Del 25 al 28 de julio - 2019 / Edición especial
XXV Encuentro del Foro de São Paulo
Caracas-2019
Por la paz, la soberanía y la prosperidad. ¡Unidad, lucha, batalla y victoria! ¡Nosotros venceremos!
Sumario 28
Editorial
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XXV Encuentro del Foro de São Paulo. La unión de los pueblos que luchan por la paz POR ROY DAZA
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POR CORREO DEL ALBA
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En persona Entrevista a Juan Ramón Quintana
Martín Clavijo: “Algo nuevo se puede construir partiendo desde la acción colectiva, en unidad y en amplitud”
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POR CRIS GONZÁLEZ
Gloria Flórez: “Somos el continente de la esperanza” POR CORREO DEL ALBA
Lucas Cifuentes: “La lucha por la integración latinoamericana y el empoderamiento popular van de la mano” POR CORREO DEL ALBA
Pensamiento crítico
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Marcelo Caruso Azcárate: “Los avances de la integración política que significaron la Unasur y Celac deben mantenerse como un referente político y formativo” POR CORREO DEL ALBA
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Xadeni Mendez: “Históricamente, los movimientos populares han ido a la vanguardia de las fuerzas trasformadoras de la sociedad” POR CORREO DEL ALBA
Homenaje
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Fidel Castro y Hugo Chávez POR CORREO DEL ALBA
Memoria viva
36 El Caribe: región de revoluciones POR CORREO DEL ALBA
Correo del Alba
Directora: Cris González | Editor: Javier Larraín | Redacción: Luisa L. Orellana, Rudy López | Colaboradores: Roy Daza, María Fernanda Barreto, Tony González, Rafael Guilarte | Portada: Mural Primer Festival de Intervención Urbana Hecho en Casa, Centro Cultural Gabriela Mistral de Santiago de Chile, por Brigada Ramona Parra | Diagramación: Josué Pérez Achá, José Lazo | Contacto: correodlalba@gmail.com | Web: https://correodelalba.org | Redes sociales: Twitter: @laRevistaCorreo, Facebook: @laCorreo, Instagram: @laCorreo, YouTube: la Correo | © Correo del Alba | Impresión: Editorial del Estado
Fuerza
Lula
“Lula libre ya”, técnica mixta óleo sobre tela, por Cris González.
L
íder político más importarte de la historia del Brasil y pilar de la década ganada en América Latina y el Caribe, encarcelado injustamente en Curitiba, ha sido propuesto como candidato al Premio Nobel de la Paz 2019.
editorial XXV Encuentro del Foro de São Paulo
La unión de los pueblos que luchan por la paz
E
l XXV Encuentro del Foro de São Paulo, reunido en Caracas entre el 25 y el 28 de julio, da inicio a un nuevo momento político en América Latina y el Caribe, a través de un debate fértil y profundo de las tendencias generales del panorama mundial, de las contradicciones del sistema capitalista globalizado y de los nuevos desafíos del movimiento popular. El análisis concreto de la realidad concreta permite identificar que desde Washington se aplica una política dirigida a la recomposición de la maltrecha hegemonía imperialista en la región. Intentan liquidar a las fuerzas progresistas, en lo que ha venido a denominarse una “guerra no convencional de amplio espectro”. El análisis también arroja que el movimiento popular está en pleno zafarrancho de combate, peleando en distintos escenarios: en los de la cultura y los medios de comunicación, en la defensa de la madre tierra y del padre trabajo, del derecho de los pueblos a labrarse su propio futuro con base en la autodeterminación y a la soberanía de las naciones, y teniendo como cimiente a la democracia participativa y la inclusión social, banderas irrenunciables de los pueblos que luchan por la paz. La expresa amenaza de intervención militar en Venezuela de parte del Gobierno de los Estados Unidos y las acciones injerencistas puestas en marcha representan un serio peligro para la región y, sin lugar a dudas, son violatorias de los principios fundamentales de las Naciones Unidas. Es este un hecho de suma gravedad, sobre todo cuando tales acciones son avaladas y acompañadas por algunos gobiernos neoliberales. Pero estos ataques han generado un amplísimo movimiento de solidaridad e iniciativas diplomáticas oportunas de gobiernos democráticos y progresistas del continente y del mundo, que aportan de manera decisiva a la búsqueda de salidas pacíficas y constitucionales, y que han tenido viabilidad por la posición firme del pueblo que le ha propinado serias derrotas a las conspiraciones de la derecha reaccionaria, porque cuenta con la sólida cultura democrática de las venezolanas y de los venezolanos, y la firme posición del Gobierno del presidente Nicolás Maduro de transitar la ruta del diálogo político con todos los sectores, como el que en este momento se desarrolla en distintos escenarios.
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El Encuentro del Foro de São Paulo de este año se ha fijado entre sus tareas el intercambio de ideas sobre la política de integración de América Latina y el Caribe, la única posibilidad que tienen nuestras naciones de competir con éxito en los mercados mundiales, de desplegar iniciativas de desarrollo industrial y de dar un salto en el manejo de las nuevas tecnologías que son el centro de no pocos conflictos planetarios, así como la defensa del derecho de las naciones a utilizar sus recursos naturales para el desarrollo económico y social, tal y como está establecido desde 1962 en la Organización de las Naciones Unidas (ONU). En los últimos años, independientemente de la derrotas y de las victorias, las fuerzas progresistas cuentan con un verdadero arsenal de ideas y proposiciones que tienen plena vigencia en el marco de la integración cultural, política, social y económica. No está lejos el día en que la bandera de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) ondee de nuevo en su sede de Quito y que el Parlamento Suramericano sesione en Cochabamba. La reconfiguración geopolítica del mundo que se pone de manifiesto en la economía y en la diplomacia es, por supuesto, uno de los temas que genera mayor debate en las izquierdas del mundo. El papel de las economías emergentes de China, Rusia, India y Sudáfrica, la fisura que se registra en la Unión Europea a partir del Brexit y la llamada “guerra comercial” entre Estados Unidos y China, no es estrictamente un asunto económico, sino que abarca también la esfera militar, como se puede observar en las tensiones presentes y en la compleja confrontación que se registra en todo el Medio Oriente, zona en la que se produce una buena parte del petróleo del mundo. ¿Vamos hacia un nuevo orden mundial? Lo cierto es que el estudio de las bases materiales de la integración latinoamericana y caribeña, es decir, la potencialidad que representan sus inmensos recursos naturales, si bien es parte de la disputa geopolítica mundial, es, en primer término, la posibilidad tangible de alcanzar nuevos y altos niveles de desarrollo de la producción, la distribución, el intercambio y el consumo en el plano económico, que nos permita abatir la pobreza y retomar de manera conjunta la política de bienestar social. El desarrollo económico, social, cultural y político de la región, como bien lo plantea el documento Consenso de Nuestra América, síntesis de discusiones de inmenso valor que se han realizado en los encuentros del Foro de São Paulo, tiene como condición indispensable la derrota de
las tesis neoliberales, además de las pretensiones neocoloniales de los “halcones” de la Casa Blanca y de las élites oligárquicas y reaccionarias del continente, es un denominador común en todos nuestros países, que está en el orden del día, la lucha por la defensa de los principios de autodeterminación de los pueblos, de igualdad jurídica de los Estados, de la solución pacífica de los conflictos, los mismos principios que emergieron con el sistema de las Naciones Unidas luego de la catástrofe que significó para la humanidad las dos guerras mundiales del siglo XX.
