagina e intentar acercarlas contrayendo los músculos (no se deben flexionar los músculos del estómago ni presionar los glúteos. Seguir dos veces más. 4. Contraer lentamente contando hasta diez. 5. Mantener los músculos contraídos con la vagina cerrada contando hasta veinte. 6. Relajar contando hasta diez y volver a empezar. El ejercicio debe hacerse durante diez minutos. Para saber si están realizándose bien los ejercicios, después de unos cuantos días haciéndolos, se coloca un dedo o dos entre los músculos de la vagina y al contraer se debe notar que la vagina comienza a estrecharse. [97]
Más ejercicios para sanar energéticamente la matriz: Las siguientes prácticas nos ayudan a limpiar la matriz de los residuos de energía de tiempos pasados, situaciones de trauma, cirugías, pérdidas, extracciones o vivencias dolorosas, y también de energía sexual acumulada de parejas pasadas. Es importante dejar muy en claro que los siguientes ejercicios deberían ser el principio de una nueva relación con nuestra matriz, una relación basada en el amor, el respeto, la honra y un alto grado de consciencia… El principio más importante a tomar en cuenta para realizar esta limpieza energética es cuidar la energía que de ahora en adelante entrará a nuestro cuerpo y se depositará en nuestra matriz. * Meditación y respiración con la Madre Tierra * En un bosque, en el jardín, en un espacio de tierra alejado de la ciudad o de la contaminación, usando una falda larga vamos a sentarnos con los talones juntos y las rodillas “mirando hacia afuera”. Llevando las manos al vientre comenzaremos a respirar de manera lenta y profunda, inhalando por la nariz y exhalado por la boca. Imaginamos un cristal enterrado en la tierra justo debajo de nosotras, imaginamos que su energía limpia y clara es emanada hacia nuestro cuerpo. Cuando inhalamos la luz del cristal entra por nuestra matriz y cuando exhalamos la luz sale de nuestra matriz llevándose consigo rastros de energía estancada: relaciones sexuales pasadas, dolores, cirugías, etc. Podemos parar cada vez que lo necesitemos y podemos hacerlo cuantas veces sea necesario, siempre agradeciendo a la Madre Tierra al término de cada sesión, pidiendo que toda esa energía sea transmutada.
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* Vocalización con cielo y tierra * Sentadas –aquí puede ser en nuestra habitación o el lugar donde nos sintamos cómodas, vamos a imaginar como un halo de luz emerge de la tierra pasando por nuestro cuerpo a través de nuestra matriz y en eje directo hacia el cielo. Entonces comenzaremos a vocalizar, a emitir sonidos que se sintonicen con la matriz, que parezcan surgir de ahí. No importa como suenen, si son altos, bajos, agudos o graves, los emitimos hasta sentir que todo nuestro cuerpo vibra. Podemos buscar sonidos específicos para vivencias pasadas, e imaginamos que al emitirlos estamos soltando la experiencia. Podemos hacer esto cada que lo necesitemos. Y al término de cada sesión nos damos un tiempo para respirar y volver a centro, pues podemos sentirnos mareadas. Al finalizar agradecemos a la tierra y al cielo, desaparecemos mentalmente el eje lumínico y nos permitimos descansar recostadas. * Limpieza con un cuarzo de luna * Una vez realizadas las prácticas anteriores, podemos adquirir un cuarzo de luna o una perla para traerlas con nosotras, de ser posible cerca de la matriz, de esta manera comenzamos a alinear su energía con una alta frecuencia femenina irradiada de estas bellas piedras. Cada vez que lo sintamos necesario podemos limpiar los cuarzos colocándolos en un vaso con agua a la luz de la luna, por una noche, al siguiente día vertimos el agua en la tierra y podemos volver a portar nuestro cuarzo
Cuando despertamos e iluminamos la matriz, sus dones chamánicos y de percepción se ponen al servicio, pues más allá de ser un órgano con funciones biológicas, la matriz es un centro de gran poder que nos puede ayudar a percibir el mundo desde otro lugar, desde otro latido. Fuente : sabidurialunar.mujerlunar.com //
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Yo decreto: Yo honro mi linaje de mujer, a mis hermanas, mi madre, mis abuelas y mis ancestras, y libero todo el dolor acumulado en el Ăştero de las mujeres de mi sangre, para que sea transformado en sabidurĂa infinita. Que asĂ sea!
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Pases mágicos la liberación de la matriz Por Carlos Castaneda
Según don Juan Matus, uno de los intereses más específicos de lxs chamanxs que vivían en el antiguo México era lo que ellxs llamaban “la liberación de la matriz”. Don Juan explicaba que la liberación de la matriz implica el despertar de sus funciones secundarias y que, dado que la función primaria de la matriz en la mujer, bajo circunstancias normales, era la reproducción, aquellxs brujxs sólo estaban interesadxs en su función secundaria: la evolución: el despertar y el aprovechamiento pleno y total de la capacidad de la matriz para procesar conocimiento directo, es decir, la posibilidad de captar datos sensoriales e interpretarlos directamente, sin la ayuda del proceso de interpretación que nos es familiar y conocido. Para los chamanes, el momento en que el practicantes transformado, de un ser socializado para reproducirse, en un ser capaz de evolucionar, es cuando toma conciencia de que ‘ve’ fluir la energía en el universo. Según la opinión de los chamanes, las mujeres logran ‘ver’ la energía con mucha mayor facilidad que los hombres, gracias a la acción de la matriz. (…) . La premisa básica de la brujería –me dijo don Juan en cierta oportunidad-, descubierta por los chamanes de mi linaje que vivieron en México en la antigüedad, fue que somos ‘percibidores’. La totalidad del cuerpo humano es un instrumento de percepción. Sin embargo, en nosotros el predominio de lo visual confiere a la percepción el carácter general de los ojos. Este carácter, según los brujos de la antigüedad, no es más que la herencia de un estado puramente depredatorio. . [101]
“El esfuerzo de aquellos antiguos brujos, que ha perdurado hasta nuestros días –continuó don Juan-, estaba dirigido a ubicarse más allá del ámbito del ojo del depredador. Concebían el ojo del depredador como algo visual por excelencia, y consideraban que el espacio que estaba más allá de él era el reino de la percepción pura, la que no tiene una orientación visual. En otra oportunidad, me dijo que la gran discusión entre los brujos del antiguo México giraba en torno de por qué las mujeres que poseen la estructura orgánica –es decir, la matriz- que podría facilitar su ingreso en el ámbito de la percepción pura, no tenían interés en hacer uso de ella. Consideraban que la paradoja de la mujer era que, teniendo a su disposición un poder infinito, no tenía el menor interés en acceder al mismo. Sin embargo, don Juan estaba seguro de que esa falta de deseo de acceder al poder no era natural sino aprendida. El objetivo de los pases mágicos para el vientre es permitir que las mujeres que practican Tensegridad (otro nombre con el que se denomina mas modernamente a los pases mágicos) vislumbren, más allá de una simple curiosidad intelectual, las posibilidades de anular el efecto de esa malsana deformación social que genera la indiferencia observada por los brujos de la antigüedad. Aquí cabe, sin embargo, hacer una advertencia: don Juan Matus recomendaba a sus discípulas proceder con gran cautela al practicar esos pases mágicos. Los pases mágicos para la matriz son pases que incitan el despertar de la función secundaria del útero y de los ovarios, y esas funciones secundarias son el reconocimiento de datos sensoriales y su interpretación. (…) “La matriz –continúa don Juan- está realmente en un estado de confusión a causa de la velada capacidad que existe en remisión desde el momento del nacimiento hasta la muerte, pero que nunca es utilizada. Esta función de interpretación nunca cesa de actuar y, sin embargo, nunca asciende a un nivel de plena consciencia. Lo que don Juan afirmaba era que, mediante sus pases mágicos, los chamanes del antiguo México habían elevado entre sus [102]
practicantes femeninas la capacidad interpretativa, la matriz, hasta el nivel de lo consciente y, al hacerlo, habían instituido un cambio evolutivo entre ellas; es decir, habían transformado la matriz de ser un órgano de reproducción a constituir una herramienta de evolución. Los pases mágicos de la serie de la matriz son sumamente potentes y deberían ser practicados con cuidado y cierta limitación. En la antigüedad, los hombres tenían prohibido realizarlos. En épocas más modernas, hubo una tendencia entre los brujos a tratar estos pases mágicos en forma mas generalizada y, así, surgió la idea de que también podían ser de utilidad para los hombres. Sin embargo, esta idea debe ser objeto de un manejo cuidadoso; si es llevada a la práctica, es preciso hacerlo con mucha concentración y voluntad. A causa de sus efectos poderosos, los practicantes de Tensegridad de sexo masculino que enseñan los pases mágicos han optado por practicarlos frotando muy levemente la energía que generan sobre la zona de sus propios genitales. Se ha comprobado que esta medida es suficiente como para brindar un estremecimiento benéfico, sin efectos negativos profundos. Don Juan explicaba que, en un momento dado, los brujos de su linaje permitieron a los hombres la ejecución de estos pases mágicos, en la esperanza de que la energía generada por ellos despertara la función secundaria de los órganos sexuales masculinos. Decía que, para aquellos brujos, la función secundaria de los órganos sexuales masculinos no era en absoluto similar a la del vientre; afirmaban que no era posible que se produjera una interpretación de los datos sensoriales porque los órganos sexuales masculinos están fuera de la cavidad abdominal. Debido a esas circunstancias particulares, la conclusión fue que la función secundaria de los órganos masculinos era algo que ellos denominaron “soporte evolutivo”: una especie de trampolín que catapulta a los hombres a realizar proezas extraordinarias, a lo cual los brujos del antiguo México denominaban ‘intento inflexible’ o propósito lúcido y concentración. Carlos Castaneda matriz
“Pases mágicos – Tensegridad” - Serie para la [103]
Cada mujer reconciliada con su cuerpo, reconectada con su esencia femenina, es un poderoso anclaje de luz para el planeta, un poderoso portal de amor, aceptaciĂłn, respeto y empatĂa.
