Cultura o octubre de 2013

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Cultura O Revista cultural para la regi贸n del Oriente Antioque帽o / No 18, octubre de 2013


Editorial

¿SI NECESITAMOS TANTAS TORRES?

Por: Miguel Ángel Ríos Director

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esde la puerta de mi casa he visto cómo se elevan, he visto a los obreros que como hormigas, suben bajan, transportan, pegan, y suben, suben, y suben en su torre de concreto. Ya van en la tercera de un complejo de tres inmensas torres frente al Politécnico Jaime Isaza Cadavid. Cada Torre tiene más de 16 pisos. Hace más de dos meses terminaron el primer edificio y hace poco más de un mes vienen dándole los acabados al segundo, el tercero va en el piso 13 y en menos de un mes lo culminan. Pero ninguna de las dos torres concluidas tiene un solo apartamento ocupado. También me he parado frente a una de las más altas torres, construída hace un par de años en el sector de los Colegios: una mole de casi 20 pisos en la cual puede verse en las ventanas de casi todos los apartamentos los letreros de SE ARRIENDA o SE VENDE. También ojeo frecuentemente las revistas Informe Inmobiliario y Oriente, Guía inmobiliaria y me quedo perplejo cuando veo la cantidad de diseños de nuevos edificios, nuevas torres que se están planeando construir y otras que ya están en proceso de construcción, de más

de 15 pisos cada una y en algunos complejos ¡de hasta siete y ocho edificaciones! Y entonces es cuando me pregunto ¿si necesitamos tantas torres? Considero prudente y muy oportuno la realización de un estudio que intente demostrar que el perfil urbanístico de Rionegro se está transformado por necesidad, porque ya no cabemos en la ciudad y entonces debemos vivir unos encima de los otros, en edificios, y porque estamos recibiendo miles de nuevos residentes provenientes de otras ciudades, principalmente de Medellín. Eso deberá arrojar el estudio. Pero como estoy seguro que no se ha hecho ni se hará en el corto plazo, entonces seguiremos viendo cómo se levantan semejantes atalayas, para quedarse desocupadas años enteros, como si a los propietarios nos les preocupara la recuperación de la inversión hecha. Todo eso sin contar que por el arrendamiento de un apartamento en el piso 17 de una de esas torres me pidieron un millón doscientos mil pesos. Eso se atrevieron a pedir por una caja de fósforos de 56 metros cuadrados. ¡Un edificio estrato seis rodeado de casas estrato tres!!! Y si miramoslos otros municipios, nos damos cuenta que van por el mismo camino: en Marinilla, La Ceja y El Santuario, principalmente, se ha visto la transformación lenta paro imparable del perfil urbanístico, con la preocupante desaparición de antiguas edificaciones inventariadas en el patrimonio histórico de cada una de estas localidades para dar paso

CONTENIDO Marinilla, bicentenario de su título de CIUDAD Marinilla, historia en imágenes Cuento: ¿Goliat o Nupán? Historia de perros (segunda parte) Con Letra Clara Cuento: La Rueda Crónicas del nuevo mundo: Muchacha de traje negro El Van Gogh perdido Masora: el renacer del ave Fénix Poesía La comunicación asertiva ¿Dónde está “Momo Romero”? Autobiografía: Nicolás Duque

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CULTURA O es una publicación sin ánimo de lucro que pretende exaltar la labor de personas y organizaciones que propenden por mejorar la calidad de vida de sus comunidades través de la cultura.

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a edificios de apartamentos, centros comerciales y centros de servicios, ¡incluso en los centros históricos! Y como me gusta salir a caminar entonces intento demostrarme a mi mismo que en Rionegro ya hay muy poca tierra para construir casas, pero regreso de mis caminatas con la grave sensación de que nos estamos medellinizando por la fuerza. Sí, porque a Medellín le tocó crecer hacia el norte y posteriormente hacia el sur y luego crecer hacia arriba cuando en el valle ya no había lugar para más casas. Me doy cuenta que Rionegro tiene mucha, muchísima tierra despoblada todavía, pero de lo que estamos siendo víctimas es de un síndrome de metrópoli que nos contagiaron las “modernas firmas constructoras” que arman cubos de concreto sin mucha creatividad, esperando que alguien pague más de 300 millones de pesos por irse a vivir a los aires, cuando con ese dinero, bien podría uno comprar un terrenito y comenzar su proyecto de casa en cualquiera de los preciosos municipios del Oriente. Yo sigo siendo el mismo romántico con su sueño bucólico de tener un ranchito en el campo para vivir los últimos días escribiendo. Y de algo estoy estoy convencido: N O N E C E S I T A M O S TANTAS TORRES.

Cultura Director: Miguel Ángel Ríos Diseño Gráfico: María Alejandra Ríos Colaboradores: Carlos Eduardo Vásquez

Luis Enrique Atehortúa Alonso Ríos Vanegas

E-mail: revistaculturao@gmail.com Teléfonos 5617191 - cel. 3128360990

Un producto de:


MARINILLA EN EL BICENTENARIO DE SU TÍTULO DE CIUDAD Por: JOSÉ ALEJANDRO RAMÍREZ Asesor Ejecutivo de la Alcaldía

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l eco de la conmemoración del Bicentenario del Título de Ciudad de Marinilla se escucha aún en los rincones de la ciudad. La celebración se enmarca en un claro mojón histórico, compartido con la celebración de la Independencia de Antioquia, ambos hechos ocurridos dos siglos atrás y que son producto de la misma gesta libertaria. La reflexión consecuente de este acontecimiento fue orientada desde la Administración Municipal hacia la corresponsabilidad ciudadana y el sentido de ciudadanía que se precisa para habitar la ciudad. El mismo Alcalde lo expresaba así en su discurso de conmemoración: “Marinilla adquirió entonces la responsabilidad de abrirse paso por los siglos marcando un camino claramente, pariendo hijos para el servicio de la Patria, no sólo en las armas sino en las ideas”. Esta corresponsabilidad comunidad-gobierno ha sido expresada en todas las instancias y confirmada en todos los aspectos del desarrollo de la ciudad: nada puede llevarse a cabo sin el concurso de todos los ciudadanos. Y esta ha sido la línea que orienta la estructura del Plan de Desarrollo Municipal: corresponsabilidad ciudadana. Muchos de los proyectos que hoy convierten a Marinilla en una verdadera ciudad, tienen su asiento en un profundo y permanente compromiso ciudadano: a través de las instancias de participación como la Asamblea Municipal Constituyente, las Juntas de Acción Comunal y la Asocomunal, los Consejos y Cabildos, etc. Pero hay muchos otros que no son tan visibles u “oficiales”, pero su existencia y trabajo son vitales: los clubes deportivos, las asociaciones culturales, los grupos de activismo social, de pastoral, de servicio comunitario, de educación, ambientales, de defensa de los derechos, etc.

200 Años

Es cada vez más necesario que al interior de las comunidades surjan iniciativas de asociación de objetivos y de visiones, que se funden espacios de acción social colectiva que respalden y acompañen la acción del Estado Local, porque se debe tener conciencia de que este mismo Estado, a pesar de sus esfuerzos, no puede estar “en todas partes el mismo tiempo”. Y no se trata de una invitación a “reemplazar” al Estado ni a cumplir las funciones que le han sido delegadas por ley (la justicia, la asistencia social, la administración pública), se trata de emprender la tarea de complementar las acciones de gobierno con acciones ciudadanas que contribuyan al cumplimiento de los objetivos trazados en el Plan de

Desarrollo y en los planes que orientan nuestro crecimiento en el tiempo. De estos compromisos ciudadanos los más i m p o rt a nt e s t i e ne n q u e ve r c o n l a educación, con la protección de la familia, con el auto-cuidado de las personas y con el espacio público. Todos ellos vinculados directamente a la capacidad y la posibilidad que tenemos todos los ciudadanos de ser mejores cada día. Así, la inversión de tiempo y de esfuerzo en beneficio de nuestras comunidades es un aporte directo, evidente y poderoso a la construcción de un mejor país, de un mejor gobierno y de un mejor futuro. Porque la ciudad está viva “en la ciudadanía que la habita y la construye”.

Ceremonia de conmemoración de los 200 años del Título de Ciudad de Marinilla. De izquierda a Derecha, Edgar Villegas, Personero municipal, Manuel González, Presidente del Concejo, José Gildardo García, Alcalde Municipal y Sergio Fajardo, Gobernador de Antioquia.