La derecha elevó su apuesta, se disputa las calles, reconquistó algunos escenarios institucionales –también hay que decir que perdió otros–, mantiene un discurso desafiante y se vale de una estrategia en la que combina distintas formas de lucha para alcanzar su objetivo primordial: servir a los intereses del imperialismo; a lo que ha de sumarse un aspecto crucial de la política en estos tiempos, el uso de los redes digitales, que vienen a completar su dominio de los medios de comunicación y que obviamente reclaman una estrategia común de parte del movimiento popular. Caracas, entre los días 25, 26, 27 y 28 de julio, brinda también la oportunidad de una confluencia que comenzó el año pasado en La Habana, entre los partidos revolucionarios y los movimientos sociales, de las discusiones sobre la economía mundial y del procesos social del trabajo y las nuevas tecnologías, de los aportes que desde los movimientos de mujeres florecen por todas partes, de la presencia de la comunidad indígena y su carga histórica, la de los jóvenes que tienen la posibilidad de convertir el futuro en presente, y se reunirán los parlamentarios para unificar criterios y esfuerzos. El pensamiento de nuestros libertadores, de los forjadores de las repúblicas independientes, de quienes levantaron la bandera del socialismo, de la democracia, de la liberación de nuestros pueblos, está en la raíz de los debates de las fuerzas progresistas, que cuentan con la suficiente solidez para abatir en el plano de las ideas a la ideología imperialista que ahora enarbola Trump, como es la Doctrina Monroe. No es por casualidad que la consigna central del XXV Encuentro del Foro de São Paulo sea: Por la paz, la soberanía y la prosperidad. ¡Unidad, lucha, batalla y victoria! Roy Daza Miembro de la comisión de Asuntos Internacionales del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) y de la comisión de Organización del XXV Encuentro del Foro de São Paulo, Caracas-2019
Las fuerzas progresistas cuentan con un verdadero arsenal de ideas y proposiciones que tienen plena vigencia Correo del Alba I julio I 2019
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Páginas de historia y lucha
Foro de São Paulo I Encuentro
III Encuentro
V Encuentro
São Paulo, Brasil, julio de 1990. Anfitrión: Partido de los Trabajadores (PT). Analizó la situación del sistema capitalista mundial y la ofensiva neoliberal en la región. Evaluó el fracaso del modelo de transición al socialismo impuesto en algunos de los países de Europa oriental.
Managua, Nicaragua, julio de 1992. Anfitrión: Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). A 500 años de la invasión, conquista y colonización de América, se reafirmó el derecho de nuestros pueblos a la libertad, la soberanía, la justicia social y el desarrollo, y el afianzamiento de nuestra identidad histórica y cultural.
Montevideo, Uruguay, mayo de 1995. Anfitrión: Frente Amplio (FA). Se acordó diseñar, promover y construir al mismo tiempo un modelo alternativo de desarrollo económico y social, pero fundamentalmente un modelo alternativo de democracia y nuevas formas de poder popular.
II Encuentro
IV Encuentro
VI Encuentro
Ciudad de México, México, junio de 1991. Anfitrión: Partido de la Revolución Democrática (PRD). Acordó crear un Grupo de Trabajo permanente que mantenga los vínculos entre los partidos miembros del FSP y preparar los documentos base a los encuentros posteriores.
La Habana, Cuba, julio de 1993. Anfitrión: Partido Comunista de Cuba (PCC). ¡Resueltos estamos a avanzar por nuevos y creativos caminos de lucha y de victoria!
San Salvador, El Salvador, julio de 1996. Anfitrión: Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Se reafirma el FSP como el espacio de confluencia de las esperanzas de los desposeídos de América Latina y el Caribe.
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VII Encuentro
IX Encuentro
XI Encuentro
Porto Alegre, Brasil, julioagosto de 1997. Anfitrión: Partido de los Trabajadores (PT). “Luchamos contra la miseria, pero al mismo tiempo luchamos contra la alienación”. A 30 años del asesinato de Ernesto Che Guevara.
Managua, Nicaragua, julio de 2000. Anfitrión: Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Se reafirman las tradiciones democráticas y de resistencia que han dado ejemplo en nuestros pueblos y se está resueltos a luchar y vencer.
Antigua, Guatemala, julio de 2002. Anfitrión: Unidad Nacional Revolucionaria Guatemalteca (UNRG). Se concluye intensificar la lucha contra el neoliberalismo y por el respeto a la autodeterminación de los pueblos.
VIII Encuentro
X Encuentro
XII Encuentro
Ciudad de México, México, octubre-noviembre de 1998. Anfitrión: Partido de la Revolución Democrática (PRD). Dedicado a la memoria del comandante guatemalteco Rolando Morán; se realiza en medio de la crisis del modelo neoliberal y del creciente rechazo a los gobiernos y partidos que lo han implementado.
La Habana, Cuba, julio de 2001. Anfitrión: Partido Comunista de Cuba (PCC). Se propone avanzar en la recuperación y desarrollo del pensamiento emancipador en nuestra América.
São Paulo, Brasil, julio de 2005. Anfitrión: Partido de los Trabajadores (PT). “Necesitamos trabajar para consolidar la democracia y no permitir que haya retrocesos en esas conquistas”, declara Luiz Inácio Lula da Silva.
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XIII Encuentro
XV Encuentro
XVII Encuentro
San Salvador, El Salvador, enero de 2007. Anfitrión: Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Se declara estar en la hora de sentar las bases para la derrota integral del neoliberalismo patriarcal y avanzar en la construcción de la alternativa al sistema imperante.
Ciudad de México, México, agosto de 2009. Anfitrión: Partido de la Revolución Democrática (PRD). “Las alternativas de la izquierda latinoamericana frente a la crisis capitalista”, es el eslogan.
Managua, Nicaragua, mayo de 2011. Anfitrión: Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Unidad de los pueblos de nuestro continente para la defensa de sus intereses frente a las acciones de las grandes potencias que pretenden perpetuar su dominación histórica.
XIV Encuentro
XVI Encuentro
XVIII Encuentro
Montevideo, Uruguay, mayo de 2008. Anfitrión: Frente Amplio (FA). Se realiza en momentos en que la humanidad se encuentra amenazada por las políticas de una globalización impulsada únicamente en beneficio del gran capital.
Buenos Aires, Argentina, agosto de 2010. Anfitrión: Partido Unidad Ciudadana y otras fuerzas políticas progresistas. El FSP celebra 20 años de existencia.