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Chamanas y sacerdotisas Una mujer que toma conciencia de su ciclo y las energías inherentes a él también aprende a percibir un nivel de vida que va más allá de lo visible; mantiene un vínculo intuitivo con las energías de la vida, el nacimiento y la muerte, y siente la divinidad dentro de la tierra y de sí misma. A partir de este conocimiento la mujer se relaciona no sólo con lo visible y terrenal, sino con los aspectos invisibles y espirituales de su existencia. Fue a través de este estado alterado de conciencia que tenía lugar todos los meses como las chamanas/curanderas, y más adelante las sacerdotisas, aportaron al mundo y a su propia comunidad su energía, claridad y conexión con lo divino. La curación, la magia, la profecía, la enseñanza, la inspiración y la supervivencia provinieron de su capacidad de sentir ambos mundos, de viajar entre los dos y de llevar sus experiencias de uno a otro. El incremento del dominio masculino en la sociedad y la religión hizo declinar la posición social de la chamana y la sacerdotisa hasta tal punto que los hombres terminaron por adoptar sus roles. El papel de la sacerdotisa fue tan fuertemente reprimido por la sociedad occidental que la actividad de la mujer en la religión estructurada terminó por desaparecer por completo; lo que sí consiguió perdurar de un modo “clandestino” fue la posición de la adivina o bruja, que se convirtió en el último vínculo con las primitivas religiones matriarcales. La hechicera de la aldea era una experta en magia de la naturaleza, la curación y las relaciones entre las personas, y tenía la capacidad de interactuar con las estaciones, su propio ciclo menstrual y su intuición; ayudaba y guiaba a sus semejantes en lo concerniente a la vida y la muerte, actuaba como iniciadora y transformadora valiéndose de los
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rituales de transición y dirigía las ceremonias extáticas que llevaban la unión, la fertilidad y la inspiración a su pueblo. Estas mujeres simbolizaban el equilibrio de la conciencia y las energías femeninas dentro de una sociedad y una religión dominadas por los hombres, pero como desafortunadamente estos poderes representaban una clara amenaza para la estructura masculina, se las persiguió sin tregua hasta virtualmente destruir la tradición de la bruja o hechicera en la sociedad. Al atacarlas, los perseguidores no hacían otra cosa que admitir el poder de las mujeres, pero no fueron esas agresiones las que finalmente destruyeron la brujería: fue el hecho de que con el paso del tiempo la sociedad terminó por negar la existencia de esos poderes femeninos. La bruja se transformó entonces en un objeto de mofa: comenzó por aparecer en los cuentos infantiles e incluso en la víspera de Todos los Santos como una figura cómica. Lamentablemente, los primeros castigos que se les impusieron cada vez que eran capturadas, así como el miedo y la vergüenza que posteriormente provocó su imagen, hicieron que las mujeres dejasen de expresar aquellas habilidades y necesidades que habrían supuesto el resurgimiento de la tradición. Los efectos directos de las persecuciones de las brujas todavía se perciben en nuestros días: la sociedad necesita enseñanzas que reconozcan la naturaleza femenina y sus energías, y sobre todo una serie de pautas claras para su utilización. El hecho de que a la mujer se le haya negado la posibilidad de experimentar la espiritualidad en forma activa la ha llevado a aceptar una religión estructurada y dominada por los hombres, y evidentemente también ha tenido como resultado su total desconocimiento de su propia espiritualidad innata. [106]
Para tomar conciencia de ella, la mujer debería “salir” de la religión masculina y de la mayor parte de la comunidad religiosa, lo que le resultará extremadamente difícil si ha crecido dentro de los parámetros de este tipo de religiones y no sabe lo que puede encontrar “fuera”, y hasta aterrador debido a la falta de tradición y de guía. La opresión de la espiritualidad femenina es un evento relativamente reciente en la historia de la humanidad, pero se ha llevado a cabo de un modo tan exhaustivo que sólo quedan rastros de ella en el folklore occidental, la arqueología, los mitos y las leyendas. Pero sobre todo está presente en el interior de la mujer, que aún necesita experimentarla. A partir del siglo XX, período en que la mujer consigue ocupar un lugar más importante dentro de la sociedad, cada vez es mayor su necesidad de expresar su espiritualidad de un modo reconocido; bajo la presión femenina algunas iglesias cristianas han aceptado mujeres en el sacerdocio, pero a pesar de que de esta forma reconocen su espiritualidad, se ven obligadas a negar su feminidad. El término “mujer sacerdote” en lugar de “sacerdotisa” transforma a la mujer en un “socio honorario” de la iglesia e ignora su naturaleza femenina y los poderes que le son propios. Una mujer no puede ser sacerdote en virtud de su feminidad, pero precisamente esa feminidad y su sexualidad son las que le unen a la conciencia de los divino, a los ritmos de la vida y al universo. El clero ofrece a la mujer un rol espiritual reconocido, pero nada más; la capacidad de existir como un ser espiritual es inherente a su naturaleza y su cuerpo. Las sacerdotisas, hechiceras, chamanas o brujas tienen la capacidad de transmitir los poderes de los divino, y ésta es una facultad típicamente femenina que proviene del conocimiento del propio ser. [107]
En otras palabras: convertirse en sacerdotisa significa “bucear” interiormente. La imagen de una mujer que sostiene una cáliz tiene una connotación diferente de la de un hombre en esa misma circunstancia —ya se acepte en forma consciente o inconsciente—, y tal vez sea eso lo que atemoriza a los hombres y les hace pensar que las mujeres se “apoderar{n” de su religión. Por este motivo es necesario volver a despertar ambas imágenes, que deberían equilibrarse y ser compatibles, con el fin de que se acepten mutuamente por derecho propio. Los mitos masculino y femenino no son iguales, pero tampoco están separados: se encuentran intrincadamente entrelazados en equilibrio y armonía. En el pasado se reconocía que la naturaleza femenina, tan similar a la de la luna, no hacía más que demostrar el vínculo que unía a la mujer con el universo; a través de su cuerpo ella experimentaba de forma intuitiva la conexión entre todas las formas de vida, la falta de distinción entre lo divino y la creación, y el ciclo de la vida, la muerte y el renacimiento. La sociedad moderna carece de esta comprensión, y resulta difícil asimilarla a menos que las mujeres la experimenten directamente a través de sus cuerpos, y los hombres a través de las mujeres. Hoy en día ya no hay sitio para las danzas extáticas, la espiritualidad expresada a través de la sexualidad y el cuerpo, ni para la voz de la profecía o el oráculo; y si bien cada vez son más las mujeres que aprenden a tomar conciencia de su naturaleza cíclica, que exploran sus energías cíclicas y su espiritualidad y que comparten su conocimiento a través de talleres, ilustraciones y libros, la sociedad continúa “desconectada” no sólo de los poderes de lo femenino y de la inspiración y la empatía que facilitan el crecimiento y la comprensión, sino también de la necesidad de [108]
eliminar el miedo a la muerte y de la unidad conformada por la mente, el cuerpo, la creación y lo divino. Con la invasión femenina del “mundo masculino”, el avance de la mujer ha sido netamente intelectual: le falta la comprensión intuitiva y la creatividad que conforman la base de su naturaleza. Por si esto fuera poco, no cuenta con arquetipos ni tradiciones que le indiquen lo que necesita ni cuáles son sus aptitudes en sus nuevas experiencias y áreas de trabajo, por lo que resulta de vital importancia que sea ella quien ponga remedio a esta carencia y traslade su naturaleza cíclica a su lugar de trabajo y su comunidad; que incite a la sociedad a considerar sus atributos femeninos como una fuerza positiva y sustentadora en todas las áreas de la vida, y que colabore en la creación de pautas, distintos enfoques y nuevas tradiciones que sirvan de guía a otras mujeres. Es fundamental que cada mujer desarrolle su propia comprensión y disponga de una guía en su transición entre la infancia y la madurez; la sociedad moderna ha perdido muchos de sus rituales de transición, pero si pretende volver a dar al ciclo menstrual el lugar que le corresponde, es necesario que restablezca las ceremonias de iniciación a la pubertad, las relacionadas con las estaciones y la luna y las de transformación ante la muerte y el nacimiento. Para restablecer la tradición femenina es preciso que se escriban nuevas historias y mitos, que se canten nuevas canciones y se pinten nuevos arquetipos; este despertar conectará a la mujer con la totalidad de su naturaleza y quedará grabado en la conciencia de las generaciones futuras para que nunca más se pierda. Y lo que es más importante: generará un lugar en la sociedad para las chamanas, las adivinas, las sacerdotisas del oráculo, las brujas, las curanderas y las místicas. Del libro “Luna Roja” de Miranda Grey [109]
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VIAJE AL CICLO MENSTRUAL Los ciclos macro-cósmicos de la naturaleza como las mareas, los cambios de estación y las fases lunares se reflejan a menor escala en el ciclo menstrual del cuerpo femenino.
Cuando hablamos del “ciclo menstrual” nos referiremos a la totalidad de la vida de la mujer fértil, ya que ella misma es cíclica… ella es el ciclo. Dentro de ese ciclo se encuentra la fase de sangrado, que es cuando el endometrio se desprende ya que no hubo fertilización, que es lo que habitualmente se conoce como “menstruación” o regla. Aquí no la llamaremos “regla”, porque esa palabra no nos ayuda a entender la naturaleza cíclica de nuestros procesos corporales. Como los ciclos femeninos son análogos a los ciclos lunares proponemos extender el uso de la palabra “luna” para referirnos a nuestro ciclo, a la totalidad del ciclo menstrual. Que en si contiene diferentes fases con sus diferentes energías primordiales. Con más énfasis aun, desestimamos el decir “estoy indispuesta” para referirse a que estamos en la etapa de sangrado de nuestro ciclo menstrual. Llamamos a la conciencia, sobre todo de las mujeres, para que nos demos cuenta de la importancia que tiene ser precisxs con el lenguaje; las palabras tienen un peso muy importante porque codifican el mundo en el que vivimos, y cada vez se hace más urgente que re-codifiquemos el [111]
mundo. Pensemos…indispuestas??? Para qué? Menos aún considerar que estamos “enfermas”… los textos que siguen, nos ayudaran a comprender el potencial creativo latente en cada fase de nuestro periodo: Nuestra cultura sólo subraya y conoce lo patológico del tema: dolor, impureza, debilidad, incordio, maldición, freno a la vida diaria, etc. Sin embargo, lo que nadie nos ha contado es que La menstruación es muchísimo más que una manifestación física: es una fuente de creatividad, intuición, espiritualidad y conocimiento interior. Ningún fármaco aprovecha el nexo que une a la mujer con su útero a través del subconsciente, y todos tratan la menstruación como una enfermedad del cuerpo separada de la mente.
En la sociedad moderna, el ciclo menstrual se experimenta como un fenómeno pasivo del que sólo se admite su «aparición», ya que todo el proceso restante se ignora o bien se oculta. Sin embargo, se trata de un suceso dinámico que, una vez liberado de los condicionamientos sociales, puede afectar activamente al crecimiento físico y emocional, intelectual y espiritual de la mujer, así como al de la sociedad, y el medio en el que se desvuelve. “El hecho que la mujer aprenda a descubrir los dones que encierra su propia menstruación y la vea en forma positiva hará que luego pueda ayudar a sus hijas a aceptar su condición femenina y los ciclos que les son propios.” Miranda Grey
El trabajo importante lo debemos hacer nosotras, no las medicinas. [112]
MENSTRUACION: LA SABIDURIA OCULTA ACLARACIÓN! Este documento no es una crítica a los hombres sino a
la sociedad en general. El funcionamiento del sistema occidental de corte patriarcal y masculino no es solo obra de los hombres, sino que las mujeres participan también de estos principios ya que todxs
hemos sido criadxs en esta sociedad patriarcal (en la jerarquía y el desamor) todxs reproducimos en mayor o menor medida estas lógicas, inmiscuidas en lo más micro de nuestras acciones y percepciones. Todxs tenemos la posibilidad de despertar y la responsabilidad de cambiar. Cuando se habla de energías masculinas o femeninas, se refiere a características psicológicas y energéticas, no exactamente a sexos. Sería
un error entender que la energía masculina corresponde únicamente a los hombres, y la energía femenina únicamente a las mujeres. Todos los seres poseemos ambas, y las combinamos de maneras únicas y mutables. En eso consiste la unidad. Recuperar el principio femenino es el desafío de hombres y mujeres de esta era. Equilibrar para sanar.
EL ESTIGMA HISTORICO DE LA MENSTRUACION El ciclo del cuerpo femenino (sobre todo la menstruación como manifestación física) ha sido y sigue siendo objeto de tabú social desde tiempos remotos: la sangre, la capacidad reproductora, las múltiples energías asociadas a un proceso orgánicamente rítmico son recordatorios perennes: de lo misterioso y complejo de la vida. del asombroso poder creador que pulsa en el interior de cada mujer de la imposibilidad de dominar la vida y la Tierra. Y todo esto no lo puede consentir la sociedad!!