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MARINILLA, HISTORIA EN IMÁGENES

Plaza de Marinilla, año 1950

Paso del Tranvía de Oriente por Marinilla

Capilla de Jesús Nazareno, año 1980

Simona Duque, Heroína de la patria Plaza de Marinilla, década de los 60

Colegio Nacional San José

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Obispo Valerio Antonio Jiménez


Casa tradicional junto a la quebrada Plaza de Marinilla, año 1935

Plaza de Marinilla, año 1976

Monseñor Emilio Botero González Chiva de Cascajo Abajo

Monumento Batalla de Cascajo

Guitarras Ensueño

El pueblo, la quebrada y el tranvía


SNIES 1850 SNIES 4443 SNIES 53037 SNIES 20271 SNIES 1856 SNIES 1855 SNIES 4361 SNIES 55096 SNIES 1854

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Cuento

¿GOLIAT O NUPÁN? Por: Carlos Eduardo Vásquez

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stábamos en el patio del colegio y Nupán, el gigante de octavo grado, venía hacia mí abriéndose paso a empellones. El gañán tenía la costumbre de afinar sus habilidades de pugilista con cualquier muchacho al azar, y esa tarde me había tocado a mí. El empujón me tumbó y sentí sabor de tierra en la boca.

¡Usted es un “cuatrolámparas” hijueputa y a la salida nos vemos pa' romperle la cara! No había forma de evitar la confrontación. Un reto de esa magnitud, lanzado frente a todo el colegio, no era un asunto para olvidarse y seguir sin novedad. Los compañeros querían ver una nariz reventada y se alegraban de que esa nariz no fuera la de ellos, sino la mía. Las últimas horas de la tarde fueron un suplicio. Desde la ventana del salón de biología podía ver claramente el sitio de mi “ejecución”. Es decir, la salida trasera del colegio… ese ring improvisado donde se celebraban nuestros duelos adolescentes. Sonó la campana. Traté de salir primero, pasar desapercibido y escurrirme hasta la parada del bus para evitar la vergüenza de verme convertido en el saco de arena de Nupán. Y por poco lo consigo, si no hubiera sido por un grupo de compañeros que no estaba dispuesto a perderse la pelea por nada del mundo. Minutos después apareció Nupán con su séquito de admiradores. Éstos eran los encargados de narrarle, después, los pormenores de cada pelea para que el troglodita adolescente pudiera inflarse con sus proezas como un sapo soberbio. Recordé “El duelo del mayoral”, un poema que había tenido que recitar días atrás en la izada de bandera del colegio. Sobre todo, recordé el momento cuando el protagonista dice: “Llegó hasta mi lado, tranquilo, sereno, me clavó en los ojos su fría mirada y me dijo: <¿me esperas?>” y… “no hablamos más”. En mi caso, tampoco pronuncié palabra porque el miedo me tenía petrificado. El energúmeno en formación me asestó un puñetazo en la cara sin mucha contundencia. A lo mejor quería prolongar el espectáculo antes de liquidarme del todo. La verdad era que el susto me tenía anestesiado. Sin embargo, me llevé la mano a la mejilla y fingí un gesto de dolor, pues no quería que Nupán se enojara más. Luego, traté de retroceder y escapar, pero un muro de muchachos me cerró el paso. Decenas de manos “poco caritativas” me regresaron de un empellón al centro del círculo donde me esperaba el terrible Nupán.

El empujón de mis compañeros me levantó literalmente del piso. Mi cuerpo sin el sustento del suelo ganó una velocidad inusual. Un rapto de inspiración me obligó a levantar el brazo y a cerrar la mano mientras estaba en el aire. Así, cual guerrero volador, aterricé sobre mi adversario, al tiempo que mi puño, por su propia voluntad, caía intempestivamente sobre la cara sorprendida de Nupán. Nupán cayó al suelo cuan largo era. Su mirada quedó fija en una de las ramas más altas de un árbol de mango. Yo, asustado como nunca, pero dispuesto a aprovechar mi momento de gloria, empecé una especie de baile nervioso alrededor de Nupán quien todavía no daba muestras de vida. La multitud me vitoreaba y yo, para complacerla, di un par de saltitos estilo Kid Pambelé. Después, la muchachada me llevó en hombros hasta la parada del bus. Afortunadamente, todo sucedió con gran rapidez, porque si el salvaje de Nupán hubiera reaccionado de inmediato, seguro que me hubiese propinado la paliza de mi vida. Mi reacción instintiva había decidido mi primera y última pelea de colegio. Digo última porque después de eso, nadie me molestó más. Nupán se me acercó con sigilo al otro día. Estaba estrenando un semicírculo oscuro debajo del ojo izquierdo, y luego de mirarme detalladamente de arriba abajo, me estiró su mano abierta y me dijo: “Hermano, sabe qué, usted me cascó, a lo bien”. Aunque he sido un tipo lento para los puños, siempre he sido atravesado con las palabras. Me salen a borbotones, y con frecuencia irreflexivamente. Así que con todo el coraje que logré reunir, le respondí: “Pues, sépalo y entiéndalo, que lo de ayer le pasó solamente por tener un nombre tan feo, ¿oyó?” Y sin demora, estreché la mano que me tendía (para no tentar más mi suerte). Después, le di la espalda con displicencia y me alejé de allí con paso de dignidad henchida. Nunca, hasta hoy, había pensado en lo ridícula que fue mi respuesta al acto conciliatorio del retador vencido. La verdad es que yo no tenía ningún motivo adicional para odiar al “Wolverine” del patio escolar, a esa sabandija irreflexiva... Pero, bueno, a falta de argumentos poderosos, me mantengo en lo mío… ¿Pa'qué se tenía que llamar Nupán el carajo ese?, ¿sí o no?

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Desde la torre

La columna del Maestro

HISTORIA DE PERROS Segunda parte Por: Alonso Ríos Vanegas Escucha Juan con atención esta historia tan rara y enigmática: El segundo perro que tuve conmigo desde la muerte de mi mujer, que yo recuerde, fue Lupo, un doberman que conseguí con un amigo cuando era sólo un cachorro. Tenía como característica una oreja caída y la otra bien levantada sobre su cabeza, concediéndole una expresión peculiar y simpática a su rostro: era el fruto de una torpe cirugía que le hicieron en la recortada de sus orejas, como se acostumbra con ciertos perros al poco de nacer. Cuando Lupo corría, la oreja gacha saltaba sobre su rostro como llevada por el viento. De este atento animal guardo en mi memoria la noche que me visitó un amigo que había extraviado los buenos modales y aprendido a consumir droga. Andaba como un trashumante, de día o de noche, sin importar hacia o desde dónde viajaba, y siempre cargaba un inmenso cuchillo por entre los pantalones, “para hacerse respetar”. Esa noche se le ocurrió visitarme después de las doce. Como encontró la portada de la finca cerrada, se trepó como un ladrón, a sabiendas de que allí adentro se enfrentaría al guardián, el feroz Lupo. Desperté aterrado al escuchar los ruidos. Los gruñidos del perro y los gritos del agresor en la silenciosa noche de luna llena me llenaron de pánico. Pensando lo peor, creí fueran asaltantes. Salté precipitadamente de la cama, empuñando la escopeta, dispuesto a defenderme. Lupo ladraba y gruñía como jamás lo había escuchado, poseído de una furia infernal. Al mirar por la ventana a la luz de la luna, asombrado me quedé al ver la lucha singular: el perro atacaba, y una sombra de un hombre de sombrero blanco lanzaba tajos con un cuchillo cuyos reflejos brillaban en la noche. El jardín de la casa se transformó de súbito en un campo de batalla entre el hombre y la bestia enloquecida defendiendo el predio. Cuál de los dos más ágil y cuál más sagaz, al hombre le vi en el brazo izquierdo envuelto algo así como una ruana y se defendía de los ataques y dentelladas, y el fiero cánido, con asombrosa agilidad, hacía quites a las cuchilladas que brillaban rápidas bajo la luna de octubre. Reconocí al vagabundo, guardé el arma y salí empijamado al patio, con el corazón palpitándome. Sudoroso, a pesar de ser una noche fría y debido a la lucha

encarnizada con Lupo, el inesperado visitante se me acercó. Calmé al perro, profiriendo gritos, para que dejara de atacar a Hernando, al que reconocí por su figura larga y escuálida. Luego de retirar a Lupo, le pedí al impertinente visitante que guardara el arma blanca. Así lo hizo, calándosela bajo de la camisa. Aún así, en la inusual hora, lo invité a entrar en casa. Él se negó. “Solamente quería saludarlo, maestro”, dijo. “¡Pero son las doce de la noche!”, repliqué todavía atontado y