Caracas, Venezuela, julio de 2012. Anfitrión: Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). “Los pueblos del mundo, contra el neoliberalismo y por la paz”, es la consigna.
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XIX Encuentro
XXI Encuentro
XXIII Encuentro
São Paulo, Brasil, agosto de 2013. Anfitrión: Partido de los Trabajadores (PT). Se trabaja por la “Unidad en la reflexión y en la acción”.
Ciudad de México, México, agosto de 2015. Anfitrión: Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Partido del Trabajo (PT) de México. El lema es: “Igualdad, equidad, justicia social, desarrollo sustentable y soberanía, signos del cambio de nuestra América”.
Managua, Nicaragua, julio de 2017. Anfitrión: Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). Hacia la unidad de nuestra América por su segunda y definitiva independencia.
XX Encuentro
XXII Encuentro
XXIV Encuentro
La Paz, Bolivia, agosto de 2014. Anfitrión: Movimiento al Socialismo-Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP). Se acuerda “Derrotar la pobreza y la contraofensiva imperialista, conquistar el Vivir Bien, el Desarrollo y la Integración en Nuestra América”.
San Salvador, El Salvador, junio de 2016. Anfitrión: Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN). Se expresa por construir el poder popular para asegurar las transformaciones económicas, sociales y políticas de los pueblos de América Latina y El Caribe.
La Habana, Cuba, julio de 2018. Anfitrión: Partido Comunista de Cuba (PCC). “América Latina y el Caribe: seguimos en pie de lucha ante los efectos de una multifacética ofensiva reaccionaria, conservadora y restauradora neoliberal”, dice la Declaración Final.
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EN PERSONA
Quintana: “América Latina se ha convertido en una región de altísimo valor geopolítico”
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uan Ramón Quintana es una de las figuras claves del Proceso de Cambio en Bolivia. Desde su posición de intelectual, diplomático o ministro de la Presidencia, no trepida en dar un paso al frente cada vez que la oposición se propone atacar al Gobierno de Evo Morales. De palabra profunda, amena y a veces irónica, en su despacho en la Casa Grande del Pueblo se sentó con Correo del Alba para conversar del acontecer regional y mundial, además de saludar a las y los participantes del Foro de São Paulo. Ministro, queremos comenzar por acudir a su lectura respecto a la coyuntura y la correlación política de fuerzas en América
Latina y el Caribe. América Latina se ha convertido en una región de altísimo valor geopolítico en la correlación de fuerzas globales. Hasta hace poco tiempo, su papel era más bien de sumisión, de una dependencia exacerbada a las decisiones de Washington, el de una región cercada ideológica, política y militarmente por el conjunto de fuerzas imperiales –me refiero a EE.UU. y sus aliados– y, consecuentemente, con un cercenamiento de su soberanía y de sus capacidades de integración, lo cual hizo que capitulara en su papel en la geopolítica global. La dependencia de América Latina le costó prácticamente tener voz y hasta un lugar en el mundo y, obviamente, ser un actor protagónico a partir de las grandes cualidades que tiene la región como una zona de paz, con bajísimos niveles de conflicto y una gran potencialidad para aportar a la estabilidad global.
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El Foro de São Paulo se ofrece como una herramienta para entender, discutir y deliberar acerca del acontecer regional y mundial Entonces, cuando empezamos a recuperar nuestra soberanía y a romper los lazos de dependencia, es justo cuando América Latina emerge con voz propia, ocupando un sitial particular en la disputa geopolítica. América Latina empieza a mirarse a sí misma y a redimir el legado de su primera independencia. Cuando nuestro subcontinente tuvo un Hugo Chávez gobernando a su pueblo –recuperando su soberanía y levantando la voz frente al mundo–, o a un Correa, Lula, Evo, Lugo, Kirchner, por nombrar a algunos, se recobra la dignidad arrebatada por el imperio, momento preciso en que pasamos a convertirnos en una amenaza. Es decir, de ser una región absolutamente resignada a la pérdida radical de su soberanía a constituirnos en una amenaza. ¿Cuáles son las consecuencias de convertirnos en esa supuesta amenaza? Al constituirse América Latina en una amenaza para los intereses imperiales, los gobiernos que aparentemente encarnarían tal amenaza se convirtieron a su vez en objetivos militares; ni siquiera en objetivos políticos. Consecuentemente, el imperio emprendió una ofensiva descomunal contra los gobiernos progresistas y los gobiernos emancipadores, tratando de acabar con el liderazgo que cada presidente tiene en su país y limitar la irradiación de estos en la región, a tiempo de amputar las posibilidades de una integración. De tal modo que convertida América Latina en una amenaza y la integración en un objetivo militar, en la última década hemos sido blanco de un ataque brutal por par-
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te de los EE.UU., con el objetivo de reponer ese control perdido, de restituir la dependencia arrebatada por los pueblos y así reconquistar su prestigio y poder en el continente, cuestión que pasa inevitablemente por el control de los recursos naturales, como lo son el petróleo en Venezuela y Ecuador, el gas en Bolivia, el agua dulce en la cuenca del río de la Plata, el control de los mercados –como ha ocurrido en Argentina y Brasil– y la imposición tecnológica. En efecto, vivimos uno de los ataques más virulentos de los EE.UU. contra la integración latinoamericana y caribeña, contra los países y grandes dirigentes, contra nuestros propios pueblos; con las armas más innobles que uno pudo imaginar a principio del siglo XXI. ¿Cuáles serían esas armas innobles? ¿Ha habido una metamorfosis en las estrategias intervencionistas? Hemos pasado de ser víctimas de las intervenciones militares directas y estar ocupados militarmente, como ocurrió en el siglo XX, a ser naciones igualmente ocupadas a través del despliegue de los sistemas modernos de información, que tienen como núcleo de operatividad la estrategia de la gran mentira, la manipulación de la información y la enajenación en la psicología de la gente. Estamos afrontando una panoplia, un conjunto de nuevas armas destinadas a arrebatarle a la región el destino que ser merece, el espacio que debe ocupar en la geopolítica global, el control soberano sobre sus recursos naturales y la administración de su futuro. Algo que EE.UU. ha perdido en los últimos años por el declive mismo del imperio y los