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¿Pero siempre han sido repudiadas y consideradas cuerpos de segunda fila o alguna vez ha existido un Edén donde las mujeres han vivido en verdadera fusión con su naturaleza y con reconocimiento social? Aunque hay discrepancias históricas al respecto y muchos tachan estas teorías de románticas e ingenuas, otrxs autorxs confirman la existencia de una lejana época dorada para las mujeres, para los hombres y para la naturaleza. Una época que puede regresar si se da un cambio de rumbo en nuestra caduca y torcida civilización. Veámoslo: Érase una vez las pacificas culturas matriarcales* de hace más de 5000 años en las que la conciencia imperante fue la femenina y el ciclo menstrual y el cuerpo de la mujer se consideraban sagrados. Eran sociedades sedentarias, organizadas, respetuosas y cuidadosas con el entorno y unidas a él y con unos valores de intuición, compasión, fusión y honrar a la Naturaleza. (* Quizás la palabra más acertada para referirse a estas sociedades sea la de “matrifocal”, ya que nos da la idea de la madre como centro, desde donde se irradia una energía benefactora para toda la comunidad, y no como la cúspide de una pirámide jerárquica) Pero fueron conquistadas por la visión masculina agresiva, móvil, activa y guerrera y se estableció en el planeta un periodo de predominio patriarcal que aún perdura con valores de tecnología, guerra, destrucción ecológica y sometimiento y discriminación de la mujer y la Naturaleza. Durante los últimos 5 milenios, la civilización occidental ha descansado sobre esta mitología del patriarcado. Y por supuesto nuestra visión del cuerpo femenino y el sistema médico también siguen leyes y creencias de orientación masculina. ¿Cuáles son? 1. LA ENFERMEDAD ES EL ENEMIGO: La medicina alopática* no trata nuestro cuerpo como algo holístico (como un todo) y tendente a la salud sino como órganos y piezas independientes. Entiende al cuerpo como zona de guerra donde atacar con cirugía y medicamentos. Hay un enfoque agresivo de
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la enfermedad. Lo natural y no tóxico se considera inferior a la artillería pesada de los fármacos y otras técnicas invasivas. (*La medicina alopática es la medicina convencional, que busca prevenir, tratar y curar las enfermedades mediante el uso de fármacos, concentrándose en mayor medida en los síntomas por sobre las causas que los originaron. Se basa en remedios que producen efectos diferentes a los síntomas que se quiere combatir, a diferencia de la homeopatía que se basa principalmente en la cura de los síntomas empleando remedios que produce efectos similares) 2. LA CIENCIA MÉDICA ES OMNIPOTENTE: Creemos que el sistema nos va a mantener sanxs. Se nos ha inculcado el mito de los dioses médicos que saben más que nosotras sobre nuestro cuerpo y que ellos tienen siempre la respuesta y la cura. Falso! Nosotxs mismxs (mujeres y hombres) debemos reconocer y respetar nuestra capacidad para sanar o mantenernos sanxs sin ayuda externa constante. Ellos inventaron la píldora anticonceptiva que es lo más irrespetuoso que existe sobre el cuerpo femenino y nosotras lo acogimos con los brazos abiertos y adulación. Durante años se han realizado histerectomías innecesarias (total ¿para qué sirve un útero después de la menopausia?) y no pasa nada. Ellos son los que saben, nosotras obedecemos. 3. EL CUERPO FEMENINO ES ANORMAL: La visión judeocristina del mundo que inspira la civilización occidental considera que el cuerpo y la sexualidad femeninos, representados en Eva, son responsables de la caída de la humanidad. Así que no es precisamente admiración y respeto lo que se siente por nuestro cuerpo. La mayoría de mujeres interiorizamos que hay algo
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fundamentalmente mal en nuestro físico, si no ¿cómo se explican los elevadísimos índices de cirugía estética? La sociedad nos ha empujado a creer que nuestros olores y formas naturales son inaceptables, que nuestro cuerpo es esencialmente sucio y que necesitamos vigilancia constante de limpieza y frescura para no ofender. Contemos los anuncios de la TV para reparar el cuerpo femenino: desde la crema talones-agrietados hasta las canas, pasando por celulitis, piel de naranja, higiene intima, compresas odor-fresh, desodorante, miles de perfumes, Corporación Dermoestética y demás talleres estéticos, etc.
Esta denigración de nuestro cuerpo ha sido la causa de que muchas mujeres tengan miedo de sus procesos naturales o sientan repugnancia por ellos. Y este miedo ha favorecido la sumisión a la medicalización de las funciones naturales como menstruación, menopausia, parto, lactancia y crianza. El ciclo menstrual se relaciona con la vergüenza y con la naturaleza oscura e incontrolable de las mujeres. Y el tabú asociado al ciclo menstrual sigue vigente hoy.
Aparte de la violencia y el miedo, nada ha sido tan eficaz para relegar a las mujeres a un lugar secundario que la degradación del ciclo menstrual. Toda nuestra sociedad nos mantiene desconectadas de lo que sabemos y sentimos. Desatendemos nuestros sentimientos, intuición, espiritualidad y todas las experiencias de la vida que no se pueden juzgar con la parte racional de la mente o medir con los 5 sentidos, pero nuestra guía interior nos llega primero a través de nuestros sentimientos y la sabiduría de nuestro cuerpo, no a través de la compresión intelectual. [116]
Y ese es precisamente el poder de la menstruación.
Hay una estrecha relación entre el psiquismo de la mujer y el funcionamiento de los ovarios a través de las hormonas: *Antes de la ovulación estamos extrovertidas y animadas *Durante la ovulación estamos muy receptivas hacia los demás *Después de la ovulación estamos más introvertidas y reflexivas En la antigüedad, fue a través de este estado alterado de conciencia de la menstruación que las chamanas, curanderas y más adelante las sacerdotisas, aportaron al mundo y a su propia comunidad su energía, claridad y conexión con lo divino. El papel de estas mujeres fue fuertemente reprimido por la religión patriarcal pero perduró de forma clandestina en la adivina o BRUJA como el último vínculo con las primitivas religiones matriarcales. Lo que en el pasado se llamaba brujería era muchas veces capacidades femeninas: entender el propio cuerpo y responsabilizarnos de la salud. Ya sabemos los que pasó con las brujas verdaderas, falsas y casi todo lo que llevaba faldas durante la oscura e inflamable Edad Media y en la historia posterior. Y con el paso del tiempo la sociedad negó la existencia de estos poderes femeninos. Pero negar no significa que no existan. Y ahora veremos cuáles son y cómo usarlos.
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EL CICLO MENSTRUAL Y SUS DONES “Nuestro ciclo es como el ciclo de una planta. Existe un tiempo indicado para plantar las semillas, para crecer y desarrollar ramas, para soltar semillas y para volver a nuestras raíces” El ciclo menstrual es lo más básico y terrenal que tenemos. La sangre es nuestra conexión con lo femenino arquetípico. La menstruación es un prodigio biológico con efectos muy beneficiosos sobre el cuerpo femenino. Actúa como un sistema de autolimpieza mensual que protege el aparato genital femenino, y los estrógenos refuerzan las defensas del organismo, aumentando la resistencia de los glóbulos blancos. Pero a nivel psicológico, el ciclo menstrual rige la INFORMACION Y LA CREATIVIDAD. Recibimos y procesamos información de forma diferente en las distintas fases del ciclo Hay 2 formas de explicar los ciclos y el tipo de psiquismo asociado. La simplificada de 2 fases de la Dra. Northrup en “Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer” y la completa de 4 fases de Miranda Gray en “Luna roja”. Explicaré los dos.
A) explicación basada en Christiane Northrup Estas son las fases y características del ciclo menstrual:
1. fase folicular: desde el comienzo de la menstruación hasta la ovulación *Estamos madurando un óvulo y de forma simbólica preparándonos para crear otro ser. [118]
*La ovulación que ocurre a mitad del ciclo viene acompañada por un brusco aumento de la hormona foliculoestimulante y la hormona luteinizante. El aumento del nivel de estrógeno que acompaña esto se ha relacionado con un aumento de la actividad del hemisferio cerebral izquierdo y una disminución en el derecho. En el plano de la iniciativa e ideas esta 1ª parte del ciclo es una muy buena época para iniciar nuevos proyectos, porque la ovulación representa la creatividad en su estado máximo. Muchas mujeres se encuentran aquí en la cima de expresión en el mundo exterior: energía extrovertida y animada, llenas de entusiasmo e ideas: son fértiles en todos los sentidos. En muchas mujeres el deseo sexual está en su apogeo a mitad del ciclo y nuestro cuerpo secreta en el aire hormonas que se asocian al atractivo sexual.
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2)ǯ fase lútea: desde la ovulación hasta el comienzo de la menstruación Las semanas siguientes a la ovulación que conducen a la menstruación, es un periodo de evaluación y reflexión en que se contempla lo que se ha creado y los aspectos negativos o difíciles de nuestra vida que necesitamos cambiar o modificar. Hay mujeres que en este momento prefieren hacer tareas rutinarias que no requieren pensamiento expansivo. En esta fase nos retiramos de la actividad exterior de modo natural y nos dedicamos más a la reflexión. La sociedad no se muestra tan entusiasta como con la fase folicular porque necesitamos tiempo para descansar y alejarnos de nuestros quehaceres diarios, algo mal visto. Y por eso juzgamos malas e improductivas la energía, emociones e introversión premenstruales. La mente y el cuerpo se ralentizan de algún modo y replegamos la energía hacia dentro por efecto de varias hormonas sobre todo la progesterona que prepara el útero por dentro para recibir el óvulo fecundado. Este aumento de la progesterona hace que nuestra temperatura corporal suba un grado. No hay que tener miedo a este periodo de oscuridad en que la fuerza vital y el ánimo disminuyen. Es tan necesario como el otoño para que la naturaleza resurja en primavera. La fase lutea es cuando las mujeres están más sintonizadas con su saber interior, con lo que no funciona en su vida y con la capacidad de transformarlo. Está demostrado que los sueños son más frecuentes y mas gráficos durante la fases pre-menstrual y menstrual porque hay más acceso al inconsciente.
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También hay evidencias científicas de que antes de la menstruación se activa más el hemisferio cerebral derecho, el relacionado con la intuición, y disminuye la actividad del izquierdo. Todos los sentidos se agudizan: los sonidos, los sabores, los olores, las sensaciones… Muchas mujeres tienen sus mejores ideas antes de la menstruación. Muchas mujeres se sienten más conectadas con su dolor personal y el dolor del mundo y son más propensas a llorar. Antiguamente se respetaba muchísimo la capacidad para profetizar y comunicarse con los espíritus en esta fase: En muchas sociedades primitivas la mujer post-menstrual ostentaba el rango de adivina y hechicera. En la asamblea lunar de lxs indixs americanxs las mujeres que menstruaban se reunían para soñar juntas y salían inspiradas e inspiradoras para los demás. Nuestro sangrado no es un incordio intrascendente con el que nuestro sistema endocrino nos castiga cada mes. Tiene su función y además nos regala dones e información que nosotras, mujeres modernas tan estresadas, no sabemos ni ver ni aprovechar. Pero podemos cambiar!!
B) explicación basada en Miranda Gray En las leyendas y la mitología, las energías que experimenta la mujer durante su ciclo menstrual se describían como un ritmo de cuatro etapas que reflejaba las fases de la luna.