soñoliento, desconcertado y asombrado. “No importa”, dijo él, “vengo desde Medellín caminando y antes de venir aquí ingresé al cementerio donde encontré esta pequeña laja de mármol blanco. Quiero que me labre alguna cosa en ella; además, quiero que me reciba esta flor que he arrancado para un poeta de la piedra como es usted”. Mirándolo desconcertado y temeroso, recibí la laja y la ajada flor amarilla y lo invité a tomar un café. “No”, rechazó él, mirando con vaguedad la luna en medio del cielo sin nubes, una luna que en ese momento se veía grande y luminosa como un sol. La mirada de Hernando era apagada y sombría, como la de alguien que no sabe dónde está ni sabe tampoco a dónde ir, y su cuerpo sudoroso expelía un olor extraño, a alcohol y a una mezcla indescifrable para mí. “Ya me voy”, anunció, mirando hacia lo alto. Dio

después un profundo respiro y murmuró: “Luego volveré por la lajita de mármol ya tallada”. Hernando era joven, desgarbado, alto, y usaba siempre vestimentas y sombrero viejos y sucios. Al salir dejó un nido de pulgas en la puerta de la casa, que de inmediato saltaron y se me pegaron a la ropa, los brazos y la cara. Casi sin despedirse, se fue caminando despacio por el prado, como una sombra, sin mirar atrás. Yo le abrí la portada para que saliera, pero él salió como un espectro por entre la reja, traspasando las duras barras de hierro con su cuerpo sobrenatural, como pasa la luz del sol por entre un cristal sin romperlo. Se perdió en la distancia por el estrecho camino, como un fantasma, dejando detrás una estela luminosa verde-azul que poco a poco se esfumó, impregnando el ambiente de un hedor de nido de ratones y yerbajos de monte recién cortados. Rascándome frenéticamente para defenderme de las pulgas, tuve que bañarme, a semejantes horas, sin dejar de pensar en la aparición del amigo enigmático y en su desaparición misteriosa. Volví a mi cuarto, a continuar durmiendo, pero sólo atiné a cerrar los ojos sin poder conciliar el sueño. Veía imágenes distorsionadas de esa lucha sin igual, mientras Lupo, mi noble amigo, con ladridos despedía al fantasma por detrás de la malla del camino, ladrándole fieramente. Hace tantos años que sucedió este encuentro que ya no recuerdo cuál fue el final de mi amigo animal. Sólo recuerdo que me acompañó varios años más, dándome seguridad y afecto. Y de Hernando jamás volví a tener noticias: lo más seguro es que nunca vino por acá y jamás existió, porque era un espíritu o ese es el recuerdo que me queda de él. De la laja ya tallada con su esfinge lo único que te puedo contar, Juan, es que después de labrarla la dejé en un estante del taller y allí se mantuvo por mucho tiempo, hasta cuando desapareció, como Hernando, mi amigo pulgoso: misteriosamente.

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Lo nuevo

CON LETRA CLARA La Real Academia Española modificó algunas palabras del idioma castellano. Por favor téngalas en cuenta en sus textos, esto hará que otras personas aprendan de sus escritos.

CLARA INÉS OROZCO ARANGO Licenciada en Lengua Castellana

La “y griega”, ahora es llamada YE. Para diferenciarla de la vocal i, llamada comúnmente i latina. La conjunción disyuntiva O, entre números, debe escribirse sin tilde. Ej. Para el taller traiga 5 o 6 láminas. Esta norma es debido a que el computador diferencia muy bien la letra O del número 0. Por lo tanto, no hay ambigüedad. El adverbio de modo SOLO, así haya riesgo de ambigüedad, no se debe tildar. Ej. Estudiaré solo para las pruebas ICFES. En caso de doble interpretación, utilice un sinónimo: Estudiaré únicamente para las pruebas ICFES. Las palabras GUION, HUI, ION, TRUHAN. Deben copiarse sin tilde, porque son monosílabas diptongadas. Si usted le marca el acento ortográfico, está cometiendo una falta de ortografía.

Está incorrecto escribir así: "piercing, sexy, judo o manager”. Con grafía castellana, lo correcto es: pirsin, sexi, yudo y mánayer. Si la va a utilizar con su origen extranjero debe hacerlo entre comillas o en cursiva, como lo exige la norma en estos casos. El término Quórum, debe escribirse CUÓRUM, debido a que en el idioma español no existe la combinación QUO. Recuerde marcarle la tilde, sigue siendo una palabra grave que termina en M. Los pronombres demostrativos. Este, esta, estos, estas, ese, aquel. Debe suprimírsele la tilde, no está justificado ni siquiera en casos de ambigüedad.

¿MURCIÉGALO O MURCIÉLAGO? ¿VAGAMUNDO O VAGABUNDO? ¿PILOTAR O PILOTEAR? ¿PETROLÍFERO O PETROLERO? En el caso de muerciélago o muerciégalo, ambas maneras están BIEN PRONUNCIADAS. Así lo aprobó la Real Academia Española, que también admitió “agora” en vez de “ahora”, “cuadriplicar” por “cuadruplicar” y “pilotar” por “pilotear”. El castellano es un idioma tan flexible, versátil y vigoroso, que suele deparar extraordinarias sorpresas a quienes pretenden dominarlo: por ejemplo, decir “murciégalo” es tan lícito como murciélago, y es indistinto emplear “vagamundo” o vagabundo.

¿Cómo se dice?: ¿período o periodo, élite o elite, guión o guion, ícono o icono, fútbol o futbol, píxel o pixel, chófer o

chofer, zodíaco o zodiaco, cóctel o coctel, austríaco o austriaco? Para el DRAE todas ellas están muy bien escritas, con o sin acento; pero eso sí, escribir “ole” en vez de “olé”, puede resultar en cosas diferentes: ole es un baile andaluz y olé –que también se admite sin acento- es una voz para animar o aplaudir. Algunos consejos: las disculpas no se piden, se ofrecen; hay que decir “fue elegido” y no “electo”, que se usa sólo como adjetivo (presidente electo); los puestos no se detentan (salvo que sea de manera ilegítima) ni se ostentan, se ejercen; y los pozos con petróleo son petrolíferos, no petroleros.

Primer concurso regional

El Rostro más Bello del Oriente

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Cuento

LA RUEDA E

n el costal de fique deshilado y mugriento, decenas de tubos, varillas y tuercas sueltas castañeteaban con cada uno de los pasos desalineados y esquivos de Jeremías, un chicuelo no menos andrajoso que el saco y sí muy encorvado por el peso descomunal de la carga metálica que Atlas penosamente hubiera soportado, y que flagelaba las carnes tiernas de la espalda de aquel granujilla incapaz de deshacerse del hábito de caminar mirando todo cuando había en el suelo. Con sus ojazos blanquecinos incrustados en un rostro de ébano Atlántico, el negrito, delgaducho y desarrapado, inspeccionaba las rutas menos frecuentes de los demás chatarreros. Su expedición por la ciudad incluía la visita temprana a los talleres de latonería, a las cerrajerías, la inspección a los botes de basura a la salida de las grandes fábricas y a la zona de desechos de la ensambladora de automóviles japoneses y franceses al sur de la ciudad. Siempre había algo valioso en los lugares menos pensados, y cuando la pesca exigua de metales requería otras medidas, solía verse a Jeremías caminando tras el camión de las basuras, rebujando bolsas y disputando alguna pieza útil con los recogedores, que ajustan su salario mínimo con el papel, el vidrio y el metal. Aún cuando en el costal ya no cupiera más chatarra, Jeremías seguía hurgando y memorizando el lugar de los hallazgos para tornar luego por un rin, un trozo de cadena, una olla desfondada o para meterse en

Autor: Miguel Ángel Ríos Restrepo

alguna demolición a pedir varillas estructurales y, si contaba con suerte, hacerse a la grifería de cobre y de bronce El sol casi tocaba las montañas lejanas más allá de Robledo y del cerro del Padre Amaya y una lluvia de goterillas punzantes como agujas se descolgó tan imprevista sobre la ciudad atestada de ruidos y de gente, que todo el revuelo parecía de historieta: una sola carrera de hidrofóbicos. Entonces se escuchó el gruñido agudísimo de las ruedas de un automóvil sobre el pavimento húmedo y luego un golpe seco. La bicicleta se elevó por los aires describiendo un arco casi perfecto para estrellarse contra el piso siete metros más adelante. El muchacho rompió el parabrisas con su cabeza y se metió casi por completo en el auto. Para ocurrir todo esto bastaron, como les basta a todas las catástrofes y desgracias, de unas fracciones de segundo. Así juega con el tiempo el infortunio. Una rueda de bicicleta desprendida por el golpe huyó silenciosa del accidente y fue directamente hasta donde el moreno atónito que, sin perder tiempo, la acomodó como pudo sobre los fierros, rápido como un ave rapaz y se alejó del lugar funesto sin detenerse, sin mirar atrás en el transcurso de muchas cuadras, hasta llegar a la bodega del Indio, un tumbagentes que se nutría de la desgracia del prójimo. El indio solivió impávido la carga de Jeremías, floreó el labio inferior y empezó a negar con la cabeza. —Esto no paga ni pesarlo, pero bueno..., veamos cuánto marca. – Dijo el indio con su ronquera felina mientras descargaba el costal sobre la balanza adulterada que no alcanzó a señalar diez kilogramos. Luego sentenció: “dos mil pesos”. —¿Cómo así? – Protestó