errores políticos respecto a la región, a lo que habría que sumar sus apetitos ilimitados de recursos naturales y su incapacidad de entender que ya no somos la colonia del siglo XIX ni un apéndice dependiente. En el siglo XX América Latina decidió que para el siglo XXI debe mirarse a sí misma. Padecemos una guerra de desigual magnitud e intensidad, de espectro completo –como dice Ana Esther Ceceña–, donde no existe un lugar ni espacio en el que el imperio no esté interviniendo o no tenga injerencia y capacidad de control. Consecuentemente, el esfuerzo que debe hacer cada gobierno progresista se multiplica por mil, por las asimetrías tecnológicas, las limitaciones para enfrentar la guerra aérea, las campañas grotescas de comunicación basadas en la mentira, las operaciones encubiertas y las de tipo psicológicas. Estamos en un momento realmente crítico porque no somos una región que haya pensado enfrentar la política como guerra. A diferencia del imperio, que piensa convertir la política en guerra, la política como un fin en sí mismo y la guerra como un fin en sí mismo, América Latina se da mucho más tiempo, los pueblos nos damos más tiempo para pensar en buscar vías de desarrollo, en integrarnos para pensar en la paz, la justicia y la igualdad. Desde la llegada del comandante Hugo Chávez al poder, en la región ha habido dos bloques en permanente confrontación: uno progresista y de izquierdas versus otro de la derecha. ¿Cuál cree que será el desenlace del actual impasse donde vemos una fortaleza de los con-
servadores y a un Jair Bolsonaro que llama a restarse de cualquier proyecto de Patria Grande? Históricamente ha existido esa dialéctica sobre el poder en América Latina. Desde las rebeliones indígenas enfrentando a las metrópolis coloniales y las nuevas repúblicas, época donde los pueblos indígenas tratan de adquirir ciudadanía y ejercer sus derechos frente a los nuevos poderes que demostraron ser la continuidad mental, política y cultural de las viejas metrópolis. Así, durante el siglo XX asistimos a un duelo intenso en la región, entre proyectos nacionalistas, progresistas, socialistas, como son los casos de Guatemala, México y
Cuba, además de la Revolución boliviana del 52, contra lo que ha significado la continuidad de regímenes que han mirado más hacia Europa o Estados Unidos, de fuerzas políticas conservadoras y oligárquicas que se miran casi como herederas perpetuas del poder colonial. Esa ha sido una lucha constante, la que probablemente tuvo un punto de quiebre a fines de la década del 90, con la emergencia de Chávez en Venezuela y de los otros presidentes progresistas que han debido hacer frente a la resistencia de la derecha impulsora de nuevas fórmulas golpistas. Es así como en esta coyuntura, de aparente desplazamiento de los proyectos progresistas e instala-
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ción de otros conservadores, Bolivia pronto se constituirá en el escenario en que se dirime lo futuro. Usted se refiere a las presidenciales de octubre. ¿Cuál es el justo peso que debemos darle a esos comicios? En una hipótesis de perspectiva, las elecciones de octubre en Bolivia podrían constituir un punto de quiebre de aquella presencia electoral dominante de la derecha en la región, sobre todo porque el 27 de octubre hay también elecciones presidenciales en Argentina y Uruguay. De ahí que podamos resultar ser el factor de desenlace y contención de ese desplazamiento de las fuerzas de derecha. ¿Por qué estima eso? En primer lugar, por la reafirmación de la revolución democrática y cultural en Bolivia. Porque creemos en una victoria contundente el 20 de octubre, que confirmará nuestro Proceso de Cambio y le dará continuidad hasta 2025, año en que celebraremos el bicentenario del país. Y, en segundo lugar, porque creemos que el desenlace de las elecciones bolivianas tendrá un efecto positivo y favorable para las fuerzas progresistas en Argentina y el Uruguay, lo que consentiría un realineamiento de los astros políticos en la región. Es lo que esperamos, y no necesariamente por el mérito boliviano, sino por la emergencia, vitalidad y la consciencia política que adquieren los pueblos en el continente. ¿Cómo se manifiesta esa vitalidad que menciona? Diría que hay una reflexión autocrítica de los movimientos sociales que, luego de poquísimos años de la presencia de gobiernos de derecha –como son los casos de Argentina y Brasil–, han adquirido en muy poco tiempo una consciencia política que sanciona los errores cometidos hace pocos años. El crecimiento en las tendencias electorales de los dos Fernández en la Argentina y la continuidad del proyecto progresista en Uruguay abrirán paso a un realineamiento de fuerzas prointegración regional, prosoberanía regional, projusticia social en América Latina. Por eso creo que con este triángulo al sur –y con esto no estoy prescindiendo de Venezuela– lograremos restablecer los espacios perdidos en los últimos años. Y digo esto porque tenemos la absoluta confianza en la continuidad de la Revolución bolivariana en Venezuela y la Revolución
No nos interesa que el imperio tenga su propio proyecto de poder perpetuo; lo que nos interesa es que los pueblos tengamos un proyecto de emancipación 14 Correo del Alba I julio I 2019
Perfil
nicaragüense del Frente Sandinista, sin detacar la fortaleza inexpugnable de la Revolución cubana. Respecto al Foro, ¿cuál es el valor que le da Bolivia y, en este caso, Ud. a la instancia? Concibo al Foro como un instrumento metodológico de lectura de la realidad que estamos viviendo. Es la suma virtuosa de las distintas fuerzas progresistas y de izquierdas –que tienen variadas interpretaciones– de América Latina y el mundo. Desde esa perspectiva, el Foro de São Paulo se ofrece como una herramienta para entender, discutir y deliberar acerca del acontecer regional y mundial. También es una trinchera política, desde la cual los movimientos sociales se inspiran para persistir en la lucha futura. Porque tenemos tremendos desafíos futuros, cada vez más complejos, agresivos y expoliadores, más enajenantes. ¿Cuál sería su mensaje a las y los participantes del Foro? El mensaje estaría orientado a abogar por el fortalecimiento, profundización y potenciamiento plural del Foro; que se preserve el legado de la presencia de los grandes líderes continentales y mundiales como Lula, Chávez, Fidel, Correa, quienes participaron para darle renombre y trascendencia al espacio. Enfrentamos un proyecto neoconservador y recolonizador impulsado desde Washington –con sus aliados en Europa y otras regiones del mundo, incluido América Latina– y tenemos que estar preparados para enfrentarlo en todos los campos de batallas, uniéndonos en este gran proyecto de integración que ha sido prácticamente sostenido en las ideas de Fidel, Chávez, Evo, Correa, Kirchner, Lula y tantos otros. El Foro de São Paulo nos da dos grandes legados: primero, el de la integración latinoamericana, bolivariana, martiana e indígena Túpac-katarista; y segundo, el de nuestros grandes líderes, que han plantado cara contra el imperio y nos han permitido conocer que ningún imperio es eterno ni indestructible, que todos perecen. Y claro, no nos interesa que el imperio tenga su propio proyecto de poder perpetuo; lo que nos interesa es que los pueblos tengamos un proyecto de emancipación.
n ó m a R Juan
E
a an nt Qui
xmilitar, sociólogo y político boliviano. Nació en Cochabamba en 1960. Exoficial del ejército, tiene estudios de Maestría en Filosofía y Ciencias Políticas y ha sido investigador y becario del Instituto Francés de Estudios Andinos (IEFA), del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso) y del Programa de Investigación Estratégica en Bolivia (PIEB). Actual ministro de la Presidencia, es autor de numerosos libros, artículos y ensayos, entre los que destacan: Soldados y ciudadanos (1998), La política de defensa como un bien público (1999), Policía y democracia en Bolivia (2005) y, especialmente, BoliviaLeaks (2016).