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La Virgen y la luna creciente representaban la fase que se extiende desde el fin del “sangrado” hasta el comienzo de la ovulación: las energías correspondientes a esta fase —generativas, dinámicas e inspiradoras— se asemejan a las de una joven doncella. Por otro lado, la Madre y la luna llena representaban el período mismo de la ovulación: las energías, en este caso, se asemejan a las de la maternidad pues ambas cuentan con la capacidad para criar, sustentar y fortalecer; la creatividad interna de la Madre surge para crear una nueva vida. La disminución de la luz durante la fase menguante reflejaba la reducción de la energía física desde la ovulación hasta la menstruación, así como el aumento de la sexualidad, la creatividad, la magia, las energías destructivas internas y la conciencia. Podemos denominar esta etapa como la Hechicera, pues hace referencia a una mujer de cualquier edad menstrual que cuenta con el poder de la magia y del sexo tanto para crear como para destruir. En esta fase se liberan las energías creativas que podrían haberse destinado a dar vida a un hijo, sólo que esta vez se desarrollan en el mundo exterior. La luna nueva y la Bruja Negra representaban la fase de la menstruación, en la que la Bruja encarnaba a la mujer que retiraba sus energías físicas del mundo terrenal para centrar su conciencia en el mundo espiritual. En esta etapa las energías creativas que se gestan en la mente pueden generar tanto una nueva vida como hijas-ideas. Si comparamos el ciclo lunar con el femenino, las fases creciente y menguante son momentos de cambio y equivalen a las etapas de [122]
la Virgen y la Hechicera, en tanto que la luna llena y la luna nueva son períodos de equilibrio, al igual que las fases de la Madre y la Bruja. En este sentido, la fase de la Virgen es un ascenso hacia la claridad del aspecto exterior de la naturaleza femenina, mientras que la de la Hechicera es un descenso hacia la oscuridad de su aspecto interior. Por su parte, la fase de la Madre nivela la expresión externa de la energía con la expresión interna del amor, y la de la Bruja equilibra la calma del mundo interior con la gestación de un nuevo ciclo. A pesar de que el ciclo se divide en cuatro fases, el límite entre estas no es rígido; en realidad cada una de ellas se funde de forma natural con la siguiente gracias al flujo de energías que caracteriza al ciclo menstrual. La mágica transformación de mujeres en animales, de ancianas en jóvenes doncellas, de doncellas en mujeres y de mujeres en vampiresas de los cuentos expresa esta idea.
La acción de reconocer nuestras fases en sincronía con las de la luna nos acercará a vivir un ciclo más armonioso y conectado con la gran Madre Tierra. [123]
La luna en cada una La luna allá en el cielo, la luna del cosmos, el astro guía para nosotras las mujeres, y la luna interna, la de cada una. El ciclo interno de cada cuerpo de mujer. Cada luna vive sus fases, con sus energías y posibilidades, con sus tendencias y sus pulsos, con sus fuerzas y sus tiempos. No importa si nuestras fases internas no coinciden con los de la luna. A medida que vayas conociendo tu ciclo y comprendiendo sus energías se irán sincronizando los ciclos.
Las fases lunares y sus energías: Luna Nueva: Es la luna negra, imposible de ver a simple vista, solo cuando acontece un eclipse total de sol. Es una etapa de introspección, Se dice que es una etapa de germinación y planificación. Es también buena época para hacer limpieza y renovar de energías negativas.
Luna Creciente: Es la aparición de la luna en su mitad. Es una etapa de crecimiento, donde contamos con mucha energía, ideal para emprender e iniciarse en nuevos proyectos, desde trabajar en la huerta, crear nuevos proyectos, hasta cortarse el cabello. Todo lo que se inicie en esta fase lunar tendrá éxito asegurado en la fase de la Luna Llena del mismo mes. Es un periodo de mucha creatividad y fertilidad.
Luna Llena: Viene a marcar justo lo que es la mitad del mes lunar, es decir aproximadamente 14 días. En esta fase el sol y la luna se encuentran en posiciones [124]
opuestas, y la luna funciona como un espejo reflejando toda la luz del sol. Es una etapa de florecimiento, maduración y recolección de nuestros frutos. Es buena para cosechar lo que en la luna nueva se sembró. Al mismo tiempo es una etapa de mucha sensibilidad.
Luna Menguante: Al igual la luna creciente, pero en sentido contrario. Esta fase lunar sirve para terminar lo que se inició en la luna nueva, es una etapa de finalización, desintegración, reorganización, descenso, limpieza, reflexión y descanso.
En latín se utiliza la misma palabra (mensis) para los términos “mes” y “luna”, y de ahí deriva menstruación. En guaraní se utiliza el mismo vocablo, “jasy” para referirse, a la luna, a la menstruación, y al mes. Muchas culturas medían el tiempo en noches y meses lunares, incluso hoy en día la Semana Santa cristiana se celebra tras la primera luna llena después del equinoccio de primavera (los huevos de Pascua son símbolos del útero femenino) y otras fiestas islámicas o judías también dependen de la luna llena. Cuando las mujeres viven en ambientes naturales su ovulación tiende a ocurrir durante la luna llena y la regla y la fase de reflexión en la fase oscura de la luna. Incluso en nuestras sociedades no naturales, los índices más elevados de concepción y probablemente de ovulación se producen durante la luna llena o el día anterior La luna y las mareas interaccionan con el campo electromagnético de nuestro cuerpo. La luna rige el flujo de los líquidos (tanto de las mareas como los fluidos del cuerpo) e influye en el inconsciente y los sueños.
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En otoño e invierno los árboles envían su energía a las raíces, a la profundidad para revitalizarse, lo mismo que la fase lutea en la que la energía profundiza en nuestras raíces para prepararnos para el siguiente ciclo de crecimiento exterior al mundo.
Nuestro Útero Sagrado está conectado con la Tierra y con la Luna. En Nosotras vive nuestra Luna que nos hace cambiar y evolucionar a diario, conéctate con tu luna. Pídele a la Luna que regule tu Ciclo con el de Ella, pídeselo hasta que se cumpla...
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LLEVAR UN DIARIO…. Para conectar con toda la información que nos aporta el ciclo menstrual y así fluir con sus energías, creativas, activas o reflexivas resulta útil llevar un registro diario donde anotemos cada día del ciclo: fase lunar (la luna del cielo, y la luna interna), sueños, contenido y posible mensaje, sentimientos, en qué estado de ánimo nos encontramos, tipo de sexualidad, salud, tipo de energía vital y todo lo que sientas, para luego con la mayor conciencia, reflexionar sobre esa información, compararla durante varios meses, hacer consciente cómo nuestra energía y sensibilidad varía según las fases del ciclo. Los sueños, la creatividad y las hormonas que intervienen en las diferentes partes del ciclo nos ofrecen una gran oportunidad de ahondar nuestra conexión con nuestro saber interior” Con compromiso aplicar esta nueva sabiduría en nuestra vida diaria. Comprometernos (aunque cueste y no toque socialmente) a escuchar y respetar a nuestro cuerpo: quiere descansar: pues descansamos, quiere bailar: pues bailamos, quiere llorar: pues lloremos.
Reconcíliate con tu cuerpo Conoce tu ciclo Vive tu luna [127]
Revalorizar nuestra sangre: “Es urgente que las mujeres no sigamos botando nuestra sangre junto con la basura, que no seamos fuente de contaminación, porque tenemos la posibilidad de consagrarla a través del agua para que vaya a nuestras plantas.”
Recuperar nuestra sangre, es una de las mejores cosas que las mujeres podemos hacer para nuestra sanación y la de la tierra. Esta propuesta es buenísima mirémosla por donde la miremos. Lo esencial creo que es volver a relacionarnos amorosamente con los procesos naturales de nuestro cuerpo, en este caso particular, es volver a relacionarnos, de frente, con total presencia y conciencia con el proceso por el cual mes a mes sangramos, varios días, sangramos. De nuestro interior, y por nuestra vagina, cada luna sangramos. Nuestro cuerpo nos entrega un tesoro. Y mejor que “recuperar” la palabra sería “recibir”; mes a mes podemos recibirla, aceptarla, agradecerla y donarla. Mes a mes podemos donar nuestro precioso tesoro a la tierrita que tengamos mas cercana. Ella lo agradecerá infinitamente, si en esa tierrita hay plantitas ellas se nutrirán abundantemente y nosotras nos habremos convertido un poquito en pantas, algo de nosotras, de nuestra sangre, vivirá ahora en ella, con amor, porque el riego, el donar, el ofrendar, siempre es con amor, con agradecimiento a ella, a la madre, a la tierrita que nos nutre día a día aunque a veces no tengamos tiempo para verlo. En el fondo siempre lo sabemos, sin la tierra nada de nuestra vida es posible. Es un devolver, una reciprocidad amiga, es mas, es un entendernos como parte de ella, cada ser en este planeta “es la tierra” Nosotras las mujeres somos ella también, cuanta mayor nuestra conciencia y plenitud mayor es el bien que se expande para la humanidad y a la vida toda. Permitamos que los flujos sigan fluyendo, [128]
permitamos que los ríos sigan corriendo, permitamos que las voces sigan cantando, permitamos que nuestra sangre siga cayendo gota a gota a la tierra, para nutrirla. Permitamos que la energía siga fluyendo, no bloqueemos su libre fluir. Si nos ponemos un tampón estamos bloqueando y negando, luego botando a la basura, cuanto menos lo miremos mejor pareciera ser. Necesitamos amigarnos con nuestros ciclos. Necesitamos amar nuestros ciclos, solo en el amor esta la sanación. Si nos ponemos una tohallita de plástico y luego la botamos a la basura estamos otra vez bloqueando los flujos. Es interesante darnos cuenta como la mayoría de las mujeres reciben con mala gana su luna mes a mes. Porqué? ¿Porqué tiene que entenderse como un incordio? Darnos cuenta que puede ser una bendición es el giro de perspectiva que necesitamos. Agradecer, Recibir con entusiasmo la luna para aprender del proceso nos ayudará a que no tengamos dolores, a pasar mejor el día, a no seguir perpetuando sufrimiento en las mujeres. Honrar la luna, honrar nuestra luna. Mujeres viviendo en entorno rurales podrán darse el gusto no de ponerse nada para recibir el sangrado, solo permitir que la sangre caiga, deslizándose por las piernas, hasta llegar al suelo, quizás sentarse tranquila y contemplativa sentir como la sangre cumple su recorrido. Pero para las mujeres que vivimos en la ciudad quizás podamos encontrar maneras más cómodas de comenzar todo esto. Recibiremos la sangre en copitas menstruales o en toallitas de tela y luego le daremos el tratamiento que se merece. Vamos a explicar cada una: Las toallitas de tela son como las de las abuelas, trapitos que luego debemos lavar, tender al sol, y luego reusar. La diferencia con nuestras abuelas, no radicará solo en que estas toallitas modernas pueden tener bellos diseños y modelos anatómicos, sino lo más importante, es que nosotras decidimos regresar a ellas. No son una fatalidad por pobreza o precariedad, son nuestra sabia elección. Podemos confeccionarlas nosotras mismas eligiendo las telas que más nos gusten y el [129]
modelito que sintamos nos será más cómodo, podemos ponerle alitas, podemos añadirle adherentes, pueden tener colores, florcitas, lunarcitos, lo que queramos, lo importantes es que sean lo suficientemente absorbentes y claro está, hay que tener varias, 5, 6, 10, depende de cada mujer. También se pueden comprar estas toallitas de tela. Hay varias marcas, busca en tu ciudad, pueblo o comunidad, seguro alguna brujita las confecciona. (hagamos redes de brujitas) ¿Qué hacer luego con la toallita una vez que ya contiene mucha sangre? Nos sacamos, nos ponemos otra y a la primera la dejamos en un recipiente con agua en remojo un rato; aquí recomiendo poner una pisquita de bicarbonato de sodio para que la mancha se desprenda con facilidad de la tela. Cuando la sacamos del agua la cepillamos con jabón blanco. Y luego la colgamos al sol para usarla más adelante. Y así… Es claro que esto requiere dedicarle un toque más de tiempo a nuestro menstruar, claro, no es simplemente botar la toallita. Es prestarle atención al proceso. Estar ahí con el proceso. Darnos ese tiempo es totalmente merecido, y lógico. Es un cuidado a la salud también, nos es nada sano que expongamos nuestro cuerpo, y sobre todo zonas tan sensibles como nuestros genitales a las dioxinas y demás sustancias perjudiciales que tienen los tampones y toallitas de paquete. Muchas mujeres esto ya lo saben, y sin embargo no parece resonar lo suficiente como para cambiar de hábito, quizás le da fiaca quizás le da asco, quizás expondrá que su vida modernamente ajetreada no se lo permite, etc., en fin, queda en la conciencia de cada una comprender lo integralmente relacionado que está cada parte con el todo. Lo importantísimo que es cuidar, respetar nuestro cuerpo, porque no es solo una cuestión individual, es un paso fundamental para la nueva humanidad. Esta toma de conciencia no puede ser meramente intelectual, “entiendo que” sino que tiene que ser una comprensión que nos inunde como seres sintientes. [130]
Somos el ciclo, permitamos el circular de las energías, seamos el libre circular. Permitámosnos como canales del transitar de la vida Que hacemos luego con el agua con sangre? Es posible hacer tinturas, remedios, cataplasmas con nuestra sangre, ya que la sangre menstrual contiene células madres, más que la medula ósea*, pero lo más básico es donarla a la tierra, ofrendarla, acercarnos a una planita o a varias, y regalársela. Pongamos atención e intención en esta acción. Podemos ritualizar este momento, podemos inventar los rituales, o simplemente podemos decir, plantita tierrita, mira lo que te traje, que te sea de provecho, gracias por tu existencia. Como lo vayamos sintiendo, que sea sincero es el único requisito. Observemos como la planta se pone contenta. Claro, recibió atención amor y una sangre súper nutritiva que le ayudará a crecer con vigor. Después de todo, cada ser solo quiere potenciar su existencia. Nosotras también queremos potenciar nuestra existencia, o no? Poder volver a la magia del instante, poder sacralizar lo que suele ser cotidiano y poco digno de atención es el despertar. El estar en la vida, es el estar viviendo de verdad, despiertx. Con conciencia cada vez mayor de la existencia, y de lo que nosotrxs podemos dar y recibir.