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Jeremías, abriendo aún más sus ojos, que del puro enojo, parecía que fueran a abandonar sus cuencas - ¿no ve que ahí van cuatro varillas de puro aluminio? —Mire tiznao, mientras no me separe las vainas, le pago al bulto, además, agradezca, porque esos ganchos tiene mucho concreto pegao y eso también pesa. Por la llanta sí le doy mil. – Repuso el Indio señalando la rueda de bicicleta con su índice grasiento y robusto como toda su existencia. “No la vendo”, respondió Jeremías, al tiempo que le extendían tres billetes de a mil; tomó dos sin mirar al tumbador, quien en el momento en que el negro abandonaba la bodega gritó: “¡cuándo me traés más aluminio como el del otro día!”, y Jeremías sin voltear a mirarlo respondió: “¡cuándo se vuelva a calentar la U!”. Una semana antes habían quemado un bus frente a la portería de la Universidad de Antioquia, por las mismas razones que defendían desde hacía más de veinte años algunos estudiantes revolucionarios, pirómanos y tira piedras, y los infiltrados de grupos milicianos y guerrilleros en el Alma Mater: todo, desde la privatización de la educación (gratuita por un mandato constitucional rara vez obedecido) hasta el peligro que corre la humanidad por la destrucción de la capa de ozono, pasando por el servicio militar no obligatorio, las reiteradas protestas contra un Estado inoperante y el ya viejísimo “green go home”. Cuando los bomberos hubieron extinguido el fuego, Jeremías se acercó al chofer, que sentado en una acera con


la cabeza entre las manos había visto arder la fuente de su sustento con impotencia y con una rabia maldita que lo llevó casi al síncope. Preguntó Jeremías al hombre si podía tomar algo de las ruinas, y aquel, despertando del letargo, rugió: “¡llévese todo el condenado bus al hombro si es capaz, y no me joda más, que ya bien jodido me dejaron estos desgraciados!”. El Tiznao –—que tal era el mote de Jeremías – reunió tal cantidad de tubos, uniones y marcos de ventanillas, que debió recurrir al Caranga, otro granujilla igual de arrastrado y un tanto más vivaracho, que poseía un carro de balineras monumental, y que por una tercera parte del pago total, que fue de diez mil pesos, ayudó a llevar el aluminio hasta la bodega del Indio. La noche se posó lentamente sobre la ciudad en alborotada ebullición, imperceptible como un aletear de colibrí, como la caída de una pluma cuando el viento duerme, como la ausencia cuando se torna en nostalgia y el anhelo en esperanza..., y ahí va el negrito Jeremías girando su rueda con un palito en el ascenso y corriendo tras ella en la bajada. Ahora se detiene, agarra su aro y ve acercarse un meteoro que pasa casi rozándole. A menos de tres metros maniobra El Zarco un trompo que con la rueda trasera arroja un polvo fino a los zapatos raídos de Jeremías. El Zarco cabalga sobre una bicicleta de cross, toda de aluminio y acero brillantísimos, que dominaba como si hubiera nacido sobre ella. Miró con desdén al negro y soltó una carcajada demente. — ¡Cuidado se estrella en esa Harley, Tiznao! – Gritó el muchacho y luego de un escupitajo se paró en ambos pedales para dar un envión de arranque tan fuerte que la rueda potenciada volvió a arrojar más polvo contra Jeremías, quien con la más sana envidia y una abismal aflicción vio cómo se alejaba aquella maravilla de plata refulgente. Alzó su rueda, limpió con saliva una parte del rin enlodado y descubrió que también era brillante; luego corrió hacia su casa de tablas y tejas de zinc, levantada sobre pilares delgados de madera en la orilla del río Medellín, uno

de los más contaminados del mundo, presa de una angustia por él nunca sentida y sacó de su escondite un cofre de lata donde juntaba los centavos con los que pensaba hacerse a las balineras, alma de su futuro carro de tablas con el que podría, así como el Caranga, arrastrar más de cincuenta kilos de chatarra. Terminado balance y suma, el total de la fortuna ascendió a trece mil pesos, suficientes para atizar el fervor del muchacho en el nuevo proyecto que lo trasnochó desde entonces, sin diezmar en lo mínimo en empeño y el ánimo. Ahora se levantaba al alba y tornaba luego al ocaso, y como robotizado, acudía a su urna secreta, cada vez mas encorvado, más andrajoso y cicatrizado, a depositar las menudencias que sobrevivían al escruto materno. Como una hormiga trabajaba el negro para lucro del Indio y beneficio de su madre; así las cosas, menos ropas ajenas se comprometía ésta a lavar y de más de lo añejo para su sed sí disponía el estafador de la bodega. En una semana reunió Jeremías lo suficiente para comprar la segunda rueda de su sueño. Negro carbón el caucho de relieve pronunciado, y como explosión pirotécnica el radiado deslumbrante de aquella estructura perfecta que el chico dispuesto a distancia aproximada junto a la más vieja, ya limpia y brillada, para fantasear la obra concluida. Atornilló, tensionó y aceitó en su mente cada una de las mil piezas restantes de la nave; en sus elucubraciones financieras calculaba el peso de la chatarra que requería y consideraba la posibilidad del cartón y del papel, mercancías con que el Caranga conseguía algo más de dinero. Como sin San Pedro Claver se hubiera acordado de cómo obrar milagros para los de piel oscura, halló Jeremías una rueda de máquina cortacésped con rin metálico y buen engomado, del tamaño de un plato y orificio en el eje, con la que construyó una improvisa carreta de tablas viejas y clavos oxidados en la que puedo arrumar el doble de lo que su espalda escaldada soportaba. Estaba dispuesto a todo lo que su humilde condición le permitiera para concretar su quimera, sin habérsele pasado nunca por la

mente idea alguna que pusiera en riesgo su sagrado sometimiento a la Ley Divina de ganarse el pan con el sudor de su frente. Durmiendo poco y comiendo aún menos comenzó a doblegarse aquel cuerpecito mal nutrido que, sin pertenecer a un infante, hallábase apenas en los albores de la existencia más trajinada y sufrida, aún antes de que el rocín que les dada el sustento halando la carreta, diera una patada fulminante en la frente de Jesús María, padre de Jeremías, alcohólico y buscabullas, cuya ausencia – que trajo tanta paz como miseria – obligó a Tiznao a lanzarse a la calle para buscar su propia subsistencia entre los desechos de la humanidad. Los ojos comenzaron a hundírsele en el abismo de sus propias cuencas y de su faz insolada emergieron unos pómulos esferoides. Heridillas unas y verdaderos tajos otras lesiones, adornaban íntegro el cuerpo de Jeremías, como producto de cuanta lata y fierro pasaran por sus manos, y como el único chuzón que no conocía era el de una aguja antitetánica, volviéronse algunas de aquellas erosiones y grietas, llagas supurosas que el negro curaba con veterina y aguasal. Mas para las fiebres y las alucinaciones no había remedio tan a la mano y entonces veíase Jeremías aplastado de un zapatazo por un cíclope parecido al Indio y con su mismo rugido de león viejo. Resucitado luego, pasada como un bólido en una bicicleta de oro junto al Zarco para irse directo, sin frenos, contra el parabrisas de un automóvil. El golpe, y el desprendimiento de su cabeza que fue rodando hasta donde el Zarco, todo fue una escena veloz y horrenda. El burlón escupió la cara del negro y, arrancando como solía en su bicicleta de cross, arrojó tierra a los ojos desorbitados de Jeremías, quien víctima de la misma pesadilla durante casi un mes, y sumándosele a ello las penurias corporales, se redujo a un estado famélico que más que lástima dolor inspiraba. —Ah ja, ¿y tu pa' que quiere tanto