Cris González Directora
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13 cosas que debes saber del Foro de São Paulo
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Su nombre original fue “Encuentros de partidos y organizaciones de izquierdas de América Latina y el Caribe”. El I Encuentro, São Paulo 1990, se realizó en paralelo a la Copa Mundial de Fútbol Italia 90; los argentinos clasificaron a la final y el partido se jugó a la misma hora que estaba programada la sesión de trabajo previa a la clausura. Hubo una fuerte presión para que no apareciera la palabra “izquierda” en el nombre que se le dio al II Encuentro, México D.F. 1991, donde se partió con la idea de “democratizar la democracia”.
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En los primeros foros todas y todos querían opinar, por lo que se consideró necesario plantear temáticas por grupos; metodología aún vigente.
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Después que se reunió el grupo de Coordinación del Foro de 1991, se produjo la disolución de la Unión Soviética.
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Al VI Encuentro, San Salvador 1996, por primera concurrió Hugo Chávez; al no existir consenso para su intervención, Schafik Hándal le cedió su comisión para que pudiera hacer uso de la palabra. En el VIII Encuentro, México D.F. 1998, no se apoyó la candidatura electoral de Hugo Chávez por no ser militante del MAS ni de la Causa R (miembros del Foro).
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En el IX Encuentro, Managua 1999, la declaración de apoyo al Gobierno de Chávez fue escueta debido a que no era miembro de uno de los partidos del Foro y por ser un exmilitar “golpista”, según argumentaron distintos partidos. Con todo, el líder bolivariano apoyó la instancia en los años venideros. El XIX Encuentro, São Paulo 2013, estuvo dedicado a Hugo Chávez y se centró en analizar la contribución de su pensamiento, acción y legado cultural para los procesos de cambio en América Latina y el Caribe.
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El XXIII Encuentro, Managua 2017, rindió especial homenaje a Ernesto Che Guevara, a 50 años su asesinato en Bolivia.
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El XXIV Encuentro, La Habana 2008, recordó el legado y el pensamiento de Fidel Castro.
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Entre sus logros cuenta su rebelión al mandato del mundo unipolar instaurado después de la caída del Muro de Berlín.
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Durante dos décadas ha fomentado el conocimiento directo entre líderes, direcciones, movimientos sociales y partidos políticos de la región, lo que permite trabajar un proyecto en unidad.
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¿
Cuáles son las perspectivas de los movimientos populares en la coyuntura actual? Las perspectivas, por lo general, surgen de la reflexión colectiva alrededor de las estrategias que se plantean para contextos diversos. Requieren analizar críticamente las enseñanzas que dejan los avances sociales y políticos logrados, las dificultades internas y externas encontradas, y los desafíos para sostener y ampliar su estrategia. Como ejes se sugieren: -Su fortalecimiento como sujeto social de derechos en dos perspectivas: a) Interna. Aumentando sus capacidades de información-investigación-formación-participaciónpromoción-comunicación y evaluación autocrítica, todas en un marco de democracia directa entre iguales, con autonomía en las decisiones e independencia programática. b) Externa. Elevando su capacidad de movilización, participación e incidencia en la elaboración, cogestión, autogestión y control social sobre los espacios productivos, asociativos y de implementación de políticas públicas. -Revisar lo que han significado las relaciones entre el mo-
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vimiento social, el proyecto político y el gobierno del Estado capitalista o en transición revolucionaria. -Asumir la articulación de lo social programático con los objetivos políticos, de gobierno y de poder, como factor de unidad que integre las luchas de las organizaciones y movimientos diversos. -Tener como meta de esas acciones la construcción de poderes duales en cada espacio de vida, identidad, lucha y trabajo, capaces de condicionar a los contradictores sistémicos. La unión de esos poderes duales, en un momento histórico y tras una causa política, es lo que debe llamarse poder popular, al que no todos los que participaron del espacio corporativo de doble poder se sumarán, pero que sentirán la pertenencia con esa lucha transformadora. ¿Cuál cree es el papel que juega y jugará el Foro de São Paulo y los movimientos sociales contra el imperialismo y las oligarquías? El Foro de São Paulo ha comenzado a superar la etapa de evento declarativo y de acompañamiento pasivo de los gobiernos asumidos, algo insatisfactorio para muchos pero también muy preocupante para los ideólogos del sistema, que si bien le atribuyen más de lo que ha sido capaz de hacer, entienden la potencialidad que implica el
PENSAMIENTO CRÍTICO
Marcelo Caruso Azcárate: “Los avances de la integración política que significaron la Unasur y Celac deben mantenerse como un referente político y formativo” internacionalismo y la solidaridad de los pueblos en una sociedad capitalista neoliberal en crisis. En sus más recientes eventos, ha pasado a reflexionar sobre las enseñanzas acumuladas en estas dos décadas de valiosas luchas de resistencia, gobierno y ofensiva, más locales que continentales, y a generar acciones conjuntas de lucha política en el continente. Los partidos y miembros del Foro, en la defensa de los diversos procesos progresistas y revolucionarios vividos y resistentes en nuestra América, tienen la responsabilidad de hacer todo lo posible para que sus militantes sociales, políticos y gobernantes, aborden las solidaridades concretas, y sean los que, autónomamente y con independencia de las presiones externas, busquen salidas a la conjunción de bloqueos, injerencias imperiales y
judicialización de la política, comenzando por pensar las enseñanzas de cada experiencia realizada y definir los necesarios cambios y ajustes que democráticamente se decidan para garantizar la continuidad de sus procesos. ¿Cómo se pueden levantar las banderas de la integración de América Latina y el Caribe? Los avances de la integración política que significaron la Unasur y Celac deben mantenerse como un referente político y formativo de lo que se puede y debe hacer. Esfuerzo y experiencia que debe ser complementada con la reflexión de los limitados avances en la integración económica y productiva que pudo realizarse. Es tarea de movimientos de integración social, cultural y productiva, como el ALBA, el asumir y mantener simbólica y concre-
tamente el funcionamiento de una Unasur-social y una Celac-social, soportadas sobre los movimientos sociales y ambientales, de género, pueblos indígenas y comunidades afrodescendientes, y debatir en sus reuniones las campañas continentales alrededor de los posibles proyectos de fomento financiero-productivo no destructivo del ambiente y todos los que surjan de la lucha por la internacionalización real de las garantías de los derechos humano y de la naturaleza. Así, cuando las condiciones permitan retomar estas experiencias a partir de los gobiernos, la ruta estará trazada con más claridad.
Correo del Alba
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XXV Encuentro del Foro de São Paulo, Caracas-2019.
