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JOYAS DE LA RELOJERÍA
texto: texto: olga gonzález alonso fotografía: fotografía: adolfo enríquez
servicio oficial rolex: cuidados con garantía
Un Rolex es mucho más que un reloj. Es un compañero de viaje y de retos, un símbolo de superación y de éxitos, de esfuerzos y recompensas. Cada Rolex marca el tiempo de una historia personal. Y, a su vez, es un trozo de otra gran historia. Una historia de empeño e innovación iniciada hace más de cien años por Hans Wilsdorf y su creación del primer reloj de pulsera hermético. Pero, además, un reloj Rolex es una máquina que da forma a la excelencia y roza la perfección.
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Todo ello conforma el verdadero valor de los relojes Rolex. Un valor que exige unos cuidados exquisitos y de absoluta confianza. Y eso únicamente lo pueden ofrecer las manos expertas de los talleres certificados como servicio técnico oficial de la marca. En ellos, nuestro Rolex recibirá el mimo y la profesionalidad que requiere su mantenimiento, además de las piezas originales exclusivas de la firma. Solo así se consigue tener un reloj en perfecto estado de funcionamiento y con la garantía Rolex.
«Desde luego, un Rolex es un reloj para toda la vida», asegura Sergio Doce, relojero al frente del servicio técnico oficial de Jael Joyería en Santiago de Compostela. «Pero hay que cuidarlo y toda máquina necesita un mantenimiento». En el caso de los relojes, explica, «todos los movimientos mecánicos funcionan con unos aceites que con el tiempo van perdiendo cualidades». Doce aconseja realizar esa puesta a punto cada 8 ó 10 años para un reloj con un uso normal, además de proceder a una revisión de toda la pieza en caso de que haya recibido algún golpe de forma accidental o cualquier otra incidencia. Y aconseja también que, tanto mantenimiento como revisiones, se realicen, por supuesto, en
«Solo un servicio técnico oficial de Rolex ofrece la capacitación y las piezas que un reloj de esa marca puede admitir»
talleres certificados como servicio técnico oficial Rolex. En primer lugar, porque sus profesionales son relojeros adiestrados por la firma de la corona, que les ofrece de manera regular y continua cursos de actualización. «Para reparar y hacer el mantenimiento de un Rolex tienes que tener una formación específica», apunta, «porque todos los calibres —mecanismo interno del reloj— son manufactura, es decir, solo los monta Rolex para cada uno de sus relojes». De manera que son mecanismos exclusivos que no se encuentran en ningún otro reloj ni incorporan piezas de ninguna otra marca.
Además, desde aquel primer Oyster creado por Wilsdorf a comienzos del siglo pasado y por el que pocos apostaron en un principio, la empresa ha seguido innovando, especialmente en lo que respecta a la técnica. Por ello, los cursos son también necesarios para poder trabajar sobre nuevos calibres y otras novedades incorporadas a tan prestigiosos relojes. «Los diseños de los modelos icónicos de Rolex no han variado mucho, pero sí los materiales y los ajustes de la caja, que han mejorado notablemente en cuanto a calidad», señala Doce.
En segundo lugar, en los talleres del servicio técnico oficial de Rolex no solo encontraremos la profesionalidad y capacitación necesarias, sino también las únicas piezas que un reloj de esa marca puede admitir. El relojero de Jael Joyería advierte de que «un taller no autorizado por Rolex no tiene acceso a las piezas originales», lo que supone un riesgo para quien decida reparar su reloj en un establecimiento de ese tipo, ya que «muchas veces no se cambian piezas que habría que cambiar y eso acaba por provocar averías que probablemente no tengan solución». » Sergio Doce
Un reloj Rolex puede albergar más de 200 piezas, las conocidas como fornituras, y es habitual cambiar muchas de ellas en las revisiones, desde la caja hasta el tubo, pasando por la corona o las juntas. Cambios que en un taller no oficial no pueden hacer, «porque no pueden disponer de esas piezas, mientras que nosotros estamos pidiendo fornituras a Rolex cada semana o cada dos semanas». Piezas y herramientas, porque cada calibre de Rolex tiene una específica para su ajuste.
Por último, hay que tener en cuenta que un Rolex que haya sido manipulado en un servicio técnico no oficial perderá la garantía en caso de estar aún en el período estipulado desde su compra. Rolex garantiza sus relojes nuevos por cinco años y sus reparaciones durante dos.
Cuando un Rolex entra en un taller oficial para un mantenimiento completo, el proceso se inicia con un examen visual a fin de comprobar el aspecto externo y el estado de la caja y el brazalete, evaluando un posible desgaste. A continuación, se someterá el reloj a una prueba de hermetismo para confirmar que presenta una estanqueidad perfecta y no deja entrar en su maquinaria agua ni partículas. Para ello, se utilizan tres máquinas distintas que permiten comprobar que el reloj soporta sin problemas la presión para la que está indicada su sumergibilidad —mediante pruebas de presión y de vacío— y descartar que entre agua en el mecanismo tras someterlo a un test de condensación, consistente en calentar y enfriar muy rápidamente la caja.
El técnico procederá después a abrir el reloj para ver con detalle el estado de la máquina y de todas sus piezas. «Se desmonta y se comprueba todo»,
«Por todo el trabajo que conlleva, un reloj Rolex vale, sin duda, lo que cuesta»
» Sergio Doce texto: olga gonzález alonso fotografía: adolfo enríquez
nos cuenta Sergio, quien añade que la revisión periódica incluye también el pulido de la caja y del brazalete. Una operación que requiere de un especial cuidado al objeto de minimizar el desgaste y de mayor suavidad si se trata de un modelo en oro o que incorpora diamantes en su diseño.
El proceso suele durar un día en condiciones normales y se realiza previa presentación de presupuesto al cliente una vez comprobado el estado general del reloj. Los precios ofertados son estipulados por la marca y, por lo tanto, iguales en todos los talleres oficiales Rolex. El presupuesto puede incrementarse de forma opcional si se presenta la necesidad de realizar trabajos adicionales, como reparaciones de pequeños daños en el cristal, el disco o el bisel.
Un trabajo laborioso y detallista que bien podría verse como pura artesanía. «En cierto modo, sí, nos consideramos artesanos, porque trabajamos fundamentalmente con las manos», sonríe Sergio, que lleva más de 20 años cuidando y reparando Rolex con todas las garantías. «Aunque también es cierto que nos apoyamos en algunas máquinas y en la tecnología, que nos ayuda especialmente a mantener un contacto directo con la empresa a través de su soporte técnico». Porque el mimo que Rolex concede a la fabricación y mantenimiento de sus relojes pasa ineludiblemente por una atención permanente a los técnicos que materializan esos cuidados. «Estamos muy arropados por la marca, que nos soluciona inmediatamente cualquier duda que tengamos».
Se trata, en definitiva, de un engranaje humano y técnico de precisión y fiabilidad equiparables a las propias de un reloj suizo. Pero no de un reloj suizo cualquiera, sino de uno cuya marca es sinónimo de excelencia y prestigio. Y a cuya calidad en la fabricación, diseño y materiales se une la del soporte técnico que lo apoya. Desde Jael Joyería, el relojero certificado Sergio Doce lo tiene claro: por todo el trabajo que conlleva antes y después de su compra, «un reloj Rolex vale, sin duda, lo que cuesta». ᴥ