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billete, ah?, ¿po' qué maj bien no come que certera caía sobre la bicicleta y avivaba más el aura que de por sí irradiaba. Su corazón ejtá comuna calavera? volvió a galopar y, poseído por un aliento —No má, así ejtoy bien. Coma ujté que yo como tampoco nunca había sentido, tomó no tengo hambre ni tiempo. – Mentía su nave y ya en la calle pedregosa montó por Jeremías en su jerigonza costeña, y salía primera vez en aquello que era suyo como con su carreta cojitranca, encorvado como sus manos, como su hambre y como su un anzuelo. Compró los frenos y sus cables, dolor, pero suyo como la avaricia era del los pedales, la espiga y el sillín, cadena de la Indio y el desalmamiento de su madre. más fina, balines como perlas y por último, Aquellos pies en esos zapatos que se caían a un marco todo de aluminio, al que como pedazos tensionaron la cadena y Jeremías esqueleto de su ensamble fue ajustándole dejó una estela de polvo y unas huellas de cada pieza, arandela, tornillo y tuerca con fuego por los vericuetos de su barriada, destreza cirujana y un galopar de corazón atravesó los barrios miserables del que la hacía olvidar los quebrantos de su nororiente, subió a los más altos y luego comenzó a bajar; bajaba, bajaba en dirección propio cuerpo desajustado. de los edificios altos y dejaba atrás su miseria. Bajaba más y volando en su sueño el Al fin estuvo la obra y, anonadado ante la mundo se volvió irreal; su nube de polvo realidad de aquella fantasía, no osó tocarla hasta no haber llorado su alegría con el cubrió todas las penurias. El mundo ahora rostro entre sus manos engrasadas y también le pertenecía. heridas. Lloró tanto y desde tan hondo, que su cuerpo marchito fue durmiéndose rendido al pie de su creación. Llegó a la mañana y abriendo el negro sus ojos ya amarillentos, vio cómo por un resquicio del techo desencajado entraba al cuchitril una chispa de sol diáfana, que

— ¡Qué dirá el Zarco cuando la vea! ¡Cuánto me ofrecerá el Indio por ella, ja ja!. ¡Imbéciles!. – Lanzaba al viento su júbilo el negro. Los edificios aparecieron intempestivamente ante Jeremías; también el ruido, el calor, el caos citadino y él seguía

gritando y pedaleando con una fuerza que no debía provenir de ese cuerpo desnutrido sino del poder mismo que obró en el génesis. ¡Pum!, ¡pum!, ¡pum! El negro pierde el equilibrio y se estrella contra un hidrante. Rebota como si fuese de hule por la violencia del golpe, rueda y se desparrama por el piso. No puede moverse, no siente. Percibe el olor de su sangre y del asfalto, escucha un alegato: “¡yo le dije, le dije que parara... y él... él siguió!”, - dice la voz de un hombre joven. “Cálmese hombre, y disimule. Serénese. Decimos que se la había robado, y listo”. – Dice otra voz de más años, la misma que empieza a regar una historia de persecución y de muerte, entre las muchas otras voces que se acercan, rodean al muchacho y comienzan a susurrar la mentira: “se la robó y este par de policías lo tumbaron. Así es. ¡Que acaben con toda esa basura!”.

Primer concurso regional

Frente

El Rostro más Bello del Oriente Cuatro categorías: niñas de 5 a 12 años, Teens de 12 a 15, jóvenes de 15 a 20 y mayores de 20 a 30

Envía dos fotografías en primer plano (plano menor o de retrato que recoge el rostro y los hombros): una de frente y otra tres cuartos, al correo electrónico revistaculturao@gmail.com La convocatoria estará abierta hasta el 30 de noviembre de 2013. El jurado estará integrado por cuatro profesionales en fotografía, pintura, escultura y belleza. Los premios se anunciarán en la edición de noviembre de Cultura O y las ganadoras en la edición de diciembre. Informes en el cel. 3128360990

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Tres cuartos

Modelo: Juliana Pérez Peña Ex Reina Antioqueña del Café Oriunda de Rionegro, Antioquia


CRÓNICAS DEL VIEJO MUNDO Por F. Sánchez Caballero

MUCHACHA DE TRAJE NEGRO

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ómo me hubiera gustado haber llegado antes y recorrer sus calles, beber de su historia; visitar sus museos, sus monumentos, sus puertas centenarias, sus bares, intercambiar opiniones, recoger emociones de las personas, trozos de vidas ajenas, certezas, dudas, melancolías, no me importaba. Pero apenas tenía dos días para el montaje de la obra en la galería Juan Bravo 3, del Banco de Navarra en Madrid. Tuve además que lidiar con el genio de un curador afanado y cascarrabias. La distancia me sobrecogía. Llevaba casi tres meses recorriendo Europa, y mi percepción y ánimo se fastidiaban con el paso de los días. Era hora de inaugurar la exposición. La gente comenzó a llegar en pequeños grupos con su gabardina en el brazo; saludaban con un gesto de barbilla, tomaban una copa de champagne, seguían. Era una zona empresarial. El Banco acababa de cerrar sus puertas. Las personas aún sacudían de sus hombros el peso de la oficina; me era fácil intuir sus vidas y por lo que pasaban. Había secretarias, asesores, cajeros, gerentes, mandos medios;

gente agobiada por el cumplimiento del deber, por el curso estricto del tiempo; personas incapaces de tomar decisiones individuales que no se ajustaran al reglamento; gente correcta y de buenas maneras, dueños de una vida monótona y normal. No me era difícil establecer conexiones entre uno y otro: sus odios contenidos, sus afectos no expresados, sus celos, sus pasiones, sus envidias, sus afinidades, sus mezquindades. Se detenían frente a todas las obras, y anclaban sus pies en la realidad que les pertenecía para evitar ser arrastrados hacia la confusión. —Es otro mundo—, decían. Se acercaban, comentaban, bebían, miraban con estupor, se sorprendían; nada como un puerto seguro… Pero hubo un rostro, entre todos, que acaparó mi atención: desapasionado, noctámbulo, imperturbable. Era evidente que no pertenecía a ese lugar, quizá tampoco a este mundo. Se plantaba en posición hipnótica frente a cada cuadro como si quisiera desentrañar su misterio sin reservas; no para

descubrir los entramados de su técnica, como tantos estudiantes de arte que he visto pasar; sino para penetrarlo y hacerse parte de su embrujo. La acompañaba un muchacho de Alcalá de Henares, un conversador amistoso que ya se me había arrimado con algunas preguntas sobre mi país y acerca de la temática de mi obra. Al final de la noche, a punto de cerrarse la sala y mientras ella terminaba el recorrido, él me convidó a una fiesta a la que estaban invitados, para mostrarme fragmentos de la cultura española, que yo lamentaba no conocer a profundidad, excepto por la obra de sus grandes pintores. Nos llevamos el champagne que sobraba y fuimos recibidos cordialmente en Alcalá de Henares, a unos cuantos minutos en tren de Madrid. Él era una persona inteligente y amena; pensaba que ella solo se sentía en comunión con su espíritu visitando museos y galerías. Ella no pronunciaba palabra. Era un ente, desvalido y frágil; se quedaba donde él la ponía, con sus manos temblorosas sobre su sexo. Lejos de los cuadros, escogía una postura casual y un punto al azar en la pared sobre el cual fijar sus lánguidos ojos grises. —Es inglesa—, me dijo él, —no habla español. Tendría unos veinte años. Un estremecimiento leve sacudía todo su cuerpo y tumbaba las cenizas del

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cigarrillo que él le pasaba de vez en cuando, y que olvidaba fumar, como si una tormenta interior la devastara. En ocasiones le brindaba un trago de su copa, que ella tomaba sin rasgos de emoción. Su rostro extremadamente pálido y hermoso parecía incubar tras sus ojeras de luto, el secreto de la melancolía, de las sombras, del miedo; la noche se ocultaba tras sus pestañas rubias; nadie parecía habitar ese cuerpo, como una casa sola; incluso sus labios rosa evocaban un sentimiento de desolación y derrota. No obstante su indiferente apariencia a flor del mal, la brisa sobre su cabello dorado y sus pómulos de terciopelo ejercían una atracción perniciosa que hacían imposible dejar de mirarla. En ella se reflejaba la inquietud, la desesperanza, la agonía. Era una cariátide introvertida, hueca y sombría… Como la muchacha de traje negro, distante y al borde del suicidio, en “la danza de la vida” de Eduard Munch. Hacía seis meses la conoció en Londres, cuando él trabajaba con el Scotland