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ciudad integral
Caracas
NOS CONOCEREMOS
- Fue fundada el 25 de julio de 1567. - Se ubicada en un valle montañoso a 900 msnm, en la zona centro-norte costera, a 15 km del mar Caribe. - Tiene aproximadamente 777 km² de superficie. - La avenida Francisco de Miranda es la más larga, se extiende desde Petare a Chacaíto. - El Parque nacional Waraira Repano (cerro El Ávila) está localizado en la Cadena del Litoral, dentro de la cordillera de la Costa –cuya extensión va desde Caracas por todo el norte del estado Miranda y sur del estado Vargas–. - La mayor elevación de la cordillera de la Costa es el Pico Naiguatá, con 2.765 metros de altura. - El río Guaire atraviesa la ciudad y es su cuerpo de agua más importante. - Sus aves más emblemáticas son las guacamayas. - Se pueden hallar un centenar de atracciones culturales y turísticas imperdibles, como teatros, museos, sitios históricos, iglesias, parques, entre otros.
PENSAMIENTO CRÍTICO
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Cuáles son las perspectivas de los movimientos populares en la coyuntura actual? Históricamente, los movimientos populares han ido a la vanguardia de las fuerzas trasformadoras de la sociedad. Hoy como ayer, su importancia como motores para el cambio del status quo es tanto o más determinante para América Latina y el Caribe. Los movimientos populares han demostrado su capacidad para aglutinar y organizar; para difundir y capacitar, para apoyar y acompañar. Se trate entonces no de descifrar cuáles son las perspectivas de estos movimientos, sino de cómo deben dichos movimientos actuar frente a las perspectivas que se han generado con las realidades actuales. Y es precisamente en Venezuela donde se ha venido demostrando y reafirmando esas capacidades. Frente al asedio continuo y despiadado, las agresiones sistemáticas y violatorias del derecho internacional, han llevado la voz cantante en la defensa y perseverancia de un gobierno legalmente constituido. ¿Cuál crees es el papel que jugará el Foro de São Paulo y los movimientos sociales en la lucha contra el imperialismo y las oligarquías? Espacios como el Foro de São Pablo, deben y pueden aportar los mejores elementos para el necesario balance de la lucha de las fuerzas progresistas y de izquierda que lo integran. Desde sus inicios, la lucha contra el imperialismo, los monopolios mediáticos, las oligarquías, los poderes fácticos, el sentido de unidad cooperación latinoamericanas y caribeñas, fueron banderas y piedras angulares para su conformación. Creo que esas prioridades deben ser irrenunciables. Se requiere de un debate serio, respetuoso; de una búsqueda sin demoras de soluciones soberanas, innovadoras y creativas. Es cierto que después de un pronunciado auge de gobiernos de izquierda, países de la región han transitado
de gobiernos de esa identificación ideológica a gobiernos autoritarios de derecha, como Argentina y Brasil –por mencionar dos–, pero hoy también tenemos el aliento fresco y progresista de Uruguay, el impulso joven y constatable de Chile, la irrenunciable lucha de Cuba y Venezuela y la esperanza hecha realidad en el Gobierno de Andrés Manuel López Obrador en México, acompañado de lo que hemos llamado la Cuarta Trasformación. Por tanto, la lucha y los esfuerzos continúan. Y el Foro de São Paulo tiene la obligación moral e identidad fundacional de acompañar esta y otras luchas continentales más. Su papel puede ser fundamental y aglutinador, a la vez que rector en tanto atienda y siga los principios y metas que le dieron origen. ¿Cómo se pueden levantar las banderas de la integración en América Latina? Asumir que las banderas están caídas es algo con lo que no comulgo. Las banderas siguen ondeando. Deben tremolar más fuerte a través de la unidad real, fuerte, sin resquicios, en torno a los intereses y anhelos comunes: la lucha contra la usurpación, contra las medias verdades y mentiras que permean la vida mediática en nuestro continente; a favor de las luchas históricas por la igualdad, la equidad, la búsqueda y conquista de un mejor futuro. Hagámoslo sin pausas. Lleguemos a acuerdos, y definamos proyectos de cooperación, ayuda, intercambio, dentro del más amplio espectro y por el bien mayor de la América nuestra. Debemos ser capaces de sentir que cualquier injusticia, cualquier abuso, cualquier discriminación cometida contra uno solo de nosotros, ha sido cometida contra todos. Y actuar en consecuencia.
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Hugo Chávez en el Foro de São Paulo
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ongamos sin temor la piedra fundamental de la liberación suramericana, latinoamericana, caribeña mundial, el Foro de São Paulo ha cumplido hasta ahora una gran tarea en estos 22 años, pero tiene mucho más que hacer. ¿Qué vamos hacer para, aunque sea milimétricamente, avanzar en el cumplimiento o en la lucha, en la batalla para transformar ese mundo que hoy tenemos? El problema político o la cuestión política, pasa por la izquierda, pero tiene que ir más allá de las izquierdas. Agradezco mucho al Foro de São Paulo su declaración de apoyo a la democracia venezolana porque, hay que recordarlo, ellos tienen un plan, el plan b; nosotros tenemos el ch, se los estoy advirtiendo. Después no vayan a decir que no les avisé; que no nos obliguen a lanzar el plan ch. Venezuela, esta patria nuestra, es patria humana, es patria de ustedes. ¡Que viva el Foro de São Paulo! ¡Que viva la revolución! ¡Que viva el socialismo! *Extractos del discurso pronunciado en el XVIII Encuentro del Foro de São Paulo, Caracas, Venezuela, 2012.