La otra opción mas moderna, es la “copita menstrual” es un recipiente de silicona que se introduce en el interior de la vagina para que reciba la sangre. Cuando está lleno, lo vaciamos y nos lo colocamos nuevamente (¡Regar las plantitas!!). A diferencia del tampón NO ABSORVE, simplemente recibe. Tiene una duración de 10 años [131]
aproximadamente y es bien higiénica ya que ninguna bacteria puede permanecer en su superficie porque es totalmente lisa, no absorbe ningún líquido, y por lo tanto no se producen alteraciones en el entorno vaginal natural. Al ser de silicona médica o TPE, no araña ni seca las paredes vaginales y tampoco deja restos de fibras (a diferencia de los tampones tradicionales). Podés vaciarla las veces que sea necesario, esto dependerá del volumen de tu menstruación. Si está dentro de los parámetros regulares podes tenerla hasta 12 horas puesta sin inconvenientes (tiene los mililitros marcados). La manera de higienizarla es hervirla durante 3 minutos para la próxima menstruación. Quizás resulta un poco costosa comprarla pero en unos meses recuperamos la inversión! Nos olvidamos de ir a supermercados a comprar toallitas de plástico o tampones para siempre! Bueno hermanas eso era lo que les quería compartir acerca de las posibilidades que hay para recibir nuestra sangre cada luna! Y seguramente hay muchas mas! Solo hay que inventarlas!
Células madres *Las células madre tienen la propiedad de transformarse en
cualquier tipo de células del cuerpo, por lo que potencialmente pueden ser utilizadas para reemplazar tejidos u órganos enfermos. […] La proporción de éxito de las células madre extraídas de sangre menstrual es cien veces mayor a la obtenida con células madre extraídas de la médula humana.
*En muchas culturas antiguas se conocía el poder regenerativo de la sangre menstrual utilizándola para sanar tejidos y por eso mismo se le consideraba [132]
mágica y sagrada. La forma de prepararla es dejándola secar y haciendo un polvito que se espolvorea sobre heridas o quemaduras ayudando a una curación más rápida. Obviamente este polvito tiene que ser de sangre reciente, no puede guardarse por días ya que se descompone rápidamente. Las parteras también conocen los poderes regenerativos de estas células ubicadas en el cordón umbilical por lo cual se usan, incluso en la actualidad, para curar al bebé de diversos males o enfermedades. Si vas a tener un parto con una partera tradicional, pregúntale si sabe hacer medicina con el cordón o si sabe preparar homeopatía; si es así, estas pueden ser las mejores medicinas para tu bebé en sus primeros meses de vida.
"La sangre de luna (menstrual) de la mujer se halla entre las substancias más nutrientes y bio-energetizantes de la Tierra. Puesta sobre una planta, ésta se nutre en profundidad. Nuestras costumbres nativas proponían, durante nuestras ceremonias de siembra y nutrición de las cosechas, que las mujeres en su tiempo lunar se movieran entre las plantas y derramaran su sangre. Nuestras mujeres siempre dieron su sangre honrosamente. Se sentaban sobre el suelo y la donaban directamente o la derramaban sobre musgos que luego depositaban sobre la tierra, para nutrirle y renovarla. Se acompañaban con esta canción: "Entrego esta sangre de vida a Todas Mis Relaciones y abro mi matriz a la Luz. Entrego esta sangre de vida a Todas Mis Relaciones y abro mi matriz a la Luz. Entrego, entrego, entrego, entrego; abro mi matriz a la Luz." Vicki Noble, en el "El tambor del Chamán", recuerda que ésta fue la primera sangre ofrecida en el altar, como ofrenda bendecida. Luego, cuando se dejó de honrar a las mujeres y se ignoró el poder de sus sangre dadora de vida, se recurrió a los sacrificios animales y humanos para salpicar sangre sobre el altar." Brooke Medecine Eagle (Águila Medicinal), aborigen de América del Norte, creció en una reserva de Montana. Es Cuidadora de la Tierra, visionaria, escritora, artista, docente y curadora
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¿A quién queremos seguir? ¿Al ciclo de las multinacionales farmacéuticas y el sistema económico con preparados hormonales sintéticos que no respetan nada nuestro cuerpo, que nos roban todos los aspectos psicológicos e intuitivos de la menstruación y con efectos secundarios, pero que nos aportan una supuesta libertad de acción , o al ciclo de la luna que nos conecta con nuestro cuerpo, que nos une a una globalidad mayor y que nos ofrece una mayor libertad de Ser? El poder de decisión final es solo nuestro
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“(Queremos) Responder al llamado que la Madre Tierra tiene para todas sus hijas. Ella está llamando, gritando, ¿dónde están mis hijas? , ella sabe quiere despertar la memoria que guardan las mujeres en su útero. En la sangre de las mujeres está la memoria de toda toda toda la humanidad…. Y es gracias a esta sangre que existe la continuidad de la vida humana en el planeta. Vivimos en una cultura donde este elemento sagrado es despreciado, maltratado….Pero no queremos seguir ocupándonos del dolor y de los problemas. Queremos cambiar el enfoque, tomando para nosotras la enseñanza de lxs abuelxs, de la sabiduría indígena; y somos dueñas nosotras de poner la mirada donde queremos poner. Esta sociedad no consigue ofendernos, las relaciones humanas que hay en esta sociedad no consiguen cambiar el destino sagrado que tiene la sangre de las mujeres.
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Hay que volver a este conocimiento. Volver a tomar la fuerza de conocernos y de volver a tener las visiones que son buenas para la vida de la mujer de la familia la comunidad. En este tiempo la tarea es volver a darle sentido a esta energía que pasa por nosotras todos los meses. Loa úteros de la mujeres son un epicentro del movimiento de las energías del universo, y esto lo han sabido todos los pueblos antiguos. Por eso en la antigüedad la mujeres se tomaban los tiempos para ir un retiro. Un espacio exclusivo para las mujeres en tiempo de menstruación Si nosotras las mujeres de esta sociedad volviéramos a tomar el sentido sagrado de los movimientos de nuestro cuerpo, de nuestro ser, tendríamos la posibilidad de organizar la vida, construir nuestros sueños, poniendo intención, intento. Pero para eso tenemos que conocernos. Por eso proponemos llevar un diario de los cambios constantes que hay en los estados de ánimo, en el estado físico, sueños, en las manifestaciones del espíritu de las mujeres. Porque es en el registro donde tenemos la posibilidad de mirar las coincidencias a través de los tiempos (…) Tenemos la posibilidad de tomarnos nuestros tiempos y hacer nuestros descansos, nuestros retiros, para poder estar tranquilas de recibir esta [136]
energía, así tener la visión, tener el entendimiento, y también tener la posibilidad de la purificación de la energía propia, de la energía de la pareja, de la energía del hogar, y tenemos la posibilidad de hablar con nuestra Madre Tierra y rezarle para construir la armonía, para construir la paz. Esta es la tarea que tienen las mujeres, este es el tiempo en el que estas tareas empiezan a emerger… Desgravación de entrevista a Andrea Herrera Atekokolli (extracto)Custodia de Templo de Luna. mujer Medicina de Ecuador http://www.youtube.com/watch?v=I999R-CPgbo&hd=1
En tu sangre habita tu historia familiar, ancestral, cósmica y humana. No la tires a la basura…siémbrala! Sembrar tu luna es regresarle a tierra un poco de amor que ella nos da.
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Círculos El círculo es uno de los símbolos más potentes. En el círculo se confunden el principio y el fin. Representa la eternidad, la conclusión, la unidad, el Universo, la totalidad, la perfección y el gran misterio.
Están empezando a aflorar círculos de mujeres en todas partes: círculos de mujeres que se alientan y confortan unas a otras, círculos de sanación, círculos de sabiduría, de mujeres sabias, de madres de un clan, de abuelas…, círculos de ancianas y de mujeres en camino de serlo, círculos de hermanas… Círculos de hombres también! En los círculos, tanto de mujeres como de hombres se genera una dinámica de escucha activa, la ausencia de juicio y jerarquía, el “aprendizaje autorresponsable”, la generación de un estado de empatía reconociendo el valor de la otra persona en su totalidad. Y ¿por qué hablar de círculo? Porque en esa figura geométrica todos los puntos equidistan del centro. Nadie asume el liderazgo sino que, por orden rotatorio, cada día una persona modera la sesión, distribuyendo equitativamente los turnos de palabra
En los círculos rescatamos las temáticas que en nuestra cultura nadie nos enseña: El contacto con nuestra naturaleza cíclica, que es la que nos conecta con los ciclos mayores de la naturaleza y nos permite vivenciar concretamente la sabiduría última del eterno cambio, de la vida, la muerte y el nuevo renacer. [138]
El honrar “nuestra luna” la sangre menstrual con su poder, su dolor y sus dones. La conexión íntima con nuestro cuerpo en el arte de parir y dar a luz naturalmente en un acto de iniciación, de poder y de profunda espiritualidad, en el reconocimiento de nuestra capacidad de Diosas Creadoras de vida. El rescatar el dominio de nuestro cuerpo de mujer sin depender de agentes externos ni menos de leyes impuestas, a través del conocimiento y el contacto con nuestros estados de fertilidad y capacidad de decidir responsable y conscientemente. El Alentar a los hombres, a nuestros compañeros y hermanos de camino a que revaloricen dentro de ellos su propia energía femenina y sobre todo a que reivindiquen su energía de la masculinidad sagrada, en conexión e integración con la sagrada feminidad y así podamos en conjunto formar pautas sanas de relaciones en beneficio de una nueva humanidad. Buscamos a través de nuestra conexión, empoderamiento y sanación interna, el despertar de todas nuestras “hermanas de tribu” para la gracia de todas las mujeres y hombres, de todos los seres visibles e invisibles de nuestro planeta, y así contribuir con nuestros dones a equilibrar y armonizar nuestra Madre Tierra tan herida y contaminada en estos tiempos.