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Yard en 10 Broadway, SW1; a donde fue a parar después de un piropo incomprendido. Lo convirtió en oportunidad, mientras encontraba un trabajo verdadero y bien remunerado. Su oficio consistía en desfilar con un grupo anónimo, sospechosos de cometer un posible delito, frente a las supuestas víctimas, que detrás de un vidrio oscuro determinaban quien había sido su presunto victimario. Eventualmente era convocado junto a un puñado de personas, entre capturas reales y simuladas. Era acusado presumiblemente por drogadicción, por homicidio, por robo, por asalto a mano armada, por agresión sexual, por comportamiento obsceno en el metro de Londres, etcétera. Él se tomaba en serio su trabajo y cambiaba su ropa y su aspecto a cada rato, por si se trataba de la misma v í c t i m a , n o descubriera el intento de engaño en la sesión de reconocimiento. —No es ético, creía. Debido a lo eximio de su sueldo, no podía hacer mucho con su ropa, pero sí con su fisonomía. Se dejaba la barba, se hacía el candado, se dejaba el bigote, se afeitaba; alborotaba su pelo largo, lo peinaba, se hacía cola, se lo cortaba, se rapaba… Un día ella lo identificó

como su seguro violador. —Es él —, dijo, —el número tres. ¿Está segura? Le preguntaron repetidas veces… —Segura —, dijo tímidamente. Lo encerraron dos meses. El abogado de oficio que le asignaron comprobó que él tenía otra apariencia ese día, y logró demostrar que esa muchacha andaba tan drogada por el subterráneo de Londres la noche de los hechos, que no podría descubrir la diferencia entre un par de zapatos y una salchicha. Durante el juicio él la miró largamente a los ojos, y le perforaron el alma… —Help —, le gritaban desde el gris profundo de su nada existencial. Nunca más pudo arrancárselos del pensamiento. Imposibilitado para seguir trabajando con la policía, pidió como último favor, que lo llevaran a casa de ella antes de ser deportado a España. — Quiero verla una vez más—, dijo. La encontró y le pidió que se fuera con él. En un instante de lucidez, ella bajó sus brazos y su cabeza rubia, indefensa, avergonzada.


EL VAN GOGH PERDIDO

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l Museo Van Gogh de Ámsterdam ha anunciado el descubrimiento de una nueva obra de Vincent van Gogh (1853-1890). «Puesta de sol en Montmajour», que data de 1888, es, a juicio del director de la pinacoteca, Axel Rüger, un descubrimiento de gran magnitud que «nunca antes había ocurrido en la historia del Museo Van Gogh». «Puesta de sol en Montmajour» llevaba años «escondida» en el ático de un coleccionista noruego que pensaba que la pintura, que compró en 1980, era falsa. Según el anuncio del museo, lo que hace «aún más excepcional» al hallazgo es que «se trata de un cuadro de transición» en la obra de Van Gogh. Además, «Atardecer en Montmajour» pertenece a un período que es considerado por muchos como la culminación del genio artístico del pintor, la etapa que estuvo en Arles (sur de Francia). La atribución se basa, según el Museo Van Gogh de Ámsterdam, en «una amplia investigación sobre el estilo, la técnica, la pintura, el lienzo, las cartas de Van Gogh y la procedencia de la obra». «Puesta de sol en Montmajour» se exhibirá en la exposición «Van Gogh at work», que podrá verse en la pinacoteca de Ámsterdam del desde el 24 de septiembre. La investigación La investigación, llevada a cabo por Louis van Tilborghen y Teio Meedendorp, investigadores titulares del Museo Van Gogh, indica que esta obra es de Van Gogh. «Hemos llevado a cabo una investigación desde el punto de vista artístico e histórico sobre el estilo, el motivo, el uso de materiales y el contexto, y todo lo que hemos encontrado apuntaba a Van Gogh». A juicio de Van Tilborghen y Meedendorp, desde el punto de vista estilístico y técnico hay numerosos paralelismos con otros cuadros pintados por Van Gogh en el verano de 1888. La obra formaba parte de la colección de Theo van Gogh en 1890 y fue vendida en 1901. El lugar representado en el cuadro ha sido reconocido (la campiña, no lejos de Arles, en la colina de Montmajour) y, además, hay dos cartas del artista del verano de 1888 que se refieren literalmente a este cuadro. Van Gogh escribe que le ha salido mal, y eso se explica porque el cuadro, además de la fuerza expresiva y de otras características típicas de Van Gogh, también tiene pasajes más débiles y con menos fuerza. El cuadro ha sido examinado por la restauradora del Museo Van Gogh, Oda van Maanen, en colaboración con el Instituto Nacional del Patrimonio Cultural, y en el

Puesta de sol en Montmajour», la obra de Van Gogh recién descubierta examen se han utilizado técnicas de rayos X y el análisis por ordenador del tipo de tejido del lienzo. La importancia de la obra descubierta Los investigadores aseguran que «Puesta de sol en Montmajour» forma parte «del especial grupo de obras experimentales a las cuales el mismo Van Gogh a veces daba menos valor de lo que hacemos actualmente. Esta obra es en sí misma una pieza clave. Después

de esta obra fue sintiendo la necesidad de pintar de forma cada vez más pastosa y con pincelada más gruesa. Y, además, gracias a esta obra tenemos una idea llena de matices sobre la creación de los más bellos ejemplos de su maestría en el dibujo - la serie de dibujos a plumilla que hizo durante la semana posterior a la creación de Puesta de sol en Montmajour. Este cuadro parece ligado indisolublemente a esos dibujos: forman un todo». Fuente: http://www.abc.es/cultura/arte/

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l pintor holandés Vincent Van Gogh es uno de los artistas más famosos y reconocidos de todos los tiempos. Nació en la ciudad de Groot Zunder el día 30 de marzo de 1853, proveniente de una familia de clase media donde sus tíos se dedicaban a la venta de obras de arte, siendo este su primer contacto con la pintura.En el año 1873 se radica en la ciudad de Londres y en su regreso a Paris en 1886 crea junto a su hermano el grupo “impresionistas del sur”, con la intención de reunir a los artistas de la época. A lo largo de su vida sufrió una serie de desequilibrios emocionales que lo llevaron entre otras cosas a cortarse la oreja en 1880 y a vivir con una serie de trastornos, lo que se refleja maravillosamente en las pinturas de Van Gogh. Sus obras de arte más famosas e impactantes las comenzó a desarrollar luego de descubrir el estilo impresionista de los pintores franceses, donde incluso llegó a considerar que sus trabajos estaban pasados de moda y que ya no tenían ningún valor. En este momento de su vida deja de lado sus paletas oscuras y comienza a pintar sobre el óleo con tonalidades más vivas e intensas, incursionando desde allí en los retratos y paisajes abstractos donde las flores siempre están presentes. Las pinturas de Van Gogh se consideran un estilo post-impresionista, convirtiéndose en uno de los pintores referentes de la historia moderna junto a Dalí, Goya y Picasso. A lo largo de su vida llegó a pintar más de 900 cuadros, donde 27 de ellos se tratan de autorretratos de diferentes momentos y sentimientos.

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MASORA

EL RENACIMIENTO DEL AVE FÉNIX

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ace no menos de un año la Asociación de municipios del Altiplano MASORA, era una entidad más de las muchas que tiene el territorio en el Oriente Antioqueño. Pero este tiempo fue suficiente para que el Abogado Fabio Ríos Urrea hoy Director Ejecutivo, la posicionara como una de las más importantes en la región y el país. “Fue muy difícil y el esfuerzo compartido con nuestros Alcaldes, quienes hoy ven en la nueva MASORA una entidad renovada y haciendo lo que debe: apoyar la gestión de las administraciones en el Altiplano”. Para la Asociación en Altiplano, trascender en el escenario regional y encontrar fuera de sus fronteras nuevas oportunidades para ofrecer su amplio portafolio de servicios, es sin duda, una de los grandes logros de la nueva administración. “No sólo hicimos parte en la creación y dirección de la Federación de Asociaciones de Municipios FENAMUC, sino que incursionamos en la prestación de servicios en otros departamentos y en regiones como el Norte y Occidente de Antioquia” Expresó Fabio Ríos al ser consultado sobre el tema.