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Martin Clavijo: “Algo nuevo se puede construir partiendo desde la acción colectiva, en unidad y en amplitud” 28 Correo del Alba I julio I 2019
PENSAMIENTO CRÍTICO
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Cuáles son las perspectivas de los movimientos populares en la coyuntura actual? La lucha de los movimientos sociales en América Latina ha estado marcada por la resistencia a la imposición del sistema neoliberal y la incapacidad que tiene este para articular a la sociedad en los ámbitos políticos, económicos, culturales, etcétera; es así como el pensamiento crítico latinoamericano, sincronizado con los movimientos sociales, han articulado la idea que existe alternativa en la que se pueda vivir bien en una armonía pensada desde lo colectivo, donde se incluyan las sociedades en el poder y en la política; repensando la forma en que está formado el mundo. Hoy la movilización de los movimientos sociales en América Latina se ve materializada en contra de las acciones directas que son asumidas por el sistema capitalista como únicas, las cuales son tomadas por estos movimientos como formas de lucha y de recuperación o de conservar lo que el modelo económico neoliberal amenaza con destruir o socavar paulatinamente o directamente eliminar. De esta forma, la creación innovadora de movimientos populares ha producido una nueva alternativa en la que se entiende la acción transformadora de estos movimientos, aproximado en un movimiento espontáneo con una dirección consciente, que lleve implícita una visión de lucha, en contra de la hegemonía del sistema capitalista; de pensar como parte del movimiento, no sobre el movimiento popular. Asimismo, los movimientos sociales en América Latina han transformado sus visiones y sus luchas por la lucha constante en contra de la imposición del proyecto neoliberal, y en contraposición de unos a su favor, se ha expuesto cómo el neoliberalismo en su implementa-
ción ha logrado dividir y fracturar algunos movimientos, pero asimismo ha reconfigurado el pensamiento y la lucha por la inclusión y la disminución de la desigualdad que este sistema neoliberal cree hacer parecer natural, pero que en nuestro consciente existe la idea de un mundo distinto y de que algo nuevo se puede construir partiendo desde la acción colectiva, en unidad y en amplitud, ese es el espíritu que rescata el Consenso de Nuestra América. ¿Cuál cree que es el papel que juega y jugará el Foro de São Paulo y movimientos los sociales en la lucha contra el imperialismo y las oligarquías? El imperialismo constituye hoy nuestro gran adversario. Nuestra región se encuentra bajo los efectos de una fuerte y articulada ofensiva contra los gobiernos progresistas, encaminada a fomentar la desmotivación de nuestras fuerzas y de tratar de recuperar y volver al pasado de los peores momentos de la implementación del modelo liberal. Los inmensos recursos naturales –y la creciente importancia de los mercados que han adquirido nuestros países– están en abierta contradicción con la política imperialista por controlar esos recursos y la implantación de gobiernos serviles a esos intereses. A pesar de ello, atribuirle toda la culpa al imperialismo es hacer una lectura y diagnóstico incompleto de la realidad. El cambio adverso en la correlación de fuerzas imperante hoy contra las fuerzas progresistas en nuestra región, requiere de un profundo análisis y autocrítica que permita con certeza identificar y resolver propios errores e insuficiencias que corresponde de forma independiente a los partidos políticos y a los movimientos sociales de cada país. El Foro de São Paulo
es el ámbito para la unificación de criterios políticos, de programas y contenidos, para debatir profundamente y llevar a cabo acciones conjuntas, asumiendo además los contenidos esenciales del Consenso de Nuestra América. ¿Cómo se pueden levantar las banderas de la integración en América Latina y el Caribe? En la actualidad, la estrategia del imperialismo es liquidar los procesos de integración de América Latina y el Caribe, tal es el caso de Unasur y Celac. Es de fundamental importancia ratificar a la región como “zona de paz”, tal como lo expresa la Celac en el encuentro de La Habana, apostar al multilateralismo, el respeto del derecho internacional, la soberanía de las naciones, la audeterminación de los pueblos y la solución pacífica de controversias, tal como lo expresan los principios de la Carta de las Naciones Unidas. Un amplio proceso de integración económica y social, no solo de mercados, es clave para garantizar nuestra soberanía, como condición para insertarnos en un mundo globalizado. Los esfuerzos a favor de la integración en nuestra región corren peligro de ser revertidos si no logramos que se cree una conciencia social mayoritaria a favor de esta. Es deber de primer orden de las fuerzas políticas y sociales progresistas y de izquierda asumir esta tarea, junto con trabajar mancomunadamente en hacer los máximos esfuerzos de compartir y respetar el ideal de “unidad en la diversidad”.
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PENSAMIENTO CRÍTICO
Gloria Flórez: “Somos el continente de la esperanza”
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Cuáles son las perspectivas de los movimientos populares en la coyuntura actual? Sigo creyendo que somos el continente de la esperanza, que nuestra potencia está en la diversidad cultural que nos habita: pueblos originarios, afrodescendientes, mestizajes multicolores, que se unen en la emergencia de nuevas ciudadanías para asumir los desafíos de la crisis civilizatoria que nos afecta. En tal sentido tenemos que profundizar el reconocimiento de esas diversidades y afianzar los caminos de la integración y articulación de movimientos sociales alrededor de causas comunes que nos conduzcan a edificar una cultura de la vida, entre ellas, la defensa de los territorios y sus ecosistemas amenazados por el extractivismo; los
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derechos de las poblaciones y sectores que han sido discriminados históricamente; la necesaria lucha contra la segregación espacial, cultural, económica y política; y los derechos del agua y la naturaleza como timonel de ese paradigma cultural que salve a la humanidad de la hecatombe ¿Cuál cree es el papel que juega y jugará el Foro de São Paulo y los movimientos sociales en la lucha contra el imperialismo y las oligarquías? Creo que el Foro de São Paulo y los movimientos sociales tradicionales deben abrir las compuertas a los nuevos movimientos de ciudadanías libres que emergen en el continente y que se movilizan a nivel global por causas que los unen. El
cambio climático y sus graves consecuencias están tocando las fibras de las nuevas generaciones. Europa es un ejemplo de ello. La resistencia milenaria de nuestros pueblos originarios en todo el planeta así lo ha marcado. Se trata de unir la lucha por los derechos, por la justicia social y la equidad, con la lucha por la justicia climática; por ende, el replanteamiento sobre el modelo debe ser a fondo, el cambio de la matriz energética y el uso de nuevas fuentes de energías limpias debe ser el camino. La manera de producir y lo que se produce (por ejemplo, alimentos transgénicos). Todavía nos falta mucho por recorrer y reconocer, y en ese sentido resulta fundamental crear y consolidar el diálogo fluido y la participación certera de los movi-
mientos sociales y partidos con los gobiernos progresistas. La ausencia de confluencias entre los tres afecta de manera sensible los procesos de transformación en marcha hacia una cultura de la vida, hacia el bien vivir, que es el vivir bien para todos y todas. ¿Cómo se pueden levantar las banderas de la integración de América Latina y el Caribe? Las banderas están claras. Hay un arreciamiento de ese modelo de muerte y depredación que controlan las grandes corporaciones y las élites que las soportan, contra los procesos emancipatorios en el continente. Han usado todas las armas legales e ilegales para desarticular y detener los avances logrados e impedir que sigan o se fortalezcan gobiernos que interpretan y/o representan las causas de los pueblos. Han usado golpes de Estado directos o blandos y puesto en desarrollo una estrategia integral que combina la guerra mediática, los montajes judiciales, la presión económica –hasta el punto de bloquear infamemente a países como Cuba o Venezuela–. Incluso pasan por encima, sin vergüenza ni sonrojo, sobre el propio sistema internacional y la arqui-
tectura de las democracias burguesas que esas mismas élites edificaron. Las tareas que entonces debemos asumir sin vacilación están dirigidas a consolidar la integración regional como prioridad de los movimientos sociales, partidos políticos, ciudadanías, pueblos indígenas, mujeres afros, jóvenes, entre otros; romper la matriz mediática en curso que opera para llenar de miedo y mentira a nuestros pueblos; trabajar por la paz continental, contra la militarización y dispositivos violentos que exportan para llenar de sangre y dolor los territorios; defender la naturaleza, el agua y nuestros territorios biodiversos de los tentáculos de las grandes corporaciones; fortalecer los escenarios de movilización, democracia directa y participación de las nuevas ciudadanías, y los movimientos sociales para que den pasos inequívocos en las nuevas formas de hacer política, que transforman como consecuencia a los partidos y movimientos políticos que los integran.
