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Gandhi: El Alma Grande de la India
Humanidad por la Unesco, es visitado por más de 8 millones de turistas al año, y
en 2007 fue declarado como una de las siete maravillas
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del mundo. Radinbranath Tagore lo describe como “una lágrima en el rostro de la eternidad”. Para muchos poetas, el más bello edificio jamás construido, un himno
al amor eterno.
El Alma Grande de la India
El 2 de octubre de 1869 nace en la India, Mahandas Karamchad Gandhi, a quien el poeta y Premio Nobel de Literatura Rabindra nath Tagore llamó Mahatma,
contracción de la palabra sánscrita “maha”, que quiere decir grande, y la voz hindú “atma”, que quiere decir “alma”.
De su madre aprendió a no lastimar a ningún ser vivo, practicar el ayuno, ser vegetariano y tolerante con todos los credos. Casó a los 13 años con Kasturba Makharji, de su misma edad, con quien procreó a 4 hijos, y a quien tuvo la tristeza de ver morir en el año 1944 en una de las prisiones que sufrió, encarcelado junto con su cónyuge.
Gandhi condujo a su país a la independencia de la corona británica.
De joven se trasladó a Inglaterra, donde consiguió matricularse en el University College de Londres, titulándose como abogado. Regresó a
la India para encabezar un movimiento independentista caracterizado por la
resistencia civil no violenta, por la que constantemente fue apresado, pero en la que persistió, convirtiéndose en el líder del segundo país más poblado del mundo, un subcontinente por el que luchó para mantener unido pero que finalmente el fanatismo y la intolerancia religiosa fracturó.
Gandhi pudo ver en vida la independencia de su país, lograda el 15 de agosto de 1947. Y aunque luchó por mantener la unidad y la tolerancia, finalmente se impuso la división inducida por los ingleses, con la separación de la hoy República
de Pakistán, en el occidente, y la actual Bangladesh en el oriente. Habiendo pregonado y practicado la tolerancia, murió victimado por un fanático, pero su ejemplo y memoria trascendieron los 5 Continentes y perdurarán en el tiempo como uno de los prohombres dignos de emularse.
Recordamos aquí el pensamiento del patricio, al que por cierto, también llamaban Bapu (padre en guyarati):
“Ojo por ojo y todos nos quedamos ciegos”.
“He tomado sobre mis espaldas el monopolio de mejorar solo a una persona, y esa persona soy yo mismo, y se cuán difícil es conseguirlo”.
“La fuerza no proviene de la capacidad física, sino de la voluntad indomable”.
“Lo más atroz de las cosas malas, de las gentes malas, es el silencio de la gente buena”.
“No debemos perder la fe en la humanidad, que es como un océano. Ella no se mancha porque una de sus gotas está sucia”.
“Estoy plenamente convencido de que ningún hombre pierde su libertad sino por su propia debilidad”.
“No se nos otorgará la libertad externa más que en la medida exacta en que hayamos desarrollado nuestra libertad interna”.
“Sé el cambio que quieres ver en el mundo”.
“No hay caminos para la paz, la paz es el camino”.
“En materia de conciencia, la ley de la mayoría no cuenta”.
se volverán actos; cuida tus actos, porque se volverán costumbre; cuida tus costumbres, porque forjarán tu carácter; cuida tu carácter porque formará tu destino, y tu destino será tu vida, la vida que construiste”.
“Es mejor permitir que nuestras vidas hablen por nosotros, a que lo hagan las palabras”.
“El cobarde es incapaz de mostrar amor. Hacerlo está reservado a los valientes”.
“Humildemente me esforzare en amar, en decir la verdad, en ser honesto y puro, en no poseer nada que no sea necesario, en ganarme el sueldo con mi trabajo, en estar atento siempre a lo que como y bebo, a no tener nunca miedo, a respetar las creencias de los demás, en buscar siempre lo mejor para todos, en ser un hermano para todos mis hermanos”.
“Mañana, tal vez tengamos que sentarnos frente a nuestros hijos y decirles que fuimos derrotados, pero no podremos mirarlos a los ojos y decirles que viven así porque no nos atrevimos a luchar”.