Las gestiones en la capital Participar en espacios de discusión con la Federación de Municipios FEDEMUNICIPIOS, en comisiones de reglamentación de normas sobre Asociatividad Municipal con el Ministerio del Interior y acompañar las gestiones de los Alcaldes con la Ministra del Transporte Cecila Álvarez, dejan a la Asociación de Altiplano reconocimiento y vigencia en temas de interés nacional. Dijo El Director de MASORA que por una gestión de la Asociación la Ministra de Transporte visitará los 9 municipios de Altiplano el 17 de septiembre, en la cual hará oficial la inversión en obras como la doble calzada entre Marinilla y El Santuario, la construcción de puentes peatonales en el corredor de la Autopista jurisdicción de El Santuario, Marinilla, y Guarne, además de Rionegro y en vías terciarias de nuestros municipios. Por esto decir que Masora renace como el ave Fénix de las cenizas, no es una simple afirmación carente de sentido, en efecto aplica para una Entidad que tiene en el Oriente Antioqueño una especial misión de sacar adelante proyectos de carácter regional y que servirán para mejorar las Fabio Ríos Urrea, Director Ejecutivo de MASORA condiciones de equidad y desarrollo de sus habitantes.

Masora Cultural Una de las 8 líneas estratégicas de la Asociación de Municipios en Altiplano es MASORA CULTURAL, la cual hace visible temas de promoción y difusión de expresiones artísticas y culturales en la subregión. Plantea igualmente este espacio generar nuevas condiciones de apoyo a los talentos locales de sus municipios y seguir aportando al cumplimiento de sus planes de desarrollo en este importante tema.

Masora nació a la vida jurídica el 28 de septiembre de 1992 e inició su funcionamiento el 15 de enero de 1993 en el municipio de el retiro. A su nacimiento a la vida legal le anteceden el manifiesto de integración de los municipios del altiplano del oriente antioqueño, suscrito en la ceja el 13 de agosto de 1991 y el acta de protocolización rubricada el 27 de febrero de 1992.

Se crea entonces como un ente de gestión con la tarea de aglutinar los esfuerzos alrededor de un esquema subregional de planificación para propender por un desarrollo equilibrado, de ahí que ha trabajado en proyectos y programas especiales que tienden a la solución conjunta de los problemas, coordinando actividades con el departamento y entidades de la subregión. Aboga asimismo por el respeto al potencial y la vocación de los municipios. En el componente CULTURAL, Masora se ha comprometido a fomentar programas culturales, deportivos y recreativos de carácter subregional orientados a apoyar la formación integral de la comunidad incorporando las disciplinas de lectura y deporte en las rutinas laborales y/o académicas habituales para preservar la buena salud física y mental.

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!ATENCIÓN ESCRITORES! Si escribes poesía, cuento, novela, ensayo, crónica, reportajes o cualquier otro tipo de texto o género literario, desde la Consejería Cultural del Oriente Antioqueño nos interesa conocer tus propuestas y ayudarte a visibilizar tu trabajo. Y si no escribes, pero conoces a alguien que sí lo hace, por favor reenvíale este mensaje o dile que puede comunicarse al 3128360990 para incluirlo en un proyecto literario regional. Ingresa a la comunidad de Facebook Escritores del Oriente Antioqueño y déjanos tus datos personales (nombre completo, municipio de procedencia, género que trabaja, teléfonos y correo electrónico). También puedes enviar esta información al correo revistaculturao@gmail.com, agregando en el asunto: Datos de escritor. Pronto nos pondremos en contacto para que nos cuentes acerca de tu trabajo literario y también para contarte en qué consiste el proyecto regional de literatura.

El Festival, único en la historia del país por su trayectoria y continuidad, ha permitido mirar la percepción de autores de más de 90 países, protagonistas de los cambios y vivencias de los pueblos que con el mismo humor aportan al crecimiento de la humanidad. El pensamiento risueño y su idioma universal, con la Caricatura logramos el sueño y el anhelo universal de borrar fronteras tanto territoriales como ideológicas que nos impiden vivir en armonía y visualizar la luz de la libertad como principio de paz y convivencia. LAS CONDICIONES: 1) El Concurso está abierto a todos los caricaturistas del mundo. 2) El último día para la participación en el concurso es el jueves 31 de Octubre de 2013. 3) Los Temas del concurso son Tres: 1. MATEMÁTICAS: Como cualquier otro avance en la historia de la humanidad, y como uno de los más importantes bienes culturales de nuestra civilización, que parte de las necesidades del ser humano de contar,

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medir y determinar la forma de todo aquello que lo rodeaba. La preocupante situación del pensamiento del profesor, que pretende una mejor comprensión de los procesos de enseñanza – aprendizaje. La Enseñanza de las Matemáticas explicadas en un lenguaje sencillo, puzzles, juegos, tests y hojas de ejercicios para estudiantes, profesores y padres de familia. Todo lo relacionado con las Matemáticas como ciencia y diversión. 2. JORGE ELIECER GAITÁN: Dirigente político colombiano. 3. LIBRE.

LAS DEMÁS CONDICIONES Y OTRAS INFORMACIONES LAS ENCUENTRA EN LA PÁGINA

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"...Todos ante un desnudo adoptamos una actitud compleja. Controvertible, irracional, ajena y personal...Vulnerable... -Nuestras categorías ceden en el contexto apropiado"...(extracto del libro El Libre Albedrío de Fredy Sánchez Caballero)

UNA MUJER DESNUDA Y EN LO OSCURO Mario Benedetti

Una mujer desnuda y en lo oscuro tiene una claridad que nos alumbra de modo que si ocurre un desconsuelo un apagón o una noche sin luna es conveniente y hasta imprescindible tener a mano una mujer desnuda. Una mujer desnuda y en lo oscuro genera un resplandor que da confianza entonces dominguea el almanaque vibran en su rincón las telarañas y los ojos felices y felinos miran y de mirar nunca se cansan. Una mujer desnuda y en lo oscuro es una vocación para las manos para los labios es casi un destino y para el corazón un despilfarro una mujer desnuda es un enigma y siempre es una fiesta descifrarlo.

DEBAJO DE TU PIEL María Andrea Salgar Debajo de tu piel vive la luna, y un universo entero de sensaciones, planetas que se funden llenos de deseo por encontrarse, estrellas que estallan en un éxtasis fantástico lleno de energía incontenible, palabras que viajan a la velocidad de la luz por tu mente y se pierden en el espacio lleno de calor. Debajo de tu piel vive la luna porque eres su sol, porque cada noche espera tus caricias para iluminar el lado que más se te antoje... Debajo de tu piel vive la luna porque le gusta rosarte en silencio, sentir tu respiración, jugar con los latidos que inundan tu universo, un universo inmenso, lleno de lugares por descubrir, de galaxias de colores que se encienden a tu antojo. La luna recorre tu pecho y viaja por todo tu cuerpo intentando descubrir nuevos lugares, pero al final siempre termina en el mismo sitio, en el sitio donde nos alumbra desde lejos, la luna siempre termina dormida entre tus brazos...

Una mujer desnuda y en lo oscuro genera una luz propia y nos enciende el cielo raso se convierte en cielo y es una gloria no ser inocente una mujer querida o vislumbrada desbarata por una vez la muerte.

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LA COMUNICACIÓN ASERTIVA (primera parte) Por: Juan Sebastián Celis Maya Experto en Temas de Desarrollo Personal

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a asertividad, es una de esas cualidades un poco complejas de desarrollar. Se trata de ser firmes en nuestras decisiones de tal manera que no lleguemos la punto de la pasividad (es decir, cuando permitimos que otros decidan por nosotros, o pasen por alto nuestras ideas y valores) pero tampoco en el extremo contrario de la agresividad. Mediante la asertividad, podemos comunicarnos de una forma clara y concisa, haciendo valer lo nuestro ante los demás. Contar con un criterio en la sociedad de hoy es indispensable para lograr lo que queremos. No existe un líder que no sea asertivo. Generalmente las personas asertivas tienden a tomar decisiones y guiar a otros de manera mucho más sencilla que quienes no cuentan con este rasgo. Por lo regular, las personas que siguen a líderes, son menos asertivas que ellos. Esto no significa que quienes no son asertivos se equivoquen con sus vidas, ni que quienes lo son tengan el cielo ganado. Significa que al menos, cuando se tiene una visión clara del mundo y del camino que queremos recorrer, y además contamos con la habilidad de comunicarlo de forma asertiva, el éxito formará parte de nuestras vidas indefectiblemente. Uno de los valores que promueve la asertividad, es el respeto. Un ejemplo claro de asertividad es el siguiente: Estás en un restaurante, y pides una comida sin cebolla. El mesero sin embargo, te trae justo la comida que pediste, pero haciendo caso

o m i s o a t u advertencia, y solicitándola al c h e f c o n abundante cebolla. Una persona pasiva, aceptaría la comida con gusto, y la consumiría incluso si no es de su agrado. Una persona agresiva (el otro extremo de la asertividad) se enojaría y trataría mal al mesero, al chef y a todo el que esté cerca. Sin embargo, una persona asertiva, no se dejaría llevar, ni por la ira, ni por el criterio de otros. De forma muy educada, le haría saber al mesero que su pedido no fue e ntre gad o a satisfacción, y solicitaría lo cambiasen. Otro ejemplo puede ser el adolescente cuyos amigos lo invitan a una fiesta que no quiere ir y acepta. Lo que ocurre es que carece de asertividad, pues no debería aceptar ir donde no quiere. Ni tampoco, claro, llegar al otro extremo. Como estos pueden haber montones de ejemplos, lo importante es que captes la idea de que laasertividad, es simplemente una La persona que se comunica asertivamente expresa con claridad lo que piensa, siente o necesita, teniendo en cuenta los derechos, sentimientos y valores de sus interlocutores. Para esto, al comunicarse da a conocer y hace valer sus opiniones, derechos, sentimientos y necesidades, respetando las de las demás p e r s o n a s . L a comunicación asertiva se fundamenta en el derecho inalienable de todo ser humano a expresarse, a afirmar su ser y a establecer límites en las relaciones sociales.