Honrando la sabiduría Femenina de los círculos ancestrales de antaño, y gestando en conjunto la sabiduría que nos toca dar a luz hoy Por lo general, en los círculos de mujeres lo que se yergue es la dignidad, la capacidad de reconocer la fuerza de lo femenino, el acceso a la acción, a una potencia que tradicionalmente estuvo relegada, no reconocida, debido al menosprecio que el patriarcado marcó con fuego en la carne de la feminidad. En los círculos de hombres, suele accederse a la dimensión emocional, al reconocimiento de la vulnerabilidad, a la aceptación de la ternura. En ambos casos el reto es restaurar la identidad en un renovado equilibrio entre acción y receptividad, equilibrio del que nuestra civilización tiene aún mucho por sanear” [139]
Cuanto mayor sea el número de círculos, más fácil será que nuevos círculos nazcan: así es como funcionan los campos morfogenéticos.* Cada círculo es una regeneración de la forma arquetípica, está inspirado y sustentado por todos los círculos de mujeres que han existido, y él, a su vez, hace una aportación al campo de energía arquetípica que facilitará el camino al círculo siguiente. Los campos morfogenéticos y los arquetipos se comportan como si hubieran conocido una existencia previa e invisible fuera del espacio y del tiempo, resultan instantáneamente accesibles cuando nos alienamos con esa forma, y encuentran expresión en nuestros pensamientos, sentimientos, sueños y acciones. El círculo, y especialmente un círculo sagrado, es mucho más que la experiencia de esta generación. Estar en un círculo es una práctica de aprendizaje y crecimiento que se nutre de la experiencia y la sabiduría, del compromiso y el valor de cada una de las mujeres que hay en él. Los círculos pasan por distintas etapas y cambios, florecen o flaquean, sanan o causan dolor a sus miembros, y pueden ser una experiencia transitoria o imperecedera. Del mismo modo que cada miembro aporta al círculo su saber en el campo de las relaciones, esto funciona en sentido inverso, es decir, la experiencia del círculo puede tener un radical efecto positivo en las relaciones exteriores al círculo, puesto que proporciona un modelo, un espacio donde comunicarse con sinceridad y afecto hasta que ésa sea la forma de comunicación habitual en tu vida, y sea también la que esperas de los demás. Esto, a su vez, puede llevarte a cambiar la estructura patriarcal de tus relaciones personales, y, a medida que empieces a cambiar tus relaciones, ese cambio se expandirá. Igual que cuando arrojas piedrecillas en un estanque, del impacto de cada cambio nacen anillos concéntricos cuyo movimiento ondulatorio se extiende y provoca un efecto en otras relaciones. Los círculos de mujeres se forman de uno en uno, y cada uno logra que la experiencia de haber estado en un círculo se expanda a otras mujeres, ya que cada mujer a la que un círculo ha ayudado a cambiar lleva consigo esa experiencia al [140]
mundo de sus relaciones. Y será así hasta que, finalmente, un día nazca un nuevo círculo… que será el millonésimo círculo, el decisivo, y que iniciará para la humanidad la era post-patriarcal. Los círculos de mujeres son locales y no están financiados desde arriba/ altos mandos. Crecen a través de la invisible y no jerárquica red de amistad entre mujeres y la capacidad de las mujeres de unirse por medio de la conversación y entonces lograr influir a los hombres y a la sociedad en general.
Después de que un número importante de mujeres se involucra en la lucha por el cambio y a su vez, hace que una masa crítica de personas piense de manera diferente.
Conectadas por las redes subterráneas de comunicación femenina, mágicamente se ha ido armando el entretejido de la gran red con los diferentes círculos femeninos que están pulsando el despertar de las mujeres en diferentes rincones de del Mundo. Hoy se están aunando los diferentes círculos existentes y como semillas caídas en tierra fértil vemos con alegría el florecimiento de nuevos círculos en todo el mundo. Los círculos comienzan a emerger como verdaderas escuelas de sabiduría de vida, en las cuales reconocer las bendiciones que nos fueron dadas al nacer Mujer y [141]
desde allí reaprender a honrar lo masculino, para así, en comunión y con la Paz en nuestros corazones, reconciliar la eterna lucha de los opuestos y poder ir aún más allá. Quienes sostienen los círculos comienzan a aprender el arte de un liderazgo compartido en hermandad, solidaridad, rotatividad, sin jerarquías de autoridad, respetando la diversidad y el aporte único y personal de cada mujer. Valorando la magia de la complementariedad sinérgica que se da al aunar nuestros dones, partiendo de la confianza de que cada integrante del círculo es igual de valiosa y creativa en sus distintas formas. Vivenciando que existe espacio para el desarrollo de todas y que no es necesario competir ni defenderse. Sabiendo desde el interior que cada una es un espejo que refleja nuestras bellas potencialidades, así como nuestros desafíos y sombras a sanar. Experimentando cómo en la comunión de cada una de las participantes se gesta una fuerza y una sabiduría mucho mayor a la que podríamos acceder cada una por sí sola. Nos movemos desde el poder del amor, fomentando la autoresponsabilidad y autorregulación, aprendiendo a escuchar y respetar las necesidades de las otras; mediando y moderando por el bienestar mayor de todo el circulo; aprendiendo a tener ejes y soportes firmes, pero lo suficientemente flexibles para fluir en la confianza de que cuando somos capaces de soltar nuestras expectativas personales, podemos ser canales de una sabiduría superior en la cual se revela el centro espiritual del círculo; abiertas a recibir los cambios, imprevistos y conflictos como una oportunidad de rescatar el aprendizaje por el más alto bien de todas.
“El despertar de la Energía Madre Femenina está siendo una actitud de vida para nuestra Madre Tierra, para honrarla, y de alguna manera concreta devolverle todo lo que se le ha quitado a través de la historia de la humanidad. Es un bello despertar que día a día va creciendo desde el amor puro y fraterno, en equidad con los hombres, desde la Paz no desde la confrontación, y desde el cultivar la Tierra para sentir con nuestras [142]
propias manos lo que la Pachamama tiene que enseñarnos, para así de una vez por todas tomar conciencia de que la Tierra está viva, y que nuestros vientres de mujer están conectados con ella.
“Los círculos de mujeres ancestrales pretenden dar a conocer el conocimiento y la fuerza de las mujeres de la Tierra; sabiduría de abuelas sabias que a pesar de las dificultades y disgregación del mundo actual, jamás han dejado de ser mujeres, y se han mantenido sin perder la sabiduría de su tradición y que mediante estos encuentros pueden transmitir su experiencia hacia otras mujeres, tanto indígenas como occidentales. Las mujeres son las que educan a los hombres, a sus hijos, a sus nietos. La mujer es la primera escuela, ya que la primera educación que se recibe es la maternal. La mujer es la conocedora de los misterios de la creación; ella conoce el misterio del origen de la vida porque ella misma es dadora de vida mediante la concepción. Si la Mujer está sana puede formar una familia y una comunidad sana. Por lo cual la mujer es la que debe reconstruirse para poder tener una sociedad más justa, equilibrada, sabia y armónica.
En todo parece existir como ley un círculo. Todo lo que damos regresa. Ida y vuelta. La verdad es como el centro de un círculo, y hay para llegar a ella tantos caminos como radios. [143]
“Hace
tiempo que vengo sintiendo un llamado en el vientre y en el corazón. Un llamado que me habla de mis hermanas: de tristeza, dolores y alegras, de amistad, soledad y compañías, de anhelos, miedos y confianza; de voces, gritos y silencio; de lágrimas, sonrisas, rabias y amor… me hablan de mí. [144]
MENOPAUSIA La menopausia (del griego mens, que significa “mensualmente”, y pausi, que significa “cese”) Se define como el cese permanente de la menstruación. La menopausia es el fin del período de fertilidad de la mujer que se produce aproximadamente entre los .45-55 años Es un proceso lento y en nuestra cultura como todo el ciclo de la mujer también forma parte de un tema tabú. Es por esto que lamentablemente muchas mujeres lo viven solas y aisladas como si estuviesen pasando por una enfermedad contagiosa. Sin embargo todas llegaremos a ese momento, donde ya no tendremos que preocuparnos más de nuestra fertilidad y del riego de gestar vida sin desearlo y puede ser un estado de plenitud si así sabemos verlo Nunca antes hubo tantos problemas con el período de la menopausia en la vida de una mujer adulta como los que hoy en día existen. Hace 50 años atrás se podría escuchar acerca de los calores, pero no sobre el reemplazo hormonal, ni sobre el insomnio, ni sobre tantos problemas digestivos e hipertensión. La menopausia era tomada como algo natural donde la mujer dejaba de menstruar, ya no podía engendrar y entraba naturalmente a otra etapa de su vida, con la enorme riqueza que ello implica, tiempo de mayor sosiego, relajación, una mirada mayor hacia adentro de ella mismo, más dedicación a tareas creativas como la cocina, la costura, las plantas, la literatura, pintura, el disfrute de los nietos. Incluso las mujeres que hoy tienen 70 años y viven en el campo, han pasado su menopausia en su mayoría, sin ningún tipo de trastornos. Hoy la vida agitada de las ciudades, el condicionamiento social, la hiperactividad, la valoración de mujeres superproductivas laboralmente, la falta de un proyecto de vida relacionado con algo no material, la vida sedentaria, la mala alimentación, el consumo de tanta química y excitantes del sistema nervioso, el estrés, la insatisfacción y frustración personal, la resistencia al [145]
cambio, hacen que la mayoría de las mujeres pasados los 40 años, sino antes, tengan trastornos relacionados con el funcionamiento hormonal. El miedo a envejecer: casi todas las mujeres pasados los 40 años, sino antes, buscan afanosamente no envejecer, tener la misma imagen a los 50 que a los 30. Se sufre si aparecen arrugas, canas o si el cuerpo pierde esbeltez. No se acepta el correr del tiempo y la belleza que esto encierra, con su cuota de vivencias adquiridas, de comprensiones y también de sabiduría. Tanto hombres como mujeres buscan la “eterna juventud” y pagan cifras siderales para lograrlo, para eso existen las mil y una operaciones y tratamientos y también las famosas “pastillitas anti- envejecimiento” ¿Porqué uno no acepta la arruga, el cabello blanco, la carne más floja? Cuando existe el cuidado personal, pero no aquél que se hace para complacer a las expectativas ajenas, sino por una actitud de amor hacia una misma y hacia la vida toda, cuando se está tranquila con lo que se hace, satisfecha con los vínculos que se tienen, con las actividades es las que estamos involucradas, cuando hay una actitud amorosa hacia una misma que implique comer bien, cuidar el cuerpo, moverlo, cuando se cuida la mente estando atenta a los pensamientos, cuando todo una se mantiene en bienestar en función de la edad que se tenga, no hay necesidad de querer ser lo que no se es, utilizando elementos artificiales para aparentar ser algo distinto, con el objetivo de ser reconocida y aceptada socialmente. Adviene en una cierta seguridad que permite la aceptación de lo que la vida va poniendo a cada momento. Que hermosa imagen es la de aquella mujer de 60 años con su cabello plateado, su piel tersa, mostrando las arrugas de los años, donde cada una de ellas habla de vivencias, de situaciones transcurridas, surcos que la vida va dejando a través de los años, su rostro limpio, sin maquillaje, su vitalidad porque sí, propia de una vida tranquila, sana. Todo su ser trasluce la satisfacción de aceptarse como es y una mirada de bondad y de estar libre de [146]
lo que los demás piensen y sientan de ella. Una no se topa frecuentemente con seres así, pero cuando eso sucede ve que es posible y que la felicidad y la plenitud pasan por la valoración de otros aspectos, aquellos relacionados con la posibilidad de sentirse libre de los condicionamientos. Esforzarse por cumplir con el condicionamiento social puede que nos haga parecer más jóvenes y “lindas”, pero internamente seguimos siendo inseguras y estamos insatisfechas, porque la verdadera seguridad no pasa por parecer menos años, sino por tener los que se tienen y entregarse a cada momento de la vida con lo que ésta trae aparejado y cuando esto sucede la juventud emana de una aunque se tenga el cabello absolutamente blanco y el rostro inundado de arrugas. El cambio que la menopausia implica: Existe un cambio hormonal: desaparecen los estrógenos, lo cual implica un reacomodamiento físico y psicológico, el terminar con una forma anterior desde el punto de vista químico, que abarca también al aspecto emocional- anímico y pasar a una nueva forma de funcionamiento químico-psíquico. Para que este cambio no sea traumático es necesario estar blanda y abierta frente a él. Aceptar y dar la bienvenida a cada etapa de la vida. El hecho de terminar con algo en lo químico-físico como es la producción de estrógenos, que a su vez implica la no posibilidad de engendrar, es un inicio de desapego, es aprender a morir a cada instante. La menopausia es la posibilidad que nos da la vida de prepararnos para la muerte, saber renunciar a algo conocido para entrar en otra etapa desconocida. Ya esto lo hemos vivido en la adolescencia y también en la maternidad.