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Nicolás
Maduro en el Foro de São Paulo
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ueridos camaradas, cuánta historia aquí presente, cuántas luchas, cuántas décadas, cuánta suma de sacrificios y de heroísmo de nuestro pueblo. Durante este Foro se ha logrado revitalizar esta idea maravillosa que fue fundada en la última década del siglo pasado, por ese genio visionario de la humanidad, el comandante Fidel Castro Ruz, y nuestro gran compañero Luiz Inácio Lula da Silva. Debemos sentirnos orgullosos, los miembros de este Foro, de la diversidad de debates, de lucha, de trabajo y de poder político en el Foro de São Paulo. Fue en el año 1990, cuando se apagaban las luces en el mundo, que desde América Latina, desde Cuba, desde Brasil, el Caribe, se levantó la necesidad de construir un espacio de unión, de lucha; un espacio que si tiene alguna fortaleza es su diversidad. Aquí no hay posiciones hegemonistas ni las ha habido. Ha habido grandes liderazgos y así será la historia de este movimiento y de esta fuerza hermosa que el Foro de São Paulo ha logrado recoger y beber de la cuna fundacional de la revolución latinoamericana-caribeña del siglo XX, que es Cuba, y que logra tomar de Fidel, su líder, toda su fuerza regeneradora, renovadora. *Extractos del discurso pronunciado en el XXIV Encuentro del Foro de São Paulo, La Habana, Cuba, 2018.
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PENSAMIENTO CRÍTICO
Lucas
Cifuentes:
“La lucha por la integración latinoamericana y el empoderamiento popular van de la mano”
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Cuáles son las perspectivas de los movimientos populares en la coyuntura actual? La actual ofensiva en contra de los movimientos populares latinoamericanos conlleva una novedad respecto de la mayor parte del siglo XX. En esta ocasión no es el imperialismo norteamericano el que salva a las clases capitalistas de la región, sino que son las facciones oligárquicas de estas clases las que se articulan por y para sostener al imperialismo norteamericano frente a la amenaza de Rusia, China y su oferta de multilateralidad efectiva. En ese marco, los gobiernos articulados a nivel nacional representan a los sectores de la oligarquía tradicional sumando de urgencia a los nuevos monopolios. Se trata de una articulación débil, no solo por el peso de China en los negocios monopólicos, sino porque se han agotado los márgenes institucio-
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nales previamente construidos para erigir la soberanía del mercado. La reprivatización de servicios públicos, la profundización del carácter monoexportador y extremadamente dependiente de las economías latinoamericanas, junto al deterioro de la relación salarial, está siendo la principal característica de aquellos gobiernos. Los movimientos populares también exhiben una novedad. Desde fines del siglo XX parte de la energía de estos movimientos se ha invertido en la construcción de herramientas políticas propias. Son estas herramientas las que actualmente sufren un agudo repliegue, pero la relación entre movimientos y política ya ha sido alterada, al punto que no es posible reconstruir los antiguos sistemas de partidos. Los movimientos populares cuentan entonces a su favor, para ser un actor gravitante en la contraofensiva por su soberanía, con un importante acumulado de ex-
periencia, arraigo de masas y capacidades técnicas y políticas ganadas en la lucha político-social de las últimas décadas. Incluso en casos como el chileno, donde la construcción de herramientas políticas se ha emprendido muy recientemente por parte del movimiento popular, hay signos evidentes de que el proceso no es fácilmente fagocitable por la nueva articulación oligárquico-imperialista. ¿Cuál cree es el papel que juega y jugará el Foro de São Paulo y los movimientos sociales contra el imperialismo y las oligarquías? Es imprescindible contar con una mirada de conjunto del continente. Aunque, por supuesto, hay dinámicas nacionales con ritmos y características propias, no están desligadas del desarrollo general de la lucha política a nivel latinoamericano. Uno de los errores de las herramientas políticas populares más re-
cientes es estar muy ensimismadas y no tener suficientemente en consideración este panorama, a diferencia de la articulación oligárquico-imperialista que cuenta con numerosos instrumentos para coordinarse y aprovechar oportunidades. Así, el Foro de São Paulo resulta ser una instancia fundamental de reflexión y de articulación, que debemos fortalecer y nutrir para ser capaces de hacer avanzar nuestras posiciones, máxime cuando estamos en un escenario internacional tan dinámico y exigente. Hoy la exigencia que tenemos que darle a este espacio que ha sido tan relevante para los proyectos emancipadores es mayor. Requiere actualización, autocrítica, fijar nuevos lineamientos para nuevos escenarios. Apostar a la reconstrucción de un proyecto libertario para las y los latinoamericanos. No nos podemos permitir el lujo de dar la pelea aislados. ¿Cómo se pueden levantar las banderas de la integración de América Latina y el Caribe? Somos un extenso territorio continental e insular con una serie de ventajas que deberían facilitarnos la integración:
compartimos historia, rasgos culturales y sobre todo una posición geopolítica expectante. Bien sabemos que la vuelta de EE.UU. al “crecimiento hacia dentro” es imposible sin los mercados latinoamericanos, pero, sobre todo, sin sus recursos naturales. Un nuevo modelo de genuino desarrollo para América Latina requiere salirle al paso a estas pretensiones. No hay margen para el antiguo desarrollismo dirigido por el Departamento de Estado norteamericano; esta vez los avances en el bienestar será para el conjunto de las trabajadoras y trabajadores latinoamericanos, o no será. En tal sentido, y pese al gran calado del desafío, Latinoamérica parte de más atrás que la Unión Europea, pero con un horizonte muchísimo más viable y abierto. La dificultad estriba en que la fuerza motriz de ese proceso de integración no pueden ser las burguesías que, salvo excepciones, carecen de esa mirada estratégica. La tarea les corresponde a los pueblos, por tanto, la lucha por la integración latinoamericana y el empoderamiento popular van de la mano. Correo del Alba
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El Caribe: región de revoluci
Cuba
1 de enero de 1959
El Ejército Rebelde y el Movimiento 26 de Julio, liderados por Fidel Castro, junto a otras fuerzas políticas y sociales, derrocan al dictador Fulgencio Batista y proclaman el triunfo de la Revolución, declarada socialista en 1961.
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Granada
13 de marzo de 1979
El movimiento New Jewel, de la mano de Maurice Bishop y Unison Whiteman, asesta una resuelta y hábil toma del poder en la isla, depone a Eric Gairy y proclama el Gobierno Popular, dando paso a un proyecto socialista durante cuatro años.
iones
Nicaragua
19 de julio de 1979
Después de años de lucha guerrillera, el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) entra en Managua, termina con la dinastía Somoza, y da curso a uno de las revoluciones sociales más profundas del continente americano.
MEMORIA VIVA
Venezuela
2 de febrero de 1999
Luego de obtener una contundente victoria electoral en las presidenciales de 1998, Hugo Chávez asume la presidencia de Venezuela e inicia la Revolución bolivariana, que define tempranamente su horizonte anticapitalista y socialista. Correo del Alba I julio I 2019 37