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manera de forjar un carácter y personalidad sólidos como roca. Ser asertivo no es ser maleducado. Hay que tener esto muy en cuenta cada vez que empieces a cuestionar tu asertividad. Si la asertividad que practiques no incluye respeto y tolerancia hacia los demás, no es asertividad. Posiblemente es atrevimiento.

Comunicarse Asertivamente La comunicación asertiva viene desde nuestra mente subconsciente. En realidad, cuando nos comunicamos asertivamente, estamos dando a entender clara y concretamente nuestro punto de vista y lo que queremos lograr. Nuestro mensaje transmitido debe poder ser interpretado tal y como queremos que sea interpretado. Generalmente estamos acostumbrados a dar rodeos cuando tememos a la reacción de los demás, a lo que vayan a pensar de nosotros y a si estarán a favor o en nuestra contra. Ser asertivo significa, decir las cosas como son y sin vergüenza, ni temor a lo que los demás piensen. Una persona homosexual de la cual nadie conozca su condición, no es asertiva. Un homosexual asertivo le diría a la sociedad que lo es, independientemente de cómo esta pudiere juzgarlo.


¿DÓNDE ESTÁ “MOMO ROMERO”?

Eugenia Castaño Bohórquez

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onathan Momo Romero es un joven colombiano que ha surgido de circunstancias absolutamente difíciles e imposibles para cualquier ser humano, procedente de la pobreza, de un ambiente hostil, cuando ha perdido a tres de sus hermanos y él mismo estuvo en el fango haciendo actividades que no lo llevaban a ningún futuro posible mas que a su propia destrucción, entrando como tantos jóvenes al mundo de las pandillas, donde encuentran refugio, un poder que en cualquier momento se les vuelve en contra por cimentar su relación en la violencia y la traición, él como tantos jóvenes con toda su vitalidad y creatividad latentes se pierden en el agujero negro de la delincuencia que los absorbe hasta quitarles todo y dejarlos en su mínima expresión, casi todos pierden su preciosa vida por dejarse llevar por un mundo en el que encuentran una aceptación que luego les sub-utiliza hasta dejarlos huérfanos de todo. Los que tienen más suerte como él Momo Romero y recapacitan a tiempo, son valientes y emergen de ese tejido vicioso y oscuro, estirando su mano y agarrándose fuerte a alguna causa noble que les escuche, que

reconozca sus talentos, sus valores porque todo joven por imposible que parezca tiene aptitudes que al ser reconocidas ellos siempre responden positivamente ante el afecto, el reconocimiento y el respeto, no así a quienes no les comprenden y los ultrajan, los desprecian o los relegan entonces produce el efecto exactamente contrario como cualquier cachorro herido que necesita defenderse ante la hostilidad. Momo Romero después de haber pasado tantas cosas negativas en su corta vida, contaba con un talento, el deporte y gracias a ese talento se sobrepuso de todo ese sufrimiento, esa sed de venganza y como él dice encontró algo más interno, algo espiritual para hallar la esperanza, esta es una prueba de que los valores éticos sin importar su procedencia, etnia o creencia son una herramienta necesaria y eficaz para construir sociedad. Hay quienes creen en la nueva era, otros se convierten a religiones exóticas de moda, algunos regresan a creencias tribales de grupos indígenas, pueden haber creencias de siglos en que de una u otra manera promulgan valores éticos, de convivencia y amor, el caso es que si algo hace mejor al ser humano en el entorno en el que se encuentre es bienvenido si salva una vida. Momo llegó a ser el campeón mundial supergallo, todo el éxito y el reconocimiento por esa temporada y él pensando en su familia, en una vivienda digna para ella; el pasado 17 de agosto perdió el campeonato ante el español Kiko Martínez, sí perdió un campeonato mundial pero sigue siendo un gran campeón de la vida porque cuántos de esos deportistas y personas en general son

Extrañar Extrañar el agua cuando se tiene sed Extrañar el calor cuando se siente frío Extrañar la alegría cuando invade la tristeza Extrañar cuando ya no se está, Cuando se es un recuerdo. Solo quedan las imágenes en un pedazo del corazón para retomarlas y sentirlas Cuando tenga sed…cuando sienta frío… Cuando ya no esté y necesite llenar el vacío

como él que ante circunstancias tan adversas pueden llegar tan lejos y no hundirse en el sinsentido. Los amigos y los halagos se multiplican cuando alguien se encuentra arriba, ahora que estás abajo en un simple asalto de la vida eres el campeón , ejemplo para generaciones de jóvenes que como tú quizá encuentren una esperanza, una ilusión, una conquista que les dignifique su existencia. El gobierno y las entidades del deporte, no pueden olvidar a quienes les hacen generar reconocimientos y dinero Y los amigos, conocidos y vecinos ahora es momento de mostrar de qué están hechos si son amigos de arcilla o de roca...

LA UNIÓN REGIONAL Aunque somos municipios hermanos estamos empecinados en buscar un desarrollo individual, como si fuéramos territorios extraños. Visionemos un Oriente unido y con puntos comunes de visión hacia el futuro.

Cultura

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Autobiografía

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Nicolás Duque Mi nombre es Nicolás Esteban Duque Gallego, nací en el Hospital San Juan de Dios en el municipio de El Santuario el 8 de septiembre de 1991, actualmente tengo 22 años, estudio Comunicación Social con énfasis en desarrollo social y ejerzo la maravillosa vocación de la música de manera profesional. Empecé en esto de cantar cuando tenía 10 años. Se acercaba el festival anual de la música municipal en El Santuario, y un primo que trabajaba en la casa de la cultura de dicho municipio empezó a tocar una canción que yo conocía (jamás en mi vida había cantado una canción completa) y, dice mi papá, que estaba conmigo, que canté esta canción en la tonalidad, medida, afinación y actitud que demandaba. Allí empezó mi carrera musical. Ese año me gané el festival municipal y de ahí en adelante vinieron más triunfos: gané el Cuarto Festival Interinstitucional de Música Andina Colombiana en el municipio de Guarne, en 2004. Luego me presenté al Festival Departamental de Música CONFIAR S.A. donde ocupé el primer puesto en la categoría de solista. Desde niño siempre me acompaño el gusto por la música andina colombiana, ya que mi papé integra el dueto CUELLAR Y DUQUE, conjunto que lleva 40 años dándole identidad cultural a nuestro país.

En el año 2006 me presenté al festival de música MASORA ocupando el 4 lugar entre 450 participantes de todo el Oriente Antioqueño. Allí tuve la oportunidad de grabar 3 canciones cover. En el año 2009 formé un grupo, junto con mi hermano Carlos Andrés, llamado Sexto Sentido. Inicialmente fuimos 6 integrantes pero por inconvenientes de convivencia quedamos 3. En junio de ese año nos presentamos al reality FACTOR X del canal RCN y pasamos, incluso llegamos a las galas de dicho programa. Alcanzamos fama nacional y tuvimos la oportunidad de grabar un video profesional y un trabajo discográfico con 7 canciones que sonaron en las principales emisoras comerciales de todo el país y en países como Perú, Venezuela, Panamá y Bolivia. Actualmente hago de la música un universo de ritmos contemporáneos y antiguos. Laboro de manera cotidiana con este maravilloso arte. Asimismo, estudio Comunicación Social en la Universidad Católica de Oriente, carrera que me ha servido para potenciar mi talento.

321 639 6045

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Cultura

SEXTO SENTIDO


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