La sobrecarga que implica la ausencia de menstruación: La menstruación permite la descarga de todo lo acumulado mes a mes. La menstruación es, entre otras cosas, la posibilidad que nos da la naturaleza de sacar afuera las toxinas del cuerpo, de la mente y el exceso de energía que se materializa como mucus y ácidos grasos, que a partir de dicha descarga permite llevar nuestro cuerpo-mente a un estado de mayor equilibrio. Cuando se corta la menstruación y comienza la menopausia esa descarga desaparece con lo que [147]
manifestaciones como insomnio, calores, trastornos digestivos, hipertensión, dolores de cabeza, y otros, son muy comunes. Algunos de los trastornos más comunes a partir de la menopausia: El hígado se alimenta de estrógenos, cuando estos desaparecen, éste funciona a menor capacidad con lo cual el trabajo que el hígado desarrolla que es actuar como laboratorio del cuerpo, eliminando las toxinas, se ve dificultado, con lo que las descargas son menores y todo nuestro sistema físico-químico y psicológico se ve sobrecargado también. Cuando el hígado se ve sobrecargado, se dificulta la capacidad circulatoria lo cual explica los comunes dolores de cabeza. También la hipertensión puede estar asociada a una sobrecarga hepática, y al exceso de hierro ú otros minerales en el organismo. Al sobrecargarse la función hepática aparecen también trastornos digestivos, ya que la misma disfunción hepática genera sobrecarga en estómago e intestino, con los consabidos dolores de estómago e irregularidades intestinales (diarreas, estreñimiento, gases, etc.). La falta de estrógenos está asociada también a la incapacidad de conciliar el sueño, es decir con el insomnio. Al disminuir o quedar eliminada la menstruación, la sobrecarga en todo el organismo es mayor, la parte digestiva y circulatoria se ve alterada, además un canal de eliminación ya no existe por lo que todo lo que uno ha venido sobrecargando en los últimos tiempos antes del cese de la menstruación, no sale, por lo que hay en uno inquietud interna, psicológica, también un miedo profundo al cambio y a situaciones no resueltas de la vida. La falta de estrógenos genera sequedad vaginal, asociada con la falta de lubricación; la sequedad vaginal dificulta la relación sexual. En relación a la sexualidad podemos decir que a partir de la menopausia, al cambiar la química del organismo, cambia también la psiquis y una está ubicada en un lugar diferente al anterior en relación a varios aspectos que hacen al vivir cotidiano, la sexualidad es uno de ellos, con lo que la misma naturaleza exige llevar una vida sexual con total compromiso, es decir no hacer el amor porque sí. [148]
Si bien es cierto que la falta de estrógenos genera sequedad y existen formas prácticas de ayudarse respecto a esto, Como posibilidad de lubricar la zona vaginal es bueno introducir una gasa embebida en aceite de germen de trigo o de girasol, que aportan vitamina E, que favorece a las mucosas de esa zona. También ayuda la crema o el aceite de hipérico, como así también consumir alimentos ricos en vitamina E, como los aceites antes mencionados y semillas de zapallo. Todo esto funciona terapéuticamente no como remedio en sí, sino en un contexto dónde la alimentación es buena, hay una verdadera conexión con el cuerpo y se investigan las causas profundas de las disfunciones que a una le aquejan. La suba de temperatura, calores, sensación de sofoco, está íntimamente ligada a lo que se ingiere y a la ausencia de actividad física. La mayoría de las mujeres que llevan una dieta vegetariana no padecen estos síntomas e incluso si no se consumen demasiados lácteos ni huevos, los calores no existen. Esos estados de calor también se asocian a la actividad circulatoria y la presencia de una actividad física cotidiana impide que este síntoma exista. Los calores o sofocos tienen que ver con un exceso de energía en el cuerpo y la mente, que al quedar eliminada una posibilidad de descarga, como la menstruación, se vive como exceso de calor. Esa energía acumulada necesita ser movida, a través de la comprensión de los estados emocionales, de la actividad física, de ejercicios respiratorios, automasajes, movimientos con el cuerpo que impliquen la posibilidad de alivianar, de dejar salir. La dieta vegetariana ayuda a evitar los excesos energéticos debido a la ausencia de grasa animal, la cual genera una sobrecarga muy grande. Otro de los malestares está relacionado con los dolores articulares y problemas en la masa ósea del cuerpo, la llamada osteoporosis, que significa huesos porosos. En general este problema se lo relaciona con el momento de la menopausia. Se la asocia con la falta de calcio en la dieta pero esto no es real ya que tiene que ver con muchas otras razones que incluyen lo hormonal, el estilo de vida, factores nutricionales y medioambientales. La osteoporosis tiene que ver con un debilitamiento de la estructura, sería algo así como que el derrumbe en un edificio tiene que ver con la fortaleza o debilidad de los cimientos. Hoy en día la mayoría de los enfermos internados en hospitales están allí por rotura de cadera. Muchos años atrás no existía [149]
esta problemática en la gente, hoy pasados los 50 años, la gente se cae y se fractura. Esto habla de un debilitamiento de la condición en general y de la calidad de la sangre. La sangre normalmente es alcalina, pero el exceso de grasa animal, de ingestión de química, de contaminación ambiental, de comida rápida, de mala sangre (estrés, tensiones, miedos, angustia, inquietud), de azúcar, acidifican la sangre. Una sangre acidificada pierde minerales, no solo calcio sino tantos otros como magnesio, zinc, yodo, etc. Justamente en países donde el consumo de lácteos es mayor y también el de carnes los índices de osteoporosis son mayoresHábitos como el consumo de alcohol, tabaco, café, hierba mate y té negro acidifican la sangre y quitan minerales del cuerpo. Con respecto al calcio es más importante ver cómo hacer para que no desaparezca que el intentar de cualquier modo incorporarlo. Este intento a ultranza de incorporar calcio arriesga la condición de todo nuestro sistema,
ya que el exceso de éste genera muchas otras enfermedades. Si bien es cierto que los factores hormonales existen, es mucho más rico para una poder ver la problemática desde un ángulo relacionado con el modo de vida y con los
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condicionamientos, ya que de esta manera salimos mucho más fortalecidas de la enfermedad.
Visión y propuesta de la medicina moderna: La medicina moderna, (occidental, alopática) percibe la menopausia más como una enfermedad que como un acontecimiento natural de la vida. Lxs médicxs, por su misma formación, no saben de la belleza que encierra dicho cambio. Los trastornos que tal vez podrían ser pasajeros se agravan por la implicancia que tiene considerar a la menopausia como una disfunción, un conflicto. Desde este paradigma intervencionista lxs medicxs porponen: (y la las mismas pacientes demandan): -Sedantes, tranquilizantes, somníferos. -Para la osteoporosis (descalcificación progresiva de los huesos por falta de estrógenos): calmantes, aspirina, terapia hormonal y régimen (con aumento de proteínas y vitamina D). -Para los problemas de elasticidad de la vagina suelen recetar lubricantes sintéticos si estiman que el problema reside en la dificultad de la penetración. -Hormonas de reemplazo: estrógenos, andrógenos (testosterona, que es la hormona masculina) y progestágenos, por vía oral, inyectable o de aplicación local (en la vulva o la vagina). Es importante que hagamos ahora una aclaración: La publicidad de las multinacionales farmacéuticas hace aparecer los signos naturales como síntomas, presentando a la menopausia como una enfermedad y creándonos la idea de que necesitamos hormonas. Sin embargo las hormonas de reemplazo tienen ciertos riesgos (no se sabe exactamente si los estrógenos pueden provocar el cáncer de útero, pero sí se [151]
sabe que agravan un cáncer preexistente) y efectos secundarios (náuseas, más tensión en los senos, aumento brusco de peso, retención de líquidos, hemorragias, trombosis, flebitis, enfermedades vesiculares, dolor de cabeza, depresión, agravan también las enfermedades cardiovasculares) que nunca son mencionadas. Por otra parte, los estrógenos producen una retención de calcio en la primera parte del tratamiento, lo que retrasa el avance de la osteoporosis, pero no pueden restaurar la masa ósea, y además sus efectos disminuyen con el tiempo. Como si fuera poco, la suspensión de las hormonas de reemplazo hace regresar los mismos signos desagradables. Y luego de los cinco años sus riesgos aumentan. Recuerda que están contraindicadas si tienes: sangre con tendencia a formar coágulos, trombosis, hipertensión, enfermedades del corazón, hígado y riñones, exceso de grasa, diabetes, tuberculosis, anemia. También los médicos recetan, por temor a la osteoporosis, calcio y el consumo de lácteos en cantidad, con lo que pueden generarse otros inconvenientes como sobrecarga hepática y a partir de ella hipertensión y luego a partir del antihipertensivo generarse depresión, con lo cual una mujer cuyos índices de calcio eran un poco bajos termina tomando un antidepresivo.
Las alternativas: El mejor tratamiento es mantenerse activa y creativa. Buscar información y compartirla con otras mujeres, así como hablar libremente de lo que nos pasa con las personas que nos rodean, nos ayudará a no sentirnos aisladas. Y seguir teniendo una buena relación con nuestro cuerpo, valorando nuestra sexualidad y teniendo orgasmos es la mejor forma de mantener el área genital sana. Desde aquí recomendamos:
Para los problemas de elasticidad de la vagina: -Consume vitamina E, esta ayudara a disminuir la pérdida de los estrógenos. La encuentras en las nueces, almendras, cereales integrales, germen de trigo, etc. [152]
-Ponte en uso local aceite esencial de salvia y ciprés, mezclados en una base de aceite de almendras. Alimentación sana y natural: Consume; banana, albaricoque, cebada, arroz, centeno, zanahoria, col, espinaca, pomelo, ajo, cebolla, lechuga, cereza, castaña, higo, avellana, naranjas, entre otros. Para aliviar los sofocos consumir; arvejas, pepas de girasol y pepino Muchas plantas contienen fitoestrógenos, cuya estructura molecular es semejante a la del estrógeno humano, pero cuyo efecto es diferente y más débil. Así, el estrógeno vegetal, siendo menos potente, es más lento en su acción. Sin embargo, parece ser más seguro, puesto que no implica el riesgo de los efectos secundarios del estrógeno sintético. Además algunos alimentos, en especial las verduras de la familia del repollo, aumentan la tasa a la cual se utiliza y se dispone del estrógeno circulante en el organismo. Las leguminosas, en especial los porotos de soja, cumplen una fuerte actividad estrogénica. (trata de contactarte con lxs productorxs o distribuidorxs de soja orgánica, ya que este buen alimento es uno de los que mas intervención genética está sufriendo) Alimentos con capacidad fitoestrogénica: Ajo, té de anís, Té de salvia, Té de regaliz, Té de Cola de Caballo, avena, arroz yamaní, brócoli, repollito de bruselas, coliflor, porotos de soja (como queso de soja), semillas de lino, aceite de lino para condimentar verduras, maíz no transgénico, manzana, papa, ananá, repollo, zanahoria. Alimentos para evitar la pérdida de calcio: En relación al tema de la osteoporosis y la dieta lo más importante es evitar los alimentos tales como grasas, azúcar, lácteos industrializados, tabaco, alcohol e incorporar a la comida diaria cereales integrales que contienen silicio y que por transmutación biológica se transforman en calcio en el organismo, lo mismo sucede con el Boro de la fruta que se transforma en calcio, también fuentes de calcio son el repollo, brócoli, coliflor, semillas de sésamo, algas, queso de soja, garbanzos, yogur orgánico y ricota casera. Alimentos que agudizan los trastornos de la menopausia: Carnes, café, té, yerba mate, harinas blancas, embutidos, gaseosas, alcohol, [153]
empaquetados, enlatados, enfrascados, grasas animales. Además estos eliminan el calcio del organismo, y también otros minerales. Los lácteos industrializados (manteca, leche, quesos estacionados y quesos blandos) disminuyen el calcio del organismo porque acidifican la sangre. La industrialización por otro lado implica el uso de conservantes, blanqueadores, aromatizadores, etc., que generan trastornos como alergias y tantos más, que terminan eliminando los minerales del cuerpo. Una dieta rica en cereales, legumbres, semillas, frutas, algunas veces yogur orgánico, ricota casera y huevo de campo, permiten un nivel óptimo de calcio en el organismo. La Actividad física Una buena actividad física implica activación circulatoria, lo mismo que el desbloqueo energético en algunas zonas del cuerpo y la posibilidad de aumentar la capacidad de flexibilización de la columna vertebral y articulaciones. Se ha comprobado que el ejercicio físico consistente en una hora de actividad moderada, 3 ó más veces por semana, previene la pérdida ósea. La inmovilidad duplica la tasa de excreción de calcio urinario y fecal y produce un desequilibrio negativo en cuanto al calcio se refiere y también a otros minerales del cuerpo. Otros tratamientos: Los ejercicios respiratorios cotidianos, los automasajes en piernas y brazos, los movimientos de pelvis que ayudan a mover la energía estancada del cuerpo y permiten parar la cabeza generando una frecuencia vibratoria distinta y que a su vez ayudan a bajar los decibeles, son fundamentales para movilizar la energía bloqueada y ayudar a evitar la sobrecarga física y emocional.
Plantas Medicinales: Zarzaparrilla: Infusión de una cucharada de hojas en una taza. Beber una taza diaria en reemplazo del agua que puede tomar en el almuerzo. Disminuirá los sofocos. [154]
Salvia: Infusión de una cucharada por taza. Beber todas las noches una taza antes de acostarse. Disminuye los sofocos nocturnos y ayuda a tener un buen sueño.
Recetas caseras: Sofocos: Para tomar como sustitutivo del agua, al menos 3 vasitos al día durante un mínimo de 9 días. Este tratamiento se puede repetir siempre que se quiera. 1. Triturar un apio y limón con cascara 2. Hervir todos los ingredientes durante 30 minutos. 3. Dejarlos reposar durante 10 minutos 4. Colar el preparado y guardarlo en botellas de vidrio También es aconsejable tomar cada día en ayunas una cucharadita de semillas de sésamo (o ajonjolí), así quedaran cubiertas las necesidades diarias de calcio. Osteoporosis: Se produce por la pérdida de los minerales y calcio de los huesos debido a múltiples causas, y se manifiesta muchas veces durante la menopausia. 1. Romper 1 huevo y sacar la cascara. 2. Poner a hervir la cascara en un recipiente con agua durante 4 minutos. 3.Sacar la cáscara del agua y triturarla en un mortero 4.En un recipiente aparte, mezclar la cáscara triturada son el jugo de un limón y batir. [155]
Tomar este batido 3 veces por semana, durante todo el tiempo que sea necesario. Recomendaciones: Artemisa: Cocimiento de las hojas y flores secas en agua durante 5 minutos. Beber 1 taza al dĂa Regaliz (raĂz), Hojas de frambueso y rosa canina (silvestre): Cocimiento de las hojas y flores secas en agua durante 5 minutos. Bebe 1 taza 3 veces al dĂa. Haz este tratamiento durante 6 semanas, descansa 3 semanas y comienza de nuevo el tiempo necesario. http://www.caminosalser.com/1014-alimentacion-consciente/menopausiavivirla-con-plenitud/
Soy el Poder dentro de mi!
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Reencontrarnos la bruja que somos implica un profundo cuestionamiento al sistema patriarcal, hoy capitalista, en el que nos toca vivir. Y entender que el sistema y sus instituciones no sólo está allí afuera, esquematizando, y desvitalizando todo lo que puede del eterno fluir vital, sino que también lo llevamos adentro, muy adentro, sumamente interiorizado en nuestras percepciones, actitudes, creaciones y maneras de relacionarnos con lo otro.….todas, en mayor o menor medida fuimos criadas, y creadas en el patriarcado. No podemos negar que nos constituye, y no podemos negar que (por lo menos) inconscientemente aportamos a su reproducción. Sin embargo, este cuestionamiento nos permite echar luz sobre nuevas posibles percepciones y construcciones. Mirarnos adentro es el primer paso para todos los cambios venideros. Solo nos queda retornar con fuerza a nuestra raíz, a nuestra fuerza interna que nos conecta con la gran matriz. Erguirnos con seguridad y confianza desde la gris monotonía de la norma, hacia una explosiva expansión de colores y sonidos. Avivar cada día nuestro fueguito interno, esa chispa divina que la tenemos por el solo hecho de estar vivas. Regar cada día con fluido amor nuestras raíces para cosechar sabrosos y dulces frutos con los que nos nutriremos de cuerpo y espíritu. Dejemos a nuestras alitas brotar, lindas y fuertes, a nuestras antenitas desarrollarse, atentas y amigas. Permitamos la mutación constante de nuestro ser, que no puede más que expandirse hacia la liberad. Salir, volar, buscar a nuestras hermanas, a nuestros hermanos, confiar, juntarnos, conocernos, vernos profundo, de esencia a esencia, conectar y levantar tdxs juntxs la bandera de la sagrada rebeldía [157]
Fuentes: Libros: Todos los escritos de Casilda Rodriguañez se pueden encontrar y bajar de https://sites.google.com/site/casildarodriganez/ En este libro hemos citado fragmentos de : El Asalto al Hades. La Rebelión de Edipo Pariremos con Placer El mundo en que vivimos. Nuestra dimensión individual y colectiva. La función orgánica y social de la sexualidad
LIBRO: Ginecología Natural, Pabla Pérez San Martin LIBRO: Luna Roja, Miranda Grey LIBRO: Cuerpo de Mujer, Sabiduría de Mujer, Christene Northrup LIBRO: Calibán y la bruja, mujere, cuerpo y acumulación originaria, Silvia Federici LIBRO: Brujas, comadronas y parteras, una historia de sanadoras, Barbara Ehrenreich y Deirdre English. LIBRO: La revolución Wilheim Reich
sexual,
LIBRO: La función del orgasmo, Wilheim Reich LIBRO La creación del Patriarcado, Gerda Lerner
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Cuadernillo del encuentro “Reflexionado sobre el Patriarcado” LIBRO: De persecución de brujas y pensamiento mágico, Beatriz Edelstein LIBRO: Pases Magicos, Carlos Castaneda
Paginitas internéticas: http://www.sabidurialunar.mujerlunar.com http://ginecologianatural.wordpress.com/page/5/
http://atravesdelespejodemislunas.blogspot.com.ar http:// europaindigena.com http://www.caminosalser.com http://wordpress.eldedoenlallaga.com (Menstruacion, la sabiduría oculta) http://www.recibetuluna.com.ar/
VIDEITOS MUY RECOMENDADOS
para ver en Youtube:
El rescate del sagrado femenino Abuela Margarita. Corazón de niña Entrevista a Andrea Herrera Atekatolli Documental Circulo de Luna Vientre de mujer (de Mónica Felpe Larralde) Alma de cantaora. Amparo Sánchez (canción) Sings Outsof times. La historia de la antropóloga María Gimbutas. Tensegridad Pases Mágicos Carlos Castaneda MIAU, Movimiento Insurrecto por la Autonomía de Una misma
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INDICE Sagrada Rebeldía ……………………………………………………………………..11 Las Brujas…………………………………………………………………… 12. Cuerpos y acumulación originaria………………………………..26 Brujas, Comadronas y Parteras………………………………………..36 Ahora las brujas tenemos llamas Sobre la medicina y la usurpación de nuestra sexualidad ……….39 De aquelarres y cultos paganos…………………………………….45 Brujas en América. La inquisición en el nuevo mundo……………….49 Chamanismo Femenino………………………………………………………..61 Ginecología activa………………………………………62 Anticoncepción natural………..…………………………………………………….63 La Matrística, el útero y el universo………………………………….71 Yo tengo un cuerpo…………………………………………………87 El útero, centro energético del cuerpo femenino…………………91 Recuperar la sensibilidad uterina es posible………………………………….93 Ejercicios para fortalecer y sanar la matriz………………….83 Pases mágicos para sanar la matriz……………………………………101. Chamanas y sacerdotisas…………………………………………………..….105 Viaje al ciclo menstrual………………….111
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La luna en cada una. …………………………………………………………..124 Revalorizar nuestra sangre…………………………………………128 Andrea Herrera Atekokolli dice: ……………………………..135 Círculos……………………………………………..138 Menopausia……………………………………………145 Fuentes……………………………………………………………………..158
Las múltiples ilustraciones presentes en este libro han sido encontradas y bajadas de internet. Las de las página 144, 162 corresponden a Aniko, https://www.facebook.com/trebolesnegros, gracias a ella por su permiso para incorporarlas
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RecordĂŠ que la Tierra era mi madre, mi hogar: ya no hay soledad. RecordĂŠ que la Luna me habita: ya no hay oscuridad.
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